ANAGRAMA 100 pág.
Trad. J.A. Masoliver
Ródenas
Una marca de salida, un rodeo, una forma de retomar la
literatura, recreando los alrededores, los probables o improbables lugares, donde
pudo o no pudo pasar una historia paralela a la narración oficial, a la ficción
que nos atrapó, que nos han contado, que hemos leído ¿Qué pudo pasar si hubiéramos
mirado desde el otro lado del libro? ¿Qué rodeó el mundo del mundo donde pasaron
todas esas cosas que nos cuentan los libros?¿Nacieron, murieron, volvieron a
mirar, se separaron personajes, historias o lugares que conocimos allí? O… ¿Qué
hubiera pasado si lo que nos cuentan no hubiera sucedido así? O… ¿ Qué hubiera
pasado o, mejor, que ha pasado si lo que han contado no hubiera sido del todo parecido
a lo que leímos? ¿Qué verdad o qué
mentira están detrás de las ficciones, mejor dicho, de mis ficciones?
La Bella Durmiente espera, el príncipe acude, el amor se
rinde a la leyenda, sigue sus pasos, sigue, apocado sus términos de uso en las cláusulas del contrato oficial, de lo que nos han contado, el camino de siempre. EL
príncipe no puede pasar, duda, sobre la realidad de aquel castillo desolado a
la que debe acudir a besar a una mujer dormida hace 100 años, el mundo se
supera, las trabas se superan, pero ¿Y el propio cuento? ¿Se supera? ¿Se supera
el camino que le marcaron? ¿Y si su futuro es el futuro de todos los príncipes
héroes, destinado a vivir otra historia que no es suya, a ser feliz siempre? ¿Y
si es el mismo príncipe de todas las historias, abanderado de la vida regía,
del héroe sin destino, o con destino tan fijado que no tiene destino, tiene EL
destino?
¿Y si ella no sabe qué hace, y si ella duda, y si la que
creó el cuento, el narrador, la bruja , el hada, que la hundió en ese sueño insomne es el creador de los
cuentos? Con el derecho a alterarlos a placer, por gusto o disgusto de la princesa dormida o el príncipe alterado ¿Acaso son Dioses de pluma disfrazado de brujas, de husos, de agujas, disfrazados de literatos
muertos tras las ventanas los que mueven su mundo, hasta dormida, los que
deciden el bien y el mal, los que no te dejarán saber si te besarán o seguirás
mil años más dormida o si estás ya tan
vieja o viejo que no querrás volver a ese mundo moderno o… ? ¿Pero si el hada
autor se aburre y cambia el cuento? ¿Y ocurre, se le ocurre, que ella, la
princesa, sea maldecida todos los días?, ¿Y si ella siente que el príncipe viene
pero se va, o si aparecen primero unos ladrones
de baja estofa y la atacan y la despiertan con un beso obsceno y un amor no
buscado y un sexo obligado?¿Y si entonces nacen niños bastardos del príncipe? ¿Y
si al hada-bruja-escritor se le ocurre que cambiar la historia es el lado más
correcto, el único, para ver el cuento de otra manera? ¿Y si en realidad el
castigo, la condena de la bruja, la venganza, no era dormirla sino cambiar la
historia, amenazarla con mil finales diferentes, horrendos o solo diferentes a
las perdices mil veces comidas o los besos de príncipes y principitos y
princesas hasta el final de los tiempos?.
La realidad es
cambiante, todos conocen el cuento de la BELLA DURMIENTE y todo castigo, todo
amor, pasa en algún lado, en alguna generación, en alguna jornada de noche han
sido contado a niños y niñas de mil sitios de mil edades, pero la realidad crecida, los años, van variando
como varía la vida, como la literatura va creando nuevas formas de ver el
mundo, y el mundo tiene mil formas de ver la literatura, y las leyendas y los
mitos, todas las cosas van girando en el mundo y nosotros, como en una canción
sicodélica, giramos en el espacio viendo
el mundo, el cuento, la vida, las opciones, los lados de forma que nadie vio y probablemente ni
nosotros volveremos a ver.
Alguien dijo, algún cantante en el jaleo de los días de feria, que nunca se puede saber lo que va a ocurrir mañana, salvo que tras el fin de semana
llega el lunes otra vez.