Anato I.O
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3. ¿Qué es un abceso?
Un absceso dental es una acumulación de pus causada por una infección bacteriana. El absceso puede
producirse en diferentes zonas cerca del diente por distintos motivos.
Absceso gingival: el pus aparece en las encías y no afecta a los dientes ni al hueso que los une
con la encía.
Absceso periapical: el pus se acumula en el interior de un diente o una muela.
Absceso periodontal: este es el caso más extremo y puede ocurrir en el caso de que el paciente
tenga periodontitis y el pus se acumule en el ligamento entre el diente y la encía.
En esta fase se produce la formación localizada de un exudado purulento que se detecta clínicamente,
gracias a la palpación, por la sensación de renitencia o fluctuación.
A la larga el absceso acaba por abrirse al exterior (fistulización), y se observa entonces la típica afectación
de la piel -o de la mucosa si el absceso es intrabucal- que se vuelve tensa y de un rojo brillante, dejando
entrever uno o varios puntos de color blanco-amarillento, por donde se perforará y dejará salir el exudado
purulento.
4. ¿Qués la pericoronaritis?
es una infección de los tejidos blandos (encías) que rodean las muelas que están en proceso de erupción.
Esta afección se da, sobre todo, en los terceros molares o muelas del juicio, por lo que es frecuente
durante la juventud.
Las principales causas:
Origen bacteriano la primera causa. La erupción parcial de las muelas del juicio favorece la
acumulación de restos de comida y bacterias entre la encía y la muela. Por tanto, una mala
higiene oral aumentará el riesgo de sufrir este tipo de infección.
Debilitamiento del sistema inmunitario
Cambios hormonales: durante el embarazo hay una mayor predisposición a que las mujeres
sufran pericoronaritis debido a los cambios hormonales, porque el aumento de los niveles de
estrógenos incrementa también el riego sanguíneo en las encías.
Tipos
1. Pericoronaritis aguda congestiva o serosa: Los síntomas más frecuentes son el dolor al masticar y al
palpar la zona, que puede sangrar con facilidad. Su evolución es variable, ya que puede curarse de manera
espontánea o bien derivar en una pericoronaritis aguda supurada.
2. Pericoronaritis aguda supurada: dolores son más intensos, la parte afectada es más extensa y puede
implicar a las amígdalas o a los oídos, entre otras zonas. La presión encima de la encía provoca la
supuración de pus.
3. Pericoronaritis crónica: consecuencia de las variantes agudas no tratadas. Los dolores son leves e
intermitentes, y puede cursar sin otros síntomas. Una característica frecuente es la faringitis unilateral,
que no se cura de forma definitiva. Si se presiona la zona, a veces puede salir un poco de pus.
5. ¿Cuáles son las fascias involucradas en la diseminación de las infecciones odontogénicas a los
espacios profundos?
3. Espacio Pterigomandibular.
El espacio pterigomandibular se encuentra limitado por el músculo pterigoideo medial y la cara interna de
la mandíbula. Su límite inferior corresponde a la mandíbula propiamente tal, mientras que su límite
superior lo conforma el músculo pterigoideo lateral.
4. Espacio Parotídeo.
Ubicado al interior del espacio formado por la capa superficial de la fascia cervical profunda que
envuelve la glándula parótida. Es de gran importancia clínica, ya que sus contenidos son de gran valor
estratégico, entre los que encontramos están: nervio facial, arteria carótida externa, vena retromandibular,
nervio auriculotemporal, arteria temporal superficial.
5. Espacio Laterofaríngeo.
espacio con forma de cono invertido, se extiende desde el hueso hioides hasta el hueso esfenoides. Sus
límites laterales corresponden a la glándula parótida, mandíbula y músculo pterigoideo medial, cubierto
totalmente por la capa superficial de la fascia cervical profunda. Su zona medial está conformada por la
fascia bucofaríngea. En su límite anterior, se encuentra el rafe pterigomandibular, mientras que su cara
posterior está con relación a la fascia carotidea.
6. Espacio Prevertebral.
El espacio prevertebral se encuentra entre la fascia prevertebral, los cuerpos vertebrales y la musculatura
cervical profunda. Extendiéndose a lo largo de la columna vertebral, hasta llegar al coxis.
7. Espacio Peligroso.
Este espacio se encuentra ubicado directamente posterior al espacio retrofaríngeo, entre la fascia
prevertebral y la fascia alar. Se extiende desde base de cráneo hasta el mediastino, a nivel del diafragma.
8. Espacio Retrofaríngeo.
entre la fascia bucofaríngea y la fascia alar, ocupando el espacio posterior; tanto con relación a la faringe
como al esófago. Se extiende desde base de cráneo hasta mediastino.
Estos espacios se encuentran comunicados los unos con los otros, lo que explicaría el proceso de
diseminación de las infecciones odontogénicas.
9. Mencione las vías potenciales de extensión de un proceso infeccioso dental
Propagación por continuidad: infección odontogénica puede propagarse por continuidad siguiendo el
trayecto de los músculos y las aponeurosis hasta llegar a establecerse lejos de su punto de origen; esta
diseminación puede observarse en una serie de espacios o regiones anatómicas de la cara y del cuello,
superficiales o profundos, y en caso extremo en el mediastino.
Propagación a distancia: Cabe distinguir una extensión de la infección odontogénica gracias a que los
gérmenes viajarán por los vasos linfáticos, y que suelen producir una reacción inflamatoria en la primera
estación linfática como por ejemplo en los ganglios de la celda submaxilar. Allí suele quedar detenida la
diseminación por vía linfática, y es muy raro que acontezca una rogresión más allá de esta primera
estación linfática.
Diseminación por vía hemática es un hecho perfectamente probado (bacteriemia) en manipulaciones
dentarias cruentas y en ausencia de infección. Además, cuando existe una infección odontogénica puede
haber una afectación de las venas en forma de tromboflebitis; a partir de ésta se constituye un trombo
séptico que, conteniendo gran número de gérmenes, puede ser vehiculizado a distancia, y originar una
septicemia con la posible aparición de una infección metastásica a cualquier nivel del organismo.
Existe la posibilidad de que los gérmenes sigan el camino de la vía digestiva (al llegar al estómago
quedan inactivados por el pH gástrico), o de la vía respiratoria; para que se produzca este paso hacia el
árbol bronquial, debe concurrir una ausencia de reflejos cuya consecuencia puede ser una grave neumonía
por aspiración.