CAPÍTULO III
CULTURA EMPRESARIAL
3.1 Cultura empresarial
La cultura empresarial se puede definir como el conjunto de normas, de
valores y formas de pensar que caracterizan el comportamiento, posicionamiento
del personal en todos los niveles de la empresa las actuaciones de la dirección, el
estilo de la dirección, la forma de asignar los recursos, la forma de organizar esa
corporación, así como la imagen de la empresa. De esta forma la cultura
empresarial se recoge y se manifiesta en símbolos, rituales, tabúes, mitos y otras
manifestaciones donde los valores están ordenados por una preferencia
jerárquica.
Unas de las definiciones similares que se aportan en la bibliografías es la de
Cultura Corporativa: conjunto de presunciones básicas (creencias que se
convierten en valores, en pautas de comportamiento, en modos de actuación...) inventadas, descubiertas o desarrolladas por un grupo al ir aprendiendo a
enfrentarse con sus problemas de adaptación externa o integración interna-, que
hayan ejercido la suficiente influencia como para ser consideradas válidas, y que
en consecuencia merecen ser enseñadas a los nuevos miembros como el modo
correcto de percibir, pensar y sentir esos problemas.
Cultura organizacional: se refieren a un sistema de significados compartido entre
sus miembros y que distingue a una organización de las otras. Al examinar con
mayor detalle este sistema de significado compartido, se identifica un grupo de
características clave que la organización valora.
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3.2 cultura empresarial “Modo” de empleo
Todos nos hemos visto sorprendidos por la diferencia que existe entre lo
que vivimos en las empresas y los aspectos teóricos. En la realidad de una
empresa interviene numerosos factores que no pueden asumir ni los mejores
modelos de gestión. Un presidente exige a sus cuadros un gran rigor en la
elaboración de un plan empresarial, para después aconsejarles que lo guarden en
un cajón; los directores se complacen es resumir en dos o tres slogans la razón de
su éxito; décadas de auge industrial se pretenden resumir en unos cuantos
preceptos mágicos; estas realidades parecen apartarse de las complejas practicas
de gestión que esas mismas empresas siguen utilizando.
La paradoja entre estos dos aspectos culturales y tecnocráticos de la empresa
solo es aparente; no se sustituyen uno a otro, sino que se complementan, ya que
la cultura empresarial aporta una visión diferente de los problemas de gestión y de
su lógica.
El término mismo de cultura es tan impreciso y tiene una carga valorativa tan
grande que se hace necesario definir un “modo” de empleo:
1. Las referencias actuales a la cultura empresarial son tan frecuentes que
podríamos preguntarnos si el concepto es nuevo o simplemente se ha
redescubierto; en ambos casos, es preciso saber lo que esa cultura aporta
a nuestra visión tradicional sobre el funcionamiento de las empresas.
2. El hecho de que la cultura empresarial sea considerada como una moda no
basta para eludir la cuestión; una moda no es fruto del azar, sino que
representa una evaluación de las mentalidades que el éxito de la cultura
nos invita a comprender.
3. El Management ha utilizado ya suficientes métodos, enfoque y formulas, y
la cultura empresarial no debe escapar al examen riguroso de sus ventajas
y de sus límites.
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3.3 Razones del éxito de la cultura empresarial
La cultura para aportar soluciones
Un enfoque cultural de la empresa debe aportar soluciones nuevas a los
problemas con los que se enfrenta, y no conformarse con admirar sus propias
particularidades.
Estas soluciones nuevas son internas. Estudiar su propia cultura es buscar
soluciones que la empresa ha probado ya con éxito. La historia, el sistema de
valores y el oficio son otros tantos materiales quien permiten asegurarse de su
pertinencia.
Estas soluciones son nuevas. Se buscan otras salidas porque las anteriores no
han funcionado. Cuando se ha probado todo, lo que queda es la cultura. En
materia de estructura, de estrategia o de relaciones humanas se han propuesto de
forma regular modelos que ayudaban a la empresa en sus opciones. En períodos
de
crisis ya no es posible disponer de criterios fiables para comprender la
evolución de las variables pertinentes de la organización, son la que la eficiencia
de los modelos utilizados sufre las consecuencias.
Estas soluciones nuevas deben responder a nuevos problemas de organización.
La paradoja de la gestión empresarial sigue siéndole frágil equilibrio que hay que
encontrar entre la adaptación necesaria a las presiones y exigencias del entorno y
el mantenimiento de la cohesión y de la eficiencia del sistema organizativo. Ambas
obligaciones suelen ser irreconciliables y, actualmente, cada una de ellas se
plantea en términos nuevos. La adaptación al entorno implica internacionalización,
aceleración del ritmo de lanzamiento de los productos, aumento de la calidad,
reducción de costes y rápida integración de nuevas tecnologías.
Estos dos tipos de problemas son permanentes, pero en la actualidad se
presentan de modo indiferente. La solución nueva, que aporta el estudio cultural
viene marcadas por la referencia a la experiencia particular de la empresa, que se
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ha ido desarrollando a través de su historia. Mientras que los modelos de gestión
presentaban soluciones instantáneas, lista para usar y universales, la cultura
implica particularidad, referencia al pasado y coincidencia de las soluciones y las
practicas.
La cultura para describir y explicar las organizaciones.
La cultura es un concepto adecuado, en la medida en que permite comprender el
funcionamiento de las organizaciones y resolver sus problemas allí donde otros
estudios se hacen ineficaces. En este sentido a veces se emplea el concepto de
“Paradigma” es decir, una construcción intelectual que permite describir la realidad
bajo determinadas condiciones. La cultura es un paradigmas nuevo no discute los
anteriores, pero evidencia aspectos que los estudios anteriores no han podido
revelar.
Concretamente, en la actualidad ponemos en práctica diagnósticos de
Management inspirados por la teoría de la cultura. Los aspectos del Management
auditados son siempre los mismos: forma de dirección y participación, relaciones
intra e interservicios, sistemas de decisión y de control de resultados. Sin
embargo, para descubrir las lógicas inherentes al Management, se acude a las
claves culturales, lo que revela el fundamento de sus prácticas de dirección, su
coherencia interna y, sobre todo, las eventuales paradojas y las oportunidades de
cambio, sino que construye una explicación “cultural” en la dirección empresarial.
La cultura para poner de relieve otros rasgos de la organización.
La cultura empresarial aporta otros criterios adecuados a nuestro análisis sobre el
funcionamiento
empresaria.
Devuelve
la
esperanza
en
concepciones
estereotipadas y universales, así como las visiones contingentes de una
disposición muy funcional de las variables organizativas. Además de las
estructuras tipo y de las dosis adecuadas de formalización y centralización, la
cultura valora el proceso de desarrollo empresarial a lo largo de una historia en la
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que el tiempo permite el aprendizaje de formas apropiadas de acción y resolución
de los problemas.
El siguiente cuadro resume las tres grandes fases por las que pasan la mayoría de
los grandes temas de Management.
La cultura procede de un estudio de la marcha de la organización, en el que la
solución particular de la empresa sustituye a la solución universal o contingente,
PRINCIPIO
FIN
CRITERIOS
DE EXITO
Fundamentalismo
Contingencia
Proceso
Una solución
universal
Una solución
adaptada a una
situación
Una solución
adaptada a la
empresa
Poner en práctica
Reproducción de
un modelo
MEDIOS DE
Aprendizaje de
ACCEDER
técnicas y modelos
AL
RESULTADO
Adaptarse
Sensibilidad a las Coherencia con la
variaciones de la cultura de la
situación
empresa
Análisis del
entorno y
diagnostico
EJEMPLO:
“Alma de jefe”
EL
LIDERAZGO
Ser uno mismo
Un estilo adaptado
a la situación
Definición de la
cultura
Un proceso de
desarrollo y de
erradicación del
liderazgo
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3.4 La utilidad de la cultura empresarial.
A los seminarios actualmente organizados sobre cultura empresarial
asisten directores generales, responsables de personal, directores de estrategia y
cuadros funcionales. El gestor se convence de la utilidad de la cultura, pero, sobre
todo, percibe diariamente su importancia: la comunicación, la gestión de personal
o de la empresa se basas en los rasgos fundamentales de la cultura empresarial.
Además, comprenden que:
⇒ La elaboración de un proyecto empresarial requiere un dominio previo de la
cultura
⇒ La elección de actividades y de productos dependen de ello, como bien
indica la teoría Z “La cultura se convierte en el campo de investigación
empresarial mas activo”,
⇒ La elaboración de un sistema de control presupuestario y su puesta en
practica son función del sistema de valores;
⇒ Un cambio tecnológico debe efectuarse en función del equilibrio social de la
empresa.
1. Comunicación
Las empresas actuales razonan en términos de comunicaron; comunicar es uno
de sus retos permanentes. Anteriormente, la comunicación estaba reservada a
temas muy concretos, de lanzamiento de productos o de información al público.
Se requería todo un abanico de información, además de los informes financieros
para los accionistas o el balance social. La información esta aconsejable o
excepcional en el caso de una ofensiva empresarial o de un problema con los
consumidores. En este ultimo caso, la empresa emprendía una campaña dirigida a
reparar su falta de imagen.
N Pharoah pone el ejemplo de las grandes cervecerías inglesas, en las que sus
primeros encargados se plantearon un problema de imagen tras una serie de
recompras, funciones y reagrupaciones. Los gerentes estaban ante una gran
35
incertidumbre en cuanto al papel que debían desempeñar, por lo que intentaron
buscar una identidad propia, percibida como un medio de asegurar la cohesión de
la empresa.
En otro plano, la comunicación debe ser una actitud para el conjunto de los
colaboradores. La comunicación es un factor de eficiencia de estos colaboradores.
R. Martín afirma que la empresa actual no debe únicamente vender sus
productos, sino también venderse a sí misma; debe ganarse la confianza y la
simpatía de sus clientes, socios y colaboradores. Según los partidarios de esta
noción de imagen (coloquio del IREP transcrito por la Revista francesa de
Marketing) las empresas deben reafirmar su “identidad” entre su publico, lo que
hace que esta problemática se plantee como una necesidad.
Se ha comprobado que los efectos de un buen prestigio son difícilmente
valorables en una situación normal de la empresa, pero resultan vitales si se
plantea un problema grave. En caso de reclamaciones de los consumidores o de
“accidentes” de producción, la empresa se defiende mejor si cuenta con un gran
prestigio. Por tanto, la imagen constituye, como mínimo, un seguro rente a
eventuales problemas futuros.
La comunicación tiene muchos soportes: campañas de publicidad, institucional o
de productos publicitarios, catálogos o folletos que presenten las actividades de la
empresa y también, logotipos, grafismos de marca, y sobres con membrete en
todas sus formas y para todos los públicos, o decoración para vehículos.
Los informes anuales y la información sobre la actividad de la empresa son menos
espectaculares, pero también muy importantes, ya que se dirigen a poblaciones
sensibles. La presentación y la evolución de los discursos en este tipo de
publicaciones constituyen un buen campo de investigación en materia cultural. Así,
la imagen de la empresa se compone de:
36
-
los signos materiales y visuales por los que el publico reconoce y distingue
a las empresas;
-
las formas de manifestarse de cada empresa, en la publicidad, el patrocinio,
etc;
-
las esperanzas, actitudes y sentimientos que se plantean los consumidores
sobre la naturaleza y la realidad de la empresa a través de su imagen.
La problemática de la imagen ya sea voluntaria u obligatoria, debido a la
incertidumbre en la estrategia, como era el caso de las cervecerías, plantea la
interrogante de quienes somos, cual nuestra filosofía y cual es nuestro sistema de
valores. La búsqueda de la identidad y la realidad de la empresa irán seguida por
una consecuente gestión de la comunicación.
La comunicación debe ser global. La empresa, evidentemente, se dirige a su
público, sus proveedores y sus clientes, pero también a sus asalariados (si nos
permitimos, como hacen los profesionales de la comunicación integrarlos entre el
público):
-
las campañas de publicidad institucional suelen ir dirigidas, tanto al público
como a los colaboradores de la empresa. Implican que la empresa se
interesa por el mundo exterior y también por la diferencia que existe entre la
realidad percibida y lo que expresa la campaña;
-
la comunicación cara al exterior debe ser coherente con lo que se comunica
y se vive en el interior. Una imagen no se construye sobre la nada. Conocer
su identidad y su cultura es también indispensable.
2. Gestión de personal
La cultura empresa esta muy próxima a los hombres que la han creado, de
manera que la gestión de personal se halla estrechamente relacionada con ella.
-
Presupone una concepción de las relaciones entre la empresa y el
empleado y el sistema de valores incluidos en la cultura, que es un factor
de la relación;
37
-
Integra, cada vez mas, en sus técnicos o funciones la de “culturización”, es
decir, el mantenimiento y aprendizaje de la cultura.
La relación empresa-individuo
El conjunto de las técnicas de gestión de personal esta basado en una concepción
implícita de las relaciones que mantienen la empresa y el empleado.
Permitiéndonos una simplificación de las diferentes que separan estos enfoques,
podemos distinguir tres líneas principales de investigación y también de
intervención en las empresas.
En primer lugar, nos hemos interesado por cuestiones de motivación del personal,
posteriormente de satisfacción y finalmente, de implicación. Hoy en día, esta
voluntad de implicar al personal de denomina también movilización.
La motivación es una noción acuña por la escuela de Relaciones Humanas en los
Estados Unidos, después de la segunda Guerra Mundial. En el término mismo de
motivación, ser encuentra la idea de movimiento; la motivación es dinámica, es la
fuerza interna que empuja al agente a trabajar y a conseguir el éxito.
En todos los intentos de utilizar la nación de motivación, nos encontramos con la
relación de:
EMPRESA → INDIVIDUO
En la que se supone que es la empresa la que, con sus actuaciones y su forma de
dirigir, puede desarrollar en el individuo la dinámica del trabajo.
Todo el mundo conoce los sistemas que de ello se han derivado: sistemas de
remuneración incentivadores, establecimientos de objetivos y desarrollo de la
competencia. Todos los enfoques relativos a la motivación del trabajo funcionan
con una hipótesis implícita muy fuerte, según la cual las personas deben motivarse
en el trabajo y solo durante el trabajo.
La satisfacción en el trabajo es una noción clave de los años 70. La motivación
suponía una dinámica, la satisfacción representa más bien un estado. Está ligada
38
a la productividad y a la eficiencia. La mejora de las condiciones de trabajo ha sido
el principal campo de operación de estas teorías. Desarrollar la satisfacción del
personal mejorando sus condiciones de trabajo suponía acrecentar la eficiencia de
la empresa.
Estas teorías sobre la satisfacción son interesantes; corresponde a una época en
la que el sentido común nos dice que la insatisfacción viene acompañada de
inevitablemente por el éxito en el trabajo. No obstante seria muy exagerado
pensar que la satisfacción puede darse conjuntamente con una falta de éxito en el
trabajo.
La implicación es un concepto nuevo. La implicación de los asalariados será
también un factor de eficacia ya que la implicación se define como una situación
de coherencia, compatibilidad o adecuación entre la persona y el grupo (la
empresa) en el que trabaja. La relación entre individuo y empresa ya no es
unívoca: se da una interacción entre ambos que hace que se cree y amplíe dicha
inaplicación.
EMPRESA ↔ INDIVIDUO
En concreto ya no es función de la empresa el construir sistemas que desarrollen
esta implicación, sino que ella debe más bien encontrar un área de entendimiento
y compatibilidad entre ambos sistemas de valores. Un empleado se siente
implicado en la medida en que su éxito personal coincide con el de su empresa.
Por lo tanto, solo puede existir implicación en la intersección entre el sistema de
valores de la persona, de su propia percepción del éxito personal y del concepto
que ella tenga de si misma con el sistema de valores de la empresa y su cultura.
Revisión de las técnicas de gestión del personal.
Tomemos simplemente algunos ejemplos de práctica de gestión de personal para
demostrar la importancia de las consideraciones culturales.
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1.-La contratación
La contratación es, en este periodo de crisis, una fase vital de la gestión de
personal:
-
no simples se da en igualdad entre oferta y demanda de trabajo de una
época en que la necesidad de una cualificación evolución tan rápidamente
que no es posible prever el tiempo dicha evolución.
-
Para muchos puestos de trabajo, el encargado de contratar debe elegir
entre centenares de solicitudes, por lo que busca técnicas cada vez mas
sofisticadas;
-
El coste de una contratación es importante: no solo por el hecho en sí, sino,
sobre todo, por la integración de algún nuevo; el riesgo financiero es
considerable: en el sector informática algunas empresas estiman en 600.00
francos el coste de un vendedor antes de que empiece a ser rentable.
2.- Integración
La integración de un nuevo contratado constituye un nuevo material de gran
interés para los estudiosos de la cultura empresarial. Es en los primero días o
semanas de trabajo cuando la empresa trasmite al recién llegado los que
considera mensaje fundamentales.
A este respecto, los documentos que facilitan a los nuevos titulados un importante
banco nacionalizado son muy reveladores. A parte de 340 páginas de un
compendio y una memoria, tres grandes conceptos aparecen en los
textos,
consejos y directivas que se les han dado a los nuevos ejecutivos;
-
la importancia de la reglamentación: estructura, derecho trasmites;
-
la importancia del escrito
-
la importancia de la confiabilidad.
Estos tres aspectos son determinantes en la cultura bancaria.
3.- La formación
Es la herramienta de la culturización.
Podemos distinguir tres tipos principales de formación empresarial:
40
-
Una difusa información global sobre conocimientos generales (economía,
matemáticas, mecánica, informática, etc.) acompañada eventualmente de
un diploma o de una promoción interna;
-
Una formación específica, que sirve para adaptar los conocimientos de una
categoría personal a un campo concreto: formación de operadores para
manejar maquinas con mandos numéricos, formación para el nuevo plan
contable.
-
Una formación empresarial. Es una formación “intra” es decir, realizada en
el interior de la empresa solo para sus asalariados. Transmite, amplía, y
discute la cultura empresarial, utilizando la dinámica del grupo para permitir
a sus miembros que comprueben la bondad del conjunto de estas medidas.
Puede ser impulsada por los empleados de la misma empresa.
4. Management
Hoy en día se tiende a confundir la gestión del personal con el Management; en
relación a las técnicas señaladas anteriormente, señalaremos dos aspectos
referidos al Management.
-
El control: el Management tiene como función principal encuadrar y
coordinar los comportamientos en el seno de la organización para asegurar
el éxito; en la historia de la teoría de la organización, se han desarrollado
diversas técnicas de control. Podemos preguntarnos si el patrimonio cultural
de la empresa., con sus normas, valores o prohibiciones, no constituyen en
si misma una forma de control.
-
Distintas innovaciones entran habitualmente en el catalogo de las modas.
Suelen presentarse como una receta de eficacia infalible porque ya han
logrado el éxito en otros lugares o en otras empresas. Veremos que las
características culturales de la empresa determinan a menudo el futuro
éxito de tal o cual innovación, como es el caso, por ejemplo los círculos de
calidad.
41
3.5 Beneficios y límites de la cultura empresarial
Como cualquier concepto nuevo, la cultura suscita a veces esperanzas
desmesuradas, aun cuando sus beneficios no sean explotados plenamente. La
cultura solo representará un beneficio real si ayuda a la empresa a resolver sus
problemas de adaptación y de organización; el equilibrio entre los beneficios y los
límites de la cultura se establecerán sobre esta base.
Beneficios
Identidad antes que modelo universal
Según un enfoque cultural, la empresa dispone de una identidad, de una
“personalidad” que la distingue del resto. Dos empresas equivalentes en el plano
de lasa variables tradicionales de las teorías de organización (sector de actividad,
tecnología utilizada, tamaño, grado de centralización) se distinguirán por su
identidad. En Francia, Reitter, Larcon, Ramanantsoa y Lauriol han desarrollado
este concepto de identidad, que prefieren a la de cultura. Lo utilizan sobre todo
como una variable que permite a la empresa definir las estrategias a las que se
adapta mejor.
Esta evidencia de una identidad empresarial se opone de hecho a numerosas
prácticas comunes que tienden a proponer a la empresa modelos a imitar. En los
métodos de gestión, en la elección de estructuras o en la definición de estrategias,
se buscan soluciones o formas de resolución de los problemas que ya han
probado su valía. Incluso en el terreno de las relaciones humanad o de la
innovación del Management, la imitación ha sido el motor de numerosas modas
que han popularizado los círculos de calidad y la mejora de las condiciones de
trabajo.
Se cita a menudo el comportamiento original de Michelin, que mantiene su sede
social en la provincia, rechaza los cánones estructurales desarrollados por
Harvard y desarrolla su propio sistema de gestión de las competencias, sin hacer
42
referencia alguna a lo que el conjunto de los medios empresariales consideran
como “las buenas soluciones”. La identidad hace que no existan modelos de
funcionamientos a imitar.
Esta identidad deber ser descrita y definida. Se concibe desde una óptica amplia:
la identidad no se sitúa únicamente al nivel de las anécdotas, comportamientos
superficiales o valores declarados, sino que e el fundamento lógico de los
sistemas de gestión que la empresa desarrolla porque le parecen los mas
eficaces; por tanto, la cultura vuelve a situarse dentro de lo que la empresa ha
concebido para funcionar y asegurar su perpetuidad.
Coherencia antes que norma
Razonar en términos de cultura empresarial incita a modificar criterios de
apreciación. Comúnmente, la búsqueda de soluciones y la evaluación de
resultados se realizan con una norma, un estándar de calidad o de éxito que se
debe alcanzar. El estudio cultural hace mayor hincapié en la coherencia de las
decisiones tomadas y en los resultados obtenidos en la relación a la cultura y la
identidad empresarial.
La mejora de las estructuras y reglas de Management, por ejemplo, se han
realizado durante mucho tiempo, imitando estructuras o reglas ideales. Aún hoy,
W. Ouchi propone una estructura multidivisional y que aseguraría la compatibilidad
entre la competencia necesaria y la cooperación indispensable; de cara a la crisis,
parecen imponerse estrategias empresariales, pero hay que tener en cuenta el
número de empresas que han fracasado en su intento de diversificarse o
internacionalizarse a toda costa.
En el campo del Management y de las relaciones humanas, las preocupaciones de
delegación, participación e innovación social, aunque legítimas desde un punto de
vista de ética personal, no han conseguido difundirse como formulas cómodas: es
43
más, los fracasos de una Management participativo impuesto no siempre se han
evaluado.
Dentro de un enfoque cultural, ya no existen modelos a imitar, sino una coherencia
que mantener. Una empresa de servicios del sector de cómodas rápidas fracasó,
a pesar de estudios de mercado muy prometedores, porque las nuevas prácticas
de gestión no eran en absoluto compatibles ni coherentes con las prácticas de
gestión que la empresa había desarrollado eficazmente en el campo del “catering”
Cultura e inmovilismo
La cultura no es un estado, sino que evoluciona permanentemente porque
constituye un proceso de aprendizaje continuo de la organización. La realidad de
un patrimonio intangible no implica fosilización. Como sucede con la cultura
nacional, la cultura empresarial no está estereotipada, sino que sus evoluciones
son lentas.
Disponer de una cultura sólida no implica una actitud de inmovilismo, sino que
reduce el campo de las posibles evoluciones. Realzar los rasgos dominantes de la
propia cultura no impedirá el cambio, pero limitará las oportunidades de llevarlo a
cabo: es el beneficio y el límite de la gestión.
El concepto de cultura se opone también a una idea muy expandida según la cual
las organizaciones, como otras muchas realidades, sufrirían un ciclo inexorable
que irían desde un origen confuso a un final fatal. Este “paradigma del ciclo” se
aplica tanto al análisis de la vida de los productos en marketing como a la historia
de las civilizaciones, aunque son muchos los historiadores que ponen en duda su
validez.
En materia de organización, esta idea del ciclo fatal puede tener algún sentido,
pero no ha sido probada de ninguna manera. Aunque es lógico admitir que
nuestras empresas no vivirán eternamente, no es muy serio especular sobre los
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períodos del ciclo. La cultura se construye en función de las reacciones de la
empresa ante las nuevas situaciones a las que se enfrenta.
Limites
Riesgo de aislamiento
La coherencia puede conducir a actuar de una manera improcedente. Si bien es
cierto que la falta de cultura constituye un patrimonio que debe conservarse y
reconocerse periódicamente, a veces se convierte en una estructura que bloquea
cualquier cambio o innovación. Se conocen casos de empresas, pertenecientes
incluso a sectores de cultura muy sólidas, que desaparecen por una falta de
adaptación: la decidía voluntad de mantener lo que considera como una identidad
indeformable conduce fatalmente al fracaso.
Riesgo de egocentrismo
Todos los estudios que se realizan en colaboración con la dirección de una
empresa sobre la cultura de la organización suelen finalizar con esta observación:
cuando se estudia excesivamente la propia cultura, se cae en el egocentrismo. Es
cierto que los valores, la historia y la actividad de una empresa generan un apego
muy fuerte. Trabajando en la cultura se justifican acciones pasadas, se
reconstruye a posteriori una lógica para los acontecimientos, se explica el
fundamento de la propia relación con la empresa, así como los lazos afectivos
tejidos por el tiempo. Este paso es bastante cálido y satisfactorio en un primer
momento.
Los aspectos superficiales de la cultura son válidos, pero un desarrollo a fondo.
Nos damos cuenta que es preciso superar este estadio narcisista para descubrir
las características culturales, que no simpre corresponden a la imagen ideal que la
empresa tiene de si misma o que quiere irradiar.
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Cultura buena o sólida
Las empresas del Prix de excellence poseen una cultura sólida. Se caracterizan
por un sistema de calores fuertemente impuesto sobre los comportamientos y
usos de Management, cuyo funcionamiento es coherente con su sistema de
valores y son con frecuencia muy originales en sus decisiones o modos de
funcionar.
Sin embargo, podríamos preguntarnos si la sola fuerza de una cultura basta para
alcanzar la excelencia. Francia ha conoció recientemente algunas catástrofes
industriales que afectaron incluso a empresas con cultura muy sólida, marcada por
la pertenencia a un oficio y la adhesión a los valores profesionales, regionales y
organizativos. Las expresiones de “gran dama” y “fortaleza”, atribuidas durante
mucho tiempo a las empresas, inspiran respeto, pero ya no son símbolo de
eficacia.
La empresa debe disponer, en primer lugar, de una cultura sólida que le permita
afrontar los problemas de adaptación a su entorno e integración. Así, se puede
considerar que la cultura constituye para una empresa a una ayuda o un obstáculo
para resolver nuevos problemas a los que se enfrenta, de modo que el reto no
consiste en construir o desarrollar una cultura, sino en hacer que esta obtenga
resultados.9
3.6 Posicionamiento y cultura empresarial.
La imagen que la empresa tenga en la gente puede significar el éxito o el
fracaso. Una empresa cuya imagen no sea buena, pocas posibilidades tiene de
sobrevivir. En cambio, una empresa cuya imagen esté bien formada, sus
posibilidades para crecer son muy prometedoras.
9
http://books.google.com.mx/books
46
Una empresa que logra expresar, transmitir de alguna manera aquello que la
caracteriza, o sea su cultura, es aquella empresa que tiene las mayores
posibilidades de llegar al éxito.
Para que finalmente el éxito se realice, hay que tener en cuenta otro elemento: la
percepción del cliente. Éste, a través de sus experiencias, de la atención que
recibe en la empresa, de la calidad del producto, y de otros factores que hacen a
la imagen de la empresa, percibe y elabora un juicio sobre lo que es la empresa.
La imagen que el cliente elaboró en su mente, si es percibida de manera positiva,
será aceptada y la posición que la empresa tendrá en ese cliente será muy buena.
Vemos que la cultura de la empresa es un factor condicionante de la imagen, y en
esto mucho tiene que ver el Recurso Humano.
¿Qué se entiende por cultura?
Cultura, desde el punto de vista de la sociología, es el conjunto de conocimientos,
tradiciones, usos y costumbres. Es única para cada estructura social, se aprende y
se transmite.
Para una empresa es muy importante tener una cultura bien definida ya que es
aquello que la va a caracterizar y con lo que va a marcar la diferencia. Para que la
cultura de la empresa pueda expresarse, es necesario que no solo la alta gerencia
tenga conocimiento sobre la misión y la visión, sino que todas las personas que
conforman la organización, desde los más altos directivos hasta el operativo de
menor jerarquía dentro de la misma sepan sobre tales. La misión y la visión
reflejan el porqué de la existencia de la empresa, los objetivos, la ideología,
etcétera. Por lo tanto, es muy importante que todos los integrantes de la
organización tengan claro estos factores, ya que si todos van hacia un mismo
camino y actúan en función de la misión y la visión, se reflejará en sus acciones la
cultura de la empresa.
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¿De qué manera la gerencia puede lograr transmitir la cultura a los empleados?
Primero que nada, debe existir el compromiso de la gerencia para llevar a cabo
todas las medidas necesarias para que los empleados comprendan la importancia
de tener una identidad como organización.
La forma de transmitir, de empapar a los empleados con la ideología - "la forma de
ver las cosas" - que posee la gerencia es teniendo una buena comunicación, así
como de los objetivos, de las necesidades y de todos los aspectos que hacen a la
empresa. Debe haber buen flujo de la información, confianza de los supervisores y
empleados hacia la comunicación, participación en la toma de decisiones, canales
abiertos
de
comunicación
ascendente,
descendente
y
horizontal
en
la
organización, correcta retroalimentación, etc.
Una buena comunicación favorece la participación de los empleados de niveles
bajos en la toma de decisiones, el intercambio de comunicación abierta, la
confianza entre los miembros de la organización, el libre flujo de la información por
varios canales, un mayor interés por el desarrollo de los trabajadores, un estilo de
liderazgo centrado en el empleado, amplios procesos de interacción. Se genera en
la organización conciencia de que es un sistema, donde todas sus partes se
interrelacionan.
La comunicación más clara es una comunicación completa, congruente, donde se
está atento a la retroalimentación o feedback, para saber si al otro le llegó el
mensaje y si le llegó bien, o sea, si lo comprendió. Tener una comunicación clara
facilita las relaciones que se establecen con las personas y asegura, además, el
éxito de la transmisión de la cultura.
Otro aspecto a tener en cuenta es la importancia de capacitar de forma
permanente a todos los integrantes de la organización, para que estén en
condiciones de tomar decisiones y así mantener la calidad de la empresa.
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¿Qué es la percepción del cliente?
Percepción, hablando en términos de psicología, es la capacidad de organizar los
datos y la información que llega a través de los sentidos en un todo, creando un
concepto.
La percepción varía de acuerdo a qué experiencia y a qué aprendizaje previo
tenga el observador. Los aspectos que influyen sobre la persona que percibe son:
1. Las necesidades y deseos, es decir, la motivación de la persona la cual
le hace percibir aquello que le proporcionaría satisfacción.
2. Las expectativas; se tiende a percibir lo que se espera, aquello que resulta
más familiar.
3. El estilo de cada persona para enfrentarse al ambiente que lo rodea.
Algunas personas perciben más un conjunto de detalles, no pudiendo
recordar por separado algunas características específicas del objeto; otras
en cambio reparan en tales detalles.
4. La cultura en la que creció, la cual entrena en cierto modo de percibir la
realidad.
En síntesis: toda la información y los estímulos que se captan por los sentidos,
más aquellos aspectos que influyen en la forma de percibir, generan la elaboración
de un concepto sobre el objeto observado como una totalidad.
Conociendo estos elementos, podemos observar que cuando un cliente entra a un
negocio, su percepción dependerá de una serie de aspectos, tales como la
atención que recibe, la calidad del producto, la limpieza del local, la organización
del lugar, etc. que posteriormente se organizarán como un todo en la mente del
cliente, elaborando así un concepto sobre la empresa.
Por esto, es muy importante que todos los recursos humanos de una empresa,
tenga contacto directo con el cliente o no, tenga bien en claro lo que se quiere
49
transmitir, además de la capacidad para identificar las necesidades del cliente y
brindarle apoyo para que logre satisfacerlas.
¿Qué puede hacer una empresa para mejorar, teniendo en cuenta la imagen
proyectada?
La empresa debe tener en cuenta la opinión del cliente interno y externo, darse
cuenta qué imagen tienen de la organización, para lo que puede llevar a cabo
sondeos de opinión, por ejemplo. Si se detecta algún tipo de conflicto en estos
aspectos, debe desarrollarse una propuesta para solucionarlo, además de
definirse la estrategia de la misma, o sea, cómo poner la propuesta en marcha.
Una vez hecho esto, la empresa debe hacer un seguimiento de la propuesta,
supervisando el funcionamiento y el desarrollo de la solución, en etapas. Debe
efectuar el control mediante la inserción de marcadores de máximos y mínimos en
la propuesta; debe además verificar la retroalimentación obtenida para determinar,
a partir de la medición y la evaluación de los resultados, si la acción a tomar debe
ser correctiva o de mantenimiento.
Todo este procedimiento contribuye a lograr un correcto funcionamiento del
proceso de mejoramiento continuo.10
3.7 Identidad cultural: consideraciones sobre imagen, cultura y
Comunicación organizacional
La organización es una realidad cultural que se construye, transmite y refleja
a través de la comunicación, sin embargo, hay otro concepto que se relaciona
estrechamente con estos términos: la identidad
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Carolina de la Torre explica que la identidad se da a nivel de las representaciones,
donde el sujeto participa constantemente de la interacción de su subjetividad y los
fenómenos del entorno. Implica actitudes y conductas, dándoles un criterio de
existencia desde la diferenciación.
La autora usa los términos de mismidad y autoimagen al caracterizar la identidad:
mismidad como esencia del ser (cuyas características lo definen y diferencian del
resto) y autoimagen como conciencia de si mismo.
Otros autores lo conciben como imagen interna (imágenes o representaciones, en
vez de lo social, de uno mismo).
La imagen -en este caso institucional o corporativa- es la introyección que tienen
distintos miembros de la sociedad acerca de una institución, el cómo la ven,
constituida por el conjunto de ideas, creencias e impresiones que los sujetos
sociales tienen sobre tal institución.
El prestigioso autor español Justo Villafañe se refiere a tres dimensiones de esta
imagen corporativa: autoimagen (la que los públicos internos tienen de sí mismos),
imagen intencional (la que la entidad se construye y quiere proyectar sobre la base
de su identidad corporativa), e imagen pública (construida por los
públicos
externos en relación con la empresa).
Cada sujeto social, individual y colectivo posee una identidad como conciencia de
sí mismo -construida en su interacción con los otros- en un sistema de relaciones
sociales de las que es expresión; compartiendo, tejiendo historias, transformando
y transformándose y por lo tanto en constante cambio y contradicción, refiere la
profesora Elba Leyva.
“Los grupos humanos -afirma de la Torre - tienden a desarrollar elementos
comunes y a formar identidades sociales. Sus miembros incluyen en su
51
autoconcepto representaciones relativas, derivadas de su pertenencia al grupo, y
los integrantes se reconocen a sí mismos como miembros de una determinada
identidad”
La identidad es a la organización lo que la personalidad al individuo, pues al igual
que las personas, las organizaciones desde su nacimiento desempeñan papeles y
se incorporan a espacios físicos y simbólicos que los ayudan a conformarla en
interrelación con el entorno. Constituye el conjunto de rasgos y atributos que
definen su esencia, según Justo Villafañe, o el conjunto de atributos asumidos
como propios por la institución, en opinión de Norberto Chávez.
Estos atributos erigen un discurso, que Pascale Weil clasifica en cuatro tipos:
•
De la soberanía: Digo quien soy. La identificación de la empresa por su
categoría y superioridad
•
De la actividad: Digo lo qué hago y cómo lo hago. El oficio, el saber hacer
•
De la vocación: Digo para quién lo hago. El espíritu de servicio, el beneficio
que obtienen el destinatario y el trabajador.
•
De la relación: Digo a la vez lo que hago y lo que esto me permite hacer. El
compromiso de la empresa y su deseo de establecer un pacto
Con el destinatario (comunidad interna y externa)
Chávez propone un análisis de la comunicación institucional desde el crisol de la
totalidad de las significaciones -denotadas o connotadas, verbales o no verbalesque remiten a la identidad de la institución. Y es que la identidad institucional se
expresa en todos y cada uno de los mensajes y actos comunicativos, aún cuando
su objetivo no sea el de transmitir directamente el
Discurso identificarlo.
La institución se convierte, desde este punto de vista, en un territorio significante
que habla de sí mismo y se autosimboliza a través de sus regiones.
52
En su libro Identidad Corporativa y estrategia de empresa: 25 casos prácticos
Joan Costa busca los activos que en su relación básica se proyectan luego en la
mente de los públicos externos como la imagen de la institución, afirmando que “el
hacer técnico o funcional corresponde a la cultura técnica; la especialización y el
hacer cultural, a la cultura corporativa, la identidad. Y ambas formas de hacer, más
las formas de comunicar lo que se hace, constituyen la imagen corporativa, que es
la extensión imaginaria en el público de la identidad”.
De ahí que acuñe el término identidad cultural como uno de los siete vectores de
la identidad empresarial, junto al nombre (identidad verbal), logotipo, simbología
gráfica, identidad cromática, escenarios de la identidad (arquitectura corporativa) y
los indicadores objetivos.
Costa entiende la identidad cultural como signos culturales o elementos
significativos de una determinada cultura empresarial que definen un estilo, un
modo propio e inequívoco de comportamiento global, el modo de ser y hacer de
una empresa ante la sociedad.
En ella resultan significativos los signos conductuales: actos, actuaciones, el
comportamiento de la empresa… que indican un comportamiento global y estable,
un modo de conducta o una manera de hacer, de reaccionar, de proceder,
revelado un carácter o estilo propio.
Una vez que un grupo humano estructurado adquiere una identidad, esta
constituye una realidad. De esa realidad la organización tiene su propia
percepción, de modo que cada uno de sus componentes, al percibirse a sí mismo
y a los otros miembros, conforma su propia representación de la organización.
Esta es la identidad corporativa global, que se apoya en dos categorías
importantes: cultura y comunicación.
53
Veamos la interrelación de estos factores:
Tomando como base la realidad institucional, los miembros de la organización
comienzan gradualmente a construir valores, compartir significados, creencias y
presunciones básicas que se manifiestan a través de actitudes, modos específicos
de relacionarse, lenguajes, ritos y leyendas que conforman una base que les
permite organizarse y mantener una coherencia y cohesión en sus relaciones y
con la misión y los proyectos empresariales.
Por supuesto que la creación de una cultura organizacional no es cosa de un día,
los valores, presunciones, interpretaciones, significados se afianzan y modifican,
en algunos casos incluso llegan a cambiar. La identidad institucional comienza a
vislumbrarse entre los complicados entretejidos de la cultura, no solo en la medida
en que esta determina los modos de hacer y un estilo en la empresa, sino más
bien en el resultado de la suma con el subsistema que conforma la identidad visual
de la institución, subsistema que favorece enormemente la coherencia, fuerza e
integración del conjunto.
Ahora bien, nada de esto sería posible sin la comunicación empresarial, eje de la
conformación de la cultura, la identidad y la imagen institucionales. Es la
comunicación en sus diferentes niveles -y no sólo entendida como transmisora de
información- la que permite la interacción entre los miembros de la organización,
para así conformar la cultura empresarial. Es la comunicación, en su más amplia
acepción, la que permite hacer visibles los activos de la empresa; a través de ella
el desarrollo de la cultura produce los atributos necesarios para la creación de la
identidad.
Al ser comunicada la identidad empresarial y entrar en juego el intercambio de
experiencias y percepciones entre la institución y sus públicos externos, estos
crean la imagen institucional: expresión simplificada en la conciencia colectiva de
los atributos identitario de la organización.
54
Una importante repercusión psicológica de la actividad laboral se refiere a la
identidad. A través de su trabajo el hombre se vincula al mundo y, al transformarlo,
se apropia de él; a su vez, el mundo sobre el que trabajamos nos devuelve una
imagen de nosotros mismos. Cuando el trabajo nos permite reconocernos en
nuestra obra y la imagen que recibimos es positiva, se desarrollan los sentimientos
de autoestima, se enriquece nuestro sentido de identidad (personal y colectica), de
coherencia interna y continuidad.
De ahí que Villafañe afirme: “Desde mi punto de vista, la cultura de un grupo es su
identidad una vez metabolizadas las influencias del entorno, sobre todo aquellas
influencias que han operado en el proceso de adaptación a dicho medio; este
núcleo de la cultura es la zona comunicable de la identidad del grupo. Pero
además, éste tiene unos comportamientos explícitos, visibles… conscientes; estas
manifestaciones culturales también forman parte de la cultura y constituyen junto
con la personalidad
y el comportamiento corporativo, la zona visible de la
identidad de la empresa.”
La identidad además de ser, trabaja. Su trabajo es semiótico, un trabajo de
producción de sentidos, constituyendo una necesidad sentida de arraigo y
pertenencia, participación y autorrealización, que se expresa en las formas de
actuación humanas a la que le dan sentido y continuidad, lo que no implica
inmovilismo, sino por el contrario evolución, cambio y desarrollo como expresión
de las contradicciones que se superan. Así conforma un sistema de valores, una
memoria reproducida y renovada cada día.
Por ello, sin la base identitaria que subyace en la dinámica de la empresa, la
cultura
sería
simplemente
una
cuestión
organizativa,
funcional,
pues,
considerando la información de la identidad como la constante reelaboración y
enriquecimiento de los elementos culturales, la identidad es conciencia de
pertenencia a una cultura.11
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55
3.8 creando una cultura organizacional
A principios de los años 90, United Parcel Service (UPS) estaba perdiendo
muchos negocios a manos de sus competidores como Federal Express y Rotdway
Package System. Por consiguiente, la empresa emprendió un ambicioso esfuerzo
a largo plazo para cambiar su cultura y sus procedimientos de operaciones, con el
propósito de centrarse en el servicio al cliente. Ahora la empresa tiene una cultura
corporativa de ‘sí se puede’ que ofrece precios flexibles, información inmediata
para la localización de paquetes y mayor cantidad de acciones en manos de sus
empleados.
UPS ha cambiado su punto focal, de las entregas residenciales a las comerciales
y ahora ofrece a sus clientes empresariales descuentos, horarios flexibles de
recogida y entrega y planes de envíos diseñados especialmente para ellos. Ahora,
todos los clientes pueden elegir entre entregas a uno, dos y tres días precios que
compiten con los de Federal Express. La compañía también ha sufrido una
enorme transformación en la forma de usar la tecnología de la información. Una
infusión de 2 mil millones de dólares, realizada a principios de los años 90, así
como los planes para otra inversión adicional de 3,2 mil millones de dólares han
permitido a la empresa desarrollar un sistema de comunicación móvil que ofrece
información actualizada sobre la situación de cada embarque. Los choferes de las
entregas llevan tableros computarizados y computadoras en las camionetas a fin
de proporcionar de inmediato información sobre la localización de algún paquete.
Los mandos medios han recibido mucha preparación para poder respaldar la mera
cultura orientada hacia el cliente.
La importancia que UPS concede al servicio a los clientes ha dado frutos. Por
ejemplo, Eastman Kodak Company había amenazado con retirar a UPS de su lista
de transportistas autorizados debido a la poca respuesta de la empresa.
56
Ahora UPS tiene un representante de servicio de tiempo completo asignado a
Kodak. Representantes como el mencionado sugieren formas mediante las cuales
las empresas que son sus clientes pueden reducir los costos de envío y mejorar
las entregas. UPS ha descubierto que satisfacer las solicitudes de los clientes para
un servicio de un día conducía a recogidas más tempranas, procedimientos de
clasificaciones nuevas, horarios de entrega más tempranos y flujos de trabajo más
uniformes. La empresa se ha ahorrado dinero al mismo tiempo que ofrece un
servicio más expedito.
A semejanza de UPS, muchas otras compañías están cambiando su cultura con el
fin de mejorar su competitividad. El dar mayor atención al servicio al cliente, a la
calidad y a la participación de los empleados solo son algunas de las
características que explican estos esfuerzos por cambiar la cultura de la
organización, para bien.
3.9 Las funciones de la cultura organizacional
La cultura de una organización describe la parte de su ambiente interno que
incorpora la serie de supuestos, creencias y valores que comparten los miembros
de la organización y que usan para guiar su funcionamiento. Las culturas
organizacionales que son fuertes, estratégicamente correctas y adaptables tienen
repercusiones positivas para el desempeño económico de la organización a largo
plazo.
IBM. Lou Gerstner enfrentaba la tarea de modificar la vieja cultura de IBM para
que la compañía pudiera responder en forma más veloz y efectiva a un entorno
dinámico. La vieja estructura era contraria a correr riesgos, lenta en cambiar y
arrogante. Había muy poca cooperación entre las diferentes divisiones. Gerstener
se ha concentrado en brindar apoyo a los empleados innovadores y a sus ideas,
en reducir el tamaño de la compañía y en alcanzar buenos resultados.
57
La cultura puede afectar la forma en que las personas
interpretan las
circunstancias e incluso, puede influir en sus esquemas para organizar y retener
información. En UPS, por ejemplo, la cultura gira en torno a la idea de que el
servicio a los clientes debe ser la base de todas las actividades. La cultura
también se refiere a los significados o las interpretaciones que se comparten y
que, en gran medida están tácitos y son exclusivas de los miembros de un grupo o
una organización y que les permiten enfocar sus actos.
Varias son las maneras en que los mandos medios utilizan la cultura.
•
Apoyar la estrategia comercial de la organización. En UPS, la nueva cultura
del servicio al cliente refuerza la estrategia comercial de ofrecer precios,
recogidas y entregas de paquetes más flexibles y atentos a las
necesidades de las empresas que componen su clientela.
•
Prescribir medios aceptables para que los mandos medios interactúen con
públicos externos. Como los accionistas, el gobierno o los clientes. La
cultura de UPS instituyó a los mandos medios para que adapten una
actitud de ‘sí se puede’ en relación con las empresas que son clientes, lo
que condujo a colocar a representantes de los servicios en sus propias
instalaciones.
•
Tomar decisiones de personal. Los trabajadores que no quieran usar
tecnología nueva o mandos medios que carezcan de una orientación hacia
el servicio a los clientes probablemente tengan problemas de empleo en
UPS.
•
Establecer criterios para el desempeño. Los mandos medios y otros
empleados pueden ser evaluados en base a su capacidad para ajustarse a
parámetros congruentes con la cultura. En UPS estos parámetros reflejan
la nueva dedicación al servicio al cliente.
•
Guiar el carácter de las relaciones interpersonales dentro de la Compañía:
La cultura corporativa de UPS propicia que los mandos medios y los
58
trabajadores encuentren juntos soluciones creativas para los problemas de
los clientes.
•
Elegir los estilos administrativos correctos. La cultura del servicio al cliente,
combinada con la mayor disponibilidad de tecnología informática en UPS,
seguramente aumentó las facultades delegadas (empowerment) en los
trabajadores y propició un cambio de estilo administrativo que apoya la
toma descentralizada de decisiones.
En general, se considera que la cultura brinda consistencia a la organización
porque integra diversos elementos para formar una serie congruente de creencias,
valores, supuestos y comportamientos consecuentes. De hecho, algunos
investigadores sostienen que la fuerza y la consistencia de la cultura de una
organización, la claridad de su misión, la importancia que conceda a la
participación de los empleados en la toma de decisiones y su capacidad para
propiciar una respuesta positiva ante el cambio organizacional sirven para
pronosticar la eficacia de la organización.
No
obstante,
investigaciones
recientes
sugieren
que
existen
otras
dos
posibilidades. La cultura de una organización podría ser un “mosaico de
incongruencias” con un significado que solo se comparte en las ‘subculturas’,
como los departamentos, las divisiones o incluso, los equipos de trabajo, en lugar
de compartirse a lo largo y ancho de la organización. Por otra parte, podrían no
existir significados en suposiciones compartidas; en estos casos, la cultura se
referirá a la amalgama de lo que experimentan los elementos individuales de la
organización.
59
3.10 Como revelar la cultura organizacional
Uno de los primeros modelos analizaba la cultura organizacional. En 3
niveles conocidos como artefactos (nivel 1) valores (nivel 2) y supuestos (nivel 3).
A fin de revelar una cultura, uno puede empezar por los artefactos los patrones
analizables y visibles de comportamiento, la tecnología y el arte en el nivel 1. A
continuación se busca más a fondo en los niveles 2 y 3 sucesivamente, para
encontrar los valores y de los supuestos fundamentales así como los reflejos más
sutiles, menos evidentes de la cultura. Para crear cultura, uno puede empezar en
el nivel más profundo formulando los supuestos del nivel 3 que después pasan a
ser los valores del nivel 2 y que en última instancia se reflejan en los artefactos,
como el enunciado de la misión, del nivel 1.
HANNA ANDERSON. Esta empresa de Portland, Oregón (USA) vende ropa
infantil por correo. Los valores de la corporación incluyen la “acción social” definida
como “Buscaremos oportunidades concretas para que HANNA ANDERSON
contribuya con la comunidad”. La Compañía instituyó un programa llamado
“Hannadowns” (Ropa heredada). Los clientes recibían un crédito de 20% si
devolvían a la empresa la ropa que ya le quedaba chica a sus niños. A
continuación, ha lavaba la ropa y se la regalaba a familias necesitadas o a
albergues de mujeres. Este programa ilustra un artefacto cultural que refleja los
valores de la organización que serán las contribuciones a la comunidad y la gran
calidad del producto. El programa HA transmite que la calidad de la ropa es tan
buena que la compañía se la puede volver a comprar a sus clientes.
Un modelo más reciente describe la cultura de la organización como algo
dinámico, porque los supuestos, los valores, los artefactos y los símbolos
interactúan en 4 procesos culturales.
1. La manifestación. Los supuestos culturales se revelan en las percepciones, los
conocimientos y las emociones de los miembros de las organizaciones. En
60
UPS, los supuestos relativos a la actitud de ‘sí se puede’ se transforman en la
percepción de que el servicio al cliente tiene la mayor prioridad.
2. La realización: Las percepciones, los conocimientos y las emociones se
transforman en artefactos tangibles. Los artefactos pueden incluir ritos, rituales,
mitos y relatos. La gran prioridad que tiene el valor del servicio al cliente en
UPS se refleja en casos como el giro dado con Kodak.
3. El simbolismo: Los artefactos concretos adquieren un significado simbólico.
Los representantes de servicios en los locales del cliente, que tratan de
asegurar los mejores ratos para éstos, ahora simbolizan la manera en que UPS
realiza sus actividades.
Modelo de los niveles de la cultura.
4. La interpretación. El significado de los procesos de simbolismo está
determinado por las personas que están dentro y fuera de la organización. Los
ejecutivos de Kodak consideran que el representante en sus instalaciones es un
símbolo de la “nueva” UPS.
Sin embargo, la mayoría de las veces vemos la cultura por medio de la
observación de sus artefactos, que se ilustran en el nivel 1 de la figura 1. En este
nivel, los componentes de la cultura de una organización incluyen el enunciado de
la misión, los héroes y las heroínas, los mitos y los relatos, los rituales y las
ceremonias, así como las disposiciones físicas, como se explica a continuación.
El anunciado de la Misión
La cultura de una Compañía refleja la filosofía organizacional básica de sus
líderes. Esta filosofía, así como los valores, creencias y supuestos más básicos
que sustentan la cultura de la organización suelen quedar expresados en la misión
de la compañía.
BEN& JERRY’S ICECREAM. Es uno de los principales productores de helado de
calidad extraordinaria de EEUU, creó su cultura corporativa entorno a la misión del
bien y la responsabilidad social. A pesar del reto que significó conservar estos
61
ideales dado un crecimiento extremadamente veloz, los fundadores de la
Compañía Ben Cohen y Jerry Greenfield, se negaron a cambiar sus metas
sociales. El estilo administrativo de la Compañía, que se concentra en las
personas, la diversión y la meta de la igualdad económica, complementó su
conciencia social que databa de los años 60. El nombramiento de un nuevo
director ejecutivo, el primero que no era fundador de la Compañía, continúo con la
tradición del activismo social. Robert Holland Jr. Aportó a su nuevo rol del líder
tanto sus sólidas capacidades administrativas como un añejo compromiso para
brindar estudios a jóvenes de minorías raciales.
El enunciado formal de la misión, como ilustra el credo de J&J que se presenta a
continuación expresa las creencias básicas de la cultura, define el éxito para los
empleados y establece los parámetros de los resultados. Los requisitos de la
industria en la cual opera la organización así como su cultura nacional pueden
ejercer influencia en las creencias que se expresan en el enunciado de la misión.
ALCOA. Paul O’ Nelly impuso cambios drásticos en Aluminiun Company of
America (ALcoa) cuando asumió el cargo de director ejecutivo. Su meta era
reducir la distancia entre las prácticas corrientes de Alcoa y la de los líderes del
mercado. Cuando menos un 80% en 2 años. Pensaba que el cambio se debía
operar dentro de la estructura de valores centrales de la Compañía relativos a la
integridad, el respeto a los demás y la seguridad.
Los héroes y las heroínas. Los héroes y las heroínas transmiten la cultura porque
personifican los valores de la empresa. El líder que es considerado héroe o
heroína refuerza los valores básicos de la cultura de la organización. Estas figuras
heroicas como actúan en calidad de modelos de roles y son símbolos y por
consiguiente representantes de la organización ante el mundo exterior, preservan
las cualidades especiales de la organización, establecen parámetros de
desempeño, motivan a los empleados y hacen que el éxito sea alcanzable y
humano. Los mandos medios que crean héroes y heroínas fomentan una serie de
valores en la empresa que pueden estabilizar la organización o acelerar el cambio.
62
SOUTHWEST AIRLINES. Herb Kelleher, director ejecutivo de SA, es un brillante
ejecutivo aunque discreto, que a principios de los años 90, había colocado a SA
en el 9no lugar de las líneas transportistas más gandes de EEUU. Kelleher conoce
por nombre a muchos de los empleados de SA. A su vez, ellos lo llaman
familiarmente “Tío Herb” o “Herbie”. En cirta ocasión se disfrazó de Klinger, el
personaje de la serie “Mash” de TV y se presentó ante el personal de
mantenimiento a las 2 de la mañana. Una vez, incluso recibió un golpe en la
cabeza trabajando como manipulador de equipaje, en uno de sis muchos intentos
por saber como se sentía se empleado de SA.
Los mitos y relatos. Los mitos son relatos de héroes y heroínas de la empresa que
sirven para transmitir y afianzar la cultura. ¿Qué les sugiere el relato insistente del
caso del espectacular ascenso del corrector de estilo que llegó a la Presidencia de
una importante agencia de publicidad respecto a los valores de la compañía? ¿Le
produce la misma impresión el caso del heredero de una fortuna familiar que es
nombrado Presidente de una Compañía?. Evidentemente, los temas de estos
relatos ofrecen pistas para conocer la cultura de la organización. Analice el
siguiente caso, que refleja una cultura en la cual los empleados asumen la
responsabilidad de satisfacer las necesidades de sus clientes.
STEW LEONARD’S. El Presidente de ST relata el siguiente caso: “Desenvuelvo
uno de nuestros emparedados de atún y sal y sale rodando un paquetito de
mayonesa. Pienso que el emparedado ya tiene bastante mayonesa asi que llamo
a Bill Hollis, un Gerente de Ultramarinos y le digo que elimine la mayonesa extra,
que es muy cara. Entonces, la semana siguiente abro un emparedado y la
Hellman’s vuelve a aparecer. Vuelvo a llamar a Bill y me dice: Tienes que hablar
con Mary Ekstrard, ella hace los emparedados. Llamo a Mary quien dice: Lo siento
Stew, los clientes quieren más mayonesa así que sigo incluyendo más en el
empaque. ¿Saben como reaccioné? ¡Bravo Mary!.
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Los rituales y ceremonias. Los rituales, como sería exhibir los logros de un equipo
o los resultados de fin de año, y las ceremonias como lo serían las cenas de
despedida o los premios para el empleado del mes, contribuyen a la cultura de la
empresa porque hacen patentes los valores básicos de la organización. La
celebración por los 25 años de servicios por ejemplo, refleja una Compañía que
concede valor a la lealtad. Estos eventos, que suelen ir ligados a un relato
organizacional correspondiente sobre los méritos de los años de servicio en la
empresa pueden explicar patrones nuevos de comportamiento o reforzar los ya
existentes.
Los rituales o las ceremonias también pueden funcionar como ritos de iniciación,
delineando el ingreso en el círculo interno de una organización o acelerando la
transición al liderazgo. Por ejemplo, un desayuno o una cena “con un equipo
nuevo” demarca el cambio de la composición del equipo anterior. Además de
celebrar el tránsito a roles sociales nuevos, los ritos también pueden reforzar o
disolver identidades sociales, renovar o remozar estructuras sociales, reducir los
conflictos y fomentar los sentimientos comunes entre los miembros del grupo.
Las disposiciones físicas. La selección y la disposición de la oficina y los muebles,
muchas veces revelan información importante de la cultura de la empresa y de sus
valores subyacentes. Compare la cultura de una empresa de inversionistas que
sólo proporciona a sus corredores un escritorio y un teléfono con la cultura de un
adversario que proporciona a sus corredores oficinas privadas.
¿En qué difieren las culturas de estos dos despachos de inversionistas? Muchas
veces, las disposiciones físicas se pueden usar para sustentar los valores
culturales. Por ejemplo una organización que acomoda los escritorios en un área
común o que proporciona muchas salas de juntas puede fomentar el trabajo en
equipo. El correo electrónico y las video conferencias representan otro medio para
fomentar la comunicación y el trabajo en equipo entre trabajadores situados en
puntos distantes.
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