Memorias de mi Plaza
AUTORIDADES MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA
AUTORIDADES UNC
INTENDENTE DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA
Dr. Ramón J. MESTRE
RECTOR
Dr. Francisco Tamarit
VICEINTENDENTE DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA
Dr. Marcelo A. COSSAR
VICERRECTORA
Dra. Silvia Barei
SECRETARIA DE AMBIENTE
Ing. Gabriela T. FAUSTINELLI
DECANO FFyH
Dr. Diego Tatián
SUBSECRETARIO DE AMBIENTE
Ing. J. Sebastián ROCA
VICEDECANA FFyH
Dra. Beatriz Bixio
DIRECTOR DE ESPACIOS VERDES
Ing. Miguel A. MONGIANO
SECRETARIA DE EXTENSIÓN FFyH
Mgter. Liliana V. Pereyra
SUBDIRECTORA DE ESPACIOS VERDES
Arq. Alicia I. VANOLI
SUBSECRETARIA DE EXTENSIÓN FFyH
Lic. Karina Tomatis
Plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera
Secretaría de Ambiente de la Municipalidad de Córdoba
Secretaría de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades UNC Editoras
Colección Memorias de mi Plaza
Plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera
Autoras:
María Cristina Boixadós
Ana Sofía Maizón
Mariana A. Eguía
Fotografía: Leandro Ruiz
Diseño General: Estudio Tiklin Tiklin
Cubierta: Manuel Coll | Interiores: Virginia Bloj
Coordinación del equipo de trabajo: Liliana V. Pereyra
Boixados, María Cristina
Plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera
Córdoba, Secretaría de Ambiente Municipalidad de Córdoba-Secretaría
de Extensión FFyH UNC - editoras-2° ed.-2013
73 p; 17x35cm (Memorias de mi Plaza, N° 2)
Memorias de mi Plaza/ Plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera/Historia de
Córdoba/Espacios Públicos.
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución – Sin Obra Derivada (bynd) 2.5
Hecho el depósito que dispone la ley 11.723
Córdoba | Argentina
Julio de 2013
ÍNDICE
Agradecimientos
11
Prólogo
13
Ficha de la plaza
15
Un espacio disputado: la plazoleta del fundador
17
La ocupación del espacio
19
La construcción del Seminario
21
La vieja construcción en peligro ante proyectos urbanísticos innovadores
31
Comercios y música entre los gruesos muros
38
Haciendo espacio en la ciudad: la expropiación
46
Y Jerónimo encontró su lugar...
51
Bibliografía
70
AGRADECIMIENTOS
Las autoras y editores agradecen por su colaboración a Liliana
de Denaro, Ángel Alberto Díaz, Ricardo Krupnik, Rosita Rovelli,
Pedro Klimovsky, Federico Sartori, Alejandro Moyano Aliaga,
Rubén Aymale, Blanca Catalina Torres Franco (Archivo Histórico
Municipal), Maiena Viramonte, Carmen López, Ramón Bravo,
Marta (Paty) Palacios, Damian Pilcic y Mariela Chinellato
de Patrimonio Cultural (Dirección de Cultura y PatrimonioMunicipalidad de la Ciudad de Córdoba), a la Sra. Patricia
Alejandra Páez Rodríguez (Oficina de Información Parlamentaria
del Concejo Deliberante), y a la Sra. Silvia Moreno (Dirección de
Espacios Verdes).
Córdoba, julio de 2013
11
PRÓLOGO
En nuestra Córdoba, como en todas las ciudades, las plazas,
parques y calles, son el lugar natural de encuentros ciudadanos,
espontáneos u organizados, y lo que es realmente importante,
donde todos tenemos la posibilidad de juntarnos sin distinciones
de raza, posición social, ideologías políticas o religiosas.
A lo largo del tiempo, desde el ágora griega hasta nuestros días, la
plaza ha sido siempre un lugar de privilegio y de efectivo ejercicio
de la ciudadanía.
Esos espacios, los abiertos y públicos, son la verdadera y real
esencia de nuestra ciudad, donde los cordobeses hemos escrito
nuestra historia, sedimentada en la cultura colectiva.
En esta tarea buscamos sumar a los ciudadanos para que retornen
a las plazas, las utilicen, las cuiden y las hagan propias; buscando
constituir en la ciudad, una sociedad más unida, más armónica,
más nuestra.
Siempre estos espacios urbanos, tienen algo para contarnos.
Árboles, bancos, fuentes, pisos, veredas y, por sobre todas las
cosas, nuestra gente, quieren contarnos una historia, su historia.
La historia de una plaza que fue centro de reuniones y actividades
lúdicas, lugar de expresión social, de encuentro, de protesta y de
festejo.
La plaza es un “lugar”, al cual hay que llenar de significados y sólo
la gente con su presencia y posesión puede hacerlo.
Hoy le ofrecemos a nuestros parques y plazas un homenaje,
contando su historia, o la historia de todos nosotros a través de
esta colección: “Memorias de mi plaza”.
Cuando vemos el pasado de un barrio todo cambia, pero siempre
están ahí las plazas, conservando un retazo de naturaleza,
soportando muchas veces descuidos y maltratos; pero como un
baluarte de nuestra historia e identidad ciudadana, nos da una,
dos y miles de oportunidades más para amarla, cuidarla y sentirla.
Esta colección, refleja el compromiso del municipio para
devolver a los ciudadanos no solamente las plazas recuperadas,
sino sus historias y las de aquellos cordobeses que pensaron en
entregarnos este legado y trabajaron incansablemente para ello.
Este espacio público urbano constituye así un recurso no
renovable, e invaluable. Es un deber del Estado y un derecho
de los vecinos, que la ciudad ofrezca lugares comunitarios de
esparcimiento y encuentro ciudadano adecuados, suficientes,
bien distribuidos e inclusivos.
Convencidos de la importancia del espacio público y
particularmente de los espacios verdes para la vida de los
cordobeses, nuestra gestión de gobierno desarrolla una sostenida
política dirigida a su recuperación y refuncionalización, mediante
tareas de mantenimiento, reforestación, reparación de mobiliario
existente, colocación de nuevo equipamiento, realización de
eventos culturales, recreativos y deportivos.
La presente edición rescata hechos, historias y relatos de la
Plazoleta erigida en honor a Dn. Jerónimo Luis de Cabrera
y en sus textos encontraremos crónicas de sus orígenes y las
transformaciones que con el pasar del tiempo ha ido sufriendo.
En este caso, esta reseña es un homenaje que ofrecemos a Dn.
Jerónimo Luis de Cabrera, y a los vecinos de esta ciudad, con
motivo de cumplirse cuatrocientos cuarenta años de la fundación
de Córdoba.
Esta muestra de nuestro esfuerzo y compromiso, busca lograr que
los ciudadanos disfruten de su contenido y puedan compartirlo
en familia; conociendo y haciendo conocer quiénes somos como
cordobeses.
Dr. Ramón Javier Mestre
13
FICHA 002
Nombre Actual: “Plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera” por usos y costumbres, no
cuenta con nominación oficial.
Toponimia:
Personaje Histórico
Superfície Original/Actual:
S/d - 3420,12 m2
Ubicación:
Av. 27 de Abril - calle Obispo Trejo y Sanabria - Pasaje Santa Catalina
Breve Reseña Histórica:
La plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera, ubicada entre las calles 27 de Abril, Obispo
Trejo y Sanabria, y Pasaje Santa Catalina, fue inaugurada un 6 de Julio de 1955. Ese
espacio libre surgió de la expropiación y demolición del edificio que fuera, hasta
1905 el Seminario Nuestra Señora de Loreto y luego, emplazamiento de negocios
y viviendas. Esta edificación previa es recordada en escasos testimonios visuales
encontrándose una placa a los pies de un ceibo en la actual plazoleta.
La figura del fundador realizada en bronce por el escultor cordobés Horacio Juárez
tiene un alto de 2,70 metros y es acompañada por cuatro alegorías que representan
el trabajo en la ciudad, del campo, intelectual y artístico.
Luego de un largo peregrinar el monumento al fundador de la ciudad de Córdoba,
Jerónimo Luis de Cabrera, ocupó un lugar en las manzanas fundacionales y en el
paisaje capitalino.
Escala de uso:
Urbano
Usos destacados:
Conmemorativo - Recreación - Punto de reunión para eventos sociales, políticos y
culturales
Infraestructura y equipamiento:
Remodelada en 2010, cuenta con solados de tránsito,, adoquinado en forma de
abanico, accesos para discapacitados, bancos, cestos.
La plaza cuenta con solados de adoquines colocados en forma de abanico. Rampas
de acceso para discapacitados. Bancos de estructura metálica y asientos de madera.
Cestos papeleros en vereda perimetral. Fuente con placas conmemorativas, en una
de ellas se encuentra la fecha de la piedra fundamental de comienzo de las obras para
la construcción de la Plazoleta en honor al Fundador de la Ciudad Don Jerónimo
Luis de Cabrera, data del 6 de Julio de 1941. Doce farolas de época con 2 luces cada
una terminan de ambientar el conjunto.
Obras de Arte:
La Fuente sobre la cual se emplaza la escultura del Fundador, tiene un borde de
granito gris mara y el solado es de mármol blanco. Los espejos de agua se encuentran
en dos niveles, de los cuales desborda el más alto y pequeño sobre el más bajo y
extenso. Un mural se encuentra a continuación de las placas conmemorativas
y contiene 4 bajo relieves: CIUDAD - CAMPO - ARTE - CIENCIA, termina la
composición un cantero con 1 naranjo y un grupo de palmeras originarias de la zona
norte de la provincia. Todo el conjunto enrejado con reja de 60 cmts. de altura.
.
Remodelación 2010
Los objetivos principales de la intervención fueron mejorar la calidad de este
espacio acorde a su importancia como lugar de encuentro y de garantizar el acceso
al espacio público a personas con discapacidad, ordenar funcionalmente el espacio
urbano, embellecer el paisaje y mejorar la calidad del área central de la ciudad.
Vegetación:
La vegetación existente consta en general de árboles de mediano y gran porte varios años.
Las especies presentes son: Una Palmera Washingtonia (Washingtonia filifera),
tres Roble Sedoso (grevillea robusta), once Jacarandáes (Jacaranda mimosifolia),
un Ceibo (erythrina crista-galli). dosAlgarrobos (prosopis sp), un Cina Cina
(parkinsonia aculeata), tres Cipreses (cupresus sempervirens), dos Naranjos
amargos (citrus aurantium), dos Palos Borrachos (seiba sp), grupo de Palmas
pequeñas originarias del Norte de la Provincia (cycas revolutas).
15
Un espacio disputado: la plazoleta
del fundador
El espacio que hoy conocemos como “Plazoleta Jerónimo
Luis de Cabrera” concentra en sus 440 años de historia un
recorrido muy particular. Habría nacido como plaza Mayor
en el primer trazado fundacional. Así lo sugiere Carlos Luque
Colombres en el escrito con motivo de su inauguración: “Por lo
tanto donde se ha levantado la estatua del fundador, es parte de la
plaza mayor por él delineada el 23 de agosto de 1573”. Según sus
propias investigaciones la traza de Lorenzo Suárez de Figueroa
de 1577 “mudo la plaza al otra cuadra junto y arrimada a la plaza
que Jerónimo de Cabrera había hecho”1.
Pero ¿qué fue este espacio antes de ser la plazoleta? Estos
terrenos estaban ocupados desde el siglo XVIII por una vetusta
construcción destinada a Seminario Conciliar. Los testimonios
gráficos de época que acompañan este escrito atestiguan esta
presencia y permiten remarcar lo lento y engorroso que fueron
los trámites de expropiación y demolición.
Esos argumentos históricos justificaron que finalmente
un 6 de julio de 1955 se inaugurara allí la plazoleta que iba a
recordar al español Jerónimo Luis de Cabrera, quien desde Perú
aterrizó en estas tierras y dio origen a la ciudad de Córdoba de la
Nueva Andalucía en 1573.
Por ende aquel recuadro de suelo que había nacido
originalmente como plaza por orden de Cabrera, retomaba su uso
original. La figura de bronce de Jerónimo Luis se apropiaba del
lugar, mientras que la comunidad cordobesa pretendía reparar el
agravio cometido contra su persona 380 años atrás.
1
Aníbal Arcondo, El ocaso de una sociedad estamental, Córdoba entre 1700 y 1790. Dirección
General de Publicaciones, Universidad Nacional de Córdoba, 1992, 234.
17
1| Reconstrucción parcial de las manzanas centrales de la traza original de la
ciudad de Córdoba (1573) según Luque Colombres, diario Los Principios, 7 de
julio de 1955.
18
2| Plano fundacional de la ciudad de Córdoba trazado por Lorenzo Suárez de
Figueroa en 1577.
La ocupación del espacio
Volvamos a los inicios de la historia colonial de Córdoba.
Con motivo del cambio de sitio para plaza y catedral ordenado
en 1577, aquel solar destinado para espacio vacío por el fundador
de la ciudad se fue llenando de piedra partida y canto rodado
cuando se fueron concretando los muros de la Iglesia Mayor,
que llevo más de tres siglos para su finalización y consagración.
Constructores diversos, mano de obra aborigen, recursos y
esfuerzos de los vecinos fueron necesarios para que la ciudad
recién en 1784 contara con su templo mayor. El historiador Aníbal
Arcondo señala que: “La edificación de la catedral se convirtió en
un elemento de referencia de la situación económica y social de las
ciudad. No fueron ajenos a estos problemas la situación planteada
por la vacancia de la sede episcopal y los conflictos entre la sociedad
civil y el clero, tampoco las dificultades en la dirección de la obra
y los problemas accidentales, como el derrumbe producido en
1723”2. Hoy, aunque enmarcada por edificios y moles de cemento,
señorea en el corazón de la ciudad con todo el orgullo de su obra
arquitectónica, casi exclusiva en estas lejanas tierras del sur
americano.
precaria, situación que explica el difícil saneamiento de los títulos
cuando se impulsó desde la Municipalidad la apertura de una
plazoleta en 1953. Almacenes, dicen los primeros testimonios;
y piezas de baja confección fueron las construcciones de esta
fracción de terreno para luego dar asentamiento a un edificio
muy rudimentario del Seminario Nuestra Señora de Loreto. Los
documentos aquí reunidos, facilitados desinteresadamente por
la museóloga Liliana de Denaro posibilitan inferir el tiempo y
las características edilicias del mismo. Los testimonios visuales
ayudan a recrear la morfología de ese solar ahora convertido en
plazoleta.
Los terrenos vacíos de esta manzana, dejados por la
construcción de la Catedral se fueron ocupando de forma muy
2
Aníbal Arcondo, El ocaso de una sociedad estamental, Córdoba entre 1700 y 1790. Dirección
General de Publicaciones, Universidad Nacional de Córdoba, 1992, 234.
19
3| Catedral de Córdoba. Foto Cesare Rocca, año 1871. Fondo de Estudios Americanistas, Facultad de
Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.
3|
Puede observarse en el costado izquierdo de la fotografía la construcción
de dos pisos con techo de tejas perteneciente al Seminario Conciliar.
20
La construcción del Seminario
Su presencia se debe rastrear desde 1699 cuando se
trasladó la sede del Obispado desde la ciudad de Santiago del
Estero a la de Córdoba. Por esto el Obispo del Tucumán Fray
Manuel Mercadillo decía en la reunión del Cabildo Eclesiástico
el 5 de agosto de 1702: “Le parece se debe erigir y fundar dicho real
Seminario en el solar de la iglesia Catedral de esta ciudad, en el
cual solar están edificados unos almacenes que se hicieron con las
maderas y tejas (...)”3.
La idea de Mercadillo se materializó bajo el Obispado de
Pedro Miguel de Argandoña, quien se “ocupa de construir la propia
(casa), contigua a la Catedral con las rentas del mismo seminario”
en el año 1750 cita Carlos Page4. En 1758 la casa estaba cubierta
de tejas “(...) con muy sólidas paredes la muy decente y capaz
capilla, la cómoda vivienda del Rector, un salón para los párvulos
y tres cuartos para los adultos colegiales. Las dichas habitaciones
están abrigadas en un corredor ancho, de más de 50 varas de largo,
todo él de arcos y ladrillos y algunas bóvedas que corren al zaguán
y su hermosa portada”. Y agrega la autoridad eclesiástica en la
misma carta: “Resta por hacer el refectorio, otros cuartos más
para los colegiales, las oficina y vivienda a los fámulos. Todo queda
delineado y hace cuatro años que se habita dicho colegio, con el
3
Liliana de Denaro se dedica a hacer una investigación detallada sobre la existencia de
este edificio. Por lo tanto las citas aquí incluidas pertenecen a un trabajo aún inédito de la
investigadora que realiza en base a los documentos eclesiásticos.
4
Carlos Page, El Espacio público en las ciudades latinoamericanas. El caso de Córdoba (Argentina)
Siglos XVI a XVIII. Junta Provincial de Historia de Córdoba, 2008, 112.
numero de nueve alumnos (…)”5.
Diversos documentos colaterales marcan la presencia
del Seminario de Loreto, por ejemplo, el referido a las obras
de ingeniería de 1792, bajo la Gobernación Intendencia de
Sobremonte, las que se completaban colocando dos fuentes
y ramales que proveían de agua al Colegio Montserrat, al de
Huérfanas, al de Santa Teresa y al Seminario de Loreto, dice Ana
Inés Punta6. Mejoras propias de una ciudad borbónica donde la
población crecía de 7261 en 1778 a 10597 habitantes en 1813, en
1822 sumaban 12000 y en 1857 más de 21.000 pobladores entre
ciudad y suburbios7.
La institución debió afrontar las penurias de las guerras
independentistas y del largo período del Gobernador Manuel
López (1835/1852) quien ordenó su clausura.
En el plano de Laberge de 1862 y en los sucesivos está
delineada la presencia del Seminario en la manzana indicada.
Por lo que suponemos que la orden de 1852 del gobernador
Alejo Carmen Guzmán que destituyó al anterior, se contempló
inmediatamente.
Muy satisfactorio le es al infrascrito poder anunciar a Su
5
Ibíd., 113.
Ana Inés Punta, Córdoba Borbónica, Persistencias coloniales en tiempo de reformas (1750-1800)
Univ. Nacional de Córdoba, 1997, 183.
6
21
Señoría que la Casa del Colegio Seminario Conciliar que tantos
años ha pasado cerrada, destinada a objetos muy diversos del
de su fundación, hoy podrá recibirse de él Su Señoría y abrirse
de nuevo al servicio público, admitiendo otra vez los jóvenes
deseosos de recibir una buena educación y adquirir mejores
conocimientos para ilustrarse (…)8”
Por este escrito se deduce que el edificio ya contaba con
dos pisos, con una capilla y que posiblemente en los años de
clausura fuera utilizado como archivo y dependencia policial, o
bien como casa de Gobierno, sugiere Efraín U. Bischoff 9.
de los sucesivos retoques y arreglos que debió sufrir el edificio.
Parece que la refacción mayor y de la cual tenemos testimonios
visuales es la que hizo en la década de 1880 Mariano Güell y Ángel
Marturet, según interpretan Liliana de Denaro y Carlos Page.
Una primera planimetría del edificio del Seminario
viejo efectuada por Ángel Machado en 1888, revela magnitud del
edificio, dividido en tres claustros, rodeado de cuartos y galerías.
Por posteriores documentos de la curia sabemos de las
malas condiciones edilicias que llevaron a cambiar sucesivamente
techos, maderas, tejas. Lo atestigua la nota del 20 de marzo de
1883 por la cual el Vicario Gerónimo Emiliano Clara informaba al
Ministro de Justicia Culto e Instrucción Pública Eduardo Wilde:
“Del Seminario Conciliar cuyo antiguo edificio trabajado en su
mayor parte de barro crudo, debe reconstruirse principalmente en
una parte considerable que amenaza ruina y podrianse mandar los
planos y presupuestos de estas obras si V.E. lo encontrase justo y
conveniente.10”
La estructura se mantuvo hasta fines del siglo XIX, a pesar
7
Los datos censales son resultados de las investigaciones dirigidas por Aníbal Arcondo y
recopiladas en Demografía Retrospectiva de Córdoba, 1700- 1813, Serie Material de Trabajo. N16,
Instituto de Economía y Finanzas, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de
Córdoba, 1976. También ver Silvia Romano, Economía, sociedad y poder en Córdoba, Primera
mitad del siglo XIX, Ferreyra Editor. Córdoba, 2012.
22
8
Citado en Liliana de Denaro, trabajo inédito sobre la historia del Seminario Conciliar.
Efraín U. Bischoff, Historia de Córdoba, Cuatro siglos. Editorial Plus Ultra, Buenos Aires.1979,
531.
10
Citado en Liliana de Denaro, trabajo inédito sobre la historia del Seminario Conciliar.
9
4| Vista parcial de la ciudad, ca. 1915. Tarjeta postal edit. Tamburini. Archivo
Histórico Provincial de Córdoba.
5| Imagen. Vista parcial y catedral. Tarjeta postal. Fot. Kohlman, ca. 1930.
4 |5 |6
Pueden observarse los techos de teja del Seminario sobre la calle 27 de
Abril y las ventanas de su segundo piso en la callejuela.
23
6| Antonio Lascano González, Monumentos
religiosos de Córdoba Colonial, Buenos Aires,
1941.
24
7| Catastro de la ciudad de Córdoba levantado por Ángel Machado, año 1888.
Parcelario Nº 33. Archivo Histórico Municipal.
El claustro mayor, sobre la calle 27 de Abril, estaba
arbolado y se delineaba un pozo de balde o un estanque. Dos
escaleras permitían el acceso a la planta alta, una la más ancha
y por lo tanto, la más importante, estaba próxima a la callejuela.
La segunda, sobre la calle 27 de Abril, cerca de la construcción
esquinada que, según de Denaro, ocupó la Iglesia propia, cuyas
paredes las dibuja Machado con líneas más gruesas. Según la
misma investigadora, la entrada principal estaba también sobre
esta última calle.
25
9|
8|
8| 9 | 10 | 11 | 12
Fotografías de la demolición de los terrenos adyacentes a la Catedral.
Gentileza de Santiago y Pablo Brasca de “Brasca Demoliciones” a
través de Patrimonio Cultural, Dirección de Cultura y Patrimonio.
Municipalidad de la Ciudad de Córdoba
En las fotografías de la demolición pueden observarse el claustro con su
fuente y las gruesas paredes de la Iglesia.
26
10|
11|
12|
27
13| Reconstrucción del patio interior del Seminario Nuestra Señora de Loreto con vista a la Catedral realizada
por el Ingeniero Geólogo Ángel Alberto Díaz. Material inédito.
28
Por el relevamiento catastral de Machado es difícil
aventurar la ubicación de las demás dependencias comunitarias,
como refectorio o sala de estudio. Liliana de Denaro las localiza
respectivamente en el sector sur junto con la cocina- sobre la
callejuela- y la sacristía contigua a la iglesia, donde celebró su
primera misa el Cura Brochero en 1866, según rememora una
placa hoy ubicada sobre calle 27 de Abril. El dibujo de Machado
muestra en cambio la dimensión de los cuartos y delinea con
tinta más gruesa las dependencias anexas a la Catedral, las que
fueron demolidas: el museo de la Catedral, la entrada al museo y
depósitos de la Catedral.
El relevamiento posterior y sin fecha exacta, firmado
por González del Pino y Agustín Bettolli, dibuja un laberinto de
paredes ya tabicadas que se fueron levantando a lo largo de su
historia en el Seminario, reemplazando la línea de galerías por
un sinnúmero de pequeños cuartos. Además las ventanas ya eran
puertas que daban acceso a los diferentes negocios que allí se
instalaron después de 1905 aproximadamente.
Sin embargo, las fotografías aéreas evidencian que la
estructura y la tipología que Ángel Machado dibujó catastralmente
no ha sufrido alteraciones significativas. Se mantiene la presencia
Entrevista personal a Liliana de Denaro efectuada el 13 de junio del 2013. En 1905 ya se inaugura
un primer sector del Seminario Nuevo emplazado en la Av. Vélez Sarsfield y Montevideo. En
1920 se terminan las obras del mismo.
12
Aníbal Arcondo, Demografía retrospectiva. Op. Cit. apéndice.
11
de los tres patios, las dos plantas y es notoria la diferencia de
altura de los techos de la edificación sobre la calle Trejo.
Hasta aquí un breve repaso por el edificio pero ¿quiénes
vivían allí? Con modificaciones y arreglos estos muros, entre
1702 y 1905, dieron cobijo a los seminaristas que, de acuerdo a
la museóloga Liliana de Denaro, allí dormían y repasaban los
estudios que efectuaban en las aulas de la primera universidad
del territorio del Río del Plata11. Si nos atenemos al padrón de
1778, el Colegio de Loreto contenía 17 personas entre ellas: dos
libres, cuatro esclavos, dos clérigos, nueve colegiales12. En 1869
se empadronaron en ese edificio 72 personas, entre ellos: cinco
sacerdotes, sesenta estudiantes entre 12 y 22 años de edad,
cordobeses y de las provincias del noroeste más seis sirvientes13.
En este sentido se explica la referencia que realiza Miguel Potel
Junot en su plano de 1878 cuando menciona que el Gobierno
Nacional asistía con 25 becas a jóvenes pobres que recibían
instrucción para el sacerdocio14. Si la función era la de dormitorio,
como dice de Denaro, podemos entender la definición de López
Cepeda que cita “El Dormitorio” de la calle de “La Alameda”,
como se la conocía a la actual calle 27 de Abril15. En el plano de
1890 firmado por Weler se referencia el Seminario Loreto y un
13
M. Cristina Boixadós, La población de la ciudad de Córdoba según los datos censales de 1869.
Documento de trabajo N. 3, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Universidad Nacional de Córdoba, 2000.
14
Plano de la ciudad de Córdoba y suburbios delineado y grabado por Miguel Potel Junot, año
1878.
29
plano de 1906 también habla del mismo edificio en esa ubicación,
a pesar de haberse ya construido la primera parte del Seminario
Loreto y un plano de 1906 también habla del mismo edificio en
esa ubicación, a pesar de haberse ya construido la primera parte
del Seminario Nuevo en la avenida Vélez Sarsfield al 50016.
Una vez ocupado el nuevo seminario en 1905 se
pretendió dar diversos usos a la vetusta construcción céntrica
como la que auspiciaba el obispo Zenón Bustos en 1908 al “(...)
crear un Instituto de Enseñanza Religiosa, destinando para su
funcionamiento parte del edificio que ocupó hasta hace poco tiempo
nuestro Seminario.” Idea que posiblemente no tuvo éxito porque
en 1913 la misma autoridad eclesiástica decía: “Autorizamos al
Sr. Ecónomo diocesano para que (...) verifique las refacciones en
las partes de las calles Santa Catalina y 27 de Abril del Seminario
viejo, que las ponga en condiciones de adaptación para escritorios
de alquiler.17” Todo evidencia que con los años fue ocupada por
inquilinos que demoraron el derrumbe de las ruinosas paredes.
En otro acápite citaremos algunos de los comercios que ocuparon
esos cuartos.
15
Manuel López Cepeda relata que Gustavo Van Marcke, músico arribado a Córdoba en 1858
y proveniente de Holanda, al llegar se aloja en una pensión próxima a lo que el autor llama el
Dormitorio. Gente, casas y calles de Córdoba, Biffignandi Ediciones de Córdoba, 1966, 201.
16
AHP, A 236, f 51-52.
17
Liliana de Denaro, trabajo inédito sobre la historia del Seminario.
30
La vieja construcción en peligro ante
proyectos urbanísticos innovadores
Mas allá de los intereses eclesiásticos y de los usos que
pudo dársele a esta poco agraciada construcción, desde fines del
siglo XIX corrió el riesgo de ser cercenada parcialmente. Así bajo la
intendencia de Luis Revol (1887/1891) se proyectaba el ensanche
de la calle San Jerónimo y 27 de Abril hasta la Representantes
(actual Vélez Sársfield) con una avenida, que se llamaría Boulevard
Revol, de veinte metros de ancho, habiéndose ya expropiado diez
metros de terreno del costado norte. El intendente Revol esgrimía
argumentos de necesidad pública, como la mala circulación y el
peligro para el transeúnte. La prensa conservadora relativizaba
estas argumentaciones y consideraba que no se justificaban en
una ciudad pequeña y de escaso tráfico, pudiéndose “transitar por
las cinco calles que desembocan en el Boulevar de la Estación .” 18
Ante este proyecto el Vicario General Uladislao Castellano
le escribía al Presidente del Concejo Deliberante el 4 de junio
de 1889: “...la demolición le va a tomar [al edificio del Seminario
Conciliar] todo el frente principal y casi la mitad de la preciosa
capilla.” 19 Evidentemente las crisis políticas y económicas, como
la de 1890, paralizaron esta y otras intervenciones.
la gobernación del Dr. José Antonio Ortíz y Herrera (1907-1909),
ya que allí se diseñaban los jardines que acompañarían el palacio
de gobierno, a levantarse en el Cabildo. Así lo mencionó como
antecedente, durante el debate en 1953 sobre la expropiación, el
diputado Felipe Santiago Antonio Fox,
[…] palacio que iba a levantarse en la media manzana ocupada
por el Cabildo. Tratábase de un edificio de estilo clásico, que
habría de establecer contraste con la Catedral […] convirtiendo
en jardines los terrenos que hoy ocupan las construcciones
que se quieren expropiar.
En 1912 el proyecto de Pablo Bracamonte y Juan
Sanmartino proponía la apertura desde la estación de trenes de
una avenida de 25 a 30 metros de ancho, cercenando por la mitad
cinco manzanas. Ramón J. Cárcano recuerda este proyecto de
intervención en su escrito Mis primeros ochenta años que aplaudía
porque Córdoba se merecía reunir en un solo solar los bronces de
sus obispos más eminentes y decía,
Otro proyecto amenazó las paredes del Seminario durante
18
El Porvenir, 30 de mayo 1889. M. Cristina Boixadós, Las tramas de una ciudad, Córdoba entre
1870 y 1895. Elite urbanizadora, infraestructura, poblamiento… Ed. Ferreyra, Córdoba, 2000, 181
19
Liliana de Denaro, trabajo inédito sobre la historia del Seminario.
31
Otra obra digna de realización por motivos de estética
consiste en aislar la Catedral como lo estuvo en sus orígenes,
destacarla sola en su viejo solar, como la mejor construcción
de la arquitectura jesuítica en Argentina. Expropiar al efecto
toda la ranchería que la rodea, incluso el ruinoso y abandonado
Colegio de Loreto. El espacio abierto que descubriría el
característico frente de Santa Catalina se destinaría a “Plaza
de Obispos”, a quienes Córdoba y el antiguo Tucumán deben
un recuerdo. En su mayoría han sido eminentes prelados:
Trejo y Sanabria, Duarte y Quiroz, San Alberto, Esquiú, Deán
Funes, Corro, que están en la cumbre de la historia.” 20
En 1925, el mismo ingeniero Bracamonte resurge el
proyecto pero en este caso, delineando dos diagonales que
partieran de la plaza, unida por la avenida a la estación21.
Ramón J. Cárcano, Mis Primeros Ochentas años. Buenos Aires. Editorial Plus Ultra, 1965, 381.
Carlos Page. Propuestas e intervenciones urbanas en Córdoba 1880/ 1930. Facultad de
Arquitectura y Urbanismo. Universidad Nacional de Córdoba, 1991, 25 y 26.
20
21
32
14| Proyecto de avenidas centrales del Ingeniero Bracamonte. Álbum de la provincia de Córdoba Geográfico,
Histórico, Literario, Artístico, Industrial, Comercial, 1927. Directores- Editores: Alfredo Escobar Uribe y Contrán
Ellauri Obligado. Talleres gráficos “La Elzeviriana”, Córdoba.
33
Evidentemente que tales intervenciones modificaban
el paisaje de la cuadrícula colonial, trazando diagonales en una
homogénea trama ortogonal. En este sentido vale aquí acotar
que aquella callecita que conocemos como la callejuela de Santa
Catalina, que rodeó al seminario por su cara sur, constituyó
desde 1577 una irregularidad en el trazado de las ciudades
latinoamericanas y conformó un paisaje único en la ciudad. El
corte de la manzana vino con el tiempo a dar mayor perspectiva a
la iglesia de las Catalinas, emplazada al terminar el pasaje. Por eso
el poeta nostalgioso de la Córdoba de las campanas, Baldomero
Fernández Moreno, define la callejuela “que en iglesia empieza y
en iglesia termina (...).”
La callejuela, también denominada Pasaje Ciudad de
Cuzco, tuvo el honor y la desgracia de estar en medio de tan
importantes edificios: la Catedral y el Cabildo, edificio este último
que atravesó la historia colonial y también la independentista
y, más cerca en el tiempo, fue llenándose de duendes, policías,
prisioneros y muertes.
34
16| Fotografía Kolhmann, ca. 1930.
15| Álbum de la provincia de Córdoba Geográfico,
Histórico, Literario, Artístico, Industrial,
Comercial, 1927. Directores- Editores: Alfredo
Escobar Uribe y Contrán Ellauri Obligado.
Talleres gráficos “La Elzeviriana”, Córdoba.
15 | 16| 17 | 18
Se observa en estas fotografías cómo las paredes altas del Seminario
llenaban materialmente y visualmente esa parcela, ahora libre de
edificación.
35
17|Callejuela Santa Catalina, 1927. Foto incluida en el Informe Carrasco.
Biblioteca Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, UNC.
36
18| Calle Universidad. Tarjeta postal de Aquilino Fernández, ca. 1905.
El pasaje: entre Catalina y Cuzco.
Si bien desde la época colonial el pasaje que se encuentra entre la Catedral y El Cabildo
fue y es conocido como de Santa Catalina, entre 1940 y 1979 se llamó Ciudad de Cuzco.
Fue el concejal Alejandro Moyano que en la sesión del 24 de julio de 1940 presentó un
proyecto de ordenanza que cambiaba el nombre de Santa Catalina por el de Ciudad de
Cuzco y bautizaba como Ica a la calle Diagonal Norte. El cambio en la nomenclatura
era en agradecimiento a la medida tomada por el Concejo Provincial del Cuzco que
designó a una de sus principales calles como Córdoba del Tucumán en homenaje a
Jerónimo Luis de Cabrera.
Si bien Moyano propone el cambio en agradecimiento, también era una forma de
recordar las ciudades peruanas en las cuales Cabrera había sido vecino. Por otro lado,
Ica fue la ciudad desde donde José de San Martín proclamó la independencia del
gobierno de España, acontecimiento que también era digno de recordar según el autor
del proyecto. Finalmente ambos nombres fueron aprobados un 31 de julio de 1940.
Sin embargo llegará en el año 1979 la ordenanza Nº 7001 que restituyó el nombre
“Pasaje Santa Catalina” al “Pasaje Ciudad de Cuzco” en el tramo comprendido entre
calles Independencia y Obispo Trejo y Sanabria “(…) es decir en toda su longitud, y
hasta donde es posible su prolongación (…)”.
Fuentes: Archivo Histórico Municipal, Serie Actas, A 1-82, fs.527-577.
Boletín Municipal Nº 959, Año LIII, 26 de octubre de 1979.
37
Comercios y música entre los
gruesos muros.
Indudablemente las paredes sombrías y vetustas del
antiguo seminario, ya en desuso de su función original, fueron
ocupadas por negocios y oficios cuyos toldos y carteles pusieron
una nota de color a sus grises paredes. El bullicio de la ciudad, que
crecía al ritmo de la industria automotriz, entraba por las tantas
aberturas del edificio y las paradas de los colectivos y tranvías
de las líneas 3, 6 y 9 sobre la calle 27 de Abril, completaron la
melodía urbana. Negocios tales como los de copiado de Sotty y
Cía., la peluquería de Luna y la Librería de Pedro Salas, la Joyería
y Relojería de Bernardo Klimovsky22 ocuparon las antiguas
dependencias de estudio y dormitorio sobre esta acera.
22
Comentarios de Maiena Viramonte de Ávalos y de Pedro Alberto Klimovsky en diciembre de
2012.
38
19| Foto del interior del negocio “Sotty y Cía.” ubicado sobre la calle 27 de Abril en uno de los cuartos desocupados después del
traslado del Seminario. De esta firma se originó luego el negocio de copiado de planos Kabel. Gentileza Ricardo Krupnik.
39
Sobre calle Obispo Trejo, una casa de artículos deportivos
y una tienda de lanas son recuerdos de viejos vecinos. La casa de
encuadernación de Israel Gerdel y una confitería con su servicio
de traslado a domicilio en una jardinera quedaron perpetuadas
en las imágenes siguientes. Por su parte Carmen López recuerda
que en algunos de esos departamentos vivía una inspectora de
escuelas y la familia Ferrer, la que sacaba a la venta lotes del recién
abierto Barrio Ferrer, al sur de la ciudad.
40
20|
21|
20|21
Antiguo Seminario, sin datos de autor, ca. 1930. Fondo de Estudios
Americanistas, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad
Nacional de Córdoba.
41
22|
23|
22|23
Reconstrucciones del edificio del seminario realizada por el Ingeniero
Geólogo Ángel Alberto Díaz. Material inédito.
42
En los alrededores y sobre la acera sur de la 27 de Abril,
la “Tintorería Palermo” atraía su clientela con su perfeccionado
servicio y una publicidad que dejó su impronta en más de una
tarjeta postal coloreada de los años sesenta. Sobre la misma acera,
la “Pizzería 27 de Abril” regaba con buena pizza a los cientos
de clientes de escribanías que ocupaban la recova, como los de
Palemón Carranza y a los tantos transeúntes que introduciendo
una ficha activaban la rocola y se refugiaban en la canción elegida
para desaparecer de tanto bullicio.
Sobre la callejuela eran otros los sonidos, quizá menos.
Unos más dulces y armoniosos en los años treinta cuando las niñas
Olmedo, Alicia y Pola, instalaron un conservatorio de música que
enseñaba teoría y solfeo mientras que Mechita Garzón Vieyra daba
lecciones de piano. Rosita Rovelli asistía los días lunes y miércoles,
entrando por la callejuela en el Nº 83 y una gran escalera de madera
daba acceso a la planta alta con galería techada abierta hacia el sur.
Otros sonidos, más siniestros, se escucharon cuando los
edificios próximos al Cabildo fueron ocupados por la policía y en
los años de plomo los gritos de muerte no dejaban dormir a los
ocupantes de los edificios vecinos.
43
24|
25|
26|
24|25|26
Imágenes del espacio hoy ocupado por el Archivo Provincial de la
Memoria en la callejuela Santa Catalina. Fotografía: M. Cristina
Boixadós.
44
De los olores y aromas de la Casa Chammás instalada a fines del
siglo XIX en la acera sur de la callejuela quedan pocos recuerdos,
lo mismo que de la casa del gobernador Antonio del Viso, tantas
veces salvada de la picota, que ocupó la familia Ludueña. En
cambio no se conservó la casa de Ruiz Bonaparte en Santa Catalina
72, construcción que ahora ocupa el párroco de la Catedral. Sus
paredes de 0,80 cm de ancho contenían la arquitectura típica de
dos patios, puerta cancel, zaguán y dormitorios, cocina y lavadero.
Por la claraboya del altillo, Carmen López de Ruiz Bonaparte veía
sobre los techos del Cabildo cómo escapaban los presos23.
23
Entrevista telefónica el día 10 de junio de 2013.
45
Haciendo espacio en la ciudad: la
expropiación.
Como se mencionó anteriormente los proyectos
urbanísticos que buscaban liberar el espacio circundante a la
iglesia Catedral no fueron pocos. Sin embargo, hacia la década del
cincuenta del siglo pasado las intenciones se lograron concretar.
Así encontramos que en la sesión del 27 de agosto de 1953
uno de los asuntos entrados a la Cámara de Diputados, que en ese
momento actuaba como Concejo Deliberante, fue el proyecto de
ordenanza impulsado por el intendente Manuel Martín Federico
referido a la expropiación de todos los inmuebles comprendidos
en la manzana ubicada entre las calles Independencia, 27 de
Abril y Obispo Trejo y Sanabria y Cuzco, con la excepción de la
“(...) Iglesia Catedral y lugar que se destine para la casa parroquial
y el museo”24. Dentro de la justificación se consideraba que
la edificación pequeña y sin valor que rodeaba la Catedral era
un problema urbanístico del tradicional centro de la ciudad y
“(...) por cuanto se desea ver a esa vieja mole que es templo de fé
(sic) y expresión de arte, liberada de la extraña edificación que la
constriñe para que se muestre, por fin, en toda la esplendidez de su
grandiosidad y de su gracia severa.”25
Según la opinión del intendente Federico, la liberación de
24
Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados actuando como Concejo Deliberativo Municipal.
Córdoba, publicación oficial, 1953, 207. Ibíd., 206
25
Ibíd., 206
El informe firmado por Raúl Tarraubella indica que los inmuebles ubicados en calle 27 de
Abril 24/70 tenían una valuación de $102,000-m/n y 27 de Abril 74/100 valuación de $60,00026
46
ese espacio traería beneficios urbanísticos, edilicios, económicos
y comerciales; equilibrándose con el desarrollo de la edificación
nueva que se venía canalizando en el sector norte de la Capital.
El convenio de expropiación, a firmarse con el
Arzobispado, sólo dejaba sin demoler el edificio de la Iglesia, la
casa parroquial y el museo. Por no tener datos precisos sobre
la valuación fiscal y dominio de los inmuebles se postergó su
sanción. Esos datos llegarán en la sesión del 25 de noviembre
permitiendo que el proyecto quedara sancionado con algunas
modificaciones26. Principalmente es el artículo 3º el que generó
discusiones,
Art. 3º- Facúltase al Departamento Ejecutivo a realizar un
convenio con el Arzobispado de Córdoba, mediante el cual
se determinará la forma de pago. Este convenio será adreferéndum de la H. Cámara de Diputados, en su carácter de
Concejo Deliberativo.
El informe de la Dirección de Rentas notificaba que
no figura el dominio de esos terrenos en el Registro General de
m/n. Los inmuebles ubicados sobre obispo Trejo y Sanabria una valuación de $59,200-m/n y
los del Pasaje Ciudad de Cuzco (ex Pasaje Santa Catalina) 30,000- m/n. Además se aclaraba
que esos inmuebles figuraban a nombre del Obispado de Córdoba pero el dominio no constaba
en el Registro General de Propiedades, “[...] como sucede con la mayoría de los inmuebles de
propiedad de las diversas comunidades religiosas de la ciudad.” Diario de Sesiones de la Cámara
de Diputados, Op. Cit. 335.
Propiedades, por ende, no se sabía si era el Arzobispado con quien
debía firmarse el convenio o si tal vez eran tierras públicas.
Esas incertidumbres del proyecto lleva al diputado Miguel
A. Fernández a definirlo como lírico o simbólico por no saberse con
quién iba a firmarse el convenio, cómo iba a financiarse ni cómo
iban a realizarse las expropiaciones. Por moción del diputado
Mosquera Ferrando se agrega a ese artículo 3º que el convenio se
realizaría entre el Departamento Ejecutivo y el Arzobispado de
Córdoba o “a quién o quiénes corresponda”.
con el propósito de no entorpecer, sino por el contrario, de colaborar
en la materialización de la obra tanto tiempo esperada por la
Ciudad, para dejar libre en su emplazamiento a su Iglesia Mayor.28”
La empresa Brasca Hnos. fue la encargada de llevar a
cabo las obras de demolición, que incluyó todo lo construido al
poniente de la catedral, por lo que también se demolió el museo y
depósito con la entrada correspondiente. En el siguiente gráfico
puede observarse la superficie en litigio que correspondía al
museo y depósito de la Catedral.
El convenio entre el Arzobispado, representado por
el Arzobispo Fermín E. Lafitte, y el Departamento Ejecutivo
municipal a cargo de Manuel Martín Federico, llegó recién a
mediados del año1954 pudiéndose concretar aquel objetivo de
despejar la Iglesia Catedral para que “(...) se destaque en toda
la majestuosidad de sus líneas”, además de ser una obra que el
“(...) tradicional catolicismo cordobés ambiciona hace mucho (...)
participando de su espíritu y siendo sensible a su fe.27”
Estas tareas de demolición fueron aplaudidas por la
prensa, en este caso el diario La Voz del Interior advertía que por
empeño del Intendente “(…) la piqueta ha terminado por echar
abajo la serie de habitaciones que se habían adherido al contorno
del templo, como dispuestas a vivir secularmente a la sombra de sus
blasonadas torres y que la especulación comercial había convertido
en feria.29”
Los estudios para la expropiación fueron llevados a
cabo por la Dirección de Catastro estableciendo un monto de
$2.4000.000- m/n en concepto de indemnización total. Si bien
estas cifras no agradaban al Arzobispado fueron aceptadas “(...)
27
Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, actuando como Concejo Deliberativo de la Capital.
Córdoba, publicación oficial, 1954, 198.
28
29
Ibíd., 199.
La Voz del Interior, 7 de agosto de 1954.
47
27| Plano de expropiación de terrenos que rodeaban a la Catedral (con sello de la “Asociación
Amigos de la Catedral”) y plano del edificio en el cual se ubicó el Seminario Viejo que
fue demolido por la Municipalidad (1954) firmado por los Ingenieros Civiles Francisco
González del Pino y Agustín Bettolli Nores, ambos facilitados por la Museóloga Liliana de
Denaro. Digitalización realizada por el Arq. Rubén Aymale.
48
28|
29|
28|29|30|31
Fotografías de la demolición de los terrenos adyacentes a la Catedral.
Gentileza de Santiago y Pablo Brasca de “Brasca Demoliciones” a
través de Patrimonio Cultural, Dirección de Cultura y Patrimonio.
Municipalidad de la Ciudad de Córdoba..
49
30|
50
31|
Y Jerónimo encontró su lugar...
La llegada del monumento a Jerónimo Luis de Cabrera a la
plazoleta que hoy conocemos tampoco siguió un camino directo.
Así encontramos que un 6 de julio de 1941 y a raíz de cumplirse
el 368 aniversario de fundación de la ciudad, la municipalidad
levantó en la plaza España un monolito que sería la base del
monumento al fundador de Córdoba. En el acto de inauguración,
a la cual asistieron los descendientes de Cabrera, se soltaron un
gran número de palomas mensajeras y se escucharon las primeras
salvas de los 21 cañonazos.
En su discurso, el Intendente Donato Latella Frías recordó
que en 1936 había dictado un decreto propiciando la erección de
un monumento al fundador. Aquella placa que se colocó en el
monolito se encuentra hoy en la plazoleta que está detrás de la
Catedral.
Por la tarde los festejos continuaron en el coniferal del
parque Sarmiento con la reunión de casi 15.000 personas que
asistieron a la teatralización de la fundación. La Comisión Especial
de Festejos, encargada de organizar la “Semana de Córdoba”,
también preparó una misa de campaña y una exposición del
Ministerio de Marina en el Pabellón de las Industrias.
51
32| Placa que se encuentra hoy en la plazoleta del
Fundador pero que fue colocada primeramente en
la plaza España en 1941. Puede leerse “Al fundador
de la ciudad de Córdoba -Capitán General - Don
Jerónimo Luis de Cabrera - 6 de julio de 1573. Homenaje
de los gobiernos de la nación, de la provincia, de
la municipalidad y del pueblo de Córdoba. Piedra
fundamental del futuro monumento - 6 de julio de 1941.”
Fotografía: Leandro Ruiz.
52
33| Imágenes que recuerdan aquella teatralización de la fundación de Córdoba. La Voz del Interior, 7 de julio de 1941.
53
34| Monolito construido por la municipalidad en la Plaza
España, lugar también elegido para erigir la estatua al
fundador de Córdoba.
54
35| Momento en que el intendente Donato Latella Frías
hace colocación de la piedra fundamental del monumento
a Jerónimo Luis de Cabrera que iba a erigirse en la Plaza
España. La Voz del Interior, 7 de julio de 1941.
Sin saber qué pasó con este primer emplazamiento las noticias
nos llevan al año 1955, fecha en que finalmente llegaría la estatua
de Jerónimo Luis de Cabrera al espacio liberado detrás de la
Catedral. En las crónicas del diario La Voz del Interior nada hace
suponer que en ese año se producirían festejos extraordinarios,
es más, ya a principios del mes de junio se elevaba el reclamo por
la lentitud con que venía trabajando la comisión especial para
organizar los festejos de la “Semana de Córdoba”,
Cabrera, obra de 2,70 metros de alto y realizada por el escultor
cordobés Horacio Juárez. El diario celebraba el cumplimiento
de este homenaje que había sido impulsado principalmente
por ex intendente Manuel Martín Federico. También destaca
el diario que el escultor Horacio Juárez no sólo fue responsable
de la figura en bronce sino que también “(...) personalmente está
dirigiendo el emplazamiento del monumento, en la plazoleta que se
está delineando en los terrenos expropiados que rodean la iglesia
Catedral.31”
[...] sería conveniente que la comisión agilizara el trámite de
la organización de los festejos, procurando realizar reuniones
diarias [...] La semana de Córdoba, en efecto, se instituyó
años atrás y se ha reactualizado este año, como una iniciativa
destinada, en primer término a fomentar el turismo de
invierno en Córdoba, que aún no ha adquirido las proyecciones
que debiera tener, aprovechando las vacaciones de mediados
de año y la celebración de la fecha patria, coincidente en la
semana con el aniversario de la fundación de nuestra ciudad.30
Junto a la estatua se representaban cuatro alegorías
en relieve de un metro cada una aplicadas en una muralla de
once metros y cincuenta centímetros de largo, sostenidas por
columnas. Esos subtemas se referían al trabajo de la ciudad, del
campo, intelectual y artístico. También el diario felicita que el
lugar elegido para el emplazamiento sea el que eligió el fundador
para plaza Mayor. El diseño y forestación de la plazoleta le
correspondió al Arq. Carlos David32.
Y sorpresivamente el 28 de junio 1955 arriba a Córdoba,
proveniente de Buenos Aires, el bronce de Jerónimo Luis de
30
La Voz del Interior, 8 de junio de 1955
La Voz del Interior, 29 de junio de 1955.
Además fue refaccionada, como lo indican las placas respectivas, en las intendencias de 2004
y 2010.
31
32
55
Horacio Juárez (1901 - 1977). Nace en Córdoba y realiza sus estudios en la Escuela
Superior de Bellas Artes Figueroa Alcorta. En 1930, el Gobierno de la Provincia de
Córdoba le otorga una beca para estudiar en Francia, donde permanece por tres años.
Se desempeñó como Jefe de Escultura del Departamento de Arte de la Universidad
de Tucumán. En 1938 se radicó en Buenos Aires lugar donde realizó la gran mayoría
de sus trabajos. Construyó significativos monumentos como el de Jerónimo Luis de
Cabrera en Córdoba y las esculturas del General San Martín y el General Alvear, ambas
en la Capital Federal. Recibió importantes premios a lo largo de su carrera como el
Primer Premio Nacional del Salón Nacional de Bellas Artes en el año 1939, entre otros.
Fuente: Diccionario de Artistas Plásticos de Córdoba, siglos XX-XIX. Dirección Magíster
María Dolores Moyano. Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 2010.
56
36| Escultura de 2,70 metros de altura del fundador
Jerónimo Luis de Cabrera realizada en bronce por el
escultor cordobés Horacio Juárez. La Voz del Interior,
29 de junio de 1955.
57
Finalmente el programa de festejos por la “Semana de
Córdoba” en 1955 presentó actividades tales como concurso
de vidrieras, números de canto y baile en el Museo Histórico
Provincial, funciones de títeres, carrera de autos a pedal para
niños en la plaza San Martín y la inauguración del esperado
monumento a Jerónimo Luis de Cabrera. Para asegurar la
presencia de los cordobeses, el intendente Leonardo Obeid
decretó ese 6 de julio como día no laborable, adhiriéndose luego a
esa medida el vice gobernador Federico de Uña.
En la ceremonia de inauguración estuvieron presentes en
el palco oficial el gobernador de la provincia Raúl Felipe Lucini
y demás ministros tales como Carlos V. Berardo, Mario Menso,
Julio Barros y Ricardo Obregón Cano.
58
38|
37|
37 | 38
Imágenes del día de la inauguración publicadas en el diario La Voz del
Interior el día 7 de julio de 1955.
59
A continuación se transcribe el discurso de quien fuera
el intendente municipal, doctor Leonardo Obeid, el día de la
inauguración:
A instancia del pueblo de Córdoba que lo venía expresando
de hace mucho tiempo en la palabra de sus escritores y
hombres de acción, hoy se levanta la estatua del fundador de
nuestra ciudad. La colocamos ante los ojos admirativos de
la gente, que, de esta manera podrá aprisionar en material
incorruptible, la idea simbólica de una empresa que gravita
hacia lo alto en su memoria social.
Si la bravura en las acciones y la entereza del ánimo son las
cualidades fundamentales del hombre desde su don natural
de utilizar con éxito su inteligencia creadora, hay mucho de
bravura inteligente en el broncíneo gesto del ilustre sevillano
don Gerónimo Luis de Cabrera. Podemos decir que sus títulos
de nobleza fueron revalidados en lo que tiene de auténtico
para la historia personal de su figura, a través de sus luchas
triunfantes con la fuerza oscura y las acechanzas de la tierra
ostil [sic] americana que con sus bravos hombres nativos, no se
entregara con docilidad esgrimiendo a su hora, con intención
amenazante, la catástrofe latente a la espera de su momento
propicio, en el seno de la noche social en los grupos indígenas
indomables en el Iático del viento y sus tempestades de polvo
60
en el duro puño del sol, en la leve arma de lo desconocido.
Que estos fueron algunos de los peligros e incitaciones a la
valerosa respuesta que dio en estas lat5itudes americanas, la
hueste popular fundadora cuyo adalid fuera don Gerónimo
Luis de Cabrera.
La estatua del conductor de un grupo de descubrimiento y
fundación en el siglo XVI americano es un elogio del orden
creador destinado al bienestar del común de la gente, luego
del caos originado en el contacto hostil de grupos humanos
heterogéneos. Los pueblos y sus ciudades que tienen una
vida buena y pacífica ordenada por la justicia y la cooperación
entre los hombres cumplieron su heroicidad originarla,
tramada de fe en la propia misión colectiva y paciencia
laboratriz para realizarla. Don Gerónimo Luis de Cabrera
alcanza con su empresa americana, un sentido sobrio de la
vida, una humildad casi sobrenatural que hace de su actitud
aristocrática originaria el fuerte perfil característico del
conductor de hombres y fundador de pueblos, tanto más que
por la fuerza del brazo, por el vigor del espíritu, y la magnitud
del alma bien templada. Este conquistador por el arte aquí
ubicado está destinado a ser conquistado por las hazañas
presentes y futuras de nuestro pueblo que saca a su vez, con
labor perseverante y cotidiana descubrir palmo a palmo
la tierra histórica de su patria, en el ambiente rumoso de
sus escuelas y universidades, fábricas y empresas, templos,
parques y plazas donde teje la trama de su existencia, en el
despliegue polícromo de las generaciones históricas.
Parece oportuno rendir en esta circunstancia un homenaje
de conocimiento al sentido social que ante nosotros asuma,
la fundación de Córdoba en el último tercio del siglo XVI el 6
de julio de 1573 y conforme dice el acta de fundación. “El muy
ilustre señor Don Gerónimo Luis de Cabrera, Gobernador
y Capitán General y Justicia Mayor de estas Provincias de
Tucumán”, pobló y fundó esta nuestra ciudad, instaló su
Cabildo o municipio cerca del río que los indios llamaban
Suquía y por ser el sitio más conveniente de los hallados y
la más adecuada comarca, con mejores tierras. El acto de
fundación importa a su vez, el fin más elevado y sustantivo
para la vida colectiva local de instalar una vida buena entre los
hombres, destinada a asegurar –según la doctrina humanista
y protectora del siglo XVI- los beneficios ecuménicos de la
civilización entre ellos sin distinción alguna de razas.
Si las empresas fundadoras del siglo XVI, pese al duro
designio de exterminación de los núcleos indígenas para
nosotros inaceptables, son emdole[sic], su composición social
y las finalidades éticas y políticas que informan sus actos.
Un capitán al servicio de España, progenitora de naciones y
persiguiendo el bien del pueblo, fundó la ciudad de Córdoba
destinándola al bienestar colectivo. Más aún, en la hora de la
distribución de las tierras de labor a los beneméritos indianos
esta tarea se hizo con un sentido no individualista, sino
teniendo en cuenta su función social, vale decir, la habilidad
en el trabajo, el espíritu de empresa y creación de cada uno de
los integrantes del grupo civilizador.
Córdoba surgió, de tal manera, en un ambiente histórico
distinto al nuestro, por cierto pero en una atmósfera social
de trabajo fecundo y no fue el linaje de sangre como privilegio
social, el mejor título de honor para don Gerónimo Luis de
Cabrera, sino su capacidad de mando, labor y perseverancia
ante los riesgos, y este perfil de su figura es el que admiramos
en su bronce. A lo largo de la acción civilizadora española en
América y en diversas regiones sujetas a la misma, se vieron
al lado de la forma social más generalizada y conocida de
convivencia europea, momentos de inspiración originaria
especialmente en el siglo XVI, que luego desaparecieron con
ímpetu fugaz. Córdoba ostenta en su fundación un instante
luminoso y se vinculan con el de la justeza y el acierto del
esquema ideal del núcleo urbano limitado en sus orígenes
a diez cuadras y, necesario reconocer, que a partir de él se
61
fue engrandeciendo la ciudad, no siempre sometida en su
crecimiento a un plan de urbanización que hoy, más que
nunca, es necesario realizar.
Las generaciones nuevas creen en la virtud de un plan
moderno, ágil y con ello practicable, el cual haga posible la
ciudad moderna que sea un elogio creador de la antigua. El
arte plástico de Horacio Juárez, inspirado cincel, rememora
las glorias pasadas como el arte y la ciencia urbanística
contemporáneos requieren una tarea impersonal y solidaria
que necesitamos cumplir con humilde perseverancia todos
los días. Este último que a nosotros nos compete, es lo que
debemos entender como nuestra contribución a la tarea
inmensa y fecunda del Excelentísimo Sr. Presidente de la
Nación Argentina, General Juan Perón, patriota esclarecido.
Al dejar librada al pueblo esta estatua de la cual fluye un
mensaje ejemplar e imperecedero, desciframos el símbolo del
hombre actual argentino que todo lo que puede, si persevera
con voluntad y corage [sic] en su árdua [sic] misión de dar
forma a la vida civil y laboriosa.
La obra fue la respuesta a proyectos diversos, pero sobre
todo era la materialización urbanística en boga que interpretaba la
renovación del centro histórico, con el resaltado de monumentos
y edificios patrimoniales al limpiar sus alrededores. Con estas
palabras una especialista de historia de la arquitectura se
expresaba al respecto:
Los monumentos son considerados como hitos que
deben estar rodeados por ámbitos adecuados a su escala e
importancia artística -para lo cual se establecen relaciones
armónicas con el volumen de edificación posible-; deben
estar conexos entre sí por una red de espacios que permita
continuidad de recorridos y multiplicidad de visuales (...)
manteniendo el contacto entre lo actual y lo tradicional.
[A este respecto] se está realizando la remodelación de la
manzana de Las Catalinas, y comienzan a apreciarse algunos
resultados , como la vitalización de la plazoleta posterior
a la Catedral, causada por el retiro producido frente a ella y
ocupado por un rumoroso bar al aire libre33.
Señoras y señores: dejo librada a la admiración y respeto
ciudadano, la estatua de quien la ubicara en la faz de la tierra
americana.”
Extraído de La Voz del Interior, 7 de julio de 1955.
Marina Waisman, “Córdoba y su Arquitectura”, revista Summa, no. 30. Buenos Aires: octubre
de 1970, 27.
33
62
39| Plazoleta de la Catedral vista desde el bar El Ruedo. Revista Summa, número 30, año 1970.
63
Seguramente la plazoleta devolvió al fundador de la
ciudad un espacio que no tenía, enclavado en terrenos en litigio
con la Iglesia. Pero inmediatamente se convirtió en ciudadano y
protagonista de la revolución de setiembre de 1955, cuando algún
activista le colocó un brazalete blanco, insignia de los comandos
civiles que derrocaban a Juan Domingo Perón34.
Ahora Jerónimo se señorea solo, acompañado siempre
por irreverentes palomas. Un mercado de flores y el paseo de
artesanos fueron también testigos de la adustez y soledad de
Cabrera. Sobre los cimientos del Seminario, en la actualidad se
alzan banderas que recuerdan la guerra de Malvinas, los kioscos
de flores, diarios y praliné, jugadores de ajedrez y también los
burros artísticos, sin olvidarnos de las gargantas de los vendedores
ambulantes que ocuparon y ocupan todas las mañanas el solado
de una plazoleta que tiene solo casi sesenta años en la ciudad.
Una pequeña placa perdida en la esquina de Trejo y 27 de Abril
recuerda la existencia del antiguo seminario.
Pero todos los seis de julio Jerónimo se viste de fiesta y lo
acompañan las autoridades municipales, ciudadanos y visitantes,
cuando se rememora su hazaña y algún circuito turístico remarca
su presencia a la sombra de la Catedral.
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Recuerdo y comentario de Ricardo Krupnik.
40| El proyecto “Integrados” llevó a la plazoleta del Fundador, a fines del año 2012, unas 26 esculturas con forma
de burros los cuales fueron pintados por artistas cordobeses. [En línea] http://vos.lavoz.com.ar/artes/ahora-artetambien-es-cosa-burros [Consulta: junio de 2013]
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Distintas vistas de la plazoleta Jerónimo Luis de Cabrera o más conocida
como “del Fundador”. Fotografía: Leandro Ruiz.
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