Facultad de Filología

Este artículo aborda la lectura del cuento "Subasta" (2018) de la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, desde la perspectiva de la subalternidad, la monstruosidad y la abyección. Estos temas se integran en una línea prolífica de la literatura contemporánea que busca cuestionar los grandes discursos del poder, construidos como inamovibles e incuestionables, en torno a conceptos como la familia, el género y la infancia, con el fin de deconstruirlos para evidenciar su fragilidad, inestabilidad y parcialidad. Este tipo de textos trata de mostrar la vulnerabilidad propia de los cuerpos humanos, que se encuentran expuestos a los otros y, por tanto, a la violencia. La distribución del discurso en sí es represiva, ya que crea relaciones binarias de poder y represión, construyendo grupos dominantes y dominados, donde entran, precisamente, los subalternos, los monstruos y los seres abyectos, quienes son capaces de generar su propio discurso de resistencia para ampliar los márgenes constitutivos de aquello que se considera "humano". El texto de Ampuero, en suma, enfrenta al lector a la existencia de esos seres y a la violencia que estos sufren en su precaria "vida".

La novela Fruta podrida (2007) de la escritora chilena Lina Meruane narra la situación económico-social del Chile de la postdictadura, afectado por las violentas políticas neoliberales. En este trabajo se pretende analizar las fronteras presentes en la obra y cómo los personajes se enfrentan a estas, es decir, cómo afectan a sus vidas y sus cuerpos, siguiendo las categorías de análisis propuestas por Humberto Félix Berumen, planteadas en su obra Las fronteras en el centro. Ensayos sobre literatura. De acuerdo con Berumen, la noción de frontera se convierte en una herramienta fundamental para el análisis literario, por ello, es necesario abordar los textos desde esta perspectiva, con el objetivo de estudiar cómo pueden incorporarse las fronteras a las producciones literarias y cómo pueden transgredirse sus límites en la escritura.

Esta investigación propone analizar la novela Sistema nervioso (2018), de la escritora chilena Lina Meruane, mediante una lectura que se centra en cómo se establece una relación problemática entre la enfermedad y la vida familiar. Esta obra se fundamenta sobre una profunda crisis en la concepción mitificada de la familia, ya que esta última se configura aquí como todo un universo patológico, desplegando una red genética de enfermedades y muertes, que apresa y ata a sus miembros —despojados de identidad propia—, más que los lazos tradicionales del amor y el afecto.

La escritora chilena Lina Meruane (1970) cuenta con una considerable trayectoria literaria. Pero, para esta investigación, cabe destacar sobre todo su «trilogía clínica» formada por las novelas Fruta podrida (2007), Sangre en el ojo (2012) y Sistema nervioso (2018), en las que propone distintas posturas que se adoptan frente al discurso autoritario y represor de la medicina, entre otros.
En la primera novela de la trilogía, Fruta podrida, la respuesta es la resistencia al mundo de la clínica. Zoila, la protagonista, padece una diabetes que se agrava día a día, porque contra las preinscripciones médicas sigue comiendo azúcar, boicoteando su organismo, con el fin de apoderarse de su propio cuerpo y ejercer ella misma el control sobre este. No acude al hospital para curarse, por el contrario, atenta contra el ala de los recién nacidos de la clínica del Norte, donde emigra como una fruta tóxica, causando así un colapso. Sin embargo, su actitud implica un alto coste, que no solo será la pérdida de su propia vida, sino que le causará una muerte patética; su cuerpo, convertido en un deshecho del sistema, se pudre en la calle bajo una nevada. La protagonista consigue transmitir su mensaje de disidencia, hasta el final ignora las peticiones de la enfermera, quien encarna el poder biomédico y le ruega que se identifique. Pero la mendiga nunca lo hace y, por consiguiente, nunca entra a formar parte del discurso que la anula, que no la reconoce como un ser humano, porque solo es una «mendiga de mierda, y encima poeta» (Meruane, 2007: 184). En suma, la presente propuesta pretende abordar el texto de Lina Meruane desde una perspectiva centrada en la construcción la enfermedad como poética, que no solo se erige como la verdadera protagonista de la obra, sino que permea todos sus niveles.

El cuerpo se erige como eje central en la narrativa Lina Meruane (1970), concretamente, esta ponencia se propone analizar su novela Sangre en el ojo (2012), desde el prisma de una corporalidad afectada por la patología. Esta obra es la segunda integrante de su trilogía clínica, junto a Fruta podrida (2007) y Sistema nervioso (2018), con las cuales comparte el innegable protagonismo del cuerpo, indaga en sus límites y posibilidades de disidencia mediante la vulnerabilidad. En las tres novelas se produce un diálogo entre el organismo padeciente y los sistemas que lo rodean, sobre todo, el familiar y el médico. La protagonista de Sangre en el ojo padece diabetes, una enfermedad crónica que termina inundando sus ojos con una mancha sanguínea, que le impide la visión, lo cual repercutirá en todas las facetas de su vida.
Lucina se apropia de los mecanismos hospitalarios y de su promesa de curación, exigiendo a su doctor que la opere. La primera intervención ocular fracasa, por lo que decide asumir el peligro de un trasplante experimental, ejerciendo así un poder sobre Lekz, su oculista, y también sobre su pareja, quien será el donante involuntario del nuevo ojo de Lina. Su relación amorosa se vuelve perturbadora, porque ella siente un deseo sexual irrefrenable hacia los ojos de Ignacio, además, lo obliga a ejercer cuidados sobre su cuerpo, hasta reducirlo solo a su rol de enfermero. El novio no es el único que se encuentra en la obligación de cuidar de la protagonista enferma, su hermano fue su antecesor en el papel de celador y su madre ha sido siempre más pediatra que madre, lo que Lucina no le ha perdonado nunca. El cambio más profundo y doloroso en la vida de la protagonista reside en la imposibilidad de la escritura durante la ceguera, que altera incluso su identidad: Lina es la escritora sana y autónoma, pero Lucina es la joven enferma y dependiente, que no puede escribir.
En definitiva, Sangre en el ojo narra la vivencia de una mujer cuyo cuerpo patológico altera por completo su forma de vida. El núcleo duro de la novela se concentra en la vulnerabilidad del cuerpo, pero que no implica rendirse ni someterse, sino que permite ejercer resistencia al poder desde la exclusión. La enfermedad subvierte el lenguaje del organismo, lo convierte en un arma capaz de desestabilizar los discursos normativos de los sistemas hospitalario y familiar.

Resumen En el presente artículo se analiza cómo la chilena Lina Meruane, en Sangre en el ojo (2012), y la argentina Mercedes Halfon, en El trabajo de los ojos (2017), elaboran una narración fragmentada mediante las voces de dos protagonistas con problemas de visión. El punto de vista de las narradoras se vuelve vacilante, mostrando el esqueleto mecánico de una construcción literaria artificiosa, alertando al lector de que se encuentra ante un testimonio determinado por las experiencias y la forma de mirar de un personaje que, por tanto, es una ficción y como tal es susceptible de resultar alterada e incluso falseada. Es decir, las autoras desafían al lector a sumergirse en un texto cuyo lenguaje se enfrenta a la problemática vulnerabilidad de un cuerpo anormal. De esta manera, estos relatos son las historias de dos mujeres, que lejos de adoptar un rol de víctimas, toman una postura empoderada y resistente ante el sistema, a pesar de sus problemas de visión, a través de unos textos que presentan un lenguaje y estructura alterados.

Actualmente, el cine boliviano atraviesa un periodo de gran actividad que coincide con un escenario identitario inestable, en el cual las negociaciones y conflictos entre las distintas subjetividades nacionales ya no pueden representarse con esquemas antagonicos homogeneizantes. En primer lugar, el presente articulo parte de la filmografia de Jorge Sanjines y plantea algunas hipotesis sobre el porque sus ultimas producciones no han sabido interpelar a las dinamicas identitarias nacionales. En segundo lugar, analiza algunos cortometrajes del Colectivo Socavon poniendo de relieve los gestos politicos de estas nuevas retoricas audiovisuales, las cuales han logrado configurar un lenguaje que interroga de forma menos esquematica a la pluralidad identitaria boliviana.

Sinopsis: La autora de este artículo
emprende una revisión crítica de lo más
sobresaliente del cuento mexicano en el
siglo XX. Como características generales de
la producción cuentística mexicana de dicho
periodo, se señalan el afán de ruptura y una
tendencia a la denuncia social, por una lado,
y por el otro una propensión al esteticismo.
A lo largo del artículo, la autora hace un
recuento de cuentistas tomando como punto
de partida a tres autores, Juan Rulfo, Juan
José Arreola y José Revueltas. Siguiendo un
criterio apenas estrictamente cronológico y
agrupándolos con base en sus tendencias
narrativas, Esperanza López prosigue su
inventario con autores como Salvador
Elizondo, Juan García Ponce, Carlos
Fuentes, José Emilio Pacheco, los autores de
la Onda, Adolfo Castañón, le presta
particular atención a Juan Villoro y
Francisco Hinojosa y, finalmente, concluye
su análisis con un comentario general en
torno al cuento mexicano escrito en la última
década del siglo.
Summary: In this article, the reader will find
a critical review of the most relevant
Mexican short story writers of the twentieth
century. According to the author, the main
characteristics of the short story production
of this period are an innovative attitude and
an inclination toward social criticism on the
one hand and, on the other, toward
aestheticism. The author takes Juan Rulfo,
Juan José Arreola y José Revueltas as the
starting point of her analysis and then
discusses the work of Salvador Elizondo, Juan García Ponce, Carlos Fuentes, José
Emilio Pacheco, the authors pertaining to la
Onda, Adolfo Castañón, etc. She gives
especial attention to Juan Villoro and
Francisco Hinojosa and then ends his
analysis with a general commentary about
the Mexican production of short stories in
the last decade.
Palabras clave: cuento mexicano, ruptura, modernidad.

I. La exposición titulada El Principio Potosí, inaugurada en el museo estatal de arte contemporáneo de Madrid, Centro Reina Sofía, en mayo de 2010 y comisariada por Alice Creisher, Max Jorge Hiderer y Andreas Siekmann, sustenta su razón de ser en la propuesta de arrancar el inicio de la modernidad a partir de la fecha de comercialización de las minas de plata en la localidad boliviana, en lugar de esperar para ello a la revolución industrial decimonónica.