Rutas espirituales en el
Japón contemporáneo
Introducción
El pueblo japonés, debido a su historia políica y sus
caracterísicas culturales, ha sufrido el fenómeno de
la globalización de una manera muy paricular. Como
consecuencia de esta corriente trasformadora, se ha
conigurado una ierra llena de contrastes, que alberga tanto una de las metrópolis más grandes y modernas del mundo, como aldeas en las que la tradición y
el paisaje parecen haber permanecido inmutables a
lo largo del iempo.
Carmen Álvarez
González-Jubete
Estudiante de Filología Hispánica en la
Universidad de Salamanca, con estancia
en la Universidad Takushoku (Tokio),
curso 2012-13.
Interesada en el estudio de la
lengua, literatura y cultura japonesas.
Federico Francisco Pérez
Garrido
Diplomado en Magisterio Musical y
Si bien ambos extremos resultan igual de fascinantes
Licenciado en Pedagogía por la
y merecen ser objeto de estudio, en este trabajo nos
Universidad de Málaga; Máster de Asia
ocuparemos del segundo de ellos. Este ámbito hisOriental-Estudios Japoneses por la
tórico y tradicional que pone de maniiesto los lazos
Universidad de Salamanca, con
que los japoneses siguen guardando con su pasado,
estancias en Birmingham, Colima, y la
y que son un importante rasgo a tener en cuenta a
Kyoto University of Foreign Studies.
la hora de comprender su idiosincrasia paricular.
Especialista en el campo de estudios
Como claro exponente de ello, encontramos en el
socio-culturales de Asia.
territorio japonés dos rutas espirituales que han sobrevivido al paso del iempo: El Kumano Kodo y el
Shikoku Henro, enclaves de nuestro interés por su
excepcional valor histórico-ecológico y para cuya comprensión es necesario remiirnos al singular
sincreismo espiritual de la sociedad japonesa.
Naturaleza y espiritualidad
El lenguaje, como herramienta esencial de la comunicación humana, releja la forma que ienen
sus hablantes de ver el mundo. Para ilustrar la profundidad de la relación que maniene el pueblo
japonés con la naturaleza (自然, “shizen”) basta remiirnos al origen de la palabra:
En la cultura japonesa, hasta el in del periodo Tokugawa (1600-1868), no se solía objeivar
la “naturaleza” separando los seres humanos de ella. No fue hasta la publicación del Diccionario Holandés-Japonés, itulado Haruma-wage en 1796, cuando la palabra holandesa
natuur se tradujo a un término especíico del japonés “shizen”.1
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De esta estrecha relación nace el Shinto, la religión oriunda de Japón, donde los bosques, ríos y
montañas son honrados como morada y encarnación de los dioses o kami. El Budismo, la otra gran
corriente espiritual pracicada en Japón por casi 10 millones de personas, es introducido a través
de Korea en el año 5522. Esta doctrina también pregona la divinidad inherente a todas las cosas
que nos rodean, por lo que no fue diícil la asunción de esta por parte de la sociedad japonesa y la
convivencia armónica de ambas.
Las montañas, honradas de forma tradicional por los cultos shintoistas, se convierten en centros de
santuarios budistas, como los fundados en el monte Hiei o el monte Koya durante el periodo Heian
(794-1185), y templos de todo Japón comparten espacios y fesividades populares. Este sincreismo
espiritual va a seguir presente hasta nuestros días, acogiendo también las creencias occidentales
que acabaron alcanzando el archipiélago, como el Crisianismo y otras religiones de carácter monoteísta.
La tolerancia religiosa del pueblo japonés nos hace preguntarnos acerca de los ideales universales
que subyacen a todas ellas, el necesario punto de encuentro que explique la facilidad para adoptar
a la vida coidiana rituales ajenos y creencias que diieren tanto entre sí. En este senido, las peregrinaciones, como procesos recurrentes en la historia de las disintas religiones y creencias, pueden
arrojar algo de luz sobre estas incógnitas.
Caminos globales
Desde los primeros estudios comparaivos de la historia antropológica y social del ser humano, se
han revelado patrones de conducta comunes y tendencias arqueípicas que conectan pueblos y
culturas muy distantes en el espacio y en el iempo.
A lo largo del iempo la Humanidad entera se ha movido conforme a pautas colecivas
comunes […]. Tratamos de levantar barreras que delimitan el iempo y diferencian a los
pueblos de espacios existenciales y somos incapaces de captar la evidencia de unas sincronías que, a la postre, uniican al ser humano de cualquier instante histórico y de cualquier
espacio geográico.3
Las peregrinaciones son uno de los más interesantes y aniguos fenómenos de comportamiento colecivo. Pese a los disintos orígenes de estos desplazamientos masivos, esta “peregrinación global”
siempre iene como base de su formación procesos ligados al campo conceptual de las inquietudes
existenciales. El camino como búsqueda de un conocimiento trascendente al individuo, ya sea dado
por un elemento externo a él (rama teológica-mitológica) o intrínseco (rama espiritual-misicista).
Las disintas religiones han sido el más común germen de crecimiento y expansión de estos caminos. En consonancia con sus diferentes teorías existencialistas, las metas o inalidades del camino
también adolecen de una variada denominación. Así por ejemplo, en las religiones que manienen
1 Yoshitsugu, S. (2008): «Perspecivas religiosas de la naturaleza en culturas de Asia Oriental». En: M. Agís Villaverde, C.
Baliñas Fernández y J. Ríos Vicente (coords.) Galicia y Japón: del sol naciente al sol poniente. Encontros Internacionais de
Filosoia no Camiño de Saniago. A Coruña: Universidad da Coruña, Servizo de Publicacións, 2008, p. 247.
2 Reader, I., Andreasen, E. y Stefánsson, F. (2003): Japanese Religions Past & Present. Kent: Japan Library, pp.35-36.
3 Aienza, J. G. (2004): Los Peregrinos del Camino de Saniago. Madrid: EDAF, p.19.
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dentro de sus dogmas el concepto de pecado, como es el caso del bloque de teologías monoteístas
occidentales, el objeivo del camino será la “expiación” o “salvación” de la persona. Pero si nos centramos en religiones de un corte más espiritual, como es el caso de las religiones de Asia, la meta
deseada será la “búsqueda introspeciva” o “iluminación” de un conocimiento más profundo de la
existencia y la naturaleza humanas.
Pese a la aparente divergencia, el concepto al que se adscriben es el mismo: trascender en el ámbito espiritual y mejorar en el mundo material. Este es el punto clave que nos permite establecer
un puente de unión entre tradiciones tan alejadas geográicamente como El Camino de Saniago
en España, o las peregrinaciones del Kumano Kodo y Shikoku Henro en Japón. La primera y más importante conluencia, se reiere a la importancia del proceso, es decir, del camino en sí, frente a la
culminación del mismo. Esto es especialmente maniiesto en las rutas japonesas, cuyos santuarios
se han relacionado a lo largo del iempo con diferentes cultos y personajes históricos. En el caso del
camino de Saniago, la inceridumbre existente en el hecho de que sea realmente el apóstol Saniago el allí enterrado, es un apunte revelador de que “esa marcha hacia el poniente gallego, hacia el
Finis Terrae, es una tendencia ininitamente más universal y ecuménica de lo que cualquier grupo
o creencia quieran reconocer y proclamar para sí”4. Consecuencia de esta caracterísica esencial,
surge la segunda similitud, esto es, su evolución histórica paralela. Ambos peregrinaciones han
conseguido: sobrevivir al iempo, fortalecerse ante los cambios sociales de su país, y extender su
alcance fuera de sus fronteras territoriales, religiosas y culturales.
En la actualidad, el peril del peregrino ha cambiado de forma similar en ambos países. Las moivaciones del caminante se reieren cada vez menos a creencias asociadas a determinados cultos, y
proceden más de las convicciones personales y el interés por el entorno natural que los consituye.
El turismo es un importante factor a tener en cuenta, pero, ¿acaso no se podría considerar la acividad turísica un deseo de conocimiento? ¿Una forma de llegar a experiencias fuera del alcance de
nuestra realidad coidiana? El hermanamiento del Kumano Kodo y el Camino de Saniago en 20065,
es una muestra clara de la cercanía y el espíritu comparido por el camino español y las rutas japonesas. A coninuación haremos una breve presentación de las dos consideradas más importantes:
El Kumano Kodo y el Shikoku Henro.
Kumano Kodo
Los múliples senderos que conforman las rutas de peregrinación que componen el Kumano Kodo
o Kumano Sankeimichi (熊野参詣道) se exienden a lo largo y ancho de la Península de Kii, uno de
los enclaves más bellos de Japón, generador de un misicismo único que ha pervivido en sus paisajes y tradiciones a lo largo de los siglos. Esta península se sitúa en la parte Sur de la isla de Honshu,
concretamente en la región de Kansai y toma su nombre de la anigua provincia de Kii (Kiinokuni, 紀
伊国); que con sus 1.137 hectáreas abarca parte de las actuales prefecturas de Wakayama, Osaka,
Mie y Nara. El valor histórico de sus ciudades, junto a las rutas de peregrinación, convierten a esta
región en un enclave de especial importancia dentro de las islas. De este modo, en un relaivamente
estrecho espacio geográico se hallan el conjunto de templo de Nara, la ciudad de Wakayama o el
Gran Templo de Ise.
4 Aienza, J. G. (2004): Los Peregrinos del Camino de Saniago. Madrid: EDAF, p.34.
5 htp://www.spiritual-pilgrimages.com/camino-de-kumano
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En 2004, la UNESCO declara Patrimonio de la Humanidad diferentes lugares de especial interés
religioso y cultural que forman parte del contexto del Kumano Kodo, Conjunto arquitectónico, natural y cultural que conforma los llamados “Siios sagrados y rutas de peregrinación de los Montes
Kii” incluidas dentro del Parque natural Kumano-Yoshino. Entre ellos cabe destacar los tres templos
sagrados de Kumano (Kumano Sanzan), Yoshino con la montaña Omine y el monte, de incalculable
valor geográico y cultural cuya tradición se remonta a más de 1500 años de anigüedad. No en
vano, el Kumano Kodo y el Camino de Saniago, son las dos únicas rutas de peregrinación declaradas
Patrimonio de la Humanidad en todo el mundo6.
En un principio, esta ierra ha estado relacionada con el culto animista ligado al Shintoismo; sin
embargo, con la llegada de la tradición budista se fomentó la mezcla de ambas religiones, conviriéndose en un ensayo para lo acaecido en todo el país. A parir del s. XI, comienza a ser asociada
con las corrientes ascéicas budistas. Eran épocas de diicultades, y los emperadores empezaron a
peregrinar a estos lugares mísicos con la inalidad de implorar la benevolencia de los ancestros y
los poderes naturales. Fueron estas casi 100 visitas imperiales las que moivaron el movimiento de
peregrinación a gran escala desde todas partes del país, favoreciendo la presencia de tan ilustre
peregrino al enriquecimiento y desarrollo del mismo. Además de este, la difusión por parte de las
monjas budistas de los santuarios de la zona, fue otro importante factor que explica el alcance y
popularidad del fenómeno de peregrinación de Kumano. Los siglos XV-XVII suponen la masiicación
de este recorrido, haciendo parícipes a gentes de todas las edades y clases sociales. La estabilidad
políica y social que se vivió durante la era Tokugawa, no solo fomentó la peregrinación, sino que
al mismo iempo produjo una mejora en los servicios e infraestructuras del camino, facilidades que
llevaron a converir este movimiento religioso en una aluencia de personas que llegaban de todas
partes del país. Sin embargo, la apertura de Japón al mundo occidental a inales del S. XIX y la consiguiente ruptura insitucional entre Shintoismo y Budismo, afectó al tradicional culto sincréico que
desde décadas se venía realizando en el Kumano Kodo. Lo que se tradujo en un abandono progresivo que signiicó la perdida de numerosos senderos, iguras e importantes elementos del patrimonio
cultural a manos de la “modernización” y la pérdida de los valores tradicionales7. Es a parir de los
años 90, cuando resurge con fuerza el nombre y la tradición de este camino. Pese a que no fue
completamente abandonado y se mantuvo un lujo constante de peregrinos, fue con la entrada del
nuevo milenio cuando este se revalorizó y se revindicó de forma gubernamental el valor histórico
y religioso del lugar. El respaldo deiniivo se produjo en 2004, con la declaración del Kumano Kodo
como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la difusión tanto nacional como internacional
del mismo. Actualmente el camino y sus diferentes rutas se han converido en un importante acivo
turísico para las Prefecturas que lo acogen. Desempeñando un fuerte magneismo para las familias
japonesas, que pese a encontrarse imbuidas en el trajín diario del mundo globalizado, buscan aquí
reencontrarse con los orígenes y el misicismo propios del archipiélago japonés
El entorno natural del camino, está consituido por formidables montañas, árboles milenarios, y
una naturaleza féril y exuberante, espacios venerados por el culto sintoísta. Es en este contexto
desde donde la tradición sitúa la bajada de los tres kamis primigenios del mito de la creación de la
tradición religiosa japonesa. La veneración de los santuarios de Kumano como siios sagrados, es
anterior a la introducción del Budismo, sin embargo una vez que el Budismo llegó a Kumano echó
6 Web oicial de la UNESCO <htp://en.unesco.org/> (Úlima consulta 15 de noviembre de 2013)
7 Moerman, M. (2006): Localizing Paradise: Kumano Pilgrimage and the Religious Landscape of Premodern Japan. Harvard: Harvard University Press, pp 97-100.
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raíces rápidamente, y en lugar de compeir con la religión animista de Japón, se inició un largo proceso de convivencia armoniosa. Ambas tradiciones se mezclaron gradualmente creando una mezcla
paricular, que acabaría extendiéndose por todo el país, y que desembocó en la corriente religiosa
denominada Shugendō (修験道), cuya presencia siempre ha estado supeditada y eclipsada por las
corrientes budistas Tendai y Shingon. Buscando la armonía con la naturaleza, sus seguidores se
acercan a la iluminación mediante la meditación, peregrinacion y realización de ritos iniciáicos de
especial dureza en consonancia con el medio. En esta corriente, poseen especial relevancia los mitos y folclore tradicional japonés, ya que sus iniciados eran monjes errantes que permanecían largas
temporadas en las montañas, siendo caliicados por el pueblo como “aquellos que se ocultan en
las montañas” (“yamabushi”), y siendo relacionados con seres mitológicos como los tengu u otras
criaturas fantásicas8.
Ciñéndonos al área que engloba los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, son tres los
templos que recogen desde épocas pasadas el lujo de peregrinos, llamados de forma conjunta
Kumano Sanzan:
•
Kumano Nachi Taisha (熊野那智大社)
Nacido bajo el halo protector de la Cascada Nachi (NachinoTaki 那智滝), morada del kami
Hiryū Gongen (飛滝権現). Este complejo de templos es uno de los más famosos y reconocidos de Japón, descubriéndose como el principal enclave de la ruta de peregrinación. En su recinto también encontramos el templo budista Seiganto-ji (青岸渡寺), perteneciente a la rama
Tendai, y que se caracteriza por la pagoda que sobresale sobre el resto de construcciones. Es
muy llamaiva la capacidad de este templo para fundir en su estructura y bagaje religiosos
tanto elementos budistas como shintoistas.
•
Kumano Hayatama Taisha (熊野速玉大社)
Existen pruebas del uso de este templo desde el S. XII, sin embargo, dado el importante culto shintoista que históricamente se desarrolló en la zona, cabe suponer su existencia desde
incluso época más temprana. Cerca de él, se conserva la piedra donde las tres divinidades
principales del Shintoismo: Amaterasu (天照), Susanoo (須佐之男) y Tsukuyomi (月読の命)
descendieron por primera vez a la ierra, siendo objeto de reverencia por los peregrinos. Al
igual que el kami de un árbol sagrado ligado a la creación y que también podemos encontrar
dentro del recinto. También posee gran canidad de objetos sagrados y Tesoros Nacionales,
cuya importancia y misicismo son equiparables al cercano santuario de Ise.
•
Kumano Hongū Taisha (熊野本宮大社)
Este templo, ubicado en el centro de las rutas de peregrinación, en principio se encontraba
en la conluencia de los ríos Kumano y Otonashi. Sin embargo, en plena Restauración Meiji
una riada destruyó gran parte de los recintos sagrados propiciando su traslado y dejando una
huella en el lecho de arena del río que aún hoy puede contemplarse. Está consagrado a los
kami del río y a la diosa Amateratsu. La entrada a la zona sagrada está marcada por el torii
más grande del mundo (大鳥居), de casi 50 metros de altura y que marca el punto en que los
visitantes penetran al recinto sagrado de los kami.
8 Blacker, C. (1999): The Catalpa Bow. Editorial Japan Library, pp. 165–167.
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La separación naturaleza-espiritualidad es una dicotomía imposible dentro del contexto religioso en
el que nos movemos. Los impresionantes bosques y enclaves que rodean los diferentes senderos
conectan al peregrino con esa parte que trasciende al mundo ísico y a la mera existencia del ser:
The noion of kami includes many manifestaions of nature, human beings and the gods
of the myths. Thus the kami are not considered to be in another world, but are thougth to
exist in nature and in the lives of men.9
Como ejemplo destacado de estos lugares de transición tenemos el Parque Natural Yoshino-Kumano, donde se encuentra el monte Koya, lugar elegido por el monje Kukai como centro de fundación
del complejo de templos budistas sede de la secta Shingon. La ciudad de Yoshino es también un importante enclave que se reveló como punto de parida oicial de la peregrinación al converirse en
la segunda residencia imperial en el s.XIV. Aunque posteriormente perdió su poder e inluencia en
detrimento de otras vías y ciudades, aún hoy sigue siendo un lugar cargado de belleza y misicismo.
El monte Yoshino, de igual nombre que la ciudad en él situada, se convierte cada año en el desino
de miles de personas que buscan deleitarse con los cambios estacionales del paisaje. Cerezos de
cientos de años de anigüedad lorecen cada primavera y acercan con sus lores a la comprensión de
lo eímero de la vida y las hojas de los arces parecen incendiarse cada otoño. Espectáculos naturales
que se relejan en la historia arísica de Japón, estando presentes en obras de Kabuki como “Yoshitsune y los mil cerezos” (Yoshitsune Senbon Zakura) o en la “Antología Imperial de Poemas Waka”
de la epoca Heian (Kokin Wakashū).
Este movimiento a lo largo de la península, se aricula alrededor de 5 arterias que a pesar de la disparidad de su ubicación, acaban conluyendo10:
•
Nakahechi - La Ruta Imperial
Es quizás la ruta más elegida por aquellos que buscan realizar esta peregrinación de forma
independiente. La marcha dura aproximadamente dos días. Discurre desde la costa (puede
comenzarse desde la ciudad de Tanabe) hasta el santuario de Hongu, desde donde se puede
emprender el camino hacia los otros dos santuarios principales. Es una de las sendas mejor
acondicionadas y ofrece espectaculares vistas de las montañas, fuente de la diversidad y riqueza de la región.
•
Ohechi - La Ruta Costera
Esta senda discurre a lo largo del litoral de Kumamo y fue durante siglos una de las más transitadas. Sin embargo, hoy en día sufre el mismo problema que las costas españolas: una masiicación que empobrece la belleza del lugar y desvaloriza el paisaje tradicional.
•
Iseji - La Ruta del Este
Comunica dos de los lugares sagrados más representaivos de Japón: el Kumano Sanzan y el
Santuario de Ise. Como consecuencia se caracteriza por un fuerte signiicado espiritual del
9 Reader, I., Andreasen, E. y Stefánsson, F. (2003): Japanese Religions Past & Present. Kent: Japan Library, pp.40.
10 Moerman, M. (2006): Localizing Paradise: Kumano Pilgrimage and the Religious Landscape of Premodern Japan.
Harvard: Harvard University Press.
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que hacen gala sus caminos. Esta arteria discurre a través de la costa, y además de este paisaje, cuenta con el encanto de varios pasos montañosos, fuente de inspiración en la producción
literaria japonesa: el Paso de Magose y el Paso de Matsumoto.
•
Kohechi - La Ruta de la Montaña
Este es la ruta que se posee una mayor diicultad en su realización. Discurre a lo largo de
escarpadas montañas y tupidos bosques hasta el complejo de templos erigidos en el Monte
Koya. Esta vía ha sido comúnmente transitada por monjes budistas, ya que inaliza en el mausoleo de Kukai, fundador del Budismo Shingon. Dicho templo, parte importante para el viaje
espiritual de este camino, consituye además el inicio y el inal del Shikoku Henro, estableciéndose así un vínculo entre ambos caminos.
•
Omine Okugake - La Ruta hacia Shikoku
Esta úlima es la vía que comunica el complejo de templos de Sanzan con Yoshino, uno de los
más bellos entornos naturales de Kansai. Al mismo iempo, fue el enclave donde se refugió el
Emperador Go-Daigo en el s.XIV y también se trata de un punto de parida hacia Kumano y el
Monte Koya, siendo sobre todo popular entre los seguidores del culto Shugendo. Al igual que
el camino de Kohechi, es una ruta diícil que discurre por una naturaleza agreste, por la que
tradicionalmente se aventuraron bonzos y monjes que buscaban el conocimiento en un esilo
de vida duro y ascéico.
Shikoku Henro
El Shikoku Henro es un camino de peregrinación consistente en 88 templos que circundan toda la
isla de Shikoku, la más pequeña de las islas principales del archipiélago japonés,al sureste de la isla
de Honshu. Shikoku, acorde con su nombre ( 四国 “cuatro países”), se encuentra subdividida en
cuatro prefecturas: Ehime, Kagawa, Kochi y Tokushima, a la cuales pertenecen además otras islas
menores. Es la isla menos extensa y poblada de Japón (4.18 millones de habitantes en 2005), un
gran porcentaje del terreno es de carácter montañoso por lo que los campos de culivo y las zonas
de explotación agraria son limitadas. La mitad norte de la isla se encuentra bañada por el mar interior de Seto, mientras que la sur limita con el Océano Pacíico, lo cual le coniere un clima variable
que va desde unas altas temperaturas en los meses de verano, hasta picos nevados durante el invierno11.
La isla destaca por su espectacular entorno natural, un paisaje de contrastes compuesto por suaves
valles luviales, escarpados sistemas montañosos y acanilados de diícil acceso pero de gran belleza. Además abundan en la región los onsen (温泉, “baños termales”) que atraen a miles de turistas
que desean encontrar la paz y la calma lejos de los grandes centros urbanos de Honshu y Kyushu.
El paisaje rural, formado por pueblos que conservan una arquitectura tradicional, pequeños campos de culivos diseminados a lo largo del camino y gentes de carácter sencillo y amable, hacen de
esta isla un lugar privilegiado donde se pueden contemplar costumbres y formas de vida que casi
pertenecen a otra época. Es en este entorno donde se sitúan los “88 lugares sagrados de Shikoku”
11 Web oicial de la Oicina de Turismo de la isla de Shikoku htp://www.spiritual-pilgrimages.com/ (Úlima consulta 19
de noviembre de 2013)
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(四国八十八ヶ所巡り), un recorrido de aproximadamente 1400km, que, aniguamente, se tardaba
entre 40 y 50 días en recorrer a pie. El peregrinaje y el peregrino han ido transformándose a lo largo
de sus más de 1200 años de historia, pero la esencia del camino y el espíritu del caminante, han
perdurado en una experiencia siempre enriquecedora para cualquier persona, con independencia
de su edad, procedencia o religión.
Si nos remontamos a la historia antropológica global, es razonable suponer la presencia de alguno
de estos lugares ya desde las primeras sociedades que surgieron en la isla. Enclaves naturales considerados como puntos de “poder” o “telúricos” por las religiones primiivas, de carácter animista.
Pero al margen de esta etapa arcaica, el camino ha sido históricamente ligado al culto budista,
mayoritariamente a la corriente Shingon. Hay varias versiones sobre el origen de los diferentes templos y honzon o estatuas consagradas. Algunos son atribuidos al monje En no Gyōja (634-701), o a
Gyōgi (668-748), monje budista que acabó alcanzando el ítulo póstumo de Bosatsu (“Bodhisatva”)
y cuyo nombre se encuentra relacionado con muchos de los templos del camino. Pero el más comúnmente aceptado como fundador y precursor del actual peregrinaje es Kobo Daishi (794-835),
también conocido por el nombre de Kukai.
Kobo Daishi, natural de Sanuki (actual prefectura de Kagawa) es uno de los más importantes personajes del Budismo japonés. Estudioso de los textos budistas, inicia durante su juventud un viaje de
peregrinación a lo largo de Shikoku, tratando de buscar una verdad más trascendente que las enseñanzas budistas aprendidas en la entonces capital, Nara. Las montañas, consideradas desde aniguo
“frontera” del mundo material y espiritual por el pueblo japonés, le brindan la clave necesaria. Es
el comienzo de un camino de aprendizaje que le llevará hasta China, donde consigue ampliar sus
conocimientos sobre un determinado sutra, el de Mahavairochana ó dainichi-kyo, base de lo que
más tarde se converirá en una de las más importantes doctrinas del Budismo japonés: la secta Shingon ( 真言 “palabra verdadera”)12. Su viaje de juventud dará lugar al Shikoku Henro, y el lugar de su
muerte, el monte Koya (Kanagawa), será elegido bien como punto de parida, bien como punto inal
por mucho de los peregrinos. Enlazándose así de forma ísica y espiritual con el Kumano Kodo.
La evolución histórica del camino no está clara. No se conservan pruebas documentales de su existencia hasta el s.XVII. En el año 1653, el monje Kemmyo de Sugozan escribe el Kusho Hoshino Shikoku
Reijo Ojungyoki (空性法亲王四国霊场御行记), relato que da cuenta del peregrinaje a Shikoku que
realiza como parte de la comiiva imperial acompañando al príncipe Kusho Hoshino (1572-1650).
También de esta época data la que se considera primera guía del peregrinaje a Shikoku, el Shikoku
Henro Nikki (四国遍路日記), escrito en 1653 por el monje Chozen13. Tras los periodos Heian y Muromachi, el camino ganó popularidad y se incrementa de forma masiva el número de peregrinos
que lo realizan. La principal razón es el desarrollo económico del país, que supone la modernización
y mejora de las vías de comunicación y las facilidades de alojamiento, además de la relajación de
las leyes relaivas a la regulación del tránsito de viajeros por parte del gobierno Tokugawa. Aunque
el moivo principal de la realización del mismo era de carácter religioso (ya fuera en búsqueda de
conocimiento interior o de las bendiciones materiales que este propiciaba), también se convería en
una excusa para poder viajar y conocer lugares nuevos con el beneplácito de la familia y la sociedad,
que veía con buenos ojos este ipo de expediciones “espirituales”.
12 Yusa, M. (2006): Religiones de Japón. Madrid: Akal.
13 Moreton, D. (2005): «An examinaion of travel literatura on the Shikoku pilgrimage route and warnings contained
within». Tokushima Bunri University Researche Bullein, p.4.
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Otro de los moivos de la popularidad alcanzada por el Shikoku Henro, es el apoyo y la atención
que la Familia Imperial ha prestado de forma histórica a algunos de sus templos. A pesar de lo cual
muchos de ellos no se libraron de ser quemados y destruidos durante las revueltas religiosas de la
época Meiji, que enfrentó a congregaciones budistas y shintoistas de todo Japón.
En la actualidad, la isla cuenta con tres puentes que atraviesan el Mar interior de Seto conectando
Shikoku con la isla de Honshu mediante autopistas y vías ferroviarias. El comercio nacional e internacional ha favorecido el desarrollo de prósperos centros urbanos como Naruto o Matsuyama, y el
turismo se encuentra entre los principales sectores económicos de la región. El camino se encuentra cómodamente asentado en una red de autobuses y trenes locales que facilitan al peregrino su
marcha a través de los disintos pueblos y ciudades de la isla. El turismo internacional aumenta año
a año, y ya no es moivo de sorpresa el encontrarse con un henro (“peregrino”) occidental disfrutando de las vistas de Cabo Muroto (Kochi) o saboreando un tradicional plato de sanuki udon (Kagawa).
A pesar de ello, se siguen conservando una serie de tradiciones y rituales que perpetúan el senido
religioso germen de su creación:
•
La indumentaria del caminante: camisa blanca, tradicional gorro cónico asiáico, y un cayado de madera llamado kongōtsue (金剛杖) con la inscripción Namu Daishi Henjō Kongō
(南無大師遍照金剛, “Me conío plenamente al gran maestro Kōbō Daishi”), y que en
cierto modo simboliza el cuerpo del maestro, que une su fuerza y apoya al peregrino en
su viaje.
•
El Osetai: regalo u ofrecimiento que es dado a los caminantes de forma simbólica, expresando solidaridad con el peregrino y el deseo de que este inalice con éxito su empresa y
así comparir en cierto modo la virtud alcanzada.
•
La disposición de los templos: el camino es recorrido en el senido de las agujas del reloj y
simboliza las disintas etapas del proceso de introspección que, en paralelo al camino ísico, el peregrino va recorriendo (“despertar, disciplina, iluminación y nirvana”). A pesar de
estar numerados, la tradición no señala ninguno de los templos como comienzo ni como
inal obligado. Únicamente es costumbre empezar por el templo más cercano al punto de
llegada a la isla, y terminar por el mismo, cerrando el círculo.
Existen 88 templos principales y veinte bentai o templos secundarios. Cada templo está dedicado
a una o más deidades, Buddha o Bodhisatva; en cuanto a su ailiación, la mayoría de ellos, por su
relación con Kobo Daishi, pertenecen a la secta Shingon, ochenta en total. Los ocho restantes se
reparten entre las sectas Tendai, Rinzai, Ji y Sōtō Zen. Ante la imposibilidad de nombrarlos a todos,
a coninuación solo enumeraremos brevemente los considerados de mayor importancia.
•
Nº1 - Ryōzen-ji (霊山寺, Naruto, Tokushima): dedicado a Shaka Nyorai o Buda Sakyamuni,
fundador del Budismo. Es el templo que muchos de los peregrinos eligen como comienzo
debido a su situación histórica de puerto de entrada a la isla desde la provincia de Wakayama, donde se encuentra el antes mencionado monte Koya.
•
Nº21 - Tairyū-ji (太竜寺, Anan, Tokushima): Es llamado “Koya-oeste” por su similitud con
el templo que se levanta en dicho monte. Fue uno de los lugares claves del viaje espiritual
de Daishi y el recinto, cubierto por viejos árboles, favorece ese espíritu mísico.
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•
Nº51 - Ishite-ji (石手寺, Matsuyama, Ehime): Situado en plena ciudad de Matsuyama, “El
templo de la Piedra en la Mano” debe su nombre a la famosa leyenda de Emon Saburo,
el cual se reencarna en un niño con una piedra en la mano, que permanece en el templo
como reliquia. La puerta Niomon, original del s.XIV, está catalogada como Tesoro Nacional.
•
Nº75 - Zentsū-ji (善通寺, Zentsūji, Kagawa): Lugar de nacimiento de Kobo Daishi. Consituye junto al Kangobu-ji (en el monte Koya) y el To-ji (Kyoto) uno de los tres siios más
importantes relacionados con la biograía de Kukai.
•
Nº88 - Okubo-ji (大窪寺, Sanuki, Kagawa): el úlimo de los templos del camino. Es usual
que los peregrinos abandonen aquí su bastón o kongōtsue. De paso obligado, la campana
del templo ha sido nombrada como uno de los 100 Paisajes Sonoros de Japón.
Diversas son las razones por las que Shikoku es considerada como uno de los desinos predilectos
por el turista japonés. Una de las que más pesa es su espectacular entorno natural, altamente
apreciado por un pueblo que se caracteriza por su paricular relación con la naturaleza, compleja y
sensiiva. Entre los entornos naturales que guarda la isla merecen especial atención el Valle de Iya
(Miyoshi, Tokushima). Un impresionante barranco poblado de árboles que nos transporta a un lugar
mágico y aniguo. Cerca también podemos contemplar una hermosa garganta socavada por el río
Yoshino, Oboke-koboke, que signiica literalmente: “Aunque tus pasos sean grandes o pequeños, el
peligro sigue exisiendo”14. También es de relevancia el Parque Nacional Ashizuri-Uwakai (Kochi), en
el que se encuentra el Cabo Ashizure, que junto al Cabo Muroto forma la bahía de Tosa. Las vistas
del océano Pacíico que contempló Daishi mientras meditaba en sus acanilados son la causa del
sobrenombre que él mismo eligió: Kukai (空海, “cielo y mar”), en honor a este paisaje.
La isla también cuenta con dos casillos de valía, el Kochi-jo (高知城) cuya construcción data de
principios del siglo XVII, aunque tuvo que ser reconstruido en el 1729 debido a un incendio. De gran
valor histórico y cultural, destaca entre sus dependencias la Torre del Homenaje, desde lo alto de
la cual se puede contemplar toda la ciudad. El Matsuyama-jo, que preside el centro de la ciudad de
Matsuyama, sobre el monte Katsuyama. Construido en el siglo XVII, es uno de los pocos casillos
de esa época que aún se conservan intactos. Matsuyama, es además un importante desino turísico, conocido por su armónica mezcla de naturaleza, literatura y espiritualidad. Cuna del inluyente
poeta Masaoka Shiki (1867-1902), que inspiró alguno de sus versos en el espíritu del caminar, y del
camino:
Cuando miré atrás,
El hombre con el que me crucé
Se había perdido en la niebla.15
14 htp://www.tourismshikoku.es/ (Úlima consulta 10 de noviembre de 2013).
15 Manzano, A. y Takagi, T. (1985): Haiku de las estaciones. Antología de la poesía zen. Barcelona: Visión Libros
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Conclusión
En el siglo XXI, la globalización ha permiido la difusión y el acceso a estas rutas espirituales, que
ejercen de puentes mediante los cuales entran en contacto culturas tan dispares como la española
y la japonesa. La superación de barreras lingüísicas y religiosas que acerca también a las personas
como habitantes de una casa común que deben proteger y comparir. Mirando a este futuro global,
es necesario fomentar y conservar un patrimonio cultural cuyos ideales se adscriben a un desarrollo
sostenible en consonancia con la naturaleza, y la conservación del medio ambiente. Este refuerzo
de los lazos que nos unen a Japón, cobra aún más importancia si cabe en el trascurso de este año
2013- 2014, que conmemora los 400 años de relaciones entre los dos países.
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