
Alexandra Kennedy -Troya
Historiadora
Magíster en Historia del Arte
Candidata a Doctora en Arte y Arquitectura. Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá
Es la primera historiadora del arte del país que enfrenta el oficio de investigar, narrar y divulgar de manera científica el objeto de su investigación y lo hace desde finales de la década de 1970 hasta la fecha. Ha publicado varios libros, capítulos de textos, artículos académicos en y fuera del Ecuador. Destacamos la obra antológica que recoge sus más destacados escritos Elites y la nación en obras. Visualidades y arquitectura del Ecuador, 1840- 1930 (2016, que obtuvo el premio nacional en la XX Bienal de Arquitectura de
Quito, el mismo año).
Una de las áreas más importantes de su labor científica ha sido la realización de proyectos curatoriales para diversos museos en Europa y América; uno de estos Alma mía. Simbolismo y modernidad en Ecuador 1900-1930, (2014) realizado con el Municipio de Quito, desplegó obra en 8 lugares destacados de la capital y acogió la labor investigativa de connotados historiadores de varios lugares del mundo. Como académica principal de la Universidad de Cuenca ha dictado cursos en las facultades de Arquitectura y Urbanismo y en Artes; ha sido profesora invitada en universidades nacionales y extranjeras.
Miembro de algunas instituciones: Academia Nacional de Historia (primera mujer en ingresar a la misma en 1986), Asociación de Historiadores del Ecuador, Latin American Art Association, entre otros. Ha sido miembro de directorios varios: Fundación Esquel, Ecuador, Comisión Fullbright, Fundación Museos de la Ciudad de Quito, Fundación Museo de las Conceptas de Cuenca y otros.
Autora del proyecto aprobado por la Senescyt de la primera maestría en el Ecuador en Historia del arte y la arquitectura latinoamericano (HISTAAL) que tendrá su sede en la Universidad de Cuenca; así como la creación de las Jornadas del mismo nombre con sus ediciones del 2015 y 2017 y sus correspondientes publicaciones, la segunda en proceso.
En la actualidad es candidata a doctoranda en la Facultad de Artes y Arquitectura de la Universidad Nacional, sede Bogotá. Su tesis en historia urbana –“Catolicismo político en la modernidad latinoamericana. Re-cristianizar la ciudad: Bogotá y Quito entre 1880 y 1940”- le lleva a estudiar sobre un área poco investigada en la región. Sus títulos anteriores fueron en Historia del Arte (Artes Liberales, Universidad de Navarra, Pamplona); maestría en historia del arte latinoamericano (Universidad de Tulane,
Nueva Orleans); doctorado en historia (PUCE, Quito).
Magíster en Historia del Arte
Candidata a Doctora en Arte y Arquitectura. Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá
Es la primera historiadora del arte del país que enfrenta el oficio de investigar, narrar y divulgar de manera científica el objeto de su investigación y lo hace desde finales de la década de 1970 hasta la fecha. Ha publicado varios libros, capítulos de textos, artículos académicos en y fuera del Ecuador. Destacamos la obra antológica que recoge sus más destacados escritos Elites y la nación en obras. Visualidades y arquitectura del Ecuador, 1840- 1930 (2016, que obtuvo el premio nacional en la XX Bienal de Arquitectura de
Quito, el mismo año).
Una de las áreas más importantes de su labor científica ha sido la realización de proyectos curatoriales para diversos museos en Europa y América; uno de estos Alma mía. Simbolismo y modernidad en Ecuador 1900-1930, (2014) realizado con el Municipio de Quito, desplegó obra en 8 lugares destacados de la capital y acogió la labor investigativa de connotados historiadores de varios lugares del mundo. Como académica principal de la Universidad de Cuenca ha dictado cursos en las facultades de Arquitectura y Urbanismo y en Artes; ha sido profesora invitada en universidades nacionales y extranjeras.
Miembro de algunas instituciones: Academia Nacional de Historia (primera mujer en ingresar a la misma en 1986), Asociación de Historiadores del Ecuador, Latin American Art Association, entre otros. Ha sido miembro de directorios varios: Fundación Esquel, Ecuador, Comisión Fullbright, Fundación Museos de la Ciudad de Quito, Fundación Museo de las Conceptas de Cuenca y otros.
Autora del proyecto aprobado por la Senescyt de la primera maestría en el Ecuador en Historia del arte y la arquitectura latinoamericano (HISTAAL) que tendrá su sede en la Universidad de Cuenca; así como la creación de las Jornadas del mismo nombre con sus ediciones del 2015 y 2017 y sus correspondientes publicaciones, la segunda en proceso.
En la actualidad es candidata a doctoranda en la Facultad de Artes y Arquitectura de la Universidad Nacional, sede Bogotá. Su tesis en historia urbana –“Catolicismo político en la modernidad latinoamericana. Re-cristianizar la ciudad: Bogotá y Quito entre 1880 y 1940”- le lleva a estudiar sobre un área poco investigada en la región. Sus títulos anteriores fueron en Historia del Arte (Artes Liberales, Universidad de Navarra, Pamplona); maestría en historia del arte latinoamericano (Universidad de Tulane,
Nueva Orleans); doctorado en historia (PUCE, Quito).
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Mi vida y obra by Alexandra Kennedy -Troya
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Caricaturas by Alexandra Kennedy -Troya
Libros/Books by Alexandra Kennedy -Troya
Realizar una selección de textos de la obra de uno conlleva varios propósitos. El más sencillo de explicar, es el estar consciente que ha terminado una etapa de la vida y se desea vivamente cerrarla para comenzar otra quizás más rica. Es un momento para decantar. Acompaña al proceso, la in/certidumbre de la madurez. Supone también evaluar y seleccionar el trabajo cumplido en un período de tiempo usualmente largo y durante el cual uno cree haber aportado modestamente a la ciencia en cuestión. En mi caso particular son más de tres décadas dedicadas a la historia del arte,arquitectura incluida, de los períodos colonial, republicano y moderno.
Esta es, sin embargo, una antología en la que no se considera el total de la labor realizada sino solo aquello relativo al arte y la arquitectura republicana y moderna del Ecuador, entre 1840 y 1930. Creo que mi aporte al tratar este período es más significativo y es aún un momento poco conocido en la historia del arte y la historia cultural del país. He puesto particular atención en seleccionar aquellos trabajos en los que conscientemente busqué comprender las dinámicas culturales y las formas en que se construyó la nación en el siglo XIX y principios del siglo XX. Entonces lo hice bajo diversas entradas: lo visual, lo patrimonial, lo arquitectónico y urbano. Intenté, además, explorar los quiebres y tensiones civilizatorios y los procesos modernizadores de aquel entonces.
El alma de la tierra. Eduardo Vega y la cerámica en el Ecuador está conformado por cuatro capítulos: los dos primeros (“Vega y la tradición cerámica del Azuay” y “Los trabajos y los días”), escritos por Alexandra Kennedy - Troya, insertan al artista en la rica memoria artesanal de la ciudad y la provincia, y recapitulan minuciosamente la trayectoria profesional y vital de su protagonista. Los dos apartados sucesivos escritos por el crítico de arte y escritor Cristóbal Zapata “Pilares cósmicos y otros dominios sagrados”, se comenta el fecundo diálogo que ha sostenido Vega con el paisaje y la naturaleza, para luego hacer un repaso de su obra mural, procurando establecer su sustento mítico y antropológico; en “Perdido y reencontrado: el objeto cerámico en el arte ecuatoriano”, aventuro, por un lado, una lectura sobre la tribulaciones del objeto cerámico en la historia de nuestra cultura, y por otro, ensayo un apresurado repaso crítico de los artistas que han hecho del lenguaje cerámico su medio expresivo.
Esta puesta en valor y difusión del patrimonio nacional se cumplió con bastante éxito durante la década comprendida entre los años 1977 y 1982. Se formaron destacados cuadros de profesionales en las diversas disciplinas, se contrató consultores extranjeros de gran relieve, en resumen se sentaron las bases para el manejo sistemático y científico del patrimonio en sus más diversas manifestaciones y modalidades. Uno de los más destacados aprendizajes se refiere al de la recuperación de la memoria de los bienes que se elegía cuidar; entonces se consideró indispensable esta tarea como base para la comprensión del comportamiento social, económico y político del Ecuador en sus diversos momentos históricos.
Esta faceta de su trabajo ha sido poco conocida, promovida y estudiada, debido al impacto inmediato ocasionado por su producción comercial, cuyo conjunto de diseños ejecutados y en el mercado superan los 400.
Creador -conjuntamente con el técnico Raymundo Crespo Seminario- y diseñador único de la fábrica Artesa, iniciada en Cuenca- Ecuador en 1973, su cerámica ha logrado combinar la calidez de la cerámica hecha a mano con las cualidades técnicas que brinda la producción industrial. Las formas han sido más bien sencillas y en muchos casos tradicionales; la decoración y la cromática en cambio muy rica.
El uso de brillantes vidriados y decoración caprichosa, juguetona y en ocasiones barroca que combina un conjunto de experiencias técnica y temáticamente de la artesanía popular ecuatoriana, de la cerámica contemporánea sobre todo nórdica y su propio sello como diseñador, han logrado captar el interés y gusto de un público extraordinariamente amplio y variado.
Capítulos de libros/Chapters in books by Alexandra Kennedy -Troya
Realizar una selección de textos de la obra de uno conlleva varios propósitos. El más sencillo de explicar, es el estar consciente que ha terminado una etapa de la vida y se desea vivamente cerrarla para comenzar otra quizás más rica. Es un momento para decantar. Acompaña al proceso, la in/certidumbre de la madurez. Supone también evaluar y seleccionar el trabajo cumplido en un período de tiempo usualmente largo y durante el cual uno cree haber aportado modestamente a la ciencia en cuestión. En mi caso particular son más de tres décadas dedicadas a la historia del arte,arquitectura incluida, de los períodos colonial, republicano y moderno.
Esta es, sin embargo, una antología en la que no se considera el total de la labor realizada sino solo aquello relativo al arte y la arquitectura republicana y moderna del Ecuador, entre 1840 y 1930. Creo que mi aporte al tratar este período es más significativo y es aún un momento poco conocido en la historia del arte y la historia cultural del país. He puesto particular atención en seleccionar aquellos trabajos en los que conscientemente busqué comprender las dinámicas culturales y las formas en que se construyó la nación en el siglo XIX y principios del siglo XX. Entonces lo hice bajo diversas entradas: lo visual, lo patrimonial, lo arquitectónico y urbano. Intenté, además, explorar los quiebres y tensiones civilizatorios y los procesos modernizadores de aquel entonces.
El alma de la tierra. Eduardo Vega y la cerámica en el Ecuador está conformado por cuatro capítulos: los dos primeros (“Vega y la tradición cerámica del Azuay” y “Los trabajos y los días”), escritos por Alexandra Kennedy - Troya, insertan al artista en la rica memoria artesanal de la ciudad y la provincia, y recapitulan minuciosamente la trayectoria profesional y vital de su protagonista. Los dos apartados sucesivos escritos por el crítico de arte y escritor Cristóbal Zapata “Pilares cósmicos y otros dominios sagrados”, se comenta el fecundo diálogo que ha sostenido Vega con el paisaje y la naturaleza, para luego hacer un repaso de su obra mural, procurando establecer su sustento mítico y antropológico; en “Perdido y reencontrado: el objeto cerámico en el arte ecuatoriano”, aventuro, por un lado, una lectura sobre la tribulaciones del objeto cerámico en la historia de nuestra cultura, y por otro, ensayo un apresurado repaso crítico de los artistas que han hecho del lenguaje cerámico su medio expresivo.
Esta puesta en valor y difusión del patrimonio nacional se cumplió con bastante éxito durante la década comprendida entre los años 1977 y 1982. Se formaron destacados cuadros de profesionales en las diversas disciplinas, se contrató consultores extranjeros de gran relieve, en resumen se sentaron las bases para el manejo sistemático y científico del patrimonio en sus más diversas manifestaciones y modalidades. Uno de los más destacados aprendizajes se refiere al de la recuperación de la memoria de los bienes que se elegía cuidar; entonces se consideró indispensable esta tarea como base para la comprensión del comportamiento social, económico y político del Ecuador en sus diversos momentos históricos.
Esta faceta de su trabajo ha sido poco conocida, promovida y estudiada, debido al impacto inmediato ocasionado por su producción comercial, cuyo conjunto de diseños ejecutados y en el mercado superan los 400.
Creador -conjuntamente con el técnico Raymundo Crespo Seminario- y diseñador único de la fábrica Artesa, iniciada en Cuenca- Ecuador en 1973, su cerámica ha logrado combinar la calidez de la cerámica hecha a mano con las cualidades técnicas que brinda la producción industrial. Las formas han sido más bien sencillas y en muchos casos tradicionales; la decoración y la cromática en cambio muy rica.
El uso de brillantes vidriados y decoración caprichosa, juguetona y en ocasiones barroca que combina un conjunto de experiencias técnica y temáticamente de la artesanía popular ecuatoriana, de la cerámica contemporánea sobre todo nórdica y su propio sello como diseñador, han logrado captar el interés y gusto de un público extraordinariamente amplio y variado.
La muestra, que se expuso en la Biblioteca Nacional de España, recorrió la historia de Ecuador a través de 180 piezas, entre cerámicas, esculturas, pinturas, fotografía, etc., distribuidas en 21 secciones.
La exposición pretendió difundir y analizar las creaciones artísticas más representativas del país, con un enfoque temático que permitió contemplar las particularidades de los distintos momentos históricos que ha atravesado el país, visualizando la realidad cultural de los ecuatorianos a lo largo de su historia.
Así mismo, el recorrido artístico mostró una mirada diferente del arte ecuatoriano, especialmente de los siglos XIX y XX, es decir, las producciones que van desde la independencia del país hasta el momento actual, que cerró de forma simbólica el círculo que une la tradición y la modernidad ecuatoriana.
Paralelamente, la Biblioteca Nacional ha organizado una serie de actividades, interesantes e ilustrativas que permitieron difundir desde otras disciplinas la historia y la cultura presente y pasada de Ecuador.
Más adelante, la mirada de ambos se afinó, siempre en base a la nutrida y magníica obra de Mideros, a la necesidad de hacer un alto y comprender los gestos simbolistas en el arte ya no solo de Ecuador sino de Sudamérica, un rico y extenso laboratorio de modernidad en el que se entretejían historias por doquier. Aliados en una tarea que creían abordaría un vacío historio a nivel continental, se planteó a la Fundación Museos de la Ciudad de Quito, un ambicioso proyecto curatorial y expositivo a sabiendas de la experiencia extraordinaria que ha tenido dicha institución en los últimos años y de su reconocimiento a nivel internacional. Kennedy y Gutiérrez estaban convencidos de que podían llevar a cabo una puesta en escena de este calibre desde Ecuador. Fue un reto aceptado con gran ilusión por la entonces directora ejecutiva de la Fundación Ana María Armijos y su equipo de trabajo. Gutiérrez se haría cargo del trabajo internacional, Kennedy del nacional. El primero lo haría desde el acervo bibliográico y un avanzado trabajo de campo en diferentes países, la segunda desde las fuentes originales, museos, colecciones y bibliotecas del país.
El objetivo central del proyecto en su conjunto fue indagar desde dónde se construye la idea de Modernidad a través, ya no de estudios sociales,políticos o económicos,sino de la visualidadcen términos amplios —pintura, fotografía, grabado, ilustración, cine— y de la literatura en apoyo y colaboración a lo anterior, relacionadas ambas con el crecimiento y modernización de la vida urbana. Develar un momento crucial en las nuevas formas de pensamiento y creatividad,y el cambio deparadigmas en que se desarrollaron el Simbolismo y el Modernismo en sus múltiples variables, de fronteras a menudo inciertas.En la actualidad,a la luz de un nuevo momento en la historia de la humanidad,con similitudes a las de aquellos años de crisis,desconcierto y creatividad,aquel movimiento merecía ser revisitado y revalorizado.
Esta exposición, a partir de una investigación interdiciplinaria, diferentes lecturas relacionadas al paisajismo, planteó las formas de construcción de la nacionalidad ecuatoriana, a través de representaciones visuales y literarias de su territorio, con énfasis en el período 1850 - 1930.
Ásí, esta exposición, reunió obras pertenecientes a 42 colecciones con obras nunca antes vista en conjunto. En ella se privilegió la creación de los artistas nacionales, algunos de ellos contemporáneos, con lo cual se generó un interesante diálogo.
Las bondades o dificultades en el vivir, transitar o manejar el espacio, así como las relaciones humanas que por él se establecen, son diferentes en cada época histórica. A lo largo del siglo XIX, las narrativas de este espacio -presentes en vistas de la naturaleza, cartografías o estudios sobre el clima, la topografía o la geología- convirtieron al territorio en un símbolo nacional. El paisajismo, como género artístico, involucra esta narraivas o formas de construcción de la nacionalidad escuatoriana.
La exposición de organizóen 5 intinerarios o espacios con el fin de planteardiversasinterpretaciones, sobreelterritorionacional para la configuracióndel´cuidadopatriota o virtuoso´.
La finalidad de la propuesta educativa fue la de facilitar en el visitane un acercamiento a este periodo histórico, a través de recursos como los espacios de interpretación insertos en las salsa, en los cuales se susitó el establecimiento de cambios y continuidades, de relaciones ente ese momento histórico y la actualidad, la apreciación estética de las obras en su contexto y la generación de actitudes de valoración de nuestro legado histórico y cultural.
Se hacía entonces urgente, reordenar la últimas investigaciones que tanto en el terreno de la arqueología colonial como de los estudios etnohistóricos e históricos de este periodo, venían realizandose en el país. Por ello y teniendo como centro a la producción cerámica, se convocó a especialistas en estas materias para la realización de esta publicación que sirvió por otro lado como base científica de la exposición en mención.
Este archivo se puede hacer un seguimiento de las motivaciones para la fundación del convento, el papel espiritual que cumplía y de las vicisitudes económicas y administrativas que experimentó durante la Colonia y la República, como apreciamos en el presente estudio que acompaña al catálogo histórico. Los fondos documentales existentes, interpretados dentro del contexto de la historia regional, aclaran aspectos muy importantes de la vida cuencana que merecen ser rescatados y conocidos.
El Archivo del Convento de San Francisco reune en realidad dos archivos: por un lado están los archivos conventuales franciscanos, y por otro, el de la provincia, es decir de la jurisdicción religiosa franciscana que coincide a grandes líneas con los límites de la Audiencia de Quito. De allí que queden en el Archivo documentos sobre ciudades que ya no pertenecen hoy al Ecuador, como Cali, Popayán, Pasto y Almaguer donde hubo casas franciscanas dependientes de Quito
Les invito a conocer el proceso de catalogación y trabajo que realizamos el equipo conformado por Rocío Pazmiño Acuña, Rosemarie Terán Najas y mi persona en la dirección.
Somos concientes que la cerámica, y la alfarería, surgen en tales o cuales regiones para satisfacer necesidades de diverso orden. Surge, cabe recordarlo, de los sectores más distintos de la población, dando como resultado las formas más variadas y más sorprendentes. Dicho corpus provoca en el espectador conciente un serio cuestionamiento sobre su origen y la trascendencia que actualmente debería tener para desentrañar al menos parcialmente, nuestra propia historia.
Mucho turismo de estos últimos años ha girado en torno a museos, galerías, centros culturales y fundaciones; y la oferta se ha vuelto cada vez más sofisticada. Pero hoy sus puertas están cerradas a machote; entrar supone acudir a la información online existente, que no es poca ni es de ahora.
La amapola, símbolo de muerte, sueño, oscuridad; el tulipán, de belleza y lo perecedero; la rosa, del amor. ¿Qué tal si juntamos todas las flores, aquellas que se abren en primavera, aquellas que recién lo hacen finalizando el verano o las verdáceas que duran eternamente? En el buqué pintado juntamos, además, las que significaban vida, muerte o lujuria. Un verdadero despliegue de naturalezas vivas —como floreros— y muertas, como aquellos restos de fruta recién pelada, dulces cortados con delicadeza, copas de plata de las cuales aún chorrean las últimas gotas de vino compartido por alegres y despreocupados comensales.
Lee más en el artículo.
El libro se estructura en tres partes que van precedidas por los naturales prolegómenos de presentación. La última de ellas se corresponde con el catálogo gráfico que reproduce las obras seleccionadas para la exposición mientras que las otras dos integran el corpus discursivo del análisis escrito. En cuanto a esto último, la concepción del texto en dos bloques refleja los dos ámbitos territoriales desde el que se aborda el análisis de las corrientes simbolista y modernista: América Latina y Ecuador, quedando su análisis en manos de uno y otro de los comisarios de la muestra.
En: Quiroga nº 7, enero-junio 2015, 121-122 · ISSN 2254-7037