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En la Catedral

Todas las Catedrales tienen sus misterios. Salamanca no iba a ser menos y su visita ha sido una de las más interesantes. Proponen un recorrido atípico por el interior de la torre y vista desde la altura de un pasillo interior a la Catedral nueva. Sé que tengo que volver, de esto me dí cuenta nada mas entrar. Quise verlo todo en poco tiempo, sacrifiqué las lecturas de la documentación y me centré en ver sus bóvedas, pasillos, terrazas, la mazmorra, el balcón de la torre Mocha, ¡¡los dos cimborrios!!... era tarde y se acercaba la hora del cierre. Llevaba tiempo sin ver a nadie, estaba solo. ¿Se acordarían los de la entrada que continuaba yo por allí?. Otro par de fotos y no quise tentar mas a la suerte, apagué la cámara, cerré el trípode y deshice el camino andado. Aún me esperaban en la entrada, en cuanto salí cerraron la puerta.

La bicicleta nueva



Olympus E-510 Vel. 1/320s. f/7,1 ISO:100 Long.focal: 14,00 mm.

En la carretera



FinePix E-500 1/250 seg. f/6,4

Como en tantas ocasiones, tantos días, horas, que paso al volarte. Absorto la mayoría de las veces en medios pensamientos y alguna que otra duda.

Viajo y veo cambiar el paisaje, cada día es diferente. Es diferente su luz, diferente el momento, la circunstancia. No hay dos viajes iguales, aunque pase por la misma carretera. Y lo dejo todo atrás, a velocidad de autovía. Paso por pueblos y por campos. Llego a cruces y decido.

Un día, me detengo brevemente en un lugar. Hoy es en Santander, mañana en Salamanca... Estoy fuera de casa. Durante el viaje estoy sometido a la sutil fuerza de no pertenecer a nada.

Claro que ésta idea romántica tiene una doble lectura. La ventaja de hacer y decidir conforme a un criterio que sólo yo dispongo. Semana tras semana, recorro y absorbo todo por donde paso. Voy engordando con aquello que se queda prendido en mí. Es un aprendizaje nada académico de flases inconexos, con imágenes, noticias, conversaciones, plazas y calles de cada lugar. Luego tengo que intentar convivir con ese personaje, esparcido y denso. Un alguien hinflado que mantiene, por ese hilo invisible de ondas, a través del manos libres, el contacto con su casa. El punto de apoyo real y necesario.

La ranita que salió del pozo

El título de la entrada, suena a título de cuento, y así es.

Cerca de la zona de los bidones de la anterior foto, existe una laguna con multitud de ranitas.

Parece que la naturaleza, aunque frágil, también tiene sus herramientas para mantener la vida.



La imágen de ésta ranita, que parece observar el horizonte, me recordó un cuento que me contaron hace tiempo y que gracias a la información existente en internet he podido recordar los detalles.

Así que haciendo un exceso y rompiendo los esquemas del blog, voy a contarlo.

En la India, se conoce la palabra "Kup-manduk" (rana de pozo) para designar a las personas que son cortas de miras, ancladas en las tradiciones. Aquellos que siempre hacen lo mismo y son incapaces de pensar por sí mismos.

"Se cuenta que una niña solía ir todas las mañanas a coger agua de un mismo pozo. En este pozo habitaban, de lo mas felices, un grupo numeroso de ranitas que nunca había conocido otro lugar.

Cada vez que oían el ruido de la polea, sabían que anunciaba la bajada del cubo, así que se agarraban desesperadamente a las paredes para evitar ser atrapadas y alzasen a la superficie.

Aparte de esto, la vida ahí, era apacible, tranquila y metódica ... feliz en su medida.

Un día, una joven ranita, se le ocurrió pensar que el balde podría ser una oportunidad, en vez de un problema y trató de convencer a otras ranitas para subir todas a la claraboya.

¡Estás loca!, ¡jamás ha subido nadie!, ¡morirás! Este es tu sitio... adónde quieres ir... ¿qué crees que vas a encontrar?

Ignorándolas, se subió al balde de un salto en la siguiente ocasión.

La comunidad no volvió a hablar de ella, como si hubiera muerto... como si nunca hubiese existido... la olvidaron.

Hasta que un día llamó desde arriba:
-Aquí existe un mundo maravilloso, hay agua en abundancia, hierba fresca, cantidad de comida variada y sabrosa.
-También hay muchas ranas, yo me casé con una y tenemos siete renacuajos, somos muy felices.

Hay sitio para todos, he visto el horizonte perderse en la distancia.

Fue acusada de alta traición por la alta instancia de la comunidad y condenada a muerte. Ella replicó que no pensaba regresar y les deseó toda la felicidad que pudiesen alcanzar.

La siguiente mañana que la niña alzó el cubo, se llevó un tremendo susto al verlo repleto de ranitas que saltaban como locas fuera del balde".
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En estos tiempos, al recordar éste cuento, me pregunto si no estaré dejando escapar un cubo parecido cada mañana.

Se me ocurre que la mejor manera de descubrir pozos y cubos, es viajar y contactar con gente y charlar y descubrir otros modos de vida, otras actitudes.

Espero no haberos aburrido, pero creo que es un cuento sencillo y merece la pena conocerlo, que cada uno lo interprete a su manera.

Pájaros en la cabeza


Olympus E-510 Vel. 1/100 f5,6 ISO 100 Dist.focal 150 mm.

Upwind


Olympus E-510 Vel. 1/125 s. f/18 ISO 200 Dist.focal 25 mm.

Mickey no puede volar


Olympus E-510 1/200s f.11 ISO100 Dist.focal.14 mm

La Casa De Los Espíritus



No, no es la casa de los espíritus, (pero me gustaba el título) es la casa de "Los Otros", donde los espíritus resultaron ser los protagonistas.
En la película nos dijeron que vivían en la isla inglesa de Jersey, en el canal de la mancha. Pero no, ahí están, en Cantabria. Es el Palacio de los Hornillos, en Las Fraguas.
Ahora, con la autovía nueva, ya no se pasa delante de la mansión, hay que coger un desvío.
Me paré pensando que podría encontrarme con Nicole Kidman, quiero decir... con Grace, y con un par de niños que padecen de fotofobia. No logré verlos, una reja y un cartel ya me informaron de que se me prohibía el paso. Les busqué por los alrrededores, pero claro... cómo iban a salir en plena luz del día. No ví actividad por ningún lado, sólo delataba su presencia las tumbonas de jardín que estaban en la entrada.
Estoy seguro de que tras esas ventanas y tras unos cortinones continúan haciendo su vida. Al fin y al cabo ya nos aseguraron que... "nadie los haría dejar la casa".

Tensión fingida



Quise hacer ver que la vaca me amenazaba, (parecía, incluso, que rascaba la tierra con su pata izquierda). Que me arriesgé intentando captar el momento.
Pero ella tenía cosas más importantes que hacer , creo que el animal ni siquiera era consciente de que yo estaba ahí. ¿o no?

El Camino

¿Me preguntáis cuál es la suprema felicidad aquí abajo?
Escuchar la canción de una niña que se aleja
después de haberos preguntado el camino.

(antiguo poema japonés)

Deseamos enseñarles las mejores herramientas para la vida.
Porque algún día elegirán el camino por el que quieren andar.
Serán los autores de su propia obra.

Estas palabras estan inspiradas en la lectura del libro "Aprender a vivir" de José Antonio Marina.

Momento de calma


Una tarde de primavera, un momento de decanso, una cita con alguien especial...