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INTRODUCCION
Según el diccionario, la definición de leyenda es: "una narración oral o escrita,
ya sea en prosa o verso, con una mayor o menor proporción de elementos
imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o
fundada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. se
transmite habitualmente de generación en generación, casi siempre de forma
oral, y con frecuencia son transformadas con añadidos o modificaciones".
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PROLOGO
Las leyendas no hacen a un pueblo, pero un pueblo sin leyendas es un pueblo
que no reconoce su ingenio. Tal vez mucho de lo que ellas cuentan es
imaginería, pero en estas se aprecia la creatividad de su gente. El pueblo
mexicano cuenta con muchas historias que de boca en boca a través de los
tiempos se han escuchado, comentado, temido. México es rico en relatos que
están más allá del tiempo.
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INDICE
Leyenda Calle de las Ánimas (Aguascalientes)………………………………………….....7
Leyenda el Pozo de las cadenas (Baja California)…………………………………………8
Leyenda La Maldición de Cabo San Lucas (Baja California Sur)…………………………9
Leyenda La Bruja del Morro (Campeche)………………………………………………….10
Leyenda El Sombrerón( Chiapas)…………………………………………………………..12
Leyenda El maniquí de la casa de Pascualita (Chihuahua)……………………………..13
Leyenda La Novia Vestida de Blanco (Coahuila)…………………………………………14
Leyenda Puente de Los Suspiros (Colima)……………………………………………….15
Leyenda Cueva Colorada (Durango)……………………………………………………….16
Leyenda de Las Momias (Guanajuato)…………………………………………………….17
La leyenda de Acatl y Quiáhuitl (Guerrero)……………………………………………….18
Leyenda La mujer de negro (Hidalgo)……………………………………………………...19
Leyenda El vampiro del panteón de Belén (Jalisco)……………………………………...20
Leyenda Origen del Sol y la Luna (Edo. De México)……………………………………..22
Leyenda La cañada de las vírgenes (Michoacán)………………………………………...24
Leyenda del Tepozteco (Morelos)…………………………………………………………..26
Leyenda de la Laguna de Santa Maria del Oro (Nayarit) ………………………………..27
Leyenda La cueva de Agapito Treviño (Nuevo León)…………………………………….28
Leyenda El callejón del Muerto (Oaxaca)…………………………………………………29
Leyenda Don Pedro Guzman y su ganado de toros (Puebla)…………………………...30
Leyenda La Sombra de Maximiliano (Querétaro)…………………………………………31
La leyenda de Ixchel e Itzamná (Quintana Roo)…………………………………………..32
Leyenda La Serpiente de Siete Cabezas (San Luis Potosí)……………………………..33
Leyenda El tesoro del Charco Verde en El Salto (Sinaloa)………………………………35
Leyenda El Casino del Diablo (Sonora)……………………………………………………37
Leyenda El vaquero fantasma (Tabasco)…………………………………………………39
Leyenda del cerro partido (Tamaulipas)………………………………….........................40
Leyenda Matlalcueitl (Tlaxcala)……………………………………………………………..41
Leyenda La Mulata de Córdoba (Veracruz)………………………………………………..42
Leyenda Nicté Há – Flor de Loto (Yucatán)……………………………………………….44
Leyenda El tesoro del cerro del Xoconostle (Zacatecas)………………………………...46
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Leyenda Calle de las Ánimas
Leyenda del Estado de Aguascalientes
La viejecita chupa y chupa con sus
labios rosa, el pobre anciano al
arrimo de la de pronto el corazón le
palpita y se levanta temblando cual si
fuera la hora final de su existencia.
Lloró un momento, luego se arrodilla;
suenan las ocho de la noche y reza: "
Padre nuestro que estas en los
cielos" y el anciano seguía: Hágase
tu voluntad así en la tierra como en el
cielo", los tres rezaron a una voz y a
finalizar cantaron el "Alabado".
A la misma hora los pocos vecinos hacían igual cosa, la oscuridad de la calle
imponía, las estrellas brillaban y un tecolote cantaba con todo pavoroso, pasa
la hora, es llegado el momento de la cena y después se duermen arrimados y
sueñan, cual niños en la aparición de las ánimas que volvían del panteón
pidiendo sufragios.
Al día siguiente iban nuestros personajes por la mañana a practicar el rito del
culto a sus antepasados, el que consistía en barrer las tumbas; costumbre
general del pueblo, así como en otras ciudades; costumbre que vino
olvidándose hasta borrarse aún en las tablas de los viejos que viven y que solo
cuentan de memoria agregando a todo esto lo que se hacía el día de los
muertos: la ceremonia que ellos llamaban "La Ofrenda" y que consistía en
distintos comestibles, sin saltar la característica de los condonches, la calabaza
y el camote con la miel de abejas. Y de acuerdo con el rito, si era el deudo
niño, niña, joven o anciano, alegre, huraño, activo, si tenía familia, etc, etc, si
era quien repartía la ofrenda mayor, al primero de los asistentes que
caracterizaba al desaparecido.
Volviendo a los actores de la leyenda: pasados los años, se enfermó el joven,
sus padres hacían esfuerzos mil para salvarlos de la muerte; pero la llama de la
fiebre quemó sus venas y acabó con aquella vida en flor.
Sus padres, inconsolables por el sufrimiento que causará la desaparición de su
hijo, pasaron a la otra vida, y cuentan los vecinos que entre todas las almas
que volvían del panteón al punto de las ocho a su tarea de pedir oraciones y el
barrido de sus tumbas, conocían entre todas, las que nuestros personajes que
insistían con sus ruegos haciendo más pavorosa aquella oscuridad que
llamaba al respeto que a esa hora debía guardarse.
Así era al toque de ánimas que decían llamaba a la idea de la muerte y
excitaba al amor a la vida y a bajar los ojos hacia el puño de cenizas de los
muertos, pensar en un miserable sepulcro y cincelarse un relicario.
Esta es la calle de las ánimas, hoy Gómez Farías, por donde regresaban
lentamente en marcha fúnebre aquellos cuerpos de ojos ausentes de sus
órbitas vacías, de manos huesosas y pies ya enjutos, llenando de pavor a
todos los vivientes de aquellas calles y dejando el recuerdo que le dio su
nombre.
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Leyenda El pozo de las cadenas
Leyenda del Estado de Baja California
Por: Omar Haniel Collins Garcia.
Cuentan en Tecate, un pueblo ubicado al final de la Rumorosa, que en tiempos de la
revolución, allá por 1910, vivía un matrimonio sin hijos, personas pacíficas y
trabajadoras. El señor cultivaba sus tierras, mientras su esposa se hacía cargo de la
casa. En ese entonces no había mucha gente en los alrededores y los caminos eran
sólo brechas secas que levantaban unas tolvaneras que dejaban ciego a cualquiera.
Cierto día, unos hombres tenían mucha sed porque llevaban horas caminando bajo el
sol que, antes como ahora, quemaba durísimo. Al ver al señor que trabajaba en su
parcela, se acercaron.
— ¡buenas tardes! —saludaron.
— ¡buenas tardes! —Contestó el señor, dejando su labor y echándose aire con el
sombrero—. ¿Qué les trae por acá?
—Las ganas de encontrar buena fortuna —respondió uno de los hombres.
—Vamos para Tijuana, ya atravesamos la rumorosa —dijo el otro.
—pues todavía les queda mucho camino.
—tenemos sed, ¿no tendrá un poco de agua que nos regale? —preguntó uno de los
extraños.
— ¡qué caray!, me acabo de tomar el último trago —respondió el campesino— pero si
no tienen prisa, mi casa está cerca y tengo un pozo.
—No, no tenemos prisa, vamos —dijeron los hombres.
El señor se apresuró a levantar sus aparejos; estaba contento porque, como era raro
que alguien pasara por el lugar, la visita de gente era una novedad y se aprovechaba
para saber cosas de lejos. Así que sin desconfiar, llevó a los hombres hasta su casa;
al llegar les presentó a su esposa y éstos saludaron quitándose el sombrero.
Los hombres bebieron toda el agua que pudieron, comieron como si llevaran días sin
probar alimento y platicaron largo rato. La tarde iba cayendo, los coyotes comenzaban
a aullar, mientras la luna dejaba ver sus primeros rayos. Los hombres no dieron
muestras de marcharse, se veía que estaban a gusto. Entonces el señor y su esposa,
les prepararon un catre con ramas de cachanilla donde dormir. Muy avanzada la
noche, un grito se escuchó haciendo eco a lo lejos...
Nadie sabe qué ocurrió, pero cuentan que los extraños se pusieron de acuerdo para
robarle al señor lo poco que tenía, y como se resistiera lo amarraron con
unas cadenasy lo echaron al pozo. La luna fue la única testigo de aquel suceso; de su
esposa, así como de los hombres, no volvió a saberse nada.
Desde entonces, hay noches en que
en el pozo se oye mucho ruido. Quien lo
ha oído, dice que el muerto logra salir y
arrastra sus cadenas mientras llora
entristecido; dicenque vaga en busca de
su esposa desaparecida y de los
desalmados que lo mataron. La gente
que pasa por ahí muy de mañana
comenta que se pueden ver claramente,
alrededor del pozo, las huellas de unos
pies encadenados.
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Leyenda La Maldición de Cabo San Lucas
Leyenda del Estado de Baja California Sur
Cuenta la leyenda que cuando Cabo San Lucas era un lugar poco poblado
llegó un barco con enfermos de fiebre amarilla que días antes había estado en
La Paz, donde les negaron la entrada a puerto. Este barco llego al muelle de
cabo San Lucas y los presentes al percatarse de la palidez de las personas que
estaban en proa, les negaron la entrada.
Era uno de esos días calurosos y desde el interior del barco salió una mujer de
edad avanzada que con su andar mostraba lo enferma que estaba. En brazos
traía a un niño y lo único que pidió la anciana y los tripulantes de este barco a
los presentes que se encontraban en el muelle, fue un poco de agua y de
alimento. Estos no solo les negaron los víveres, sino que además el agua y la
comida la lanzaron al mar y después soltaron unas carcajadas de burla.
Se dice que esto provocó la ira de los tripulantes de este barco que eran
húngaros y además videntes. La mujer maldijo a todas las generaciones de
quienes estaban presentes en el muelle, quienes morirían de forma atroz e
incluso
maldijo
al
puerto
de Cabo
San Lucas diciendo
que
un día desaparecería cuando el mar se viniera encima de ellos cobrando lo
negado y lo robado. Seguido de esto el barco se fue.
Narran que el señor Thomas Ritchie, en esos momento llegó y al ver que el
barco se iba pregunto qué sucedía. Al conocer este hecho envió a dos
personas de su confianza para que trajeran el barco de regreso ya que él les
podía brindar lo que necesitaban. Sin embargo cuando el bote se acercó al
barco ellos se negaron a regresar, insistiendo en la maldición que recaería
sobre ellos.
Aunque esto aparece en las notas y bitácoras de algunas familias que
posteriormente llegaron a vivir a Todos Santos y a La Paz, no se sabe a ciencia
cierta si en verdad ocurrirá. Sin embargo los presagios de un final catastrófico
se han hecho presentes por años.
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Leyenda La Bruja del Morro
Leyenda del Estado de Campeche
Cuenta la historia que en los morros de Seybaplaya Campeche, existen unas
grutas o cavernas donde rebotan las olas del mar. En esta zona los pescadores
no pueden pasar con sus embarcaciones pues son arrastrados y los que caen
en esta trampa jamás aparecen. Esto tiene una explicación supersticiosa y muy
comentada por los lugareños.
Resulta que hace mucho tiempo en este poblado, la comunidad que lo habitaba
desde hace muchos años, notaban que de la noche a la mañana familias
enteras simplemente desaparecían del poblado. Al principio no era tan extraño
que las familias emigraran por motivo de búsqueda de trabajo pero en este
poblado la desaparición de familias era muy frecuente. Los lugareños notaron y
se fijaron que estos iban desapareciendo en forma consecutiva de casa
en casa.
Esto alarmó a los habitantes del pueblo quienes decidieron contratar un
hechicero para que descifrara el misterio. El fulano muy reconocido por
dominar la magia blanca en pro de la comunidad, después de varios días,
realizó una reunión para notificar al pueblo el resultado de su trabajo.
Sorprendió a los pueblerinos cuando les dijo que la razón por la que las familias
desaparecían sin dejar rastro era porque el pueblo era visitado por un ser
maligno con apariencia humana, la cual devoraba a toda la familia; de esta
manera no dejaba sospecha alguna. Mas el hechicero no era capaz de
atraparla si no hasta el momento que este estuviera engullendo a sus víctimas
ya que era el único momento en que se despojaba de su apariencia humana.
El experto brujo ideo un plan en el
cual sería expuesta la familia que en
el orden cronológico continuaría para
la bestia. Cuidadosamente planearon
con todos los miembros de la familia
la
forma
en
que
atraparía
al ente demoníaco, conocido como la
vieja Ishawuu. Para esto se
incorporaría a la casa como un
miembro más de la familia.
Uno de esos días, llegó a la puerta a tocar una viejecilla inofensiva y de mirada
triste la cual argumentaba que estaba de paso por el pueblo y que no tenía
donde pasar la noche y pidió que si podía pasar la noche en cualquier parte de
la casa. La familia al ver sus rasgos y la desprotección aceptó gustosa de dar
posada a la viejecilla, sin sospechar que esa noche corrían un gran
peligro. Astutamente el hechicero, no muy convencido, se preparó sin avisar a
la familia para no alertar a la bestia.
La viejecita muy apacible ubicó su jacal a la salida de la puerta trasera que
llevaba a los baños de la humilde casa. Pasada la media noche el hechicero
notó que uno a uno los miembros de la familia iban saliendo directo a las
letrinas con signos en sus rostros típicos de un dolor de estómago.
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Al notar el hechicero tal situación, se preparó con sus herramientas de trabajo y
salió al lugar donde reposaba la viejilla pero se llevó una gran sorpresa al ver
que allí solo había un bulto de pellejo. Inmediatamente tomo tal pellejo y
rezando unas oraciones lo rellenó de sal y acto seguido, procedió a juntar una
gran cantidad de bejucos, los cuales mojó con agua bendita.
Corrió sigilosamente al baño y encontró a un animal con forma demoníaca con
la boca abierta más grande que la de un ser humano que ya tenía engullido a
un miembro de la familia. Sin darle tiempo alguno a la bestia, la envolvió con
las ramas antes preparadas y le echo un conjuro. Las ramas inmediatamente
se convirtieron en cadenas las cuales lo atraparon y sujetaron sin que se
pudiese escapar.
Los habitantes del pueblo encerraron a la vieja Ishawuu en las grutas para que
se ahogara cuando subiera la marea ya que al hacerlo se inundaban por
completo. De este modo la bruja se ahogó encadenada por el conjuro, no sin
antes lanzar un grito de amenaza de que regresaría a vengarse.
Dice la leyenda que el hechizo del brujo solo fue por 300 años y que en estos
tiempos está por romperse tal hechizo. Verdad o mentira, eso solo el tiempo lo
dirá. Y veremos si se repite las desapariciones de familias en este poblado.
Esperemos solo sea una leyenda!
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Leyenda El Sombrerón
Leyenda del Estado de Chiapas
Por: Rogelio Paniagua
Cuenta la leyenda que El Sombrerón en primer lugar elige a sus víctimas,
para hacerse presente, quienes lo han visto lo describen como un personaje
muy alto, fornido y con un traje elegante de color negro, botonaduras de oro,
botas enormes con espuelas de plata. Su rostro no se le ve con claridad,
porque utiliza un enorme sombrero color negro que cubre parte de su rostro y
espalda.
Este personaje se le aparece a quien ha elegido para conquistar su alma,
causándole una conmoción que lo paraliza, impidiéndole moverse o caminar
para salvarse; en quien provoca una angustia, miedo indescriptible,
e incapacidad siquiera de hablar o defenderse; el sombrerón transmite en su
presa descargas incontrolables de escalofrío constante a todo el cuerpo, y a
quien captura en el momento le ofrece riquezas y larga vida; quienes llegan a
caer en su trampa ceden ante los ofrecimientos del sombrerón y una vez que
ha aceptado el trato los deja abandonados en sitios lejanos a donde
inicialmente capturó a la persona.
Cuando ha logrado su objetivo El Sombrerón se aleja del sitio y montado en
un enorme caballo negro azabache atraviesa las calles de San Fernando, en
medio de un amedrentado aullar de perros a su paso. Comentan que han
existido lugareños que en medio de su curiosidad intentan ver el paso de este
personaje y extrañamente se aplican en los ojos, secreciones de los ojos de un
perro, con el cual pueden ver los fantasmas y personajes que deambulan
penando por el espacio, sin embargo el riesgo es mortal, ya que quien llega a
presenciar una visión puede quedar atrapado en esa dimensión y mostrar
signos de locura o incluso terminar con un desenlace fatal.
Y en este cuento los niños no están exentos del riesgo, porque quien es
atrapado y ha vendido su alma al sombrerón, para liberarse de tal
maldición, exige en pago el alma inocente de un niño para lograr salvarse y es
el encargado de robar a infante para ofrecerlo al sombrerón.
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Leyenda El maniquí de la casa de Pascualita
Leyenda del Estado de Chihuahua
Llego proveniente de París allá por 1930, por pedido de Pascualita Esparza de
Pérez a la ciudad de Chihuahua, un maniquí de extraordinarias características,
su rostro era algo inigualable de mucha belleza pero sobre todo parecía una
mujer real. Fue bautizada con el nombre de Encarnación, y recibía gratos
cuidados por parte de los empleados de La Casa de Pascualita (La Popular);
su cabello era humano y su mirada penetrante.
Cierto día llego un gurú extranjero,
que
se
obsesiono
por
tan grata hermosura y pidió por todos
los medios que tal belleza volviera a
la vida. Todas las noches el gurú
pasaba a recoger a la mujer y
paseaban juntos por los lugares más
famosos de la ciudad desde el
Hotel Hilton, La Caleza y por las
calles citadinas. Aquel extraño
personaje, trato de comprar el
maniquí, pero Pascualita no quiso
venderlo. El Gurú en venganza antes
de retirarse de la ciudad incendio el
maniquí, pero se conservó el rostro
intacto. Se conserva la cabeza
pegada a un cuerpo de yeso.
Antes del suceso, la población Chihuahuense empezó a sospechar de la pareja
y Pascualita recibía llamadas con amenazas porque se pensaba que Pascualita
realizaba ritos satánicos con el maniquí e incluso se recibió una
demanda judicial en la que se pidió entregara maniquí. Hoy se dice que la
mirada del maniquí sigue a todo el que se le queda viendo y hay quien diga que
tiene venitas en los ojos con el coraje quizá de haber sido un día medio
destruida por un brujo.
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Leyenda La Novia Vestida de Blanco
Leyenda del Estado de Coahuila
Por: Prof. Jorge Luis Esquivel Pérez y Ma. Antonieta Oyervides de Esquivel
Se dice que hace muchos años alrededor de 1873, en esta villa de Patos (hoy llamada
General Cepeda) vivía un joven militar que estaba enamorado de una bella jovencita
que había pedido en matrimonio y debido a las costumbres de antes la novia era
depositada en la casa de los padrinos de la boda, y ahí permanecía sin salir hasta la
fecha en que se iba a realizar el matrimonio.
El joven pretendiente pertenecía a la guarnición que comandaba el Gral. Victoriano
Cepeda, en esta plaza y un día antes de que los jóvenes se unieran en matrimonio,
hubo una acción de armas entre el Congreso y el Gobierno del Estado que se efectuó
en un rancho cercano a esta población llamado San José del Refugio.
Ese mismo día el joven pretendiente va en busca de su amada para avisarle que tenía
que ir pero que regresaría para que se efectuara el casorio, diciéndole a su amada que
estuviera lista, que él llegaría a tiempo.
Pero el joven sin saber que esperaba la muerte en esa acción de armas no pudo llegar
a la cita, y la joven enamorada y llena de ilusiones, se alistó poniéndose su vestido de
novia y así esperó y esperó convencida de que su amado joven regresaría como se le
había prometido, pero la joven perdió la razón desde ese momento que le avisaron
que el joven militar había muerto en batalla y duró muchos años, vagando y
recorriendo las calles.
Siempre se le veía con el vestido de novia blanco que salía de la Iglesia de San
Francisco de Asís y se dirigía por la calle de Gral. Cepeda hacia el sur y al llegar a la
calle de Zaragoza da vuelta por la casa del Dr. Jesús Vitela hasta la calle de Guerrero,
por la casa de la Sra. Isidra Téllez y da vuelta por la calle de Juárez hacia el norte y
entraba a la casa de los padrinos donde la tenían depositada.
Y así murió aquella joven esperando la llegada de su
amado, aunque su cuerpo fue el que dejó de existir, su
espíritu seguía vagando con la esperanza de que algún
día regresaría su amado, los padrinos tuvieron que dejar
la casa después de la muerte de la joven, porque a diario
se aparecía, la vivienda quedó abandonada porque la
gente le tenía miedo a la novia vestida de blanco.
Y así trascurrieron los años, hasta que mis suegros
adquirieron esta casa a pesar de lo que la gente les
advertía, mi esposo Reyes Esquivel y sus hermanos
crecieron en esta casa en compañía de la novia vestida
de blanco y se acostumbraron a verla entrar a su casa y
recorrer el patio y desaparecerse en un granero que se
encontraba en el fondo del patio, mis cuñados alzaron el
vuelo y partieron de esta casa quedándose mi esposo
Reyes, mis 8 hijos y yo con sus padres hasta que
fallecieron.
Ahora mis hijos y mis nietos han crecido en esta casa acompañados de la novia
vestida de blanco, la gente la ha visto que va como flotando porque sus pies no tocan
el suelo. El sentir y ver su presencia, más que miedo, creo que sería más bien un
ejemplo de amor y fidelidad, que ni la muerte la ha dejado desistir de esa eterna
espera de su amado. Su vestido es de encajes de color blanco, de los modelos de
novia de aquella época. Entre sus manos trae un ramo de flores blancas y una chalina
del mismo color que le cubre la cabeza y la cara. Su caminar es erguido, y así recorre
las calles hasta entrar a mi casa y perderse entre las sombras del patio trasero.
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Leyenda Puente de Los Suspiros
Leyenda del Estado de Colima
Transcurrían los años 1909-1910 y se construía el primer puente en la
población de Comala sobre el Río San Juan, calle Progreso, a fin de ser
inaugurado con motivo de las festividades conmemorativas del Centenario de
Iniciación de la Guerra de Independencia.
Era inmensa la novedad de los vecinos y más aún de los menores quienes, sin
prever el peligro, constantemente se acercaban a observar los trabajos.
Ante tal situación los padres de familia, deseando evitar un accidente, optaron
por advertir a sus hijos que los trabajadores tomaban niños y aún vivos, los
incrustaban en muros y columnas.
Cierto día un infante incrédulo de la advertencia de los mayores, atónito,
observó sangre en la mezcla de arena y cal que un obrero utilizaba para unir
los ladrillos de barro, por lo que pregonó en el pueblo ser verdad la indicación
que habían recibido de los adultos.
La mezcla contenía sangre de animal, ya que según la creencia y tradición
entre los maestros de obra debería agregársele para dar resistencia a la
edificación.
Lo anterior dio origen a que ya terminada e inaugurada la obra, principalmente
las mujeres solas, se abstuvieran de transitar por ahí, ya que aseguraban
escuchar los llantos y "suspiros" de los niños sepultados que las confundían
con sus madres que los habían abandonado.
Los adultos que carecían del don en la lectura señalaban la inscripción
localizada en una de las columnas, relativa a datos sobre su inauguración,
manifestando que ahí se leían los nombres de los infantes enterrados "vivos".
Por muchos años a este puente "Hidalgo" se le conoció por el "puente de los
suspiros".
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Leyenda Cueva Colorada
Leyenda del Estado de Durango
Cuenta la leyenda que en las sierras de Durango había varias cuevas tapadas
escondiendo diferentes riquezas. De una de ellas se decía que contenía
arcones de oro, ropa, muebles, sillas de montar y aparejos.
Un hombre que sabía y conocía estas leyendas, decidió buscar por esos
rumbos alguna cueva tapada.
Un día subió por las laderas de la montaña acompañado de algunos amigos
para cortar ramas, de repente vio un agujero, pero prefirió no comentar nada.
A la mañana siguiente, platicó lo que
había visto con sus amigos y juntos
decidieron ir a investigar qué había
dentro de ese agujero.
Ya frente a la pequeña cueva, uno de
ellos dijo que estaba dispuesto a
arrastrarse hacia su interior, y de esta
manera consiguieron unos pedazos
de ocote y los utilizaron como
mechón. El hombre se arrastró y
penetró unos cinco metros al interior
del agujero.
De pronto unos montoncitos de tierra roja comenzaron a tapar la entrada, al
darse cuenta se quedó atónito mirando la tierra que caía, se acercó a la pared
y comenzó a tocarla. Había rayas de un rojo más intenso que formaban grietas.
En una de ellas le cabía la mano hasta la muñeca y al sacar puños de tierra, le
daba la impresión de que era agua, sin embargo, tiempo después, supo que
era una veta de almagre (óxido rojo de hierro, más o menos arcilloso,
abundante en la naturaleza y que suele emplearse en la pintura).
No se dio cuenta del tiempo que había pasado, pero los ocotes que llevaba de
reserva se le agotaron, así que comenzó a buscar la salida, pero por más que
daba vueltas no la podía encontrar. De repente, de atrás de aquellos montones
de tierra salió un señor y le dijo: "No se asuste, soy habitante de un pueblo
cercano y me permitieron entrar para ayudarlo".
Comenzaron a platicar y el hombre le dijo que en ese lugar había un gran
tesoro escondido: "Es tanto que a quien lo contemple le dará angustia",
entonces le señaló hacia atrás de los montones de tierra indicándole que esa
era la entrada a otra galería en donde estaba enterrado todo el oro, pero como
los ocotes se acabaron, tuvieron que salir de inmediato. Cuando por fin salió de
la cueva, todos los compañeros gritaron de felicidad pues estaban
preocupados. De pronto volteó y dijo: "Se me olvidó el señor que había entrado
a auxiliarme, ¿acaso no ha salido?". Sus amigos quedaron atónitos, pues ellos
no habían enviado a nadie adentro.
Desde entonces, los hombres no pudieron organizarse para regresar a aquél
lugar, pues encontraron muchos impedimentos, como fuerzas extrañas que no
les permitían volver.
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Leyenda de Las Momias
Leyenda del Estado de Guanajuato
Cuenta la historia que las momias viajeras acababan de regresar de su viaje
por Estados Unidos y estaban de vuelta en Guanajuato, entonces al enterarse
de esto un turista decidió viajar hasta el museo de las momias para conocerlas
personalmente, para apreciar su apariencia y su historia. Cuando el hombre
llego al museo contempló asombrado a todos los ejemplares, pero antes de
terminar su recorrido se percató de que faltaba una momia en su vitrina, pero
no le dio importancia a este hecho, ya que supuso que de seguro se encontraba
en restauración. Luego de terminar su recorrido, el hombre abandonó el recinto
cuando ya estaba anocheciendo, al cruzar la calle vio a una mujer que
caminaba torpemente por la calle, ésta estaba a punto de ser atropellada por
un coche, así que se apresuró a empujarla lejos para salvarla, la mujer se
incorporó y le tendió la mano al hombre en señal de agradecimiento, el sujeto
accedió al saludo y al momento de estrechar la mano de la mujer un dedo se le
desprendió a esta y se convirtió al instante en hueso, la mujer salió corriendo y
el hombre no volvió a verla. Dicen que era la momia desaparecida, la cual
siguen aun caminando por las noches en las calles de Guanajuato.
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La leyenda de Acatl y Quiáhuitl
Leyenda del Estado de Guerrero
La tribu Yope estaba asentada en las inmediaciones de la bahía (actual Acapulco) y
sorpresivamente se vio atacada por otra tribu de origen náhuatl que los derrotó y los
obligó a huir. Esa tribu náhuatl era nómada y se establecería transitoriamente en el
lugar arrebatado a los Yopes.
Durante el tiempo establecido en la cuenca de la bahía, en la tribu náhuatl, la mujer del
jefe de dicha tribu da a luz a un baroncito que le ponen por nombre Acátl (carrizo). El
padre de Acátl encomienda su hijo a la protección de Quetzalcóatl.
Pasado algún tiempo, los nómadas abandonan el lugar arrebatado a los Yopes y se
retiran en busca de otros sitios de caza más abundantes de esa estación.
Al transcurrir de los años, Acatl llega a la edad de buscarse una esposa y, con el
consentimiento de su padre, parte en busca de ella y en su largo peregrinar llega al
sitio donde se encontraba la tribu Yope (a quienes habían obligado a huir) y se
enamora perdidamente de Quiáhuitl, la hija del jefe, sin saber que pertenecía a la
tribu que su padre había derrotado en los alrededores de la bahía (de Acapulco).
El padre de Quiáhuitl (Yope) odiaba al padre de Acatl (Náhuatl) por haberlo
expulsado de las inmediaciones de la bahía, se negó a la celebración de la boda y
maldijo a Acatl, invocando a sus dioses para hechizarlo. Entristecido, Acatl tomó el
camino de regreso a casa y dando paso a su desilusión y tristeza, sin saber que con
ello se cumplía el hechizo, lloró tanto su amargura, que las lágrimas incontenibles de
sus ojos humedecieron su atlético cuerpo, el cual poco a poco se fue deshaciendo,
derritiéndose completamente, para convertirse en un charco de lodo y no de sangre, y
de ese charco, como hijos de Acatl, comenzaron a brotar carrizos.
Al constatar el daño que le habían ocasionado a
su protegido, Quetzalcóatl, furioso castiga a los
Yopes en la persona de Quiáhuitl, a quien
convirtiera en una nube cargadade energía. Una
tarde esa nube penetra por la bocana a la bahía y
habiendo localizado los carrizos, hijos de su
amado Acatl, furia y celos la invaden, e
inmediatamente se arroja sobre ellos en forma de
tromba, causando destrucción y arrasándolos para
morir en el lodazal y fundirse con Acatl, realizando
de esa forma el sueño de amor de esos dos
jóvenes que pertenecían a dos pueblos opositores.
Esta leyenda de Acatl (carrizo) y Quiáhuitl dan origen a la palabra "Acapulco" (AcatlQuiáhuitl) que significa "carrizos destruidos en el fango", "lugar de las cañas en el
lodo", "lugar de las cañas o carrizos grandes", "Carrizal destruido", "lugar donde fueron
destruidos o arrasados los carrizos" y otras definiciones que siempre están
relacionadas con carrizo (acátl), lodo y agua de una nube (Quiáhuitl). Leyenda de
amor de dos jóvenes divididos por el odio de sus pueblos.
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Leyenda La mujer de negro
Leyenda del Estado de Hidalgo
Por David Guerrero R.
Cuentan que hace algunos años, allá por el 1951 empezó a aparecer
una mujer vestida completamente de negro, en la carretera entre Pachuca y Real del
Monte. Las personas que me lo contaron son de intachable conducta y muy conocidos
en los medios comerciales y sociales de este rincón minero y casi todos coinciden en
sus relatos, salvo algunas pequeñas diferencias.
Como casi todas las apariciones, no tienen una hora o día preciso para hacerse
presentes a los humanos y así ha sucedido con esta dama.
Se aparece la dama vestida toda de negro y con sombrero y velo, siempre escoge las
noches con más neblina y sólo se les aparece a los conductores que viajan
solos después de la media noche y en la madrugada.
Nos cuentan que don Refugio Fragoso era chofer de un auto de alquiler y que una
noche iba para Pachuca, como a las dos de la madrugada, cuando al llegar al
monumento al Ing. Clifford vio a una mujer vestida de negro, y como es un lugar
solitario, pensó que le hacía señas de que se detuviera y por la neblina no vio
el automóvil, que pensó se le había descompuesto a dicha dama, así es que le
pregunto a donde quería que la llevara; una vez que se había sentado en el asiento
trasero del auto, la dama le contestó que la llevara frente al panteón inglés, en Real
del Monte, porque ahí la estaban esperando.
Así lo hizo don Refugio, dio la media vuelta y enfiló hacia Real del Monte y aunque
extrañado por el lugar, no dijo nada, y, por fin, llegaron al panteón donde la señora se
bajó del auto, diciéndole al chofer que la esperará; sin embargo, al ver don Refugio
quedicha señora atravesaba la reja del panteón y caminaba hacia las tumbas, arrancó
el coche y salió huyendo hacia el centro. Desde entonces, dicen que don Refugio
jamás anduvo de noche por la carretera de Real a Pachuca.
Don Jaime nos cuenta que por el trabajo que
desempeñaba, casi durante un año tuvo que viajar
a las tres o cuatro de la mañana de Real del Monte
a Pachuca. El naturalmente no sabía nada de la
leyenda, así que viajaba sin temor, cuando una
ocasión en que habíamucha neblina, vio en el
mismo lugar a la Dama de Negro y pensando
que habíasufrido algún accidente, se detuvo. La
señora le dijo que si la llevaba a Pachuca y se
subió a la camioneta. Don Jaime trató de hacer
plática con la desconocida, más no tenía respuesta
y la única explicación que dio dicha señora es que
andaba buscando a una persona y que por favor la
llevara a San Bartolo, por el lado del panteón
municipal de Pachuca. Don Jaime le dijo que lo
disculpara, pero tenía que entrar a trabajar, por lo
que la dejaría en un sitio de autos para que la
llevaran hasta su destino.
.Cual sería la sorpresa de don Jaime, cuando acabando de pasar la capilla a la Virgen
de Guadalupe que se encuentra como tres curvas de donde levanto a la dama, esta ya
no estaba dentro de la camioneta.
Desde esa ocasión, don Jaime prefiere viajar acompañado de su esposa doña Ma.
Guadalupe; y así como estas, hay varias narraciones de personas que se les ha hecho
presente la Dama de Negro, y si algún día te la encuentras en una noche de neblina,
súbela a tu auto y pregúntale el porqué de su presencia, a lo mejor tú si la puedes
ayudar, o quién sabe si tú eres la persona que ella
17
Leyenda El vampiro del panteón de Belén
Leyenda del Estado de Jalisco
Por: Gerardo Pagano
Según se cuenta, en fecha no precisada, la ciudad de Guadalajara se vio
sacudida por una sucesión de muertes extrañas, al principio de animales
callejeros, como perros o gatos, más tarde de vagabundos, hasta llegar a
cualquier clase de persona, por lo que la ciudad se sumió en una ola de terror.
Nadie quería abandonar su hogar después de la caída del sol.
El comercio se paralizó; las familias dejaron de visitarse, no era
posible confiar en nadie. No obstante, más que el temor a un asesino que
estuviese asolando las calles de Guadalajara, el rumor era que entre sus muros
se había producido la llegada de un vampiro.
Hubo
una
reunión
entre
las
autoridades de la ciudad y se convocó
a cualquier experto, estudioso o caza
recompensas que los librara de esa
maldición. Se presentaron varios
candidatos, pero la mayoría eran
simples aficionados, estafadores o
gentes sin experiencia en el mundo
de lo esotérico. Finalmente, tras una
larga espera, pudieron dar con la
persona indicada.
El hombre en cuestión les indicó que para hacer salir a un vampiro de su
escondite, hay dos opciones muy útiles: la primera es quemar el lugar en donde
se supone que mora. Aunque la noche aún no haya caído, la amenaza del
fuego lo despertará; se verá acorralado y no podrá escapar, acosado por un
lado por los enfurecidos vecinos, y por otro por la luz solar. No obstante, existía
en este caso un problema: nadie sabía dónde se guarecía el vampiro.
Surgió entonces la segunda vía: acosar al vampiro con el hambre. Pronto el
pueblo fue un desierto: no hubo ni hombre ni mujer ni niño ni animal que
aventurara por las calles, ni por la noche ni durante el día. Previo a ello, por
supuesto, habían acopiado gran cantidad de provisiones para soportar la
espera.
Cuando hubieron pasado unas dos semanas, al caer el sol, el cazador de
vampiros avistó a un hombre alto, enjuto, moviéndose con lentitud por calles
periféricas de Guadalajara. Él y un grupo de vecinos armados con estacas y
cruces lo rodearon. El vampiro, desesperado por la falta de sangre, intentó
atacarlos, pero la fuerza del número lo derrotó y pronto fue prisionero de la
partida. Mientras decidían que hacer con él, el cazador de vampiros fue
terminante: no se deja vivir al vampiro, hay que destruirlo o eventualmente se
recuperará y matará a todo el pueblo. El vampiro fue muerto con una estaca en
el corazón, decapitado y quemado. El caza recompensas recibió su cuantiosa
paga y se marchó. Pero algo salió mal y arruinó el final feliz que la gente de
Guadalajara esperaba.
18
En lugar de esparcir las cenizas del vampiro a los cuatro vientos, para que ni
sus partículas más ínfimas no puedan reunirse nunca, los pobladores
torpemente enterraron los últimos restos del vampiro en el cementerio de
Guadalajara, a la sazón en un lugar llamado el Panteón de Belén. Fue allí que,
con el paso de las décadas, la frágil vida del vampiro, al estar en contacto con
la tierra, de a poco recobró algo de su fervor y se aferró desesperadamente a
un árbol cuyas raíces comenzaron a asomar por debajo de la
tumba. Afortunadamente alguien notó este negro milagro y se tomaron
medidas: por miedo a que el vampiro pueda escapar, está prohibido abrir la
tumba, pero toda raíz o tronco o tallo u hoja que asoman por entre la piedra es
cortado y quemado. La tradición de impedir que el vampiro del Panteón de
Belén regrese se transmite de generación en generación.
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Leyenda Origen del Sol y la Luna
Leyenda del Estado de México
Fuente: Peñaloza (1992)
Decían que antes que hubiese día en el mundo, se juntaron los dioses en aquel
lugar que se llama Teotihuacan, que es el pueblo de San Juan, entre
Chiconauhtlan y Otumba. Dijeron los unos a los otros: "¿Quién tendrá el cargo
de alumbrar al mundo?"
Luego a estas palabras respondió un dios que se llamaba Tecuciztécatl y dijo:
"Yo tomo el cargo de alumbrar al mundo". Luego otra vez hablaron los dioses, y
dijeron: "¿Quién será el otro?". Luego se miraron los unos a los otros y
conferían quién sería el otro, ninguno de ellos osaba ofrecerse a aquel oficio,
todos temían y se excusaban.
Había un dios que no hablaba pero sí escuchaba lo que los otros dioses
decían, y los otros le hablaron y le dijeron: "Sé tú el que alumbres, bubosito", y
él de buena voluntad obedeció o lo que le mandaron y respondió: "En merced
recibo lo que me habéis mandado, sea así".
Y luego los dos dioses elegidos comenzaron a hacer penitencia cuatro días,
encendieron fuego en el hogar, el cual era hecho en una peña que ahora
llaman teotexcalli.
Todo lo que ofrecía el dios Tecuciztécatl era precioso. En lugar de ramos
ofrecía plumas ricas que se llamaban quetzcalli, en lugar de pelotas de heno
ofrecía pelotas de oro, en lugar de espinas de maguey ofrecía espinas hechas
de piedras preciosas, en lugar de espinas ensangrentadas ofrecía espinas
hechas de coral colorado, y el copal que ofrecía era muy bueno.
Y el buboso, que se llamaba Nanauatzin, en lugar de ramos ofrecía cañas
verdes atados de tres en tres, todos ellos llegaban a nueve; ofrecía bolas de
heno y espinas de maguey, y las ensangrentaba con su misma sangre; y en
lugar de copal ofrecía las postillas de los bubas.
A cada uno de estos se les edificó una torre, como monte; en los mismos
montes hicieron penitencia cuatro noches, ahora se llaman estos montes
tzaqualli.
Después que se acabaron las cuatro noches de su penitencia, cuando la noche
siguiente o a la medianoche habían de comenzar o hacer sus oficios, le dieron
sus aderezos al que se llamaba Tecuciztécatl, diéronle un plumaje llamado
aztacómitl, y una jaqueta de lienzo.
Al buboso que se llamaba Nanauatzin tocáronle la cabeza con papel, que se
llama amatzontli, y le pusieron una estola de papel y un maxtli de papel; y
llegada la medianoche, todos los dioses se pusieron en rededor del hogar que
se llama teotexcalli: en este lugar ardió el fuego cuatro días.
Los dioses se ordenaron en dos partes, unos de un lado del fuego y otros del
otro, y luego los dos sobredichos se pusieron delante del fuego.
Luego hablaron los dioses y dijeron a Tecuciztécatl: "¡Ea pues, Tecuciztécatl,
entra tú en el fuego!" Pero como el fuego era grande, estaba muy encendido y
como sintió el gran calor, tuvo miedo, no osó echarse en el fuego y se volvió
atrás.
Otra vez tornó para echarse en el fuego haciéndose fuerza, pero se detuvo, no
osó echarse en el fuego, cuatro veces probó, pero no se osó echar. Estaba
puesto el mandamiento de que no probase más de cuatro veces.
20
Los dioses luego hablaron o Nanauatzin y le dijeron: "¡Ea pues, Nanauatzin,
prueba tú!"
Y como le hablaron los dioses, se esforzó y cerrando los ojos arremetió y se
echó en el fuego, luego comenzó a rechinar en el fuego, como quien se asa. Y
como vio Tecuciztécatl que se había echado en el fuego y ardía, arremetió y se
echó en el fuego.
Luego una águila entró en el fuego y también se quemó, y por eso tiene las
plumas hoscas o negrestinas; a la postre entró un tigre y no se quemó, sino
que se chamucó y por eso quedó manchado de negro y blanco.
De este lugar se tomó la costumbre de llamar a los hombres diestros en la
guerra quauhtlacélotl y dicen primero quauhtli, porque el águila primero entró
en el fuego; y dijo a la postre océlotl porque el tigre entró en el fuego después
del águila.
Luego que ambos se hubieron arrojado en el fuego, y después que se hubieron
quemado, los dioses se sentaron a esperar de qué parte vendría a salir
Nanauatzin.
Después que estuvieron gran rato esperando, se comenzó a poner colorado el
cielo y en todas partes apareció la luz del alba.
Y cuando salió el Sol, apareció muy colorado, parecía que se contoneaba de
una parte a otra, nadie lo podía mirar porque quitaba la vista de los ojos,
resplandecía y echaba rayos de sí, y sus rayos se derramaron por todas partes.
Después salió la Luna, en la misma parte del oriente: por el orden que entraron
en el fuego, por el mismo salieron hechos Sol y Luna.
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Leyenda La cañada de las vírgenes
Leyenda del Estado de Michoacán
En uno de los recovecos de la sierra Madre Occidental, rompiendo las rocas a
una altura considerable, un alegre chorro de agua irrumpía al vacío y caía
generoso sobre un estanque cristalino de fondo verde y peces amarillos. Como
las arrugas de la sierra eran muy apretadas por allí, no había quién disfrutara
del agua fresca que salía de las montañas. A veces los pobladores de Uruapan
o sus alrededores se acercaban en osadas excursiones, pero eran muy pocos
los valientes porque sobre el lugar pesaba una obscura leyenda. Según
algunos, las pruebas de que era cierta yacían a un lado del estanque, se
trataba de tres rocas dispuestas dos de ellas formando una cama y la tercera,
de forma triangular y puntiaguda, tirada a un lado.
La gente contaba que en tiempos prehispánicos allí se reunían los mexicas de
los alrededores a realizar los sacrificios que la ley de los tarascos les impedía
hacer en Michoacán. De boca en boca se decía que las vírgenes sacrificadas
habían quedado atrapadas en las paredes y las cuevas de la cañada. Y más de
alguna persona tenía un conocido cuyo primo o hermano se había ahogado allí.
"A los hombres que entran, las vírgenes les jalan los pies", decía la gente.
A principios de 1795 llegó a Uruapan Carlos de Labastida, un empleado del
gobierno borbónico que estaba en Michoacán debido a los rumores de que allí
se sembraba tabaco, lo que era ilegal según las leyes españolas. Labastida
recorrió todas las zonas montañosas cuyo clima resultase propio para sembrar
la planta prohibida, sin hallar nada que confirmase el rumor. Casi al finalizar
la búsqueda, don Carlos se topó con la Cañada de las Vírgenes , cuyo fresco
estanque lo convidó a tomar el baño de aquel mes.
Don Carlos entró a las aguas
en compañía de
uno
de
sus
ayudantes, que era su hijo, de nombre
Ignacio. A la vista del resto de la
expedición compuesta por tres
personas más, los Labastida tomaban
su baño y de pronto se hundieron bajo
el agua, yéndose cada vez más a lo
profundo jalados por muchas manos.
En el fondo del estanque, las vírgenes
llenaron de besos y caricias a los
Labastida, manteniéndolos vivos con
su irresistible aliento cavernoso y
mágico. Eran una treintena de
mujeres cuyas almas, solitarias y
ardientes, estaban dispuestas a
satisfacer los deseos de sus cuerpos
mutilados, sin corazón.
Pero las vírgenes no podían hacerlo con los vivos, así que propusieron a los
Labastida un trato: la vida de los tres hombres que estaban en la superficie
a cambio de las suyas. Los hombres debían llegar al fondo del estanque
22
sin corazón que les latiera. Ellos debían sacárselo a cada uno con las tres
piedras de la superficie.
Pocos días más tarde, pasó don Carlos por la ciudad de Uruapan y se fue para
Valladolid sin despedirse debidamente de aquellos que le habían dado cobijo.
El funcionario borbónico regresó a la ciudad de México, donde expidió su
renuncia al gobierno aduciendo motivos de salud. Poco más tarde embarcó en
Veracruz con rumbo a la Coruña y de vuelta en su natal Cuenca abandonó
familia y riquezas y se metió a un monasterio, lo mismo que su hijo Ignacio.
Se cuenta que muchos años después, en la cañada de las vírgenes el agua
seguía hermosa y la vegetación exuberante, pero algo había cambiado.
Un campesino de la región cayó al estanque por accidente y pudo salir del
agua ayudado por una cuerda, sin que nadie le jalara los pies. Creyéndolo un
milagro, el hombre llevó al cura a que bendijera el agua y para que no
quedaran más resabios de la leyenda, el cura mandó que las tres piedras
fueran arrojadas al fondo del estanque.
Sin embargo, la gente no recuperó el lugar, lo volvió a abandonar cuando
apareció allí el cuerpo de un español colgado de una rama. Era Ignacio
Labastida, que según cuenta la leyenda, había viajado hasta el sitio para expiar
sus culpas.
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Leyenda del Tepozteco
Leyenda del Estado de Morelos
Cuenta la tradición oral que una doncella solía bañarse en la barranca de
Atongo. Se decía que en las barrancas "dan aires", pero la doncella no lo
creyó; y así, al cabo de un mes se supo encinta. La doncella se presentó a sus
padres y, avergonzada, les confesó su embarazo.
Al nacer el niño, el abuelo hizo varios intentos para deshacerse de él. En una
ocasión lo arrojó desde una gran altura contra unas rocas, pero el viento lo
depositó en una llanura; en otra ocasión, fue dejado cerca de unos magueyes,
pero al poco tiempo las pencas se doblaron hasta llegar a su boca, para darle
de beber aguamiel. En otro intento por deshacerse del niño, fue arrojado
a hormigas gigantes pero éstas, lejos de picarlo, lo alimentaron.
Cuenta también la leyenda que una pareja de ancianos, que descubrió
al bebé abandonado, lo adoptó. Al bebe le pusieron por nombre Tepoztécatl,
quien sería patrono de Tepoztlán.
Muy cerca del hogar de Tepoztécatl vivía Mazacuatl, una temida serpiente de
Xochicalco, a la que los pobladores alimentaban mediante el sacrificio
de ancianos. Un día, los mandatarios del pueblo anunciaron al padre adoptivo
de Tepoztécatl que debía ser sacrificado a esta serpiente. Tepoztécatl se
ofreció a acudir al sacrificio en lugar de su padre. Salió rumbo a Xochicalco, y
en el camino fue juntando aiztli, pequeños pedazos filosos de obsidiana,
que iba guardando en su morral. Al llegar a Xochicalco se presentó ante
Mazacuatl, la enorme serpiente que, de inmediato, lo devoró.
Dentro del vientre de Mazacuatl, Tepoztécatl utilizó los aiztli, y con ellos
desgarró las entrañas de la temida serpiente.
Durante su viaje de regreso, pasó por una celebración en la que se utilizaban el
teponaxtli, especie de tambor, y chirimía, (flauta). Tepoztécatl deseó tocar
estos instrumentos y, al verse impedido, envió una tormenta que arrojó arena a
los ojos de todos. Cuando reaccionaron, el niño había desaparecido con
los instrumentos: se oía a los lejos el sonido de ambos. Lo persiguieron y
cuando ya lo alcanzaban, se dice que orinó y formó así la garganta que
atraviesa Cuernavaca.
Llegó a Tepoztlán y tomó posesión de los cerros más altos. Se posó sobre el
cerro Ehecatépetl, y como no podían llegar a él, quisieron derribarlo, cortando
la base. Fue así como se formaron los "corredores del aire".
Tepoztécatl gozó de amplia consideración en su pueblo natal y fue designado
Señor de Tepoztlán y sacerdote del ídolo Ometochtli (Dos Conejo).
Pero años después desapareció, no se sabe si murió o se fue a otra parte, pero
hay quienes dicen que se fue a vivir junto a la pirámide, para siempre.
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Leyenda de la Laguna de Santa Maria del Oro
Leyenda del Estado de Nayarit
Cuenta la leyenda que, hace muchos años, en el estado de Nayarit había una
vez una ciudad llamada Michiztlán donde vivían el rey con sus esposa e hija,
una hermosa joven llamada Tepozilama, a quien el rey cuidada con extrema
atención.
Un día, Tepozilama salió a pasear en compañíade sus damas, cuando de
pronto, vieron un venado herido de muerte. Al acercarse para auxiliarlo, la voz
de un joven y apuesto guerrero las detuvo, a lo que Tepolizama contestó:
¿Quién eres y que haces aquí? El joven guerrero contestó: Soy Pintontli.
Los dos jóvenes se enamoraron sabiendo que había problemas entre la ciudad
de Tepozilama y la de Pintontli, pero su amor fue tan grande que poco les
importó.
Tiempo
después,
durante
las
festividades de la ciudad de
Michiztlan, Tepozilama se ausentó
para verse con Pintontli. El padre de
la joven, al darse cuenta de su
ausencia,
interrogó
a
sus damas de compañía para que le
indicaran
el
lugar
donde
se
encontraba la princesa. El rey, con
su guardia personal, fue en busca de
Tepozilama al lugar donde le habían
indicado
las damas,
un
rincón escondido entre las ciudades
en guerra. Ahí fue donde encontró a
Tepozilama, en compañía de Pintontli.
Ella al acercarse frente a su padre dijo: "Padre mío, yo se que mi pecado es
muy grande pero estoy enamorada y pido que me desposes con él", a lo que el
rey contestó: "Jamás mi hija estará enamorada de mis peores enemigos.
Llévensela, amárrenla y no le den de comer"
Lo mismo, hicieron con Pintontli.
Así, Tepozilama y Pintontli, tan cerca pero tan lejos, atados uno frente al otro,
lloraron por días y noches su desgracia, hasta que sus lágrimas formaron la
enorme y hermosa laguna que se quedó conoce hoy en día como la Laguna
de Santa María del Oro, en Nayarit, México.
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Leyenda La cueva de Agapito Treviño
Leyenda del Estado de Nuevo León
Por Luz Guerrero
Agapito Treviño se consideró como el Robin Hood de Monterrey. Nació en el
año de 1829 en la hacienda de los Remates en la Villa de Guadalupe
(actualmente Guadalupe, Nuevo León). A la edad de 18 años ya era un ladrón
conocido en toda la zona y aterrorizaba a los ricos de Monterrey.
En parte, lo que le hizo tan famoso fue su estilo para robar: llegaba montado en
un caballo blanco, siempre cargando una armónica. Al asaltar a sus víctimas
los obligaba a bailar desnudos mientras él tocaba una melodía, después los
dejaba amarrados en el monte. A pesar de su peculiar sentido de humor, nunca
mató a nadie. De hecho, llegó a ser querido por mucha gente y se consideraba
"bondadoso" ya que no recurría a la violencia cuando robaba.
Al terminar el día, este ladrón legendario cargaba con bolsas llenas de su motín
para repartir una parte con las personas más pobres y el resto lo escondía en
la Cueva de La Boca. De ahí viene el nombre de Cueva de Agapito Treviño,
así llamado por ser su gigantesca bóveda de dinero.
En el año de 1851 fue cuando se le apresó por primera vez. Se le condenó
a 10 años de trabajo forzado en las canteras de la Loma del Obispado, de la
cual escapo con todo y grilletes puestos.
Fue capturado una segunda vez en 1853 y de nuevo lo condenaron a otros 10
años de trabajo forzado en la construcción del entonces Palacio Municipal
(actualmente el Museo de Historia Metropolitana); nuevamente no lo pudieron
contener y se volvió a escapar.
La tercera y última vez que lo capturaron fue en 1854. En esta ocasión fue
condenado a muerte por 5 importantes oficiales, entre ellos Ignacio Zaragoza.
Fue el 24 de Julio en la Plaza del Mercado (hoy Plaza Hidalgo) frente al Palacio
Municipal, cuando lo fusilaron a la edad de 25 años. Pero aun en sus últimos
momentos se relata que cantó con la venda puesta en los ojos: "Adiós
Monterrey, adiós amigos, perdónenme si les hice daño".
Según la leyenda, la fortuna de Agapito Treviño sigue escondida en la cueva.
Algunas creencias locales dicen que el tesoro tiene la maldición de que la
persona que lo encuentre y se volverá loco, otras dicen que las personas que lo
tengan y lo gasten en ellas mismas morirán. Pero hasta hoy en día no se ha
encontrado nada y por lo tanto sigue vivo el gran misterio de la leyenda de la
Cueva de Agapito Treviño
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Leyenda El callejón del Muerto - Oaxaca
Leyenda del Estado de Oaxaca
Por: Dr. Evencio Isidro Cruz Cruz
En la primera calle de Morelos arranca en sentido diagonal y en dirección a la
última de Matamoros, un tortuoso y angosto callejón, solitario y tétrico, que
hace tiempo fue lugar de un misterioso asesinato y a la vez de un espeluznante
suceso registrado momentos después de cometido aquel crimen, lo que motivo
que se le conozca, desde entonces, con el nombre de "El Callejón del
Muerto".
Fue en aquel tiempo en que la ciudad se alumbraba con faroles de aceite, los
cuales se encargaban de encender los llamados "Sereno". Y uno de estos
personajes fue quien precisamente resultó víctima de aquel crimen. Una noche
profundamente oscura el "Sereno" estaba haciendo su ronda; de repente,
rasgado el silencio partió un "¡ay!" prolongado y un penetrante grito de agonía;
después volvió a reinar el silencio.
Por la calle, un hombre con farol de mano caminó velozmente hacia el templo
del Marquesado; llegó hasta ahí y le dijo al párroco que había un apuñalado
que necesitaba confesión. Aquel se aprestó y sin más llego hacia el agonizante
sereno. A la mitad de aquel callejón, yacía el herido, por lo que el cura procedió
a confesarlo. Fue una confesión larga y penosa.
Después de absolverlo el sacerdote se dirigió al sitio donde estaba su
acompañante y no encontró de éste más que su linterna. Intrigado la tomó para
ver a quien había confesado, y al acercarle la luz al rostro, vio que era el mismo
quien le había ido a llamar. Sobrecogido de terror regresó al curato y se dice
que muchos días después, el párroco quedó completamente sordo del oído con
que escuchó la confesión del muerto.
27
Leyenda de Popocatépetl e Iztaccíhuatl
Leyenda del Estado de Puebla
Popocatépetl fue un valiente guerrero quién amaba a la doncella Iztaccíhuatl.
Tezozómoc, el papá de la princesa Iztaccíhuatl se oponía rotundamente a su
relación por lo cual decidió mandar a Popocatépetl a la guerra en Oaxaca,
prometiéndole la mano de su hija si este regresaba victorioso. Iztaccíhuatl
recibió noticias de que su amado había muerto en batalla y ella de la pena
murió.
Cuando Popocatépetl regresó victorioso en busca de su amada y se enteró del
trágico destino, él también murió de tristeza por haberla perdido. Los dioses se
conmovieron de ellos y los cubrieron con nieve para transformarlos en
montañas. La montaña Iztaccíhuatl fue llamada "La mujer blanca" o
coloquialmente "mujer dormida", ya que su perfil asemeja a una mujer que
yace acostaday Popocatépetl fue convertido en un volcán, que arroja fuego
sobre la tierra con una rabia ciega por la pérdida de su amada.
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Leyenda La Sombra de Maximiliano
Leyenda del Estado de Querétaro
En la época en que Maximiliano fue emperador de México y después fusilado
en el cerro de las campanas, estuvo temporalmente prisionero en el Convento
de la Santa Cruz. En ese entonces el panteón que tiene la iglesia (ahora
panteón de los personajes ilustres) se utilizaba para enterrar a la gente de
aquella zona y el campo santanero que ahí trabajaba se llamaba Simón, su
turno empezaba a las 6 de la mañana y terminaba a las 6 de la tarde.
Un día mientras Simón hacia sus labores, de pronto oyó que alguien lo llamaba
-¡shht Simón!-. Él volteó pero no había nadie y después lo volvió a oír pero en
el momento que volteó vio una sombra a la que no podía ver su cara.
Entonces Simón salió corriendo del panteón hacia su casa y no quiso salir de
ahí hasta la mañana siguiente cuando pensó que sólo habíasido su
imaginación ya que se encontraba muy cansado ese día.
Cuando dieron las seis de la tarde,
Simón volvió a oír que lo llamaban y
al voltear vio la misma sombra a lo
lejos; su primera intención fue
correr, pero sus piernas no le
respondían y la sombra se acercaba
más y más.
Al llegar la sombra hasta Simón,
ésta levanto el brazo y depositó algo
en la mano del hombre, mientras
que él pudo ver su mano huesuda y
sin piel, pero no pudo verle el rostro,
después
cerró
su
mano,
empuñando lo que el fantasma le
dio y cayó desmayado.
Al día siguiente
los
amigos
de
Simón
fueron
a verlo ya
que
el cementerio estaba cerrado, cosa que les extrañó, pues él era muy
puntual. Después de saltar la reja comenzaron a buscarlo y lo encontraron
inconsciente sobre el pasto, de modo que lo llevaron de inmediato al hospital
pero no pudieron abrir su mano que estaba cerrada en puño.
A los tres días Simón volvió en sí y sus amigos no creyeron la historia que les
contó, más cuando le pidieron abrir su mano, Simón les mostró lo que el
fantasma le habíaentregado.
Era un Maximiliano, una moneda de 14 quilates de oro, de la época del
Emperador Maximiliano.
Tiempo
después
Simón
se
enteró
de
que
el
cuerpo
de
Maximiliano había estado un cortotiempo en el Templo de la Santa Cruz.
La leyenda dice que si vas al panteón del santuario a las doce de la noche,
corres el riesgo de encontrarte con... la sombra de Maximiliano.
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La leyenda de Ixchel e Itzamná
Leyenda del Estado de Quintana Roo
En un pueblo de Quintana Roo llamado Xcaret se cuenta la leyenda de la diosa
de la luna que es adorada en cada día de muertos al igual que todos los que
han fallecido. Cuenta la leyenda que en los días cuando los dioses aún eran
mortales existió un amor tan profundo y tan puro que su fuerza creó el sol y la
luna, el día y la noche y el brillar de las estrellas.
Hace mucho tiempo, en una tierra lejana vivía una bella joven llamada Ixchel
cuya belleza encantaba a muchos hombres entre ellos a uno llamado Itzamná.
El encanto de Itzamná comenzó a deslumbrar a la bella y codiciada joven y un
sentimiento puro nacía entre ambos jóvenes. Un día soleado en el paraíso de
los mortales llegó un extraño joven quien al ver a Ixchel quedó flechado por su
deslumbrante belleza.
Sin saber del creciente amor entre Ixchel e Itzamná, la hermana de Ixchel,
Ixtab, convocó una pelea a los dos jóvenes que se debatían el amor de la bella
doncella. Ixtab declaró que los dos hombres pelearían hasta la muerte por el
amor de Ixchel.
El día de la gran pelea, Itzamná estaba destinado a ser el triunfante vencedor
pero el destino no contaba con la mala jugada de su contrincante quien al
primer descuido del valiente joven hirió a Itzamná por la espalda, lo que lo hizo
caer muerto. Al ver a su amado sin vida, Ixchel corrió a su lado y encomendó
su alma a Ixtab, quitándose la vida. Su hermana maldijo a aquél hombre que
con trucos sucios mató a Itzamná y su nombre jamás se volvió a saber. Al
tomar el alma encomendada de su hermana, Ixtab se convirtió en la diosa del
suicidio./
Los dos enamorados viajaron hacia los cielos para celebrar su amor por el
resto de los tiempos. Itzamná volvió a nacer como el dios Sol y su eterna
enamorada, Ixchel, se convirtió en la diosa Luna. Para celebrar el eterno amor
por su amada, Itzamná le regaló el brillo de la noche con las estrellas,
doncellas que mueren a una temprana edad y suben a los cielos para brillar por
la eternidad.
Aquel pueblo desapareció con el tiempo, pero la leyenda de estos dos
enamorados se conservó hasta nuestros días y se cree que cada día de
muertos la diosa Ixchel renace del fuego y le permite a las jóvenes encontrar el
amor del cual nacerá pronto un hijo.
30
Leyenda La Serpiente de Siete Cabezas
Leyenda del Estado de San Luis Potosí
Hace muchos pero muchos años, cuando los españoles penetraban los
territorios del altiplano potosino que justificadamente consideraban hostiles,
para fundar sus pueblos donde encontraban betas de plata, varios clanes de
huachichiles decidieron reunirse para buscar la forma de impedir el avance de
los invasores. Durante la reunión acordaron que sus brujos trabajaran con las
fuerzas de la naturaleza pues de tal modo las poderosas armas de los
conquistadores serian inútiles.
En Charcas, Mexquitic, cerro de San Pedro y San Luis Potosí, ya había colonos
españoles cuyos ejércitos no se tentaban el corazón para aniquilar a los
nativos. Por su parte los evangelizadores también obraban a su manera a favor
de la corona española.
Por un lapso de tres lunas los brujos huachichiles estuvieron reunidos en un
paraje desolado del altiplano, donde ni el más aventurado explorador español
hubiera penetrado. La magia de aquellos era poderosa y así lograron su
propósito. Cuando la luna roja de octubre salió en el horizonte se escuchó un
ruido sobrenatural que dejo paralizados a todos los que lo escucharon menos a
los brujos. Habían dado vida a una serpiente descomunal con siete cabezas y
ojos de fuego.
Al amanecer un enorme cuervo solitario surgió de la nada, dio varias vueltas en
el cielo y voló hacia el sur y la serpiente lo siguió. Con eso los brujos
huachichiles habían comandado a las fuerzas ocultas de la naturaleza para que
el mostro recién creado destruyera los pueblos españoles. El cuervo era su
guía. Por donde paso la serpiente causo terror y destrucción.
La voz corrió por doquier y varios
ejércitos españoles fueron a su
encuentro pensando que se trataba
de una fantasía o de una animal
común y corriente. La realidad fue
espeluznante, no pudieron con ella y
pocos sobrevivieron para contarlo.
Cerca de los que hoy es Solís en el
municipio de Guadalupe, unos frailes
apenas comenzaban a fundar una
ermita para catequizar a los indómitos
nativos y así mismo protegerlos de los
despiadados españoles.
Cuando vieron al gigantesco cuervo venir hacia ellos, unos de los frailes
prendió incienso, sacó las imágenes cristianas de la ermita y se dirigió a
enfrentar el ave misteriosa.
Sus compañeros lo siguieron, sin embargo cuando estos vieron que se
aproximaba la horrible serpiente de siete cabezas huyeron despavoridos,
dejando al pobre fraile a su suerte. La serpiente incendiaba cuanto hallaba a su
paso dejando un rastro de cenizas tras de sí. El fraile se arrodillo y se puso a
rezar pidiéndole a Dios que lo protegiera y que destruyera a ese monstruo
infernal.
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Cuando el cuervo voló sobre su cabeza, aquel se puso de pie y dijo unas
palabras en latín; el ave negra pegó un chillido, cayó a tierra y quedó
convertida en cerro. Después el fraile dijo más oraciones en latín y la serpiente
le lanzó miradas de fuego que en pocos segundos acabaron con su vida. No
obstante antes de morir, el fraile dijo una última oración mientras alzaba su
brazo derecho y con ese conjuró al animal y la serpiente también quedó
convertida en cerro.
Aunque han pasado muchos años desde entonces y los huachichiles dejaron
de existir como tribu, mucha gente todavía recuerda aquel suceso y cuenta que
la serpiente estaba destinada a destruir la capital potosina y la ciudad de
charcas. Sin embargo gracias a la fe del fraile tanto la serpiente de siete
cabezas como el cuervo, quedaron conjurados pero no para siempre. Narra la
leyenda que el conjuro un día habrá de terminar y que aquellos cerros volverán
a ser lo que realmente son para entonces cumplir con su cometido.
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Leyenda El tesoro del Charco Verde en El Salto
Leyenda del Estado de Sinaloa
Por: Máximo Hernández Astorga
El charco verde se localiza en donde principia la Quebrada de El Salto. La
leyenda de este "Charco Verde" se remonta a la época del Porfiriato, época en
que por los límites del estado de Sinaloa y Durango, merodeaban personajes
como Heraclio Bernal quien era conocido como "El rayo de Sinaloa".
Por el rumbo de Cósala, en el Estado de Sinaloa, un campesino Heraclio
Bernal fue acusado injustamente de un delito que no cometió y por el que fue a
prisión. Bernal escapo de tal encierro y se dedicó a formar gavillas con el fin de
cobrarse las injusticias al verse privado de su libertad. Asaltaba los centros
mineros, tanto de Durango como de Sinaloa, así como las conductas en que
los ricos mineros transportaban sus metales preciosos ya fundidos a las
grandes ciudades en las que residían sus propietarios o asociados.
Después de hacer una de sus visitas a los mineros y hacendados, se
disfrazaba de leñero o de carbonero para así escapar de las persecuciones que
las acordadas organizaban en su contra. Las acordadas eran rurales que
estaban al servicio del gobierno y en la mayoría de las ocasiones, al servicio de
los ricos hacendados, mineros o terratenientes. Con una parte de lo que Bernal
robaba, ayudaba a los campesinos de las regiones por donde merodeaba y los
campesinos, en agradecimiento, mal informaban a sus perseguidores.
Las consejas dicen que haya por el
año de 1980, Bernal traía un
cargamento de barras de oro y plata
selladas que había reunido de las
"visitas" que había hecho a los
minerales de Charcas, Cópala,
Panuco, Gavilanes y Ventanas entre
otros, enfilando rumbo al estado de
Durango. Se dice que lo traía "el rayo
de Sinaloa" eran de 20 a 30 barras de
plata y oro sellada. Con su precioso
cargamento, Bernal enfilo rumbo a la
región de Pueblo Nuevo, tomando el
camino real, en uno de los tantos
periodos como presidente de la
república, había mandado construir.
Bernal ingresó por la comunidad de Chavarría, donde principiaba la hacienda
de El Salto. Ya cerca del casco de la hacienda, fue avisado por sus vigías que
los guardias de las haciendas mineras del Estado de Sinaloa le darían alcance
en una jornada más. Bernal sopesó la situación y se vio en la necesidad de
enviar a sus hombres de confianza a esconder el cargamento.
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Los hombres de Bernal informaron a este que debajo de la casa grande de El
Salto se encontraba un gran charco sobre la quebrada y que a pesar de ser
tiempo de secas, no se le veía el fondo. Además contaba con la ventaja de que
la hacienda se encontraba sola. Bernal se puso a pensar en las desventajas de
la situación y vio que con las doce mulas cargadas de barras de oro y plata no
podía huir, ordenó a sus compañeros arrojar las barras de los preciados
metales al "Charco Verde", que como se mencionó anteriormente, ya tenían
localizado.
Se calcula que cada mula traía dos barras con un peso de 32 a 35 kilogramos
cada una, las cuales se dice Bernal ordeno arrojar a ese lugar. Una vez
liberadas las mulas de su preciosa carga, el bandolero pudo escapar de sus
perseguidores, pensando en volver a rescatarlas, cosa que nunca logro porque
tras varias persecuciones y escaramuzas, nunca pudo regresar por ese
cargamento, el que sin duda, aún se encuentra en el fondo del "Charco
Verde".
Se ha corrido la voz de que un grupo de personas de El Salto quisieron
desaguar el charco al meter motobombas y desviar el agua para sacar el
valioso cargamento y según se dice nunca pudieron sacar el agua. Tal parece
que "El Charco" reclama para sí el tesoro.
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Leyenda El Casino del Diablo
Leyenda del Estado de Sonora
Por: Ingrid Cristina Atondo Robles
Cuenta la leyenda que hace muchos años atrás en la ciudad de Hermosillo,
Sonoraocurrió una especie de aparición extra normal del diablo. La historia
dice que en un casino de la colonia Country Club, que era un lugar para
fiestas, un 31 de diciembre se ofreció una gran fiesta de año nuevo. Este lugar
era el más llamativo y la sensación en esos tiempos, a donde acudían todos los
jóvenes de cualquier tipo de nivel social a bailar y disfrutar del ambiente y de
una noche de diversión.
Todos los jóvenes estaban muy entusiasmados por asistir, sobre todos las
muchachas quienes se arreglaban de una forma muy especial.
Duraban días buscando el mejor vestido, horas haciendo su peinado y sin más
decir, sus mejores zapatos para bailar toda la noche con algún muchacho.
Muchas de ellas llegaban a pensar que encontrarían al amor de su vida.
Ese día una joven llamada Linda, tenía muchas ganas de ir a ese baile, tanto
que duró díasbuscando el mejor vestido y tardó varias horas en arreglarse para
convertirse en la joven más bonita del lugar. Al terminar de arreglarse fue con
su mamá para avisarle que ya se iría al famoso baile, pero la mamá de Linda
no la dejó ya que ella estaba en cama muy enferma y según su madre no
le había dadopedido antes. Linda se había molestado mucho porque no podría
ir al baile así que se fue a su cuarto y estuvo algunas horas encerrada, hasta
que no aguanto más.
Decidió escaparse por la ventana de su cuarto, para esto ya tenía a sus
amigos fuera desu casa. La estaban esperando para irse. Llegaron al baile,
entraron muy contentos y lo mejor aún es que tocaría una de las mejores
bandas de la época. Linda era una joven soltera y sin compromisos.
Linda se convirtió en la joven más bonita de toda la noche, tenía varias
propuestas para bailar pero ella no las aceptaba ya que estaba esperando al
hombre más guapo, caballeroso, y con un gran aroma.
De pronto entre la multitud salió un guapo muchacho de cabello negro, ojos
enormes, vestido elegantemente, nadie conocía al joven apuesto, todos se
preguntaban quién era. El joven invitó a bailar a Linda, ella aceptó rápidamente
y dijo que era a quien ella estaba esperando. Se fueron al centro de la
pista para bailar toda la noche.
A la media noche mientras bailaban Linda sentía mucho calor, sentía que algo
la quemaba en su espalda, voltio a ver y miró una mancha en su vestido, así
que decido ir al baño a quitarse esa mancha pero al llegar y verse bien el
vestido aquella mancha no era una mancha, tenía pintada la mano de aquel
apuesto y caballeroso hombre estaba marcada en su vestido. Ella pensó que
era una simple mancha de su mano, así volvió ala pista de baile y terminó de
bailar con aquel hombre. Después un hubo un fuerte olor a azufre, comenzó a
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aumentar la temperatura. Todas las personas que estaban presentes en el
baile miraron hacia el centro de la pista.
Para encontrarse ante los ojos de todos una pata de gallo y otra de cabra que
les salían al joven del pantalón. Linda se desmayó de la impresión. Comenzó a
salir mucho humo y desapareció el joven. Todos los presentes salieron
corriendo hasta que el casino quedó en llamas. Pero lo más curioso es que
sólo quedaron las paredes que aún se ven a lo lejos de la ciudad.
No se supo que pasó con Linda, mucho menos quién era ese misterioso
hombre, muchos dicen que fue internada tras una crisis nerviosa, otros que
está con el demonio. Después de lo que sucedió ese día el casino cerró sus
puertas ya no se volvió a realizar ningún evento.
El casino se encuentra actualmente en un cerro, a la vista de cualquier
hermosillense, hay casas, edificios, pero es habitado muy poco ese sector
por miedo a que vuelva a suceder algo similar, aunque estén solo las paredes
del casino.
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Leyenda El vaquero fantasma
Leyenda del Estado de Tabasco
Por: Justo Cecilio Santa Anna
"Se contaba que el vaquero fantasma era el alma en pena de un ladrón de
ganado que arruinó a un viejo hacendado con sus robos, por lo que fue muerto
de una lanzada por uno de los hijos del anciano arruinado, y se cuenta que
desde la noche siguiente del trágico suceso, comenzó a recorrer las sabanas y
los caminos solitarios el alma del muerto, tomando la apariencia de un jinete
misterioso."
Con el tiempo, la leyenda se fue olvidando, casi nadie se acuerda de ella, pero
la verdad es que el jinete fantasma continúa diariamente recorriendo todos los
caminos de nuestra tierra. Unas noches ronda por la Región de los Ríos; otras,
por la Chontalpa o la Sierra; y la mayor de las veces, por el Centro. De quienes
se han topado con él, automovilistas, camioneros o motociclistas que viajan por
las noches, muchos no han vivido para contarlo. Se dice que, de improviso,
el jinete atraviesa la carretera o el camino, haciendo que el conductor del
vehículo frene y, si viaja sobrio, al sobresaltarse exclame frases como:
"¡Dios mío!", "¡Ave María Purísima!" o "¡Jesucristo mi salvador!", la cosa no
pasa del susto.
Si por el contrario, maneja ebrio y al
ver al jinete aquel, suelta toda clase
de improperios y maldiciones, el
vaquero fantasma se para frente a él
con
ojos
centelleantes
y
carcajeándose en forma demoniaca,
por lo que presa del terror el
viajero acelera
enloquecido,
terminando su vertiginosa carrera
contra un árbol u otro vehículo,
perdiendo la vida.
Nadie lo ha visto, pero se asegura,
que el vaquero fantasma se acerca
al vehículo accidentado y se lleva en
ancas el alma del fallecido. ¿Verdad?,
¿mentira? Pero, si usted tiene que
viajar esta noche por carretera, es
mejor que no tome y se encomiende
a Dios, no vaya a toparse con él."
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Leyenda El jinete de Victoria ha regresado
Leyenda del Estado de Tamaulipas
Llega esporádicamente de noche a todo galope y a la velocidad de un rayo
desaparece sin dejar rastro alguno, varias personas en Ciudad
Victoria aseguran haberlo visto y en los últimos meses sostienen que ha
regresado luego de 40 años.
Es El Jinete, pero no el de la leyenda
de Sleepy Hollow o La Leyenda
del Jinete
sin
Cabeza todo
un cuento de terror, escrito por
Washington Irving en 1820.
Se trata de un hombre montado en un caballo, quienes lo han
observado dicen que viste muy elegante, con una ruana (manta) y un sombrero
normal, pero lo más espeluznante es el fuego que sale de las herraduras
clavadas en el borde de las pezuñas del impresionante caballo.
Las personas contactadas dicen que hace 40 años era normal escuchar pasar
a las 12:00 de la media noche un caballo a todo galope, el ruido que dejaba era
estridente porque en ese entonces las arterias de la ciudad eran empedradas.
En los años 19750 y 1960, El Jinete de Victoria fue muy famoso el fuego que
desprendía de las herraduras era más vistoso porque en esa época el
municipio no tenía energía eléctrica.
Los adultos mayores del municipio más apegados a sus creencias
religiosas cree que se trata de un alma en pena, otros lo ven como un mito,
pero quienes aseguran haberlo visto dicen que es algo real y que ha vuelto
para apoderarse de la noche, el lugar que más frecuenta es la salida a los
cantones La Uvilla, San Pedro y los demás poblados fronterizos con Honduras.
Esta es una de las tantas historias urbanas que usted podrá conocer y que
entre los habitantes de nuestro municipio son muy comunes escuchar. En
ningún momento estamos afirmando la existencia del jinete, solo trasladamos
lo que nuestra gente habla respecto al tenebroso jinete y su paso firme por las
calles del casco urbano de Ciudad Victoria.
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Leyenda Matlalcueitl
Leyenda del Estado de Tlaxcala
Mucho antes de que los tlaxcaltecas se asentaran en estas tierras, cuando los
Olmecas- Xicalancas dominaban bajo el decadente mando de su señor
Colopechtli, había en un valle encantado por la naturaleza, dónde actualmente
se levanta la gallarda mole de la "Matlalcueitl", una aldea aborigen en la cual
llamaba la atención una joven bellísima. Vestía lujosas ropas bordadas con sus
plumas de quetzales y pelo de conejo y resaltaban más su hermosura otros
adornos que portaba.
Una ocasión que la joven asistió a las grandes fiestas rituales de Cacaxtla, un
apuesto capitán guerrero de la región de Tepeyacac la admiró y se prendó de
ella, logrando saber su nombre y el lugar donde residía. Tentzo se llamaba
el apasionado guerrero que logró entrevistarse con Matlalcueitl y hacerse
dueño de su amor.
Algún tiempo después un caudillo totonaca se enamoró, a su vez, de la
muchacha. A ésta le pareció más gallardo, jovial y valiente y cometió el delito
de traicionar al capitán tepeyaqueño, quien, al notar la indiferencia de la joven
se dispuso a vigilarla personalmente.
Una tarde cuando Tonatiuh descendía tras las blancas y brillantes cumbres del
Popocátepetl y del Iztaccíhuatl; Tentzo, convencido de la traición de su amada,
le hundió en el pecho un agudo puñal de obsidiana. En seguida, colocó su
cuerpo sobre un Teocalli y se apartó del lugar sin ser visto. Así "Matlalcueitl" se
volvió la montaña conocida ahora como Malintzi.
Tentzo salió al encuentro de su rival Pinahutzatzin y en combate feroz el
guerrero totonaca con su macuahuitl (macana) desprendió de un golpe la
cabeza de aquél, quedando convertido en un cerro, "Cuatlapanga" (Cabeza
Cortada) junto a Matlalcueitl. El intruso huía hacia la costa; pero los hombres
olmecas que iban a vengarse le dieron alcance y muerte, transformándose en
el cerro "Cofre de Perote", que también es conocido con el nombre de
Pinahutzatzin.
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Leyenda La Mulata de Córdoba
Leyenda del Estado de Veracruz
Es una leyenda colonial mexicana basada en un caso que sucedió en el siglo
XVI cuando la Santa Inquisición acusó de hechicería a una joven y bella mulata
y cuyo expediente completo se encuentra en el fondo Inquisición en el Archivo
General de la Nación. Sobre esta leyenda existen muchas versiones de las
cuales, la que aquí se presenta, aparece en el libro Cuentos de espantos y
aparecidos, publicado en México por ediciones Huracán en 1984 y se trata de
una versión de Francisco Serrano e inspirada en textos del historiador Luis
González Obregón (1865-1938) y del poeta Xavier Villaurrutia (1903-1950).
Cuenta la leyenda que hace más de dos siglos vivió en la ciudad de Córdoba,
en el estado de Veracruz, una hermosa mujer, una joven que nunca envejecía
a pesar de los años. La llamaban la Mulata y era famosa como abogada de
casos imposibles: las muchachas sin novio; los obreros sin trabajo, los médicos
sin enfermos, los abogados sin clientes, los militares retirados, todos acudían a
ella, y a todos la Mulata los dejaba contentos y satisfechos. Los hombres,
prendados de su hermosura, se disputaban la conquista de su corazón. Pero
ella a nadie correspondía, a todos desdeñaba. La gente comentaba los poderes
de la Mulata y decía que era una bruja, una hechicera. Algunos aseguraban
que la habían visto volar por los tejados, y que sus ojos negros despedían
miradas satánicas mientras sonreía con sus labios rojos y sus dientes
blanquísimos.
Otros contaban que la Mulata había
pactado con el Diablo y que lo recibía en
su casa; decía que si se pasaba a media
noche frente a la casa de la bruja, se veía
una luz siniestra salir por las rendijas de
las ventanas y las puertas, un luz infernal,
como si por dentro un poderoso incendio
devorara las habitaciones. La fama de
aquella mujer era inmensa. Por todas
partes se hablaba de ella y en muchos
lugares de México su nombre era
repetido de boca en boca. Hace tiempo,
mucho tiempo que vive en la vecindad al
lado de la plazuela. ¿En verdad? ¡No es
cierto! Nunca la hemos encontrado en el
patio, en el zaguán.
Ni en la calle, ni en la iglesia ni tampoco en el mercado: ¡Luego ella no es de
este barrio, luego llegó de repente! En Córdoba ¡desde cuándo apareció de
improviso!... Nadie sabe cuánto duró la fama de la Mulata. Lo que sí se
asegura es que, un día, de la villa de Córdoba fue llevada presa a las sombrías
cárceles del Tribunal de la Inquisición, en la ciudad de México, acusada de
brujería y satanismo.
La mañana del día en que iba a ser ejecutada, el carcelero entró en el calabozo
de la Mulata y se quedó sorprendido al contemplar en una de las paredes de la
celda el casco de un barco dibujado con carbón por la hechicera, quien
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sonriendo le preguntó: - Buen día, carcelero; ¿podrías decirme qué le falta a
este navío? - ¡Desgraciada mujer! - contestó el carcelero-. Si te arrepintieras de
tus faltas no estaría a punto de morir. - Anda, dime, ¿qué le falta a este navío?,
- insistió la Mulata. - ¿Por qué me lo preguntas? Le falta el mástil. - Si eso le
falta, eso tendrá - respondió enigmáticamente la Mulata. El carcelero,
sin comprender lo que pasaba, se retiró con el corazón confundido. Al
mediodía, el carcelero volvió a entrar en el calabozo de la Mulata y contempló
maravillado el barco dibujado en la pared. - Carcelero, ¿qué le falta a este
navío? - preguntó la Mulata. - Infortunada mujer- le replicó el desconcertado
carcelero-. Si quisieras salvar tu alma de las llamas del infierno, le ahorrarías a
la Santa Inquisición que te juzgara. ¿Qué pretendes?... A ese navío le faltan las
velas. - Si eso le falta, eso tendrá- respondió la Mulata.
Y el carcelero se retiró, intrigado de que aquella misteriosa mujer sus últimas
horas dibujando, sin temor de la muerte. A la hora del crepúsculo, que era el
tiempo fijado para la ejecución, el carcelero entró por tercera vez en el
calabozo de la Mulata, y ella, sonriente, le preguntó - ¿Qué le falta a mi
navío?... - Desdichada mujer, -respondió el carcelero-, pon tu alma en las
manos de Dios Nuestro Señor y arrepiéntete de tus pecados. ¡A ese barco lo
único que le falta es que navegue! ¡Es perfecto! - Pues si vuestra merced lo
quiere, si en ello se empeña, navegará, y muy lejos... - ¡Cómo! ¿A ver? - Así dijo la Mulata, y ligera como el viento, saltó al barco; éste, despacio al principio
y después rápido y a toda vela, desapareció con la hermosa mujer por uno de
los rincones del calabozo. El carcelero se quedó mudo, inmóvil, con los ojos
salidos de sus órbitas, los cabellos de punta y la boca abierta. Nadie volvió a
saber de la Mulata.
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Leyenda Nicté Há – Flor de Loto
Leyenda del Estado de Yucatán
En lo más profundo de la selva del mayab había un reino maravilloso. El
príncipe de ese reino se llamaba Chacdziedzib, que quiere decir "pájaro
cardenal" y estaba enamorado con locura de la hija del guardián del Cenote
Sagrado, Nicté – Há, que quiere decir "Flor de Loto".
Chacdziebdzib, el de la túnica roja, era querido y venerado por su pueblo
porque era un guerrero valiente y gallardo que nunca fallaba con las flechas de
su arco.
Antes del amanecer, el príncipe buscaba a su amada en las orillas del Cenote
Sagrado, y el aire se colmaba con sus palabras de amor a Nicté – Ha cuando la
aurora rompía el cielo con sus rayos de luz.
Un día el Gran Sacerdote, convencido que Chacdziedzib debía casarse con
una hija de reyes, se opuso a sus amores con Nicté – Ha y convocó a los
grandes señores, quienes decidieron que la hija del guardián del Cenote
Sagrado, debía morir.
El bufón de la corte había oído todo y, lleno de temor, se lo contó al príncipe,
quien ordenó a su mejor guerrero ir en busca de la princesa y traerla al Palacio
Real, donde la tomaría por esposa.
El noble guerrero salió a cumplir su misión, pero en la negra oscuridad de la
noche unas manos asesinas le quitaron la vida y arrojaron su cuerpo a la
espesura.
El bufón volvió a verlo todo. Cuando el príncipe del manto rojo se enteró de lo
sucedido, tomó su arco y se dirigió al Cenote Sagrado en busca de su amada.
Esa noche de luna veló su sueño bajo las ceibas.
Cuando al amanecer Nicté – Há fue a mirarse en las aguas quietas del Cenote,
el príncipe se acercó a ella y la estrechó entre sus brazos. La amaba con todas
sus fuerzas.
Pero de las sombras Salió una flecha que atravesó el pecho de la doncella. Su
cuerpo frágil y sin vida cayó y se hundió en las aguas del Cenote Sagrado, la
morada de los dioses.
El príncipe vio desaparecer el cuerpo de su amada. Sólo el vestido de Nicté –
Há quedó flotando en las tranquilas aguas del Cenote.
Su dolor era profundo. Bañado en lágrimas rogó a los dioses piedad y
compasión. Fue tanto su dolor, que el corazón se le hizo pedazos y cayó
agonizante al borde del Cenote Sagrado, sobre un charco de sangre.
Los dioses le escucharon y enviaron al Señor de las Aguas y al Señor de los
Pájaros.
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El Señor de las Aguas bajó a lo profundo del Cenote y convirtió el cuerpo inerte
de Nicté-Há en un hermoso loto.
El Señor de los Pájaros poso sus manos sobre el corazón del príncipe y lo
convirtió en un hermoso pájaro cardenal, siempre sediento de amor.
Desde entonces, cuando despunta el alba, un pájaro rojo baja hasta el Cenote
Sagrado para cantar con trinos de amor sobre los abiertos cálices de los lotos.
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Leyenda El tesoro del cerro del Xoconostle
Leyenda del Estado de Zacatecas
Por: Carlos López Gámez
En las cercanías de Fresnillo, a un par de leguas hacia el norte, se localiza un conjunto
de cerros de regular altura. Uno de ellos llama la atención por la flora y fauna
existentes, no es nada conocido en los alrededores. Se le conoce entre los lugareños
como el Cerro del Xoconostle, también Cerro Gordo.
Lo que enseguida trataré de explicar, al parecer ocurrió en tiempos en que este
poblado era conocido como Real de Minas del Fresnillo, en el siglo XVII para ser más
exactos.
Fue cuando el beneficio de la plata alcanzaba otros derroteros que convertían al
Fresnillo en un lugar que ofrecía infinidad de oportunidades para enriquecerse tanto
para mineros como para comerciantes, hasta aventureros que provenían de distintos
países y de la región.
El Real de Minas del Fresnillo producía plata principalmente, aunque también oro, pero
en cantidades menores. Estas riquezas fundidas en lingotes, eran transportadas en
carromatos tirados por bueyes. Transitaban fuertemente custodiados por el camino
real hasta llegar a la ciudad de Zacatecas donde se depositaban en la Caja Real.
De ahí se enviaba a España. Pero parte de la producción se quedaba en Fresnillo, con
los ricos mineros y uno que otro mercader. Estas riquezas atraían poderosamente a
mineros con menos suerte, así como a bandoleros que mantenían asolados a los
poblados de la región por sus frecuentes correrías. Para evitar que los asaltos, robos y
crímenes pudieran arrebatar los lingotes de plata y oro a sus propietarios, se recurría a
las fuerzas armadas que a su cargo tenían el resguardo real y que se encontraban
acuartelados en el Presidio o Cantón Militar (ahora Presidencia Municipal).
Lo anterior de hecho no ofrecía seguridad alguna a los pobladores y se buscó otra
manera de proteger tales tesoros. Precisamente para estar más seguros de que las
riquezas que extraían de las entrañas de las minas se mantuvieran mejor
resguardadas, se decidieron a esconderlas en cuevas que nadie conociera. Se
determinó que fueran las que se localizan en el Cerro del Xoconostle. A ese lugar de
hecho nadie se acercaba porque era un cerro muy extraño, del cual decían los
lugareños, habitaba el diablo.
Decían lo anterior porque de esas cuevas se despedía un penetrante y asfixiante olor,
incluso ninguna hierba crecía. Dominaba el páramo matorrales y maleza espinosa que
brotaba de la tierra de color negro. Este cerro, según los antiguos, fue hace miles
de años chimenea del Volcán de Colima, por ese se encuentra gran cantidad
de ceniza de color negro.
Además los arbustos que allí crecen son de una especie sumamente rara y de horrible
apariencia. Los lagartos y serpientes que ahí abundan, son oscuras y de piel
escamosa y de horripilante figura que ahuyenta a curiosos. Esto fue tomado en cuenta
por los mineros para ocultar sus fortunas. Creían que el temor al diablo que suponían
habitaba esas cuevas, nadie se atrevería a incursionar en ellas, mucho menos en
tratar de llevarse el tesoro de los mineros.
Pasaron los años y la gente empezó a olvidar lo que en el cerro se había depositado.
Los mineros y mercaderes también y al parecer todo quedó en el olvido. Trascurrieron
losaños y pocos en verdad recordaban ese pasaje de nuestras tradiciones y se llega a
mediados del siglo XX.
Fue en tiempos cuando se construía la Carretera Panamericana o Cristóbal Colón y
que pasa a escasos metros del Cerro Gordo. En ese lugar empezaron a ocurrir
extraños fenómenos que los trabajadores no sabían a que se debían, pero los
atemorizaban cada vez que se acercaban a las cuevas que permanecían ocultas en el
exuberante follaje.
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Decían cada vez que se adentraban por el cerro a cortar leña para calentar
sus alimentoso encender fogatas en la noche al acampar en ese sitio, escuchaban
ruidos extraños que salían como de abajo del pedregoso terreno.
Luego empezaba a salir humo negro muy espeso que atemorizaba a los obreros
porque apenas podían respirar. Muchos de ellos enfermaron, otros prefirieron
abandonar el trabajo.
Resulta que cerca del Cerro Gordo habitaba un humilde pastor que cuidaba su
modesto rebaño de cabras, él fue quien explicó a los trabajadores de la carretera lo
que en el cerro había. Les dijo que el diablo habitaba en ellas y que cuidaba un tesoro
que dejaron los mineros españoles hacía muchos años.
El diablo, según el pastor, le había dicho que el tesoro sería de quien se lo llevara
cuando el no estuviera en la cueva, al regresar y al ver que no se habían llevado el oro
y la plata, se quedarían con él en su lúgubre morada.
El pastorcillo explicaba que él conoció al diablo cuando una de sus cabras se internó
en el monte y fue a caer en una de las cuevas, cuando intentaba rescatarla se le
apareció el curro, así le llamaban a lucifer, y le dijo del tesoro.
Asegura que él lo vio pero que no trató de llevarse nada. Incluso vuelve a asegurar
que el diablo se retira de la cueva cada Viernes Santo, y es cuando se puede llegar
ella, ya que aparece a la vista de todos. Desde entonces los buscadores de tesoros,
que por cierto son incontables, han pretendido evadir la presencia del maligno, y
acuden cada viernes santo al cerro para tratrar de llegar a la cueva y sacar el tesoro
antes de las tres de la tarde, que viene siendo la hora en que Cristo murió en la Cruz.
Pero, ninguno de ellos ha logrado saciar sus ambiciones, según eso porque pretenden
llevarse todo y por la premura del tiempo al final de cuentas, nada obtienen y optan por
emprender la huida, regresan con las manos vacías. La cueva durante todo el año no
es visible, solamente unas cuantas horas o minutos del Viernes Santo.
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