AKROS
Equipo de Redacción:
Comité científico:
Dr. D. José Mª Blázquez.
Real Academia de la Historia.
Dr. D. José Mª Álvarez.
Museo Nacional de Arte Romano.
Dra. Dª Serena Ensoli.
Universidad de Nápoles.
Dr. D. A. Morel.
Universidad de Aix en Provence.
Dr. D. José D’Encarnaçao.
Universidad de Coimbra.
Dr. D. Juan Zozaya.
Museo Nacional de América.
Directora:
Rocío Gutiérrez González.
Asesores:
Pilar Fernández Uriel.
Antonio Bravo Nieto.
Jesús Miguel Sáez Cazorla.
Diseño de Portada:
Francis Alemany.
2008. Revista del Museo de Arqueología e Historia de Melilla
Edita: Fundación Melilla Ciudad Monumental. Ciudad
Autónoma de Melilla.
Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción Total
o parcial sin el consentimiento por escrito de los editores.
Los editores no se hacen responsables de las opiniones vertidas
en los artículos publicados en esta revista.
ISSN: 1579-0959
Museo de Melilla
Dirección: Plaza Pedro de Estopiñán s/n. 52001
Tlfno: 952976216 Fax: 952976217
e-mail:
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Contenido
4
nº 7. Enero 2008
Editorial
Museología
5
El Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena (España)
Rafael Azuar, Rocío Castillo, Mª Ángeles Pérez, Mercedes Navarro
9
“Exposición Temporal: Un Don del Nilo”
Esperanza Cazorla Ramos
17
Amigos del Museo y de los Recintos Fortificados da sus primeros pasos
Daniel Aguilar Ruiz
Historia
19
Archivo Intermedio Militar de Melilla
Juan Martínez Ferrol
25
El Brigadier Macías y el Informe Rivadulla
Francisco Saro Gandarillas
41
Rusaddir: orígenes historiográficos
Enrique Gozalbes Cravioto
49
El Peñón de Vélez de La Gomera en un manuscrito de 1845
Fernando Saruel Hernández
53
“La Alcazaba, cuarto recinto fortificado de Melilla la Vieja”
Jesus Sáez Cazorla
arte
63
Estudio iconográfico de las piezas del Museo de Arqueología e Historia de
Melilla
Paloma Moratinos Bernardi
71
Restauración y rehabilitación de “Torre de la Alafia o Baluarte de Cinco
Palabras
Mateo Bazataquí Gorgé
arqueología
77
Geo-Radar: Una nueva visión en la arqueología
Eva Gascón
81
La plataforma: Un punto estratégico en la Isla del Congreso
Sonia Martínez
87
Protección del Patrimonio Arqueológico en la Ciudad de Melilla. La Carta
Arqueológica Terrestre (1881-2007)
Manuel Aragón Gómez
Editorial
La Museología es una disciplina científico-artística cada vez con mayor auge
y aceptación tanto por parte de los propios museólogos -cuyo número aumenta afortunadamente-, como de los propios visitantes a los museos. Se aprecia
sobre todo por la mayor demanda de ofertas museísticas y por los resultados de
las mismas, evidente en casi todas las áreas de realización: en las exposiciones
permanentes y en las temporales, en una mayor documentación en las salas o en
nuevas formas de exposición, en desarrollo de la didáctica y la aparición de nuevas tecnologías aplicadas a las técnicas museográficas. Cualquier innovación es
bien recibida en pro de la conservación del patrimonio y de la mayor captación
de interés por parte del público que visita nuestros espacios.
Melilla lleva años aplicando todos estos avances a sus museos y colecciones y
el resultado es un momento actual de enorme importancia y mejores perspectivas: tiene ya consolidado el Museo de Historia, el Museo Militar y varias colecciones museísticas, y proyecta la creación de nuevos museos como el sefardita
y el bereber, la colección de arte sacro o el museo de sitio de las excavaciones
arqueológicas, entre otros proyectos.
Junto a ellos, y con una especial ilusión, se presenta la idea largamente
acariciada de convertir a Melilla la Vieja y sus recintos, en un museo en sí, potenciando y dinamizando todo el entorno como Recinto Museístico: darle vida a las
calles, esquinas y espacios edificados, como elementos integrantes del conjunto
museológico.
En ese sentido trabaja desde hace tiempo la ciudad de Melilla desde prácticamente todas las áreas implicadas: Museos, Fundación Melilla Monumental,
Consejerías y la propia Presidencia; trabajando por un proyecto común: enriquecer la idea de museo ampliándola y creando un espacio museológico de ciudad.
Rocío Gutiérrez
Directora de Akros
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Museología
Rafael azuaR, Rocío castillo,
Mª Ángeles PéRez, MeRcedes
navaRRo
Museo Nacional de Arqueología Subacuática
(Cartagena, Murcia)
El Museo Nacional de
Arqueología Subacuática
en Cartagena (España)
Vista general del edificio para la nueva sede del MNAS
Resumen: En la primavera del año 2008 se inaugurará la
nueva sede de lo que fue el Museo Nacional de Arqueología
Marítima y Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas
Submarinas, lo que supone no sólo ocupar un nuevo edificio
sino, sobre todo, una renovación y redefinición de los objetivos
y de los fines de una institución del Estado destinada a la investigación, protección y conservación del Patrimonio Cultural
Subacuático, ya sea sumergido en aguas interiores, costeras o
internacionales.
Abstract: In spring, 2008, the new premises of what was the
National Maritime Archaeology Museum and National Centre
for Submarine Archaeological Research will be officially
opened. This move does not just mean occupying a new building, but, above all, symbolises the renewal and redefining of
the objectives and aims of a State-run institution dedicated to
researching, protecting and preserving our Sub-aquatic Cultural
Heritage, be it in inland, coastal or international waters.
En el paseo marítimo de la ciudad de Cartagena, a los
pies de su muralla y frente al mar, el Ministerio de Cultura
ha construido un moderno edificio, diseñado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, destinado a ser la sede
del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, antiguo
Museo Nacional de Arqueología Marítima y Centro Nacional
de Investigaciones Arqueológicas Submarinas (desde ahora
MNAM-CNIAS) de dilatada historia que tuvo sus orígenes
en el antiguo Patronato de Excavaciones Arqueológicas
Submarinas, creado en Cartagena en 1970, cuya intensa
labor desarrollada a lo largo de aquellos años fue determinante para la fundación en del museo 1982.
Entre 1983 y 1986 el MNAM-CNIAS fue dirigido por la
Conservadora del Cuerpo Facultativo de Museos, Alicia
Rodero Riaza, que puso las bases del centro y comenzó
a desarrollar un intenso programa de prospecciones sistemáticas de la costa. El programa continuó con Víctor
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Museo
logía
Imagen de trabajo de arqueología subacuática
Antona del Val, bajo cuya dirección (1986-1989) se
comenzaron a realizar los Cursos de Buceo Profesional
y de Arqueología Subacuática para arqueólogos en los
denominados Yacimientos-Escuela, en los que se formaron
gran parte de la generación actual de nuestros arqueólogos subacuáticos. Además creó el Laboratorio de Maderas
Arqueológicas Saturadas de Agua e inició los Catálogos
Monográficos de los fondos del Museo. Igualmente,
en estos años se realizaron varias exposiciones de
gran importancia, como la dedicada a la “Arqueología
Subacuática en España”, inaugurada en 1988, que supuso
una primera visión global sobre la arqueología subacuática desarrollada en España lo largo de nuestro mar territorial y archipelágico.
Entre 1989 y 1993 fue nombrada directora Paloma
Cabrera, que continuó con las tareas de formación desarrolladas a través de los Yacimientos-Escuela, y desplegó una
importante actividad de investigación y documentación,
ampliando considerablemente el inventario de yacimientos
arqueológicos subacuáticos y creando el archivo cartográfico
microfilmado y bibliográfico del MNAM-CNIAS. Se iniciaron
en esta etapa algunas de las áreas de trabajo más importantes del Museo-Centro: la cubrición de pecios como medida
de protección, la edición de publicaciones periódicas, científicas y divulgativas, y la participación en proyectos internacionales sobre conservación de maderas arqueológicas
saturadas de agua.
Desde 1993 hasta fines del año 2005 el MNAM-CNIAS ha
sido dirigido por Iván Negueruela y durante su larga gestión
se han producido los hallazgos más importantes del centro
y que son indiscutiblemente los pecios fenicios de la playa
de Mazarrón, cuya excavación e investigación ha dirigido
personalmente y en cuyas tareas han colaborado un nutrido
equipo de arqueólogos formados, durante estos años, en el
mismo centro.
Son años de intensa actividad formativa y de cooperación con los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas
(GEAS) de la Guardia Civil en la protección del patrimonio
subacuático. La actividad de protección e investigación,
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desarrollada en estos años, ha continuado con un intenso y
avanzado programa desarrollado en nuestro laboratorio de
tratamiento de maderas arqueológicas saturadas de agua, lo
que va a permitir que en el futuro museo se puedan exponer
los restos de los barcos fenicios.
La nueva sede del Museo Nacional de
Arqueología Subacuática
Trascurridos 25 años desde la fundación del MNAM-CNIAS,
en la primavera del 2008 se inaugurará la nueva sede del
Museo, en un edificio proyectado por Guillermo VázquezConsuegra, premio Nacional de Arquitectura, cuyo avanzado e innovador diseño que ha merecido su inclusión en la
exposición internacional “On–site: nueva arquitectura española“, exhibida a lo largo del 2006 en el MOMA de Nueva York
y en el Real Jardín Botánico de Madrid.
El proyecto de larga y dubitativa historia, comenzó a fraguarse en la segunda mitad de los años noventa y su primera
piedra fue colocada el 23 de enero de 2002. Desde entonces
hasta ahora el proyecto ha experimentado diversos cambios,
como la necesidad de integrar el edificio en el contexto
protegido de la muralla marítima de la ciudad. Esto supuso redimensionar sus alturas y, por tanto, el volumen del
edificio y sus funciones primigenias; de tal manera que las
instalaciones necesarias para el funcionamiento del Centro
Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas quedaron fuera del Museo, acordándose la construcción de otro
nuevo edificio específico para la sede del nuevo CNIAS que
en la actualidad está en fase de proyecto.
Estos cambios han supuesto, en definitiva, una mejora
sustancial del proyecto, más acorde con los requerimientos
de conservación y protección del Patrimonio que se exigen
en un museo moderno. Asimismo, han conllevado una
mayor concreción de las funciones del museo que ahora se
muestra como un espacio destinado a la conservación, investigación, exhibición y difusión del Patrimonio Arqueológico
Subacuático.
Museo
logía
El nuevo museo es un complejo de unos 6000 m 2 de
superficie de los que alrededor del treinta y cinco por
ciento se destina a Exposición, al disponer de una sala de
Exposición Permanente de sus colecciones de 1600 m2, y de
una extraordinaria sala de 500 m2 destinada a albergar el
dinámico programa de Exposiciones Temporales del Centro.
A estos grandes espacios dedicados a la exhibición permanente o temporal hay que añadir los casi 1000 m2 destinados
a la conservación de los ricos y variados fondos que atesora
el Centro, proveyéndose para ello de un gran anforario, de
una excepcional sala de compactos y del gabinete en donde
se exhibirán las Colecciones de Reserva, no expuestas, ordenadas por pecios o yacimientos. El Área de Conservación
dispondrá de instalaciones adecuadas para albergar los distintos archivos documentales, ya sean fotográficos o planimétricos, que junto con su moderna biblioteca, proyectada
a dos alturas y disponiendo de iluminación natural indirecta,
facilitarán la tarea de los investigadores y de todos aquellos
ciudadanos interesados por conocer nuestro patrimonio
subacuático.
Además, el museo tendrá un área destinada al
Departamento de Educación con aulas preparadas para
desarrollar los diversos talleres previstos en
colaboración con los centros y los educadores,
como objetivo prioritario del museo. En esta
línea de formación y de necesaria divulgación
científica, el museo dispone de una Sala de
Conferencias, dotada de los últimos avances
tecnológicos para facilitar la labor de los
profesionales de la información, y preparada
para afrontar la traducción simultánea y las
presentaciones multimedia.
Estas infraestructuras e instalaciones
están pensadas para que el museo no sólo
sea un espacio de exhibición sino un lugar
de encuentro cultural. En la actualidad se
está llevando a cabo el programa expositivo
y preparando el programa de exposiciones
y actividades culturales que se desarrollarán
tras su inauguración.
nuevo concepto del patrimonio arqueológico subacuático
que adquiere una mayor dimensión: no es ya solamente
arqueológico o patrimonial, sino que asciende a categoría
de “Cultural”. Así aparece definido el Patrimonio Cultural
Subacuático en su artículo primero.
Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural
Subacuático (UNESCO, París 2001)
Artículo 1- Definiciones
1. a) Por “patrimonio cultural subacuático se entiende
todos los rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico, que hayan estado bajo
el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años, tales como:
i) los sitios, estructuras, edificios, objetos y restos humanos,
junto con su contexto arqueológico y natural;
ii) los buques, aeronaves, otros medios de transporte o cualquier parte de ellos, su cargamento u otro contenido,
junto con su contexto arqueológico y natural; y
iii) los objetos de carácter prehistórico
Pecio de época fenicia. Mazarrón 2
El Museo del Patrimonio Arqueológico
Subacuático Español.
El Museo de la Arqueología Subacuática
El renovado Museo Nacional de Arqueología Subacuática
es el organismo del Ministerio de Cultura que colabora con
los centros de investigación de las distintas administraciones Autonómicas españolas en la gestión del Patrimonio
Arqueológico Subacuático. Así también, tras la reciente
ratificación por el Gobierno español, con fecha de 6 de
junio de 2005, de la Convención Internacional sobre la
Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, aprobada
por la UNESCO en París el 2 de noviembre de 2001, el museo,
como institución del Estado con competencias específicas
en el Patrimonio Arqueológico Subacuático, está en la obligación de asumir y hacer propios los objetivos y fines de la
Convención. En este sentido es importantísimo destacar el
La exposición permanente del museo ha de ser no sólo el
espacio de exhibición de nuestras colecciones arqueológicas,
fruto de medio siglo de investigación, sino también el medio
para transmitir a los ciudadanos cuales son los objetivos y
los fines de la institución, cual es nuestra actividad, qué es la
arqueología subacuática, que hacemos los arqueólogos y los
restauradores en pos de la protección, salvaguarda y difusión de nuestro Patrimonio Cultural Subacuático Español.
Objetivos en los que estamos comprometidos y que se resumen en una exposición que pretende:
— Difundir el concepto de Patrimonio Cultural
Subacuático; la historia de la Arqueológica Subacuática,
sus principales Hitos, Museos y Centros de investigación; los
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Museo
logía
Visita al nuevo edificio del Consejo de Patrimonio Histórico, Cartagena,
Octubre de 2007
objetivos y fines de la Convención; así como las principales
actividades del museo en su investigación, conservación y
protección).
— Exhibir los resultados de las investigaciones del museo
en las costas del sureste peninsular y su contribución al
conocimiento de la dinámica del Mediterráneo desde la
Antigüedad, a través de sus colecciones.
— Transmitir la importancia de la cooperación internacional en la investigación y en la protección del patrimonio
cultural subacuático.
Con este fin, un equipo pluridisciplinar compuesto por una
treintena de especialistas entre documentalistas, arqueólogos, conservadores, restauradores, etc, han trabajado en el
diseño y desarrollo del Programa Museográfico de la Exposición
Permanente que se articula en dos grandes Áreas Temáticas (AT):
una genérica dedicada al Patrimonio Cultural Subacuático y
otra específica que se basará en la exhibición de las colecciones del museo y que se ha denominado “Mare Hibericum”.
El programa expositivo, - en el que se describen y detallan
los contenidos del discurso expositivo a lo largo de sus veinte
Unidades Temáticas (UTE) y sus correspondientes Unidades
Expositivas (UEX) -, propone la construcción de una serie de
escenografías, la producción de necesarios interactivos, comprensibles audiovisuales y limitados productos multimedia,
con el fin de reforzar y complementar los contenidos y optimizar la consecución de los objetivos didácticos educativos
del proyecto expositivo.
Recursos expositivos de la nueva y moderna museografía
que completan o mejoran la exhibición de nuestras colecciones que son la base y la columna vertebral del programa
expositivo. Sin embargo, gracias a la utilización de los
medios que nos proporcionan las nuevas tecnologías de la
comunicación, las salas del museo y sus diversos contenidos
pueden convertirse en verdaderos espacios de información
sin límite, en donde el visitante puede tener acceso a la
información de los últimos avances de la arqueología subacuática, de los centros internacionales más importantes, de
los hallazgos más sorprendentes o hasta, si fuera necesario,
el que en el museo el visitante pudiera tener conocimiento
en directo de una excavación, desarrollada por nuestro centro, vía On-Line.
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Se pretende que la exposición permanente del museo sea
una experiencia de transmisión de todos estos temas y de su
conocimiento, invitando al visitante a participar activamente
en sus itinerarios didácticos y experimentales, de tal manera
que de forma sencilla, práctica y divertida participe en una
vivencia de conocimiento del mundo de la arqueología
subacuática.
Estos factores han sido determinantes en la adjudicación de este proyecto, tras un concurso internacional, a la
empresa sevillana GPD S.A., cuyo director creativo Boris
Micka posee tras de sí una dilatada experiencia avalada,
entre otros museos, por el MARQ de Alicante, que obtuvo
el premio al museo europeo del año 2004, o el más reciente museo de Almería inaugurado en 2006., que son claro
ejemplo de una nueva museografía en la que se combinan
las escenografías con los recursos informáticos y multimedia
al servicio de un proyecto que pretende hacer participar al
público de la arqueología subacuática y de la necesidad de
proteger para legar a las generaciones futuras el Patrimonio
Cultural Sumergido.
Cartagena, 2007
Bibliografía
Azuar, R., (en prensa): “The new Museo Nacional de
Arqueología Marítima y Centro Nacional de
Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas of
Cartagena (Murcia, Spain)”, Medelhavsmuseet. Focus
on the Mediterranean, nº 4.
Azuar, R., de Cabo, E., Perez, M. A. y Castillo, R. (2007):
“El Museo de Arqueología Marítima de Cartagena y
la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático”,
Mus-A, 7 (Sevilla), 74-81.
Azuar, R., Navarro, M. (2007): El Museo Nacional de
Arqueología Marítima y Centro Nacional de
Investigaciones Arqueológicas Submarinas de
Cartagena. Rete dei Musei, Enti di Ricerca e Tutela
del Patrimonio Culturale Marino del Mediterráneo
(Palermo-Italia).
Azuar, R., Castillo, R. Navarro, M. Pérez M. A. (en prensa)
(2007): “El Museo Nacional de Arqueología Marítima
y Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas
Submarinas de Cartagena”, IV Congreso de
Arqueología de Colombia. (2007)
Martínez, B. (2001): “La Legislación y gestión del patrimonio
arqueológico subacuático en España”, Conferencia
Euromediterránea de responsables de la gestión del
Patrimonio Arqueológico Subacuático (Murcia, 17-20
de mayo de 1999), Madrid: 109-124.
Negueruela, I, (2005): “ Notas sobre el pasado y presente
del Museo Nacional de Arqueología Marítima y
Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas
Submarinas de Cartagena”, Revista de Museología,
33-34 (Madrid), 79-94
VV.AA. (2005): Criterios para la elaboración del Plan
Museológico, Madrid.
Museología
esPeRanza cazoRla RaMos
Historiadora
Técnico Fundación Gaselec
“Exposición Temporal:
Un Don del Nilo”
“…y Egipto prosperó, así por el beneficio que el río
proporcionaba a la tierra, como por lo que la tierra
proporcionaba a los hombres” (HERODOTO)
Plano general de la zona central
Resumen: El día 20 de Abril de 2007, se inauguraba en la
sala de exposiciones de la Fundación Gaselec, la muestra
titulada:”Egipto, un don del Nilo”, fruto de un arduo trabajo y
un amor sin medida hacia la cultura egipcia. En un principio, su
clausura estaba estimada para el mes de Septiembre, pero debido al gran volumen de visitas y la cantidad de actividades que
se están llevando a cabo en torno a la exposición, se ha prorrogado por seis meses más. Es la quinta muestra de temática
egipcia que se lleva a cabo en la Fundación Gaselec, desde que
abriera sus puertas en el año 2002. Valiosos objetos, reproducciones fieles a las originales, recreaciones de gran belleza, junto
con delicados juegos de luces y música, transportan al visitante
de la exposición a la época de los faraones.
Abstract: The 20 of April of 2007, it was inaugurated in the
“Fundación Gaselec” room of exhibitions, the sample called:
“Egipto, un don del Nilo” (“Egipto, a gift on the Nilo”), it´s
result of an arduous work and love without measure towards
the Egyptian Culture. In a beginning, its closing was estimated
for September, but due to the great volume of visitors and the
quantity of activities that are carried out around the exhibition,
it has been extended for six more months.
Valuable objects, faithful reproductions to the originals ones,
recreations of great beauty, together with delicate games of
lights and music, all of this transport the visitor of exhibition to
the Ancient Egypt.
“Egipto, un don del Nilo”, es una afirmación que dijo
Herodoto, gran historiador griego, que narró las bondades que vio al visitar esta fascinante tierra y acercarse a su
cultura. El nombre elegido para titular la quinta exposición
egipcia de la Fundación Gaselec, no es otro que esta famosa
y antigua frase, ya que, a través de los objetos e información
contenida en la exposición, se intentará dar una visión clara
y fiel a la realidad que vivieron los antiguos egipcios.
Inauguración:
El día 21 de Abril de 2007, se inauguraba en la Sala de
Exposiciones de la Fundación Gaselec, la muestra titulada:
“Egipto, un don del Nilo”. Unos actores ataviados hasta el
último detalle como auténticos egipcios, daban la bienvenida a los invitados, una amplia representación de todas las
áreas y aspectos de la Ciudad Autónoma de Melilla: Cargos
políticos, autoridades militares y civiles, artistas, literatos,
colaboradores en el montaje de la exposición y personas de
toda condición, amantes de la cultura en todas sus vertientes, todo ello, arropado por los medios de comunicación y
la retransmisión en directo por el canal televisivo I-Melilla
Televisión, perteneciente también al grupo de empresas de
Gaselec.
A las 20:00 horas, daba comienzo un recorrido a los
invitados, por las distintas salas, de la mano de D. Gustavo
Cabanillas. A continuación, miembros del Patronato de la
Fundación Gaselec dijeron unas palabras para inaugurar
oficialmente la exposición y, a su vez, reconocer y agradecer
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Museo
logía
”A través de los objetos e información contenida en la exposición,
se intentará dar una visión clara y fiel a la realidad que vivieron los
antiguos egipcios.”
el trabajo de todas las personas que han colaborado en el
montaje de la misma. Posteriormente, en la tercera y última
planta, donde está el mayor volumen de las piezas expositivas, se habilitaron mesas decoradas al más puro estilo
egipcio, para degustar toda una serie de manjares, que
nada tuvieron que envidiar a los banquetes que tendrían en
aquella época, los faraones en sus palacios.
Proyecto expositivo:
Debido a la buena acogida que tuvieron las anteriores
cuatro muestras egipcias: “Exposición de réplicas egipcias”,
“Egipto, arte y naturaleza”, “Tut-ankh-amon: imágenes del
descubrimiento de un tesoro en el Valle de los Reyes”, “El
redescubrimiento de los jeroglíficos”; en las cuales los visitantes se contaron por miles, se decidió tratar, una vez más,
esta temática, aunque de una forma mucho más ambiciosa.
Las pretensiones que se tuvieron desde un primer momento, fueron claras: Dar una visión general sobre el Antiguo
Egipto, con datos reales y piezas bien documentadas, que
mostraran la realidad de la Civilización egipcia, y que sirviera, tanto de forma didáctica para los niños y las personas
que se acercan por primera vez a esta civilización, como para
las personas que tienen un mayor conocimiento y quieren
además de admirar las hermosas maravillas de esta cultura,
profundizar un poco más en su conocimiento.
La sala de exposiciones, consta de tres amplios pisos, con
varias salas, dotadas de los más avanzados sistemas de seguridad, que incluyen: robo, incendios, evacuación, botiquines
de primeros auxilios… al igual que el personal, que está for-
mado en prevención de riesgos laborales, primeros auxilios y
evacuación. Además de contar con fibra óptica para la iluminación de vitrinas, sistemas multimedia, equipos de sonido
de alta calidad, y regulación individual de la temperatura de
las salas, entre otras prestaciones.
Cuatro meses de duro trabajo, necesitó la preparación de
esta exposición para ser digna de todos los visitantes que se
acerquen a contemplarla. Muchos voluntarios, que han colaborado desinteresadamente, por su amor hacia la cultura, al
igual que personal de la empresa Gaselec, en la que todos
son una especie de gran familia donde cada proyecto se
toma como un reto personal por cada uno de ellos.
El esfuerzo se vio acrecentado, por la integración de nuevas piezas a la, amplia de por si, colección privada, que posee
D. Gustavo Cabanillas. Traídas en su mayoría del Museo de
Berlín: Gipsformerei, que tras largos trámites y tiempo de
espera, pudieron, por fin, ser mostradas en esta exposición.
”Cuatro meses
de duro trabajo,
son los que lleva
“a la espalda”
esta exposición
para ser digna
de todos los
visitantes que
se acerquen a
contemplarla”.
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Museo
logía
Metodología expositiva: Planificación, diseño,
recorrido y condiciones medioambientales:
El primer planteamiento fue el reflejo de los contenidos
que se querían plasmar y la distribución de ellos, junto a los
objetos a exponer en las diferentes salas.
Centrándonos en la distribución espacial de la exposición,
podemos decir que se optó por utilizar la diferencia de
pisos y salas para ofrecer distintas posibilidades al visitante,
que, aunque siguiendo como hilo conductor la Historia del
Antiguo Egipto, encontrase conceptos y ambientes diferentes, a medida que fuera adentrándose en la exposición.
En la planta baja, se optó por disponer a modo de bienvenida para el visitante, una serie de fotografías de gran
formato de algunos de los monumentos más característicos
de la Civilización egipcia: Obeliscos, Templos, Esfinges,
Pirámides, y su estado de conservación actual; con ello se
pretende dar una visión general de la grandiosidad de sus
construcciones y de la importancia de su reconocimiento
como la civilización más avanzada de su época. Todas
las fotografías expuestas en la muestra están realizadas
por D. Gustavo Cabanillas, en uno de sus viajes a Egipto.
Acompañando a estas fotografías se encuentran dos estatuas cubo, que son esculturas funerarias del Reino Nuevo,
y que se disponían dentro de las tumbas como protectores
del difunto, y como narradores de su vida, grabadas en la
parte trasera de las mismas en escritura jeroglíficas para su
perduración a través de los tiempos.
Junto a la tienda de la Fundación donde se pueden comprar bellos objetos egipcios y recuerdos de variada temática
(histórica, militar…), todos ellos de gran calidad, observamos
una pantalla donde se proyecta un breve documental con el
proceso de montaje de la exposición, donde se observan
imágenes inéditas y desconocidas hasta ahora, de la evolución de una exposición, desde una sala prácticamente vacía
hasta la finalización de la misma.
Los rellanos de escalera, se han utilizado para disponer
láminas y grabados de la vida cotidiana en el Antiguo
Egipto, además de disponer sendas vitrinas a las que se han
denominado como: “Egiptomanía”, en ellas se han dispuesto objetos con temática egipcia ( objetos de decoración,
útiles de escritura, tabacos, inciensos…), muchos de ellos
han sido donados, y se siguen comercializando hoy día, lo
que nos demuestra que la cultura egipcia, sigue estando de
plena actualidad y que su fascinante historia sigue acaparando adeptos. Todo ello ha convertido a Egipto, en un destino
turístico por excelencia, y en fuente inagotable de recursos
para el cine y la literatura de todo tipo, además, de ser un
tema más que recurrente para la moda y la decoración.
La primera planta está dedicada al Río Nilo, los dioses
egipcios y la naturaleza. En ella, podemos observar una serie
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Museo
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“Se ha recreado una auténtica
sala de momificación donde
se observan las diversas etapas
de este proceso, obligado para
todos los egipcios”.
de fotografías del río Nilo, y de su variada y rica vegetación,
al igual que de la fauna que gira en torno a ella.
La forma que los egipcios encontraron para explicar las
crecidas, que cada año, y de forma exacta, se sucedían en el
río Nilo, fue que el buen Dios Hapi, dios de la abundancia,
disponía su sandalia en el nacimiento del río durante todo el
año, y entre Mayo o Junio, que era la época en que las lluvias torrenciales inundaban las tierras adyacentes al río Nilo,
levantaba su sandalia para dejar pasar el agua, necesaria
para ellos, y como consecuencia, la vida.
Mucho tiempo pasó hasta que pudieran doblegar la
fuerza del río por medio infraestructuras hidráulicas, pero
una vez lo hubieron conseguido, la vida fue mucho más fácil
para ellos, la ganadería y todo tipo de actividades agrícolas.
Todos los dioses egipcios, tuvieron características de animales, que nos podemos encontrar entre la variada fauna
egipcia, probablemente, este hecho sea una forma de dar
las gracias al río Nilo, que como hemos dicho tenía una
carácter sagrado y mágico para ellos, representando animales que crecen gracias a la vida, que desprende el Nilo
en cada gota de agua que contiene. Muchos son los dioses
que se representan en esta sala: Horus -halcón, Hator -vaca,
Bastet -gata, Khepri -escarabajo, Serket –escorpión, Thoeris
-hipopótamo, Anubis -chacal, Thot -ibis, encontramos
varias representaciones de cada uno
de ellos, aunque las más impactantes,
visualmente hablando son las tres
bellas esfinges, que representan la
fuerza del faraón, y que parecen estar
custodiando la sala, día y noche, como
guardianes milenarias.
A la izquierda de la sala, esta dispuesta la sala de proyecciones, con una
capacidad para unas 60 personas, donde
hay una idealización de una tumba
saqueada en la antigüedad. Está dotada
de las más novedosas tecnologías audiovisuales, y en ella podemos ver distintos
documentales, de actualidad, que nos
ayudarán a profundizar en los conocimientos adquiridos durante la visita a la
exposición.
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La segunda planta, es la más amplia, y por tanto la que
tiene en sí el mayor peso expositivo. En ella se abarca toda
la cultura egipcia, comenzando el recorrido de derecha
a izquierda por los siguientes aspectos: “Cultura egipcia:
Escribas y sacerdotes”, “Escultura faraónica”, “Período
Amarniano”, “Tut-ankh-amon”, “El papel de la mujer en el
Antiguo Egipto”, “Vida después de la muerte”, “Vida cotidiana y alimentación”, “Escritura y personajes ilustres de la
Egiptología” y “La momificación; algo más que un ritual”.
Entre las diversas vitrinas se encuentran paneles explicativos de gran veracidad, acompañados de fotografías de
monumentos egipcios y detalles de los mismos: La pirámide
escalonada de Dzoser, las pirámides de Keops, Kefrén y
Micerinos, en la gran llanura de Gizeh, junto a la famosa
esfinge, El templo funerario de Hatshepsupt, El templo de
Komombo…
La primera vitrina nos muestra los personajes de referencia en el panorama cultural de Antiguo Egipto, nos referimos
a los escribas y a los sacerdotes; unos encargados de dejar
constancia por escrito de todos los acontecimientos importantes que sucedían, y los otros tenían el papel de salvaguardar las tradiciones y hacer los rituales y ofrendas a dioses y
faraones. Encontramos en esta vitrina bellas y emblemáticas
muestras, como son: Los reconocidísimos “escribas sentados”
de los museos del Cairo y el Louvre, y varias cabezas de
serenas facciones, de distintos sacerdotes;es muy curiosa la
estatuilla donde se representa a Imhotep, arquitecto real del
Faraón Dzoser (III Dinastía), al que se le conceden atributos
Museo
logía
de sumo sacerdote; cabeza rapada, túnica, disposición…,
probablemente sea una forma de agradecimiento y reconocimiento por parte del faraón, para señalar que gozaba del
favor real.
También observamos los útiles de escritura: papiros, cálamos, tintas, tablillas de arcilla, e instrumentos de medición,
como el “codo real”.
La segunda vitrina está dedicada a la escultura faraónica
con bellas representaciones de diferentes faraones, y donde
observamos los tocados que utilizaba el faraón a lo largo de
su vida: “El tocado de guerra o casco azul”, “la Corona del
Alto y el Bajo Egipto”, y “el Nemes”.
La tercera vitrina está dedicada al período Amarniano,
también llamado “Cisma de Amarna”, en el que el faraón
Amenofis IV, decide crear un monoteísmo, donde el único
dios válido será el dios Atón, dios del disco solar, de modo
que cambia su nombre al nombre de Akenhaton (el que
adora al sol, Atón), realizará cambios en muchos otros aspectos. Apreciamos en este momento el giro en los cánones de
belleza, y en la forma de representar a la familia real, que se
vuelve más humana, con bellas representaciones familiares
donde se ve al faraón en actitudes de su vida cotidiana,
comiendo, jugando o acariciando a sus hijas, o realizando
ofrendas junto a su esposa real e hijas.
La máscara funeraria de Tut-ankh-amon, preside la cuarta
vitrina; en esta zona de la sala, hay una especial atención a la
figura de este faraón y al descubrimiento de su tumba, por
Howard Carter y Lord Carnavon, mediante una serie de fotografías de la época, realizadas por Harry Burton, donde se
observa el rico ajuar funerario de la tumba y los momentos
más representativos de este descubrimiento. Junto a estas
fotografías, se encuentra una réplica del trono y del último
sarcófago de este faraón, a tamaño real, realizado por los
profesores Rafael Romero y Encarnación García. Además de
poder observar un diorama, donde con todo lujo de detalles
“Había toda una industria
en torno al fenómeno
natural de la muerte, para
ellos misterioso, cosa que
se pone de manifiesto en
las ingentes cantidades de
dinero que gastaban para
tal fin, independientemente
de su poder adquisitivo,
muchos de ellos, se
endeudaban para conseguir
tener una tumba digna de
la otra vida”.
AKROS
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Museo
logía
Se ha desarrollado una
programación didáctica,
enfocada a las distintas
etapas educativas, donde
se pretende por medio
de actividades lúdicoparticipativas, enseñar a
los pequeños el respeto a
la Historia y a la diversidad
cultural, fomentando entre
ellos el compañerismo
y el cuidado del medio
ambiente.
se ha representado la tumba del joven faraón, muerto en
extrañas circunstancias, como revela su cadáver.
Para hablar del papel de la mujer en el Antiguo Egipto,
nadie mejor, que la Reina Nefertiti, icono de belleza y elegancia, que quedan patentes en su bello busto, que sigue
despertando admiración, su propio nombre lo indica (“La
bella ha llegado). Tuvo un papel reconocido en la vida pública egipcia, junto con su esposo, y puede que tomase decisiones reales, que afectaran al destino de Egipto. Se piensa que
era la auténtica consejera real de su marido Akenhaton.
Junto a esta vitrina, se ha dispuesto una rica muestra de
joyería y amuletos egipcios, que nos demuestran la importancia que tenía para los egipcios, el cuidado personal y la
ornamentación. Además de utilizar la joyería como símbolo
de belleza, se utilizaban como protectores: El escarabeo
sagrado, la llave de Ankh…
La siguiente vitrina está dedicada a la escultura funeraria
donde vemos bellas representaciones del Dios Osiris, juez
de los muertos. Junto a él, estatuas de diferentes períodos:
Estatuas Cubo, Aubshebtis, Vasos Canopes, Réplicas a escala
de sarcófagos...
Antes de pasar a la siguiente vitrina, observamos una
estatua de la llamada “vida cotidiana egipcia”, donde un
funcionario (Nefer, archivista superior de los graneros), aparece junto a su esposa. Esta representación, nos muestra la
importancia que los egipcios le daban a la perpetuación de
su recuerdo a través de los tiempos. La escultura nos sirve
para dar paso a la vitrina donde están depositados enseres
personales y de la vida cotidiana de los egipcios, como son:
Juegos de mesa, material quirúrgico, útiles de labranza,
puntas de flecha, paletas de maquillaje, espejos, mangos de
cucharillas, instrumentos musicales... Junto a estos objetos
aparecen varias figurillas de la diosa Isis amamantando a un
niño pequeño, son las llamadas “Isis lactantes”, en algunas
se especifica que es el faraón. Esta iconografía será utilizada
posteriormente por los cristianos, para las “vírgenes lactantes” de similares características.
AKROS
14
Justo al lado se exponen objetos dedicados a la alimentación en el Antiguo Egipto, donde se han depositado
bodegones de frutas y verduras, junto con legumbres,
dátiles, especias, algarrobas, vino, leche, aceite, cerveza,
huevos, carne, pescado, especial atención se presta al
proceso del pan, que estaba presente en todas las comidas
que realizaban los egipcios. Sabemos por las ofrendas
contenidas en las tumbas y los papiros de la época, que la
dieta egipcia era equilibrada, y que tenían sus necesidades
de nutrientes cubiertas. Dependiendo del poder adqui-
Museo
logía
sitivo de la persona, los alimentos serían más variados y
abundantes.
Con posterioridad, se pasa al “redescubrimiento de
los jeroglíficos”, donde conoceremos más datos de la
famosa “Piedra Rosetta”, y de su traductor Jean Françoise
Champollión. En este apartado podremos escribir en una
pantalla táctil lo que deseemos, y automáticamente se traducirá al jeroglífico, que podremos imprimir, y llevar como
recuerdo de nuestro paso por la exposición.
Ha llegado el momento de acercarnos a la representación
de la “Sala de momificación”, donde, con todo lujo de detalle, se ha recreado una auténtica sala de momificación en la
que se observan las diversas etapas de este proceso, obligado para todos los egipcios: Extracción de órganos, secado
del cadáver por medio de natrón, lavado de cadáver y
relleno del mismo, y posterior vendaje. Entre estos procesos
nombrados había muchos otros, como la colocación de los
amuletos, que estaría destinados a la protección del cuerpo.
Había toda una industria en torno al fenómeno natural de
la muerte, para ellos misterioso, cosa que se pone de manifiesto en las ingentes cantidades de dinero que gastaban
para tal fin, independientemente de su poder adquisitivo,
muchos de ellos, se endeudaban para conseguir tener una
tumba digna de la otra vida.
En esta sala de momificación se proyecta continuamente
un vídeo donde D. Severiano Gil, escritor y colaborador asiduo de la Fundación, hace las veces de sacerdote egipcio y
nos narra el proceso de momificación.
En último lugar hablaremos del piramidón central, pieza
más alta de la pirámide del faraón Sesostris III, y situada una
recreación en el centro de la sala, donde con distintos juegos de luces se crea una sensación etérea que parece hacer
flotar a los elementos dispuestos sobre la tarima central. En
ella se ha recreado utillaje utilizado para la construcción:
Instrumentos de medición, proceso de obtención de pigmentos, moldes de ladrillos de adobe…
Detrás de la tarima, hay dispuestos unos ordenadores con
juegos interactivos para el conocimiento más profundo de
Egipto, por parte de los niños y niñas que visiten la exposición.
Condiciones medioambientales:
Tuvieron gran importancia en el montaje de la exposición
las condiciones medioambientales de la sala, muy propicias.
El proyecto de iluminación con haces de luces direccionales de diversas tonalidades, que prestaron el realce que
necesitaban las vitrinas, y prestando especial atención a las
piezas más relevantes, por su singularidad o belleza. Del
mismo modo, que las imágenes, que continuamente van
cambiando desde los proyectores dispuestos en el techo y
AKROS
15
Museo
logía
que se reflejan en el suelo, dan una singularidad especial al
suelo, que estamos pisando, convirtiéndolo en parte viva de
la exposición.
También se ha cuidado con mucho esmero, la música elegida, siendo muchas de ellas bandas sonoras ambientadas
en el Antiguo Egipto.
Actividades generadas en torno a la exposición:
La exposición no es un ente muerto, sino que a través de
ella se pretende fomentar la cultura egipcia por todo tipo
de medios.
Con anterioridad a esta exposición, ya se había hecho
actividades conjuntas a la exposición, y muchas veces, como
complemento a ellas. En esta ocasión se ha pretendido
acercar al mayor número posible de sectores sociales, las
actividades que desde la Fundación se plantean
Hasta ahora se han llevado a cabo las IV Jornadas de
Egiptología, con las ponencias de los Profesores Dña.
Covadonga Sevilla y Miguel Ángel Molinero, que disertaron
sobre los complejos funerarios. Centenares de personas acudieron a la cita, en la sede de la Fundación que se habilitó
adecuadamente para este fin, y ambas ponencias fueron
grabadas íntegramente por el canal de televisión “I-melilla
televisión”.
AKROS
16
Además se está llevado una apretada agenda de visitas
guiadas donde numerosos colectivos de la ciudad, han visitado la exposición, intentando acercar a grupos desfavorecidos en el plano cultural, las bondades de esta civilización:
“Centros de Educación especial”, “Colectivos de sordos”,
“Centros de acogida”.
Respecto a la iniciativa denominada “La noche de los
museos”, se han abierto todos los jueves Julio y Agosto, en
horario ininterrumpido desde las 18:00 a las 24:00 horas, se
han realizado visitas guiadas y se ha proyectado un ciclo de
cine egipcio, con célebres películas que hicieron las delicias
de los aficionados al cine, que decidieron paliar las noches
de calor estival con una buena dosis de cultura.
Se está realizando un espacio radiofónico semanal, bajo
el título de: “Lo que te cuentan los escribas”, en la emisora
“Onda Cero”, donde cada semana se trata un interesante
apartado del mundo egipcio.
La iniciativa que hasta ahora ha tenido mayor éxito
de público han sido los denominados “Talleres infantiles”,
que empezaron como una forma de mantener entretenidos a los niños y niñas que visitaban las exposición con
sus padres, a ser un auténtico referente infantil, durante
los meses de verano, prorrogando su duración al mes de
Agosto, debido a la afluencia masiva de pequeños de 4 a 12
años, interesados en conocer de primera mano, la cultura
egipcia.
Se ha desarrollado una programación didáctica, enfocada
a las distintas etapas educativas, donde se pretende por
medio de actividades lúdico-participativas, enseñar a los
pequeños el respeto a la Historia y a la diversidad cultural,
fomentando entre ellos el compañerismo y el cuidado del
medio ambiente.
Gymkhanas culturales, danza del vientre, caracterización
egipcia, taller de leyendas egipcias, murales y todo tipo
trabajos manuales, han servido para acercar esta milenaria
cultura a niños, que en un futuro, recordarán que sus primeros pasos como aficionados a la egiptología los dieron en la
Fundación Gaselec.
Para todas las personas interesadas en conocer más sobre
el trabajo que realiza la Fundación Gaselec, su página web
es la siguiente: www.fundaciongaselec.com
Bibliografía
Bill Manley. Los setenta grandes misterios del Antiguo
Egipto; Ed. Blume
David P. Silverman. El Antiguo Egipto; Ed. Blume
Ana M. Vázquez. Historia de la Humanidad: Antiguo
Egipto; Ed. Arlanza Ediciones
M. Broderick y A. Morton. Diccionario de Arqueología
Egipcia; Ed. Edimat
VVAA. Museo Egipcio de Turín: Civilización de los egipcios,
la vida cotidiana; Ed. Electa
Richard Wilkinson. Todos los dioses del Antiguo Egipto; Ed.
Oyeron
Museología
daniel aguilaR Ruiz
Presidente de Amigos del Museo y de los
Recintos Fortificados de Melilla
Amigos del Museo y de
los Recintos Fortificados
da sus primeros pasos
Resumen: Recintos fortificados de la ciudad. Además, y como
viene siendo habitual en otras ciudades europeas, los espacios
amurallados se están convirtiendo en espacios museísticos por
tratarse de lugares con elevado contenido histórico y etnológico. Por lo tanto, estos fundadores decidieron también considerar pieza museística a los diferentes recintos amurallados
ubicados en esta ciudad norteafricana.
Abstract: The Fortified Areas of the city. As is becoming common in other European cities, the parts surrounded by defensive walls are being turned into museological spaces, due to
their important historical and ethnological content. For this
reason, the founders of this Society decided that the different
fortified precincts of this North-African city should be granted
the same status.
Tras varios meses de trámites burocráticos, por fin ve la luz
Amigos del Museo y de los Recintos Fortificados de Melilla.
Se trata de una Asociación sin ánimo de lucro que fue constituida con mucha ilusión por parte de sus fundadores el día
5 de julio del presente año. Rocío Gutiérrez, Coordinadora
General de Museos, es una las fundadoras que dio luz verde
a este importante proyecto de crear en la ciudad de Melilla
un Amigos del Museo con el fin de fomentar y apoyar
todas las iniciativas museísticas y culturales tanto del Museo
Arqueológico así como de otros museos y fundaciones
que se encuentran en la Ciudad Autónoma. El Museo y la
Fundación Melilla Ciudad Monumental son, por decirlo de
alguna manera, los padrinos de Amigos del Museo y de los
RRFF, pues trabajarán conjuntamente en la consecución de
todos los objetivos que se marquen a partir de ahora.
AKROS
17
Museo
logía
¿Por qué Amigos del Museos y de los Recintos Fortificados?
Los fundadores de esta asociación optaron por darle ese
nombre porque tanto el actual Museo como los futuros
museos se encontrarán ubicados dentro de los mismos
recintos fortificados de la ciudad. Además, y como viene
siendo habitual en otras ciudades europeas, los espacios
amurallados se están convirtiendo en espacios museísticos
por tratarse de lugares con elevado contenido histórico y
etnológico. Por lo tanto, estos fundadores decidieron también considerar pieza museística a los diferentes recintos
amurallados ubicados en esta ciudad norteafricana.
No debemos olvidar que Amigos del Museo y de los
Recintos Fortificados nace con el espíritu de colaborar,
dentro de sus posibilidades, con el actual museo y con la
Fundación Melilla Ciudad Monumental, pero también nace
de la ilusión puesta en la construcción de los nuevos museos
sefardí y bereber.
En cuanto a la Junta Directiva, es digno de destacar a
todos sus miembros, pues no hay que olvidar que el esfuerzo
de estos fundadores ha servido para constituir una asociación puesta al servicio de la ciudad. Profesor, Director de
Banco, Periodista, Abogado y Arquitecto, son algunas de las
profesiones de sus miembros y, aunque muy dispares parezcan, todos tienen algo importante en común, y es su afán
por la Historia y por la protección del patrimonio histórico
de melilla. El cargo de Presidente lo ostenta Daniel Aguilar
Ruiz; Vicepresidente, José Mª Romano Funes; Secretario,
Jesús J. Pérez Sánchez; Tesorero, Francisco J. Vivar Maza;
Vocal, Mateo Bazataqui Gorgé; Vocal, Francisco M. Alemany
Arrebola; Vocal, Rocío Gutiérrez González.
En estos momentos, los siete miembros de la Junta directiva se reúnen con bastante periodicidad, para decidir aspectos de gran interés sobre todo en estos primeros momentos
de vida de la asociación como, la búsqueda de ayudas y
subvenciones, la captación de socios, la elaboración de las
primeras actividades, etc.
Evidentemente, lo que más necesita la asociación en sus
primeros pasos es la consecución de subvenciones y ayudas
económicas para llegar a ejecutar todas las actividades
culturales que se están planificando para este año. En este
sentido, la asociación busca empresas, fundaciones e instituciones que deseen poner su granito de arena, es decir, la
captación de socios protectores es un objetivo inmediato
perseguido por los miembros de la Junta Directiva.
En lo relacionado a su imagen corporativa, un logotipo
donde figuran las siglas de la Asociación y unas líneas que
marcan la perspectiva de unas murallas, ha sido el diseño elegido de entre al menos una docena de logotipos propuestos.
El logotipo es lo que mejor resume la identidad de esta
asociación aunque, en los próximos días, se publicará también una Página Web. Constituirá un verdadero vehículo de
comunicación entre sus socios, ya que aparecerán de forma
actualizada las próximas actividades y reuniones que vayan
sucediéndose. Además de este medio, existe otra vía de
AKROS
18
comunicación puesta a disposición tanto de socios como de
aquellas personas interesadas, y sería la dirección de correo
electrónico:
[email protected]
Por otro lado, y para que el lector tenga una visión más
cercana de lo que pueda ser Amigos del Museo y de los RRFF
de Melilla, a continuación se muestran algunos de los objetivos que aparecen en los propios estatutos:
a) Fomentar el conocimiento del Museo de Arqueología
e Historia de Melilla tanto en sus actividades sociales como
culturales.
b) Colaborar con la Fundación Melilla Ciudad Monumental
y con todas aquellas instituciones que persigan el mismo
objetivo de proteger el Patrimonio Histórico Artístico de
Melilla.
b) Potenciar, en la medida de lo posible el conocimiento,
la defensa y el incremento de los fondos arqueológicos y
artísticos del Museo.
c) Promover actividades científicas y culturales tanto en el
museo como en los recintos fortificados.
d) Impulsar el conocimiento y defensa del Patrimonio
Histórico Español; así como denunciar la necesidad de restauración, o de cualquier otra actividad necesaria para la
conservación de dicho Patrimonio, ante los organismos o
instituciones correspondientes.
Aunque aún existan actividades en el aire, estas son
algunas que intentaremos hacerlas realidad en los próximos
meses:
1.- Edición de guía del profesor: “Guía de Melilla”.
2.- “Conoce la Historia de sus Recintos a través de Cenas”.
3.- “Campamento Cultural de Verano”.
4.- “Viajes Culturales”.
5.- “I Encuentro de Expresión y Muestra Artística”.
Para terminar este artículo es importante resaltar el significado de Amigos del Museo. Actualmente, tanto en España
como en otros lugares del mundo, la mayoría de los museos
cuentan con este tipo de asociaciones llamadas amigos del
museo. Un ejemplo de ello podrían ser la Real Asociación
Amigos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o
Asociación Alemana de Amigos de los Museos de Bellas
Artes. Todas estas asociaciones se encuentran federadas
a través de la FEAM (Federación Española de Amigos del
Museo) y a su vez de FMAM (Federación Mundial de Amigos
del Museo). En España existen actualmente más de 60000
amigos del museo y, la Federación convoca anualmente una
Asamblea General con el principal objetivo de dar a conocer
a las nuevas asociaciones federadas además de crear un fuerte lazo de unión entre dichas asociaciones. A partir de ahora,
Melilla a través de Amigos del Museo y de los Recintos
Fortificados estará presente en todos los actos y actividades
que organicen estas federaciones.
Ahora, Amigos del Museo es una realidad en Melilla,
esperamos con ilusión que todos esos objetivos escritos
sobre un papel se lleguen a convertir en una auténtica realidad puesta al servicio de los socios y de la ciudad.
Historia
Juan MaRtínez feRRol
Coronel Director
Archivo Intermedio
Militar de Melilla
Archivo Intermedio
Militar de Melilla
Resumen: El Archivo Intermedio Militar de Melilla, cuyos objetivos principales son la custodia e inventariado de los fondos
documentales existentes en la Comandancia General de Melilla,
ofrece sus servicios al público desde el año 2003, proporcionando unos niveles de información satisfactorios para los usuarios.
Su labor principal es finalizar la descripción de los fondos que
contiene y realizar su labor de Intermedio entre los Archivos
Centrales y Generales Militares. Con ello, pretende proteger la
información y ofrecer al investigador una interpretación unívoca de la caracterización histórica, contribuyendo a profundizar
en el conocimiento de la historia de Melilla, islas y peñones
de soberanía, así como de la Circunscripción Oriental del
Protectorado que ejerció España en Marruecos hasta 1956.
Abstract:Melilla’s Archivo Intermedio Militar (Military Archives),
whose main aims are to store and inventory Melilla Military
Headquarters’ stock of documents, have provided service to the
general public since 2003, offering the type of information that
is in keeping with the users’ needs. The main task to hand is to
complete the recording of all the documents it holds, as well
as serving as an ‘intermediary body’ between the Central and
General Military Archives. The work carried out aims to protect
the information and offer researchers a univocal interpretation of the historical characterisation. This, in turn, will help
to discover more about the history of Melilla, of the islands
and rocky outposts under its dominion, and of the Oriental
Circumscription of the Protectorate held by Spain in Morocco
until 1956.
Fortín a toda prueba río Muluya 1938
Creacion del archivo
Con la creación del Archivo Intermedio en la Comandancia
General de Melilla se culmina el proceso de organización
del Sistema Archivístico de la Defensa en esta ciudad. Éste,
dirigido y controlado por la Dirección General de Relaciones
AKROS
19
Historia
Institucionales del Ministerio de Defensa, se estructura en
cuatro Subsistemas: el del Órgano Central del Ministerio y
otro por cada uno de los Ejércitos. En el ámbito del Ejército
de Tierra, corresponde al Instituto de Historia y Cultura
Militar la dirección y coordinación funcional de los Archivos
Generales e Intermedios. El origen de este Archivo han
sido los fondos documentales del Archivo Central de la
Comandancia de Obras. Desde el punto de vista práctico, en
realidad, ha sido una transformación, de Central ha pasado
a ser Intermedio.
El cometido del Archivo Intermedio es triple. En primer lugar, la coordinación del funcionamiento de los 30
Archivos Centrales de las Unidades, Centros y Organismos
de la Comandancia General, así como de la recepción de sus
fondos documentales con más de cinco años. En segundo
lugar, la transferencia de los fondos con más de 25 años a
los Archivos Generales del Subsistema. Finalmente, y como
objetivo último, poner a disposición de los investigadores
dicho patrimonio documental.
Las transferencias mencionadas son más de procedimiento normativo que el que nos obliga la realidad y no puede
aplicarse en su totalidad por razones prácticas. Ello no es
óbice para que no quede garantizada la conservación de los
fondos. Por una parte hay que normalizar el funcionamiento y relación de los Archivos Centrales con el Intermedio:
ello se consigue con la aplicación de la normativa vigente
que dimana de la Ley 18/85 de Patrimonio Histórico y del
Reglamento de Archivos Militares que la desarrolla. Esta
aplicación se reflejará en una periódica transferencia documental, básica e imprescindible para el funcionamiento
del Subsistema. Por otra parte, es preciso que los Archivos
Generales dispongan de la capacidad suficiente para la
recepción documental. Actualmente y mientras éstos incrementan sus posibilidades el Archivo Intermedio tendrá que
asumir parcialmente su papel.
Paradójicamente, esta situación tiene una gran ventaja,
ya que permitirá una adecuada descripción de los fondos
documentales existentes y, por otra parte, dará un margen
de tiempo a los Archivos Centrales para organizar y transferir su patrimonio documental.
El inicio
Informe de 1793 sobre ventajas de derribo y nueva construcción
AKROS
20
Hace ocho años, aproximadamente, se inició el tratamiento
documental de los fondos de la Comandancia de Obras de
Melilla que, como se ha dicho anteriormente, dieron origen
a este Archivo. Desde el principio, el instrumento utilizado
para esta labor ha sido el inventario analítico. Éste ofrece la
posibilidad de describir los fondos con un nivel de profundidad suficiente como para garantizar una cantidad de información satisfactoria para los usuarios y que, al mismo tiempo, va a permitir la descripción uniforme de amplios grupos
documentales. El inventario describe las unidades que componen las series documentales, dispuestas según el orden
que tienen en el cuadro de clasificación y reproduciendo su
estructura. Esto va a permitir ofrecer la información suficiente para localizar la documentación, tanto en el tiempo como
Historia
Plano de porción de mina 1797
Plano de un atrincheramiento para San Ramón
Plano de la Plaza de Alhucemas 1813
Plano de zona de Victoria Grande y Ataque Seco 1773
en su ubicación física, conocer su organización e individualizarla entre otras opciones. Esta labor ha sido desarrollada
desde su origen por personal contratado eventualmente,
hecho que ha impedido, en multitud de ocasiones, agilizar el
trabajo que ha venido desarrollándose intermitentemente.
En la actualidad, permanece la problemática de la falta de
personal aunque se encuentra en vías de solución. Mientras
tanto, se vuelca el esfuerzo en la descripción de los fondos
disponibles y en el cotejo de la documentación transferida
por los Centrales.
Ubicación e instalaciones
Proyecto de construcción de pista de Annual a Sidi Amar u Mu
El Archivo Intermedio se encuentra ubicado en antiguas
dependencias de la Comandancia de Obras de Melilla. Se
trata de un edificio con las particularidades propias de estos
archivos. La característica que lo define es el almacenamiento de gran cantidad de documentación a bajo coste. Con el
fin de economizar medios, es un edificio de gran tamaño
cuyo eje central es el depósito, donde se puede almacenar
la densa documentación. Se trata de un espacio diáfano en
el que se han instalado las estanterías y tres archivadores
compactos con una capacidad que permite albergar cerca de
10.000 cajas de archivo. Los planeros y portaplanos complementan las instalaciones.
La sala de trabajo, con tres espacios diferenciados, permite la organización de los equipos para la clasificación y
manipulación de los documentos. Así, el archivo cuenta con
otros componentes comunes a todo tipo de archivo, sala de
consulta, oficinas, etc.
El equipamiento y las medidas ambientales y de seguridad
son equiparables al resto de archivos.
Fondos y series documentales
Hasta hace pocos meses el tratamiento documental estaba
restringido a la descripción de los fondos procedentes de la
Comandancia de Obras. La puesta en marcha de los procedimientos de transferencia por los Centrales, ha permitido
que el archivo funcione parcialmente en su cometido fundamental además de continuar con las responsabilidades
anteriores.
Los fondos originarios pertenecen a la actual Comandancia
de Obras y a las distintas denominaciones que ha tenido este
Organismo a lo largo de los años: Comandancia Central
de Obras, Comandancia de Ingenieros, Comandancia
AKROS
21
Historia
Proyecto de ensanche de fortificaciones.
Fortificación que se construyó en al altura del
Cubo en 1734
General de Ingenieros, Comandancia Exenta de Ingenieros,
Comandancia de Obras y Fortificaciones etc. Denominaciones
perfectamente identificadas en función de las épocas en que
se produjeron los documentos y que, a veces, ha generado
la creación de fondos distintos en el momento de su tratamiento documental.
Son de su competencia, asignada al Archivo con carácter
exclusivo, los siguientes tipos de documentos: textuales,
mapas, planos, memorias de las Unidades no impresas,
fotografías, informáticos, sonoros y
películas en cualquier soporte.
Desde el año 2006 el Archivo
Intermedio se ha visto incrementado
con la llegada de nuevos Fondos
documentales, entre ellos están los
siguientes:
•PersonalIndígena.Conmásde
300.000 expedientes de personal de
Infantería y Caballería que pertenecieron a los Grupos de Regulares;
listas y extractos de revista de dichas
Unidades. Se encuentra prácticamente cerrado, pero con
actividad permanente por las solicitudes que se reciben
periódicamente.
•DelGrupoRegularesdeMelillanº52.
•DelRegimientodeIngenierosnº8
•DelaUnidaddeServiciosdelAcuartelamientoSantiago.
Plano de Islas de Alhucemas Tierra y Mar 1844
AKROS
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Plano de muelle entre el Torreón de la Cal y
el de San Juan
Fondo cerrado por ser Unidad disuelta.
Las series documentales más relevantes y, a la vez, las más
voluminosas son las de “Obras de construcción” y las relativas a las “Zonas polémicas”. Ambas series contienen gran
parte de la documentación referente al desarrollo urbanístico y constructivo de la Plaza de Melilla.
El documento más antiguo que se conserva en el Archivo
data de finales del S. XVIII, y éste ratifica la participación de
la Comandancia de Obras en las construcciones de las islas y
peñones. Tanto en la serie “Obras de
construcción” como en la de “Zonas
polémicas” se pone de manifiesto el
gran problema que han arrastrado
los antiguamente llamados Presidios
Menores desde el S. XVIII, dificultades que arrastraron hasta no hace
mucho tiempo: falta de suministros y
medios, las dificultades de transportarlos y la dilación en el tiempo para
su ejecución. A ello hay que añadirle
Sala de investigadores
el elevado coste económico que esto
supuso a lo largo de los siglos.
La ampliación de los límites de la Plaza como consecuencia de los Tratados de 1859, 1860 y 1862, permitió la colonización del “campo exterior” y posterior urbanización en las
últimas décadas, hasta llegar al presente desarrollo del territorio. Queda constancia documental de todo lo relacionado
Plano del Hospital del Peñón de Vélez 1743
Plano de obra del Proyecto de ensanche de las
fortificaciones
Historia
con la fortificación permanente y de campaña, comunicaciones terrestres, enlace y transmisiones y participación en las
obras relacionadas con el desarrollo urbano moderno.
Igualmente, en la serie documental Planos, el archivo
alberga significativos ejemplares. Entre ellos, podrían destacarse planos generales de las disposiciones de las minas
y contraminas que se extienden bajo la ciudad. Dispone de
planos Parcelarios y los relativos al desarrollo de los barrios,
dando una visión global del desarrollo urbanístico de Melilla
desde sus inicios.
La creación del Cuerpo de Ingenieros en 1711 daba fin
a los antiguos “Ingenieros del Rey”, como eran conocidos
desde la toma de Melilla. Organizaciones posteriores dieron origen a las denominaciones citadas, con inclusión de
Regimientos de Zapadores y coexistiendo con Unidades
de Ingenieros expedicionarias, inicialmente en 1843 y,
posteriormente, en las fechas próximas al Desembarco de
Alhucemas de 1925. En el desembarco las hubo de alumPlano Fuerte de San Miguel 1738
brado, ferrocarriles, telefónicas, etc., que participaron en Plano de la Luneta proyectada delante del
Baluarte de San Jose
los acontecimientos bajo el mando del Ingeniero Jefe de la
Comandancia de Obras de la Circunscripción. Hay constancia
de varios Diarios de Operaciones de algunas de ellas.
•Obrasenescuelasde1912-1924.
No obstante la matización anterior, y haciendo una rápi•CorrespondenciadelaMarquesadeCavalcantiyel
da visión de los campos de actuación de la Comandancia
Coronel Ingeniero D. Luis Andrade, entre 1923 y 1926,
de Obras, podemos simplificarlo de la siguiente manera:
relacionada con la construcción del monumento de Monte
donde estuvo una Unidad siempre aparece la Comandancia,
Arruit, realizado por el artista D. Juan José García.
antes, durante y/o después. Son numerosos los proyectos
•Relacionadosconcesionesacooperativas,colonias,etc.
de obras redactados para facilitar la vida de campamento
•Numerososexpedientesrelacionadosconconstrucción
de las tropas; los acuartelamientos construidos, tanto en la
y rehabilitación de edificios y toda clase de instalaciones
Plaza de Melilla como en distintas poblaciones marroquíes,
en la época del Protectorado; la mejora de los caminos de la
Circunscripción Oriental; de la explotación del tracto-carril;
mejoras e incluso nuevas construcciones de instalaciones
civiles. En muchos casos, se detallan en los documentos de
contabilidad y ejecución de cada una de ellas, lo que permite
deducir la ingente labor realizada.
El archivo custodia cartografía histórica, destacando 220
mapas de los siglos XVIII y XIX. El más antiguo data de 1724 y
corresponde a un proyecto de dique en el puerto de Melilla.
Más de 3000 planos están relacionados con proyectos de obra.
En muchos de ellos y, junto a sus expedientes correspondientes, se puede localizar la ubicación de las Unidades en Melilla
y en el Protectorado, y la denominación de las que en distintas épocas participaron en acontecimientos de la región.
Sala de trabajo
Son dignos de destacar los planos relacionados con:
•Laconstruccióndelosmojonesdepiedraparaloslímites
de Melilla 1862 y 1864, de Francisco Arajol y Solá.
•ElproyectodeensanchedelaPlazadeMelillade1880.
Por Domingo de Lisad.
•Proyectosdereparacionesdefortificaciones,baterías,
aljibes, hospitales, iglesias, etc., incluidos islas y peñones.
•Anteproyectodeplanoparcelarioydesucampoexterior de 1913.
•ElrelacionadoconlacompañíamineraNorteafricana
de 1911-1935.
•Concesionesenlosnuevoslímitesde1859-1880.Plano
de límites de 1860-1894. Plano de rectificación de límites de
1865-1926.
Sala de trabajo. Descripción documental
AKROS
23
Historia
Plano de la posición de Muley Rechif
Plano de Melilla con proyecto de muelle 1869
militares, inventarios de obras, inventarios de fortificaciones
de final del S. XIX, etc.
•Construccionessinautorizaciónendiversaépocas;algunos casos datan de 1848.
•Requisasdeembarcacionesrelacionadascondesembarco de Alhucemas. Compensaciones.
Expedientes más significativos
Los documentos textuales más antiguos corresponden a
los años 1790 y 1793. Se trata de informes que detallan
la necesidad y conveniencia de adelantar el asentamiento de la batería de
San Miguel del Peñón de
Vélez. Firmados por Juan
Camargo y Cavallero.
El plano más antiguo
data de 1724, como se ha
indicado anteriormente.
Documentos relacionados con la colonización del
campo exterior y la conveniencia de abandono o
conservación de las islas y
peñones, datan desde el
año 1857.
Haciendo un brindis a la ecología y para reflejar la sensibilidad de los militares de la época, destacar la documentación relativa a la siembra del monte Gurugú en los años
1927-1930 y plantaciones de arbolado en carreteras del
Protectorado de 1910-1913.
Ingenieros destacados
Además del citado Juan Camargo y Cavallero, muchos de los
mencionados en el libro de Antonio Bravo Nieto “La ciudad
de Melilla y sus autores” han dejado su huella en los diferentes expedientes que se conservan en este archivo.
De Enrique Nieto, aunque no era militar, el archivo dispone de algunos planos relacionados con la modificación de la
segunda planta del Casino Militar, entre otros.
José Mª Aparici, firma algunas de las memorias de proyecAKROS
24
Plano general colonización en Melilla S. XIX
tos relacionados con el puerto de Chafarinas en 1858, muelle
de unión de Isabel II-Rey de 1859 y obras de defensa del
archipiélago de 1859. Se significa que la Colección Aparici se
encuentra en el Archivo General Militar de Madrid.
Arajol y Solá, Juan Cavallero, Roldán y Vizcayno, Cazorla,
Ampudia y Valdés, y otros muchos, son nombres destacados
en los proyectos, informes, mapas y planos… sin olvidar a
Rodríguez Puget, Gavilán Aragón y de los Santos Granados,
de época más reciente.
Si mérito tienen sus obras, no es menos destacable el
celo que todos pusieron en la conservación de este patrimonio. Documentos de los siglos XVIII y XIX han sufrido
las penurias de malas y
pocas instalaciones existentes en Melilla, y cuya
custodia puede catalogarse como ejemplar. Los que
los hemos heredado, estamos obligados a garantizar su conservación como
Patrimonio del Estado que
son, y agilizar los procedimientos en curso que
nos permitan su estudio lo
antes posible.
Sala de clasificación
Tratamiento informático
Con la aplicación de la informática a los estudios históricos
y sociológicos, se propicia el interés de acceder a la información registrada en los nuevos soportes. Así las nuevas tecnologías se aplican a los archivos en sus diferentes facetas.
En el Archivo Intermedio Militar se utiliza la aplicación
informática Arjé y su utilización se hace extensible a los
Archivos Centrales de las diferentes Unidades. El empleo
generalizado de la misma facilitará enormemente las transferencias entre los archivos del subsistema, la conexión vía
Intranet entre ellos y, en un futuro, la puesta a disposición
de los investigadores en Internet del patrimonio documental
del Ministerio de Defensa. Como paso previo a esta situación
ideal se ha iniciado un proceso de escaneo de los expedientes más antiguos y de mayor importancia documental para
que puedan ser consultados por los usuarios.
Historia
fRancisco saRo gandaRillas
Historiador
Correspondiente Academia Historia por
Melilla
El Brigadier Macías y el
Informe Rivadulla
Barrio de la Alcazaba (1885)
Resumen: Cuatro meses después de que el brigadier Macías
abandonara Melilla, el también brigadier D. José Rivadulla,
Jefe de Ingenieros de la Capitanía General de Granada, firmaba
un Informe ,que,a través del Capitán General de la región, era
remitido al Ministerio de la Guerra. El informe tiene fecha de
27 de diciembre de 1886 y lleva por título “Ligera descripción
del estado en que hoy se encuentra la Plaza de Melilla, sus
necesidades más apremiantes, orden de preferencia de las
obras y manera de realizarlas en el menor tiempo y en las mejores condiciones económicas”.
Abstract: Four months after Brigadier Macias left Melilla, one of
his fellow brigadiers, Jose Rivadulla, Chief Engineer of Granada
Military Headquarters, signed a report, which, through the
regional field marshal, was sent to the Ministry of War. The
report, dated 27 December 1886, was headed, “A brief description of the current state of the Melilla Stronghold, its most
urgent needs, order of preference for work to be carried out
and the best way to do so as quickly and cheaply as possible”.
Entre la plaza de España de Melilla y la entrada del puerto,
por una zona cercana al mar, trascurre la llamada avenida
del General Macías, una de las calles más transitadas de la
ciudad, que en su mayor parte de su recorrido se adapta
al lugar que ocupaba la larga muralla que hasta finales del
primer tercio del siglo XX, fue conocida popularmente con
el nombre de muro X. El nombre del general Macías, propuesto por el abogado y miembro de la Junta de Arbitrios
Manuel Ferrer, hijo del que fuera industrial y propietario del
mismo nombre, fue acordado en una sesión de la Junta de
Arbitrios, el primitivo y singular ayuntamiento, a fines de
mayo del año 1903. Lugar, nombre y proponente se adaptaban perfectamente a la lógica derivada de unos hechos
transcurridos años antes, cuando el general desempeñaba
el cargo de gobernador militar y político de la plaza de
Melilla.
Don Manuel Macías Casado se hizo cargo de la plaza de
Melilla el día 21 de septiembre de 1879, y cesó, oficialmente
“ en atención al mal estado de su salud”, el 1 de marzo de
1880 ;volvió a hacerse cargo del gobierno el 21 de abril de
1881, y, tras causar baja según lo dispuesto en Real Decreto
AKROS
25
Historia
de 2 de agosto de 1886, abandonó Melilla el 2 de septiembre siguiente, tras ceder el mando al brigadier D. Teodoro
Camino Alcobendas .
Si seguimos la trayectoria melillense del brigadier Macías
a través de los hechos narrados por el ilustre historiador
de la ciudad D. Gabriel de Morales, apenas encontraremos
acontecimientos de gran relieve durante su mando; sobre
todo si los comparamos con los ocurridos en etapas anteriores, en las que Melilla estuvo sometida a grandes tensiones,
la mayor parte de ellas motivadas por sucesos conectados
con las siempre complicadas relaciones entre la plaza y el
campo exterior rifeño. Pero el brigadier Macías, un hombre
político con excelente tacto para acompasar la vida militar
y civil de Melilla a la necesidad de mantener un buen clima
de convivencia en la zona, algo que venía heredado de sus
inmediatos antecesores, olvidado el sistema tradicional de
mano dura y sin contemplaciones, cuyo máximo exponente
había sido el por tantos motivos célebre brigadier Buceta.
A su llegada Macías encuentra una plaza de apenas setecientos habitantes, básicamente militar, donde lo castrense
abarca todos sectores de la sociedad, donde no hay más
justicia que la militar por que su Código de Justicia declara a
Melilla “ en permanente estado de guerra” ; donde se acaba
de crear una Junta municipal, la llamada Junta de Arbitrios,
de dudosa legalidad, pero absolutamente necesaria para
AKROS
26
deslindar,en lo posible, la esfera civil de la militar que
durante siglos se han entrecruzado sin saber exactamente
donde terminaba una y donde comenzaba otra, Junta
que depende del Ministerio de la Guerra, pero que asume
competencias que en otras ciudades de España se adscriben
forzosamente al ramo municipal, ligado por sus funciones a
ministerios civiles, excepto en la en la parte relacionada con
el reclutamiento.
Encuentra también Macías, ya superados los antiguos
años negros de miseria interior, de abandono permanente,
que Melilla sigue teniendo carencias muy graves, aunque
ya han acabado los años de contienda civil en la península,
guerras que absorbían la mayor parte de los recursos del
Ministerio, y que durante tanto tiempo sirvieron al Gobierno
central como justificación para no atender las permanentes
reclamaciones de los gobernadores.
Melilla disponía de un nuevo territorio de expansión,
importante medio de alejamiento del enemigo tradicional, y
de una ley de nuevo cuño, la del puerto franco, de la que se
esperaba un señalado incremento de la actividad comercial,
actividad que se pensaba contribuiría no poco a mejorar
las relaciones con el campo rifeño cercano, creando en el
mismo nuevas necesidades que le obligarían, por propio
interés, a desear la permanencia de una paz persistente en
la zona. Cierto es que cuando Macias hace su entrada en la
Historia
El Mantelete en 1885
Plaza, tales optimistas expectativas económicas no se habían
cumplido.
Nos estamos refiriendo a una época en que Melilla se
halla en el punto de mira de personas que reparan en la plaza como punto, junto con Ceuta, ventajosísimamente situado para su expansión comercial, y también, no podemos
olvidarlo, como lugar de partida para una futura expansión
de España por el Norte de África 1
Así los redactores de La Iberia, Llana y Rodrigáñez, señalan que Melilla y Ceuta debían ser “las puertas por donde
entrara nuestra influencia civilizadora en el imperio, si una
política exterior hábil y constante presidiese la conducta
de nuestros gobiernos y una organización conveniente se
implantara en aquellas posesiones“2. Por que ya desde esta
época, e incluso en anteriores, se apela en algunos medios
peninsulares a que la estricta y omnímoda organización
militar de la plaza, que abarca todos sus organismos, desde
lo municipal a lo judicial, vaya desprendiéndose de aquellas
funciones que en otras ciudades de España estaban asignadas al ámbito civil.
1
2
Galbis y Abella .- En el Mogreb el Aksá . 1879. P.
81
Llana, Manuel y Rodrigáñez, Tirso .- El imperio de
Marruecos .1879. P. 187
Así, Azcárate, en el famoso mitin del teatro de La
Alhambra, en 1884, proclama refiriéndose a las plazas de
Ceuta y Melilla: “Es necesaria...la separación de los poderes
civil y militar, seglar y eclesiástico, que haya toda la separación
de funciones que reina en el Península…. ¿no os parece que
es tiempo ya de que todos los servicio que no sean puramente
de fortificación y defensa, pasen a los distintos ministerios
civiles?
La primera ventaja sería la mayor rapidez en el despacho de
los asuntos, pues aun cuando os parezca una paradoja, nada
hay más lento, embarazoso y formalista que las oficinas militares...También tienen los ministerios civiles, y principalmente
el de Fomento, más recursos que los militares, y sea por lo que
quiera, los aplican con más fijeza de criterio y los administran
con sentido más práctico y sistema más sencillo”.
En el mismo mitin, Saavedra se refería a la justicia militar aplicada en las plazas norteafricanas :” Es menester
que se establezca el orden jurídico conforme a nuestras
leyes,porque hoy, en Ceuta y Melilla,la justicia está encomendada al Cuerpo Jurídico militar, y aun cuando sus dignos
individuos rivalizan en saber y rectitud con todos los magistrados civiles,el caso es que los habitantes de estos puntos
se encuentran,por este mero hecho,fuera de la ley, pues no
tienen, para lo criminal, el juicio oral y público, y para lo
civil carecen de la segunda instancia y de la casación, que no
AKROS
27
Historia
existen en el Organismo Jurídico militar, como tampoco los
recursos contencioso-administrativos”.3
Al año siguiente, la Sociedad Española de Africanistas y
Colonistas, insiste en lo mismo : “Reorganizar el gobierno de
todas las posesiones españolas del Norte de Marruecos sobre
la base de una completa separación de poderes, civil y militar, seglar y eclesiástico, judicial y administrativo, pasando a
todos los ministerios civiles todos los servicios que no sean
de fortificación y defensa, constituyendo una provincia civil,
dependiente directamente de Gobernación, y una Capitanía,
dependiente directamente de Guerra...”4
Pasarían muchos años antes de que tales peticiones fueran atendidas.
Organización militar de la
plaza durante el gobierno
de Macías: la guarnición.
Como en el pasado, Melilla siguió
soportando la escasez crónica de
personal que desde muchos años
antes obligaba a los gobernadores a solicitar, en algún caso
con escritos de gran patetismo,
el aumento urgente de las plantillas. Terminadas las campañas
carlistas, que, junto con las de
ultramar, servían de justificación
a los gobiernos centrales para desatender las peticiones de las plazas norteafricanas, parecía lógico
suponer que las guarniciones de
estos puntos serían incrementadas
a corto plazo.
En 1872 el gobernador Alemany
estimaba que, para atender a
todos los servicios y garantizar
la seguridad de Melilla se necesitaban no menos de 1.400 hombres; en aquella fecha numerosos
puestos de guardia quedaban sin
cubrir y otros varios solo acogían
la mitad de los hombres precisos5,
pues, según su ayudante y secretario, teniente Santoja,
diariamente deberían entrar en sus diversos puestos cerca
de 500 hombres, aproximadamente la guarnición que por
aquellos años tenía la plaza.6
Pocos cambios hubo en este capítulo desde 1879. El
gobernador Navascués, que se había hecho cargo del mando de la plaza, tras la baja de Macías en su primer periodo
3
4
5
6
Intereses de España en Marruecos. Meeting del
teatro de La Alhambra de 30 de marzo de 1884
La Política Hispano-marroquí y la opinión pública
en España1885.P.6
Alemany.- Informe…. (5-10-1872)
Santoja.- España en el Rif. 1881 P. 63
AKROS
28
de gobierno, escribía al Capitán General en junio de 1880,
insistiendo en la “insuficiencia de la guarnición para prestar todos los servicios “. Ni siquiera podían hacer el relevo
diario porque no había servicio para dos días, ya que se
necesitaban 350 soldados diarios para atender todos los
puestos. Obsérvese que ya se había rebajado sustancialmente el número de soldados de servicio diario, aprovechando
la mejora de las relaciones entre plaza y campo exterior,
adaptándose a la plantilla de las unidades presentes, que en
aquel momento eran cinco compañías del regimiento Wad
Ras, una del Antillas y dos del Fijo de Ceuta, con un total de
374 soldados . Pero había un elemento nuevo que exigía
un mayor número de tropa: la existencia en Chafarinas de
un gran número de deportados cubanos, que obligaba a
un mayor número de tropa para
su vigilancia y control. La contestación del Capitán General
no puede ser más elocuente: no
debía preocuparse, pues en caso
necesario, contaba con la ayuda
de la plaza de Málaga
Entonces los relevos se hacían
cada seis meses, según disposición
de junio de 1871, y las tropas
eran facilitadas por las Capitanías
de Cataluña, Valencia, Baleares,
Granada y Andalucía, si bien el
sistema no se llevaba con gran
regularidad, y en ocasiones los
seis meses de guarnición se convertían en ocho, diez o doce. Ya
en tiempo de Macías, en junio
de 1882, se redujo al número
de Capitanías de origen a dos:
Cataluña y Granada, con seis
meses igualmente de guarnición,
sistema tampoco llevado con
mucha regularidad. Los regimientos debían entrar por riguroso
orden de antigüedad : primero
entre los que nunca habían prestado servicio en Melilla, el mismo
orden entre los que hacía más
General Manuel Macías Casado
de 10 años que no habían estado
de guarnición y, por último aquellos para los que había
transcurrido un tiempo menor desde su regreso de África .
La disposición indicaba también la distribución de la tropa,
sin dejarle al gobernador de la plaza libertad para disponer
de los hombres, según las necesidades del día: 4 oficiales
en cada una de las islas, con 120, 80 y 70 hombres para
Chafarinas, Peñón y Alhucemas respectivamente. En las épocas en que por licencia de la tropa debían llegar los nuevos
reemplazos, un oficial de la Plaza se trasladaba a las plazas
de origen en busca de los reclutas.
Curiosamente, en 1884, durante su intervención en el
famoso mitin del Teatro de La Alhambra, el señor Saavedra
abogaba por la vuelta al viejo sistema, ya olvidado, de la
recluta de voluntarios entre los hijos de Ceuta y Melilla,
Historia
que costarían menos y no estarían deseando abandonar las
plaza como, evidentemente, pasaba con los de guarnición
extraordinaria . Estos últimos, sobre todo jefes y oficiales,
protestaban por los continuos cambios de residencia, cosa
que les producía cuantiosos gastos y contrariedades. No hay
que olvidar que buena parte de ellos llegaba con toda la
familia, y debía buscar una casa en Melilla donde alojarse.
Siendo estas escasas, los alquileres eran desmesurados y
no era raro que varias familias compartieran una vivienda,
casi siempre por imposibilidad absoluta de disponer de una
propia.
Estas protestas llegaron al gobierno, y dos años más tarde, en abril de 1884, se dispuso que la guarnición de Melilla
se relevara anualmente, y que las de las islas lo hicieran
semestralmente; las necesidades del servicio hicieron que
estas últimas lo hicieran cada cuatro meses en 1886.
Con la creación del Batallón Disciplinario en 1880, a base
de personal procedente del Fijo de Ceuta, se pretendía,
entre otros objetivos, que la guarnición de Melilla contara
con una Unidad de Infantería que tuviera una presencia
permanente en la plaza. Esta unidad pasó a hacerse cargo
de los servicios de mayor riesgo, sobre todo los relativos a
la guarnición de los futuros fuertes exteriores, pero no dejó
resuelto el problema de la falta de tropa, y así en marzo
de 1885 el brigadier Macías informaba al capitán general
que diariamente entraban de servicio 350 personas entre
jefes, oficiales y suboficiales, cuando deberían ser 472 las
que debían cubrir los numerosos puestos necesarios para
garantizar la seguridad de la plaza, y eso teniendo en cuenta
que, desde la posesión efectiva del campo exterior, ya no
se cubrían los puestos correspondientes a las 28 puertas
y rastrillos de las minas y galerías de comunicación de la
plaza que en años anteriores recibían también su guardia
diaria. Solamente el Rastrillo de Espadas seguía protegido
por la guardia correspondiente. Con la llegada del Batallón
Disciplinario se suprimieron los 60 confinados que el brigadier Macías había ordenado pernoctaran diariamente en el
fuerte de Victoria Grande, para colaborar en su defensa, y
en la de la línea exterior, en caso necesario.
El mayor número de soldados de servicio diario se destinaban a la escolta de presos ( entre 60 y 70 soldados ), los
fuertes exteriores ( entre 80 y 90 soldados ) y la Sección de
Orden Público, a cargo de uno de los regimientos de guarnición extraordinaria en época de Macías ( 35 soldados ) . Los
puestos de guardia, cuando había gente suficiente, eran
dobles; un centinela para observar el campo y otro para
vigilancia del armamento e impedir que paisanos o confinados penetraran en los edificios militares.
Obra destacada del brigadier Macías fue la creación de
una unidad de Caballería de guarnición permanente en la
plaza. Con ello conseguía lo que ninguno de sus antecesores
había logrado, pese a sus repetidas peticiones en ese sentido
desde que dejaron de llegar tropas de aquel Arma .A los
pocos días de hacerse cargo de la plaza escribe el brigadier
al Capitán General poniendo de relieve la urgente necesidad de contar con elementos del Arma debido a la gran
extensión del nuevo territorio de soberanía, dándose la
circunstancia anómala de no poder recorrer personalmente
el terreno por no contar con escolta para ello. Ponía de
manifiesto también la posición deshonrosa en que quedaba
el cargo de gobernador cuando visitaba la plaza el Bajá del
campo exterior, pues, decía Macías, “ya sabe usted que son
bastante ostentosos” y, al mismo tiempo se veía impedido
de devolverle la visita. Cierto es que el Ministro de la Guerra,
a través del mismo Capitán General, le contestaba lo que de
antiguo se contestaba a los anteriores gobernadores, que
las operaciones militares en la Península le impedía atender
su petición, y que “era preciso esperar tiempos mejores”. Al
menos esta difusa promesa se cumplió, pues en octubre de
1883, estando todavía Macías en Melilla, se creaba la Sección
de Cazadores de África, de carácter disciplinario.
Durante la permanencia de Macías, desde el 31 de enero
de 1885 se fusionan los antiguos Pelotones de Mar creándose la Compañía Marítima de África, formada por individuos
del reemplazo, que dos años más tarde de convierte en
Compañía de Mar.
Impulso del brigadier Macías fue su insistencia en que el
Hospital Militar fuera reacondicionado, pues a su llegada a
la plaza presentaba numerosas deficiencias, proponiéndose
su ampliación en sentido vertical o, en su defecto, la construcción de uno de nueva planta
También era motivo de preocupación del brigadier la
mala calidad habitual en la alimentación del soldado, con
frecuentes informes al Capitán general y advertencias a los
encargados de su confección. Para hacer ver a las autoridades que sus motivos de queja no eran infundados, en varias
ocasiones envió muestras a la Capitanía, quien ordenó la
constitución de una Junta de médicos para el análisis del
pan y demás subsistencias. La Panadería militar no funcionaba en las mejores condiciones, debido a la saturación
de trabajo, pues por disposiciones anteriores todos los
vecinos tenían derecho a cocer en el pan en los hornos de
Administración Militar de la factoría, dada la carencia de
hornos particulares en la plaza.
Con respecto a la artillería, la etapa del brigadier se
caracteriza básicamente por la prohibición absoluta de
hacer prácticas apuntando hacia el campo fronterizo, para
evitar soliviantar a las cabilas cercanas en un momento en
que las relaciones entre Plaza y campo pasaban por un buen
momento; los disparos de práctica debían hacerse hacia el
mar, sobre blancos flotantes, e incluso sin proyectil, lo que
no dejaba de ser una rareza. En 1885 se montó la batería de
la plaza de la Parada, con motivo del conflicto con Alemania;
con anterioridad había una cañón de 16 en el torreón del
Bonete y otro igual en el de las Cabras.
Las buenas relaciones con las cabilas apuntadas anteriormente, llegaban incluso al punto de que algunos cabileños,
con autorización del brigadier Macías, llevaban su armamento a reparar al Parque de Artillería de la plaza, algo
insólito en la historia de Melilla.
El armamento de la tropa consistía en el fusil rémington,
reglamentario desde 1871, y que fue sustituido por el máuser en 1893.
Los ingenieros militares seguían desempeñando sus funciones habituales, con gran escasez de medios por cierto;
tan escasos que no solamente se empleaban las gentes de
AKROS
29
Historia
Frente del mar (artillado, 1885)
oficio de la Comandancia y los soldados de la compañía de
Ingenieros agregada sino también los penados, e incluso
los soldados de cualquiera de las unidades de la plaza,
especialmente los del Disciplinario, que también en alguna
ocasión fueron habilitados como artilleros. El Cuerpo de
Ingenieros fue el punto de inicio de serias querellas con el
brigadier Macías, como se explicará más tarde. Al importante y amplio cometido del Comandante de Ingenieros se
añadió, desde la Real Orden del 7 de febrero de 1881 el de
hacerse cargo de las obras de la Municipalidad, cargo que,
en realidad desempañaba desde siempre porque, antes de
que se fundase la Junta de Arbitrios, en mayo de 1879, y al
no estar deslindados puntualmente los campos militar y civil,
todo lo relativo a obras ( el arreglo de las calles de la plaza,
por ejemplo) corría a cargo del Cuerpo de Ingenieros, con
muy corta consignación, motivo de continuas denuncias y
protestas por parte de los gobernadores, hasta la creación
de la citada Junta.
El gobierno del brigadier Macías
Afortunadamente para el brigadier su periodo de gobierno
se caracterizará, como ya hemos apuntado, por la ausencia
de conflictos importantes dentro de las relaciones entre la
plaza y el campo marroquí vecino.
El primer acontecimiento relevante, que puso a prueba el
talante de Macías, fue la presencia en Guelaia y Quebdana
de un tío del Sultán, Muley El Amin, que, desde finales de
1879 y durante un tiempo relativamente prolongado, se
paseó por los campos rifeños aledaños intentando la sumisión de las kabilas pertenecientes a la confederación, cosa
que finalmente consiguió, si atendemos a lo manifestado
por el capitán Erckmann, un francés que dirigió la artillería
de Muley Hassan entre 1878 y 1883.7
7
Erckmann, Jules.- Le Maroc moderne. 1885 P. 202
AKROS
30
La presión de la mehalla de Muley El Amin, inclinó a
algunos guelayas y quebdanis a buscar la protección del
pabellón español. Lo más razonable hubiese sido mantener
una estricta neutralidad en la cuestión, limitándose Macías
a autorizar la permanencia en el campo de Melilla de los
acogidos mientras duró el conflicto entre las kabilas y el
Majzen, pero el brigadier asumió la responsabilidad de
autorizar el embarque en la plaza, con destino a Granada
y Madrid, de una representación de aquellos, que ya en la
Corte, pusieron en un grave compromiso al Gobierno, pues
de autorizar la concesión de la nacionalidad española a los
kabileños, hubiese tenido que enfrentarse, no solamente
con el Sultán marroquí, a quien sustraía una importante
cantidad de súbditos, sino también al resto de las llamadas
potencias europeas con representación en Tánger, seguramente opuestas a una intromisión de esta naturaleza en
un país donde el vigente derecho de protección, bastante
menos incisivo que el de concesión de nacionalidad, era
motivo de fuerte polémica y uno de los puntos cruciales a
tratar en la próxima Conferencia de Madrid, a celebrar en la
primavera de ese mismo año. No es de extrañar, pues, que el
Gobierno se negara tajantemente a asumir tal compromiso,
y la comisión volvió de la capital de España sin ningún resultado, pero encontrándose con la enérgica intervención del
Bajá de Farhana, Mohammed ben Ahmed, quien les confiscó los bienes y les impuso fuertes multas. Comisionados y
familiares tuvieron que acogerse a la protección de Melilla,
negándose Macías a devolverlos ante la persistente reclamación del representante marroquí, y permaneciendo en la plaza hasta que, en julio de ese mismo año, gracias a las gestiones de D. José Diosdado y Castillo, Ministro plenipotenciario
en Tánger, pudieron regresar a sus casas bajo la promesa de
que el bajá no tomaría represalias contra ellos
El enojoso asunto se terminó con el cese de Macías, como
solía hacerse en estos casos, por motivos de salud, pese a que
su buen hacer en el gobierno estaba generalmente reconocido. Fue sustituido por el brigadier D. Ángel Navascués,
quien, continuador del talante de Macías, no tuvo que
tomar decisiones comprometidas, por lo que las relaciones
con el campo siguieron en buenos términos; solamente un
Historia
irrelevante robo de herramientas del Cuerpo de Ingenieros
, ocurrido en el Mantelete en el mes de marzo, y que se solventó en buena armonía con el bajá del campo, distrajo la
atención del gobernador, que fue sustituido por el brigadier
D. Evaristo García Reina en el mes de octubre siguiente,
quien tampoco tuvo ocasión de destacarse en el gobierno,
aunque sí tuvo tiempo, antes de cesar, de comunicar al
Capitán General que, pasado el efecto de la expedición de
Muley El Amin, las kabilas habían vuelto a su estado habitual
de disconformidad con el Bajá del campo, El Mojtar Algam,
teniendo que admitir en el campo de Melilla a algunos
que buscaban protección de la autoridad militar. El propio
Capitán General de Granada tuvo ocasión de comprobar
personalmente la situación cuando visitó la plaza en marzo
de 1881.
Es posible que este incremento de la tensión en el territorio vecino aconsejase la vuelta a la plaza del brigadier
Macías, quien tomó posesión del cargo en el mes de abril
siguiente.
El segundo periodo del brigadier se caracteriza por la
ausencia de graves conflictos con las kabilas del campo cercano, circunstancia que Macías aprovechó para dedicarse a
la resolución de problemas internos, pues la plaza llegaría
a doblar su población entre la fecha de la primera llegada
del brigadier y la de su salida de Melilla, y con ello cada vez
se hacían notar más las carencias de las que, desde antaño,
adolecía la plaza.
Un repaso a los hechos reseñados por el ilustre Gabriel de
Morales en sus “Datos”, nos hace ver que en su indispensable obra se recogen acontecimientos acaecidos en Melilla y
su campo, durante el periodo que comentamos, que varios
años atrás nadie hubiese reparado en años o los hubiese
dado escasa importancia
En clave exterior, motivos de una cierta alarma local
fueron : en el verano de 1884, la epidemia de cólera en la
península y Marruecos, que obligó a tomar medidas extraordinarias en cuarteles y dependencias, a no permitir la entrada de víveres ni efectos del campo rifeño hasta que estuviera
terminado de organizar un lazareto; a mantener en rígida
cuarentena al vapor-correo antes de permitir su entrada, y,
por último, a establecer un cordón sanitario alrededor de la
plaza, con una patrulla permanente de vigilancia.
Coincidente con la alarma expresada, que finalmente no tuvo consecuencias, se
tuvo noticia de la presencia en
Guelaia de Sidi Mohammed
el Marasi, familiar de Muley
Hassan, al frente de una mehalla de 2.000 hombres, sin que
su expedición, al contrario
que la anterior, tuviera repercusión en Melilla.
También en las mismas
fechas, el Capitán General de
Granada advierte a Macías
de una posible asonada por
cuenta de algunos revolucionarios, por lo que ordenaba
al brigadier observase detenidamente al personal a sus
órdenes para “conocer sus tendencias y posibles afinidades
revolucionarias”. Macías le contesta, con toda lógica, que
les especiales circunstancias de Melilla hacían imposible
cualquier intento de aquella naturaleza, y que era evidente
que ninguno de sus subordinados “estaba en el ánimo de
conspirar”.
Al año siguiente llegan al Gobierno central noticias
sobre unos difusos proyectos de Alemania, en conflicto
diplomático con España por las islas Carolinas, sobre la costa norte de Marruecos, apuntando a Melilla y Chafarinas. El
Gobierno se lo tomó muy en serio, y en septiembre de 1885,
el Capitán General de Granada remite a Macías una disposición extraordinaria en la que le recomienda que “en caso
de ser hostilizado sea la defensa tan enérgica y esforzada
cuanto sea necesario para rechazar la agresión “, y en último
caso “sea al menos la defensa llevada al último extremo
posible”. Las relaciones con las kabilas de Guelaia eran tan
excelentes que el propio Bajá, hablando en nombre de ellas,
aseguraba que ayudarían a Melilla en caso necesario y que
incluso pondrían una vigilancia permanente en el Cabo Tres
Forcas para dar el correspondiente aviso en el momento en
que fuera avistada la hipotética escuadra alemana. Se reforzó ligeramente la guarnición y se instaló la batería de cuatro enormes cañones que durante mucho tiempo estuvieron
en la plaza de Parada.
Un único incidente que podríamos considerar como grave
ocurrió durante el gobierno Macías. El 1 de febrero de 1885
salieron la plaza con el fin de dar un paseo por el campo
exterior los comandantes del regimiento de Guipúzcoa
señores López Moreno y López Álvarez, el capellán del
Disciplinario señor Baños y el asesor de Guerra. Cuando
se hallaban cercanos a los límites del territorio fueron
apresados por un grupo de rifeños y llevados a Farhana
quienes, según manifestó en las Cortes el supuesto explorador Saturnino Jiménez, “sufrieron toda suerte de ultrajes
en presencia del Kaid”. Este mismo señor aseguraba que
fueron puestos en libertad esa noche gracias a la firme actitud mostrada por el brigadier Macías, quien amenazó con
romper el fuego de la artillería si no eran devueltos inmediatamente. De la documentación
existente en los archivos del
Instituto de Historia y Cultura
Militar no se deduce una actitud tan enérgica por parte
del brigadier, al no ser necesaria gracias a la inmediata
colaboración del Bajá, quien
desde el primer momento
puso todo su empeño en que
el incidente fuera resuelto
satisfactoriamente, si bien es
verdad que tras la devolución
de los detenidos nada se hizo
por castigar a los culpables.
Un incidente ocurrido en
julio de 1886 en el vapor
Bateria de San Juan y la Marina (1881)
AKROS
31
Historia
Rosario, procedente de Orán y con 175 marroquíes a bordo,
fue igualmente resuelto por el brigadier, con la colaboración
del alférez Severiano Martínez Anido y el comerciante
marroquí, establecido en el Mantelete, Si Ali el Mesfigüy
Por R.O. de 2 de agosto de 1886, el brigadier Macías causaba baja en la plaza, por haber sido destinado al menos
brillante puesto de Gobernador Militar de Albacete, despidiéndose de Melilla el 2 de septiembre siguiente.
El informe Rivadulla
Cuatro meses después de que el brigadier Macías abandonara Melilla, el también brigadier D. José Rivadulla,
Jefe de Ingenieros de la Capitanía General de Granada,
firmaba un Informe ,que,a través del Capitán General de la
región, era remitido al Ministerio de la Guerra. El informe
tiene fecha de 27 de diciembre de 1886 y lleva por título
“Ligera descripción del estado en que hoy se encuentra la
Plaza de Melilla, sus necesidades más apremiantes, orden
de preferencia de las obras y manera de realizarlas en el
menor tiempo y en las mejores condiciones económicas”. Es
bastante más que una ligera descripción de la plaza, es un
informe bastante extenso y su contenido incide con amplitud notable en diversos aspectos que llevan aneja una carga
polémica que sorprende vista la aparente tranquilidad que
se deduce del transcurso de la historia local de los próximos
años anteriores. Aunque en ningún momento es señalado
por su nombre, es fácilmente deducible que, cuando se
refiere al gobernador de Melilla, es al brigadier Macías a
quien alude en sus páginas.
Tras una introducción en la que plantea de forma general
la situación de la plaza en aquel momento, en páginas posteriores desarrolla punto por punto los temas más sobresalientes, vistos evidentemente bajo la perspectiva de un Jefe
de Ingenieros, aunque en su desarrollo incide en algunas
cuestiones que van más allá del aspecto técnico para entrar
en un campo más político, en el que no se olvida de la intervención del Ministerio de la Guerra , premiosa intervención
y no siempre acertada, en la evolución de Melilla a lo largo
del siglo.
A continuación examinaremos, punto por punto, los
temas expuestos por Rivadulla en su singular informe,
dejando para el final aquellos más controvertidos, en los
que, anticipémoslo, deja caer muy graves acusaciones contra
el brigadier Macías.
Edificios (pabellones y cuarteles)
Comienza Rivadulla poniendo de manifiesto lo que era
evidente : la mala calidad general de los edificios existentes
en Melilla, debido a la carencia crónica de materiales de
construcción por falta de campo de donde extraerlos, y la
dificultad, si no imposibilidad, de acopiarlos desde Málaga
u otros lugares de la Península, con un coste prohibitivo
. Esa era la razón de que en la plaza predominasen las
construcciones de piedra y barro con el resultado de unas
AKROS
32
fábricas de escasa resistencia y duración que obligaban a
un continuo mantenimiento y, en ocasiones, a demoliciones
prematuras, y, en general, a la existencia de construcciones
no aptas para ser utilizadas como viviendas o cuarteles. Esa
razón, y las disposiciones sobre seguridad que obligaban a
que los edificios no sobresalieran sobre la muralla exterior,
hacían que la penuria crónica de pabellones donde alojar a
los cuadros de mando de las unidades de la guarnición se
prolongara durante siglos.
En 1846, de las 83 casas existentes en Melilla para el alojamiento de todas las clases de población, 20 era de la Real
hacienda, y estaban ocupadas por los llamados empleados
permanentes, dando con ellos lugar a agrias discusiones con
los procedentes de las guarniciones extraordinarias, que se
veían obligados, si no encontraban un compañero generoso
que les cediera un minúsculo habitáculo, a alquilar las pocas
viviendas libres que se ofrecían en la plaza, y a unos precios
desorbitados. Entre la documentación existente en los fondos del Instituto de Historia y Cultura militar no son raros los
partes por escrito formulados por los segundos, en los que
se discutía quien tenía mejor derecho a ocupar los escasos
pabellones. Ye entonces se señalaban los solares en los que
se podrían construir casas si el Ministerio tuviera voluntad
de hacerlo.
Esta situación se repite a lo largo del siglo sin que haya
significativos cambios al respecto. En 1866 la Junta de
Deslindes, formada poco tiempo antes, solicitaba la construcción de pabellones en un solar inmediato a la Iglesia. Se
tardaría treinta años en hacerse efectiva la petición.
De nada serviría el que en el proyecto general de ensanche formulado en 1868 por el entonces capitán Francisco
Roldán se tuviera muy en cuenta esta carencia, puesto que
el proyecto, como sabemos apenas tuvo una corta aplicación
práctica y solo en lo relativo a la fortificación .
En 1870, la Comisión nombrada para informar sobre
el estado de Melilla, insistía en las mismas observaciones:
la necesidad de facilitar alojamiento a todos los Jefes y
Oficiales y la reparación inmediata de las casas y pabellones
existentes, en buena parte ruinosos, con la obligación de
conservarlos en lo sucesivo para que no volvieran a caer en
el esto en que se hallaban.
Las mismas consideraciones se repiten a lo largo del tiempo, hasta la llegada a Melilla del brigadier Macías, momento
en que, gracia a su iniciativa, se confeccionan diversos proyectos de pabellones a levantar en las calles de la Iglesia y
San Miguel, entre otras.
Son estos pabellones a los que se refiera Rivadulla en su
informe, aludiendo a la mayor urgencia en su construcción
por el aumento que en 1885 había tenido la guarnición
por el asunto de las Carolinas ya mencionado, y que Macías
había conseguido se les diera prioridad, ordenándose a
principios de 1886 que el Comandante de Ingenieros “sin
levantar mano” procediera al estudio de los anteproyectos
de pabellones, proponiendo el orden de preferencia en la
ejecución de las obras , para remediar en lo posible, como
escribía Rivadulla, “ la aflictiva e insostenible situación de
aquellos jefes y oficiales”. El comandante de Ingenieros
redactó una memoria y con ella remitió los anteproyectos de
Historia
Gobierno militar (1887)
pabellones a levantar en la calle Ledesma, calle Alta, plaza
de los Aljibes, corral de la Iglesia, Maestranza de Artillería
y Casa de Gobierno, con este mismo orden de preferencia,
proyectos que fueron llevados a la práctica a lo largo del
tiempo, aunque algunos tardarían varios años en hacerse
efectivos. El primero de ellos, el de los pabellones de la calle
Ledesma (edificio aun se conserva, destacando en ellos una
placa dedicada a Fernando Arrabal, que nació en ellos), y a
pesar de su urgencia, fue paralizado en su ejecución como
consecuencia de los incidentes ocurridos entre el brigadier
gobernador y el Comandante de Ingenieros , y que, según
Rivadulla, fueron provocados por el propio gobernador . Se
dio cuenta a la Dirección General de Ingenieros y se formalizó una sumaria a cargo de un Oficial general. Los motivos
serán expuestos en líneas posteriores.
En cuanto al alojamiento de la tropa, lo mismo que los
pabellones, su estado era muy insatisfactorio, y se esperaba
que el día ansiosamente esperado en que se pusiera en
práctica el proyecto general del capitán Roldán, la cuestión
quedara resuelta. Estimaba Rivadulla que, de momento,
no era urgente su realización, pues entonces ya se habían
construido dos de las torres exteriores, que servían como
cuarteles, y se había reparado, pues se hallaba en mal estado, el pequeño cuartel de caballería, dejándolo en regulares
condiciones. Siempre que no fuera aumentada la guarnición por algún motivo, pues en ese caso, habría que tomar
“medidas rápidas y verdaderamente extraordinarias”.
Sobre el deficiente estado de los cuarteles, la misma
impresión parecían tener sus usuarios pertenecientes a la
guarnición extraordinaria. El entonces teniente Lapoulide,
se quejaba en 1880 del mal estado de aquellos, entre ellos
las estrechas bóvedas del fuerte de Victoria Grande “ de
piso mal afirmado y rotos ventanales “. En cuanto a los
demás cuarteles, “allá se iban unos con otros”
Nuevo presidio
Sobre el estado del cuartel del presidio destaca el hecho de
que, en 1846, el capitán Alvear lo describía como un edificio
que se mantenía en condiciones razonables, y lo calificaba
como espacioso, seguro y salubre, mientras que veinticuatro
años más tarde la mencionada Comisión de 1870 dijera
que se encontraba “en estado lastimoso de conservación,
carente de todas las condiciones que reclama un local de
esta naturaleza… hacinados materialmente en cuatro estrechísimas y poco higiénicas cuadras…” y careciendo de la
seguridad necesaria para impedir evasiones .
A partir de esta fecha todos los informes al respecto, que
no fueron pocos, se expresarían en la misma línea de crítica
al estado general del cuartel del segundo recinto.
El brigadier Rivadulla afirmaba que el viejo cuartel de
penados “ni por su capacidad, ni por su estado, ni por sus
condiciones de seguridad e higiénicas, es digno de ocuparle
seres, que aunque criminales, no por eso dejan de ser dignos
de protección. Así lo aconsejan deberes de humanidad…”
También fue iniciativa del brigadier Macías la construcción urgente de un nuevo presidio, objetivo conseguido
AKROS
33
Historia
La Marina (1881)
tras la publicación de la Real Orden del 24 de noviembre de
1885, en que se ordena su ejecución, consignándose para el
ejercicio 1886, 8.000 pesetas destinadas al acopio de materiales y para 1887 estaban previstas 4.200 pesetas más con
destino a la apertura de cimientos.
Sin embargo, por razones desconocidas, y por R.O. de 30
de noviembre de 1886, se acuerda la suspensión de los trabajos, por lo que el edificio no se llegó a construir.
Desde tiempo inmemorial el presidio era fuente de mano
de obra barata, y esa era la principal razón por la que, cuando se hablaba de su posible supresión los gobernadores,
de forma general, se oponían a esta, pues estaba fuera de
toda duda de que, en este caso las obras, con mano de obra
aportada desde la península y a un precio obviamente muy
superior al vigente en aquella, hubiesen sido imposibles de
no haberse invertido sumas considerables que, por la experiencia del pasado, nunca hubiesen sido aprobadas por los
gobiernos de la Corte.
No es extraño que Rivadulla, en su informe escriba lo
siguiente: “Este establecimiento penal constituye un gran y
valioso elemento para determinados trabajos; su permanencia se conceptúa necesaria y así no cabe suponer que se piense en su supresión sin sustituirlo por otra cosa equivalente”.
Pensaba Rivadulla que la obra del nuevo presidio debía
llevarse a cabo y los materiales procedentes del derribo del
viejo penal debían servir para ser utilizados en la construcción de los nuevos pabellones cuarteles o almacenes, aunque ya en esa fecha se hubiese dado la orden de suspensión
de las obras el Comandante del cuerpo en Melilla
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Desviación del Río de Oro
A fines de 1871 se iniciaban la obra de desviación del río
de Oro y el 7 de marzo siguiente el río transcurría por su
nuevo cauce. Desde el principio se vio que las obras no iban
a solventar los antiguos problemas provocados por el río, y
no habían terminado los trabajos cuando ya se elaboraban
anteproyectos para nuevas obras. Poco más tarde se inician
las obras complementarias para evitar su desbordamiento,
hecho que se producía inexorablemente en cuanto llegaban
las lluvias del otoño, trabajos que fueron suspendidos por el
Ministerio en octubre de 1873.
En la noche del 10 de noviembre de 1880 se desbordó
una vez más el río, que llegó a alcanzar un metro de altura
en el llamado muro X, de reciente construcción, y hasta 1,20
en la torre de Santa Bárbara, llevándose por delante un
muro que el brigadier Macías había hecho construir para
desviar las aguas y restableciéndose el antiguo cauce por
una ley de la naturaleza reiterada en Melilla. El agua llegó a
salir por el segundo arco del muro X, de tres metros de luz,
y rompió el terraplén de la vía Decauville habilitada para el
movimiento de tierras y una escollera formada para protección de aquella.
En la noche del 14 de noviembre de 1884 se vuelve a
producir la misma situación, inundándose el nuevo barrio
de barracas del Mantelete, de tal forma que, en palabras
extraídas del informe facilitado por la Sección de Orden
Público, la primera en llegar en auxilio de los afectados,
“las barracas se movían en distintas direcciones arrastradas
por la corriente y el remolino que formaban las aguas”.
Historia
Afortunadamente casi todos los ocupantes de aquellas, la
mayoría hebreos llegados unos años antes a Melilla procedentes de las cabilas cercanas, habían podido ponerse a salvo con
anterioridad. Aún así murieron ahogados un matrimonio y
su hija, quienes fueron arrastrados hasta el mar por las aguas.
Desaparecieron todas las huertas situadas en el campo aledaño, a la salida de la plaza, y el muro X quedó muy dañado
En definitiva, se vio que las obras de desviación del río,
que tanto entusiasmo habían causado en su momento, no
habían cumplido en absoluto los objetivos que se habían
marcado. Hubo, pues, que solicitar urgentemente la reanudación de las obras complementarias suspendidas años antes.
El Capitán General ordenó que de los fondos de la Junta de
Arbitrios se habilitase alguna cantidad para las obras, y de
los fondos presupuestarios del Ministerio se destinaron unas
cantidades tan escasas que se agotaban año tras año mucho
antes de que se cumpliera el ejercicio presupuestario.
En 1886 se aprueba un nuevo proyecto, según el cual se
pondría fin a los incidentes producidos por el río, y a fines
del año, cuando el brigadier Rivadulla emite su informe,
estaba casi terminada su ejecución, obra que no solventó de
forma definitiva el grave problema del desbordamiento del
río, tal como se pudo comprobar en las inundaciones de los
años 1899 y 1906.
Último recinto de la plaza
El proyecto general de mejora de las fortificaciones del
capitán Roldán, aprobado por R.O. de 25 de enero de 1868,
habría de ser la base fundamental de una serie de proyectos
parciales a ejecutar en el cuarto recinto que, en conjunto,
constituirían el primer entramado de la defensa de Melilla,
desde el punto de vista de la fortificación. El primer elemento de este entramado fue el muro a la Carnot que durante
muchos años sería conocido como muro X. La adecuación
del cuarto recinto al proyecto de Roldán hubiese seguido
un proceso normal de confección y ejecución de proyectos específicos, si los acontecimientos del campo rifeño no
hubiesen aconsejado un cambio en el sistema. Una serie de
incidentes que en un principio se creyó podrían tomar una
deriva peligrosa para la plaza, pero que al final, como ya
se ha reseñado con anterioridad, no tuvieron una especial
repercusión. Estos acontecimientos, en versión del brigadier
Rivadulla fueron promovidos y alentados por un misterioso
Mahdi no identificado, que predicaba la guerra de exterminio contra los cristianos. Para evitar sorpresas el brigadier
Macías tomó algunas disposiciones, entre ellas el solicitar un
aumento de guarnición, cosa que se hizo aunque en corto
número de hombres. Entre los llegados estuvieron algunas
fuerzas de Ingenieros que debían colaborar en las obras de
defensa. Se autorizó al brigadier para que, de acuerdo con
el Comandante de Ingenieros, se estudiasen y construyesen
obras provisionales con el fin de poner a la plaza a cubierto
de un golpe de mano. Con esta idea, y previa aprobación
del proyecto, se ejecutaron aquellas obras que cerraban por
completo el recinto entre la torre de Santa Bárbara y el mar
, sin perjuicio de que en su día se estudiasen y proyectasen
las definitivas con arreglo al plan de 1868, aprovechando
en lo posible las obras provisionales .En realidad estos proyectos transitorios son las configuraron la última parte del
cuarto recinto,básicamente el llamado Mantelete, y las que
perduraron en el tiempo, dado que el plan de Roldán quedó
más bien olvidado, aunque su espíritu fuera insistentemente evocado durante muchos años. Aquellas obras fueron
las que desde principios del siglo XX irían cayendo bajo la
piqueta destructora por necesidades de la urbanización y la
expansión urbana de Melilla.
Obras defensivas exteriores
En este apartado Rivadulla se refiere a las torres circulares,
de las que en la fecha del informe estaban construidas San
Lorenzo, Camellos y Cabrerizas Bajas ; es decir, las pertenecientes a la primera línea. Pero en aquel momento no
estaba aún decidido que clase de fuertes debían formar
parte de la segunda línea, a la vista de los informes llegados
al Ministerio, que cuestionaban el sistema defensivo a base
de torres.
En un principio las torres se fundaban en la necesidad de
proteger el campo recién adquirido, evitando que se produjeran agresiones por parte de los fronterizos; pero cuando
se vio la posibilidad de establecer en el terreno colonias
agrícolas el proyecto tomó una nueva dimensión.
En el año anterior, un oficial de Artillería, el capitán
Ortega, había remitido al Ministerio un amplio informe
sobre las fortificaciones de Melilla, informe aconsejado a
la vista del estado del estado de efervescencia del territorio
rifeño,y, sobre todo, por los problemas de política exterior
ya mencionados . La Memoria remitida por el capitán Ortega
estaba firmada cuando ya se habían construido los fuertes
de San Lorenzo y Camellos y estaba en curso de realización el de Cabrerizas Bajas. La parte dedicada a los fuertes
exteriores es significativamente extensa y pormenorizada,
y se trata de un estudio detallado de las torres bajo dos
aspectos: los formales de construcción y los de su aplicación
práctica en caso de conflicto. En ambos casos la conclusión
del capitán Ortega era muy negativa ; las torres presentaban defectos de construcción dado el uso que se pretendía
darlas y no contribuían con la eficacia debida a la defensa
del territorio, exactamente la cara opuesta al informe que
catorce años antes había emitido el capitán Xauradó sobre
el mismo asunto
El capitán resumía así su informe de esta manera: Las
torres exteriores del campo de Melilla son excesivas para
resistir a fusilería; débiles contra la artillería; escasas de fuego para su defensa eficaz y poco a propósito por su forma
para ser batidas desde la plaza.
Por Real Orden de 22 de enero de 1886 se mandaron
paralizar las obras, con el objeto de volver a reconsiderar el
proyecto. Como la Comandancia General de Ingenieros, con
el brigadier Rivadulla al frente, informase de la necesidad
de terminar las obras “para completar el plan defensivo y
su conveniencia para no debilitar nuestra fuerza moral ante
un enemigo que se todo se preocupa y halla dispuesto a
AKROS
35
Historia
traducir como debilidad o falta de recursos lo que pudiera
ser solo objeto por nuestra parte de algún pensamiento económico ”, por Real Orden de 4 de abril de 1886 se ordena la
continuación de los trabajos ( se estaba terminando el fuerte
de Cabrerizas Bajas), con lo que a continuación se procedió
a ejecutar la obra de la caseta defensiva del nuevo fuerte
de Cabrerizas Altas . En aquel preciso momento estaba en
estudio el proyecto de torre o fuerte que debía establecerse
como obra definitiva, dado el anterior informe negativo.
Había dos pareceres diferentes al respecto. El de la
Dirección General de Ingenieros del Ministerio, en la que
no se puede descartar una limitación de tipo económico
como sugería Rivadulla, que opinaba que los fuertes de
la segunda línea debían ser de mucho menos importancia
defensiva que los de la primera ; simplemente unos meros
puestos avanzados de vigilancia, sin artillería ; y el del capitán Ortega, asumido por la Jefatura de Artillería, de que,
por el contrario, debían ser fuertes con importante potencia
de fuego artillera para detener desde el principio cualquier
intento de penetración ofensiva por parte de un enemigo.
Rivadulla no se adhiere a la tesis de su Dirección General,
y opinaba que aquellas obras defensivas, fuertes o torres, no
podían limitarse a un modesto papel de simples puntos de
vigilancia y que debían bastarse por si mismas para sostener
un fuerte ataque sin que fuera preciso el envío de auxilios
inmediatos, y que por lo tanto debían contar con artillería.
Coincidía con Ortega en que las torres ya construidas no
cumplían en absoluto el objetivo que se les marcaba, sobre
todo si el enemigo contase con algún tipo de artillería, aunque no fuera de gran potencia, por lo que serían destruidas
muy pronto, sobre todo porque su plataforma era muy débil,
por lo que si a su debilidad se unía la de las torres avanzadas
“no es mucho suponer que el resultado sería funesto”. Para
tranquilidad de la plaza, “tenemos que habérnoslas con un
enemigo sin instrucción y si medios para un ataque formal”.
Como conclusión opina que las torres pendientes de estudio
deberían proyectarse al menos con el mismo valor defensivo
que las ya construidas.
Como podemos ver en la actualidad, el Ministerio tomó
la determinación de olvidarse de los proyectos anteriores
y sustituir las torres por fuertes de mayor posibilidad de
defensa y mayor potencia de artillería.
Plano topográfico y colonias agrícolas
Desde la toma de posesión por parte de España de la zona
de ampliación del territorio de Melilla se suceden año tras
año las propuestas, provenientes de diversos sectores tanto
oficiales como particulares, para la colonización y puesta
en valor de los terrenos comprendidos en aquel. En ese
sentido se firma la R.O. de 4 de agosto de 1868 por la que
se disponía se cedieran a censo los terrenos inmediatos a la
plaza,incluso los situados dentro de las zonas polémicas, con
la sola salvedad de que no pudieran adquirir su propiedad
los extranjeros . En lo que se refiere a los terrenos más
cercanos a la plaza, la Real Orden quedó prácticamente en
suspenso hasta que el brigadier Macías cedió una parte a
AKROS
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los cuerpos de la plaza, quienes a su vez los arrendaron a
particulares.
Mucho más difícil de poner en práctica fue la pretensión
de poner en práctica la concesión para usos agrícolas de los
terrenos situados en el resto del territorio, por la imposibilidad de poder atender a su defensa en tanto no fueran
construidas las torres previstas en el plan del capitán Roldán
ya mencionado .
Desde 1875 se cursan propuestas de todo tipo sin que
por parte de la superioridad se tomara emitiera resolución
alguna. En 1871 el ingeniero militar Emilio Cazorla había
elaborado una memoria sobre las bases que deberían
tenerse en cuenta a la hora de la concesión de terrenos para
su edificación o su explotación. Al año siguiente, el representante de España en Tánger inicia un expediente para la
concesión y venta de terrenos en el campo exterior. Su suceden los informes y memorias redactados por el Gobernador
de la plaza, los Subinspectores de Ingenieros y Artillería de
la Capitanía General y algunos otros oficiales, todos en el
mismo sentido: la conveniencia de ceder el campo para su
colonización. El primer particular que solicita su cesión, D.
Higinio Fernández, que lo hace en octubre de 1875, recibe
una negativa como respuesta. Posteriormente se suceden las
peticiones de sociedades y particulares, de la Península y de
Melilla, e incluso del campo rifeño, algunos de aquellos con
recomendación del político liberal Sagasta, sin conseguir
nada positivo.
Por fin, terminada la construcción de la torre de San
Lorenzo y muy avanzada la obra de la de Camellos, se conceden a D. Salvador Bueno, por Real Decreto de 9 de septiembre de 1884, promovida por el Ministerio de Fomento,
con el informe positivo del de la guerra, los terrenos correspondientes a la colonia llamada Reina Cristina. El capitán
Ortega, en su memoria de 1885 arriba mencionada, sugiere
que el señor Bueno debía ser una especie de adelantado del
marqués de Loring.
Un mes más tarde se conceden igualmente, a D. Juan
Paseti y D. José María Lorenzo Bubino, las colonias Infanta
Isabel y Alfonso XII, respectivamente, otra parte del campo
exterior, del que se había sustraído la zona necesaria para la
defensa inmediata de Melilla.
Las concesión de las colonias estaba sometida a una serie
de condiciones, entre las cuales hay que mencionar, como
más significativas, el pago de un canon perpetuo al Estado
del 3% del valor de los terrenos, como indicativo de su titularidad pública, y dos condiciones polémicas que fueron muy
discutidas y reprochadas por algunas sociedades como las
geográficas, pues los titulares de la concesión debían construir por su cuenta dos fuertes provisionales y “ aquellos
que fueran necesarios para la defensa de la colonia”, algo
difícil de comprender, ya que el Estado debía ser el garante
de la seguridad de sus ciudadanos, y, por lo tanto era su obligación el poner los medios para ello . Igualmente discutida
fue la cláusula por la que los concesionarios carecían del
derecho a reclamar indemnización por daños y perjuicios en
las personas y las cosas ocasionados por los fronterizos, que,
según algunos, era equivalente a que el Estado se desentendía de la suerte que pudieran correr los colonos, cuando por
Historia
el mismo argumento anterior, el Estado debía poner todos
los medios a su alcance para que los derechos de los concesionarios fueran protegidos, y si no lo hiciera así el colono
debería poder recurrir a la justicia para, si esta dictaminara
en su favor, ser repuesto por los daños causados.
El 8 de noviembre de 1884 se formalizó el acta de
deslinde de la colonia María Cristina, con base en el acta
de demarcación de límites, en la que intervinieron, por
parte del Ministerio de Fomento, el ingeniero agrónomo
Antonio Barbegal, y por parte del Ministerio de la Guerra, el
Comandante de Ingenieros, agregado a la Comandancia de
Melilla Ricardo Vallespín.
La medición del campo puso de manifiesto un hecho
inquietante: que el plano topográfico existente hasta la
fecha, basado en el acta de demarcación mencionada, según
que se adaptara, en lo posible, al oficial, sin perder por ello
extensión en superficie. Tramitados al ministerio trazado y
memoria, este optó por no aprobar el deslinde propuesto y
prescribir el levantamiento de un plano topográfico exacto
de todo el terreno exterior, operación que con toda lógica se
estimaba “difícil y delicado”. Ya en el informe de Rivadulla
se sugería que la zona neutral estaba prácticamente perdida pues toda ella se utilizaba por los fronterizos como
terreno de laboreo y en parte se hallaba ocupada por ganado. La Comandancia General de Ingenieros pensaba que
era preciso apelar a la vía diplomática, tratando el asunto
como mucho tino y discreción, pues el asunto tenía alcance
internacional.
En 1891 se pretendió una nueva demarcación del territorio que tampoco consiguió los resultados esperados.
La Marina (1885)
palabras textuales del brigadier Rivadulla, “distaba mucho
de ser la verdad de lo que representaba.”. Ya se sospechaba
con anterioridad que había algunas inexactitudes, dada la
forma y rapidez en que se hizo la demarcación en 1862 y las
dificultades con que se encontraron los comisionados al proceder a los trabajos de campo, dada la actitud amenazadora
de las kabilas.
Aprovechando la favorable actitud en que, en aquel
momento, se hallaban los fronterizos, sigue escribiendo
Rivadulla : “ D. Ricardo Vallespín procedió al replanteo de
los lados del polígono correspondiente a esta colonia ; vio
que el plano no correspondía al terreno, tomó las copias de
las actas internacionales que posee aquella Comandancia y
corroboró la existencia de grandes errores en ellas y en el
plano”, por lo que optó por hacer un trazado provisional
Con respecto a las colonias hay que decir que una cuarta
solicitud para establecer la colonia llamada Isabel II fue
rechazada en abril de 1885 porque incluía terrenos reservados para campos de instrucción y para la extracción de
materiales de construcción.
Pese a las irregularidades mencionadas, en marzo de
1886 se hizo una entrega provisional a los titulares de la
concesión, quienes comenzaron a explotarlas, aunque no sin
que durante la vigencia de la concesión fueran acusadas de
poner en práctica actividades que poco o nada tenían que
ver con la agricultura, y en algunos casos se hicieron denuncias por hechos que, de ser verdad, serían manifiestamente
delictivos. Pero es este un tema, el de las colonias, que exigiría un trabajo independiente.
AKROS
37
Historia
Materiales
Llegamos a los dos puntos manifiestamente más sorprendentes, y por su trascendencia más delicados, del informe
Rivadulla: los relacionados con los materiales y operarios
necesarios para la construcción y mantenimiento de la infraestructura militar.
El Cuerpo de Ingenieros contaba, para sus obras en
Melilla, con unos créditos muy escasos, queja que la mayoría
de los Gobernadores expusieron al Gobierno en reiteradas
ocasiones. Que los créditos concedidos alcanzaran al mayor
número de obras posible estaba en relación muy directa con
el precio de los materiales a emplear y el de la mano de obra
a utilizar.
Desde que la plaza de Melilla entró en segura posesión
de su propio territorio, circunstancia ocurrida bien avanzada
ya la década de los setenta del siglo XIX, hubo una mayor
facilidad acceso a elementos de construcción como la piedra,
e incluso los ladrillos y la cal, que con anterioridad faltaban
o escaseaban, teniendo que ser allegados desde Málaga a
precios elevados. Pero en la época del brigadier Rivadulla,
coincidente en parte con la de Macías, el problema de
ambos factores en relación con las obras del Estado no solo
no estaba resuelto sino que presentaba un aparente turbio
aspecto, que el primero ya había comunicado a la Autoridad
regional con anterioridad a la fecha del informe y que
vuelve a incluir en el mismo, de la forma que exponemos a
continuación.
Sin más preámbulo Rivadulla presenta de entrada la
situación de forma explícita y directa, refiriéndose a las
industrias de materiales para la construcción en la plaza:
“…algunos vecinos se han dedicado a esta industria porque comprendieron se les presentaba ancho campo para
realizar pingües ganancias. Un expenado llamado Manuel
Ferrer, que tuvo la suerte de que nadie le hiciese la competencia y que dio repetidas pruebas de que contaba con
la decidida protección de la primera autoridad de aquella
Plaza, origen de mil disgustos y grandes contrariedades
para el adelanto de las obras, abastecía a estas de piedra y
cal a precios que, si bien parecían aceptables comparados
con lo que costaban anteriormente, no por eso dejaban de
ser subidos, como luego se comprobó .”
Tan grave acusación contra el brigadier Macías, a quien
no nombra en todo el informe, pero cuya personalidad queda suficientemente explícita desde el momento en que facilita el nombre de los ingenieros militares presentes durante
los hechos, parece probada por los informes enviados por
los citados ingenieros a la Capitanía general de Granada. El
comandante Vallespín estuvo en Melilla desde el diciembre
de 1882 hasta el mismo mes de 1884; en su sustitución
llegó destinado el comandante Taix, quien hizo su presentación en el mes de marzo de 1885; es decir, estuvieron en la
plaza durante el tiempo en que el brigadier Macías dirigió
el gobierno local.
Desde la Comandancia General de Ingenieros se dieron
instrucciones al segundo de los ingenieros citados para que
cortara aquellos abusos y utilizara todos aquellos elementos
y recursos que pudieran contribuir a rebajar el precio de
AKROS
38
la unidad de obra, para lo que contaría “con toda mi protección y apoyo oficial “, según manifestaba Rivadulla por
escrito al citado jefe, pues aquel pensaba, tal como efectivamente ocurrió, que se le presentarían contrariedades dados
los antecedentes.
En el estudio pormenorizado efectuado por el
Comandante Taix, sobre los costes de los materiales, se llegaba a la conclusión de que estos se podrían obtener por
una cuarta parte del valor al que el industrial Ferrer los
facilitaba para las obras públicas. El negocio no podía ser
más rotundo: un 300 % de beneficio.
Con el informe en la mano el comandante pidió al brigadier Macías autorización para establecer por su cuenta
hornos de cal y de ladrillo y para explotar canteras en el
mismo terreno. Difícilmente podía el brigadier negarse a
ello, pero la concesión fue tan limitada y sometida a tantas
restricciones que la hicieron inoperante. Para los hornos
se le asignó una pequeña zona, casi totalmente carente
de leña que ya con anterioridad había sido explotada por
Manuel Ferrer, y de la que se prohibió salir ; en una noche
se quemó todo lo que a fuerza de trabajo se había conseguido acumular, sin que del expediente formado se dedujera
responsabilidad alguna, achacándose la responsabilidad
al Comandante por falta de vigilancia, pese a que habiendo este solicitado de la autoridad militar para mantener
aquella durante el tiempo en que quedaban suspendidas las
obras el brigadier Macías se la había denegado. A la hora
de elegir la cantera, el Gobernador puso como condición
el que se respetaran las concesiones hechas, algo que no
parecía razonable dada la flagrante ilegalidad en que
estaba concedida la existente, pues se trataba de terrenos
del Estado sobre los que el Gobernador no podía decidir su
uso, sometido, como cualquier otro de aquella naturaleza, a
las limitaciones establecidas por las leyes que regulaban la
contratación y el Patrimonio del Estado, por lo que, según
aducía Rivadulla con razón más que sobrada, con las disposiciones del Gobernador respecto a las industrias en cuestión
se conseguía “ sentar un principio absurdo y de todo punto
inadmisible, cual es colocar al Estado, verdadero dueño y
único poseedor de todos aquellos terrenos, en peores condiciones que el industrial Ferrer, que desde largo tiempo
y sin obstáculos, verificaba cortas de leña donde mejor le
parecía, confeccionaba la mejor cal y explotaba las mejores
canteras.”
El único horno de ladrillos existente en la zona había
sido concedido a otro expresidiario, José Coret, quien lo
tenía montado y servido por presidiarios con autorización
del brigadier Macías. La Comandancia de Ingenieros debía
abastecerse de él, y como al poner en funcionamiento las
limitadas concesiones conseguidas del Gobernador se vio en
la imposibilidad, por falta de medios, de montar un taller de
ladrillos, al mismo tiempo que le daba instrucciones a Coret
para la mejora del material extraído, solicitó del industrial
una rebaja en los precios ; la rebaja fue muy exigua, presentando Coret al Comandante Taix una nota de los gastos de
explotación, en la que figuraba el combustible que, al parecer, era adquirido en la colonia de que se ha hecho mención
en líneas anteriores, actividad para la que aquella no estaba
Historia
autorizada, ya que solo lo estaba para la explotación
agrícola,por lo que al final resultaba que el Estado pagaba
por sus propios productos.
La imposible lucha del Comandante Taix y del brigadier
Rivadulla a favor de los intereses del Estado, produjo un inevitable desánimo en ambos, pues observaron que no encontraban el apoyo necesario en donde esperaban obtenerlo,
lo que parece indicar que el brigadier Macías contaba con la
aprobación tácita de la primera autoridad de la región.
Ante la aparente gravedad de los hechos, eso sí, se formalizó una sumaria, a cargo del un Oficial general, que en
la fecha del informe Rivadulla no se había resuelto aún, y
tengo la impresión de que sería inútil buscarla.
Finalizaba Rivadulla el punto que comento, proponiendo
una nueva organización de los servicios de la Comandancia
de Ingenieros, en la que se solicitaba la permanencia en la
plaza de un Jefe de Ingenieros en plantilla, y no agregado
como hasta entonces, y un Jefe del Detall que llevara “ con
religiosa exactitud” las cuentas de la elaboración de los
materiales, quienes entrarían en depósito a cargo de un
guardalmacén y saldrían en la cantidad exacta que fijasen
los pedidos … “ toda vez que han desaparecido para no
volver más las antiguas trabas e injustificados atropellos”
. El brigadier Macías había abandonado la plaza el 2 de
septiembre anterior, camino de su nuevo y poco destacado
destino en el Gobierno Militar de Albacete.
Operarios
A la hora de utilizar operarios para la ejecución de las obras
a cargo de la Comandancia de Ingenieros, esta se encontraba
con un problema añadido al anterior: la escasez de mano de
obra más o menos especializada con la que poder realizar
aquellas. En una memoria enviada por el Comandante Taix a
la Comandancia General de Ingenieros de la Capitanía, daba
cuenta de la escasa cantidad y el poco valor como obreros
de los presidiarios que el Gobierno Militar ponía a disposición del Cuerpo. De los cuatrocientos cincuenta penados
que constituían el presidio, solamente se disponía de 170
hombres, incluyendo gran cantidad de cabos ; al decir del
Comandante, “aquellos que por sus condiciones no convenían al expenado Ferrer y otros industriales, para ocuparlos
en sus respectivas industrias “, quienes ocupaban en sus
industrias al resto de la gente ,descontando un corto número que permanecía en el cuartel atendiendo al servicio del
presidio. Si en aquel momento llegaba el vapor-correo o
cualquier otro barco con materiales y mercancías para particulares, se tomaba la gente necesaria para su descarga de
los 170 hombres a disposición de la Comandancia. Se quejaba el brigadier Rivadulla de que, por ello, no era extraño
que las obras del Estado y las desviación del Río de Oro no
hubiesen tenido el desarrollo que era de esperar.
“Ahora, escribía Rivadulla, cortados tantos abusos, podemos disponer de mayor número de brazos, pero siempre
contamos con el inconveniente de la mano de obra.”
Dada la escasez de personal preparado para atender
las obras proyectadas por la Comandancia de Ingenieros,
sugería que se contratasen en Málaga u otras ciudades de
la costa, operarios libres a quienes, por el problema de
la vivienda en Melilla, se les podría habilitar un barracón
para alojarlos, obreros que, por ejemplo, se podrían utilizar en la construcción de los pabellones proyectados, con
lo que “ se obtendrían edificios que no desmerezcan de
los de cualquiera otra población que cuente con mejores
elementos”
Con la exposición de este punto termina el informe
Rivadulla que líneas arriba hemos expuesto de forma muy
extractada. . Casualmente, unos pocos días más tarde de
cursar el informe, el brigadier de Ingenieros era destinado
a un puesto, poco relevante como el de Macías, en la ciudad
de Badajoz.
Una interpretación del informe Rivadulla
El informe del que me ocupo no dice, ni siquiera sugiere, el
motivo por el que el brigadier Macías había tomado determinaciones que vulneraban tan claramente la legalidad, por
lo que, en principio, la interpretación de los hechos queda
al criterio de quienes lean estas líneas. Lo más sencillo sería
pensar que el texto no trasluce otro motivo en toda esta
actuación que el provecho personal del Gobernador.
Sin embargo, el asunto me parece demasiado trasparente, demasiado público para que se tratara de un simple
acuerdo entre Macías y los concesionarios para lucrarse con
los productos del campo exterior a costa del presupuesto
del Estado y de los particulares. Macías llegó a Melilla aportando con él un gran prestigio en el Ejército, conseguido
durante toda su trayectoria militar, en la que casi todos su
ascensos fueron por méritos de campaña, conseguidos en
Cuba y Santo Domingo, y no parece razonable pensar que
buscara un provecho personal en el asunto y menos de una
forma tan perceptible a los ojos de toda la población.
Sin poder demostrar que en los beneficios de aquel
acuerdo no tuviera participación el Gobernador, pues de
toda aquella operación, evidentemente, no han quedado
pruebas escritas ,y a su vista podemos decantarnos en cualquier sentido, voy a exponer mi criterio al respecto, criterio
que baso en pruebas indirectas, pero que a mí me parecen
solventes .
Ya he apuntado líneas arriba que el brigadier Macías ha
de pasar a la historia local más por su intervención en los
asuntos internos de Melilla que en los derivados del campo
rifeño aledaño, centro de actualidad en épocas pasadas.
El gobierno de Macías coincide con la puesta en funcionamiento de un organismo de nuevo cuño que pasaría
a hacerse cargo, como ya he escrito, del procomún, antes
confundido con el ámbito de vida militar en la plaza. El
día 25 de mayo anterior a la llegada del brigadier, el 29 de
septiembre siguiente, se celebraba la primera junta bajo la
presidencia del Coronel Ponce , del Regimiento de Borbón,
en la que además de los vocales militares, participaron
tres comerciantes a los que, sin tener voto en la Junta,
se recababa su opinión respecto a la futura confección del
presupuesto de ingresos y gastos, y los posibles arbitrios a
AKROS
39
Historia
establecer con base en los artículos predominantes en el
comercio local, entre los que los tejidos con destino al campo
rifeño ocupaban el primer puesto.
Al principio la nuevo órgano recibió el nombre de Junta
Municipal, y desde el mes de junio del año siguiente el de
Junta de Arbitrios, nombre con el que llegaría al año 1924,
fecha en que desapareció sustituida por la llamada nuevamente Junta Municipal.
Durante los años en que Macías presidió la Junta los presupuestos administrados por la esta muestran cantidades
muy modestas, que oscilaron entre las 19.063 pesetas gastadas en 1880 y las 35.825 pesetas del año 1886, año en que
Macías deja el gobierno. Con estos presupuestos mínimos
la Junta debía atender a los gastos correspondientes a dos
maestros, de niños y niñas ; un médico facultativo titular ;la
compra de solares; una escuela de árabe ; tres serenos ; un
aguador; el alumbrado público, el servicio de limpieza, y el
mantenimiento de la infraestructura urbana.
Entre las obras ejecutadas: compra de solares, construcción y mantenimiento de dos escuelas, un modesto mercado
de nueva planta; un almacén de petróleo; el atrio de la
iglesia, la torre del reloj y el reloj público y parte de la casa
de gobierno.
Diez años más tarde, habiéndose multiplicado por cinco
la población, la Junta invertía en su presupuesto cerca de
300.000 pesetas, diez veces superior a la invertida en 1886.
Sin embargo, las dos obras de mayor entidad ejecutadas
durante el periodo Macías fueron el alcantarillado y pavimentado de la plaza y el llamado muelle militar.
Las obras de alcantarillado se iniciaron en 1883 y, por sí
mismo, su presupuesto superaba con creces las posibilidades
de financiación de la Junta de Arbitrios. Una obra importante, que en 1893, en plena guerra de Margallo, describía el
periodista Domingo Blanco, de El Heraldo, como “magnífico
alcantarillado”.
De mucha más envergadura fue la construcción del llamado muelle militar. Carente Melilla de puerto, e incluso de
un embarcadero digno de tal nombre, los embarques y desembarques se hacían en precarias condiciones, a través de
un muelle provisional de madera varias veces proyectado y
varias veces destruido . El último proyecto, del Comandante
Vallespín, terminado en 1883, era igualmente un muelle
de madera presupuestado en 2.930 pesetas. En numerosas
ocasiones el barco de comisiones tenía que quedar varado
en la pequeña playa de la Marina, anticipando un deterioro
que no tardaba en producirse.
En 1883 se pensaba dotar a Melilla de un nuevo vapor
correo. Mensualmente anclaban en el rada entre 25 y 30
buques, cuya descarga era efectuada por las lanchas de la
unidad de Mar y algunas particulares; en numerosas ocasiones, las lanchas llegaban hasta la Marina y allí la carga
era desalojada con los hombres metidos en el agua hasta la
cintura Es el momento elegido por Macías para enfrentarse
al problema que suponía la carencia de muelle. En octubre
de ese año se comenzaron las obras sin previa dotación para
las mismas, pues todas las peticiones hechas con anterioridad para la construcción del muelle habían sido denegadas.
Cuando el brigadier Macías abandona Melilla en septiembre
AKROS
40
de 1886 habían sido construidos 80 metros de muelle, para
lo que se aprovechó parte de la obra hecha cincuenta años
antes por el teniente coronel Cappa. Aunque la mano de
obra básica fue facilitada por el presidio, parece evidente
que una obra de esta dimensión era imposible que fuera
financiada por los escasos fondos disponibles en la caja de
la Junta de Arbitrios.
En la construcción del muelle tuvo activa participación
Manuel Ferrer. En marzo de 1886 Ferrer formuló una petición al Gobierno Militar en la que solicitaba un lugar apropiado para establecer el taller de picapedreros y el depósito
de la piedra que iba extrayendo para las obras del muelle y
otros edificios de la Junta. Había sido autorizado por Macías
en el mes de octubre anterior, sin previa comunicación al
Comandante Taix, Ingeniero afecto al órgano municipal,
quien advirtió al brigadier sobre el peligro que para al futuro pudiera derivarse de los derechos adquiridos por Ferrer,
cosa que no pareció inquietar de Macías .La concesión a
Ferrer de las industrias en litigio llevaron aparejadas las de
la construcción y ampliación del barrio de la Alcazaba y la
de la casa de tres plantas que hoy vemos en la plaza de la
Parada , esta última con el informe negativo de la Jefe de
Sanidad por que su altura no se atenía a la normativa sobre
distancias respecto del hospital militar.
De los datos expuestos saco la conclusión de que buena
parte de los beneficios extraordinarios conseguidos por el
industrial Ferrer por medio de las ilegales concesiones acordadas por el Gobierno Militar fueron dedicados a las obras
del alcantarillado y pavimentado público y, sobre todo, del
muelle militar.
En abril de 1887, el que fuera Interventor del Puerto
Franco de Melilla desde 1869, Francisco Rojas Godoy, escribía en la Revista de Geografía Comercial: Melilla ha sufrido
una transformación casi repentina. Hace 8 años no tenía ni lo
que se llama una caja para conducir los cadáveres al cementerio; hoy, sin más que la creación de un pequeño arbitrio como
impuesto municipal, se ha construido un mercado, muelle,
alcantarillado en todas las calles, etc. Se ha debido esta reforma principalmente al celo, a la inteligencia y a la voluntad
firme del brigadier Macías, cuyo carácter, mezcla de bondad
y de energía, ha conquistado para España la simpatía de las
kabilas vecinas…8
Podemos concluir diciendo que, las decisiones del brigadier Macías con respecto a los hechos arriba expuestos, fueron malas para los intereses del Estado y muy buenas para
los intereses de Melilla.
Nota general: Con excepción de la extraída de las notas que a
continuación se expresan, toda la información que se deduce del texto anterior procede de los fondos existentes en el
Instituto de Historia y Cultura militar relacionados con Melilla,
en sus centros de Madrid y Segovia.
8
Revista de Geografía Comercial. Nº 36. D. 30-41887.
Historia
enRique gozalbes cRavioto
Historiador
Universidad de Castilla-La Mancha
Rusaddir: orígenes
historiográficos
Fig. 1. El Magrib (Occidente) según
el mapa del ceutí al-Idrisi (que
menciona Melilla) en el siglo XII.
Resumen: Los estudios realizados en el siglo XIX comienzan
a aparecer algunos datos en relación con las fuentes sobre la
antigua Rusaddir. En concreto, la publicación del famoso texto
de rutas romano, el Itinerarium Antonini, va a conducir las
aguas de Rusaddir en dirección a Melilla.
Abstract: In the studies carried out during the 19th century, certain details began to appear regarding the sources mentioning
the ancient city of Rusaddir. In particular, the publication of the
famous text on Roman routes, “Itinerarium Antonini”, would
guide the waters of Rusaddir toward Melilla.
La memoria de la antigua Rusaddir se perdió con la ruina
sufrida por la propia ciudad. Es muy posible que en el
momento de la llegada de los árabes el lugar no fuera otra
cosa que un peñasco cubierto de ruinas, que sobrepasaban la
mole rocosa. De hecho, como pérdida de existencia habitada
debe entenderse el que cuando la ciudad renazca, como
lugar de mercado y pequeño puerto de los beréberes, en el
marco de las transformaciones efectuadas por la dinastía de
los Banu Salih de Nakur, este asentamiento, aún ocupando
el mismo lugar de la ciudad antigua, cambiara de nombre,
en el (A)Mlil beréber, rápidamente convertido en el siglo X
en Madinat Malila.
La entidad puramente urbana, en relación con el núcleo
modesto anterior, la adquirió con la conquista por parte del
Califa Omeya Abd-ar-Rahman III al-Nasir. A partir de ese
AKROS
41
Historia
Fig. 2. La Tingitana atlántica en el mapa de Ptolomeo (versión bizantina medieval), con
la representación urbana de Russadiron y del Promontorio Rusadiron.
momento aparecerá en las fuentes árabes a todo lo largo de
la Edad Media1. El auge que Melilla iba a tener en las tres
décadas siguientes, junto con una coyuntural crisis a partir
del 960, se refleja en lo escrito sobre ella por parte de Ibn
Hawkal, un viajero oriental que estuvo en ella. El observador
pudo entonces cerciorarse de la existencia de vestigios de la
antigüedad, aunque no refleja expresamente las características de los mismos: “la ciudad se remonta a tiempos lejanos
en lo que se refiere a su fundación”2.
Como es sabido, al-Bakri es el escritor medieval que de
una forma más detallada habla de la ciudad. Esa Melilla
descrita, poblada por beréberes, es un bun puerto de estío,
con sus propias costumbres en relación con las prácticas
comerciales, pero no deja de indicar sobre ella “es una ciudad antigua”3, afirmación que indica la constatación de
la existencia de construcciones antiguas. En otros lugares,
señaladamente en Cartago, en Ceuta o en Tánger, había
descrito de una forma más concreta las construcciones que
databan de la antigüedad. En este caso, probablemente por
la modestia de unos restos, que sin embargo aparecían con
cierta profusión, se limita a indicar que en la antigüedad ya
había existido como ciudad.
1
2
3
E. GOZALBES, “Melilla medieval: puerto, fortaleza
y mercado”, en A. BRAVO NIETO y P. FERNÁNDEZ
URIEL (dirs.), Historia de Melilla, Melilla, 2005, pp.
263-287.
IBN HAWKAL, Kitab surat al-And, ed. De M.
J. DE GOEJE, en “Bibliotheca Geographorum
Arabicorum”, 3, 1873, p. 53; traducción de M. J.
ROMANI con el título, Configuración del mundo (fragmentos alusivos al Magreb y España),
Valencia, 1971, p. 29.
AL-BAKRI, Description de l´Afrique Septentrionale.
Edición y traducción francesa de M. G. DE SLANE,
2ª ed., Paris, 1965, p. 178 de la trad. y 88 de la
edición árabe. Vid. en general A. SIRAJ, L´Image de
la Tingitane. L´Historiographie arabe médiévale et
l´Antiquité nord-africaine, Roma, 1995, en especial
pp. 96-98 y 470-475. Vid. también H. GHAZI BEN
MAISSA, “Image ou mirage de la Tingitane à travers
les sources arabes médiévales », L´Africa Romana,
XIV, Roma, 2002, pp. 2185-2266.
AKROS
42
A partir de aquí no existirán novedades en otras fuentes
que, en mayor o menor medida, derivan de al-Bakri. Así
en el repertorio geográfico anónimo beréber del Kitab alIstibsar: “Melilla es una ciudad antigua y famosa”4; o en el
diccionario geográfico de al-Himyari: “Melilla es una ciudad
antigua”. El desconocimiento de las fuentes literarias de la
antigüedad impedía su relación con el topónimo antiguo.
Como tampoco lo hará el famoso Juan León el Africano,
o al-Hasan ibn Muhammad al-Wazzan por otro nombre,
granadino musulmán, prisionero y converso al cristianismo
en Roma, al final de sus días vuelto a la fe musulmana. Para
Juan León el Africano, hacia 1520, “Melilla es una gran ciudad antigua que los africanos edificaron al abrigo de un golfo del Mediterráneo”, introduciendo después en su Historia
unos misteriosos “godos”, huidos a Granada con motivo de
la conquista efectuada por los musulmanes5.
A mediados del siglo XVI se produjeron cambios importantes en relación con la antigüedad. El Renacimiento va a
significar la búsqueda de los autores clásicos y, entre ellos,
había uno que fue objeto de especial atención: Claudio
Ptolomeo. El geógrafo griego del siglo II había establecido
en su “Indicatorio Geográfico” una relación de viejos topónimos, acompañados de unas peculiares tables de coordenadas. Ptolomeo fue objeto de constantes lecturas y cálculos,
para relacionar ciudades antiguas con poblaciones de esa
misma época.
Como es bien sabido, Ptolomeo menciona Roussadiron
como topónimo (para todos los comentaristas contemporáneos, topónimo urbano) entre el Cabo Sestiaria y la Punta
4
5
Kitab al-Istibsar. Traducción de E. FAGNAN,
L´Afrique Septentrionale au XII siècle de notre Ère,
Argel, 1900, p. 44. Con anterioridad esta misma
fuente había afirmado sobre el litoral cercano al
Muluya: “este litoral estaba repleto de numerosas
ciudades que cayeron en ruinas, en otro tiempo
estuvo poblado y había campos fértiles”.
IOANNES LEO AFRICANUS, De totius Africae descriptione libri IX, Amberes, 1556. Traducción francesa, Description de l´Afrique, trad. de A. EPAULARD,
Paris, 1956; traducción española de S. FANJUL,
Descripción General del África y de las cosas peregrinas que allí hay, Granada, 1995, p. 187.
Historia
Fig. 3. Melilla desde el Este.
Dibujo de un viajero inglés del
siglo XIX (tomado de Budgett
Meakin, The land of the Moors.
Metagonitis6. En la interpretación de los mapas ptolemaicos
iba a estar bien claras las restituciones: el Cabo Sestiaria
sería el de Tres Forcas, el Metagonitis sería Cabo de Agua,
y Roussadiron no sería otra que Melilla. Entre otras muchas
obras al respecto podemos mencionar la Cosmographia de
Petrus Apianus, en su primera versión de 1524, y más adelante la de Abraham Ortelio7.
En cualquier caso, influido por lo anterior, o bien por su
lectura directa de las fuentes clásicas, lo cierto es que fue el
granadino Luis de Mármol y Carvajal el escritor que incorporó el (re)nacimiento de la antigua Rusaddir. Todos los datos
parecen reflejar que el autor conocía de forma directa las
tablas geográficas de Ptolomeo, eso sí traducidas del griego
al latín. Así se percatará que en Ptolomeo se distingue entre
la desembocadura del Molochat y del Malva, y así lo recogerá en su excurso geográfico, aunque trompicándose en los
datos sobre el gran río “Mulucan”, el Molochat, que según
él está “junto a la ciudad de Caçaça... y passa como a un tiro
de ballesta a occidente de aquella ciudad” (debía referirse al
Kert pero con datos erróneos), y el “Muluya”, que a su juicio
era el Malva de Ptolomeo8.
A la hora de tratar de las distintas ciudades, nuevamente
Mármol Carvajal tomaba los datos de Ptolomeo, de forma
que establecerá la indicada interpretación: “la ciudad de
Melilla es muy antigua y los affricanos la llamaban Deyrat
Milila, mas según Ptolomeo se llamó Russadiro y la pone en
diez grados y diez minutos de longitud. La qual fue edificada por los naturales de la tierra en el lugar donde ahora esta
puesta... Los romanos ennoblecieron mucho a Melilla y la
tuvieron próspera mientras señoreaban en la Tingitana”.
6 PTOLOMEO IV, 3; E. GOZALBES, La ciudad antigua
de Rusadir. Aportaciones a la Historia de Melilla en
la Antigüedad, Melilla, 1991, pp. 120-122.
7 PETRI APIANI, Cosmographia, con adicciones
de GENMA FRISIO, Amberes, 1564; ABRAHAM
ORTELIUS, Theatro del Orbe de la Tierra (traducción), Amberes, 1602.
8 LUIS DEL MARMOL CARVAJAL, Descripción General
de Affrica. Primera Parte, Granada, 1573, folio 10.
Rusaddir había vuelto a la existencia, por cuanto en
siglos siguientes el autor renacentista iba a ser utilizado por
casi todos los escritores de tema africano. Por ejemplo, por
Jean-Baptiste Gramaye, quien aceptó la identificación de la
antigua Russadiron de Ptolomeo con la Melilla española9;
por la misma época Pierre d´Avity mencionará Melilla como
plaza fuerte española, indicando: “jades Wyssadirom, ou
Ruisarf, que les africains appellent maintenant Deirat Milita,
les autres Melela”, citando al margen a Ptolomeo y Plinio, y
al anterior Gramaye10.
En el siglo XVIII Louis de Chénier es, después de León
el Africano y Mármol Carvajal, el verdadero creador de la
historiografía norteafricana. Chénier señalaba: “Melille
ou Melela a été une ancienne ville qui paroit avoir été
fondée par les Carthaginois ; son nom annonce que le miel
abondoit dans ses environs. Elle tomba au pouvoir des
Goths, qui l´abandonnèrent lors de l´invasion des Arabes »
11. Con Chenier hacía acto de presencia el origen púnico
del nombre antiguo de la ciudad. Más adelante mencionaba la “Ryssadirium des anciens, qu´on suppose dans
l´emplacement où est aujourd´hui Melille »12
Los estudios realizados en el siglo XIX comienzan a aparecer algunos datos en relación con las fuentes sobre la antigua Rusaddir. En concreto, la publicación del famoso texto
de rutas romano, el Itinerarium Antonini, va a conducir las
aguas de Rusaddir en dirección a Melilla. El texto había sido
trabajado a comienzos del siglo XVI por Jerónimo Zurita, en
un manuscrito inédito conservado en la Real Academia de la
Historia, en el que no entraba en la cuestión de la identificación de topónimos., y luego en el siglo XVIII fue llevado a la
imprenta por Wesseling13.
9 J. B. GRAMAYE, Africae ilustrate libri decem in
quipus barbaria gentesque hius olim et nunc describuntur, Lovaina, 1625.
10 P. D´AVITY, Description générale de l´Afrique, Paris,
1643, p. 527.
11 L. DE CHÉNIER, Recherches historiques sur les maures, Paris, 1787, p. 17.
12 L. DE CHENIER, p. 69.
13 P. WESSELING, Vetera Romanorum Itineraria,
Amsterdam, 1735.
AKROS
43
Historia
En cualquier caso, nos interesa la edición francesa realizada por el francés Fortia d´Urban en la primera mitad del
siglo XIX. El autor además utilizó los mapas y el cálculo de
distancias efectuado por el Coronel Lapié, como primer estudio científico para las identificaciones. El texto del Itinerario
de Antonino comienza justamente con un primer itinerario
que afecta a Rusaddir. En efecto, se trata del itinerario Tingi
usque Russader, en el que Fortia d´Urban aclara que es
Rusaddir, y que correspondía con Melilla14. Más adelante, el
texto del Itinerarium Antonini precisa las estaciones del itinerario naútico, De Tingi litoribus navigatur usque Ad Portus
Divinus. Después de mencionar el Promontorio Russadir,
que Fortia d´Urban aclara que es el cabo Tres Forcas, recoge
Rusadder Colonia a 15 millas, señalando nuevamente que
esta Rusaddir no es otra que Melilla15.
Así pues, en la primera mitad del siglo XIX en la historiografía erudita había renacido la Melilla romana, en
función de las citas no ya de Ptolomeo, sino del Itinerario
de Antonino. En esta misma época va a renacer la Rusaddir
púnica a través de su integración en el círculo de colonias
antiguas. En efecto, el alemán Movers elaboró en esta época
un estudio monumental, en cinco tomos, acerca de los fenicios. En el mismo se percató que el nombre que Plinio daba
de Rhyssadir oppidum et portus16, era de evidente origen
fenicio, puesto que Ras quería decir “cabo”, mientras Addir
tenía el significado de “majestuoso” o “imponente”; la ciudad del cabo imponente, que estaría en las inmediaciones
de Melilla, sería una fundación colonial fenicia17.
El análisis que se efectuaba de las fuentes literarias iba
conduciendo a la identificación de la antigua Rusaddir
con Melilla. Porque naturalmente, en Plinio la ciudad de
Rusaddir se hallaba al Oeste del río Muluya, en Ptolomeo
había datos que acercaban su posición a las latitudes de
Melilla, pero en el Itinerario de Antonino su posición, respecto al promontorio con el mismo nombre, sugería claramente el mismo lugar y relación de Melilla respecto al cabo
Tres Forcas. Por esta razón no tiene nada de extraño de que
en el estudio realizado por los estudiosos franceses, a raiz
de la conquista de Argelia, apareciera sugerida esa correcta
identificación de Rusaddir con Melilla18.
A mediados del siglo XIX, algunos viajeros europeos por
el Imperio de Marruecos hablan de la plaza de Melilla. Entre
ellos el inglés James Richardson mencionaba el “praesidio”
español de Melilla, describiendo la existencia de la Mar
Chica, y reflejando que su población en esa época era de
2.244 personas. Entonces reflejaba que “Malilla or Melilah,
is a very ancient city, founded by the Carthaginians, built
14
A. J. FORTIA D´URBAN, Recueil des Itinéraires
Anciens, Paris, 1845, p. 1.
15 A. J. FORTIA D´URBAN, p. 5.
16 PLINIO, NH. V, 18. Vid. al respecto E. GOZALBES,
“Rusaddir, oppidum et portus. Sobre el concepto de
ciudad en el mundo antiguo”, Akros, 4, 2005, pp.
19-26.
17 F. C. MOVERS, Die phönizier und das phönizische
Alterthum, vol. II, Berlín, 1841, p. 515.
18 D. DE LA MALLE, Afrique Ancienne, Paris, 1842, p.
175.
AKROS
44
Fig. 4. Moneda de la antigua Rusaddir, conservada en el Instituto de Valencia de
Don Juan (Madrid).
near a cape called by the Romans, Rusadir (now Tres-Forcas)
the name afterwards given tothe city, and which it still
retians in the form of Ras-ed-Dir (Head of the ountain). This
town is the capital of the province of Garet”19.
Tampoco hay novedades significativas en otro viajero
francés, el sacerdote Léon Godard, que visita el territorio
marroquí justo en vísperas de la guerra española de 185091860: “Melilla, batie sur une presqu´ile, qu´on reencontré en
allant toujours à l´Est et a 35 lieus de Ceuta, parait éter la
Rusadir des Romains, et l´on veut que son nom actuel vienne
du mile qu´elle produit en abondance »20
En la segunda mitad del siglo XIX se consolida y profundiza en el conocimiento y en los datos. Fue entonces cuando
las monedas acuñadas por la ceca antigua de Rusaddir
fueron identificadas, por vez primera, por el numismático
francés Louis Müller. En sus estudios en el Gabinete Real
de Numismática de Copenhague, con el fin de realizar un
catálogo de monedas antiguas del Norte de África, detectó
la existencia de un ejemplar, indicado como procedente de
Cherchel (la antigua ciudad indígena de Iol, y la Caesarea
romana), que mostraba en el reverso una figura que se identificaba con una abeja, y en caracteres púnicos la leyenda
RSADD.
El numismático consideró que esta representación encajaba muy bien con un recurso que era muy tradicional en la
zona melillense, por lo que puso en relación la abeja con la
apicultura. Por otra parte, la lectura indicada parecía en una
relación muy directa con la ciudad de Rusaddir mencionada
por las fuentes literarias de la antigüedad clásica21. En todo
caso, la leyenda de las monedas parece sugerir un nombre
19
J. RICHARDSON, Travels in Morocco, II, Londres,
1859, capítulo IV.
20 . GODARD, Le Maroc. Notes d´un voyageur, Argel,
1859, p. 22. Godard informa bastante de las islas
Chafarinas y de Melilla, y de aquello (especialmente
sal y tabaco) que proporcionaba a España.
21 L. MÜLLER, L., Numismatique de l´Ancien Afrique.
II, Copenhague, 1874, p.78, Supl. 251. Por esa
misma época, sin conocer el testimonio de las
monedas, Tissot planteaba y argumentaba la identificación de Rusaddir con la mole rocosa de Melilla ;
C. TISSOT, Recherches sur la Géographie comparée
de la Maurétanie Tingitane, Paris, 1877, pp.14-15,
sugerida poco antes por D. DE LA MALLE, Afrique
Ancienne, Paris, 1842, p.175.
Historia
cercano a RASD(i)D o RASD(a)D, lo que sugiere una escritura
deformada del nombre de la ciudad. Müller introducía un
importante elemento de análisis, al reflejar que la acuñación
(en caracteres púnicos) era de época posterior a la existencia
de la potencia africana.
En el estudio del Gabinete Numismático danés, Müller
detectó la existencia de otra curiosa moneda, no identificada. En la misma también aparecía en el reverso una figura
que asemejaba a una abeja, junto con otros motivos económicos, y una leyenda muy borrada, en la que tan sólo parecía adivinarse la R inicial. Müller no se atrevió, en este caso,
a proponer una identificación para este numisma, que consideró incierto22. No obstante, en 1912 Charrier planteó que
las dudas sobre la atribución de la moneda no parecían lógicas, por la representación de la abeja, y por los indicios de
la lectura, por lo que directamente la atribuyó a Rusaddir23.
En todo caso, también Müller publica otra tercera moneda
africana, muy dudosa, con atribuida representación de la
abeja, y que de forma puramente hipotética podría estar en
relación con Rusaddir24.
El inicio moderno de
los estudios sobre la antigua
Mauretania Tingitana se produjo con las actividades de
Charles Tissot. Cónsul general de Francia en Tánger, bajo
la protección de las autoridades marroquíes, realizó viajes
y exploraciones por el Marruecos occidental, planteando la
identificación de las poblaciones antiguas mencionadas en
las fuentes clásicas25. Tissot conocía estos testimonios, y así
relacionó con Rusaddir la ciudad y puerto existente en el
golfo de Akros, mencionada en el Periplo de Scylax26, señalando el testimonio ya mencionado de Plinio y del Itinerario
de Antonino.
Para Tissot, la Rusaddir púnica y romana se hallaba en
Melilla, pero no coincidía con el emplazamiento histórico de
la ciudad. Estamos en su conocimiento en el tercer cuarto del
siglo XIX, con una Melilla encerrada en “la Ciudad”. Por esta
razón, Rusaddir no ocupaba el mismo lugar exactamente
de la fortaleza española, sino en la zona costera próxima,
relativamente baja, y que estaba dominada al Oeste por las
alturas de la acrópolis, especulando en que el puerto debía
tratarse de un cothon, un puerto tallado en la roca por parte
de los fenicios. Así pues, a juicio de Tissot el emplazamiento
verdadero de la ciudad púnico-romana de Rusaddir sería el
de la zona hoy ocupada por el Parque Hernández y por el
antiguo cerro de San Lorenzo.
Estos datos eran suficientes como para que los
estudiosos franceses, y también españoles, comenzaran a
incluir la identificación de Rusaddir con Melilla. Así podemos
destacar casos como el de Blázquez y Delgado-Aguilera,
ingeniero militar muy interesado por el África occidental en
22 L. MÜLLER, L., Supl. 253.
23 L. CHARRIER, Descriptions des Monnaies de la
Numidie et de la Maurétanie, Mâcon, 1912, número 140.
24 L. MÜLLER, Suppl. 293.
25 C. TISSOT, Recherches sur la Géographie comparée
de la Maurétanie Tingitane, Paris, 1877, pp.14-15.
26 PERIPLO DE SCYLAX, 111.
la antigüedad27; algún tiempo más adelante comentaba de
forma muy breve el Itinerarium Antonini, reflejando la identificación de las estaciones de lo que consideraba una vía
romana: el Promunturio Cannarum sería un saliente entre
Garet y Tensaman, el Promontorio Rusaddi sería el cabo Tres
Forcas, o Ras-er-dir como todavía se le llamaba, Rusadder “se
identifica con Melilla por la distancia y algunos vestigios que
quedan del puerto antiguo”, y Tres insulas, que eran las islas
Chafarinas28
De igual forma, la identificación de Rusaddir con Melilla
está presente en el estudio de la toponimía clásica del francés Maurice Besnier. Este último autor citaba las fuentes
antiguas sobre Rusaddir, y prestaba una mayor atención a
las acuñaciones, que ponía en relación con la explotación
económica. La abeja representada en las tres monedas aludidas, la primera de ellas de Rusadir, la segunda de ciudad
incierta (identificada de forma acertada por Charrier con
Rusadir), y la tercera de la “cote atlantique”, serían muestra
de la importante producción de miel29.
Finalmente St. Gsell, en su monumental obra sobre el
Norte de África en la antigüedad, citaba Rusaddir como
fundación púnica, como evidenciaba su propio nombre, y
la cita de la ciudad y puerto de Akros por parte del Periplo
de Scylax. De igual forma, tomaba nota de la acuñación de
monedas por parte de Rusaddir: “ce nom figure en lettres
puniques sur des monnaies frappées par la ville après la
chute de Carthage”30.
Por el contrario, de la parte española la primera Historia
de Melilla, escrita por el militar Gabriel de Morales,
mostraba un gran escepticismo a la hora de tratar de la
Rusaddir antigua. La identificación tan sólo la consideraba
mera suposición, mostrando su disensión con los que (en
realidad Mármol Carvajal) consideraban una considerable
población en el pasado: “si existió alguna población en el
emplazamiento de la actual, tuvo que ser forzosamente
de escasa importancia, pues no se concibe de otra manera
que en ninguna de las numerosísimas excavaciones llevadas
a cabo para las construcciones de todas clases, no se haya
encontrado apenas vestigio de población, ni de cimentación
siquiera”31. A su juicio la tal ciudad debió de estar ubicada
más al Este, junto a la Mar Chica, en la falda meridional del
Atalayón.
27
A. BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, “Vía romana
de Tánger a Cartago”, Boletín de la Real Sociedad
Geográfica, 43, 1901, pp. 324-351.
28 A. BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, « Vía romana de Tánger al río Muluya, según el Itinerario de
Antonino (siglo III)”, Boletín de la Real Academia de
la Historia, 55, 1909, pp. 366-367.
29 M. BESNIER, “La Géographie économique du
Maroc dans l´Antiquité”, Archives Marocaines, 6,
1906, p.281.
30 GSELL, S., Histoire Ancienne de l´Afrique du Nord, II,
Paris, 1918, p.166. Vid. posteriormente en la numismática francesa, BABELON, J., La Numismatique
Antique, Paris, 1952, p.52.
31 G. DE MORALES, Datos para la Historia de Melilla,
Melilla, 1909, p. 19.
AKROS
45
Historia
Fig. 6. Moneda de Rusaddir en
el Gabinete Numismático de
Copenhague.
Fig. 5. Estela de raigambre púnica
procdente de Melilla. Fotografía Real
Academia de la Historia
En 1912 la instauración oficial de la Zona de Protectorado
de España en Marruecos tendrá su incidencia en lo que se
refiere a la atención sobre Melilla. La ciudad española iba
a servir como centro de expansión militar en dirección a
Alhucemas (Al-Hoceima). En ese sentido, desde el principio será objeto de atención desde la Real Academia de la
Historia. En los archivos de la misma existen cartas que muestran el interés que en la misma se tuvo para la recuperación
primero de los manuscritos que pudieran encontrarse en las
cabilas rifeñas, y después acerca de los hipotéticos restos de
una antigua vía militar que uniría la antigua Melilla con el
cabo Tres Forcas32.
Incluso, en este mismo contexto, en la Real Academia
existe una fotografía (de muy mala calidad), remitida en
esos momentos desde Melilla. Se trata de una estela de
forma trapezoidal (más ancha por la parte inferior), y con
remate triangular, que tiene como decoración dos espirales,
y también dos tréboles. A partir de la fotografía de la mis-
32
J. MAIER, “La documentación de la Comisión de
Antigüedades de la Real Academia de la Historia
sobre Melilla”, Akros, 2, 2003. Esta vieja idea tendrá cierto recorrido. En el emblemático y difundido
“Espasa”, la Enciclopedia Universal ilustrada hispano-americana, tomo XXXIV, p. 448, después de
indicar que Melilla era probablemente la antigua
Rusaddir, indica que de ella partía un camino militar
que por Ceuta se dirigía a Tingi.
AKROS
46
ma33, la pieza parece representar una estela funeraria de
tradición púnica. No se refleja de forma expresa el lugar de
aparición, aunque el hecho de que esté en el expediente de
la “vía militar” parece sugerir que procedía de los alrededores de Melilla, de la zona geográfica del cabo Tres Forcas.
En cualquier caso, el interés de la Real Academia sobre
Melilla tenía un nombre concreto, el de su Director el Padre
Fidel Fita. El jesuita ya se había interesado, desde finales del
siglo XIX, por los restos africanos. Dicha atención se había concentrado en algunos epígrafes cristianos antiguos descubiertos
en Tánger. Pero al hilo de referencias a antigüedades, previendo las mismas, Fidel Fita publicará en 1916 un breve trabajo
sobre la Melilla antigua, que identificará certeramente con la
Rusaddir de los textos literarios, incorporando el estudio de las
monedas acuñadas por la ciudad en la antigüedad34. Fita iniciaba su trabajo con una referencia ilusionada en relación con
el futuro de los estudios: “la suma importancia y rápido acrecentamiento actual de Melilla, centro de la influencia española
en el Rif marroquí, nos hace esperar que su antiquísima historia
no tardará en revelarse a la investigación técnica y científica
de sus monumentos”. A su juicio fue el emperador Vespasiano
quien hizo de ella una colonia romana.
33
J. A. JIMÉNEZ y A. MEDEROS, Comisión de antiguedades de la Real Academia de la Historia. Baleares,
Canarias, Ceuta y Melilla. Extranjero, Madrid, 2001.
34 F. FITA, “Melilla púnica y romana”, Boletín de la
Real Academia de la Historia, 68, 1916, pp.544-548
(= Africa Española, 38, 1916, pp.51-54), también
copiado por R. FERNÁNDEZ DE CASTRO, Melilla
prehispánica, Madrid, 1945, pp.83-84.
Historia
Fig. 7. Fotografía de tumba del Cerro de
San Lorenzo remitida a la Real Academia
de la Historia.
A partir de lo indicado por Müller, se ocupaba de la
moneda de Copenhague, que procedía de Cherchel (antigua Caesarea), el sacerdote Fidel Fita, que desde la Real
Academia de la Historia intentaba integrar el Norte de
África en los estudios españoles sobre la antigüedad. Fita
indicaba que la moneda (la primera de ellas) era de cobre,
precisando que pesaba 9´6 gramos, añadiendo: “la belleza
de su acuñación y de sus letras púnicas permiten atribuirlo
a los primeros años de la Era cristiana”. Proseguía el erudito
sacerdote con la descripción del ejemplar, señalando que la
efigie del personaje en el anverso, la abeja entre dos espigas
de trigo en el reverso, y “el nombre de la ciudad con letras
púnicas correspondientes a las hebreas que se pronuncian
R(u)SAD(i)R”. Reproducía la fotografía de un vaciado de la
moneda, que coincide con la fotografía del original (fig. 1).
En todo caso, Fidel Fita apuntó sobre la primera emisión
(moneda única) que el personaje tenía sobre la cabeza la piel
y las orejas de un elefante. Es totalmente cierto que la representación de la cabellera en la moneda única de Rusaddir
(número 579) es muy extraña, y aunque pasó desapercibida
a Mazard, la interpretación de Fita parece en teoría verosímil: nos podríamos hallar ante los despojos, los exuviae elephantis, que servirían como tocado En este caso se trataría
de un elemento bastante original en África, al tiempo que
clásico: fue utilizado en la iconografía de Alejandro Magno,
y sobre todo en la de Seleuco y Ptolomeo, que pusieron esa
imagen en lugar de los despojos del león de Nemea (símbolo
de Hércules). Este modelo se repitió en las acuñaciones de
monarcas helenísticos, y llegó como último ejemplo a una
del tirano siciliano Agatocles de Siracusa35. De ser así, el personaje representado, en interpretación lógica, no podría ser
otro que un rey. En cualquier caso, la interpretación de Fita
35
F. SALCEDO, África. Iconografía de una provincia
romana, Roma, 1996, pp.128-130.
choca directamente con la realizada en fechas más recientes
por parte de Pilar Fernandez Uriel36.
Pero el conocimiento de la Rusaddir púnico-romana
también avanzó a partir del interés existente por algunos
personajes de la propia localidad. En 1905 se refleja por vez
primera la aparición de restos arqueológicos, según noticia
de Gabriel de Morales: “en unas excavaciones practicadas en
la ladera Este del cerro de San Lorenzo se hallaron sepulturas con restos humanos, y en cada una un ánfora de barro
de época romana”37. Estos primeros vestigios de las típicas
tumbas antiguas tampoco pasaron desapercibidas, puesto
que los tres esqueletos incompletos y las dos ánforas fueron
remitidas a Madrid al Museo Antropológico, siendo objeto
de una publicación muchos años más tarde38, en la que se
sugería una fecha del entorno de los siglos II-I a. C..
. En esa época en el barrio del Real aparecieron tres tumbas antiguas, con aros de oro en las muñecas. En el cerro
de San Lorenzo las obras continuaban realizándose; en las
efectuadas en el año 1908 aparecieron otras dos ánforas,
similares a las anteriores, junto con numerosos fragmentos de cerámica, restos que fueron remitidos al Museo
Arqueológico Nacional. El reciente estudio de los mismos
muestra la presencia de una bella pieza singular, un pequeño
envase en forma de delfín, que constituye indudablemente
36
P. FERNÁNDEZ URIEL, “La moneda de Rusaddir. Una
hipótesis de trabajo”, Gerión, 22, 2004, pp. 147167.
37 G. DE MORALES, Efemérides y curiosidades.
Melilla, Peñón de Vélez de la Gomera, Alhucemas y
Chafarinas, Melilla, 1921.
38 F. DE LAS BARRAS DE ARAGÓN, “Cráneo y otros
restos procedentes de la necrópolis púnica del cerro
de San Lorenzo de Melilla”, Actas y Memorias de
la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y
Prehistoria, 9, 1930, pp. 94-105.
AKROS
47
Historia
Fig. 8. Fotografía del antiguo Museo de Melilla en el baluarte de la Concepción (fotografía de 1956).
el ejemplar cerámico de más calidad artístico recuperado
de la Melilla antigua. Estos descubrimientos fueron los que
llamaron la atención de un erudito local, Rafael Fernández
de Castro. Años más tarde reconocería que fueron estos
hallazgos los que “despertaron en nosotros el irrefrenable
deseo de proseguir la búsqueda de nuevos motivos de orden
histórico o arqueológico”39.
A partir de 1913, y hasta 1916, Fernández de Castro logró
el apoyo del General Federico Monteverde, Jefe de la Junta
de Arbitrios de Melilla (precedente del Ayuntamiento) para
recuperar restos. El General puso a disposición de Fernandez
de Castro los trabajadores para las excavaciones, y se interesó directamente en el proceso de hallazgos en San Lorenzo.
Aparentemente, por una carta remitida al General por parte
de Fidel Fita y fechada en julio de 1916 (copia en el Archivo
de la Real Academia), el mismo general pasó informaciones
al religioso a incitación del periodista Pablo Vallescá: “los
datos que sobre prehistoria de la región Norte de Marruecos
e Historia de la dominación cartaginesa y romana en la zona
de Melilla”. Junto con la carta, Federico Monteverde le remitía una serie de fotografías de las excavaciones.
En estas mismas fechas, el P. Fita escribía una carta a
Rafael Fernández de Castro en la que le agradecía el que,
por indicación de Pablo Vallescá, le remita los “datos sobre
las excavaciones del cerro de San Lorenzo en esa ciudad…..
Por conducto del Sr. General Don Federico Monteverde he
recibido igualmente preciosas fotografías de objetos hallados en las excavaciones de San Lorenzo. Estas fotografías
supongo serán las de que Vd. me habla en su carta, y sin perjuicio de hacer sobre ellas el merecido estudio, he escogido
39
E. GOZALBES, “Los pioneros de la arqueología española en Marruecos (1880-1921)”, en V. CABRERA y
M. AYARZAGÜEÑA, El nacimiento de la prehistoria
y de la arqueología científica, Madrid, 2005 (serie
Archaia), p. 115.
AKROS
48
desde luego una que reproduce un enterramiento en que
se ven dos esqueletos para publicarla en el próximo número
del Boletín, con los apuntes de Vd. al General Jordana”40.
En efecto, dicho trabajo con la firma de Rafael Fernández
de Castro, y las fotografías referidas, se publicó en el Boletín,
constituyendo un estilo pionero en los trabajos sobre
arqueología del Occidente africano41. Igualmente en el
Archivo General de la Administración del Estado existe un
expediente con documentación y hallazgos de la época42.
En cualquier caso, el artículo y los informes ofrecen una
somera descripción de los trabajos de exploración y de sus
resultados. Entre los datos aportados estaba el de las ánforas, siempre destacadas, colocadas de forma alternativa en
sentido inverso, la orientación de los cadáveres (Este-Oeste,
con la cabeza al Oeste).
Con el descubrimiento de las tumbas de San Lorenzo
renacía el contacto material con la Rusaddir de la antigüedad. Fernández de Castro mostraba el interés del General de
Melilla, último Jefe de la Junta de Arbitrios, inmediatamente anterior al establecimiento del Ayuntamiento, para constituir un Museo con los hallazgos. Este pequeño museo, formado pocos años más tarde en el baluarte de la Concepción,
tuvo precisamente en los hallazgos arqueológicos del Cerro
de San Lorenzo su principal contenido de exposición.
40
Archivo de la Real Academia de la Historia,
CAML/9/7962/03, “Expediente relativo a la remisión
de planos, noticias de enterramientos y fotografías
de objetos hallados en las excavaciones del cerro de
San Lorenzo”.
41 R. FERNÁNDEZ DE CASTRO, “Antiguas necrópolis
de Melilla en el cerro de San Lorenzo”, Boletín de
la Real Academia de la Historia, 69, 1916, pp. 193195.
42 Legajo 10.143-48
Historia
feRnando saRuel HeRnÁndez
Historiador
Asociación Estudios Melillenses.
El Peñón de Vélez
de La Gomera en un
manuscrito de 1845
G. Mercator and J.
Hondius, 1630.
Resumen: Con motivo de la celebración de los quinientos años
de la españolidad del Peñón de Vélez de la Gomera, hemos
querido contribuir al mismo con la presentación de una documentación inédita, hallada en la Biblioteca Central Militar
de Madrid: un informe presentado en 1845 por D. Miguel de
Santillana, Brigadier Director Subinspector de Ingenieros, en el
que se narra y analiza la situación del Peñón y las posibilidades
para su mejora y reforma.
Abstract: On the occasion of the celebration regarding the five
hundred years of Spanishhood of the “Peñón de Vélez de la
Gomera”, it was necessary to make patent what were the causes for its conquest and why the Spanish state kept it.
But we have wanted to contribute new documentation with
the study of this manuscript found in the Central Military
Library in Madrid.
Introducción.
El Peñón de Vélez de la Gomera se encuentra situado en la
costa del norte
de África dominado por los cerros inmediatos: por un
lado, el monte denominado Baba, con la ruinosa fortaleza
del mismo nombre en su cima
y por otro lado, la punta del Cantil; Antes de que en el
primer tercio del siglo XX el peñón se uniera al continente
por una banda de arena, éste permanecía como isla independiente y como tal distaba unos cien metros aproximadamente de la costa africana.
Para describir su forma nos hacemos eco de lo que Pascual
Madoz en su diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de
España y sus posesiones de ultramar nos comenta: “La figura
de la roca es en su totalidad, aproximadamente, la de un
rectángulo cuyo lado mayor en dirección del Oeste-Noroeste
al Este-Sudeste, tiene 250 varas y el menor 130 y después se
prolonga al Este por un istmo de rocas de 50 varas de largo a
AKROS
49
Historia
Plano del Peñón de Vélez para Telégrafos con la distribución de las
casas que existían.
b) Título y autor.-
Braun and Hogenberg: Civitates Orbis Terrarum, 1575.
otra peña que se llama la Isleta, de unas 125 varas de largo y
50 de ancha en la parte que más. Unas y otras son más altas
y escarpadas por la parte del Norte, siendo su altura máxima
de 92 varas”.
La conquista del Peñón se realizó fundamentalmente
para defender las costas andaluzas y del levante de los
piratas berberiscos, que tenían en él su lugar de refugio. El
continuo hostigamiento de las citadas costas, puso de manifiesto la necesidad de salvaguardarlas. Para ello, En 1508
una flota al mando del Conde de Olivito, Pedro Navarro,
salió en persecución de estos corsarios y al observar que
se refugiaban en el Peñón ayudados por los que estaban
en él, decidió desembarcar en la costa aledaña y desde allí
acosarlos hasta que el 23 de julio tuvieron que claudicar,
perteneciendo el Peñón de Vélez de la Gomera a la Corona
de Castilla desde esa fecha.
En 1522 se perdió, pero después de varios intentos se
consiguió reconquistar con una poderosa flota, en la que
luchaban los mejores marinos del momento. A partir de
entonces, agosto de 1564, las costas del mediodía español
pudieron respirar más tranquilas, quedando Vélez bajo
dominio español hasta la actualidad. Su población, que fue
evolucionando a lo largo de los siglos, se nutría básicamente
de los efectivos militares y posteriormente de presidiarios
cuando éste lugar pasó a formar parte de los denominados
“tres presidios menores de África” (Melilla, Alhucemas y
Peñón de Vélez).
Estudio y análisis del manuscrito
a) Localización.-
El manuscrito original se encuentra en la Biblioteca Central
Militar de Madrid, órgano dependiente del Instituto de
Historia y Cultura Militar del Ministerio de Defensa, siendo su
signatura en dicha biblioteca la siguiente: SH, IV-25-2-5(13).
AKROS
50
El documento consiste en una Memoria a la que acompaña
un Cuadernillo de datos; lleva por título Costa Norte de
África. Memoria descriptiva de las posesiones Españolas
Melilla, Alhucemas y el Peñón de la Gomera ó sean los
tres presidios menores de África: observaciones sobre su
importancia; y propuesta de las mejoras convenientes para
el orden y mayor defensa de estas plazas de Guerra ultramarinas.
Fue escrito por el Brigadier Director Subinspector de
Ingenieros D. Miguel de Santillana en el año 1845.
c) Estructura del manuscrito.-
El texto en cuestión consta de 79 páginas, con unas medidas
de 26 cm. Está dividido en una introducción, seis capítulos
a los que denomina secciones, para acabar con una conclusión:
Comienza con una Introducción histórica, donde se nos
explica de manera sucinta la invasión de España por los árabes, su expulsión y el posterior establecimiento de diversas
posesiones españoles en la costa del norte de África, con
objeto de erradicar el avance de la piratería.
A continuación, se desarrolla el cuerpo central del manuscrito, los capítulos o secciones:
Sección 1ª: el autor explica en ella el lamentable estado
en el que se encuentran los Presidios Menores, así como la
rehabilitación necesaria a realizar en los mismos; aparece ya
un primer comentario de la conveniencia de ocupar las Islas
Chafarinas.
• Sección 2ª: se hace un repaso de la situación geográfica
y de la historia de Melilla, así como del estado material en
que se encuentra.
• Sección 3ª: se establece una relación de lo que hace
falta para mejorar la Plaza de Alhucemas, su guarnición y los
problemas con los fronterizos.
• Sección 4ª: al igual que el anterior, se lleva a cabo una
relación de la conquista, de las mejoras en las fortificaciones
y de la guarnición de la Plaza del Peñón de la Gomera.
• Sección 5ª: de nuevo se habla de los presidios en general, haciendo mayor hincapié en la renovación y aumento de
los buques que han de constituir lo que el autor denomina
Historia
las “Fuerzas Marítimas”, así como también hace un breve
estudio sobre la guarnición terrestre, el repuesto del armamento que ha de existir y sobre los “confinados”. Por último,
hace una proposición de organización de los Presidios,
pasando a una centralización de mando en la figura de los
Estados Mayores.
• Sección 6ª: presenta el autor del informe un pormenorizado análisis de la conveniencia de la ocupación de las Islas
Chafarinas. Para ello, nos hace una descripción de las mismas
desde el punto de vista estratégico.
En la conclusión, realiza una recapitulación de todo lo
expuesto, resaltando la imperiosa necesidad de la realización de numerosas obras de rehabilitación de todas las
fortificaciones de los presidios, porque como dice Miguel
de Santillana al final “…, tan dignos de ser atendidos por
su posición especial, de grande interés en todos tiempos y
con probabilidades de mayor utilidad en ulteriores acontecimientos”.
Plano del Peñón de Vélez. Anónimo.
mención a la composición de su roca: “El Peñón es formado
de una aglomeración volcánica y desordenada de grandes
masas de roca calcárea, muy dura, quebradiza y cenicienta”
A partir de aquí, hace una mención a destacar del “puerto” del Peñón, donde dice que para llegar a él es peligroso
por los vientos de la zona y porque se encuentra a “tiro
de fusil del campo fronterizo”. Nombra dos lugares donde
poder realizar mejor el embarque: “…al sur del Peñón nombrado Baradero Viejo de San Juan Y Baradero Nuevo con
Sección 4: Peñón de Vélez de La Gomera
obras y gradas picadas en la roca.” Continúa comentando
que en momentos de peligro como los asedios, se había
En la página número 40 empieza el capítulo dedicado a
habilitado un muelle en una concavidad al Oeste llamado
la Plaza del Peñón de la Gomera, con la posición exacta
Santiago.
en cuanto a longitud y latitud se refiere, siendo la priPosteriormente realiza un análisis de las fortificaciones
mera orientada en relación a Cádiz y no al meridiano de
que hay en el Peñón, dispuestos en las zonas más vulneGreenwich, con las siguientes coordenadas: 2º 5´48´´ Long
rables, ya que que sólo está expuesto por el lado Sur y Este
y 35º 14´0´´ de Latitud Norte. Tras estos datos, hace una
que da frente a la costa. Resalta la Batería de la Corona, por
referencia somera de la historia del Peñón, ahondando en
estar en el punto más céntrico y elevado del lugar y señala
la situación privilegiada que tenía la zona de tierra aledaña
que todas las baterías estaban cubiertas por merlones “de
al mismo, de la cual era refugio importante para los piratas
buena fábrica”, para protección de los artilleros. No obstanberberiscos que hostilizaban las costas españolas.
te, comenta el desordenado conjunto defensivo de la plaza,
Se nos narra a través de esta sección, la conquista del
sobre todo debido a que tenía unas débiles comunicaciones
Peñón por parte de España en 1508, su pérdida en 1522 y
entre sí, por lo que en caso de ataque, podrían quedar incosu posterior reconquista en 1564, catalogándola como una
municadas unas baterías de otras.
de las posiciones más importantes que España posee en esta
En relación a los edificios, los que existen están en pésizona debido a su emplazamiento estratégica en la zona.
mas condiciones: almacén de pólvora, el hospital, locales
Posteriormente, hace mención de las diferentes calamipara la guarnición y presidiarios y la existencia de unas 12
dades por las que ha ido pasando este lugar: sitios en 1702
cuevas casi todas de poca capacidad.
y desde 1775 hasta 1791; epidemias como
Las condiciones de vida no son fáciles,
la de la Peste en 1743 o la fiebre amarilla
lo recoge Miguel de Santillana cuando
en 1821, o terremotos, tan seguidos entre
nos relata entre otras cosas, los rigores del
1800 y 1801, que se llegaron a contabiliclima, al quedar el Peñón a cubierto de los
zar hasta 79. Una constante en su escrito
vientos “frescos”, lo que origina que en
es la idea de resaltar que a pesar de estos
verano sea un foco de enfermedades por
avatares, calamidades y otros agravios
el aumento excesivo del calor. Por otro
también importantes, como la escasez
lado, no tiene producciones y los víveres
de víveres, se siguió manteniendo el
provienen en su mayoría de la venta que
Peñón en todo momento bajo bandera
hacen los fronterizos, siendo el agua traíespañola.
da en su mayor parte desde Málaga y las
A continuación, nos hace una relación
que se recogen de la lluvia. Para el almamuy pormenorizada sobre la situación y
cenaje de éstas existen siete cisternas de
extensión del Peñón, haciendo hincapié
considerable capacidad y tres albercas.
en la altura del mismo y la necesidad de
En cuanto al número determinado de
la disposición de los edificios de manera
soldados en el momento de escribir la
escalonada, por lo que el autor hizo
memoria, existían 14 puestos de constante
similitud de esta zona con un graderío.
Peñón. Calle del Peñón de Vélez.
guardia, número que había que aumentar
Termina esta breve exposición haciendo
Primeros del siglo XX.
AKROS
51
Historia
Cementerio del Peñón de Vélez de la Gomera. 1970.
Vista de la Isleta. 1975.
en caso de ataque. La guarnición que hacía guardia de diario
era de 75 hombres, siendo la guarnición total de 200 de
infantería, 25 artilleros y dos lanchas de ronda; en caso de
sitio Miguel de Santillana considera que ha de triplicarse
esta guarnición.
La artillería era al parecer del autor, escasa e inadecuada,
pues tan sólo había montadas 20 piezas, subsistiendo además en estos emplazamientos 25 piezas desmontadas, por
lo que se hacía necesario poner en servicio hasta un número
de 30. La propuesta exacta para casos de ataques era de 39
cañones, 10 morteros y 2 obuses, sumándose a estas tres
piezas de gran calibre en las posiciones del Norte.
En este punto, el Brigadier hace un Proyecto donde
propone las mejoras que se pueden realizar, ya que ve que
en el momento que redacta el informe, el Peñón está muy
debilitado y podría ser presa fácil para el enemigo. Divide las
posibles obras a realizar en dos:
a) las de conservación, donde hace hincapié en que el
almacén de pólvora se reedifique en otro lugar denominado “Charca de Santiago”, siendo más robusto y a prueba
de ataque, “dejando algunas rectas de pared sencilla para
facilitar la salida de la fuerza expansiva en un caso funesto”.
Alude También a la urgente rehabilitación del Cuartel de
Infantería agrandándolo con el antiguo del presidio, o la
AKROS
52
Peñón de Vélez de la Gomera en la actualidad. Foto del autor, 2007.
necesidad de reparación y solidez a los muros del Sur del
Cuartel de Marina; cree necesario levantar tres casas arruinadas y reparar otras, así como construir un nuevo horno de
pan, ya que tan sólo existe uno y colocar una capa de hormigón en la calle denominada de Las Cantinas para impedir las
filtraciones hacia el almacén de víveres.
b) obras de defensa. Miguel de Santillana propone
habilitar las baterías de Santiaguillo y San Agustín, situar
emplazamientos en el frente del Norte y del Oeste, aumentar
los fuegos de las baterías de San José y la de Santa Osoria, así
como el establecimiento de un puesto en la cola de la Isleta.
Asimismo propone como necesario cubrir el flanco derecho de
la Marina, pues se expone la gola de la batería de San Juan,
construir un “grueso muro aspillerado en reemplazo de la
línea de estacada destruida de los baraderos”. Fundamental
era también la realización de cubiertas a prueba en las bocas
de las cisternas y por último propone abrir más cuevas para
alojamiento y mejoras en las comunicaciones.
Para finalizar, el Brigadier expone que hasta ese momento, el Peñón había tenido suerte pues los fronterizos no
habían aprovechado sus ventajosas posiciones en altura para
hostilizar de manera seria al mismo.
Bibliografía
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norte de África: cruzada, política y arte de la guerra.
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Melilla, 1995.
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el “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de
España y sus posesiones de ultramar” (Madrid, 18451850) de Pascual Madoz, Rev. Aldaba nº5, 1987.
Historia
Jesus sÁez cazoRla
Técnico del Museo de Melilla
“La Alcazaba, cuarto
recinto fortificado de
Melilla la Vieja”
Fig. 1: Recintos
Fortificados de Melilla
año 1849.
Espacio geográfico
Resumen: Nos vamos a ocupar de uno de los cuatro recintos
fortificados que forman la parte antigua de la ciudad: el cuarto
y último, tal vez porque ha sido hasta ahora uno de los más olvidados y degradados del conjunto. Realizando un breve análisis
de éste con sus proyectos y, en segundo lugar, una descripción
de los elementos que lo componen.
Abstract: We will look at one of the four fortified areas forming
the old city; more specifically, the fourth and last, perhaps
because, until now, it has been the most forgotten and badly
maintained of them all. A brief analysis of it will be made, along
with the projects planned, to then go on to describe each of its
elements.
Lo que conocemos hoy como Recintos Históricos Fortificados
de “Melilla la Vieja”, es una parte menguada de lo que
fueran los límites históricos de “Rusadír” o “Metagoníun”,
demarcaciones ambas de ámbitos de mayor extensión que la
actual ciudad, y coincidiendo en parte con la antigua ciudad
medieval1.
1 BRAVO NIETO, Antonio y SÁEZ CAZORLA, Jesús
Miguel. “Melilla la Vieja”. Melilla: guía histórico,
artística y turística de Melilla, León: Proyecto Melilla,
S.A. Ciudad Autónoma de Melilla, diciembre de
2002. pp. 22-77. ISBN: 84-241-9300-8.
AKROS
53
Historia
Recinto) de la costa, que separa su frente Norte con perfil
acantilado de las playas arenosas suavizadas al Sur (Fig. 1).
Este frente de tierra muestra una ligera inclinación NorteSur, desde la altura del “Cubo” al Norte con 50 m de cota a
la ensenada de los Galápagos con 15,87 m al Norte, o los 6,68
m en la playa, hoy Plaza de los Carros, e incluso 2,51 m en el
actual Mantelete al Sur.
El Cuarto Recinto queda circundado actualmente por la
línea fortificada que une los siguientes elementos: de Noreste
a Suroeste, Foso de Cortadura, Fuerte del Rosario, Victoria
Grande, Victoria Chica, con fosos y camino de ronda, el antigua cuartel de África 68 o Comisión de Límites (Topográfica),
Aportadero de la Plataforma, muro aspillerado de cierre
con San Carlos, Fuerte de San Carlos, cortina aspillerada
hasta el Rastrillo de Espadas, parte de la Contraescarpa del
Fuerte de San Miguel, enlazando por el Este con el camino
cubierto hacia el baluarte de San Fernando (antigua Jefatura
de Aviación). De Sur a Norte, siguiendo la línea del foso de
los Carneros, puente de la Alcazaba o de la Alafia y resto de
murallas hasta encontrarse de nuevo con la Cortadura4.
Antecedentes medievales: “La Alcazaba”
Fig. 2: “Planta de la Plaza de Melilla como está el primero de febrero de 1699”.
Alfonso Díez de Anes, 3 de febrero de 1669 (copia Aparici, de 19 de agosto de
1853), 48,5 x 35,5 cm., escala gráfica de 400 pies geométricos, SHM. C. Aparici
nº 282.
Es la parte de las fortificaciones melillenses perteneciente a
las defensas de la población medieval y que vigilaba los arrabales circundantes a la Alafia o también Villa Vieja a partir
del inicio del siglo XVI, como contraposición a la Villa Nueva
o Primer Recinto que entonces se edificaba sobre el peñasco
rocoso5.
Antecedentes renacentistas
Esta zona geográfica es la más mencionada, después de
Ceuta, en las descripciones geográficas medievales de la
costa africana del Mar de Alborán, entre el Estrecho y el río
Muluya.
El espacio de la Alcazaba o Cuarto Recinto Fortificado
se extiende sobre el continente, en la costa de levante de
la península de Tres Forcas o Kelaya2. Este recinto coincide
en parte con los arrabales medievales situados alrededor de
la Medina o “Alafia” (Segundo y Tercer Recinto), unida a la
zona portuaria del promontorio (Primer recinto)3.
Su forma es la de una base inclinada muy irregular de
caliza y arenisca muy disgregada, que al ser circundada por
el mar al Este aumenta la descomposición de las rocas, presentando como punto de inflexión el espolón rocoso (Primer
2
3
VÁZQUEZ, Nicolás. “Descripción de la Provincia de
la Alcalaya, 1722”.Servicio, Histórico Militar, Madrid,
4-5-7-4, fol.13 v.
BARRANTES MALDOMADO, P.: “Ilustraciones de
la casa de Niebla”. Edición en Memorial Histórico
Español, IX, Madrid, 1857. En su pág. 410: “el sitio
de la ciudad de Melilla es que haze la tierra una
entrada en el mar, e cercala por tres partes hasta
batir en los muros, é por la parte de tierra va una
çerca de mar a mar, y dizen que es semejante al sitio
de Gibraltar, salvo que no tiene aquellos montes en
ella”.
AKROS
54
El entorno de esta época quedaba custodiado por un rosario
de fuertes exteriores o de Albarranas que defendían las
alturas y protegían los huertos del río al sur. De esta obra
tardogótica o renacentista construida entre los siglos XV y
XVI se podría decir, que sólo nos es visible el Primer Recinto
amurallado de Melilla con sus lógicas trasformaciones temporales6.
Siglo XV
En el año de 1498 según alarde realizado por Juan de
Benavides y Luis Méndez de Figueredo7, se hace en el Sur
de la Alafia un arco de 3,35 m de hueco y otro tanto de
alto donde se ha de hacer la torre grande, que separará la
Alcazaba de la vega o posterior Mantelete.
4
5
6
7
BRAVO NIETO, Antonio y SÁEZ CAZORLA, Jesús
Miguel. Informe sobre el cuarto recinto defensivo
de Melilla: Alc. Asociación de Estudios Melillenses,
1987. 84-398-8649-7
SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel. “Espacio y funciones
urbanas de la Melilla medieval”.Akros: La revista del
museo, ISSN 1579-0959, Nº. 1, 2002, pp. 42-47.
MORALES MENDICUTÍA, Gabriel, Efemérides y
Curiosidades, Melilla, El Telegrama del Rif, 1920.
SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel. 2002. Op. Cit.
Historia
Fig. 3: “Proyecto de reforma de las murallas de la Alafia en 1699”. Alfonso Díez de Anes, 3 de febrero de 1669 (copia Aparici, de 19 de agosto
de 1853), 35,5 x 48,5 cm., escala gráfica de 200 (¿pies geométricos?), SHM. C. Aparici nº 285.
Siglo XVI
A partir de 1571 se van a construir una serie de fuertes exteriores a la Plaza que alejaban en todo lo posible el alcance de
la nueva artillería8 ofensiva de los dos recintos amurallados;
la Villa Nueva, hoy Primer Recinto, y la Alafia o Villa Vieja, tal
y como se muestra en el plano de Heredia de 16049, donde
estaba la “Puerta para salir al campo”, que a través de un
puente daba al “camino de los fuertes”. Junto a ella existía
una torre construida en 1564, que con el tiempo se llamaría
Quemada y terminaría siendo una media luna.
Antecedentes modernos
Podemos dividir este período en dos etapas, las obras barrocas construidas en el siglo XVII, y las obras neoclásicas construidas en la primera mitad del siglo XVIII, el llamado Siglo de
Oro de las fortificaciones melillenses. La construcción de este
renovado frente de tierra se haría utilizando y simplificando
técnicas influenciadas por el sistema puesto en práctica por
el ingeniero francés Sebastián le Preste de Vauban.
Siglo XVII
En este período tras firmar Tratados de Paz con los Pueblos
de Kelaya10, se asientan en el exterior de la Plaza fuertes
8
VIGÓN, Jorge, Historia de la artillería española, Madrid, Consejo Superior de Investigación
Científicas, 1947.
9 Plano de Pedro de Heredia a Felipe II. “Este es la planta de la ciudad y fuerza de Melilla… 20 de octubre de
1604”, AGS. G.A. leg. 636, M.P. y D. XLII-65.
10 La reseña histórica de este tratado firmado el 16 de
noviembre de 1571 puede verse en: CABALLERO,
Felipe y otros. “Relación y Descripción del Presidio
y Plaza de Melilla. 1764”.Madrid: S.H.M. Sg. 4-5-710, nº 6395
como el de San Pedro de la Albarrana, Santo Tomás de
la Cantera, el renovado de Santiago, San Francisco, San
Lorenzo, San Marcos..., situados en las distintas colinas, alejados un kilómetro y medio de la fortaleza. Como contrapartida los fronterizos desde cuatro leguas (16 Km) a la redonda
podían comerciar y tomar asilo en Melilla. Esta política de
vasallaje se apagó con la aparición de una nueva dinastía en
Fez, la Alauita.
Por esta razón el gobernador Velásquez y Angulo reparó las murallas de la Villa Vieja entre 1656-1659, y Osorio
Astorga realizó lo mismo entre 1669-1672, así como Frías
posteriormente. Estas obras no ocultaban una realidad: las
murallas medievales de la Alafia no estaban preparadas
para soportar la presión de un ejército moderno. Para esto el
ingeniero Octavio Meni, recomienda limpiar los fosos, excavar fosos nuevos en las puertas que no los tuvieran y hacer
levadizos los puentes para resistir en caso de ataque11.
Como consecuencia se ve la necesidad de reforzar las
defensas, ahondado el foso de la Alafia, dejando penetrar el
mar por él hasta lo que es hoy su actual puerta de entrada.
Toscano lo acabó en 1681 dándole 18 m de profundidad
para comunicar el mar por sus extremos.
Frías, en 1677, anuncia la necesidad de construir delante
de la puerta para salir al campo una Media luna, obra defensiva que se inicia en 168912.
El 20 de octubre de 1690 Bernabé Ramos de Miranda
delineó un nuevo foso en mitad de la Alafia (el Hornabeque)
con sus murallas y un nuevo concepto de torre, el baluarte.
Se abrió a fuerza de pico en 1691, de ciento cincuenta pies de
ancho y cien en los ángulos (135 y 90 m). En él existen ocho
cuevas a prueba de bombas excavadas en 1697 y el pozo del
11
APARICI, JOSE.”Fortificación en General, correspondiente a las Plazas de Melilla y Ceuta. Datos del
A. de Simancas, año 1600 a 1699”. Madrid: S.H.M.
Aparici, nº 6424
12 ESTRADA Y PAREDES, Juan Antonio. Población
Ge neral de España, Madrid, Imprenta Mercurio,
1748, m, pago 493-494.
AKROS
55
Historia
Fig. 4: Proyecto de 1729 para la terminación del frente del Tercer Recinto de
Melilla. Museo de Melilla.
manantial que surtía a la Plaza mucho antes de la Melilla
española.
En la “Planta de la plaza de Melilla como está el primero
de febrero de 1699...”, de Alfonso Díez de Anes, la obra
de mayor envergadura es el Hornabeque. Con esta obra se
empiezan a definir el Segundo Recinto y el Tercero, apareciendo un nuevo foso entre los dos ya existentes, el de
Santiago al Este y el de los Carneros al Oeste (Fig. 2).
Del nuevo foso señaladas con el número 8 y pintadas de
rojo en el plano, parten las entradas a las “minas, contraminas y demás obras que hay debajo de tierra”.
Aparece reflejado también, señalado con la letra “P” el
“Fuerte de San José”, elemento vinculante entre el Segundo,
Tercer y Cuarto Recinto, que fue el enclave de la torre ochavada de la antigua Cerca de la Alafia.
En su interior conserva las más antiguas galerías de minas
de la ciudad, excavadas en la roca enlazando entre sí unos
huecos en forma de taza invertida, de unos tres metros de
diámetro por tres metros de altura, que probablemente
fueron utilizados como silos o almacenes de grano en la
antigüedad y que se reparten por todo el Cuarto Recinto y el
declive Oeste de la altura de la Alcazaba o “Ataque Seco”13.
Según el plano de Alfonso Díez de Anes, destacadas en rojo
y situadas en la contraescarpa del camino de ronda del foso o
cava de los Carneros, salen ya las nuevas galerías de comunicación con los números 10 y 11, hacia el Norte en dirección a la
altura del Cubo, donde con toda probabilidad estuvo situada
la antigua “Alcazaba”, como así nos indica su topónimo.
Antecedentes del Cuarto Recinto: “El Fuerte de Santiago”
Los primeros antecedentes del Cuarto Recinto empiezan
con la transformación de la contraescarpa de la Alafia (Fig.
3), al intentar modernizar el frente de tierra en un frente
abaluartado en corona. Esta transformación empieza con la
media luna situada al Sur junto a la puerta apoyándose en el
Baluarte de San José y continuando con las galerías de minas
que se comunican con el nuevo Fuerte de Santiago de la
Alcazaba, a modo de revellín o lengua de sierpes al Norte14.
13
SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel. “Atlas arqueológico
de Melilla”. Trápana, Melilla: Asociación de Estudios
Melillenses, nº 2, 1988; pp. 20 -28
14 LLAVE GARCÍA, Joaquín de la, Lecciones de
fortifi cación, Madrid, Imprenta del Memorial de
Ingenieros, 1898.
AKROS
56
Estos elementos condicionarán durante los siglos XVII y
XVIII la superficie comprendida entre la costa y a la altura del
Cubo conocida como la “Alcazaba”.
Desde la altura del Cubo, al Norte, el atacante podía batir
fácilmente la ciudad, es por esto que comienza a plantearse
una nueva línea defensiva que proporcionase un margen
de seguridad al núcleo principal; nace así el Cuarto Recinto,
ocupando la referida altura.
Con anterioridad a estas fechas se habían materializado
dos intentos por ocupar posiciones periféricas a la Plaza: el
fuerte de Santiago y el de San Miguel que se construyen desde 1703 en la zona llana de los huertos, de piedra y barro15.
Primera mitad del siglo XVIII
La construcción de este renovado frente de tierra se haría
utilizando y simplificando técnicas aprendidas en la llamada
escuela española de fortificación de los Países Bajos, influenciada por el sistema de Vauban. La forma de hacer estas fortificaciones en Melilla es la misma que la empleada entonces
en las plazas de Europa y América.
Desde 1719 el gobernador Alonso Guevara Vasconcellos
activa todos los trabajos, y con la ayuda de Juan Martín
Zermeño reforma todo. El antiguo “Hornabeque”, presenta
ahora un frente abaluartado escalonado en terrazas a modo
de las fortificaciones italianas. Todo el circuito exterior de
la Alafia, es reconfigurado definitivamente en un frente
en corona abaluartado presidido por el baluarte de San
Fernando (1721-1722)16, situado en el lugar donde estaba
la antigua puerta del Campo y la Torre Quemada. Con ello
quedaba finalizada la sólida corona abaluartada que desde
entonces recibe el nombre de Tercer Recinto.
En el en plano de Melilla de 1729 (Fig. 4) del proyecto
para la terminación del frente abaluartado del Tercer Recinto
de Melilla, en su extremo Norte, que se exhibe en el Museo
de Melilla y que es copia del original de Comandancia de
Obras de Melilla17. Podemos apreciar aun mejor las reformas
pretendidas en el camino de ronda de la contra escarpa,
designadas con la letra “T”, e incluso la ampliación del foso
con el nuevo baluarte pretendido señalados con el numero
“3”, obra que no se realizo.
Destacar del plano como se aprecian las numerosas aspilleras del Fuerte de Santiago de la Alcazaba con la letra “Q”,
o las del de la falsabraga.
15
“Construcción del fuerte de San Miguel para la
defensa del Puerto y de las huertas con descripción
y dibujo en papel por las dos caras de las planta
y alzado, 1707”. A.G.M.S., 3ª Sc., 3ª Div. Melilla,
1707 a 1727; leg. 121.
16 VÁZQUEZ, Nicolás. Ms. Cit.; fol. 13v.
17 “Yconografia escrición de las fortificaciones que
contiene la Plaza de Melilla”. C.M.ML. 2, en: BRAVO
NIETO, Antonio y SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel.
“Aproximación a la Cartografía de Melilla (hasta
1862)”. Trápana, Melilla: Asociación de Estudios
Melillenses, nº 1, enero de 1988; pp. 40-46.
Historia
Fig. 5: Plano de la Plaza de Melilla. Melilla, 22 de octubre de 1783, sin autor, escala gráfica de 200 varas castellanas, Museo de Melilla.
Estos baluartes se complementaban al sur con un sistema
de lunetas que defendían el ángulo flanqueado de sus caras:
San Felipe y Santa Isabel.
Perdidos los fuertes exteriores y concluidos los trabajos de
transformación del Segundo y Tercer Recinto, se plantea en
serio la fortificación permanente de la Altura del Cubo18.
Es en esta época cuando el Cuarto Recinto será construido
por completo, cerrándose definitivamente a mitad del siglo
XVIII con ampliaciones de terrenos ganados al mar en el
siglo XIX.
Para evitar el problemático cerro, que dominaba perfectamente la ciudad, es ocupada su altura por el gobernador
Antonio Villalba y Angulo en 1734 y comienzan los trabajos
para fortificarlo19.
Al primer fuerte provisional de la Altura del Cubo, le
suceden cronológicamente los de Victoria Chica, Victoria
Grande y Rosario. Todos ellos, junto a la torre de Santa Lucía,
dominando y flanqueando esta posición del norte que será la
piedra angular de todos los ataques a Melilla20.
Al mismo tiempo, Juan Martín Zermeño, en’ 1734 recons18
“Descripción del terreno llamado Cubo en Melilla
año 1728”, S.H.M., Madrid, 4-5-7-5- nº 6.426, fol. S
V.
19 MARTÍN ZERMEÑO, Juan, “Relación de los maestros,
peones, materiales, municiones y demás pertrechos
que se consideran precisos para la fortificación que
se pretende erigir en la altura que comúnmente llaman el Cubo... 1734”, S.H.M. - Madrid, 4-5-7-7 nº
6.428.
20 MORENO PERALTA, Salvador; BRAVO NIETO,
Antonio y SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel. Melilla la
Vieja: plan especial de los cuatro recintos fortificados, Melilla: Ciudad Autónoma de Melilla, mayo de
1999; 565 pp. ISBN: 84-87291-95-3-P.E.R.I.
truye el fuerte de San Miguel de forma más sólida al Sur.
Cerca de él y al Sureste se levantó una torre troncocónica,
semejante a la de Santa Lucía, llamada de Santa Bárbara, y
en 1750 el muro que une ambas posiciones.
Es a partir de la dependencia militar de Melilla 21 del
Capitán General de la Costa de Granada y la perdida de
vinculación directa de la Secretaría del Rey22 cuando se consolida y se ponen a prueba estas defensas.
En la línea defensiva entre Victoria Chica y San Miguel, se
construye un fuerte en 1759, San Carlos, potenciando y acortando sus distancias para el flanqueo de artillería entre ellos.
Todos estos fuertes estaban preparados para resistir la artillería presentando en sus interiores bóvedas a prueba de bomba,
que servían como almacenes de materiales o de pólvora.
Los fuertes comunican de Oeste a Este con el camino de
ronda de los Carneros mediante caminos cubiertos parapetados y sobre elevados como el de San Miguel, San Carlos, las
Victoria y el Rosario, consolidando el recinto en cuatro zonas:
las de altura, que será conocida como Alcazaba y Explanada,
y las llanas de huertas como Mantelete.
Melilla tenía por entonces 97 casas, de las que 11 eran propiedad del Rey, 24 cuevas y 42 huertas, para una población
de 1.404 personas y 114 familias.
Segunda mitad del siglo XVIII
Es en esta última mitad del siglo XVIII cuando se consolida
y se cierra el Frente Aspillerado del Cuarto Recinto hasta
la Torre de Santa Bárbara en su extremo Sur, mostrando su
21
22
R. O. de 14 de septiembre de 1740.
Realmente estuvo vinculada al Capitán General de la
Costa de Granada dese 1725.
AKROS
57
Historia
Fig.7: Alcazaba.
Fig. 6: Paseo marítimo de La Alcazaba en la ensenada de los Galápagos.
eficacia en el asedio que sufrió entre 1774 y 1775, en el que
3.609 defensores con 165 piezas de artillería, se enfrentaron
con 40.000 atacantes, utilizaron la de guerra de minas y
contaban con modernos sistemas artilleros, que llegaron a
realizar contra la plaza 11.368 descargas. Con el resultado de
vencer la fortificación a la poliorcética, sacrificando por parte
de los defensores a 117 muertos y 509 heridos23.
En este plano (Fig. 5), dibujado en 1783, se aprecian los
ataques, las minas y el Cuarto Recinto, realidad consolidada
al unir los fuertes con cortinas aspilleradas.
La modificación más importante en este plano son las
aparecidas en la zona de la Alcazaba, que desde el foso de
los Carneros y las canteras dibujado con el número “15”,
continúa defendida por sus elementos: 13, Fuerte Antiguo
de Santiago. 14, Camino cubierto para los fuertes exteriores
(las Victorias). 16, Garitote o cuerpos de guardias y salidas del
campo. 17, Muro elevado que comprende andén y parapeto
atronerado para fusil y sirve para cubrirse de los ataques
de la Puntilla, la Alcazaba y cantera (camino del Rosario).
18, corte a plomo hasta el sitio de la Alcazaba. 19, Terreno
llano nombrado Alcazaba. 20, cortadura pendiente hasta el
mar. 21, Fuerte del Rosario con estacada doble en el camino
cubierto. …
Esta prueba de fuego y consolidación total de las fortificaciones melillenses (1775-1796) conlleva a España a firmar tratados de paz y amistad por todo el Mediterráneo: Marruecos
1779, 1780; Turquía y Argel 1786; Trípoli; e incluso el 26 de
marzo de 1782 se firmo un armisticio entre Melilla y las cábilas de Kelaya24.
23
SEBASTIÁN DE MIRANDA, Francisco, “El sitio
de Melilla de 1774-75...”. Tánger, Instituto Gral.
Franco, 1939.
S.H.M. La Guerra de Minas en España, Ma drid,
Imprenta del Servicio Geográfico del Ejército, 1948,
pág. 28 a 34.
24 RODRÍGUEZ CASADO, Vicente. Política Marroquí de
Carlos III. Madrid: C.S.I.C., 1946; p.333.
AKROS
58
Siglo XIX
La falta de medios económicos supuso que en este período
las obras realizadas en el Cuarto Recinto Fortificado de
Melilla fueran de poca entidad, salvo los refuerzo de la zona
del río; gracias a ello, no se alteró demasiado el legado de los
siglos anteriores.
En la segunda mitad del XIX, la población había crecido y
era urgente la construcción de cuarteles y de casas. Se optó
por hacer edificios de bajo coste, barracones provisionales,
que cubrieran las necesidades del momento25.
Construcciones en la Alcazaba y Mantelete
Después del tratado de 1862, con la demarcación de los
nuevos límites de Melilla, la ciudad va recuperando con los
nuevos fuertes exteriores la soberanía alcanzado el siglo
XVII. Al mismo tiempo, este hecho propicia el crecimiento
de la nueva ciudad; cuando la zona antigua amurallada del
Primer Recinto se satura, y tiene que recurrirse al espacio
libre que queda en el Cuarto (Alcazaba y Mantelete), naciendo una serie de barracas y cuarteles que ocupan cualquier
espacio disponible entre las fortificaciones.
Cuando el aumento de población no puede acogerse en
los cuatro recintos, se crearán los primeros barrios extramuros.
Demoliciones para la expansión de la nueva ciudad en el siglo
XX y proyectos posteriores
En este siglo, la nueva ciudad sacrifica parcialmente las ya
inoperantes murallas del llano. La expansión urbana va
dando al traste con todas las fortificaciones externas del
Mantelete, pues esta zona será la elegida para la construcción del nuevo centro y núcleo de la ciudad moderna.
Por R. O. de 3 de junio de 1865, se ordenaba la ejecución
de nuevo “Proyecto de ensanche y mejora de las fortificaciones y población de Melilla, que firma dos años mas tarde el
capitán ingeniero D. Francisco Roldán y Vizcaíno.
Por fortuna se respetaron los tres primeros recintos amurallados, y el cuarto desde San Miguel hacia la altura del
Cubo, comprendiendo la Alcazaba y Explanadas, dándose la
nueva alineación de casas en el Mantelete interior.
25
BOADA Y ROMEU, José. Allende el Estrecho, Viajes
por Marruecos (1889-1893). Barcelona 1895.
Historia
Fig. 8: Rastrillo de Espadas.
Siglo XX
Resaltaremos por los proyectos sobre el
lugar, que afectaron, o pudieron variar la
morfología del recinto.
En el llamado Balcón del Mediterráneo,
recogido en un Proyecto de Ordenación
de Melilla de 1.946, se expone la idea de
instalar unas pérgolas y miradores sobre los
acantilados, para embellecer el entorno,
pero nunca se llevó a efecto26.
Posterior es el proyecto de carretera
sobre la Alcazaba, 1973. Éste; independientemente de sus logros, supuso la eliminación
de una barriada marginal, y el derribo del cierre aspillerado
con el Rosario, murallas, torreones y cuerpo de guardia de
Santiago.
Siglo XXI
Se trata por último de los proyectos a llevar a cabo, en los
términos en que fueron inicialmente concebidos por las
intervenciones contempladas en el P.E.R.I. de los Cuatro
Recintos Fortificados.
Proyecto básico de restauración y rehabilitación del Camino
Cubierto y Rastrillo de Espadas en la carretera de la Alcazaba.
El proyecto tiene una doble pretensión inicial, por un
lado revitalizar la zona urbana degradada por los edificios
colindantes y por otro restaurar y rehabilitar las ruinas existentes para preservar el patrimonio arquitectónico. Se crean
rampas escalonadas y escaleras además de muros con vegetación, para salvar los desniveles existentes y así integrarlas
con el área circundante. Se pondrán en evidencia los restos
auténticos diferenciándolos con las partes restauradas. Los
materiales empleados serán muy parecidos a los utilizados en
la restauración de los otros recintos. Recuperando las formas
y colores originales, evitando en lo posible la reconstrucción
de volúmenes o la protección con productos de distinto color,
composición o textura. Por ello se pretende recuperar la
memoria histórica del lugar mediante las siguientes ideas27:
Reconstruir el Camino Cubierto, a partir de las trazas de
sus ruinas, convirtiéndose en el eje aglutinador de toda la
intervención, marcando una clara directriz.
Redescubrir el Cuarto Recinto para la ciudad haciéndolo
fácilmente accesible a partir de su conexión con las calles
aledañas proponiendo distintos tipos de entradas, mediante
26
“Proyecto general de Ordenación de Melilla”, Revista
Nacional de Arquitectura, n° 54-55, Madrid, 1946,
pp. 114 a 122.
27 BARÓN ARAGÓN Ricardo y SÁEZ CAZORLA, Jesús
Miguel. Proyecto básico de restauración y rehabilitación del Camino Cubierto y Rastrillo Espadas en la
carretera de la Alcazaba, Melilla: Ciudad Autónoma
de Melilla, 27 de febrero de 2005.
rampas escalonadas y escalinatas desde la
calle tras el Hotel Ánfora y mediante escaleras desde la carretera de la Alcazaba.
Crear un paseo peatonal atractivo para el
visitante a través de unas vistas del entorno
desde las plataformas existentes jalonadas
con vegetación además de las fortificaciones
recuperadas como el Rastrillo de Espadas y
los lienzos de muralla.
Anteproyecto de Paseo Marítimo en la Cornisa
sobre la ensenada de los Galápagos.
En el espacio comprendido entre la carretera de la Alcazaba
y la ensenada de los Galápagos, recordando el proyecto de
1.946 en balconada sobre ella, y contorneado por las trazas
del muro, en la medida en que puedan salir a la superficie
las trazas de algunos elementos originales de las fortificados de los que se tienen constancia como son: el fuerte de
Santiago, la Cantera, el garitón de la Alcazaba (de la cantera)
y su muralla hasta la Cortadura. A ello podríamos incluir el
torreón de la Alcazaba, al otro lado de la carretera, pero fue
totalmente demolido28 (Fig. 6).
Corregir la imposibilidad de acceso a discapacitados a las
plataformas bajas, compaginar el sentido lineal del paseo
con los remansos de estancias y miradores, además de conferir un sentido histórico a las intervenciones concretas.
Definición de los elementos circundantes a la
Alcazaba
Comenzaremos describiendo consecutivamente desde el
Sur y en dirección de las manecillas del reloj los elementos
comprendidos en nuestro solar como son torres, murallas,
garitotes, etc., así como los diferentes frentes de los recintos,
sin mencionar el Mantelete.
Frente del Cuarto Recinto
Corresponde al frente de ataque del siglo XVIII, donde hoy
esta el Parador o antigua altura del Cubo, en el que destacan
los Fuertes de San Miguel, Rastrillo de Espadas, Fuerte de
San Carlos, la Plataforma, del Rosario y de las Victorias, que
es el lugar desde donde se disparó el cañón “El Caminante”
determinando los actuales límites de la ciudad. Estos fuertes
jalonan por el Oeste el Cuarto Recinto del siglo XVII, encerrando los barrios de la Melilla del siglo XIX formados por
el Fuerte de San Miguel, Fuerte de San Carlos, la Alcazaba
y el Mantelete. Desde el Parador podemos observar toda
28
MORENO PERALTA, Salvador y SÁEZ CAZORLA,
Jesús Miguel. Anteproyecto de Paseo Marítimo en
la Cornisa Sobre la ensenada de los Galápagos,
Melilla: Ciudad Autónoma de Melilla, 23 de abril de
2007.
AKROS
59
Historia
Es un trapecio que tenía por entonces defensas frontales
de fusilería, con foso y puente levadizo en su gola, transformado en 1778, y dos años después contaba ya con capacidad
artillera en sus seis cañoneras y cinco explanadas para mortero.
Su interior presenta bóvedas, utilizadas como almacén de
pólvora, y como la mayor parte de los fuertes exteriores, con
comunicación directa a las galerías de minas.
Plataforma
Fig. 9: Cortina desde el Rastrillo a San Miguel.
la ciudad y junto al Parque Lobera el foso descendiente, las
murallas aspilleradas y los fuertes con los barrios adosados,
que forman el Cuarto Recinto.
Alcazaba
Explanada comprendida entre las murallas del Cuarto Recinto
y el litoral rocoso de los acantilados, donde se encuentra su
antigua cantera de extracción de piedra conocida como los
Coralillos y los restos de sus murallas hasta llegar a la Torre
de la Alafia o Baluarte de Cinco Palabras al Este. Limita al
Sur por el camino cubierto de San Miguel, y continúa cercada hacia el Norte por el Fuerte de San Miguel, Rastrillo de
Espadas, Fuerte de San Carlos, la Plataforma, Fuertes de las
Victorias y del Rosario. (Fig. 7).
Es un reducto rectangular con troneras de fusil, construido
en 1783 para la defensa de los huertos interiores.
Cortinas
Son los muros aspillerados con sus fosos y glasis, que partiendo desde el desaparecido fuerte de San Miguel cerraba con
el vértice de Victoria Chica (Fig. 9).
Supone pues el cerramiento amurallado entre fuertes desde la altura del Cubo hasta la zona llana de las huertas.
Altura del Cubo
Es la máxima elevación de la colina de Ataque Seco (o frente
de tierra en contra posición con los de mar), que va descendiendo desde la altura del Cubo al llano (Plaza de España)
(Fig. 10).
Fuerte de Victoria Chica
Camino cubierto de San Miguel
Es un parapeto alto, atronerado a ambos lados, que defendía
a fusil los antiguos huertos y permitía el avance hacia el referido fuerte, en dirección SE-NO.
Tenaza y restos de la Contraescarpa de San Miguel
Este muro aspillerado es el único elemento que que da del
demolido fuerte y nos sirve de referencia para situarlo, así
como para definir el trazado urbano de la nueva ciudad,
puesto que al hacerla a costa de su derribo, marca en cierto
modo las coordenadas de algunas de las calles actuales.
Torre del Rastrillo de Espadas
Construida en 1794-1795, sobre la comunicación adosada
al foso de San Miguel, consiste en una torre de dos plantas,
aspilleradas y una garita que defiende la entrada (Fig.8).
Era la única salida directa desde el Cuarto Recinto al campo exterior, cerrada con caballos de frisa.
Fuerte de San Carlos
La obra más destacada de esta línea es un fuerte plano,
construido entre 1759-1761, en el lugar cono cido como
“apostadero del Alférez”, por el ingeniero y gobernador, D.
Francisco Vázquez Nicuesa.
AKROS
60
Con este nombre, o el de la Victoria (Vieja) se cons truye
provisionalmente de madera, un fuerte en la noche del 19 de
noviembre de 1734, y al año siguiente de mampostería29.
Es el primero de los fuertes construidos en la altura del
Cubo y sirvió de apoyo para las obras de construc ción de
Victoria Grande o Nueva.
Su forma primitiva era de luneta y carecía de defensas de
flanco, al ser todas frontales a la base de fusilería. Para ello
contaba con parapetos y manteletes atronerados de madera
Como la construcción de la otra Victoria la hacía ya innecesaria, hay un proyecto de derribo en 1773, que no llegó a
efectuarse.
Con todo, en 1778, después de los desperfectos producidos por el sitio, se reformó, añadiéndosele una batería
terraplenada de siete cañoneras, en dirección Noroeste, para
formar tenaza, ofreciendo dos frentes y un pequeño flanco
con explanada para dos morteros, que se estaban ampliando
a cinco en 179030.
Fuerte de Victoria Grande
Inmediatamente después por la parte izquierda está el fuer29
“Historia de Melilla 1775”, S.H.M. Madrid, 5-5-8-2,
nº 6.437, fol. 4 V.
30 FONT, Segismundo, “Reconocimiento de los tres
presidios menores de África 1790”, S.H.M., Madrid,
4-5-8-7 n° 6.416.
Historia
te de Victoria Grande, construido hacia 1736 como señala un
plano de esta misma fecha y cuya finalidad fundamental fue
dominar la altura del Cubo y todas las obras exteriores de la
Plaza como baluarte destacado.
En 1748, el melillense Juan Antonio de Estrada señalaba
que “predomina la Plaza sobre la cabeza de la Ramblilla...
con diez y seis cañones, que señorea toda la campiña, su
foso, camino cubierto, estacada y mina se dan la mano con
las demás de la Plaza, obra importante pues cubre y repara
todas las obras y fortificaciones de esta importancia”31.
Actualmente (desde 1778) forma tenaza con el fuerte del
Rosario y el de Victoria Chica, pero con anterioridad a esta
fecha sólo tenía defensa de frente, al no poseer flanqueo32.
Su potencial artillero se manifestaba en las diez cañoneras
de sus caras y explanadas para cinco morteros. Cada cañonera tenía coronado sus merlones por un mantelete atronerado, para parapetar a los que servían las piezas.
La puerta principal está en la gola, salvando el foso
mediante un puente levadizo. Este foso era defendido por
dos caponeras y el acceso desde ésta al camino cubierto se
efectuaba por rampa, contando también con varias plazas de
armas, antes de pasar al glasis.
Este baluarte presenta bóvedas en su interior a prueba de
bomba y salida a las galerías de minas33.
Fig. 10: Altura del Cubo y Alcazaba año de 1887: 1 La Cantera, 2 Cuerpo
de Guardia de Santiago, 3 Garitón de la Alcazaba, 4 Cuerpo de Guardia de
la Alcazaba, 5 Torreón de la Alcazaba, 6 Puerta de la Alcazaba, 7 Alafia, 8
Explanada del antiguo Fuerte de Santiago, 9 el Rosario, 10 Victoria Grande, 11
Victoria Chica.
Fig. 11: Fuerte del Rosario.
Fuerte del Rosario
El Fuerte del Rosario (Fig. 11) es un educto cuadrado de
mampostería construido en el extremo Norte de la altura del
Cubo, sobre 1736, cuando se fortificó el cerro.
Sus defensas eran frontales para fusilería y la muralla
estaba coronada por manteletes atronerados, pero por la
deficiencia de flanqueo que ofrecía, en 1778 se amplió su
flanco sur con una batería terraplenada para formar tenaza
con el fuerte de Victoria Grande.
Fig. 12: Garitón de la Cantera.
31
ESTRADA Y PAREDES, Juan Antonio, op. cit. pp.
524.
32 CABALLERO, Juan y otros, “Plaza de Melilla 1764”,
S.H.M., Madrid, 4-5-7-1, n° 6395.
33 URBINA, CABALLERO y AYLMEZ, “Reconocimiento
de los tres presidios menores 1773”, S.H.M.,
Madrid, 4-5-6-11, n° 6.346.
Fig. 13: Cuerpo de
Guardia de Santiago.
AKROS
61
Historia
Este cuerpo de guardia disponía de un abrigo de la entrada en tambor semicircular, más tarde demolido.
Sobre una altitud de treinta y un metros, equidistante del
Fuerte del Rosario y del garitón de la Alcazaba, ocupa sesenta y cinco metros cuadrados, siendo su magistral de treinta y
cuatro metros cuarenta centímetros y veinticinco metros la
línea de fuego para Infantería en un solo orden, y capacidad
de alojamiento a prueba de fusilería de seis hombres, y ocho
en guarnición extraordinaria.
Se reconoce como obra hecha en mil setecientos ochenta y
dos, en la actualidad no prevalecen más que sus cimientos.
Garitón de la Cantera
Para la vigilancia del mismo sector, sobre el acantilado de
la ensenada de los Galápagos (Fig. 12)y en acción táctica
combinada con la muralla, en 1783 se levanta el torreón de la
Alcazaba, circular, de mampostería, .de cuatro metros de diámetro y altura interior en clave de cúpula de cuatro metros
ochenta centímetros, tiene un tambor adosado para acceso
con cubierta plana, midiendo su magistral veintidós metros
sesenta centímetros y la línea de fuego diez y siete metros en
un solo orden para Infantería. La superficie construida es de
veinticinco metros cuadrados y su altitud veintisiete metros
sobre el nivel del mar.
Existen restos de la escarpa exterior sobre el acantilado.
Según los documentos del Depósito Topográfico de la
Comandancia de Ingenieros se inventaría este garitón en el
mismo año de su construcción, 1783.
Fig. 14: Fuerte de Santiago.
Cuerpo de Guardia de Santiago
Se trata de una batería asentada sobre una explanada
con escarpa revestida de mampostería, cuatro bóvedas en
su flanco norte, que sirven para alojamiento de tropa, foso y
camino cubierto a vanguardia, con su correspondiente banqueta y estacada. Son de sesenta y tres metros con noventa
centímetros en su línea de fuego.
Tiene una altitud de cincuenta y cuatro metros veinte
centímetros sobre el nivel del mar y la cota de la explanada
de artillado sobre el terreno circundante es de cuatro metros
cincuenta centímetros.
Cuerpo de Guardia de la Alcazaba
En el año 1782 se construye el cuerpo de Guardia de mampostería, de un solo piso y cubierta plana de entramado de
madera a una sola agua. Su acción táctica la ejerce en combinación con la muralla que cierra el flanco Este de la Alcazaba
desde el Fuerte del Rosario. Esta muralla comprende andén
y parapeto atronerado para fusil y cubre los ataques de la
Puntilla, la Alcazaba y Canteras.
AKROS
62
Situado en la explanada de la Alcazaba entre el Garitón de
la Cantera y el Fuerte de Santiago, en la embocadura de la
ensenada de los Galápagos (Fig. 13), a diecinueve metros de
altitud sobre el nivel del mar, se construye el año de 1783 el
Cuerpo de Guardia de Santiago y su garitón: dos edificaciones rectangulares de mampostería de cuatro metros treinta
centímetros por once metros veinte centímetros y cuatro
por cuatro metros, de dos y una planta respectivamente.
La segunda planta del Cuerpo de Guardia es una cubierta
accesible con parapeto aspillerado para tiradores de fusilería.
La superficie es de sesenta y cuatro metros cuadrados, el
magistral de treinta y dos metros sesenta centímetros y la
línea de fuego de veinticinco metros siete centímetros en
dos órdenes, teniendo una capacidad para seis hombres de
guarnición con protección a prueba de fusilería y ocho hombres en guarnición extraordinaria.
Sólo han prevalecido en el tiempo sus cimientos y parte de
los muros exteriores de escarpa.
Fuerte de Santiago
Situado en la explanada de la Alcazaba entre el Cuerpo de
Guardia de Santiago y el Torreón de la Alafia, a unos diecinueve metros de altitud sobre el nivel del mar, se construye
el año de 1690 (Fig. 14).
Arte
PaloMa MoRatinos beRnaRdi
Historiadora del Arte. UNED Melilla.
Estudio iconográfico de
las piezas del Museo de
Arqueología e Historia
de Melilla
Fig. 1. Moneda judía, anverso.
Fig. 2. Moneda judía reverso.
Introducción:
Resumen: El ser humano es un gran creador de símbolos y
la historia nos ha demostrado que todo puede tener una
significación simbólica: los objetos naturales, los artificiales,
los números, las figuras geométricas, los animales, los propios
hombres o los dioses. El hombre expresa todos estos símbolos a
diario, no sólo en sus sueños, sino en sus prácticas religiosas, en
el arte visual o en su vida diaria, dando lugar a composiciones y
sistemas simbólicos que todavía hoy preguntamos por su último
y definitivo significado. Con el presente estudio iconográfico
intentaremos entender las obras de arte de nuestro Museo en
relación a un ambiente cultural en el que símbolos e imágenes
adquieren unos valores y significados especiales.
Abstract: Humans are great creators of symbols and history has
shown us that everything can have a symbolic meaning: natural
and artificial objects, numbers, geometrical shapes, animals,
people themselves or the gods. Man has always expressed all
these symbols on a day-to-day basis; not only in dreams, but
also in religious rites, visual art or everyday life, giving rise to
symbolic compositions and systems whose ultimate and definitive meaning we still wonder about even today. Through this iconographic study, we will attempt to understand our Museum’s
works of art in connection with a cultural environment in which
symbols and images take on special values and meanings.
El arte, como el lenguaje y la escritura, es el medio habitual
de comunicación entre los hombres y uno de sus cometidos
es producir imágenes, con ellas se intercambian ideas y se
llevan a cabo prácticas religiosas. Pero hace mucho que el
arte dejó de ser un objeto atrayente por su belleza formal,
para convertirse en un punto de cita obligado a la hora de
conocer el pasado histórico, porque la obra de arte no es
únicamente un objeto para contemplarlo, sino una pieza
clave para desvelar las raíces más profundas del pensamiento.
Cuando tenemos ante nosotros una figura del pasado, se
nos plantean dos cuestiones: la identificación y el significado, aunque entre el reconocimiento y el significado puede
haber correspondencia porque una imagen se puede deducir en base a lo que sabemos de ella. De esta forma, la iconografía se encarga de todo lo que afecta al reconocimiento de
la imagen, mientras que la iconología estudia el desarrollo
final del mensaje.
La iconografía estudia y describe las imágenes en cuanto
a la temática representada, identificándolas y clasificándolas
en el espacio y el tiempo. Nos conduce a un repertorio, a
un tratado de imágenes ordenado, utilizando para ello la
AKROS
63
Arte
Fig. 3 y 4. Monedas púnicas, anverso.
propia imagen, el símbolo y el atributo. La imagen es un
conjunto de formas y figuras dotado de unidad y significación; el símbolo es el elemento iconográfico que permite la
lectura de la obra artística y el atributo es un objeto de uso,
simbólico o no, que acompaña a las personificaciones constituyendo alegorías.
Por su lado, la iconología se ocupa del origen, transmisión y significado de las imágenes, podemos decir que es el
último grado que nos permite comprender una imagen, es
el verdadero soporte de la iconografía. Este método debe
apoyarse en la iconografía para poder identificar y clasificar
la imagen que se estudia, ver su origen y su evolución en el
tiempo. Así, a principios del siglo XX, dejó de ser una rama
de la historia del arte y se convirtió en rama de las ciencias
históricas para el estudio de las civilizaciones.
La iconografía es esencialmente descriptiva, en cambio, la
iconología profundiza hasta alcanzar el significado último
de las imágenes, con ella se busca el significado histórico,
filosófico y social.
El elemento iconográfico fundamental para poder “leer”
la obra de arte es el símbolo, con él se exterioriza un pensamiento o una idea más o menos abstracta. Es el medio de
expresión al que se atribuye un significado convencional
y en su origen se encuentra el parecido real o imaginado
con el significado. Para hablar de símbolos, no tenemos
que retrotraernos necesariamente a tiempos pasados, pues
siguen estando de moda; mientras que el hombre considere
que una imagen puede ser más rápidamente asimilada que
una palabra o una frase escrita, su vigencia está asegurada.
Hoy, más que nunca, en nuestra cultura predominantemente
visual, tenemos miles de símbolos, signos que nos obligan
permanentemente a traducir de una forma física el contenido mental, con inmediatas consecuencias en nuestra
conducta social o individual.
Los símbolos pueden componerse de información realista,
extraída del entorno, fácil de reconocer, o también por formas, tonos colores, texturas, etc., elementos visuales básicos
que no guardan parecido con los objetos del entorno natural, no tienen ningún significado más que el se les asigna y
su valor se determina por el nivel de penetración en la mente del público, a la hora de reconocerlos y memorizarlos.
AKROS
64
El signo es una cosa que por su naturaleza o por convencionalismos evoca en el entendimiento la idea de otra, es
decir, el signo es necesariamente simbólico, es algo así como
la concentración del símbolo, reducido a una imagen sencilla
y escueta, cuyo mensaje es inmediatamente recibido por
aquél a quien se destina, sin apenas necesidad de interpretarlo razonablemente.
Los signos y los símbolos transmiten ideas hasta en las
culturas prácticamente analfabetas; con más motivo, su utilidad es mayor en una cultura verbalmente alfabetizada y en
una sociedad tecnológicamente desarrollada como la nuestra, con exigencias de comprensión inmediata, donde signos
y símbolos son muy eficaces para producir una respuesta
rápida y por su simplicidad estructural nos proporcionan
gran facilidad de percepción y de memoria.
Clasificación:
Una vez analizados los conceptos de iconografía, iconología,
símbolo y signo, podemos pasar al estudio iconográfico de
las piezas seleccionadas del Museo de Arqueología e Historia
de Melilla. Lo primero que haremos es una clasificación, ya
que todas ellas forman parte de lo que llamamos artes menores. Los griegos dividieron las artes en superiores y menores,
estas últimas son las que impresionan a los sentidos menores
(gusto, olfato y tacto) con los cuales es necesario entrar en
contacto con el objeto, mientras que las denominadas artes
mayores o superiores son las que nos permiten gozar de las
obras por medio de los sentidos superiores (vista y oído),
y con ellos no hace falta entrar en contacto con el objeto
observado, eran seis: arquitectura, escultura, pintura, música, declamación y danza.
Los objetos de arte menor tienen el carácter de privado
y son muy diversos, desde la metalistería decorativa y de
uso cotidiano, a la joyería, la orfebrería o la cerámica. Las
monedas y la glíptica (sellos) son también artes menores, las
primeras se clasifican con la numismática, rama de la ciencia
histórica que las estudia, analizándolas desde el punto de
vista histórico, artístico e iconográfico, relacionándolas con
la economía, la geografía, la epigrafía y la política.
Arte
Fig. 5, 6, 7 y 8. Monedas cartaginesas de electrón, anverso
Así pues, en la colección iconográfica del Museo de
Melilla además de las monedas, podemos resaltar una joya
(pendientes de oro), dos perfumarios de terracota con forma
de animales (galgo y delfín) y dos objetos de bronce de uso
cotidiano (sítula y oinokoe).
Tipos de símbolos:
En estas piezas nos encontramos con símbolos que una veces
representan objetos, como el racimo de uvas y el ánfora
en la moneda de bronce judía; en otros casos se hacen
representaciones de figuras humanas, por ejemplo, la efigie
masculina (¿dios/rey?) del anverso de las monedas púnicas
encontradas en las excavaciones de Casa del Gobernador, en
el Primer Recinto de Melilla la Vieja, y la diosa identificada
como Tanit del anverso de las monedas cartaginesas encontradas tras los dragados del puerto de Melilla de 1953 y 1981
respectivamente. También es humana la cabeza de un dios
etrusco que decora el asa de un oinokoe de bronce que fue
encontrado en la playa después de un fuerte temporal.
Pero, sobre todo, la simbología más numerosa es la de los
animales, los hay reales o naturales, como la abeja del reverso de las monedas púnicas, las palomas de los pendientes
de lámina de oro, encontrados en la necrópolis púnica del
Cerro de San Lorenzo, el perro (galgo) del vaso de perfume
de cerámica, encontrado en la las excavaciones del mismo
cerro, el delfín sobre las olas de otro perfumario de cerámica, procedente de las mismas excavaciones, los caballos que
aparecen en el reverso de las monedas cartaginesas de electrón y de cobre procedentes de las dragas y las serpientes del
asa de la sítula romana.
También hay un animal fantástico o fabuloso, como la
esfinge del asa del oinokoe etrusco.
Interpretación iconográfica
Dentro de la colección de numismática, comenzamos con
la moneda judía acuñada por el procurador romano
Valerio Grato (15-26 d. C.) bajo el gobierno de
Tiberio, es la única que tiene objetos del entorno natural: en el anverso (fig. 1), en muy mal
estado, tiene un racimo de uvas con dos
hojas y zarcillos, en el reverso (fig. 2), mejor
conservado, aparece un objeto artificial: un
ánfora con asas de volutas.
Algunos autores opinan que el vino simboliza la riqueza
y el conocimiento, otros como Cirlot, cree que es un símbolo
ambivalente, por un lado, el vino rojo significa la sangre y
el sacrificio, por otro, simboliza la juventud y la vida eterna.
También el racimo de uvas, tiene un doble significado de
fecundidad, por su carácter frutal, y de sacrificio, al estar vinculado por el color del vino tinto con la sangre y la muerte.
Posiblemente sea la simbología vinícola la que se usa
en esta moneda, en la antigüedad se utilizó mucho por la
importante representación que este sector tenía, tanto en
la sociedad como en la economía, de hecho, no sólo hay
representaciones de ello en monedas, sino también en cerámicas, relieves, frescos, etc. Hoy día también nos aporta una
inestimable información de los lugares donde se practicaba
la viticultura, así, muchas ciudades usaron elementos vinícolas en sus monedas como exponente y propaganda del buen
vino que se producía en sus tierras.
Los motivos vinícolas se pueden clasificar en tres grupos
dependiendo de la escena y el enfoque de su mensaje iconográfico: representación de vides, de piezas cerámicas y de
dioses y mitos relacionados con el vino.
En el caso de nuestra moneda, nos interesan los dos
primeros: la representación de vides puede ser a base de
simples racimos flanqueados por hojas (como en nuestra
moneda) o bien como una parra de varias vides; los primeros
son más arcaicos, suelen aparecer colgados de una rama,
acompañados por una o varias hojas, siempre muy estilizados y poco naturales, con rasgos muy arcaizantes, aunque su
simple lectura facilitaba la interpretación.
De las representaciones de piezas cerámicas se puede
sacar más información relacionada con la economía del
sector, las exportaciones de vino, su fabricación e incluso
su consumo. Las vasijas aparecen como elementos únicos,
y a veces formando parte de escenas figuradas, en nuestra
moneda, la representación del ánfora, debido a su tipología,
hace que se reconozca enseguida el área de acuñación. La
elección de los temas y la finalidad de los símbolos vinícolas
tenían motivos publicitarios, religiosos, así como de estética
y tradición local.
Analizaremos seguidamente las monedas que
tienen en el anverso FIGURAS HUMANAS, como
las púnicas y las cartaginesas; según Cirlot, “el
hombre se convierte en símbolo para sí mismo, en cuanto tiene conciencia de su ser”.
Fig. 9. Moneda cartaginesa de cobre, anverso.
AKROS
65
Arte
Fig. 10 y 11. Monedas púnicas, reverso.
En las excavaciones
realizadas desde 1997
en el yacimiento de la
“Casa del Gobernador”
de Melilla La Vieja,
se encontraron dos
monedas púnicas,
que completaron los
cuatro ejemplares ya
existentes; estas dos
monedas son divisores
de bronce, con un diámetro que oscila entre 24 y 22 mm.
y un peso entre 11.3 y 9.6 grs.
En el anverso de ambas se representa a una efigie masculina (fig. 3
y 4), muy semejante a la de la moneda
descubierta en 1914 en la antigua Cherchel
y actualmente depositada en el Gabinete
Numismático de Copenhague, presentando
una factura rudimentaria y primitiva, con
rasgos de trazo muy tosco, con un mentón
prominente y barba. Los ojos, la boca y la
nariz son unos sencillos trazos.
Se ha identificado la figura de la
moneda de Copenhague como HeraclesMelqart, el dios principal de gran parte
de las ciudades del ámbito del “Círculo del
Estrecho de Gibraltar”; su iconografía en las
monedas de estas ciudades es variada: de frente
o de perfil, barbudo o imberbe, desnudo con la clava
o con la piel de león, pero, según la profesora Fernández
Uriel, ninguno de los dos tipos de nuestras monedas parece
identificarse fielmente con la representación de Heracles,
en cambio, sí nos ofrece la posibilidad de identificar estos
dos tipos con los retratos muy estilizados de los soberanos
mauritanos: Bocchus I, Sosus y Bocchus II, que reinaron entre
el 118 y el 33 a.C.
Otro grupo de monedas serían las monedas cartaginesas,
que en un número superior a 10.000 salieron a la luz tras
las dragas realizadas en la dársena del puerto de Melilla, la
primera en 1953 y la segunda en 1981; tienen una cronología del 221-202 a.C., y aunque una gran parte pasó a manos
de coleccionistas, tenemos una nutrida representación en
nuestro Museo, clasificadas y estudiadas por el historiador D.
Claudio Barrio: a) quince monedas son el tipo I, su material
es el electrón, con un diámetro de 15-17 mm. y un peso de
2.85-2.75 grs.; b) dos monedas de vellón, que son del llamado tipo II, de 22 mm. de diámetro y 12.30-10.50 grs. de peso,
c) el resto, casi el 95 % de las monedas encontradas, son de
cobre.
Todas ellas tienen en el anverso una figura femenina
(fig. 5, 6, 7 y 8) (fig. 9), pero con dos tipos diferentes, uno
más joven, de perfil griego y otra más madura, con la nariz
puntiaguda; en cualquier caso, se ha identificado esta cabeAKROS
66
za femenina como la diosa
TANIT, la más importante en
la mitología cartaginesa y
el equivalente a la fenicia Astarté, esposa de
Baal-Hammon y patrona de Cartago. Diosa
astral, dispensadora de
la vida y protectora en
la muerte, señora del
ciclo vital ya que su culto se asociaba a la luna y
a la fertilidad.
Es la diosa protectora del comercio y de los
artesanos, además, diosa
marina y protectora de los
navegantes que invocaban
su protección. Aunque la representación más frecuente de esta
diosa es entronizada y rodeada de sus
atributos: pájaros, flores, león y caballo, en
nuestras monedas solamente aparece su cabeza. En
ocasiones, incluso, se la sustituye por su símbolo:
un triángulo con una línea horizontal en su
vértice superior terminada en un círculo; en un
primer momento, el triángulo era un trapecio
y algunos estudiosos han asociado este símbolo con el ankh egipcio.
En la antigua Rusadir parece que hubo un
santuario dedicado al culto de Tanit, o al menos,
a una divinidad asociada al agua y a la fertilidad.
Las monedas encontradas de electrón del tipo I presentan en el anverso una cabeza de la diosa a izquierda,
con el pelo recogido con dos espigas de trigo, a modo de
guirnalda, simbolizando la riqueza cerealista del lugar de
emisión, según Claudio Barrio. En diez de estas monedas tiene el pendiente de un solo colgante y en las cinco restantes,
es triple. Las del tipo II llevan el mismo peinado, pendiente
de un colgante y además un collar en el cuello. Todas las
monedas de cobre (las hay de seis tipos) llevan en el anverso
la cabeza de la diosa a izquierda, con dos espigas de trigo
y una soga en el peinado, con pendiente de un colgante y
collar formado de pequeños colgantes.
Distinguiéndola de la numismática y siguiendo con
las figuras humanas en la iconografía melillense, en la
antigüedad se hacían suntuosas vajillas de oro y plata, no
obstante, el material más utilizado para la vajilla diaria y los
objetos utilitarios fue el bronce, con él se hicieron vasijas,
copas, platos, jarras, fuentes, etc. En el Museo, tenemos un
precioso oinokoe, uno de los vasos más comunes entre los
griegos y los etruscos, suele ser de pequeño tamaño, base
circular, cuerpo globulado y boca de forma trilobulada que
servía para retirar el vino de la crátera (gran vasija donde
se mezclaba el vino y el agua) y verterlo en las copas de los
invitados.
En la parte inferior del asa de este oinokoe de bronce
fundido, aparece representado el rostro del que se ha inter-
Arte
Fig. 12 y 13. Monedas cartaginesas de electrón, reverso.
pretado como el dios etrusco Voltumna uno de los dioses
principales de este pueb lo, cuyas vestiduras cambiaban
conforme transcurrían las cuatro estaciones.
Los etruscos eran uno de los pueblos más religiosos de la
antigüedad, precisamente, su principal elemento de cohesión era la religión; anualmente los representantes de las
ciudades se reunían en el santuario de Voltumna, él era el
gran dios de la confederación. Este santuario estaba también consagrado a Tinia, el equivalente al Zeus griego o al
Júpiter romano, en él celebraban una especie de feria en la
que practicaban ceremonias y juegos atléticos.
Sin embargo, como ya hemos dicho, los símbolos más
representados en las piezas que estamos estudiando son de
animales, según Cirlot, los animales desempeñan un papel
muy importante en la simbología, tanto por sus cualidades,
actividad, forma y color, como por su relación con el hombre. Los orígenes del simbolismo animalístico se relacionan
con el totemismo y la zoolatría, la posición del animal en el
espacio o campo simbólico, así como la situación y la actitud
en que aparece es esencial para matizar el símbolo.
Los animales, en su grado de complejidad y en su evolución biológica expresan la jerarquía de los instintos. La
clasificación simbólica de los animales se corresponde con
frecuencia con la de los cuatro elementos: los seres acuáticos y anfibios corresponden al agua, los reptiles a la tierra,
las aves al aire, y los mamíferos, por su sangre caliente, al
fuego. También desde el punto de vista del arte simbólico
los animales se dividen en reales o naturales y fabulosos o
fantásticos. La identificación con animales significa una integración del inconsciente, y a veces, un baño de renovación
en las fuentes de la vida, es evidente que, para el hombre
antiguo, los animales representan más bien una magnificación que una oposición.
Entre los animales reales representados en nuestro Museo
tenemos la ABEJA que aparece en el reverso de las dos
monedas púnicas ya citadas anteriormente; (fig. 10 y 11),
según la profesora Fernández Uriel, Russadir es una de los
dos ciudades fenopúnicas (la otra es Arados)
que emite moneda con la representación de
una abeja en el reverso, casi siempre es la
abeja reina y está vista de frente, nunca
de perfil, y en Arados presenta un dibujo
detallado: dos antenas y dos ojos, abdomen y cuatro alas.
Fig. 14. Moneda cartaginesa de cobre, reverso.
En las monedas de Rusadir la abeja no es igual, en realidad, es el contorno o silueta en vertical de una abeja muy
esquemática, con cabeza sin ojos ni antenas, alas abiertas y
abdomen que se encuentra entre dos espigas o una espiga
y un racimo de uvas, símbolos éstos que se relacionan con la
vida agrícola.
Desde siempre a la abeja se la ha relacionado con el trabajo bien hecho, con el orden y la primacía de la organización, es uno de los animales con más riqueza simbólica, y en
algunos lugares se la asocia con la pulcritud. Para la mayoría
de los simbolistas, la abeja tiene un significado ambivalente
y dual, por un lado, se relaciona con la vida, ya que aparece
plena de actividad en la estación primaveral, por otro, y
debido a su entumecimiento invernal, es un claro paradigma
de la muerte.
En el Antiguo Egipto se la relacionaba con el alma o espíritu, en Caldea, con la realeza y en Grecia era el emblema
del trabajo, de la laboriosidad y de la obediencia, en sus
monedas se la identifica con la divinidad correspondiente:
Artemisa, Deméter, Perséfone, Zeus….
Era símbolo del matriarcado y de la diosa madre
Naturaleza, además de sinónimo de salvación y de eternidad. En el cristianismo la abeja representa la diligencia y la
elocuencia y nos explica el misterio de la muerte y resurrección. En la época medieval representaba la pureza y estaba
relacionada con la virginidad.
La profesora Fernández Uriel cree que las abejas de
nuestras monedas pueden responder a un mero símbolo
económico vinculado a la producción apícola local, fuente
de riqueza para Rusadir, también estarían relacionadas las
espigas y el racimo de uvas con las ofrendas de pan y la
fertilidad que garantizaba la diosa, aunque no se descarta la
posibilidad de que además fuera un símbolo religioso y, en
tal caso, podría ser el emblema de la diosa Astarté o Tanit,
aunque, a esta diosa nunca se la representa con abejas.
Las monedas cartaginesas de electrón y de
cobre, ya citadas, tienen en el reverso una
figura de CABALLO a derecha (fig. 12 y 13)
de finas patas, excelentemente labradas; en
doce de las diecisiete monedas de electrón
de los dos tipos aparece parado y en cinco,
Pendientes de oro púnicos.
AKROS
67
Arte
al paso con la pata izquierda levantada, en las dos del tipo II
tiene además una palmera detrás.
Tanto en las de electrón como en las de cobre la figura del
caballo (fig. 14), está entera, en algunas de las cobre solamente está el prótomo. El caballo aparece siempre parado a
la derecha, con un símbolo de palmera, que en muchos casos
se sustituye por un caduceo o un brote de palmera (que
parece más bien una flor de lis) y que emerge de la grupa del
caballo. Otros símbolos que aparecen son la estrella de ocho
puntas y el disco solar, así como distintas letras.
La simbología del caballo es amplia, compleja y ambivalente: representa la fuerza, el poder, la devoción, la lealtad,
la nobleza, la energía, el salvajismo y la fertilidad. Para
muchos pueblos se asociaba con un ser tenebroso que surgía
de entre las tinieblas, era un arquetipo de muerte y de vida
al mismo tiempo.
En Alemania e Inglaterra soñar con un caballo blanco se
considera presagio de muerte o fallecimiento, pero los pueblos indoeuropeos enterraban al caballo con su amo cuando
éste moría, porque pensaban que aquél era el conductor del
alma. Para los psicoanalistas el caballo es uno de los numerosos símbolos del psiquismo inconsciente o de la mente no
animal, memoria del mundo y del tiempo.
Los griegos lo representan mitad humano, mitad animal
creando el centauro, o con alas, como Pegaso, caballo celeste portador del rayo de Zeus, que simboliza la fuerza del
intelecto y de la creatividad lírica; además tenían a Poseidón,
el dios del mar, también como el dios de los caballos, tal vez
por su relación con las llamadas “fuerzas interiores” y con
el agua; se le suele representar conduciendo una cuadriga
de oro con caballos blancos. En el Libro del Apocalipsis se
considera al caballo como un presagio de muerte y de destrucción, al tiempo que es símbolo de guerra y arrojo.
En resumen, la tremenda afluencia de referencias al símbolo del caballo en todas las culturas del mundo, hace pensar que el caballo constituye uno de los
Fig. 16. Perfumario en forma de galgo.
AKROS
68
arquetipos fundamentales que la humanidad haya inscrito
en su memoria.
La orfebrería y la joyería son unas de las manifestaciones
artísticas más antiguas, tienen una funcionalidad clara además de ser ornamental ya que son, sin duda, una imagen distintiva de clase a merced del valor fluctuante de los metales
vinculada a la élite dominante. Desde un principio, prestigio,
poder y fórmula de ornamentación son los tres calificativos
que definen a la orfebrería desde su comienzos.
Los ornamentos personales de oro, plata y otros metales
se lucen en brazaletes, collares, pendientes, broches, cinturones, hebillas, etc., en el Museo tenemos una obra maestra
de la joyería púnica , unos magníficos pendientes de lámina
de oro repujada en forma de PALOMA posada (fig. 15),
del siglo I a. C, que se encontraron en la necrópolis de San
Lorenzo; según López Pardo, los habitantes de Rusadir sentían una especial devoción por la diosa Astarté, cuyas aves
predilectas son, precisamente, las palomas.
Las aves son unos de los animales simbólicos más representados, simbolizan frecuentemente las almas humanas, a
veces, tienen cabeza de persona, y casi siempre son símbolos
del pensamiento y de la espiritualidad.
Esta ave fue domesticada por el ser humano hace cinco mil
años, tiene un gran sentido de la orientación y fue adiestrada
como mensajera en Egipto, China, Grecia y Roma. La paloma
simboliza la procreación y está asociada a las divinidades de
la fecundidad, es símbolo de la pureza y del amor conyugal,
pero también de la fidelidad, pues conservan la misma pareja
durante toda la vida y tanto los machos como las hembras cuidan de sus crías, son las mensajeras del amor por antonomasia
y representan la sencillez, el candor y la humildad.
Para los griegos era el ave favorita de la diosa Afrodita,
diosa del amor y de la belleza. Los romanos asimismo la
asociaban con Venus, cuyo carro era tirado por palomas y
gorriones. Es un símbolo de origen bíblico, en el libro sagrado se cuenta cómo en medio del diluvio universal, Noé soltó
una paloma desde el arca y el ave regresó a bordo a los siete
días, con una rama de olivo en el pico, evidenciando la cercanía de la tierra, pues para entonces
había cesado la lluvia y las aguas habían bajado.
Ahora bien, será en la iconografía cristiana donde se incorpore como símbolo de la sabiduría
divina y represente a la tercera persona de la
Trinidad: el Espíritu Santo. Para los musulmanes es
también un ave sagrada ya que protegió al profeta Mahoma
en su camino hacia La Meca.
En el mundo onírico su significado es polivalente, soñar
con una paloma es señal de felicidad, pero su presencia
no siempre presagia buenos augurios, si entra en casa es
augurio de mala suerte, si se posa sobre una mesa es señal
de enfermedad y si lo hace sobre una cama, de muerte. En
cuanto a su significado psicológico, la paloma no reviste
signo alguno de sexualidad, como ocurre con otros pájaros,
sino que simboliza el amor platónico puro.
Desde la antigüedad ha sido la imagen escogida para
simbolizar la paz, y la representación artística más conocida
de esa acepción es la que preparó el genial Picasso, cuando
en medio de la ocupación alemana de París, dibujó la palo-
Arte
ma blanca en homenaje a un niño francés asesinado por los
nazis y entregó el dibujo al abuelo. Aparece reflejada
en banderas de organismos internacionales y en
materiales publicitarios de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU).
La cerámica aunque es mayoritariamente
utilitaria, en ocasiones, tiene una función
funeraria, en algunos enterramientos se
han encontrado objetos de cerámica muy
fina y de bella factura, como lucernas, anforitas y ungüentarios o perfumarios.
En el Museo tenemos una bella pieza de cerámica, de
paredes finas y de color grisáceo: un perfumario en forma
de galgo sentado sobre sus patas delanteras cruzadas (fig.
16), procedente de la misma necrópolis de San Lorenzo. Otro
animal de la diosa Astarté es el PERRO porque, según López
Pardo, con el nombre de “kibm” (perros) se denominaba
a los varones consagrados a su culto. El perro es, por lo
general, el emblema de la fidelidad y de la lealtad en todas
las culturas, pero también es un animal lunar asociado a la
muerte y al mundo del más allá, es el guía del hombre tras la
oscuridad de la muerte.
En Egipto le creían con poderes para destruir a los enemigos
de la luz y por eso los colocaban a la entrada de los templos
funerarios. Los griegos, resaltan, en cambio, su carácter emblemático, crearon a Cerbero, el guardián de los infiernos y del
inframundo, también era el símbolo de Asclepio, el dios de la
salud y de la medicina. En la civilización romana está relacionado con Diana, diosa de la fertilidad, de los bosques y de la caza
y asimismo está consagrado a Vulcano, dios del fuego.
Los aztecas tenían a un perro-dios que acompañaba al sol
en su viaje bajo la tierra y criaban perros de color claro para
ser enterrados junto a los difuntos. En la simbología cristiana
tiene la atribución, como perro pastor, de guardián y guía
del rebaño, por lo que a veces es la alegoría del sacerdote.
En muchos pueblos y culturas de Europa y Asia se asocia al
perro con la cosecha y con la siega.
De la misma necrópolis del Cerro de San Lorenzo procede
el otro perfumador realizado en terracota, que aún conserva
trazas de pintura roja, con una cronología del siglo III a.C., y
representa a un pequeño DELFÍN sobre las olas (fig. 17). El vaso
original se encuentra depositado en el Museo Arqueológico
Nacional de Madrid, pero en nuestro Museo hay una réplica
realizada por el restaurador D. Francisco Gago.
El delfín está considerado por López Pardo como un
emblema de la diosa Astarté, protectora de la navegación,
también cree que simboliza la esperanza en la vida de ultratumba. La iconografía de todos los tiempos ha representado
al delfín profusamente en monedas, en relieves, en dibujos
realizados en la cerámica de las diversas épocas, y muy
especialmente en el mundo clásico. Para los simbolistas,
representa la fuerza del saber, de la prudencia y de la adivinación. Para Cirlot su figura se asocia al ancla, otro símbolo
de salvación y a las deidades eróticas paganas.
Generalmente se le asocia al simbolismo relacionado
con las aguas y lo que ello implica: movilidad, misterio y
profundidad, además de ser un animal alegórico de la salvación, por la leyenda que lo consideraba amigo del hombre,
Fig. 17. Perfumario en forma de delfín.
cuando en la antigüedad los marineros
borrachos caían al mar y se convertían
en delfines, así se relaciona el delfín y
la transformación o regeneración.
Para la civilización cretense, el delfín era honrado como un dios, pues creían que los muertos
se retiraban al fin del mundo en las islas de los
Bienaventurados y los delfines los transportaban sobre su
lomo hasta la morada de ultratumba.
Entre los griegos estaba consagrado a varios dioses, como
Apolo, Dionisos, Afrodita y Poseidón. En el canto homérico
se le ha identificado con el propio dios Apolo. El simbolista
Chevalier nos remite a Plutarco para explicar el rico simbolismo de los delfines, cuando describe el viaje de Arión cuando
los delfines lo salvan de la amenaza de los marinos que iban
a matarlo, éste se arrojó al mar, pero antes de que su cuerpo
se sumergiera del todo, unos delfines se colocaron debajo y
lo levantaron e hicieron que él experimentara, no tanto el
temor de morir y el deseo de vivir, como la ambición de verse
salvado, para aparecer como favorito de los dioses.
La SERPIENTE es uno de los animales con más rico simbolismo, es la representación por antonomasia de la energía,
de la fuerza y de ahí su significado polivalente. La tenemos
representada en nuestro Museo en forma de dos cabezas en
un aplique de asa de una sítula de bronce de época romana
(fig. 18), fechada alrededor de los siglos II-I a.C. La sítula es un
recipiente metálico usado en algunas ocasiones como urna
cineraria, pero, sobre todo, estaba destinada al servicio de
mesa, solía medir entre 12 y 20 cms. de diámetro por 20 o 25
cms. de alto, de cuerpo casi cilíndrico, fondo esférico y base
plana, el borde lo tiene doblado hacia afuera y un asa semicircular sujeta a dos ganchos remachados a los lados, decorada con
figuras humanas o de animales.
La serpiente se la asocia con la
pasión, el veneno, la destrucción y la malicia, es símbolo
de la vida y de la muerte y
también es símbolo de la
resurrección, representa el ciclo natural de la
vida, ya que muda su piel
en primavera y “renace”
después de un largo
invierno. En Occidente
simboliza la sabiduría
y los grandes arcanos, igualmente está
en total conexión
con el principio
femenino. En el
mundo clásico aparece acompañanFig. 18. Asa de sítula de bronce.
AKROS
69
Arte
Fig. 19. Jarra de bronce.
do a varios dioses: Diana, Esculapio,
Proserpina y Cibeles.
Desde el punto de vista psicológico,
el simbolismo de la serpiente es complejo y rico, por un lado, representa
la fuerza destructiva del inconsciente
(por su carácter reptante) y, por otra
parte, está relacionada con el aspecto
maligno de la naturaleza (por su peligrosidad) con la angustia y la ansiedad
que produce la excesiva acumulación de
inhibiciones. En el mundo onírico aparece como símbolo del
instinto sexual reprimido.
Algunos simbolistas afirman que la serpiente es un animal
dotado de una especie de fuerza magnética y, así, unas veces
aparece como el símbolo de genios maléficos y, otras, es
representativa de formas beneficiosas.
En la parte superior del asa del ya citado oinokoe aparece
representado el rostro de una ESFINGE, (fig. 19) se trata de
una pequeña y delicada representación, ya que el vaso no es
de grandes proporciones.
Muchos son los animales fabulosos representados a lo largo de la historia del arte, por ejemplo, quimeras, minotauros, sirenas, tritones, unicornios, grifos, harpías, dragones…,
pero ninguno tan conocido como la esfinge, compuesta
por partes de ser humano y de cuatro animales, la de Tebas
tenía cabeza y pechos de mujer, cuerpo de toro (o de perro),
garras de león, cola de dragón y alas de ave.
La mayoría de las veces su simbología expone una clara
perversión imaginativa, sin embargo, una arraigada creencia
humana en los altos poderes de estos seres, como en todo lo
anormal y deforme, les confiere una extremada ambivalencia. Es el símbolo del enigma por excelencia, contiene en su
significado un último reducto inexpugnable, es un símbolo
que unifica los cuatro elementos (tetramorfos) y la quintaesencia o espíritu por la parte humana del ser.
Epílogo:
Hemos visto que el símbolo es un objeto, animal u otra cosa
que se toma como tipo para representar un concepto moral
o intelectual, por algún tipo de semejanza o correspondencia.
Carl Gustav Jung escribió: “Cuando se desea investigar la
facultad del hombre para crear símbolos, los sueños resultan
el material más básico y accesible para este fin.” Aunque no
seamos conscientes de ello, los símbolos nos envuelven en
nuestra vida cotidiana, además de ser el lenguaje onírico por
excelencia, con frecuencia, recurrimos a términos simbólicos
para expresar conceptos para los que no encontramos una
definición exacta. La tesis de Jung del “inconsciente colectivo” nos ayuda a entender el simbolismo que encierran los
objetos o los elementos más variados que nos rodean, tanto
de nuestro tiempo como de tiempos pasados.
Es cierto que el simbolismo va a crear una especie de
orientación cultural común a los miembros de una sociedad,
AKROS
70
pero cuando analizamos el objeto u obra de arte que nos
han dejado otros, nunca podremos dejar de lado la interpretación individual de cada artista o artesano que la creó y que
la tuvo entre sus manos, y menos aún, la intención final del
comitente que la encargó.
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Arte
Mateo bazataquí goRgé
Arquitecto
Restauración y
rehabilitación de “Torre
de la Alafia o Baluarte
de Cinco Palabras
La Alafia o Torreón
de Cinco Palabras
Resumen: El Baluarte de Cinco Palabras o La Torre de Alafia se
encuentra situada en el extremo nor-este del Tercer Recinto
Fortificado de la ciudad de Melilla, antigua Rusadir. Datándose
su existencia desde el Siglo XVI y siendo por tanto el ultimo y
único vestigio de muralla o defensa medieval que queda en los
cuatro recintos fortificados de Melilla.
Abstract: The Baluarte de Cinco Palabras or Torre de Alafia is a
tower situated at the north-eastern end of the Third Fortified
Area of Melilla’s old city, named Rusadir in ancient times. It
dates back to the 16th century and, thus, forms the last and
only remains of Mediaeval walls or defenses still standing of
Melilla’s four fortified areas.
El encargo de restauración y rehabilitación del Baluarte de
Cinco Palabras o Torreón de Cinco Palabras o Torre de la
Alafia, ya que con todas esas afecciones se conoce, se realiza
por parte de la Consejería de Medio Ambiente de la Ciudad
Autónoma de Melilla, propietaria de los terrenos y edificios.
Descripción de la zona de actuación.
EL BALUARTE DE CINCO PALABRAS o La TORRE DE ALAFIA
se encuentra situada en el extremo NOR-ESTE del Tercer
Recinto Fortificado de la ciudad de Melilla, antigua Rusadir.
Datándose su existencia desde el Siglo XVI y siendo por
tanto el ultimo y único vestigio de muralla o defensa medieval que queda en los cuatro recintos fortificados de Melilla.
Dicha torre, que tenia antes de la intervención, su fisonomía bastante alterada siendo una mezcla entre Baluarte y
Torre, se ubica sobre un espolón rocoso que forma parte de
la ensenada de los galápagos.
AKROS
71
Arte
Situación de la Alafia en el recinto.
Puente de la Alafia.
Estado anterior desde el norte de la Alafia.
Su planta es trapezoidal irregular y se encuentra delimitada por el Norte y por el Este, por el FOSO DE LOS CARNEROS
y por el Sur por la Ensenada de los Galápagos. Al Oeste se
conectaba con el resto del tercer Recinto Fortificado y concretamente con el antiguo Cuartel de San Fernando, a través
de unos barracones de cubierta de fibrocemento construidos
entre los Siglos XIX y XX que ocupaban los adarves de la
batería que defendía el FOSO DE LOS CARNEROS.
AKROS
72
En el flanco Nor-Este de la Torre de la Alafia existe un
puente, antiguamente levadizo que comunicaba la Torre con
el Cuarto Recinto Fortificado, sobre el Foso de los Carneros y
concretamente comunicaba la Torre con el Fuerte de Santiago
que hoy día se encuentra bajo los niveles actuales del terreno.
La torre además de esta comunicación con el cuarto
recinto y con el tercero a través de los adarves antes mencionados, se comunicaba con este recinto a través de una
poterna, que aun existe y desde la cual sale una galería que
comunicaba dicha poterna con el foso del puente levadizo
para asegurar su defensa, convirtiéndola de esta forma a la
torre en “Torre Caponera”.
La zona de influencia de la Torre, es decir el entorno al
que se ve irremediablemente ligada dicha torre, y sin el
cual su lectura histórica quedaría ininteligible, estaría compuesto por el Fuerte de Santiago, Foso de los Carneros y del
Hornabeque y los adarves y baterías que defendían las inmediaciones de la Torre y los fosos. No obstante, la actuación de
restauración y rehabilitación se va a ceñir), a la plataforma
que componían el Baluarte defensivo de Cinco Palabras, su
rampa de acceso, batería muros, portadas, puente levadizo y
pilonas, así como la poterna de comunicación entre el 3º y 4º
recintos y su galería caponera.
El objetivo del Proyecto ha sido el de la Restauración del
Baluarte o Torre de cinco Palabras, su poterna y puente. Ya
que el abandono al que ha estado sometido dicho conjunto
arquitectónico y monumental, en los últimos años, unido a
que se trata de la única zona medieval que queda en los cuatro recintos amurallados, así como las distintas transformaciones y alteraciones sufridas en su volumen, hacían que este
se encontrase en un estado muy lamentable de conservación
y algunas de sus partes habían quedado arruinadas.
Por suerte, las zonas más nobles o emblemáticas, como el
frente principal de la Torre (aunque desmochada) y puente,
todavía estaban en pie, aunque si no se hubiese acometido
con diligencia una restauración de las mismas, estas habrían
Arte
Cartografía del
siglo XVII.
acabado por arruinarse o habrían desaparecido, de hecho los
paños de ladrillo que revestían la portada y las pilonas del
puente estaba desapareciendo con lo que se habría provocado una exposición a los elementos de las piedras y morteros
del interior de la pilona, disgregándose por tanto gran parte
de los rellenos interiores y esto habría desencadenado con
toda seguridad, la destrucción de las mencionadas zonas.
Antecedentes históricos
La zona objeto de este estudio histórico se enmarca en el
actual Tercer Recinto Fortificado de Melilla la Vieja, en el
ángulo Norte de la corona abaluartada. Como elemento de
fortificación, esta zona contiene las grandes fortificaciones
del siglo XVIII, pero la morfología actual de la zona delata
una compleja historia constructiva, cuyos orígenes resultan
difíciles de precisar.
Tendríamos que remontarnos a los primeros orígenes de la
historia de Melilla para encontrar referencias sobre las fortificaciones. Se conocen datos de las defensas púnicas y romanas,
y consta por entonces que Rusadir era una fortaleza con
murallas aunque se desconoce la forma de estas defensas.
El final del mundo clásico y la llegada de los musulmanes
al Norte de Africa, hacen renacer la antigua Rusadir que
asume el nombre de Melilla y que vuelve a contar con nuevas obras de murallas. Así, se documentan sólidas murallas
durante la época califal, muros de piedra con fosos y torreones, que son reedificados en época medieval y almoravide.
La ruina y el abandono de la antigua ciudad, provocan la
llegada de las tropas españolas, que desde 1497 rehacen las
antiguas murallas, levantando muros y torreones desde los
antiguos cimientos.
Estas antiguas murallas, desde ese año han venido reedificándose. Y actualmente, en todo el perimetro fortificado
de Melilla la Vieja, no quedan apenas restos de estos muros,
salvo en la parte de muralla que nos ocupa.
Este hecho, el que la casi totalidad de las murallas de
Melilla han sido transformadas a lo largo de la historia, y
que en este sector, todavía se conserve una tipología medieval, se explica por varios condicionantes:
En primer lugar, Pedro de Estopiñan y Ramiro López, levantaron nuevos muros utilizando la base de las ruinas anteriores, entre ellas los restos de la torre conocida posteriormente
como Cinco Palabras. Durante toda la primera mitad del siglo
XVI, se consolida este circuito de muros y torres que formaban
Alafia mediados de siglo XX.
las murallas de la Alafia, el recinto más externo de Melilla la
Vieja. Eran muros de tipología irregular, con torreones de
formas diversas que conocemos bastante bien por diversos
planos. En uno de 1604, se aprecia perfectamente su morfología, que no había cambiado prácticamente nada desde un
siglo antes que se iniciaran las obras.
En este plano de 1604, ya aparece la figura del torreón de
Cinco Palabras, que se designa como ”el reducto a donde se
tienen los moros de Alafia”. La transcripción literal de Alafia
puede llevarnos hacia la idea de paz o tregua. En definitiva,
que el torreón seria un lugar donde los comerciantes musulmanes que venían a Melilla podían pernoctar o realizar sus
intercambios.
Esta tipología de la zona de muralla va a permanecer intacta hasta las grandes reformas del siglo XVIII, cuando los ingenieros se vieron obligados a transformar radicalmente toda la
zona ante los intensos ataques del sultán de Marruecos.
Una primera intervención fuerte, consistió en excavar en
la roca a la espalda del foso del Hornabeque, dividiendo la
antigua Alafia en dos recintos. Así entre 1690 y los primeros
años del siglo XVIII se consolida el Hornabeque con su foso,
puente y morfología actual. Es el momento en el que empiezan a realizarse las nuevas galerías de minas que horadan la
roca a su alrededor.
AKROS
73
Arte
La Alcazaba y Torre de la Alafia en un circulo
Las reformas que convierten la antigua cerca y sus diferentes torreones, (el frente exterior) en una corona abaluartada, con cortinas, cañoneras, merlones y baluartes, parece
detenerse en este torreón de Cinco Palabras. ¿Porque razón
no se reformo este sector Norte del recinto?
La respuesta viene dada varios motivos:
1.- La zona donde se ubica el Torreón es una zona difícil de fortificar por su propia estructura orográfica como por
su posición avanzada ante el enemigo y de difícil defensa.
2.- La construcción necesaria para asegurar la defensa
de la zona habría sido la construcción de un gran baluarte
que contuviese al torreón. Y eso suponía un gran inversión
económica para la que no se disponía fondos.
3.- Los acontecimientos militares, la construcción del
cuarto recinto y del fuerte de Santiago El Viejo, hicieron
innecesaria la reforma de la zona, por lo que la torre subsistió milagrosamente a una época en la que casi todo fue
transformado.
Ahora bien, Junto al Torreón se construyeron la cortina
recta de San Fernando, se ensanchó el foso de los Carneros,
y se hicieron algunas cañoneras con sus merlones y bóvedas:
uniéndose así la Obra del siglo XVIII con la medieval precisamente en el Torreón de cinco Palabras.
Al activo siglo XVIII le sucede una centuria plagada
de problemas y de acuciantes necesidades. El XIX es un
período de inactividad y de cambios: por un lado no se
fortifica nada y las murallas y torreones permanecen en
su estado anterior, aunque es el momento en el que se
construyen cubrecabezas para defender de los disparos
exteriores a las personas que se situaban sobre el adarve
de las fortificaciones. También al final del siglo es cuando
AKROS
74
se inicia la construcción de barracones y cuarteles sobre
todos los adarves de estas fortificaciones, deformando su
imagen.
Tanto en la maqueta de Melilla de León Gil de Palacio de
mediados de siglo, como en los numerosos planos de estas
fechas, se aprecia perfectamente la morfología de la torre,
mucho más elevada que lo está actualmente y con algunos
elementos de fortificación desaparecidos, caso del postigo
superior con arco sobre matacanes. Durante este período del
XIX las fortificaciones sufren el abandono o la agresión con
construcciones que desdibujan sus formas.
Es el momento en el que se inician las obras de construcción de nuevos barrios extramuros, como el de la Alcazaba.
El siglo XX asiste a la construcción de nuevos edificios y
cuarteles sobre las murallas, y a causa del deterioro de las
murallas también a las primeras obras de reconstrucción.
Todavía en fotos anteriores a 1950 se podía apreciar parte
del volumen original de la torre, pero en unas obras posteriores se rebajó su altura, quedando en el estado en que
podía verse antes de la restauración.
Los documentos cartográficos, arqueológicos y fotográficos que se poseen de esta zona, permiten reconstruir su
imagen original.
La intervención
El Torreón de Cinco Palabras era a la hora de acometer la
intervención arquitectónica, dentro del conjunto monumental del tercer recinto amurallado de la Ciudad de Melilla, por
su aspecto y configuración, una pieza extraña en la muralla.
Ya que está tan alterado, que su lectura no concuerda con
Arte
Estado anterior flanco Oeste.
Estado anterior flanco Este.
Estado actual flanco Este.
sus referencias históricas, ni topográficas, ni volumétricas. Es
decir, es la pieza dentro del conjunto del tercer recinto que
no refleja su realidad original, ni histórica, ni militarmente,
Por otro lado, disponemos en la actualidad de los datos
necesarios y suficientes, tanto escrito como gráficos, para
saber que aspectos tubo y cual es el que debería tener para
que sus registros fuesen coherentes con su pasado y con
su entorno histórico actual. Sabemos como era la Torre de
Cinco Palabras. Sabemos como se ha ido construyendo, y
lo que es más importante, sabemos como se ha ido destruyendo. Y las circunstancias nada relevantes que llevaron al
Torreón de Cinco Palabras al estado degradado en que hoy
día se encontraba.
Tenemos también que tener presente, que la actuación
de restauración que realicemos sobre el Torreón, no la estamos haciendo sobre una obra de arte en la que podemos
alterar la intención o el diseño que le confirieron su autor
o autores. Si no que estamos actuando sobre el muñón maltratado de lo que en su día fue una altiva torre medieval, un
baluarte defensivo de potente volumen y altura sin competencia sobre la orografía circundante, e importante puerta
de acceso a los recintos fortificados de “Melilla la Vieja”, que
debido a las circunstancias históricas antes mencionadas,
quedo sin evolucionar, parada en el tiempo, mientras todo
Estado actual flanco Oeste.
Estado actual Túnel.
su entorno próximo e inmediato, evolucionaba técnica, militar y defensivamente.
Por todo esto y siguiendo el espíritu de reconstrucción
que ha caracterizado a la totalidad de las actuaciones en los
recintos fortificados de “Melilla la Vieja”, así como las indicaciones del P.E.R.I., es por lo que propongo como objetivo
principal de la actuación sobre el Baluarte de Cinco Palabras,
la restauración y reconstrucción de dicho torreón, puente y
poterna, de tal forma que quede fundamentalmente como
se encontraban en el siglo XVIII, donde se conjugaban en el
torreón-baluarte la arquitectura militar del siglo XVIII con la
torre medieval.
Esta reconstrucción se ha realizado a partir de la restauración de los elementos que actualmente han sobrevivido al
paso de los siglos y después de borrar de ellos maquillajes
superfluos que le otorgaron las diversas intervenciones que
ha sufrido en los últimos siglos.
Una vez restaurados y consolidados estos elementos se
inició la reconstrucción y recuperación de murallas, torre,
postigo, plataforma de operaciones, baterías, foso del puente, tablero y sus pilonas, así como las garitas de artillero. De
estas últimas, solamente reconstruiremos una, situada sobre
el foso de Foso de los Carneros, donde la cortina gira hacia el
fuerte de San Fernando. La otra garita, que según la maqueAKROS
75
Arte
Estado anterior y actual del puente.
ta de León Gil de Palacio, se encontraba sobre el puente
levadizo y a la derecha entrando, de la puerta de la torre,
no se pudo reconstruir ya que el frente de la torre debido
probablemente a derrumbes anteriores y a movimientos sísmicos, perdió parte de su ancho de portada, haciendo inviable la coexistencia del postigo sobre matacanes y la garita
de artillero. Así pues, la reconstrucción de la torre-baluarte
consistirá en la recuperación de la altura, del adarve original
que según los datos que tenemos, se hallaba a la cota +17,30
m, es decir 7,25 m por encima del puente levadizo, lo que
significa que la coronación del volumen de la portada de la
torre y su flanco Norte y batería, se sitúa a la cota 19,45 m,
es decir, 9,90 m sobre la rasante del actual puente levadizo,
siendo su altura de coronación de muros por el flanco Sur de
9,05 m sobre la rasante del puente.
Junto con la reconstrucción del baluarte, también se ha
recuperado el foso original del puente levadizo, que hoy día
se encuentra relleno y taponado por un muro de varios pies
de ladrillo. Así mismo, se ha restaurado el puente y su sistema de elevación del cual tenemos suficientes datos. Además
del tablero, foso y las pilonas que lo sustentan. Apareciendo
durante la excavación del foso las cadenas de arrastre del
tablero y suelo original del foso del puente, que confirmaron
la exactitud de nuestras deducciones.
Dentro del volumen monolítico del baluarte se ha restaurado la importante poterna de comunicación a través
de la puerta de la vieja Torre de la Alafia, entre el tercer y
cuarto recintos fortificados, al igual que la conexión existente mediante una galería de socorro entre la poterna y el
foso del puente. Esta galería sufrió las consecuencias de un
importante derrumbe en el flanco Sur de la roca del baluarte
que es donde se ubica, y parte de su trayectoria se encuentra
actualmente a cielo abierto pero perfectamente practicable.
Para no crear confusionismo histórico, ya que la reconstrucción de las murallas del baluarte se han realizado a base
AKROS
76
de piedra y mortero bastardo y manteniendo los espesores
originales en todo el perímetro del baluarte se ha marcado
con una línea de piedra pulida lo suficientemente reconocible, la palabra “línea de restauración año 2007” que separa
lo restaurado de lo reconstruido y por lo tanto hasta donde
llegaban las murallas y portadas en el siglo XXI. Además la
restauración por debajo de esta línea se ha realizado con
piedra vieja de los propios derrumbes del baluarte. Y la zona
de nueva construcción se ha hecho con piedra biocalcarenita
o piedra de Taza de nueva extracción.
Aparte del nuevo volumen que adquirirá el baluarte con
la reconstrucción, tal vez el elemento más característico de
los que habían desaparecido, sea el postigo que sobre la
puerta de acceso al baluarte, remata la portada. Este postigo
del que tenemos innumerables referencias de su existencia,
estuvo en pie hasta primeros del siglo XIX, pero en ninguno
de los documentos gráficos, ni en la maqueta de León Gil de
Palacio, queda claramente definido el aspecto de su alzado
al puente, ya que el funcionamiento del ingenio defensivo
militar esta bastante claro y conocemos otros muchos ejemplos similares a este. Pero en su alzado y coronando los matacanes, aparece en diversos grabados antiguos la existencia de
dos columnas adosadas al volumen principal.
En el Proyecto y en la ejecución se ha construido el postigo
sin las columnas por no quedar clara la veracidad o no de
dichos elementos ornamentales que al parecer existieron.
En todas estas tareas de restauración, es imprescindible
realizar un seguimiento modélico de los datos históricos,
arqueológicos y arquitectónicos que la obra vaya delatando. Entendemos que la compleja génesis de este conjunto,
muestra una rica e interesante secuencia histórica que debe
ser estudiada. Por esta razón, junto al asesoramiento y justificación documental, histórica y arquitectónica del conjunto,
debe ir ligada la arqueológica, entendiendo la arqueología
como la ciencia que nos permita comprender mejor el monumento a través del seguimiento de su propia recreación,
efectuando una arqueología “vertical”, analizando lo que las
propias murallas, muros y parámetros nos ofrecen.
De esta manera, actuando de forma integral sobre el
patrimonio hemos conseguido que esta actuación haya sido
un modelo de la colaboración a la hora de intervenir sobre el
patrimonio, enriqueciendo los resultados y ofreciendo soluciones y no problemas a la hora de abordar estos.
Arqueología
eva gascón
Geógrafa. Empresa Geo-Radar
Geo-Radar: Una nueva
visión en la arqueología
La autora con Geo-Radar
Antecedentes
Resumen: El geo-radar o Ground Penetrating Radar (GPR),
permite confeccionar una representación virtual del sólido
inspeccionado mediante el envío de señales electromagnéticas
en frecuencias desde 25 MHz hasta 1600 MHz y la recepción de
lasdiferentes reflexiones producidas por las heterogeneidades
diferencias dieléctricas del medio inspeccionado.
Abstract: The geo-radar, or Ground Penetrating Radar (GPR),
allows us to form a virtual representation of the solid, inspected
by sending electromagnetic signals at frequencies ranging from
25MHz to 1600MHz and picking up the different reflections
produced by the heterogeneities of the dielectrical differences
of the medium inspected.
El método electromagnético del Geo-radar o Ground
Penetrating Radar (GPR) se ha utilizado durante décadas, pero
ha sido a partir de los años 80 y de forma más contundente
en los años 90, cuando se comienza a apreciar un aumento
significativo de las publicaciones en distintos ámbitos de la
arqueología, que llega hasta nuestros días.
En la mayoría de los casos, los yacimientos arqueológicos
se encuentran a unas profundidades someras, por lo que se
hace necesario un método con una buena resolución y con
una fácil toma de datos.
El geo-radar o Ground Penetrating Radar (GPR), permite
confeccionar una representación virtual del sólido inspeccionado mediante el envío de señales electromagnéticas en frecuencias desde 25 MHz hasta 1600 MHz y la recepción de las
AKROS
77
Arqueo
logía
diferentes reflexiones producidas por las heterogeneidades o
diferencias dieléctricas del medio inspeccionado.
La aplicación de esta técnica en arqueología viene avalada
por una serie de ventajas como la rapidez en la toma de
datos en campo, ser un método no destructivo y poseer una
alta resolución en función de las estructuras que se estén
buscando y la antena elegida.
Los perfiles resultado de la inspección, quedan referenciados respecto a un origen mediante GPS, así como la profundidad de las discontinuidades por el tiempo que tarda la señal
en viajar desde la superficie (desde la antena donde se genera)
hasta el defecto o singularidad y hasta la superficie. La conversión de tiempo a profundidad se realiza mediante una constante: la velocidad de propagación de la señal en el medio.
Las señales enviadas son ondas electromagnéticas y se
rigen por las leyes de Maxwell, teniendo siempre presente
los tres parámetros fundamentales que determinarán las
características del medio por el que se propague la onda:
conductividad, permitividad dieléctrica y permeabilidad
magnética.
Una de las características de la onda que habremos de
tener en cuenta a la hora de interpretar los radargramas
obtenidos en la prospección es que la propagación de la
señal es cónica, por lo que antes de llegar a la vertical de
un elemento como pudiera ser una galería o pared, ésta
comienza a mandar una reflexión que se encuentra ligeramente por delante de la vertical de la posición de la antena
en superficie, por lo que la reflexión reflejada en el equipo
se sitúa a mayor profundidad. Al encontrarse sobre la vertical
AKROS
78
verdadera del elemento, la profundidad será la correcta. Al
alejarse, se produce un efecto similar pero inverso.
El distinto comportamiento de las ondas en el medio
inspeccionado y las imágenes obtenidas en los radargramas,
son las herramientas sobre las que se trabaja en el proceso de
interpretación.
Introducción y objetivos
El presente estudio fue realizado en el mes de Enero de
2007 en el Parque Lobera situado en la ciudad Autónoma de
Melilla.
La zona de estudio consiste en dos áreas ajardinadas en
el interior del Parque Lobera, próximos al foso que lo limita
al E-SE. El estudio viene promovido por las intervenciones
arqueológicas de urgencia en los años 1997 y 1999, en las
que se documenta un silo situado en nuestra área de actuación con gran concentración de materiales cerámicos.
Se planteó una prospección geofísica de carácter no intrusivo, mediante GPR para el estudio de los primeros metros de
profundidad. El método de Ground Penetrating Radar fue
elegido como el más efectivo por diversos motivos, entre los
que cabe destacar: topografía de la planta, elementos enterrados a una profundidad somera que necesitan de tecnologías de gran resolución, rapidez en la toma y procesamiento
de datos...
El área total de estudio fue delimitada en zonas más
reducidas para poder realizar una prospección de mayor
Arqueo
logía
Sondeo e interpretación en gris
exactitud y dejar como resultado un volumen de datos más
manejable.
Con este trabajo se pretendían alcanzar los siguientes
objetivos:
• Localizacióndeposiblesáreasdeconcentraciónde
materiales
• Localizacióndeposiblesestructurasenterradasysu
profundidad.
• Mapeadodelasáreasdeinterés.
Para realizar la prospección se delimitaron 2 áreas ajardinadas, en las cuales se planteó un mallado de perfiles
longitudinales y transversales separados cada dos metros,
siempre y cuando no se encontraran obstáculos en el terreno. Igualmente se realizaron perfiles en el camino de acceso
a las zonas ajardinadas, para comprobar la existencia de una
galería principal o la continuación de estructuras enterradas.
Los perfiles mantienen una orientación NNE-SSO para
los perfiles transversales y ESE-ONO para los perfiles longitudinales. Mediante la distribución de los mismos en malla,
podemos determinar estructuras enterradas, cualquiera que
sea su orientación.
El modelo de GPR o Geo-Radar utilizado es la RAMAC/
GPR X3M. Los perfiles se realizaron con una antena apantallada de 500 y 800MHz.
En un primer momento se realizaron los perfiles con la
antena de 500MHz para conseguir la máxima penetración
en el terreno, manteniendo la mejor resolución. Una vez
comprobada la estructura y capacidad del suelo, y habiendo
interpretado imágenes del silo descubierto previamente,
se opta por realizar el resto de perfiles con una antena de
800MHz en el área 2 y en perfiles de comprobación en el
área 1. De esta forma se prima la resolución frente a la penetración, debido a que los silos presentan un contraste bajo
respecto al terreno en el que se encuentran incluidos.
Como se explicará en la introducción, la información de la
profundidad de los elementos, se extrae del parámetro de la
velocidad de la onda. En este caso no pudo ser calibrada en
el terreno, dado la imposibilidad de localizar un elemento
conocido a una profundidad determinada, por lo tanto se
estableció velocidad media fue de 100 m/µs, estimada como
valor medio en un terreno heterogéneo.
Una vez realizada la toma de datos en campo, se pasa al
procesado de los distintos perfiles. Este proceso fue realizado
en campo y en gabinete, aunque en este último se introdujeron unas correcciones para proporcionar mayor exactitud a
los datos obtenidos. Dentro de esta fase y para este estudio
concreto podemos destacar:
• Enprimerlugarseharealizadounprocesamientopara
la corrección de la onda. Se aplica una corrección estática
(“DC removal”).
• Seguidamenteseutilizóunfiltropasobandaparala
eliminación de ruidos.
• Acontinuaciónseefectuóuncontroldegananciapara
corregir las perdidas por propagación.
• Porúltimosecorrigióeltiempodeiniciodelaonday
la velocidad de propagación, ajustando de esta forma los
parámetros de profundidad.
Se han tratado las imágenes y se han visualizado de
distintas maneras con el fin de obtener de ellas la mayor
información posible. Se optó por una paleta de escala de
grises, porque creemos es lo más adecuado para la mejor
visualización de las imágenes en este estudio.
Resultados y conclusiones
La profundidad óptima alcanzada en el área inspeccionada
con Geo-radar fue de 1,5 m para la antena de 500MHz y de
1m. para la antena de 800MHz.
Este rango puede deberse al factor de humedad contenida en el terreno por ser una zona ajardinada que es regada
frecuentemente. En cualquier caso, las imágenes obtenidas
muestran por lo general un terreno sin discontinuidades de
consideración, siendo las únicas reflexiones destacadas las
provocadas por las raíces de las plantas enterradas.
Los perfiles llevados a cabo en paralelo al recinto amurallado, a lo largo del camino, no nos proporcionaron ninguna
información concluyente sobre la posible presencia de una
galería, pudiendo deberse este hecho a la insuficiente penetración de la antena en ese punto y a la falta de espacio para
trazar una transversal con recorrido suficiente que aportara
informacion de contraste.
Zona de actuación
AKROS
79
Arqueo
logía
En la realización de las dos áreas ajardinadas se han
podido extraer distintas conclusiones.
El área una situada en la parte sur fue prospectado con
una antena de 500MHz, una vez interpretados los resultados
obtenidos con esta antena, se llevaron a cabo tres perfiles
transversales y una longitudinal con la antena de 800MHz
para realizar la comprobación de unas zonas susceptibles de
albergar silos con una mejor resolución.
Mediante estos perfiles pudimos delimitar la ubicación de
dos posible silos cuya alineación parece coincidir con el ya
excavado.
El diámetro del silo situado hacia el NO es de 0,8 m. y se
corrobora en dos perfiles transversales y un longitudinal.
El silo situado hacia el SE es de un tamaño más significativo; 3,7 m en el eje NNO.SSE y 2 m. en el eje E-O. En este caso
también se corroboró la estructura mediante dos perfiles
transversales y uno longitudinal.
Parece probable la existencia de un mayor número de
silos sin embargo, las diferencias de densidad en los materiales que pudieran confirmarlo, no parecen en este caso lo
suficientemente pronunciadas para ser captadas con nitidez
mediante el Geo-radar.
Las reflexiones asociadas a los silos fueron detectadas en
los primeros centímetros, y la estimación de la profundidad
que pudieran alcanzar no pudo determinarse con suficiente
nitidez.
En la segunda área ajardinada, no se detectaron reflexiones indicativas de estructuras del tipo silo, pero si pudieron
observarse mediante la antena de 800MHz unas reflexiones
hiperbólicas que se han asociado a una oquedad de consideración en el terreno.
AKROS
80
Esta reflexión fue confirmada mediante tres perfiles
transversales, la anchura estimada de la oquedad sería de
1,7 m. aproximadamente, teniendo una longitud de unos 16
metros.
A partir de la información arqueológica con la que contamos, esta oquedad podría corresponder a un brazo lateral
de la galería principal que correría de forma transversal al
mismo.
Bibliografía
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Evaluación para aplicaciones en arqueología y en
Patrimonio Histórico” Tesis doctoral. Dep. del terreno,
cartográfica y geofísica. Universidad Politécnica de
Cataluña.
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high resolution mapping of soil and rock statigraphy”
Geophysical Prospecting 37 pag 531-551
E. Lorenzo, M.C. Hernández 1995 “Prospección geofísica en
yacimientos arqueológicos con geo-radar en España.
Dos casos: Numancia y El Paular” Física de la Tierra 7
pag 193-205
J. Bautista Salado Escaño, J. Suárez Padilla, I. Navarro
Luengo “Nueva aportación al conocimiento histórico
de los primeros momentos de Malila II: Las cerámicas
a torno altomedievales de las excavaciones de Parque
Lobera y Cerro del Cubo (Melilla). Revista AKROS nº4
pag 93-99 Año 2005
Arqueología
sonia MaRtínez
Arqueóloga
Instituto de Cultura Mediterránea
La plataforma: Un punto
estratégico en la Isla del
Congreso
Islas Chafarinas
Introducción
Resumen: El yacimiento de La Plataforma se ubica en el archipiélago de las Chafarinas y su descubrimiento forma parte
del inventario patrimonial de las islas. Se trata de un edificio
de carácter defensivo construido a finales del siglo XIX, cuya
singularidad e importancia estratégica frente a las costas norteafricanas se ha puesto de manifiesto a lo largo de dos breves
campañas de excavación durante los años 2006-2007.
Abstract: The La Plataforma site is located on the Chafarinas
archipielago and its discovery includes it in the records of the
islands’ heritage. It is a defensive structure built at the end of
the 19th century, whose uniqueness and strategic importance
just off the North-African coastline have been proved thanks to
the two short periods of excavation work carried out between
2006 and 2007.
Esta intervención se enmarca dentro de las diferentes actuaciones arqueológicas1 que se están llevando a cabo desde el
año 2000 en las islas Chafarinas. En el año 2005 se identificó
una construcción rectangular de piedra, de cronología
moderna, a 90 metros pendiente arriba y hacia el oeste
del área nuclear de intervención de las pasadas campañas
de excavación en el yacimiento neolítico del Zafrín. Esta
estructura está situada sobre una pequeña meseta, junto a
un sondeo arqueológico realizado durante este mismo año,
y presenta una factura de fábrica similar a la de los bancales
o aterrazamientos del sector norte, identificados en el año
2001. Este hecho, aconsejó su estudio, para intentar vincular
o no ambas estructuras, por lo que se montaron sendos pro1
Proyecto de investigación arqueológica en las islas
Chafarinas, llevado a cabo en los años 2006 y 2007
mediante un convenio de colaboración establecido entre la Consejería de Cultura de la Ciudad
Autónoma de Melilla, la Universidad de Valladolid
(UVA) y el Instituto de Cultura Mediterránea (ICM),
cuyos directores son Juan Antonio Bellver Garrido
y Antonio Bravo Nieto por el ICM y Manuel Rojo
Guerra por la UVA.
AKROS
81
Arqueo
logía
Isla del Congreso y situación del yacimiento
yectos arqueológicos encaminados a su estudio2. Este hecho
sirve para confirmar definitivamente la hipótesis, hasta hoy
poco documentada, de que la isla del Congreso fue habitada
en época moderna, aunque no de forma extensiva, sino localizada en determinados sectores. En este sentido, la construcción del pequeño edificio en la zona sur estaría en relación
con la defensa de la isla, albergando un pequeño contingente de hombres, lo que podría justificar el aterrazamiento del
brazo norte de la isla, con destino a cultivos, aunque se trata
de una hipótesis imposible de confirmar hasta efectuar las
correspondientes excavaciones en esa zona.
Las primeras impresiones sobre el yacimiento llevaron a plantear una campaña de excavación breve, y un grupo reducido de
voluntarios, puesto que a priori parecía una intervención poco
laboriosa. Sin embargo, los primeros resultados demostraron
que la construcción había sido producto de un complejo proceso de continuas remodelaciones y reconstrucciones, dando
lugar a un interesante proyecto de “Arqueología de los para2
Campaña 2006 dirigida por Sonia Gámez y Cristina
Tejedor. El equipo estuvo formado por Manuel
Aragón, Mª Carmen Lechado, Salvador Ramírez,
Sara Fernández, Vanesa Blanco, Félix Alonso y
Ángel
Higueras. La Campaña de 2007 estuvo dirigida
por Sonia Gámez. El equipo estuvo formado por
Mª Carmen Lechado, Manuel Aragón, Salvador
Ramírez, Lucía Moragón, Pedro Fermín, Antonio
J. García, José S. Alonso, Carolina Segura, José Mª
Peñuela y Laura Díaz.
AKROS
82
mentos”, que podría aportar novedosos datos acerca de los
sistemas defensivos y constructivos que se desarrollaban en la
zona entre finales del s. XIX y principios del s. XX. A pesar de
todo, la segunda campaña arqueológica en La Plataforma, llevada a cabo en septiembre del 2007, también hubo de limitarse
a las propias exigencias de la dinámica de trabajo en las islas.
De nuevo, los resultados han sido muy positivos, permitiendo
esclarecer varias de las dudas que se habían planteado en la
excavación anterior. Sin embargo, la falta de tiempo ha impedido descubrir toda la superficie ocupada por la construcción,
razón por la que aún quedan muchas incógnitas por resolver.
Para completar los datos obtenidos de las intervenciones
arqueológicas, se ha realizado una concienzuda labor de rastreo y búsqueda en diferentes archivos militares, con el fin de
encontrar alguna información relativa al edificio en cuestión. Al
final de este artículo se exponen los datos y conclusiones obtenidas tras esta fase documental.
El yacimiento: ubicación y campañas de
excavación3
El yacimiento de La Plataforma se localiza en la isla del
Congreso, una de las tres que conforman el archipiélago
de las Chafarinas. Estas islas, que se sitúan en el mar de
Alborán en la subcuenca de Levante, se ubican frente a la
costa de Marruecos oriental cerca de la desembocadura del
río Muluya y de la frontera argelina. Es un conjunto de tres
islas cuya superficie total emergida asciende a algo más de
50 has., y que de oeste a este se denominan: Congreso, Isabel
II y Rey. Desde el punto de vista orogénico son fruto de un
fenómeno de vulcanismo que se articula en varios episodios
eruptivos, a finales del terciario, seguramente pliocénicos.
En la actualidad la distancia entre la línea de costa y el
archipiélago es de 3,5 km., pero las islas estuvieron unidas a
tierra firme, por lo que geomorfológicamente constituyeron
el extremo norte de lo que fue un antiguo cabo de mayor,
prolongación del actual Cabo del Agua. Los materiales que
formaban la lengua de unión estaban compuestos funda3
Todos los datos técnicos sobre la intervención
arqueológica en el yacimiento de La Plataforma
(coordenadas, estudio de unidades estratigráficas,
registro del material…), pueden ser consultados en
las memorias de excavación de las campañas del
2006 y 2007. Instituto de Cultura Mediterránea.
Arqueo
logía
mentalmente por areniscas y materiales calcáreos cuya naturaleza frágil y blanda determinó que fueran destruidos por
la erosión marina, provocando finalmente la separación del
continente (Bellver y Bravo, 2003b: 11). La isla del Congreso
es la más extensa con 22,5 has., de perfiles escarpados, y
también en ella se alcanza la altura mayor, 137 m snm.
El depósito sedimentario principal es el de ladera, hecho
favorecido por el basculamiento generalizado de la superficie hacia el este. Por ello, los suelos tienen, por lo general,
escasa potencia, sobre todo en los extremos norte y sur. Esta
isla tiene una forma alargada y alcanza un kilómetro en el
sentido norte-sur y una anchura variable. La ubicación del
yacimiento de La Plataforma en un lugar elevado del brazo
sur de dicha isla, ofrece un amplio dominio visual y un indiscutible control estratégico tanto de los otros islotes como de
la costa africana.
Durante la campaña de 2006, sólo pudo concluirse la excavación del sector A. Es una habitación de 2,55 x 4 m, separada
por un muro cerrado del sector C, mientras que se comunica
con el sector B a través de un vano de 70 cm de anchura que,
atendiendo a los restos constructivos hallados, enmarcaba
una puerta adintelada con estructura de hormigón. Los
paramentos de esta habitación conservan, en mayor o menor
medida, parte de su altura original. En la esquina entre el
muro norte y el este del sector, apareció un nivel de cenizas
interpretado como zona de hogar que, en sus primeras cotas,
se presentó asociada a grandes piedras quemadas y restos
de carbón. Bajo esta primera capa cenicienta, se halló una
estructura bien definida, constituida por dos cubetas cuadrangulares de combustión, divididas por pequeños muretes
de ladrillos macizos y argamasa. Los restos que se encontraron en el interior fueron básicamente piedras, materiales de
construcción (tejas, ladrillos...), escasos fragmentos cerámicos
de cronología claramente moderna y en algún caso escorias metálicas. Finalmente, se descubrió que esta cuidada
estructura de cocina se apoyaba sobre unas grandes lajas
planas, que a su vez servían como cubierta a una zona de
combustión anterior, formada por grandes sillares de piedra
que se adosaban al muro norte y este de la habitación, y que
aparecían calcinados y cubiertos de gran cantidad de cenizas.
Por tanto, a lo largo de las diferentes fases de ocupación del
edificio, la misma área de la habitación sirvió de hogar.
El suelo original del habitáculo está formado por grandes piedras planas e irregulares encajadas entre sí creando
un pavimento homogéneo de estructura compacta, que se
extiende por toda la superficie del sector. En un momento
posterior, este piso pétreo fue tapado por una capa hete-
Estructura que define la entrada al edificio. Está ubicada en el muro sur del
Sector B
Estructura de hogar formando una doble cubeta de ladrillos, a su vez se
superpone a otra más antigua formada por grandes sillares de piedra.
AKROS
83
Arqueo
logía
Pavimentos originales de los Sectores A
(izquierda) y B (derecha)
rogénea de piedras y tierra con numerosas inclusiones de
distintos materiales, como vidrio o madera, que a su vez fue
cubierta y unificada con un lecho de encalado. Este segundo
nivel de suelo sólo ha permanecido in situ en la esquina
noroeste de la habitación.
Los resultados de la excavación del sector A permiten
afirmar la existencia de, al menos, dos etapas de ocupación
del edificio, determinadas por una remodelación de todas las
estructuras del mismo (muros, suelos, hogares...). Esta habitación, en un principio, formaba parte de la estructura fundacional, y fue sucesivamente modificada en distintos momentos de
ampliación y remodelación de toda la construcción.
Los trabajos en el sector B se iniciaron durante la primera
intervención arqueológica, desmantelando gran parte del
derrumbe y documentando ciertas particularidades estructurales. Tras la campaña del 2007, algunas de las anteriores
hipótesis se han desechado planteando nuevas incógnitas.
Esta habitación de 6,60 x 4 m es la de mayor tamaño. Una
mancha oscura e irregular en medio de su muro norte, rellena
de piedras que rompían con la uniformidad del alzado y de
restos de materiales de construcción, como vigas de madera
o grandes fragmentos de hormigón, fue interpretada como la
posible puerta de entrada al edificio desde el exterior, ubicada
en la mitad del muro norte de la habitación más amplia. Esta
teoría se hizo aún más plausible al reparar en el hecho de que
el enlucido interior de las paredes, bastante bien conservado en
este lado, desaparecía radicalmente a ambos lados del supuesto
acceso. Sin embargo, tras llevar a cabo una limpieza sistemática
de esta zona, se ha descartado la idea de que esa irregularidad
en el muro se trate del relleno de un vano de acceso, frente
a la hipótesis de la existencia de un gran ventanal orientado
hacia el norte. Por otra parte, durante la intervención del 2007
se ha descubierto la verdadera entrada al edificio, un vano con
estructura adintelada, orientada hacia el sureste y ubicada en
el muro sur del sector B. Al igual que en la pared opuesta, a
priori se había observado una irregularidad en la factura de los
paramentos, puesto que desaparecía cualquier indicio de alzado o cimentación de la pared y parecía existir una desviación
intencional de los muros hacia el exterior del edificio, formando
una estructura triangular bien definida. Con estos datos, se
interpretó como una pequeña torre de vigilancia u observación,
a modo de saetera, orientada hacia el sur y por tanto en posición estratégica puesto que miraba hacia la costa marroquí. Tras
su excavación se definió como la entrada principal, delimitada
en el exterior por unas piedras talladas colocadas a modo de
zócalo y en el interior por un semicírculo de piedras
AKROS
84
En el sector B el pavimento más antiguo lo conforma un
nivel homogéneo y compacto de cantos rodados de pequeño
tamaño, que se distribuye por toda la habitación formando
franjas bien delimitadas. Su factura es completamente diferente a la del suelo fundacional del sector A, lo que podría
ser un nuevo argumento en defensa de la hipótesis de las
sucesivas fases de ocupación del edificio.
La intervención en el sector C, cuyas estructuras se
encuentran en un degradado estado de conservación, se ha
realizado íntegramente en la campaña de 2007. No ha sido
posible completar su excavación, debido a la escasez de tiempo y a la complejidad de sus estructuras. El muro oeste de la
habitación, que en principio parecía ser el tabique de cierre
de la edificación, ha resultado ser un muro añadido posteriormente que dividió en dos áreas el habitáculo original. Los
paramentos norte y sur, de los que prácticamente no se ha
conservado su alzado en algunos tramos, continúan más allá
de la cuadrícula trazada, pero su localización y seguimiento
son muy complicados. Al igual que en el sector A, se han
hallado diferentes niveles de pavimentación localizados en
pequeñas áreas, en las que una capa de ladrillos macizos
se superponía a un lecho uniforme de cantos rodados, cuya
factura se corresponde más directamente con la del suelo
documentado en el sector B.
Interpretación del yacimiento
Los resultados de estas campañas de excavación en el yacimiento de La Plataforma, han servido para demostrar que
la isla del Congreso estuvo habitada en algún momento
inmediato posterior a la conquista del archipiélago en 1848.
Probablemente, la construcción de este pequeño edificio rectangular, con orientación NE - SO y con una planta de unos
100 m2 aproximadamente, en el brazo sur de la isla guarda
relación con los antiguos sistemas defensivos de la isla, y su
función sería la de albergar a un contingente militar reducido. Tras completar la excavación del primer sector, una habitación de pequeño tamaño, se pudo confirmar el carácter
permanente del grupo establecido en el mismo, en régimen
de alternancia. El tipo de material y la técnica de factura de
los paramentos son similares a la de los bancales o aterrazamientos de piedra, situados en la zona septentrional de la
isla, interpretados como un acondicionamiento del terreno
para el cultivo de diferentes alimentos, que permitieran la
subsistencia del grupo permanente en la isla. Podría apuntar-
Arqueo
logía
Vista general del área excavada del sector
C (izquierda) y detalle de lo que sería la
entrada a la habitación (derecha) con
pavimentación de cantos rodados de
idéntica factura a la del sector B.
se la teoría de que ambos conjuntos pudieran corresponder a
una misma época, es decir entre finales del s. XIX y principios
del XX (Garrido y García, 2005), aunque ninguna prueba
documental parece apuntar a esta hipótesis que sigue siendo
una incógnita para futuras campañas, cuando se actúe directamente sobre la zona de aterrazamientos.
Es interesante detenerse a analizar en detalle la factura y
alzado de los paramentos, puesto que constituyen los testigos
principales de la historia del edificio. En primer lugar, hay que
resaltar su elaboración sencilla pero cuidada, lo que indica la
funcionalidad y la continuidad en el uso de la estructura. Por
otra parte, se reconocen claramente dos fases de construcción
de los muros del edificio, hecho que refrenda la hipótesis
ya planteada de las dos etapas de ocupación diferenciadas:
en la primera, se levantan exclusivamente con piedras de
similar tamaño y forma, cuidadosamente seleccionadas; en
un momento posterior, posiblemente a consecuencia de una
remodelación completa del edificio (reparación de todo el
alzado, nueva pavimentación, reconstrucción de la zona de
combustión…), se alzan las paredes no sólo con cantos sino
también con ladrillos macizos y argamasa, y además se enlucen las caras interiores de las paredes. Ambas fases de ocupación se documentan de la misma forma tanto en los pavimentos como en la zona de combustión del sector A, cuyos niveles
superpuestos se correlacionan tanto en materiales como en
fabricación con los diferentes alzados de los muros.
Por tanto, el edificio denominado La Plataforma es el
resultado de un proceso diacrónico de construcción en un
mismo lugar, conformado por sucesivas fases de ampliación,
modificación y remodelación de las estructuras de alzado,
pavimentación y cubierta. Todas las evidencias demuestran
que el sector A formaba parte del esqueleto original del
edificio (materiales arquitectónicos utilizados, factura de los
muros…), mientras que la falta de continuidad entre las paredes exteriores del sector C y las del resto del edificio, muestra
que se trata de un añadido posterior. A su vez, los diferentes
niveles de suelo documentados en esta habitación, junto con
el muro que divide su interior de fábrica claramente posterior, pues se apoya sobre el último pavimento, reflejan que el
proceso de reconstrucción del edificio es mucho más complejo de lo que en un principio parecía. En lo referente al sector
B, aún no está claro si formaba parte de la estructura fundacional, como parece indicar la uniformidad de sus muros con
respecto a los del sector A. Sin embargo, el pavimento que se
ha documentado como original de la habitación, se asemeja
tanto en materiales como en fábrica con el del sector C, lo
que conduce a plantear la posibilidad de que en principio
la construcción se limitase a una única habitación habilitada
con un área de cocina, a la que posteriormente se adosaron
dos habitaciones de mayor tamaño, una a cada lado, que
permitirían albergar a un grupo mucho más numeroso de
personas. La larga ocupación del edificio conllevaría nuevas y
sucesivas transformaciones del mismo.
Referencias documentales
Desde la ocupación de Chafarinas en 1848 se publicaron
numerosos informes y documentos sobre el valor estratégico del archipiélago, fruto del debate de si se debían abandonar o conservar las islas. Entre otros argumentos expuestos en estos dictámenes, se consideraba que las Chafarinas
estaban llamadas a jugar un papel defensivo importante
en el Mediterráneo, razón por la que no se renunció nunca
Vista general de los tres sectores excavados. De izquierda a derecha, C, A y B.
AKROS
85
Arqueo
logía
Planta del fuerte proyectado en las isla del Congreso
a la soberanía sobre ellas. Por contra, se tomó la decisión
firme de sitiarlas militarmente con el fin de desarrollar la
importante función estratégica que la ubicación geográfica
permitía.
Sobre el sistema defensivo proyectado para las islas existe una extensa colección documental. Sin embargo, ha sido
imposible encontrar información sobre el edificio denominado La Plataforma. Fueron muchos los tanteos sobre
defensa que se redactaron para las islas desde su toma en
1848 pero, en la isla del Congreso, pocos de estos proyectos
llegaron a ejecutarse. Esta isla siempre fue considerada idónea para ser fortificada por su orientación hacia el este y su
conexión visual con Isabel II, pero la acusada pendiente de
sus acantilados y el difícil acceso, hicieron que los propósitos
defensivos no se consolidaran en su mayoría. Destacan las
numerosas propuestas de baterías de cañones, de obuses…
igualmente, embarcaderos y fortificaciones permanentes
en diferentes puntos de la isla del Congreso. Las Chafarinas
forman un arco cóncavo hacia la costa marroquí-argelina
cuya oquedad mira a tierra proporcionando un cómodo
fondeadero. Este flanco sur es también el más accesible, al
menos en Isabel II y Rey, pues Congreso es casi inaccesible
por todo su perímetro. Esta circunstancia facilita la defensa
del archipiélago y puede considerarse el conjunto como dos
baluartes unidos por una cortina cuya espalda está perfectamente asegurada.
Fue, precisamente, el proyecto de uno de estos fuertes
lo que impulsó a desarrollar el proyecto de la primera campaña de excavación en La Plataforma. Según la memoria
descriptiva del proyecto, el fortín estaría ubicado en la
parte más alta del brazo sur de la isla del Congreso, lugar
en el que se encuentra el yacimiento, pero la construcción
proyectada tenía planta triangular, estructura que no se
corresponde con el edificio derruido. Se trata del proyecto
de un fuerte permanente planificado para cobijar a un
amplio contingente de personas. Paralelamente, se planteaba construir un camino que fuese a parar a la playa que hay
al sur de la isla, donde se levantaría un pequeño muelle.
Los principales elementos de construcción de las obras en
general serían la cal, el agua, la arena y la piedra, o ladrillo
en albañilería, elementos todos ellos utilizados en el yaciAKROS
86
miento de la Plataforma. De la ejecución de este proyecto
no se han encontrado posteriores indicios documentales, ni
entre toda la documentación existente de reformas de los
edificios militares en las islas, ni en la cartografía consultada
de fechas posteriores al mismo. Tras la labor documental en
los diferentes archivos militares (Archivo Militar de Melilla
y Archivo General Militar en Madrid (IHCM)) sólo se puede
concluir que este fortín fue construido a finales del siglo
XIX, con una finalidad claramente defensiva, y que estuvo
albergando un contingente de infantería al menos hasta
1912, según aparece en alguno de los expedientes consultados.
Por tanto, no existen pruebas documentales suficientes que permitan afirmar que los restos encontrados en
el yacimiento de La Plataforma pertenezcan a ese fuerte
de infantería proyectado a finales del s. XIX, aunque las
correspondencias sean numerosos. De cualquier modo, una
labor documental más sistemática y extensa en el tiempo
podría esclarecer todas las dudar acerca del origen de este
edificio.
Bibliografía:
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y geomorfología costera…”, Cuaternario del litoral
y entorno continental del mar de Alborán, Melilla, V
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neolítico del V milenio a.C. en las Islas Chafarinas”,
Parques Nacionales, Separata de la Revista Ambienta,
Febrero 2002: 12-14.
Clemente, L., García, L.V. y Rodrígues, A. (1999): “Los suelos
de la isla Congreso, Chafarinas”, Avances en el estudio
del Cuaternario español, Gerona: 201-206.
Gámez Gómez, S. Y Tejedor Rodríguez, C. (2006): 1ª
campaña de excavación en la plataforma (isla del
congreso, archipiélago de las chafarinas). informe
técnico.
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la plataforma (isla del congreso, archipiélago de las
chafarinas). informe técnico.
Garrido Pena, R. Y García Martínez de Lagrán, I. (2004): 4ª
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Islas Chafarinas”, Boletín del Instituto Geológico y
Minero de España. Estudios relativos a la geología de
Marruecos, Madrid: 224-241.
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Gámez, S. (2005): “El Yacimiento Neolítico de Zafrín en
las Islas Chafarinas (Norte de África, España): avance
de los resultados de la campaña de excavación 2004”,
Akros. La Revista del Museo, 4: 101-106.
Arqueología
Manuel aRagón góMez
Técnico-arqueólogo del Instituto de Cultura
Mediterránea
Protección del Patrimonio
Arqueológico en la
Ciudad de Melilla. La
Carta Arqueológica
Terrestre (1881-2007)
Resumen: La Carta Arqueológica Terrestre de la Ciudad de
Melilla es una eficaz herramienta de gestión que previene la
pérdida indiscriminada del sustrato arqueológico, presunto o
conocido, actualmente en vigor en la mayoría de las ciudades
europeas, marcando su elaboración un importante punto de
partida. Su redacción se enmarca dentro de un proyecto de
investigación del Ministerio de Cultura1 que está siendo realizado por el Instituto de Cultura Mediterránea2.
Abstract: The Archaeological Terrestrial Chart of the city of
Melilla is an effective tool that avoids an indiscriminate loss of
the known or unknown archaeological stratum. The elaboration
of this Chart, which is used in major European cities, became an
important framework for heritage protection in a research
project under the Spanish Ministry of Culture, carried out by the
Instituto de Cultura Mediterránea.
1
2
El proyecto propuesto por la Viceconsejera de
Cultura Dª. Rocío Gutiérrez González está dirigido
por los investigadores del ICM Juan Antonio Bellver
Garrido y Antonio Bravo Nieto, en colaboración con
la Asociación de Estudios Melillenses.
La ejecución del proyecto se lleva a cabo por
los miembros del ICM, Manuel Aragón, Mari
Carmen Lechado, Sonia Gámez, Salvador Ramírez y
Francisco Álvarez.
Piezas del Museo de Arqueología e Historia de Melilla
Introducción
La tutela del patrimonio histórico-arqueológico ejercida por
la administración local ha permitido realizar intervenciones
de diversa índole a lo largo de los diez últimos años, siendo
muy positiva la voluntad para fomentar la investigación y
proteger los vestigios arqueológicos con un carácter preventivo, especialmente en las zonas declaradas Bien de Interés
Cultural, sin que ello implique el enfrentamiento con el
desarrollo urbanístico.
La toma de conciencia por parte de las distintas consejerías en gran medida con responsabilidad compartida en lo
AKROS
87
Arqueo
logía
Intervenciones en la Puerta de la Marina
que atañe a la conservación del patrimonio ha ido disipando
actos irresponsables e insensibles que marcaban periodos
anteriores. La comprensión que cualquier alteración en el
subsuelo por pequeña que parezca (canalizaciones, cableados, sótanos, pilares) puede destruir para siempre información esencial para el conocimiento de las sucesivas culturas
asentadas en la actual Melilla, va captando devotos, insuficientes siempre desde el punto de vista de la protección.
Al respecto, el principal problema en la ciudad es haber
carecido de normativa específica de protección del patrimonio arqueológico. La autorización para realizar actuaciones
preventivas ha sido un acto discrecional, a diferencia de
otras comunidades donde la mayoría de los cascos históricos
y zonas BIC de las ciudades gozan de protección jurídica y
administrativa. En ellas se recogen las zonas de prevención
arqueológica, siendo cada intervención en el subsuelo
(cableado, edificación, renovación de infraestructuras) de
dichos lugares de riesgo, controlada por técnicos arqueólogos y de obligado cumplimiento.
En cuestión de poco tiempo, la amenaza que supone el
incremento de la actividad constructiva, llevará a diseñar un
conjunto de normas a nivel local para proteger el patrimonio
subyacente, incluyendo una zonificación arqueológica realizada a partir de la carta de riesgo arqueológico, convirtiéndose en un objetivo prioritario de los responsables de éste,
principalmente la Consejería de Cultura, Fomento y Medio
Ambiente.
Para la ejecución de la Carta Arqueológica Terrestre de
la Ciudad de Melilla han colaborado diversas entidades
entre las que destaca el Museo de Arqueología e Historia,
la Fundación Melilla Ciudad Monumental y la Asociación de
Estudios Melillenses.
Su futura inclusión en los planes de ordenamiento y su
aplicación, podría dar respuesta a la urgente necesidad de
salvaguardar este rico legado, iniciándose un verdadero
proyecto de gestión integral de la actividad arqueológica de
la ciudad.
El citado documento consiste principalmente en la recopilación de la información disponible a lo largo de más de cien
años de hallazgos casuales e intervenciones arqueológicas
realizadas, así como la identificación de todos los yacimientos existentes en la actualidad, evaluando su potencial
AKROS
88
arqueológico, el grado de conservación y los riesgos de pérdida que posee. Tras su sistematización, análisis y valoración
en conjunto permitirá su tratamiento de manera preventiva
por las instituciones que gestionan y tutelan el patrimonio
arqueológico de Melilla.
Metodología
A la hora de redactar el documento se trabajaron dos ámbitos, siguiendo los eficaces modelos andaluces y de la Ciudad
Autónoma de Ceuta. Uno enfocado al estudio previo de
los elementos que aportan mayor información en materia
arqueológica y otro de trabajo de campo, desarrollando un
catálogo de yacimientos arqueológicos. El estudio previo
y toma de contacto de elementos se compuso de diversas
bases de datos con el fin de hacerlos más prácticos y funcionales, previendo las áreas susceptibles de contener depósitos
arqueológicos en claro riesgo de pérdida. De todo ello se ha
desarrollado un conjunto de cinco documentos:
• Recopilación bibliográfica (REBI). Tras cien años de
hallazgos frutos del azar e intervenciones arqueológicas
se hacía necesaria la revisión de la bibliografía disponible.
Ordenadas todas las publicaciones y artículos, más de 300
referencias, acerca de la arqueología local, éstas fueron analizadas y contrastadas, reflejando en la mayoría de los casos
noticias de las cuales no se tenían reseñas con anterioridad.
• Catálogo de intervenciones arqueológicas (CINA). Este
documento permite de manera sistematizada, por fichas de
consulta individualizadas, conocer todas las intervenciones
terrestres de carácter arqueológico desarrolladas en la ciudad desde finales del siglo XIX a la actualidad, superando las
70 referencias. La versatilidad de la carta permite continuar
creciendo a medida que se desarrollan nuevas actuaciones,
contemplando su ampliación en caso de incluir información
inédita o revisiones de materiales.
• Catálogo de documentación histórica (CADOH).
Búsqueda y recopilación de documentación dispersa en los
diferentes archivos y colecciones, que permite su consulta
de manera eficaz agrupada de forma cronológica. Han sido
recuperados y transcritos expedientes, cartas personales e
informes de excavaciones inéditos en su mayoría.
• Recopilación fotográfica y gráfica (REFOGRA).
Documento que recoge la documentación gráfica existente
ordenada de forma cronológica. Incluye multitud de información, desde las primeras fotografías originales de las excavaciones del cerro de San Lorenzo en 1915 a fotos inéditas de
hallazgos en diferentes puntos de la ciudad.
Arqueo
logía
Intervenciones en
el Cerro de San
Lorenzo
• Catálogo de yacimientos arqueológicos (CAYA). Por
medio de recorridos sistemáticos fue prospectada la superficie total de la ciudad con el fin de localizar los distintos
yacimientos y evaluar su estado, realizando un diagnóstico
sobre los riesgos de pérdida que poseen. Una segunda fase
será efectuada a lo largo del 2008.
Análisis histórico de intervenciones
arqueológicas recogidas en la Carta
Arqueológica
La primera mitad del siglo XX se caracterizó por una total
falta de especialistas ante los diferentes hallazgos ocasionales así como una profunda falta de concienciación por la
conservación e investigación del patrimonio arqueológico,
siendo personas no vinculadas a la ciudad las que iniciarán el
desarrollo de la actividad arqueológica.
Las primeras referencias que poseemos se desarrollaron a
principio del siglo XX por parte de Paul Pallary que realizó
una serie de prospecciones, descubriendo un abrigo detrás
del Cementerio de la Purísima Concepción en los acantilados,
el cual contenía hojas de sílex y fragmentos de cáscara de
avestruz (Pallary, 1906). Igualmente reciente a estas fechas
empezaron a darse a conocer restos arqueológicos en el
cerro de San Lorenzo (El Telegrama del Rif, 30-10-1905 y
Jiménez & Díez, 2007) siendo enviados a diferentes museos
nacionales3.
Normalmente los hallazgos correspondían al fruto del azar
y nunca conllevaron un estudio riguroso, salvo contadas excepciones, como fue el estudio de los restos humanos por parte
de Francisco de las Barras (De las Barras, 1930). En otras zonas
como la cuesta de la Florentina (El Telegrama del Rif, 09-113
Estudios detallados de estas actuaciones ha sido
recientemente publicado en: SÁEZ CAZORLA, Jesús
Miguel (2006). «Réplica del delfín romano de terracota.» Akros. La revista del Museo, nº 5. Melilla:
Consejería de Cultura; p. 9-12.
1912), el barrio del Real (El Telegrama del Rif, 30-10-1914) y el
Cerro de Santiago (El Telegrama del Rif, 11-02-1915), fueron
dados a conocer restos humanos o materiales pero de difícil
encuadre cultural si bien trascenderían ocasionalmente hasta
la península dichos hallazgos (Blázquez, 1915).
En el primer cuarto del siglo XX, la importancia de los
restos en el Cerro de San Lorenzo, descubierto años atrás,
conllevó el inicio de actuaciones más o menos sistemáticas
dirigidas por Rafael Fernández de Castro (1915), resultando
un atractivo yacimiento fechado a finales del siglo II a.C.
desde el punto de vista museístico, por la cantidad de piezas
completas pero a día de hoy no cuenta con ningún estudio
riguroso, salvo las descripciones de su excavador en “El
Cronista” del cual era director4 y otros medios locales como
“El Telegrama del Rif” 5 . Posteriormente a los hallazgos
le siguieron notas en otros medios como el “Boletín de la
4
FERNÁNDEZ DE CASTRO Y PEDRERA, Rafael.
(referencias arqueológicas en): El Cronista, 5 de
noviembre de 1915, El Cronista, 13 de noviembre
de 1915, El Cronista, 22 de noviembre de 1915, El
Cronista, 26 de noviembre de 1915, El Cronista, 27
de noviembre de 1915 y El Cronista, 28 de diciembre de 1915.
FERNÁNDEZ DE CASTRO Y PEDRERA, Rafael (1916)
«Museo-Biblioteca Municipal.». El Cronista, 12 de
enero de 1916.
FERNÁNDEZ DE CASTRO Y PEDRERA, Rafael (1916)
«Las visitas del General Echagüe.». El Cronista, 11
de enero de 1916.
5 s.a. «Un Museo Arqueológico.» (1915). El Telegrama
del Rif, 07 de octubre de 1915.
s.a. «Instalación de un museo.» (1915). El Telegrama
del Rif, 25 de noviembre de 1915.
AKROS
89
Arqueo
logía
Intervenciones en los Recintos Fortificados
Asociación de ingenieros Civiles de Marruecos”6 o “España
en África”7.
La Real Academia de la Historia8 también mostrará una gran
interés por promocionar los hallazgos9 realizando numerosos
contactos con los responsables de Melilla y de las excavaciones, así su director Fidel Fita publicará en 1916 con notas de
Fernández de Castro un articulo denominado “Antiguas necrópolis de melilla en el cerro de San Lorenzo” si bien lo firmará
no con su nombre sino con el de su excavador10. Concluidas las
excavaciones se sucederán, muchos años después, las diferentes
publicaciones elaboradas por él mismo (Fernández de Castro,
1943, 1945 y 1950) y de Tarradell (Tarradell, 1954) con una parte
mínima de los hallazgos estudiados a través de fotografías,
facilitadas por el entonces director del Museo Arqueológico de
la ciudad Francisco Mir Berlanga. La bibliografía señala para
los años siguientes diferentes restos en la Cuesta de Santiago
(1918) (Mir Berlanga, 1983), en la ampliación del Cementerio
(1919) (Mir Berlanga, 1979) y cerro San Lorenzo (1921 y 1928)
(Mir Berlanga, 1979) pero la ausencia de datos, más allá de las
escuetas referencias, que aporten más información, envuelven
los posibles yacimientos en un total desconocimiento salvo el
hallazgo en 1928 en el Parque Lobera cuya cerámica romana
se adscribe con más o menos dudas a una necrópolis púnicomauritana (El Telegrama del Rif, 14-10-1928). Para cerrar este
periodo señalar las nuevas excavaciones dirigidas por Rafael
Fernández de Castro en el Cerro de San Lorenzo en 1934 (La
vanguardia, 31-01-1934).
Los distintos restos, a partir de la segunda mitad del siglo
XX, no diferirán con años anteriores en cuanto a su docu-
mentación salvo excepciones, como fueron las prospecciones
por parte de Carlos Posac (Posac Mon, 1956), así tenemos
diferentes hallazgos en la construcción del Auditorio Carvajal
(1962) (Mir Berlanga, 1974 y 1979), la carretera de acceso a
la Alcazaba (1973) (Mir Berlanga, 1974) y en la construcción
del colegio España (1975) (Sáez Cazorla, 1988). La zona del
Cuarto Recinto, pese a ser una de las zonas con un mayor
índice de restos arqueológicos, la escasa documentación no
permitió describir su ocupación de manera certera hasta
fechas recientes si bien es digno de recalcar la gran voluntad
puesta por parte de los aficionados en toda esta época para
evitar la pérdida patrimonial. Así mismo se desarrollaron en
el Cerro de San Lorenzo (1980), trabajos que consistieron
en la limpieza de varias estructuras funerarias halladas en
las excavaciones de 1915 (Sáez Cazorla, 1988). Una recopilación de los hallazgos producidos en todas estas décadas
fueron recogidas por el Cronista de la ciudad Francisco Mir
Berlanga11 constituyendo un verdadero referente.
Desde mediados de los años ochenta se desarrollará la
profesionalización del trabajo del arqueólogo, en aplicación de la Ley 16/1985 de 25 de junio de Patrimonio
Histórico Español, el hallazgo de restos será advertido a la
Dirección Provincial de Cultura que notificará al Instituto de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales enviado
al arqueólogo de zona, habitualmente Enrique de Álvaro12.
Durante este periodo fueron numerosas las intervenciones,
algunas no exenta de polémica13, documentándose restos en
el Estadio Álvarez Claro (1984), Barriada de la Constitución
(1984), Victoria Grande (1984 y 1989), calle Villegas (1984),
11
6
RODRÍGUEZ RODA, Julio (1916). «Cerro de San
Lorenzo.» Boletín de la Asociación de Ingenieros
Civiles de Marruecos, 3 de enero de 1916.
7 VIVERO, Augusto (1916). «Interesantes descubrimientos arqueológicos.» España en África, nº 16,
mayo de 1916.
8 MAIER, Jorge (2003). «La documentación de la
comisión de Antigüedades de la real Academia de la
historia sobre Melilla.» Akros. La revista del Museo,
nº2. Melilla: Consejería de Cultura; p. 55-58.
9 FITA, Fidel (1916). «Melilla Púnica y Romana.»
Boletín de la Real Academia de la Historia, LXVII; p.
544-48.
10 FERNÁNDEZ DE CASTRO Y PEDRERA, Rafael (1916).
«Antiguas necrópolis de Melilla en el cerro de San
Lorenzo.» Boletín de la Real Academia de la Historia,
LXIX; p. 193-195.
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MIR BERLANGA, Francisco (1983). «Distribución
urbana de los hallazgos.» En: Melilla. Floresta de
pequeñas historias. Melilla: Ayuntamiento; p. 1519.
12 También desarrollaran intervenciones terrestres
Manuela Barthelemy y Alicia Rodero.
13 Un grupo de aficionados a la arqueología en 1987
localizó restos de un esqueleto en el cerro de San
Lorenzo. Posteriormente descubrirán la sepultura
comunicando a la Policía Nacional dicho enterramiento. El individuo estaba enterrado en posición
fetal y medía en torno a 1,70. La falta de vigilancia
del hallazgo causó la destrucción de los restos, siendo imposible por parte del arqueólogo documentarlo. El expolio de los restos provocó una pregunta en
el senado que sería contestada meses después así
como numerosos artículos periodísticos que lamentaban tal atentado contra el patrimonio melillense.
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logía
cerro de San Lorenzo (1986, 1987 y 1988), calle Miguel Acosta
(1990 y 1993), calle Ejercito Español (1992), Alcazaba (1993),
Iglesia de la Purísima (1993 y 1996), calle Cándido Lobera
(1995) y Baluarte de San José Bajo (1995). De todos estos trabajos apenas existe información alguna, salvo noticias en los
periódicos y escuetos informes administrativos, siendo nulas
las publicaciones especificas aunque existen referencias en
algunas globales.14
Una nueva etapa vendrá dada con la concesión del estatuto de Ciudad Autónoma a mediados de los años 90, tomando
las competencias en materia de arqueología la propia ciudad
a través de la Consejería de Cultura. Esta nueva etapa contrasta con la pasividad de los responsables administrativos de
etapas anteriores iniciándose un nuevo y fructífero modelo
de gestión de la arqueología de la ciudad que permitirá la
formación de un equipo de personas más o menos estables
vinculado al propio Museo Arqueológico y varias universidades15. Tras la aparición de cuatro silos en la Alcazaba y
su documentación, surgirán intervenciones en esta misma
área y en el antiguo promontorio, entre las que destacan
las de la calle San Miguel (1999), calle Alta (1999), Parque
Lobera (1999), Plaza de Armas (1999), Plaza del Veedor
(2000), Almacén de las Peñuelas (2001) y finalmente Casa
del Gobernador (2001, 2002 y 2003)16. Al margen de estas
actuaciones se desarrolló una intervención de urgencia en la
periferia, en el yacimiento ateriense conocido como Huerta
de Reyes (2003). Lejos de pensar que las publicaciones de
esta etapa resolverían trazos de la historia de la ciudad,
una ocupación durante el ateriense (Instituto de Cultura
Mediterránea-Strato, 2004), la constatación de una urbe del
siglo II a.C. con unos antecedentes aunque débiles veraces
(Villaverde Vega 2001, 2002, 2003 y 2004) y un establecimiento de carácter agrícola para el medievo (Salado Escaño et al.,
2004 y 2005), sólo acrecentaban la necesidad de seguir investigando debido a las nuevas dudas que planteaban dichas
constataciones.
Con la aprobación definitiva de la Ordenanza de
Intervenciones Arqueológicas y Paleontología de la Ciudad
14
SARO GANDARILLAS, Francisco (1983). «Melilla cien
años de hallazgos arqueológicos.» Aldaba, revista
del Centro Asociado de la UNED de Melilla, nº 1,
octubre-noviembre de 1983; p. 77-84.
SÁEZ CAZORLA, Jesús Miguel (1988). «Atlas arqueológico de Melilla.» Trapana. Revista de la AEM, nº 2.
Melilla, p. 20-28.
GOZALBES CRAVIOTO, Enrique (1991). La ciudad antigua de Rusadir aportaciones a la historia
de Melilla en la antigüedad. Melilla: Fundación
Municipal Sociocultural; 183 p.
15 El papel como elemento cohesionador que jugará
durante todo este periodo la Dr. Pilar Fernández
Uriel (UNED) será el epicentro de la renovada experiencia arqueológica.
16 Todas estas intervenciones han sido recogidas
en el pasado número de esta misma revista en:
FERNÁNDEZ URIEL, Pilar et al. (2007). «Diez años
de Arqueología en Melilla.» Akros. La revista del
Museo, nº 6. Melilla: Consejería de Cultura; p. 718.
Cartografía de la zonificación
Autónoma de Melilla en el año 2004, las excavaciones serían
ofertadas a través de concurso público desarrollándose dos
campañas más en la Casa del Gobernador (2005 y 2006)
por parte de la empresa Arqueosur (Aragón Gómez 2006 y
2007) dando solidez al discurso histórico en lo que atañe a
la ciudad púnico-rusaditana con nuevas áreas de viviendas,
actividades compaginadas con otras de carácter preventivo
por parte del Instituto de Cultura Mediterránea (Controles
de movimientos de tierra en el Aeropuerto, Huerta de Reyes,
General Macías, Plaza España, Baluarte de cinco palabras
y carretera de la Alcazaba). Al término del contrato, un
segundo concurso público para realizar excavaciones en el
Parque Lobera (2007) fue adjudicado al Instituto de Cultura
Mediterránea.
Delimitación de espacios y niveles de riesgo de
pérdida
Analizando la documentación recogida podemos delimitar
las diversas áreas en peligro de riesgo tanto en las que se
presume la existencia de restos, como aquellas verificadas a
partir de hallazgos casuales e intervenciones arqueológicas
a lo largo de los últimos cien años. Por tanto dichas zonas
ante cualquier actividad constructiva que entrañen remociones del suelo, están en peligro de pérdida de los depósitos
arqueológicos, tanto en proyectos de construcción como de
infraestructuras, estimándose en tres grados las zonas de
riesgo (alto, medio y bajo).
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En orden de pérdida destacan, en la zona de alto riesgo,
los recintos históricos y sus inmediaciones (Zona A), los barrios
periféricos que ocupan los antiguos cerros de Ataque Seco,
Santiago y Camellos, de riesgo medio (Zona B) y área de bajo
riesgo correspondiente a la parte inundada de la antigua
bahía, cauce y desembocadura del río de Oro (Zona C). En
el ámbito periurbano existen un conjunto de asentamientos
de gran valor arqueológico, aconsejándose limitar cualquier
actuación sobre ellos que carezca de control (Zona D).
ZONA A: Se trata de la zona más antigua de la ciudad
con una ocupación que arrancaría en el II milenio a.C., en la
Edad del Bronce. Posteriormente serviría de asiento a comunidades de raigambre púnica, denominándose Rusaddir,
produciéndose un proceso de asimilación por parte de
comunidades autóctonas. Aunque mal conocida durante el
medievo, se ubicó una medina islámica de mediano tamaño
conocida como Malila con una profunda reestructuración
en época moderna tras la conquista castellana pero conservando la antigua traza medieval, pasando a denominarse
Melilla. La zona de máxima protección coincide con la ciudad
intramuros y la zona próxima a estos. Es la zona que presenta
mayor potencia estratigráfica y por tanto documentándose
la secuencia cultural más completa de la ciudad. Debido al
alto nivel de conocimiento histórico-arqueológico que sobre
la zona tenemos, se desaconseja cualquier movimiento de
tierra que afecte al subsuelo sin control, pues posee un alto
interés arqueológico y por tanto debiendo gozar el máximo
nivel protección. Las áreas más importantes son las siguientes:
— Ciudad y puerto fenopúnico (Siglos III a.C.-I d.C). Barrio
de Medina Sidonia y General Larrea. Constatación de la urbe
de Rusaddir en las sucesivas intervenciones arqueológicas.
— Necrópolis fenopúnica (Siglos III a.C.-I d.C.). Se desarroAKROS
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lla a lo largo de la ladera oeste del cerro del Cubo, ocupando
su eje principal el Parque Lobera. Zona de enterramientos
constatados desde los años 20.
— Ciudad medieval (IX-XV). Ubicada en el promontorio
que ocupó la antigua ciudad extendiéndose por el Cerro
del Cubo (limitado en la actualidad por la Carretera de la
Alcazaba al este, Pablo Vallescá al sur y Cándido Lobera al
oeste). Área urbana de carácter agrícola constatándose un
alto índice de silos.
— Recintos fortificados de la ciudad moderna (Siglos
XVI-XVIII). Conjunto amurallado dividido en cuatro recintos
fortificados como resultado de una evolución diacrónica.
ZONA B: Es aquella ubicada en los cerros naturales y ramblas donde se presume la existencia de elementos arqueológicos de valor histórico. Área de probabilidad arqueológica
media. Se conocen varios contextos arqueológicos y en otros
casos presuntos:
— Barrio de Ataque Seco
— Barrio del Carmen
— Barrio del Polígono — Barrio de Batería Jota
— Barrio de la Virgen de la Victoria
— Barrio de la Libertad
ZONA C: Zonas correspondientes a la bahía actualmente
desecada, el cauce original y actual del río de Oro así como
antiguas zonas inundadas donde no hay indicios de depósitos
arqueológicos. A pesar de ello debido a los condicionamientos físicos, lo hacían propicios para actividades portuarias y
otras vinculadas al mar, como establecimiento de factorías
de salazones e industriales, como por ejemplo las salinas.
Considerada de probabilidad arqueológica baja:
— Barrio Héroes de España
— Barrio del Príncipe de Asturias
— Barrio Gómez Jordana
— Barrio Concepción Arenal
— Barrio Isaac Peral
ZONA D. Áreas del ámbito periurbano de la ciudad de
potencialidad arqueológica presunta o constatada en claro
riesgo de pérdida.
— Cala Morrillo
— idi Guariach
— Huerta de Reyes
Propuesta de tutela, gestión, investigación y
difusión del patrimonio arqueológico
Para alcanzar el alto nivel de gestión del patrimonio arqueológico de la península o la ciudad hermana de Ceuta, tras
decenas de años de búsqueda del equilibrio entre la renovación urbana y el patrimonio son varios los puntos que deben
marcarse. La situación excepcional en todos los ámbitos de
Melilla incrementa la profunda brecha entre la vinculación
por el pasado de la ciudad y sus habitantes, el efecto ciudad de paso, hace que la mayoría de sus ciudadanos sean
foráneos bien de origen peninsular o marroquí y sean menos
sensibles por estos temas, conciencia diferente a cualquier
otra ciudad de la geografía española con una dinámica
menos viva.
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Identificados los elementos de riesgo de perdida por
medio de la Carta Arqueológica Terrestre de la Ciudad de
Melilla, la planificación de un verdadero programa de
gestión de la actividad arqueológica se da como requisito
imprescindible para empezar a tutelar el patrimonio arqueológico de manera eficaz, iniciándose programas de difusión
cultural centrada en el patrimonio arqueológico de Melilla
que incluya: propuestas de exposiciones temporales, ciclos
de conferencias así como publicación de estudios sobre esta
temática17.
Se deberían desarrollar proyectos de musealización y
puesta en valor del patrimonio arqueológico y monumental, con el objetivo de resaltar la utilidad social del trabajo
arqueológico y de la investigación histórico-artística, con la
valoración integral de estos recursos.
El establecimiento de convenios se harán necesarios, en
un futuro no muy lejano, entre la Consejería de Cultura, la
Consejería de Fomento y el Museo de Arqueología e Historia,
creando formulas para que la tutela y gestión sobre los
bienes arqueológicos sea más efectiva como la creación de
la Oficina Técnica de Arqueología, encargada de realizar
los proyectos de intervención arqueológica que se den en la
ciudad, elaborando una zonificación arqueológica donde las
afecciones urbanas y de infraestructuras queden controladas,
efectuando al mismo tiempo los trabajos sin coste para el
promotor. Asociado a ésta deberá existir un almacén-laboratorio donde conservar el ingente volumen de restos hallados
pues la experiencia acumulada en otros puntos advierte de
la difícil digestión que acarrea la continuidad de intervenciones18. Igualmente dicha oficina será quien elabore los proyectos de conservación de los restos. Manteniendo de esta
manera un equipo de investigación estable, que garantice la
calidad, la investigación y la difusión de los trabajos.
Para que este trabajo se lleve a la práctica finalmente es
imprescindible que la Ciudad Autónoma de Melilla designe
en sus presupuestos generales una partida concreta para el
ejercicio de sus competencias en esta materia.
Para concluir este acercamiento a la protección arqueológica desde la experiencia melillense, sólo queda requerir
al gobierno local la necesidad de valorar y respetar el
patrimonio arqueológico, en la mayoría de los casos, confusamente visto como adverso al desarrollo y el progreso,
tal y como establece el artículo 7 de la Ley 16/1985 de 25 de
junio de Patrimonio Histórico Español, el cual señala “Los
Ayuntamientos cooperarán con los organismos competentes
para la ejecución de esta Ley en la conservación y custodia
del Patrimonio Histórico Español comprendido en su término
municipal, adoptando las medidas oportunas para evitar su
deterioro, pérdida o destrucción”.
17
En la actualidad sólo la revista editada por la
Consejería de Cultura conocida como Akros, la
revista del Museo ha cubierto los resultados de las
excavaciones.
18 Actualmente los materiales se depositan en el
Laboratorio de Arqueología, que tiene su acceso en
el Torreón de las Cabras. En él están depositados
los restos de las intervenciones de los últimos diez
años.
Ficha
Igualmente habría que llamar la atención sobre la necesaria cooperación entre las distintas consejerías implicadas en
la salvaguarda del patrimonio como son Cultura, Fomento
y Medio Ambiente, así como un profundo diálogo con las
instituciones científicas y universidades, para que el fututo
modelo de gestión integral de la actividad arqueológica de
Melilla sea un éxito.
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Colaboraciones
Cada colaboración o artículos, inéditos, debe incluir una introducción, el cuerpo y unas conclusiones; sería
aconsejable que dichos artículos estuvieran complementados por fotografías. Es imprescindible la bibliografía
adjunta y en su caso, notas al pie de página.
Rigor
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Artículos Científicos. Se profundizará en temas sobre los cuales ya existen trabajos previos, que deberán ser
citados, y aportar alguna conclusión original o novedosa. Se admitirán igualmente artículos en los que se
recopilen los últimos datos sobre diferentes investigaciones, aunque no aporten idea nueva alguna. La extensión de estos artículos no superarán las quince páginas.
Artículos de opinión. Como su propio nombre indica, estos artículos llevan como aval el bagage profesional
del autor y la experiencia del mismo en el campo del tema que trate. Los argumentos que en el mismo se
vuelquen y el contenido del artículo tienen como soporte la opinión del autor. La extensión de los mismos no
superará las diez páginas.