BIOLOGIA Y GEOLOGIA_TEMA 5 ☻BIO-GEO-LEO☻

TEMA 5.- METAMORFISMO. LAS ROCAS METAMÓRFICAS MÁS MPORTANTES

1. METAMORFISMO
1.1. Conceptos y límites

1.2. Variables metamórficas

1.4.1. Composición química
1.4.2. Temperatura
1.4.3. Presión
1.4.4. Tiempo

1.2. Zonas y facies metamórficas

1.5. Tipos de metamorfismo

1.6. Procesos metamórficos

1.6.1. Brechificación
1.6.2. Reorientación
1.6.3. Deshidratación
1.6.4. Recristalización
1.6.5. Reajustes mineralógicos
1.6.6. Metasomatismo

1.7. Texturas metamórficas

1.7.1. Texturas blásticas
1.7.2. Texturas cataclásticas

1.8. Estructuras metamórficas

1.8.1. No orientadas
1.8.2. Orientadas

2. ROCAS METAMÓRFICAS MÁS IMPORTANTES

2.1. Rocas cataclásticas

2.2. Rocas de metamorfismo térmico

2.3. Rocas de metamorfismo regional

1. METAMORFISMO
1.1. Concepto y límites
El metamorfismo se define como el conjunto de cambios texturales y mineralógicos que
sufren las rocas en estado sólido, como consecuencia de la acción de los agentes geológicos

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internos, que se manifiestan, fundamentalmente, como incrementos de presión y/o

temperatura.
Es conveniente destacar que los cambios texturales aparecen siempre, pues las relaciones
entre los granos cambian a consecuencia de los incrementos de presión y/o temperatura, en
cualquier caso. En cambio, Los cambios mineralógicos, no siempre serán posibles y, muchas
veces, no serán apreciables. No obstante, cuando el cambio metamórfico llegue a originar
desequilibrio mineralógico en la roca, sus componentes reaccionarán entre sí para alcanzar el
equilibrio correspondiente a las nuevas condiciones termodinámicas, y esto supondrá
cambios texturales.
Normalmente, el metamorfismo ocurre sin aportes o pérdidas de materia respecto al exterior,
de forma que la composición química global de la roca no varía, y se trataría de un
metamorfismo isoquímico. Pero en ocasiones esa composición química cambia durante la
recristalización, lo cual ocurre cuando existen fluidos en la porosidad de la roca, disolviendo
un componente de un nivel y precipitando en el adyacente. Las mayores diferencias se darán
en la superficie de contacto entre ambos. Este proceso se conoce como metasomatismo o
metamorfismo aloquímico
El metamorfismo se puede dar en cualquier tipo de roca preexistente, si bien algunas de ellas
serán más sensibles a los cambios de temperatura y presión, dependiendo de que las
condiciones en que se originaron estén muy alejadas de las nuevas a que se ven sometidas.
Por ello, las rocas ígneas, en general, serán menos afectadas por los cambios de
temperatura y mostrarán más los efectos de la presión, sobre todo si es dirigida, mientras las
rocas sedimentarias serán las que más mostrarán los cambios que estos factores
termodinámicos originan en ellas. En cualquier caso juegan un importante papel los fluidos
liberados de las rocas originales por los propios procesos metamórficos, ya que sirven de
vehículos de cambio y favorecen tanto la recristalización como los reajustes mineralógicos.

a) Límite con la Diagénesis

En la definición de metamorfismo se establece, al menos, una separación conceptual: el
metamorfismo “es debido a los agentes geológicos internos”, con lo que se excluyen los
procesos de formación de rocas sedimentarias. Ahora bien, dado que en la diagénesis
también intervienen factores como la presión y temperatura, en muchas ocasiones será difícil
determinar dónde empieza el metamorfismo. Un criterio, de tipo sedimentológico, considera
que una roca es ya metamórfica en el límite de desaparición del petróleo o de restos de
hidrocarburos que pueden existir en las rocas sedimentarias; otro, ya en desuso, marca el
límite cuando las rocas dejan de tener poros comunicados entre sí.
El criterio más utilizado es de tipo mineralógico, basado en la aparición de determinados
minerales o paragénesis minerales (asociaciones) cuando la condiciones ambientales
alcanzan ciertos niveles, como son aragonito en rocas carbonatadas, laumontita, lawsonita,
clorita + prehnita¸; paragonita + moscovita o grafito.
Por lo tanto, se estima que el límite entre ambos campos se sitúa entre 200 y 250 ºC y 3 Kb
de presión (o 5 Kb si no interviene significativamente la temperatura). Algunos autores han
propuesto el término de anquimetamorfismo para las situaciones que se dan entre 200 ºC y 3
Kb y 250 ºC y 5 Kb
b) Límite con el Magmatismo En la definición de metamorfismo también se dice
que “ocurre en estado sólido”, sin fusión de los componentes; si esto llega a ocurrir
entramos en el campo del
"magmatismo"; cuando la fusión es parcial solamente, se origina una situación que recibe el
nombre de migmatismo. Si la fusión se generaliza, siendo mayoritario el fluido,
se habla ya de anatexia.

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De acuerdo con los datos de

laboratorio, en materiales ricos en
sílice la fusión comienza (la sílice,
precisamente, es prácticamente el
primero en fundir) alrededor de los
650 ºC si la roca está saturada de
agua o a 900 ºC en sistemas
anhidros; en materiales pobres en
sílice las temperaturas son más
altas, 1200 ºC y 1300 ºC
respectivamente; estos valores se
entienden para presiones bajas (2-
3 Kb generalmente), porque a
presiones mayores aumentan
progresivamente

1.2. Variables metamórficas

Los procesos metamórficos dependen de varios factores, entre los cuales destacamos
especialmente, por ser los más significativos, la composición química, la temperatura, la presión
y el tiempo.

1.2.1. Composición química

La composición química de la roca original (con los fluidos intergranulares que pudiera
contener) es totalmente determinante de la roca metamórfica que resultará. Los fluidos
existentes movilizados, o los liberados de la composición primitiva, aunque en pequeñas
proporciones, desempeñan un papel importante, ya que son necesarios para que se produzcan
las reacciones metamórficas consiguientes. Además, el estado físico de estos fluidos, al menos
bajo presiones importantes es "supercrítico", porque suelen ser líquidos por encima del punto
crítico de coexistencia de las tres fases.

1.2.2. Temperatura
A las reacciones condicionadas por la temperatura, se las conoce por geotermómetros.
El incremento de temperatura ocasiona la inestabilidad de los minerales y aumenta la velocidad
de las reacciones químicas por las que se transforman en otros. Este incremento puede ser
debido a:
a) gradiente geotérmico asociado a un enterramiento considerable (>5 Km);
b) calor generado por fricción en zonas de cizalla importantes;
c) intrusión de una masa caliente (magma);
d) efecto de "domos térmicos " profundos que irradian energía hacia arriba.

1.2.3. Presión
La presión también colabora en la modificación de las estructuras íntimas de los minerales, lo
que condiciona el paso de unos polimorfos a otros (como muestra especialmente bien el
trimorfo andalucita-cianita1-sillimanita).
La presión puede deberse a:

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a) carga litostática: debida al peso de los materiales

que supone, aproximadamente, un incremento de
unos 3,3 Kb/Km (200 a 300 atm/m) de profundidad;
es una presión envolvente.
b) presión de fluidos: debida a la presencia de
líquidos y vapores (H2O, CO2, etc.); lo más frecuente
es que se liberen pero si quedan atrapados en
condiciones estáticas, pueden compensar
parcialmente la presión litostática hasta 1 o 2 Kb; en
condiciones dinámicas, cuando el paquete de rocas
se desplaza a favor de cabalgamientos importantes
sobre todo, pueden colaborar o incluso determinar
una fragmentación (cataclasis) especialmente
importante.
c) presiones dirigidas, debidas a esfuerzos tectónicos; si actúan sobre rocas frías y(o) a
presiones envolventes bajas suelen originar fracturas; en caso contrario pueden
colaborar a que aparezcan comportamientos plásticos, además de reorientar los
minerales o condicionar la orientación de los recrecimientos y recristalizaciones que
ocurran.
A las reacciones condicionadas por la presión, se las llama geobarómetros.

1.2.4. Tiempo
El metamorfismo es un proceso generalmente continuo; pero en determinados intervalos de P
y de T parece presentar fases metastables al final de las cuales los cambios se suceden con
mayor rapidez; por tanto, en función del tiempo que un material esté expuesto a un proceso
metamórfico el resultado será diferente.
Por otra parte, para que una reacción metamórfica se complete, si hay reajuste mineralógico
(se alcance su equilibrio químico), se necesita un cierto tiempo pues, debido a que las
reacciones son en estado sólido, la movilidad de los iones es pequeña y la velocidad de
reacción baja. Esa es la razón fundamental de que en metamorfismo sea más importante la
presencia de un mineral de neoformación que su cantidad; mientras la primera certifica
que se han alcanzado las condiciones necesarias para que se origine una reacción
determinada, lo segundo sólo indicaría el mayor o menor tiempo durante el cual se ha
seguido dando.

1.3. Zonas y facies metamórficas

Dentro de los límites antes citados, hay un amplio rango de presiones y temperaturas, que
determinan variaciones de mayor o menor intensidad, lo que implica que exista una
gradación en el metamorfismo. Inicialmente se consideraron tres zonas (Nigli,1924) o
Epizona: Es la más externa. La temperatura se encuentra por debajo de 450 º y predomina la
presión dirigida sobre la hidrostática. A partir de sedimentos arcillosos se llegan a formar
pizarras sericíticas y cloríticas.

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o Mesozona o zona media. La temperatura varía entre 450 y 600 ºC. Las presiones
dirigidas e hidrostáticas se igualan. Las pizarras anteriores pasan a micacitas
esquistosas con biotita y hornblenda.
o Catazona. Es la más interna. La temperatura es superior a los 650 º y domina la
presión hidrostática. Se forman gneises y asociaciones como Eclogitas.
En la actualidad, se prefiere hablar de “intensidad” o “grado de metamorfismo” : grado muy
bajo, grado bajo, grado medio y grado alto, siendo las condiciones determinantes las que se
pueden apreciar en la figura:

Rango de presiones y temperaturas

para los diferentes grados de meta
morfismo, la diagénesis y la anatexia
(Modificado de Winkler, 1978).

Esta subdivisión del metamorfismo se puede avanzar un poco más al de

Rango realizar estudios
presiones y tempera
turas para las distintas facies
metamórficas (Según Turner,
1981).

comparativos de presión frente a temperatura; aparece entonces el concepto de facies

metamórficas, que agrupan rocas de composición mineral variada formadas bajo las mismas
condiciones de presión y temperatura. Así, una roca pertenece a una determinada facies
metamórfica cuando los minerales que aparecen en ella son estables dentro del intervalo de
presión y temperatura correspondiente a la facies en cuestión.
NOTA: Obsérvese que esta ilustración está invertida con respecto a la superior
1.4. Tipos de metamorfismo2
Desde el punto de vista termodinámico, según se refleja ya en la propia definición, se pueden
distinguir tres tipos de metamorfismo: si predomina la presión, si predomina la temperatura, si
juegan ambas variables de forma similar
• Metamorfismo de carga. Originado por el aumento progresivo de la presión litostática,
se produce cuando acaban acumulándose grandes potencias de materiales (mayores
de 8 Km). Actualmente se piensa que no son series sedimentarias de esta potencia,
sino consecuencia de acumulaciones tectónicas sucesivas (“prismas de acreción”)

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• Metamorfismo dinámico. Se produce cuando la presión aumenta considerablemente

como consecuencia de esfuerzos dirigidos de origen tectónico. Cuando la presión
envolvente es pequeña se producen brechas de falla y redes de fracturación; cuando es
mayor (a mayor profundidad) se forman las rocas miloníticas en las que va
predominando
progresivamente la
deformación plástica; en el
caso de las ultramilonitas
puede llegarse a una
trituración tan acusada que
parezca vidrio, indeterminable
a microscopio, y se desarrolla
esquistosidad.
• Metamorfismo térmico. Se
origina cuando aumenta
anormalmente la temperatura
sin un aumento comparativo
de presión. El caso mejor
conocido y más estudiado es el correspondiente al producido por la intrusión de un
cuerpo magmático caliente, en cuyo caso se habla concretamente de metamorfismo de
contacto; la anchura y las características de la aureola de contacto originada dependen
sobre todo de la temperatura del material intrusivo y de su volumen, de la naturaleza de
las rocas encajantes y finalmente de la profundidad a que ocurre la intrusión. Las rocas
originadas se denominan genéricamente cornubianitas o corneanas, generalmente muy
masivas, de tamaño de grano muy pequeño y, por tanto, de fractura concoidea.
Un caso particular es el pirometamorfismo, producido por intrusiones muy calientes
pero poco voluminosas (generalmente basálticas o peridotíticas), que producen una
aureola poco potente pero con minerales muy característicos, como zafirina, corindón,
espinelas, magnetita, etc.. En el caso concreto de coladas de lava, pueden llegar a
fundir pequeñas cantidades del material sobre el que se deslizan, dando aureolas muy
delgadas (milimétricas) de minerales de alta temperatura (sanidina) o de materiales
fundidos y vitrificados.
• Metamorfismo dinamotérmico o regional. Se origina cuando se dan a la vez
incrementos de temperatura y de presión significativos (desde 200ºC y 3 Kb hasta
800ºC y >15 Kb), pudiendo presentarse múltiples combinaciones de valores entre ellos.
Estas combinaciones permiten distinguir grados de metamorfismo regional, definidos
por minerales índice, como se aprecia en la figura:
• Metamorfismo de impacto. Una modalidad especial en que también se incrementan
notablemente la presión y la temperatura es aquel que se produce por el choque de un
meteorito en la superficie continental; puede llegar a fundir algunos materiales (dando
"taquilitas") y formar minerales que sólo se han encontrado en estas situaciones o como
inclusiones en diamantes, como es el caso de los polimorfos de la sílice cohesita y
stishovita.
• Metamorfismo retrógrado. Cuando las condiciones que han originado el
metamorfismo (especialmente en el metamorfismo regional) van disminuyendo su
intensidad, si la velocidad de descenso es suficientemente baja, los minerales
originados en las fases anteriores entran en desequilibrio termodinámico de nuevo, y se
transforman en minerales de más baja temperatura,. Si las reacciones no se completan,
quedan núcleos de minerales antiguos rodeados de los nuevos, que permiten certificar
la existencia de este proceso.

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1.5. Procesos metamórficos

El metamorfismo implica una serie de cambios en la roca original en función tanto de la
composición (que condiciona la resistencia de los minerales, la disponibilidad de agua de
deshidratación o de cristalización, etc.), como de la combinación de las variables que
acabamos de considerar. Los procesos más importantes son los siguientes.

1.5.1. Brechificación
Como consecuencia de los rozamientos que se originan entre masas de materiales cuando se
dan deslizamientos entre ellas (fallas, mantos de corrimiento, subducción), los materiales son
triturados masivamente cerca de la superficie de deslizamiento. Este fenómeno origina una
rocas llamadas "cataclastitas", en las que predomina la presión dirigida, que puede llegar a
determinar incluso iso-orientación del molido.
El rozamiento va acompañado de una liberación de energía térmica que se manifiesta en
ciertos minerales, pero sus efectos son despreciables frente a los originados por la
deformación, que es la que determina la textura de la roca sin modificar apenas su
composición mineralógica

1.5.2. Reorientación
A valores altos de presión, los materiales no responden sólo con la deformación o la rotura,
sino que tienden a reorientarse para ofrecer la mínima resistencia a las presiones actuantes.
Si se trata de minerales planares (filosilicatos especialmente) se colocan perpendicularmente
a la dirección de mayor presión, lo que le confiere a la roca una hojosidad, que en
metamorfismo recibe el nombre particular de esquistosidad más o menos acusada. Cuando
se trate de minerales alargados (prismáticos o aciculares), se colocarán con los ejes de
alargamiento paralelos a la dirección de mayor presión, originando iso-orientación, que le
confiere a la roca una linearidad característica.

1.5.3. Deshidratación
Como consecuencia del incremento de temperatura, el primer efecto es la deshidratación de
las rocas; el agua intersticial es la primera en movilizarse; en segundo lugar se movilizará el
agua de los minerales hidratados (el yeso, por ejemplo, que pasa a anhidrita);
SO4Ca.2H2O →SO4Ca + 2H2O
yeso anhidrita

más tarde será el agua que se encuentre en forma hidroxílica como la del talco, por ejemplo,
que puede llegar a dar olivino según la reacción:
2 Mg3 Si4O10(OH)2 → 3 Mg2 SiO4 + 2H2O + 5SiO2
talco olivino

1.5.4. Recristalización
Al rebasar los 250-300 ºC se deja sentir el efecto del incremento de movilidad de las
partículas, que tendrán bastante libertad para reorientarse y reagruparse; el resultado es que
acaban perdiéndose los granos pequeños a favor del recrecimiento de los grandes, con

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aumento simultáneo de la cristalinidad total, que es lo que recibe el nombre de

"recristalización"
En el caso de rocas con importante cantidad de materia amorfa, microlítica o microcristalina,
esta movilidad favorecerá una recristalización importante a partir de los granos más grandes,
que funcionan como núcleos de precipitación. En rocas carbonatadas y silíceas la movilidad
es comparativamente mayor, lo que explica la formación de buenos mármoles o cuarcitas de
tamaño de grano notable sin necesidad de un gran incremento de temperatura.

1.5.5. Reajustes mineralógicos

Lo más llamativo de los procesos metamórficos son los reajustes mineralógicos; si los
incrementos de temperatura son suficientemente acusados y la composición química global
de la roca lo favorece, pueden llevarse a cabo reacciones químicas entre los diferentes
componentes de la roca.
El ejemplo más sencillo es la descomposición de los carbonatos en los óxidos
correspondientes,
CaCO3 → CaO + CO2; MgCO3 → MgO + CO2; FeCO3 → Fe2O3 + CO2
Como estos óxidos tienen enorme avidez por el agua, rápidamente la captarán pasando a los
hidróxidos correspondientes, como la brucita Mg(OH)2, que son los que suelen encontrarse
en las aureolas de contacto de las intrusiones ígneas.
Cuando interviene también la presión o las condiciones favorecen que el equilibrio químico se
desplace en otro sentido, pueden originarse reacciones con otros componentes existentes; en
este caso reacciona el carbonato con los granos de arena en una caliza arenosa, por
ejemplo, originando Wollastonita:
CaCO3 + SiO2 → Ca SiO3 + CO2.
wollastonita
Si las condiciones son más severas aún, las moléculas pueden descomponerse totalmente con
lo que sus elementos quedan disponibles para integrarse en moléculas totalmente nuevas en
equilibrio con las nuevas condiciones reinantes. Así, el calcio de la calcita puede integrarse en
plagioclasas cálcicas o piroxenos cálcicos. Algunas reacciones de este tipo, que se han
propuesto para explicar la aparición de determinados minerales metamórficos, como
consecuencia de las experiencias de laboratorio, son:
Clorita + Calcita + Q → Actinolita + Agua + CO2
Dolomita + Q + H2O → Tremolita + Calcita + CO2

1.5.6. Metasomatismo
Como ya hemos dicho se trata de la incorporación de materiales procedentes de otras áreas
que no se encuentran entre los componentes de la roca. Cuando provienen del magma
pueden ser soluciones neumatolíticas (vapor de agua y otros gases a temperatura superior a
la crítica) o hidrotermales (en fase líquida), éstas también se pueden formar en zonas con
intenso metamorfismo. Ejemplos:
a) serpentinización del olivino
SiO4(Mg,Fe)2 + fluidos → Si4O10 (OH)8 Mg6 + resto fluidos

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b) Transformación de los granates en biotita y otros minerales

(SiO4) 3Fe3Al2 + Fluidos → Si3AlO10(OH,F) 2K(Mg,Fe 2+ ,Mn) 3 + restos

Es frecuente encontrar un metasomatismo alcalino que se desarrolla cerca de cuerpos

intrusivos ígneos, no necesariamente ricos en álcalis (ejemplo en intrusiones básicas).

1.6. Texturas metamórficas

La textura es el conjunto de relaciones entre los granos de una roca visibles al microscopio (en
ocasiones, también a simple vista). En el caso de las rocas metamórficas depende mucho del
tiempo, la presión y la temperatura. La temperatura tiende a formar nuevos cristales o bien
aumentar el tamaño de los existentes; por el contrario, la presión deforma los minerales y tiende
a disminuir su tamaño; el tiempo determina la duración de ambos efectos.
Debido a que la formación y el crecimiento de los minerales de origen metamórfico se produce
en medio sólido, las rocas metamórficas son cristalinas, y sus texturas pueden denominarse,
genéricamente, cristaloblásticas, siendo las más importantes las siguientes: continuación.
o Granoblástica. Presenta granos de dimensiones y forma parecidas sin orientación
preferente.
o Lepidoblástica. Presenta abundante cristales de hábito laminar con orientación
subparalela.
o Nematoblástica. Cristales alargados (aciculares o filiformes) con orientación
subparalela.
o Porfidoblástica. Cristales milimétricos o más grandes, idiomorfos, rodeados de una
matriz bastante más fina.
o Helicítica. Con cristales de gran tamaño –porfiroblastos- con inclusiones dispuestas
en espiral en su interior. Se interpreta como consecuencia de rotación del porfiroblasto
mientras va creciendo
Por otra parte, pueden encontrarse unas texturas cataclásticas, que obedecen a una fase
metamórfica de baja temperatura, durante la cual las rocas y los minerales reaccionaron de
un modo rígido (se rompieron) ante los mecanismos de deformación o Brechoidal. Contiene
unidades angulosas que están englobadas en una matriz más fina.
o Milonítica: Con granos muy finos cementados por una matriz también de granos muy
finos, efecto de una trituración muy intensa.
o Ultramilonítica. En este caso la pasta cementante es tan fina y móvil que puede ser
inyectada por pequeñas fracturas
o Vitrificadas. Con aspecto vítreo, cuando el calor llega a fundir parte de la roca o
Facoidal. La unidades tienen forma de elipsoide

1.7. Estructuras metamórficas

Considerando la geometría de las rocas metamórficas a escala macroscópica, existen dos

tipos de estructuras:

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1.7.1. No orientadas

Características de las corneanas y de algunas rocas de metamorfismo no térmico, en las que

el crecimiento de los minerales queda poco influido por las presiones dirigidas. Ej. los
mármoles, que presentan estructuras no orientadas y masivas.

1.7.2. Orientadas.

Por las presiones dominantes. Pueden presentar orientación laminar, cuando la roca tiende a
partirse según superficies más o menos planas, y orientación lineal, cuando se parte en
astillas. Las primeras se producen porque existen minerales laminares (micas) que se
colocan todos ellos aproximadamente paralelos a la dirección de las presiones dirigidas.

Se distinguen las siguientes estructuras laminares consecuencia de la foliación :

a) Esquistosa. Se caracteriza por la disposición de los componentes minerales de la

roca según superficies paralelas, hojosidad que será tanto más acusada cuando
mayor sea la abundancia de minerales laminares, especialmente micáceos y
cloríticos; esta hojosidad similar a la de las pizarras, en ámbito metamórfico,
recibe el nombre de esquistosidad..

b) Gneísica. En el caso particular de que los minerales planos se acumulen en capas

alternantes con los demás, dando un aspecto bandeado, la textura (que también
puede llegar a ser visible a simple vista), recibe el nombre de gneísica, por ser
muy típica de este tipo de rocas; en las bandas claras predominan feldespatos y
cuarzo y en las oscuras biotita, anfíboles u otros melanocratos.

c) Migmatítica. Si el metamorfismo llega a alcanzar temperaturas como para

empezar a fundir algunos componentes (el cuarzo es el primero usualmente), se
pueden formar venas pegmatoides cuando vuelven a consolidar formando
neosomas, que rodean a los componentes anteriores o paleosomas.

En cuanto a las estructuras lineales, son estructuras penetrativas que afectan a todo el
conjunto de la roca sometida a una deformación. Hay varios tipos:
a) De intersección. Por la intersección de dos familias de superficies, por ejemplo,
dos esquistosidades, o la intersección de esquistosidad y estratificación. Una roca
puede tener varias lineaciones.
b) De alargamiento. Dirección de alargamiento máximo de la roca y de los objetos
que contiene. Sólo visibles cuando hay elementos deformados. Puede ser paralela
u oblicua a la lineación de intersección.
c) Lineaciones minerales. Debida a la orientación de minerales alargados. Este tipo
puede deberse a minerales formados antes de la deformación, al mismo tiempo o
posteriormente.

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2. ROCAS METAMÓRFICAS MÁS IMPORTANTES

2.1. Rocas cataclásticas: brechas y milonitas

Son las "rocas cataclásticas" o "cataclastitas", de composición variable según el tipo de roca
original, cuya composición no cambia prácticamente nada; sus granos componentes, en parte
son “clastos” (restos fracturados) y en parte son “blastos” (minerales recristalizados durante o
inmediatamente después de la deformación) como consecuencia del calor liberado por el
rozamiento. Aparecen en relación con superficies de deslizamiento relativo de paquetes de
materiales, especialmente fallas y mantos de corrimiento.

2.2. Rocas de metamorfismo térmico

Se originan siempre que se da un incremento térmico significativo (> 250 ºC) que no va
acompañado de un incremento similar de presión (<3 kb). Se originan entonces, además de
deshidratación y recristalización, reajustes mineralógicos en condiciones estáticas que se
perciben claramente porque los minerales de neoformación se superponen a los existentes,
englobándolos muchas veces .
El caso más conocido y mejor estudiado es el de las aureolas de metamorfismo de contacto,
generalmente con rocas masivas de grano pequeño que conduce a la aparición de las rocas
denominadas corneanas. Una zonación típica desde el interior hacia el exterior de una aureola
es la secuencia siguiente:
Sanidinitas → Corneanas piroxénicas → Corneanas anfibólicas → Corneanas albítico-epidóticas
Un caso particular lo constituye el denominado "complejo Skarn", originado en metamorfismo
de contacto pero con metasomatismo originado por los fluidos escapados de la masa ígnea
cuando se intruye en un paquete calizo o calizo-dolomítico. Se caracteriza por la formación de
mármoles en los que pueden aparecer un gran número de minerales, (granates, plagioclasas
cálcicas, anortita, etc.) y puede quedar enriquecida en minerales de interés económico (Fe, Mn,
Co, Cu), constituyendo buenos yacimientos minerales.

2.3. Rocas de metamorfismo regional

Cuarcitas: Rocas mayoritariamente o casi exclusivamente compuestas por cuarzo, pueden
originarse en cualquier tipo de metamorfismo; el grado vendrá determinado por la presencia de
minerales minoritarios pero indicativos, como biotita, plagioclasas, feldespato potásico u otros.
Provienen fundamentalmente de areniscas u otras rocas cuarcíticas.
Mármoles: Rocas carbonatadas total o mayoritariamente compuestas por calcita, provienen
de calizas sometidas a cualquier grado de metamorfismo. Como en el caso anterior, el grado
sólo se podrá determinar si las impurezas de la caliza han permitido la formación de tremolita,
biotita, granates, anfíboles o piroxenos. Cuando las rocas primitivas tenían una composición
intermedia con lutitas, margas especialmente, pueden originarse mármoles intermedios
denominados calcófidos, ricos en epidotas, cloritas, anfíboles, etc.
Filitas: Compuestas por cuarzo, albita, cloritas, moscovita y epidotas con esquistosidad muy
fina debido al pequeño grano de los minerales, que han recristalizado muy poco en
metamorfismo regional de bajo grado. Provienen de rocas lutíticas.
Esquistos: Rocas con tamaño de grano de fino a medio con esquistosidad muy marcada y
compuestas por cuarzo, oligoclasa, moscovita, cloritas y biotita (que es el mineral diferenciador
del grado medio del metamorfismo regional); generalmente acompañados de minerales
indicativos como granates, andalucita, estaurolita, cordierita, sillimanita. Los esquistos verdes
tienen esta tonalidad por la abundancia relativa de cloritas, talco, epidotas, tremolita e incluso

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serpentina. Los esquistos azules por su parte, con zeolitas, glaucofana y/o jadeíta se originan
en condiciones de altas presiones y se encuentran siempre en los cinturones de alta presión.
Gneises: Rocas integradas por feldespatos, fundamentalmente potásico pero también
plagioclasas, cuarzo y micas, acompañados de otros minoritarios como anfíboles, piroxenos,
cordierita, e incluso sillimanita. Si se han originado de rocas ígneas silícicas pueden deberse a
un metamorfismo regional de grado medio. Para originarse a partir de rocas sedimentarias
como conglomerados, areniscas arcillosas y lutitas en general, sí es necesario que se alcance
el metamorfismo de grado alto.
Granulitas: Son muy parecidas a gneises, pero sin mica; compuestas por ortosa,
plagioclasas, cuarzo y granates (almandino-piropo-espesartina).
Anfibolitas: Son rocas compuestas mayoritariamente por anfíboles, acompañados por albita
y otros minerales representativos como epidotas, ilmenita y titanita. Como los gneises, pueden
ser resultado de metamorfismo de grado medio sobre rocas mesosilícicas como gabros,
basaltos y diabasas, o de metamorfismo de grado alto sobre rocas sedimentarias como
areniscas arcillosas, grauvacas y arcillas calcáreas y margocalizas.
Eclogitas: Rocas de metamorfismo regional de alto grado y alta presión, generalmente sobre
rocas mesosilícicas o hiposilícicas; compuestas por onfacita (un tipo de piroxeno) y piropo
(granate magnésico), a veces con cianita, piroxenos rómbicos y cuarzo residual. Estos
minerales indican condiciones de formación de 13 a 15 Kb y temperaturas de 700-900ºC, que
nos obligan a situarlas en la corteza profunda o en el manto superior.
Serpentinitas: Compuestas mayoritariamente por serpentina, a veces con talco, y con
frecuencia acompañadas por magnetita o pirita. Es típica la presencia de bandas y manchas
irregulares de diferentes tonos de verde, dentro de una roca generalmente masiva, menos
frecuentemente bandeada o esquistosa.

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