Siguiendo el serpentear de la carretera que atraviesa el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, y tras dejar atrás los últimos pueblos de la provincia de Ciudad Real, nos adentramos en Jaén entre profundos valles, bajo el vuelo de grandes bandadas de buitres leonados y el constante piar de las águilas imperiales.
El terreno, en su mayor parte privado, aparece siempre cercado con grandes e inexpugnables vallas. Con frecuencia, se pueden apreciar, siempre desde el exterior, los rebaños de ciervos y muflones incapaces de recorrer las distancias necesarias para buscar pastos más frescos, tan necesarios en esta primavera sin lluvias.
El formidable Santuario de la Virgen de la Cabeza, y la actividad humana que rodea este templo es omnipresente en el lugar. – Sirva de ejemplo que en la Wikipedia existe un artículo completísimo sobre la Basílica, otro igual de completo sobre la Virgen de la Cabeza, pero apenas si hay unas pocas líneas sobre el Parque Natural de Sierra de Andújar…
La actividad y el ruido en las casetas de feria, la de los numerosos peregrinos y la del resto de visitantes, incluso, meses antes y después de la celebración del día de la Virgen, es enorme. – El número de personas en los días de mayor afluencia es de decenas de miles. - Todo este bullicio resulta muy chocante con el nivel de protección que se le debería suponer a un lugar como éste. - ¿No les parece?...
Varios merenderos jalonan el río Jándula, en el corazón mismo del territorio del lince. – Imagínense, gente venida de todas partes intentando localizar al felino, en los lugares recomendados en los puntos de información, y a menos de cincuenta metros, las familias con sus barbacoas, los balones, el griterío de los niños y la música del coche a todo trapo… - ¿Se imaginan la cantidad de basuras incontroladas del lugar?… - Vuelve a ser una situación, cuanto menos chocante… ¿No les parece?…
Tampoco quiero dejar pasar el hecho de que encontramos instaladas, en plena zona protegida y fuera de período de caza, varias trampas, - grandes cajas de alambre con un dispositivo dispuesto para saltar y en el interior maíz - parece ser para capturar perdices, dado que en el interior de una de ellas había una muerta… - Preguntamos pero nadie sabía nada de esto…
No queremos dar a entender que el sabor de boca que nos ha dejado la visita ha sido malo, ni mucho menos, es esa constante sensación que nos invade cada vez que visitamos un lugar protegido, y que sin embargo, en apariencia termina convirtiéndose en otro vulgar parque de ciudad... – A nuestro juicio, encontrar nuevas vías de gestión para este espacio, supongo que se torna en una necesidad. – Protección, tradición y desarrollo deben ir de la mano, y no como ahora, donde el medio ambiente sigue siendo la hermana pobre…
Nosotros volveremos, imagínense que con tanto ajetreo, de los linces, sólo encontramos las letrinas y algún conejo a medio comer… - ¿Y Usted, lo vio?...