Inauguración viernes 14 de febrero a las 19:00 h. 14 de febrero / 8 de marzo 2014
Inauguración viernes 14 de febrero a las 19:00 h. 14 de febrero / 8 de marzo 2014
MANUEL GRACIA
Es probable considerar que el objetivo primero de la obra pictórica de Manuel Gracia (Madrid, 1964) sea el de comunicar a su espectador la vibrante experiencia de la propia ejecución de sus trabajos en una relación marcada por un impulso lírico. Y si así fuera, podría afirmarse que ha logrado su propósito. En efecto, en su quehacer se congrega una serie de atributos y aptitudes que podrían identificarse como una mirada educada, una mano instruida y una inquieta experimentación, particularidades guiadas por una vocación ejercitada con una asiduidad y una necesidad crecientes. En el estadio vigente de su andadura, la pintura se sitúa para Manuel Gracia como una opción vital.
Los años formativos de Gracia estuvieron marcados por las artes aplicadas y el diseño, por la urdimbre estética de espacios habitables. Una educación relacionada enteramente con el gusto. No obstante, los primeros escarceos con las prácticas abstractas le confirmaron que era en la huida de la representación y en la experimentación más desinhibida de pigmentos, de planos y de procedimientos lo que le permitía un desarrollo más certero de sus inquietudes estéticas, cifradas en el encuentro, en sus propias palabras, de una “realidad espiritual”. Y lo hizo de modo tan deslumbrante que el resto le parecía ya lastrado por la palidez.
La obra de Manuel Gracia resulta anhelante en tanto lírica. En este sentido, el pintor ha afirmado en una confesión de su particular poética que, “en algún momento, una idea te seduce y te eleva a un lugar lejano que está dentro de ti”. En efecto, Manuel Gracia cultiva mediante la pintura una abstracción evocadora que invita a una comunión empática con el espectador. Reivindica así el arte pictórico como una instancia poética que se deguste apacible y serenamente. La ausencia de referencias concretas en sus títulos, que se limitan a identificar un número de opus de cada una de sus series, contribuye a no reducir la experiencia del espectador en una pauta interpretativa unívoca.
En la actualidad, la obra de Manuel Gracia, desarrollada a través de diversos lenguajes pictóricos abstractos, ha alcanzado una madurez primera, inquieta y exclusiva. Gracia busca en la pintura como quien persigue el secreto del mundo. Su investigación parece nutrida del hálito acuciante de los alquímicos. La investigación con texturas, con pigmentos, con instrumentos, desvela, en definitiva, la inquietud de un auténtico pesquisidor. Abstracciones que son, propiamente, ensimismamientos, embelesamientos, embebecimientos. Y que reclaman la experiencia estética como una alternativa al orden deshumanizado, alienante y castrador de nuestra atribulada existencia.
Julio César Abad Vidal. Doctor en Estética y Teoría de las Artes.
Comisario, crítico y curador de arte contemporáneo.
Mas info :
http://www.manuelgraciaarte.com/