No se puede negar que Martin Scorsese es uno de los directorios vivos más importantes del cine, aunque mi relación con sus películas es un tanto irregular. Uno de los Nuestros me gustó bastante, pero otras películas como Taxi Driver o El Aviador me dejaron bastante fríos, y Gangsters de Nueva York directamente me aburrió bastante. En estas tres últimas películas, el denominador común que encuentro es que se hacen demasiado largas, que el ritmo es un tanto deficiente. Así que a pesar de que me puedan parecer interesantes a priori, recelo un tanto de las películas de este hombre.
En Shutter Island, dos agentes judiciales son enviados a un hospital psiquiátrico de una isla-prisión a investigar la desaparición de una peligrosa recluta. Sin embargo y nada más llegar, el agente Teddy Daniels sospecha que algo raro puede estar sucediendo en el centro, dirigido por el enigmático John Cawley (Ben Kingsley).
Afortunadamente, esta película se sitúa para mi en el lado bueno de la balanza. Sigue siendo larga (unas 2 horas y 20 minutos, prácticamente), pero la trama resulta muy interesante, a pesar de que los giros parecen claros en más de una ocasión. Sin embargo, la gran ventaja de la película es que no sabes a qué atenerte.
A nivel técnico la película es muy notable, se nota la experiencia y buen hacer de Scorsese, y hay que destacar también lo bien que consigue transmitir la sensación de tensión o sencillamente de que "algo no funciona", nada más entrar por la puerta del hospital psiquiátrico. Al respecto hay algunos detalles que no tengo muy claro si son fallos o intencionados, como escenas montadas al revés (como se puede apreciar por el humo del cigarrillo); si es lo segundo me parece un recurso bastante curioso pero efectivo, y si es lo primero, pues poco que añadir... La música también ayuda mucho a esta inmersión, acompañando con toques muy desquiciantes en los momentos oportunos.
La película tiene unos momentos y pasajes bastante sugerentes. Desde la perturbadora entrada en el psiquiátrico, hasta momentos en los que parece convertirse en una novela de misterio clásica (la isla que se encuentra repentinamente separada de la civilización por una tormenta), la ambientación tan bien conseguida, o los fantásticos acantilados y múltiples planos muy bien escogidos por Scorsese.
A pesar de todo esto, para mi lo mejor es la continua sensación de que algo raro está pasando, de que algo no va bien, de no saber exactamente qué nos están contando. Y a pesar de todo y cuando tenemos las pruebas delante, de seguir haciéndonos dudar ante lo que está pasando, a pensar que nos están engañando. A ello ayudan las estupendas actuaciones de Leonardo DiCaprio y Mark Ruffalo, además del eficiente Ben Kingsley, muy correctos y convincentes en sus respectivos papeles, especialmente Ruffalo.
Shutter Island es un correcto thriller psicológico, manteniendo la atención del espectador en la historia mientras va atando cabos y se va planteando la historia, mientras va cayendo en la paranoia y desesperación acompañando al personaje principal. En definitiva, es una buena opción para entretenerse y disfrutar de una tarde de cine con una intrigante historia.