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REVISIÓN
Acta Biol. Venez., Vol. 37(1):13-40
Enero-Junio, 2017
EL COMPOST, UN INSUMO VITAL PARA LA
AGRICULTURA ALTERNATIVA
Luisa Villalba
Centro de Ecología Aplicada, Instituto Zoología y Ecología Tropical (IZET),
Facultad de Ciencias, Universidad Central de Venezuela. Av. Los Ilustres. Caracas
1041. Venezuela.
[email protected]
RESUMEN
La agricultura ecológica o “agroecología”, surge a raíz del cuestionamiento de la agricultura convencional,
el uso intensivo de la tierra y la aplicación indiscriminada de agroquímicos. El impacto de este tipo de
agricultura, ha planteado la necesidad de conocer y comprender el agro ecosistema; ante estos análisis,
han surgido una serie de tendencias que promueven una agricultura menos contaminante, sin el uso de
agroquímicos, que considere más los componentes biológicos que en ella interactúan. Dentro de estos
componentes biológicos, el suelo y la materia orgánica presente en él, representan la base de su
funcionamiento, constituida por las distintas relaciones existentes entre los microorganismos presentes
en el suelo y las plantas. Debido al empobrecimiento de los suelos por las malas prácticas de la agricultura
convencional, es necesario hoy en día incorporarle a los suelos materia orgánica por medio de enmiendas,
como es el caso del compost; por otra parte, la producción agrícola bajo condiciones controladas, en
ciertas ocasiones requiere de sustratos orgánicos. Es así que, este trabajo se planteó como objetivo, el
demostrar que el compost es una biotecnología que permite por una parte aprovechar los residuos
orgánicos, los cuales debido a su mal manejo están relacionados con una serie de problemas ambientales
y sanitarios; y por otra parte representa el insumo vital que permite suplir las demandas de enmiendas
y sustratos orgánicos, garantizando a su vez, la incorporación al suelo de materia orgánica que mejore
su estructura, así como su fertilidad y salud.
Palabras clave: residuos, enmiendas, sustratos, aprovechamiento, biotecnología.
Compost, a vital input for alternative agriculture
Abstract
Organic farming or "agroecology" arises through the questioning of conventional agriculture, intensive
land use and indiscriminate use of agrochemicals. The impact of this type of agriculture, has raised the
need to know and understand the agro-ecosystem; against these analysis, there have been a number of
trends that promote cleaner agriculture without the use of agrochemicals, considering the most
biological components which interact in it. Among these biological components, the soil and the organic
matter present in it, represent the basis of its functionality, which is conformed by the different
relationships between microorganisms in soil and plants. Due to the impoverishment of soil by wrong
conventional agriculture practices, it is necessary today to incorporate soil organic matter through
amendments, such as compost; on the other hand, agricultural production under controlled conditions,
on certain occasions requires organic substrates. Thus, this work has the objective of demonstrate that
the compost is a biotechnology that allows one hand take organic waste, which as a consequence of their
mismanagement are related to a number of environmental and health problems; and on the other hand
it represents the vital input that can meet the demands of amendments and organic substrates, whilst
ensuring the incorporation of organic matter to the soil that improve its structure, fertility and health.
Keywords: waste, amendments, substrates, exploitation, biotechnology.
Número Especial “Interacciones en la Agroecología”
Recibido: julio 2016
Aceptado: diciembre 2016
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
INTRODUCCIÓN
Según Martínez (2004), el término “agricultura alternativa” se refiere a
la agricultura biológica (en el mundo latino y germano), orgánica (en el
mundo anglosajón), ecológica (en Escandinavia y España) y agroecológica
(en países del tercer mundo); a su vez son todas aquellas que no utilizan
productos químicos. Cada concepto tiene un origen y una concepción
filosófica
(agricultura
biodinámica,
orgánica-biológica,
natural,
permacultura o agricultura permanente), pero se puede decir que en
general la aplicación a la agricultura de esta conciencia y sensibilidad se
denomina “alternativa”, y tiene varios principios.
Entre estos principios, los más conocidos son: mayor incorporación de
los procesos naturales, como el ciclo de nutrientes, fijación de nitrógeno,
relaciones depredador presa, etc., en los procesos de producción agrícola;
reducción en el uso de los insumos con mayor potencial de perjudicar el
ambiente y la salud de los agricultores y los consumidores; incremento del
uso productivo del potencial biológico y genético de las especies de plantas
y animales; sostenibilidad de los actuales niveles de producción
adecuando el modelo y el potencial productivo a las limitaciones físicas de
las tierras de cultivo; y el que más nos interesa para este artículo, la
eficiencia productiva con énfasis en la mejora del manejo y la conservación
del suelo, agua, energía y los recursos biológicos.
Por otra parte, la problemática asociada al mal manejo de los residuos
sólidos, la necesidad de reducir la superficie destinada a los vertederos y
la búsqueda de alternativas para el reciclaje de los residuos de origen
orgánico, afectan a la sociedad en general. En tal sentido, la
transformación de los residuos en sustratos y el uso adecuado de los
mismos para fines hortícolas (y agrícolas en general) surge como una
alternativa viable, técnica y económica (Cruz y col., 2013).
Los residuos orgánicos transformados en sustratos mediante técnicas
tales como el compostaje o vermicompostaje proveen propiedades
adecuadas para el crecimiento de los cultivos, como la reducción del
tamaño de partículas que lleva a una mayor retención del agua por el
sustrato, el incremento de la capacidad de intercambio catiónico y mejora
de la capacidad de aireación, las cuales dependerán de la naturaleza de
los materiales (Cruz y col., 2013).
El presente trabajo consistió en una revisión que sustenta el por qué
el compost representa un insumo vital para la agricultura alternativa. En
este sentido, los temas desarrollados fueron: los residuos orgánicos y su
aprovechamiento; la importancia de añadir compost en los suelos y
aprovechar los residuos como fuente de retorno de la materia orgánica; el
compost como insumo en la agricultura alternativa (enmiendas y
sustratos); y los sistemas controlados y la agricultura alternativa.
14
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
LOS RESIDUOS ORGÁNICOS Y SU APROVECHAMIENTO
Los residuos sólidos se clasifican desde varios puntos de vista, una de
esas clasificaciones depende de su naturaleza y su biodegradabilidad, de
allí que se consideran en orgánicos e inorgánicos. Los residuos orgánicos
se caracterizan porque pueden descomponerse, esto es volver a la
naturaleza transformados por agentes externos y microorganismos.
Cuando esto sucede se dice que son biodegradables.
La naturaleza cumple un ciclo perfecto de reutilización de los residuos
(Ley del retorno, según Suárez, 1981), es decir, la materia orgánica es
biotransformada en condiciones aeróbicas, mediante los procesos de
descomposición, mineralización y humificación y produce moléculas
orgánicas e inorgánicas, así como compuestos húmicos, que reincorporan
al suelo nutrientes y mejoran su estructura para un mejor funcionamiento
(Moreno y Moral, 2008). El hombre ha alterado este proceso (relativo al rol
de los descomponedores en la cadena trófica), al desincorporar del suelo
los residuos orgánicos que son la fuente de carbono y nutrientes para los
descomponedores. Desarrollar acciones de aprovechamiento de los
compuestos orgánicos presente en los residuos sólidos, como es el caso
del compostaje, es una manera de retomar este ciclo (Villalba, 2011).
Como se puede observar en la Figura 1, aparte de la clasificación de
los residuos según su composición (orgánicos o no), también se pueden
clasificar de acuerdo a su origen, es decir, de qué actividad humana se
originan, -así podemos a la vez apreciar que en algunos casos según su
naturaleza se pueden compostar y en otros no-. Por ejemplo, los residuos
de construcción representan en su mayoría restos de cemento, material
que no es compostable; los desechos peligrosos que se generan en algunas
industrias, así como en los centros de salud y hospitales deben ser
manejados cuidadosamente bajo la normativa que regula los desechos
peligrosos y no se recomienda sean compostados; sin embargo los restos
de actividades agrícolas, de la poda de árboles, del desmalezamiento en el
mantenimiento de las áreas verdes, o de los restos de hortalizas de los
mercados, de los restaurantes o de las casas (domicilios, comercios), si se
pueden compostar, así como los lodos o sedimentos del tratamiento de
aguas o que se almacenan en las alcantarillas.
En tal sentido, como se puede apreciar en la Figura 1 este tipo de
residuos (los compostables) representan una fuente de materia prima para
elaborar compost que no se está aprovechando actualmente y permitiría
resolver por una parte los problemas en los sitios de disposición final (exceso
de materiales a disponer con sus consecuentes efectos de contaminación
ambiental por generación de gases y lixiviados), así como en el proceso de
almacenamiento y recolección de los mismos, ya que representan un
volumen considerable, -en la composición de los residuos sólidos urbanos
más del 50% de los mismos (Villalba, 2011)-; a la vez de producir un insumo
de gran importancia para la agricultura alternativa como lo es el compost.
15
Actividades
grícolas
Cachivaches
Profilaxia
Animal
Limpieza
alcantarillas,
cloacas, ríos y
quebradas
Mercados
Barrido
Centros de
Salud y
Hospitalarios
Construcción
Áreas VerdesProfilaxia
Vegetal
Industrias
Comercios
Sitio de Generación
Domicilios
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
Alamcenamiento
Recolección
AcopioTransferencia
Tratamiento y/o
Aprovechamiento
Disposición Final
Residuos Orgánicos:
Compostable
No compostable
Peligrosos
Figura 1. Sitios de generación para las distintas etapas de la gestión de los residuos orgánicos y su
clasificación (tomado de Villalba, 2013).
Sin embargo, se debe entender, tal como se indica en la Figura 1, que el
aprovechamiento ocurre si se consideran una serie de etapas concatenadas
que contemplan: (a) la separación desde el sitio de generación (que no se
contaminen los residuos orgánicos con otros desechos); (b) un sistema de
almacenamiento (dónde colocar los materiales hasta su recolección); (c) un
sistema de recolección selectiva (transporte de estos residuos separados
desde el origen hasta los sitios en que serán aprovechados); y (d) centros de
transferencia o acopio (espacio de almacenamiento, acopio y/o tratamiento
primario cuando las distancias al sitio de aprovechamiento son muy
distantes). Este esquema es válido para todos los tipos de residuos, no
solamente los compostables, sino también para aquellos que se quieran y
puedan reciclar (como es el caso de los inorgánicos), en este sentido, es
importante contemplar el mercado del producto final, el posible uso del
mismo y por lo tanto su calidad.
Existen muchas tecnologías para el aprovechamiento de los residuos
orgánicos, sin embargo, se promueve el compostaje, porque es un proceso
natural, relativamente sencillo, que consiste en la descomposición bajo
condiciones aeróbicas de la materia orgánica por medio de una sucesión de
microorganismos que transforman los residuos en un producto estabilizado.
Por otra parte, es el proceso para el tratamiento (aprovechamiento) de los
residuos orgánicos más desarrollado y utilizado (Moreno y Moral, 2008).
Cuando el compost está estabilizado químicamente, es el componente ideal
para preparar sustratos, debido a que en ese estado presenta materia
orgánica humificada y ausencia de patógenos, y las fracciones fenolíticas
con propiedades fititóxicas están menos presentes (Satoshi, 2013).
16
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
El compostaje es el método indicado para estabilizar y desinfectar
subproductos orgánicos con la finalidad de valorizar los residuos
orgánicos mediante su empleo como enmiendas de suelos o componentes
de sustratos de cultivo. Pero muy probablemente la última etapa del
proceso de reciclado, es decir, la comercialización de los productos
obtenidos, todavía tiene algunas deficiencias derivadas de la aceptación
final del compost. En muchas ocasiones esta falta de aprobación se debe
a la falta de calidad del producto final o simplemente la desconfianza a la
hora de utilizar un producto que no ha sufrido una evaluación correcta de
sus propiedades y en ocasiones no se especifican sus características
(Moreno y Moral, 2008).
LA IMPORTANCIA DE AÑADIR COMPOST EN LOS SUELOS Y
APROVECHAR LOS RESIDUOS COMO FUENTE DE RETORNO DE LA
MATERIA ORGÁNICA
La aplicación de compost al suelo modifica tanto las propiedades físicoquímicas como las nutricionales, lo que obligatoriamente afecta los niveles
poblacionales microbianos. Aunque existen diferencias en función de las
características del compost aplicado, si el producto utilizado es de calidad, la
microbiota edáfica suele responder con incrementos en la población, en el
número de comunidades y en los niveles de actividad (Albiach y col., 2000).
Este incremento en la microbiota edáfica es importante, debido a que
la misma cumple un rol fundamental en la transformación de los residuos
orgánicos que entran al suelo (Hernández-Hernández, 2008) y por ende a
los procesos de transformación de estos residuos y a la constitución de la
materia orgánica del suelo (MOS).
¿Qué es la materia orgánica?, según Primavesi (1984) es toda sustancia
muerta en el suelo ya sea que provenga de plantas, microorganismos,
excreciones animales (de la fauna terrestre), ya sea de la meso y
macrofauna. Las raíces vivas no constituyen materia orgánica, como
tampoco los animales que viven sobre el suelo. Por otro lado, ¡no sólo el
humus es materia orgánica y no toda la materia orgánica es humus!
De acuerdo a Cooperband (2002), no toda la materia orgánica del suelo
es igual, las frutas y restos de hojas de vegetales verdes como la lechuga
y la espinaca, así como las conchas de verduras se degradan fácilmente
porque contienen hidratos de carbono (azúcares simples en su mayoría y
almidones). En contraste, las hojas, los tallos, cáscaras de nuez y corteza
de árboles se descomponen más lentamente debido a que contienen
celulosa, hemicelulosa y lignina. La facilidad con la que degradan
compuestos se determina por la complejidad de los compuestos de
carbono y, en general sigue el orden: carbohidratos> hemicelulosa>
celulosa = quitina> lignina. En contraste con los residuos vegetales
17
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
frescos, el abono compostado se descompone lentamente cuando se añade
al suelo porque ya ha sido objeto de una significativa cantidad de
descomposición durante el proceso de compostaje.
La materia orgánica del suelo, posee un promedio del 58% de carbono
(por eso el valor de conversión de 1,72), y se puede diferenciar en grupos o
fracciones en función de su accesibilidad a la descomposición microbiana.
La fracción activa tiene la más alta tasa de rotación: 1 a 2 años (como por
ejemplo las hojas y las raíces muertas). El grupo intermedio se convierte
otra vez en dos a cinco años (como los ácidos poliurónicos, que son
productos intermediarios de la descomposición bacteriana). La recalcitrante
o fracción estable es la materia orgánica que está bien descompuesta
(sustancias húmicas), que es química o físicamente resistente a la
descomposición, tardando más de 10 años en descomponerse.
Esta fracción de la materia orgánica bien descompuesta (las sustancias
húmicas) ya no ofrece el mayor número de nutrientes para las plantas y
los microbios del suelo como la fracción activa, pero juega una serie de
roles importantes en el suelo, tales como la promoción de retención de
agua y nutrientes, y en la estabilidad estructural (Primavesi, 1984;
Cooperband, 2002).
Como se puede apreciar, la MOS tiene distintos componentes, en este
sentido, esta composición puede variar cuando agregamos compost a un
suelo. Según Moreno y Moral (2008), la influencia del compost sobre la
población microbiana del suelo no se limita a aspectos cuantitativos, la
estructura de dicha comunidad se ve afectada por el tratamiento con este
tipo de enmiendas orgánicas, dado que factores determinantes en la
evolución poblacional de los distintos grupos microbianos que colonizan
este hábitat, tanto de carácter nutricional como físico-químico, son
modificados como consecuencia de las propiedades específicas del
compost adicionado. Esta variabilidad puede ser de especial interés en
determinados procesos en los que se requiera una mayor participación de
especies concretas, tal y como sucede en tratamientos de biorremediación
y recuperación de suelos. En este sentido, Luna y col. (2014) señalan que
el uso de enmiendas orgánicas, en particular el compost, aporta una
mejora en la calidad de la materia orgánica de los suelos degradados.
Según La FAO (1999), en muchos países en vías de desarrollo, la pérdida
de la fertilidad de los suelos es producto de la exportación continua de
nutrientes extraídos por los cultivos sin una reposición adecuada, en
combinación con prácticas no balanceadas de nutrición de las plantas. Esto
plantea una creciente amenaza a la producción agrícola. De hecho ya hay
descensos en los rendimientos, un problema muy serio al igual que los
causados por otras formas de degradación ambiental. Si bien es cierto que
el reciclaje y la transferencia de nutrientes provenientes de zonas no
agrícolas y que los residuos de cultivos y el estiércol animal pueden
18
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
compensar parcialmente las extracciones de nutrientes que se producen
con las cosechas, también es cierto que el uso de fuentes externas como los
fertilizantes minerales, es esencial para satisfacer los requerimientos de los
cultivos y aumentar la producción en muchos sistemas agrícolas.
Sin embargo, Primavesi (1984) plantea que si el papel de la materia
orgánica fuese únicamente adicionar nutrientes al suelo, en especial
nitrógeno, tendría poca importancia, ya que la fertilización mineral actúa
con mucha mayor precisión y eficiencia. Pero, no obstante, la fertilización
mineral, por más completa que sea, nunca consigue mantener la
productividad del suelo, ya sea en clima templado o tropical, sin que exista
un retorno sistemático y dirigido de la materia orgánica.
A su vez señala que la descomposición de la materia orgánica depende
no sólo del clima y microorganismos, sino también del uso del suelo. En
suelos tropicales el abandono del suelo (barbecho) se hace para recuperar
el humus y la bioestructura (es una especie de compostaje en superficie,
a campo abierto, Román y col. 2013), pero también existen otras prácticas
de manejo que contribuyen a mejorar la estructura del suelo, tales como
la rotación de cultivos y pasturas racionalmente planeadas.
De estas distintas prácticas que permiten mejorar la estructura del
suelo y reponer su contenido de materia orgánica, hay que señalar la
importancia, la posibilidad y la pertinencia de incorporar a los suelos los
residuos orgánicos provenientes de las distintas actividades humanas
(restos de podas de jardines y áreas verdes, lodos de plantas de
tratamientos, restos de vegetales provenientes de mercados, restaurantes
y residencias, entre otros), previamente compostados y bajo un manejo
controlado según estándares de calidad. Esta alternativa representa una
mejora en la estructura y fertilidad de los suelos, y por otra parte una
disminución en la cantidad de residuos sólidos que se entierran en los
vertederos generando una serie de problemas ambientales (generación de
gases de efecto invernadero y de lixiviados que contaminan los cuerpos de
agua), representando un retorno de materia orgánica a los suelos.
EL COMPOST COMO INSUMO EN LA AGRICULTURA ALTERNATIVA
(ENMIENDAS Y SUSTRATOS)
Estadísticas recientes presentadas por la “International Federation of
Organic Agriculture Movements”, sobre la certificación de áreas bajo
producción orgánica, señalan que las mismas se han incrementado desde
10,6 Mha en el año 2000 a 37,2 Mha en el 2010, y aproximadamente 26%
de este crecimiento ocurrió en Latinoamérica (Paul, 2015).
Este cambio en los modos de producción en la agricultura, en los
cuales la implementación de prácticas orgánicas se hacen más comunes,
19
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
demandan a su vez de una serie de insumos, que les garanticen prácticas
acordes con estos nuevos paradigmas, insumos tales como
biofertilizantes, biocontroladores, y el uso de enmiendas y sustratos de
calidad, como por ejemplo el compost.
En condiciones naturales la materia orgánica se puede descomponer
(produciendo humus entre otros compuestos) y en determinadas
condiciones compostar. La diferencia principal es que el compostaje se
asume como un proceso artificial (es un proceso biológico de
descomposición de la materia orgánica realizado por el hombre); es una
biotecnología por el hecho de corresponder a una explotación industrial del
potencial de los microorganismos; y también puede considerarse una
ecotecnología, ya que permite el retorno al suelo de la materia orgánica y de
los nutrientes vegetales, introduciéndola de nuevo en los ciclos biológicos.
Se puede utilizar la fracción orgánica de la basura domiciliaria en forma
controlada en instalaciones industriales llamadas Plantas de Compostaje.
Es así que, el compostaje se puede definir como un sistema de
aprovechamiento, de tratamiento/estabilización de los residuos orgánicos
basado en una actividad microbiológica compleja, realizada en
condiciones controladas (presencia asegurada de oxígeno-aerobiosis- y
con alguna fase de alta temperatura) en las que se obtiene un producto
utilizable como abono, enmienda o sustrato.
El compost, es el producto final de este proceso y tiene grandes
propiedades como acondicionador de suelos. Es el resultado de la acción
de la actividad microbiológica, es un compuesto parcialmente
mineralizado y humificado (estable), inocuo, libre de substancias
fitotóxicas, similar al humus, de olor a tierra mojada y color oscuro, con
un contenido importante de nutrientes que lo hacen un buen fertilizante
natural (Moreno y Moral, 2008; Villalba, 2011).
Por lo antes expresado, el compost se puede utilizar en la agricultura
como enmienda y como sustrato; entendiendo que una enmienda es un
material orgánico y/o inorgánico que tradicionalmente se le añade a los
suelos con la finalidad de mejorarlos (son considerados acondicionadores
de suelos), sobre todo desde el punto de vista de su fertilidad, aun cuando
no son fertilizantes, pero contribuyen a optimizar la disponibilidad de
nutrientes para las plantas Por otra parte, un sustrato para el cultivo de
plantas es todo material que puede proporcionar anclaje, oxígeno y agua
suficiente para el óptimo desarrollo de las mismas, o en su caso
nutrimentos, requerimientos que pueden cubrirse con un solo material o en
combinación con otros, los cuales deberán ser colocados en un contenedor.
Una cosa es estudiar el contenido de materia orgánica existente en el
suelo y otra es el análisis de los sustratos y las enmiendas orgánicas.
Rivero (1999), señala que la preocupación por conocer la calidad de un
20
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
compost de manera previa a su incorporación al suelo, ha llevado a
plantear el uso de una serie de técnicas e índices, que permitan obtener
la seguridad de no producir efectos indeseables en el mismo tales como,
inmovilización de nitrógeno. Este se da usualmente cuando no hay una
transformación completa de los materiales celulósicos, presencia de
niveles tóxicos de productos de metabolismo o compuestos alelopáticos y
altos contenidos de sales o metales pesados. La forma como se logra
estimar la calidad de un compost va desde prácticas muy rudimentarias,
hasta la determinación de parámetros químicos específicos o
instrumentación de bioensayos.
En tal sentido, la calidad de un compost, va a estar íntimamente
relacionada con el uso que se le va a dar a ese producto, y por lo tanto, los
análisis que se requerirán estarán de acuerdo con su uso, bien sea como
enmienda o como sustrato. Según lo antes señalado, es importante que el
compost que se va a utilizar, principalmente en la agricultura cumpla con
unos estándares de calidad, definidos principalmente: (A) por su madurez
y estabilidad; (B) como fertilizante; y (C) por su inocuidad.
(A) Calidad del compost de acuerdo a su madurez y estabilidad.
Moreno y Moral (2008), señalan que la calidad del compost se entiende
en términos de estabilidad biológica y de “humificación”, así, en el caso de
la estabilidad biológica, este término está más relacionado con el uso del
compost, es decir cuando su incorporación al suelo no ocasiona problemas
en el sistema suelo-planta asociados a un bloqueo biológico del nitrógeno
asimilable del suelo por las poblaciones de microorganismos, lo cual puede
dar lugar a graves deficiencias de N en la planta y por lo tanto a un efecto
depresivo en el rendimiento de los cultivos. Por lo tanto desde este punto
de vista, el grado de madurez puede determinarse simplemente mediante
la respuesta vegetal, y se han propuesto numerosos bioensayos para este
fin. El más popular es el método de Zucconi y col. (1981) o test de
germinación de Lepidium sativum L., el cual determina que resultados de
germinación menores a un 80% indican que el compost está inmaduro
(Thompson y col., 2001).
Por otra parte, un compost altamente “humificado”, cuya materia
orgánica ha evolucionado durante un largo período de tiempo de
maduración hacia formas más resistentes a la biodegradación (y que
presenta numerosas similitudes a las propiedades de la materia orgánica
humificada del suelo), es un compost altamente maduro, que
implícitamente está biológicamente estabilizado y además carece de
sustancias orgánicas fitotóxicas. Por tanto, el término madurez
conceptualmente engloba el término estabilidad. Es decir, cuando se
indica que un compost es inmaduro implícitamente se entiende que no
está estabilizado biológicamente (madurez = estabilización biológica +
21
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
“humificación”), criterio que debe entenderse como operativo o práctico
para la utilización directa del compost.
Los compost maduros presentan concentraciones insignificantes de
sustancias fitotóxicas de carácter orgánico (aquellas producidas durante
la fase más activa del proceso de compostaje), como por ejemplo NH 3, o
ácidos de cadena corta. Es así que un compost maduro, de acuerdo con
Rivero (1999), debe de haber cumplido con la fase más activa del proceso
(fase termófila), y recomienda determinar una serie de parámetros que
garanticen el no producir efectos indeseables tales como la inmovilización
de nitrógeno al aplicar el compost en el suelo.
Moreno y Moral (2008), señalan que la importancia de la determinación
del grado de madurez del compost ha dado lugar en los últimos años a un
importante cúmulo de información, muy dispersa en la literatura. Aparte
de la disparidad de métodos propuestos, un problema importante para
deducir índices de madurez reproducibles es la normalización de las
condiciones analíticas, en tal sentido, el “US Composting Council”,
desarrolló el “Tests Methods for the Examination of Composting and
Compost” (TMECC), métodos que están siendo cada vez más adoptados en
la actualidad, tal y como apreciamos en la normativa chilena (INN-Chile,
2004) y en la de USA (Thompson y col., 2001).
En general, según Moreno y Moral (2008), los test o métodos
propuestos para la evaluación del grado de madurez pueden agruparse en
cinco tipos según la naturaleza del parámetro que evalúan, estos son:
1. Parámetros sensoriales de la madurez (test o criterios de tipo físico). En
la Tabla 1, se aprecian los principales indicadores considerados como
parámetros físicos, incluidos debido a su gran importancia y uso para
determinar la madurez en los compost.
Tabla 1. Parámetros sensoriales de la madurez (test o criterios de tipo físico). Metodologías para
compost.
Indicador
Temperatura
Color
Olor
Método (Fuente)
Condiciones madurez (Fuente)
Test “Dewar”, de autocalentamiento
(Thompson y col. (2001).
Máximo autocalentamiento: 10ºC (Clase
V), Temperaturas entre 20-30 ºC (Costa y
col., 1991)
Marrón oscuro o casi negro. Valor Y (grado
de luminosidad entre 11 y 13) (Costa y col.,
1991 y Sugahara y col., 1979 citados por
Moreno y Moral, 2008)
A tierra mojada, fresca. Ausencia de malos
olores (Costa y col., 1991; Moreno y Moral,
2008; y Thompson y col., 2001)
Determinación
del
grado
de
luminosidad, valor Ypor medio del
uso de la Tabla Munsell (Thompson
y col., 2001)
Evaluaciones de campo. Método
TMECC 05.06 (Thompson y col.,
2001)
22
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
2. Evolución de parámetros de la biomasa microbiana. Para la
cuantificación de la biomasa microbiana se utilizan métodos directos o
indirectos. En el primer caso se procede al aislamiento e identificación
de los diferentes grupos de microorganismos, mediante la obtención de
extractos de suelo que luego son sembrados en medios de cultivo, en
general, específicos para cada grupo a identificar. La evaluación del
crecimiento y características de las colonias, por observación directa o
al microscopio, suministra información acerca de las poblaciones
presentes. Las técnicas más utilizadas son: el contaje en placa y el
número más probable. En los denominados métodos indirectos se
agrupan aquellos basados en propiedades funcionales de los grupos
microbianos, que pueden medirse y luego relacionarse con poblaciones
presentes (Rivero, 1999).
La Biomasa microbiana es un componente importante del ecosistema
del suelo, en la Tabla 2 se aprecian algunos métodos y las consideraciones
de madurez de los compost. Debido a la falta de métodos adecuados y
suficientemente estandarizados en la microbiología del suelo, la
estimación de la biomasa microbiana fue descuidada.
Tabla 2. Métodos directos e indirectos para determinación de microbiota y criterios de madurez
para compost.
Método (Fuente)
Condiciones madurez (Fuente)
Determinación de la biomasa microbiana
(bacterias, hongos y actinomicetes) por el método
de Conteo microbiano NMP (número más
probable), UFC (unidades formadoras de colonias)
(Rivero, 1999).
Disminución de la población microbiana
(Corlay y col. 1999; y Moreno y Moral, 2008).
Distintos reportes en UFC/g de compost:
9,75 x 106 (Villalba, 2005); 6,81 x 107 (Corlay
y col., 1999); 1.3x104 (Gebeyehu y Kibret,
2013); Bacterias Gram + (García y Polo,
1999); Bacterias Gram + y Gram - (Boulter y
col., 2000), (Rebollido y col. (2008), (Escobar
y col., 2013), (Villalba, 2005).
Determinación del C de la biomasa microbiana por
el método de Fumigación-incubación (Jenkinson,
1976, citado por Armida y col., 2005). Y el método
de “fumigación y extracción” de Brookes y col.
(1985) citado por Gómez y col. (2012).
Producto: (kg de C ha-1 relativo al C total o CO2
producidos).
Disminución de la población microbiana
(Corlay y col. 1999; y Moreno y Moral, 2008).
Determinación de N de la biomasa microbiana por
el método de Fumigación y extracción
kg de N ha-1 relativo al N total (Reyes y Vargas,
1999).
Disminución de la población microbiana
(Corlay y col. 1999; y Moreno y Moral, 2008).
Biomarcadores moleculares. Los más utilizados
son las técnicas PLFA (perfil de ácidos grasos de
fosfolípidos), QP (perfil de quinonas) y algunas
técnicas moleculares de ácidos nucleicos (sobre
todo PCR-amplified 16S rDNA) (Moreno y Moral,
2008).
Perfiles de ácidos grasos fosfolipídicos (PLFAs, por
sus siglas en inglés) y de ADN (Aciego, 2013)
Disminución de la población microbiana
(Corlay y col. 1999; y Moreno y Moral, 2008).
23
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
Sin embargo, varias técnicas para medir la biomasa microbiana han
surgido durante las últimas tres décadas, según Odlare (2005):
“Jenkinson y Powlson (1976) introdujeron el método cloroformo
fumigación-incubación (CFI) y una versión modificada, el método de
fumigación-extracción con cloroformo (CFE), fue descrito por Vance y
col., (1978).
Un enfoque fisiológico para medir la biomasa microbiana fue la
respiración inducida por el sustrato (SIR), fue propuesto por Anderson
y Domsch (1978). La idea era derivada de estudios de cultivos puros.
Los microorganismos responden a la oferta de sustrato disponible, tal
como la glucosa, con un aumento inmediato en la respiración que se
suponía que iba a ser linealmente relacionada con la biomasa C
medido por CFI. Además de CFI y CFE, el SIR-técnica se ha convertido
en el método más utilizado para determinación de la biomasa en el
suelo.”
En las Tablas 3, 4 y 5, se observan algunos métodos basados en el
estudio indirecto de la evolución de parámetros de la biomasa microbiana
(que para algunos autores es sinónimo de madurez), entre ellos la
respirometría (entre los métodos más utilizados), Tabla 3; los parámetros
bioquímicos de la actividad microbiana (Tabla 4) y el análisis de
constituyentes fácilmente biodegradables (Tabla 5).
Tabla 3. Métodos de respirometría para determinación de microbiota y criterios de madurez
para compost.
Método (Fuente)
Condiciones madurez (Fuente)
Métodos estáticos: SOUR (Tasa –velocidad- específica de
consumo de oxígeno), OD20 (consumo de oxígeno
acumulado en 20 h), SRI (Respiración inducida por el
sustrato)1, RIT (consumo de oxígeno a la temperatura del
proceso) (Thompson y col., 2001, y Moreno y col., 2015).
Métodos dinámicos: DRI (Índice de Respiración Dinámica),
RDRI (Índice de Respiración Dinámica Real), PRDRI (Índice
de Respiración Dinámica Potencial) (Moreno y col., 2015)
La respiración microbiana se midió a través de la
determinación del CO2 desprendido en el tiempo, se empleó
el método por titulación descrito por Anderson e Ingram
(1993) empleando trampas de álcali (10g muestra + 10 mL
NaOH 0,25M(25°C/24h)+2mLBaCl2 0,5M+3ó4 gotas
fenolftaleína y titulación con HCl 0,25M).Las titulaciones se
realizaron diariamente durante quince días y luego se
espació el tiempo a intervalos de 4, 8, 15 y 29 días
sucesivamente, hasta culminar un tiempo de 106 días.
La determinación de este parámetro permitió evaluar el
proceso de mineralización de la materia orgánica (Acosta y
col. 2006).
Consumo de O2 (Método SOUR) <
1 mg O2g-1VS h-1 (Lasaridi y
Stentiford, 1998).
Entre 0,5 – 1 g O2 kg-1 MO h-1
(Barrena y col. 2006, citados por
Barrena y col. 2014).
Emisión de CO2 < 5 mg CO2-Cg-1
C-compost (peso seco) (García y
col., 1992); emisión de CO2 < 2 mg
CO2-C g VS-1 d-1 (Sullivan y Miller,
2005); y <= 8 mg C-CO2/g de
materia orgánica por día (INNChile, 2004).
Para CO2 escala colorimétrica: 7-8
(equivalente a < 5 mg CO2-Cg-1 –
compost (Moreno y Moral, 2008).
Prueba SOLVITA® (Thompson y col., 2001)
24
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
Tabla 4. Métodos de parámetros bioquímicos de la actividad microbiana para determinación de
microbiota y criterios de madurez en compost.
Método (Fuente)
Condiciones madurez (Fuente)
Queda estabilizada en niveles mínimos
(Pascual, 1992)
Determinación de ATP
Actividades enzimáticas. Determinación de fosfatasas,
deshidrogenasas, proteasas, celulasas, peroxidasas.
Método TMECC 05.04 (Thompson y col., 2001)
Debe disminuir su actividad (Pascual,
1992).
Actividad deshidrogenasa < 35 mg TPF
g-1 (Tiquia, 2005).
Tabla 5. Métodos para el análisis de constituyentes fácilmente biodegradables para
determinación de microbiota y criterios de madurez para compost.
Método (Fuente)
Condiciones madurez (Fuente)
Polisacáridos solubles. ID (índice de degradabilidad),
definido por la relación existente entre el Cot (Carbono
orgánico total) y los PHs (carbohidratos solubles en agua
caliente) (Moreno y Moral, 2008).
ID < 2 (Garcia y col., 1992).
Lípidos extraíbles, definidos por la relación DEE (lípidos
extraíbles en dietil-éter / CHCl3 (Cloroformo) (Dinel y col.,
1996 citados por Moreno y Moral, 2008).
DEE/CHCl3 < 2,5 (Dinel y col., 1996).
3. Estudio de la materia orgánica “humificada”. En el fraccionamiento de
la materia orgánica, se forman en primer lugar sustancias tipo
fulvoácidos, donde las cadenas alifáticas predominan sobre los núcleos
aromáticos, y después, en una fase posterior, se forman ácidos
húmicos por aumento del volumen de los núcleos y disminución de las
cadenas alifáticas. La fracción de “AH” del compost sigue presentando
una estructura eminentemente alifática, estructuralmente diferentes a
los AH naturales, esto debido a que durante el compostaje de RSU (y
otros residuos) no existe una auténtica síntesis de novo de sustancias
húmicas y lo que ocurre es un incremento paulatino de la tasa de
polimerización (incremento de la fracción de “AH”) por
TRANSFORMACIÓN, REESTRUCTURACIÓN y CONDENSACIÓN de
sustancias que solo desde un punto de vista exclusivamente
operacional se pueden adscribir a “AF” (tipo fulvoácidos), es así que la
fracción de “AH” se forma paulatinamente a partir de la fracción de
“AF”, por lo tanto la relación AH/AF puede considerarse en sentido
amplio como un índice de “humificación” y constituye por tanto un
parámetro importante para deducir el grado de madurez del compost.
Según Moreno y Moral (2008), valores de AH/AF > 1,9 se consideran
compost maduros.
A raíz de la actividad metabólica de las sucesivas poblaciones
microbianas, se produce una intensa mineralización primaria parcial de
los materiales orgánicos y se van formando a la vez una serie de
25
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
compuestos secundarios que constituirán unidades estructurales o
precursores de los “ácidos húmicos”, entre otros: polifenoles y productos
de la degradación de la lignina, compuestos fenólicos secundarios
producidos por microorganismos, taninos y pigmentos aromáticos,
además de aminoácidos, péptidos, polisacáridos, ácidos grasos, alcanos,
etc. El eslabón más importante del proceso de neoformación en el medio
natural es la condensación de estas unidades estructurales,
fundamentalmente de los polifenoles (Moreno y Moral, 2008).
De acuerdo con Zambrano y col. (2011), algunos autores sostienen que
los ácidos húmicos (AHs) son mezclas de carbohidratos, proteínas y lípidos
procedentes tanto de plantas como de microorganismos, junto con
degradaciones parciales de lignina y taninos con materiales microbianos
como melaninas; o son pseudoestructuras definidas como constituciones
moleculares hipotéticas con elementos, estructuras y grupos funcionales
parecidos y consistentes con alguna o todas las propiedades observadas.
Algunos métodos que son ampliamente utilizados en muchos procesos
industriales de control de calidad, también son aplicados en la evaluación
de calidad de enmiendas orgánicas. El desarrollo de las diferentes técnicas
espectrales - como la espectroscopia ultravioleta-visible, infrarroja con
transformadas de Fourier (FTIR), resonancia magnética nuclear 13C
(NMR), entre otros - ha permitido avanzar ampliamente en el estudio y
comprensión de la estructura de los AHs.
Se han seguido las mismas técnicas empleadas en el estudio del
humus del suelo: técnicas espectroscópicas de fluorescencia, FTIR, ESR
(electron spin resonance), NMR, técnicas degradativas con agentes
oxidantes, Pyr-GC-MS (Pirólisis analítica y termoquimiolisis con TMAH).
La naturaleza de los compuestos “húmicos” extraídos del compost
(definidos exclusivamente en términos operacionales) se corresponde, en
parte, con el mismo tipo de compuestos sintetizados en las fases iniciales
de la humificación por neoformación en el medio natural y son semejantes
a materiales orgánicos poco evolucionados como ácidos húmicos de
sedimentos lacustres o melaninas fúngicas. La cuantificación de
sustancias húmicas mediante métodos químicos no refleja en la
actualidad en muchos compost la “humificación” del material inicial, al
incluirse en dicha determinación muchos compuestos no húmicos. Por
ello se están introduciendo de forma creciente en el ámbito del compostaje
técnicas instrumentales avanzadas de uso común en otras áreas, que
facilitan y mejoran la interpretación del proceso y la evaluación de los
productos finales (Moreno y Moral, 2008).
Según Zambrano y col. (2011), la información obtenida por cada una
de estas técnicas de manera aislada no es por sí sola suficiente, dado que
no hay 100% de especificidad, por lo que se requiere de combinación de
éstas u otras técnicas analíticas adicionales (rayos X, espectroscopía de
26
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
fluorescencia, resonancia de spin electrón, microscopía electrónica). La
combinación demuestra la presencia de las distintas estructuras o grupos
funcionales.
4. Indicadores químicos de la madurez. Según Moreno y Moral (2008):
i) Relación C/N (fase sólida, Cot/Not). Compost maduro, valores
< 12.
ii) Relación C/N (fase soluble en agua, Cw/Nw, Cw/Not).
Compost maduro, valores < 6.
iii) Carbono orgánico soluble en agua (Cw). Compost maduro,
valores < 5 g Kg-1.
iv) Capacidad de intercambio catiónico (CIC). Compost maduro,
valores de CIC/Cot > 1,9.
v) Relación N-NH4+/N-NO3-. Compost maduro, valores < 0,16.
vi) Presencia de compuestos redutores (amoniaco). Su presencia
indica Compost inmaduros.
Thompson y col. (2001) proponen los siguientes indicadores: C/N, C/P,
amonio/nitrato, C/S, Cd/Zn; así como un índice agrícola AI: AI = (N + P 2O5
+ K2O)/(Na + Cl2), donde según sus valores se hacen recomendaciones
para aplicar el compost en distintos tipos de suelos (de acuerdo al drenaje,
salinidad, agua); y un índice de madurez CCQC (California Compost
Quality Council), el cual se implementa utilizando un flujodiagrama con
varios niveles de decisión, que permite clasificar al compost como maduro,
muy maduro o inmaduro integrando la relación de distintos parámetros
químicos y biológicos (TMECC 05.02-G).
La relación C/N, es el criterio más utilizado tradicionalmente para
establecer el grado de madurez del compost y definir la calidad agronómica
del mismo, siendo necesario un valor en torno a 30 en el material inicial,
y menor a 20 o preferiblemente menor a 15 en el producto final.
5. Métodos biológicos (test de fitotoxicidad). Diversos factores pueden
causar toxicidad; algunos se originan durante el proceso de compostaje
(amoníaco, ácidos orgánicos u óxido de etileno), en etapas intermedias
de la transformación de la materia orgánica, o como consecuencia de
una mala gestión del proceso, pero otros componentes tóxicos pueden
deberse a los materiales que se compostan (sales, metales pesados,
fenoles hidrosolubles). Por ello los ensayos biológicos se consideran
más bien como indicadores de madurez -entendida ésta como la no
restricción del crecimiento de las plantas- que de estabilidad
(disminución de la actividad biológica).
Los ensayos biológicos permiten evaluar el efecto combinado de las
propiedades físicas y químicas sobre el crecimiento de las plantas, y se
justifican especialmente por el empleo que habitualmente se le da al
compost como enmienda de suelo, mulch, componente de sustratos de
27
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
cultivo o fertilizante (Moreno y Moral, 2008). Los análisis biológicos más
comunes son las pruebas de campo y la determinación del índice de
germinación (IG), conocido como índice de toxicidad o test de Zucconi, el
cual con base en la germinación y elongación de raíces establece que un
compost está maduro cuando: GI >= 80% (Zucconi y col., 1981).
(B) Calidad del compost como fertilizante.
Una enmienda orgánica aplicada al suelo se puede considerar un
"fertilizante" o acondicionador de suelos, en general, depende de su efecto
sobre la nutrición vegetal. Los fertilizantes son una fuente de nutrientes
fácilmente disponibles y tienen un efecto directo, a corto plazo sobre el
crecimiento de las plantas. Los acondicionadores de suelo, afectan
indirectamente el crecimiento de la planta mediante la mejora de las
propiedades físicas y biológicas del suelo, tales como la retención de agua,
la aireación y la actividad microbiana. La diversidad de abonos con base
en estiércoles animales y los biosólidos (lodos de depuradora) son buenos
ejemplos de enmiendas orgánicas con valor fertilizante. Ambos pueden
suministrar muchos nutrientes como N, P y K según las necesidades de
los cultivos porque más del 25% del contenido total de N, P y K están en
formas fácilmente disponibles para la absorción de los cultivos. Las
enmiendas como residuos municipales de jardín, cortezas de árboles y
compost son ejemplos de acondicionadores del suelo. Ellos no se
consideran sustitutos de fertilizantes, pero mejoran las propiedades del
suelo mediante la construcción de la materia orgánica del suelo, tal y como
se aprecia en la Figura 2 (Cooperband, 2002).
Figura 2. ¿Cuál es el objetivo en el manejo del suelo? (Adaptado de Cooperband, 2002).
28
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
En la Figura 2 se observa cuáles materiales y cuáles métodos debemos
aplicar a un suelo, de acuerdo a lo que deseamos lograr con relación a la
presencia de nutrientes. ¿Cuál es el uso del suelo? ¿Va a ser un uso
agrícola, va a ser un uso forestal, se va a construir una infraestructura,
queremos remediar algún daño?, es decir, definir nuestro objetivo en
cuanto al suministro de nutrientes, actividad biológica y al tipo de manejo
a realizar. Para tomar estas decisiones, previamente debemos conocer las
características del suelo que tenemos y los requerimientos del cultivo (en
el caso de que el fin sea agronómico). Lo interesante de la figura, es que
ilustra que no siempre la elaboración y aplicación de compost es lo
recomendable, y que el manejo de los residuos orgánicos es muy variado
y ofrece distintas alternativas, según el objetivo a lograr.
El concepto de fertilidad del suelo, no solamente se debe referir al
contenido de nutrientes, ya que el mejorar la estructura y capacidad de
retención de nutrientes, también contribuye con la fertilidad del suelo, en
este sentido, la FAO (2002) considera que la mejor respuesta al uso de
fertilizantes se obtiene si el suelo tiene un nivel elevado de fertilidad. Los
principales factores determinantes de la fertilidad del suelo son: la materia
orgánica (incluyendo la biomasa microbiana), la textura, la estructura, la
profundidad, el contenido de los nutrientes, la capacidad de
almacenamiento (capacidad de adsorción1), la reacción del suelo y la
ausencia de los elementos tóxicos (por ejemplo: aluminio intercambiable).
Los suelos difieren ampliamente en estos factores. Para saber cómo
mejorar la fertilidad baja o moderada del suelo, los agricultores deberán
tener un conocimiento básico de su suelo.
Según la FAO (1999), los fertilizantes, son sustancias minerales u
orgánicas, naturales o elaboradas que se aplican al suelo, al agua de
irrigación o un medio hidropónico para proporcionarle a la planta los
nutrientes. Los fertilizantes contienen como mínimo el 5 por ciento de uno
o más de los tres nutrientes primarios (N, P2O5, K2O). A los productos con
menos del 5 por ciento de nutrientes combinados, se les denomina fuente
de nutrientes.
Por otra parte, Stalin Torres (comunicación personal, 2015), de la
Facultad de Agronomía de la UCV en Maracay, plantea que el concepto de
fertilizante debiese ser más amplio y no sólo tomar en cuenta los
macronutrientes, sino su capacidad para mejorar la estructura de los
suelos y su actividad biológica. Así, si aplicamos a los suelos un producto
que le permite mejorar la retención de nutrientes y su disponibilidad para
las plantas, estamos contribuyendo a mejorar la fertilidad del mismo, por
ende ese producto, como lo puede ser el compost debería considerarse
como un fertilizante.
1 Adsorción en los suelos se refiere a la atracción / adhesión de las moléculas del agua y de iones en la superficie de
partículas de materia orgánica o de arcilla. Absorción se refiere a la penetración a través la superficie cuando el agua y
los nutrientes son captados por las raíces de las plantas.
29
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
En otro orden de ideas, la fertilidad de los suelos también está
relacionada con la presencia de organismos vivos en él; de acuerdo a Paul
(2015), la promoción de microorganismos benéficos para el crecimiento de
las plantas puede ser a través de la creación de asociaciones simbióticas
con las raíces de las plantas, producción de fitohormonas, inducción de
resistencia sistémica, supresión de patógenos, producción de antibióticos,
y reducción de toxicidad por metales pesados. Muchos de estos
microorganismos están naturalmente presentes en el suelo, pero por
medio de algunas circunstancias, puede ser necesario que se incrementen
sus poblaciones al modificar las condiciones del ambiente del suelo, o a
través de inoculaciones, mejorando su abundancia y actividad.
La aplicación de compost al suelo modifica tanto las propiedades físicoquímicas como las nutricionales, lo que obligatoriamente afecta los niveles
poblacionales microbianos (Moreno y Moral, 2008). Estudios realizados en
este sentido apuntan mayoritariamente a un incremento de la biomasa
microbiana; Jaramillo y col., (2012), reportan mejoras de la capacidad
nutricional de los suelos enmendados, con mayor crecimiento de las
plantas a mayor dosis de compost aplicada, relacionada con la presencia
de Sinorhizobium melioti. Por otra parte, Barreiro y col. (2012), señalan que
la adición de compost modificó de forma muy significativa tanto la
biomasa como la estructura o diversidad de la comunidad microbiana, lo
que pone de manifiesto que es necesario prestar atención a los efectos que
genera la adición de compost sobre el principal agente responsable de la
fertilidad del suelo, la microbiota edáfica, y por consiguiente, sobre el
funcionamiento del ecosistema edáfico.
Por otra parte, Dibut (2009), define a los biofertilizantes como
preparados que contienen células vivas o latentes de cepas microbianas
eficientes fijadoras de nitrógeno, solubilizadoras de fósforo o
potencialmente de diversos nutrientes (conocidos como microrganismos
promotores del crecimiento vegetal - MPCV-), que se utilizan para aplicar
a las semillas o al suelo, con el objetivo de incrementar el número de estos
microorganismos en el medio y acelerar los procesos microbianos de tal
forma que se aumenten las cantidades de nutrientes que pueden ser
asimilados por las plantas o se hagan más rápidos los procesos fisiológicos
que influyen sobre el desarrollo y el rendimiento de los cultivos. En este
sentido, los compost contribuyen con el desarrollo de estos
microorganismos (MPCV), por ende, con la fertilidad en los suelos, lo que
nos llama a reflexionar sobre sus propiedades como biofertilizantes,
siempre y cuando cumplan con lo antes señalado.
De acuerdo a la Norma Venezolana (COVENIN, 2004), en su Anexo A
sobre los principios de la producción orgánica, menciona en su aparte 5
que la fertilidad y actividad biológica del suelo se deberán mantener y
mejorar, cuando corresponda, mediante:
30
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
i) El cultivo de leguminosas, abonos vegetales o plantas de raíces
profundas en un programa apropiado de rotación multianual de cultivos;
ii) La incorporación al suelo de materias orgánicas, compostadas o no,
procedentes de fincas cuya producción se ajusta a estas directrices. Los
derivados de la ganadería, tales como el estiércol de granja, pueden
utilizarse si proceden de granjas cuya producción se ajusta a estas
directrices. Así como las sustancias especificadas en el Anexo B, Tabla 1
de la Norma Venezolana (COVENIN, 2004).
iii) Para la activación del compost se pueden utilizar microorganismos
apropiados o preparaciones a base de plantas.
iv) Para los fines indicados en el apartado 5 pueden emplearse también
preparaciones biodinámicas a base de cuesco (hueso de fruta) molido,
estiércol de granja, o plantas.
En este orden de ideas, aparte de los análisis químicos de macro y
micronutrientes, los parámetros biológicos que nos permiten evaluar la
disponibilidad de nutrientes de una enmienda o sustrato son:
Determinación de microorganismos presentes (Microorganismos
promotores del crecimiento vegetal – MPCV).
Pruebas de campo.
(C) Calidad del compost de acuerdo con su inocuidad.
Moreno y Moral (2008) señalan que los requerimientos de la calidad del
compost deberían ir dirigidos a conseguir: aspecto y olor aceptables;
higienización correcta; impurezas y contaminantes a nivel de trazas; nivel
conocido de componentes agronómicamente útiles; y características
homogéneas y uniformes.
Un compost inocuo, es decir que no genera problemas de contaminación
ni de transmisión de enfermedades es aquel que está libre de contaminantes
por malezas; por compuestos orgánicos (herbicidas, dioxinas y furanos,
pesticidas organoclorados, bifenilos policlorados, compuestos orgánicos
volátiles y semivolátiles); y sin presencia de patógenos (nemátodos,
bacterias, hongos) (INN-Chile, 2004 y Thompson y col., 2001).
Según Román y col. (2013), en diferentes países latinoamericanos
basados tanto en estándares de Estados Unidos (EPA) como de la Unión
Europea (EU), han desarrollado normativas para definir la calidad del
compost y su uso, tal y como se ilustra en la Tabla 6. Chile, Colombia,
México, además de definir la calidad del compost, diferencian en dos clases,
A y B, con o sin restricciones de uso, basados en la presencia de patógenos
y metales pesados. Uno de los problemas del uso del compost está
relacionado con la posibilidad de contener bacterias patógenas como
Salmonella spp. y Escherichia coli, así como Listeria monocytogenes, y
huevos de parásitos que pueden llegar a los consumidores a través del
consumo de frutas y vegetales contaminados. Por eso es importante
31
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
asegurar que un compost que se utilice, en especial para el cultivo de
hortalizas de tallo corto o de hoja, así como para la producción de frutas, no
contenga estos patógenos e indicadores de contaminación fecal. La
presencia de los patógenos en el compost viene en gran medida por el uso
de estiércoles, seguido del uso de aguas contaminadas y de las personas
que manipulan el compost. Uno de los métodos para el control de estos es
el empleo de temperaturas elevadas, de ahí la importancia en el control del
tiempo y temperatura de la fase termofílica de la elaboración del compost.
Tabla 6. Límites microbiológicos para determinar la inocuidad de un compost según diferentes
normas (Adaptado de Román y col. 2013).
Límite de Tolerancia
Chile NCh 2880/04
Microorganismo
Coliformes fecales
Salmonella spp.
Enterococcus faecalis
Huevos viables de
Helminto / Ascaris
Hongos
fitopatógenos
EU
European Union
Colombia
5167/04
México
NTEA-006SMA-R3-2006
< 1000 ufc/g
enterobacterias
totales
< 1000 NMP/g
A
B
<1000
NMP/g
<2000
NMP/g
< 1 x 103 NMP/g
Ausente en
25 g de
producto
Ausente en
25 g de
producto
Ausente en 25 g
de producto
Ausente en 25 g de
producto
< 3 /g en bs
-
-
1000 NMP/g
ND
-
Ausente
en 1 g
Hasta 1 g
Ausente
en 1 g
ND
< 10 /g bs
-
-
Algunos paises
incluyen
Plasmodiaphora
brasicae
Ausente según
especie vegetal
Ausente
NMP= número más probable; ufc=unidades formadoras de colonias; bs=base seca.
Según los mismos autores, otro aspecto fundamental es la presencia
de metales pesados en compost, pues son compuestos que no se destruyen
ni se descomponen, y pueden ser asimilados por las plantas, y luego por
los animales y el hombre, a lo largo de la cadena trófica. La garantía de
que el compost no contenga estos patógenos o metales pesados, además
de hidrocarburos y otros materiales tóxicos, es lo que se denomina
inocuidad y ofrece la certificación al usuario del compost de que no va a
contaminar los alimentos que abona.
También es importante considerar la presencia o no de partículas o
pedazos de materiales no degradables (impurezas), tales como vidrio y
metales; o de degradación muy lenta como el caso de los plásticos, los
cuales ocasionan mal aspecto e inclusive, le pueden dificultar a las
plantas su crecimiento y buen desarrollo.
32
Villalba: El compost y la agricultura alternativa
LOS SISTEMAS CONTROLADOS Y LA AGRICULTURA ALTERNATIVA
Según Jaimez y col. (2015) tradicionalmente los invernaderos se han
usado como estructuras para proteger las plantas del medio ambiente, lo
que ha permitido aumentar los rendimientos, y conseguir productos de
mayor calidad.
Los invernaderos son sistemas de producción donde a diferencia de
otros agroecosistemas el ambiente es adaptado al cultivo para maximizar
la productividad. Estos sistemas paulatinamente se han establecido en
todas las latitudes y se han convertido en una estrategia para producir en
cualquier época del año.
En condiciones tropicales, y dependiendo de la región donde estén
instalados, también es una protección a periodos de altas precipitaciones,
altas radiaciones y en consecuencia también a las altas temperaturas. En
la Tabla 7 se aprecia la distribución de la superficie de cultivo en
ambientes controlados (invernaderos y otras estructuras con cobertura)
en las principales regiones del mundo que lo utilizan, y en el Cuadro 8, se
aprecia cómo han ido aumentando estos ambientes controlados en
Venezuela comparando los años 2004 y 2011.
Tabla 7. Área total de invernaderos (invernaderos de plástico, túneles altos y bajos +
invernaderos de vidrio) de algunos de los mayores países productores en el mundo (Adaptado
de Jaimez y col., 2015).
Invernaderos de plástico
y túneles elevados.
Superficie (ha)
46.852
61.900
49.049
9.250
600
2.700
52
País (año)
España (2004)
Italia (2004)
Japón (2003)
USA (2004)
Canadá (2004)
Ecuador (2004)
Venezuela (2004)
Como se puede observar en las Tablas 7 y 8, Venezuela tiene un
desarrollo incipiente en la construcción de ambientes controlados en
comparación con otros países del mundo, como Italia, España y Japón, en
los cuales esta agrotecnología se encuentra más extendida. La producción
agrícola en ambientes controlados ha ido en aumento, esto a su vez es un
mercado que requiere de varios insumos, entre otros los sustratos. Según
Jaimez y col., (2015), inicialmente en la década del 90, la técnica de
hidroponía basada en sustratos inertes o uso exclusivo de agua era la
usada en los invernaderos, pero progresivamente los productores
comenzaron a utilizar sustratos orgánicos, tales como compost
33
ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
fermentado de estiércol de caballo, concha de coco, los cuales se usan en
canteros, bolsas, o envases plásticos donde se siembran las plantas. Los
sustratos inorgánicos (perlita, lana de roca) no se usan y en pocas
instalaciones se siembra en suelos directamente, para evitar problemas de
enfermedades fúngicas o inconvenientes de drenaje por la textura del
suelo. En Venezuela, como en muchos países, no existen métodos oficiales
normalizados, para la caracterización de sustratos y materiales orgánicos
en general.
Tabla 8. Área y distribución de invernaderos en Venezuela por regiones para el año 2004 y
2011. (Adaptado de Jaimez y col., 2015).
Región
Los Andes
CentroOccidente
Central
Llanos
Oriental
Sur
Estados que se
incluyen
Mérida, Táchira,
trujillo
Lara, Yaracuy
Distrito Federal,
Aragua, Miranda,
Carabobo
Apure, Barinas,
Portuguesa
Sucre, Monagas,
Anzoátegui
Bolivar
Total
Ha (2004)
%
Ha (2011)
%
20,1
39
40
13,5
1,7
3,2
44,7
15,1
24,8
48
180
60,8
No registrado
_
9
3
4,8
9
20
6,75
0,4
51,9
1
3
296,7
1
A la vez, es importante señalar, como se aprecia en la Tabla 8, que el
mayor desarrollo de esta agrotecnología, se encuentra en la región central
del país. Muchos de estos invernaderos ubicados en las adyacencias de la
autopista regional del centro y en estado de abandono, ya que se hicieron
las estructuras, pero no se acompañaron de preparación de personal
calificado, ni de los insumos y asesoramiento técnico necesarios.
A manera de reflexión, es bueno acotar, que por una parte el creciente
desarrollo de la agricultura bajo ambientes controlados, puede promover
prácticas de agricultura “alternativa”, sin el uso de agroquímicos y lograr
altos rendimientos; sin embargo, vale la pena evaluar, cuando se
contempla una gran extensión de plásticos que sustituyen el paisaje
natural, como la que se aprecia en la Figura 3, ¿Cuán ecológicas son estas
prácticas? ¿Se justifican estas tecnologías para la producción de
alimentos? ¿Son sostenibles en el tiempo? ¿Cuánto impactan al ambiente?
Según Gonzalvez (2005), aunque el cultivo ecológico bajo invernadero
reduce el impacto ambiental en el suelo y el agua, al suprimir y sustituir
los insumos químico-sintéticos en la producción, no se disminuye el
consumo de energía no renovable en el caso de los invernaderos auxiliados
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Villalba: El compost y la agricultura alternativa
con calefacción en invierno, ni el impacto en el paisaje que provocan.
Algunas opiniones, más radicales, se oponen también al cultivo en
invernadero por su “artificialidad”, que atribuye una disminución al
contenido nutricional del producto ecológico final.
Figura 3. Foto aérea de área de producción agrícola con invernaderos en Almería, España. Fuente:
Yann Athus-Bertrand, 2013.
Normalmente la producción convencional en invernadero se
caracteriza por realizarse fuera del suelo sobre materiales que posibilitan
un control exacto de los aportes de nutrientes a los cultivos. Sin embargo,
el cultivo fuera del suelo, ignora los principios fundamentales de la
producción ecológica relacionada con la salud del suelo y sus conexiones
con la sanidad de los cultivos y productos vegetales y su entorno
ambiental. La producción en sustratos también afecta al tema de la
sostenibilidad, ya que una producción en contenedores, es altamente
dependiente de recursos externos, especialmente de fertilizantes, que
ofrezcan una nutrición adecuada a los cultivos. Si se aceptara la
producción fuera del suelo, se cuestionaría fuertemente el principio
fundamental de trabajar con los ciclos biológicos naturales.
En otro orden de ideas, Altieri y Nicholls (2000), señalan que mientras
la modernización agrícola avanzó, la relación entre la agricultura y la
ecología se debilitó en la medida en que los principios ecológicos fueron
ignorados y/o sobrepasados. Hoy los monocultivos se han expandido
dramáticamente a través del mundo, caracterizados porque año tras año
se produce la misma especie de cultivo sobre el mismo suelo.
Es así, que en muchos casos la producción en ambientes controlados
(invernaderos), no rotan los cultivos, sino los suelos, al cambiar los
sustratos en cada ciclo de un nuevo cultivo. Generando grandes
cantidades de residuos tales como sustratos ya utilizados, plásticos
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ACTA BIOLOGICA VENEZUELICA VOL. 37 (1)
producto de las coberturas y sistemas de riego y envases de los productos
utilizados (nutrición de las plantas y controles de plagas y enfermedades).
En cuanto al paisaje, cambiamos las grandes extensiones de monocultivos
al aire libre, por grandes extensiones de plásticos, con todas las
consecuencias ambientales que ésto implica.
Como se puede apreciar, son muchas las dudas y reflexiones entre la
búsqueda de un equilibrio y respeto por la naturaleza y la seguridad
alimentaria, ciertamente un gran reto para estos tiempos y para nuestra
sociedad.
CONCLUSIONES
Existe actualmente un gran desarrollo de la “agricultura alternativa”, y
como se ha explicado, representa una demanda de insumos (como es el caso
del compost), que permitan el retorno al suelo de residuos orgánicos que
contribuyan con el aumento de la materia orgánica y por ende de su mejor
funcionamiento ecológico.
Por otra parte, el mal manejo de los residuos sólidos orgánicos, ha hecho
que los mismos terminen enterrados en vertederos en el mejor de los casos,
ocasionando una serie de problemas al ambiente y a la salud humana. El
compostaje representa una alternativa para el aprovechamiento de estos
residuos, lo que permite a su vez incorporar de nuevo estos materiales al
suelo, contribuyendo así con la “Ley del retorno” y con el enriquecimiento
de la materia orgánica en los suelos. Estas prácticas conllevan a una serie
de beneficios, siempre y cuando el producto final, “el compost”, presente
una buena calidad, es decir, esté maduro, sea inocuo y contribuya en la
mejora de la fertilidad de los suelos.
Es importante señalar, que se encuentran actualmente en el mercado
una gran variedad de productos denominados “compost”, sin embargo, no
existe una normativa que defina cuándo un compost está maduro, qué usos
se le pueden dar; en fin, en Venezuela, como en muchos países, no existen
métodos oficiales normalizados para la caracterización de sustratos y
materiales orgánicos en general, razón por la cual se hace necesario
fortalecer las distintas iniciativas existentes en este sentido y concretarlas
en la generación de normas técnicas que permitan poder discernir entre un
compost de calidad y otros productos, así como sus posibles usos y
recomendaciones.
De allí el gran reto de promover el compostaje como alternativa para el
reciclaje de los residuos orgánicos y para suplir las demandas de la
“agricultura alternativa” de este insumo, vital por sus múltiples beneficios
(mejoras de la estructura de los suelos, en la asimilación de nutrientes, en
la presencia de MPCV, en la presencia de microorganismos benéficos para
el control biológico, entre muchas otras más).
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Villalba: El compost y la agricultura alternativa
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