Dejad que llueva
temporal lento
finísima lluvia
luz pura en su pelo.
La tarde se moja de sus yemas
-sien desnuda derramando brezos-
donde mis ojos se curvan
y reclinan en la isla de su espalda.
Dejad que llueva
que deshoje la cosecha baldía
con su embestida de nube.
Dejad que llueva
para dar voz a los paisajes
y desear que su agua alcance mis aristas.
*
Las aristas siempre quedan muy elegantes. Creo haberte leído antes esa "isla de su espalda", o algo parecido. Este poema parece un desarrollo de la imagen anterior.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
Lluvia en sagunda persona.... Tú llueves versos hermosísimos.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta la sensibilidad de tus versos.
ResponderEliminarSaludos desde El Bierzo
Me gusta tu poesía fresca y pura, es una mezcla de tierna pasión, de dulzura inacabable. Tu imaginario poético es transparente, y me encanta.
ResponderEliminar"La tarde se moja de sus yemas
-sien desnuda derramando brezos-
donde mis ojos se curvan
y reclinan en la isla de su espalda."
Casi casi se lee 'derramando versos' en lugar de los brezos.
Un gran abrazo.
esa iluminación mercurial que otorga la impalpable cortina de agua en el cabello, con su cadencia sui generis, es rescatada con acierto por la Poetisa, y solo da comienzo el vuelo de un poema exquisito, gracias Poetisa
ResponderEliminarQuè ternura tan humeda se siente en los versos...
ResponderEliminarTienes la expresión poética de quien siente con intensidad.
ResponderEliminarMuy grato pasar por tu BLOG
"Dejad que llueva" se envuelve de Naturaleza y ternura para que la lluvia, el agua que da la vida, nos penetre y empape los sentidos. Resulta absolutamente remarcable la precisión del lenguaje, los vocablos exactos que despiertan el estado de ánimo que evoca ese paisaje húmedo, interiorizado, que el poema dibuja.
ResponderEliminarSalud