LA GANADERÍA EN LA ERA LIBERAL (1904-1940)
Por Eduardo Nakayama 1
Contexto histórico del período
Este trabajo forma parte de otros que analizan distintos períodos históricos en
relación a la ganadería en general y la carne en particular en el Paraguay, desde la llegada
de los españoles, la colonización y consecuente extensión de la pecuaria con la expansión
de las fronteras con la utilización de los campos para cría. En el caso del período estudiado
(1904-1940) tiene por objeto estudiar la evolución del negocio cárnico, considerando las
características geográficas favorables que, tanto el Paraguay como los demás países del
Río de la Plata, incluidos los Estados del sur y sudeste del Brasil, han demostrado para
aumentar, constantemente, el hato ganadero y la industria cárnica. El paso de la ganadería
tradicional a una de escala, con pasturas adecuadas, mejoramiento genético de los
animales, establecimiento de frigoríficos y obtención de mercados, cobra un vuelo
importante en la primera mitad del siglo XX, convirtiéndose en bisagra, marcando un
antes y un después en el negocio.
Existe controversia acerca del período que en Paraguay debe denominarse liberal.
Siguiendo diferentes criterios, puede considerarse, por una parte, el que se inicia con el
fin de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y el comienzo de la Era Constitucional
en 1870, desde antes de la creación de los partidos políticos tradicionales incluyendo el
primer período hegemónico del Partido Colorado que sumando al caballerismo, se
computa de 1880 a 1904. En este caso, el espacio de tiempo se amplía de 1870 a 1940,
cuando se promulga la Carta Política del 40, de corte autoritario, durante el gobierno del
general José Félix Estigarribia, conductor militar en la Campaña del Chaco. O bien, el
comprendido desde el ascenso del Partido Liberal al poder, en 1904, hasta la muerte del
referido Estigarribia, acaecido en septiembre de 1940. Gran parte de la historiografía, sin
embargo, se halla conteste en que el fin de la Era Liberal se da con la irrupción del
militarismo en el poder, con el golpe militar que derrocó al doctor Eusebio Ayala, último
presidente civil electo, el 17 de febrero de 1936, que allanó el ascenso al poder del coronel
Rafael Franco como presidente de la República de facto.
Política, social y económicamente, el período de 1904 a 1940 mantuvo
importantes características comunes, pero, sobre todo, un hecho trascendental en la
historia paraguaya, como la Guerra del Chaco (1932-1935), que permitió la consolidación
de un nuevo espacio para la producción ganadera (hoy la más importante del país), gracias
a las tierras obtenidas como consecuencia de la firma del Tratado de Paz y Límites, en
julio de 1938, logrando la expansión de la frontera más allá de las incipientes colonias
menonitas, tres años después del cese de las hostilidades y en puertas del inicio de la
Segunda Guerra Mundial. El período liberal estudiado, a fin de lograr una mejor
comprensión del contexto histórico y político, puede dividirse, a su vez, en varias etapas:
1
Académico Correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia; Senador Nacional de la República
del Paraguay; abogado por la Universidad Nacional de Asunción, posgraduado en Dirección Estratégica
por la Universidad de Belgrano en Buenos Aires, especialista en Derecho de Seguros por la Universidad de
Salamanca y máster en historia por la Universidade de Passo Fundo en Rio Grande do Sul.
a) Primer período de inestabilidad (1904-1912): caracterizado por constantes luchas
internas entre las cuatro principales facciones de los dos partidos tradicionales;
egusquicistas y caballeristas (Partido Colorado), cívicos y radicales (Partido Liberal).
Luego de la Revolución Liberal de 1904, colaboraron con grupos que se enfrentaron entre
sí por el control del poder, por medio de alianzas o rupturas, la más importante de todas,
pero no la definitiva, fue la Revolución Radical de 1908. El período cierra su ciclo con la
derrota de Albino Jara y la reorganización institucional, promovida por el presidente
Eduardo Schaerer en 1912.
b) Primer período de estabilidad (1912-1922): Espacio de tiempo caracterizado por la
estabilidad política. Se inicia con el ascenso de Schaerer a la presidencia, que se conviertie
en el primer mandatario en finalizar su período constitucional (1912-1916). Este es
sucedido por el doctor Manuel Franco, quien falleció por causas naturales en el ejercicio
de la presidencia, período constitucional (1916-1920) finalizado por su vicepresidente, el
doctor José Pedro Montero. Y termina con el ascenso al poder de Manuel Gondra, en
1920, quien luego de la reunión con su homólogo brasileño Epitácio Pessoa en Rio de
Janeiro, acordó el giro geopolítico del Paraguay, históricamente direccionado a la
Argentina, para cambiarlo gradualmente por el Brasil. 2
c) Segundo período de inestabilidad (1922-1923): Desde la muerte del caudillo militar
Albino Jara, en 1912, y el ascenso de Schaerer, se vivió una década de estabilidad política,
caracterizada por liderazgos civiles, la creación y el fortalecimiento de las instituciones y
el florecimiento de la economía, sobre todo en el rubro ganadero y cárnico, producto de
las provisiones paraguayas durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La ambigua
posición del ministro de Guerra y Marina, Adolfo Chirife, ante una insurrección del
Batallón de Guardiacárceles, en 1921, comenzó un proceso de inestabilidad que derivó
en la renuncia de Gondra, la designación del doctor Eusebio Ayala como presidente
provisional y, como consecuencia del enfrentamiento de éste con la facción schaerista, el
inicio de la Revolución del 22, que finalizó un año después, con la derrota total de los
sublevados (los sako mbyky), ya bajo la presidencia provisional del doctor Eligio Ayala,
ex ministro de Hacienda de Gondra y de Eusebio Ayala en los años anteriores, quienes,
con José Patricio Guggiari, entre otros, integraban la facción de los sako puku.
d) Segundo período de estabilidad (1923-1936): la finalización de la última revolución
entre liberales derivó en el período más prolongado de estabilidad política de la Era
Liberal. Los mandatos del doctor Eligio Ayala (1923-1928) —con un pequeño intervalo
de meses, gobernado por Luis Alberto Riart—, del doctor José Patricio Guggiari (19281932) y el del doctor Eusebio Ayala (1932-1936) quien asumió el gobierno ya en estado
de beligerancia con Bolivia. Durante el gobierno de este último se desarrolló la Guerra
del Chaco (1932-1935). El sector ganadero cobró un protagonismo fundamental para el
sostenimiento del esfuerzo de guerra en el extenso y lejano frente. El ordenamiento de las
finanzas públicas y la estabilización de la moneda; la adquisición de armamento de punta,
la preparación militar de oficiales y tropas; la llegada e instalación de los menonitas, de
oficiales militares y técnicos rusos blancos; y la creación del Ministerio de Economía,
entre otras medidas, caracterizaron este período.
2
DORATIOTO, Francisco Fernando Monteoliva. En busca del equilibrio: la política exterior paraguaya
entre 1920 y 1925. Universidade Catolica de Brasilia: Brasilia, 2006, p. 5.
e) Tercer período de inestabilidad e irrupción del militarismo (1936-1937): el fin de las
hostilidades en el Chaco. La desmovilización de las tropas del frente, la creación de la
Asociación de Veteranos de la Guerra del Chaco, el auge de las ideas totalitarias en
Europa (comunismo, fascismo, nazismo) y sus simpatizantes en América, la crisis de la
democracia liberal en el mundo, la desconfianza en la economía desde el Crack del 29 y
las críticas hacia la élite liberal, terminaron por deteriorar la situación política. Esto,
sumado a la sed de poder de la cúpula militar, derivaron primero en el exilio del coronel
Rafael Franco y, luego, en la revolución del 17 de febrero de 1936, que colocaría al militar
al frente del gobierno. Si bien se celebra la conquista de varias reivindicaciones sociales
y laborales por parte del “gobierno revolucionario” que gobernó por medio de decretos.
Uno de ellos (el tristemente célebre 152/36), derogó la Constitución de 1870, razón por
la cual el doctor Justo Pastor Prieto denomina a este período “18 meses de regresión
política.”3
f) Consolidación del militarismo y fin de la Era Liberal (1937-1940): el militarismo
instalado desde 1936 no cambió sustancialmente con la contrarrevolución del 13 de
agosto de 1937 que derrocara al coronel Franco y lo reemplazara por el doctor Félix Paiva,
a la sazón, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. En efecto, Paiva
y su “gobierno universitario”, fue impuesto por la cúpula militar que ejercía el poder
desde la Primera División de Caballería en Campo Grande. Su corto período gubernativo
(1937-1939) sirvió apenas para reestablecer temporalmente la vigencia de la Constitución
de 1870 y firmar el Tratado de paz del Chaco (1938). El sucesor de Paiva fue el general
José Félix Estigarribia, responsable de la consolidación del proceso de militarización del
gobierno, al integrar a altos oficiales a su gabinete, prescindir de la facción del Partido
Liberal que rechazaba el autoritarismo, optando mantener la fidelidad de la facción de los
liberales cuarentistas, alineados al nacionalismo imperante. Esta última etapa finaliza con
la muerte del general Estigarribia, el 7 de septiembre de 1940, como consecuencia de un
accidente aéreo.
Situación previa a 1904, el ascenso del Partido Liberal
El último cuarto del siglo XIX fue muy dinámico en la región: Brasil pasó de un
sistema monárquico a uno republicano (1889). Junto a las ya consolidadas repúblicas de
Argentina y Uruguay, se registraron políticas públicas de corte liberal, marcadas
principalmente por la afluencia de cientos de miles de inmigrantes llegados de Europa,
que iban transformando la fisonomía de las ciudades, al tiempo de ayudar en la
colonización del vasto interior. Lo mismo, pero en menor escala, ocurriría en Paraguay,
con la diferencia que la devastación que siguió a la Guerra de la Triple Alianza privó al
país de una clase política capaz de defender los intereses nacionales o al menos, frenar
los excesos de los “nuevos dueños” del país.
La Industrial Paraguaya S.A. fue una de las empresas extranjeras más poderosas
establecidas en el Paraguay y cobró gran importancia durante la primera mitad del siglo
XX; la yerbatera fue fundada durante el gobierno del general Bernardino Caballero, en
3
PRIETO, Justo Pastor. 18 meses de regresión política. A. Plantié y Cía.: Buenos Aires, 1937
1886.4 Era la mayor tenedora de tierras del país con un área total de unas 450 leguas
cuadradas (unos 10.500 km2), con establecimientos en los actuales departamentos de
Concepción, San Pedro, Caaguazú, Canindeyú, Amambay y Alto Paraná, en varios de los
cuales se hallaban numerosas estancias con campos apropiados para la ganadería. Unos
5.000 operarios trabajaban directamente con este gigantesco emporio.5
Si bien el Partido Colorado gobernó oficialmente recién desde su fundación en
1887, su antecedente directo fue el caballerismo en función de gobierno, desde 1880, y
la ejecución de algunas políticas liberales, permitieron una incipiente inmigración en el
país. En una primera etapa, los inmigrantes venían de Alemania, Austria-Hungría e Italia.
En el período de posguerra de la Triple Alianza se estableció la compañía Liebig´s, con
la compra de una primera estancia denominada Yacare, en 1898. Con el correr de los
años, se convirtió en una de las empresas ganaderas más importantes del Paraguay.6
La Revolución de 1904 fue impulsada principalmente por militantes del Partido
Liberal, aunque también contó con el concurso de simpatizantes del Partido Colorado e
independientes, que buscaban cambiar el antiguo sistema de caudillaje por una política
moderna que lograra concretar las nuevas ideas. Los viejos generales Bernardino
Caballero y Patricio Escobar iban perdiendo el control del Partido Colorado, un hecho
claramente demostrado durante el tumultuoso año de 1902, cuando el coronel Juan
Antonio Escurra se apoderó del control del golpe que derrocara al presidente Emilio
Aceval, quien apoyaba la cooperación con los liberales.
El país contaba entonces con unos 500 mil habitantes; 10 % de los cuales se
hallaban instalados en la capital, Asunción. Los liberales encontraron la administración
pública al asumir en 1904 “en el mayor desorden: la contabilidad atrasada en diez meses,
los sueldos de los empleados impagos por varios meses, aumentada la deuda pública y
cincuenta centavos en las arcas fiscales.” Luego de esta revolución no hubo
persecuciones, ni presos políticos, ni destierros; todos los habitantes respetados en sus
personas y en sus propiedades, renaciendo la confianza en el orden y en la efectividad de
las instituciones. “Los colorados ocuparon puestos desde el día siguiente, en el gobierno,
en la administración, en el tribunal, en la diplomacia y en el parlamento, y siguieron
haciéndolo en los 31 años de predominio del Partido Liberal.”7
La ganadería a principios del siglo XX en Paraguay (1904-1912)
El militar y escritor Arturo Bray afirma que Asunción “era una aldea con
pretensiones de ciudad” donde todos, o casi todos, se conocían. El mismo testimonió que
la calle Palma estaba destinada casi exclusivamente a los comercios y la calle Estrella era
la más tradicional de las familias de arraigo. Algunas de estas familias se afincaron desde
antes de la Guerra del 70; los Casal-Ribeiro, Ibarrola, Riquelme, de los Ríos, Gómez,
Zambonini, Parodi, Egusquiza y Riera, entre otros, este último muy ligado al sector
4
Bernardino Caballero (1839-1912), primer presidente del Partido Colorado y principal protagonista del
período de posguerra (1870-1904); durante su gobierno se adjudicaron millones de hectáreas a empresas
extranjeras como La Industrial Paraguaya, donde fue socio y miembro del Consejo Directivo
5
MONTE DOMECQ, Ramón. La República del Paraguay en su Primer Centenario (1811-1911).
Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco: Buenos Aires, 1911, pp. 211-212
6
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Officine grafiche Poligrafici il Resto del Carlino. Bologne:
1965, pp., 68-69
7
JAEGGLI, Alfredo L. Albino Jara: Un varón meteórico. Ob. Cit., p. 82.
ganadero e identificado con el Partido Colorado, “las pasiones políticas no tenían cabida
en los hogares ni perturbaban la vida de relación”8 entre familiares y vecinos, señalando
la armonía y correspondencia que, pese a las diferencias políticas, mantenían éstos con
su familia, muy vinculada a los revolucionarios de 1904.
Relata Bray que el matrimonio de Marcos Riera (exjerarca del régimen colorado)
y doña Emiliana Milleres de Riera, ante cualquier peligro de revolución, golpe de Estado
o cuartelada “solían venir a pasar la noche con nosotros, trayendo en un bolso su dinero
(en tintineantes libras esterlinas) y sus valiosas alhajas.”9 Riera era propietario de unas
46.000 hectáreas de tierras en Caraguatay, con sus estancias La Pastora, Lobocuá y
Saladillo. Contaba con unas 15.000 cabezas de ganado vacuno y una marcación anual de
2.500 terneros, existía un predominio de la cruza de vacas criollas con toros cebúes y
mestizos de Durham. Su fortuna era una de las más importantes del país.10
Durante el primer período de inestabilidad (1904-1912), el foco de las
revoluciones y principal objetivo militar, era tomar el poder en Asunción. La vida en el
campo, sin mayor comunicación con la capital, transcurría el curso normal de siglos
anteriores. El Paraguay rural, desconectado del centro neurálgico nacional, seguía aislado
por falta de infraestructura en caminos, puentes, vías férreas, telégrafos, etc. La actividad
se concentraba a lo largo del río Paraguay, en Villa del Pilar, Villa Oliva, Asunción, Villa
del Rosario, Villa de San Pedro y Villa Real de la Concepción, con una incipiente
colonización en la margen derecha o Chaco que pasaba por Villa Occidental, Puerto
Pinasco, Puerto Casado, Puerto Sastre, Puerto Guaraní, Fuerte Olimpo y Bahía Negra.
Aún sin delimitación con Bolivia, el Chaco efectivamente ocupado por Paraguay
entonces formaba una extensión de unos 120.000 km2. La explotación se daba a la
margen derecha del litoral adyacente al río Paraguay y toda la comunicación con dicha
región se realizaba por vía fluvial. El principal puerto de conexión era el de la Villa Real
de la Concepción, en la región oriental, entonces la segunda ciudad más importante del
país, luego de la capital, Asunción. El extenso y tupido bosque atlántico cubría la mayor
parte de la región oriental o paranaense, y los mejores campos naturales para pastoreo de
ganado se hallaban al norte del río Ypané y al sur del río Tebicuary. 11
Las grandes industrias del Chaco eran: la empresa taninera de Carlos Casado
(1886), la New York and Paraguay Company (1910), Sociedad Anónima Quebrachales
Fusionados (1906), Puerto María, Puerto Max, Sindicato Puerto Guarany y Puerto Sastre
—estas últimas fundadas antes de 1910, también se dedicaban a la explotación
ganadera—. A estas se sumaban estancias pioneras cuya actividad principal se centraba
en la cría y engorde de animales vacunos, entre las que citamos: Estancia Comparada
(1885), la Ganadera Paraguaya Sociedad Anónima (1886), la Estancia Pedernal de Matías
Alonso Criado, Siete Puntas de los hermanos Zavala, Palo Santo de los hermanos Arza y
Puerto La Novia de don Pedro Risso, todas estas con miles de cabezas de ganado para
1911.
La Industrial Paraguaya y otras empresas industriales y/o comerciales instaladas
en Asunción —como los Urrutia, Ugarte y Compañía, Isnardi, Alves y Compañía, Brun
y Compañía, Joaquín Casal Ribeiro— diversificaban sus actividades, pero incluían la
8
BRAY, Arturo. Armas y Letras, Memorias. Tomo I. Asunción: El Lector, 2011, p. 23.
Ibídem.
10
MONTE DOMECQ, Ramón. La República del Paraguay en su Primer Centenario (1811-1911). Ob.
Cit., p. 435.
11
Comentarios del ganadero Rafael Heisecke Cardús, nieto del acaudalado empresario, intelectual,
periodista y político liberal Gualberto Cardús Huerta (Concepción, 1878 – Asunción, 1949).
9
producción ganadera. El caso de Angulo y Compañía es un claro ejemplo, con campos en
Quiindy y San Juan Bautista de las Misiones, donde pastaban unos 14.000 animales
vacunos.12
La Villa Real de la Concepción y sus regiones aledañas merecen especial énfasis
en cuanto a la producción ganadera. Las estancias de la empresa La Fonciere du Paraguay
se constituyeron entre las más importantes del país, con catorce establecimientos: San
Luis de la Sierra, Puerto La Fonciere, Estrella, Centurión, Mirabeau, Villa Sana, Santa
Sofía, Caracol, Saty, Toldo-cué, San Lorenzo, Punta Luisa, Agosto Cué (todas en la
región Oriental); además de la estancia Riacho Negro, en el Chaco, con un total de unas
150.000 cabezas de ganado. Por su parte, otro establecimiento, el gran Saladero Risso,
desde su fundación hasta 1910, había faenado unos 140.000 animales vacunos.13
Otros importantes establecimientos ganaderos en el Norte eran los de Juan Miltos,
Antonio Isnardi, Sixto Fretes, Carlos Quevedo, José Romañach, Germán Miranda, Cirilo
Cordone, Ambrosio Vergara, Guillermo Ocáriz, Antonio Guimaraes, Tomasa Bedoya,
Oscar Schupp, Fernando Agüero, Albertini, Heyn, Herrero, Ramírez, Eugenio Florentín,
José Canale, Juan Otaño, entre otras conocidas familias dedicadas a la cría de ganado
vacuno.14 Datos suministrados por la municipalidad local registraron unas 436.800
cabezas de animales para 1910, en entre las principales estancias del departamento de
Concepción, constituyéndose una de las regiones ganaderas más importantes por
entonces.15
La llegada del tren a la Villa de la Encarnación de Itapúa, en 1911, significó un
importante cambio para todas las regiones aledañas a la vía férrea, en las décadas
siguientes. Fomentó el crecimiento demográfico y económico del Sur del país, más allá
de Paraguarí y Villa Rica, en el Guairá, hasta donde se habían extendido las vías a fines
del siglo XIX. Las zonas de Caazapá, Misiones, Ñeembucú e Itapúa cobraron nuevo
impulso con el establecimiento de colonos provenientes de Europa, de provincias
argentinas aledañas y del Uruguay, que fomentaron la cría de ganado vacuno, ovino y
caballar.
En esta zona se destacaban los establecimientos de don Domingo Barthe, (Itapúa
y Alto Paraná); don José Delpino, uno de los más grandes propietarios de tierras (Villa
del Pilar, Ñeembucú); don Francisco Brusquetti, Nicolás Del Puerto y Eduardo Vargas
(San Ignacio Guazú, Misiones); don Pedro Duarte (Paraguarí, Carapeguá, Tavapy,
Quiindy, Caapucú, Villa Florida, San Miguel y San Juan Bautista), E. Ramírez y Antonio
Rodríguez (Paraguarí). En San Juan Bautista, las estancias de don Constantino Cálcena,
Faustino Zoloaga y Martín Llano; este último con unas 30.000 cabezas de ganado. La
estancia Paraíso, de Florencio Vargas, con unos 18.000 animales. Estanislao Alegre,
Felipe Del Puerto, Romillo Llano Chaves (hijo de don Martín), Nemesio Leguizamón,
Francisco Bado (Santa Rosa); Raimundo Benítez (Santa María) y don Tomás Saccarello
(Paraguarí), acaudalado hacendado y director del Banco de la República, con unas 30.000
cabezas de ganado.16
12
MONTE DOMECQ, Ramón. La República del Paraguay en su Primer Centenario (1811-1911). Ob.
Cit., pp. 219-254.
13
Loc. Cit., pp. 339-341.
14
“Dios en el Cielo y Quevedo en Concepción”, frase de la época dorada de la producción ganadera y la
exportación cárnica en el Norte, donde la familia Quevedo era propietaria de las mayores extensiones de
tierras en la zona. Comentario del ganadero Rafael Heisecke Cardús.
15
MONTE DOMECQ, Ramón. La República del Paraguay en su Primer Centenario (1811-1911). Ob.
Cit., pp. 362-363.
16
Loc. Cit., pp. 371-428.
Caapucú era zona eminentemente ganadera, separada de la Villa Florida
(Misiones) apenas por el río Tebicuary. Allí se asentaron las estancias de don Claudelino
Silva, Raimundo Benítez, Blasantonia (sic) Isasi de Arbo, así como los establecimientos
de don Carlos Lizza, tanto en Caapucú como al sur del Tebicuary. La estancia Montiel
Potrero, de don Francisco Mariño y la de don Celestino González. En Ybycuí, los campos
de don Francisco Barriocanal, Jenaro Urdapilleta y Juan Acosta; en Tavapy, la estancia
Carayá, de don Camilo Leite, y la de don Narciso Sosa en Caazapá, donde también debe
resaltarse la firma de los italianos José Fassardi y Ángel Portaluppi, fundada en 1887, a
quienes se sumaría el paraguayo José Falabella, en 1906.17
La Sociedad Rural (1885) había dejado de existir. Desde 1902, la Sociedad
Ganadera del Paraguay aglutinaba a los productores pecuarios. Entre sus principales
objetivos estatutarios figuran: “el refinamiento del ganado vacuno, caballar, ovino y
demás especies, mediante la aplicación de las teorías de selección, del cruzamiento entre
las razas superiores, la educación, alimentación y curación de los productos por los
medios más racionales y científicos.” El primer presidente fue don Guillermo de los Ríos
y, desde el siguiente año, en 1903, se publicó la Revista de la Sociedad Ganadera del
Paraguay, dirigida por Narciso Acuña, primera dedicada exclusivamente a la ganadería.18
En 1904 se registran las primeras importaciones de razas Durham, Hereford y
Holstein. El mejoramiento del ganado se dio primero en las estancias modelo, propiedad
de empresas internacionales, como la Liebig´s, introduciendo la raza Hereford para
mezclarla con las criollas, que también eran de tipo europeo. Se conservan las constancias
de las primeras transferencias de toros y vacas realizadas por La Rural Belga
Sudamericana con destino a las estancias adquiridas en Paraguay, procedentes de la
estancia Bichadero, en Río Negro, Uruguay. Hasta 1920, la mestización se realizó con
toros Hereford; posteriormente fueron introducidos ejemplares de Sussex y Shorthorn,
importadas desde la Argentina. Sin embargo, tuvo que buscarse la rusticidad y
adaptabilidad al clima tropical, mediante la introducción de ganado Cebú proveniente de
Brasil. 19
Procesamiento de la carne e industrialización. El impacto de la Primera
Guerra Mundial
La producción de carne a escala tomaba un fuerte impulso por las excelentes
condiciones climáticas, de suelo y logísticas imperante en el país pese a su
mediterraneidad. En este contexto, la ganadería paraguaya preparó su primera exposición,
que se realizó del 15 al 22 de mayo de 1904, organizada por la Sociedad Ganadera del
Paraguay. Las exposiciones fueron por secciones. I) Vacunos reproductores puros
(importados); II) toros y vaquillonas nacidos en el país: toros de raza Durham y sus
mestizos, de dos y cuatro dientes, ídem, Hereford, Holstein y Hereford; III) novillos y
vacas gordas: novillos gordos de raza Durham y sus mestizos de tres a cuatro años de
edad, los mismos de cualquier raza reconocida; y, IV) lecheras: de cualquier raza y edad.
17
Id. Ibid., pp. 226-227; 448-461.
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Ob. Cit., pp. 82-83.
19
Loc. Cit., pp. 74-75.
18
Se incluyeron además secciones de lanares, caballares, tiro pesado, tiro liviano, burros,
porcinos, aves de corral e incluso, perros ovejeros y de caza.20
La producción bovina se hallaba extendida en gran parte de la geografía paraguaya
y abastecía al consumo local sin mayores inconvenientes. El negocio de la carne a escala
se inició recién a fines del siglo XIX, con la instalación del primer saladero, en el pueblo
de Cangó (actual Artigas, Itapúa), propiedad de Héctor Bado, en 1892. A principios del
siglo XX, el Saladero Risso faenó unas 4.715 cabezas de ganado, de una capacidad de
10.000 en el primer año de funcionamiento (1901), triplicando el número de faenas a
15.000 en el segundo año y consolidándose en torno a los 18.145 en el tercer año. Los
animales no solo provenían del establecimiento, sino que también de estancias vecinas.
Richard Friedrich Eberhard von Fischer-Treuenfeld21 profetizaba en su obra que ese
número podría elevarse a unas 20.000 cabezas por año tan pronto los estancieros se
acostumbraran a la existencia de la empresa y a las condiciones de entrega de ganado,
porque las instalaciones estaban capacitadas de procesar entre 35.000 y 40.000 cabezas
cada año.22
El proceso se iniciaba con la faena y terminaba con el producto listo para la venta.
Los animales pasaban de un corral grande a otro menor, circular, el brete, donde no cabían
más de diez vacunos. Un peón de pie, sobre una plataforma, enlazaba al animal y lo alzaba
por medio de una roldana. Una vez sujeto, un desnucador lo mataba de una cuchillada y
el cuerpo inerte era llevado a la playa. En un lugar techado y de piso firme, se procedía al
degüello y la cuereada. Se trozaba la carne en tiras largas de unos cuatro centímetros de
espesor, que luego se dejaban orear hora y media, antes de colocarlas en depósitos de
salmuera por un breve espacio de tiempo. Después de que haya escurrido el líquido, se
apilaban las tiras sobre base de astas en camadas, que llegaban a los cuatro metros, entre
las cuales iban capas de sal, que eran reemplazadas por otras cada cuatro días, se volvían
a apilonar y se asoleaban hasta que estuviera listo, a los cuarenta o cincuenta días.23
Este producto cárnico era conocido como tasajo (carne seca salada o acecinada
para permitir su conservación). Se cargaba a granel para la exportación y no necesitaba
de envases especiales. Los principales destinos eran Cuba, Brasil y España, y la vía era
por Montevideo. El Saladero Risso también elaboraba lengua en conserva y otros
subproductos. Los residuos óseos se colocaban en Inglaterra y las menudencias —astas,
tendones y pezuñas— eran exportados a los países balcánicos, además de cueros salados
y grasa, que eran extraídos por medio de agua hirviendo, al que iban a parar los huesos,
el sebo y las demás partes del animal no utilizadas para el tasajo. El novillo o buey de
cinco años era el preferido por su cuero pesado y carne magra, que tomaba bien la sal. 24
Los primeros ensayos de cultivos de praderas a gran escala fueron realizados por
la Societé La Fronciere, con rhode grass, yaraguá, gutzu, guinea, capii-gordura y otros
tipos de pasturas. Estas experiencias redundaron en grandes beneficios para la producción
ganadera que, por aquellos tiempos, ya excedía con creces la necesidad interna y, por
ende, necesitaba encontrar salida. El doctor Guillermo Stewart, de amplia actuación en el
20
Loc. Cit., p. 83.
(Thorn, 1835 – Berlín, 1907): ingeniero contratado por el gobierno paraguayo en 1864, puso en
funcionamiento el primer servicio telegráfico de Sudamérica. En la posguerra publicó varios libros como
“Paraguay in wort und bild” (1906) y El Chaco y el litigio de límites entre Paraguay y Bolivia (1904).
22
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Tiempo de Historia: Asunción, 2009, pp. 225-226 .
23
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Ob. Cit., pp. 81-82.
24
Ibídem.
21
Paraguay desde tiempos de la Guerra de la Triple Alianza y dedicado luego a la ganadería,
impulsó el interés para la instalación de inversionistas ingleses.
El químico paraguayo Ovidio Rebaudi publicó en 1909 El extracto de carne y la
industria de la refrigeración como medio de dar salida al exceso de producción ganadera
del Paraguay. Se trata de un folleto que dejó importantes reflexiones sobre la
competitividad del extracto de carne (producto terminado) como única alternativa para
enfrentar a la producción ganadera argentina. El análisis consideraba la diferencia de
tamaño y peso del animal, como la inconveniencia de la exportación de ganado en pie,
por los gastos, cuidados y trasbordos logísticos, entre otras consideraciones. Concluía que
el extracto de carne por el sistema del Dr. Liebig era el más conveniente para la
producción cárnica paraguaya.25
Con una leve diferencia en el cálculo que aparece en Monte Domecq, en su obra,
Jan Kleinpenning estima que el Saladero Risso procesó un total de 122.766 cabezas de
terneros y vacas (entre 1901 y 1910), más unos 88.645 (entre 1910 y 1918). La capacidad
de procesamiento era de unas 300 cabezas al día a principios del siglo XX, para lo cual
se necesitaban unos 100 a 120 trabajadores durante el período de mayor faena. Schurz,
sin embargo, habla de apenas 48 trabajadores para 1918, la mayoría «peones a cuchillo»
de nacionalidad uruguaya, de gran reputación por la habilidad y experiencia. La faena se
realizaba de mayo a agosto, en horas de la noche, a temperaturas que oscilaban entre 15
y 20 grados, a fin de racionalizar al máximo la utilización de refrigeradores.26
La primera fábrica de extracto de carne (vaca´i) fue instalada por el Dr. Edward
Kemmerich en el puerto San Salvador, sobre el río Paraguay, entre la ciudad de
Concepción y el puerto Risso. Contaba con modernas maquinarias que comenzaron a
producir poco antes del inicio de la Gran Guerra en Europa, pero encontramos que la
empresa cerró sus puertas en 1917. Kemmerich y sus capitales eran alemanes, hecho que
pudo haber incidido negativamente, ya que en 1915 produjo y exportó unos 4.773 kilos
de su producción27.
La Primera Guerra Mundial disparó los precios del ganado en el Río de la Plata.
Automáticamente los mercados de Liniers, en la Argentina, se convirtieron en la meta de
los ganaderos paraguayos. Tanto la Liebig´s y la Fronciere, como otros establecimientos,
habilitaron embarcaciones para el transporte de ganado. Se improvisaron campos de
descanso y todo tipo de alternativas logísticas en la larga ruta hasta Buenos Aires, durante
el transporte ferroviario desde Entre Ríos. Las necesidades de los ejércitos aliados eran
insaciables y requerían la movilización de ingentes cantidades, que obligaban a optimizar
el transporte. Aunque la adecuación de la cadena para lograr una mayor eficiencia llevaría
su tiempo.28
Las perspectivas de exportación de alimentos conservados, generados por la
Primera Guerra Mundial, resurgieron la necesidad de instalar frigoríficos en el Paraguay.
El 14 de julio de 1915, la Ley n.° 144 dio autorización al señor G. L. Rickard para instalar
un establecimiento frigorífico, otorgamiento de franquicias y una concesión por 25 años;
aunque caducara por incumplimiento de los requisitos establecidos en dicha legislación.29
25
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., p. 233.
26
Loc. Cit., p. 226
27
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Ob. Cit., pp. 85-86
28
Loc. Cit., p. 86
29
Ibídem
Dos años después, la Ley n.° 241 daba una concesión de aun mayor importancia
a la Central Products —posteriormente renombrada como International Products
Corporation (IPC)— para establecer un matadero para ganado vacuno, lanar, porcino y
caprino, con las instalaciones necesarias para preparar y conservar en frío las carnes y
otros productos alimenticios. La fábrica se instaló en el puerto de San Antonio, al sur de
Asunción. Se adquirieron dos buques frigoríficos: el Paraguay y el Ytororó. Durante el
primer año se faenaron 31.789 cabezas de ganado, se exportaron 73.443 cajones de carne
conservada y 21.500 cueros. Ese mismo año se promulgó la Ley n.° 253, del 2 de agosto
de 1917, que otorgaba a la Compañía Paraguaya de Frigoríficos y Carnes Conservadas
—propiedad de la Switf de Argentina e inversores paraguayos— análogas concesiones
que a la Central Products.30
La Liebig´s se instaló oficialmente con personería jurídica en Paraguay, a través
de sus mandatarios generales, Pedro Newkirk y Rodolfo Fleurquin. Quedó habilitada con
el decreto del Poder Ejecutivo n.° 6802/1732, del 5 de septiembre de 1917, firmado por
el presidente Manuel Franco y el ministro del Interior Luis A. Riart. Así quedaban
aprobados los estatutos sociales de la Liebig´s Extract of Meat Company Limited.
Entonces contaba con unos 85.000 animales entre vacunos, ovinos y yeguarizos.31
La Ley n.° 321, del 18 de noviembre de 1918, otorgó a la South America Land
and Cattle Ltd. similares condiciones que a las demás concesiones y esta compañía se
hizo cargo de las instalaciones de Kemmerich. La misma llegó a faenar 13.172 cabezas y
a exportar 96.104 cajas de carne conservada. Aunque ninguna de las tres plantas
industriales referidas con anterioridad se dedicó a la exportación de carne congelada —
todas estas enviaban carne conservada o extracto de carne—, los establecimientos en San
Antonio, Zeballos Cué y San Salvador eran conocidos como frigoríficos. El presidente de
la República, doctor Manuel Franco, en su mensaje anual al Congreso, resaltó «el
vigoroso impulso por obra de los frigoríficos» que recibía la economía del país,
registrándose, en 1919, el récord de exportación de carne conservada, con 5.375.260
kilogramos por un valor de 2.580.125.125 pesos oro.32
Fin de la Primera Guerra Mundial y crisis de la exportación cárnica
La Primera Guerra Mundial produjo una demanda extraordinaria de productos
alimenticios, sobre todo de extracto de carne, debido a la facilidad de fraccionamiento,
embalaje, bodegaje, transporte, distribución y preparación en los más distintos frentes de
batallas. Desde Galípoli, en el estrecho de los Dardanelos, al Somme; de Verdún, a la
Segunda Batalla del Marne. Algunos países estuvieron en la vanguardia como
proveedores, principalmente las excolonias británicas de Australia y Nueva Zelanda, pero
también Argentina (país que por entonces dominaba el mercado mundial de la carne) y,
por extensión, Uruguay y Paraguay.
La Gran Guerra aumentó aceleradamente las inversiones en el sector cárnico en la
región. La apertura de frigoríficos se multiplicó en Argentina durante los años del
conflicto bélico, además de los importantes establecimientos de capital angloargentino —
radicados durante el período de 1882 a 1903— y los registrados hasta el estallido de la
guerra, que se habilitaron en la Patagonia: Río Grande y Armour de Santa Cruz. El inicio
30
Loc. Cit., p. 87
Loc. Cit., pp. 77-78.
32
Loc. Cit., p. 88.
31
de las operaciones del Frigorífico Argentino, en 1914, de la planta de Armour La Plata,
en 1915, y de la Anglo South American Meat Co., controlada por la Union Cold Storage,
en 1916 (vinculada al grupo Vestey).33
En Paraguay, además de las empaquetadoras de carne de San Antonio (IPC) y
Zeballos Cué (Liebig´s) —de inversores estadounidenses e ingleses, respectivamente—,
las administraciones de los presidentes Eduardo Schaerer (1912-1916) y Manuel Franco
(1916-1920)34 facilitaron la construcción de procesadoras de carne vacuna y el aumento
de las exportaciones repercutieron directamente en la popularidad de los mandatarios, que
invirtieron los ingresos en mejorar la infraestructura y servicios; además, para satisfacer
pedidos de los feligreses católicos. Y fue así, decreto mediante, como se otorgaron los
primeros fondos para la terminación del templo de la Virgen de los Milagros de
Caacupé. 35
Sin embargo, el floreciente negocio llegó repentinamente a su fin. La terminación
de la Primera Guerra Mundial redujo drásticamente la demanda de productos cárnicos en
los diferentes mercados. Las exportaciones paraguayas cayeron estrepitosamente e
incluso fue necesario importar 1.201.512 kg de carne, por un valor de 629.207 pesos oro.
Las fábricas de procesamiento redujeron la producción o apostaron a nuevos productos
como la carne congelada. Hubo otro factor: la detección de fiebre aftosa, que llevó al
cierre de fronteras sanitarias con la Argentina, impidiendo la exportación a otros países.36
Revolución, inmigración y prosperidad previa a la Guerra del Chaco
Con gran optimismo, el 15 de agosto de 1920, el presidente Manuel Gondra
iniciaba su mandato para el período 1920-1924. En su afán de integrar un prestigioso
gabinete, convenció al doctor Eligio Ayala, quien pasaba una larga pasantía de casi diez
años en Europa, de regresar al Paraguay para colaborar desde la cartera de Hacienda. El
Ejecutivo estuvo integrado por otros importantes hombres públicos de la talla de Ramón
Lara Castro, Rogelio Ibarra y José Patricio Guggiari complementaban el Ejecutivo; pero,
la confirmación del impetuoso coronel Adolfo Chirife en el ministerio de Guerra y
Marina, representando los intereses de Schaerer, preocupaba a más de uno.
En el plano exterior, Paraguay apuntaba a consolidar la idea del equilibrio
concebida por el anterior canciller, Eusebio Ayala, en un intento por disminuir la
asfixiante influencia argentina y buscar un aumento en el intercambio con el Brasil hacia
la frontera este, en el Alto Paraná. En este punto coincidía con los brasileños que iniciaban
su marcha al oeste en el Estado de Paraná, limítrofe con el Brasil. 37 Asimismo, se
estrecharon vínculos con Estados Unidos y Francia, cuya capital, París, se convertiría, en
la década de 1920 a 1930, en el centro de operaciones del Paraguay en Europa.
33
LUCH, Andrea. Las empresas frigoríficas en Argentina: estrategias empresariales y cambios en el
sector industrial (1882-1930). América Latina en la Historia Económica Vol. 26, Nro. 2: México, 2018
34
El presidente Franco falleció el 5 de junio de 1919, un año antes de finalizar su mandato, que fue
concluido por el vicepresidente, doctor José Pedro Monter.o
35
CABALLERO AQUINO, Ricardo. La Era de Eligio Ayala, 1920-1936: Liberalismo para la
prosperidad. El Lector: Asunción, 2014, pp. 55-56.
36
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., p. 235.
37
Los planes geopolíticos ideados desde fines del siglo XIX y trazados por los gobiernos del Brasil y
Paraguay desde principios del siglo XX se harían realidad (conexión física) recién en la segunda mitad del
siglo XX con la ruta hasta el río Paraná, el puente de la Amistad y finalmente, la construcción de Itaipú.
De igual manera, se dio un nuevo impulso a la inmigración de colonos, tanto para
la ocupación civil del Chaco como de otras comarcas. El gobierno promovió la llegada
de contingentes desde América del Norte y Europa, que continuarían viniendo en los
gobiernos siguientes. En 1919 llegó una expedición al Chaco central, encabezada por el
noruego Fred Engen. En un informe remitido al general retirado estadounidense, Samuel
Mc Roberts (1868-1947), representante de la Iglesia mennonita, le decía: “I have found
the promised land” —he hallado la tierra prometida—.38
Con el visto bueno de los colonos y la aprobación del gobierno, se promulgó la
Ley 514/21, conocida como la ley de los menonitas. En una reunión mantenida en
Asunción se sentaron las bases para la colonización menonita. Los periódicos de la capital
ya lo daban por hecho. Participaron el general Mc Roberts, el presidente Gondra y el
doctor Eusebio Ayala, también estuvo involucranda la Iglesia católica y la empresa de
Carlos Casado.39
El Paraguay buscaba salvar las inversiones realizadas en el sector cárnico,
aprovechando las ventajas estratégicas que el país mantenía como productor de ganado y
exportador de carne. El fin de la Primera Guerra Mundial reestructuró el negocio
industrial de la carne. El frigorífico San Antonio dejó de funcionar en julio de 1921, pero
logró reacomodarse, recuperando el nivel normal de producción a fines de ese año, siendo
la única operativa para 1922. El Saladero Risso fue arrendado en 1922 por la Societe La
Fronciere du Paraguay, la empresa ganadera más importante del país. Y la Liebig´s inició
negociaciones con la Swift de Argentina para hacerse cargo de la planta de Frigoríficos y
Carnes Conservadas en Zeballos Cué (Asunción).40
El panorama político se había enturbiado a nivel interno a fines de 1921, por una
serie de sucesos que derivaron en la renuncia del presidente Gondra y la designación del
senador Eusebio Ayala como nuevo mandatario. El mensaje al Congreso del nuevo
presidente referió a la crisis en ciernes, advirtió el problema de la inestabilidad monetaria
y la necesidad de examinar el régimen de crédito “a fin de estimular la circulación del
capital nacional, llevándolo en lo posible a fecundar las fuentes de una producción
económica racional.” Adelantó que “en primer término corresponderá financiar la
ganadería, por ser la industria susceptible de más rápido desarrollo” y aseguró que “la
asistencia bancaria tendrá el propósito de hacer posible la venta de los productos en el
exterior, como método más eficaz de hacer de la ganadería una industria rentable.”41
Se esperaba que el doctor Eusebio Ayala completara el mandato presidencial de
cuatro años (1920-1924), fijado desde el inicio de la Era Constitucional en 1870. Un
posterior desacuerdo del expresidente Schaerer deterioró la situación política interna del
Partido Liberal, situación que arrastró a otros actores civiles colorados y militares hasta
un enfrentamiento. Por un lado, partidarios schaeristas (los sako mbyky) y sus aliados con
el coronel Adolfo Chirife como cabeza militar con su unidad sublevada en Paraguarí y
por el otro bando, la facción política progubernista, que defendía la presidencia de Ayala
en la capital (los sako pukú), con el respaldo de unidades militares ubicadas en Asunción.
38
REDEKOP, Calvin; KRAHN, Victor & STEINER, Samuel J. Anabaptist / Mennonite faith and
economics. Lanham: University Press of America, 1994.
39
KLASSEN, Peter P. Kaputi Mennonita. Asunción: Imprenta Modelo, 1976 p. 41 .
40
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., pp. 235-236.
41
Mensaje del Presidente Provisorio de la República del Paraguay Dr. Eusebio Ayala al Honorable
Congreso de la Nación. Imprenta Nacional: Asunción, 1922, pp. 5-13.
La batalla de Caí Puente se llevó a cabo el 15 de noviembre de 1922 e inclinó la
balanza hacia las armas gubernistas, pero la Revolución del 22 finalizó en los primeros
meses de 1923, cuando se logró doblegar a los últimos insurgentes. El doctor Eligio Ayala
había asumido la presidencia provisional en abril, en reemplazo de Eusebio. El embajador
brasileño en Asunción, Rodrigues Alves, afirmó que era una “fecha histórica en la vida
política paraguaya, pues significaba el choque violento entre el espíritu de caudillismo
todavía vivo por un lado y la reacción democrática, luchando por el espíritu de orden y
disciplina. Venció la buena causa, triunfó el orden civil organizado.”42
La revolución retrasó unos años la venida de nuevos inmigrantes, principalmente
la de los menonitas. Walter Quiring trata el tema en su libro Alemanes de Rusia buscan
una patria 43 y menciona la gran importancia del establecimiento en el Chaco y el
gigantesco aporte posterior que significó la instalación de los menonitas para la
producción láctea y cárnica en Paraguay en la Colonia. El presidente Eligio Ayala resultó
electo (período 1924-1928) y le tocó recibir al primer grupo proveniente de Canadá. Les
dio la bienvenida en la rada del puerto de Asunción (1926) hablando en perfecto alemán.
Al año siguiente llegarían los otros contingentes venidos de Rusia y Ucrania.
Eligio Ayala inició un período caracterizado por cambios positivos, como la
estabilidad monetaria y el reordenamiento de las finanzas. Esto permitió retomar y
aumentar la adquisición de armamento para la inminente defensa del Chaco, amenazado
por la constante incursión de Bolivia. Al mismo tiempo, llevaba adelante una ciclópea
tarea interna en cuanto a educación y salud, el ordenamiento urbano con importantes
obras públicas y, sobre todo, puso empeño en el fortalecimiento de las instituciones y del
sistema democrático.
La bonanza económica siguió al ordenamiento iniciado por el mismo Ayala, desde
varios años atrás, cuando ocupaba la cartera de Hacienda, en 1920. Para 1927, el valor de
las exportaciones ascendía a 14.282.040 pesos oro —representando un aumento de
5.367.577 pesos, en relación al año 1924— mientras que las importaciones registradas
ascendían a 11.977.766 pesos —en comparación a las registradas en 1923, que apenas
llegaban a 3.406.555 pesos—. Esos valores demuestran el superávit de exportaciones en
relación a las importaciones, y el consecuente aumento del poder adquisitivo y de
consumo de la población.44
El censo ganadero de 1926 arrojó la cifra del hato nacional de 2.972.861 cabezas
de ganado; 2.669.678 (casi el 90 %) de las cuales eran criollos y solo unos 300.000
animales cruzados con ganado de raza, con preeminencia absoluta del cebú, un robusto
búfalo de origen indio que fuera introducido desde el Brasil. El mismo ofrecía mayor
inmunidad contra garrapatas y otras plagas; pero, sobre todo, mejor adaptación a las
pasturas en los que pacía en estado semisalvaje. Sin embargo, sus detractores apuntaban
que estas supuestas ventajas quedaban opacadas por los defectos que hacían de este
animal poco apropiado para el cruce, además de una falsa impresión de gordura y la
dureza de la carne. 45
La raza cebú eran entonces el 6 % del hato ganadero con 176.916 animales;
Hereford, el 2,4 % con 70.350; Polled Angus, el 1,2 % con 35.918; y Durham, con 0,6 %
42
DORATIOTO, Francisco. Una relación compleja: Paraguay y Brasil (1889-1954). Tiempo de Historia,
Asunción, 2011, p. 293.
43
QUIRING, Walter. Russlanddeutsche suchen eine Heimat: die deutsche Einwanderung in den
paraguayischen Chaco. Karlsruhe: H. Schneider, 1938.
44
Mensaje del Presidente de la República al H. Congreso Nacional. Imprenta Nacional: Asunción, 1928,
pp. 42-43ñ
45
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., pp. 231-232.
y 18.757 animales. Muy atrás quedaba la raza Devon, con unos 1.070 animales y las
lecheras holandesas, que apenas llegaban 172. A fin de “corregir” el error de la
introducción de cebú, los ganaderos paraguayos pronto descubrieron la necesidad de
extirparlo lo más pronto posible, ya que los compradores argentinos se rehusaban a
admitir cualquier ganado que tuviera algún aspecto de cebú. Según Schurz, para entonces,
la introducción de sementales era dominada por las razas Durham y Hereford; sobre todo
esta última, preferida por los criadores por ser menos susceptible a enfermedades y en
general más adaptable a las condiciones del país. 46
Si bien las estadísticas oficiales diferirían de los números reales, es claro que había
un marcado aumento y preferencia en la adquisición del ganado para faena, demostrada
por la compra destinada a los frigoríficos. En 1927, el 47,2 % de los animales faenados
para las fábricas eran importados del exterior; es decir, 53.353 de 113.390, una inmensa
mayoría (90 %) de la Argentina y un 10 % del Brasil. Podríamos encontrar una
explicación en la ubicación geográfica de las fábricas; la planta de la Liebig´s —en
Zeballos Cue— y la de la International Products —en San Antonio— en conjunto
alcanzaban el 86 % de las que se hallaban en la cercanías de la capital y de la frontera con
la Argentina. Así, Puerto Fronciere —en Concepción— solo un 14 %.47
Sin embargo, la faena de animales para las fábricas que exportaban a otros países
apenas era parte del total, ya que la mayor parte de la matanza se destinaba para al
consumo interno. La Dirección de Ganadería del Ministerio de Hacienda estimaba en
174.132 los animales faenados en la campaña y 46.108 en los mataderos públicos y
privados, ubicados principalmente en La tablada de Asunción, datos indirectamente
obtenidos a través del rendimiento del impuesto al faenamiento de animales (Ley 538),
más los 60.037 de procedencia nacional, faenados en las fábricas, totalizaban unos
280.233 para 1927, a los que debemos sumar los referidos 53.353 importados de
Argentina y Brasil, faenados para los frigoríficos.48
La International Products Corporation (IPC) también contaba con empresas
tanineras en el Chaco. En la principal unidad establecida en Puerto Pinasco se produjo un
grave hecho que terminó en tragedia cuando un grupo de hacheros inició una serie de
medidas de fuerza, en julio de 1927. El líder sindical argentino, Benigno Castaño, a la
cabeza y en colaboración con operarios de la fábrica, exigieron aumento de salario y
mejores condiciones laborales. La tensión escaló con la toma de la usina, la comisaría y
amenaza de incendiar los depósitos. Los administradores solicitaron ayuda a Concepción
y acudieron al llamado las fuerzas del orden. El enfrentamiento dejó una docena de
muertos y heridos.
En el aspecto económico, en cinco años (1923-1928), el Paraguay había duplicado
su capacidad productiva y tributaria, el presidente Eligio Ayala atribuía el éxito
económico del último lustro a medidas sumamente simples, como la lucha contra el
proteccionismo y la especulación, que consideraba un “fraude de holgazanes” en busca
de obtener lucro sin trabajar. Promovió además el cooperativismo, pero afirmaba que “el
capitalismo es el auxiliar más poderoso del progreso económico moderno y por
consiguiente, no debemos limitarnos a darle libertad, sino que debemos atraerlo.”49
En su último mensaje presidencial, Ayala afirmaba que “nos propusimos ser
órganos de la política, de la voluntad, de la pasión, para buscar un máximo de civilización
46
Loc. Cit.
Memoria del Ministerio de Hacienda correspondiente al año de 1927. Imprenta Nacional: Asunción,
1928, pp. 46.
48
Loc. Cit., pp. 46-48.
49
Mensaje del Presidente de la República al H. Congreso Nacional. Imprenta Nacional: Asunción, 1928,
p. 47.
47
y un mínimo de discordias nacionales [pues] comprendíamos que si un pueblo pierde su
cohesión interna, carece de una fuente íntima de unidad política, y [que si] sus
instituciones no hallan alimento en una vida social ordenada, puede arriesgar gravemente
su existencia, su progreso, su porvenir.”50
Para 1928, el total de exportaciones nuevamente ascendió a 15.886.208 pesos oro
y, de ese monto, 6.977.777 pesos oro correspondía a productos ganaderos exportados
(carne, cuero, etc.), lo que representaba el 43,9 % de las exportaciones. Este negocio
experimentó un gran empuje, con un crecimiento que iba desde el 20,9 % de las
exportaciones, en 1926, que se estabiliza en torno al 40 % recién a principios de la década
de 1930, antes del inicio de la Guerra del Chaco (1932-1935).51
El estadístico agrícola estadounidense, Leon Estabrook, realizó un novedoso
censo agrícola común. Utilizó el mismo cuestionario para comparar idénticos parámetros
—recursos agrícolas y métodos de producción en todo el mundo— y, según los
resultados, Paraguay no sacaba el mejor provecho de las oportunidades de producción.
Apuntaba que la mayor necesidad de la industria ganadera en aquel entonces era el
mejoramiento de los servicios de transporte, tanto dentro del país como al exterior, por
vía marítima. Advertía que mientras estas debilidades logísticas continuaran, habría poco
incentivo para que los ganaderos paraguayos mejoraran el hato ganadero o expandieran
la industria a la región menos accesible del Chaco, recordando que las áreas de pastoreo,
en la región occidental, se limitaban al litoral del río Paraguay.52
A inicios de los años treinta hubo una nueva crisis en la actividad exportadora de
carne. Cuba era uno de los principales compradores, pero una nueva imposición de
aranceles especiales a la importación, hizo que sea inviable el envío a dicho destino y,
como consecuencia, cerraron varios saladeros en Argentina y Uruguay. Esta situación
repercutió en Paraguay y la fábrica instalada en Puerto Fronciere dejó de operar. Pero
indudablemente, el principal factor a considerar, en todos los órdenes, fue la guerra con
Bolivia.
Importancia de la ganadería en la Guerra del Chaco
En las elecciones de 1928, por primera vez desde la promulgación de la
Constitución Nacional de 1870, dos candidatos de distintos partidos pugnaron por el
sillón presidencial. Sufragaron casi 90.000 ciudadanos, que representaban el 56 % de los
inscriptos en el padrón electoral. El doctor José Patricio Guggiari, del Partido Liberal,
venció en las urnas al candidato Eduardo Fleitas, del Partido Colorado.53
Paraguay se preparaba para la guerra con absoluta discreción, sin recurrir a
abultados créditos externos. Pese a aquella bonanza económica, resultaba necesario
realizar recortes en las adquisiciones. El expresidente Eligio Ayala asumió nuevamente
la cartera de Hacienda, al inicio del mandato de Guggiari. Las obras sanitarias en
Asunción (agua corriente y alcantarillado) constituyeron casos emblemáticos, ya que
fueron llamadas a licitación en dos oportunidades sin que pudiesen ejecutarse las tareas.
La firma Parodi & Figini había ganado el concurso de precios por segunda vez. El
ministro Ayala escribió entonces cuatro artículos periodísticos en El Diario, en los cuales
50
Loc. Cit., p. 8.
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., p. 237.
52
Ibidem.
53
ABENTE BRUN, Diego. Un sistema de partidos en transición. El caso de Paraguay en: Mainwaring,
Scott y Scully, Timothy (eds.) La construcción de instituciones democráticas: sistemas de partidos en
América Latina. Centro de Estudios para Latinoamérica: Santiago de Chile, 1996 - p. 246.
51
sentaba oposición a la realización de las obras. El ingeniero Baltasar Ballario,
exintendente capitalino, afirmaba que “no se hicieron porque el doctor Eligio Ayala era
de la opinión que la guerra con Bolivia era inevitable [y] no quería que los recursos se
utilizaran para otro efecto que no fuera para la defensa, ya que él mismo había estado, en
sus cuatro años de gobierno, totalmente empeñado en la defensa nacional; y como el
doctor Guggiari lo incorporó a su gobierno para que siguiera administrando la economía
del país y prosiguiera la compra de armamentos en Europa, su palabra era muy tenida en
cuenta.”54
En 1929, la faena de ganado para las fábricas de exportación sufrió una
contracción importante, no así la realizada en La Tablada de la Capital, destinada a
satisfacer el principal mercado interno, Asunción y alrededores. De 160.759 reses
faenadas para frigoríficos, en 1928, se disminuyó a 116.709, en 1929. Un déficit de
44.050 cabezas que también impactó negativamente en la importación de ganado
extranjero para faena. Por su parte, el movimiento de entrada de hacienda en La Tablada
pasó de 55.753 reses, en 1928, a 56.298 en 1929.55
El trabajo del doctor Eligio Ayala en el ordenamiento financiero iniciado en 1920,
cuando ingresó como ministro de Hacienda, su paso por la presidencia de la República
para regresar luego a la principal cartera, desde 1928, registró importantes avances en lo
relacionado al servicio sanitario y de salud animal, considerando que el negocio de la
carne constituía el principal rubro de exportación. La Dirección de Ganadería e
Inspección de Carnes, dependiente de Hacienda, sometía a un estricto control a los
diversos establecimientos habilitados (mataderos y fábricas). La tuberculosis era la
principal enfermedad detectada en los animales, con 312 casos entre 165.651 reses,
mientras se registraban solo 105 casos de otras enfermedades.56
Por Decreto n.° 33.077 del 5 de abril, la Dirección de Ganadería fue autorizada a
adquirir un moderno laboratorio bacteriológico con todas las herramientas. Sentó sede en
un terreno fiscal sobre Santísima Trinidad (Asunción) para servir principalmente a La
Tablada de la Capital, donde se encontraban los principales mataderos de la República.
Asimismo, en el país se ensayaban las primeras vacunas para la paraplejia enzoótica,
desarrolladas por el doctor paraguayo Rogelio Urízar y el profesor argentino José
Lignieres, de Buenos Aires, resaltando que la cooperación técnica con funcionarios del
Ministerio de Agricultura de la Argentina, era constante.57
El crack del 29 afectó la actividad económica del país, produciendo una
disminución del compás del movimiento, sobre todo en los principales productos de
exportación. Aunque aumentara notablemente la producción, no se encontraba mercado
suficiente donde colocar, tal como quedó demostrado por la diferencia en la existencia de
mercaderías como el azúcar, café y algodón que, en miles de toneladas, pasaron de 2.693,
847 y 784, en 1929, a 3.683, 1.555 y 1.186 respectivamente, en 1930.58
Sin embargo, la depresión sufrida por la economía no tuvo en Paraguay el impacto
negativo que registraron otros países. Aunque levemente menores a las de los años de
CABALLERO AQUINO, Ricardo. La Era de Eligio Ayala, 1920-1936: liberalismo para la prosperidad.
Ob. Cit., pp. 306-307
55
Memoria del Ministerio de Hacienda correspondiente al año de 1929. Imprenta Nacional: Asunción,
1930, pp. 127-134
56
Loc. Cit.
57
Ibídem
58
Mensaje del presidente de la República del Paraguay al Honorable Congreso Nacional de abril de 1931.
Asunción: Imprenta Nacional, 1931, pp. 44-71
54
mayor bonanza (1925-1928), las exportaciones de 1930 fueron superiores a las de 1929.
La balanza comercial, sin embargo, fue negativa, registrándose cerca de un millón de
pesos oro en las importaciones. A los productos tradicionales se había sumado, desde
hacía ya unas décadas, el extracto de quebracho (tanino) y después, la esencia de Petit
Grain, cada vez más fuerza.59
El gobierno paraguayo priorizó la preparación para la defensa militar a través de
adquisiciones de armamento pesado, construcción de buques de guerra, formación de
altos mandos y entrenamiento de tropas, lo que insumiría la mayor parte del presupuesto
nacional. A inicios de 1930, el ejército paraguayo interceptó y decodificó un radiograma
boliviano, por el cual el comandante Hans Kundt informaba a su Cuarta División,
asentada en fortín Muñoz, de su plan para atacar a varias posiciones paraguayas en la
región. El gobierno paraguayo adoptó medidas militares concentrando silenciosamente
tropas en Puerto Casado, con instrucciones de permanecer alertas al tiempo de publicar
el texto íntegro del radiograma descifrado en los periódicos de la capital y la clave
criptográfica utilizada por el Estado Mayor de Bolivia. 60
El estallido de la guerra se dio a mediados de 1932. Caben resaltar dos hechos
relevantes antes de entrar en la contienda bélica; por un lado, el doctor Eligio Ayala murió
de manera trágica y repentina en 1930, y, por otro, se desató una grave conmoción política
que derivó en la muerte de una docena de personas, varios de ellos estudiantes, en los
luctuosos sucesos del 23 de octubre de 1931. Manifestantes forzaron el ingreso a los
jardines del Palacio de López en protesta contra el gobierno de José Patricio Guggiari. A
raíz de estos sucesos, el presidente fue sometido a un juicio político, del cual resultó
absuelto y retomó la presidencia unos meses después hasta finalizar su periodo y entregar
así el poder al nuevo presidente electo, el doctor Eusebio Ayala, quien se encontraba
regresando de Francia.
Durante el tiempo que estuvo alejado de la política, Eusebio Ayala ejerció su
profesión de abogado para importantes firmas extranjeras, principalmente
estadounidenses; entre ellas, la exportadora de productos cárnicos International Products
Corporation (IPC). Esto fue justificación para que algunos de sus detractores demostraran
preocupación ante una eventual inclinación que perjudicara otros intereses. Sin embargo,
años atrás, en diciembre de 1927, en otra ocasión en que sonó el nombre de Eusebio como
candidato presidencial, el embajador brasileño Nabuco de Gouveia, en nota confidencial
remitida a su canciller Mangabeira, afirmaba que “no se encontraron indicios de que
durante su vida pública lo hayan llevado al tráfico de influencias a favor de empresas de
esa nacionalidad [pues] además de su honestidad, otra característica de Eusebio Ayala era
su modestia, y fue por eso que este resistió las presiones para que se postulase a la
Presidencia.”61
Cuatro años después, en 1932, Eusebio Ayala era el político local de más dilatada
visión y de mayor nombre internacional. Políglota y gran maestro del Derecho
Internacional, había presentado recientemente en París, en perfecto francés, su tesis sobre
el Uti Possidetis Iuris, en la cual defendía los derechos del Paraguay sobre el territorio
del Chaco.62 Como ex canciller y expresidente de la República, conocía mejor que
cualquiera la cuestión con Bolivia, habiendo procurado por todas las vías posibles, una
59
Loc. Cit.
DORATIOTO, Francisco. Una relación compleja: Paraguay y Brasil (1889-1954). Ob. Cit., p. 383.
61
Id. Ib., p. 346.
62
AYALA, Eusebio. Le principe de l’ “uti possidetis” et le règlement des questions territoriales en
Amérique; Revue de droit international: Paris, 1931, T. VIII, pp. 441-456.
60
salida diplomática y pacífica del conflicto, pero convencido de que no existía otra salida.
Al asumir nuevamente la primera magistratura, el 15 de agosto de 1932, afirmaba: “si la
guerra hay que hacerla inevitable, hagámosla con todas nuestras fuerzas.”
Eusebio Ayala movilizó el campo al crear 155 Juntas de Economía en el interior
del país. Casi todas las familias tenían algún pariente en la guerra, los trabajadores rurales
se esforzaban por aumentar la producción. Parte de ellos se incorporó a las brigadas
rurales, existentes en casi todas las ciudades del interior. Se trataban de pequeñas
cooperativas organizadas por el gobierno. En 1929, los agricultores poseían casi 10.000
arados de tierra y más de 15.000 de madera; para fines de 1933, la administración de
Eusebio Ayala consiguió proveerles casi 4.000 arados adicionales, lo que se tradujo en el
aumento del área cultivada, que pasó de 120.000 hectáreas en 1932 —antes del estallido
del conflicto— a casi 190.000 hectáreas —en plena guerra en el año 1934—,
registrándose un incremento de casi el 60 %.
La inmigración japonesa en el Paraguay también se organizaría en plena guerra.
Quince años antes, durante el gobierno del doctor José Pedro Montero, el doctor Eusebio
Ayala, entonces en su calidad de canciller, había firmado un primer tratado bilateral con
el Imperio del Japón, en 1919. El gobierno brasileño de Getúlio Vargas empezó a imponer
trabas a la inmigración nipona, en 1934. Paraguay se hallaba en plena guerra con Bolivia
cuando el director ejecutivo de la Empresa Colonizadora Bura Taku, señor Kunito
Miyasaka, realizó contacto para el asentamiento de los primeros colonos. Al año
siguiente, el gobierno japonés envió al Paraguay una misión para indagar detalles de las
condiciones y adquirir el terreno en la hoy denominada ciudad de La Colmena. La
colonizadora adquirió un terreno de unas 11.000 hectáreas, en una llanura situada a unos
130 km al sureste de Asunción. El primer contingente arribó en 1936.63
La inmigración japonesa en Paraguay dio lugar a un impulso adicional a la
relación con la fundación de la primera institución creada para fomentar el intercambio
cultural entre ambas naciones. En la Sala de Actas del Ateneo Paraguayo, el 2 de abril de
1935, se creó el Instituto Cultural Paraguayo Japonés bajo la presidencia del doctor Juan
Francisco Recalde, previa explicación del doctor Venancio Galeano, ampliada por el
agente cultural del Japón, don Jorge Yoshio Shinya, quien manifestó que la iniciativa
pertenecía a S. E., el ministro del Japón ante el gobierno del Paraguay, doctor Jiro
Yamazaki, siendo además, auspiciada por las autoridades competentes de esta
República.64
La industria ganadera abasteció al ejército con la carne y el cuero necesarios,
mientras las exportaciones de carne y otros productos ganaderos permitieron al Paraguay
financiar los gastos de guerra. El hato ganadero disminuyó de casi 4 millones de cabezas,
en 1932, a 3,2 millones, en 1937, cifras que muestran el efecto negativo experimentado
en el sector.65 Según refiere Benjamín Banks, ministro de Hacienda durante la guerra, el
total de la hacienda requisada ascendió a 395.000 cabezas de ganado vacuno y 20.000
equinos, aparte del excedente del 7 % de la producción, que se abonaba también al
contado. Con el fin de no gravar a pequeños productores, la Junta Nacional de
Aprovisionamiento eximió de la obligación de requisa a los establecimientos con menos
de 200 cabezas.66
63
La colonia se dedicó primeramente a la agricultura y posteriormente, también a la ganadería .
CENTURIÓN, Carlos R. Historia de las Letras Paraguayas, Tomo 3. Buenos Aires: Ayacucho, 1951.
65
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., p. 257.
66
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Ob. Cit., pp. 116-117.
64
El general Jorge Thompson Molinas desempeñó el cargo de intendente del
Regimiento 4 Curupayty durante la guerra y dejó testimonio escrito. Resaltó el excelente
trabajo mancomunado entre la Junta de Aprovisionamiento y el Ejército, y describió lo
complicado que resultaba la logística, de la siguiente manera: “para que un plato de locro,
un pedazo de pan, un trozo de carne, etcétera, lleguen hasta la tropa, hasta ese soldado
que está combatiendo y que en la medida en que esté bien alimentado rinde más al
Ejército.” Concluía diciendo que “la guerra se gana comiendo o mejor, manteniendo a la
tropa con el estómago lleno.” Tal fue la importancia de la carne en la Guerra del Chaco.67
En su último mensaje presidencial, cuando el conflicto se hallaba en la recta final,
Eusebio Ayala mencionó: “la producción agrícola, la ganadera y la forestal sostienen el
peso financiero de la guerra” y “mediante la amplia producción de artículos de consumo
interno y de exportación, el país ha podido hacer frente, a la vez, al sostenimiento de la
población civil y del ejército en campaña”, además de la aplicación del 50 % de aumento
en la tasa de los derechos de importación, según le facultaba la ley. Aunque el esfuerzo
bélico fue soportado por todas las fuerzas, desde el punto de vista económico,
indudablemente fue la industria ganadera la que más sufrió el peso como consecuencia
las requisas, que alcanzaron al 26 %.68
El militarismo y fin de la Era Liberal
Al finalizar la contienda, el presidente Eusebio Ayala rescataba que «la economía
del país no ha sufrido radicalmente por efecto de la guerra», sostenía que las
«perturbaciones son pasajeras» y enfatizaba la acentuada curva ascendente que seguía la
producción, contraria a la crisis que se vivía a nivel mundial.69 La firma del Protocolo de
Paz, el 12 de junio de 1935, consistente en un armisticio, traería aparejado el nuevo
problema político de la desmovilización de tropas desde el frente. Una vez regresados a
la retaguardia, varios oficiales se aglutinaron en torno al liderazgo del coronel Rafael
Franco, quien había encabezado otras experiencias desestabilizadoras en años anteriores,
para cobrar protagonismo al impulsar un golpe militar, el 17 de febrero de 1936. Así se
puso fin al gobierno del doctor Eusebio Ayala y fue “la partida de nacimiento de la
dictadura militar en el Paraguay.”70
El derrocamiento del gobierno del doctor Eusebio Ayala es considerado el fin de
la era liberal y el inicio del militarismo, sumamente influenciado por las corrientes
totalitarias en auge en el mundo y antesala de la Segunda Guerra Mundial. En sus
Capítulos de la Revolución Paraguaya, el doctor Juan Stefanich, principal ministro del
gobierno de Rafael Franco, confiesa que el gobierno febrerista carecía de una línea
ideológica clara, confundiéndose en el gabinete las más diversas y contradictorias: “una
amalgama de cuatro tendencias políticas: tres exóticas: el marxismo, el fascismo y el
nacionalsocialista; una paraguaya y americana: la democracia solidaria.”71
67
SEIFERHELD, Alfredo M. Recuerdos de la Guerra del Chaco. Servilibro: Asunción, 2019, pp. 98-99.
Mensaje del Presidente de la República del Paraguay Doctor Eusebio Ayala al H. Congreso Nacional.
Imprenta Nacional: Asunción, 1935, pp. 11-18.
69
Loc. Cit.
70
PEÑA VILLAMIL, Manuel. Eusebio Ayala y su tiempo. Graphis: Asunción, 1993, pp. 380-385.
71
STEFANICH, Juan. Capítulos de la Revolución Paraguaya: El Paraguay en febrero de 1936, Vol. 3.
Buenos Aires: Editorial El Mundo Nuevo, 1946 – p. 16.
68
Por ende, durante el gobierno de facto del coronel Franco, se experimentó un
terrible retroceso democrático en el país, al que el exministro Justo Pastor Prieto llamó
“dieciocho meses de regresión política.”72 Además de ordenar prisión del presidente
Ayala y del comandante Estigarribia, quienes permanecieron encarcelados unos seis
meses, se procedió a la derogación de la Constitución Nacional de 1870, por medio del
Decreto 152/36, que prohibía toda actividad de carácter político y se hallaba inspirada,
tal como rezaba el considerando en “las transformaciones sociales totalitarias de la
Europa contemporánea», en el sentido de que «la Revolución Libertadora y el Estado son
ya una misma e idéntica cosa.”73
Durante este breve período de tiempo, se produjo el canje de prisioneros y
continuó la negociación de paz con Bolivia, con la mediación de varios países amigos.
Sin embargo, la firma del Protocolo Stefanich-Alvéstegui, el 9 de enero de 1937, creaba
zonas neutralizadas, lo que implicó un retroceso de hecho en las líneas ocupadas por el
ejército paraguayo al fin de las hostilidades. Una parte del territorio ya no fue recuperado
en el futuro. Meses después, el 13 de agosto de 1937, una contrarrevolución derrocó al
coronel Franco “que había defraudado las esperanzas del pueblo y del ejército que lo
elevó a la primera magistratura de la nación, fundando su sistema de gobierno en el más
puro totalitarismo.”74
Jurista reconocido, decano de la Facultad de Derecho y respetado político liberal
de la vieja guardia schaerista, el doctor Félix Paiva fue indicado por los militares para
liderar el proceso de restablecimiento institucional; fuertemente condicionado por las
Fuerzas Armadas desde el inicio. El Partido Liberal se estaba vaciando de figuras de peso
como lo fueron la de Eligio Ayala o Manuel Gondra, que habían muerto, y el expresidente
Eusebio Ayala, que se encontraba alejado de la política, afincado en Buenos Aires.
El año 1938 fue sumamente importante. Al iniciarse la guerra, ya con las colonias
menonitas afincadas en el Chaco Central, el área efectivamente ocupada por el Paraguay
en la región occidental ascendía a unos 157.000 km2. Con la firma del tratado definitivo
de paz con Bolivia logró expandir la soberanía nacional en el Chaco, en 90.000 km2,
alcanzando su actual tamaño, de 246.925 km2. El territorio obtenido incluía grandes áreas
de praderas, sobre todo cerca del río Pilcomayo.75 El Estado Paraguayo se vio
considerablemente enriquecido con tierras aptas para la ganadería, que podían, por
primera vez, ser transferidas a los particulares para que crearan establecimientos y
abrieran grandes perspectivas para el negocio de la carne a futuro.76
Esta nueva situación fue tratada en el Primer Congreso Ganadero y derivó en la
fundación definitiva de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), en 1938, sucesora de
la Sociedad Ganadera del Paraguay, que se había instituido en 1902, reemplazando a su
vez a la Sociedad Rural, creada en 1885. Desde su última fundación, la ARP ha tenido
una gran importancia en la defensa de los intereses del gremio y en el mejoramiento de
todas las actividades rurales, especialmente la ganadería. Ante el nuevo desafío de
desarrollar el Chaco hasta sus confines, cumplió un rol fundamental de ejercicio
72
PRIETO, Justo Pastor. 18 meses de regresión política. A. Plantié y Cía.: Asunción, 1937.
ARTAZA, Policarpo. Ayala, Estigarribia y el Partido Liberal. Segunda Edición. Editorial Ayacucho:
Buenos Aires, 1946, p. 158.
74
RAMOS, Alfredo. Concepción 1947: la revolución derrotada. Asunción: Editorial Histórica, 1985 – p.
15.
75
KLEINPENNING, Jan M. G. Paraguay Rural (1870-1963): una geografía del progreso, el pillaje y la
pobreza. Ob. Cit., p. 257.
76
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Ob. Cit., pp. 126.
73
soberano por medio de la ocupación civil efectiva del espacio. El primer presidente de
la Rural fue el doctor Luis Antonio Andrés Avelino Argaña Benegas, a la sazón,
también ministro del gabinete del gobierno universitario de Félix Paiva.77
Todavía bajo el gobierno Paiva, el general Estigarribia, entonces representante del
gobierno paraguayo en Washington, retornó temporalmente al Paraguay, en febrero de
1939, ocasión en que fue visitado por algunos representantes del Ejército, que habían
cobrado protagonismo en la contrarrevolución de 1937, que desplazara a Franco. Carlos
Pastore, quien años más adelante asumiría la presidencia del Partido Liberal en el exilio,
reprodujo una conversación mantenida con Estigarribia, en la que este le comentó que fue
visitado por «los coroneles Paulino Antola y Ramón L. Paredes, acompañados del Dr.
Luis Argaña, para decirme que “los mandos del ejército pensaban que yo debía hacerme
cargo de la presidencia de la república en el período constitucional próximo.78
La Convención liberal, realizada en el Teatro Municipal, el 19 de marzo de 1939,
oficializó la candidatura de la dupla conformada por el general José Félix Estigarribia y
el doctor Luis Alberto Riart, para el período 1939-1943, que aceptó en el mismo acto en
su discurso. Estigarribia retornó a los Estados Unidos, donde recibiría la noticia de su
designación como futuro presidente constitucional, tanto en las elecciones del 30 de abril
de 1939, como en la sesión del Colegio Electoral del 11 de junio 79.
La política de cooperación interamericana para el desarrollo del Paraguay es
iniciada por el gobierno estadounidense, presidido entonces por Franklin Delano
Roosevelt, siendo el primer país, de entre los garantes de la paz del Chaco, en cumplir su
compromiso de asistencia a los países beligerantes. El 12 de junio de 1939, en el cuarto
aniversario de la firma del protocolo de paz, el general Estigarribia firmó con el secretario
de Estado, Cordell Hull, el primer convenio de asistencia financiera que los Estados
Unidos, iniciando su nueva política hemisférica, llamada del buen vecino, concertaba con
los países latinoamericanos.
En Washington, la intervención de Estigarribia permitió la firma de un contrato
para el estudio preliminar de un camino que partiera de Asunción y terminara en el Puerto
Presidente Franco, frente a Foz de Yguazú (Brasil). La compañía The J.C. White E. Co.
se hizo cargo del estudio sobre el terreno, recorriendo por tierra desde Asunción hasta
Pastoreo y de ese lugar hasta la costa del Paraná. El 29 de septiembre de 1939, el gobierno
paraguayo suscribió un contrato con la R.W. Hebard & Co. Inc. sobre la construcción del
tramo Asunción-Villarrica. La institución norteamericana Export-Import Bank of
Washington se encargó de la financiación. 80
A su retorno y luego de asumir la primera magistratura, el 15 de agosto de 1939,
el nuevo presidente siguió adelante con varios de los proyectos iniciados en el período
Paiva. Priorizó la construcción de caminos y rutas afirmadas, y la colonización del Chaco
para sector rural, dando preferencia a los veteranos. En 1940 se dictó el Estatuto Agrario.
Por primera vez se previó la formación de colonias ganaderas con superficies mínimas de
1.000 hectáreas en la región occidental. Es importante destacar que Estigarribia, antes de
iniciar su carrera militar, había egresado como agrónomo de la Escuela de Agricultura del
sabio Moisés Bertoni en Asunción. Otra de sus logros consistió en la creación del Colegio
77
Id. Ib., pp. 124-125.
MENDOZA, Hugo. José Félix Estigarribia. Colección Protagonistas de la Historia, Vol. 12. El Lector:
Asunción, 2011, pp. 117-118.
79
Id. Ib., pp. 119-121.
80
BORDÓN, Arturo. Verdades del barquero: misión política del Partido Liberal del Paraguay, campaña
periodística de reivindicación de la verdad histórica, Volumen 1. El Gráfico: Asunción, 1962.
78
Nacional de Agronomía, en San Lorenzo, actual predio de la Facultad de Ciencias
Veterinarias de la Universidad Nacional. 81
La inmigración japonesa llevaba ya algunos años cuando el gobierno Estigarribia
creyó oportuno aumentar las relaciones comerciales con el lejano país. Para ello, a fines
de 1939 encomendó al empresario Manuel Ferreira, presidente de la Cámara de Comercio
del Paraguay, la organización de una calificada delegación integrada además por los
parlamentarios Venancio Galeano (senador y miembro de la comisión directiva de la
Asociación Cultural Paraguayo-Japonesa, fundada en 1935), Cristóbal Caniza (diputado)
y don Shotaro Fukuoka, antiguo residente japonés en Asunción, desde 1914. El objeto de
la misión era ofrecer los principales productos paraguayos de exportación, entre los que
figuraba la carne, además de interesar a los japoneses en la instalación de industrias en el
Paraguay.82
La Segunda Guerra Mundial estalló en Europa con la invasión de Alemania a
Polonia, seguida de la ocupación soviética del mismo país, ambas potencias se dividieron
el territorio invadido. En su memoria de 1939, el Banco de la República advierte como
“factor de perturbación para la economía nacional y cuyo alcance definitivo aún no se
puede precisar” la guerra europea, ya que sufrirá las consecuencias con “dificultades para
el comercio exterior con todas las derivaciones emergentes del estado de incertidumbre y
zozobra que se ciernen sobre las naciones del orbe entero” a pesar de su ubicación
geográfica de mediterraneidad y lo remoto de los acontecimientos.83
En cuanto a las exportaciones, se observaron importantes aumentos, sobre todo en
las compañías exportadoras de carnes, que “han faenado para su industrialización 180.000
animales vacunos” cifra que excedía a la del año anterior. De igual forma, ocurría con el
cuero y otros géneros de exportación como el extracto de quebracho, la esencia de Petit
Grain y el tabaco. El balance comercial arrojó un saldo positivo favorable de 3.322.425
pesos oro, ya que el volumen de las exportaciones ascendió a 16.015.654 pesos oro versus
12.693.229 pesos oro de importaciones registradas en Aduanas. 84
El totalitarismo en el mundo marchaba al son de los cañonazos. En Paraguay ya
se había instalado el militarismo en 1936 y recrudeció con la llegada de Estigarribia en
agosto de 1939, quien asumió como civil, pero se dejó seducir por la situación. Alegando
razones de seguridad interna e intentos de desestabilización por parte del “franquismo,
los colorados y los comunistas” y, siguiendo a la intervención a la enseñanza secundaria
de fines de 1939 y de la Universidad Nacional en enero de 1940, el 16 de febrero, en el
seno del Consejo de Ministros, trató la “necesidad” que el Ejecutivo asumiera la plenitud
de los poderes.
Esta situación generó otra división dentro del Partido Liberal, con la conformación
de una nueva élite cercana a Estigarribia, conocida como cuarentistas. 85 En ese contexto,
se daría la famosa frase de Efraim Cardozo, en su adhesión a Estigarribia: “señor
presidente: pertenezco a una generación que ha perdido su fe en la democracia. La
LIEBIG´S EN EL PARAGUAY. Libro de Homenaje en el Centenario de la Fundación de la Liebig´s
Extract of Meat Company Limited (1865-1965). Ob. Cit., pp. 126.
82
Manuel Ferreira, acaudalado empresario paraguayo y dirigente deportivo del Club Olimpia. En 1953
sería el importador de los primeros reproductores puros de la raza Nelore en el Paraguay.
83
Memoria del Banco de la República del Paraguay. La Colmena: Asunción, 1939, p. 13.
84
Id. Ib., p. 15.
85
Como “cuarentistas” se conoce al grupo de liberales, y por extensión también de militares e
independientes, que apoyaron la Carta Política de 1940.
81
democracia, señor presidente, es un cadáver; y en política es peligroso abrazarse a los
cadáveres. Estoy con usted mi general.”86
Por el contrario, el doctor Justo Pastor Prieto, hasta ese día canciller nacional,
expresó que “al tomar la determinación de actuar en política, se había hecho a sí mismo
el juramento y la promesa de servir única y exclusivamente a los gobiernos que actuaran
al amparo de la Constitución Nacional; y que, por esta razón, lamenta tener que decirle al
Excelentísimo Señor Presidente que discrepa con él y que, consiguientemente, a partir de
este momento, se considera renunciante.” Se sumó a esta posición el ministro doctor
Alejandro Dávalos.87
En el lejano oriente, la delegación paraguaya, encabezada por Manuel Ferreira
había llegado al puerto de Yokohama en Japón, a bordo del buque Brasil Maru, el 19 de
mayo de 1940. La guerra en Europa avanzaba rápidamente y era cuestión de tiempo que
también se abriera el frente Pacífico. Los paraguayos lograron visitar el Ministerio de
Hacienda, fueron recibidos por el vice ministro de Relaciones Exteriores, por el ministro
de la Marina —y futuro primer ministro— Kuniaki Koiso; la Cámara de Comercio de
Aichi, la Cámara de Exportadores de Japón, así como por importantes representantes de
conglomerados financieros e industriales como Mitsui y Mitshubishi.
Estigarribia asumió todos los poderes del Estado, derogó la Constitución de 70 y
decretó una tregua política, consistente en la suspensión de las actividades públicas de los
partidos políticos, tal como lo había hecho el coronel Franco años atrás. Estigarribia
modificó casi íntegramente el gabinete y se verificó la fractura en el seno del Partido
Liberal, con la conservación de apenas cuatro carteras ministeriales. La redacción de la
nueva Constitución fue encomendada, primeramente, al doctor Cecilio Báez, aunque
finalmente fuera redactada casi en su totalidad por los doctores Justo Pastor Benítez y
Pablo Max Insfrán. Sancionada el 19 de julio de 1940, fue aprobada por un plebiscito el
4 de agosto y jurada el 15 de agosto de 1940.88
Estigarribia gobernaría los escasos días que le quedaban de vida, ya que un
infausto accidente aéreo le causó la muerte, el 7 de septiembre de 1940. Se procedió
entonces a la insólita elección de Morínigo ·después de un grotesco juego de cara o cruz,
si así puede llamarse al sorteo por medio de una caja de fósforos, en el que ni siquiera fue
respetado el resultado, pues un testigo del hecho me refirió que el agraciado por el azar
fue el general Eduardo Torreani Viera y no su contrincante el general Morínigo.”89
Estigarribia desmostró ser brillante en sus inicios, sobresalió desde su llegada
misma a la capital, proveniente de su Caraguatay natal. Su paso por la Escuela de Bertoni
desde 1903; por Tribunales, entre 1905-1906; su enrolamiento en las filas insurgentes de
Albino Jara, en 1908; en el ejército, en 1910; sus primeras experiencias académicas fuera
del país, en la Escuela Militar Bernardo O´Higgings, de Chile, entre 1911 y 1913, antes
de la creación de la Escuela Militar de Asunción, en 1915, durante el gobierno Schaerer.
Resaltó su civismo con su solidaridad hacia Manuel Gondra, en 1921, y su genio militar
con primera experiencia en el combate en la Revolución de 1922, dirigiendo exitosamente
las fuerzas gubernistas que vencieron en Caí Puente, estrechando su relación con el
presidente Eusebio Ayala, quien diez años después sería nuevamente su comandante.
86
Acta del Consejo de Ministros del 16 de febrero de 1940.
Ibidem.
88
Decreto-Ley del P.E. Nº 2242/1940.
89
De Justo Pastor Prieto (Buenos Aires) al coronel Arturo Bray (Buenos Aires), 14 de mayo de 1953, en:
PRIETO, Justo José. Ciudadano y Soldado: comentarios a la correspondencia de Justo Prieto con Arturo
Bray. Asunción: Biblioteca de Estudios Paraguayos, UCA, 1988 – p. 152.
87
Su impecable trayectoria reflejada en su foja de servicios lo llevó a dirigir la
Escuela Militar (1923) de donde egresaría la mayoría de los oficiales que destacarían en
la guerra. Desmostró su valía nuevamente en las prácticas en el Norte de África, mientras
realizaba sus estudios superiores en Saint-Cyr (París), de 1924 a 1927. Su colaboración
técnica para la adquisición de armamento de punta en Europa en el mismo período. Su
talento para organizar las tropas paraguayas en la Guerra del Chaco (1932-1935). El
estoicismo demostrado en su injusta prisión durante el gobierno de Franco (1936). Su
amargo exilio (1936-1938). Y finalmente su rol como representante diplomático, tanto en
los Estados Unidos como en la firma del Tratado de Paz con Bolivia (1938-1939). Su
legado político como presidente, sin embargo, nada de lo anterior lo exime del terrible
abuso de poder que se inició a fines de 1939, se agudizó con la concentración de poder,
con el Decreto 447, del 18 de marzo de 1940, y se consolidó con la autoritaria Carta
Política del 40, una peligrosa herramienta que sería usada y abusada por los gobiernos
dictatoriales siguientes, de Morínigo a Stroessner.
Los principales acontecimientos de la vida y muerte del mariscal póstumo (18881940) coincidieron, en gran medida, con el inicio y la culminación del período liberal
estudiado (1904-1940), ciertamente bastante desconocido (u ocultado) en la historia
paraguaya a causa del discurso político instalado desde el gobierno del dictador Higinio
Morínigo, quien durante su prolongado mandato (el más extenso después de Stroessner,
Francia y los López), proscribiría al Partido Liberal, por Decreto 12.246, del 25 de abril
de 1942, gobernando el Paraguay en los próximos 8 años (de 1940 a 1948).
Como conclusión, podemos decir que el período analizado tuvo una notable
importancia en el desarrollo nacional. Se consolidaron las principales instituciones, se
estabilizó la moneda, se mejoraron las vías de comunicación: fluvial, con la construcción
y modernización de las instalaciones portuarias; extensión de vías ferroviarias; inicio de
la construcción de rutas afirmadas, lo que beneficiaría enormemente la producción, que
para 1940 se diversificó y aumentó notablemente en comparación a 1904.
En cuanto a la industria cárnica, podemos afirmar que en este período se crearon
las bases para la producción a escala de productos cárnicos, desde el mejoramiento de
pasturas, introducción de reproductores de raza con gran impacto en el hato ganadero
nacional, instalación y funcionamiento de los principales frigoríficos, así como la
búsqueda de nuevos mercados. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) modificaría
nuevamente el escenario global y local, donde la logística adquirirá un papel crucial. El
desarrollo de vehículos a motor, de mediano y gran porte para transporte de ganado y
productos cárnicos, trasladó gradualmente el eje fluvial (Concepción, al norte) y
ferroviario (Encarnación, al sur), al carretero en dos nuevas direcciones: Mariscal
Estigarribia, al Noroeste y Presidente Franco, al este.