Capítulo 3
Fundamentos teóricos
Doi:
10.25100/peu.684.cap3
Autores:
Henry Caicedo Asprilla
Universidad del Valle
0000-0003-1839-7061
Diego Fernando Vargas Calderón
Universidad Santiago de Cali
0000-0002-1004-9268
José Manuel Rosero Giraldo
Profesional de Investigación
0000-0003-1901-9302
En este capítulo se abordarán y definirán las principales corrientes de pensamiento que involucran las temáticas de interés en el proyecto. En la introducción
y en los dos primeros capítulos de este estudio, se han utilizado frecuentemente conceptos como innovación, competitividad, prospectiva, referenciamiento
competitivo, inteligencia económica, entre otros, en este punto resulta especialmente oportuno definir de forma clara lo que significa los conceptos más
importantes del estudio. Esto con el fin de generar una trazabilidad entre lo que
se quiere expresar en este estudio y lo que efectivamente entiende el lector.
Inicialmente, se realiza un primer acercamiento a la metodología de referenciamiento competitivo planteada por Caicedo y Castro (2010), quienes la definen
como un proceso de evaluación constante en búsqueda de alcanzar prácticas
óptimas para la empresa o sector en que se realice. El referenciamiento competitivo debe entenderse como un proceso de continua evaluación y mejoramiento
de las prácticas y estrategias que le permitan afrontar los desafíos que supone
la competencia, los cambios en el mercado y en las preferencias de los consumidores.
De igual forma, en este apartado se vislumbran algunas definiciones y conceptos relacionados con la vigilancia tecnológica y sus ciclos. Por ejemplo, Guaitero
D (2011) la define como una herramienta que facilita el direccionamiento estratégico de los procesos de investigación, desarrollos tecnológicos e innovaciones
en el sector productivo priorizado
En este capítulo se abordan temáticas de gran importancia para el sector
agrícola vallecaucano como los son los clústeres, algunos indicadores de
desempeño, cómo se han estudiado, algunos casos de clústeres, la asociatividad en Colombia, las variables que se tienen en cuenta cuando se habla de
clúster en la competitividad.
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Plan estratégico y ProsPectivo del sector de frutas frescas en el valle del cauca 2033
Definiciones conceptuales
Innovación
La innovación se puede tomar para cubrir variaciones incrementales en productos y los procesos, así
como cambios en la estructura organizacional y la
incursión de explotar y presentarse en nuevos mercados. Según Lundvall (2010) la innovación se define como el proceso de exploración o búsqueda de
resultados que permita acceder a nuevas técnicas,
nuevos mercados o nuevos productos.
El Manual de Oslo define cuatro tipos de innovación,
que abarcan un amplio torrente de cambios en las
actividades organizacionales:
• La innovación de producto
• La innovación de proceso
• La innovación de mercadotecnia
• La innovación de organización
Asociatividad
La asociatividad es un mecanismo y/o una herramienta de cooperación entre pequeñas y medianas
empresas, en donde cada una de las empresas participantes, mantiene su independencia jurídica y
autonomía gerencial, deciden voluntariamente participar en la unión de iniciativas, propósitos y recursos
para llegar a un objetivo común, que en su mayoría
es enfrentar la globalización para la realización de
una serie de actividades dentro de la cadena de valor
del producto o servicio, que las conduzcan a ser más
competitivas en el mercado global (Rosales, 1997).
La cooperación o la integración de fuerzas que trabajan por un mismo objetivo puede surgir en negocios
de todo tipo de naturalezas y escalas, propiciando
organización y un entorno de trabajo en equipo. La
asociatividad nace como recurso de cooperación y
beneficio para organizaciones que desean unirse
y lograr una meta puntual, especialmente en el entorno empresarial, a través de valores como el compromiso, el aporte individual, y la confianza (Lucero
López y Torres García, 2020).
La asociatividad también hace parte de procesos
de desarrollo, crecimiento, y en programas enfocados en comunidades productivas, que se basan
en la gobernanza y los principios del crecimiento colectivo para ejecutar sus ideas y beneficiar a
toda una comunidad (Lucero López y Torres García, 2020), donde la tecnología, la innovación y los
diferentes tipos de capitales convergen para impulsar zonas especializadas. Sobre este último punto,
una de las cuestiones más importantes es el capital
social, debido a que es propio de los individuos asociarse o trabajar en sociedad, con valores como el
sentido de pertenencia, la identificación de actores,
la tendencia a las relaciones, y la búsqueda de beneficios mutuos (Rodríguez de Pepe y Cervilla Ruano,
2020).
Competitividad
La competitividad es la capacidad que tiene una organización para desarrollar ventajas competitivas frente
a sus competidores y obtener así, una posición destacada en el entorno económico. La competitividad
generalmente se basa en una ventaja competitiva,
es decir, cierta habilidad, recursos, tecnología o atributos que hacen superior al que la posee. Se trata de
un concepto relativo en donde se compara el rendimiento de una persona u organización con respecto
a otras (Lombana y Rozas, 2009).
Cadena productiva
Las cadenas productivas poseen un concepto similar a las cadenas de valor: encadenamiento de
fuerzas que trabajaban por un objetivo en común.
Sin embargo, mientras las primeras se enfocan en
los procesos productivos y sus derivados, las segundas ofrecen un análisis comparativo de calidad
y valor para el mercado (Cayeros et al., 2016). La
cadena productiva es también el comienzo y el final de un producto, desde la concepción de su idea
hasta su llegada al cliente, por lo cual cada eslabón
hace parte del proceso, independientemente de las
fuerzas externas, y en este punto también podría
coincidir con el concepto de cadena de valor (Kumar y P, 2016). Aun así, en la cadena productiva, un
solo sector podría contener actores enfocados en el
desarrollo de una sola empresa, mientras que en la
cadena de valor podrían intervenir actores de múltiples procedencias o instituciones. El alcance de los
objetivos también puede variar, pero la finalidad es
la misma: mejorar.
fundAmentos teórIcos
Gonzales y Tamayo (2020) explican que los objetivos de la cadena productiva se pueden resumir de
la siguiente manera: incluye una visión económica
y estudio de los resultados de un producto desde
su producción hasta su distribución, contiene comprensión del funcionamiento y de las formas de
coordinación entre actores, impulsa la visualización
y conocimiento de los eslabones en la cadena, y
propicia el desarrollo de estrategias para empresas
o de desarrollo local. Esto quiere decir que además
de velar por el desarrollo individual de una empresa,
la cadena productiva también se encarga del desarrollo sectorial.
Referenciamiento competitivo
sector frutícola
El concepto de referenciamiento competitivo, de
acuerdo con Caicedo y Castro (2010), se comprende como el proceso de evaluación constante
y clasificatorio, que se emplea repetidamente en
la búsqueda de prácticas óptimas. Este concepto,
parte de la perspectiva de cambio constante de las
organizaciones y por lo tanto deben implementar
el mejoramiento continuo, mediante el desarrollo
de buenas prácticas que le permitan adaptarse
a los cambios del mercado. El referenciamiento
competitivo o benchmarking, de acuerdo con Gibson et al. (2019), se define como la acción de medir
el desempeño en relación con una respuesta esperada u objetivo trazado.
Por otra parte, Konstantinova y Georgieva (2020) definen el benchmarking como el proceso de comparar
el desempeño de una organización o grupo de organizaciones, con las mejores prácticas de la industria
o las mejores prácticas de otras industrias. El término benchmarking se deriva de las palabras bench y
mark, que se interpretan como punto de referencia
o marcador de referencia. En el referenciamiento
competitivo, de conformidad con Caicedo y Castro
(2010), se deben tener en cuenta los aspectos como
calidad, productividad y tiempo. Además, se deben
considerar las categorías fundamentales como benchmarking interno, competitivo, funcional y genérico.
En este sentido, el referenciamiento competitivo se
puede visualizar como una herramienta para optimizar las prácticas dentro de las organizaciones.
Dentro de los aspectos que evalúa el referenciamiento competitivo, de acuerdo con Caicedo y Castro
(2010), en primer lugar, se encuentra la calidad, que
hace referencia a la relación que existe entre el nivel de valor creado y el costo de generar el producto.
Por otra parte, la calidad se puede ver en función del
cumplimiento de los estándares técnicos determinados por la norma. Dentro del aspecto en mención
se puede evaluar lo relacionado con el desarrollo
organizacional, que hace referencia al análisis del
desarrollo de recursos humanos, compromiso y entrenamiento. En segundo lugar, se encuentra la productividad, que se encarga de optimizar la materia e
insumos de entrada, el volumen de producción y los
costos de producción. En tercer lugar está el tiempo,
específicamente el estudio de tiempos que permiten
mejorar la eficiencia en ventas, administración, producción y distribución, que implican el mejoramiento
en productividad y competencia.
En este contexto, este trabajo tiene como objetivo
analizar y evaluar las buenas prácticas de gestión,
la I+D (Investigación y Desarrollo) de los países líderes en producción y exportación de frutas como
cacao, piña, aguacate y banano, mediante el referenciamiento competitivo, para el proyecto denominado
“Fortalecimiento del sistema de C&CTI del Valle del
Cauca: Hacia una economía del conocimiento”.
Vigilancia tecnológica
La optimización de procesos y el mejoramiento de la
producción pueden surgir a través de la recolección
de datos y el diseño de estrategias con la información proporcionada. Es de esta forma cómo funciona
la vigilancia tecnológica, que también se asocia a la
inteligencia competitiva. Carbonell Martínez (2019)
explica que el sistema de vigilancia con enfoque
competitivo “consiste en hablar de un proceso activo, sistemático y focalizado de recolección y análisis
de información, tanto a nivel interno como externo,
con objeto de ayudarnos en la toma de decisiones
estratégicas” (Carbonell Martínez, 2019, p. 641).
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Se puede interpretar que existirán mejoras internas,
como una posición más competitiva gracias a la vigilancia tecnológica, lo que también la convierte en un
mecanismo de innovación y de anticipación, donde
la investigación y las herramientas intangible cobran
cada vez más relevancia, brindando nuevos modelos
de crecimiento (Jaimes et al., 2011).
Como afirma Guaitero D (2011), la vigilancia tecnológica es una metodología que permite direccionar de
manera estratégica los procesos de investigación y
desarrollo tecnológico en diferentes sectores productivos; se sustenta en el hecho de que la tecnología es
un factor clave en la competitividad de las empresas,
por tanto, el conocimiento de los avances tecnológicos, en todos sus componentes, es condición sine
qua non —sin la cual no— para avanzar con mayor
certeza en la identificación de brechas y retos.
La vigilancia tecnológica se enfoca en captar, analizar y difundir información de diversa índole —económica, tecnológica, política— con el fin de identificar
oportunidades y amenazas provenientes del entorno,
que puedan incidir en el futuro de una organización
(Alzate et al., 2012). Las patentes son un buen indicador para medir el progreso tecnológico de los países,
ya que representan de manera concreta la creación y
difusión de conocimiento en la actividad productiva
(CAF, 2019).
En Colombia, la Superintendencia de Industria y Comercio es la encargada de realizar los trámites de
solicitud de patentes en cualquier sector tecnológico al que pertenezca la invención, y de proteger
la propiedad intelectual, que incluye la protección
de las invenciones, patentes, diseños industriales, marcas e indicaciones geográficas de origen
(García-Mogollón y Torres-Zamudio, 2017).
Pasos para la vigilancia tecnológica
Para el desarrollo de la vigilancia tecnológica, de
acuerdo con Filho y de Macedo (2021), es primordial
evaluar información digital de fuentes como portales especializados, patentes, y artículos científicos.
La vigilancia tecnológica representa un esfuerzo sistemático y organizado de una entidad para observar,
capturar, analizar, difundir y recuperar información
de manera precisa sobre la realidad del entorno
económico, tecnológico, social y comercial, con el
propósito de identificar tanto oportunidades de mejora como amenazas del sector o empresa objeto de
investigación.
En la Gráfica 7, de acuerdo con Filho y de Macedo
(2021), se puede observar que la vigilancia tecnológica inicia con la definición de los objetivos y la
identificación de las necesidades de la organización.
En segunda instancia, la información observada, recolectada y filtrada se toma de fuentes de contexto
científico, técnico, económico o social. En la tercera fase, la información en mención debe pasar por
un proceso de análisis y organización, que permita
analizar, tratar y almacenar los datos útiles para el
desarrollo de indicadores y posterior toma de decisiones. Seguidamente, esta información se debe
transformar y refinar en la fase denominada inteligencia. Finalmente, en la fase de comunicación se
deben notificar las conclusiones, difundir la información y transferir el conocimiento a los interesados.
En este contexto, este trabajo tiene como objetivo
aplicar la metodología de vigilancia tecnológica en
frutas como cacao, piña, aguacate y banano, mediante la utilización de los datos registrados por la
OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) o WIPO por sus siglas en inglés y la base de
datos Scopus, para el proyecto denominado “Fortalecimiento del sistema de C&CTI del Valle del Cauca:
Hacia una economía del conocimiento”.
Clúster
Un clúster es un grupo de empresas y de otros actores institucionales localizados en un mismo espacio
geográfico, que obtienen ventajas de su proximidad
mutua y de sus conexiones. Los clústeres, aglomeraciones o cúmulos crecen en áreas donde se concentran
recursos y capacidades, alcanzando tamaños críticos
que le confieren ventajas competitivas para alcanzar
una posición dominante dentro de una determinada
actividad económica. Son asociaciones comerciales
que compiten pero que también cooperan (Porter,
1991, 1999).
fundAmentos teórIcos
Gráfica 7. Desarrollo de vigilancia tecnológica
Fuente: adaptado de Filho y de Macedo (2021).
Los clústeres agrícolas están conformados por aquellas empresas que hacen parte de alguna manera
con la agricultura, es decir, por las organizaciones
que tienen en su actividad económica la participación de productos cultivados en la tierra y con la producción de alimentos, así como las empresas que en
su proceso comercial se relacionan con productos
agrícolas (Sotelo Jaimes, 2018).
Para Porter (1991) el desarrollo y desempeño del
clúster se debe a la interrelación de las cuatro aristas del Diamante Competitivo —condiciones de la
demanda; sectores afines y auxiliares; condiciones
de los factores y estrategia, estructura y rivalidad de
las empresas—.
Asociatividad en Colombia
En Colombia, según el Minagricultura (2017) y de
acuerdo con la resolución 464 de 2017, es deber del
Estado promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, en forma
individual o asociativa con el fin de mejorar el ingreso y la calidad de vida de los campesinos. De
igual manera, la resolución señala que “Se fomentará y fortalecerá la asociatividad como la principal
herramienta para generar capital social, fortalecer la
producción, transformación, financiación y comercialización de los productos y servicios de ACFC,
y para estimular los conocimientos y prácticas de
protección del medio ambiente” (Minagricultura,
2017, p. 7).
Los pequeños productores generan al menos un
40% de la producción agropecuaria del país (con una
importante participación en frutas, hortalizas, café,
caña panelera, maíz, plátano, tubérculos y en ganadería de leche). Sin embargo, es necesario que se
sometan a nuevas formas productivas para satisfacer
la demanda de calidad que requiere tanto el sector
agroindustrial como el consumidor final con unos
niveles de rentabilidad adecuados para la familia rural. Teniendo en cuenta estas demandas actuales del
mercado, una opción que mejora significativamente
el proceso productivo en cuanto a eficiencia es la
asociatividad, de tal manera que pueden acceder a
nuevos y más efectivos mecanismos de crédito y financiamiento, capacitación, tecnología, mercados e
infraestructura productiva (Uribe et al., 2011).
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Big data en el sector alimentario
El big data es un concepto que hace referencia al
manejo, procesamiento, análisis y almacenamiento
de grandes volúmenes de datos, que por lo general
tienen a ser variables y veloces, lo cual dificulta su
tratamiento con mecanismos tradicionales de procesamiento. El big data debe cumplir con 5 características fundamentales, resumidas en las 5V —velocidad,
veracidad, volumen, variedad y valor—. La información contenida en el big data es información que
tiene un flujo continuo y cambiante, ha pasado por
procesos de constatación y es fiable, tiene volúmenes que impide su tratamiento de manera tradicional
y es información que contiene un valor o beneficio
para aquella persona, empresa, entidad o sector que
la esté procesando (Ram Mohan Rao et al., 2018).
El sector agrícola tiene un rol importante en la economía de un gobierno, de tal forma que según el
Banco de la República (2019) para el año 2017 llegó a representar el 6,3% del PIB de Colombia. Por
lo cual, los agricultores mantienen su preocupación
por maximizar la producción y la eficiencia de sus
cultivos, dando importancia a variables de seguimiento y medición, para así alcanzar el éxito.
No cabe duda de que los productores son conscientes de las variables mencionadas anteriormente, de
las condiciones en las que debe estar un terreno para
poder llevar a cabo la siembra y pasado un tiempo,
poder obtener un cultivo para cosechar; pero cuál
sería el resultado si la gran parte de agricultores
utilizaran la inteligencia de datos en su actividad.
Muy posiblemente y de acuerdo con Rosales-Soto
y Arechavala-Vargas (2020), se pueden maximizar
los rendimientos de producción y los ingresos de las
parcelas por el uso de información basada en datos.
Cadena de valor
En entornos productivos y empresariales es importante determinar el nivel de competitividad, ya sea
medido en factores externos o internos, pero principalmente en la perspectiva del público ante un
negocio determinado y su comportamiento en un
mercado no monopolístico. La cadena de valor logra
aplicarse a este concepto de medición, pues permite
a las compañías establecer nuevos principios de
productividad, estructura, distribución, materiales
y costos, con el fin de mejorar la operatividad y la
toma de decisiones, lo cual, ligado al mejoramiento
de cada una de las actividades de la empresa, otorga
liderazgo y una mejor interacción cliente–empresa,
repercutiendo de manera positiva en el mercado
con un “valor agregado” (Zamora, 2016); a esto se le
suma el factor de asociatividad, que permite integrar
empresas más pequeñas con el mismo objetivo, y
construir una cadena de valor global o que beneficia
de manera individual a cada una de las participantes
(Parrales Poveda et al., 2021).
La cadena de valor también surge dentro del contexto de la gobernanza, demostrando que, aunque
todos los países hacen parte de un todo productivo,
no todos se posicionan de la misma manera, pues
los centros de poder de las cadenas globales corresponden a países muy desarrollados con economías
fuertes, mientras en el tercer mundo, principalmente, quedan relegados los actores menores, lo cual
constituye a la innovación como un determinante de
competitividad (Díaz y Valenciano, 2012).
Gracias a la diversidad en los sectores económicos
colombianos y los múltiples negocios del campo, la
cadena de valor suele aplicarse a diferentes actividades, y puede evaluarse su repercusión en cadenas
globales de valor a través de la cantidad de importaciones y exportaciones. Generar valor como productor
de insumos sigue siendo algo menor en relación a la
alta cantidad de importaciones (Guilles y Carvajal,
2016). El café es una oportunidad de implementar
la cadena de valor más allá de las consideraciones
teóricas, debido a que la mayoría de su producción
se realiza íntegramente en el territorio nacional, lo
cual genera oportunidades de cambio y perfeccionamiento en cada eslabón, mejorando el producto
tanto para el país como la competencia internacional (García y Olaya, 2021).
La cadena de valor del big data se divide en 4 fases:
generación, adquisición, almacenamiento y análisis. En la primera fase se llevan a cabo la captura de
datos a partir de fuentes como empresas, gobierno,
instituciones educativas y/o centros de investigación;
fundAmentos teórIcos
luego esta captura de datos pasa a la fase de adquisición, donde se recolectan, agrupan y limpian los
datos más importantes. Una vez se cumplan estas
dos primeras fases, la información es administrada,
almacenada y refinada en una base de datos para ser
presentada a una organización. Finalmente, dicha
información es analizada a través de métodos estadísticos e inteligencia de negocios, logrando obtener
resultados de conocimiento que pueden ser utilizados por una organización para su mejoramiento.
Agricultura de precisión
El concepto sobre el que se basa la agricultura de
precisión es aplicar la cantidad correcta de insumos,
en el momento adecuado y en el lugar exacto. Es el
uso de la tecnología de la información para adecuar
el manejo de suelos y de cultivos a la variabilidad
dentro de un lote. La AP (Agricultura de Precisión)
involucra el uso de GPS (Sistemas de Posicionamiento Global) y de otros medios electrónicos para
obtener datos del cultivo (Garcia y Flego, 2008). La
AP presenta soluciones de modernización agrícola,
mediante la integración de las TIC en los procesos
de preparación, cultivo, recolección y producción
de los cultivos para permitir desarrollar y articular
procesos agrícolas más eficientes, confiables, modernos y seguros (Orozco y LLano, 2015).
La innovación tecnológica ha estado inmersa en la
agricultura de precisión, permitiendo a los agricultores optimizar los rendimientos agrícolas, reduciendo
las aplicaciones innecesarias de fertilizantes y pesticidas, preservando los recursos naturales y haciendo
frente a los inminentes fenómenos meteorológicos
(Rosales-Soto y Arechavala-Vargas, 2020).
Sistema de Posicionamiento Global
El Sistema de Posicionamiento Global, conocido por
sus siglas en inglés GPS (Global Positioning System),
es un sistema de radionavegación satelital operado
por el Departamento de Defensa de los Estados
Unidos de América. El sistema GPS se basa en la
constelación de satélites NAVSTAR (Navegación
por Satélite en Tiempo y Distancia) que comenzó su
operación entre los meses de febrero y diciembre
de 1978, con el lanzamiento de los primeros cuatro
satélites.
Luego se llegó a un total de 24 satélites ubicados en
seis planos orbitales, que tienen una inclinación de
55º con respecto al Ecuador. Con esta configuración
se garantiza que en cualquier lugar de la Tierra habrá al menos cuatro satélites sobre el horizonte en
todo momento, número mínimo requerido para obtener una posición mediante un receptor GPS.
Agricultura inteligente
Este concepto puede asimilarse con el BI (Business
Intelligence), el cual es un proceso utilizado por las
empresas u organizaciones para recopilar, analizar y
presentar datos en cualquier temporalidad (inclusive
proyecciones) con el objetivo principal de reconocer
su contexto y mejorar la toma de decisiones presentes y futuras. Estos procesos en el sector de frutas
frescas les permiten a los agricultores enfocarse
solamente en los productos que más le interesen,
obteniendo información pertinente de los mismos.
De esta forma, según Rosales y Arechavala (2018)
esta herramienta ayuda en cuatro aspectos: evitar
suposiciones, mejorar el rendimiento de los cultivos,
saber sobre el cliente y conocer el mercado de los
competidores y mejorar la rentabilidad
Según Rosales y Arechavala (2018) existen 3 tipos de
tecnologías que pueden ser aplicadas a la agricultura
inteligente. La primera son los sensores y su aplicación en la agricultura de precisión, teledetección,
monitoreo del suelo, agua, iluminación, humedad,
temperatura. La segunda tecnología es la analítica
de datos y su aplicación está en las plataformas de
internet de las cosas, big data, analítica de negocios,
inteligencia artificial. Finalmente, la tercera tecnología es la robótica y su aplicación está en tractores
autónomos, plantas de tratamiento, recolección de
la cosecha. (p.1419).
A lo largo de este capítulo se presentaron algunas
definiciones conceptuales que acercan al lector a la
terminología que se ha utilizado y se seguirá utilizando a lo largo de todo el documento, términos como
innovación, asociatividad, competitividad y cadena productiva. Además de esto, teniendo presente
la gran importancia que tienen los estudios de referenciamiento competitivo y vigilancia tecnológica en
el documento se realiza una breve descripción de los
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Plan estratégico y ProsPectivo del sector de frutas frescas en el valle del cauca 2033
aspectos más relevantes de cada uno de ellos. Otro
de los conceptos de gran importancia en este estudio es el de clúster y cómo se genera los procesos
de asociatividad en Colombia, en donde la principal
asociación frutícola es ASOHOFRUCOL, pero no la
única, ya que a nivel nacional y departamental todas
as cadenas productivas cuentan con pequeñas
o medianas asociaciones. Por último, es de gran
importancia contextualizar al lector sobre las tecnologías 4.0 relacionadas y más utilizadas en la
agricultura como son el big data, la agricultura de
precisión, GPS, entre otras.
En el próximo capítulo se abordan las cuestiones
metodológicas que sustentan el documento y todos
los resultados obtenidos. Se inicia con la MITRIC
(Metodología de identificación de los regímenes
tecnológicos e institucionales de los conglomerados empresariales), que incluye el estudio de
referenciamiento competitivo, el índice de medición y monitoreo de la competitividad, entre otros,
además se define el análisis de componentes principales, la matriz de Vester, MIC MAC y los criterios
de elección de las cadenas productivas priorizadas
para la realización de los planes estratégicos.
Conclusión
Para Lundvall (2010) la innovación se define como
el proceso de exploración o búsqueda de resultados que permita acceder a nuevas técnicas, nuevos
mercados o nuevos productos. La innovación se
entiende como las variaciones incrementales en productos y los procesos, así como también incluye los
cambios en la estructura organizacional y la incursión de explotar y presentarse en nuevos mercados.
Por otro lado, la competitividad se entiende como
la capacidad que tiene una organización o empresa
para desarrollar ventajas competitivas frente a
sus competidores y obtener así, una posición
destacada en el entorno económico. La competitividad por lo general se fundamenta en una ventaja
competitiva, es decir, cierta habilidad, recursos,
tecnología o atributos que hacen superior (aunque
sea marginalmente) al actor que la posee (Lombana y Rozas, 2009).
La agroindustria hace parte de los agronegocios,
los cuales se caracterizan principalmente por la
realización de algún tipo de transformación en
la materia prima, en este caso la fruta, en alguna de
sus fases en la cadena productiva. La mayor parte de
la producción agrícola, pesquera y forestal pasa por
algún tipo de transformación durante el tiempo que
transcurre entre la salida de la explotación y su uso o
consumo final.