FRANCISCANOS
EN
INSERCIÓN,
APROXIMACIÓN
HISTÓRICA
Comisión de formandos de la Provincia franciscana
“Nuestra Señora de Guadalupe” en Centroamérica
y Panamá / Fundación Franciscana “La Santa
Cruz” en Haití, 2017
1
ÍNDICE
ÍNDICE .................................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 4
Capítulo I: Los fundamentos de la Inserción ..................................................................... 6
1.1. Base bíblica ................................................................................................................. 6
1.2. Base franciscana ......................................................................................................... 6
1.3. Base del Magisterio eclesial ....................................................................................... 7
1.4. Base de la Orden ........................................................................................................ 7
Capítulo II: Tiempos de la Vicaría y la inserción .............................................................. 9
2.1. Jesús y Francisco, primeros pasos a la inserción .................................................... 9
2.2. La inserción en tiempos de la Vicaría .................................................................... 10
2.3. La inserción para el Consejo Plenario del ‘86 ....................................................... 11
2.4. Aspectos de las pequeñas comunidades insertas ................................................... 13
a.
Fraternidad........................................................................................................... 13
b.
Pobreza ................................................................................................................. 14
d.
Experiencia de Dios ............................................................................................. 14
e.
Fases y límites de la inserción: ............................................................................ 14
2.5. Sobre comunidades insertas .................................................................................... 15
2.5.1. ¿Qué es una pequeña fraternidad? ................................................................... 15
2.5.2. ¿Cuáles son sus características?........................................................................ 16
2.5.3. ¿Qué es una comunidad inserta? ...................................................................... 16
2.5.4. ¿Cuáles son sus características?........................................................................ 16
2.5.5. ¿Hasta qué nivel de inserción pueden llegar los formandos? .......................... 16
Capítulo III: La Provincia opta por la inserción ............................................................. 18
3.1. El Congreso de las fraternidades insertas en medios populares ......................... 18
2
3.2. III congreso FRIMPO ............................................................................................. 26
3.3. Síntesis del Diagnóstico evaluativo de la Provincia .............................................. 28
3.4. El tema de las Casas Grandes ................................................................................. 33
3.4.1. La realidad que envuelve nuestro proyecto formativo ...................................... 33
3.4.2. La Coyuntura Provincial ................................................................................... 34
3.5. Y por fin [,] la filosofía se fue a la periferia… ....................................................... 35
Capítulo IV: La Inserción como Forma vitae................................................................... 37
4.1. Informe del Secretario para la Formación y los Estudios. Año 2000.................. 37
4.2. VI Congreso de Definitorio ..................................................................................... 37
4.3. Congreso de Formandos, 2004 ................................................................................ 38
4.4. IV Congreso FRIMPO............................................................................................. 38
4.4.1. Las resonancias de los grupos de evaluación ................................................... 40
5.1. El Capitulo Provincial Intermedio, 2005 ............................................................... 42
5.2. Informe de Fr. Saúl Flores, como secretario para la Formación ........................ 43
5.3. La Asamblea de Formandos, 2009 ......................................................................... 43
5.4. Algunas inquietudes sobre La Formación Permanente en la Orden y la
Provincia .......................................................................................................................... 45
Capítulo VI: La inserción en nuevos horizontes .............................................................. 47
6.1. El Capítulo Provincial Electivo, 2014 .................................................................... 47
6.2. La cuestión de la casa de Mezquital ....................................................................... 47
6.3. La Ratio Formationis Provinciae, 2015 ................................................................. 48
A manera de conclusión: la mujer del desierto ................................................................ 50
BIBLIOGRAFÍA GENERAL ........................................................................................... 52
3
INTRODUCCIÓN
La Regla y Vida de los hermanos menores es esta, a saber; observar el Santo
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin propio y en castidad.1
Estas palabras inspiradas por el Señor al hermano Francisco de Asís, resuenan en nuestro
interior – aún después de 800 años – y nos siguen retando a vivir con audacia y entusiasmo
– aún después de muchos años de profesión –. Releer estas palabras antiguas y nuevas, nos
hace soñar y cerrar los ojos por un momento, para ver mejor, para ver con la mirada de
Francisco a Cristo Pobre y crucificado y a los pobres y crucificados de nuestros tiempos.
Es por esto que, nosotros, hermanos menores en formación inicial, queremos hacer
homenaje a todos los hermanos que nos han precedido en la fe y en el caminar franciscano,
siendo signos proféticos en medio de los pobres. Se procura que cada línea sea un nuevo
impulso para no olvidar aquello que soñamos, retomar lo esencial de los valores franciscanos
y encarnarlos en signos concretos, signos proféticos y signos que son más elocuentes que las
palabras.
Contemplando el camino recorrido por nuestra Provincia nos damos cuenta de que
la inserción ha sido un valor franciscanamente practicado. Teniendo a Cristo pobre y
crucificado como centro, la inserción pasó en algún tiempo de ser un sueño a ser una realidad.
En este proceso de revitalización en el que nuestra Provincia se encuentra, queremos
recentrar, en nuestra vida franciscana, el valor de estar con los pobres, vivir con los pobres,
hacernos verdaderamente pobres y compartir su suerte.
Confiamos que Cristo, que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, nos
llama a enriquecer con nuestra pobreza a aquellos que sufren, que claman, que lloran por un
mundo más humano. Queremos restituir con nuestro testimonio de minoridad y ser
constructores del reinado de Dios desde los pobres. No queremos ser espectadores queremos
ser partícipes de la construcción del Reino.
Escribimos no solo para ser leídos, sino para hacer memoria y homenaje a quienes
arriesgaron sus comodidades y apostaron por los valores del reino de Dios. Este documento
1
Rb 1, 1.
4
quiere ser un aporte a esta aproximación histórica. Nuestra principal fuente ha sido la revista
provincial “Nuestra Fraternidad”, que nos ofrece elementos de gran valor histórico y
espiritual, desde las fechas comprendidas del año 1985 hasta nuestros días.
Desde ya hacemos votos para que el lector encuentre en este trabajo aquellos
mismos sueños – que son los mismos nuestros – de seguir más de cerca las huellas de nuestro
Señor Jesucristo.
Finalmente, estamos llamados a ser voces de aquellos cuyas voces son
enmudecidas. El ejemplo y palabras de Monseñor Romero en aquel memorable 13 de junio
de 1979 nos sigan motivando a ser testigos del paso de Dios en su pueblo: “Yo les felicito por
esa vocación a la pobreza y les invito a que la vivan auténticamente. Pues creo que este
espíritu de pobreza es lo que da la verdadera libertad… me alegra que ustedes como nacidos
en estos pueblos centroamericanos, tan necesitados de profetas, de sacerdotes que no se
instalen en la comodidad, ni siquiera la comodidad que supone la rutina de una piedad
segura, busquen una y otra vez todo aquello que nos compromete con Dios tan
profundamente como Francisco de Asís para abrazar al pobre, al leproso y sentirse hermano
de todos".2
Que la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Orden de los Hermanos Menores,
nos conduzcan por los caminos proféticos que nuestro hermano Francisco y nuestra hermana
Clara recorrieron hace 800 años.
Comisión de Formandos.
2
Nuestra fraternidad, n. 51, p. 63.
5
Capítulo I: Los fundamentos de la Inserción
1.1. Base bíblica
A partir de la Sagrada Escritura, no es posible obviar el contexto de inserción en el
que se ubicaba Jesús. Los evangelios nos relatan que llegó a Nazaret, donde se había criado
y con la fe, enraizada en su realidad, fue a la sinagoga, como era su costumbre. Allí se
identificó con las personas que sufrían, se puso de pie para hacer la lectura, y le pasaron el
libro del profeta Isaías. Como muchos frailes franciscanos hoy en día, Jesús desenrolló el
libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí. El me
ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos,
y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos.3
Este llamado llega en la playa de la propia historia personal donde se gesta la vocación
de sus discípulos. Así como aquel día Jesús paseaba por la orilla del mar de Galilea, vio el
corazón de los hermanos menores, así como vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban
las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y los haré pescadores
de hombres.» Y de inmediato, dejaron sus redes y le siguieron.4 De cara a Jesús, la Palabra
de Dios, los franciscanos siempre han sentido la invitación, a dejar las redecillas de la
seguridad personal, para seguir a la Palabra desde más profundo del corazón de la humanidad.
Por lo tanto, como seguidores de la Palabra, no podemos desencarnarnos de la
realidad de los más pequeños, ya que la Palabra se hizo carne, y puso su tienda entre
nosotros; así sus discípulos estamos invitados a poner nuestra tienda en la vida de los más
pobres, para que junto con ellos podamos decir que hemos visto su Gloria: la Gloria que
recibe del Padre el Hijo único, ya que en él todo era don amoroso y verdad.5
1.2. Base franciscana
En la forma de vida de los hermanos menores, el carisma mismo exige que nada se
apropien los frailes, ni casa, ni lugar, ni alguna otra cosa. Y como peregrinos y advenedizos
en este mundo, como un hecho visible, sirviendo al Señor en pobreza y humildad, vayan por
limosna con confianza, como un hecho sensible. Por eso Francisco recordaría que ni deben
3
Lc.4,16-18.
Mc.1,16-18.
5
Jn.1,14.
4
6
avergonzarse, pues el Señor se hizo pobre por nosotros en este mundo. Esta es aquella
eminencia de la Altísima pobreza, que a ustedes, carísimos hermanos míos, instituyó reyes y
herederos del Reino de los cielos, les hizo pobres de cosas temporales y les sublimó en
virtudes. Esta sea su herencia, la cual lleva a la tierra de los vivientes. A la cual amadísimos
hermanos, adhiriéndose totalmente, por el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, ninguna otra
cosa debajo del cielo quieran tener jamás.6
Como nos narran los escritos, nuestro Seráfico Padre San Francisco quería que sus
religiosos, en el uso de los conventos, de las iglesias, huertas y demás cosas que les eran
necesarias para la vida, pero que de alguna manera no traspasasen en lo más mínimo las
reglas de la santa pobreza, ni que tuvieran lugar alguno con derecho a propiedad, antes
bien, moraran en ellos como como si fueran peregrinos y advenedizos.7 Insertos en una
realidad, pero siempre como menores.
1.3. Base del Magisterio eclesial
Gracias a la renovación del pontificado actual del papa Francisco, los hermanos
menores volvemos a recordar, por fuerza propia del carisma franciscano, que todos somos
invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas
las periferias que necesitan la luz del Evangelio.8 Esto va ligado al don de la fraternidad,
pues como dice el Papa Francisco: la primera salida es la salida de sí hacia el hermano.9
1.4. Base de la Orden
A lo largo de los años, y de distintas formas, la historia de la Provincia ha demostrado
en cada hermano que ha querido vivir de forma radical el carisma que es hermoso salir del
pequeño claustro conventual para caminar por el gran claustro del mundo, para encontrar,
aprender, anunciar y, sobre todo, para estar... Para tocar con manos desarmadas y menores
la carne de la gente que vive en nuestras ciudades, en las periferias, que andan en busca de
sentido, de vida.10
6
Regla Bulada. Cap. VI.
Espejo de perfección. Capítulo X, 2.
8 Evangelii Gaudium, n. 20.
9 Ibíd., n. 179
10 Ite, nuntiate..., Directrices sobre las nuevas formas de vida y misión en la Orden de los Hermanos
Menores, p. 9.
7
7
Muchos de los que nos han precedido en la fe y en el caminar provincial,
experimentaron en carne propia que la salida hacia las periferias ha sido siempre un
elemento esencial de nuestra forma vitae. La aventura franciscana comenzó cuando
Francisco oyó al Crucifijo de San Damián que le decía: «Ve, repara mi casa» (cfr. 2C VI,
10), llamada que se confirmó pocos años después en la Porciúncula, cuando escuchó «el
pasaje evangélico en el que Cristo, enviando a los discípulos a predicar, les entrega la forma
de vida evangélica» (LM III, 1). Después Francisco y sus primeros compañeros fueron
ulteriormente confirmados en la certeza de ser enviados a evangelizar según el ejemplo de
los apóstoles cuando abrieron por tres veces el Evangelio (cfr. LM III, 3)”.11 Con esta
memoria que nos enriquece y nos hace parte de un tramo ya recorrido, nos introducimos a
los primeros años de la Provincia. Una Provincia que comenzó como Vicaría y respondió a
su contexto desde la inserción para vivir de mejor modo el Evangelio.
La inserción es el camino profético recorrido por todos los profetas del Antiguo
Testamento y en la plenitud de los tiempos el Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, se inserta en el
mundo, encarnándose en el vientre de María, mujer pobre de Nazareth.
11 Hermanos y menores hacia las periferias, Directrices de animación del Definitorio general para
los años 2016 y 2017, p. 8
8
Capítulo II: Tiempos de la Vicaría y la inserción
2.1. Jesús y Francisco, primeros pasos a la inserción
Jesús se encarnó en la humanidad para mostrarnos la grandeza del amor del Padre,
tomando opción clara y preferencial por los pobres. Por tanto, el valor de la inserción tiene
su fuente en el amor hacia los pobres. En su discurso programático de Lucas 6, Jesús llama
“Dichosos” a los pobres y les da la garantía de que son los herederos del reino de Dios.
El paradigma, núcleo y centro de la inserción es el mismo Jesús, que se hizo pobre
para enriquecernos con su pobreza (cfr. 2 Cor 8, 9). Siguiendo el modelo de Jesús, nuestra
Provincia desde sus orígenes se ha planteado la manera de ser fiel al ejemplo del maestro y
seguir la inspiración del Hermano Francisco.
Ya desde el albor de dicha entidad, se planteaba como objetivo con respecto a la
formación inicial: poner los cimientos para una formación franciscana en Centroamérica,
con criterios y desafíos que buscan responder a los desafíos que nos lanzan el Evangelio y
la realidad.12 Bajo esta perspectiva iluminadora se reunieron los formadores en la ciudad de
Comayagua, Honduras, del 18 al 25 de enero del año 1985 para discutir asuntos relacionados
a la formación inicial.13
En virtud de esta reunión se perfilan muchas luces que llenan de profetismo la vida
religiosa desde las primeras etapas formativas. Se estaba realizando en Nicaragua el Postnoviciado, donde se enfatiza que la situación en que vive Nicaragua reclama un compromiso
social a todo nivel. El religioso, si quiere acompañar a su pueblo, debe insertarse
necesariamente en los programas en pro de sus hermanos, como cristiano comprometido y
siempre como eminente consejero.
Es así como se plantea –ya en 1985-, que “las experiencias de inserción de los
post-novicios representarán no solo una respuesta a los desafíos de nuestra realidad, sino
un camino formativo.14 Ahí mismo se formó una comisión para evaluar las posibilidades de
este tipo de experiencias en la formación franciscana.
12
Nuestra Fraternidad, n. 8, año VIII, 1985, p. 36
Ibíd., p. 35
14
Ibíd., p. 48
13
9
También los frailes que vivían en Guajitos en un Anteproyecto de Vida apostaron
por una forma de vida más en consonancia con el carisma. Buscaban una vivencia fraterna
en medio de los pobres, siendo que Francisco descubrió a Cristo entre los pobres, los
leprosos… Así es como a través de la pobreza y minoridad seremos evangelizados y
evangelizadores.15
Este tipo de experiencias estaban fundamentadas en una conversión personal y
comunitaria.16 Se apostaba por una forma de vida que no solo supone el desprendimiento
interior y la austeridad comunitaria, sino también el popularizarse, compartir y -en algunos
casos- convivir con el pobre. Esta opción no supone exclusión de nadie, pero si de una
preferencia y un acercamiento al pobre.17 Este anteproyecto fue presentado en octubre de
1984. Los hermanos proponían iniciar esta experiencia viviendo en la casa de Guajitos
acompañados por fray Luis Rama. También pidieron hacer la experiencia de realizar trabajos
remunerados para poder sufragar en lo posible sus necesidades básicas.18
2.2. La inserción en tiempos de la Vicaría
En el Congreso de formación realizado en los Planes de Renderos, del 18 al 24 de
agosto de 1985, nos llega información sobre una comisión de pequeñas fraternidades en
formación inicial para que informaran sobre la viabilidad de las mismas. En ese entonces,
de Guatemala habló [Fr.] Carlos Galeano, quien manifestó que el único lugar dispuesto es
la Colonia [G]uajitos. Y en Nicaragua propusieron Barrio Colonia Centroamérica.19
Siempre movidos desde el espíritu franciscano, en ese mismo Congreso, los hermanos
de Diriamba […] propusieron la viabilidad de la formación en pequeñas fraternidades: al
respecto, la votación obtuvo unanimidad de 31 votos a favor.”20 Lo cual nos hace apreciar la
importancia y la insistencia de estos puntos de parte de los formandos.
Los profesos temporales también sacaron sus propuestas, por ejemplo: [d]e San
Buenaventura, los de tercer año de filosofía pidieron hacer experiencias de inserción, y se
15
El Evangelio nos desafía, Capítulo General de Bahía, Brasil. 1983; Nuestra Fraternidad, n. 8, Año
VIII, 1985, p. 56
16
. Ibíd. p. 57
17
Puebla, n. 733.
18
Nuestra Fraternidad, n. 8, Mayo/1985, Año II, pp. 56-57.
19
Nuestra Fraternidad, n. 10, Diciembre/1985, Año II, p. 54.
20
Ibíd., p. 54.
10
votó unánimente a favor de PEDIR EL VISTO BUENO DE SUS ACOMPAÑANTES.21
También agregaron que un grupo de cuatro [hermanos] piden insertarse en una barriada
formando parte de la fraternidad de San Buenaventura.22
“…los hermanos de Tercero de Teología. Ellos sugieren que la experiencia de la pequeña
fraternidad de Guajitos continúe; a la vez proponen subdividir el grupo de NUEVE en
pequeñas fraternidades.
Luego de especificar detalles, los de acta nos terminan de contar con fuerza
afirmativa:
Esta propuesta tuvo unanimidad de votos a su favor.23
2.3. La inserción para el Consejo Plenario del ‘86
Concurrido un tiempo después de dicho congreso, se reunió el Consejo Plenario en
Monte San Francisco en abril de 1986, donde trataron puntos con respecto a un Marco
referencial que servía para un plan de acción de la Vicaría. En ese entonces, ellos hablaban
de tres puntos que se deprenden sobre dicho marco: Cambiar nuestra ubicación mental,
cambiar nuestra ubicación física y pequeñas fraternidades.24
La opción por los pobres fue el punto sobresaliente en torno al cual giraban los otros
puntos de importancia en cuanto al estilo de vida de los hermanos, se daban cuenta que esta
les planteaba ciertas exigencias. Hablaban de modos concretos para crecer en cercanía y amor
a los pobres, que describían en concientizarnos y también casas pequeñas entre los
pobres...25
Fue entonces cuando, la revista Nuestra Fraternidad de junio de 1986, publicó el
instrumento de reflexión para toda la Vicaría, que consistía en un Marco referencial bien
diseñado para el estudio de los hermanos, a fin de dar un impulso renovador del carisma en
Centroamérica.
21
En adelante, todos los énfasis en mayúscula son propios de quien escribió.
Ibíd., p. 54.
23
Ibíd., p. 54.
24
Nuestra Fraternidad, n. 13, mayo/86, año III, p. 49
25
Ibíd., p. 23
22
11
En el capítulo tres, describían el servicio de la Vicaría en la opción preferencial por
los pobres y afirmaban en el n. 77: Actuar desde y con los pobres y vivir como ellos: es la
forma completa porque es la que nos recuerda mejor a la encarnación de Jesús y la inserción
de Francisco en medio de los pobres… “Vivir con los pobres de tal manera que podamos
ver la historia y la realidad desde su punto de vista…” (S.B. ’83, n. 31a y f).26
Entre las tareas y objetivos urgentes de aquel entonces, incluían en el n. 143: Cambiar
nuestra ubicación física. Esto exige: Fraternidades en lugares pobres, misión entre los
pobres y marginados, renuncia a lugares no tan necesarios y desplazamiento a lugares
realmente necesarios. Así como también: Pequeñas comunidades. [n. 145] Esto nos
encamina a: Pequeñas comunidades en medios populares no sólo a nivel de formandos, que
se privilegie en ellas la minoridad… Vuelven a insistir en que la formación no puede ir lejos
de estos lugares que colaboran a moldear al hermano menor en los candidatos a la vida
franciscana, ya que se proyectaban una Formación inicial y permanente, asidua y adecuada
[n.146], que busca fomentar y propiciar en la formación inicial: ir a vivir con los refugiados,
campesinos y comunidades insertas para que así nuestros jóvenes puedan experimentar para
conocer la verdad de Dios y de los hombres. Las experiencias serán nuevas luces para el
nuevo fraile menor en C. A. y Panamá, al mismo tiempo que moldean la personalidad futura
y se convierten en energía vital y fuente perenne de inspiración.27
En marzo de 1986, visitó la Vicaría el Secretario General para la formación y los
estudios de la Orden, Fray Agustín Martini, quien se reunió en aquel entonces con los
responsables de la formación. Fr. Carlos Galeano deja un informe en el que nos relata un
poco sobre la línea que portaba la Orden en aquellas circunstancias históricas y que la Vicaría
no iba lejos de esos lineamientos, sin embargo, sí dio luz verde a una propuesta novedosa:
Fray Agustín Martini presentó… la posibilidad de formar comunidades insertas no sólo de
Profesos Perpetuos sino mixtas, profesos solemnes y profesos temporales. Puntos que fueron
iluminados con las intervenciones acertadas del Hermano Zamorano28 y las respuestas de
todos.29
26
Nuestra Fraternidad, n. 14, Julio/86, año III, p. 25
Ibíd., pp. 25-26
28
Subsecretario general para la formación y los estudios quien lo acompañó en ese momento.
29
Nuestra Fraternidad, n. 15, Agosto/86, año III, p. 53
27
12
En esta misma línea, el Congreso en Planes de Renderos del 18 al 24 de agosto de
1985 daba unas cuantas sugerencias con respecto a este mismo punto: Hacer experiencias de
inserción y la continuación de la pequeña fraternidad de Guajitos.30
Fr. Atilio Prandina fue el responsable, en ese entonces, de la exposición de las líneas
generales sobre la formación, por parte del Consejo Plenario de la Vicaría. La revista nos
hace llegar una sugerencia que consideraban necesaria para un tipo de experiencia como ésta
sería bueno no estar inmerso en una estructura parroquial, sino más bien en una casa cerca
de la parroquia para una mejor inserción.31
Fr. Gerardo Moore también participó en esa ocasión planteando los retos y desafíos
de las comunidades insertas. Los responsables de actas nos relatan que se trataba de los
aspectos más importantes en las pequeñas fraternidades insertas: vida fraterna, pobreza,
experiencia con Dios, aspectos pastorales y diferentes fases y límites.32
Para nuestra fortuna, nos legaron para la historia los aspectos claves con los que se
identifica a las pequeñas comunidades en la Vicaría centroamericana, que no incluimos todas
por cuestión de espacio:
2.4. Aspectos de las pequeñas comunidades insertas
a. Fraternidad
Relaciones personales más profundas y sinceras, la vida es más transparente porque
se vive de cerca y cara a cara, lo cual permite ver lo positivo y negativo de cada hermano.
Riesgo: convertir la comunidad en un techo debido a los múltiples compromisos. (…)
Finalmente, la pequeña fraternidad abre las posibilidades de cumplir con el ideal
que presenta San Francisco: “comunidad de hermanos con relaciones inspiradas en el
amor y el servicio”.
30
Ibíd., p. 57
Ibíd., p. 59
32
Ibíd., p. 66.
31
13
b. Pobreza
El hecho de vivir en una pequeña comunidad incerta [sic] en un barrio pobre, nace
de que uno tome conciencia de la pobreza y el sufrimiento del pueblo, compartiendo las
limitaciones y evitando lo superfluo. De esta manera los bienes materiales se convierten
en mediación de fraternidad y no en obstáculo para la comunión. Tenemos que llegar a
un compromiso efectivo por las causas de los pobres, que son sujetos de su propia
historia y apoyando los proyectos de liberación integral (inserción).
c. (…)
d. Experiencia de Dios
En la comunidad inserta, la oración llega a encarnarse con la vida del pueblo, con
su dolor. El rostro de Cristo sufriente en el pobre, en el enfermo, el perseguido, el
torturado, en una palabra [,] se resume en las Bienaventuranzas.33
e. Fases y límites de la inserción:
l. Fase afectiva: comienza con una atracción de simpatía por esta forma de vida en
medio del pueblo.
ll. Fase práctica: se dedica parte del tiempo y de la propia actividad, aunque todavía
no se vive allí.
lll. Fase local: se va a vivir en la periferia, barrio popular o el campo.
lV. Fase espiritual: ser pueblo también en el alma, en el modo de creer, de esperar,
amar y celebrar.
En conclusión, Fr. Gerardo termina proponiendo un criterio válido en la actualidad sobre
nuestra forma de vida, que la vida en pequeña comunidad inserta exige una conversión
continua. Hay que hacer una ruptura con la ideología de la clase dominante purificándonos
de la mentalidad burguesa y colocarnos al lado y servicio del pueblo[,] en definitiva. San
Francisco es ejemplo determinante para nosotros.34
En enero del ’86, la revista de la Vicaría muestra la intervención del vicario [Fr. Damián
Muratori, ofm] presentando su informe a los hnos. capitulares, quien al final enseña en el
33
34
Ibíd., p. 67
Ibíd., p. 68
14
documento n°18, el diagnóstico de nuestra vicaría.35 Citaremos aquí solo lo mencionado en
aquel momento sobre la formación inicial y su correlación con la inserción.
En cuanto al tema de Minoridad, pobreza y economía, contaban entre sus logros la
proyección cada vez más creciente hacia comunidades insertas.36 Así como el
descubrimiento de la necesidad de ser pobres con la búsqueda sincera de inserción entre los
pobres y una preocupación por casas sencillas. Incluyendo entre sus logros la coherencia
consecuente de esa opción: Casi todas las fraternidades están ubicadas en medios populares,
ofreciendo el testimonio de vida austera de muchos hermanos. En algunos casos utilizando
transporte del pueblo.37
Es curioso que la formación inicial no va fuera de ese entorno, ya que contaban entre sus
logros que los formandos estaban en pequeñas comunidades insertas. Lo que llevó también
como consecuencia la descentralización de las casas de formación inicial a las otras
regiones de Centro América.38
2.5. Sobre comunidades insertas39
En el aggiornamiento que iban teniendo los congresos de formación dentro de la
Vicaría, el del ´89 nos heredó tres preguntas claves, sin las cuales no se podrían entender la
inserción y la formación como complementarias. Para nuestra riqueza, el mismo congreso se
pronunció frente a ellas y hoy se vuelven un criterio histórico para retomarlas.
2.5.1. ¿Qué es una pequeña fraternidad?
Ante tal cuestionante, la definían como comunidad que hace un cambio geográfico
(medios populares). Por consecuencia, era una comunidad que acompaña al pueblo. Estas
características era algo que no se imponía a los hermanos, ya que era una Fraternidad que
asume conscientemente esta forma de vida. La única condición que se les imponía era que
tenían que ser un grupo de hnos. que desean vivir más radicalmente el Evangelio. O como
lo traducirían algunos: Comunidad de hnos. que testifican el franciscanismo. Ante esta
35
Nuestra Fraternidad, n.17, enero/87, año III, p. 39
Ibíd., p. 42.
37
Ibíd., p. 43.
38
Ibíd., p. 48
39
Nuestra Fraternidad, n. 25, mayo/89, Año IV, p. 42
36
15
realidad, no hablaban de sinsentidos, mediocridades o quejas infantiles, ya que decían: “Esta
vida interpela nuestra vida religiosa”.
2.5.2. ¿Cuáles son sus características?
Los aspectos no negociables de estas fraternidades eran sus pocos miembros que viven
pobremente en su estructura es pequeña. Esa misma estructura llevaba confrontación tanto
como cercanía, y esto era visto como positivo, ya que indudablemente su relación fraterna
es directa. Así como para ver que, entre menores, se asumen los trabajos domésticos. Todo
esto en un plano meramente humano, pero cuando se le agrega la mística franciscana denotan
que también se asumen: riesgos, alegría y problemas a nivel concreto desde la fe de una vida
más sencilla, y así es como siempre mantienen una actitud de búsqueda.
2.5.3. ¿Qué es una comunidad inserta?
Decían los frailes (en ese mismo congreso) que, desde la fe o desde un nivel teológico:
son comunidades que siguen a Jesús pobre y en los pobres (como medio de vivir la
encarnación). Y como San Francisco, tienen en común con los pobres su forma de vida, ya
que son comunidades que experimentan las inseguridades y las asumen.
2.5.4. ¿Cuáles son sus características?
En un primer momento, las calificaron de ser estables. A pesar de no ser concretos en
esta descripción, intuimos que era porque llevan un autofinanciamiento (por incluirla como
última característica). Podía ser porque realizan trabajo manual o por no tener y atender
directamente parroquias y sus actividades, así podían responder más libremente a las otras
dimensiones apostólicas del carisma que van más allá de lo sacramental.
2.5.5. ¿Hasta qué nivel de inserción pueden llegar los formandos?
Esta ha sido como el punto de confrontación más difícil de conciliar a lo largo de los
años de la Provincia, en aquel momento no la contestaron directamente, simplemente
respondieron ser hijos de su tiempo, en comunidades en medios populares (como
actualmente los estudiantes de formación inicial). Pero, no les quedaba duda de estar en
camino a la inserción, porque para allá iban todos movidos por el ideal de acompañamiento
en el proceso de liberación.
Por eso los frailes en formación inicial se conformaban con quitar el nombre inserción
por pequeñas comunidades en medios populares en vías de inserción. Así finaliza esa página
16
de ese congreso de formación, queriendo responder a una exigencia del carisma en medio de
las estructuras de la formación inicial: ¿Cómo podemos llamar a nuestras comunidades?
Pequeñas fraternidades en vías de inserción.40
En 1989, Fr. Damián C. Moratori, quien ya era Ministro Provincial en ese entonces,
sostenía que la vida religiosa est[á] interpelada por dos enfoques eclesiales que se hacen
cada vez más exigentes: la nueva evangelización y la encarnación o inserción. Incluyendo
también otro enfoque es la vuelta del carisma según el Espíritu, es la conversión en el
seguimiento de Jesús. Aclaraba a su vez que la conversión que no se queda en la periferia,
sino que involucra la mente, el lugar físico, el comportamiento, las actitudes y el corazón.
Separar estas partes podría significar reducir la fuerza de la conversión, equivocar procesos
y crear conflictos inoportunos.
En pleno 2017, estas palabras de inserción y conversión vuelven a mover las raíces
más profundas del carisma franciscano en nuestras regiones, pues es evidente que la una y la
otra no se pueden vivir sin una experiencia profunda de Dios… es cuando más nos sentimos
amados, más nos entregamos. La historia provincial sigue demostrando que la inserción no
es una forma más de vida religiosa, sino que es una vida nueva, que nace y se desarrolla
bajo el inflijo del Espíritu.41 Por eso, es necesario replantearla con seriedad.
40
41
Ibídem. Cfr. Nuestra fraternidad, n. 27, Septiembre/1989, Año IV, pp. 42-51.
Nuestra Fraternidad, n. 27, p. 29
17
Capítulo III: La Provincia opta por la inserción
3.1. El Congreso de las fraternidades insertas en medios populares
Tanto fue la fuerza de la inserción como valor, que los hermanos formandos tuvieron
un diálogo con algunos hermanos del gobierno provincial sobre el caminar de la Provincia
en la línea de la inserción.42
Rescatamos de esta entrevista puntos clave que iluminan nuestra visión histórica de
la Provincia.
Al querer saber cómo inició todo este nuevo camino, Fr. Gerardo Moore conversó
que llegó a la comunidad de Guajitos en 1986, con menos medios de los que se tienen en una
parroquia o casa grande.43 Sin vehículo y dejando la estructura parroquial, fueron los
segundos pasos que se daban en la línea de inserción. Si bien, menciona algunos logros,
también se mencionan muchas limitantes de esa forma de vida, tales como que el apostolado
absorvía [sic] la mayor parte de nuestro tiempo, situación que provocaba el descuido de
otros valores. Por eso, él apostaba sobre todo a hacer el equilibrio entre la fraternidad,
apostolado y otros aspectos más, te[n]iendo en cuenta que la vida fraterna es un aspecto
primordial para la vida franciscana.44
Mientras que, Fr. Domingo desde su experiencia personal compartía que lo
fundamental era dejar la gran comunidad, para vivir en un grupo de cuatro, asumiendo los
retos que implica, particularmente, descubrirse tal como uno es ante los demás. Otro aspecto
importante de esta forma de vida lo constituye, el autofinanciamiento a través del trabajo
remunerado de diferentes tipos.
Es interesante la opinión de Fr. Ignacio Urbina, Ministro Provincial de aquella época,
al hablar de los hermanos que han pasado por la etapa de inserción, pues sostiene que no es
que salgan convertidos totalmente, pero sí con sensibilidad fraterna, y se puede decir que
eso es fruto de la inserción.
42
SEGUNDO CONGRESO DE LAS FRATERNIDADES INSERTAS EN MEDIOS POPULARES,
Nuestra fraternidad, n. 39, año IX, junio/1992, p. 25-27
43
Ibíd. p. 25
44
Ibíd.
18
A la pregunta de qué sucedía con los hermanos formandos rumbo a la inserción, Fr.
Ignacio aseguraba que para prepararles para la vida de inserción, no existe plan sistemático
alguno; pero sí se cuenta con ciertos elementos, que ayuden a este propósito. Por ejemplo:
[que los hermanos formandos realicen] visitas esporádicas a las comunidades de inserción,
quedarse un fin de semana y acompañarlos en sus actividades.
Fr. Gerardo se encargó también en responder por lo que sucedía con los hermanos
solemnes que ya habían estado en la inserción: Hay hermanos que han salido de las
comunidades insertas que ahora viven juntos. Ellos podrían reformular su vida: en el campo
fraterno, pastoral, etc. Lo que tendría que mover a los hermanos, que cuentan con esta
experiencia, a tener la mística de las comunidades insertas. Aquí es donde por primera vez
se menciona este término en las revistas de Nuestra Fraternidad y luego se tomará como un
reto en la FRIMPO.45
En este contexto histórico, Fr. Ignacio afirmaba que, a pesar de los problemas internos
de la provincia, para la Orden, era modelo para muchas otras, ya que en algunas Provincias
hay intentos y presencias tímidas. De éstas algunas son fuertemente criticadas. Con
modestia, se puede decir que nuestro caminar, en este campo, ha tenido avances
importantes.46
Se hace notar que, dentro de la misma formación inicial, la etapa tuvo muchas críticas.
Los resultados de las tabulaciones de la encuesta enviada a los hermanos que han pasado
por las comunidades insertas arrojaron datos históricos lamentables. Por ejemplo:
A la solicitud de mencionar tres experiencias que se dieron en tu experiencia personal,
alguno contestó haberla hecho con dos hermanos que no estaban de acuerdo con ella,
contrario a una de las características de la inserción. Así como [l]a no aceptación de algunos
hermanos, y la confirmación en el peor de los casos: Fuí [sic] enviado como castigo.
«Si hace falta crear un “mística” de la inserción y del caminar provincial, entonces hay que
“espiritualizar la experiencia”, que pase de la mente al corazón. Ir al pobre debe ser encuentro con
el Dios del Reino.» Cfr. Etapa del juzgar, retos y propuestas en SEGUNDO CONGRESO DE LAS
FRATERNIDADES INSERTAS EN MEDIOS POPULARES, Nuestra fraternidad, n. 39, año IX,
junio/1992, p. 35
46
Ibíd., p. 27
45
19
Es necesario volver a marcar el horizonte que mueve a la inserción, para no repetir
los mismos errores. Bastará recordar los conceptos creados por los mismos formandos de
aquel entonces, pues afirmaban que a lo que debería llegar toda vida religiosa auténtica es a
ser respuesta a la esperanza de los pobres.
Argumentaban aquellos formandos que buscaban ser la presencia dinámica de los
hermanos que acompañan a las comunidades pobres, extendiendo el Reino de Dios, que
evangelizan y se dejan evangelizar, como una pequeña fraternidad que trata de vivir el
Proyecto Provincial en zonas marginales a partir de la fraternidad. Con la sana libertad de
ir asumiendo poco a poco la “suerte” de los pobres, para ser evangelizados por ellos y para
evangelizar a todos los hombres, desde y con los pobres de este mundo.
Es inestimable la riqueza de tal experiencia cuando se descubren los valores obtenidos
en la inserción. Por eso, para muchos era de vital importancia, tanto que nos lleva a volver a
los orígenes de la Orden, es decir que pasaba de ser un modo de vida a algo de identidad
provincial y de esperanza para los pobres, como una formación de una Iglesia auténtica; es
lógica consecuente, ya que en la medida que se tenga la capacidad de acompañar a los
hermanos más pobres, se asumirá el papel de una Iglesia que vive la conversión, en actitud
de anuncio y denuncia. En resumen, los formandos concluían que este proyecto se resume
en la fidelidad a Dios, a la historia y a nuestro carisma. Pues trata ser signo profético en un
mundo tan cambiante como el nuestro. 47 Estas palabras vuelven a sonar con un eco actual
en esta hora histórica de la Provincia.
En este Congreso FRIMPO, estuvo presente Fr. Joaquín Garay, quien compartió una
temática de iluminación sobre la espiritualidad de la inserción, de la cual nos llega su síntesis
como un gran aporte a esta aproximación histórica.
Decía que el Capítulo Provincial [de 1990] puso en evidencia lastres históricos no
superados. Afloran cosas escondidas: carencias humanas, resentimientos históricos, etc.,
pero que nuestras limitantes no detienen nuestros procesos históricos, sino que dan pauta a
una Nueva etapa en la Inserción, y cuestionaba al respecto a los hermanos: ¿qué porcentaje
47
Ibídem.
20
de hermanos han pasado por la experiencia? ¿qué ha pasado? ¿hay profundización personal
y/o comunitaria de la inserción[?]
A su criterio existían exigencias externas, como las situaciones sociales, las
realidades eclesiales, el problema que han suscitado hermanos en la Provincia
(inconformismos) pueden provocar un cierto “impasse” inútil de la inserción. Invitaba a ver
si tal vez no nos hemos preocupado lo suficiente de crear un “hilo conductor” [,] un “centro”
de la experiencia que sea la base. Esto nos interpela también hoy en día a nosotros, pues
como él decía: Una cosa será el pluralismo, que sanamente debe existir, pero otra es la
superficialidad al tratar el tema, y podemos reflexionar sólo [sic] sobre el hacer, cuando el
momento histórico creo que exige profundización, ante todo, cuando hay corrientes
adversas.
Así es como nace un reto enorme: la interiorización de la experiencia y del caminar
provincial, para revisar si hace falta crear un “mística” de la inserción y del caminar
provincial, entonces hay que “espiritualizar la experiencia”, que pase de la mente al
corazón, para movernos a una conversión sociológica, cultural, pero [,] sobre todo, religiosa
y franciscana. Sin esto, seremos individuos, sin centro ni fundamento. Necesitamos provocar
una “Pasión por el Reino” entre nosotros y con quienes trabajamos, a esto Fr. Joaquín nos
respondiera que la Inserción puede hacerlo. 48
El boletín provincial número 46 nos hace llegar también el informe de Fr. Damián,
que incluyó entre las luces de la formación inicial y permanente, la celebración del II
congreso de Fraternidades Insertas en medios populares, en el que se logró unificar
experiencias y compartir el caminar de cada casa y constatar la pasión que hay en nuestros
jóvenes por la inserción entre los pobres.49
Este mismo Congreso legó, como herencia, un gran documento que regula toda esta
etapa. Entre ellos, los principios de la formación franciscana en el que retomamos lo referente
a La Inserción que de por sí es muy basta:
48
49
Ibíd., pp. 34 – 35.
Nuestra Fraternidad, n. 46, 1993.
21
21. Siguiendo el ejemplo de San Francisco “que fue conducido por Dios en medio de los
leprosos escogiendo la vida y la condición de los pobres” (RF 25) las fraternidades insertas
en medios populares serán consideradas lugares de formación y opción muy peculiares
dentro del proceso formativo, inicial y permanente. (Cfr. PUEBLA 731; CCGG 87. 3; IX
UCLAF; L.O V meta, 4, rec. 1; RF 155).
22. La Provincia estima esta forma de vida como medios privilegiado para intensificar lla
[sic] vida fraterna, profundizar los valores evangélicos, de la pobreza y minoridad y asumir
la opción preferencial por los pobres.
23. La formación en nuestra Provincia se hará desde la opción por los pobres y para la
inserción, que comprometa y capacite para acompañar críticamente a la luz del seguimiento
de Jesús y la historia de nuestros pueblos (Cfr. RF 48-50).
24. Considérense las fraternidades insertas en medios rurales como lugar idóneo para
realizar la formación inicial y permanente, e implantar una pastoral liberadora.50
Salvamos también ciertas competencias del Congreso FRIMPO, reguladas en el
capítulo II de las competencias generales en la formación que se tendrá que retomar para
volver a este valor del carisma como una de nuestras opciones fundamentales:
57. El congreso de fraternidades insertas en medio populares es una expresión del proceso
formativo, tanto inicial como permanente, realizado cada dos años, donde se reúnen los
hermanos en espíritu fraterno, comparten experiencias y profundizan en los valores de esta
forma de vida que la Provincia impulsa como parte integral de su Proyecto.
58. Compete al congreso de Fraternidades Insertas:
1- Compartir y revisar el caminar de cada fraternidad en los aspectos vitales de esta forma
de vida;
2- evaluar metas y tares del Congreso anterior;
3- buscar nuevas modalidades para seguir profundizan en la inserción y su espiritualidad;
50
Ibídem, p. 152
22
4- conceptualizar históricamente la proyección de las fraternidades insertas.
59. Participan en el Congreso de Fraternidades Insertas:
1- el Secretario para la Formación y los Estudios;
2- todos los miembro de las fraternidades insertas, incluyendo los párrocos
3- dos representantes de formandos de otras etapas de formación;
4- otros invitados.
60. Para la organización del Congreso los miembros de las fraternidades nombraran una
Comisión ad-hoc, formada por un miembro elegido en cada fraternidad inserta. Una vez
convocada el Congreso por el Ministro provincial la Comisión se reunirá, elegirá un
coordinador y planificar[á] las actividades.
61. La temática del congreso será escogida de mutuo acuerdo entre la Comisión ad-hoc y el
Secretario para la formación y los estudios.
62. Los gastos serán cubiertos por las fraternidades y, si es necesario, con un aporte del
Fondo Provincial.51
En ese momento, el n. 200 establecía que, terminado el año de servicio, los hermanos se
asignaran a la fraternidades insertas.52 Adjuntamos aquí las dimensiones importantes:
Inserción
256. La Inserción es una forma peculiar de vivir la minoridad y fraternidad “según la forma
del Santo Evangelio” en el pueblo empobrecido, tanto para hermanos de formación
permanente como de formación inicial, que conlleva ubicarse geográfica y socialmente en
medio de los pobres (Cfr. CCGG 8,2. 66).
257. El fundamento de las fraternidades franciscanas insertas es el seguimiento de Jesucristo
que se hizo pobres por nosotros y el ejemplo de San Francisco que invita a sus frailes a
51
52
Ibíd., p. 156.
Ibíd., p. 167.
23
gozarse “cuando conviven con personas viles y despreciadas, con pobres y débiles y
enfermos y leprosos y los mendigos junto al camino” (RNB 9,2; Cfr. CCGG 1,2; 8,1,3; 97).
Objetivos
258. 1- Potenciar una conversión más profunda a Cristo pobre y humilde y la vivencia del
Santo Evangelio según el ejemplo de San Francisco;
2- intensificar las relaciones fraternas, conocimiento entre los hermanos y aceptación
mutua, y vivir la fraternidad como modo privilegiado de evangelización mediante el
testimonio de la simple presencia franciscana;
3- profundizar y radicalizar el valor evangélico de la pobreza en el comportamiento de lo
que se es y lo que se tiene con los más pobres;
4- asumir y compartir los trabajos domésticos y el mantenimiento de la casa como expresión
de la minoridad;
5- valorizar el pensar y sentir de los pobres, compartiendo sus sufrimientos, gozos y
esperanzas y asumiendo su causa.
Medios
259. Para promover la vida fraterna y el sentido de acercamiento al pueblo, procure que la
casa inserta se ubique geográficamente fuera de las oficinas parroquiales.
260. Constrúyase esta con materiales sencillos acorde con la realidad de los pobres.
261. El número de hermanos que conforma la fraternidad inserta sea ordinariamente de
cinco hermanos máximo.
262. Los hermanos dediquen al menos dos horas semanales de reflexión comunitaria,
privilegiando temas franciscanos y otros que estimulen su forma de vida.
263. Tengan la Eucaristía como centro y fuente de la vida fraterna. Celébrese en cada
fraternidad por lo menos dos veces durante la semana. (Cfr. CCGG 31,2).
264. Nútrase de la Palabra y esfuércense por comprender, a la luz del Evangelio, las
situaciones del Pueblo de Dios con quien comparten su vida.
24
265. 1. Solicito53 del espíritu de oración y devoción, dediquen una hora cada mañana a la
oración.
2. “Procuren los hermanos orar con el pueblo, asumiendo la realidad de su vida y
participando con sencillez de su esperanza y de su fe” (Cfr. CCGG 31).
266. Para robustecer el espíritu de oración, los hermanos deben procurar momentos fuertes
durante el año en los ermitorios o lugares de retiro y de soledad (Cfr. CCGG 31).
267. En la medida de lo posible, la fraternidad inserta asuma el valor del trabajo
remunerado como medio de sustento y solidaridad con los pobres.
268. En su actuar pastoral promuevan y estimulen la creación de comunidades cristianas de
inspiración franciscana que lleve a la dignidad de la persona, la justicia, paz ecología.
269. En las fraternidades insertas se tendrá especial cuidado de conjugar los valores de
oración, privacidad, silencio y estudio, con los valores de apertura al pueblo, de trabajo y
pastoral.
Normas Prácticas
270. Al inicio de cada año los hermanos de fraternidad dediquen al menos dos días a la
oración y el dialogo, a fin de realizar un encuentro personal en el cual se conozcan,
compartan sus motivaciones y expectativas y para elaborar el proyecto comunitario de vida.
271. Revisen y confronten periódicamente sus criterios iniciales con su proceso de inserción,
siempre atentos a la divina inspiración y los valores evangélico y franciscanos.
272. Al inicio del año las fraternidades insertas en cada región se reunirán para planificar
juntos la formación franciscana.
273. Los hermanos que se encuentran en el proceso de preparación para la profesión
solemne no asuman trabajo remunerado, para prepararse más asiduamente para su
consagración definitiva.54
Los investigadores lo interpretamos como “solicitud” de espíritu de oración y devoción. Es decir
que se entienda como “sean solícitos a la oración”.
53
54
Ibíd., p. 171-172.
25
3.2. III congreso FRIMPO
En el mensaje de Fray Ignacio Urbina, Ministro Provincial en aquella fecha, que
realizó durante el III congreso de fraternidades insertas en medios populares enfatiza la
inserción como respuesta al misterio de la encarnación y revelación de Dios.55 Para los
investigadores, nos parece importante resaltar que, en la persona de Jesús de Nazaret, el
cristianismo reconoce la revelación más densa de Dios. Él mismo se hace carne, penetra la
historia, se personifica y se inserta en ella. Jesús lo hizo con su praxis histórica y su palabra,
anunciando el Reino a los pobres y pecadores.
La revelación de Dios se manifiesta como encarnación, es decir inserción en la
historia humana. Esto da sentido al ser de la Iglesia y debe cuestionar y servir de parámetro
en su praxis evangelizadora.
Este mismo espíritu guía a la Iglesia latinoamericana desde las conferencias
episcopales de Medellín y Puebla. La vida religiosa asume esta nueva espiritualidad que brotó
de la necesidad y preocupación de renovarse desde la opción por los pobres. En nuestra
provincia, se decidió asumir cambios que dieran respuestas y concretizaciones a estas
opciones, no sin pocas dificultades. Las fraternidades insertas en medios populares, citadas
en el informe fueron: Las Lomas, Guajitos, Mezquital y Loma Blanca en Guatemala. Así
como el Transito, San Bartolo y Bosques de Prusia en El Salvador.
Desde el inicio el ideal fue crear auténticas fraternidades, pequeñas en número de
hermanos, que dieran la posibilidad de tener una formación personalizada, y que ayudara a
crecer en el valor franciscano de la vida fraterna. Las relaciones interpersonales de una
pequeña fraternidad pone al descubierto nuestro ser autentico [sic], tanto nuestros valores,
capacidades y dones, como también nuestros límites, heridas e inmadureces en la aceptación
del otro y de uno mismo, con el fin de madurar y meter en el fondo del ser el espíritu de
fraternidad.56 A partir de todo lo anterior nace la exigencia y el reto de experimentar en carne
propia la inseguridad económica, el trabajo asalariado, los trabajos domésticos del cocinar,
55
56
Nuestra fraternidad, n. 51, p. 29
Ibíd., p. 31
26
lavar, aseo del hogar, junto al estudio, el trabajo pastoral y la vida interna de la fraternidad
religiosa franciscana.57
Como compiladores de toda esta cronología, consideramos, sin temor a equivocarnos,
que la inserción exige replantearnos la vida. Es necesario revisar nuestras opciones religiosas,
pastorales, sociales, económicas y políticas desde los pobres. Esta sensibilidad no la crea
nadie. No la puede obligar la Orden, ni la Formación, ni los estudios filosóficos y teológicos
en las grandes universidades. Esta sensibilidad simplemente nace del corazón, a partir del
encuentro íntimo en la oración con el mismo Jesucristo.
El licenciado Guillermo Meza en ese mismo año, hizo una iluminación sobre la
inserción, refiriéndose a la inserción como una forma de inculturación.
También en la evaluación de la fraternidad de Bosques de Prusia se resalta que es
tarea de todos que [,] como fraternidad, busquemos conocer mejor la realidad del pueblo y
comprometernos con ella.58
La opción preferencial por los pobres en nuestra provincia ha sido concretizada en la
fundación de las fraternidades insertas en medios populares (FRIMPO), como una forma de
vivir la minoridad y fraternidad, según la forma del Santo Evangelio en el pueblo
empobrecido, tanto para los hermanos en formación permanente como de formación
inicial.59 El fundamento es el seguimiento de Jesucristo que se hizo pobre por nosotros y el
ejemplo de San Francisco que invita a sus frailes a gozarse cuando conviven con personas
viles y despreciables con pobres y débiles y enfermos y leprosos y los mendigos junto al
camino (RNB 9, 2).60
El objetivo general del FRIMPO es potenciar un acercamiento real y gozoso al
pueblo pobre y marginado para solidarizarnos y convertirnos, acompañando su proceso de
liberación a ejemplo de Cristo pobre y crucificado, desde el testimonio de Francisco de Asís,
asumiendo la inserción como forma de vida en la Provincia.61
57
Ibíd., P. 32
Ibíd., p. 37
59
Ibíd., p. 45
60
Ibíd., p. 45
61
Ibíd., p. 46
58
27
3.3. Síntesis del Diagnóstico evaluativo de la Provincia
En la época de 1994 a 1996, la Provincia se sometía a un discernimiento en todos los
niveles de sus estructuras. Fue así como surgió el Diagnóstico Evaluativo Provincial. Fue
dirigido por un Equipo Técnico que hizo suyo el interés del Definitorio Provincial, que era
fortalecer el caminar de la Provincia, con el objeto de lograr revisiones y evaluaciones
sistemáticas y periódicas que permitan determinar la actualización del [c]arisma y la misión
de la O.F.M. en América Central.62 Tomaremos aquí las correspondientes a nuestro interés:
la inserción como valor netamente franciscano.
Por ejemplo, [r]especto a la estructura física de las casas de formación, un alto
porcentaje de Hermanos manifestó que no ayuda a vivir la fraternidad. Existe prejuicio para
las Casas de Formación de San Buenaventura, Cristo Rey, Monte San Francisco, Planes de
Renderos por su estructura física y el ambiente social en el que están insertas.63
En cuanto a las casas de inserción, había diversidad y todo tipo de comentarios, tales
como los profesos solemnes que pertenecen a regiones donde no existe este tipo de casas,
manifiestan un desconocimiento sobre las mismas, por otro lado, [h]ermanos profesos
solemnes como en proceso de formación inicial opinan que el vivir en estas casas les ayuda
a tener un acercamiento a la realidad que les tocará vivir en su vocación, aunque un alto
porcentaje de [h]ermanos de las Regiones de Guatemala y El Salvador opinan que no hay
claridad en cuanto a la inserción y consideran que debe ser un plan más estructurado y que
se constituya en una etapa optativa dentro de la formación y no obligatoria como está
establecida en la actualidad.64
En el capítulo VII, en la discusión de los resultados, cuando se habla de Fraternidad
formativa, llama la atención que la vida fraterna en - el caso de Guatemala - las Casas de
Inserción se refiere más a compartir el techo que las aspiraciones que puedan tener, ya que
el ritmo de vida que llevan, se pone de manifiesto que los solemnes viven su vida y los
formandos la propia.
Nuestra fraternidad, n. 63, año XII, sept. 1996, p. 32
Sobre la formación franciscana inicial, en el Informe: Diagnóstico evaluativo de la Provincia
Franciscana O.F.M. Nuestra Señora de Guadalupe de América Central frailes profesos solemnes,
Nuestra fraternidad, n. 63, año XII, sept. 1996, pp. 32 – 34.
64
Ibídem, p. 33
62
63
28
El formando franciscano de hoy en día deberá tener cuidado con no cometer errores
del pasado, cuando fue evidente que en la Provincia algunos de los estudiantes que viven en
estas Casas no están por que [sic] les guste ni por opción, sino por obediencia. Se percibe y
es expresado por ellos el disgusto hacia las Casas, las tensiones que les produce el vivir en
ellas y sobre todo el hecho de estar en constante búsqueda de justificaciones para no
permanecer en las mismas.
Y lo que podemos considerar como el daño más grande, fue saber que contrariamente
los integrantes de estas Casas no son ni viven como la gente que les rodea y menos comparten
con ellos ; es más, la gente de algunos lugares manifestó no conocerlos ; es decir, reducen
su mundo a un grupito de familias con quienes se pueden sentir bien y no toman contacto
con la comunidad en la que están insertos. Esta manifiesta a través de entrevistas, la escasez
de diagnóstico serio en estas Casas; no conocen la realidad de la gente y menos se
involucran en dar respuesta a las necesidades de las mismas; sin embargo, siempre hay
verdaderos hermanos menores que marcan la diferencia. Por ejemplo, la excepción de San
Bartolo, en El Salvador.65
En el Capítulo Provincial se iluminó con mayor amplitud este tema, haciendo
conciencia que desde que fue creada la Vicaría, la actual Provincia, hizo una clara opción
por los pobres. En esta línea se ha continuado y se han dado pasos importantes que han
significado un avance en este sentido.66 Es fácil afirmarlo cuando se sabe que desde la
formación se ha intensificado la inserción entre los pobres.
Entre los logros de la Formación inicial lo contaban: Las fraternidades de formación
insertas han sido bien acompañadas y los jóvenes que están en ellas han tomado muy en
serio esta forma de vida. Por ende, consideraban a las [c]asas grandes una limitación que,
por su tamaño o ubicación, parece que no responden al momento actual [dicho en 1996] y a
las orientaciones formativas de la Orden y de la Provincia. 67
A todo eso, se agrega el Informe del Visitador general Fr. Antonio José Gaviari L.,
ofm quien sugería -en el apartado 3.3- al nuevo gobierno de la Provincia debe velar para que
65
Ibíd., p. 61
Nuestra Fraternidad, n. 64, Año XII, Octubre-Noviembre de 1996, p. 50
67
Ibídem. p. 51
66
29
se continúe en la búsqueda de nuevas formas de inserción, mirando para que pase de
“experiencias” a forma de vida [1996].68 Y más adelante -en el numeral 5.5- dirá en cuanto
a las fraternidades formativas insertas habría que tener en cuenta dos aspectos, con respecto
a los formandos: La preparación de los jóvenes que van a integrarse a ellas y el intercambio
habitual entre los formadores que las acompañan, a fin de compartir experiencias y unificar
criterios de acompañamiento.
En el capítulo V, sobre la Formación inicial y permanente, del Informe del Ministro
Provincial al Capítulo Provincial 1996,69 de Fr. José Ignacio Urbina Delgado, ofm, aparece
entre las sombras de la inserción el deterioro académico, pues en las fraternidades insertas
falta organizar aún más la vida fraterna privilegiando el valor del estudio académico.70
Es importante recordar que, en ese entonces, las Proposiciones aceptadas como
recomendaciones para el capítulo eran encabezadas en primer lugar por la inserción:
Promuévase la inserción entre los pobres y marginados, especialmente mediante
fraternidades de profesos solemnes, conjugando la vida fraterna, el estudio, la pastoral y la
oración. Se hablaba de dos fraternidades de profesos solemnes: CPR y Guajitos.71
Luego, las recomendaciones al capítulo provincial sobre el cuidado de pastoral de
las vocaciones y formación pedirán que se evalúen las fraternidades insertas ya existentes,
en los diversos aspectos de la formación. Sabiendo que esto se hizo en el Congreso de 1992,
y se profundizó en el Congreso de 1995. Pero desafortunadamente faltó seguimiento para la
elaboración del Proyecto Provincial de Fraternidades insertas.72
El Informe del secretario para la formación y los estudios73 también ofrecerá su
perspectiva sobre las Fraternidades insertas en medios pobres en el punto 9.2,74 donde
advierte que, a partir de 1995, por el traslado de los estudiantes de teología en San Salvador,
Guajitos dejó de ser una fraternidad inserta para estudiantes. De alguna manera, la Inserción
Ibíd., p. 55.
Ibíd., p. 58-81.
70
Ibíd., p. 77.
71
Ibíd., p. 82.
72
Ibíd., p. 85.
73
Ibíd., p. 90 – 105.
74
Ibíd., p. 98 – 99.
68
69
30
de la región de Guatemala se va quedando sin profesos temporales, porque también la
fraternidad de El Búcaro ha tenido dos estudiantes este año. El próximo año, 1997, cuando
los dos hermanos terminan su tésis [sic] para el ICCRE, ya no habrá más estudiantes en esta
casa.
Es entonces cuando en El Salvador se llenan de mayor vigor, pues en San Salvador
los estudiantes se ubican en Bosques de Prusia (5), El Pepeto (5), San Bartolo (5) y Planes
de Renderos (3). Para 1997 tres de los hermanos pasarán a Planes de Renderos para
terminar el cuarto año de teología. Vendrán seis nuevos hermanos para integrarse a las
fraternidades insertas. Urge una reflexión y toma de decisión sobre una nueva casa inserta
en San Salvador ya que resulta casi imposible hospedar a todos los hermanos en los lugares
existente.75
Sin embargo, los hermanos no cantan victoria por las bellas cifras, sino que quieren
atender más a los valores auténticos del carisma. Por eso no olvidan que: Para la gran
mayoría de hermanos (la inserción) es una experiencia fuerte capaz de remover lo más
profundo de su ser. La valoran de forma positiva [,] aunque con algunas reservas. Siempre
hay quienes piensan distinto, en la opinión de algunos hermanos, afirmaban que existen
formandos que esta etapa de la formación inicial la toman como fin y no como medio, lo cual
se comprueba con el hecho de que[,] al salir de estas fraternidades, se olvidan de la
radicalidad con que vivían y se acomodan a la vida de las fraternidades que han criticado
(Diagnóstico Evaluativo, Región de El Salvador, Fraternidades en proceso de formación, p.
27).
“Una expresión fuerte entre los hermanos que han vivido la experiencia de pobreza
en estas fraternidades es la siguiente: “uno se acomoda por no tener la Provincia modelos
alternativos de parroquia” (Ibíd. p. 27).76 Estas mismas opiniones se siguen escuchando
veintiún años después.
Por ellos, se propuso que el III congreso de FRIMPO celebrado en Planes de
Renderos en 1995 que tenía como tema principal la elaboración de un “PROYECTO
75
76
Ibíd.
Ibíd., p. 99.
31
PROVINCIAL DE FRATERNIDADES INSERTAS EN MEDIOS POPULARES” enriqueciera
la forma de vida de estas fraternidades para pasar de la experiencia al modo de vida. El
Instrumentum Laboris fue estudiado y con mucho entusiasmo se tomó una serie de
sugerencias presentadas para enriquecer el contenido. Incluso se formó una comisión para
retomar las sugerencias para una nueva redacción. Pero, hasta la fecha no ha entregado el
documento completo.
Tal suceso cuestionaba: ¿Será que los estudiantes perciben una falta de interés en el
tema de la Inserción en la formación inicial en la Provincia? ¿O será que existe realmente
amor y pasión por la inserción o se ve como un paso obligado en la formación inicial? Es
por eso que algunos frailes solemnes cuestionan — ¿Subsistirá esa mentalidad en la
actualidad? — si no sería mejor que la inserción fuera optativa para los formandos.
Estas opiniones de los profesos solemnes daban pauta a querer ver la otra cara de la
moneda: Lo que sí se cuestiona es que la inserción se reduce a la formación inicial. Me
parece que este capítulo deberá reflexionar sobre la urgencia de establecer fraternidades
insertas de procesos solemnes. Urgen modelos para los estudiantes. La meta de “impulsar
fraternidades insertas en la vicaría” viene desde 1986 en las Líneas Operativas “Nuestro
Proyecto Vicarial” (III Minoridad - Pobreza y economía, meta número 1) y como
Proposición aceptada como recomendación al Gobierno Provincial en el Capítulo
Provincial de 1990 (“Promuévese [sic] la inserción entre los pobres y marginados
especialmente mediante fraternidades insertas de procesos solemnes”.77
Estos datos nos llegan a través de la indagación. Los investigadores aportamos la grata
noticia que, actualmente, se cuentan con hermanos de profesión solemne en la Inserción.
Ellos son modelo de este valor de desinstalación para quienes están en las etapas iniciales.
77
Ibíd.
32
3.4. El tema de las Casas Grandes
En la presentación de temas del CP ’96, uno de los puntos a tratar tuvo una fuerza
revolucionaria. Ya que era el eterno tema de las Casas grandes78 que ni el mismo San
Francisco se libró de enfrentar en los inicios de la Orden.
Para ellos, las “casas grandes” que merecen una reflexión urgente son: Noviciado
Monte San Francisco, Seminario San Buenaventura y Seminario Cristo Rey.
En aquel momento, se le pidió una reflexión al Capítulo Provincial 1996 con vistas al
futuro de estas fraternidades y los edificios en que se vivían. Esta temática se elaboró tomado
en cuenta el Ante-Proyecto de Casas Pequeñas para la Formación Inicial presentados en
1995 por los estudiantes de la Fraternidad de San Buenaventura y apoyado por las firmas
de varios profesos solemnes de la Provincia; el proyecto de “Casas pequeñas, fraternidad
Cristo Rey” preparados por los estudiantes de Cristo Rey; y las “Propuestas para cierre o
traslado de las Casas Grandes de Formación” de los maestros en reunión celebrada en
Santiago de María el 20 de mayo de 1996. Tomamos los puntos más relevantes.
3.4.1. La realidad que envuelve nuestro proyecto formativo
Los profesos temporales comenzaron con la temática desde la coyuntura de América
Central que es una zona empobrecida por condicionamientos de tipo natural y estructural.
La injusticia, la falta de tierras y de fuentes de empleo, la corrupción y la violencia
institucionalizada, dieron origen a los conflictos y guerras en los finales de la década de los
70 que marcaron la futura historia del Itsmo.
A finales de los ’80 y principios de los ’90 (…) Se firmaron acuerdos de Paz en
Nicaragua y El Salvador [,] aunque todavía existe el malestar en los pueblos por muchas
promesas no cumplidas. (…) Esto solo implicó el empobrecimiento del pueblo, la
desintegración familiar, el narcotráfico, las maras [,] y [sic] la delincuencia, la corrupción.
Guatemala ocupa el tercer lugar en pobreza de América Latina – después de Haití y Bolivia.
78
Ibíd., p. 150 - 157. Para una comprensión integral se invita al lector a leer por sí mismo el
texto.
33
3.4.2. La Coyuntura Provincial
En cuanto a la entidad, vivía el proceso de discernimiento que ha venido a cuestionar
toda la vida de la Provincia. El diagnóstico señala que la vida de los hermanos “adolece de
testimonio auténtico en relación a lo establecido por su Fundador.” Las motivaciones
fundamentales que orientan la decisión vocacional hacia la vida Franciscana en el caso de
la mayoría de los hermanos afirman no atender a los más pobres de los lugares donde están
ubicadas las fraternidades. Tenemos “un discurso a favor de los pobres con una práctica
totalmente diferente, que se traduce en una atención personalizada a la gente rica de los
alrededores”. El deseo de poder contradice nuestro ser de hermanos menores.
A partir de esta realidad, contrastaron los hermanos las casas de Cristo Rey,
Noviciado Monte San Francisco y San Buenaventura que, como lugar social y geográfico,
no favorece la formación desde la coherencia con nuestro carisma de pobreza y minoridad.
Muchos hermanos opinaban que la casa les “ubica en una clase privilegiada, ya que
nos aleja de la opción de vida pobre y puede llegar a ser una barrera que no nos permita
estar más cerca de la gente y de su realidad.”
Y hay un esfuerzo por no ser subjetivos, sino imparciales: en lo positivo, las Casas
Grandes han ofrecido a los formandos un ambiente de tranquilidad para la interiorización,
para adquirir una actitud contemplativa, para el estudio, y para desarrollar la capacidad de
vivir la fraternidad más amplia con hermanos de toda América Central.
Pero sin negar lo que ya decían anteriormente: Por otra parte, “respecto a la
estructura física de San Buenaventura, un alto porcentaje de Hermanos manifestó que no
ayuda a vivir la fraternidad. Hay prejuicio para las Casas de Formación de San
Buenaventura, Cristo Rey y Monte San Francisco por su estructura física y el ambiente social
en el que están insertas” (Diagnóstico Evaluativo, Región de Guatemala, Fraternidades de
Hermanos en Formación).
Surgían proposiciones fuertes, quizás demasiado como para asumirlas. Como la del
Congreso de Discernimiento, celebrado en Planes de Renderos el 12-17/08/96, que presenta
la siguiente acción para operativizar el medio no.3 de Pobreza: “Para que la Provincia
autofinancie la formación inicial, las casas grandes: San Buenaventura, Cristo Rey,
34
Noviciado Monte San Francisco, Santiago de María, Diriamba, dejen de ser casas de
formación y se les dé otra función”.
Se valían de un vaciado en el marco doctrinal con el que resumían su modo de
proceder: Reconociendo que el sentido de nuestra pobreza tiene su origen en Cristo y su
Madre pobre, por consiguiente, para el Hermano Menor es preciso ser pobre de hecho y de
espíritu. Sentimos la necesidad de seguir más de cerca el anonadamiento de nuestro
Salvador, adoptando una vida y las condiciones de los pequeños de la sociedad, viviendo
entre ellos, compartiendo su suerte de modo que nuestra vida y estructura física sea en
consonancia con la pobreza y favorezca más la vivencia de la Vida Fraterna (Cfr. CCGG 9,
1-3; 41, 1; 70,1; 72,2; 76,102; 93,1; 97,1-9).
Al final, el Congreso parece haber decidido por la propuesta más modesta que
prevalece hasta hoy en día: Que todos los profesos temporales pasen a vivir en San
Buenaventura y que se formen dos grupos con su respectivo maestro.
3.5. Y por fin [,] la filosofía se fue a la periferia…79
El boletín provincial nos narra las primeras vivencias de la nueva fraternidad Santa
María del Tepeyac, comenzando el día 7 de enero de 1997, los hermanos de tercer año de
filosofía, que inician una nueva experiencia de vida trasladándonos a una casa pequeña
situada en la 4 avenida 3-25 de la colonia Guajitos, en la zona 12 de la ciudad capital.
Constituida en aquel entonces por: Fr. Hugo Alberto Gómez (guardián y encargado
de la parroquia); Fr. Diego Vásquez, acompañante, vicario de casa y vicario parroquial;
Fr. Celestino Cabrera, ecónomo y estudiante de antropología; y los hermanos profesos
temporales, Fr. Mynor Aníbal Barrera, Fr. Gustavo Adolfo Guevara, Fr. Jorge Paz, Fr.
Carlos Treminio, Fr. Mario Meléndez, Fr. Ricardo Sevilla, Fr. Octavio Guido Mayorga, Fr.
Fernando Paz y Fr. Ronald Pereira.
Esta fraternidad estaba ubicada en un área marginal, al sur de la ciudad capital;
habitada por una diversidad de personas provenientes de distintos departamentos del país.
Es una casa tipo familiar que ha sido alquilada. Con el propósito de acondicionar las casas
79
Nuestra Fraternidad, n. 65, Año XIII, Enero – Marzo, 1997, p. 59
35
a nuestras necesidades se inició una serie de trabajos: se habilitó un lugar para la cocina y
comedor, se construyó una pequeña capilla, se pintó la casa, y se trasladó enseres como
libros, mesas, etc. Fue así como la inserción se iba dando no como esfuerzo de los hermanos,
sino don del Espíritu.
36
Capítulo IV: La Inserción como Forma vitae
4.1. Informe del Secretario para la Formación y los Estudios. Año 2000
Compartiendo el caminar provincial, Fr. Víctor Aguilar, Ministro Provincial de esa
época, hablaba sobre las actividades de la Formación Inicial: El 13 de mayo se reunió en la
Fraternidad de “San Buenaventura”, Guatemala, la Comisión Formandos FRIMPO con Fr.
Gabriel Olivar, [s]ecretario provincial para la Formación y los Estudios, para planificar la
reflexión que los Hermanos en formación inicial realizaran como aporte al Congreso de
Formación. También se reflexionó sobre la posibilidad del desplazamiento de la Fraternidad
formativa de “San Buenaventura” a una casa pequeña.80
Esto fue el resultado de toda una reflexión a nivel de formandos para enriquecer la
reflexión de los formadores: El 26 de mayo los Hermanos Profesos temporales estudiantes
de Filosofía se reunieron en la Fraternidad “San Buenaventura” con el fin de evaluar el
proceso formativo y elaborar un perfil de Hermano Menor en las etapas de la Formación
inicial, también reflexionaron sobre el desplazamiento de la casa de Formación de “San
Buenaventura” a una casa pequeña. Dicho material se unificará al trabajo que también han
realizado los Hermanos estudiantes de Teología en El Salvador y será el aporte de los
Hermanos Profesos temporales al Congreso de Formación.81
4.2. VI Congreso de Definitorio
Más adelante, en el Resumen de puntos tratados por parte del Gobierno en su cuarto
definitorio se dirá, en el punto número seis, sobre la entrega de Guajitos, Guatemala,
GUATEMALA (4 de enero) y Concepción, San Salvador (24 de enero). Tanto por parte de
Guatemala como por El Salvador, informaron los hermanos que todo transcurrió con
normalidad y con mucha serenidad. Ya hemos informado a la Curia general sobre el cierre
de estas dos casas y esperamos el decreto de la supresión.82
Es notable la entrega de las casas de inserción después de ser proclamadas a viva voz
como presencias significativas de la Provincia. Más desconcertante es que los boletines
Nuestra Fraternidad, n. 81. Año, 2000, p. 74.
Ibíd., p. 75.
82
Nuestra Fraternidad, n. 94, Año 2004, p. 11 – 12.
80
81
37
provinciales no indiquen ningún motivo oficial del porqué se decide abandonar dichas
presencias.
4.3. Congreso de Formandos, 2004
En tiempos de Fray Ernesto Palma como Ministro Provincial, se convocó a Congreso
de Formandos en Monte San Francisco, Guatemala, del 7 al 9 de marzo del 2004. En esa
ocasión, Fr. Damián Muratori, Vicario provincial, dirigió unas palabras a los formandos:
Hemos dicho que también queremos ser una fraternidad significativa, es decir signo en el
mundo de los valores evangélicos y de la experiencia de Francisco y su Orden, aplicada al
tiempo presente. Y no podemos ser significativos sin ser sólidos. La medida de la solidez es
la medida de la santidad. La Iglesia nos quiere testigos de Cristo, siervos del pueblo,
hermanos de los que no cuentan y no poseen riquezas; en este sentido la inserción no debería
ser una experiencia para los teólogos, sino el estilo más propio de todos los hermanos,
igualmente dígase del compromiso por la paz, la justicia y salvaguarda de naturaleza. El
estar con los leprosos fue para Francisco algo que vino de la voluntad de Dios, entonces es
parte de nuestro carisma. Nuestro lugar es estar con los leprosos de hoy, físicos, morales y
espirituales.
Al final, culminaba su participación con una sentencia evangélica: Mientras los
hermanos profesos solemnes no asuman la inserción, la de los formandos será un simple
parche muy bonito. Y aunque tenga su valor y su impacto en quien la vive, no es fermento en
la masa.83
En la Evaluación de las etapas formativas, al final del citado Congreso, se consideró
como resistencia en la etapa de filosofía que se quitó el año de inserción durante el tercer
año de filosofía y sugerían mejor reflexionar el año de inserción en el tercero de filosofía.84
4.4. IV Congreso FRIMPO
De nuevo, el Ministro Provincial, Fr. Ernesto Palma, convocó el 20 de agosto del
2004, a las fraternidades insertas a reunirse en la Parroquia El Tránsito, El Pepeto,
83
84
Nuestra Fraternidad, n. 95, Año 2004, p. 5 – 6.
Ibíd., p. 23.
38
Soyapango, El Salvador, los días 13 al 16 de septiembre del 2004. Para hablar sobre temas
importantes para la revitalización de esa forma de vida. Entre los puntos a tratar, se
encontraba la síntesis histórica de FRIMPO por parte de Fr. Carlos Torres, ofm, de quien
tomamos la palabra para enriquecer nuestra documentación:
a) En enero de 1984 un grupo de nueve frailes en Guatemala, se desplazan de la casa de
formación de Cristo Rey donde había una presencia numerosa de hermanos, a la ciudad
de Antigua Guatemala, con el fin de formar una fraternidad pequeña.
b) En 1985 se abre la primera casa de inserción en Guatemala, ubicada en una zona
popular llamada Guajitos. De ahí un grupo de hermanos se desplazan a Loma Blanca.
La motivación fue el sentirse interpelado por el carisma y la urgencia de nuestra Vicaria
de insertarse en la historia de pobreza de nuestros pueblos.
c) En 1986 cinco hermanos realizan la segunda experiencia de inserción en Concepción
Las Lomas, Guatemala.
d) En 1986 se desplazan de la casa de Los Planes de Renderos, El Salvador, cinco hermanos
para la fraternidad de San Bartolo, Ilopango y cuatro hermanos para la fraternidad de
la Colonia Reparto Morazán, Soyapango. Zonas muy populares de El Salvador.
e) En 1988 se abre Mezquital, Guatemala, una fraternidad inserta en medio de
asentamiento. Posteriormente se desplaza para El Búcaro. Ese mismo año se envían los
primeros cinco hermanos a la fraternidad de San Martin, Alajuela, Costa Rica.
f) Como parte de un proceso de reflexión y discernimiento, en 1992 un grupo de hermanos
se desplaza de la casa de Los Planes de Renderos, El Salvador, a Reparto Morazán,
Soyapango. Posteriormente se conforma lo que actualmente es la fraternidad de Bosque
de Prusia.
g) En 1996 se abre la misión de las comunidades de Población en Resistencia (CPR). Con
el proceso de paz en Guatemala esta misión pasa a formar la fraternidad en Nebaj,
Quiché.
39
En la actualidad se han clausurado las fraternidades de Concepción Las Lomas, El Búcaro,
que paso nuevamente a Mezquital, Loma Blanca, Guajitos [y] Nebaj. Coyunturalmente se ha
abierto una fraternidad en Reparto Morazán.85
4.4.1. Las resonancias de los grupos de evaluación
En esta ocasión, los hermanos se plantearon líneas operativas para vivir la fraternidad,
la minoridad y la pastoral en la realidad inserta. Hubo mucha participación de los hermanos.
Entre ellas, consideramos, a nuestro criterio, las más significativas:
Grupo 1
▪
La inserción debe verse como etapas.
▪
La primera es estar para los pobres,
▪
La segunda, con los pobres.
▪
La tercera, como los pobres.
▪
Debe incluirse un perfil de la inserción para clarificarnos qué queremos.
▪
Clarificar qué es la inserción, no sólo es lo geográfico sino actitudes, vivir valores.
Grupo 2.
▪
Apreciar la historia. Después del cuarto congreso FRIMPO ya no se vio la inserción
solo para los formandos, sino como forma de vida.
▪
La importancia del lugar teológico: aspecto fundante de la teología franciscana. La
Trinidad que encarna al Hijo en una historia y en una cultura.:86
Las actas de dicho Congreso nos relatan:
Que la “Forma Vitae” queda confirmada, y los jóvenes tienen reto de asumir conflictos y
salir de un “estar bien”, de un acomodamiento que es mensaje de la sociedad acomodada
de hoy. Que este Congreso sea para revitalizar la llamada de la antorcha y que la pasemos
a futuras generaciones. El gobierno [provincial] está dispuesto a trabajar al lado de todos
La riqueza legada de aquel Congreso cuenta con la historia de los Congresos FRIMPO, sus
proyectos fraternos y el proceso de reflexión de esa forma de vida. Para una comprensión integral se
invita al lector a leer el Congreso FRIMPO 2004, en Nuestra Fraternidad, n. 96, Agosto – Octubre,
Año XX, 2004, pp. 77 – 78, 82 – 85.
86
Ibíd., p. 92.
85
40
los hermanos y sentirnos todos Provincia, y poder sentirnos felices de poder ofrecerles algo
a los aspirantes, a los postulantes y en sí a los que vengan a nuestra Provincia.87
Sin embargo, es lamentable decir que ese fue el último Congreso FRIMPO que ha
tenido la provincia. El boletín informativo de la institución no establece las razones por las
cuales se descontinuó o se suprimió los congresos FRIMPO de manera oficial.
87
Nuestra Fraternidad, n. 96, Año, 2004, p 94.
41
Capítulo V: La inserción en un nuevo contexto histórico
5.1. El Capitulo Provincial Intermedio, 2005
El informe del Ministro Provincial, Fr. Ernesto Palma, ofm, hablaba de la vida de la
inserción el capítulo IV. Minoridad, pobreza y solidaridad. Lo hizo a partir de su experiencia
en la Visita canónica. A continuación, la cita textual:
[H]e tenido la dicha de tomar contacto con algunas presencias significativas que siguen
siendo el ideal que alentó en gran parte los primeros pasos de nuestra Vicaria – Provincia,
y me refiero concretamente a las comunidades insertas, algunas con profesos solemnes y
otras con estudiantes.
En este mismo sentido, él consideraba como valiosa nuestra presencia en esos
lugares, en donde se vivencia a diario la violencia de las maras, del crimen organizado, el
desempleo, la violencia familiar, la emigración juvenil, la agresividad de las sectas
fundamentalistas, la división política y la falta de liderazgos creíbles a nivel de la sociedad
civil.88 Esta descripción dio luces a las decisiones del Capítulo, ya que, de los siete temas
votados y aprobados, el tercero era sobre la inserción.
La propuesta pedía retomar y fortalecer la inserción para sea una vivencia de la
formación permanente e inicial, redimensionándola a partir del caminar hecho en la
Provincial [sic]. Con Hermanos profesos solemnes que vibren con la inserción y
continuando con las fraternidades insertas de profesos temporales debidamente
acompañados. Reorganizando y fortaleciendo nuestra presencia, por ejemplo [,] en el
Mezquital, Guatemala.
A la vez que se dan a conocer y concretizando las líneas operativas del [ú]ltimo
Congreso de Frimpo, septiembre 2004. Y hasta hablaban de lugares concretos: En Mezquital,
Soyapango, Ilopango, y otros lugares de fractura en la Provincia.89
88
89
Nuestra Fraternidad, n. 101, Año. 2005, p. 19.
Ibíd., pp. 82 – 84.
42
5.2. Informe de Fr. Saúl Flores, como secretario para la Formación
En el informe del secretario para la Formación y los Estudios, Fray Saúl Flores,
planteaba que la formación franciscana debe ser acorde con la realidad social, política y
económica de nuestros pueblos, no puede ser una formación que sea alienante ni enajenante.
Los mismos formandos son los protagonistas y autores que son los que encarnan los cambios
sustanciales de cada época y de los paradigmas a través de los cuales se expresa la misma.90
La realidad formativa en nuestra Provincia tiene que estar en constante evaluación y revisión,
para no incurrir en los mismos errores y abrirse a los nuevos cambios que plantea la historia.
En este mismo informe el secretario resalta la recuperación de la inserción como medio de
formación permanente.
5.3. La Asamblea de Formandos, 2009
En el congreso de formación realizado del 9 al 11 de octubre del 2009, donde
participaron hermanos de las etapas formativas de postulantado, Noviciado, Filosofía y
Teología, que se realizó en Monte San Francisco, se resalta la importancia de la inserción en
la vida formativa del fraile menor en nuestra Provincia, así como el testimonio de trabajos
remunerados y misiones en lugares de frontera. Sin embargo, en este congreso llama la
atención que ya no había estudiantes de filosofía en la fraternidad de Mezquital, haciendo un
fuerte llamado a que los procesos formativos sean coherentes con la realidad.91
En el siguiente numeral dirán que para recuperar o inventar nuevas formas de
minoridad comenzando desde la formación inicial o en nuestras experiencias de misión
habrá que dejar el estilo de convento e ir al encuentro con el pobre del pueblo.92 Terminarán
proponiendo retomar la inserción para los Formandos.93
Fr. Edwin Alvarado Segura, Vicario Provincial, reflexionó sobre el tema: Misioneros
en el mundo como hermanos menores, con el corazón vuelto al Señor, donde resaltó la
preocupación del Capitulo General por la distancia entre discurso y praxis en los hermanos
menores. Expone una nueva visión de la Orden respecto a la Misión, presentando la Misión
90
Nuestra Fraternidad, No. 111, p 77.
Nuestra Fraternidad, No. 114, p. 88.
92
Ibíd., p. 86.
93
Ibíd., p. 89.
91
43
Inter gentes y Misión Ad gentes enfatizando que los hermanos deben ser frailes del pueblo
buscando tener simpatía por el mundo.94
En cierto momento de la Asamblea, se abrió un espacio de diálogo con Fr. Edwin
Alvarado, para que los formandos pudieran externar sus inquietudes.95 Entre otras
participaciones, Fr. Denis Chávez preguntó: Puesto que vivir en Mezquital es una experiencia
que ayuda a los formando, y considerando que en la casa de Cristo Rey no existe casi ningún
contacto con la gente, ¿Existe la posibilidad de parte del gobierno provincial de retomar
Mezquital como casa de formación? A lo que el Vicario respondió: Por parte del gobierno,
si contamos con un buen grupo de Formandos que quieran ir haya [sic], y con formadores
para ello, por supuesto que el Mezquital vuelve a ser casa de formación. Hay que buscar
trabajar en los lugares de presencia con testimonio, por ello trabajar y reabrir Mezqui[t]al
como casa de formación es una es una propuesta que El Secretario de formación habrá que
considerar.96
Al final de tal actividad, la Comisión de formados elegida redactó en su informe
general de la Asamblea de Formandos. Ellos quisieron recoger el sentir-reflexivo de la
asamblea, y fruto de la misma, lanzaron cinco propuestas, entre las cuales la primera era la
de retomar la experiencia de la inserción en la formación inicial, concretamente en el tercer
año de filosofía, y de ser posible en el primer año de teología como se había tenido hasta
hace un tiempo. Pues [,] es una forma concreta de vivir nuestro carisma entre nuestra gente.
Y aclaran con mucha precisión: Esto no quiere decir que no reconozcamos la necesidad que
hay de formadores; al contrario, somos consientes [sic] de ello. Sin embargo, vemos más
allá de las limitantes y por sobre todo buscamos un bien mayor.97
Con todo esto se pretende que la formación retome la vitalidad y el profetismo que le
son propias y que son valores inherentes del franciscanismo. Nuestra forma de vida es la
fraternidad, la minoridad y la misión fundamentadas en el ejemplo de Jesús.
94
Ibíd. p. 88.
Ibíd.
96
Ibíd., p. 90.
97
Ibíd., p. 98.
95
44
En cada uno de los hermanos hay semillas nuevas que van germinando, semillas que
son inquietudes y deseos de querer vivir esta forma de vida con alegría, entrega y
radicalidad, en este tiempo de cambio, en el cual queremos responder al Señor como lo hizo
el mismo Francisco de Asís.98
La inserción es una riqueza, es una experiencia en nuestra formación que fomenta la
cercanía con los pobres, -haciéndose pobre-. Es una forma concreta de asumir el valor de la
minoridad y la opción por los pobres no solo a nivel personal, sino también a nivel fraterno.
Es vivir la misma suerte de nuestro pueblo. Sabiendo que la inserción es algo que caracteriza
a nuestra Provincia, aun desde sus primeros años, reflexionamos la necesidad de mantenerla
en la formación inicial, de ser posible en la filosofía y en el primer año de Teología,99 aún
reconociendo las limitantes como la falta de formadores a tiempo completo, la falta de
disposición y acomodamiento que puede surgir en algunos hermanos e incluso la falta de
testimonio, coherencia y vida profética en esta vivencia en medio de los más pobres, sin
embargo no podemos fijar nuestra mirada solamente en las limitantes, sino que debemos fijar
nuestra mente y corazón en Aquel que se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza.100
La praxis evangelizadora, desde el carisma franciscano, nos invita a ser portadores
del mensaje de Jesús desde las periferias. Hacer y vivir filosofía en lugares de inserción no
es lo mismo que hacerla desde la instalación, comodidad y el aburguesamiento.
Hacer teología y encarnarla en nuestra forma de vivir, desde los pobres es llevar a la
praxis el mismo mensaje profético y liberador de Jesús de Nazaret, Francisco de Asís, Clara
de Asís, Monseñor Romero y cada uno de nuestros Mártires en la Provincia que fueron
capaces de expresar con su vida pobre y entre los pobres aquello en lo que creían.
5.4. Algunas inquietudes sobre La Formación Permanente en la Orden y la Provincia
Otra reflexión importante, es la de Algunas inquietudes sobre La Formación
Permanente en la Orden y la Provincia, escrita por el Moderador de la Formación
Permanente y Definidor Provincial, en aquel momento, Fr. Gerardo Evans. En aquel
documento trataba sub-temas de inquietud y proponía distintas alternativas. Nos
98
Ibíd. p. 96. Informe General de la Asamblea de Formandos 2009.
Ibíd., p. 97.
100
2 Corintios 13, 14
99
45
concentraremos específicamente en el tercer tema, sobre ¿Nuestro patrimonio, casas o
hermanos o el justo equilibrio entre ambos?101 Con su alternativa dos: Fraternidades
insertas.102
A lo largo de nuestra historia Franciscana la contemplación de la encarnación nos ha
empujado a su vivencia en la inserción. Las iniciativas Provinciales en los años ochenta a
desplazar y insertarnos [sic] en el lugar del pobre nos permitía vivir de una forma muy
privilegiada nuestro carisma franciscano y a la vez inyectar en la misma Provincia las
energías muy positivas de estas experiencias. Al inicio, varias casas insertas se mantuvieron
al margen de las estructuras parroquiales. Sin embargo [,] con el paso del tiempo [,] en lugar
de mantener su identidad propia, es decir, signos de la vivencia de la Minoridad Franciscana
se convirtieron poco a poco y aparentemente, sin mayor discernimiento, en estructuras
parroquiales. Me parece que las experiencias de inserción existentes necesitan ser evaluadas
alrededor de una reflexión más amplia sobre instancias alternativas de minoridad. Por
ejemplo, la Provincia podía considerar una fraternidad insertas [sic] sin responsabilidad
parroquial respondiendo a un área muy específica de la realidad en cuanto JPIC y afine a
nuestro carisma como la de los emigrantes en un lugar como Los Chiles o los indigentes en
Alajuela, Costa Rica. Incluso uno puede considerar Fraternidades en lugar de oficinas en
cada país sirviendo proyectos muy específicos de JPIC (Marco Operativo del Proyecto
provincial 6.1).103
5.5. Datos desconocidos
Se realizó del 4 al 6 de abril del 2014 el Congreso de Formandos.104 No hay registro
dentro del Boletín de lo que se trató. Tampoco se obtuvo dato alguno sobre la inserción.
Es interesante que, en el Informe al Capítulo Provincial Intermedio del 2011, Fr. Saúl
Orlando flores, ofm, Ministro Provincial recién electo, tampoco dedique una sola palabra con
respecto a la inserción.105 El momento histórico de la Provincia parecía apuntar a otra cosa.
Nuestra Fraternidad, n.116, Año XXV, Mayo - Agosto, p. 106.
Ibíd., p. 109
103
Ibíd., p. 109.
104
Nuestra Fraternidad, No. 128, Año XXIX, Enero – Abril, p. 73 – 74.
105
Nuestra Fraternidad, Número Especial, Año XXVIII, Octubre, p. 28 – 51.
101
102
46
Capítulo VI: La inserción en nuevos horizontes
6.1. El Capítulo Provincial Electivo, 2014
En el Informe al Capítulo Provincial Electivo 2014, Fr. Saúl Orlando flores, ofm,
Ministro Provincial saliente, presentó en ese momento, en el apartado 7.3, sobre la realidad
de la Formación Inicial, en la etapa de profesión temporal, Teológica – inserción; se ha
mantenido a los estudiantes solemnes en las pequeñas casas de inserción por la riqueza que
ofrecen estos lugares para la formación integral, involucrándose en los proyectos pastorales
de acuerdo a sus capacidades y proyectos parroquiales. Sin embargo, por la falta de
personal y para cubrir estas presencias, les ha tocado asumir responsabilidades que no
favorecen el proceso [de] formación.
Aquí es donde se incluye de nuevo la inserción como un proyecto de valor (aunque
sea solo para profesos solemnes): Pero vale la pena apostar por esta etapa de teología –
inserción, con una fraternidad formativa consistente, un guardián que mantenga la tensión
entre lo formativo y la pastoral, que haya esfuerzo permanente por el testimonio de vida, que
se cultive la vida regular de fraternidad, que la relación con Dios sea central y se mantenga
la apertura a la interrelación con las otras casas desde el sentido de pertenencia.106
6.2. La cuestión de la casa de Mezquital
En el artículo La espiritualidad de la Paz y el bien107 fue escrito por Fr. Martín
Estrada, ofm, quien redactó de formas específicas todo el proceso que realizó la Fraternidad
“Dios con nosotros” sobre el proceso de discernimiento y socialización sobre el fenómeno de
las pandillas denominadas “maras”, que desde el año 2008, fecha en que se registra, que
la parroquia – en una de sus extensiones de proyección social – la Clínica parroquial Dios
con nosotros”, tuvo que hacer el pago de extorsión, que consistió en la cantidad de Q600.00
por mes, haciendo en el año un monto de Q7,200.00.108
Sigue relatando toda una serie de eventos y sumas de dinero en el contexto de la
inseguridad en la que están inmersos, compartiendo la misma suerte de los crucificados de
nuestro tiempo, y finalizará compartiendo con alegría que el lunes 27 de abril, la fraternidad
Fr. Saul Orlando Flores, Informe al Capítulo Provincial Electivo, 2014, p. 62.
Nuestra Fraternidad, No. 132, Año XXX, Abril – Junio, 2011, p. 46 – 49.
108
Ibíd., p. 47. La variante en negrita es propia del autor.
106
107
47
recibió la visita del individuo que llegó a cobrar la extorsión, esta cuota de Q3,500.00
corresponde a lo estipulado al Instituto Fray Luis Rama, este hermano ladrón llevaba
también un teléfono con el cual puso en comunicación al jefe que hablaría con la fraternidad,
en cuyo diálogo se llegó al acuerdo, que esta sería la última cuota, y que ya a la Parroquia
y a la Clínica a partir de esta fecha ya no se le cobrará. Con esta fecha se sienta un
precedente en cual, se puede continuar con las obras sociales parroquiales, sin que nadie
venga molestar con pagos de extorsión.109
Para esta aproximación histórica resulta importante este aporte, porque es hasta aquí
que se registra el último grupo de formandos en esa casa de inserción: Cinco hermanos de
formación inicial, en la etapa de estudio, dos de opción laical: Fray Jesús Ortiz Rodríguez,
Licenciatura en Psicopedagogía; Fray Benjamín Elif Quirós Martínez, Licenciatura en
Teología. Tres hermanos de opción clerical: Fray Manuel Eduardo Alvarado, Fray Ramón
Meza y Fray Víctor Treminio; todos ellos, cursando el tercer año del Profesorado en
Educación Media – Filosofía…110 Para la publicación de la tabla de familia en enero 2015111
no estarán más los hermanos de la formación inicial en esa presencia inserta hasta el día de
hoy. También es notorio que en ningún boletín provincial se encuentra expuesto un
argumento oficial del porqué dejó de ser casa de formación. Eso dio lugar a especulaciones
entre los frailes.
6.3. La Ratio Formationis Provinciae, 2015
En el Capítulo V, sobre la Inserción y Congreso de comunidades insertas112 la Ratio
Formationis Provinciae regula actualmente todo lo que concierne a la inserción en cuanto a
su objetivo, medios, criterios y normas prácticas; así como lo establecido en cuanto a los
Congresos de estas mismas comunidades.
A pesar de las dificultades y demás circunstancias, la Provincia no deja de apostar por
esta forma de vivir el carisma franciscano y reitera su opción a través de los documentos que
Ibíd., p. 48.
Ibíd., p. 46. Pie de página n. 4.
111
Nuestra Fraternidad, No. 131, Año XXX, Enero – Marzo, 2011, pp. 46 – 49.
112
Ratio Formationis Provinciae, Año 2015, pp. 88 – 93.
109
110
48
van constituyendo el paso de la formación de sus candidatos. Solo restará dar el siguiente
paso de valor y no permitir que sea letra muerta.
49
A manera de conclusión: la mujer del desierto
Queremos concluir esta pequeña memoria provincial con la parábola que San
Francisco propuso al papa cuando buscaba la aprobación de esta forma de vida.113 Fue cuando
meditó el camino recorrido por su fraternidad y cómo el Señor le reveló cómo debía vivir.
Esto tiene que ver mucho con nuestra Provincia. Ella ya no es una niña de diez o quince años,
sino que ha vivido treinta años de historia, entrega y pasión. Treinta años que representan
madurez. A esa edad, la mujer mira hecho realidad los sueños que tuvo de niña. Mujer que,
como decía el Santo, está en un desierto centroamericano. Sigue siendo una mujer pobre,
pero hermosa. Y por su mucha hermosura llegó a amarla un rey. Mujer que es Provincia,
Provincia que es Madre; Madre que es de sus hijos. Hijos que no han llegado por accidente
o equivocación, sino que fueron fruto del Amor de un gran rey. Un gran rey que dio esta
forma de vida a los hermanos menores. Hoy, como en aquel sueño que le fue dado a
Francisco, nuestra Madre-Provincia nos vuelve a recordar en nuestro proceso de
redimensionamiento: No se avergüencen, queridos, de ser pobres, pues son todos hijos de un
gran rey. Vayan en hora buena a su corte y pídanle cuanto necesiten.
Como bien lo ha demostrado la historia, los hermanos menores tenemos necesidad de
volver a las raíces que originaron la inserción en nuestras tierras. Las que movieron a tantos
hermanos desde la formación inicial y hoy están al frente de la entidad. Necesitamos volver
al primer amor. Es ahí donde nos sentiremos en casa: entre los más pequeños y favoritos del
Reino. Ahí es factible vivir a plenitud la minoridad del propio carisma. Es así como nos
sabremos hijos de la mujer del desierto: animados con que se les ha dado fe de su linaje real,
sabedores de que son futuros herederos, la pobreza misma la miran ya como riqueza. Y la
propia mística de la inserción dejará de ser algo obligatorio para los hermanos, porque ese
ambiente se nos volverá familiar, como regresar como hijos pródigos a la casa del Padre.
Será hasta entonces que entenderemos bien aquella experiencia del Poverello: …lo
que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo.114 Sin olvidar la
respuesta del Rey que nos dirá: Son mis hijos y mis herederos; no teman. Si los extraños
113
114
2 Cel 16 – 17.
Test. 3.
50
comen de mi mesa, más justo es que me esmere yo en alimentar a quienes está destinada con
todo derecho mi herencia. Como bien lo refería la Regla: Esta es aquella eminencia de la
altísima pobreza, que a ustedes, carísimos hermanos míos, les ha constituido herederos y
reyes del reino de los cielos.115
Este trabajo, al final, quiere ser una invitación a reinventarnos, a reconstruirnos, a
rearmarnos y reamarnos. Y junto a nosotros, caminan con los verdaderos destinatarios de tan
precioso don que nos ha sido confiado: vivir el Evangelio de la fraternidad junto a aquellas
personas que no tienen la opción de decidir habitar una zona marginal. Aquellos que no
pueden abandonar su presencia en zonas peligrosas porque dejarían de tener donde vivir.
Aquellos que viven día a día en medio de una pobreza y austeridad obligada por un sistema
criminal y asfixiante. Aquellos que no pueden hacer opción por los pobres porque, de todas
maneras, no tienen otra opción. Ellos y ellas. Con sus rostros concretos, sus miradas
desgastadas, sus preocupaciones cotidianas y su dolor innecesario son las que hacen
tambalear nuestros grandes edificios y nuestros lujos refinados. Son ellos los que nos vuelven
a cuestionar en lo más profundo de nuestro corazón a dónde quedó nuestro Amor primero,
nuestra emoción por ser hijos del gran rey que nos proclamaba como suyos; dónde está ahora
nuestro deseo, entrega y ansia del reino de Dios en Centroamérica, Panamá y Haití.
La historia ya ha contado su versión. Es hora de escribir, en esta etapa de la Provincia,
nuestra propia versión de los hechos con nuestras obras y opciones evangélicas, que son las
que marcaron a tantas mujeres y hombres a lo largo de la historia a vivir el franciscanismo y
con él el Evangelio del reino de Dios. En este momento de la historia, si la inserción no nos
mueve a renovarnos en esta búsqueda apasionada de la Voluntad de Dios, entonces
difícilmente otra cosa lo hará.
115
2Rb 6, 4.
51
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
1. FUENTES
1.1. Sagrada Escritura
Jn. 1, 14.
Mc. 1, 16-18.
Lc. 4, 16-18.
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1.3. Documentos Franciscanos
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XXX, Abril – Junio, 2011, p. 46 – 49.
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XXX, Enero – Marzo, 2011, pp. 46 – 49.
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Fundación Franciscana “La Santa Cruz” en Haití, Ratio Formationis Provinciae, Año 2015, pp.
88 – 93.
55
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