ESTETE, Miguel de
1535/1918 Noticia del Peru.
Boletin de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Historicos Americanos, tomo 1, no. 3, pp. 312-335 y 12 p. de facsimiles.
Quito.
312000 Noticia del Peru de Miguel de Estete
312001 (/Folio 1) Los capitanes Pizarro y Almagro, fueron casi de los primeros que se hallaron en la conquista y descubrimiento de las indias; porque estuvieron en la conquista de la isla espanola, y despues el año de trece, cuando Pedrarias de Avila paso a la Tierra Firme, con una gruesa armada, los dichos fueron donde el estaba; y ansi se hallaron en toda la conquista de la tierra firme, que es llamada Castilla del Oro, (Nota. 1) donde estuvieron y fueron capitanes del dicho Pedrarias de Avila, y le ayudaron a descubrir y conquistar la tierra desde el pueblo de Santa Maria de la antigua del Darien hasta los pueblos de acla (Nota. 2) y el nombre de Dios, (Nota. 3) y de alli fueron en el descubrimiento de la mar del Sur, y alli ayudaron a poblar la ciudad de Panama y la villa de nata (Nota. 4) y como a personas que habian servido en la dicha conquista, les dieron y señalaron por repartimiento a ambos a dos de compania, un pueblo que a mi parecer, se llama Chochania, con ayuda del cual, y con otras granjerias y aprovechamientos, en algunos anos, allegaron a tener suyo cantidad de oro.
312016 Estando ya poblado la dicha Panama y siendo los dichos capitanes vecinos de ella, hicieron un concierto y capitulacion con el dicho Pedrarias de avila, Gobernador de la dicha tierra, que el dicho capitan Pizarro, con cierta gente y navios, fuese por la costa de la mar del Sur a descubrirla y calar y saber lo que habia por ella, y asi, hecha la dicha capitulacion con el dicho Pedrarias, en la cual mas largamente parecera las condiciones que hubo en elia, (Nota. 5) el dicho capitan Don Francisco Pizarro fue por la dicha costa adelante, aunque con ruin aparejo de navios, por ser los primeros que en la dicha mar del Sur se habia hecho, y con cierta cantidad de gente, el ano de veintitres o veinticuatro, donde anduvo muchos dias padeciendo muchos trabajos y necesidades de hambres y enfermedades y peligr<os,> por llevar ruines navios y no sabida la navegacion. <rota la hoja> La costa es temerosa y los aguaceros del cielo muy <esta rota la hoja> bles en ella, por no llevar vasijas para agua no se <roto> meter a la mar ni desapegarse de la costa la cual pro <roto> ble, y no hallar donde tomar bastimentos les <roto> la vuelta y ansi se volvieron con la gente que <roto> sieron en una isla donde ellos tenian <roto> (/Folio 1 v.) y comida, y despues de tornados a rehacerse de mas gente y nuevos bastimentos, torno a proseguir su jornada, y asi tornaron a ir por su costa adelante, apartandose muy poco de ella; y como los vientos en ella son muy cortos y escasos, iban muy poco adelante; finalmente, que a cabo que pasaron muchos trabajos, llegaron a tomar puerto en algunos pueblos de indios, digo pueblos que eran de esta manera: en los arboles altos que estan en aquella costa tenian hechas sus casas, atravesados los maderos de unos a otros, siendo todo el suelo de anegadizos y loma, que no se podia andar ni calar la tierra adentro; porque muchas veces probaron por algunos rios a subir y buscar tierra enjuta, y aunque anduvieron muchos dias por ellos nunca la hallaron; y como su intencion era inquirir y saber que tierras y provincias habia por alli adelante, y tambien por la necesidad de mantenimientos, erales forzado llegarse a tomar lengua de las dichas gentes que habitaban en aquellos arboles; los cuales no admitian su platica, antes desde arriba, con piedras y otras defensas se defendian, de manera que no los podian entrar; en lo cual se pasaron grandes trances, y no se si de esa segunda vez o de la tercera, descubrieron aquel rio de palmas y un pueblo llamado Peruquete, de donde toda la tierra y provincias innumerables que adelante se descubrieron fue llamado Peru; siendo lo que ahora vulgarmente llaman el Peru, mas de seiscientas leguas adelante de esto, ni haber lugar en todo ello de tal nombre; pero como desde alli dieron la vuelta a Panama, que fue el año de veinticuatro entrado el de veinticinco, trujeron este apellido de decir que venian del Peru y asi se nombro todo lo que adelante se descubrio, como tengo dicho. Creo que en esta segunda entrada fue el capitan Almagro con gente y otro navio en busca del dicho Pizarro, y en esta jornada, en un cierto reencuentro le quebraron un ojo los indios; vueltos la segunda vez a rehacer de gente a la dicha isla, que tengo dicho, tomando mas y apercibiendose de todo lo que pudieron, tornaron a proseguir su jornada tercera vez, con toda la mas gente y bastimentos que pudieron; aunque de todo llevaban poco por la falta de los navios, y asi tornaron a proseguir su jornada, no se osando desapegar de la vista de la tierra o arboles, por mej<or de> (Nota. 6) cir, porque tierra en todo esto nunca la vieron y asi an<duvi>eron <peregrinando> (Nota. 7) por la dicha costa muchos dias haciendo <sus ent> (Nota. 8) radas por los rios en barcas y canoas, donde nunca pudieron <halla>r tierra enjuta y buena donde poder echar la gente si no <roto><e>n las islas de la Borbona (Nota. 9) y del Gallo que son despobladas, aun<que de> (Nota. 10) muy buenas aguas y mariscos y aves marinas <roto> lo cual fue mucho remedio para la gente. Des<pues> <roto> a la disposicion de la tierra y cuan<do> <roto> (/Folio 2) era y que los tiempos siempre les eran contrarios porque en todo el ano reinan en aquella costa. acordaron de dar la vuelta a la dicha Panama con la gente que les habia quedado; que mucha de ella, y la mayor parte, todas estas veces les falto, muerta de hambre y de enfermedades, y de los indios; porque aunque se hallaban pocos pueblos, los que se hallaron eran gente belicosa y peleaban con los espanoles muy crudamente, y les mataban muchos de ellos, especialmente en un pueblo que se llama <hay un claro> que estaba cercado de una estacada; se vieron en mucho trabajo y peligro; porque como andaban flacos, dieron de noche en los espanoles y pusieronlos en mucho aprieto, y aunque todos hicieron lo que pudieron, si no fuera por Pizarro que con una espada y una rodela desperto el primero, todos fueran muertos; el cual lo hizo tan bien que sin otra arma ninguna, cuando fue socorrido de su gente tenia a los pies muchos indios muertos. De este reencuentro, el quedo con victoria, aunque muy fatigado con su gente y mal herido. (Nota. 11) Muchas cosas particulares acaecieron en estas jornadas, que no las pueden saber sino los que en ellas se hallaron; y lo que yo aqui cuento, lo se de ellos y de haberselo oido decir al dicho Pizarro muchas veces, andando en la conquista del Peru.
313047 Vueltos con la dicha gente a Panama, destrozados y gastados, que ya no tenian haciendas para tornar con provisiones y gente, que todo lo habian gastado; el dicho Pedrarias de avila les dijo que ya el no queria mas hacer compania con ellos en los gastos de la armada, que si ellos querian volver a su costa, que lo hiciesen; y asi, como gente que habia perdido todo lo que tenian y tanto habia trabajado acordaron de tornar a proseguir su jornada y dar fin a las vidas y haciendas que les quedaba o descubrir aquella tierra; y ciertamente ellos tuvieron grande constancia y animo viendo el poco fruto que hasta alli (/Folio 2 v. ) habian sacado, osar tornar a meter el resto, por mar y costa tan sin provecho. Y asi tornaron a proseguir su jornada, yendo reconociendo las mismas partes y tierras o arboledas donde habian estado, con mucho trabajo, por la contrariedad de los tiempos; y a cabo de pasar muchos dias, llego el dicho Pizarro a echar la gente en aquella isla del Gallo; y desde alli, con un navio ligero y solos los marineros y agua, y el bastimento para que pudiese hacerse mas a la mar y tirar por alli adelante; y asi fue, que el dicho navio se metio a la mar, y en ella hallo los tiempos mas largos, y en pocos dias anduvo mas que en los anos de atras habia podido andar, y reconocio tierra enjuta y poblada, que fue el pueblo de Santiago, que asi se puso por nombre por verle en tal dia; y despues la bahia de San Mateo, donde tomaron puerto y mas adelante, descubrieron el pueblo de Tacanez, (Nota. 12) que esta en la costa. Y asi con esta buena nueva, vistos muchos indios que salian a ellos, vestidos de ropas de lana y enjoyados de oro, con mucha alegria de haber alcanzado principio de lo que deseaban, se volvieron a la dicha isla del Gallo, donde todos se embarcaron y fueron en busca de los dichos pueblos ya descubiertos, do llegaron y tomaron tierra y lengua y bastimentos; y asi fueron por la costa adelante, descubriendo la tierra y saltando algunas veces en ella. en esta costa de Tacanez salieron los indios a los cristianos y pelearon con ellos muy reciamente; y al principio como ellos nunca hubiesen visto caballos y el dicho capitan Pizarro llevase cuatro o cinco, al tiempo del romper los unos con los otros, uno de aquellos de caballo cayo del caballo abajo; y como los indios vieron dividirse aquel animal en dos partes, teniendo por cierto que todo era una cosa, fue tanto el miedo que tuvieron, que volvieron las espaldas dando voces a los suyos diciendo que se habian hecho dos, haciendo admiracion de ello, lo cual no fue sin misterio; porque a no acaecer esto, se presume que mataran todos los cristianos; y aunque en la liviandad del huir se arguya flaqueza de animo, (/Folio 3) el discreto considere que, jamas aquellas gentes habian visto las nuestras, tan diferentes de ellas; ni tampoco caballos, los cuales, a quien no los ha visto ni oido decir, no pueden dejar de causar admiracion; que lo mismo hicieran a nosotros, que tenemos mas razon que ellos, si nunca los hubieramos visto ni oido decir; y asi tan subitamente nos aparecieran delante; que cierto, no sabiendo las particularidades con que un caballo se mueve y sujeta, viendole pasado de clavos las manos y aquel freno en la boca que le tiene rendido y sujeto, a quien fuese cosa nueva no podia dejar de maravillar; y no es mucho pensar, que el que va encima y el, ser todo uno; especialmente que en aquellas tierras y mares hay grandes monstruos. Dejado esto, de este viaje se descubrio toda la costa hasta la provincia de Tumbez, en la cual solamente entro un capitan que Pizarro envio, quedandose el en uno de estos pueblos, el cual se llamaba Pedro de Candia. (Nota. 13) este le trujo relacion de la manera del pueblo y de lo que habia visto en el y de un templo del Sol que en el habia; en el cual dicho pueblo, por senas le hicieron entender como muchas jornadas adelante habia un gran senor, cuyos sujetos ellos eran. en este pueblo comenzaron a ver las ovejas que hay en aquellas tierras, y de ellas metieron algunas en el navio, que los indios le dieron de su voluntad; y haciendo paz y amistad con los dichos indios, les dejo alli dos espanoles, (Nota. 14) para cuando pluguiese a Dios se volviese a descubrir y allanar la tierra, para que entretanto ellos los doctrinasen y ensenasen y asi, el dicho Pedro de Candia se volvio donde estaba el dicho Pizarro y le conto lo que habia visto, en lo cual el fue muy vicioso, porque hizo entender que aquella ciudad de Tumbez era muy insigne y grande y que habia visto en ella muy grandes cosas, lo que fue mentir; porque despues que todos los espanoles entramos en ella, se vio por vista de ojos haber mentido en todo, salvo en lo del templo, que este era cosa de ver, aunque mucho mas de lo que aquel encarecio. Lo que falto en esta ciudad se hallo despues en otras que muchas leguas mas adelante se descubrieron; y parece que con mentira pronostico la verdad de lo que adelante estaba. Finalmente, que metiendo en el navio algunos indios muchachos y las dichas ovejas y algunas muestras de ropas y otras cosas de la tierra, con mucha alegria, el dicho capitan (/Folio 3 v.) Pizarro con su gente se volvio a Panama, a dar la buena nueva de lo que habia visto, dando por autor de la grandeza de Tumbez a aquel Pedro de Candia que solo en ella habia entrado; y asi, dejando toda la gente en la dicha Panama e isla suya, se partio con las dichas muestras e indios y ovejas para espana, a dar la nueva a Su Magestad, con menos de mil ducados que poder gastar, y aun estos prestados de amigos suyos.
315018 Venido en espana que fue el ano de (Nota. 15) ( hay un claro). Su Magestad visto sus trabajos y lo que habia gastado en aquel descubrimiento y la relacion y muestras de la tierra, le proveyo por gobernador y capitan general de ella, senalandole cierta cantidad de tierra tomada de norte a sur; y le hizo adelantado y le dio el habito de Santiago y ciertas tenencias de fortalezas; y se tomo con el asiento y asi despachado de la Corte, se fue con toda la mas gente que pudo llevar de espana a poner en la ciudad de Panama, y alli se aderezo e hizo publicar por todas las indias vecinas donde habia espanoles, su ida; y como la nueva de lo que aquel Pedro de Candia decia que habia visto era tan grande, muchas personas principales que tenian muy buenos asientos, se movieron para ir con el en la dicha conquista; y asi aderezado de todo lo que pudo llevar y con ( hay un claro) espanoles y ( hay un claro) caballos, (Nota. 16) con los bastimentos y pertrechos que pudo meter en siete navios, con harta necesidad y trabajo de dineros, se embarco, quedando en la dicha Panama el dicho capitan Almagro su companero, para proveerle siempre de gente y armas y lo que mas pudiese, aunque descontento de ver que para el no habia negociado el dicho Pizarro ninguna cosa en que Su Magestad le honrase; sino que todos los titulos y mercedes habia recabado para si ( hay una palabra tachada).
315037 Partio el dicho capitan Pizarro del puerto de Panama, con la dicha gente y navios el ano de ( 1531) (Nota. 17) y con el algunas personas de las que se habian hallado con el en los infortunios pasados, aunque muchos de ellos eran ya muertos de los trabajos que habian pasado, en tanto que el habia venido a espana; y consigo llevo a Hernando Pizarro, su hermano (/Folio 4) y a Juan Pizarro y a Gonzalo Pizarro, sus hermanos; diole Dios tan buena dicha que en siete dias, sin tocar las velas ni reconocer otra tierra, de punta en blanco, llego a la bahia de San Mateo, que es la primera buena tierra que el habia descubierto y tardo en llegar a ella mas de tres anos; y toda la buena ventura de esta navegacion estuvo en apartarse de aquellas lluvias de la tierra y meterse a la mar; y es de saber que desde Panama hasta alli habia ( hay un claro) leguas de travesia; y si se hubiera de ir costa a costa, habia cuatro veces mas; porque es una ensenada de un golfo que se hace como una herradura, y desde Panama hasta aquella bahia es frontero; y como los que descubren andan a tiento, especial, en aquella mar del Sur, donde tan poco aparejo habia de vasijas de agua para poderse meter a la mar, no pudieron saber el secreto de la navegacion hasta que Dios fue servido de descubrirsele, llevandolos de punta en blanco a aquella bahia que tengo dicho, doude tomaron tierra y echaron los caballos en ella, los cuales llegaron buenos, aunque algunos de ellos murieron en la mar; y asi despues de tomado algun descanzo, comenzaron a caminar por la tierra, la via que la primera vez habia llevado, la costa en la mano, sin entrar la tierra adentro; y llegaron al dicho pueblo de Tacanez y a los otros que primero habian visto; y mas adelante llegaron a un pueblo que esta en la costa de la mar llamado Coaque, (Nota. 18) donde los naturales de el huyeron todos a las montanas. en este pueblo por ser grande y de buenos aposentos y bastimentos, el dicho capitan Pizarro acordo de asentar su real por algunos dias y desde alli despacho los navios, unos a Panama, adonde el dicho capitan Almagro estaba, para que le proveyese de gente; y otros a la provincia de nicaragua, donde estaba mucha gente movida y concertada; que en viniendoles a llamar, iria adonde el estaba, a servir a Su Majestad y conquistar la tierra, ( hay dos palabras tachadas). Llevaron en estos navios algun oro y plata y ropas de lana y algodon ricas, y muy buena muestra y grande noticia de lo de adelante, y asi se partieron, quedando el dicho Pizarro en el dicho pueblo.
316019 Este pueblo de Coaque esta junto a la mar, en un buen asiento: seria de hasta cuatrocientas casas, de muy gentil parecer y sitio, aunque en ruin constelacion; porque es la costa mas enferma que hay debajo del cielo; porque en entrando la gente en el les dio grandisimas enfermedades de calenturas, que mataban en veinticuatro horas, y la peor unas berrugas que daba a las gentes, a manera de viruelas, salvo que eran tan grandes como nueces y avellanas, sangrando mucho de ellas y por las narices; (Nota. 19) la cual enfermedad lisio tanto la gente, que aunque no morian tantos de ella, como de la fiebre, hacia la gente inhabil y torpe para no poder salir de alli a buscar mantenimientos; a cuya causa y de los muchos que se murieron, (/Folio 4 v.) los que quedaron tuvieron gran estrecho de hambre y no eran parte para salir de alli.
316031 Cierto esta enfermedad fue plaga nueva y nunca vista en el mundo aunque no fue nueva en los espanoles, que en aquellos indios se usaba, pero no tan danosa por ser su propia tierra. Dicen que la linea equinoccial pasa por encima de aquel pueblo y que de esta causa hay cosas tan notables debajo de ella, y la mayor es que alli se crian y hay mineros de las esmeraldas finas, las cuales se hallaron en el despojo del pueblo; tantas y tan puras, que si la gente las conociera, fuera mayor riqueza( hay una palabra tachada) que la del oro que se hallo adelante; pero por falta de conocerlas, pensando que eran del metal y dureza del diamante, hacian la prueba en yunques; y como la esmeralda es tan tierna, luego se hacia pedazos y asi las tenian por vidrio; aunque como ellas tienen tan buen parecer, muchos las guardaron enteras y en pedazos y de las que quedaron se aprovecharon; y un pedazo de una grande que alli se cobro, vino a poder de la emperatriz nuestra Senora, que valio muchos ducados; pero la mayor parte de ellas se perdio y llevaron los indios, siendo tenidas por vidrio. (Nota. 20) Cierto, es averiguado ser la mina principal de ellas esta, porque todas las que adelante se hubieron y poseian los indios, decian que eran llevadas de esta provincia y aqui se hallaron cuentas de vidrio de la color de las esmeraldas. Vueltos los navios a la dicha Panama y nicaragua, con la gente y caballos que en ellos pudo entrar, se partieron en busca del dicho gobernador; y los que partieron de Panama, como era mas cerca, llegaron primero al dicho pueblo de Coaque que los de nicaragua; que estos no pudieron tomar al dicho Pizarro hasta la isla de la Puna. Llegada la gente de Panama, donde el dicho Pizarro estaba con harta necesidad, fue muy gran alivio y socorro y parte para poder salir de alli; y asi, antes que la tierra probase a los recien venidos, partieron del dicho pueblo, la costa adelante, llevando los navios a vista, que les daban valor y animo; y asi, poco a poco, entraron en una provincia que se dice Pasao, que esta en una serreceta junto a la mar: gente belicosa y grandes adoradores de idolos, de muchos dioses; en este pueblo se vieron grandes novedades de ritos que serian muy prolijas; (Nota. 21) pero la mas notable es que en las mezquitas donde sepultan los muertos, usan de desollar el cuerpo y quemar la carne; y el cuero aderezado como badana, le envisten, la carnaza afuera, de paja; y asi aspado, los brazos en cruz, le cuelgan del techo de la mezquita, y asi ponen gran muchedumbre de elios, que en entrando por la plaza, como vimos aquellos cueros estar colgados en cruz, pensamos, esta gente tener alguna noticia de nuestro Senor Jesucristo y tener su imagen, hasta que vimos y entendimos lo que era. Los naturales de esta provincia son fugitivos y gente indomita y asi dejaron sus casas y se fueron a las montanas; estos y los de Coaque usan de peso y medida y el peso es unas romanas de media vara en largo con su cuenta y numero en ellas y su pilon; no se vio pesar con ellas sino oro y plata y asi es de creer que para solo esto eran, por ser tan pequenas y para las otras cosas debian tener otro peso. (/Folio 5) Las cabezas de los difuntos las conservan con cierto balsamo de esta manera: (Nota. 22) que despues de sacado el calavernio por el cogote, quedando el rostro con su entera forma de narices y ojos y abenolas (Nota. 23) y cejas y cabellos, le curan y le dan cierta confeccion mediante la cual, conservan la carne o cuero que no se corrompe y que las ternillas de las narices esten enteras y los cabellos y cejas y abenolas apegadas a la carne. Son tantos los banos que les dan para que vengan a quedar de manera que se conserven, que hacen que un rostro de un hombre se consuma y disminuya en ser tan pequeno y mucho mas que lo es uno de un nino, acabado de nacer; y despues que el esta en tan pequena cantidad tornado, le guardan en unas arcas que tienen en las mezquitas y dura sin corromperse tantos anos, que dicen los indios, que dura dos o tres edades. Cierto es cosa de admiracion y nunca vista; y asi lo fue para los que lo vimos primero, teniendo por cierto, que eran propios rostros de gente enana que hubiese en la tierra, hasta que supimos la verdad de ello.
317036 De este pueblo de Pasao, la costa adelante, partio el dicho gobernador con su gente y llego a un brazo de mar salado, que sera una legua de ancho, que se puso nombre la bahia de Caraque; porque asi se llama la provincia donde el sale; en pasar este se tuvo algun trabajo, porque los navios se habian alejado y se hubo de subir tanto por el, que se pudo pasar a pie, donde por ser todo salado se padecio gran sed; porque en tres o cuatro dias no se pudo hallar agua dulce. al fin se paso y todas las provincias que estaban en comarca de el en las mas no habia gente, que todas huian de ver los caballos y extrana manera de los espanoles. Yendo por la costa adelante el dicho gobernador Pizarro, llego a otro golfo mayor, que habia tres leguas de mar, a una isla que se llama la Puna (Nota. 24), donde en ninguna manera se podia pasar, sino eran navios o barcas u otros aparejos para navegar. estando en acuerdo de lo que harian, vieron venir por la mar una balsa a la vela, que al parecer traia bulto de un navio, la cual enviaba el senor de aquella isla, con ciertos mensajeros al dicho Pizarro a le ofrecer la entrada en su tierra y que le enviaria muchas de ellas para el, que pudiese pasar con toda su gente y caballos de el; fueron bien recibidos los mensajeros y agradeciendoles su buena voluntad y obra y dandoles algunas cosas de las de aca, les torno a enviar; estas balsas son de unos maderos muy gruesos y largos; son tan fofos y livianos sobre el agua, como es un corcho; estos atan muy recio uno con otro, con cierta mana de maromas que ellos usan; y sobre ellos hacen una armadura alta, para que las mercaderias y cosas que llevaren no se mojen; y de esta manera, poniendo un mastil en el madero mayor de en medio, ponen una vela y navegan por todas aquellas costas; y son navios muy seguros porque no se puede anegar ni trastornar, porque el agua los bana por todas partes (Nota. 25).
318009 Venido la flota de balsas que el senor de aquella isla, que se decia Tumbala, enviaba, fue muy bien recibido del dicho capitan; y teniendo gran regocijo por haberseles ofre ido tan buen aparejo para su pasaje, fueron avisados de ciertos indios que el senor de aquella isla les habia hecho aquel convite con cautela y a fin de matarlos, yendo por la mar, metidos en las dichas balsas, en esta manera: que como ellos fuesen descuidados y no supiesen en que consistia la manera de las balsas ni de los atadijos de ellas, con unas hachas que llevaban, yendo dentro, quitasen las maromas con que estaban atados unos maderos con otros, para que se deshiciese el vaso o balsa y fuese cada madero por si y los espanoles y caballos se ahogasen; y ellos, como son grandes nadadores, se salvasen asidos a los maderos; entendido esto por el dicho capitan y gente, se acordo de venir (/Folio 5 v.) y embarcarse todos y danarles el arte con el buen apercibimiento; y asi pasaron el dicho golfo sin les osar acometer, lo que tenian acordado, por verles ir tan a punto; aunque vieron grandes muestras de quererlo hacer. Llegado a la dicha isla toda la gente y caballos se desembarco, y el senor de ella con mucha gente y danzas y maneras de musica, que ellos usan de flautas y atambores, haciendo del amigo, los salio a recibir y a traer muchas maneras de pescados y mantenimientos, que de estos habia asaz en la dicha isla. Y desde alli los llevo a aposentar en un pueblo donde el tenia su asiento, en el cual estuvieron algunos dias pacificamente los unos con los otros, hasta que el dicho senor de la isla, visto que los espanoles paraban en su tierra a fin de la sojuzgar, una noche acordo de revelarse con toda su gente y poner fuego por todas partesy dar en los espanoles, lo cual plugo a nuestro Senor que fue remediado, aunque toda la noche y el dia estuvieron en mucho peligro; al fin los indios fueron echados del pueblo y se acogieron a una espesura de arboledas junto a la mar, donde poco a poco habian llevado sus haciendas y mujeres, sin que se sintiese. Trabajose mucho en reducir y atraer estas gentes a las paces y nunca se pudo hacer; visto que ellos tenian gran defensa en aquellas brenas y montanas, se acordo que en viniendo los navios de Panama y nicaragua se embarcase toda la gente y la pasasen a Tumbez, que era de alli siete leguas, donde toda la gente tenia el apellido, teniendo por cierto todo lo que el dicho Pedro de Candia habia dicho de ella.
318043 Venidos los dichos navios con la gente de Panama y con la de Nicaragua, que aunque era poca era diestra y entendia bien la guerra de los indios, con ella y con la que el dicho Pizarro tenia, se embarco para la dicha provincia de Tumbez, donde habian quedado los dos espanoles y desembarco en ella pacificamente, teniendo por cierto de hallarlos alli y a todos los del pueblo y comarcas pacificas; y fue al reves, que cuando llegamos (Nota. 26) al dicho pueblo de Tumbez, hallamosle sin persona viva, que todos eran huidos la tierra adentro; y como los lugares despoblados y sin gente, por buenos que sean, parecen mal asilo, hizo este que no solamente no era buen lugar pero muy ruin, y en todo lo que aquel Pedro de Candia habia dicho de el habia mentido; y asi se hallo la gente muy confusa, porque por todas partes estaba sembrado muy gran grandeza y riqueza de este pueblo y todos los trabajos pasados pensaban que en el habian de ser descanso; y cierto, la gente estuvo por apedrear esfe hombre, y mas aquellos que habian dejado sus asientos y casas por la fama que habia de este dicho pueblo y de la tierra; aunque lo del templo del sol en quien ellos adoran era cosa de ver, porque tenian grande edificio y todo el por de dentro y de fuera pintado de grandes pinturas y ricos matices de colores, porque los hay en aquella tierra. Desde pocos dias que llegamos al dicho pueblo, salio gente a buscar los naturales de el que se habian esparcido en un rio grande, que venia a dar alli de la sierra; y los espanoles encontraron con el senor del pueblo y le trujeron de paz a sus casas, sin les hacer mal ninguno. Desde este pueblo comienza el pacifico senorio de los senores del Cuzco y la buena tierra; que aunque los senores de atras y el de Tumbala que era grande, eran sujetos suyos, no lo eran tan pacificos como de aqui adelante; que solamente reconocian y daban ciertas parias y no mas; pero de aqui adelante, eran todos vasallos y muy obedientes.
319017 Despues que este pueblo se pacifico y se trato la paz con el senor de el que se decia Chilimisa, (Nota. 27) nos informamos de lo que se habia hecho de los espanoles, (/Folio 6) los cuales confesaron ser muertos, aunque la culpa de la muerte de ellos la echaban a otras gentes. aqui tuvimos noticia de la grandeza de la tierra de adelante y del poderio y senorio de Atabalica; (Nota. 28) diciendonos particularmente, lo que habia hasta llegar a el y las provincias que senoreaba y como de alli a veinte leguas habia un rio caudal, que se dice Tallana, (Nota. 29) poblado de muchos pueblos, en los cuales habia corregidores y justicias, puestos por mano de aquel gran senor.
319027 Por la relacion que hizo este senor de Tumbez, despues de haber tomado algun descanso del trabajo que se habia habido en reducirle, el dicho gobernador Pizarro, con toda la gente, partio del dicho pueblo de Tumbez y desde a tres dias de camino, llego al dicho rio de Tallana, a un pueblo de el, que se dice Puechos; donde hallo ser verdad lo que los de Tumbez le habian dicho, y mas entera relacion de lo de adelante. este rio de Tallana era muy poblado de pueblos y muy buena ribera de frutales y tierra muy mejor que la de Tumbez; abundoso de comidas y de ganados de aquella tierra. Descubriose todo hasta la mar y porque parecio tener buen puerto y buena disposicion para poblar, el dicho gobernador Pizarro acordo de hacer alli un pueblo, en el mejor lugar y sitio que le parecio; para que los navios y gentes que viniesen a la tierra, tuviesen abrigo y parte cierta donde desembarcar; y asi fundo la villa de San Miguel, (Nota. 30) que agora esta y repartio la tierra y solares e indios en los que alli se quisieron avecindar, y despues de hecho el pueblo y casas y iglesia y puestas justicias en el, acordo de pasar adelante, y procurar de verse con aquel gran senor. esta tierra de San Miguel y rio de Tallana, en toda la costa desde aqui adelante mas de trescientas leguas, es tierra caliente y do nunca jamas llueve; no hay poblaciones, si no es en los rios, los cuales son muchos y muy grandes; y asi riegan la tierra con ellos, y hay grandes llanuras y arboledas y frutales de diversas maneras: dan fruto dos veces en el ano, porque como el sol es siempre de una manera y el agua por el pie nunca falta, la tierra no cansa de producir.
319050 Desde este pueblo, por un camino hecho a mano, muy ancho y espacioso, el cual va asi mas de cuatrocientas leguas, partio el dicho gobernador con toda la gente, que serian ciento y cincuenta espanoles; los noventa de caballo y los demas de pie, ballesteros y arcabuceros y con espadas y rodelas; y porque de la grandeza de este camino y de otro que va por la tierra mas adentro, mas adelante trataremos, aqui no se dira sino solamente de la pasada y jornada que se hizo por el; y asi, unas veces yendo caminando por el y otras saliendo de el por otros, por muchas poblaciones y arboledas, como las que tengo dicho, llegamos a una provincia grande y viciosa, que se dice Caran, (Nota. 31) donde estuvimos por algunos dias, dandonos los naturales de la tierra muchos mantenimientos, a los que se les hacia (Nota. 32) todo buen tratamiento, y en los pueblos que se nos hacia buena acogida, se tenia mucho cuidado que no se les hiciese agravio ninguno; y estando en este pueblo, el dicho gobernador Pizarro envio a un capitan llamado Hernando de Soto, con cierta gente, a descubrir lo que habia detras de una sierra que desde alli parecia; donde teniamos noticia que estaba un pueblo principal, el cual fue y entro en el dicho pueblo, y le vio v trujo noticia mas entera de la grandeza de la tierra, porque por el pasaba otro camino hecho a mano, muy mas grande que el que habiamos visto; desde el cual los de este pueblo, le contaron las jornadas y provincias que habia hasta llegar a la ciudad del Cuzco, que es la principal de tod is aquellas tierras, donde los senores de ellas residian ordinarlamente; y asi, con esta relacion, se vino a donde el dicho Pizarro estaba; (/Folio 6 v.) (Nota. 33) y alli, despues de habido su acuerdo de lo que se debia hacer, se determino de pasar adelante y ver y descubrir las provincias de adelante, de que se tenia gran noticia y llegar a Cajamarca (Nota. 34) con el ayuda de Nuestro Senor, que es donde el dicho Atabalica estaba; y estando ya determinados para partir, llego un mensajero del dicho Atabalica, con cierto presente, que los senores usan unos a otros, cuando se envian a saludar; el cual dicho mensajero indio, entro con tanta desenvoltura a donde el dicho Pizarro estaba, como si toda su vida se hubiera criado entre los espanoles; y despues de haber dicho la embajada, que era decir que su senor le enviaba a preguntar que de que tierra veniamos y que era lo que queriamos, se holgo dos o tres dias con nosotros, en los cuales el conto todos los espanoles y caballos y armas que llevabamos, porque el intento de su embajada, era mas saber esto que decirla; y en cabo de estos dias, el dicho gobernador Pizarro le dio a el y a los que con el iban ciertas camisas y sartales de cuentas de espana, de vidrios y jaspes y otras cosas que ellos tuvieron en mucho; y para Atabalica, una cosa aparte; y con esto y con muy buenas palabras de amistad que el dicho gobernador les dijo, se volvieron desde alli, a decir al dicho Atabalica como el iba a verse con el. es de saber que los indios de la tierra se entendian muy bien con los espanoles; poque aquellos muchachos indios que en el descubrimiento de la tierra, Pizarro trujo a espana, entendian muy bien nuestra lengua, y los tenia alli, con los cuales se entendia muy bien con todos los naturales de la tierra. Tornando al proposito, digo que de esta dicha provincia, el dicho capitan con toda su gente, partio por aquel camino adelante, pasando muchos pueblos grandes y senalados, de muchas florestas y arboledas, donde se vieron innumerables gentes y templos del sol, y otras cosas que por evitar prolijidad no se dicen.
320047 Habiendo pasado muchas de estas poblaciones para ver de atravesar a la provincia de Cajamarca, donde el dicho Atabalica estaba, hubimos de dejar el camino real y tomar ( hay una palabra tachada) otra travesia y subimos por una sierra pelada que tenia mas de legua y media de subir, de muy malos pasos; tales, que si el Atabalica se previniera de tener alli gente, fuera escusado pasar adelante; pero como nuestro Senor era servido que la tierra se conquistase y se allanase, permitio que este no se apercibiese de esto; antes, teniendonos en muy poco y no haciendo cuenta que ciento y cincuenta hombres le habian de ofender, dio lugar y consintio que pasasemos por aquel paso, y por otros muchos tan malos como el; porque realmente, a lo que despues se supo y averiguo, su intencion era vernos y preguntarnos de donde veniamos y quien nos habia echado alli, y que queriamos; porque era muy sabio y discreto, y aunque sin luz y escritura, amigo de saber y de sutil entendimiento; y despues de holgadose con nosotros, tomarnos los caballos y las cosas que a el mas le placian y sacrificar a los demas; pero como nuestro Senor era servido de lo hecho y queria que su santa Fe se plantase en aquellos barbaros, dispusolo al reves de lo que el pensaba; y asi fue, que despues de haber caminado tres o cuatro jornadas por aquellas sierras y pasos asperos, un jueves, (Nota. 35) en la tarde, que se contaron, ( quince) (Nota. 36) dias del mes de ( noviembre) (Nota. 37) llegamos a vista del pueblo de Cajamarca y de el Real que el dicho Atabalica tenia asentado una legua de el; el cual dicho Real ocupaba mas de legua y media del valle, y eran tantas las tiendas (Nota. 38) que parecian, que cierto nos puso harto espanto; porque no pensabamos que indios pudiesen tener tan soberbia estancia, ni tantas tiendas, ni tan a punto; lo cual hasta alli, en las indias nunca se vio; que nos causo a todos los espanoles harta confusion y temor, aunque no convenia mostrarse, ni menos (/Folio 7) volver atras; porque si alguna flaqueza en nosotros sintieran, los mismos indios que llevabamos nos mataran; y asi, con animoso semblante, despues de haber muy bien atalayado el pueblo y tiendas que he dicho, abajam#os por el valle abajo y entramos en el pueblo de Cajamarca, donde solamente habia la gente popular y algunos de la gente de guerra de Atabalica, que se desmandaban a venir a vernos, desde su Real hasta alli, que habia una legua, por una calzada hecha a mano, harto de ver. Llegados al dicho pueblo, sin qne nadie se apease, se acordo que Hernando Pizarro, su hermano, con hasta treinta de caballo, personas principales y con Martin, (Nota. 39) lengua, fuese al Real del dicho Atabalica, a le hacer saber la llegada, y que orden queria tener en las vistas, y si queria que fuesen en aquel pueblo o alli donde el estaba; porque todo seria como el lo mandase; el cual dicho Hernando Pizarro fue y yo con el; y llegamos a una acequia, que se pasaba por una puente, a una casa de placer que estaba en aquel valle, donde el dicho Atabalica tenia unos banos, cosa harto de ver; donde a la pasada de la dicha puente estaban muchos escuadrones de indios, con sus armas en las manos; y asi fuimos pasando por ellos, sin nos hacer dano, ni nosotros a ellos, senalandonos donde estaba el gran senor; llegados al patio de la dicha casa, que tenia delante de ella, vimos estar en medio de gran muchedumbre de indios, asentado aquel gran senor Atabalica, de quien tanta noticia y tantas cosas nos habian dicho, con una corona en la cabeza y una borla que le salia de ella y le cubria toda la frente; la cual era la insignia real; sentado en una silletica, muy baja del suelo, como los turcos y moros acostumbran sentarse; el cual estaba con tanta magestad y aparato, cual nunca se ha visto jamas; porque estaba cercado de mas de seiscientos senores de su tierra. Comenzada (Nota. 40) por Hernando Pizarro la platica, que era decirle nuestra llegada y como eramos vasallos de un emperador, gran senor, el cual nos enviaba a saber y descubrir aquellas tierras y a predicar en ellas la fe de Jesucristo nuestro Dios, y a doctrinarle y ensenarle a el y a los suyos en ella; y otras mucha palabras de amistad y de paz; las cuales por el oidas, con ser su inclinacion preguntarnos y saber de donde veniamos y que queriamos, y ver nuestras personas y caballos, tuvo tanta serenidad en el rostro y tanta gravedad en su persona, que no quiso responder palabra a lo que se le decia, salvo que un senor de aquellos que estaban par de el, respondia: <bien esta>. Visto por el dicho Hernando Pizarro que el no hablaba y que aquella tercera persona respondia de suyo, tornole a suplicar que el hablase por su boca y le respondiese lo que quisiese; el cual a esto volvio la cabeza a mirarle, sonriendose, y le dijo: <Decid a ese capitan que os envia aca, que yo estoy en ayuno y le acabo manana por la manana, que en bebiendo una vez, yo ire con algunos de estos principales mios a verme con el; que en tanto, el se aposente en esas casas que estan en la plaza, que son comunes a todos, y que no entren en otra ninguna hasta que yo vaya, que yo mandare lo que se ha de hacer>. Dada esta respuesta, dijo aquel mismo principal, que nos apeasemos a comer; lo cual con la mejor excusa que se pudo dar no se acepto y el dijo: <Pues no quereis comer, bebed del vino de esta tierra, ahi donde estais>, lo cual ya no se pudo dejar de hacer; y asi, salieron unas matronas con vasos de oro en las manos, y dieron de beber a los que mas cerca de ellas se hallaron. Hecho esto, el tenia mucho ojo en los caballos y ciertamente, a el le parecian bien; entendido esto, un capitan, Hernando de Soto, llevaba un caballejo ponedor y preguntole si queria que le corriese por aquel patio, y el hizo senas que si; y asi escaramuzo por alli, con buena gracia, un poco. el caballejo era animoso, echaba mucha espuma de la boca, (/Folio 7 v.) de lo cual, de ver la presteza con que revolvia, el se maravillo; aunque mas admiracion hacia la gente comun, entre si habria gran murmullo; y un escuadron de gente, viendo venir el caballo para si, se retrujo hacia atras; lo cual, los que lo hicieron pagaron aquella noche con las vidas; porque Atabalica los mando matar, porque habian mostrado temor. Hecho esto, y visto y atalayado la grandeza del ejercito y las tiendas, que era bien de ver, nos volvimos a donde el dicho capitan nos estaba esperando, harto espantados de lo que habiamos visto; habiendo y tomando entre nosotros muchos acuerdos y opiniones de lo que se debia hacer, estando todos con mucho temor, por ser tan pocos y estar tan metidos en la tierra, donde ro podiamos ser socorridos; porque desde alli a la villa de San Miguel habia mas de ochenta leguas. Llegados donde estaba el dicho gobernador y dichole lo que pasaba, juntaronse todos aquella noche, en su posada, a platicar en lo que se haria otro dia; y asi, aquella noche, mostrando los espanoles mucho animo y regocijo, durmiendo pocos, hicimos la guardia en la plaza, de donde se vian los fuegos del ejercito de los indios; lo cual era cosa espantable, que como estaban en una ladera, la mayor parte, y tan juntos unos de otros, no parecia sino un cielo muy estrellado. (Nota. 41) Venida la manana, viernes, oimos misa, encomendandonos a nuestro Senor, suplicandole nos tuviese de su mano. Hecho esto, el gobernador mando que toda la gente de caballo se estuviese en su aposento, que al rededor de la plaza tenian; a punto, para que si fuese menester y Atabalica viniese de otra manera de la que habia dicho, pudiesen pelear con el, y la gente de pie estuviese junta con el; porque el queria pelear a pie, lo cual el sabia mejor hacer asi que a caballo. Concertada la gente de esta manera, hizo poner dos atalayas en una mezquita de piedra que estaba en la plaza, para que atalayasen y viesen que gente venia; los cuales se pusieron, y desde arriba atalayaban y vian lo que se hacia en el Real; y desde las seis de la manana hasta las cuatro de la tarde, en todo ese tiempo, se gasto en aderezar los escuadrones de la gente de guerra y ponerlos en orden, y los otros aparejos y arreos que para la persona de Atabalica y sus mujeres y privados eran necesarios: es de saber, que ningun hombre de mas de cincuenta mil que tenia de guerra, estaba sin una patena, en la frente, muy acicalada, de cobre o de oro o de plata; las cuales daban tan gran resplandor, que ponia espanto y temor de verlo.
323003 (Nota. 42) A la hora de las cuatro comienzan a caminar por su calzada adelante, derecho, a donde nosotros estabamos; y a las cinco o poco mas, llego a la puerta de la ciudad, quedando todos los campos cubiertos de gente; y asi, comenzaron a entrar por la plaza hasta trescientos hombres como mozos de espuela, con sus arcos y flechas en las manos, cantando un cantar no nada gracioso para los que lo oiamos; antes espantoso, porque parecia cosa infernal; y dieron una vuelta a aquella mezquita, amagando al suelo con las manos, a limpiar lo que por el estaba, de lo que habia poca necesidad, porque los del pueblo le tenian bien barrido, para cuando entrase. Acabada de dar su vuelta, pararon (Nota. 43) todos juntos, y entro otro escuadron de hasta mil hombres, con picas sin hierros, tostadas las puntas, todos de una librea de colores: digo, que la de los primeros era blanca y colorada, como las casas de un ajedrez. entrado el segundo escuadron, entro el tercero, de otra librea, todos con martillos en las manos, de cobre y plata que es un arma que ellos tienen; y asi de esta manera, entraron en la dicha plaza muchos senores principales, que venian en medio de los delanteros (/Folio 8) y de la persona de Atabalica; detras de estos, en una litera muy rica, los cabos de los maderos cubiertos de plata, venia la persona de Atabalica; la cual traian ochenta senores en hombros; todos vestidos de una librea azul muy rica; y el, vestido su persona muy ricamente, con su corona en la cabeza, y al cuello un collar de esmeraldas grandes; y sentado en la litera, en una silla muy pequena, con un cojin muy rico. en llegando al medio de la plaza paro, llevando descubierto el medio cuerpo de fuera, y toda la gente de guerra que entraba en la plaza le cenian en medio, (Nota. 44) estando dentro hasta seis o VII mil hombres; como el vio que ninguna persona salia a el ni parecia, tuvo creido, y asi lo confeso el despues de preso, que nos habiamos escondido, de miedo de ver su poder, y dio una voz y dijo: <Donde estan estos?> a la cual salio del aposento del dicho gobernador Pizarro, el Padre Fray Vicente de Valverde, de la orden de los Predicadores, que despues fue obispo de aquella tierra, con la Biblia en la mano y con el Martin, lengua; (Nota. 45) y asi juntos, llegaron por entre la gente a poder hablar con Atabalica; al cual le comenzo a decir cosas de la Sagrada escritura y que nuestro Senor Jesucristo mandaba que entre los suyos no hubiese guerra ni discordia, sino toda paz; y que el en su nombre asi se lo pedia y requeria; pues habia quedado de tratar de ella el dia antes, y de venir solo, sin gente de guerra; a las cuales palabras y otras muchas que el fraile le dijo, el estuvo callando sin volver respuesta; y tornandole a decir que mirase lo que Dios mandaba, lo cual estaba en aquel libro que llevaba en la mano, escrito, admirandose, a mi parecer mas de la escritura que de lo escrito en ella, le pidio el libro y le abrio y hojeo, mirando el molde y la orden de el, y despues de visto, le arrojo por entre la gente, con mucha ira y el rostro muy encarnizado, diciendo: <decidle a esos, que vengan aca, que no pasare de aqui hasta que me den cuenta y satisfagan y paguen lo que han hecho en la tierra>. Visto esto por el fraile y lo poco que aprovechaban sus palabras, tomo su libro y abajo su cabeza, y fuese para donde estaba el dicho Pizarro, casi corriendo y dijole: <?No veis lo que pasa? para que estais en comedimientos y requerimientos con este perro lleno de soberbia, que vienen los campos llenos de indios? Salid a el, que yo os absuelvo!>; y asi, acabadas de decir estas palabras, que fue todo en un instante, tocan las trompetas, y parte de su posada con toda la gente de pie que con el estaba, diciendo: <Santiago, a ellos!> y asi salimos todos a aquella voz, a una; porque todas aquellas casas que salian a la plaza, tenian muchas puertas y parece que se habian hecho a aquel proposito. en arremetiendo los de caballo y rompiendo por ellos, todo fue uno; que sin matar sino solo un negro de nuestra parte, fueron todos desbaratados y Atabalica preso, y la gente puesta en huida; aunque no pudieron huir de tropel, porque la puerta por do habian entrado era pequefia, y con la turbacion no podian salir; y visto los traseros cuan lejos tenian la acogida y remedio de huir, arrimaronse (Nota. 46) dos o tres mil de ellos a un lienzo de pared y dieron con el en tierra; el cual salia al campo, porque por aquella parte no habia casas; y asi tuvieron camino ancho para huir; y los escuadrones de gente que habian quedado en el campo sin entrar en el pueblo, como vieron huir y dar alaridos, los mas de ellos, fueron desbaratados, y se pusieron en huida; que era cosa harto de ver, que un valle de cuatro o cinco leguas, todo iba cuajado de gente; en esto vino la noche muy presto y la gente se recogio y Atabalica se puso en una casa de piedra, que era el templo del sol; y asi se paso aquella noche con gran regocijo y placer de la victoria que nuestro Senor nos habia dado, poniendo mucho recaudo en hacer guardia a la persona de Atabalica; para que no volviesen a tomarnosle. Cierto, fue permision de Dios y grande acertamiento, guiado por su mano; porque si este dia no se prendiera, con la soberbia que traia, aquella noche fueramos todos asolados, por ser tan pocos, como tengo dicho, y ellos tantos. (Nota. 47)
324023 Otro dia por la manana, un capitan, con cierta gente, fue a ver el campo y tiendas del dicho Atabalica; el cual era cosa mucho de ver; porque se hallaron muchas tiendas llenas de ropas nuevas, las cuales tenian para dar libreas a las gentes de su ejercito; porque de abi a pocos dias estaba acordado de hacer su coronacion y gran fiesta en ello; porque el habia vencido a su hermano llamado Huascar, (Nota. 48) senor universal de toda la tierra, y se le traian sus capitanes preso; que le habian vencido en la ciudad del Cuzco; y alli estaba acordado de hacer sacrificio de el en las mismas fiestas; (Folio 8 v.) hallaronse innumerables bastimentos, asi de carnes y cecinas como de aquellas ovejas, unas para carga y otras para comer; muchos pertrechos y armas; todas estas cosas de tiendas y ropas de lana y algodon eran en tan gran cantidad, que a mi parecer, fueran menester muchos navios en que cupieran; y asi como cosa tan abundante, se quedo alli para que sus duenos lo recogiesen y pusiesen en cobro. el oro y la plata y otras cosas de valor se recogio todo y se llevo a Cajamarca y se puso en poder del Tesorero de Su Magestad.
324039 Estando Atabalica en su prision dijo grandes cosas del pensamiento que tenia de lo que habia de hacer de los espanoles y caballos; porque era tan discreto y desenvuelto, que sin preguntarle nada, visto lo que le habia acaecido ser tan al reves de lo que el tenia pensado, decia, ( hay unas palabras tachadas) haciendo admiracion de la traza que tenia hecha ( hay unas palabras tachadas) como tenia acordado de tomar los caballos y yeguas que era la cosa que mejor le parecio, para hacer casta, y a los espanoles a unos sacrificar al Sol y a otros castrarlos para el servicio de su casa y guarda de sus mujeres, como ello acostumbra. Decia que la causa de haber consentido que entrasemos por la tierra, habia sido ver cuan pocos eramos; que desde el primer dia que desembarcamos tuvo noticia de cuantos espanoles y caballos ibamos; pues hacia el cuenta que que parte podiamos nosotros ser siendo tan pocos para la muchedumbre de sus gentes; porque en dos ejercitos tenia mas de cien mil hombres. a mi parecer el tenia razon de hacer esta cuenta, si Dios nuestro Senor no fuera servido de tomarsela y hacer maravillosamente lo que hizo.
325003 Luego como fue sabida su prision por todos sus senorios, vinieron de cada provincia a visitarlo a el y a ver a los espanoles, y cada uno traia presentes de lo que habia en su tierra, asi de oro como plata y otras cosas. era grande el acatamiento con que entraban a hablarle, y el se habia con ellos muy como principe, no mostrando menos gravedad estando preso y desbaratado, que antes que aquello le acaeciese. un dia, estandole preguntando por su tierra y senorios, y el respondiendo con buen semblante y alegria dijo: que toda la tierra era muy rica de oro y plata; y que le parecia que aquellos metales eran lo que mas nosotros estimabamos; que el tenia manera como de aquello se juntase mucho; porque en las mezquitas y templos del Sol y en otras partes estaba mucho. Verdad es que todas estas promesas que hacia, las hacia como hombre temeroso que le habian de matar y que tenia en poco aquello que prometia; asi por haber mucho en la tierra, como porque ofrecia lo que el habia tomado tiranamente a su hermano Huascar, senor de la tierra, que por fuerza se la habia ganado toda y prendidole, como tengo dicho.
325019 En todo el tiempo de su prision, siempre se le hizo muy buen tratamiento; (Nota. 49) y aquel padre dominico, tenia cuidado de predicarle y hacerle entender las cosas de nuestra santa Fe y darle noticia de todo y de lo que le convenia para su salvacion; y el gobernador le hacia entender como iba por mandado de S. M. a descubrir y requerir todas aquellas tierras, que viniesen los naturales de ellas a su obediencia y al yugo y obediencia de la igleesia; lo cual se le hacia muy bien entender por las buenas lenguas de interpre tes que habia; para lo cual, al parecer de todos, el tenia muy buen entendimiento, y respondia como hombre que entendia lo que se le decia. Creo yo que se asento con el la paz de parte de S. M. y que el se dio por su vasallo, y que se hicieron aquellas diligencias que se suelen hacer. Sabido por el gobernador que cerca de alli venia el Huascar, su hermano, que se le traian preso (/Folio 9) de la ciudad del Cuzco, dijo a Atabalica que el sabia como su hermano venia preso y habia sido desbaratado por su gente; y que le habian dicho que el habia enviado a mandar que donde quiera que le topasen en el camino, le matasen; que en ninguna manera el tal hiciese; porque de aquellas cosas Dios nuestro Senor era deservido y que tambien lo seria el emperador; que venido el, habria informacion de entrambos; cuyo fuese el senorio de la tierra, y les administraria justicia y se daria orden de paz y concordia entre ellos; lo cual le debio de hacer mal sabor; porque luego, de ahi a pocos dias, vino nueva que su hermano era muerto y el se disculpo con decir que el no lo habia mandado y que los que le traian a cargo lo habian hecho de suyo; lo cual le fue reprendido por el gobernador y predicador; pero como era cosa que ordinariamente el acostumbraba a hacer en sus hermanos, dabasele poco de ninguna reprension; porque a lo que el mismo dijo, el habia muerto a otros muchos de ellos que habian seguido la parcialidad del hermano; y uno, dicen, que viendole con embajada de su hermano, le hizo quitar el cuero vivo, delante de el, y con la cabeza del hermano guarnecida de oro, bebia; esta se tomo el dia de su desbarate. Tambien es de saber que ellos fueron cien hermanos y hermanas.
325050 Desde a dos meses, poco mas o menos que Atabalica fue preso, se acordo que saliese alguna gente a ver y calar la tierra, la via del Cuzco, para saber los pasos y caminos y rios caudales, y ver aquellas puentes de red y maromas y si las podrian pasar los caballos; para que no moviesemos de alli, sin saber por donde ibamos. Sabido esto por Atabalica dijo, que pues el gobernador queria enviar a ver la tierra hacia el Cuzco, que poco al travez del camino real estaba la gran mezquita de Pachacama, donde iban de toda la tierra a romeria y era el principal santuario y adoratorio de ella; que seria bien que la. fuesen a ver de camino, que en ella habia mucha cantidad de oro y plata; y que alli estaba un sacerdote de ella, que iria con la gente; y asi se partio Hernando Pizarro con hasta veinticinco espanoles; los quince de caballo y diez arcabuceros, para la dicha mezquita; (Nota. 50) yendo por el camino real del Cuzco, mas de LXXX leguas, donde se pasaron grandes provincias, especial, la de Guaman, Chusco y Pombo, y muy grandes sierras y rios muy poderosos, y aquellas puentes hechas de red, que hasta pasar la primera y perder el temor fue harta confusion; por que son de esta manera: (Nota. 51) Los rios son muy grandes y muy furiosos; porque descienden de aquellas grandes montanas, y donde hace mayor estrechura y van mas espantables y mas recogida el agua, alli hacen un cimiento grande de piedra, de una parte y de otra; y atravesados unos gruesos maderos, por la canteria, atraviesan unas maromas de parte a parte del rio, de una mimbre gruesa, hechas de la forma y manera que son unas sogas de anoria, salvo que aquellas maromas son tan anchas cada una como tres palmos; y asi juntas media docena de ellas, pasadas de parte a parte del rio, del anchor de una carreta, tejenlas con unos canamos fuertes y atraviesan unos palos para que esten fuertes y no se puedan destejer; y hecho esto, hechanles su borde de una parte y de otra como unos corcos ( ?) a una carreta; y asi esta ella puesta en el aire, muy mas alta del agua que aca lo estan; pues para pasar los caballos, animales que tanto pesan y tan temerosos y espantadizos, por una cosa hecha en el aire, tuvose por imposible; que para gente de pie y aquellos ganados de poco peso, bastantes eran. Finalmente, que ello se probo a pasar con los caballos y aunque al principio rehusaron, metidos dentro, parece que el temor les hacia prestar paciencia; y asi uno en pos de otro, pasaron todos, y en esta primera puente no hubo desgracia; y seguimos nuestro viaje pasando pueblos y provincias y sierras extranas, aunque los caminos muy buenos; donde a cabo de veinte jornadas liegamos con harto trabajo y cansancio a aquel pueblo de Pachacama, donde estaba aquel idolo tan nombrado, llamado de ese mismo nombre. acaecionos una cosa muy donosa, una noche, antes que llegasemos a el, en un pueblo junto a la mar; que nos temblo la tierra de un recio temblor y los indios que llevabamos, que muchos de ellos se iban tras nosotros a vernos, huyeron aquella noche, de miedo, diciendo que Pachacama se enojaba porque ibamos alla, y todos habiamos de ser destruidos. Llegados al pueblo comenzamos a caminar derecho a la mezquita, la cual era cosa de ver y de gran sitio, teniendo en la primera puerta dos porteros, a la cual llegamos a pedirles que nos dejasen subir, porque queriamos ver a Pachacama; los cuales respondieron que, a verle ninguno llegaba; que si queriamos algo, que ellos lo dirian al sacerdote para que se lo dijese. Hernando Pizarro (/Folio 9 v.) les dijo ciertas cosas y que en todo caso el habia de subir donde estaba, porque el y aquellos espanoles venian de muy lejos a verle; y asi, contra su voluntad y de ruin gana nos llevaron, pasando muchas puertas, hasta llegar a la cumbre de la mezquita; la cual era cercada de tres o cuatro cercas ciegas, a manera de caracol; y asi se subia a ella; que cierto, para fortalezas fuertes eran mas a proposito que para templo del demonio. en lo alto estaba un patio pequeno delante de la boveda o cueva del idolo, hecho de ramadas, con unos postes, guarnecidos de hoja de oro y plata, y en el techo puestas ciertas tejeduras, a manera de esteras, para la defensa del sol: porque asi son todas las casas de aquella tierra, que como jamas llueve, no usan de otra cobija; pasado el patio estaba una puerta cerrada, y en ella las guardas acostumbradas, la cual, ninguno de ellos oso abrir. esta puerta era muy tejida de diversas cosas: de corales y turquesas y cristales y otras cosaas. Finalmente que ella se abrio y segun la puerta era curiosa, asi tuvimos por cierto que habia de ser lo de dentro; lo cual fue muy al reves y bien parecio ser aposento del diablo, que siempre se aposenta en lugares sucios. abierta la puerta y queriendo entrar por ella, apenas cabia un hombre, y habia mucha oscuridad y no muy buen olor. Visto esto trujeron candela; y asi entramos con ella en una cueva muy pequena, tosca, sin ninguna labor; y en medio de ella estaba un madero, hincado en la tierra, con una figura de hombre hecha en la cabeza de el, mal tallada y mal formada, y al pie y a la redonda de el muchas cosillas de oro y de plata, ofrendadas de muchos tiempos, y soterradas por aquella tierra. (Nota. 52) Visto la suciedad y burleria del idolo nos salimos afuera, a preguntar que por que hacian caso de una cosa tan sucia y torpe como alli estaba; los cuales, muy espantados de nuestra osadia, (Nota. 53) volvian por la honra de su dios y decian que aquel era Pachacama, el cual les sanaba de sus enfermedades; y a lo que alli se entendio, el demonio aparecia en aquella cueva a aquellos sacerdotes y hablaba con ellos y estos entraban con las peticiones y ofrendas de los que venian en romeria, que es cierto, que de todo el senorio de Atabalica iban alli, como los moros y turcos van a la casa de Meca. Vista la suciedad que alli estaba y la ceguedad en que todas aquellas gentes estaban, juntando a todos los mas principales del pueblo y haciendoselo entender, en presencia de todos, se derroco y abrio aquella cueva, la cual habia muy pocos que hubiesen entrado en ella; y como vieron nuestra determinacion y les cuadrase lo que cerca del engano que tenian se les decia, ellos mismos mostraban holgarse de ello; y asi con mucha solemnidad se puso una cruz grande encima de aquel aposento que por tan suyo tenia el demonio. (Nota. 54) echo esto, nos aposentamos en el pueblo abajo, en el cual estuvimos hasta treinta dias, donde buscamos todas aquellas casas de depositos donde guardaban el oro y plata, lo cual, todo tenian alzado y escondido, que no se hallo sino muy poco y lo que no quisieron llevar. en este tiempo, a la nueva de lo hecho y a vernos, venian todos los pueblos comarcanos y traian presentes de oro y plata. esta mezquita estaba entre tierras muy pobladas y ricas, y asi se junto buena cantidad de oro y plata.
327038 De este pueblo de Pachacama, el capitan Hernando Pizarro tuvo noticia que en la ciudad de Jauja (Nota. 55) estaba el capitan General de Atabalica con mucha gente de guerra de la que se habia hallado en el desbarato del Huascar, hermano suyo; y como este capitan era el mas principal y el que lo habia hecho todo, acordo de irse a ver con el y a procurar con buenas palabras, y atraerle para que fuese con el a donde Atabalica estaba; y aunque la gente estaba muy destrozada y los caballos cansados y sin herraje, (Nota. 56) determino su partida y entro la tierra adentro, y pasando grandes puertos de nieve y desiertos y sierras, llego a la dicha ciudad de Jauja, con harto trabajo, y sin herraduras los caballos; donde hallo a Chalicuchima, con innumerable gente, con el cual, blandamente, se comenzo a tratar, atrayendole que se volviese desde alli adonde Atabalica estaba, dejando alli toda la gente de guerra; el cual lo hizo asi y dejando alli un teniente suyo, se partio para Cajamarca, donde estaba el dicho Atabalica. en este pueblo nos hicieron los indios herraduras de plata y de cobre, con las cuales volvimos donde el dicho gobernador estaba, a cabo de tres meses que tardamos en la jornada; (/Folio 10) donde con gran regocijo y alegria nos salieron a recibir los espanoles; llegados al aposento donde el gobernador y Atabalica estaban, entro aquel capitan descalzo, con una carga a cuestas, a ver a su senor, y con ser la principal persona de su reino, no le miro ni hizo caso de el, mas que si fuera otro comun; y llego y le beso los pies y las manos y le dio paz en el rostro y asi dandole de mano, se salio y se fue a su aposento.
328009 Aqui hallamos que era ya llegado el capitan Almagro, con cierta gente y navios, los cuales quedaban en el puerto de San Miguel; y el se habia venido por tierra, por los mismos pueblos donde |Bl dicho gobernador Pizarro habia venido. Llegado el dicho Hernando Pizarro y Almagro, todos juntos, comenzaron a tratar del repartimiento del oro y plata; y asi se hizo y repartio entre la gente; dando al de caballo dos partes y al de pie una, y sacado el quinto para S. M., lo demas se repartio a disposicion del dicho gobernador; que fue por todo el oro, asi lo que trujeron de presentes como lo que se trujo de Pachacama y dei Cuzco y de otras diversas partes, (Nota. 57) . . . ( en blanco) Cupo a cada hombre de caballo (Nota. 58) . . . ( en blanco) pesos de oro y ( hay una silaba tachada) marcos de plata, a la gente que llego despues de todo recogido, con Almagro, se le dio algun socorro de gracia, no porque ellos tuviesen parte en el. Hecho este repartimiento y fundido y marcado y dado el quinto de S. M. a su tesorero, estando dando forma como se llevaria a Atabalica de camino y que guarda se le pondria, y consultando y tratando si seriamos parte para defenderle en aquellos pasos malos y rios si nos le quisiesen tomar los suyos, comenzose a decir y a certificar entre los indios, que el mandaba venir gran multitud de gente sobre nosotros; esta nueva se fue cundiendo tanto, que se tomo informacion de muchos senores de la tierra, que todos a una dijeron que era verdad que el mandaba venir sobre nosotros para que le salvasen y nos matasen si pudiesen; y que estaba toda la gente en cierta provincia, ayuntada, que ya venia de camino; tomada esta informacion, juntaronse el dicho gobernador y Almagro y los oficiales de S. M., no estando ahi Hernando Pizarro, porque ya era partido para espana, con alguna parte del quinto de S. M. y a darle noticia y nueva de lo acaecido, y reunieronse, aunque contra voluntad del dicho gobernador, que nunca estuvo bien en ello; que Atabalica pues quebrantaba la paz y queria hacer traicion y traer gentes para matar los cristianos, muriese; porque con su muerte cesaria todo y se allanaria la tierra, a lo cual hubo contrarios pareceres y la mas de la gente se paso en defender que no muriese. al cabo, insistiendo mucho en su muerte el dicho capitan Almagro, y dando muchas razones por que debia morir, el fue muerto; (Nota. 59) aunque para el no fue muerte sino vida, porque murio cristiano y es de creer que se fue al cielo. Publicada por toda la tierra su muerte, la gente comun y de pueblo se venian donde el dicho gobernador estaba a dar la obediencia a S. M.; pero los capitanes y gente de guerra que estaban en Jauja y en el Cuzco, antes se rehizieron y no quisieron venir de paz. aqui acaecio la cosa mas extrana que se ha visto en el mundo, que yo vi por mis ojos ( que es, tachado en el original) y fue que, estando en la iglesia cantando los oficios de Difuntos a Atabalica, presente el cuerpo, llegaron ciertas senoras, hermanas y mugeres suyas y otros privados con gran estruendo, tal, que impidieron el oficio y dijeron que les hiciesen aquella huesa muy mayor, porque era costumbre cuando el gran senor moria que todos aquellos que bien le querian se enterrasen vivos con el; (Nota. 60) a los cuales se les respondio que Atabalica habia muerto como cristiano, y como tal le hacian aquel oficio, que no se habia de hacer lo que ellos pedian, que era muy mal hecho y contra cristiandad; que se fuesen de alli y que no les estorbasen y se le dejasen enterrar; y asi se fueron a sus a posentos y se ahorcaron todos, ellos y ellas. Las cosas que pasaron en estos dias y los extremos y llantos de la gente, son muy largas y prolijas y por eso no se diran aqui.
329007 Desde a XXX o XL dias que Atabalica fue muerto, el dicho goberna dor, con la gente que el tenia y le habia llegado con el dicho capitan Almagro, se partio de la dicha provincia de Cajamarca, la via del Cuzco; donde llegado a la dicha ciudad de Jauja, que es de alli cien leguas, hallo que la gente de guerra que alli habia quedado estaba de mal arte y se pusieron en armas contra los espanoles y pelearon con ellos y fueron desbaratados, (Folio 10 v.) y se retrujeron e hicieron fuertes en una parte del valle; a los cuales desde a dos o tres dias fue un capitan, con cierta gente y los desbarato; y pasaron una puente de aquellas de red y la pusieron fuego, que no se pudo pasar a ellos, y asi, su paso a paso, comenzaron a caminar la via del Cuzco, para se juntar con la otra gente de guarnicion que alli estaba, y defender la entrada a los espanoles.
329019 Tomado descanso en el dicho pueblo de Jauja y hecha una iglesia v puesto en recaudo el oro y plata de S. M.; dejando en el dicho pueblo la gente que parecio que bastaba, con toda la demas de pie y de caballo, el dicho gobernador acordo de partirse para el Cuzco, antes que en la ciudad se juntasen mas gentes, y asi se partio para alla, pasando aquellas puentes de red y muchos pasos asperos y pueblos grandes, donde al capitan H#ernando de Soto, que iba una jornada adelante, con cierta gente de caballo, en la provincia de Bilcas, le aguardaron los indios y pelearon con el, los cuales fueron desbaratados y le hicieron poco dano. Pasando mas adelante, cuatro jornadas, en una sierra donde tenian un idolo, que se llama Bilcaninca, cinco leguas del Cuzco, le tornaron a aguardar otra vez y llevando los caballos muy cansados le pusieron en grande estrecho y le entraron e hirieron muchos espanoles y caballos y estuvo a punto de se perder todo; y quiso nuestro Senor, que fue parte para defenderse en una llanada, hasta que llego el dicho gobernador con la otra gente, los cuales, todos juntos, ganaron aquel paso y echaron los enemigos de el, y llegaron a un pueblo grande, que se dice Xaqui-Xaguana, (Nota. 61) donde descansaron tres o cuatro dias, que es cuatro leguas de la ciudad del Cuzco; donde supieron que en un paso malo, junto a la ciudad, les estaban aguardando para defenderla; sabido esto, con mucho concierto, las atalayas de caballo delante, partieron del dicho pueblo, y dos horas antes que el sol se pusiese llegaron a vista de la ciudad del Cuzco, donde se descubrio la gente de guerra, que era en grandisima cantidad; vista por las atalayas vinieron a dar el mandado. Comenzamos a caminar, todos recogidos, y salieron a nosotros con gran grita, de terminacion; y sufridos los primeros encuentros y alaridos, rompimos por ellos, matando e hiriendo muchos de ellos; finalmente, que en espacio de una hora los echamos del paso y se lo ganamos, y ellos se hicieron mas fuertes en otro; auncue desviados de nosotros y de la ciudad. alli hicimos noche y otro dia de manana entramos en ella sin ninguna defensa, porque los naturales nos recibieron de buena voluntad; y asi nos aposentamos en una plaza principal de ella, donde estaban las casas de Atabalica y de otros principes y senores que alli residian. Los indios de guerra se retrujeron a una fuerza, cinco leguas de alli, y por algunos dias estuvimos en la ciudad tomando descanso y viendo las cosas de ella, que eran harto de ver.
330001 Esta ciudad esta asentada en un valle, entre sierras muy asperas; la mayor parte de ella estaba en una ladera como Burgos, (Nota. 62) y encima de la ladera una fortaleza de piedra, soberbio y grande edificio, con sus torres y cercas; junto a ella nace un rio, el cual baja por medio de la ciudad, y desde que nace, mas de veinte leguas por aquel valle abajo, donde hay muchas poblaciones, va enlosado todo por el suelo, y las barrancas de una parte y de otra, hechas de canteria labrada, cosa nunca vista ni oida. (Nota. 63) La plaza de la ciudad era casi cuadrada, no grande ni pequena. aquella casa de Atabalica que esta en ella tenia dos torres de buen parecer una portada rica chapada de piezas de plata y de otros metales que parecian bien. en la plaza habia una puerta donde habia un monasterio que se llamaba atuncancha, (Nota. 64) cercado todo de una muy hermosa canteria, dentro de la cual cerca habia mas de cien casas, donde residian (/Folio 11) los sacerdotes y ministros del templo y las mujeres que vivian castamente, a manera de religion, que llamaban por nombre mamaconas, las cuales eran en gran cantidad. (Nota. 65) arrimado a este recinto, una calle en medio, estaba el templo del Sol, (Nota. 66) muy grande, todo labrado de piedra muy prima, que cierto toda la canteria de esta ciudad hace gran ventaja a la de espana; aunque carecen de teja, que todas las casas, si no es la fortaleza que era hecha de azoteas, son cubiertas de paja, aunque tan primamente puesta, que parecia bien. esta ciudad era grande, extensa y de mucha vecindad, donde muchos senores tenian casas; era muy junta y de buenos edificios. Hallaronse en ella cosas muy de ver labradas de pluma y lana; tomose en ella mucha cantidad de oro y plata, aunque no de particulares, sino que se hallaba en aquellos templos y oratorios y cuevas y enterramientos donde estaba echado como cosa no tenida en mucho; y tomaronse muchas vasijas de oro y plata y entre ellas ocho trojes de plata en que tenian el trigo o maiz para el templo; creo que pesaron estas trojes, despues de fundidas, veinticinco mil marcos de plata.
330030 Hallaronse en la ciudad y en ciertos templos a ella comarcanos, muchas estatuas y figuras de oro y plata enteras, hechas a la forma toda de una mujer y del tamano de ella, muy bien labradas y formadas las facciones, de vaciadizo, que creo yo que era de l#o primo (Nota. 67) que se puede labrar, en ninguna parte; de estas hubo mas( de) veinte estatuas de oro y de plata, estas debian de ser hechas a imagen de algunas senoras muertas; porque cada una de ellas tenia su servicio de pajes y mujeres, como si fueran vivas; las cuales las servian y limpiaban con tanta obediencia y respeto, como si estuvieran en su propia carne, y las guisaban de comer tan a punto y tan regaladamente como si en efecto lo hubieran de comer; y asi se lo llevaban y ponian delante; y haciendo cierta oracion al Sol se lo quitaban y lo comian aquellos sus sirvientes, derramando contra el Sol alguna parte del manjar. (Nota. 68) Hallaronse en esta ciudad grandes vasijas y artificios para beber, de oro y plata, bien labrado, gran cantidad; sin numero de plumajes y aderezos para la guerra; innumerable cantidad de lana, en casas y depositos y cajas de depositos de cada una cosa de lo que la tierra produce, desde las lagartijas y cojijos, hasta todas las otras cosas, que de todo ello tributaban ai senor y a los templos, y alli se guardaba por manos de mayordomos para las necesidades y gentes d\e guerra y anos esteriles; entiendese que en esta generalidad entra maiz y vino de lo que ellos acostumbraban a hacer, y asi todas las otras cosas de mantenimientos.
330051 Una legua de esta ciudad, en un risco a manera de fortaleza estaba el enterramiento de los principes, cosa harto de ver; donde estaban por orden, todos embalzamados y vestidos de muchas ropas, una sobre otra, para con el balsamo conservar los cuerpos que no se corrompiesen, con unas diademas en la cabeza. es de saber que esta tierra, a la cuenta de los mas ancianos, no habia noventa anos que era sujeta a principe; y daban por memor a y nombraban todos los principes que habia habido; y aunque no tienen escrituras, por ciertas cuerdas y nudos recuerdan a la memoria las cosas pasadas aunque lo mas principal de acordarse es por los cantares que tienen, (Nota. 69) como aca tenemos, de cosas y batallas pasadas antiguamente, que si faltase la escritura, por aquellos cantares tendriamos memoria de los pasados que hicieron hazanas senaladas. antes que la tierra se sojuzgase, en cada pueblo y provincia habia un senor, y este no reconocia superioridad a nadie, mas de regir y gobernar su tierra y defenderla si alguno se la queria tomar. (Nota. 70) el primero que dicen los indios que sujeto la tierra asi, e hizo algunas provincias que le tuviesen por senor, fue uno llamado Gualnava; (Nota. 71) este dicen que fue muy valeroso y gran hombre de guerra; este fundo la ciudad del Cuzco; digo la reedifico e hizo aquella fortaleza, de donde sojuzgo mucha parte de la tierra. este tuvo hijos que fueron ganando y conquistando y atrayendo gentes a su servicio y sus nietos hicieron lo mis no hasta que Huaina Capa, padre de Atabalica la acabo de allanar y sujetar, asi que ninguna cosa de todo lo que el tuvo noticia le quedo por ganar; este fue principe muy tenido y querido, y el que atras se dice que tuvo cien hijos e hijas; no es de maravillar que los tuviese, pues tenia muchas mas mujeres.
331023 Esta ciudad del Cuzco, era la cabecera de todos aquellos reinos, donde ordinariamente residian los principes; veniau a dar a ella y a juntarse en cruz cuatro caminos, (/Folio 11 v.) de cuatro reinos o provincias, bien grandes, que a ella eran sujetos, que eran Chinchasuyo, Collasuyo, andisuyo y Condesuyo; estos llevaban alli los tributos a los principes y alli estaba la silla imperial.
331029 Al principio dije que adelante especificaria mas la grandeza y arte de los caminos, y porque me parece que es cosa digna de saber, dire aqui como son y de donde a donde van hechos a mano. Ya dije que desde el rio de Tallame ( sic) se tomo aquel camino ancho y hecho a mano, por donde comenzamos a caminar, por la costa de la mar adelante, por las provincias y region caliente, donde nunca llueve. este va a dar al Cuzco despues de ir por la costa de mai mas de trescientas leguas, y despues atraviesa la tierra adentro al Cuzco y es uno de los cuatro que digo que entran en el; va todo hecho por cordel de una medida, muy ancho, y en las partes que estan a menudo las poblaciones va a trechos, dos y tres y cuatro leguas mas o menos, plantado de arboles de una parte y de otra, que se juntan arriba y hacen sombra a los caminantes; y donde estos faltan, van paredes hechas de una parte y de otra, y en ellas pinturas de monstruos y pescados y otros animales para que miraudolos pasen tiempo los caminantes, y en todo lo que hay poblaciones y agua van acequias de una parte y de otra; hay grandes florestas y arboledas que mirar, y como el agua siempre es de pie de aquellos rios grandes, que de arriba descienden, que riegan la tierra como el nilo, todo el ano hay grandes verduras; hay frutas razonables de diversas maneras, asi como son unas que se llaman guabas, a manera de cana fistolas sino que son mas anchas ( hay una palabra tachada), estas tienen una carne blanca dentro, sin cuezco ni pepita, muy dulce, tanto, que se, podria sacar de ella miel; hay otra del tamano de camuesas, con la corteza mas gruesa que la camuesa; tiene el cuezco grande, es de razonable sabor; hay algunas pinas, aunque pocas, de la mauera de las de las otras indias; hay gran abundancia de maiz, de lo cual hacen pan en tortas y grand#es brevajes como la cerveza que beben; criase en esta tierra mucha grana y algodon; hay ganados en abundancia. Habitan las gentes debajo de aquellas frescuras, en aquellas ramadas que he dicho, treinta a treinta, y cincuenta a cincuenta y ciento a ciento (Nota. 72) asi estan los lugares y no mayores; pero es tierra muy poblada, y estan muy juntos unos de otros; todos tienen una manera de creencia y ritos y ceremonias y adoran al Sol; no comen carne humana, sacrifican animales y no hombres; es gente mediana y toda esta que reside en esta region caliente, es llamada yungas, que es lo mismo que villanaje; y la gente ciudadana y que mas se tiene es la de la tierra adentro; y asi nunca se vio que ninguno de esta nacion y region tuviese cargo ni administracion de ningun pueblo fuera de su tierra; lo cual la gente de la tierra adentro si; que aquella nacion del Cuzco estaba derramada por todas las provincias en la administracion de la justicia. Hace en la division de estas dos provincias fria y caliente, en XXV leguas que hay de lo uno a lo otrc, la mayor separacion y diferencia el cielo, de todo de lo que se ha visto; porque ya he dicho, que desde las vertientes a la mar nunca llueve, y de alli adentro lo hace casi todo el ano, al menos hay grandisimas nieves y granizos y gran frio.
332019 El otro camino grande que atras dije va por ia tierra y region fria des de la ciudad de Tumipampa, que es en el Quito, hasta la ciudad del Cuzco; y desde la ciudad del Cuzco, mas de cien leguas adelante, por la provincia de Collao, hasta dar en una laguna dulce, donde esta una mezquita, que se dice Titicaca. Creo yo que del un fin al otro, hay mas de cuatrocientas leguas, donde hay las mas asperas sierras y pasos malos que hay en el mundo. Va todo el camino de una traza y anchura hecho a mano y rompido por aquellas sierras y laderas, tan bien deshechado que en muchas partes viendo lo que esta adelante, parece cosa imposible poderlo pasar; por las partes que va por laderas, va tan bien cimentado de calzada de canteria, desde lo bajo, que va tan llano como si lo fuese la tierra, donde saliendo de el tiene la gente harto que poderse tener con las manos; en las partes lodosas y de cienagas va enlosado y en las bajadas y subidas asperas, escalones y antepechos de piedra; finalmente, el es uno de los mayores edificios (/Folio 12) que se han visto en el mundo. Para la conservacion y reparos de el estaba repartido a las provincias comarcanas, a cada una su termino y pertenencia; por todo el, desde la provincia de Tumipampa hasta el Cuzco, van hechas unas casillas a trechos, que a mi parecer estaran Vi en una legua; en estas habitaban las postas que los senores tenian para saber lo que pasaba en latierra y para otros servicios y curiosidades que tenian; las cuales postas eran indios a pie, que corrian de una casilla a otra, esto a todo correr, y de palabra decian al que estaba aguardandole a la puerta, la embajada que llevaba y a quien, y ademas de lo que le decia de palabra, llevaba ciertos nudos para emoria, con los cuales, en muchas cosas ellos se entendian; y de esta manera, el uno al otro, y el otro al otro decian su embajada hasta que llegaban a noticia de aquel a quien eran enviados.. eran postas breves y sutil invencion, y mas presto se comunicaban y sabian lo que pasaba, de una parte a otra, que si tuvieran caballos. esta region fria es muy falta de lena, que toda la tierra es pelada y las sierras espartenas. Vistense de vestiduras de lana y plumas, que hay muy gran abundancia de ganados y de alli se proveen los de la region caliente; tienen los pueblos juntos y en cada uno su templo del Sol y casas de depositos, como los que tengo dicho; no se crian frutos por la frialdad de la tierra, si no es en algunos valles hondos; los rios no crian pescados; si algunos hay, crianse en lagunas dulces, que se hacen en la tierra adentro, que son como bermejuelas; proveense de todas estas cosas de los de la region caliente; hay muchos venadosy corzos y algunas aves de rapina y otras de comer, que se crian en aquellos lagos dulces. Toda esta region fria tiene esta adoracion al Sol, y a su hijo el senor de la tierra, que asi le llaman hijo del Sol; (Nota. 73) no difieren en cosa notable asi en ritos como en costumbres y vestidos; es gente sana y calzada, donde se vieron muchos viejos y viejas; y asi, es verdad que viven mucho mas que en la region caliente, donde si estos bajan enferman luego, por ser tan grande la diferencia; lo cual, ellos no hacen si van a la region fria. esto baste, cuanto a los caminos y costumbres y maneras de estas gentes.
333012 Tornemos ahora a decir del repartimiento del oro y plata que se recogio en la ciudad del Cuzco, de ella y de las provincias a ella comarcanas; que la mayor parte o grande, se trujo de otras partes donde estaba echado como cosa tenida en poco, que en una provincia cerca del Cuzco se hallaron ciento cincuenta( CL) tablas de plata, de quince y veine pies en largo, y dos palmos en ancho, y otras piezas monstruosas echadas por el suelo, en una boveda, casi anegado de tierra, sin servirse de el. De lo que se junto y repartio cupo al quinto de S. M. . . ( en blanco)
333020 Y de lo demas se hicieron las partes entre toda la gente que alli se hallo por la orden que la otra vez; fue mas cantidad de plata que de oro; cupo a cada uno de caballo( hay un espacio en blanco) y al de pie la mitad; hubo mucho recaudo que ninguno defraudase ninguna cosa, so pena de muerte. en esta segunda particion entro toda la gente que habia ido con Almagro y el tambien, donde se le dio aventajada parte, como a persona que habia gastado mucho de su vida y hacienda en aquella demanda, aunque de ver que el no tenia mando en la tierra, mostraba desabrimiento y estar descontento de la compania de Pizarro, y alli comenzaron a andar a malas y haciendo corrillos y parcialidades.
333030 Despues de estado algunos dias en la ciudad del Cuzco el dicho gobernador y gente, le vinieron a decir que los indios enemigos estaban en la comarca de la ciudad haciendo mucho dano y talando la tierra. es de saber, que esta gente de guerra que nos la defendia y con la que Atabalica la habia ganado, no era natural de la tierra, sino de la provincia del Quito y Cayangui y Carangui, (Nota. 74) donde era la naturaleza y asiento de Atabalica, y desde donde el vino contra su hermano; porque aunque todo era senorio de su padre, Atabalica se habia criado en aquella provincia, y asi con la gente de ella habia ganado y conquistado desde alli hasta el Cuzco y todo lo demas; y asi, esta gente, como extranjera, hacia mucho dano en la gente de la tierra y los tenian por enemigos y se habian con ellos cruelmente, y esta gente, entonces era la que nos defendia la tierra y no los naturales de ella; aunque despues de echada esta gente de ella por fuerza e ida a su tierra, los mismos naturales se rebelaron con el inga, que quiere decir rey, que despues de la muerte de Atabalica sucedio; (Nota. 75) (/Folio 12 v.) pues para hechar y desarraigar esta gente que tando dano hacia, de la tierra. porque estaban puestos en tierra muy aspera, fue necesario dar parte de ello al inga, para que juntasen toda la gente de guerra de indios que pudiesen, para que fuesen con los espanoles; y asi la junto, y con ella y con la que pudo salir de la ciudad, el dicho capitan Almagro y otros capitanes con el, fueron contra los dichos indios, los cuales aguardaron en aquel paso y tierra aspera donde estaban, y jespues de haberle defendido, le desampararon y pasaron un rio, quemando la puente; y asi se fueron caminando y dejaron la tierra del Cuzco, y haciendo todo el mal que pudieron, se fueron a dar en la gente de espanoles que habia quedado en Jauja, donde los pusieron en harto aprieto; pero al fin los dejaron y sev volvieron a la provincia de Quito, do era su naturaleza, quemando todas las puentes de red por do pasaban, para que no pudiesen ser seguidos. Vueltos a la ciudad del Cuzco, el dicho capitan Almagro y espanoles y inga, cou la victoria de haber echado los enemigos de la tierra, fue tanto el placer del inga y de los naturales de ella, que acordo de hacer grandes fiestas en la plaza de la ciudad, de bailes y danzas, ayuntando cada dia tanta cantidad de gente, que con mucho trabajo cabian en la plaza, trayendo a las dichas fiestas todos sus ag|uelos y deudos muertos en esta manera: despues de haber ido al templo muy acompanado y hecha oracion al Sol, luego por la manana iba al enterramiento donde estaba cada uno por orden, embalsamados, como es dicho, y sentados en sus sillas, y con mucha veneracion y respeto, todos por orden, los sacaban de alli y los traian a la ciudad, teniendo para cada uno su litera y hombres con su librea que le trujesen; y asi de esa manera, todo el servicio y aderezos como si estuviera vivo; y asi los bajaban, diciendo muchos cantares, dando gracias al Sol porque habia permitido que sus enemigos fuesen echados de la tierra y los senoreasen los cristianos; esto era la sustancia de sus cantares, aunque no creo yo que lo era de sus intenciones; pero querian hacernos entender que eran mas contentos con la conversacion de los espanoles y con la sujecion y premia de los enemigos. Llegados a la plaza con innumerable gente, que con ellos iba llevando la delantera el inga en su litera y junto par de el su padre Guaynacapa y ansi todos los demas en sus literas, embalsamados, con diademas en la cabeza. Para cada uno de ellos estaba armada una tienda donde se puso cada uno de los muertos por su concierto, sentado en su silla, cercado de pajes y mujeres, con moxcadores en las manos, amostrandoles con aquel respeto que si estuvieran vivos, y junto a cada uno de ellos un relicario o arca pequena con su insignia, donde estaban las unas y cabellos y dientes y otras cosas que habian cortado de sus miembros, despues que habian sido principes; que ninguna cosa echaban a mal, que todo lo guardaban junto en aquellas arcas y donde se sepultaba el cuerpo, alli junto lo ponian. Puestos todos por su orden, desde las ocho de la manana hasta la noche estaban alli sin salir de las fiestas, que alli comian y bebian, tan a discrecion como lo podian hacer las gentes de mejor estima (hay una silaba tachada en esta palabra) con el vino, porque aunque el que ellos bebian era de raices y maiz como cerveza, bastaba para embeodarles, porque es gente de muy flacas cabezas. era tanta gente y tan buenos mojones, asi ellos como ellas, y eran tanto lo que envasaban en aquellos cueros, porque todo su hecho es beber y no comer, que es cierto, sin duda ninguna, que dos vertederos anchos, de hueco de mas de media vara que vertian por debajo de losas en el rio, que debian ser hechos para la limpieza y desaguadero de las lluvias que caian en la plaza; o por ventura, lo mas cierto para aquel efecto, corrian todo el dia orines, de los que en ellos orinaban; en tanta abundancia, como si fueran fuente que alli manara; cierto, segun la cantidad de lo que bebian y la gente que lo bebia no es de maravillar, aunque verlo es maravilla y cosa nunca vista. en los cantares trataban de lo que cada uno de aquellos senores habia conquistado y de las gracias y valor de su persona, dando gracias al Sol que les habia dejado ver aquel dia, y levantandose un sacerdote amonestaba de parte del Sol al inga, como a su hijo, que mirase lo que sus pasados habian hecho y que asi lo hiciese el y que sirviese y obedeciese mucho a aquel emperador, cuya gente les habia conquistado. (Nota. 76) Venida la noche, por su orden movian de alli todos y volvian los muertos a sus estancias; duraron estas fiestas mas de XXX dias arreo; donde se gasto tanto vino de aquello, que si hubiera de ser de lo de aca, segun lo que el valia, era muy poco todo el oro y plata que se tomo, para comprarlo. esto baste para relacion de estas fiestas.
335006 Despues de haber pasado algunos dias y vuelto el dicho gobernador a la dicha ciudad de Jauja, a poblarla, el inga que volvio con el, lo convido a una fiesta de monteria de venados y corzos, que por ser cosa tan senalada y que yo vi, la quiero decir aqui, que no la he oido yo jamas que otra semejante se haya visto; y fue que un dia, el inga pregunto al gobernador si era amigo de caza, que como el era tan inclinado a ella habia mandado hacer una monteria ocho dias habia; y que hasta ver el cerco cerca de alli, no se lo habia dicho; que ya venia cerca y si queria salir alla con alguna gente de caballo, que los mandase apercibir; y asi, despues de comer nos apercibimos hasta cincuenta de a caballo, a punto de guerra, temiendo no fuese la monteria con nosotros; y asi salio el dicho gobernador e inga a un llano (Nota. 77) .....