- Señorita Lacey, por fin nos conocemos. Han sido muchos años de espera... Demasiados. Pero creo que merecerán la pena.
Su voz, un ronroneo suave y grabe, era inquietante, conseguía seducir y repugnar a un mismo tiempo. Sus ojos horadaban mi alma y su sonrisa trastornaba mi mente. Mis pensamientos eran un conjunto de contradicciones: una parte me gritaba que saliera corriendo y otra era atraída por ese extraño hombre.
Sin comprender de donde salia la fuerza y convicción, le pregunte con voz clara y fuerte:
- ¿De que me conoce? ¿Muchos años de espera? ¿Espera para que?
- Por desgracia a usted no la conocía aún, pero si a su madre y, sobretodo, a su padre. Y...
- ¿De que conocía a mis padres?- dije interrumpiéndolo.
- Su madre era familia de alguien muy cercano a mi. - dijo, haciendo enfasis en el "muy"- Y su padre estuvo viviendo aquí, conmigo, justo en la habitación contigua a la suya, señorita Lacey. Me pareció apropiado que estuvieran el uno al dado del otro, padre e hija unidos más allá del tiempo y de la barrera infranqueable de la muerte. Enternecedor, ¿no es cierto? - concluyo él, soltando una risotada.
Un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies. Esa parte de mi mente que se sentía atraída por el extraño hombre entró en razón y se escondió en lo más profundo de mi cerebro. Mi aversión hacia ese hombre no hacia más que aumentar y, cada vez más, añoraba estar encerrada en el lujoso dormitorio que me habia sido asignado.
-Y, sobre el tema de esperar, la verdad es que siendo una pequeña mocosa no me
servía de nada, así que tuve que aguardar desde que supe que su madre
estaba embarazada de una niña hasta que ese bebe cumplió la mayoría de edad. Aunque llegado ese momento, fue complicado dar con usted a pesar de la vigilancia de Wesley o como tu lo llamas Lestat. - dijo él y resopló a modo de burla, dejando claro que le parecía ese apodo.
Lestat, Wesley o como cojones le pareciera mejor llamarlo, había participado en mi búsqueda, ¿habia tenido algo que ver con los asesinatos que sucedieron a mi alrededor? ¿O era una idea descabellada? Decidí aparcar temporalmente aquellos pensamientos, pues eran demasiado recientes y dolorosos para mí, y enfoqué mis preguntas en otra dirección.
- ¿Que quiere de mi?
- Tranquila, querida, no la mataré ni ahora ni en el futuro, a menos que me de más problemas que beneficios.
Taaa-chaaan!!! Una hoja más para una historia que va tomando forma en mi cabeza =)
Estoy decidida a escribir, a ser posible, toodooos los días durante el verano. Crucemos los dedos....
Mordiscos veraniegos para todos!!
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