La costumbre de enterrar el cordón umbilical
Leslie Korn
Traducción: María Luisa Arias Moreno
El turismo es un veneno si no se controla;
basta ver Acapulco. —Alberto1
Introducción
Después de dar a luz, las mujeres indígenas rurales del occidente de México entierran
tradicionalmente el cordón umbilical debajo
de un árbol en la tierra. Este ritual simboliza
el plantar raíces en la tierra para su hijo y en
la comunidad y, de esta manera, reafirma las
conexiones culturales del niño. Esta conexión
hereditaria entre la gente y la tierra es la que
demuestra la esencia de la cultura humana.
Es fácil ver esta relación en la palabra misma.
La cultura (cult que significa culto y ure que
significa tierra) vincula la tierra y sus beneficios vitales con la salud y bienestar de la
familia, y refuerza las actividades cotidianas
y los ritmos de la naturaleza en la vida de las
mujeres. Es en la medicina tradicional de los
pueblos donde vemos la expresión más plena
de cultura. El México del siglo XXI es un lugar
de muchas culturas creadas y recreadas como
respuesta a las cambiantes fuerzas humanas y
ambientales y, no obstante, retiene la profunda
conexión cultural entre los pueblos y la tierra
ejemplificada en la medicina tradicional y las
práctica curativas. En su compleja geografía
cultural México está ricamente favorecido
con una diversidad de medicinas tradicionales
empleadas tanto por familias urbanas como
rurales para tratar la enfermedad y restaurar la
salud.
Existe un conjunto considerable de investigaciones científicas convencionales realizadas
en los últimos 50 años que documentan y
evalúan la medicina y las prácticas curativas
de México. Las prácticas tradicionales del occidente rural de México derivan de las costumbres y creencias espirituales tradicionales de
los pueblos indígenas que se han mezclado en
épocas recientes con métodos grecorromanos,
creencias religiosas y materiales que trajeron
los españoles. Estas prácticas históricamente
representan un conjunto importante de conocimientos y el poder de las mujeres así como
una parte esencial del sistema curativo y de
salud del México rural.
Los pueblos de las comunidades indígenas
que se encuentran a lo largo de la costa occidental de México construyen y revelan identidades en muchos niveles. Su realidad cultural
refleja la dinámica creada y recreada de la vida
en comunidad y la práctica de las tradiciones
curativas. La investigación que llevo a cabo
en el occidente de México que se centra en la
práctica de la medicina tradicional por parte
de las mujeres reconoce esta diversidad y las
“historias ocultas” entre la gente que vive en el
México profundo.
En la costa occidental, las comadronas
tradicionales, sobadores, curanderos y herbalistas son una parte de la realidad social común.
Los remedios caseros se emplean ampliamente
en los hogares. Si bien estos importantes
practicantes del sistema curativo continúan
atendiendo a la población, los rápidos cambios
sociales y económicos ocurridos en el occidente de México desde finales de la década de los
años setenta han afectado – en muchos casos
adversamente – la práctica de la curación tradicional. No se ha examinado detenidamente
lo que las curanderas piensan y sienten sobre
estos cambios ni lo que significa para ellas per-
(© 2012 Leslie E. Korn)
1. Un residente local dado un seudónimo para proteger su identidad.
Summer 2014 • Fourth World Journal
33
LESLIE KORN
sonal y colectivamente ni si sus conocimientos
continúan siendo una parte del conocimiento
comunitario de apoyo ante el rápido cambio
social y económico y, por lo tanto, no hay una
buena comprensión sobre ello. El presente
ensayo tiene como objetivo revelar el contexto
y la práctica de la curación tradicional en una
comunidad mexicana como la ven y explican las curanderas que continúan teniendo
la responsabilidad de tratar a los enfermos y
restaurar la salud de familias y comunidades.
La tierra
Cabo Corrientes es un municipio del estado
de Jalisco. Abarca pueblos montañosos en
bosques de pino a una latitud de 600 km y aldeas en un bosque verde tropical semideciduo
a lo largo de la costa del Pacífico. Es 100%
rural y orientado a la subsistencia: el 60% de
la población trabajadora está compuesto por
trabajadores agrícolas, granjeros y pescadores. Cabo Corrientes tiene una de las infraestructuras menos desarrolladas de todas las
municipalidades de Jalisco y de todo México
con 50% de la gente sin agua potable, electricidad o servicio telefónico (Estadística Jalisco
1998). Cuando comenzó la planeación para
la urbanización en 2000, llegó la electricidad
a esta comunidad remota. En la actualidad
se encuentra en marcha un gran proyecto de
infraestructura para desarrollar la costa – con
una enorme presa, la presa Los Panales, planeada para llevar agua a la costa – ostensiblemente diseñado para promover el desarrollo
de (eco)turismo de alta categoría en el último
territorio virgen de la región.
La región es un microcosmos de problemas
crónicos de salud del México rural que cada
vez son mayores como son la diabetes, las
enfermedades cardiacas, la artritis y el dolor.
El patrón de migración bidireccional de los
hijos e hijas mexicanos que emigran a Estados
Unidos y los turistas estadounidenses jubilados
34
que en invierno vuelan al sur buscando un clima más templado cambian significativamente
la economía y la cultura rural. Asimismo,
hay un espectro moderadamente grande de
dependencia de las actividades turísticas. Las
aldeas, pueblos y comunidades del municipio
tienen en común la proximidad de la ruta entre
Puerto Vallarta y Tomatlán, y Manzanillo, que
en la actualidad se planea que sea la siguiente
etapa de desarrollo de infraestructura e inmobiliario a lo largo de la costa occidental.
Cabo Corrientes, y la mayor parte del
oeste de México, es montañoso con volcanes
activos al sur del estado de Colima y al norte
del estado de Nayarit. La región contiene un
complejo de nichos climáticos variables, jungla
montañosa, ríos y arroyos. La cordillera montañosa de la Sierra Madre pasa por la región
ejerciendo presión contra el litoral conforme
desciende hacia el sureste. La agricultura y la
recolección de alimentos dependen de las estaciones cambiantes que van desde un invierno
no muy frío y soleado hasta los meses calientes
y secos de abril y mayo, que llevan a un verano
y otoño calientes, lluviosos y húmedos.
Como sucede con otras regiones de
México, el área de Cabos Corrientes y los
alrededores de ésta se encuentran bajo una
presión intensa de urbanización. El oeste de
México está experimentando varios cambios
sociohistóricos que tienen un profundo efecto
en la salud psicosociocultural de las familias
y comunidades rurales, y que son pertinentes
para el enfoque del presente estudio. Estos
cambios se entienden mejor cuando se observan a través de un lente interdisciplinario.
Éstos cambios incluyen:
1) el crecimiento exponencial de la urbanización implementado por los consorcios
de organizaciones gubernamentales y el
sector privado, y respaldado por investigaciones realizadas en las universidades con
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
un énfasis especial en la promoción del
desarrollo sustentable y del ecoturismo;
2) la aceleración de los acuerdos sobre la tenencia de la tierra y las relaciones jurisdiccionales entre las comunidades indígenas,
los ejidos y el gobierno federal que ha
dado como resultado un aumento en la
venta de tierras a intereses particulares;
3) una tentativa de reconocer y promover la
forma de vida de los pueblos indígenas y
rurales, y sus contribuciones a la cultura
local de la región, relacionada con el crecimiento del turismo sustentable y la tendencia a vacaciones “basadas en la cultura”;
4) la designación federal reciente de sitios
protegidos donde existen recursos naturales en la región de Cabo Corrientes (que
naturalmente se encuentran entre los más
ricos del país y moderadamente mermados
por la extracción);
5) la creciente oferta y uso de la medicina
complementaria y alternativa a menudo
integrada con la medicina tradicional y la
alópata, y
6) todos estos cambios coexisten con una población que está envejeciendo y con tasas
epidémicas de enfermedad crónica que
exigen innovaciones en la salud pública
con el fin de ocuparse de la atención a las
poblaciones desatendidas.
Si bien existe un amplio conjunto de obras
sobre el alcance de la medicina tradicional en
gran parte de México, existen relativamente
pocas investigaciones sobre medicina tradicional que se centren en el occidente rural de
México. Ninguna de las investigaciones existentes ha mejorado nuestra comprensión de las
opiniones que tienen los hombres y mujeres
Summer 2014 • Fourth World Journal
nativos como practicantes de la medicina tradicional en el contexto de sus sistemas personales. Ha habido investigaciones arqueológicas
y etnobotánicas bien hechas. Ynes Mexia llegó
por barco en 1926 y se fue en canoa a Quimixto, donde identificó la planta hierba de arlomo
(euphorbia mexicae Standl.), a la que se dio ese
nombre por ella. Joseph Mountjoy ha llevado a
cabo investigaciones arqueológicas en la región
y arrojado luz sobre la cultura y las prácticas
materiales. La Estación de Biología Chamela,
60 km al sur de Cabo Corrientes, ha producido
un volumen prodigioso de investigaciones que
documentan la flora, fauna y mamíferos de la
región con miras a la conservación y la educación. Esta investigación ofrece un pequeño
complemento a ese amplio conjunto de conocimientos, uniendo la diversidad cultural con
la diversidad biológica.
En la época moderna, la práctica de la
medicina tradicional durante mucho tiempo
ha sido una actividad de la gente pobre y,
por ello, si bien no es por completo invisible, la sociedad metropolitana circundante
no encomia generalmente los sistemas de
medicina tradicional. En años recientes, sin
embargo, la práctica creciente de la Medicina
Complementaria y Alternativa (MCA) – en
muchos aspectos un campo que puede considerarse medicina tradicional “secularizada” o
despojada de su contexto cultural – coincide
con un creciente reconocimiento oficial de las
prácticas tradicionales por parte de los organismos gubernamentales. La homeopatía es una
MCA importante integrada al sistema de salud
nacional mexicano. Como se observó anteriormente, las parteras tradicionales, los sobadores,
los curanderos y los herbalistas continúan
atendiendo a las comunidades rurales incluso
cuando los remedios caseros todavía se usan
en los hogares de Cabo Corrientes. No obstante, como es evidente en Estados Unidos entre
los sanadores tradicionales, las investigaciones
35
LESLIE KORN
y la información empírica en México sugieren
una tendencia significativa en los pacientes y
sus médicos a no comunicar de manera eficaz
su empleo de hierbas o productos. No sólo esta
tendencia mantiene la invisibilidad de las prácticas tradicionales, sino el que no se mencione
la ingestión o uso de medicinas tradicionales
puede causar problemas de interacción entre
los nutrientes, las medicinas y las hierbas.
El envejecimiento demográfico en México
está creciendo rápidamente. La diabetes es la
causa principal de mortalidad en México entre
los adultos de 55 a 64 años. La incidencia de
enfermedades crónicas en general, incluidas
las enfermedades físicas y las mentales, está
aumentando, lo que representa una carga
cada vez más pesada para el sistema público
de salud. El cálculo aproximado de 17 millones de casos de trastornos mentales en el año
2000 refleja un aumento del 62% en comparación con los 15 años previos. La depresión
es comórbida en numerosas enfermedades
somáticas (tanto como marcador como factor
de riesgo); también figura bidireccionalmente
en el dolor crónico, la diabetes y en las enfermedades cardiovasculares. Los reformadores
de la atención médica mexicana reconocen
la necesidad de integrar los servicios de salud
mental y física de manera más eficiente. En
algunas regiones, la integración de los que
practican la medicina tradicional ya la coordina el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS).
Si bien hay un uso extendido de la medicina tradicional en la costa de la región
occidental de México, no se entiende muy bien
el denominado sistema informal de salud así
como el efecto que el rápido cambio social y
ambiental tiene en su práctica. Se marginaliza
a las mujeres que tradicionalmente practican
la medicina tradicional y son curanderas, y
no se alienta a los jóvenes a usar los sistemas
curativos tradicionales. Muchos de los jóvenes
36
de la región se encuentran desproporcionadamente representados en la migración al norte,
lo que precipita la pérdida de los jóvenes que
podrían seguir los pasos de su madre (o padre)
para sustituir a los curanderos. No se ha hecho
todavía un esfuerzo sistemático por integrar el
número bastante considerable de mujeres que
proporcionan servicios comunitarios de salud
al sistema de salud rural. Estas curanderas
rurales están preparadas para desempeñar un
papel importante en la atención de los individuos para los que el autocuidado es la clave para
una buena calidad de vida, la clave de un buen
tratamiento de las enfermedades crónicas que
requieren el impulso cotidiano de la salud y el
apoyo comunitario para el autocuidado. Estas
curanderas representan una fuente significativa
de conocimientos prácticos y empíricos que
pueden complementar las iniciativas de salud
pública. Además, con el crecimiento relacionado del “turismo cultural” y el interés popular
en la medicina tradicional, es probable que las
mujeres de esta región participen cada vez más
activamente en el papel de proporcionar atención a los visitantes o de educarlos. Un método
rentable para proporcionar apoyo al cuidado
crónico se puede llevar a cabo apoyando a los
curanderos comunitarios y, con ello, darles
poder. Dicha iniciativa debe fomentar también
la sustentabilidad de los recursos naturales y
culturales que proporcionan la fuente para la
curación (por ejemplo, las plantas, animales y
alimentos tradicionales). Este enfoque también
alienta la continuidad cultural y la sustentabilidad de la diversidad ambiental que son tan
fundamentales para la salud y el bienestar de
los ciudadanos rurales.
Ubicación
La cultura de la Comunidad tiene sus raíces
en la influencia de 2500 años de lo que denominan ahora los investigadores modernos la
Tradición Teuchitlán y el dominio de 400 años
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
de los purépechas en la parte oriental del oeste
de México. Se dice que la Tradición Teuchitlán
empezó en 1,500 a. C. en la zona de los lechos
de los lagos al oeste de lo que ahora es Guadalajara.
La región probablemente tuvo la influencia
de la cultura olmeca en el sureste de México
y de 3,000 años de relaciones comerciales con
lo que ahora es la costa occidental de Ecuador.
El comercio entre los pueblos de la tradición
Teuchitlán (en lo que es ahora la parte central del estado de Jalisco) y después entre los
purépechas (en lo que es ahora el estado de
Michoacán) con los pueblos de lo que es ahora
la costa de Ecuador (Manteña en la Provincia
de Manabí) lo confirma la muestra de textiles,
la fabricación de metales, la cerámica y las
prácticas funerarias en tumbas de tiro así como
la presencia de alimentos originarios de ambos
lugares. Al construir una sociedad centralizada
gobernada por un jefe tribal que vive en palapas redondas y ciudades circulares en la ribera
de los lagos, la cultura hacía hincapié en los
rituales y las ceremonias cívicas, el culto a los
ancestros y la organización del poder personal
en torno a la práctica de acumulación de bienes y distribución ceremonial de presentes.
La civilización del oeste de México es
diferente de las sociedades que se encuentran
en el Valle de México o en las regiones mixe,
zapoteca y maya en el sur, aunque las prácticas
rituales, ceremoniales, calendáricas, matemáticas y muchas agropecuarias y sociales colocan
a las culturas en evolución del oeste de México
dentro de la civilización más amplia que
conocemos como Mesoamérica. El comercio
en la costa occidental incluía la adquisición
de las hermosas conchas de ostra del género
Spondylus cerca de la costa del actual Colima,
al sur de Jalisco. La concha de esta ostra era
tan apreciada por los pueblos de los Andes
en Perú que se hacían grandes esfuerzos por
adquirir cantidades abundantes con el fin
Summer 2014 • Fourth World Journal
de usarlas para hacer dijes y la concha finamente molida para espolvorear el sendero
para el inca que hablaba quechua sentado en
una plataforma que llevaban de cuatro a seis
cargadores. El comercio incluía textiles de lana
de alpaca que se usaban como ropa y como
cobijas, cerámica para colocarlas en las tumbas
de tiro, frijoles, maíz y perros sin pelo que se
llevaban de norte a sur en barcas de madera
de balsa por una ruta en mar abierto de 6,440
kilómetros, y el conocimiento tecnológico
(incluida la fundición de cobre y plata) así
como anzuelos, agujas y joyería. Esta relación
continuó hasta 1529 cuando los españoles
invasores trastocaron las civilizaciones basadas
en los toltecas y los mayas de México y, dos
años después, las civilizaciones a lo largo de la
cordillera andina. La devastación causada por
el avance de la viruela, la influenza, la tifoidea,
la viruela bovina, las paperas y otras epidemias
bacterianas y virales combinadas con las acciones militares facilitadas por dichas enfermedades, ocasionaron el colapso económico,
cultural y social en 1521.
Alrededor de la época en que las sociedades
complejas de todo el continente americano
estaban experimentando estrés y se derrumbaban, la Cultura Teuchitlán se detuvo alrededor
del 700 d. de C. En un tiempo relativamente
corto, dicha cultura se transformó empezando
alrededor del 1300 d. de C. en el estado tarasco
que se formó completamente para el 1350 d.
de C. El imperio tarasco gobernó una gran
parte del oeste de México antes del imperio
azteca y de manera contemporánea a éste. Se
situaba en el elevado valle de lo que es ahora
el estado de Michoacán con su ubicación
principal de poder en Tzintzuntzan en el lago
de Pátzcuaro al sur de la ciudad de Guadalajara. El denominado imperio tarasco reinó por
175 años y llegó a su final en 1525 cuando los
invasores españoles tomaron Tzintzuntzan.
A pesar de su intensa cultura militar, los
37
LESLIE KORN
mexicas del imperio azteca del Valle de la
Luna no lograron invadir el territorio tarasco
y, por consiguiente, se les impidió que tomaran
control de territorios que a la larga incluyeron la mayor parte de Michoacán, partes de
Jalisco, Guerrero y Colima. A los tarascos los
sometieron lentamente los españoles, aunque
la cultura tarasca continúa teniendo una
fuerte influencia en Michoacán hasta la fecha.
Después de trescientos años de gobierno de
la corona española, se declararon los Estados
Unidos Mexicanos en 1820, lo que ha producido una mezcla de influencias tanto fuertes
como débiles en el occidente de México en los
últimos 185 años.
El gobierno de los Estados Unidos Mexicanos en la Ciudad de México, Distrito Federal
reconoce a la Comunidad Indígena de Chacala
como una entidad semi-legal con una posición
que antedata la formación del estado mexicano
en 1821. El gobierno del estado de Jalisco y el
gobierno municipal de Tuito se sienten menos
inclinados a reconocer la posición política de
la Comunidad.
La Comunidad Indígena de Chacala
La Comunidad Indígena de Chacala, y en
realidad toda la región de Cabo Corrientes y
los distritos de Colima, Jalisco y Nayarit tienen
raíces muy marcadas en una cultura rica y
muy diferente de otras partes de México. Sólo
unos cuantos investigadores han observado
en los últimos cien años la cultura del oeste
de México2 y poco reconocimiento público
se le otorgó hasta finales de la década de los
noventa. Esta cultura se caracteriza por ser
independiente, por la protección belicosa del
acceso a la tierra, la propiedad comunal y
porque la identidad individual estaba asociada
a la identidad de la comunidad. Los pueblos
de esta cultura poseen un fuerte sentido del
culto a los ancestros, la ceremonia social y el
ritual asociado con mantener la unidad civil,
y los rituales relacionados con acontecimientos estelares, lunares, solares y planetarios.
Tradicionalmente hacían un uso equilibrado
de las plantas silvestres y cultivadas, y los animales domesticados y salvajes, y compartían la
riqueza de una manera distributiva conectada
con los banquetes y la redistribución de la
riqueza.
A diferencia de la mayor parte de otras
regiones de México, no se ha explotado a
esta cultura para beneficio comercial ni la
población hispánica dominante confiscó la
cultura. De hecho, la población hispánica
ya sea española o criolla casi ha hecho caso
omiso de la cultura de esta región en general.
Puesto que no se han hecho grandes descubrimientos arqueológicos en forma de grandiosa arquitectura monumental en la región, la
actitud general del gobierno, los estudiosos y
los turistas ha sido que no hay cultura en el occidente de México y, en verdad, ya no hay ahí
pueblos indígenas a excepción de los huicholes
extremadamente independientes, pero muy
comercializados (wixárika es como se denominan a ellos mismos). Aunque no se le explota
de esta manera, la cultura del occidente de
México (que generalmente incluye los estados
de Nayarit, Jalisco, Michoacán y Colima) ha
experimentado una intensa presión motivada
e iniciada externamente para que imponga valores hispánicos a la cultura histórica. A pesar
de los esfuerzos metropolitanos por proclamar
el occidente de México y la Comunidad Indí-
2. Adela Bretón, artista británica, llegó a Guadalajara en 1895 interesada en las antigüedades y se convirtió en la primera estudiosa
seria que investigó la esencia de las antiguas culturas del occidente de México. Debido a su trabajo, los investigadores comenzaron
a expresar un mayor interés en el occidente de México en la década de los años cincuenta y, finalmente, se realizó una publicación
en 1998 como parte de una exhibición en el Instituto de Arte de Chicago. El libro, Ancient West Mexico, Art and Archaelogy of
the Unknown Past, editado por Richard F. Townsend lo publicó la editorial Thames and Hudson.
38
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
gena de Chacala como muerta culturalmente y
terra nullius en función de una población indígena, la región es muy rica tanto en su cultura
como en pueblos indígenas.
El municipio de Cabo Corrientes se fundó
en 1944 y el señor Coronel J. Encarnación
Ahumada Alatorre fue electo como primer
presidente de éste. El municipio integra 14
ejidos, 42 localidades y 2 delegaciones. La
cabecera del municipio se encuentra en El
Tuito e integra 5 comunidades indígenas (de
las Guasimas, de Llano Grande de Ipala, de
Sta. Cruz del Tuito, de Chacala y Del Refugio). El señor José Claro Ramos Chavarín, de
la aldea de Chacala, fue electo como el primer
presidente de la Comunidad Indígena de
Chacala en 1945 (Doña Alicia, comunicación
personal, 9 de diciembre de 1999). La elección
fue un proceso puramente formal para seleccionar para un cargo electivo a la misma gente
que normalmente gobernaría bajo el sistema
de jefes de una familia gobernante. Como
había sólo un partido político (El Partido de
la Revolución Institucional [PRI]), no había
política partidista. Los señores gobernaban la
comunidad, lo que se complementaba con la
realización de tomas de decisiones mediante
asambleas de la aldea o comunidad hasta 1985
(A. B. Cruz, comunicación personal, 27 de enero de 1999). Con la institución de “elecciones
de partidos” en la década de los años ochenta,
la autoridad decisoria cambió de las personas
de la comunidad que tradicionalmente tomaban las decisiones a aquellos funcionarios
electos que representan al PRI, PAN, PRD
y PT, todos ellos con ideologías formadas en
la Ciudad de México. Lo que había sido un
sistema de política de consenso se convirtió en
una “política mayoritaria”, lo que dio como
resultado la formación de divisiones en la
comunidad y de rupturas ideológicas dentro de
las familias y entre éstas.
Las presiones económicas y sociales
introducidas en la Comunidad por el rápido
crecimiento de Puerto Vallarta en los últimos
veinticinco años han tenido una repercusión
significativa a nivel de la autonomía, la autoestima, el ausentismo, y el uso creciente y
abuso del alcohol y las drogas. Conforme la
economía, el desarrollo externo y las influencias políticas se volvieron evidentes en la
década de los años setenta, Puerto Vallarta se
convirtió en un foco central económico para
los urbanistas e inversionistas. Durante este
periodo (1960-1990) la población creció de
30,000 a más de 300,000, lo que transformó a
un área relativamente inaccesible en un centro
turístico internacional en menos de veinte años
y, de manera más particular, en la década de
los años ochenta3.
Hasta finales de la década de los años
ochenta un partido político dominaba la
política mexicana: el Partido Revolucionario
Institucional (PRI). Bajo una presión considerable de parte de Estados Unidos y con la ayuda del Partido Republicano estadounidense, el
Partido de Acción Nacional (PAN) se creó con
integrantes del PRI, particularmente los que
estaban relacionados estrechamente con los negocios, los urbanizadores, la banca y la agricultura. Poco después el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) y el Partido de los Trabajadores (PT) se organizaron más y se volvieron
más visibles, y la Comunidad Indígena de
Chacala, como otras comunidades indígenas,
de pronto se dividió por la introducción de ideologías políticas divisorias representadas por
el sistema multipartidista. Donde era posible
operar en relación con el PRI sin perturbar la
cohesión interna de la Comunidad (la política
3. El rápido desarrollo de Puerto Vallarta llegó a su máximo en 1985 con el resultado de que se expandieron las nuevas presiones de urbanización a otras comunidades en torno a Bahía de Banderas. Yelapa ha recibido una atención particular debido a su
amplia playa protegida.
Summer 2014 • Fourth World Journal
39
LESLIE KORN
del PRI no requería que se lograran acuerdos
mayoritarios para obtener soluciones), se tornó
imposible obtener la cooperación y el consenso
de las Asambleas de la Comunidad, cuando
cuatro ideologías políticas rivales remplazaron
a las familias como realidad política central.
Esto resultó especialmente importante cuando fue evidente que las ideologías se habían
formado por completo en la Ciudad de México
y en Guadalajara, pero no tenían ninguna raíz
en la Comunidad. Los papeles bien definidos
que tenían los hombres y las mujeres de la
Comunidad comenzaron a cambiar. Los integrantes de ésta expresan consternación cuando
consideran cómo han cambiado los papeles de
los hombres, las mujeres y los jóvenes como
resultado de los cambios económicos. Santiago
Cruz (comunicación personal, 2 de marzo de
1999) hizo la siguiente valoración:
Los jóvenes no trabajan como los ancianos.
Los ancianos se esfuerzan más; sienten más
apego a la tierra. Los jóvenes trabajan por
trabajar, sin amor; gastan imprudentemente y lo malo es que ahora para trabajar
la tierra, ya no se necesita a los ancianos,
sino sólo a los jóvenes4.
El ingreso y dominio creciente de una
economía monetaria que mina a la familia
extensa y fomenta la familia nuclear han
distorsionado los papeles tradicionales en la
Comunidad.
Las divisiones de clase son cada vez más evidentes, en tanto que la existencia de tales
distinciones virtualmente no existía veinte
años antes. A los que están participando en
la economía turística, a los que participan
en las transferencias de drogas, a los que
han recibido dinero de familiares que están
en Estados Unidos o se han ido a Estados
Unidos por periodos extensos les va mucho
mejor que a aquéllos (la mayoría de los
cuales viven río arriba) que siguen viviendo
en patrones económicos y de consumo
más tradicionales. La brecha económica
entre los que tienen mucho y los que no
tienen nada ha aumentado las tensiones en
general entre gente que antes por lo menos
tenía sustento.
Al reflexionar sobre la época anterior a
este cambio acelerado, José García Lorenzo
(comunicación personal, 28 de enero de 1999),
oriundo de Yelapa, de 64 años, hizo estas
observaciones durante una entrevista para el
presente estudio:
En la actualidad si uno tiene dinero
come, si no tiene dinero no come. Todo es
más difícil. Ahora la gente se mantiene
solamente del turismo. La playa es muy
pequeña y todos desean hacer negocio ahí
y todos compiten. Hay mucha envidia y
muchos chismes en todas partes5.
La dependencia creciente de las economías
monetarias y de mercado que brindan las
urbanizaciones en Puerto Vallarta ha afectado
drásticamente el sustento de la gente de la Comunidad. Las familias que viven en las cinco
aldeas de la Comunidad antes tenían jardines
para alimentar a sus integrantes de lo que
cultivaban y cuando se querían otros bienes la
gente los intercambiaba con sus vecinos o entre
aldeas.
Hernán Cortés realizó una sola expedición
por tierra y por mar por la costa occidental
en 1529. Aparentemente no entró a Bahía de
4. Entrevista a Santiago Cruz, 2 de marzo de 1999. Aldea de Yelapa, Comunidad Indígena de Chacala.
5. Entrevista con José García Lorenzo, 28 de enero de 1999. Aldea de Yelapa, Comunidad Indígena de Chacala.
40
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
Yelapa a Puerto Vallarta: Tasa de cambio de viajes acuáticos
1910-2010
32 pasajeros
29 nudos por
hora
Año
17 nudos por hora
6 nudos por hora
1 a 2 pasajeros
2 nudos por hora
1 nudo por hora
Tiempo de viaje (horas)
Figuro 1: Yelapa a Puerto Vallarta: Tasa de cambio de viajes acuáticos, par by Rudolph Rÿser y Leslie Korn (2010)
Banderas. En 1797 Don Juan Matute de la
Armada Española hizo una visita por mar a la
bahía en la que usó mapas costeros que tenían
anotadas las ubicaciones de Yelapa, Quimixto,
Tomatlán, Mismaloya y Los Arcos. La Corona
española y la Iglesia católica romana aparentemente fueron las principales influencias
externas modernas aparte de las comunidades
indígenas vecinas hasta el 12 de diciembre
de 1851, cuando la aldea de Las Peñas (que
después cambió su nombre a Puerto Vallarta)
se fundó en el extremo oriental de la bahía. El
gobierno de México autorizó el uso de 19,311
hectáreas de tierra para la explotación minera
en el área. La plata, que habían extraído por
lo menos por 1,000 años los pueblos indígenas, fue el motivo principal de este esfuerzo6.
Digno de mención, el centro de explotación de
la plata que fue San Sebastián del Oeste hace
poco se designó reserva de la biosfera como
parte del plan costero para separar las áreas
históricas de las ambientalmente frágiles. La
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAP) es el organismo
ecológico federal encargado de este proceso;
sin embargo, el organismo no tomó en cuenta
a los pueblos indígenas durante este proceso
en el sur, en Michoacán y en toda la costa occidental.
La Comunidad Indígena de Chacala tiene
una población estable de unas 1,800 personas según el censo. Esta región se encuentra geográficamente en una confluencia de
montañas y mar que ha recibido a visitantes
del norte y del sur, y un número inferior del
este por miles de años. La vasta mayoría de los
integrantes de la Comunidad son descendientes de pueblos indígenas del oeste de México,
6. Crónica del Tiempo 1851-1997, Parte I. La Comunidad exige ahora su estatus específico y único por derecho de ocupación
original y por derecho otorgado por la Corona española.
Summer 2014 • Fourth World Journal
41
LESLIE KORN
especialmente de los purépechas. De 100 hasta
200 personas provenientes de Estados Unidos,
Canadá y Europa son residentes temporales
o semipermanentes (primordialmente en la
aldea de Yelapa) de la Comunidad. Las aldeas
principales incluyen a Yelapa, Quimixto, Chacala, Las Ánimas y Pizota, y los ranchos más
pequeños incluyen Tecuani, Guayabo Alto, El
Algodón y Mascotita. La comunidad originalmente estaba formada por 750 comuneros
y se encuentra ubicada al suroeste de Puerto
Vallarta con una carretera que lleva a la aldea
de Chacala (a cuatro horas de camino a pie de
Yelapa) y con taxis acuáticos que diariamente
hacen viajes de ida y vuelta a Puerto Vallarta.
La velocidad de cambio de desarrollo a
menudo está relacionada con el estrés de desarrollo. Por lo tanto el ritmo puede verse en el
contexto del tiempo en la que se necesita un individuo para atravesar la bahía en barco desde
el pueblo de Yelapa a Puerto Vallarta. En
1925, uno navegaba en una canoa pequeña con
una vela. En 1970, un motor de 40 caballos de
fuerza propulsó una pequeña panga sobre las
olas en aproximadamente 2 horas y hacia el
año 2000 el viaje duro 35 minutos (vea la tabla
en la página anterior).
La Comunidad en parte es autónoma,
aunque una gran parte de la autoridad para
la gobernabilidad la asume cada vez más el
Municipio de Cabo Corrientes en el pueblo
de Tuito (a ocho horas a pie de distancia de
Yelapa a lo largo del río Tuito).
En 1982 yo (la primera autora) me reuní
con Rosolio Lorenzo García, que tenía 82 años
cuando me contó su historia sobre la aldea de
Yelapa:
Fue en 1910 cuando poblamos la aldea.
Sólo había sesenta y cinco habitantes en
total. Nadie, absolutamente nadie más
estaba aquí. Entonces yo tenía diez años y
ahora tengo 80 u 82. Han pasado 72 años
42
desde entonces. Nos ganábamos la vida con
la pesca y un poco con el aceite (de coco).
Esa era la fuente de ingresos de nuestros
padres y, como hijos suyos, continuamos
trabajando en lo mismo. Todo era tan
barato. El aceite costaba cinco centavos el
kilo y a los hombres se les pagaba veinticinco centavos por un día de trabajo. El maíz
costaba un peso por sesenta kilos. Era increíble. Íbamos a San Blas en veleros cuando el viento era favorable; si no, usábamos
los puros remos. La vida era realmente
dura en esa época y ese era nuestro modo
de vida hasta que llegó el mundo agrario.
Cuando eso pasó, un terrateniente rico nos
quitó un terreno fértil. Hubo una guerra de
1914 a 1918, y después de la guerra hubo
paz por diez años. Pero fue difícil, porque
la gente no compraba nuestros productos y
fue aún más duro ganarse la vida. En 1928
el gobierno le quitó la tierra a los terratenientes y se la regresó a los campesinos, y
todo eso me pasó.
Y otro informador, cuyo padre fue uno de
los miembros fundadores, da más detalles:
En 1935 Yelapa era un ranchito de unas
13 casas. Unas 13 familias “fundaron”
Yelapa. No había mucho trabajo, excepto
hacer aceite de coco de los cocos pequeños.
La agricultura consistía en frijoles, maíz,
café y calabaza. Tomaba entre 4 y 24
horas ir a Puerto Vallarta, dependiendo
del viento, y tomaba unas cinco horas ir
en caballo a Ciudad Tuito. Tuito era un
centro más grande, no como ahora. Yelapa
siempre fue un refugio para los camaroneros. Los primeros extranjeros comenzaron a
llegar en 1947 ó 48. Para 1950 había unas
75 personas viviendo en Yelapa en unas
25 casas. La mayoría de los extranjeros
comenzaron a llegar después de 1960 y los
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
turistas comenzaron a llegar a mitad de los
años setenta y ochenta (A. B. Cruz, comunicación personal, 27 de enero de 1999).
Yelapa
Yelapa, que es uno de los escenarios principales de nuestra investigación, es una aldea
pequeña del estado de Jalisco, ubicada entre
una latitud máxima de 20°30’ y una latitud
mínima de 20°15’, y una longitud máxima
de 105°30 y una longitud mínima de 105°15’.
Se encuentra en la costa sur de la Bahía de
Banderas aproximadamente a 40 minutos por
barco del suroeste de Puerto Vallarta en la
desembocadura del río Tuito. Es parte de la
zona tropical subhúmeda. Yelapa se encuentra
en el corazón del bosque tropical. En Yelapa
la precipitación pluvial asciende a 1200-1400
mm entre mayo y octubre, y a 50-75 mm
durante un periodo de escasas lluvias de cinco
meses entre noviembre y abril. Las temperaturas pueden variar de 20°C a 28°C (60°F a
85°F). Apartada en las faldas de las salientes
volcánicas inclinadas que se extienden desde
las montañas más altas, Yelapa yace dentro
de una extensión de bosque tropical seco que
tiene un follaje de tamaño medio. Es parte del
bosque tropical semideciduo que se encuentra
a lo largo de la costa oeste del Pacífico.
El bosque tropical semideciduo (también
conocido como bosque siempreverde estacional, bosque semideciduo húmedo, bosque
deciduo tropical de árboles altos) ocupa
aproximadamente 4% del territorio mexicano
y prospera en altitudes que van desde el nivel
del mar hasta los 1300 metros. La humedad
atmosférica por lo general es alta y el factor
más importante en la evolución de este tipo de
bosque es la distribución de precipitación en
todo el año.
La dispersión de este tipo de vegetación
es difícil de cartografiar, puesto que forma
complejos mosaicos con el bosque tropical
Summer 2014 • Fourth World Journal
deciduo y otros tipos de vegetación. El bosque
tropical semideciduo no puede clasificarse ni
como siempreverde ni como deciduo, más bien
se encuentra entre estos dos tipos de bosque.
Desde una perspectiva fisiológica y estructural,
el bosque semideciduo es más similar a los
bosques siempreverdes, mientras que desde
una perspectiva fenológica, es más similar al
bosque deciduo. Durante los meses de precipitación, la vegetación es verde, aunque durante
la temporada de sequía la mitad de los árboles
en los bosques tropicales semideciduos pierden
sus hojas cuando están aletargados, mientras
otros árboles siguen siendo verdes o sólo
pierden sus hojas por un periodo corto.
La vegetación en el bosque tropical semideciduo es parte del reino neotropical. En el
bosque tropical semideciduo, durante más de
la mitad del año, el suelo del bosque tropical
es obscuro, similar al de los bosques siempreverdes, mientras que durante la sequía, cuando
algunos de los árboles pierden sus hojas, se
abren en el follaje del bosque espacios de luz
que permiten que crezcan y florezcan otras
flores; la mayoría de los árboles de esta comunidad florecen durante la sequía.
El bosque tropical semideciduo es denso
con especies cuya altura varía de 15 a 40 m.
Un árbol típico de este bosque es el guanacaste
(Enterolobium cyclocarpum) o parota. Se usa
tradicionalmente para hacer canoas y muebles.
Sus semillas se tuestan enteras, se muelen
como alimento, se consideran “excelentes”
cuando las semillas completas se asan a la
parrilla con melaza. Su savia, que se encuentra
bajo la corteza, se mastica como goma de mascar y la corteza de parota cuando se machaca
y se lanza al río envenena a los peces lo que
facilita pescarlos. El sotobosque de los árboles
más pequeños (de 5 a 8 m), debajo del follaje,
cubre aproximadamente 50% del bosque y,
por lo general, está compuesto de plantas de
hoja perene. Las palmeras son comunes a lo
43
LESLIE KORN
largo de la costa. En el bosque tropical semideciduo muchas especies de árbol, por lo general
no más de cinco, comparten el dominio; sin
embargo, a veces sólo una especie de árbol es
dominante. Por ejemplo, en Cabo Corrientes
el capomo (Brosimum alicastrum), que puede
crecer hasta 35 m de alto, formaba comunidades densas antes de la extensa tala indiscriminada y otros ataques que después llevaron al
desarrollo de una capa de arbustos. El desagüe
es rápido en el bosque, aunque puede haber inundaciones. La tala del bosque ha contribuido
a que aumenten las inundaciones en la época
de las lluvias estacionales. Las vacas lecheras
y los bueyes dominan el paisaje abierto; las
cosechas que se han introducido, incluidos el
maíz, los frijoles, la caña de azúcar, el ajonjolí,
el arroz, la naranja, la lima, el mango y la piña
se agolpan contra la jungla.
El bosque es tan rico en insectos y animales como en vida vegetal. En el bosque
de Chamela, exactamente al sur de la comunidad, se han identificado 288 especies de
abejas, abejorros y avispas. Antes de que las
abejas africanas procedentes de América del
Sur invadieran la región, la miel de las abejas
locales, y en especial la codiciada miel blanca,
era un importante remedio usado para enfermedades oftálmicas. La mayor diversidad
de escorpiones se encuentra aquí junto con
la “tarántula de patas rosadas” (Brachypelma
klaasi). Normalmente se puede ver al escorpión rayado (Centruroides elegans) de hasta 7.5
centímetros de largo merodeando en zonas
húmedas y frías con sus crías en la espalda
mientras come arañas, ciempiés, moscas y escarabajos. Se sabe que su picadura ha matado
a infantes. El enemigo alerta del escorpión es
la vinagrilla de patas largas y cuerpo ancho,
siempre esperando silenciosamente en lugares
ocultos, oscuros y húmedos. A la vinagrilla
se le llama también madre de alacrán; tienen
una apariencia temible, pero en realidad son
44
gentiles e inofensivos, comen muchos insectos
y, por supuesto, escorpiones. Existen tratamientos tradicionales variados y complejos
para las picaduras de escorpión y por supuesto
también el antiveneno que a veces es útil y a
menudo, problemático. Lucio, ahora en sus
últimos años de 50, (comunicación personal,
12 de diciembre de 2009) relata una historia en
la que revela el tratamiento de su abuela:
Mi abuela solía curar las picaduras de
escorpión con excremento de caballo. Ponía
el excremento en agua, mientras más fresco, mejor, y se producía un antídoto contra
el escorpión. Se debe exprimir en agua y
beberlo como un suero anti-escorpión. El
suero anti-escorpión real se produce con
sangre de caballo. Una noche, cuando
tenía dos años, estaba yo con mis padres
mientras preparaban un viaje en canoa a
Vallarta. Me picó un alacrán, se le avisó y
ella viajó toda la noche recolectando plantas en el camino, y después preparó una
bebida en la que remojó en agua estiércol
fresco de caballo y lo coló bien.
Dio a Lucio la bebida. Lucio dice que ella
le salvó la vida esa noche.
Existen muchas plantas y animales que
se identifican y se usan para la picadura de
alacrán. Por ejemplo, es común que después
de una picadura, se corte la panza del escorpión y se ponga sobre la picadura. José García
Lorenzo contaba que se cocina la quichi
(Ctenosaura pectinata) (también conocida como
iguana negra, garrobo, iguana de cola espinosa) y se bebe el caldo para tratar las picaduras, en especial si están acompañadas por
fiebre y entumecimiento. La planta llamada
chaya (Cnidoscolus aconitifolius) también se
usa como té y como cataplasma para tratar las
picaduras. Las hojas son ricas en antioxidantes
y minerales, como el calcio, fósforo, magnesio
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
y hierro, las vitaminas A, B, y C, la clorofila,
lo que puede explicar sus poderosos efectos
antiinflamatorios. La planta común a menudo
crece fuera de las casas. La citronela (Cymbopogon citratus) se usa como té para tratar
las “espinas” o el entumecimiento que resulta
de la picadura. Blanca Alvera hace un té de la
corteza del papelillo (Bursera simaruba) y le
añade canela. El ubicuo papelillo de corteza
roja, también conocido como gumbo-limbo,
lo usan supuestamente las brujas para hacer el
bien y el mal, aunque nadie se atreve a explicar
cómo. También se le llama el “árbol gringo”
porque la corteza se parece a la piel de un
turista que ha permanecido mucho tiempo al
sol.
A lo largo de la costa de Cabo Corrientes
existen 87 especies de anfibios y reptiles, incluidos los sapos, ranas, salamandras, ajolotes
y cecilias (un anfibio sin patas que a menudo
se confunde con una serpiente). En los bosques
los sapos y las ranas salen a cantar impresionantes canciones de apareamiento durante
la temporada de lluvias. Es común escuchar
croando al sapo jaspeado (Incilius marmoreus).
No es de extrañar que éstos sean tanto los
mensajeros del cambio ambiental para la
gente local como ayudantes en la medicina
tradicional. Sobre esto Santiago Cruz (comunicación personal, 30 de junio de 1983) cuenta la
siguiente historia:
Sólo puedo hablar un poco sobre lo que sé
de la naturaleza. Si hablamos del lenguaje
de los animales, ellos también pueden
hablar como nosotros. Tenemos un dialecto, una forma de hablar, y ellos tienen
la suya. Y así como nosotros podemos
aprender nuestro dialecto si nos damos a la
tarea, podemos aprender el suyo, su forma
de comunicación. Hay un animal que
siempre se me anuncia cuando las aguas
(las lluvias) van a llegar. Ese animal es el
Summer 2014 • Fourth World Journal
sapo. Hay muchas clases de sapos desde
los más grandes hasta los más pequeños.
Cuando las aguas van a llegar los pequeños
emiten un sonido que es como ssst. Ese es
su sonido. Cuando la lluvia llega hay otro
tipo de rana llamada gasparroca. Es una
rana que tiene rayas como clavos dorados
en el cuerpo. Estas ranas viven en los huecos de la madera, en ramas, y emiten esos
sonidos cuando viene la lluvia. Su sonido
es un poco diferente. Mi abuelo me decía
que hay esta gran planta que crece cerca de
donde estas ranas hacen su hábitat y, cuando hay una sequía, uno corta un pedazo
de esta planta cerca de donde se encuentra
la rana. Ahí ruega uno para que haya
lluvia e invariablemente la lluvia sí llega.
Se trata de un sacrificio. El sacrificio se
debe hacer sólo cuando hay una verdadera
necesidad… entonces llega la lluvia.
El sapo se ha usado tradicionalmente en la
comunidad para tratar una infección cutánea
común, la erisipela. Alicia Arraiza (comunicación personal, 12 de mayo de 1997) lo
describe de la siguiente manera:
Se limpia el sapo (se refiere a la rana del
sabinal (Leptodactylus melanonotus) muy
bien con jabón y se pone un poco de aceite
Rosado o aceite de oliva y se pone sobre la
erisipela. Cuando se termina, se limpia el
sapo con agua y jabón y se le deja ir, o la
infección afectará al sapo y se morirá.
Medicina tradicional
Un ambiente a menudo amenazante, estresante y traumático por milenios ha representado un reto para los pueblos indígenas. Como
respuesta a los problemas que se encuentran
mucho más allá de su control, los diferentes
pueblos idearon mediante prácticas culturales
45
LESLIE KORN
diversas maneras de enfrentarse a ellos, de
sanar y de responder a las enfermedades, los
venenos, y a la violencia tanto accidental como
intencional, lo que les ha permitido sobrevivir
de manera productiva a pesar de las amenazas
a su vida. Las prácticas curativas y los remedios con plantas y animales que ahora denominamos medicina tradicional también incluyen
la conexión con la familia y la comunidad,
la cercanía física, el uso del agua caliente y
fría, de piedras y bebidas, la risa, el masaje,
los alimentos, los hongos y las medicinas
provenientes del mar y de la tierra. Sin duda
las medicinas o los poderes curativos pueden
también incluir a los espíritus auxiliares que
pueden ayudarlos y guiarlos en momentos de
dificultad.
El verdadero significado de la medicina
tradicional en todas las culturas se encuentra
en el dicho de que la naturaleza cura. Muchas
formas de medicina y curación tradicionales
restauran el equilibrio por medio del sistema
nervioso y, de esta manera, ayudan a sanar.
Los seres humanos están dotados de la capacidad de sanarse a sí mismos y a otros, y la naturaleza proporciona los métodos y las medicinas. Esto es parte del orden de la naturaleza.
En las tradiciones de muchos pueblos
nativos los diferentes integrantes de una comunidad que poseen poderes sobrenaturales
sirven para mediar entre los reinos visibles e
invisibles. Los sistemas nerviosos de algunos
integrantes de la comunidad se sintonizan
fuertemente con el reino invisible y se transforman mediante un trance para recibir la
medicina espiritual. Los animales que dan su
cuerpo para poder sostener a sus hermanos y
hermanas también son sanadores que ayudan
a otros a sobrevivir los traumas potenciales
46
de los extremos de la naturaleza. El papel de
dichos sanadores es crucial para sanar a la
comunidad.
El antídoto normal para la pérdida de control ocasionada por la urbanización es tomar
el control: control de la tierra, de los recursos,
de las estructuras políticas y económicas.
El antídoto para el estrés traumático, ya sea
que se encuentre a nivel del individuo o de la
comunidad, es reforzar los apoyos sociales,
recuperar el control sobre los conocimientos
de la persona sobre el mundo natural, hablar
con los demás del dolor, pedir la cooperación
de los ancianos, actuar y, lo más importante,
obtener el control de la propia salud, del
sistema nervioso y, con ello, de la conducta.
Lograr esto requiere hacer una distinción
entre las medicinas que curan y aquéllas que
sólo quitan el dolor. Son más importantes las
tradiciones curativas y los rituales festivos que
sirvieron a los ancestros. Estos rituales todavía
pueden iniciar a los jóvenes en el conocimiento del mundo invisible, donde al permanecer
en control de los propios nervios, pueden guiar
a comunidades enteras a un lugar seguro.
La hispanización subestima a la medicina
tradicional
Los individuos migran de una comunidad a
otra y pueden adquirir otra identidad al volver
a fijar su residencia, pero a menudo esto no
sucede. Al colonizar los españoles diversas
regiones de México reorganizaron la economía
local y después la regional para llevarse la
riqueza de los pueblos indígenas y depositarla
en las manos de los españoles (Carmack,
Gasco, & Gossen, 1996). Para lograr una
transferencia eficaz de la riqueza, las poblaciones hispanas sacaron de la existencia a las
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
poblaciones indígenas de México al definirlas
como mestizos7 y declarar con ello su estatus.
La “mestización” de las poblaciones indígenas del centro de México fue particularmente
marcada, pero ampliamente practicada en todo
México. Al redefinir a los pueblos indígenas
como mestizos fue posible eliminar los pocos
derechos que tenían como indios, en particular
su control colectivo de la tierra. El resultado
ha sido un flujo directo de la riqueza de las
comunidades indígenas a la sociedad hispana
y una entrada neta de control hispano sobre las
tierras y los recursos indígenas. Este proceso
ha dado como resultado una dislocación cultural dentro de las poblaciones indígenas y una
devaluación de la medicina tradicional y las
prácticas curativas.
Si bien se reconoce legalmente como indígena a la gente de la Comunidad Indígena de
Chacala, popularmente México la identifica
como una sociedad que ni es hispana ni es
indígena y, a pesar de eso, retiene un profundo
sentido de identidad grupal. La aceleración en
la urbanización y las intromisiones externas
recientemente han dividido a la población
por razones económicas y han comenzado a
través del sistema educativo y del uso de la
televisión en las escuelas a separar a la generación más joven de la anciana. La cultura de
Chacala permanece fuerte quizás en la forma
más fundamental: en la relación de la gente
con la tierra mediante las medicinas vegetales
y animales. Los individuos poseen vastas
reservas de conocimiento y prácticas tradicionales que continúan dando información a la
comunidad, y así incluso con las presiones de
la “hispanización”, la práctica de la medicina
tradicional, aunque devaluada, retiene una
fuerte presencia en la Comunidad.
La medicina tradicional, el progreso y el
cambio climático
Las prácticas de medicina tradicional en
Cabo Corrientes han evolucionado en relación
estrecha con el clima y el medio ambiente,
en particular porque los modos primarios de
curación derivan de las plantas, los alimentos
y los animales. El uso de los animales, por
ejemplo, como alimento o por su grasa, ha
disminuido marcadamente durante los últimos 40 años, debido en parte a los efectos de
la urbanización que ha llevado a los animales
a internarse más en la selva y, más recientemente, desde que se han invocado las leyes
estatales y federales contra la caza. Cuando la
primera autora de este artículo llegó a Yelapa
en 1973, era común ver (y echar fuera de la
casa) armadillos, tlacuaches, tejones, zorrillos,
víboras y todo tipo de iguanas. Sin embargo,
diez años después rara vez se veía iguanas…
excepto en lo profundo de la selva. Desde 1982
algunas personas comentaban que observaban
7. La Corona española y después el Estado mexicano mantuvieron una sociedad muy estratificada en México que dividió a la población en clases privilegiadas y menos privilegiadas. Los peninsulares (nacidos en España) eran la clase más alta y más privilegiada
seguida en rango por los criollos, que eran españoles, pero nacidos en México. Mucho más abajo del estatus de criollo se encontraba la clase de los mestizos. La gente de esta clase, por lo general, nacía de padre español y madre indígena. Muy discriminados,
a los mestizos se les prohibía tener ciertos cargos públicos y, por lo general, no se les permitía entrar al sacerdocio. Históricamente
sólo unos cuantos de la clase de los mestizos pudieron lograr un rango superior y sólo si su padre era uno de los conquistadores.
De lo contrario, los mestizos eran mayoritariamente pobres y sin educación. Los gobiernos posteriores emplearon la designación
de mestizo para alterar la demografía de las poblaciones indígenas como indicación de que los indios estaban desapareciendo. Los
mulatos, hijos de padres españoles y africanos, tenían una posición inferior a la de los mestizos. Se consideraba a los indios lo más
inferior del sistema de clases, y alguien con una gota de sangre española podía lanzar una mirada de desaprobación al indígena.
Si bien los indios se encontraban en lo más bajo de la escala social, la Corona española los consideraba guardianes de la Iglesia
Católica y de la Corona que debían ser protegidos, siempre que fuera posible, de la gente inescrupulosa. Según las leyes españolas
y mexicanas se reconocía y reconoce que los indios tienen el derecho de gobernarse a sí mismos en sus propias comunidades,
mantener la propiedad comunal de la tierra y deben estar exentos de ser sujetos a juicio por crímenes religiosos.
Summer 2014 • Fourth World Journal
47
LESLIE KORN
que el clima estaba cambiando; sin embargo,
ahora está en la mente de todos y está afectando los ciclos de la pesca y de las cosechas en
particular. El uso creciente del cemento y de
piedras de adoquín en senderos que antes eran
de tierra y el uso de pesticidas han reducido la
cantidad y la variedad de plantas que se usaban cotidianamente para la salud y prevención
de la enfermedad.
En 1982 Santiago Cruz (S. Cruz, comunicación personal, 7 de julio de 1983), de 73
años de edad, compartió conmigo (la primera
autora) su opinión sobre las medicinas de la
comunidad:
Estamos viviendo en una mina de oro. Si
buscáramos las propiedades de las plantas
medicinales, dejaríamos cosas más valiosas
para el futuro de la gente. También los
animales medicinales, porque comen
plantas medicinales. Estamos perdiendo
a la iguana y al armadillo cuya grasa
ayuda a curar la bronquitis. Los animales
sienten la vibración de la gente. Ahora hay
mucho cáncer y diabetes en Yelapa. El
nopal ayuda a la artritis, los riñones y la
diabetes.
Como muchos de sus coetáneos y muchos
otros más jóvenes, Santiago demuestra en
su llamado a reforzar el conocimiento de las
plantas medicinales un gran conocimiento
de las medicinas de la Comunidad. Es muy
probable que a cualquiera que camine por un
sendero de la comunidad y se acerque a un
residente y le pregunte sobre el nombre y los
usos de una planta particular, se le dé una explicación completa y quizás una demostración
de las propiedades curativas o peligros de una
planta7. Incluso cuando las personas dicen que
ya se perdió el conocimiento, a menudo recuerdan algo de éste como ejemplo. José García
Lorenzo (74 años) (comunicación personal,
28 de enero de 1999) ejemplifica este punto
cuando dice:
Antes curábamos con medicinas caseras.
Se ha perdido mucho del uso de las plantas
y el conocimiento de sus propiedades. Recuerdo que el quichi (un tipo de lagartija)
servía para curar picaduras de alacrán8.
Unas semanas después José trajo una botella de raicilla (alcohol derivado del Agave maximillia) remojado con chocolate y cuastecomate
(Crescentia alata Kunth) como regalo a mí. Sentí
que era un mensaje claro: valoraba mi interés,
no había olvidado nuestras conversaciones y le
complacía compartir una bebida poco usual y
tradicional con conmigo, que explicó se usaba
para el dolor de garganta y para mantenerse
caliente en una fría mañana de invierno.
Muchos jóvenes de la comunidad expresan
su consternación cuando consideran la pérdida
de conocimientos sobre las plantas medicinales. Debido a su propia desconexión del saber
de sus padres y abuelos, los integrantes jóvenes
saben menos y a menudo muy poco sobre el
uso de las medicinas locales. En el caso de
Antonio Reyes Saldaña (47 años de edad), esta
experiencia es muy marcada. Antonio estuvo
viviendo dieciséis años en Estados Unidos,
pero regresó después de experimentar la sensación de que la vida tenía más sentido en la
Comunidad que en Estados Unidos. Su madre
es una herbalista experta. Antonio afirmó:
“Ahora poca gente usa las plantas medicinales.
Mi madre y mi abuela usaban las plantas para
8. Los estudiantes del Centro para la Medicina Tradicional se preguntaban sobre una planta en particular que se encontraba cerca
de las cataratas que están más arriba de la aldea de Yelapa, y mientras hablaban se les acercó un residente e inmediatamente comenzó a explicar la importancia y las características clave de la planta. Los integrantes de la Comunidad a menudo están ansiosos
de compartir su conocimiento sobre las plantas y animales medicinales.
48
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
curar, pero ahora mucho de eso ya se perdió”
(A. R. Saldaña, comunicación personal, 29 de
enero de1999).
El sentido de pérdida es obvio cuando
muchos más integrantes jóvenes de la Comunidad hablan sobre las medicinas y su papel
en la cultura. Cuando las ancianas comentan
los beneficios de diversas plantas medicinales,
a menudo las jóvenes recurren a ellas para
pedirles que les enseñen sobre las plantas9. El
peso combinado de las opiniones expresadas
y el entusiasmo entre las mujeres de Yelapa
indica fuertemente la importancia de resaltar
los conocimientos culturales clave, como el
papel de las plantas y animales medicinales en
la vida de los integrantes de la Comunidad,
como una medida para reforzar la capacidad
de la Comunidad para enfrentarse al trauma
y al estrés. Es evidente que se considera a las
medicinas provenientes de las plantas y los
animales una parte profunda y valiosa de la
cultura sobre la que tienen control los integrantes de la comunidad. Sin embargo, las presiones sociales así como los cambios ambientales
conspiran para minar el uso y aplicación de la
medicina tradicional en la vida cotidiana.
En 1982 Santiago (comunicación personal,
4 de agosto de 1983) habló sobre el clima cambiante:
Este año vamos a tener más y más cantidad de lluvia y ningún problema con los
árboles. Normalmente los árboles florecen
sólo una vez al año. Esta vez florecieron
dos veces. Nunca en mi vida había visto
eso antes. Ese es un signo de que hay un
cambio en la presencia de agua. Quizás significa que la temporada seca normal de este
año será una temporada húmeda. Sin embargo, el cambio sólo ocurre gradualmente.
La naturaleza no invierte su ritmo tan de
repente, nunca. A veces también pienso en
la destrucción, la destrucción de todas las
especies; estamos destruyendo las especies,
por ejemplo, las especies marinas. ¡Estamos
terminando con ellas! El año pasado fui a
Punta de Mita donde solía haber muchas
ostras. Pero cuando regrese esta vez no pude
encontrar ni siquiera una pequeñita. Los
que hacemos negocio y ganamos nuestro
dinero mediante estos animales ni siquiera
nos damos cuenta de lo que estamos
haciendo o cómo los estamos destruyendo.
En la actualidad el gobierno mismo no está
consciente de estas cosas y en realidad está
colaborando con la destrucción al establecer
por toda la costa todo lo que puede destruirlas. Ya en los últimos dos años hemos
tenido dificultades para pescar. Los barcos
de pesca salen en la noche y en la mañana,
y han puesto chinchuras y los peces les
tienen miedo, así que se van a otra parte.
Todas las playas están actualmente llenas
de estas chinchuras, así que posiblemente
ya ahuyentamos para siempre a los peces y
cuando terminemos de destruir todas estas
especies, las vamos a necesitar y no sé qué
vamos a hacer entonces. Quizás la forma
de detener esto sería limitar el comer estas
cosas a quizás una vez al mes o una vez al
año. Esa podría ser una manera de que las
especies lo superen. Por lo que respecta a
la tierra misma también vamos a terminar con los bueyes y otros animales que
son muy buenos para nuestro organismo.
Nos proporcionan abundantes vitaminas
para alimentar ciertas partes del cuerpo.
También acabaremos con ellos y cuando lo
hagamos, nos acabaremos entonces unos a
otros, a nosotros mismos, quizás comiéndo-
9. Durante la reunión sobre Medicina Tradicional de las Mujeres llevada a cabo en Casa Xipe Totec el 23 de enero de 1999 en la
que participaron 37 mujeres de la aldea de Yelapa, varias adolescentes expresaron vehementemente su deseo de aprender sobre
las medicinas naturales y que querían trabajar en un proyecto para documentar las medicinas para ellas mismas y para sus hijos.
Summer 2014 • Fourth World Journal
49
LESLIE KORN
nos unos a otros.
Para 1999, cuatro años de El Niño y dos
años de La Niña habían ocasionado patrones
de clima cambiantes que han causado que los
aldeanos observen que ya no pueden confiar
en el clima. El invierno de 1999 fue muy cálido
para esa época del año, lo que ocasionó un aumento en el hábitat del mosquito y un brote de
dengue, y poca pesca en un mercado ya menguado. Varios pescadores hablaban sobre cómo
solían pescar unas cuantas noches y ganar lo
suficiente para la semana. Ahora, unas pocas
noches ni siquiera cubrirían sus gastos. El invierno de 2000 fue muy frío para esa época del
año y ocasionó un verano frío. Estos patrones
climáticos junto con la deterioración ecológica
en todo México y Centroamérica dan como
resultado precipitaciones irregulares en las que
hay inundaciones o sequías. Sólo en Jalisco
ha habido entre 200 y 400 inundaciones desde
1960 (Trujillo, Ordonez & Hernandez, 2000, p.
17). La deforestación se está acelerando y los
cálculos sugieren que 260,000 km2 de tierra se
encuentran en un estado avanzado de desertificación (Trujillo, Ordonez, & Hernandez, 2000,
p.23). Entre ellos se encuentran las sierras de la
comunidad. Una desertificación de esta magnitud ocasiona erosión del suelo, un uso mayor
de agroquímicos, contaminación y un aumento
en los índices de estrés y en los patrones de
enfermedad ligados a contaminantes orgánicos
persistentes.
En 2010 Lucio (comunicación personal, 20
de mayo de 2010) comentó sobre su aldea en
las montañas a 1,500 pies sobre Yelapa:
Nunca habíamos visto la planta de chicle
cerca de mi rancho y ahora están creciendo
a unos 12 km de distancia de la playa;
eso significa que la tierra se ha calentado.
Otras especies están desapareciendo por
esa misma razón. Estamos comenzando a
50
ver plagas en los robles; antes los robles no
tenían ninguna plaga y ahora estas plagas
están matando algunos robles.
El clima de 2009 se invirtió con respecto a
la norma: el invierno de 2009 trajo lluvia y el
verano de 2009 trajo la sequía a las montañas.
Bertha Cruz (comunicación personal, 14 de
diciembre de 2010) lo describe:
También ahora algunas plantas han
desaparecido debido a la falta de agua
de lluvia. Ya no tenemos mucha lluvia.
Hay pocos años en los que no llueve así.
No tuvimos nada de maíz este año. Todo
el campo estaba seco. No llovió durante
todo septiembre. Ha llovido más durante
noviembre; incluso el mundo ha cambiado.
No sé qué está pasando. Plantamos maíz,
pero se seca y cada año es peor: menos
lluvia o las lluvias llegan cuando ya no
podemos hacer nada más.
Unos cuantos meses después de sus comentarios, el verano de 2010 trajo lluvias récord e
inundaciones; las zonas rurales perdieron sus
cosechas y en las ciudades, que no estaban equipadas para absorber las aguas torrenciales, el
agua se llevó los puentes y se perdieron casas.
El invierno de 2010-11 siguió con temperaturas
bajas récord.
La salud de la Comunidad
La mujer necesita más apoyo. Siempre
está trabajando fuera y dentro d casa para
conseguir cosas para su familia, pero nunca
es suficiente. Y esto es peor aun para las
mujeres que no tienen un marido u hombre
que les ayude a cuidar a los niños. Hay
muchos hombres flojos y hombres egoístas
a los que no les gusta ayudar. Si las mujeres no se respetan a sí mismas, ¿quién las
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
va a respetar? Ana María
La primera autora realizó una revisión de
las historias clínicas de medicina tradicional
y llevó a cabo encuestas de salud en cuatro aldeas de la comunidad trabajando con ayuda de
informantes locales. La mayoría de las quejas
sobre enfermedades primarias de la Comunidad fueron sobre dolor crónico y enfermedades
crónicas que surgen de los efectos del “nexo
de estrés”, incluidos la disfunción mediada
autónomamente en los sistemas nervioso,
digestivo, circulatorio e inmune, y cambios de
estilos de vida (relacionados con el progreso)
en la nutrición. El dolor crónico, con 40%, y
la enfermedad crónica, con 31%, son las dos
quejas primarias que ocupan la posición más
alta. Las lesiones por accidentes y las caídas
también son predominantes, algunas debidas a
riesgos laborales, aunque muchas relacionadas
con el alcohol. El abuso doméstico también es
una queja asociada con el alcohol. Las mujeres de la aldea de Yelapa consideran que el
alcoholismo entre los hombres es uno de los
problemas más graves de la Comunidad.
Una mujer dijo: “La mayoría de las
mujeres están oprimidas. Hay mucho abuso
familiar, generalmente porque los hombres
están borrachos. El alcoholismo es el mayor
problema de la Comunidad” (M.S. Ramirez,
comunicación personal, 9 de febrero de 1999).
Aunque se ha sabido por mucho tiempo
que el estrés causa respuestas disfuncionales
comunes en los órganos que se encuentran
bajo el control del sistema nervioso autónomo,
otra mujer, ella misma víctima de violencia
doméstica, se aferra a una esperanza:
Hay aún algunas mujeres cuyo marido
las tiene todavía bajo sus plantas, pero en
realidad muchas están abriendo los ojos.
Dicen “yo puedo”, “yo sí”, no como antes,
porque ninguna mujer podía trabajar. Desde hace unos cinco años, las mujeres se han
vuelto más fuertes. Antes, tenían miedo de
trabajar debido al machismo. Ahora, los
hombres no rechazan su ayuda. Incluso es
conveniente o simplemente no tienen otra
opción (E.A. Rodrigues Araiza, comunicación personal, 15 de enero de 1999).
El alcoholismo y la violencia doméstica son
problemas complejos. Cuando se les observa
desde la perspectiva de estrés post-traumático
del Cuarto Mundo10, necesitamos entender y
analizar los cambios originados por el colonialismo, un antecedente del incremento del alcoholismo entre los pueblos nativos. Este análisis
incluye comprender el papel histórico del uso
del alcohol entre los pueblos indígenas de
México, la pérdida de los rituales comunitarios
que reforzaban el uso no adictivo del alcohol y
otras sustancias que alteran la conciencia, los
efectos fisiológicos del alcohol en los indios, en
particular, el alcohol como estresante sobre la
función psicobiológica y, finalmente, el papel
del alcohol como una droga para la automedicación contra el dolor de la deslocalización
cultural y la desesperación psíquica.
Existen también aquí vínculos con los
cambios nutricionales que surgen de las presiones del progreso que han incrementado el
consumo de alimentos refinados que, a su vez,
refuerza la disfunción en el metabolismo de la
glucosa. Este conjunto de problemas se atestigua por toda la costa del norte de América y
de Mesoamérica entre los pueblos nativos. El
pescado y toda clase de alimentos provenientes del mar– tortuga, lapa, ostión, abulón y
langosta – eran abundantes. En la actualidad
10. La categoría social y política en la que encajan los pueblos indígenas. Si bien este término posee diversos significados geopolíticos, lo empleamos aquí como lo interpreta el Jefe George Manuel (1929-1989) de la nación Secwepemc que fungió como
presidente fundador del Consejo Mundial de Pueblos Indígenas.
Summer 2014 • Fourth World Journal
51
LESLIE KORN
se encuentran agotados y en muy raras ocasiones se ve tortugas asoleándose en la superficie
del océano como antes. Se plantaban cerca
de las casas de las familias jardines pequeños,
árboles de plátano, papaya y coco, aguacate y
otros alimentos, y normalmente se conservaban y mantenían en la aldea así como fuera de
ésta cerdos, vacas y pollos. Las arboledas y los
jardines en la actualidad están cubiertos por
casas y cemento para hacer espacio disponible
para rentar la propiedad a los norteamericanos que pagan al contado. En la década de
los ochenta el departamento de turismo del
gobierno presionó a la gente a que amarraran
a sus cerdos, que antes andaban libremente y
que servían como alimento a los integrantes
de la aldea cada semana en un sacrificio ritual.
Ahora, en raras ocasiones se ven cerdos. Hace
poco se dijo a los ganaderos que no pasaran
sus ganados por la aldea al viajar de una aldea
a otra en busca de otras tierras de pastoreo.
Los integrantes de la Comunidad y, sin duda,
dentro de cada una de las aldeas fueron bastante interdependientes para su subsistencia hasta
mediados de la década de los años setenta.
Los hombres producían los alimentos que se
necesitaban ya sea como campesinos o como
pescadores en la costa y las mujeres cultivaban
jardines frutales y buscaban comida, complementando sus suministros con alimentos
provenientes de la ciudad. Donde se cultivaba
maíz, se molía y se usaba para hacer tortillas;
ahora se envía el maíz junto con tortillas de las
fábricas y sólo la gente más pobre lo muele y
hace sus propias tortillas. Los que tiene dinero
hacen sandwiches con pan blanco. Un joven
recostado que se retorcía de dolor por una reacción particularmente severa a una picadura
de escorpión dijo jadeando: “No puedo morir
ahora: necesito ganar dinero”.
Algunas de las mujeres opinan que el
ausentismo de los hombres de la Comunidad
es un problema grave. Sólo en Yelapa entre 150
y 300 de ellos viven en San José, California,
Estados Unidos e incluso tan al noreste como
Carolina del Norte. Muchos de los hombres
que siguen residiendo en Yelapa sufren de
alcoholismo y tienen oportunidades limitadas
de trabajo que podrían servir para ganar dinero
para su familia.
Definimo el “trauma comunitario” como
los acontecimientos que sobrepasan las capacidades de una comunidad para funcionar de
manera estable y generativa11. Los estresantes
traumáticos incluyen la guerra, violación o
desastres naturales (como los de Honduras y
Nicaragua en el invierno de 1998), pero no se
limitan a ellos.
La mayoría de los pacientes que vinieron a
la clínica de medicina tradicional de la comunidad originalmente buscaban ayuda por
episodios iatrogénicos que eran el resultado de
tratamientos hechos por uno o más médicos
alópatas. De éstos, el 13% de las pacientes
informaba o exhibía consecuencias adversas
incluidas: (a) sufrimiento extra resultante de
un diagnóstico erróneo y (b) sobremedicación
con el uso de medicinas costosas, inútiles o
inadecuadas que causaron complicaciones
secundarias y terciarias. Esto indica que un
número significativo de integrantes de la
comunidad estaban pagando por recibir atención médica, pero no obtenían una atención
adecuada. Todos, a excepción de unos cuantos
que podían pagar atención médica particular,
eran atendidos en el hospital del seguro social
o por el médico residente que acude de manera
periódica y que realiza un año de servicio social en la aldea bajo los auspicios del gobierno
estatal o federal. La mayoría de la gente que
11. Se refiere a una definición establecida en: “Trauma y desarrollo comunitario” por Leslie Korn, Ph.d., M.P.H., presentado en la
Conferencia Mundial sobre Violencia y Convivencia Humana, patrocinado por University College, Dublín y el Centro de Estudios
de los Indígenas del Mundo, Olympia, WA, Estados Unidos, agosto de 1997, Dublín, Irlanda.
52
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
llegó a la clínica a menudo no sabía qué le
habían diagnosticado, por qué estaba tomando
la medicina, qué era la medicina, cuánta tomar
o por cuánto tiempo. Uno de los descubrimientos sorprendentes obtenido a partir de los
tratamientos documentados de los pacientes
fue el grado de estrés resultante de causas iatrogénicas. Por lo general, se trató de problemas
de salud secundarios severos producto de un
diagnóstico erróneo y de una mala aplicación
de los medicamentos farmacéuticos. Una
proporción considerable de pacientes exhibía
patologías y síntomas asociados directamente
con el diagnóstico erróneo y enfermedades
mal tratadas. Por ejemplo, una muchacha de
14 años con parálisis de Bell llegó a la clínica
con severos rasgos cushingoides que son el
resultado de una sobremedicación prolongada
con Prednisona. Una mamá joven llegó con
una urticaria severa que le surgió a raíz de una
inyección de penicilina por un catarro. Preguntaba si debía surtir su receta de cortisona
(obtenida en Puerto Vallarta) para cinco días.
Un hombre llevó a su esposa de 73 años que
se había caído el año anterior y había tenido
dolor y recibido inyecciones de analgésicos en
la cadera cada cierto tiempo. No había dejado
de sentir dolor, comenzó a tener problemas
digestivos y un estreñimiento crónico debido al
medicamento.
El uso indiscriminado de antibióticos sigue
siendo alto en esta población. Los integrantes
de la Comunidad pueden comprar una inyección de antibióticos por un precio de 60 a 100
pesos solamente estableciendo contacto con
una persona en la playa. Casi cualquier tipo de
medicamento se puede conseguir en la playa
simplemente pagando por él. Si una persona
tiene resfriado, puede conseguir penicilina e
inyectársela aunque no hay ninguna relación
entre el medicamento y la enfermedad. Los
esteroides, los antibióticos y otros tipos de
medicamentos farmacéuticos se consumen
Summer 2014 • Fourth World Journal
sin el diagnóstico de un médico de la misma
manera en que uno compraría joyas o goma
de mascar. Parece que la frecuencia de casos
mal diagnosticados representa una tendencia
en Puerto Vallarta y Guadalajara por negligencia médica. (Virtualmente no existe ningún
recurso legal en caso de negligencia médica
en México). Se debe concluir que aumentan
los niveles de traumatismo y estrés entre los
individuos y familias enteras, y a menudo se
exacerban por las acciones irresponsables de
los médicos. Somos de la opinión de que, ya
sea que sean los médicos o la automedicación
la fuente, los medicamentos farmacéuticos
representan un riesgo a la salud mucho más
grave que un remedio de los integrantes de esta
comunidad.
Hay un cambio palpable de las enfermedades infecciosas a las crónicas. Si bien la
gente de las zonas subtropicales rurales está
sujeta a trastornos relacionados con la salubridad – como los parásitos intestinales, la fiebre
tifoidea, el dengue, la hepatitis A y no A, y
las gripes, resfriados y neumonías usuales –,
están aumentando las enfermedades crónicas
cardíacas, las apoplejías, el cáncer, la presión
arterial alta, la diabetes (que comienza en
la edad adulta), los dolores persistentes y el
estrés. Es notable que todos los pacientes que
se atendieron en la clínica estaban deshidratados. Las prohibiciones culturales contra beber
agua parecen haber surgido de problemas
sanitarios. Sin embargo, las aguas frescas
tradicionales, hechas de frutas y bayas locales,
yerbas y plantas antihelmínticas que tradicionalmente remplazaron al agua pura también se
han remplazado gradualmente por Coca Cola
y jugos azucarados. Fumar, que antes no se
veía en la aldea entre muchachos y muchachas
adolescentes de menos de 20 años, cada vez
es más evidente. Asimismo, ha aumentado
el consumo de alcohol y de drogas en estos
grupos de edad.
53
LESLIE KORN
Uso de plantas medicinales
México es una de las regiones más biológicamente diversas del mundo, con más de
30,000 especies de plantas, de las cuales unas
5,000 tienen algún valor medicinal (Toledo,
1995). Las plantas se han usado ampliamente
con fines medicinales en toda América del
Norte incluido México (Moerman, 1998).
Muchas de ellas son hipoglicémicas y también
ayudan a la función metabólica, (Davidow,
1999) cardiovascular, linfática y renal en el
caso de las personas que tienen una disfunción
en el metabolismo de la glucosa (Marles y
Farnsworth, 1996).
La Comunidad es rica en plantas naturales
antidiabéticas y existen antecedentes de que
se han usado estas plantas medicinalmente y
de manera particular como alimento. La más
común de estas plantas incluyen el cundeamor
o melón amargo (Mormordica charantia L.;
Sarcar et al., 1995), la sábila (Aloe vera) (Bunyapraphastara, Rungpitarangsi, Yongchaiyudha, & Chokechaijaroenporn, 1996; Ghannam
et al., 1986) el ajo (Allium sativum; Day, 1998),
la canela (Cinnamomum verum), el capomo
(Brosimum alicastrum) y la linaza (Enig, 2000;
Erasmus, 1993; Fallon, 1995; Michael y Pizzorno, 1997).
Aún la Comunidad, como una gran parte
del mundo indígena, actualmente se encuentra
atrapada entre la degradación del hábitat local
que contiene medicinas nativas y la pérdida
resultante del saber tradicional. Muchas de
estas plantas, como la Mormordica charantia
L (Cucurbitacae), que crecía a lo largo de los
caminos de tierra, casi habían desaparecido de
la aldea para la década de los años noventa.
Otras, como el nopal opuntia (Opuntia sp.), si
bien todavía se cultiva, cada vez se usa menos. Además otras plantas, como el ramón u
ojoche (Brosimum alicastrum), que junto con
la chaya eran un alimento básico, están listas
para convertirse en el próximo “alimento fun54
cional” para importación a Estados Unidos.
El ramón o capomo, como se le conoce en la
comunidad, es rico en aminoácidos (Brucher,
1969) y se usa tradicionalmente como bebida
y alimento para la nutrición humana con el
fin de aumentar la lactancia tanto en humanos
como en animales.
Además del capomo, la práctica local de
beber té de canela todas las mañanas, una práctica conocida para disminuir el azúcar en sangre, casi ha desaparecido, salvo en los ancianos
y la gente que vive en los ranchos pequeños de
la comunidad, y los cocos – cuyo valor como
fuente de ácidos grasos esenciales no puede ser
sobreestimado (Enig, 1999) – se dejan en los
árboles y no se les toma en cuenta, excepto por
su valor para los turistas. El coco y la grasa de
éste es especialmente importante, porque ha
servido como una fuente principal de grasas
de alta calidad, rica en ácido láurico y cáprico
(Enig, 1999), para los pueblos indígenas de la
costa de México. El Cocos nucifera, junto con
el “coquito”, la palma del coquito de aceite o
palmar (Orbygnia guacuyule) (que proporciona
un rico aceite de palma similar al del coco) se
distribuyen en todo México y Centroamérica.
Tradicionalmente la gente de Chacala usa los
cocos como fuente de proteína y energía, y medicinalmente para el tratamiento de infecciones causadas por protozoarios. El uso que han
hecho del coco los pueblos indígenas durante
los milenios los ha protegido contra los lípidos
altos en la sangre (Enig, 1999) y la inflamación
cardiovascular, lo que nos lleva a preguntarnos
cómo contribuye la declinación en su uso a
un aumento en la diabetes y las enfermedades
cardiovasculares (Enig, 1993; Fallon, 1995).
El progreso y los cambios en las prácticas de
medicina tradicional
Existen conflictos y problemas ocasionados
por el progreso y los cambios en el sistema
médico. Bertha (comunicación personal, 9 de
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
enero de 2010) comienza compartiendo un
poco de su vida y el uso de hierbas como herbalista de su aldea y también su status como trabajadora de salud de la Comunidad, encargada
de inyectar cuando es necesario:
Tengo 63 años. Aprendí sobre las plantas
de una de las tías de mi marido, Ricarda,
en Talpuyeque. Era muy buena para usar
puros remedios con plantas. Era partera.
Me ayudó con mis hijos. Felipe nació en
sus manos. Felipe, Norma, Etelvina, Bere,
todos nacieron con ella. Para limpiar mi
útero cuando iba a tener hijos, cocinaba
aguilote, dos o tres hojas de berenjena y
añadía una cucharada de miel blanca.
Eso era lo que cocinaba para mí en vez de
darme pastillas o antibióticos. ¿Sabe? los
doctores le dan a uno antibiótico para limpiar, pero ella me daba un buen té antes del
desayuno, antes de las comidas. Me daba
sólo uno, antes del desayuno. Primero,
traía té en un jarrito: “Tomátelo”, solía
decirme. Le decía: “Oye, Ricarda, esto
sabe horrible y repugnante”. Entonces ella
me decía: “Anda, bébelo porque limpiará
tu útero y va a estar limpio, listo para el
siguiente bebé”. Aprendí un poco, pero ha
sido útil. Después de dar a luz a Felipe,
Simón, mi marido, y mi compadre Mariano, se fueron a buscar colmenas. Trajeron
unas botellas así de grandes, llenas de miel
blanca y le cuento que hice unas bebidas
con eso. Solían llamarlo “abeja gorda”
de colmena gorda. La miel blanca es muy
medicinal; ya no la podemos encontrar
porque las abejas africanas han matado
todas nuestras abejas.
En Tlalpuyeque hay unas 40 personas
y sólo unas cuantas y yo usamos yerbas.
Dicen “haz té de estafiate”, y cuando
Summer 2014 • Fourth World Journal
los niños están resfriados, lo cocemos, les
untamos grasa de gallina, para el resfriado,
y después ruda, albaca, muy buenas para
el resfriado o la gripe. Pongo ruda, albaca
y grasa de pollo. Todo eso se debe freír en
una sartén y una vez que esté hirviendo la
grasa, añadir las yerbas, hervirlo y ya está.
Después hay que ponerlo aquí y aquí sobre
el niño enfermo y se va la enfermedad, y es
un remedio natural.
Ricarda solía dar masajes y le decía a uno
cómo estaba la bebé. Si estaba bien, si no;
sabía mucho. No hay nadie ya. Ahora todos van al doctor porque el gobierno insiste
en que las mujeres deben dar a luz con el
doctor. Antes no había doctores, entonces
teníamos que ir con las parteras. Por eso le
digo que las cosas han cambiado mucho.
Conforme continúa hablando Bertha se
reanima y se enoja:
El gobierno interfiere en todo, en todo,
porque no había ninguna ayuda, pero
ahora hay muchos doctores; las cosas han
cambiado por completo. Todo cambió en
poco tiempo, unos 20 años. Sí, porque,
vea… yo, Felipe, Lalo, Norma, Etelvina,
Berenice... Ricarda me ayudó con todos
ellos. Después el resto. Emerio también,
pero tuve a Francisco Javier y a Gustavo
en el hospital. La primera vez que fui al
doctor, me practicaron una cesárea porque
dijeron que ya no podía tener a mis hijos
de manera natural. Le dije al doctor:
“Oiga, doctor, pero he tenido a mis hijos
de manera natural con una comadrona”
y me contestó que desgraciadamente eso
ya no puede pasar: “se le va a hacer una
césarea” y me hicieron una cesárea. Seis
años después tuve a Gustavo y me hicieron
55
LESLIE KORN
otra vez una cesárea. Nos sentimos tan mal
con las cesáreas. Los doctores no quieren
esperar a que ocurra el parto natural.
Tuve a todos mis hijos de manera natural,
pero los últimos dos no pude y ya no me
sirvieron los pies después de la inyección
de la epidural. Siento que esa inyección
me lastimó mucho. Ya había sido mamá
6 veces. La comadrona ya no estaba allí
y yo necesitaba ayuda y me dije: “Bueno,
el doctor” y pensé que iba a dar a luz de
manera natural también.
Bertha y su comadre, Alicia, aunque
separadas por aldeas que se encuentran a
unas horas de distancia, llevan la influencia
de Ricarda que enseñó a ambas: Alicia estaba
cuidando a su hija durante la cuarentena, lo
que ahora rara vez se practica ahora en Yelapa
donde aparentemente se detuvo aproximadamente en 1995, en tanto que se practicaba en
Tlalpuyeque todavía en 1987. Durante el periodo post-parto de 40 días se aísla a la madre
y al niño, y se les considera propensos a la
mala salud o a influencias sobrenaturales si no
están protegidos. Entonces después del parto
normalmente la madre y el bebé entran en un
periodo de aislamiento y actividades protegidas, mientras las mujeres los cuidan. La nueva
mamá camina poco durante los tres primeros
días, salvo para ir al baño. Durante este tiempo
explica Alicia (comunicación personal, 13 de
abril de 2010):
Una empieza la mañana bebiendo tés de
aguilote, berenjena, hierba del golpe y
un poco de sal. Este procedimiento está
diseñado para limpiar el útero. Una come
después masa con algo de canela y panoche
(azúcar sin refinar), hace tortillas pequeñas y bebe atole (una de las preparaciones
más antiguas de México) o champurrado
por nueve días para ayudar a que fluya
56
la leche. También se puede beber capomo
(el capomo tostado, molido y remojado
en agua caliente), pero es más difícil de
encontrar en las tierras bajas puesto que
los árboles crecen en lo alto de la jungla
montañosa. La mujer no se baña durante
tres días después del parto. Se cubre la
cabeza y la frente porque están abiertos los
poros de la piel: cubrir protege para evitar
tener “punzadas” detrás de los ojos o en las
orejas. La mujer no come huevos ni puerco,
porque ingerir estos alimentos causa mal
olor en el cuerpo. Sólo come carne: carne
asada, machacada frita. No se comen
frijoles para que el bebé no se empache: será
más saludable. Se está en cuarentena por
40 días y durante 3 días se ponen medias
gruesas y no se tienen relaciones sexuales.
Ya nadie practica esto en la actualidad.
Ahora dicen si se tienen relaciones (sexuales), uno se empacha. Inmediatamente
después del parto se mezcla un poco de azúcar con manteca de puerco (las barrillas) y
se da masaje al paladar del infante.
Conclusión
No cabe duda de que Cabo Corrientes se
encuentra preparado para la próxima ola de
progreso. La construcción de la presa ubicada
cerca de Tapulyeque promete llevar agua a lo
que se espera que sea una afluencia considerable de población extranjera. Que las presas
hidroeléctricas infligen un caos ambiental
es irrefutable. Si el pasado predice el futuro,
entonces seguirá un fuerte periodo de inversiones para la urbanización y ventas de tierra. Los
residentes de la costa finalmente aceptaron la
Zona Federal en 2009 que grava la propiedad de
tierra indígena. Hasta ahora, las comunidades
indígenas de Chacala y Guasimas han rechazado la propuesta de crear una biosfera por
percibirla como una incursión en sus derechos
soberanos. Sobre ello opina un informante:
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1
La costumbre de enterrar el cordon umbilical
Conocí a la Dra. Puga (Luz Maria Villarreal de Puga) cuando ya era muy anciana
y me dijo: “son ustedes muy ricos; tienen
más de 3500 plantas con flores, pero su
crimen es haber mantenido y preservado
todo esto”. Ahora, con la propuesta de la
biosfera, quieren que nos vayamos para
traer a gente irresponsable para que temine
con esto.
En Manantlán (se refiere a la reserva de
la biosfera de Manantlán) la gente se está
muriendo de hambre por el mal manejo del
gobierno. Le pedí al gobierno que me diera
un ejemplar del decreto de la biosfera por el
que se ha sacado a la gente de su comunidad. También el turismo es un veneno si no
se controla, como en el caso de Acapulco.
Por eso se deben establecer normas operativas sobre en qué circuntancias se permite a
la gente entrar.
Aunque algunos integrantes de la Comunidad han enterrado su cordón umbilical en
Cabo Corrientes, sus pueblos y aldeas seguirán
siendo abatidos por las presiones de progreso,
lo que creará una mayor demanda de curación
tradicional y medicinas tradicionales. Sin embargo, el progreso causará la pérdida de esos
recursos si no se reconocen ni se protegen.
Agradecimientos
Me gustaría extender mi agradecimiento
profundo al Dr. Rudolph Ryser que contribuyó
a la sección sobre la historia política de la
región del México de oeste y cuya revisión
atenta ha mejorado este papel inmensamente;
Dr. Fabio Germán Cupul Magaña, de la Universidad de Guadalajara, para proporcionar
ayuda generosa para resolver algunos de los
binomios latinos y por su buen ánimo y apoyo;
Dra. Esperanza Vargas Jiménez, quien fue mi
Summer 2014 • Fourth World Journal
anfitriona en la Universidad de Guadalajara,
Campus Costal en Puerto Vallarta; y a la Fundación de Fulbright y La Comisión MéxicoEstados Unidos para el Intercambio Educativo
y Cultural (COMEXUS) en la ciudad de
México para proveerme con la oportunidad de
conducir mi investigación durante 2009-2010
y hacerlo con el apoyo de colegas profundamente dando. También quisiera extender mi
gracias más cordial a mis colegas, informantes,
y amigos de Cabo Corrientes, cuya generosidad de espíritu me acogió en sus vidas y quien
eran tan próxima y confiando en compartir sus
ideas y sentimientos.
Referencias
Brucher, H. (1969). Useful plants of neotropical
origin and their wild relatives. Berlin: Springer-Verlag.
Bunyapraphatsara, N., Rungpitarangsi, V.,
Yongchaiyudha, S., & Chokechaijaroenporn, O. (1996). Antidiabetic activity of
aloe vera L. juice II.: Clinical trial in diabetes mellitus patients in combination with
glibenclamide. Phytomedicine, 3(3), 241-43.
Carmack, R. M., Gasco, J., & Gossen, G. H.
(1996). The legacy of Mesoamerica (p. 176).
Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall.
Davidow, J. (1999). Infusions of healing: A
treasury of Mexican American remedies. New
York: Simon & Schuster.
Day, C. (1998). Invited commentary: Traditional plant treatments for diabetes mellitus: Pharmaceutical foods. British Journal
of Nutrition, 80(1), 5-6.
Enig, M. G. (1993). Diet, serum cholesterol
and coronary heart disease. In G. Mann
(Ed.), Coronary heart disease: The dietary
sense and nonsense (pp. 36-60). London:
Janus Publishing.
57
LESLIE KORN
Enig, M. G. (1999). Coconut: In support of good
health in the 21st Century. Presented at the
36th Session of Asian Pacific Coconut
Community (APCC), Singapore.
Enig, M. G. (2000). Know your fats: The complete
primer for understanding the nutrition of
fats, oils and cholesterol. Silver Spring, MD:
Bethesda Press.
Erasmus, U. (1993). Fats that heal, fats that kill.
Burnaby, BC, Canada: Alive Books.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
(1999). Anuario estadístico. Jalisco.
Fallon, S. (1995). Nourishing traditions: The
cookbook that challenges politically correct
nutrition and the diet dictocrats. San Diego,
CA: ProMotion Publishing.
Ghannam, N., Kinston, M., Meshaal, I. A.,
Meshaal, T. A., Mohamed, P., Narayan,
S. & Woodhouse, N. (1986). The antidiabetic activity of aloes: Preliminary clinical
and experimental observations. Hormone
Research, 24(4), 288-94.
Marles, R. J., & Farnsworth, N. R. (1996).
Antidiabetic plants and their active constituents. The Protocol Journal of Botanical
Medicine, 1(3), 85-137.
(Eds.), Ethnobotany: Evolution of a discipline
(pp.75-85). Portland, OR: Dioscorides
Press.
Trujillo, M., Ordonez, A., & Hernandez, C.
(2000). Risk mapping and local capacities:
Lessons from Mexico and Central America.
London: Oxfam Publishing.
Yongchaiyudha, S., Rungpitarangsi, V., Bunyapraphatsara, N., & Chokechaijaroenporn, O. (1996). Antidiabetic activity of
aloe vera L. juice I.: Clinical trial in new
cases of diabetes mellitus. Phytomedicine,
3(3), 245-48.
About the Author
Leslie Korn is a clinician and researcher
specializing in traditional medicine,
mental health nutrition, and the treatment
of traumatic stress.
She is the author of
Rhythms of Recovery:
Trauma Nature and the Body, and Preventing and
Treating Diabetes Naturally: The Native Way.
Michael, M., & Pizzorno, J. (1997). Encyclopedia of natural medicine. Rocklin, CA: Prima
Publishing.
Moerman, D. (1998). Native American ethnobotany. Portland, OR: Timber Press.
Sarcar, S., Pranava, M., & Marita, R. A.
(1995). Demonstration of the hypoglycemic action of momordica charantia in a
validated animal model of diabetes. Pharmacological Research, 33(1), 1-4.
Toledo, V. M. (1995). New paradigms for a
new ethnobotany: Reflections on the case
of Mexico. In R. E. Schultes & S. von Reis
58
Fourth World Journal • Vol. 13 No. 1