RÉQUIEM A UNA SINFONÍA DE VIDA
Nací en la época de los truenos,
Cuando crecí,
Era tormenta lo que me mecía.
Y ahora es la lluvia,
La que me moja,
Y me acompaña en la lucha.
A día de hoy son el sol,
y todas sus lunas,
Las que engañan con quimeras.
Quimeras que atan,
Quimeras que no escatiman cantos de sirena,
Sonidos, no son más que reflejo disociado,
Del espejo del feriante.
Mientras mis manos temen.
La sensibilidad aflora,
Nadie quiere escuchar,
A la que con sus versos no quiso complicar.
No elevé el soneto,
No entoné una décima,
exprese lo que sentía,
¿Qué convierte la locura en verso?
Y bien, Mis alas no respondieron
Alce el vuelo,
Dieron marcha atrás,
Lágrimas de cera,
Que no alcanzan a ver el sol.
Han caído bajo,
Complicado el verso que hoy te escribo
Lidiado entre las sombras,
De almas en deceso.
Márchate de mi vida,
Y esculpe la hojarasca,
Para dar pasó a la estación,
Que empieza con tu vida.
Ahora, cuando las palabras,
Naufragan en tu boca,
Mi corazón enloquecido,
Retienen la vanidad,
La sangre hierve en la tormenta,
Y prolonga la muerte,
Del corazón necio,
Que esgrimió en su credo la palabra "loca".
(España)