Guillermo Fariñas, disidente cubano en huelga de hambre*
Tras la reciente muerte de Zapata, varios disidentes más se han puesto en huelga de hambre y la sensación de unidad entre la disidencia cubana se ha reforzado. Y, sin embargo, ¿dónde están los gestos duros contra el gobierno cubano? Me avergüenza como español, como ciudadano europeo, oír las condenas de perfil bajo de nuestros gobiernos e instituciones, escuchar a Moratinos decir que mantendrá un diálogo exigente con Cuba sobre derechos humanos y sandeces varias.
El gobierno cubano es una asociación de asesinos y ladrones; de usurpadores de la soberanía nacional del pueblo cubano, y de sus derechos y sus libertades más elementales. Es un gobierno que sólo merece el banquillo de un tribunal y la cárcel, las rejas de una prisión de máxima seguridad. ¿A qué viene tanta condescendencia, tanta componenda? ¿Acaso es que esos crímenes, de ser perpetrados por gobiernos comunistas, tienen menos importancia? ¿Qué pasa con toda la gente que hay en las cárceles en Cuba por delitos de opinión, de conciencia? ¿Van a callar mientras respaldan el acercamiento a los asesinos de ese Estado opresor? ¿Dónde están las convicciones democráticas de estos socialdemócratas a los que tanto les gusta llenarse la boca con la palabra libertad?
La situación de Cuba no es tolerable y nosotros tampoco debemos permitir que quede la sensación de que no nos importa Cuba, de que nos resulta lejano todo lo que sucede allí. Los cubanos y la disidencia cubana deben saber que no está sola, que tiene el amplio apoyo de la opinión pública de nuestros países. El régimen cubano está muerto. Caerá.
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