Franciscanos, Frailes Menores

El pazo de San Lourenzo de Trasouto aparece entre las ramas de una antigua robleda donde la ciudad de Santiago de Compostela queda suspendida, en el confín del barrio al que da nombre. Antiguo convento franciscano, retiene aún muchos de los encantos con los que se fundó, como su carácter retraído y la espesura de su escondite, todo ello sin renunciar a la inestimable inmediatez de la ciudad, situada tan solo, según la descripción de Jerónimo del Hoyo, a “un tiro de mosquete”. Pertenece desde su fundación a la misma ciudad del Apóstol, cosa que no olvidan las guías ni las crónicas antiguas; pero al mismo tiempo parece completamente fuera de ella, apartada en otra dimensión, como si aún conservase algo del “umbroso bosque” en que se fundó como eremitorio hace ocho siglos. San Lourenzo se cuenta como convento entre los más legendarios de Santiago, mientras que como pazo es único por su doble faceta rústica y urbana. Su singularidad se refleja en algunas de las obras que guardan sus muros, como el jardín del claustro, emblemático de la etapa del convento, o el retablo mayor de la iglesia, traído de Sevilla por la duquesa de Medina de las Torres a finales del siglo XIX.

Reflexiones en torno a las crónicas misioneras María Inés Aldao UBA-UNLP-CONICET Luego de haber expuesto en tantas jornadas anteriores avances de esta investigación, en esta oportunidad quisiera compartir algunas conclusiones de mi tesis doctoral sobre crónicas mestizas y misioneras del siglo XVI. En dicho trabajo analizo las características de lo que llamo las retóricas mestiza y misionera de la cronística colonial novohispana. Hoy y para no extenderme, me ocupo de una zona escasamente abordada con antelación o, mejor dicho, abordada desde una perspectiva histórico-filológica. Me refiero a las crónicas misioneras, aquellos textos coloniales escritos por frailes misioneros franciscanos que han desplegado una labor evangelizadora y escrituraria en Nueva España. Para ejemplificar, haré mención a sus textos más representativos, Historia de los indios de la Nueva España de Motolinía (1541) e Historia eclesiástica indiana de Gerónimo de Mendieta (ca. 1597). Dentro del amplio grupo cronístico colonial, las crónicas misioneras presentan características que las distinguen de otras crónicas de tradición occidental. Si bien no todo lo escrito por frailes es crónica misionera (pensemos en las historias de Sahagún y Durán, por ejemplo) sí toda crónica misionera compuesta en los inicios de la evangelización está escrita por frailes que dan cuenta de su enorme tarea misionera en Nueva España con todo lo que esto implica: catequesis, escritura, denuncia de abusos (de conquistadores y eclesiásticos), búsqueda de "nuevas gentes" para evangelizar. Sin embargo, son las historias franciscanas (y no las de otras órdenes religiosas) las que siguen una secuencia y una tonalidad similares. Por un lado, relatan el pasado indígena no solamente como forma de acercamiento a esa cultura que se debe cooptar sino, también, como modo de satisfacer la información que les solicita su orden. Por otro lado, tienen una versión elíptica de la conquista de México, dado que saltean deliberadamente las masacres y se regodean en la idea de "ganar la tierra" como paso fundamental para la "conquista espiritual". La atención que prestan al relato de la misión perpetuada por los franciscanos es lo que las diferencia de las crónicas compuestas por frailes de otras órdenes. Por esto, considero que el concepto correspondiente para estos textos es el de "crónicas misioneras" y no "de las misiones" (Tobar Donoso, 1960), "evangelizadoras", "eclesiásticas", "espirituales" (Carrasco, 2016), "religiosas" (Rabasa, 1996; Rubial García, 2002), como se las ha intentado clasificar. En primer lugar, el hecho de que las crónicas aludan a temas religiosos no las hace

El Colegio Apostólico de San José de Gracia de Orizaba fue fundado por una real cédula de 1797. Nuestro objeto de estudio son sus vínculos y relaciones con los seglares, especialmente con la monarquía hispánica y las instituciones republicanas, entre la iniciativa de su fundación (1793) y la celebración de su sexto capítulo guardianal (1840).
La historiografía reciente sobre las órdenes religiosas de esta época subraya la crisis causada por las reformas borbónicas, concluyendo que las órdenes se encontraban en crisis y aisladas de la sociedad. Empero, otros autores han matizado el carácter moderno y radical de dichas reformas, así como han analizado la continuidad de corporaciones y redes incluso tras el advenimiento del liberalismo. En ese contexto, nuestra hipótesis es que dicho instituto fue capaz de desarrollar dos estrategias: la cultura jurídica y, sobre todo, la formación de vínculos sociales para su fundación primero, y para su conservación después.
El Colegio se instaló en la villa de Orizaba, donde el espacio y el tiempo estaban claramente marcados por los símbolos de la fe, reflejo de la importancia de las corporaciones religiosas. El de San José de Gracia era un convento de misioneros que predicaban entre fieles e infieles, llevándoles de forma espectacular la palabra divina, pero también un mensaje de lealtad a la monarquía.
A partir de una misión llevada a cabo en Orizaba en 1793, se fue formando “un partido de religión”, que promovió la nueva fundación. Se hicieron presentes las nuevas prioridades de la monarquía, pero al final triunfó el buen conocimiento de la legislación y las relaciones construidas por los fundadores. El respaldo de los seglares a la nueva corporación siguió creciendo, tanto entre las élites (como en la colectación de dos misiones de frailes), como entre las “clases populares” (que trabajaron en la obra material del convento).
Los frailes eran en su mayoría peninsulares y se disputaron el gobierno del instituto, divididos, muy posiblemente, de acuerdo a las provincias de que eran originarios. Tejieron vínculos estrechos con la sociedad gracias tanto a su labor en el púlpito y el confesionario como al propio paisanaje. Mas su respaldo más importante fue su Orden Tercera, misma que debieron disputar largamente a la parroquia orizabeña, y cuyos hermanos procedían de todos los sectores de la sociedad. Con la monarquía, los frailes mantuvieron su lealtad, incluso durante la guerra civil de 1810, lo que después usarían como argumento para una nueva colectación de misioneros y un intento de obtener conversiones vivas.
Tras la independencia, los frailes cayeron bajo la sospecha de las autoridades, como el jefe político. En 1828, buena parte de los religiosos, españoles, fueron expulsados; sin embargo, conservaron e incluso ampliaron su red de vínculos con los seglares y lograron mantener el instituto con vida. La amenaza de la expulsión, e incluso de la exclaustración, estuvo presente hasta 1834, mas a partir de entonces se inició un proceso de renovación que culminó hacia 1840. Los frailes aumentaron, ganaron el litigio por la Orden Tercera, reiniciaron las misiones, consagraron el templo conventual. Nuevamente, los hermanos seglares estuvieron presentes, de hecho, los frailes, lejos de distanciarse de su feligresía, parecían cada vez más vinculados con ella.

Ensayo académico para obtener el título de Maestra en Historia del Arte, 2017.
Tutor principal: Dr. Pablo Amador Marrero (IIE-UNAM)
Tutores: Dra. Patricia Díaz Cayeros (IIE-UNAM)
                Dr. Juan Alejandro Lorenzo Lima (Universidad Europea de Canarias)

RESUMEN

San Diego de Alcalá (ca.1400-1463) es uno de los santos más venerados del santoral de la Orden de Frailes Menores. Canonizado en 1588 por el papa Sixto V, durante el mismo siglo su devoción fue trasplantada a territorios americanos tras la conquista de Tenochtitlan y la llegada de los primeros doce franciscanos. Su culto se propagó rápidamente en la Nueva España gracias a su fama de santo milagroso, modelo de humildad, pobreza y obediencia.
La fuerte presencia de san Diego de Alcalá en la Nueva España se puede constatar a partir de las numerosas iglesias, capillas y obras artísticas que llevan su nombre. Un destacado ejemplo de ello es la escultura que se conserva en la Parroquia de San Andrés Cholula, antigua fundación franciscana. El objetivo de este artículo es destacar su valor patrimonial como obra artística cuya permanencia en el recinto revela una importante continuidad de la devoción al santo andaluz, la cual se remonta al siglo XVII.


ABSTRACT

Saint Didacus of Alcalá (1400-1463) is one of the most venerated saints of the Order of Friars Minor. Canonized in 1588 by Pope Sixtus V, during the same century his devotion was brought to America, specifically to New Spain after the conquest of Tenochtitlan and the arrival of the first twelve Franciscans. His cult flourished thanks to his reputation as a miraculous saint, model of humility, poverty and obedience.
The strong presence of Saint Didacus of Alcalá in New Spain can be noticed by the numerous churches, chapels and artistic works that bear his name. A prominent example is the saint’s sculpture that is preserved in the Parish of San Andrés Cholula, a former Franciscan foundation. The objective of this article is to highlight this sculpture as an artistic work whose permanence in the Parish shows an important continuity of devotion to the Andalusian saint, which dates back to the 17th century.

“Monografia da Ordem Religiosa de S. Francisco”, é a descrição do itinerário por estes frades percorrido, a norte do Rio Douro, ou melhor, em Lessa de Matozinhos (Leça da Palmeira).

O trabalho começa, como não podia deixar de ser, por uma breve notícia da freguesia, e por um enquadramento histórico dos “nossos” frades observantes, no contexto internacional.

O percurso, esse, começa no Convento de S. Clemente das Penhas, actual Boa-Nova. Foi daí, que mais tarde, e por razões de segurança se mudaram para a quinta da Granja, que passou a chamar-se Quinta da Conceição, em virtude de o Futuro Convento, que aí se ia instalar, ter o nome da imagem de Senhora da Conceição. A par deste percurso, falarei da vida destes “homens de Deus”, dos seus problemas e alegrias de uma imagem que lhes era muito familiar, a imagem da Imaculada Conceição, que segundo consta esteve lá até à extinção das ordens religiosas, no nosso país.

Autor : Navarro Palazón, Julio. Jiménez Castillo, Pedro.
Jean Passini, Ricardo Izquierdo Benito (coords.): La ciudad medieval: de la casa principal al palacio urbano: Actas del III Curso de Historia y Urbanismo Medieval. Pp. 145-188.
[ES] El presente trabajo tiene como objeto estudiar algunos aspectos poco conocidos del Alcázar Seguir de Murcia, particularmente la extensión de la finca andalusí de la que formaba parte, así como la organización de los edificios y espacios que la componían, utilizando para ello la documentación escrita cristiana de los siglos XIII y XIV. Asimismo, argumentamos las razones que nos llevan a adscribir el palacio conservado al emir Ibn Hûd al-Mutawakkil (1228-1238). Se le denominaba Alcázar Seguir, o Menor, en oposición al nombre que se le daba a la alcazaba, llamada al-Qasr al-Kabîr (Mayor) debido a su mayor importancia oficial y militar. Formó parte de una gran finca estatal situada en el arrabal septentrional de la ciudad que, además de los edificios residenciales y protocolarios, contó con baños y con extensas áreas de huertos y jardines. Tras la conquista castellana la finca fue fraccionada y entregada a diferentes personajes de la familia real y a órdenes religiosas. Posteriormente, en el siglo XIV, la parcela propiedad del rey fue concedida a las religiosas clarisas, lo que permitió que el edificio principal del palacio se conservara parcialmente dentro del monasterio de Santa Clara la real de Murcia.
[EN] This paper’s objective is the study of the lesser know aspects of the Seguir Fortress in Murcia, especially the extension of the Andalusí estate it was part of, as well as the organization of the buildings and open spaces that formed it, using written Christian documentation from the thirteenth and fourteenth centuries for this purpose. At the same time, we will put forth the reasons that led us to ascribe the conserved palace to Emir Ibn Hud al-Mutawakkil (1228-1238). It is called the Seguir, or Minor, Fortress in contrast to the name given to the Alcazaba, called Al-Qasr-al-Kabir (Major) due to its greater official and military importance. It was part of an extensive state property located in the northern suburbs of the city, and which contained, in addition to the residential and protocol buildings, baths and large formal gardens and vegetable gardens. Following the Castilian conquest the estate was broken up and given to various members of the royal family and to religious orders. Later, in the fourteenth century, the lot belonging to the King was awarded to the Clarissa nuns. This allowed the main part of the building of the palace to be partially conserved within the monastery of Santa Clara de la Real in Murcia.

Es evidente que no pretendemos en el espacio de una conferencia trazar linealmente el desarrollo de la historia de la educación relacionada con las múltiples iniciativas que tuvo la orden franciscana en nuestro continente americano. Creemos entonces que resultará útil para
los objetivos y temática trazados por los organizadores de esta reunión , un breve aporte que está en sintonía con el lema elegido para este II Congreso de educadores franciscanos: Hacia una pedagogía del encuentro. En efecto, si hay un término que le cabe bien al proceso evangelizador es el de “encuentro”. Intentaremos mostrar cómo se desarrolló ese “encuentro educativo-evangelizador” inicial entre los primeros franciscanos y el hombre americano. Nos ceñiremos en
esta conferencia al área mesoamericana y más específicamente al centro de México. Algo parecido podría hacerse sin embargo, con cualquier otra región americana, estudiando los diversos choques culturales.

Resumen: Toda aproximación a la literatura latinoamericana colonial es un intento por aunar la dispersión, por reunir los fragmentos diseminados, por ahondar en los archivos de la memoria. En este sentido, la escritura de los frailes misioneros del inicio de la evangelización novohispana recoge voces provenientes de distintas tradiciones y manifiestan una ardua labor de búsqueda de información oral y escrita que repercute en sus crónicas, verdaderos archivos de otros discursos del periodo. En este trabajo analizo la inserción de fuentes en las historias de los franciscanos Toribio de Benavente Motolinía y Gerónimo de Mendieta. Estos frailes viajeros, misioneros e historiadores, al intentar aunar la dispersión provocada por el caos de la conquista, se convierten, durante y a raíz de su labor misionera, en frailes archivistas. Palabras clave: Frailes archivistas, conquista, evangelización, Motolinía, Mendieta. Abstract: Every approach to Latin American colonial literature is an effort to put together pieces, to gather the scattered fragments and to dig deep into

El franciscanismo como construcción inacabada frailEs capuchinos En rEinos hispanos El discurso impugnatorio contra los frailEs dE la capucha LOS CAPUCHINOS ESCRIBEN SU PROPIA HISTORIA Zacarías bovErio y El proyEcto dE los ANALES capuchinos las CHRONICAS CAPUCHINAS historia y santidad En El discurso bovEriano la traducción como altEración discursiva LOS ORÍGENES, EL CONTENIDO, LA FORMA la invEnción dE la tradición o la historia como impostura san francisco como tExto figurativo la vEnErablE barba dE los capuchinos altEr christus-altEr franciscus EXÉGESIS Y PRÁCTICA DE LA REGLA FRANCISCANA las QUESTIONES SELECTAS dE lEandro dE murcia 1 En las citas textuales se ha actualizado la ortografía para facilitar la lectura. 11 Los preceptos sobre la facultad de confesar religiosos y seglares dentro de la rama descalza se afinaron con el paso del tiempo. En el siglo XVII se decretó la edad mínima necesaria para que un descalzo pudiera confesar seglares, a saber, treinta años para confesar hombres y cuarenta para confesar mujeres (Estatutos 58-61).

Study about the Santo António Franciscan Monastery
in Torrão (Alcácer do Sal), based on documents
presently found in the Beja District Archive.
The author aims to highlight the importance of
this historic monument, hoping to attract the
attention of national and international researchers
who have given it little attention so far.

KEY WORDS: Modern age; Convents;
Document analysis; Heritage.

Después de la conquista militar del principal foco de resistencia nativa en México –Tenochtitlan por parte de la confederación Indígena-española, el Rey  de España envió religiosos para evangelizar a sus nuevos vasallos.

En la región localizada en las faldas del Volcán Popocatépetl, la construcción de los nuevos conventos religiosos fue realizada principalmente por los monjes Franciscanos, Dominicos y Agustinos.

Como por ejemplo, el convento de Huejotzingo, que fue iniciada su construcción en 1526,  es uno de los conventos más impresionantes que se pueden visitar en el país, posteriormente los franciscanos dirigieron la construcción del Convento de Huaquechula (en 1531), ambas poblaciones Huaquechula y Huejotzingo anteriormente fueron aliadas a las tropas españolas que conquistaron otros poblados de los actuales países de México y Guatemala.

La bula Ite vos (29 de mayo 1517), buscó la unión de
las distintas reformas franciscanas en la Observancia,
pero dividió definitivamente la Orden de
Hermanos Menores entre la Conventualidad y
la Regular Observancia. La celebración de su
quinto centenario invita a repensar el origen y
desarrollo de las distintas reformas en el abigarrado
mundo franciscano de España desde mediados
del siglo XV hasta bien entrado el siglo
XVI. Igualmente se hace necesario profundizar
en el conocimiento histórico de la preponderancia
que adquirió la Regular Observancia, que,
apoyada por la corona, extendió su influencia al
continente americano, así como la práctica aniquilación
de la Conventualidad y el desarrollo
vigoroso de la Descalcez.

Motolinía y Mendieta: aproximaciones a las crónicas misioneras (México, siglo XVI) María Inés Aldao Instituto de Literatura Hispanoamericana CONICET Introducción Entre la vastedad de textos pertenecientes a lo que vagamente se llama "crónicas de Indias" existe un grupo que puede ser considerado un subgénero de las mismas. Me refiero a las "crónicas misioneras", aquellos textos coloniales escritos por frailes de distintas órdenes religiosas desde mediados del siglo XVI, no con el objetivo de transmitir las peculiaridades de los habitantes y tierras de la Nueva España (aunque esto aparezca intermitentemente en sus textos) sino para mostrar el estado de "paganismo" de los indígenas mesoamericanos y, desde allí, plantear y transmitir el mejor modo de cambiar dicha realidad. En esta oportunidad, comparto algunos avances de mi tesis doctoral, en la que analizo las peculiaridades de este tipo de crónicas que las hace un subtipo único de la literatura colonial novohispana. En mi trabajo pongo en relación tres crónicas mestizas (Relación de Texcoco (1582) de Juan Bautista Pomar, Historia de Tlaxcala (1592) de Diego Muñoz Camargo e Historia de la venida de los mexicanos e de otros pueblos e Historia de la conquista (1599-1600) de Cristóbal del Castillo) y dos crónicas "misioneras", 1 Historia 1 Propongo que las crónicas misioneras son aquellos textos coloniales escritos por frailes de distintas órdenes religiosas que vivieron parte de su vida en América y que escriben desde mediados a fines del siglo XVI no con el objetivo de transmitir las peculiaridades de los habitantes y tierras de la Nueva España (aunque esto aparezca en sus textos) sino para mostrar el estado de "paganismo" de los indígenas mesoamericanos, la labor de los frailes en Nueva España, el relativo éxito de la evangelización y, desde allí, plantear y transmitir el mejor modo de cambiar dicha realidad. Estas crónicas refieren a una particular retórica especialmente manifiesta en el uso que realiza el enunciador de la representación del pasado indígena y de la conquista.

Estudio del origen del origen del convento de San Francisco de Aranda de Duero y su vinculación con la familia Vázquez de Acuña. Este linaje integrado en la oligarquía arandina de finales de la Edad Media utiliza esta fundación religiosa para proyectar su relevancia social sobre el espacio de un núcleo urbano en plena expansión.

Sesión para el Diplomado en Historia y Patrimonio Cultural de Atlixco, 28 de junio a 28 de septiembre de 2019

Secretaría de Cultura y Turismo
Centro de Formación en Cultura y Artes
Ayuntamiento de Atlixco
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Macuil Sinergia

Cuando analizamos los textos coloniales escritos durante o después de la conquista de México, uno de los errores en los que se puede incurrir es el de considerarlos similares, tanto los compuestos por frailes, por mestizos, por soldados o conquistadores. No obstante, no es lo mismo estudiar un texto escrito por un mestizo descendiente de la más alta estirpe indígena de Texcoco (como el caso de Juan Bautista Pomar, descendiente del tlatoani texcocano Nezahualcóyotl), como las Cartas de Relación de Hernán Cortés, textos atravesados complejamente por la argumentación, o las crónicas escritas por los frailes que arribaron a Nueva España con el objetivo explícito de evangelizar. En mi actual investigación, intento deslindar las peculiaridades de cada tipo de crónica, aún cuando refieran a temas similares como el pasado indígena, la conquista de México, las expediciones post conquista, por señalar solo algunos. En esta oportunidad quisiera compartir una reflexión en torno a lo que llamo "crónicas misioneras", aquellos textos coloniales que fueron escritos por frailes de distintas órdenes religiosas desde mediados a fines del siglo XVI no con el objetivo de transmitir las peculiaridades de los habitantes y tierras de la Nueva España (aunque esto aparezca intermitentemente en sus textos) sino para mostrar el estado de "paganismo" de los indígenas mesoamericanos y, desde allí, plantear y transmitir el mejor modo de cambiar dicha realidad. Desde esta definición incipiente y que requiere desarrollo, me centro en particular en una crónica poco analizada como es la Historia de los Indios de la Nueva España, del fraile franciscano Toribio de Benavente, más conocido como Motolinía (Motolinía significa, en náhuatl, "pobre" o, en una acepción más lastimosa, "pobrecito"). Este fraile, conocido por ser uno de los "primeros doce" en llegar a Nueva España en 1524

Antoni Conejo da Pena (ed.) L’infant Pere d’Aragó i d’Anjou: «molt graciós e savi senyor», Valls: Cossetània, 2015.

L’infant Pere d’Aragó i d’Anjou (c. 1305- 1381), entre altres títols i càrrecs, va ser comte de Ribagorça, d’Empúries i de les Muntanyes de Prades. La seua exquisida i polièdrica personalitat li va permetre conrear la poesia i la música, estimar l’art i la cultura catalanes, esdevenir un visionari agosarat, implicar-se de manera activa en la política del país i fundar un hospital monumental que va donar peu a l’actual vila de l’Hospitalet de l’Infant. Les circumstàncies van impedir que arribés a ocupar el tron reial, i probablement per aquesta raó no ha gaudit del lloc que es mereix dins del panorama historiogràfic de l’antiga confederació catalanoaragonesa. Ara, amb motiu del 710è aniversari del seu naixement, surt a la llum aquest volum miscel·lani que pretén reivindicar un dels personatges més fascinants de la Catalunya baixmedieval.

Con motivo del Año Jubilar Alcantarino nos disponemos a glosar la historia y devoción de la Virgen de los Afligidos, devoción que ha calado profundamente en la Histórica Villa de Los Realejos y en la comarca desde el s. XVII, centuria en la que llegaron los franciscanos recoletos. Esta orden religiosa fue fundada por Pedro de Alcántara en 1642 1 , año en el que recibió las Constituciones de manos del Pontífice Urbano VIII tras haberse iniciado la reforma en 1554 y confirmar-se por Breve Pontificio del Papa Julio UF. Desde las postrimerías del s. xv, el pueblo de Los Realejos ha estado carac-terizado por el componente religioso-festivo que ha formado parte indiscutible de sus numerosas tradiciones, siendo éstas elemento esencial de la vida e idio-sincrasia de este municipio en su devenir histórico, teniendo siempre como base

Las órdenes religiosas novohispanas llegaron al siglo XIX afectadas por problemas importantes deri-vados de la secularización de doctrinas, la guerra civil y la revolución liberal. Tras la independencia, un porcentaje importante de frailes despertó además una doble sospecha en razón de su origen penin-sular y su oposición al liberalismo. En un principio, la vigilancia gubernamental estuvo encaminada sólo a obtener la información de las autoridades eclesiásticas, pero a partir del descubrimiento de la conspiración de Arenas, comenzó a construirse una red de informantes más amplia con las autoridades civiles e incluso particulares. La mayoría de los " sospechosos " fueron expulsados del país entre 1828 y 1833. Las investigaciones de las autoridades permiten conocer algunos religiosos fugados de sus claustros durante la guerra civil, su ideología y actividades, así como la visión que los liberales de la época tenían de los frailes y su conducta.