TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
NUEVO URECHO: CULTURA, IDENTIDAD, TRADICIÓN Y PATRIMONIO
Inés Solorio Barrera
[email protected]
Cuando era un niño, comencé a cuestionarme la existencia con preguntas similares a las del
libro el Mundo de Sofía de Jostein Gaarder: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy, a
qué pertenezco? preguntas tan complicadas difíciles de contestar hasta la fecha. Estos
cuestionamientos me llevaron a buscar el sentido de vivir en Nuevo Urecho, ¿Por qué se
llama así?, ¿qué se hace ahí?, vaya ¿por qué es aburrido vivir ahí? Me tomó cuatro años de
licenciatura y dos años de maestría -en las que me dediqué a trabajar parte de la cultura
purépecha, donde comprendí bastantes cosas sobre su tradición, identidad y patrimonio- para
que comenzar a hacerme preguntas sobre estos conceptos en Nuevo Urecho.
Comprendí que Nuevo Urecho también tiene identidad, tradición, patrimonio y cultura
propia. Esta última entendida como la organización social del sentido, como pautas de
significados históricamente transmitidos y encarnados en formas simbólicas, mediante las
cuales los individuos se comunican y comparten experiencias, concepciones y creencias. De
acuerdo con Gilberto Giménez, estas formas simbólicas se manifiestan en expresiones,
artefactos, acciones, eventos o cualidades. Todo puede servir como soporte simbólico de
significados culturales, desde el lenguaje hasta las prácticas sociales, la vestimenta, la
alimentación, entre otros. 1
Nuevo Urecho y la manifestación de su cultura a través de lo simbólico lleva identificar su
lenguaje castellano de la tierra caliente; la vestimenta acorde a sus altas temperaturas, desde
huaraches, camisas holgadas, sombreros, gorras, etc.; la comida, como el arroz, frijol, queso
y demás; la religión, católica en su mayoría; los oficios como la siembra, el trabajo en las
huertas; las fiestas patronales y civiles; en sus patrimonios, la forma de percibir, usar y
Giménez, Gilberto, “Cultura e identidades”, en: Estudios sobre la cultura y las identidades sociales. México,
2008, siglo XXI Editores, p. 30-32.
1
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conservar los distintos espacios y artefactos de su entorno. Expresiones propias de Nuevo
Urecho, donde se observa la colectividad a través de sus prácticas culturales.
Para profundizar en estas expresiones, es necesaria la tradición, misma que se refiere a
prácticas, costumbres, creencias o valores que se transmiten de generación en generación
dentro de una comunidad o grupo social. La tradición puede incluir celebraciones festivas,
rituales religiosos, ceremonias, formas de vestir, tipos de cocina, música, danzas, entre otros
aspectos de la vida cotidiana. De esta manera es un vínculo que une a las personas a lo largo
del tiempo, ayudando a preservar la identidad cultural y promoviendo un sentido de
pertenencia y continuidad, como será abordado los próximos párrafos del presente ensayo.
En este sentido, cabe citar la perspectiva de Carlos Herrejón Peredo de su artículo,
“Tradición. Esbozo de algunos conceptos”2. Este autor considera que la tradición cuenta con
una serie de elementos, que deben coincidir para que se logre su desarrollo, desde el sujeto
que transmite, su acción de entregar, su contenido, el sujeto que lo recibe y la forma en la
que es recibido, logrando de esta forma un sentido y formación de la tradición. Se debe
cumplir un ciclo que se inicia con la acción de lo que se transmite y continua con quien lo
recibe, dando paso a una asimilación en la que la tradición se adapta y recrea a la vida de los
destinatarios, pasando a la fase de posesión estable, en la que se participa y conserva como
patrimonio, enriqueciéndolo e incluso modificándolo para no perder su carácter vital. Ya
fortalecido y proyectado, el patrimonio identitario vuelve al principio a la transmisión,
cerrando con el ciclo.
La forma en la que la tradición es transmitida, es un proceso que tiene un punto de partida y
otro de llegada. Así en el acto que se entrega se repite y ocurre en un proceso temporal que
lo va marcando en su transcurso, permitiendo los cambios necesarios para poder proseguir
como tradición, formando, de esta manera, una identidad. Para que la tradición sea
transmitida, es necesario un agente; el ser humano en comunidad, en sociedad. De esta
manera, es el ser humano quien transmite y recibe la tradición. Se trata, pues, de “un grado
de conciencia y querer colectivos. Que desde luego es la suma de las conciencias y voliciones
(voluntades) individuales respecto a esa acción. Pero es más que eso. Es la interrelación de
Herrejón Peredo, Carlos, “Tradición. Esbozo de algunos conceptos,” en: Relaciones, 1994, Colegio de
Michoacán, Zamora, Michoacán. México, p.59.
2
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ellas dentro de sus grupos particulares y del conjunto total. No sólo es la suma, es la
integración”.3
Este vínculo de la tradición con la identidad contribuye a su preservación, ya que la identidad,
es un elemento vital de la vida social, fundamental para la interacción social, pues implica la
percepción de la identidad de los actores y el sentido de su acción. Su importancia es tal que
sin ella sería inconcebible la existencia de sociedad. 4 Como menciona Gilberto Giménez, la
identidad se vincula estrechamente con la percepción de quiénes somos en relación con los
demás. Implica una constante comparación entre individuos para encontrar similitudes y
diferencias. Cuando percibimos similitudes con otros, inferimos la existencia de una
identidad compartida, distinta de la de aquellos que nos parecen diferentes. 5 Así, la identidad
puede definirse como “un proceso subjetivo en el que los individuos se distinguen de otros
sujetos mediante la autoasignación de atributos culturales, cuya validación depende del
reconocimiento por parte de los demás.”6
De esta manera y en sintonía con Gilberto Giménez, la relación entre cultura identidad y
tradición es profunda y compleja, ya que las identidades individuales y colectivas se
construyen a partir de las diversas culturas y subculturas en las que participamos. Llevado al
contexto de Nuevo Urecho, esto puede verse a través de la manera en la que su población
recurre a los recursos culturalmente disponibles en la sociedad en su conjunto para desarrollar
sus identidades. Por lo tanto, las contradicciones y disposiciones del entorno sociocultural
tienen un impacto significativo en este proceso de construcción identitaria.7
Comprender a Nuevo Urecho (como parte de la tierra caliente) como una región en donde la
cultura ha desarrollado las identidades de sus habitantes, nos lleva a realizar un análisis sobre
la construcción de la identidad de la tierra caliente descrita desde fuera a través de bibliografía
especializada. Por muchos años los espacios regionales, se han descrito desde sus
delimitaciones geográficas conformadas de acuerdo con el carácter dominante de alguno de
Herrejón Peredo, Carlos, “Tradición. Esbozo de algunos conceptos,”. p. 59.
Giménez, Gilberto, “Cultura e identidades”, en: Estudios sobre la cultura y las identidades sociales. México,
2008, siglo XXI Editores, p. 54.
5
Giménez, Gilberto, “Cultura e identidades”, p. 60.
6
Giménez, Gilberto, “Cultura e identidades”, p. 62.
7
Giménez, Gilberto, “Cultura e identidades”, p. 55.
3
4
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
sus rasgos físicos, económicos y políticos.8 De acuerdo con Jorge Dolores, “la delimitación
del espacio en esos términos es determinista porque considera que la conformación regional
depende de la importancia de un determinado factor, como aquellos relacionados con las
condiciones del medio físico en relación con la disposición de los recursos naturales.”9
Como ejemplo podemos mencionar la descripción de distintos autores que abordaron a
Nuevo Urecho desde sus visitas en el siglo XIX. -Como ejemplo, podemos citar a José
Guadalupe Romero, en su obra Noticias para formar la historia y la estadística del Obispado
de Michoacán, en la que presenta a Urecho como un lugar húmedo con mortalidad. Por lo
cual fue necesario destruirlo para situarlo en un clima menos mortífero en lo alto, ya que “las
enfermedades dominantes eran las calenturas intermitentes, los tifos, las disenterías, las
inflamaciones intestinales y sobre todo las enfermedades endémicas del buche y de la
quirieua o pinto, miles de causas se asignaron a esa enfermedad; ya las malas digestiones que
ocasionaron la relajación de los intestinos, ya el virus venenoso, ya los miasmas deletéreos
de la atmosfera húmeda y caliente ya en fin un vicio de la sangre producido por la calidad de
los alimentos.” 10
En lo que respecta a José María Pérez Hernández, en su Compendio de la geografía de
Michoacán de Ocampo, también lo describe como un espacio de temperamento maligno, que
fue preciso destruir y trasladar a la población a otro lugar menos húmedo, conocido
actualmente con el nombre de Pueblo Nuevo. 11
Por su parte, Jorge Dolores describe que:
“La Tierra Caliente de Michoacán […] era descrita como un lugar compuesto de pintorescos pueblecitos y villas
en donde reinaba el calor, la aparente tranquilidad provinciana y en donde, a pesar del liberalismo imperante,
Jorge Dolores Bautista, “Octavio A. Montes Vega. 2011. Héroes pioneros, padres y patrones. Construcción
de la cultura política en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero)”, en: Revista
Col. San Luis vol.4 no.8 San Luis Potosí jul./dic. 2014. En línea:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665899X2014000200011#:~:text=La%20adjetivaci%C3%B3n%20de%20una%20tierra,los%20500%20metros%
20sobre%20el (consultado el 26 de mayo de 2024).
9
Jorge Dolores Bautista, “Octavio A. Montes Vega. 2011. Héroes pioneros, padres y patrones. Construcción de
la cultura política en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero)”.
10
Romero, José Guadalupe, Noticias para formar la historia y la estadística del Obispado de Michoacán,
presentadas a la sociedad mexicana de geografía y estadística en 1860, México, imprenta de Vicente García
Torres, 1862, p. 130- 136
11
Hernández, Pérez, José María, Compendio de la geografía de Michoacán de Ocampo, Morelia, universidad
Latina de América, 1992, pp. 78-79.
8
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aún se hacían fiestas religiosas y populares organizadas por las élites locales, compuestas por señores
distinguidos, bien vestidos, trabajadores instruidos y de trato elegante. En toda la región existían ese tipo de
aristócratas, pero los más ricos aún vivían en Huetamo; sin embargo, Punganrabato (hoy Ciudad Altamirano)
empezaba a concentrar capitales importantes que comenzaron a darle cierta independencia económica a sus
élites.”12
Esta visión externa sobre Nuevo Urecho y la región de la tierra caliente, generó una
percepción identitaria local y nacional de la mencionada región, considerándola como un
lugar apartado del resto del país, insano, desagradable y caluroso en donde prevalece la ley
del más fuerte.13
Esta identidad construida nos traslada a las obras de Tzvetan Todorov, tales como La
Conquista de América: El Problema del Otro, las que destacan cómo los estereotipos y
prejuicios influyeron en las actitudes y acciones de los conquistadores europeos en América,
perpetuando así un ciclo de dominación cultural 14 Por el otro Edward W. Said, en su obra el
Orientalismo, describe a la identidad como un proceso de diferenciación intersubjetiva y
crítica, profundamente influenciado por las representaciones culturales y políticas del otro.15
Esta visión en efecto, nos lleva a reflexionar sobre los estereotipos, prejuicios y construcción
identitaria sobre la región de la tierra caliente, apelando así a la resistencia que esta ha
mostrado a través del tiempo. Así, en lugar de ver a la región como una consecuencia obvia
de factores naturales, económicos o políticos, es necesario destacar la importancia de
considerar la forma en la que los aspectos culturales e históricos interactúan para explicar
cómo las personas se relacionan con su entorno, ya sea adaptándose a él o cambiándolo. 16
Ahora bien, la tierra caliente vista desde su interior, y no solo describiendo su espacio
geográfico. Históricamente han vivido hombres y mujeres de muchas procedencias y culturas
que se unieron para formar esta distinta: la de Tierra Caliente. Jorge Amós se remonta al
Jorge Dolores Bautista, “Octavio A. Montes Vega. 2011. Héroes pioneros, padres y patrones. Construcción
de la cultura política en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero)”.
13
Jorge Dolores Bautista, “Octavio A. Montes Vega. 2011. Héroes pioneros, padres y patrones. Construcción
de la cultura política en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero)”.
14
Todorov, Tzvetan, La Conquista de América: El Problema del Otro. Siglo XXI Editores, 1991, pp. 234.
12
15
Said, Edward W. Orientalismo. Libertarias/ Prodhufi, 1990, pp. 444.
Jorge Dolores Bautista, “Octavio A. Montes Vega. 2011. Héroes pioneros, padres y patrones. Construcción
de la cultura política en los pueblos del Medio Balsas (Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero)”.
16
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pasado, describiendo que además de los dominantes tarascos y nahuas, vivieron en ambos
lados de la frontera los matlatzinca y los pirinda por los tarascos, otomies, apaneca y
cuitlateca; personas que tenía distintas lenguas y que fueron catalogados como “indios” y
homogeneizados por los conquistadores europeos, no únicamente españoles, sino también
algunos franceses, italianos, holandeses, griegos, súbditos todos de la corona española de los
Austria, quienes profesaban de manera abierta el catolicismo.17
En la época colonial hubo muchos africanos que llegaron como esclavos a las minas, los
lavaderos de oro de los ríos; luego en mayor número para ser vaqueros en las haciendas
ganaderas y trabajadores de los ingenios de caña. No podía terminarse esta colorida relación
de pobladores sin mencionar a las personas de Asia, quienes llegaron por Acapulco y se
diseminaron por los pueblos, pues, gozaban del mismo estatus jurídico que los indios;
algunos de estos filipinos y chinos fueron parte de las repúblicas de indios de los pueblos de
Tierra Caliente. 18
Por otro lado, la tierra Caliente también:
“Fue durante muchos años el refugio de los perseguidos por el Estado. Esclavos cimarrones, asesinos,
adúlteros bajaban a un territorio entonces inaccesible, sumido en el calor, rodeado de alimañas, con
enfermedades endémicas como “el mal del pinto” y del “buche” que algunas veces en el pasado se
vieron como señales corporales de esa desenfrenada moral imaginada por las personas de la Tierra Fría
y del Bajío.”19
Logrando una adaptación al espacio, en la que mujeres, hombres, naturaleza, y actividades
culturales, económicas y sociales muestran la conformación de la identidad cultural de la
Tierra Caliente.
De esta manera, la tierra caliente, se conformó a través de raíces prehispánicas, que
albergaron una gran variedad de grupos indígenas, como los purépecha, náhuatl, otomí y
mazahua. Dejado una huella profunda en la región, influyendo en la música, gastronomía,
vestimenta y cosmovisión de los habitantes. Así como la mezcla de estas poblaciones
Jorge Amós Martínez Ayala, El sistema festivo del fandango de Tierra Caliente. En Luis Ku El mariachi
huellas. Guadalajara (México): El Colegio de Jalisco. P. 3.
17
18
Martínez Ayala, Jorge Amós, El sistema festivo del fandango de Tierra Caliente. P. 3.
19
Martínez Ayala, Jorge Amós El sistema festivo del fandango de Tierra Caliente. P. 3.
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
indígenas con las europeas, africanas e demás durante la época colonial que dio lugar a una
cultura mestiza vibrante.
Su característico clima cálido y húmedo, con abundante vegetación tropical ha dado forma a
la vida y actividades de los habitantes, desde la agricultura hasta la artesanía. Las fiestas
patronales y las procesiones religiosas como parte importante de la vida social, y su
gastronomía variada, con sabores intensos y uso abundante de especias. Platos tradicionales
como la morisqueta, el mole, los tamales y los pozoles son una muestra de la diversidad
culinaria.
La tierra caliente es diversa como la mayoría del país, la caracteriza su calor, su comida,
música, fandango y sobre todo su gente, una mezcla, conformados en una región con usos y
costumbres que han predominado con el paso del tiempo, en donde cada espacio es único y
cuenta con bastas producciones agrícolas, sociales y culturales como Nuevo Urecho.
Esta visión del tierracalenteño, comparte rasgos de la identidad del sujeto conocido como el
ranchero, este destaca la importancia de la propiedad privada de la tierra, la adquisición y
consolidación de la tierra juega un papel fundamental en la configuración de la identidad y
el modo de vida de los rancheros. Aunque se reconoce que este no es el único factor
determinante, pues el modo de vida también forma parte de este, nos referimos a la
adaptación al medio, sus actividades agropecuarias, la división del género, las tradiciones
religiosas y la estructura familiar. Así como la existencia de una memoria basada en la
ascendencia y pertenencia de linajes familiares. 20
Todos los rasgos anteriores, comparten similitudes a los de la tierra caliente, por ejemplo, en
el contexto ranchero, la familia se percibe como un patrimonio que se hereda y se preserva
con celo. La idea de honor se construye a partir de la historia familiar, y la mujer y los hijos
son vistos como una propiedad que debe ser cuidada y defendida. Esta percepción, marcada
por la severidad y la violencia, se nutre de las relaciones de dominio y amistad con el ganado,
especialmente con el caballo, que moldean la personalidad del ranchero y su sentido de
control sobre su entorno. La doma del caballo se convierte así en un referente que norma la
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la herencia del pensamiento
evangelizador colonial”, en: Cuicuilco, revista de ciencias antropológicas número 83, enero-abril, 2022, p. 188193.
20
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personalidad del ranchero, extendiendo el dominio sobre el animal al dominio que el padre
ejerce sobre su familia. Esta lógica, en la que las normas sociales se derivan de la relación
con los animales, refleja un rasgo distintivo de la cosmovisión ranchera, caracterizada por
una jerarquía de dominación y protección. 21
A excepción del ganado, en Nuevo Urecho, la dominación de los espacios ha sido marcada
para su desarrollo agrícola, mientras que la familia es vista desde el honor y patrimonio de
su sociedad, en donde permanece este proteccionismo, donde el hombre tiene la figura de
proveedor y dominador. Como ejemplo se encuentra la familia Reyes22, en la que la figura
paterna es quien provee al hogar y sus dos hijos varones (ya adultos) contribuyen a esa labor,
trabajar la tierra, cuidar a su madre y hermanas, como una preparación para su futuro con su
propia familia.
En cuanto a la lírica popular y los refranes, estos refuerzan esta concepción analógica del
mundo ranchero, donde la conquista amorosa se equipará con la doma del ganado y la
propiedad. A través de metáforas y comparaciones, se establece un código compartido que
ordena las relaciones humanas en función del control y la posesión. 23 En el calentano de
Nuevo Urecho se observa a través de la propiedad, la música tanto tradicional y moderna se
desarrolla en torno a ese cotejo social, en las que la mujer sigue siendo un sujeto de deseo y
control para poder realizar una familia.
En lo que respecta al tema religioso, el tierracalenteño y el ranchero están marcados por el
bien y el mal desde la perspectiva católica, en esta lucha interminable entre Dios y el Diablo.
Se manifiesta a través de aparicionismo en donde ambos ofrecen una visión sobre las
creencias y prácticas arraigadas en los espacios vinculados al campo y la ganadería. Estas
narrativas, impregnadas de elementos sobrenaturales y religiosos, revelan una compleja
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la herencia del pensamiento
evangelizador colonial”, p. 205-206
22
Familia Reyes Martínez de Nuevo Urecho, antiguos ganaderos. Actualmente se dedican a la venta de pan o
pan de rancho como ellos le llaman.
23
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la herencia del pensamiento
evangelizador colonial”, p. 206-207.
21
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
interacción entre la tradición cristiana y las creencias populares, así como entre la vida
cotidiana y el imaginario colectivo. 24
De esta manera el tierracalenteño ranchero coloca al diablo como una de las figuras centrales
de sus historias, convirtiéndolo en un personaje multifacético que representa tanto la
tentación como la promesa de riqueza fácil y una vida licenciosa. La tradición oral y las
creencias populares alimentan este imaginario, otorgándole al diablo un papel relevante en la
vida cotidiana de las los espacios. El contacto con el diablo se percibe como una vía para
obtener favores, pero también como una amenaza para aquellos que sucumben a sus
engaños.25
Así, en la tierra caliente, la riqueza, el amor, el éxito en la música o en las habilidades
ecuestres se entrelazan con la figura del diablo, creando un universo simbólico donde lo
sobrenatural se fusiona con lo terrenal. Las narrativas de apariciones, tesoros ocultos y pactos
demoníacos dan forma a un imaginario rico y diverso, en el que las experiencias individuales
se entrelazan con las tradiciones compartidas por toda la comunidad. 26 Finalmente, el
aparicionismo ranchero coincide con el calentano, pues ofrecen una ventana única para
comprender la complejidad de las creencias y prácticas religiosas en sus entornos territoriales
y ganaderos.
De esta manera, la identidad y tradición de la región de tierra caliente se ha desarrollado,
conservado y adaptado a través del tiempo, consolidando al calentano como aquel sujeto que
refleja su historia, valores y costumbres. Con las prácticas religiosas arraigadas hacia los
santos patronos, en la que venera por varios días a través de la participación y servicio de la
sociedad, el valor de la tierra, la producción de mango, caña, cacao, café, guanábana, etc. ha
consolidado una identidad y tradición de aprecio y cuidado de las tierras al ser las brindadoras
de alimento y subsistencia. También, la defensa del territorio, al ser un espacio de conflictos
la organización de grupos en pro del cuidado de los espacios se ha desarrollado por muchos
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la herencia del pensamiento
evangelizador colonial”, p. 201.
25
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la herencia del pensamiento
evangelizador colonial”, p. 202-203
26
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la herencia del pensamiento
evangelizador colonial”, p. 203.
24
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
años, salvaguardar los campos y personas que en ellos habitan ha sido una lucha en la que el
tiempo ha sido testigo.
Los espacios como Nuevo Urecho, han desarrollado a través de la tradición una transmisión
de valores, creencias, costumbres y prácticas generacionales, elementos fundamentales para
la formación de la identidad del sujeto de la tierra caliente, lo que nos lleva a al patrimonio
cultural, que funge como evidenciador y expresor de la ya mencionada transaminación
cultural. Así, es fundamental abordar al patrimonio cultural de Nuevo Urecho como parte de
la tierra caliente.
LLorenc Prats, define al patrimonio como “todo aquello que socialmente se considera digno
de conservación, independientemente de su interés utilitario”, como una invención y
construcción social.27 Es decir, refiere a:
“cualquier cosa (material o inmaterial) procedente de la naturaleza, de la historia o de la genialidad ya sean monumentos catalogados, espacios naturales protegidos, colecciones museísticas o parques
arqueológicos- se incluye dentro de los límites de estos tres y cualquier otra cosa que no tenga esta
procedencia no”.28
De esta manera evoluciona hasta llegar a la construcción política enfocada en la cimentación
ideológica de una identidad nacionalista a través de representaciones simbólicas a través de
poderes constituidos.
Prats, menciona que en el “plano de la realidad social, y en última instancia, quien activa
repertorios patrimoniales son en primer lugar los poderes constituidos, el poder político,
fundamentalmente, los gobiernos locales, regionales, nacionales” 29. Sin embargo, no son los
únicos, ya que el patrimonio lo pueden construir y activar los poderes políticos, informales,
alternativos, así como la sociedad construida por agentes diversos. De este modo,
consideramos la sociedad construida por agentes diversos de sociedad de Nuevo Urecho,
coincide con los tres criterios descritos por el autor. Si bien los grupos hegemónicos como el
Estado e instancias económicas y políticas ha sido quienes han considerado el patrimonio,
Llorenc Prats, “El concepto de patrimonio cultural”, en: Política y Sociedad. Revista de la Universidad
Complutense, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. n.º 27. pp. 63-76. Madrid 1998.
28
Llorenc Prats, “El concepto de patrimonio cultural”, pp. 63-76.
27
29
Llorenc Prats, “El concepto de patrimonio cultural”, pp. 63-76.
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
debemos considerar y tomar en cuenta por parte de los principales actores, la sociedad, al
decidir que consideran como patrimonio cultural a través de su memoria colectiva y traspaso
de generación en generación en donde se vea fortalecida su identidad local o comunal.
De esta manera, Nuevo Urecho, sus gentes, son quienes pueden definir sus patrimonios. Para
Magdalena Sánchez García en su trabajo El patrimonio arqueológico, histórico y natural de
la Piedad, problemática y diagnóstico, el patrimonio cultual se considera como el legado
social que se recibe en herencia a través del tiempo, de generación en generación, el cual
incluye bienes materiales, naturales y culturales que conectan el pasado con el presente y
conecta con el futuro. Una de sus características es que los bienes tienen asignada una
representación social simbólica y un medio de transmisión de la memoria colectiva a través
de una selección. De esta manera, el patrimonio cultural representa a todos como sociedad, y
mantiene una cualidad de reconocimiento, ratificación y legitimación hacia él, fortaleciendo
el sentido de identidad dentro de la población. 30 En Nuevo Urecho, este patrimonio se puede
reflejar desde sus festividades, su gastronomía, danzas, cantos, música, vestimenta, lengua,
etc.
En lo que respecta al patrimonio arqueológico, este no debe excluirse del patrimonio cultural,
pero sí precisar su distinción en una amplia gama de bienes culturales. De acuerdo con la Ley
Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e históricas refiere a los bienes
muebles e inmuebles del periodo arqueológico y restos de la flora y fauna relacionados 31,
como pirámides, piezas arqueológicas, restos fósiles, grabados rupestres o petroglifos. Como
las piezas prehispánicas encontradas en la comunidad de Ibérica, los restos fósiles de
mastodonte encontrados en el rio de la misma comunidad y los grabados rupestres
encontrados en la ranchería de San José.
Por su parte, el patrimonio histórico se refiere a los monumentos, edificios y objetos del
periodo colonial y del siglo XIX. La única diferenciación de las anteriores definiciones se
basa en una delimitación temporal plasmada de la ya mencionada ley. Es preciso enfatizar en
García Sánchez, Magdalena, “El patrimonio arqueológico, histórico y natural de la Piedad, problemática y
diagnóstico”, Carlos Téllez Valencia (coordinador), en: Estudios Michoacanos, temas selectos de la Piedad,
Michoacán, 2019, COLMICH, pp.337-375.
31
García Sánchez, Magdalena, “El patrimonio arqueológico, histórico y natural de la Piedad, problemática y
diagnóstico”, 341.
30
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
que estos no son excluidos los unos de los otros, al contrario, al patrimonio cultural se le han
asignado valores extensivos en los que se incluyen el arqueológico e histórico. De estos, se
encuentran las casonas del centro de Nuevo Urecho, las antiguas haciendas de Calunga,
Tepenahua, Santa Ifigenia, Tipitaro, los molinos de caña de San Nicolas, Otates e Ibérica, la
plaza y su monumento, etc.
Aquí agregamos el patrimonio natural, entendido como un conjunto de bienes y recursos de
la naturaleza, fuente de diversidad biológica y geológica, que tienen un valor relevante
ambiental, paisajístico, científico o cultural. La sociedad de Nuevo Urecho la manifiesta
dentro de sus plantíos de producción, desde el mango, café, guanábana, mamey, cacao,
guayaba etc., hasta árboles, sus cerros, cuevas ríos y ojos de agua con los que interactúan
constantemente.
De esta manera, consideramos que el calentano de Nuevo Urecho refleja su cultural,
identidad y tradición a través de sus patrimonios, desde la música, la danza, las tradiciones
orales, son el reflejo directo de su identidad. Por ejemplo, las celebraciones festivas, y los
platos tradicionales de la cocina local, los sitios históricos, monumentos, museos y archivos
como testimonios tangibles del pasado, los paisajes naturales, los parques, las reservas
naturales y otros espacios protegidos por la sociedad urechense son parte del patrimonio que
une a las personas y les proporciona un sentido de identidad compartida.
En conclusión, este texto intenta evidenciar cómo la identidad está intrínsecamente ligada a
su historia, sus valores, sus prácticas culturales y su patrimonio. La tradición actúa como un
puente entre el pasado y el presente, transmitiendo conocimientos, creencias y costumbres
de generación en generación. En Nuevo Urecho, esta tradición se manifiesta en diversos
aspectos de la vida cotidiana, desde la vestimenta y la alimentación hasta las festividades y
las prácticas religiosas.
La construcción de la identidad en Nuevo Urecho se ve influenciada por una multiplicidad
de factores, incluyendo la diversidad étnica y cultural de la región, así como el desarrollo
histórico y social. Se observa cómo la percepción externa de la región, a menudo marcada
por estereotipos y prejuicios, ha participado en la construcción de su identidad local y
nacional.
TEMAS SELECTOS SOBRE INTERCULTURALIDAD Y SABERES TRADICIONALES II
De esta manera, el patrimonio cultural de Nuevo Urecho emerge como un elemento
fundamental en la preservación y transmisión de su identidad y tradición. Desde los
monumentos históricos hasta las prácticas agrícolas y gastronómicas, el patrimonio cultural
de la región refleja la riqueza y diversidad de su historia y cultura. Es importante reconocer
el papel activo que la sociedad juega en la definición y protección de su patrimonio, así como
en la promoción de una identidad colectiva arraigada en sus raíces culturales.
En última instancia, creemos que la reflexión sobre la cultura, identidad, tradición y
patrimonio en Nuevo Urecho, nos invita a valorar la importancia de preservar y celebrar la
diversidad cultural y el legado histórico de nuestra región. Al hacerlo, fortalecemos nuestra
conexión con el pasado, enriquecemos nuestra comprensión del presente y garantizamos la
transmisión de nuestra herencia cultural a las generaciones futuras.
Bibliografía
Atilano Flores, Juan José, “¿Existe una cosmovisión ranchera? Aproximación a la
herencia del pensamiento evangelizador colonial”, en: Cuicuilco, revista de ciencias
antropológicas número 83, enero-abril, 2022, p. 188-193.
García Sánchez, Magdalena, “El patrimonio arqueológico, histórico y natural de la
Piedad, problemática y diagnóstico”, Carlos Téllez Valencia (coordinador), en: Estudios
Michoacanos, temas selectos de la Piedad, Michoacán, 2019, COLMICH, pp.337-375.
Giménez, Gilberto, “Cultura e identidades”, en: Estudios sobre la cultura y las
identidades sociales. México, 2008, siglo XXI Editores, p. 30.
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