Guia Ordesa

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GUÍA

DE
VISITA

Parque Nacional de
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Ordesa
y Monte Perdido
G uía de visita
del Parque Nacional
de Ordesa y
Monte Perdido

Textos
Basilio Rada Martínez
Luis Marquina Murlanch
Eduardo Viñuales Cobos
(Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido)

F ot ografías
Vicente García Canseco
Alberto Ruiz del Portal
Basilio Rada Martínez
Carlos Tejado Pérez
E. Saïler
Eduardo Viñuales Cobos
Eric Dragesco
Juan Ignacio Bernués
Luis Marquina Murlanch
Edita: O. A. Parques Nacionales
Edición 2011
ISBN: 978-84-8014-809-2
NIPO: 781-11-027-4
Depósito Legal: M. 41485-2011
Diseño y maquetación: Canseco Editores S.L.
Imprime: Egraf, S.A.
GUÍA
DE
VISITA

E l Parque Nacional
de Ordesa y Monte Perdido
…Una punta alta y cónica es el primer pico; el segundo, llamado en
Francia Mont-Perdu, es del mismo alto, más redondo en su cumbre y
ensanchado en su base; el tercero, designado por algunos franceses con el
nombre de Pic de Ramond, sólo alcanza la altura del Cilindro (23
metros más bajo) de mayor amplitud en su base y de cumbre menos afila-
da que el primero y más que el segundo. El nombre de Tres Sorores está
bien aplicado, pero hay falta de precisión en el lenguaje corriente, tanto
más acentuada, cuanto que los montañeses de los valles inmediatos
alteran el vocablo diciendo Tres Serós, Tercerós y Treserodes; y los
extranjeros acaban de confundir su recargada nomenclatura traduciendo
su Mont Perdu por las Tres Sorellas. Queriendo significar tres puntas
iguales el nombre está perfectamente aplicado, pues este grupo tiene el
privilegio de ser visible desde casi todo el Alto Aragón con
la apariencia de tres puntas culminantes idénticas.

Lucas Mallada y Pueyo ,1878.

El hombre de la montaña actuó especializándose como sus animales


gregarios –sus ovejas y vacas– “usando en común” los pastos y
“privatizando” la explotación de prados o huertos. De tal modo ha
vivido y así debe continuar, pero con las comodidades actuales
más la inmensa satisfacción de vivir en plena naturaleza,
de acuerdo con las leyes naturales y las de su conciencia.

Pedro Montserrat i Recoder, 2002.


Í ndice
Macizo de las Tres Sorores

Guía de visita 8 parque nacional de ordesa y monte perdido


Págs.

Índice ............................................................................................ 7

¿ Cómo se maneja esta Guía?......................................... 11

I. El Parque Nacional ........................................................ 13


Historia y cultura.............................................................14

II. Ficha Técnica del Parque Nacional...................... 19

III. Declaración y normativa vigente ......................... 21


La ampliación a Monte Perdido y a otros valles ........ 22
Plan Rector de Uso y Gestión....................................... 24
Carta de Presentación y Curriculum Vitae.................. 28
Normativa ....................................................................... 31

IV. La filosofía del Parque Nacional ......................... 33


La conservación de la naturaleza.................................. 34
El uso público ................................................................. 35
¿Para qué un Parque Nacional?.................................... 37
El Parque Nacional y su entorno.................................. 41
El futuro del Parque Nacional ...................................... 46

V. Los Pirineos .................................................................... 49


El Pirineo aragonés....................................................... 53

VI. Entorno geográfico .................................................... 55


El Sobrarbe .................................................................... 56
Relieve e hidrografía ..................................................... 59
El Clima ......................................................................... 64

VII. El medio natural ....................................................... 69


Geología ......................................................................... 70
Litología .......................................................................... 74

9
Págs.

Geomorfología................................................................ 81
Comunidades biológicas ................................................ 83
Endemismos vegetales.................................................... 96
Fauna ............................................................................... 99
Lista de mariposas....................................................... 106
Listas de anfibios y reptiles........................................ 108
Lista de aves ................................................................. 109
Lista de mamíferos ..................................................... 112
Lista de árboles y arbustos ......................................... 113

V III. El hombre ................................................................. 117


El hábitat ...................................................................... 118
Géneros de vida. Actividades económicas ................ 120
Los pueblos ................................................................... 125
Arte e historia............................................................... 128
Costumbres y tradiciones............................................ 134
Leyendas y creencias.................................................... 137
IX. La visita .........................................................................143
Cómo llegar .................................................................. 144
Servicios e instalaciones............................................. 146
Centros de visitantes ............................................... 147
Qué ver en cada sector. Puntos de interés ............... 152
Ordesa....................................................................... 154
Añisclo...................................................................... 157
Escuaín...................................................................... 160
Pineta........................................................................ 162
El macizo de Monte Perdido.................................. 163

X. Datos de intrés ........................................................... 167


Consejos de seguridad en la montaña....................... 168
Recomendaciones........................................................ 170
Direcciones de la Red de Parques Nacionales........... 171
Teléfonos Gobierno de Aragón y Ayuntamientos.. 173
Otras direcciones y teléfonos de interés................... 174
Bibliografía y créditos fotográficos........................... 203

Guía de visita 10 parque nacional de ordesa y monte perdido


¿C ómo se maneja esta Guía?

Con esta publicación, el Parque Nacional de Ordesa y Monte


Perdido pretende que el visitante que se acerque a su territorio
encuentre una guía manejable donde se le ofrezca una visión
completa y real sobre los valores naturales y culturales de esta
parte de los Pirineos. Así mismo se ofrece información que
facilitará la visita y disfrute de los servicios de acogida al visi-
tante de este espacio protegido.

Esta guía se estructura en varios apartados que se reconocerán a


través de un código de color representado en la esquina inferior
derecha de cada página, de forma que sea rápido el acceso a las
diferentes secciones.

El Parque Nacional

Los P irineos

Entorno geográfico

El medio natural

El hom bre

La visita

Datos de interés

11
Guía de visita 12 parque nacional de ordesa y monte perdido
I
E l Parque Nacional

Monte Perdido
HISTORIA Y CULTURA

Dos años después de que se diera luz verde a la prime-


ra Ley de Parques Nacionales, y 25 días después de que
se creara el primer Parque Nacional español –el P. N.
de la Montaña de Covadonga–, se declaraba el Parque
Nacional del valle de Ordesa o del río Ara.

El día 16 de agosto de 1918, un Real Decreto fir-


mado por S. M. el rey Don Alfonso XIII en el
Palacio de la Magdalena (Santander), establecía los
límites del Parque Nacional de la Montaña de
Covadonga y declaraba el del Valle de Ordesa o del
río Ara, en el Pirineo del Alto Aragón, con el esta-
blecimiento también de sus límites geográficos: “Al
norte, todo lo largo de la cúspide de las murallas que
asoman al valle de Ordesa, desde Mondarruego a la
cascada de las Gradas de Soaso. Al este, la cascada de
las Gradas de Soaso. Al sur, desde esta cascada a la
Interior del cumbre de las murallas, siguiendo ésta por encima de
Valle de Ordesa la Faja de Pelay, hasta dar vista a Torla. Por el oes-
te, desde donde empieza la Faja de Pelay, mirando a
Torla, al puente de los Navarros, Sopeliana, San
Guino y Mondarruego”.

Lucien Briet y Pedro Pidal

El valle de Ordesa y el macizo de Monte Perdido,


como marco pirenaico inigualable a lo largo y ancho de
la cordillera, fueron escenarios que ya atrajeron, con
anterioridad a la creación del Parque, el interés de un
buen número de pirineístas, naturalistas y estudiosos de
la geología.

Guía de visita 14 parque nacional de ordesa y monte perdido


A

Ahí, en la lista de “descubridores” de estas cimas, Valle de Ordesa


valles y bellezas naturales se encuentran los nombres
de Ramond de Carbonni res, Heredia, Schrader,
Russell, De Monts, Passet, Mallada… o Lucien
Briet. Fue este último de quien nos han llegado hasta
nuestros días una gran cantidad de información,
fielmente registrada en sus diarios y sus imágenes
fotográficas. A principios del siglo XX, Briet cantó,
ensalzó las bellezas de esta zona del Alto Aragón en
diversas publicaciones francesas: “En el valle de
Ordesa se encuentran reunidos los aspectos más
variados en gradaciones marcadas de vigor, de tona-
lidades de color, de gracia y de belleza. Cuantas
veces, tendido sobre la pradera verdaderamente exta-
siado, con la beatitud infinita a que se inclina nues-
tro espíritu, fatigado de la existencia terrenal, me he
sentido, reconcentrado en mí mismo, ante ese pala-
cio de la naturaleza, cual si me encontrara en el seno
de Dios”.

15
Pero Briet, consciente del deterioro de las frondas
del valle por la acción destructora del hacha de los
leñadores escribió: “ a el umbral del valle está des-
truido, y los leñadores no descansan: por todas par-
tes hay trozos de terreno raso cada vez más extensos
y calvas abominables amenazan con extenderse por
las laderas, ya bastante desgarradas por los guijarros
que arrastran las lluvias”. Continuaba Briet;
“Apremia una solución racional que no debe demo-
rase. Es imprescindible proteger el valle de Ordesa
contra los leñadores, contra los cazadores y contra
los pescadores de truchas y es urgente si ha de con-
servarse tan ameno y tan maravilloso como en tiem-
Pino negro en el Barranco
de Duáscaro y al fondo pos de Heredia y de Ramond… El valle de Ordesa
Pico Mondarruego llegará a producir el bienestar de la región, una vez
que en porvenir acaso no lejano quede convertido
Torla en centro de excursiones para el Vignemale, el
Tendeñera, Panticosa y todo el macizo de Monte
Perdido… Expropiar las propiedades privadas y las
servidumbres, alejar a los rebaños de las praderas del
río Arazas y de Soaso, repoblar los bosques, relegar
los hoteles a los pueblos o cuando menos a los cam-
pos de Andescastieto, accesible sólo a sus visitantes,
donde las flores, los árboles y los animales queden al
abrigo de los caprichos y de las necesidades del hom-
bre”. Sin embargo, las palabras de Lucien Briet
pudieron no haber llegado a tierras de España.

En la sombra, hasta no hace mucho tiempo, ha per-


manecido la figura de D. Pedro Pidal, Marqués de
Villaviciosa, gran enamorado de la Naturaleza, los
Picos de Europa y… de Ordesa. Fundador de los
Parques Nacionales en España, Pidal plasma en la
revista Montes de septiembre de 1917 que Ordesa
tiene el sello de la virginidad, realzada con la pre-
sencia de los bucardos y las dificultades económicas
para llevar a cabo algunas obras necesarias en el
futuro Parque que se agravan por enclavarse en
terrenos próximos a la zona de frontera de defensa
militar .

Guía de visita 16 parque nacional de ordesa y monte perdido


El día 14 de agosto de 1920, se inaugura oficialmen-
te el Parque Nacional con la plantación de árboles y la
asistencia de vecinos, alpinistas y, junto a Pedro Pidal,
su hijo Santiago Pidal, Eduardo Hernández-Pacheco,
el ingeniero de montes Armenteras y una representa-
ción del Ministerio de Fomento. Aquel día, Pidal,
como Comisario de Parques Nacionales, declaró: “Un
paisaje como el de Ordesa impresiona a todos. Por
oscuras que sean sus aguas, siempre reflejan el cielo”.

Una vez protegido el valle de Ordesa, una antigua con-


cesión de caudales de agua del río Arazas a las centra-
les hidroeléctricas, provocarían algún que otro
quebradero de cabeza para Pedro Pidal. Molesto por la
situación creada, el Marqués de Villaviciosa, en fecha 7
de junio de 1921, escribió una carta al Ministro de
Fomento donde decía: “Un santo Cristo con un par de
pistolas, hace mejor maridaje ciertamente que un
Parque Nacional con un salto de agua aprovechado. La
consagración de la virginidad de la naturaleza, de la
hermosura y vida de las cascadas en un lugar determi-
nado, es la condenación de las presas, canales, casas de
máquinas, etc… que la destruyen. O lo uno o lo otro”. Cascada de Cotatuero

17
Guía de visita 18 parque nacional de ordesa y monte perdido
II
i cha Técnica del
Parque Nacional

FICHA TÉCNICA DEL PARQUE NACIONAL

Nombre
ORDESA Y MONTE PERDIDO
Región Eurosiberiana. Provincia Pirenaica.
Sistema Natural al que representa:
Sistemas ligados a formaciones de erosión y
rocas de origen sedimentario

Comunidad autónoma
ARAGÓN

Provincia
HUESCA

Superficie
Sup. Parque: 15.608 ha.
Sup. Zona Periférica de Protección: 19.679 ha.

Fecha de creación:
Declaración: El 16 de agosto de 1918, Real Decreto
Reclasificación: El 13 de julio de 1982, ley 52/1982
Ampliación: El 13 de julio de 1982, ley 52/1982

Otras figuras de protección:


· Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA)
· Reserva de la Biosfera, 1977 (Programa MaB-UNESCO)
· Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, 1997
· Diploma del Consejo Europeo a la Conservación, 1988
Fecha de creación
Declaración: Real Decreto de 16 de agosto.
Reclasificación: Ley 52/1982 de 13 de julio.
Ampliación: Ley 52/1982 de 13 de julio.

I nstrumentos Jurídicos
Otra legislación aplicable: P.R.U.G., Ley del Patrimonio
Natural y de la Biodiversidad, y Ley de Espacios Naturales
Protegidos de Aragón.

Municipios incluidos en el área de influencia


socioeconómica
Bielsa, Broto, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Torla.

La Cuta

Guía de visita 20 parque nacional de ordesa y monte perdido


III
e claración
y Normativa vigente
LA AMPLIACIÓN A
MONTE PERDIDO Y
A OTROS VALLES

Con la protección legal del valle de Ordesa en el año


1918, el Parque Nacional disponía de una superficie a
conservar de 2.200 has.

En octubre del año 1974 sale a información pública en


el Boletín Oficial de Huesca una Orden Ministerial
donde aparece la propuesta de ampliación del Parque
Nacional. En un periodo de dos meses, se recogen 6.773
comparecencias: ayuntamientos, montañeros, diputacio-
nes, asociaciones culturales, personas individualmente.
La afluencia de comparecencias resulta abrumadora y, lo
más curioso es que tan sólo cuatro de ellas muestran su
oposición.

Habría que esperar al 13 de julio del año 1982 para


Garganta de Escuaín que, por ley (52 82), los límites del espacio natural
protegido se vieran ampliados y reclasificados. El desde
entonces llamado “Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido” englobaría el fondo del valle de Ordesa y los
añadidos territorios del Cañón de Añisclo, la Garganta
de Escuaín, la cabecera del valle de Pineta y toda la
vertiente española del macizo montañoso de Monte
Perdido. Una superficie de 15.608 has. quedaba pro-
tegida jurídicamente para la protección de la integridad
de la gea, flora, fauna, aguas y atmósfera y, en definiti-
va, del conjunto de ecosistemas del Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido en razón de su interés educa-
tivo, científico, cultural, recreativo, turístico y socioe-
conómico.

Guía de visita 22 parque nacional de ordesa y monte perdido


La ampliación del Parque, concretamente por el valle Soum de Ramond y
del Bellós, supuso el entierro definitivo de un viejo Monte Perdido
proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico en el
Cañón de Añisclo por parte de la empresa Hidro Nitro,
motivo que había desencadenado un amplio rechazo Formas agrestes en el
social. Cañón de Añisclo

23
PLAN RECTOR DE
USO Y GESTIÓN

El 17 de marzo de 1995 se aprobó el Plan Rector de


Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional de Ordesa
y Monte Perdido (Real Decreto 409 1995) donde se
fijan las normas generales de uso y gestión de este espa-
cio natural protegido, es decir, se especifican con deta-
lle todas aquellas actuaciones que en el interior del
mismo puedan realizarse.

El PRUG es por tanto el documento de vigencia tem-


poral básico que con rango normativo y el grado de
detalle necesario dirige la gestión y administración de
un parque nacional, de tal forma que ordena su territo-
rio en función de los usos que puede acoger por zonas:
prevé todas las actuaciones que durante su vigencia han
de llevarse a cabo, y prohíbe o regula todas otras aque-
llas actividades cuyo desarrollo entiende como proble-
mático en relación con los objetivos de conservación
del propio parque.

El PRUG del Parque Nacional de Ordesa y Monte


Perdido, bajo unos criterios básicos y objetivos, establece
una zonificación, un sistema de gestión, un modo de uso
de la infraestructura existente y una normativa básica.

C uatro tipos de zonificación


La zonificación del PRUG establece cuatro tipos de
zonas diferentes:

Guía de visita 24 parque nacional de ordesa y monte perdido


ona de reserva
Su objetivo es preservar áreas o recursos únicos, frágiles,
raros o amenazados por lo que quedan excluidas del uso
público, y sólo podrán acceder a ellas el personal ges-
tor, los titulares de derechos en su interior y otros
usuarios debidamente autorizados. Con 770 has.
incluye la umbría de Ordesa, el glaciar de Monte
Perdido, el del Soum de Ramond y la Gruta Helada de
Casteret.

ona de uso moderado


Su objetivo es facilitar actividades de interpretación y
de disfrute público en un medio ambiente natural. Con
11 has. comprende la Pradera de Ordesa, las pistas de
La Larri, La Valle y Plana Canal, y la zona adyacente
al refugio de Góriz.

ona de uso especial


Se trata de los edificios destinados al uso público y a
los servicios de gestión del Parque, así como carreteras
y otras infraestructuras existentes. Con 8 has. está
constituida por el núcleo edificado de la Pradera, el
aparcamiento de Ordesa, la Casa Oliván, el Centro de
Visitantes de El Parador, el refugio de Góriz, otras
carreteras y pistas, y otras infraestructuras.

ona de uso restringido


Su objetivo es posibilitar el contacto con la naturaleza
en zonas poco o nada intervenidas por el hombre. El
acceso sólo puede hacerse a pie por los lugares señali-
zados al efecto. Con 14.817 has. comprende el resto
del Parque no incluido en los tres apartados anteriores.

25
PARQUE NACIONAL DE ORDESA M ONTE P ERDIDO

Guía de visita 26 parque nacional de ordesa y monte perdido


27
CARTA DE
PRESENTACIÓN Y
CURRICULUM VITAE

El territorio del Parque Nacional de Ordesa y Monte


Perdido disfruta de otras distinciones y figuras de pro-
tección:

rea de Especial Protección Urbanística


El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, junto con
la zona de influencia del mismo, conforman cinco reas
de Especial Protección Urbanística de Aragón, declaradas
en función del Decreto 85 1990, de 5 de junio, de la
Macizo de Diputación General de Aragón, de medidas urgentes de
Monte Perdido protección Urbanística.

Estas cinco áreas son:

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.


Valle de Bujaruelo.
Valles de Broto y Vió.
Desfiladero de las Devotas.
Valle de Bielsa.

En ellas se pretende delimitar los territorios de Aragón


en los que concurren altos valores paisajísticos y
medioambientales que deben ser protegidos, establecer
un régimen de protección preventiva en estas áreas en
base a la Ley de Régimen del Suelo y Protección
Urbana, y regular un procedimiento para que las limi-
taciones no incidan negativamente en el desarrollo
económico local.

Guía de visita 28 parque nacional de ordesa y monte perdido


Carta de Cooperación con el
P. N. des Pyrénées
El día 24 de septiembre de 1988 el Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido y el Parc National des
Pyrénées suscribían una Carta de Cooperación mutua,
manifestando su deseo de trabajar conjuntamente en la
gestión y conservación de uno de los patrimonios más
hermosos de la humanidad. Más allá de las fronteras,
estos parques nacionales vecinos diseñaban su futuro, al Soum de Ramond
servicio de una naturaleza excepcional y de los hombres
que la modelaron y protegieron. Esta Carta se renueva
cada diez años y los parques nacionales renuevan sus
objetivos de gestión conjunta.

D iploma Europeo
Ordesa y Monte Perdido ostenta la distinción del
Diploma Europeo del Consejo de Europa en su catego-
ría A desde el año 1988. Dicho Diploma se entrega a
aquellos espacios protegidos cuya gestión redunda en
una adecuada conservación de sus recursos naturales.

Patr im onio de la H um anid ad “Pir ineo s-


Monte Perdido, circos y cañones”
El 6 de diciembre de 1997, en Nápoles, el macizo
transfronterizo de Gavarnie-Monte Perdido fue ins-
crito en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco,
dada la extraordinaria calidad de su patrimonio natu-
ral y cultural. Los valles del Monte Perdido se unen así
a la lista de monumentos y lugares inscritos por la
Unesco en todo el mundo.

Reserva Hombre y Biosfera


El Parque forma parte de una amplia Reserva de la
Biosfera “Ordesa-Viñamala” del programa MAB
(Hombre y Biosfera) de la Unesco. Esta reserva, decla-
rada con fecha 1 de marzo de 1977, forma parte de la
red internacional de Reservas de la Biosfera, integrada

29
por zonas protegidas representativas de los principales
tipos de ecosistemas del mundo y que tiene como obje-
tivo la conservación de la naturaleza y la investigación
científica al servicio del hombre. “Ordesa-Viñamala”
sirve como referencia para medir los impactos del
hombre sobre el ambiente.

ona de Especial Protección para las Aves


El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido con-
forma también una ona de Especial Protección para
las Aves en Europa ( EPA), creada en base a la
Directiva 79 409 CEE de Conservación de las Aves
Silvestres. En estas zonas, los Estados miembros de la
Unión Europea tienen la obligación de conservar los
territorios más adecuados, en número y superficie
suficiente, para garantizar la supervivencia de deter-
minadas especies. En las EPAs se han de adoptar
medidas apropiadas para evitar la contaminación o el
deterioro de los hábitats, y las perturbaciones que
afecten a las aves.
Quebrantahuesos

Guía de visita 30 parque nacional de ordesa y monte perdido


NORMATIVA

E s importante que usted sepa que en el


interior del Parque Nacional no se permite:

La acampada libre

La recolección de animales, plantas, minerales


o rocas

El tráfico rodado en determinados horarios y


periodos anuales

El uso de bicicletas en sendas y caminos res-


tringidos

El baño en ríos e ibones

El descenso de barrancos

Hacer fuego

Perturbar la tranquilidad de la naturaleza

La caza

Llevar perros sueltos

Abandonar basura

La pesca

nicamente se permite el “vivac” –montar una tienda


pequeña al atardecer y desmontarla al amanecer– a
partir de las siguientes altitudes: 2.100 m en el sector
de Ordesa. 2.500 m en el sector de Pineta. 1.800 m
en los sectores de Añisclo y Escuaín.

31
Bosque de hayas

Guía de visita 32 parque nacional de ordesa y monte perdido


IV
a filosofía del
Parque Nacional

Valle de Pineta
LA CONSERVACIÓN
DE LA NATURALEZA

Durante los últimos años han proliferado en todos los paí-


ses y regiones del mundo un gran número de diferentes
figuras de protección para los espacios naturales, físicos o
geográficos. Denominaciones como Parque Natural,
Reserva Natural, Reserva Integral, Monumento Natural… o
Reserva de la Biosfera persiguen un mismo y único fin: la
conservación de la naturaleza, entendiendo como tal la
preservación del paisaje, las especies animales y vegetales,
las formaciones geomorfológicas, los hábitats y ecosistemas,
y demás rasgos ecológicos y naturales.

Los Parques Nacionales, figura pionera en esta filoso-


fía de conservación, busca la protección del paisaje y
los sistemas naturales lo más fielmente posible a su
estado original y salvaje. Los Parques Nacionales
nacen como tales en el año 1872, en el territorio nor-
teamericano de ello stone (Estados Unidos), como
una seña de identidad de la nueva nación estadouni-
dense que buscaba en la naturaleza un medio para con-
solidar su corta historia. La figura de Parque Nacional
sería importada a España por medio de la Ley de
Parques Nacionales del año 1916. Dos años después se
declaraba Parque Nacional al valle de Ordesa o del río
Ara, momento en que además del español de
Covadonga –declarado pocos días antes que Ordesa–
Guardas del P. Nacional en el resto de Europa tan sólo existían parques nacio-
nales en otros países más adelantados como Suecia
–1909–, Rusia –1912– o Suiza –1914–.

La figura de Parque Nacional continúa siendo, hoy en día,


el máximo rango distintivo en materia de conservación de
la naturaleza y el medio ambiente de una zona concreta.

Guía de visita 34 parque nacional de ordesa y monte perdido


EL USO PÚBLICO

La idea actual de Parques Nacionales difiere muy poco


de aquel concepto ideado en el año 1875 en Estados
Unidos y que básicamente combinaba la conservación
de los valores naturales con el “uso o disfrute público”,
ordenando éste de forma que se asegure la protección
de aquéllos.

El uso público ha sido definido como el área que


aborda todos aquellos aspectos relacionados con el uso
del Parque Nacional por parte de sus visitantes,
temática que debe ser abordada garantizando en todo
momento su seguridad y entendiendo por visitantes a
las personas que acuden al Parque Nacional para
disfrutar y conocer sus valores naturales sin esperar
obtener ningún beneficio material.

En áreas de montaña como Ordesa y Monte Perdido,


durante determinados meses del año, se soporta y
concentra una masiva afluencia de visitantes, especial-
mente en fechas como Semana Santa, julio, agosto y
septiembre. Afortunadamente la propia orografía de la Excursionista
zona cierra de forma natural gran parte de la superficie
al uso público, de tal manera que el visitante, al menos
hasta que accede a las zonas más altas, sólo puede tran-
sitar por las sendas y caminos. A pesar de esto, la inten-
sa visita plantea los siguientes problemas de gestión del
espacio: fenómenos de erosión, desplazamientos artifi-
ciales de la fauna hacia zonas más altas y retiradas,
abandono creciente de basuras y otros residuos, inter-
ferencias en las actividades ganaderas y tradicionales o
incremento del número de accidentes de montaña.

35
Montañero en Cotatuero

El uso público es, hoy día, uno de los mayores proble-


mas de gestión que plantea la gestión y conservación
del Parque Nacional. La puesta en marcha de un plan
de acceso al valle de Ordesa mediante transporte públi-
co –autobuses– en las fechas punta del año o la crea-
ción de una red de senderos y centros de interpretación
Visitantes en uno de
de naturaleza fuera de los límites del Parque, entra
los miradores dentro de la línea perseguida para reducir hasta alcan-
de la Sierra de Las Cutas zar un umbral “natural” en el número de visitas.

Guía de visita 36 parque nacional de ordesa y monte perdido


¿PARA QUÉ UN
PARQUE NACIONAL?

La Ley de Parques Nacionales de 1916, vigente


durante casi sesenta años, definía de esta manera a los
Parques Nacionales: “Son aquellos sitios o parajes
excepcionalmente pintorescos, forestales o agrestes del
territorio nacional que el Estado consagra, declarándo-
los como tales, con el exclusivo objeto de favorecer su
acceso por vías de comunicación adecuadas, y de respe-
tar y hacer que se respete la belleza natural de sus pai-
sajes, la riqueza de su fauna y de su flora y las
particularidades geológicas e hidrológicas que encie-
rran, evitando de este modo con la mayor eficacia todo
acto de destrucción, deterioro o desfiguración por la
mano del hombre”.

La definición dada en Nueva Delhí (India) en la X


Asamblea de la Unión Internacional de Conservación
de la Naturaleza (UICN) de 1969 también aporta una
respuesta a la cuestión que encabeza este apartado. De
aquella asamblea se declaró que un Parque Nacional es
un área relativamente amplia donde:

Uno o varios ecosistemas no se han visto alterados


por la explotación y ocupación humana.

Las especies animales y vegetales, formaciones geo-


morfológicas y hábitats son de especial interés cien-
tífico, educativo y recreativo o contienen un paisaje
natural de gran belleza.

Donde la máxima autoridad competente del país ha


tomado las medidas para prevenir o eliminar lo
antes posible la explotación u ocupación en toda el
área y para hacer cumplir de modo efectivo el respe-

37
Cima de Monte Perdido

to por los rasgos ecológicos, geomorfológicos y esté-


ticos que han motivado su establecimiento.

Donde se permite entrar a los visitantes bajo condi-


ciones especiales, con propósitos de inspiración,
educativos y recreativos.

Hoy día, aunque no hay una doctrina específica con-


sagrada a estos territorios, el Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido se atiene a las siguientes
características:

Es un territorio relativamente amplio para conte-


ner, al menos, un ecosistema completo o, en su
defecto, una porción del mismo capaz de evolucio-
nar de forma natural sin o con un mínimo de

Guía de visita 38 parque nacional de ordesa y monte perdido


intervención humana –en este caso: ganadería
extensiva y algunas actividades de ocio o deportes
de aire libre–.

El Parque Nacional representa los sistemas pirenai-


cos ligados a las formaciones de erosión y rocas de
origen sedimentario de la Región Eurosiberiana, Señalización actual en el
como una muestra de los sistemas naturales caracte- Valle de Ordesa
rísticos de la nación española que aparecen citados en
el anexo de la Ley de Conservación de los Espacios
Naturales y la Flora y Fauna Silvestres (4 89, de
27 de marzo de 1989).

El grado de conservación del Parque Nacional de


Ordesa es tal que predominan ampliamente las con-
sideraciones de naturalidad y, por tanto, la inter-
vención humana debe ser muy escasa sobre los
recursos y valores que motivaron su declaración. Se
admite, no obstante, por estimarlos compatibles, la
presencia de determinados usos tradicionales
–como el pastoralismo– que han contribuido a
modelar los actuales paisajes y que son practicados
históricamente por la población local residente.

El territorio del Parque no incluye núcleos habita-


dos. Aunque sí que se admiten pequeños núcleos o
edificaciones, como caso excepcional y justificado,
de formas que estén íntimamente relacionados con
el desarrollo de actividades tradicionales compati-
bles con las finalidades del Parque.

Los Parques Nacionales, además de un fin conserva-


cionista, también desempeñan un importante papel
cultural, educativo y, especialmente, recreativo. Las
laderas de los valles de Ordesa, Añisclo, Escuaín y
Pineta, junto con las cimas y crestas del Monte Perdido
constituyen uno de los escenarios predilectos de nues-
tro país para la práctica deportes y actividades de ocio
al aire libre como el senderismo, el alpinismo, la esca-
lada o el esquí de travesía.

39
Collado del Descargador

Guía de visita 40 parque nacional de ordesa y monte perdido


EL PARQUE NACIONAL
Y SU ENTORNO

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está


compuesto por 15.608 has. Cinco municipios aportan
parte de sus términos municipales a la zona central del
Parque.

Torla, 2.315 has.


Fanlo, 8.265 has.
Tella-Sin, 731 has.
Puértolas, 2.473 has.
Bielsa, 1.824 has.

El Parque Nacional dispone de una ona Periférica de


Protección de 19.679 has. como medida de protección Tella-Sin
especial para los recursos del Parque Nacional, incluidos
los valores paisajísticos. Se trata de suelo no urbanizable de
protección especial en ellos sólo se permiten los aprove-
chamientos tradicionales compatibles con las finalidades
del Parque.

Así mismo, el Parque Nacional cuenta también con una


amplia ona de Influencia que recoge el territorio de los
términos municipales de Bielsa, Broto ( ona Periférica de
Protección), Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Torla. En esta
zona se persiguen las siguientes finalidades: Buesa

– Fomentar las actividades tradicionales que aseguren


un uso adecuado de los recursos naturales en ella
existentes.
– Ordenar las actividades tradicionales y fomentar
otras nuevas nuevas compatibles con el Parque

41
Nacional, particularmente aquellas que faciliten su
conocimiento y visita.
– El mantenimiento de su nivel demográfico, gracias al
fomento de las actividades anteriormente menciona-
das y a la dotación de un nivel adecuado de servicios.
– El mantenimiento de la culatura, tradiciones y paisa-
jes de estos valles, así como la arquiatectura popular
y monumental.
– La integración de los habitantes de la zona de
influencia en las actividades generadas por el Parque
Nacional.
Bujaruelo

Linás de Broto

Lugares de interés
En las inmediaciones del Parque Nacional de Ordesa y
Monte Perdido se disponen de diversos espacios natura-
les de gran interés recreativo, ecológico y paisajístico
que complementan la diversidad de ambientes naturales
que encierra el Parque Nacional. Algunos de ellos están
protegidos bajo una figura de conservación, y la gran
malloría suponen una alternativa de disfrute de la natu-
raleza en épocas del año en las que Ordesa y los otros
valles o rincones del Parque soportan una elevada pre-
sión de habitantes.
Entre ellos, cabe destacar los siguientes lugares:
– Valle alto del río Ara. Nacimiento del río Ara.
El Cerbillonar o vertiente española del macizo del

Guía de visita 42 parque nacional de ordesa y monte perdido


PARQUE NACIONAL, ONA PERIF RICA
ONA DE INFLUENCIA

Valle de Broto

43
Vignemales o Comachibosa (3.298 m.). Puerto de
los Mulos. Proximidad al sistema lacustre de Panti-
cosa. ona incluida en la Reserva “Ordesa-Villama-
la” del Programa Hombre y Biosfera de la Unesco.
– S ierra de Tendeñera. Valles de Soaso de Linás,
Otal y Ordiso. Cuevas del sistema subterráneo de
Arañonera. cimas de Tendeñera (2.853 m.) y
Puente en Bujaruelo Otal (2.705 m.).
– Garganta de los Navarros. Entrada al valle de
Bujaruelo. Caminos de La Escala y El Cobatar.
Cascadas, farallones y bosque mixto con abetal.
– San Nicolás y el Puerto de Bujaruelo.
Pradera y puente de Bujaruelo. Valle de Lapazo-
sa. Ibones de Lapazosa y Bernatuara. Tradicional
paso a la vertiente de Gavarnie.
– Sobrepuerto. ona de la comarca de Serrablo
con numerosos pueblos abandonados de interés
etnológico. Pastizales subalpinos de Manchoya y
Erata. Bosques de pino silvestre, robles y relícti-
cos hayedos-abetales. Barranco de Forcos.

Vió

– Valle de Vió. Bosque del Señor. Pueblos y al-


deas típicas del Alto Aragón. Sierra de las Cutas.
Barrancos y cañones de las Gloces y del río esa.
Tozales y sierras de interés ecológico.
– Solan a de Burgasé. ona muy despoblada, con
numerosos pueblos deshabitados. Sierras de Bola-
ve y de la Corona.

Guía de visita 44 parque nacional de los picos de europa


Bielsa

– R ib era de F iscal–Jánovas. Ecosistemas ribe-


reños y acuáticos de los ambientes fluviales del
Pirineo. Estrecho o cerrada de Jánovas.
– Sierra de Canciás. En la sierra de Galardón,
con la Peña Canciás (1.929 m.). Superficies de
bosque y de erizón. Barranco de San Salvador.
– Peña Montañesa. Sierra Ferrera. Masas de pino
negro. Destacables poblaciones orníticas forestales
y rupícolas. Grandes farallones rocosos.
– Macizo de C otiella. Barrancos de Irués y de
la Garona. Desiertos ársticos de altura. Ibón de
Plan o de la Basa de la Mora. Cima de Cotiella
(2.911 m.). Endemismos botánicos
– Parque Natural Poset s-Maladeta. Sector
occidental del Parque. Cimas y lagos del macizo
de Posets o de Llardana (3.371 m.). Valle de
Chistau –río Cinqueta–. Importantes bosques.
Cumbres de Punta Suelza y Bachimala.
– Valles de Bielsa. Valles de montaña de Urdi-
ceto, Barrosa y del río Real. Fauna y flora de alta
montaña. Sierras de Liena, Pelada, Marqués y Es-
pierba. Paredes de Pineta.
– Macizo de La Munia. Lagos y terrenos geoló-
gicos del Pirineo axial en La Munia y Robiñera.
Fauna y flora de alta montaña.

45
EL FUTURO DEL
PARQUE NACIONAL

Tras la ampliación del Parque Nacional hacia los sec-


tores de Añisclo, Escuaín, cabecera del valle de Pineta
y macizo de Monte Perdido, así como tras la aproba-
ción del primer Plan Rector de Uso y Gestión para este
espacio natural protegido, al Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido se le han sumado numerosas
distinciones que revelan una correcta y transparente
gestión conservacionista en este territorio pirenaico. El
último reconocimiento de prestigio ha sido la inscrip-
ción del macizo internacional de Monte Perdido en la
lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

La conservación de la naturaleza de Ordesa y Monte


Perdido se ha convertido hoy en una referencia para la
actualidad medioambiental de Aragón y de España,
constituyendo un índice de calidad ecológico que busca
la sociedad urbana e industrializada, y mediante la cual
ésta encuentra en unos espacios salvajes un lugar de
Sarrios ocio y esparcimiento ajeno al día a día cotidiano. Su
paisaje, su fauna, su flora, sus sonidos, sus silencios y su
aire limpio de montaña, suscitan la admiración del
turismo de todo el mundo. El Parque es actualmente,
tal y como anunciara hace casi 100 años atrás el piri-
neísta Lucien Briet, un dinamizador turístico y cultu-
ral de estos valles y comarcas del Alto Aragón.

Pero el futuro de las gentes, pueblos y municipios del


entorno del Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido no debe pasar únicamente por las ocupacio-
nes derivadas del sector turístico, dado que es preciso
compaginar y diversificar las ocupaciones y activida-

Guía de visita 46 parque nacional de ordesa y monte perdido


des económicas. Así mismo, no olvidemos que las Gradas de Soaso
actividades que se llevan a cabo tanto en el interior
Rebaño de ovejas
del Parque como en su periferia deben articularse
bajo la premisa del “desarrollo sostenible”, es decir,
bajo un tipo de desarrollo que no interfiera en el fun-
cionamiento de los procesos ecológicos y los sistemas
de apoyo a la vida, donde se compaginen las activida-
des económicas y de ocio del ser humano con el fin
primordial del Parque Nacional: la conservación de la
naturaleza. De esta manera se permitirá el uso y dis-
frute de este hermoso patrimonio natural por parte de
Punta de Tabacor, Tabacor
las generaciones venideras. y Gallinero

47
Cascada del Estrecho

Guía de visita 48 parque nacional de ordesa y monte perdido


V
os Pirineos

Pico de la Capilla. Pineta


C -20-20 m itad id.

Los Pirineos, una singular cordillera entre


Francia y España

Guía de visita 50 parque nacional de ordesa y monte perdido


A pesar de que el geógrafo griego Estrabón considerara
erróneamente que los Pirineos estaban orientados de
norte a sur, hoy se sabe de sobra que componen una
modesta, pero importante, barrera montañosa rectilínea
de 400 ilómetros de longitud dispuestos de oeste a este,
repartidos entre España, Francia y Andorra. Los
Pirineos se elevan desde la oriental bahía de Txingudi
–desembocadura del río Bidasoa– y despuntan su zona
central en la cima del Aneto (a 3.404 metros), punto
desde donde vuelven a perder altura hasta llegar al cabo
de Creus, donde estas montañas hunden su perfil en el
mar Mediterráneo. Los Pirineos son una isla de alta
montaña varada a caballo entre los desiertos del valle del
Ebro y las llanuras del sur de Francia, representando la
terminación occidental de un conjunto más amplio que
se extiende por el eje himalayo, el Cáucaso y los Alpes.

La cadena es un compendio, un hermoso y diverso


mosaico de cimas, valles y laderas con personalidad pro-
pia. Naturaleza, luz y color se unen en perfecta armonía.
Lagos de montaña, fríos y reducidos glaciares, escalona-
das fajas cultivadas, pueblos de piedra, ríos impetuosos y
densos bosques de hayas, pinos negros, encinas y robles
cubren un espacio geográfico que levanta verdaderas
pasiones entre quienes lo conocen y visitan. Muchos
naturalistas, antropólogos, estudiosos de variadas temá-
ticas, montañeros, excursionistas y turistas han hecho de
estos valles un lugar de referencia donde disfrutar y rea-
lizar sus actividades pirineístas.

Los Pirineos, donde se emplaza el Parque Nacional de


Ordesa y Monte Perdido, son también unas montañas
donde la ciencia y el disfrute se anexiona a lo mitoló-
gico. Según la leyenda sobre el origen de estas monta-
ñas, transmitida de generación en generación por
transmisión oral, los Pirineos son la tumba de la bella
princesa Pyrene.

Pero la historia geológica nos cuenta cómo este agita-


do mar de montañas pirenaicas fue, paradójicamente,

51
una inmensa fosa hundida en el interior de un mar
profundo. Las dos orogénesis –proceso de formación
de montañas– que levantaron esa fosa marina y dieron
lugar a los actuales Pirineos fueron: la herciniana
–hace unos 250 millones de años– y la alpina –hace
unos 35 millones de años–. Tras el impetuoso plega-
miento, a lo largo de varios millones de años más, la
erosión debida a los agentes atmosféricos, torrentes y
glaciares terminó por cincelar el paisaje que hoy con-
templamos.

CORDIL LERA PIRENAICA

Guía de visita 52 parque nacional de ordesa y monte perdido


EL PIRINEO ARAGONÉS

El sector central de la vertiente sur o española de los


Pirineos lo ocupa el llamado Pirineo Aragonés, tierras
altoaragonesas que se reparten de oeste a este entre los
valles occidentales de Ansó y la Alta aragoza, y el
oriental valle de Barrabés que recorren las aguas del río
Noguera Ribagorzana. A mitad de camino entre ambos
extremos se despliega un entramado de valles surcados
por ríos de dirección norte sur: Veral, Aragón Subor-
dán, Aragón, Aurín, Gállego, Ara, Cinca, Cinqueta,
sera e Isábena.

53
Por encima de estos valles, las laderas suben vertigino-
samente mediante fuertes pendientes que mueren en las
cumbres desnudas y pedregosas de los grandes macizos
montañosos cuyas cotas altitudinales rondan los tres
mil metros: Bisaurín, Aspe, Anayet, Balaitús, Vignema-
le o Comachibosa, Tendeñera, Monte Perdido, La
Munia, Bachimala, Posets, Perdiguero y Montes
Malditos.

El macizo de Monte Perdido o de las Tres Serols, con


sus 3.355 metros, es la tercera montaña en altura de
los Pirineos por detrás del Aneto (3.404 m) y el Posets
o Llardana (3.371 m). Pero a diferencia de estos dos
últimos, el Monte Perdido es de naturaleza calcárea de
origen sedimentario, singularidad que le convierte en la
montaña más alta de estas características naturales de
toda Europa.

Monte Perdido

Guía de visita 54 parque nacional de ordesa y monte perdido


VI
E n torno
geográfico

Villa de Ainsa
El SOBRARBE

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se


enclava en el interior de la histórica comarca del
Sobrarbe, cuyo límite septentrional está constituido
por el macizo pirenaico, comprendiendo la cuenca
hidrográfica del río Cinca con las de sus dos principa-
les afluentes: el Ara y el Cinqueta, teniendo como capi-
tal a Aínsa, punto de encuentro de los ríos Ara y Cinca.

Los límites meridionales del Sobrarbe son tan conflic-


tivos como la propia historia de la región que fue un
importante condado medieval. De hecho, el padre
Ramón de Huesca afirmaba en el siglo XVIII que “en el
Escudo de Armas de Aragón se incluye en su cuartel
superior izquierdo una cruz sobre un árbol, de donde
algunos quisieron derivar el nombre de Sobrarbe, pero
Jerónimo urita no acepta tal versión y considera cer-
teramente que Sobrarbe es un topónimo. Se trata, en
efecto, de la zona que corre entre los ríos Cinca y
Alcanadre, dividiendo las montañas de la tierra llana y
del territorio Barbutano –de Barbastro–, tomando a
trechos los nombres particulares de los pueblos que hay
en ella o en sus vertientes, como Sierra Naval, de
Alquézar o de Sevil, comprendidos con el nombre
general de Arbe”. Tal y como afirma Pascual Madoz, de
ahí procede la derivación actual de Sobrarbe: de la tie-
rra situada sobre el Arbe.

En cuanto a la cultura, respecto a los documentos his-


tóricos sobre el viejo reino de Sobrarbe, el historiador
Lacarra considera sumamente sospechosa la carencia
casi total de los mismos. Puede razonablemente intuir-
se que quizás esta deficiencia documental provenga de

Guía de visita 56 parque nacional de ordesa y monte perdido


alguna –damnatio memoriae–, condenando al olvido,
tal vez por parte de algún monarca autocrático, teme-
rosos del lastre que para su autoridad pudieran suponer
los famosos Fueros de Sobrarbe y su concepto pactista
de la monarquía.

Los Fueros de Sobrarbe, con sus privilegios y costum-


bres, fueron exhibidos con orgullo por los antiguos
habitantes del condado. Por eso se dice que Aragón
tuvo leyes antes que reyes.

En lo referente a los antiguos reyes de Sobrarbe, el más


juicioso y erudito historiador de sucesos de la Corona
de Aragón, el cronista de Fernando el Católico, Jeró-
nimo urita, los trata de manera superficial, sin aden-
trarse en la nebulosa histórica que supone el siglo IX de
las crónicas de nuestro reino. urita detalla cuando, a
comienzos del año 1000 muere Sancho el Mayor de
Navarra y deja el Reino de Aragón –Jacetania– a su hi-
jo Ramiro; y al hermano de este, Gonzalo, le deja los
reinos de Sobrarbe y Ribagorza. Gonzalo, asesinado
por Ramonet de Gascuña en el puente de Monclús, se-
rá reemplazado por su hermano Ramiro, a elección de
los súbditos del rey muerto. De esta manera Ramiro se-
rá el primer rey de las tierras altoaragonesas de Aragón,
Ribagorza y Sobrarbe, y el primero que siguiendo las
antiguas leyes geopolíticas iniciaría la Reconquista ara-
gonesa o conquista del llano, que con el tiempo cuaja-
ría en la espléndida y poderosa Corona de Aragón.

Laboreo tradicional
en eba. Valle de Vió

57
Desde muy antiguo Aínsa fue la capital del Sobrarbe.
Allí se erigió una cruz que celebra la victoria de Garcí
Ximénez sobre los árabes, con la consiguiente conquis-
ta de la villa. sta sería renovada en el siglo XVIII por
otra más lujosa, a expensas del reino, pero tras ser
destrozada por un huracán se reedificó por parte del rey
Carlos III a instancias del Conde Aranda. Hoy en día,
un año sí y otro año no, la aparición milagrosa de la
cruz sobre la carrasca como símbolo de la victoria de
Ganadería extensiva
los cristianos sobre las tropas musulmanas se celebra
en la plaza medieval de Aínsa, en una escenificación de
los hechos, festividad que se conoce con el nombre de
La Morisma.

Pero si Aínsa fue el centro político del Sobrarbe, su


centro religioso fue el monasterio de San Victorián en
el cual está enterrado Gonzalo de Sobrarbe y
Ribagorza.

Si el patrimonio histórico-artístico del Sobrarbe posee


una gran trascendencia en tierras del Alto Aragón, no
desmerece sin duda un ápice el importante patrimonio
natural que este alberga. En Sobrarbe es posible encon-
trar grandes e impolutos ríos de montaña que conser-
van en buen estado las comunidades biológicas propias
de estas zonas y donde se observan sus complejos dina-
mismos fluviales –como el caso del río Ara–, grandes
cimas rocosas que rozan los cielos –Monte Perdido,
Posets o Llardana, Peña Montañesa, La Munia…– o
extensos bosques, selvas y herbosos pastizales subalpi-
nos que cubren las laderas próximas a la alta montaña.

Prados de montaña

Guía de visita 58 parque nacional de ordesa y monte perdido


RELIEVE E HIDROGRAFÍA

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está


constituido por cinco unidades de relieve perfectamen-
te diferenciadas –cuatro unidades de valle y una unidad
de alta montaña–:

El sector de Ordesa

Unidad de relieve que comprende el valle de origen


glaciar que surcan las aguas, en dirección este oeste, del
río Arazas –afluente del Ara–. Presencia de abundan-
tes cascadas y saltos de agua (Molinieto, Tamborrotera,
Abetos, Arripas o Abanico, La Cueva, El Estrecho,
Gradas de Soaso y Cola de Caballo). Al sur está deli-
mitado por la sierra de las Cutas (2.284 m) o de la
Carquera, y al norte le cierran las laderas empinadas
del macizo de Monte Perdido con las paredes que caen
a pico desde el Gallinero (2.752 m) y la Punta
Tobacor (2.769). Existen numerosas y características
fajas herbosas, colgadas con disposición horizontal en
las laderas. En la margen derecha de la cuenca del río
Arazas, se localizan numerosos barrancos de deshielo Pico Tabacor en el sector
(Canal del Tobacor, Las Ollas, Cotatuero –con formi- de Ordesa. Erizón en flor
dable cascada–, Avellana, Gallinero, Carriata, La
Canal, La Cueva y Sopeliana). Grandes y verticales
paredes rocosas en Mondarruego, Tozal del Mallo,
Duáscaro, Gallinero, Fraucata, Calcillaruego y Circo
de Soaso). Circos de orígen de glaciar en Carriata,
Cotatuero y Soaso.

El sector de Añisclo

Comprende el valle encajonado del río Bellós –afluente


del Cinca–, desde su nacimiento en las inmediaciones

59
del collado de Añisclo y la Fon Blanca, hasta el paraje
denominado Fuente de los Baños. Comprende dos sub-
sectores: el tramo alto o Cañón de Añisclo propiamen-
te dicho, y el tramo bajo o Desfiladero de las Cambras.
En la parte más alta hay huellas de orígen glaciar, con
valle en forma de U, delimitado por las cimas de la
Punta de las Olas (3.002 m) –macizo de Monte Per-
dido– y la Suca (2.790 m) –sierra de las Tucas–. Des-
tacan otros relieves, a lo largo de todo el sector, por sus
altitudes y aspecto agreste (Sierra Custodia, Tozal de
San Vicenda, La Estiva, Mondoto, San Miguel, Sestra-
les, La Miguasa). Verticales paredes rocosas cierran el
Cañón de Añisclo curso del río, en muchos tramos. Numerosos barrancos
laterales de variable aportación hídrica desaguan al
cauce del Bellós.

E l sector de Escuaín

Comprende la mitad superior del valle del río aga


–afluente del Cinca– que discurre encajonado en la
Garganta o Garona de Escuaín. Existencia de los cir-
cos glaciares de Gurrundué y La Sarra. ona delimita-
da al noreste por los relieves montañosos de la Sierra
de las Tucas, con las Tres Marías (2.780, 2.753 y
2.697 m), La Monesina (2.671 m), Angonés (2.657
m) y Puntas Verdes (2.621 m). Al sur le cierran las
laderas herbosas de los tozales de San Vicenda (2.092
Sector de Escuaín
m) y Basones (2.130 m). Al cauce del río aga conflu-
yen las aguas de los barrancos de Carcil, Gurrundué, La
Garganta y Angonés.

El sector de Pineta

Comprende la cabecera o nacimiento del río Cinca –a


2.600 m– uno de los cursos fluviales más importantes
de la Comunidad Autónoma de Aragón, junto con el
río Ebro. De hecho, este río se despliega a lo largo de
170 ilómetros de longitud y dispone de una cuenca

Guía de visita 60 parque nacional de ordesa y monte perdido


hidrográfica de 3.386 ilómetros cuadrados. El circo
de origen glaciar de Pineta se eleva hasta el ibón o lago
de Marboré o Tucarroya, rodeado de las cimas del
Monte Perdido –sobre el que cuelgan dos masas glacia-
res–, Marboré –con otra masa glaciar– y, al norte, las
cimas de Astazu (3.071 m), Tucarroya (2.919 m),
Pico de Pineta (2.861 m) y Pico Blanco (2.829 m).
En el fondo del valle de Pineta confluyen los barran-
cos de Tormosa y Montaspro.

El sector Monte Perdido


Sector de Pineta. Soum de
ona montañosa, limítrofe en gran parte con Francia, Ramond o Pico de Añisclo
que comprende las cimas y crestas rocosas del macizo
montañoso de las Tres Sorores o de Monte Perdido.
Por debajo de la cima de Monte Perdido –que con su
cota constituye la tercera montaña en altura de los
Pirineos– despuntan otras cumbres de renombrada
denominación que de oeste a este son: Gabietos
(3.034 y 3.031 m), Taillón (3.144 m), Casco de
Marboré (3.006 m), Torre de Marboré (3.009 m),
Picos de la Cascada (3.095, 3.106 y 3.161 m.),
Marboré (3.248 m), Cilindro (3.328 m), Monte
Perdido (3.355 m), Soum de Ramond o Pico de
Añisclo (3.253 m) y Picos de Baudrimont o Rabadá y
Navarro (3.045 y 3.026 m). El Monte Perdido en
unión con el Cilindro y el Soum de Ramond confor-
man las denominadas Tres Sorores o Treserols.
Presencia de residuales heleros de carácter permanen- El Casco y Brecha de
te que no llegan a la categoría de glaciar. Dos lagos de Rolando
alta montaña o ibones.

LIMNOLOGÍA

Las masas de agua –ríos, barrancos, cascadas y lagos o ibo-


nes– del Parque Nacional se combinan e interaccionan ar-
moniosamente con los demás aspectos naturales del
mismo (geológicos, climáticos, botánicos, zoológicos…).

61
Fuente natural

Los cursos de agua que surcan este territorio son de


carácter torrencial, salvando fuertes desniveles con
pendientes muy acusadas, por lo que la elevada velocidad
del agua y su turbulencia incide de manera especial en la
presencia y comportamiento de los seres vivos que
ocupan el medio acuático, siendo estos últimos de
carácter inestable, soportando hacia abajo una presión
de colonización por el arrastre. El caudal de los ríos y
barrancos está condicionado por los deshielos que se
producen en las cimas y montañas circundantes, zona
también llamada de ablación, presentando un carácter
totalmente pirenaico, dado que los máximos caudales de
agua anuales coinciden plenamente con los meses de
fusión de la nieve en las cabeceras, es decir, con el inicio
de la primavera. Se trata de aguas muy batidas, ricas en
oxígeno, con una acidez de un pH próximo a 7 y carac-
terizadas por un elevado contenido en iones bicarbona-
tados, según las muestras tomadas en el río Arazas en
periodos de estiaje. En épocas de deshielo y de máximo
caudal, cuando “los ríos bajan mayencos”, la concentra-
ción salina es inferior.

Importante resulta la interacción de los cursos de


agua con el terreno, de tal manera que la composición
Deshielo en las cimas de las físico-química de las aguas está en relación íntima
montañas con el substrato rocoso y la procedencia de las mismas

Guía de visita 62 parque nacional de ordesa y monte perdido


–filtraciones, deshielos, lluvias–. La elevada presen-
cia proporcional de hongos, bacterias y demás pota-
moplacton procedente del arrastre también tiene que
ver con su composición. La vida íctica –de peces–
está presente en los principales cursos de agua, con la
trucha común como representante principal y prácti-
camente único.

En todo el Parque Nacional únicamente hay tres la-


gos o ibones, los tres de origen glaciar: el pequeño La-
go Helado, de escasa superficie, con unos 4.000
metros cuadrados, de forma circular y localizado a
una altitud de 2.980 metros entre los picos de Cilin- Lago y altiplano de
dro y Monte Perdido; el de Marboré, también conoci- Marboré
do como de Tucarroya, con unos 90.000 metros
cuadrados de superficie y situado bajo la brecha de
Tucarroya a 2.600 metros de altitud; y el del Soum
de Ramond, situado en la cara sur de la montaña del
mismo nombre, formado recientemente tras la fusión
parcial de la parte inferior de un helero de grandes
proporciones. Todos ellos permanecen cubiertos por
una capa de hielo durante una buena parte del año
–de 7 a 8 meses–, siendo de tipo oligotrófico, con
pocos nutrientes y carentes de vida íctica.

Por encima del circo de Carriata y bajo la Brecha de


Rolando existen algunas depresiones, en cuyo fondo,
en épocas de deshielo o lluvia, aparecen áreas de en-
charcamiento que dan lugar a turberas de gran interés
limnológico y ecológico.

No se pueden olvidar los numerosos manantiales o sur-


gencias, sumideros y cursos de agua subterráneos en
terrenos ársticos, cada día mejor estudiados y conoci-
dos desde el punto de vista espeleológico, pero poco
conocidos desde el punto de vista limnológico.

63
EL CLIMA

La meteorología de las zonas de montaña ha sido duran-


te mucho tiempo uno de los campos más desconocidos de
la ciencia que estudia el clima y los agentes atmosféricos,
debido a la práctica ausencia de núcleos de población en
comarcas o áreas retiradas poco accesibles.

En el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido,


con valles profundos que presentan grandes diferen-
cias altitudinales con respecto a las cimas, la variable
exposición de las laderas y, en definitiva, la compleji-
dad orográfica de todo el territorio da lugar a una
multiplicidad de variaciones climáticas dentro de la
gama de climas de montaña que influyen directamen-
te en la distribución de la vegetación del Parque. A
grandes rasgos podríamos afirmar que el territorio que
nos ocupa se halla en un clima ciertamente continen-
Nieblas en el
Valle de Pineta talizado, determinado por su situación intermedia y
distante entre los húmedos climas atlánticos y la seca
influencia del Mediterráneo.

Río Cinca

Guía de visita 64 parque nacional de ordesa y monte perdido


La presión atmosférica presenta una importante varia-
ción, pasando de un valor estimado medio de 725
mmHg. en el ápice inferior del Cañón de Añisclo,
hasta 525 mmHg. de la cima del Monte Perdido. Esta
variación de la presión influye ligeramente en los orga-
nismos de los excursionistas que se remontan a zonas
altas, pero también en los procesos de evapotranspira-
ción de las plantas y líquenes de cotas elevadas.
Independientemente de estas variaciones, posiblemen-
te también influido por los efectos de la radiación
solar, la orografía y el suelo, se producen algunas ano-
malías en la densidad del aire que son lo suficiente-
mente importantes como para crear unas
miniperturbaciones que dan origen a situaciones mete-
orológicas que, a pequeña escala, producen fenómenos
aparentemente anómalos dentro del contexto y la
situación general del tiempo.

La radiación solar que llega a los niveles altitudinales


subalpino y alpino, donde existe una atmósfera enrareci-
da, es rica en radiaciones ultravioleta de vital importancia
para los procesos biológicos, por lo que se puede decir que
en zonas altas se trata de una radiación solar muy activa.
El suelo de la alta montaña, generalmente al desnudo,
posee una alta capacidad calorífica que le lleva a aumentar
considerablemente su temperatura, alcanzando valores
termométricos muy elevados –en ocasiones superiores a
los 100 grados C– que provoca fuertes tensiones interio- Hielo. Invierno
res que pueden provocar la disgregación o ruptura de las
rocas. La radiación solar en las solanas –laderas de
montaña de orientación sur de disposición casi perpendi-
culares a los rayos del sol–, es muy superior a la que se
produce en el fondo de los valles donde los rayos solares
inciden de forma oblicua. El contraste térmico es todavía
mayor si consideramos la radiación de tipo reflejada que
reciben las laderas de umbría. La radiación solar posee
más importancia de la que en un primer momento se
puede suponer: es la responsable de todos los aconteci-
mientos meteorológicos y, a partir del conocimiento de su
influencia, pueden explicarse hasta determinado punto

65
Cima de Escuzana en invierno

Nieblas en el Valle de Ordesa

Guía de visita 66 parque nacional de ordesa y monte perdido


ciertos fenómenos condicionados por la misma, como es
el caso de la distribución de la vegetación o el comporta-
miento de la fauna.

La humedad es una de las variables meteorológicas en


los climas de montaña, dado que se presentan grandes
variaciones en la humedad relativa entre el día y la
noche. Así, el vapor de agua disminuye conforme se
gana altura, si bien la presencia de ciertos tipos de vege-
tación crea un clima especial y característico, tal y como
sucede en los hayedos donde se cita un peculiar ambien-
te húmedo. En los glaciares y heleros, donde coexisten
las tres fases del agua, los procesos de sublimación, eva-
poración y condensación presentan particularidades
interesantes y poco conocidas. A consecuencia del efec-
to Fo hn, la atmósfera suele ser seca.

El valor de la temperatura se ha medido a partir de los


datos obtenidos en las estaciones termométricas de la
zona, dando para la zona del Parque Nacional los
siguientes valores: en la mitad inferior del valle de
Ordesa y en el valle de Pineta, la temperatura media
primaveral ronda los 7 C, la del verano los 17 C, la
del otoño los 10 C y la del inviernos los 3 C. En
valles como Añisclo o Escuaín, la temperatura viene
condicionada por el efecto de la inversión térmica. En
general, los otoños suelen ser más suaves que las pri-
maveras debido a que el deshielo dura hasta bien entra-
da esta última, si bien en el mes de septiembre pueden
ya caer las primeras nevadas en las cumbres, aunque
con escasa intensidad, lo que motiva su rápida fusión.

Las precipitaciones anuales oscilan entre los 1.200


mm registrados en el punto más bajo del Parque
–Cañón de Añisclo– hasta las cercanas a los 2.000
mm. que se pueden registrar en las cotas más altas. El
régimen de precipitaciones cuenta con un máximo en
la época cálida –con intensas tormentas– además de
acusadas oscilaciones térmicas ligadas a la sequía del
aire y al calentamiento diurno del suelo.

67
Cañón de Añisclo

Guía de visita 68 parque nacional de ordesa y monte perdido


VII
E l medio natural

Mariposa apolo
GEOLOGÍA

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido forma


parte de la unidad fisiográfica del macizo de Monte
Perdido, la montaña calcárea más alta de Europa
Occidental, con 3.355 metros.

La característica principal de su paisaje y, por lo tanto,


lo que más llama la atención, es la sucesión de barran-
cos, circos, precipicios y cañones que muestran el vigor
y energía de las fuerzas que intervinieron en su forma-
ción y la juventud aparente de su relieve. Sin embargo,
existe un constatado equilibrio entre las formas abrup-
tas debidas a la acción glaciar y las aplanadas, que se
deben a los fenómenos erosivos periglaciares.

Para comprender su complicada geología es conve-


niente hacer una síntesis de las formas y hechos geoló-
gicos más importantes de la zona hoy ocupada por la
cordillera pirenaica, puesto que el macizo no puede
desglosarse como un hecho aislado, sino como una
parte del todo del que forma parte.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se


encuentra dentro de la unidad geológica de las Sierras
Interiores del Pirineo, rozando en su extremo noreste
(La Larri) los materiales del verdadero eje de la cordi-
llera, el llamado Pirineo Axial.

En la Era Primaria o Paleozoica los depósitos del mar que


se extendían entonces por la zona en la que hoy se
encuentra el Pirineo fueron, a finales del periodo
Devónico, levantados por los primeros movimientos, for-
mando la Cordillera Herciniana (Pirineo Axial). Dichos
depósitos en la actualidad se corresponden con pizarras,
esquistos, cuarcitas y calizas, con poca o nula plasticidad

Guía de visita 70 parque nacional de ordesa y monte perdido


Circo de Soaso

debido al metamorfismo que padecieron. El antiguo mar


sufrió avances y retrocesos reflejados en los distintos
espesores de los sedimentos así como en su diferente
composición. En el periodo Carbonífero aparecen depó-
sitos continentales, lo que indica que ya se había produci-
do la convulsión principal del levantamiento así como
periodos erosivos sobre la recién creada mole herciniana
que irán a más una vez formada la cordillera, tanto que
llegaría a convertirse casi en una planicie.

La Era Secundaria o Mesozoica es una etapa de tranquili-


dad orogénica, de fuerte actividad erosiva y de sedimenta-
ciones marinas según los avances y retrocesos del mar. Al
principio de la Era, en el periodo Triásico, la sedimenta-
ción principal es de areniscas y arcillas rojas, lo que indica
un retroceso del mar. Después, en el periodo Cretácico, en
el mar ahora separado en dos brazos por el macizo herci-
niano, se empiezan a sedimentar dos bandas adyacentes a
él, con importantes espesores, principalmente de calizas
que en ocasiones alternan con otros de margas.

stos serán los materiales protagonistas en la fuerte


orogenia alpina que se dio en la era siguiente. Es en
la Era Terciaria o Neozoica cuando se transformará
el actual Pirineo en lo referente a su estructura. En
el tránsito del periodo Eoceno al Oligoceno ocurrie-

71
ron los movimientos tectónicos de la orogénesis
alpino-pirenaica, que dieron lugar a la actual confor-
mación estructural del macizo de Monte Perdido.
Los grandes empujes de dirección norte sur, despla-
zaron los materiales hercinianos, empujados desde el
Macizo Central Francés y retenidos en la Meseta
Tozal del Mallo
española, que actuaron como topes de prensa, lo que
hizo que se levantara la actual cordillera pirenaica
como consecuencia del deslizamiento, plegamiento y
cabalgamiento de las series sedimentarias deposita-
das, así como la fracturación y recubrimiento de los
restos del macizo herciniano. Tal intensidad y vio-
lencia tuvieron los movimientos, que se produjeron
recubrimientos anormales de las series estratigráfi-
cas, formando así un macizo cuyos aspectos más
importantes son:

Su complicada tectónica.
Las Tres Sorores tienen carácter autóctono, sin
deslizamiento.
Toda la zona tiene vergencia meridional, es decir,
orientación sur.
Toda la región ofrece fenómenos típicos de corri-
miento.
La influencia decisiva que tuvo en la configuración
de la zona el manto alóctono –desplazado– de
Gavarnie con su doble efecto:
1.- Desplazamiento sobre los materiales postherci-
nianos.
2.- Acuñamiento del frente del manto en los mate-
riales posthercinianos, muy plásticos, produ-
ciendo intensos plegamientos, escamas,
fracturas y apilamiento de pliegues.
El resultado tectónico de la zona se debe a una
reacción –defensa– regional y localizada de los
materiales secundarios –autóctonos– frente al
empuje de la masa alóctona.

Guía de visita 72 parque nacional de ordesa y monte perdido


Toda la complicada estructura a la que se ha hecho men-
ción, con dominio de rocas calizas –carbonato cálcico–
fue desde su origen sometida a ciclos erosivos. El arranque
y transporte de materiales, posteriormente depositados en
los cauces abiertos, produjeron hasta el final de la Era
Terciaria unas formas pesadas y aplanadas, surcadas por
redes torrenciales de gran poder erosivo. Momento a par-
tir del cual podemos tener un referente más cercano de la Las Tres Sorores. Valle
geomorfología actual que presenta el Parque Nacional. de Pineta

73
LITOLOGÍA

En la superficie comprendida en el Parque Nacional


se hallan representados los cuatro periodos geológi-
cos, aunque la importancia del Primario y Cuaterna-
rio es mínima puesto que cubre una extensión poco
importante.

Son la Era Secundaria y la Terciaria las de mayor repre-


sentación, a pesar de que sus series no son completas. Los
materiales predominantes en todo el área son los calizos,
causantes de la especial morfología de la zona.

Era Paleozoica o Primaria


Se halla una pequeña representación del Devónico In-
ferior y Medio, correspondiendo a una pequeña zona al-
rededor del Pico Blanco, ya en la frontera con Francia.

Las edades y materiales principalmente representados


son:
Devónico inferior con pi-zarras, calizas arcillosas y
gra acas.

“El Dedo” de
la Falsa Brecha

Guía de visita 74 parque nacional de ordesa y monte perdido


Devónico Medio con calizas, cuarcitas y dolomías.
Estos materiales corresponden a una antigua sedi-
mentación marina, apareciendo hoy intensamente
plegados y fallados por la larga historia geológica
que sufrieron después de su deposición. Correspon-
den a la masa alóctona hercínica que se desplazó con
dirección norte-sur.

E ra Secundaria
El paso del Paleozoico al Secundario se da mediante
discordancia. En algunos lugares como en el valle de
La Larri hay unos niveles de transición permotriásicos
de areniscas y arcillas, pero no quedan representados
en el Parque.

El Jurásico falta en la zona, siendo el Cretácico el


que está ampliamente representado. Las series se
caracterizan por dominar entre sus componentes la
caliza. Son las calizas del Cretácico Superior que
para Dalloni eran sólo de edad Campaniense y
Maestrichtenses. Actualmente se considera que apa-
rece la serie de Cretácico Superior, época caracteri-
zada por depósitos marinos a consecuencia de la
transgresión cenomanense que a su vez no es más
que la repercusión de los movimientos orgénicos
paleoalpídicos.

EN EL SENOENSE SE DISTINGUEN DOS FORMACIONES:

La formación Estrecho: calizas y dolomías de


color gris oscuro del Campanense con una fauna
de rudístidos y orbitoides que indican una sedi-
mentación de plataforma marina de poca pro-
fundidad.

La formación Tozal: calizas del Maestrichtense con


una fauna rica en micromamíferos y con un espesor
de 400 a 700 metros, presentes en la faja de Pelay.
Tiene tonalidades amarillento-rojizas.

75
Era Terciaria
Tiene también gran importancia por su gran represen-
tación en el Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido. Son, al igual que los materiales secundarios,
las calizas el material que predomina en la serie.

EL EOCENO EST REPRESENTADO EN:

La formación Salarons, de edad Dano-montiense,


compuesta por dolomías grises y negras, y calizas
dolomíticas. Tiene un espesor de 60 a 100 metros
que se corresponde con una sedimentación de
ambiente menos marino que las formaciones
Estrecho y Tozal del Cretácico, como lo demuestra
el no haber encontrado fósiles. En realidad este ha
sido el criterio de diferenciación con la formación
Gallinera. Se localiza en el circo de Cotatuero y en
el Puente de los Navarros.

La formación Ganillera, del Dano-montiense e


Ilerdense inferior que se corresponde con una sedi-
mentación calcárea con gran proliferación de fora-
miníferos y algas muy representativas de esta
unidad. Son las llamadas calizas alveolinas que
constituyen un conjunto potente de materiales com-
pactos. Tiene un espesor de 240 metros en Ordesa.
Estas calizas forman la base del macizo del Marboré
del Cilindro y Monte Perdido.

Formación Millaris, que toma su nombre del pico,


es de edad Ilerdense superior, predominando las
margas y margo-calizas. Esta formación en la ver-
tiente norte del valle de Ordesa se encuentra muy
erosionada debido a su fuerte fracturación. El hielo
ejerce su acción desgastadora formando unos planos
o “catuartas”. Son raros los fósiles en esta forma-
ción, y los vistos se encuentran en mal estado de
conservación.

Guía de visita 76 parque nacional de ordesa y monte perdido


La formación Gallinera, en las fotografías por encima del bosque, tiene un espesor
de 240 m. en Ordesa

77
PARQUE NACIONAL DE ORDESA MONTE PERDIDO

Guía de visita 78 parque nacional de ordesa y monte perdido


79
Formación Flysch, de edad Cuisiense. Aparece apo-
yándose en la anterior, siendo sus materiales las are-
niscas, arcillas y calizas, alternando en capas no muy
potentes, desde pocos milímetros hasta un metro,
pero dando el conjunto una serie potente de un
número considerable de metros. Presenta una fauna
fósil parecida a la de la formación Gallinera, esto es,
principalmente nummulites. El Flysch posee una
gran importancia por su estructura interna y por la
morfología resultante. Se trata de una serie muy ple-
gada debido a la gran plasticidad en la que aparecen
pliegues de un tamaño que va desde un centímetro
hasta decenas de metros en algunos puntos. Por el
estudio de su estructura interna se pueden deducir las
direcciones de sedimentación marina que descansa
en discordancia sobre la formación Millaris. El colo-
rido amarillento-rojizo y las formas aplanadas por la
erosión pueden observarse en el pico Tobacor, en
Sierra Custodia y Los Flaixins, Vasones y La
Ripareta.

E ra Cuaternaria
Los escasos depósitos que aparecen en la zona son de ori-
gen glaciar y post-glaciar. De su importancia se hablará
Circo glaciar de Carriata al describir el modelado y la acción de los hielos.

Guía de visita 80 parque nacional de ordesa y monte perdido


GEOMORFOLOGÍA

Agentes erosivos como el viento y, muy especialmente,


el agua y el hielo han sido los encargados de moldear y
cincelar el paisaje del Parque Nacional de Ordesa y
Monte Perdido hasta el estado actual en que lo pode-
mos apreciar.

La disolución de las rocas calizas por parte del agua


–fenómenos ársticos– creó estrechas gargantas y
cañones de desag e, como en el caso de Escuaín o de
Añisclo, además de un complejo sistema de grutas,
cavernas, simas y ríos subterráneos. Así a lo largo y
ancho de la geografía del Parque es posible encontrar
Lapiaz en Añisclo
paisajes intensamente arstificados como el sistema de
cuevas heladas de Marboré, la Gruta Helada de
Casteret, el conjunto subterráneo de Escuaín –uno de
los más importantes de nuestro país desde el punto de
vista espeleológico–, así como numerosas dolinas,
ollas, marmitas de gigante, lapiaces superficiales y
depresiones endorreicas –como las de Millaris y
Salarons–.
Acanaladuras en
la roca caliza
Los hielos de la Era Cuaternaria, en su periodo
Pleistoceno, fueron los encargados también de dar
forma a buena parte del macizo, con circos y valles en
forma de “U” que contrastan con los fluviales en forma
de “V”. Durante más de un millón y medio de años, las
nieves y los hielos nórdicos se desplazaron hacia el sur,
entre dos y cuatro veces según autores, con etapas
interglaciares de regresión.

A periodos intensamente fríos, siguieron otros de con-


diciones climáticas cálidas e incluso áridas. La fauna y
la flora se desplazaban en el mismo sentido que los hie-

81
los o se adaptaban a las nuevas condiciones. En los
periodos fríos, los Pirineos y por lo tanto el macizo de
Monte Perdido, quedaron abiertos por los enormes cas-
quetes de hielo a partir de los que se extendían grandes
lenguas glaciares, acomodándose a los modelados pre-
existentes y remodelando en su avance las estructuras
orogénicas de la Era Terciaria con una doble acción:
erosión y acúmulo de materiales. Las cubetas de sobre-
excavación, hoy ocupadas por las gélidas aguas de los
ibones o bien colmatadas por sedimentos –dando lugar
a húmedas praderas–, aparecen también a consecuencia
de la pasada acción glaciar. Las morrenas glaciares nos
hablan del pretérito esplendor de las masas de hielo,
hoy acantonadas a pequeños glaciares de circo con
tamaños residuales (Monte Perdido, Marboré y Soum
de Ramond).

Por otro lado, la alternancia hielo-deshielo produce


formas erosivas periglaciares, como las pedreras o can-
chales, los suelos poligonales, suelos estriados y coladas
de bloques.

Para ser más exactos se puede afirmar que la geomorfo-


logía del macizo de Monte Perdido se debe por una parte
a la estructura tectónica y, por otra, a los agentes erosi-
vos que lo modelaron dando como consecuencia relieves
diferentes, según el predominio de una o de otros.

Glaciar de Monte Perdido

Guía de visita 82 parque nacional de ordesa y monte perdido


COMUNIDADES BIOLÓGICAS

Una variedad tan extensa de suelos, diferencias altitu-


dinales, climas, orientaciones y sustratos explica, sin
duda, la riqueza biológica que guarda el Parque
Nacional.

Desde el punto de vista de las comunidades biológicas, el


doctor D. Enrique Balcells describió, a modo de inventa-
rio, diecisiete comunidades, las de mayor relevancia, pre-
sentes en este espacio natural protegido.

Carrascales montanos con boj


(Quercus ilex rotundifolia)
Hayas y abetos
Aparecen en aquellos enclaves más secos del piso montano,
originados por una orientación de solana unida a un subs-
trato rocoso. Los estrechamientos de los cañones y barran-
cos extreman las condiciones de sequía al incrementarse la
velocidad del viento. En ellos la vegetación debe soportar
periodos críticos frecuentes.

Se observa una expansión de estos encinares sobre las Madroño


agrupaciones colindantes en zonas de Añisclo y Escuaín
en que la acción humana ha sido más intensa eliminan-
do bosques más higrófilos. En los enclaves más cálidos
aparece el espantalobos (Colutea arborescens), alguna
liana de madreselva (Lonicera etrusca), el romero
(Rosmarinus officinalis) y la aliaga (Genista scorpius),
incluso la sabina (Juniperus phoenicea), planta esta últi-
ma indicadora de una gran xericidad. Los encinares o
carrascales se encuentran mezclados con quejigares,
pinares de pino silvestre y entran en contacto con hayas,
tilos y avellanos. En este ambiente de montaña submedi-
terránea el boj (Buxus sempervirens) es muy abundante.

83
Quejigares con carácter submediterráneo
seco ( Quercus pubescens-Quercus gr. faginea )

Su distribución no es continua, sino que aparece en


enclaves aislados y abrigados hasta los 1.300 m. En los
cañones de Añisclo y Escuaín se les ve ocupando pen-
dientes abruptas donde por la excesiva sequedad del
suelo el hayedo no puede instalarse. Las especies más
frecuentes que forman su cortejo florístico son: majue-
los (Crataegus monogyna), tomillo (Thymus vulgaris,
Abejorro Thymus serpyllum) y Poa nemoralis.

En los dos sistemas mencionados anteriormente se


alberga sin duda la fauna más rica y variada del territo-
rio del Parque, representando para el caso de la ver-
tiente sur el 90 de la fauna ornítica del Alto Aragón.

Entre los mamíferos característicos se deben destacar:


la gineta (Genetta genetta), el tejón (Meles meles), el
jabalí (Sus scrofa), el lirón careto (Elyomis quercinus) y
la minúscula musarañita (Suncus etruscus) en lugares
abrigados..

Respecto a la fauna herpetológica podemos encontrar


Quejigo la mayor parte de las especies meso y submediterráneas
debido al amplio rango altitudinal de los dos ecosiste-
mas mencionados anteriormente.

Narciso
Pastos de influencia mediterránea
Aparecen en pequeñas áreas con influencia humana
en el Cañón de Añisclo y alrededores de Escuaín y
Revilla. Su composición incluye numerosas especies
del dominio mediterráneo que aprovechan unas con-
diciones climáticas muy concretas: orégano (Origanum
vulgare), Brachypodium phoenicoides, Teucrium cha-
maedrys y Onomis pusilla. Estos pastizales se encuen-
tran infraaprovechados y la mayoría están siendo

Guía de visita 84 parque nacional de ordesa y monte perdido


invadidos por aliagas (Genista scorpius), endrinos (Prunus
spinosa) y lavandas (Lavandula latifolia).

Crestas ventosas con erizón


(Echinospartum horridum)

Las matas almohadilladas y espinosas de erizón coloni-


zan las crestas que bordean los cañones y las laderas Espantalobos
pedregosas que por su fuerte pendiente imposibilitan la
instalación del tapiz herbáceo. Esta situación topográ-
fica unida a la acción humana por pastoreo excesivo en
las solanas son los factores más importantes en la
expansión del erizón. Su cortejo florístico está com-
puesto por: Paronichya serpyllifolia, Festuca indigesta,
Saxifraga aizoon, Teucrium chamaedrys.

Esta comunidad se puede observar en las cresterías de


Diazas, borde superior del Cañón de Añisclo e incluso
en el cercano Circo de Gavarnie.
Víbora hocicuda
La fauna vertebrada está muy empobrecida, mientras
que ciertos insectos de las familias de los Lycenidae y
Tettigonidae son muy abundantes. Entre los erizones es Erizón

85
Bosque pirenaico fácil observar la víbora hocicuda (Vipera aspis). La pre-
sencia de orificios apropiados permite el refugio de
colirrojos (Phoenicurus ochruros) y roquero rojo
(Monticola saxatillis). Los cernícalos (Falco tinnuncu-
lus) que nidifican sobre pinos y acantilados próximos,
explotan ocasionalmente este biotopo.

Pinar mesófilo (Pinus sylvestris)

Se encuentra situado en el piso montano superior o


subalpino inferior entre los hayedos (Fagus sylvati-
Boj ca) del fondo de los valles y el piso superior de pino
negro (Pinus uncinata). Estos pinares aparecen entre
los 1.000 y los 1.700 m de altitud en orientaciones
intermedias.

La formación húmeda de Pinus sylvestris es la domi-


nante en Ordesa, aparece por encima de las Gargantas
de Escuaín, en la parte más abierta del Cañón de
Añisclo (Sestrales). El suelo de este pinar con abun-
dante musgo y boj (Buxus sempervirens) abriga una
microfauna muy activa que contribuye a la humifica-

Guía de visita 86 parque nacional de ordesa y monte perdido


ción de las acículas que caen de los pinos. Entre las
especies asociadas aparecen numerosas plantas típicas
de los hayedos: la hepática (Hepatica triloba), Oxalis
acetosella, la fresa (Fragaria vesca), Pyrola uniflora,
Parnasia palustris y Aspidium lonchitis.

Pinar xerófilo (Pinus sylvestris)

Se instala sobre solanas con suelos más bien esqueléticos.


Pinares de árboles relativamente bajos, a menudo muy
nudosos. En su sotobosque se observa un estrato arbustivo
de boj (Buxus sempervirens) y enebro común (Juniperus Fresa
communis) con abundante erizón (Echinospartium horri-
dum) y gayuba (Arctostaphylos uva-ursi).

En estas dos formaciones de pinar silvestre podemos


citar entre los mamíferos más habituales: el ubiquista
zorro (Vulpes vulpes), el gato montés (Felis sylvestris),
la garduña (Martes foina), el lirón careto (Elyomis
quercinus) y la ardilla (Sciurus vulgaris)

Bosque mixto de tilos ( Tilia cordata ), fresno


( Fraxinus excelsior ), arces ( Acer sp. ), avellanos orro
( Coryllus avellana ), serbales ( Sorbus sp. ) y
abedules ( Betula sp. ) Bosque mixto
Puede considerarse como la agrupación vegetal más
característica de los cañones y gargantas. Un aire fres-
co, raramente en calma y un suelo húmedo y aireado
pueden ser determinantes para este tipo de bosque que
ocupa, en los fondos de los cañones, zonas termófilas.

Hayedos mesófilos ( Fagus sylvatica )

La humedad ambiental sobre laderas de suelo más seco


favorece el dominio del haya (Fagus sylvatica) sobre el
pino (Pinus sylvestris), e incluso sobre el abeto (Abies

87
Hayedo-abetal alba), constituyendo un verdadero hayedo mesófilo. En
la húmeda vertiente norte, fondo de Gavarnie, alcanza
su máximo desarrollo. El sotobosque bien desarrollado
lo compone principalmente el boj (Buxus sempervi-
rens). La presencia en estos bosques con Mercurialis
perennis, Hepática triloba, Cephalanthera rubra, inclu-
so algunas especies propias del quejigar, permiten con-
siderar a estos bosques como un estado de tránsito
entre el bosque mixto higrófilo de la montaña baja y el
bosque de montaña media.
Acebo

H ayedos-abetales ( Fagus sylvatica-Abies alba )

El abeto, menos exigente en humedad atmosférica pero


más en la edáfica que el haya, se instala en los fondos
de los valles o sobre laderas en exposición norte con
abundante humedad subsuperficial.

Las agrupaciones mesófilas de abeto sin pino silvestre


poseen pocas especies características: acebo (Ilex aqui-
folium), avellano (Corylus avellana), Salix caprea y
Oxalis acetosella.

Guía de visita 88 parque nacional de ordesa y monte perdido


Dentro de la avifauna característica de estas forma-
ciones cabe destacar: el pito negro (Dryocopus mar-
tius), el reyezuelo sencillo (Regulus regulus), el
agateador norteño (Certhia familiaris), el carbonero
palustre (Parus palustris) y el camachuelo común
(Pyrrhula pyrrhula).

Como mamíferos frecuentes en estos hayedos tenemos:


la marta (Martes martes), el lirón gris (Glis glis), y el
topillo rojo (Clethrionomys glareollus). Otros mamífe-
ros que frecuentan estos dominios como lugares “refu-
gio” podemos citar: el jabalí (Sus scrofa); así como el
Pito negro
sarrio (Rupicapra rupicapra pyrenaica).

Pino negro y hayas


en otoño
Pinares subalpinos
( Pinus uncinata-Rhododendron ferrugineum )

Este sistema está emparentado con el nivel de las coní-


feras de Europa Central, y es particular y típica de las
dos vertientes de los Pirineos Centrales.

El bosque de pino negro (Pinus uncinata) con soto-


bosque de rododendro (Rhododendron ferrugineum),
arándano (Vaccinium myrtillus) y Sorbus chaemespi-
llus, ocupa lugares umbrosos con prolongada inniva- Rododendro
ción y substrato ácido. Cuando ocupa lugares de
solana el pinar se empobrece, los pinos se dispersan y
aparece como sotobosque el enebro enano (Juníperus
communis nana) e incluso la gayuba (Arctostaphillos
uva-ursi).

Como aves típicas del pinar subalpino cabe destacar: el


verderón serrano (Serinus citrinella), el piquituerto
(Loxia curvirrostra) y el raro urogallo (Tetrao urogallus).

En la zonas abiertas de estos bosques encontramos el abun-


dante sarrio o rebeco (Rupicapra rupicapra pyrenaica).

89
Pastizales supraforestales Pastizales supraforestales
Estos pastizales cubren una importante extensión del
Parque Nacional. En ellos predominan las festucas
(Festuca gautieri) con astrágalos (Astragalus semper-
virens), Festuca es ia, Festuca paniculata, trébol de
montaña ( Trifolium alpinum ) y hierba cervuna
(Nardus stricta). Igualmente podemos encontrar gen-
cianas (Gentiana lutea, G. burseri) y calderones
Bisbita ribereño alpino (Trollius europaeus).

Es probable que si el ganado no hubiera ejercido una


intensa presión sobre estas zonas desde tiempos remo-
tos, el pino negro habría colonizado gran parte de estas
altas mesetas del macizo.

Entre las aves se pueden citar: la perdiz pardilla (Perdix


perdix), la bisbita ribereño alpino (Anthus spinoletta spi-
noleta), el gorrión alpino (Montifringilla nivalis), el acentor
alpino (Prunella collaris) y la chova piquigualda
(Pyrrhocorax graculus). En las zonas más altas, en el
límite con la roca, encontramos la perdiz nival o lagópo-
do alpino (Lagopus mutus).

Guía de visita 90 parque nacional de ordesa y monte perdido


Entre los mamíferos: la marmota (Marmota marmota)
y el sarrio (Rupicapra rupicapra pyrenaica). Utilizando
derrubios y rocas próximas como refugio encontramos
al armiño (Mustela erminea), la ratilla campesina
(Microtus arvalis) y el topillo nival (Microtus nivalis).

Agrupaciones de gleras
Las gleras son el resultado de una erosión continua que se
remonta a los plegamientos de la Era Terciaria. Vistas de
lejos estas formaciones rocosas dan la impresión de
desnudez, sin embargo al aproximarse a ellas se pueden Borderea pyrenaica
observar una serie de especies vegetales adaptadas a este
medio dinámico. En las gleras del Macizo del Monte
Perdido, tanto de alta como de media y baja montaña, se
encuentra la mayor concentración de endemismos vege-
tales del Pirineo Central. Así podemos encontrar: Crepis
pygmaea, Carduus carlinoides, Cirsium glabrum, Saxifra-
ga aizoides, Borderea pyrenaica, Potentilla nivalis, Vicia
argentea, Aquilegia pyrenaica, Veronica aragonensis y
Campanula speciosa.

Comunidades rupícolas
Cubren paredes escarpadas, roqueros y cantiles. Existen varias
especies vegetales tropicales que colonizaron estos ecosis- Pinguicula longifolia
temas cuando las condiciones climáticas eran favorables y
en este medio han permanecido sin modificaciones pro- Corona de rey
fundas a pesar de los cambios en el clima posterior. Así
encontramos: oreja de oso (Ramonda myconi), corona de
rey (Saxifraga longifolia), Lonicera pyrenaica, Pinguicula
longifolia, Petrocoptis crassifolia, zapatitos de la Virgen
(Sarcocapnos enneaphylla) y té de roca (Jasonia saxatilis).

La vegetación que vive al abrigo de las rocas es posiblemen-


te la más característica y particular del Macizo del Monte
Perdido y normalmente sus endemismos provienen de
taxones periglaciares.

91
Buitre leonado Como aves asociadas a este medio, tanto en baja como en
alta montaña, destacar: el treparriscos (Trichodroma mura-
ria), el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), el roquero
rojo (Monticola saxatilis), la chova piquirroja (Pyrrocorax
pyrrocorax). Así mismo las grandes paredes son los lugares
de nidificación del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus),
del águila real (Aquila chrysaetos), del buitre leonado (Gyps
fulvus), del halcón peregrino (Falco peregrinus) y del cerní-
calo (Falco tinnunculus).

Turberas y comunidades fontinales


En lugares donde las pendientes son pequeñas y la capa
de agua subterránea aflora, aparece una vegetación típi-
ca adaptada a las condiciones de encharcamiento. En
estos lugares encontramos: el escobizo (Molinia coeru-
lea), Carex davalliana, Carex fusca y el algodoncillo
(Eriophorum angustifolium).

Guía de visita 92 parque nacional de ordesa y monte perdido


Cursos de agua. Ríos, arroyos y
torrentes de montaña

Las aguas de montaña del Parque Nacional, muy oxige-


nadas, mantienen notables poblaciones de trucha
común (Salmo trutta fario).

Entre la fauna asociada a los medios acuáticos podemos


destacar: un mamífero insectívoro, el desmán de los
Pirineos (Galemys pyrenaica); y dos aves típicas, el
mirlo acuático (Cinclus cinclus) y la lavandera casca-
deña (Motacilla cinerea). Entre los anfibios: un urode-
lo, el endémico tritón pirenaico (Euproctus asper) y dos Garganta de los
anuros: la rana bermeja (Rana temporaria) y la endémi- Navarros
ca rana pirenaica (Rana pyrenaica).

Comunidades de ventisqueros

Típicas de lugares donde la nieve se prolonga hasta 10 o


más meses. Son plantas de ventisquero (quionófilas) capa-
ces de resistir el peso de la nieve y soportar un suelo muy
Trucha común
húmedo. Cabe destacar los tres sauces enanos en el piso
alpino (Salix retusa, S. reticulata y S. herbácea) y en el
subalpino el Salix pyrenaica. Destacar Trisetum baregense,
Minuartia cerastiifolia.
Rana bermeja

Comunidades endógenas
Es preciso constatar entre las riquezas biológicas del
macizo del Monte Perdido, la fauna ligada tanto al
suelo como a los ambientes hipógeos. Entre la fauna
del suelo cabe destacar los microartrópodos y, entre
ellos, el endémico Triacanthella frigida de las alturas
del Circo de Gavarnie. Entre la fauna cavernícola,
troglobia, de la vertiente sur del macizo de Marboré
son de señalar los coleópteros: Tipnus unicolor y
Speonomus bolivari.

93
PARQUE NACIONAL DE ORDESA MONTE PERDIDO

Guía de visita 94 parque nacional de ordesa y monte perdido


95
ENDEMISMOS
VEGETALES

El catálogo de plantas vasculares del Parque Nacional


de Ordesa y Monte Perdido incluye más de 1.300
especies diferentes. Esto significa que dentro del terri-
torio del Parque más su ona Periférica de Protección
–unos 350 ilómetros cuadrados– se encuentra repre-
sentada la mitad de toda la flora presente en el Pirineo
aragonés –unas 2.450 especies–.

A la diversidad paisajística y de comunidades vegeta-


les existente habría que añadir, por lo tanto, una ele-
vada concentración de especies vegetales que, además,
presentan afinidades muy diversas: atlánticas, boreo-
alpinas, oromediterráneas, mediterráneas… Especies
tan singulares como el zapatito de Venus
(Cypripedium calceolus) o Calamintha grandiflora,
mantienen en su interior alguna de las escasas pobla-
ciones españolas conocidas hasta la fecha.

Pero el Parque alberga también un nutrido grupo de


endemismos. Una recopilación preliminar de especies
endémicas que habitan en alguno de sus cuatro valles
indica la existencia de unos 50 endemismos exclusi-
vamente pirenaicos –alrededor del 4 o 5 de su flo-
ra– dato al que habría que añadir aquellas especies que
también mantienen poblaciones en otros macizos
montañosos próximos como los Alpes, Sierra Nevada o
Petrocoptis crassifolia
la Cordillera Cantábrica.

Dentro del Parque se encuentran también representa-


dos la mitad de los endemismos pirenaicos presentes en
el Pirineo aragonés, unas 100 especies. En ellos desta-
ca la Androsace pyrenaica, especie considerada como

Guía de visita 96 parque nacional de ordesa y monte perdido


“en peligro de extinción” por el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas.

Al igual que ocurre en el resto de la cadena pirenaica,


la mayor parte de las plantas endémicas se encuentran
en hábitats rocosos como gleras, acantilados y pastos
pedregosos, estando prácticamente ausentes en los
ambientes forestales. Los medios rocosos, tan frecuen-
tes en el Parque, son muy difíciles para la vida vegetal
debido a la carencia de un suelo bien desarrollado y a
la dificultad que conlleva la instalación de nuevos
individuos, por lo que los vegetales que los colonizan
requieren una alta especialización.
Androsace ciliata
A continuación se incluye un listado de los endemis-
mos pirenaicos reconocidos en el Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido:

ENDEMISMOS PIRENAICOS EN EL
P. N. DE ORDESA Y MONTE PERDIDO

Androsace ciliata
Androsace cylindrica subsp. cylindrica
Angelica razulii
Aquilegia aragonensis
Armeria bubanii
Asperula pyrenaica
Biscutella brevifolia
Borderea pyrenaica
Brassica repanda subsp. turbonis
Campanula jaubertiana
Centaurea debeauxii subsp. endresii Geranium cinereum
subsp. cinereum
Cirsium glabrum
Cirsium richteranum subsp. richteranum
Draba dubia subsp. laevipes
Erucastrum nasturtifolium subsp. sudrei
Festuca pyrenaica
Gentiana burseri subsp. burseri
Gentiana lutea subsp. montserrati
Geranium cinereum subsp. cinereum

97
Globularia gracilis
Helianthemum nummularium subsp. pyrenaicum
Helioctotrichon sedense subsp. gervaisii
Iberis spathulata subsp. spathulata
Leonthodon pyrenaicus
Minuartia cerastiifolia
Myosotis alpina
Narcissus alpestris
Odontites viscosa subsp. oscensis
Onobrychis pyrenaica
Petrocoptis crassifolia
Myosotis alpina Pinguicula longifolia subsp. longifolia
Plantago monosperma
Ramonda myconi
Ranunculus pyrenaeus subsp. pyrenaeus
Salix pyrenaica
Saponaria caespitosa
Saxifraga pubescens subsp. iratiana
Saxifraga umbrosa
Scrophularia pyrenaica
Silene borderei
Stemmacantha tinctoria subsp. nivalis
Teucrium pyrenaicum subsp. guarensis
Thymelaea tinctoria subsp. nivalis
Trisetum baregense
Veronica aragonensis
Veronica nummularia subsp. nummularia
Ramonda myconi
Vicia argentea
Viola diversifolia

Sauce rastrero

Guía de visita 98 parque nacional de ordesa y monte perdido


LA FAUNA

Una amplia muestra de la fauna pirenaica, especial-


mente la ligada a los hábitats alpinos y subalpinos de la
alta montaña, se halla presente en el Parque. Se han
catalogado hasta el presente un total de 6 especies de
anfibios, 8 de reptiles, 2 de peces, 65 de aves nidifi-
cantes, así como 32 mamíferos.

El quebrantahuesos –amenazada rapaz osteófaga que


cuenta con varias parejas reproductoras dentro del
Parque–, el águila real, la chova piquigualda, el buitre
leonado son aves de costumbres rupícolas en un desa-
fío permanente al vértigo. En las aguas frías de ríos,
arroyos e ibones de montaña viven las abundantes tru-
chas o el endémico tritón de los Pirineos. La rana pire-
naica fue descrita como nueva especie en las
inmediaciones del parque en el año 1992. Marmotas y
manadas de sarrios son mamíferos fáciles de observar
en los altos pastizales subalpinos. El bucardo, subespe-
cie endémica de cabra montés, encontró a principios
del siglo XX en la umbría del valle de Ordesa su último
refugio. En las zonas más altas, tan sólo el gorrión, el Acentor alpino
acentor y el lagópodo alpinos logran soportar las difí-
ciles condiciones de estos medios boreales.

E species vivas más


representativas

Acentor alpino
Pequeño pájaro de plumaje grisáceo. Sedentario y nidi-
ficante. Habita las zonas subalpinas y alpinas, siempre
por encima del arbolado, anidando en áreas rocosas.
Suele ser confiado en las cumbres y, en el invierno, fre-
cuenta las proximidades de los refugios.

99
Águila real
Ave rapaz de gran tamaño que nidifica en cantiles y
paredes naturales de diverso tamaño. A menudo sobre-
vuela los terrenos deforestados y los pastizales subalpi-
nos en busca de presas que cazar. Especie sedentaria y
nidificante, con varias parejas reproductoras en el
Parque.

Ardilla
Mamífero roedor de pelaje rojizo y pequeño tamaño
que salta y trepa por los troncos, ramas y copas de los
guila real árboles del Parque Nacional. Posee una hermosa, larga
y poblada cola. Resulta fácil observarla si se camina a
horas tempranas del día y con cierto sigilo.

Buitre leonado
Ave carroñera muy frecuente en los cielos del Parque
Nacional, aunque con escasas parejas y colonias de cría
en el interior del Parque. Se alimenta de las reses y
cabezas de ganado que mueren en los pastos de alta
montaña. Ocupa todos los hábitats, aunque es de cos-
tumbres rupícolas.

Gorrión alpino
Gorrión alpino De costumbres similares al acentor alpino, se le
encuentra en zonas altas del Parque. En otoño e invier-
no desciende en altitud y suele reunirse en grupos que
pueden llegar a ser numerosos. En vuelo llaman la
atención sus franjas alares de color blanco.

Jabalí
Abundante mamífero que se reparte por una buena
parte de los ambientes del Parque, desde los bosques de
carrascas de las partes inferiores –donde se alimenta a
base de bellotas– hasta los elevados pastizales subalpi-
nos –donde se aprecian sus hozadas en busca de tubér-
culos y bulbos de plantas ricos en azúcares–.

Guía de visita 100 parque nacional de ordesa y monte perdido


Lagartija serrana
Reptil de montaña que ha sido localizado en las pedre-
ras y roquedos de la cara norte del macizo del Monte
Perdido. Sus poblaciones son poco conocidas.

Marmota
Roedor de gran tamaño que ocupa las áreas subalpinas.
Al abrigo de las piedras y de las laderas pendiente exca-
va una madriguera con largas galerías donde se refugia
en caso de peligro. Es fácil detectar su presencia al oír
su inequívoco silbido de alerta. Se alimenta de raíces y
restos vegetales. Es muy abundante. Fue reintroducida
por los franceses en la vertiente norte de los Pirineos y
se ha extendido por toda la alta cordillera montañosa.

Mirlo acuático
Pájaro de mediano tamaño que frecuenta las orillas y
cauces de los ríos pirenaicos. Es un excelente nadador
y buceador. Se le encuentra a lo largo de todo el año en
los cursos fluviales del Parque con corrientes rápidas. Marmota

Perdiz nival o lagópodo alpino


Gallinácea que se localiza en las zonas más altas e
inhóspitas del Parque. Su plumaje está adaptado a
soportar las difíciles condiciones climáticas de la alta
montaña. En invierno realiza un “iglú” en la nieve para
refugiarse de las bajas temperaturas y las ventiscas.
Cambia el plumaje a lo largo de las estaciones: blanco
en invierno y terroso en verano, siendo en ambos casos
mimético con el entorno.

Pito negro
Pájaro carpintero caracterizado por el plumaje comple-
tamente negro, a excepción de un cogote o píleo de Mirlo acuático
color rojo carmesí. Costumbres totalmente forestales,
habitando en los húmedos bosques de hayas y abetos.
Fácilmente reconocible por sus reclamos.

101
Quebrantahuesos Quebrantahuesos
Ave carroñera de gran envergadura alar. Su alimenta-
ción se basa principalmente en huesos y otros restos
óseos, de hecho es la única ave osfeófaga del mundo.
Catalogada como “en peligro de extinción”, sus poblacio-
nes experimentan una paulatina recuperación. Es una de
las joyas aladas de Ordesa y Monte perdido, donde hay
varias parejas nidificantes.

Rana pirenaica

Anfibio descubierto por vez primera para la Ciencia en


el entorno del Parque Nacional en el año 1992.
Similar a la rana bermeja en aspecto y morfología,
gusta de los arroyos y es de hábitos torrentícolas.

Sarrio o rebeco
Es uno de los símbolos faunísticos del Parque Nacional
por su abundancia, elegancia y perfecta adaptación a los
medios escarpados y agrestes de este territorio, donde

Guía de visita 102 parque nacional de ordesa y monte perdido


Rana pirenaica

demuestra una gran agilidad. Es muy numeroso en zonas


de pastizales y puede ser visto con facilidad por parte de
montañeros y excursionistas atentos. En invierno, con
las nevadas, desciende al interior de los bosques. En
verano su pelaje es de tonalidades más claras.

Joven de Sarrio en
invierno

103
Tritón pirenaico

Treparriscos
Curioso pájaro de alta montaña –nidifica por encima de
los 1.800 metros– que sube y baja con destreza por las
rocas calizas y paredes verticales. Inconfundible por su
plumaje rojo y gris y su vuelo amariposado. En invierno se
desplaza a zonas y sierras menos frías.

Tritón pirenaico
Anfibio endémico de los Pirineos, de piel rugosa y
coloración marrón-grisácea. En época de celo los
machos presentan el vientre con un llamativo color
anaranjado. Habita en pozas y aguas remansadas y lim-
pias de los arroyos o barrancos del Parque. Insectívoro.

Trucha común
Es el representante ictiofaunístico más representativo
de las aguas del Parque. Debido a la prohibición de la
pesca puede ser visto con facilidad en pozas y remansos
de los ríos.

Urogallo
Gallinácea de gran tamaño que puebla los bosques den-
sos de hayas, abetos y pino negro. Se alimenta de ací-
culas de pino, invertebrados y frutos silvestres. Existe
dimorfismo sexual, siendo el macho de mayor tamaño,

Guía de visita 104 parque nacional de ordesa y monte perdido


de color oscuro y con una cola que en época de celo
despliega en forma de abanico. Muy escaso.

Urogallo

105
LISTADO DE LAS ESPECIES MÁS
REPRESENTATIVAS DE MARIPOSAS
Pieridae Melitaea didyma
Melitaea phoebe
Aporia crataegi Melitaea cinxia
Pieris brassicae Melitaea diamina
Pieris napi Mellicta athalia
Pieris ergane Melicta deione
Pieris rapae Mellicta parthenoides
Pieris manni Eurodryas aurinia
Pontia daplidice Limenitis reducta
Pontia callidice Limenitis camilla
Euchloe ausonia
Antocharis cardamines Satyridae
Antocharis belia
Colias australis Brintesaia circe
Colias phicomone Arethusana arethusa
Colias croceus Pseudotergumia fidia
Gonepteryx rhamni Hipparchia fagi
Gonepteryx cleopatra Hipparchia alcyone
Hipparchia semele
Papilionidae Erebia euryale
Erebia egiphron
Iphiclides podalirius Erebia gorge
Papilio machaon Erebia gorgone
Parnassius apollo Erebia cassioides
Erebia hispania
Nym phalidae Erebia lafebvrei
Nynphalis antiopa Erebia meoridas
Inachis io Erebia meolans
Vanessa atalanta Erebia sthenyo
Vanessa cardui Melanargia galanthea
Aglais urticae Melanargia russiae
Polygonia c-album Maniola jurtina
Arginnis paphia Pyronia tithonus
Mesoacidalia allaja Hyponephele lycaon
Issoria lathonia Coenonympha pamphilus
Brenthis phapne Coenonympha dorus
Brenthis ino Coenonympha arcania
Boloria pales Coenonympha glycerion
Clossiana dia Coenonympha arcania.

Guía de visita 106 parque nacional de ordesa y monte perdido


Coenonympha glycerion Lysandra coridon
Pararge aegenia Lysandra hispana
Lassiommata megera Lysandra bellargus
Lassiommata maera Polyommatus icarus
Lassiommata petropolitana Polyommatus eros

Lycaenidae Riodinidae

Lycaena phlaeas Hamearis lucina


Quercusia quercus
Heodes virgaureae Hesperiidae
Heodes tityrus
Heodes alciphron Pyrgus malvae
Palaeochrysophanus hippothoe Pyrgus alveus
Satyrium ilicis Pyrgus armoricanus
Satyrium esculi Pyrgus serratulae
Satyrium -album Pyrgus cirsii
Satyrium spini Pyrgus frit illarius
Callophrys rubi Spialia sertorius
Lampides boeticus Carcharodus alceae
Cupido minimus Carcharodus lavatheraer
Cyaniris semiargus Carcharodus flocciferus
Cupido osiris Erynnis tages
Celastrina argiolus Thymelicus acteon
Scoliantides orion Thymelicus lionelus
Glaucopsyche alexis Thymelicus sylvestris
Claucopsyche melanops Hesperia comma
Maculinea alcon Ochlodes venata
Plebejus argus
Lycaeides idas ygaenidae
Aricia agestis
Aricia cramera ygaena exulans
Aricia morronensis ygaena anthyllidis
Euromedonia euromedon ygaena hippocrepidis
Agriades glandon ygaena rhadamanthus
Agrodiaetus damon ygaena ephialtes
Agrodiaetus ainsae ygaena filipendulae
Agrodiaetus ripartii ygaena lonicera
Plebicula thersites Adscita geryon
Plebicula escheri Adscita notata
Plebicula dorilas

107
LISTADO DE LAS ESPECIES MÁS
REPRESENTATIVAS DE ANFIBIOS Y
REPTILES

Urodelos

Tritón pirenaico (Euproctus asper)


Tritón palmeado (Triturus herveticus)
Salamandra común (Salamandra salamandra)

Anuros

Sapo común (Bufo bufo)


Sapo corredor (Bufo calamita)
Tritón palmeado Sapo partero (Alytes obstetricans)
Rana verde o común (Rana perezi)
Rana pirenaica (Rana pyrenaica)
Rana bermeja (Rana temporaria)

Saurios

Lución (Anguis fragilis)


Lagarto verde (Lacerta viridis)
Lagarto ocelado (Lacerta lepida)
Lagartija común (Lacerta hispanica)
Lagartija roquera (Lacerta muralis)
Lagartija serrana Lagartija serrana (Lacerta montícola)

Ofidios

Culebra lisa (Coronella austriaca)


Culebra viperina (Natrix maura)
Culebra de collar (Natrix natrix)
Víbora áspid (Vipera aspis)

Culebra de collar

Guía de visita 108 parque nacional de ordesa y monte perdido


LISTADO DE LAS ESPECIES
MÁS REPRESENTATIVAS DE
AVES

Falconiformes

Milano real (Milvus milvus)


Milano negro (Milvus nigrans)
Azor (Accipiter gentilis)
Gavilán (Accipiter nisus)
Busardo ratonero (Buteo buteo) Milano real
guila real (Aquila chrysaetos)
Culebrera europea (Circaetus gallicus)
Alimoche común (Neophron pernocterus)
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Halcón peregrino (Falco peregrinus)
Alcotán europeo (Falco subbuteo)
Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) Alimoche y milano negro

Galliformes

Lagópodo alpino (Lagopus mutus)


Urogallo común (Tetrao urogallus)
Perdiz pardilla (Perdix perdix)
Perdiz roja (Alectoris rufa)
Codorniz común (Coturnix coturnix)
Halcón peregrino
Charadriiformes

Andarríos chico (Tringa hypoleucos)


Chocha perdiz (Scolopax rusticola)

Columbiformes
Paloma torcaz (Columba palumbus)

Cuculiformes

Cuco (Cuculus canorus)

Andarrios chico

109
Strigiformes

Lechuza común (Tyto alba)


Búho chico (Asio otus)
Lechuza de Tengmalm (Aegolius funereus)
Cárabo común (Strix aluco)

Caprimulgiformes

Chotacabras gris (Caprimulgus europaeus)


Búho chico
Apodiformes

Vencejo común (Apus apus)


Vencejo real (Apus melba)

Coraciiformes

Abubilla (Upupa epops)


Chotacabras gris
Piciformes

Torcecuello (Jynx torquilla)


Pito real (Picus viridis)
Pito negro (Dryocopus martius)
Pico picapinos (Dendropocos major)

Paseriformes

Pico picapinos Alondra común (Alauda arvensis)


Avión roquero (Hirundo rupestris)
Golondrina común (Hirundo rustica)
Avión común (Delichon urbica)
Bisbita arbóreo (Anthus trivialis)
Bisbita alpino (Anthus spinoletta)
Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea)
Lavandera blanca (Motacilla alba)
Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)
Alcaudón común (Lanius senator)
Mirlo acuático (Cinclus cinclus)
Chochín (Troglodytes troglodytes)
Acentor alpino (Prunella collaris)
Chochín

Guía de visita 110 parque nacional de ordesa y monte perdido


Acentor común (Prunella modularis)
Curruca mosquitera (Sylvia borin)
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
Curruca zarcera (Sylvia communis)
Mosquitero común (Phylloscopus trochillus)
Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli)
Reyezuelo sencillo (Regulus regulus) Mosquitero papialbo
Reyezuelo listado (Regulus ignicapillus)
Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
Papamoscas gris (Muscicapa striata)
Collalba gris (Oenanthe oenanthe)
Collalba rubia (Oenanthe hispanica)
Roquero rojo (Monticola saxatilis)
Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) Papamoscas cerrojillo
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Ruiseñor común (Lucinia megarhynchos)
Mirlo capiblanco (Turdus torquatus)
Mirlo común (Turdus merula)
orzal común (Turdus philomenos)
orzal alirrojo (Turdus iliacus)
orzal charlo (Turdus viscivorus)
Mito (Aegithalos caudatus)
Carbonero palustre (Parus palustris) orzal común
Carbonero garrapinos (Parus ater)
Carbonero común (Parus major)
Herrerillo capuchino (Parus cristatus)
Herrerillo común (Parus caeruleus)
Trepador azul (Sitta europaea)
Treparriscos (Trichodroma muraria)
Agateador norteño (Certhia familiaris)
Agateador común (Certhia brachydactila)
Herrerillo capuchino
Escribano cerillo (Emberiza citinella)
Escribano montesino (Emberiza cia)
Escribano soteño (Emberiza cirlus)
Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)
Verderón serrano (Serinus citrinella)
Verdecillo (Serinus serinus)
Lúgano (Carduelis spinus)
Jilguero (Carduelis carduelis)
Pardillo común (Carduelis cannabina) Lúgano

111
Camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula)
Piquituerto (Loxia curvirrostra)
Gorrión alpino (Montifringilla nivalis)
Arrendajo (Garrulus glandarius)
Urraca (Pica pica)
Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Arrendajo
Chova piquigualda (Phyrrocorx graculus)
Corneja negra (Corvus corone)
Cuervo (Corvus corax)
Gorrión común (Passer domesticus)
Gorrión chillón (Petronia petronia)

Chova piquigualda
LISTADO DE LAS ESPECIES MÁS
REPRESENTATIVAS DE MAMÍFEROS

Insectívoros
Topo común o europeo (Talpa europaea)
Musaraña enana (Sorex minutus)
Musaraña colicuadrada (Sorex araneus)
Musgaño patiblanco (Neomys fodiens)
Topo común o europeo Musgaño enano o musarañita (Suncus etruscus)
Musaraña común (Crocidura russula)

Carnívoros
orro común (Vulpes vulpes)
Marta (Martes martes)
Garduña (Martes foina)
Armiño (Mustela erminea)
Garduña
Comadreja (Mustela nivalis)
Nutria (Lutra lutra)
Gineta (Genetta genetta)
Gato montés (Felis sylvestris)

Artiodáctilos
Jabalí (Sus scrofa)
Gato montés Corzo (Capreolus capreolus)

Guía de visita 112 parque nacional de ordesa y monte perdido


Sarrio o rebeco (Rupicapra rupicapra)

Lagomorfos
Liebre europea (Lepus europaeus)

Roedores Corzo

Ardilla (Sciurus vulgaris)


Lirón careto (Eliomis quercinus)
Lirón gris (Glis glis)
Marmota (Marmotta marmotta)
Ratón leonado (Apodemus flavicollis)
Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)
Ratón silvestre (Mus spretus)
Topillo rojo (Clethrinomys glareolus)
(Pitymys pyrenaicus) Ardilla
(Pitymis gr. duodecincostatus)
Topillo nival (Microtus nivalis)
Topillo campesino (Microtus arvalis)
Topillo agreste (Microtus agrestis)

LISTADO DE LAS ESPECIES MÁS


REPRESENTATIVAS DE
ÁRBOLES Y ARBUSTOS

rboles

Abedul (Betula pubescens)


Abeto (Abies alba)
Acirón (Acer opalus)
lamo negro (Populus nigra)
lamo temblón o tremoleta(Populus tremula)
Arce menor (Acer campestre)
Arce real (Acer platanoides)
Cerezo silvestre (Prunus avium)
Acirón

113
Encina o carrasca (Quercus rotundifolia)
Fresno (Fraxinus excelsior)
Haya (Fagus sylvatica)
Higuera (Ficus carica)
Manzano silvestre (Malus sylvestris)
Mostajo (Sorbus aria)
Olmo de montaña (Ulmus glabra)
Pino negro (Pinus uncinata)
Pino laricio (Pinus nigra)
Pino silvestre o royo (Pinus sylvestris)
Quejigo (Quercus faginea)
Roble (Quercus petraea)
Sauce (Salix eleagnos)
Haya Sauce cabruno o mimbrera (Salix caprea)
Saúco (Sambucus nigra)
Saúco rojo (Sambucus racemosa)
Serbal común (Sorbus domestica)
Serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia)
Tejo (Taxus baccata)
Tilo (ilia platyphyllos)

Arbustos

Acebo (Ilex aquifolium)


Avellano (Corylus avellana)
Boj (Buxus sempervirens)
Cerezo de Santa Lucía (Prunus mahaleb)
Enebro común (Juniperus communis)
Enebro de la miera (Juniperus oxycedrus)
Serbal de los cazadores Madroño (Arbutus unedo)
Majuelo o espino albar (Crataegus monogyna)
Pudio (Rhamnus alpina)
Rododendro (Rhododendrum ferrugineum)
Romero (Rosmarinus officinalis)
Sabina negral (Juniperus phoenicea)
Sauce rastrero (Salix pyrenaica)

Acebo

Guía de visita 114 parque nacional de ordesa y monte perdido


Abeto

115
Puerta de la ermita de Santa Ana

Guía de visita 116 parque nacional de ordesa y monte perdido


VIII
E l hombre

Boltaña
EL HÁBITAT

Al ver montañas tan salvajes y agrestes como los


Pirineos, resulta fácil creer en un primer momento que
muchos parajes de la naturaleza tan apenas hayan
soportado la acción transformadora del hombre. Se
trata, sin duda, de un error, dado que en enclaves tan
emblemáticos como el mismo Parque Nacional de
Ordesa y Monte Perdido y su entorno, el paisaje se
muestra significativamente humanizado.

Esta humanización del espacio pirenaico es conse-


cuencia de la interacción entre el ser humano y el
medio natural. Un medio natural, precisamente,
variado y contrastado, donde tiene lugar un mosaico
paisajístico que encierra una elevada y rica biodiversi-
dad. Dicha riqueza en especies y formas de vida es la
que, finalmente, ha condicionado la presencia de
determinadas actividades humanas, hasta el punto de
que existe una cierta continuidad entre la diversidad
cultural y la biológica.

Se tiene fiel constancia de que el macizo montañoso de


Monte Perdido fue ya en épocas de la Edad Media un
territorio natural aprovechado y utilizado de forma
oportuna por el ser humano. Por aquel entonces, cinco
mancomunidades –Broto, Valle de Vió, Tella,
Puértolas y Bielsa– se repartían este espacio pirenaico.
Hoy día, seis municipios aportan terreno al Parque,
pero es en la llamada zonas periférica y de influencia
del mismo donde mejor se ponen de manifiesto los
diversos matices que conciernen a la gestión humana
tradicional de este medio o hábitat.

Guía de visita 118 parque nacional de ordesa y monte perdido


La ordenación de los recursos y su utilización viene Valle de Vió
determinada por el relieve, el clima y la producción
biótica: desde los extensos fondos de valles de origen
glaciar a los altos pastizales que aprovecha el ganado
trashumante durante el verano, pasando por los culti-
vos y bancales colgados en terrazas y laderas.

El ser humano ha sido y es un agente modificador del


paisaje, matizando el actual paisaje, dejando un testi-
monio evidente de la lucha del hombre contra los ele-
mentos y vicisitudes que encierra la Naturaleza.

Entorno rural en Lamiana

119
GÉNEROS DE VIDA.
ACTIVIDADES
ECONÓMICAS
El clima y la altitud regulan el calendario de las labo-
res agroganaderas en la montaña. Estos mismos facto-
res determinan además que la agricultura tenga en los
Pirineos muy poca importancia, mientras que la gana-
dería ha venido significando desde tiempos remotos la
principal ocupación del hombre pirenaico.

En invierno la capa de nieve que cubre el suelo impide


todo tipo de labores agrícolas y hace muy difícil la vida.
Pero la primavera trae el deshielo y una abundancia de
precipitaciones que favorecen el buen desarrollo de las
plantas herbáceas. Las altas montañas pirenaicas cons-
tituyen una auténtica reserva de alimento cuyos exce-
dentes son necesarios para la alimentación de los
ganados de las llanuras subpirenaicas, ya que en estas
zonas los pastos quedan agotados por la sequía estival.
De estas condiciones que impone el medio, surge la
necesidad de una ayuda mutua, de una simbiosis entre
el llano y la montaña. Se produce así el curioso fenó-
meno y actividad de la trashumancia, es decir, una
doble corriente de pastores y ganados que fluyen en pri-
mavera de la tierra baja del valle del Ebro a los pastos
verdes del Pirineo para retornar en otoño, tan pronto
como las primeras nieves comienzan a hacer imposible
la vida en estas montañas.

Trashumancia y pastoralismo
En verano los ganados ascienden a los llamados “puer-
tos” situados en las cabeceras de los valles altopirenai-

Guía de visita 120 parque nacional de ordesa y monte perdido


Mallata de pastores en el
Puerto bajo de Góriz.

cos, entre los 1.300 y los 2.200 m de altitud. Estos


puertos pueden ser propiedad de uno sólo o de varios
municipios. En el segundo caso aparecen las manco-
munidades que suelen estar regidas por ordenanzas
muy complejas. También es muy corriente que algunos
municipios foráneos a los valles dispongan en ellos de
puertos de verano como resultado de concesiones rea-
les muy antiguas, o que el ganado procedente de los
valles españoles inmediatos, aprovechen los pastos
franceses.
Es muy curioso a este respecto el caso del valle de
Broto, siendo propietario de varios puertos situados en
Francia, entre el Vignemale y la Brecha de Rolando, en
virtud del tratado firmado por los valles de Broto y
Baréges (Francia), llamado Patzería, en el año 1390.
Este tratado intentó poner fin a siglos de disputas, a
veces sangrientas, por el aprovechamiento de los pas-
tos. Actualmente, una vez al año se siguen reuniendo
los pastores de ambos valles para celebrar una comida
de hermandad coincidiendo con el día de la “suelta”.

Los desplazamientos de los ganados de la montaña al


valle, y viceversa, siguen unas rutas tradicionales lla-
madas “cabañeras” o vías pecuarias, perpetuadas jurídi-
camente en las ordenanzas de la Mesta donde se
establecía su trazado, anchura, etc.

121
Las cabañeras del valle de Broto siguen el curso del río
Ara hasta su desembocadura con el Cinca en Aínsa, allí
se reunen con la cabañera procedente de Bielsa, y que a
su vez ha recogido el flujo del valle de Vió. A partir de
allí continúa el curso del río Cinca hasta finalizar en
tierras de Fraga –Monegros– y La Litera. El traslado a
Ganado en el pie que congregaba antaño una espectacular masa de
puerto de Góriz ganados y pastores, resulta hoy muy incómodo, y el
transporte más generalizado se realiza en camiones.

La trashumancia ha marcado durante siglos el ritmo de


la vida del hombre pirenaico y ha significado una
forma básica de intercambio económico y social con el
mundo exterior. Actualmente estos caracteres se han
desvanecido como resultado de la acción de una serie
de factores: cambios transcendentales en las ocupacio-
nes, cambios en los hábitos, emigración, envejecimien-
to de la población, mejora de las comunicaciones…

Los pastores vestían antaño un atuendo muy típico


que era confeccionado por ellos mismos. Con las li-
geras variaciones que podían existir de unas comar-
cas a otras, el atavío más extendido era el siguiente:
delantal de piel de oveja cubriendo el pecho y las
piernas, capote marrón con capucha, calzones de
piel, un calzado llamado abarcas de piel de ternero
sin curtir y sombrero de Sástago.

Entre los pastores existían graduaciones o cargos de


mayor o menor grado de confianza: el “mayoral” nom-
brado por el propietario del rebaño y experto conoce-
dor de todo lo referente al mismo, el “rabadán” o
ayudante del mayoral, una serie de aprendices del ofi-
cio de pastor… Estos pastores estaban encargados de
trasladar los ganados trashumantes y vigilarlos. Con la
llegada de la primavera era necesario esquilarlos y des-
pués realizar todos los preparativos para llevarlos a los
puertos de verano: colocarles los cencerros y reunir a los
animales en grandes ganados comunales. Se daba el
caso de familias enteras que se trasladaban con los

Guía de visita 122 parque nacional de ordesa y monte perdido


rebaños a la montaña, permaneciendo casi seis meses,
de mayo a octubre. El pastor pasaba el resto del año en
el llano y durante esta larga temporada no veía a su
familia. La vida de las mujeres se hacía muy dura ya que
pasaban todo el invierno en soledad, afrontando traba-
jos muy fatigosos y sin apenas ayuda masculina.

La casa
Toda la vida económica y social del Pirineo se organi-
zaba en torno a la casa. El concepto de casa tenía un
sentido muy distinto al que le damos hoy día. Era una
entidad que aglutinaba a tres generaciones conviviendo
en una misma vivienda los pastores, criados y rebaños,
y aglutinando las tierras y los edificios agrícolas y gana-
deros complementarios.
El sistema de vida pastoril exigía, así mismo, una
estructura familiar fuerte, de carácter patriarcal. Era
muy frecuente la endogamia y muy raros los matrimo-
nios entre gentes de clases sociales diferentes. Muy
característica era la institución del “hereu” o heredero,
en virtud de la cual todo el patrimonio familiar pasaba
a manos de un solo hijo, generalmente el mayor. El
heredero o la “pubilla” –llamada así cuando era mujer– Casa tradicional
tenían la obligación de mantener a los abuelos, padres
y hermanos solteros mientras vivieran. Esta institu-
ción arranca de una base lógica ya que el aumento en el
número de propietarios que crearían las herencias
repartidas, conllevaría un aumento en el número de
rebaños y una consiguiente sobrecarga de los pastos.
Además, estando ya muy dividida la tierra, escasa de
por sí en la montaña, la parcelación haría imposible la
vida de todos.

Aparte de la agricultura de subsistencia y la ganadería,


otra forma de aprovechamiento del hombre montañés
era la explotación forestal. Esta tenía muy poca impor-
tancia económica, rebasando escasamente las necesida-
des de consumo local. De muy remoto origen puede

123
Faenas agrícolas

considerarse el transporte de madera por los ríos. Los


troncos traídos desde los montes más cercanos se dis-
ponían en un remanso del río en forma de balsas –aquí
llamadas “navatas”o almadías– y que, aprovechando los
aumentos del caudal fluvial en primavera, eran trans-
portados por los navateros hasta el mismo Delta del
Ebro. Hoy en día la mejora de las comunicaciones por
carretera y, sobre todo, la construcción de pantanos
han acabado con esta actividad. Siguen celebrándose
en la actualidad encuentros anuales de navateros en el
río Cinca a la altura de Laspuña, rememorando viejos
tiempos en que el hombre utilizaba este rudimentario
medio de transporte.

Desde la Baja Edad Media hasta el siglo XX, el pano-


rama sufrió escasos cambios. La economía tradicional
de estas montañas, de carácter autárquico y su rígida
estamentación social han sufrido sin embargo en los
últimos cincuenta años un cambio tan enorme que
puede predecirse su desaparición casi total a corto
plazo y su sustitución por unos nuevos modelos acordes
con los tiempos modernos.

Guía de visita 124 parque nacional de ordesa y monte perdido


LOS PUEBLOS

Torla

En los pueblos y aldeas del Pirineo sobresale una inte-


resante y hermosa arquitectura popular, la cual pode-
mos admirar durante nuestra visita por los alrededores
del Parque Nacional, tanto en magníficos ejemplos ais-
lados como en conjuntos muy bien conservados. Todo
este patrimonio tradicional es el resultado de las con-
diciones impuestas por el medio geográfico y un fiel
reflejo de los géneros de vida vigentes durante muchos
años en la montaña. La influencia del clima ha sido
decisiva: la orientación de los pueblos al mediodía, el
escalonamiento de las vertientes, la pequeñez de los
ventanales y aberturas, los aleros salientes, los tejados a
dos aguas muy pronunciados y el adosamiento de unas
casas con otras, suponen algunos de los recursos que los
edificios adoptan para protegerse y adaptarse a los rigo-
res del clima.

Sin embargo, es todavía mayor la influencia de los


géneros de vida que son los determinantes de la estruc-
tura íntima de las casas. Las necesidades de las vivien-
das eminentemente ganaderas obligan a que sus casas
presenten grandes corrales y espacios destinados a
guardar voluminosas reservas forrajeras.

125
La construcción más extendida es la casa de pisos. La
planta baja suele servir de almacén para los aperos de
labranza, de establo para el ganado… El primer piso se
destina esencialmente a vivienda, y el segundo a desván
para secar las cosechas, almacenar la paja, etc. Puede pre-
sentar, no obstante, una gran diversidad de formas, adap-
tadas a las condiciones locales. Los inviernos largos y
duros han dado a la cocina una importancia singular, ya
que es en esta parte de la casa, con grandes chimeneas de
campana y cadieras –bancada de madera situada alrede-
dor del fuego–, donde la familia desarrolla principalmen-
te su vida.

Los frecuentes desplazamientos a los que obliga la


práctica de la trashumancia hacen necesaria la cons-
trucción de edificios complementarios como refugios
Casa Ruba. Fanlo
pastoriles en la montaña –“mallatas”– y típicas bordas.
Estas últimas constituyen casas de pequeñas dimensio-
nes, normalmente alejadas de los cascos urbanos y ais-
ladas en los campos, compuestas de dos plantas: una
inferior que sirve de planta de entrada, y otra superior
que sirve de pajar, estando ambas separadas por un piso
de tablas. El pastor vive a veces en la planta baja con el
ganado, y otras veces cuenta con una borda gemela
dedicada exclusivamente a vivienda. Otras bordas sir-
ven de complemento a los corrales de las casas, donde
vive el ganado estabulado en invierno.

La arquitectura popular del Alto Sobrarbe es una obra


de maestros anónimos. Rigurosamente austera, podría-
mos hablar de una aparente tradición románica por su
pesadez y simplicidad en las líneas y volúmenes. Los
materiales empleados son los que la naturaleza más
próxima ofrece: gruesos sillares de piedra más o menos
Casa y chimenea en regulares, arcos y dinteles de piedra a menudo bella-
Escuaín mente labrados, losa para los tejados, cal y arena, can-
tos rodados creando bellas composiciones en los suelos,
madera en puertas, ventanas y balconadas…

Guía de visita 126 parque nacional de ordesa y monte perdido


De las cubiertas a dos aguas realizadas en losa y aun a
veces en madera –valle de Bielsa–, emergen importan-
tes chimeneas troncocónicas culminadas por los típicos
“espantabrujas”. Las ventanas se adornan a veces de
bellos aljímeces de tradición gótica –Torla, Aínsa–.
Las puertas suelen ser muy hermosas, doveladas, adin-
teladas, de arcos de medio punto, etc., y en muchas
ocasiones se adornan con elementos decorativos escul-
pidos como pueden ser fechas de origen, nombres de
familia, motivos alegóricos o mágicos, o escudos de
armas.

Los conjuntos urbanos, perfectamente integrados con


su entorno, se presentan apiñados unas veces, y disemi-
nados en otras. Alrededor del Parque Nacional pode-
mos encontrar conjuntos realmente hermosos y bien
conservados: Puértolas, Bestué, Nerín, Fanlo, Tella…
cada uno con una personalidad muy acusada dentro de
la unidad que caracteriza a la arquitectura del Alto
Sobrarbe. En otros pueblos, el desarrollo turístico ha
transformado en parte sus elementos, aunque conser-
van todavía un fuerte sabor: Torla, Bielsa…

En Fanlo pueden verse buenos ejemplos de arquitec-


tura popular. Existe un gran caserón, Casa Ruba, con
Boltaña
un torreón de defensa redondo y ventanas bellamen-
te enmarcadas en piedra. En esta localidad otro ejem-
plo destacable es la llamada Casa del Señor. En
Puértolas, a la entrada del pueblo, se levanta un bello
ejemplar construido en el siglo XVI con gran portada
y escudo en la dovela central y hermosas ventanas. En
Bestué podemos contemplar una gran casa señorial
con artísticas ventanas y aspilleras talladas en piedra.
Casa Viu, de Torla, es uno de los más bellos ejem-
plos que hoy pueden verse en los Pirineos, tanto por
su aspecto exterior como por la riqueza de su decora-
ción interior.

127
ARTE E HISTORIA

El visitante no debe esperar encontrar en los alrededo-


res del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
una arquitectura grandiosa, ni obras maestras del arte.
El aislamiento en que han permanecido estos valles
durante siglos y siglos, les condujo a permanecer ajenos
a las corrientes estéticas del arte, así como a las inno-
vaciones técnicas y artísticas que corrieron por otros
lugares de Europa y España. De ahí que las obras de
apariencia románica, pertenezcan en realidad al siglo
XVI, o que incluso sean posteriores. Por tanto, resulta
importante recordar que estos valles y montañas se han
hallado inmersos en una sociedad eminentemente pas-
toral, creando un arte a su medida. En ese preciso con-
texto habrá que valorarlo y comprenderlo.

Arte románico
El estilo románico es el más ampliamente difundido y
representado en esta zona de Aragón. Uno de los ejem-
plos románicos más primitivos de los Pirineos es la
interesante ermita de los santos Juan y Pablo de Tella
–siglo XI–, que siguiendo la tradición constructiva
autóctona de los valles pirenaicos representa una
pequeña nave rectangular rematada por un ábside de
planta de herradura, un elemento que enlaza con el
mundo visigótico. Su elemento sobresaliente es la
minúscula cripta situada bajo el altar. De esta iglesia ha
llegado hasta nuestos días una documentación valiosí-
sima: una modesta caja con inscripciones –sita en el
Museo Diocesano de Barbastro– en la que se guardan
reliquias y un pequeño pergamino, según el cual fue
consagrada en el año 1019 por el obispo Borrel de

Guía de visita 128 parque nacional de ordesa y monte perdido


Dolmen de Tella

Roda de Isábena con asistencia entre otros testigos de


la Condesa Toda de Ribagorza.

Del segundo tercio del siglo XII, plena época románica,


proviene el origen de la iglesia parroquial de San Vicente
Mártir de Vió, obra de una sola nave cubierta con bóve-
da de cañón y cabecera con ábside semicircular cubierto
con bóveda de cuarto de esfera y separado del ábside por
un arco de medio punto. Al exterior el ábside presenta
decoración de arquillos ciegos y cornisa de dientes de sie-
rra. De su interior proviene un interesante conjunto
mural exhibido en la actualidad en el museo Diocesano
de Barbastro, al que fue trasladado. Este conjunto de
pinturas que llenaba el hueco absidial puede ser datado
en fecha muy avanzada del siglo XIII dentro de la corrien-
te del Bizantinismo tardío y representa un Pantocrátor
entre los símbolos del Tetramorfos y un conjunto de
escenas del Juicio Final, de la Epifanía y del Martirio de
San Vicente.

Existen en la zona muchas otras obras de arquitectura


románica, generalmente muy sencillas pero no por ello
menos hermosas. Pueden destacarse la iglesia de San
Juan Bautista de Buisán –siglo XIII–, la parroquia de
San Andrés de Nerín –siglo XIII–, la parroquia de
Sercué –siglo XII–, las ruinas y el puente de San

129
Nicolás de Bujaruelo –siglo XIII–, la rústica ermita de
san Blas de Broto –siglo XII–, la torre de la parroquial
de Oto, etcétera.

Aínsa bien merecería un capítulo aparte. Su casco anti-


guo, emplazado estratégicamente en un altozano en la
confluencia de los ríos Ara y Cinca, constituye uno de
los conjuntos medievales mejor conservados de la
península. A partir de 1965, en que fue declarado
Monumento Histórico Artístico, se realizó una restau-
ración integral que le ha devuelto todo su explendor.
Allí destacan, además de su bellísima plaza Mayor por-
ticada, el Castillo –alzado en el siglo XI que sería
ampliado y reformado en el reinado de Felipe II– y la
exColegiata de Santa María –el templo más sobresa-
liente de toda la comarca con una maravillosa torre que
ha servido de ejemplo a numerosas iglesias del
Sobrarbe–.

En estilo renacentista han llegado hasta nosotros algu-


nos monumentos destacables como la Casa
Consistorial de Bielsa –siglo XVI–, edificio que conser-
va su fachada original con la tipología típica de los
palacios pirenaicos, al estilo del palacio de los Condes
de Ribagorza en Benasque. Sobre los soportales, resuel-
La Cruz Cubierta to en cinco arcos semicirculares y pilares macizos, se
en Aínsa abre un gran ventanal central con busto y follaje, junto
a unas ventanas molduradas en el último piso. En el
ángulo sobresale un tambor sobre ménsulas con cam-
pana para llamar al consejo, y la techumbre –en lajas de
pizarra– presenta un gran declive.

Otras obras renacentistas son la parroquial de Broto, con


portada de arcos en gradación, esculturas en los pilares
de encuadramiento e inscripción que data de 1578, y la
parroquial de la Asunción de Puértolas –terminada de
construir a finales del siglo XVI–.

Muchas otras iglesias de la zona son de estilo barroco o


neoclásico popular. Este carácter de lo popular es lo

Guía de visita 130 parque nacional de ordesa y monte perdido


que diferencia en mayor medida al arte de los altos
valles. Rosetas, esvásticas y elementos procedentes del
arte prehistórico han llegado hasta el presente, siendo
todavía utilizados por algunos cuchareros, en los dinte-
les de algunas casas y demás motivos a decorar.

Una larga historia


Uno de los factores más determinantes de la larga his-
toria de los altos valles del Sobrarbe es el aislamiento
pertinaz en que han permanecido hasta época reciente.
Una geografía muy accidentada ha dificultado secular-
mente las comunicaciones y este hecho ha impreso un
carácter y una personalidad propia por un lado y, por
otro, ha servido para conservar hermosos testimonios
del pasado como su original arquitectura popular y
muchas tradiciones de gran sabor.
La adecuación a un medio extremadamente difícil, con
grandes desniveles y un clima extremo, ha sido cons-
tante en la evolución histórica del hombre montañés.
El poblamiento de estos valles por el hombre cazador
del Paleolítico ha sido constatado con la aparición de
obras de arte rupestre en la cueva del Forcón –Sierra
Ferrera– y un asta de ciervo trabajado por la mano del
hombre en Añisclo.

Estos restos son extremadamente pobres si se compa-


ran, por ejemplo, con las espléndidas pinturas de
Lascaux en la vertiente francesa de los Pirineos, o
con las de Altamira (Cantabria). Así mismo se han
encontrado algunos restos de la cultura del hombre
agricultor y pastor del Neolítico. La cista funeraria de
Tella o el dolmen del mismo nombre es un monu-
mento representativo de la cultura megalítica, cuando
parece ser que se desarrolla en sus rasgos más básicos
una cultura pirenaica propiamente dicha, cuya carac-
terística principal sería el amplio auge del pastoralis-
mo como actividad más importante.

131
La romanización está probada documentalmente con la
existencia de un Pagus Gistavensis, Territorium
Barbotanus y Territorio Boletanum, y arqueológica-
mente con algunos restos cerámicos y numismáticos.
Pero no será hasta el siglo VI, en el marco de la cristia-
nización, cuando el nombre de Sobrarbe comienza a
tener una verdadera importancia histórica con la funda-
ción de monasterios. Así, San Victorián, Santa Justa y
Badaín se erigen en centros socioeconómicos y religio-
sos de toda la comarca.

Con la ocupación musulmana de la península a partir


del año 711, el Sobrarbe pasa a ser un territorio some-
tido. El conjunto de la comarca estuvo bajo el dominio
valiato musulmán de Huesca e incluido en la llamada
Marca Superior de Al-Andalus, esto es, en la frontera
de la España musulmana. Esta situación fronteriza la
convirtió en una zona de equilibrio inestable. Los pri-
meros fracasos por ocupar las plazas de aragoza y
Pamplona obligan a que los ejércitos carolingios cam-
bien su estrategia para penetrar en la Marca Superior de
Al-Andalus, estableciéndose en pleno Sobrarbe, en un
triángulo comprendido entre Buil, Las Bellostas y
Matidero. Es en este momento cuando aparece el míti-
co conde Aureolo, que parece ser que llegó a un acuerdo
con el jefe indígena Galindo Belascotenes, lo que supo-
ne de hecho el inicio del Condado del Sobrarbe y el
desarrollo de una auténtica política de corte carolingio.

La muerte de Aureolo en el año 809 es aprovechada


por Amrus-Ibn- usuf, gobernante de la Marca
Superior de Al-Andalus, para invadir, con éxito, el
Sobrarbe.

En el 812, la ciudad de Huesca, en poder de los musul-


manes se vio asediada por los francos. La ciudad resis-
tió y los francos tuvieron que retirarse a finales de
otoño. En su retirada, la expedición consiguió recon-
quistar nuevamente la posición del Sobrarbe y se nom-
bró sucesor del Conde Aureolo a Aznar Galíndez I.

Guía de visita 132 parque nacional de ordesa y monte perdido


Con Garcí el Malo, hijo de Balascotenes, el Sobrarbe
pasa de ser un protectorado franco a depender del
Condado de la Ribagorza y posteriormente del Reino
de Navarra.

En el año 1006 Abd-al-Mali , hijo de Almanzor, ocupa


nuevamente el Sobrarbe en una desoladora expedición y
como revancha, entre 1016 y 1018, Sancho el Mayor de
Navarra conquista Aínsa y Boltaña, consiguiendo la plena
integridad del territorio. En su testamento, el rey navarro
deja el condado de Sobrarbe a su hijo Gonzalo y, en 1044
pasa a su hermano Ramiro I, primer rey de Aragón.

A partir de ese momento la historia del Sobrarbe va ínti-


mamente unida a las vicisitudes de este reino, conser-
vando sus fueros hasta el siglo XVI.

Casa Viu, en Torla

133
COSTUMBRES Y
TRADICIONES

Puede decirse, sin exageración, que visitar el entorno


del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido supo-
ne volver a tiempos pretéritos, a un pasado tejido en las
leyendas que ilustran, a su manera, sucesos ocurridos
en épocas remotas y que sirven de explicación a fenó-
menos naturales cuyo poder ha conmocionado durante
siglos a un hombre inmerso en una naturaleza esplen-
dorosa y hostil al mismo tiempo.

Como ya hemos visto, el sistema de vida pastoril que


conllevaba toda una serie de usos y costumbres colecti-
vas ha llegado a desaparecer en gran medida. No obs-
tante, en el Sobrarbe se puede revivir con intensidad
esos modos de vida, ya que algunos de ellos no han
desaparecido todavía y, como cerros testigos, pueden
permitirnos adivinar el contexto que les daba su verda-
dera dimensión.

Las manifestaciones culturales más importantes estaban


determinadas por la dimensión social y religiosa de la
vida. Algunos autores han hablado de supervivencias
mágicas precristianas en las manifestaciones religiosas y
de la importancia que tuvieron algunas formas brujeri-
les o mágicas. La religión y la magia no eran para estas
gentes realmente una evasión, sino una auténtica nece-
sidad. La religiosidad de la zona tiene en el culto a San
rbez uno de sus exponentes más notables. Según la
tradición este santo eremita del siglo VIII, al que se le
atribuyen multitud de hechos milagrosos, habitó en una
época de su vida en el interior de una cueva situada al
pie de Los Sestrales, en pleno corazón del Cañón de
Añisclo. Puede visitarse su ermita homónima a la que se

Guía de visita 134 parque nacional de ordesa y monte perdido


accede a través de un vertiginoso puente anclado entre
las rocas que sirven de cauce al río Bellós y que supone
un importante punto de encuentro de peregrinos de los
aledaños y de zonas más alejadas de todo el Altoaragón
en días señalados del año, o cuando alguna pertinaz
sequía hace necesario realizar rogativas para que llueva.

Las romerías y las fiestas populares en honor de los


patronos de cada localidad han significado un medio
importante para la convivencia entre gentes de todas
estas aldeas y han servido como un auténtico caldo de
cultivo para la expresión popular: son abundantes las
rogativas, danzas, gozos… de gran sabiduría popular.

Una figura imprescindible en todas las fiestas era el


gaitero, que en esta zona solía vivir en Bestué. Sobre
este personaje se canta una canción en Bielsa que no
carece de gracia y picardía que dice:

La mujer del gaitero tiene fortuna,


ella tiene dos gaitas, las demás una.
Carnaval de Bielsa
Hoy en día como en cualquier otro lugar de la España
rural, es la orquesta de turno o la discoteca, cuando la
hay, la que han sustituido a la figura paradigmática del
gaitero. No obstante, cualquiera de las fiestas que se
celebran en estos pueblos, generalmente en verano, tie-
nen mucho sabor y aún hoy es posible bailar los temas
de “toda la vida” –la rosca, el baile de la escoba– si se
tiene la suerte de que la orquesta que toca está compues-
ta por músicos de la zona. Una fiesta muy celebrada en
el Alto Sobrarbe es la de Santa gueda de febrero, en la
que como se sabe es la mujer la que manda por un día.

Las danzas, antiguamente muy ricas y variadas, se res-


tringen actualmente a circunstancias excepcionales
cuando no han llegado a desaparecer. De la riquísima
variedad destacan las danzas religiosas –con “palotea-
os” del valle de Broto–, las de carácter cívico-social –la
arcaica del “cascabillo de Buerba”–, las elegantes dan-

135
zas de salón –la de la Virgen de Pineta, por ejemplo–,
las de origen francés, las de origen peninsular –el bole-
ro de Escalona– u otras asociadas al pastoreo y la agri-
cultura –como El Villano–.

A mitad de camino entre lo mágico y lo religioso se


encuentra la fiesta de carnaval. Un ejemplo magnífi-
co es el de Bielsa, que se viene celebrando cada año y
va ganando cada vez mayor popularidad. Está prota-
gonizado por una serie de figuras alegóricas o perso-
najes llamados trangas , “onsos”, “caballet” y
“ag eleta”, los cuales parecen provenir de ritos pre-
cristianos o celtas. Estos se entremezclan con las
“madamas”, jóvenes de la villa ataviadas con una bella
indumentaria que simbolizan la primavera, auguran-
do así el final del largo invierno.

Otras festividades entre lo religioso y la mágico son las


de San Juan –coincidente con el solsticio de verano– y
de Navidad –coincidente con el solsticio de invierno–.
En la noche de San Juan las gentes se purificaban en las
aguas de muchos lugares concretos, “sanjuanándose”
junto con sus reba-
La Morisma de Aínsa ños, recogiendo
plantas medicinales
que utilizarían el
resto del año, o bien
pasando los hernia-
dos a través de un
quejigo o encina
hueca para su cura-
ción. En la noche de
Navidad era bende-
cida la toza o tron-
ca gruesa de leña por
el más viejo o joven
de cada familia, rito
pagano que ha per-
vivido como un
culto al fuego.

Guía de visita 136 parque nacional de ordesa y monte perdido


LEYENDAS Y CREENCIAS

La creencia y el temor en las brujas ha propiciado una


serie inagotable de manifestaciones y de leyendas de todo
tipo. Algunos de los elementos más característicos de la
arquitectura popular sirvieron de defensa contra sus
acciones perniciosas: los espantabrujas –piedras en
forma de tosco rostro humano o de cruz– que culminan
en las chimeneas de muchas casas del Altoaragón, serví-
an para evitar que las brujas entraran volando por ellas al
interior de la casa para ejercer sus malas artes contra las
familias o los ganados. En puertas y ventanas podían
colocarse patas de jabalí o garras de aves. En algunas
ocasiones estos amuletos podían además reforzarse con
plantas protectoras como la ruda, la carlina, ramas de
olivo bendecidas del día de Domingo de Ramos y, en los
valles más altos, con boj o abeto. Los ganados estaban
protegidos si se colocaba a la entrada de las cuadras una
piedra perforada por la erosión natural.

B rujerías
La brujería fue un fenómeno ampliamente extendido
en el Pirineo aragonés y que llegó a su cénit durante los
siglos XVI y XVII, según se puede constatar documental-
mente. El primer documento escrito en el que se hace
referencia explícita es una carta del obispo Oliva a
Sancho el Mayor en el año 1023. En 1499 se produ-
jo un contagio de posesión demoníaca en muchas muje-
res de algunos valles pirenaicos. Las mujeres afectadas
eran llamadas “latrantes”, pues ladraban como perros.
Estas epidemias se producían en las montañas periódi-
camente, obligando a intervenir a la Inquisición en
varias ocasiones.

137
El aquelarre era la expresión más genuina y representati-
va de la brujería. Dentro del Sobrarbe, lugares tradicio-
nalmente asociados a este tipo de reuniones fueron el
Cabezo de las Brujas en Aínsa, el Castillo de Boltaña y
el Tozal de las Brujas de Tella.

Los poderes mágicos de una bruja podían ser trans-


mitidos a algún familiar sólo con que ésta tomara de
las manos en el momento de la muerte a su elegido.
También podían aprenderse a través de libros mági-
cos como el famoso de “San Cipriano” o el “libro
verde”. Se decía de estos libros que si se quería que-
marlos saltaban de las llamas, y que si se intentaba
destruirlos por cualquier otro medio desaparecían.
Era tal la difusión que tuvo la brujería, que se decía
por la comarca que en la aldea hoy deshabitada de
Revilla –que contó con 10 casas habitadas en tiem-
pos prósperos– que se llegaron a encontrar hasta diez
libros de San Cipriano una vez que los edificios fue-
ron abandonados. es que, precisamente, en esta
área de Tella y Revilla parece ser que existió hasta
una “danza de brujas” de la que sólo nos ha llegado el
nombre. En Escuaín, al otro lado del río aga, se
dice que los diablos llamaban por las noches a las
puertas con voz de mujer, dejando en la nieve impre-
sas las huellas de sus colas y pezuñas.

A menudo las brujas adoptaban formas de animales,


siendo la más frecuente la de un gato de color negro.
Una leyenda muy difundida por el Altoaragón, con
variaciones según la zona, cuenta que cada año por
Nochebuena moría la mejor mula de la casa, mien-
tras los amos asistían a la misa del gallo. Un año, el
amo decidió dejar a un criado vigilando la cuadra, y
éste observó como un gato negro mordía a la mejor
caballería. El criado golpeó con un palo al gato que
huyó con la pata rota. Al día siguiente vieron en la
calle a una vieja vecina del pueblo cojeando, con una
pierna rota.

Guía de visita 138 parque nacional de ordesa y monte perdido


La Cueva de Silván

El gran Silván era un personaje de leyenda que, afir-


man, habitaba también en las inmediaciones de Tella.
Con fama de brujo, tenía su morada en la llamada
“Cueva de Silván” y era un gigante ágil, ladrón y mal-
vado, de largos cabellos y fuerte complexión. Siempre
estaba acechando en los pasos de la montaña a los pas-
tores y caminantes para poder robarles el ganado u
otras pertenencias. Cuántas veces los pobres aldeanos
robados por Silván intentaban perseguirle , pero tenían
que desistir al pie de su cueva, anclada en medio de una
altísima pared caliza, por la que nadie era capaz de tre-
par a causa de unas estacas, muy distantes unas de
otras, que le servían de acceso al habitáculo. Silván,
además de atracción por los objetos ajenos, también
sentía debilidad por las mujeres. Cuentan que en una
ocasión este gigante raptó a una mujer llamada Marieta
y se la llevó a su cueva. La aldeana pudo escapar un día Silván
que Silván dormía, apoyándole la cabeza en su delan-
tal. por fin, otra de las debilidades del gigante mal-
vado era la leche, líquido que sería objeto de su propia
muerte. Conociendo los aldeanos lo que le gustaba la
leche de los cuencos de los pastores cuando estos orde-
ñaban el ganado, decidieron dejar un cubo de leche
envenenada para acabar con su vida y sus desmanes.
Silván, imprevisto ante la trampa, bebió y murió.

La figura de este mítico Silván está llena de evocacio-


nes clásicas. Su propio nombre proviene del latín
“silva”, que viene a decir “selva”, “bosque”, y trae a nues-
tra memoria esos faunos y silvanos que habitaban en
los bosques de la mitología clásica.

Otras leyendas

Son diversas las leyendas y tradiciones que hacen refe-


rencia a los elementos naturales. Los árboles son pro-
tagonistas de muchas de ellas. En Buerba existe un

139
viejísimo fresno en el centro de la plaza por el que
todos los vecinos sientes un gran respeto. Cada año se
subastan sus ramas y hojas para alimentar a los ganados,
pagándose por ellas cantidades muy elevadas, sin duda
por su carácter mágico. Así mismo en torno a este árbol
se ejecutaba el tradicional baile del cascabillo en el
que participaba todo el pueblo.

Muchas de la vírgenes veneradas en la zona eligieron


árboles y arbustos para aparecerse ante los pastores, tal
y como es el caso de la Virgen de Pineta que se apare-
ció en la copa de un gran pino. El árbol es también un
elemento básico en la leyenda del nacimiento del reino
del Sobrarbe que cuenta, a grandes rasgos, lo siguiente:
algunos cristianos próximos a Garcí Ximénez decidie-
ron atacar por sorpresa la villa de Aínsa que estaba en
poder de los musulmanes. stos huyeron ante tal ata-
que, pero pronto comprendieron la importancia de la
posición perdida y organizaron un gran ejército con el
que avanzaron hacia los muros defendidos por unos
pocos cristianos. A pesar de la desigualdad numérica,
los cristianos solicitaron ayuda a Dios que hizo apare-
cer una cruz roja sobre una carrasca o encina. Encen-
didos los ánimos de los cristianos ante la señal divina,
ganaron a las tropas musulmanas sin grandes dificulta-
des. Actualmente, cerca de Aínsa existe el monumento
de la llamada Cruz Cubierta, en el lugar donde según la
Rama bendecida tradición se libró la batalla. Cada dos años, en la villa,
en un pajar
se celebra “La Morisma”, conmemoración consistente
en una obra de teatro popular de gran candor que narra
la victoria de la conquista de Aínsa por los sarracenos
y su posterior reconquista por los cristianos.

Otro fenómeno de la Naturaleza objeto de creencias


son las tormentas. Mucha gente del Altoaragón asegura
que tras el paso de una de ellas era fácil encontrar
“puntas de rayo”, que en realidad eran puntas de flechas
o hachas de origen prehistórico. Para combatir las
tormentas con granizo –pedrisco–, se solía diseminar
por los campos ramas bendecidas el Domingo de

Guía de visita 140 parque nacional de ordesa y monte perdido


Ramos. En Guaso y en Asín de Broto, en el valle del
Ara, existen unas construcciones curiosas y muy carac-
terísticas llamadas “exconjuraderos”, destinadas especí-
ficamente para exconjurar las nubes de tormenta y
diseminarlas con el fin de que, a punto de descargar sus
peligros latentes, se marcharan a otros lugares.

Las cuevas también han sido objeto de leyenda. Cerca


de Añisclo, en el río Aso, existe una llamada “Cueva de
los Moros”. Los términos “cueva” y “moro” están estre-
chamente ligados en la toponimia del Pirineo aragonés.
Así mismo, las cuevas estaban ligadas también a la
existencia de misteriosos personajes femeninos. Allí
vivían y se les veía peinarse los cabellos a estas descen-
dientes de las ninfas de la mitología clásica y de las
“lamias” que se extienden por las tierras del País Vasco.

En otras ocasiones son las rocas, las piedras y las gran-


des montañas los puntos de mira protagonistas y esce-
narios de las leyendas pirenaicas. Así se explica el
origen del Monte Perdido, de las Tres Sorores –tres
hermanas asesinadas por los guerreros de una tribu
enemiga y convertidas en tres destacables montañas–,
de los llanos de Millaris –sepultados por mil piedras
ante la ambición de un pastor llamado Palafox– o de la
Brecha de Rolando –abierta a golpe de espada por
Rolando al ser acorralado por los suyos y encontrar un
barrera pétrea que le cerraba el paso–.

141
Pradera de Ordesa

Guía de visita 142 parque nacional de ordesa y monte perdido


IX
a visita

Visita en la Sierra de Las Cutas

143
CÓMO LLEGAR

Desde Madrid hay que acudir a aragoza por la autovía


A-II. Si se procede desde Barcelona existe también la
posibilidad de tomar la carretera A-II por Lérida, o bien
la autopista de peaje AP-2 (E-90).

La autovía N-330a une aragoza con Huesca, ciudad


desde donde existen varias posibilidades en función de
la zona o sector del Parque Nacional al que el visitan-
te se dirija:

Para acudir al sector de Ordesa


Tomar la N-330 por el puerto de Monrepós (1.262 m)
hasta Sabiñánigo y enlazar con la N-260, pasando
Biescas y el puerto de Cotefablo (1.428 m) tomando el
desvío a Torla y el valle de Ordesa.

Para acudir a los sectores de Añisclo,


Escuaín o Pineta
Tomar la carretera N-240 hasta pasar Barbastro.
Antes de cruzar el río Cinca y atravesar Olvena, tomar
el desvío hacia Aínsa por la carretera regional A-138.
En dirección a Francia encontraremos los desvíos que
acceden a los tres sectores arriba indicados: en
Escalona sale el desvío al Cañón de Añisclo y valle de
Vió, así como a Puértolas y Escuaín; entre Hospital de
Tella y Lafortunada nace el desvío a Tella y Revilla; y,
a la altura de Bielsa sale el desvío hacia el valle de
Pineta.

Si se procede desde alguna localidad del norte de España o


desde el País Vasco no es necesario ir a Huesca capital.

Guía de visita 144 parque nacional de ordesa y monte perdido


Desde Pamplona, la carretera N-240 llega a Jaca y pro-
sigue el recorrido por la N-330 a Sabiñánigo y por la N-
260 a Torla, Broto, Fiscal, Boltaña y Aínsa.

El aeropuerto más cercano es el de aragoza.

Hasta Huesca y Sabiñánigo hay servicio ferroviario.

Desde aragoza y Huesca hay servicio de autobús a


Sabiñánigo, Torla, Aínsa, Barbastro, Escalona y Bielsa
(con diversos enlaces en función de la época del año).

Desde estos pueblos la aproximación al corazón de los


valles se debe realizar bien con vehículo particular, taxi o,
en caso de limitaciones al tráfico rodado, a pie.

PLANO DE ACCESO AL P. N. DE ORDESA MONTE PERDIDO

145
SERVICIOS E
INSTALACIONES

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido cuen-


ta con centros de visitantes y puntos de administración
e información que es recomendable visitar para disfru-
tar de exposiciones sobre los valores naturales y cultu-
rales del Parque Nacional y de su entorno, así como
para recabar información sobre la visita al Parque y
cualquier otro aspecto relacionado con el espacio natu-
ral protegido (de hecho, es altamente recomendable
visitar alguno de los puntos de información antes de
iniciar la visita). El acceso es libre y gratuito.

Oficinas del Parque Nacional


Centro Administrativo
Estas oficinas albergan el área de Administración
correspondiente a la gestión del Parque Nacional, así
como las áreas de Planificación y Conservación.
Dichas instalaciones se configuran como un punto más
donde el público pueden obtener información sobre la
gestión y los servicios del Parque.
Centro Administrativo
Paseo de las Autonomías. Pasaje Baleares, n 3
22004 Huesca
Tel.: 974 243 361 - Fax: 974 242 721
Email: ordesa aragon.es
Horario: 9-15 h, y de 17-19 de lunes a viernes

Centro de Visitantes
de Torla

Guía de visita 146 parque nacional de ordesa y monte perdido


Centros de Visitantes
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido cuen-
ta con tres Centros de Visitantes e Interpretación.

C entro de Visitantes de Torla


Dirección: Torla
Abierto desde Semana Santa hasta primeros de
Paneles interpretativos
noviembre.
Tel.: 974 486 472
Tiene varias salas de exposición permanente, cuyo
objetivo es conseguir el acercamiento del público a los
ecosistemas propios del Parque Nacional. Dispone de
una sala de audiovisuales y un espacio donde se da
información de todos los Parques Nacionales de
España y de la Red de Espacios Protegidos del Alto
Aragón. Con esta exposición permanente el visitante
adquiere una visión global que le permite posterior-
mente comprender todo lo que observe durante su visi-
ta al Parque Nacional.
Las intalaciones disponen de amplios aparcamientos y Interior del Centro de
está dotado de accesos para minusválidos físicos. Visitantes de Torla

147
Centro de Visitantes “Casa Oliván”
Situado junto a la carretera de Ordesa, un ilómetro
antes de alcanzar La Pradera de Ordesa (antigua casa
de recepción).
Apertura y horario: Previa concertación de visita
Tel.: 974 486 472
Centro de Visitantes
“Casa Oliván” Contiene dos salas de exposición permanente adapta-
das a las personas con discapacidad física o visual.
Además posee una pequeña sala de audiovisuales.

C entro de Visitantes de Tella


Compuesto por dos edificios:
Interior del Centro de “El Molino” y “Casa de la Bruja”
Visitantes “Casa Oliván”
El Molino
Dirección: Calle La Iglesia s n.
22364 Tella
Apertura y horario: Abierto desde Semana Santa hasta
primeros de noviembre.
Tiene una sala de exposición permanente con el objeto
de conseguir el acercamiento del público al mundo sub-
terráneo, mediante paneles explicativos. En la segunda
planta existe una sala independiente dedicada al oso
Centro de Visitantes cavernario.
“Casa El Molino”
En la sala de proyecciones, se proyecta un audiovisual
dedicado al Parque Nacional.

Interior del
Centro de Visitantes
“Casa El Molino”.
Reproducción a tamaño
natural del esqueleto de un
oso cavernario.

Guía de visita 148 parque nacional de ordesa y monte perdido


Casa de la Bruja Interior del Centro
de Visitantes
Dirección: Calle La Iglesia s n. “Casa de la Bruja”
22364 Tella
Apertura y horario: Abierto desde Semana Santa hasta
primeros de noviembre.
En la sala de exposición permanente el protagonista es
el mundo mágico de las plantas, recreando mediante el
personaje fantástico de las brujas recolectoras de plan-
tas, a las que se atribuían poderes mágicos. La etnobo-
tánica es la verdadera protagonista de este Centro,
Centro de Visitantes
donde se exponen las plantas que a lo largo del tiempo “Casa de la Bruja”
han sido utilizadas para confeccionar diferentes
unguentos con fines curativos, gastronómicos e inclu-
so cosméticos.

Detalle del interior del


Centro de Visitantes
“Casa de la Bruja”

149
Otros servicios del Parque Nacional
Servicio Teléfono

Punto de Información/Administración de Torla


Avda. de Ordesa, 19
22376 Torla 974 486 472

Punto de Información de la Pradera de Ordesa


Acceso a Ordesa (estacional-verano)

Punto de Información/Administración de Escalona


Calle Mayor s/n.
22363 Escalona 974 505 131

Punto de Información de Escalona


Ctra de Francia s/n
22363 Escalona

Punto de información de Escuaín


Calle Única s/n
22362 Escuaín

Punto de Información de Bielsa “Casa Larraga”


Plaza Mayor s/n
22350 Bielsa 974 501 043

Punto de Información de Pineta


Final de la carretera de acceso al Valle de Pineta
(estacional-verano)

Punto de Información
de la Pradera de Ordesa

Guía de visita 150 parque nacional de ordesa y monte perdido


Refugios de Montaña
Refugios Teléfono

Refugio de Góriz
Vertiente Sur de Monte Perdido
Dentro de los límites del Parque Nacional 974 341 201

Refugio Ronatiza
Vertiente Norte de Monte Perdido
Fuera de los límites del Parque Nacional 974 501 203

Ambos gestionados por la Federación Aragonesa de Montañismo

Punto de Información
de Escuaín

151
QUÉ VER EN CADA
SECTOR.
PUNTOS DE INTERÉS
Existen cinco sectores, con el macizo de Monte
Perdido y cuatro valles que se despliegan hacia la ver-
tiente española. Tomando como referencia una des-
cripción dada por F. Biarge, describimos las
características de los cinco sectores:

Valle de Ordesa : Es preciso rendir pleitesía a


un espacio natural que ya alcanzó la prerrogativa de
Parque Nacional en 1918. Un espacio de “esos
Pirineos, capaces de dar a los santos del cielo, nos-
talgia de la tierra” como diría Russell. Valle abier-
to, espacioso, pintado en matices de verde según el
tipo de su boscaje, como un regalo o un descanso
para “cualquier viajero que traiga arideces en los
ojos”. Testigo de innegable valor de la actividad
erosiva, del modelado glaciar de los circos a la
impronta fluvial. La naturaleza ha querido concen-
trar sus fuerzas y recursos en el cuadro vivo y total
de su poder. Un valle de estructura especial y
aspectos geológicos singulares, relieve y forma
Valle de Ordesa con picos características, determinadas por su naturaleza cal-
de Salaróns y Mondarruego cárea. Fortalezas poderosas, auténticos lienzos de
nevados. muralla, circos en anfiteatro, acantilados enamora-
dos de la posición vertical, estratos horizontales,
coloristas areniscas de Marboré, fajas en declive,
abruptas paredes, proas y bloques, como centinelas,
de pieles rugosas, mal cinceladas por los siglos y la
erosión. Grandiosidad y paz.

Valle de Añisclo : Más que valle, hendidura pro-


funda entre montañas, callejón angosto a través del
cual busca su salida el río Bellós en desigual e

Guía de visita 152 parque nacional de ordesa y monte perdido


impresionante competencia con las murallas roco-
sas que le cierran el paso. Inmensa grieta, surco zig-
zagueante trazado más allá de los tiempos, rincón
laberíntico de roca, bosque y agua. Desde lo alto, la
impresión es extraña y subyugante. Una intensa
fracturación cizalla las enormes masas calizas. Una
inmensa grieta, tallada en medio de horizontales y
suaves pastos. A cada quiebro de la inmensa herida,
el espectáculo inigualable del corte del cañón, la
belleza del gran bosque en su conjunto y en cada
uno de sus detalles y matices. “Podría servir de tem-
plo al romanticismo” se ha dicho de Añisclo.
Cañón de Añisclo
Valle de Escuaín : “Aunque presenta analogías
con sus valles vecinos de Ordesa y Añisclo, no se
parece a ellos y, con toda propiedad, no es garganta
ni cortadura, sino una formidable diaclasa, abierta
en plena montaña”, diría Briet. El modelado glaciar
cuaternario y la erosión árstica han dado especial
fisionomía a la zona. Circos, lapiaces, simas y
barrancos configuran la solana del macizo. Soledad.
Viejos campos que vuelven a su estado original.
Desde cualquier ángulo se descubre el trabajo del
hombre modelador del paisaje durante generacio-
nes. Es precisamente la armonía que se establece
entre la naturaleza y el asentamiento humano lo que Garganta de Escuaín
le da a este valle su originalidad y grandeza.

Valle de Pineta: El espectáculo majestuoso de la


Paredes de Pineta sobre los doce ilómetros del
valle, como el gran paisaje, en pantalla panorámica
y el mejor tecnicolor. En la umbría muros estriados,
de abstracciones geométricas, donde los estratos se
apilan de forma que quiere parecer desorden. En la
solana, bosques, praderas y hombreras, de formas
mucho más suaves y apacibles. Más arriba el altipla-
no de Marboré, a los pies del gigante del macizo y su
glaciar, recoge morrenas y da vida al río Cinca.
Auténtica poesía de la desolación. Libro abierto
donde el especialista puede descifrar el jeroglífico de Valle de Pineta

153
los depósitos entremezclados que han construido
este conjunto excepcional de capas sedimentarias
superpuestas.

El Monte Perdido: Macizo montañoso de gran


altitud en los Pirineos, de naturaleza sedimentaria
(calizas y areniscas). El Macizo del Monte Perdido,
ilustra de forma clara, por sus decorados de excepcio-
nal belleza, episodios decisivos de su orogénesis. Por
su altitud y posición central en la cadena pirenaica es
también lugar de importantes contrastes climáticos
que a su vez condicionan el establecimiento de
Monte Perdido medios biológicos variados, particulares a este macizo
y que tienden a favorecer la biodiversidad.

A continuación detallamos cada uno de los cinco sec-


tores y desglosamos sus puntos de interés de cara a su
visita y la comprensión del medio natural del Parque
Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

SECTOR DE ORDESA
Recorrido completamente por el valle del río Arazas,
hasta su confluencia en el Ara, presenta un claro origen
Cola de Caballo. glaciar –con forma en artesa o perfil de “U”. Comparado
Circo de Soaso en apariencia y formas con el Gran Cañón del
Colorado, fue definido por el geógrafo Schrader como
“un inmenso poema geológico”.

PUNTOS DE INTER S

Cascadas del Arazas


El río Arazas, de aguas limpias y cristalinas donde
habitan las truchas, recorre a lo largo de 12 ilómetros
el fondo del valle de Ordesa. Son de destacar sus
numerosas cascadas, muy visitadas por excursionistas y
paseantes: la de la Cola de Caballo –en el circo de
Soaso–, Gradas de Soaso –repetidos y cortos saltos de
agua escalonados–, cascadas del Estrecho, de La

Guía de visita 154 parque nacional de ordesa y monte perdido


Cueva, de Arripas –o del Abanico–, y las menos cono- El Tozal del Mayo y las
cidas de Abetos, Tamborrotera y Molinieto. murallas de Mondarruego

C irco de Carriata
Circo lateral de origen glaciar, también conocido como
circo de Salarons, con altas paredes calizas de arenisca
que se salvan mediante el paso de unas clavijas. Existe
el paso alternativo del pasamanos de La Fajeta.
Sobresale el relieve característico del Tozal del Mallo,
con 300 metros de pared vertical. Bosques con algunas Pico del Gabieto
hayas y abundantes pinos silvestres, pinos negros y, en
las partes altas, pastizales con numeroso erizón dada su
orientación de solana.

Circo de Cotatuero
Amplio circo lateral de origen glaciar, situado al este
del de Carriata, delimitado por las altos farallones de
Gallinero y Fraucata. Impresionante cascada de agua
considerada como una de las más altas de la península
Ibérica. Bosques de abeto blanco y pino negro. Paso
delicado con clavijas –colocadas por un herrero de

155
Circo de Cotatuero y Torla en el año 1881 para facilitar el acceso a las
muralla de La Fraucata zonas altas de cazadores ingleses– que permiten salvar
la impresionante verticalidad de su cierre intermedio.

C irco de Soaso
Cabecera del valle del río Arazas donde se aprecia la
belleza de la famosa cascada de la Cola de Caballo.
Circo glaciar con fondo plano recorrido por meandros
fluviales y cubierto de vegetación palustre. Punto de
acceso al refugio de Góriz, distante a una hora y media.
Panorámica de las Tres Sorores

Bosque de Turieto Bajo


Húmeda masa forestal de hayedo-abetal y pinar musgoso
con boj dispuesto en la parte baja de las laderas de orien-
tación de la entrada del valle de Ordesa. Flora con que-
rencias umbrófilas o nemorales. Fauna propia de los
bosques centroeuropeos. Recoge diversas cascadas y acoge
el monumento al pirineísta Lucien Briet, quien definió a
esta masa boscosa como “una selva, donde sólo se ven
árboles, a través de árboles y sobre árboles”.

Guía de visita 156 parque nacional de ordesa y monte perdido


Circo de Soaso y Sierra de
Las Cutas. En el límite del
bosque, La Faja de Pelay

Faja de Pelay
Cornisa suspendida sobre las laderas meridionales del
valle de Ordesa que permite excelentes panorámicas
del cañón del río Arazas. Masa de pino negro con soto-
bosque de rododendro. Se debe acceder a ella tomando
en La Pradera de Ordesa la pendiente Senda de
Cazadores hasta el mirador de la proa de Calcilarruego.
Se desaconseja tomar la faja desde el circo de Soaso.

SECTOR DE AÑISCLO
El Cañón de Añisclo, labrado y cincelado por la acción
milenaria de las aguas y los hielos, compone un impre-
sionante tajo natural en el paisaje montañoso del Cañón de Añisclo
Sobrarbe. Al paso fluvial del río Bellós se levantan
impresionantes paredes calizas que culminan en toza-
les, puntas y crestas de gran caída como las de Mondoto
o Sestrales.

PUNTOS DE INTER S

Desfiladero de las Cambras


Parte inferior del Cañón de Añisclo que es recorrida
por una carretera asfaltada que en las épocas de alta
frecuentación de visitantes queda regulada en un solo

157
Desfiladero de
Las Cambras

sentido de circulación (sur-norte). El río Bellós atra-


viesa recoletos rincones naturales, encajado en una
grandiosa garganta fluvial. En el ápice inferior del des-
filadero prospera una vegetación mediterránea de enci-
nar con especies arbustivas propias de climas tropicales
del Terciario como el madroño o el durillo. Antaño
conocido por la fuente de aguas sulfurosas de los
Baños.

C uevas de San Úrbez y de los Moros


Cerca del aparcamiento de la Ereta de Biés se disponen
las cuevas de San rbez y de los Moros. La primera,
cerca del puente del mismo nombre, compone una
oquedad en la pared de Sestrales donde existe una ermi-
ta dedicada a este santo que vivió por estas tierras, y al
que los habitantes del Sobrarbe guardan una gran devo-
ción, pues a él todavía acuden en romería-rogativa para

Guía de visita 158 parque nacional de ordesa y monte perdido


solicitar agua de lluvia. La cueva de los Moros, junto a
los restos del molino de Aso.

B osque de la Ripareta
Masa boscosa de hayas en la confluencia del barranco
de la Pardina con el río Bellós. Oscuro interior en el
que escasas plantas logran desarrollarse, puesto que las
frondas de las hayas se convierten en pantallas que fil-
tran e impiden la llegada de los rayos de luz a los nive-
les basales del bosque.

Refugio de San Vicienda


Mirador de Vió, al fondo la
Tradicional refugio de pastores, reservado para su uti- punta Bramapán
lización en los meses de permanencia del ganado en los
puertos de montaña. Acceso desde Bestué por pista
hasta Plana Canal. Su situación en la parte superior del
Cañón de Añisclo permite admirar un soberbio paisaje
con el macizo de las Tres Sorores de fondo.

Fuen Blanca y collado de Añisclo


Cabecera o nacimiento del Cañón de Añisclo donde se Collado de Añisclo
observa la impronta de los hielos glaciares. Destacable sur-
Punta de las Olas, Soum de
gencia de agua en la Fuen Blanca que se despeña en el Ramond y Monte Perdido
vacío formando una cascada. Dada la situación del desde Foradiello

159
paraje, este lugar está considerado como el corazón del
Parque Nacional. El collado de Añisclo, a 2.460
metros, es un paso tradicional que frecuentan los mon-
tañeros que atraviesan de Añisclo al valle de Pineta.

SECTOR DE E SCUAÍN
Terreno de calizas “agujereado” como una esponja, con
lapiaces, simas y sumideros por donde se filtra el agua
que aparece en forma de impresionantes surgencias. Al
igual que Añisclo es una garganta fluvial, un desfila-
dero más modesto en longitud pero tal vez más impre-
sionante dada su angostura. Altas paredes, “tascas” o
pastizales, abundante vegetación mediterránea, viejos
bancales agrícolas y pequeñas masas de árboles cadu-
cifolios se conjugan armoniosamente en este bello y
desconocido sector.

Escuaín
PUNTOS DE INTER S

Pista de La Valle
Pista cerrada al tránsito de vehículos no autorizados
que, desde el pueblo de Escuaín, recorre la parte meri-
dional del valle, ofreciendo un paseo cómodo y sin pér-
dida por un paisaje humanizado, colonizado por los
pinos silvestres y negros, los bojes y otras especies de
carácter mediterráneo.

Puente y camino de los Mallos


En el Altoaragón se conoce con el nombre de “mallos”
a los monolitos o resaltes rocosos que sobresalen por su
tamaño en el paisaje. Desde Revilla, un solitario cami-
Bocera desde La Valle no que pasa entre el bosque bajo dos mallos pétreos,
conecta las dos vertientes del valle a través del puente
de los Mallos. Junto al mismo, cuelga sobre el abismo

Guía de visita 160 parque nacional de ordesa y monte perdido


Circo de La Sarra

un longevo tejo que, de forma inverosímil, hunde sus


raíces en el substrato de piedra.

Mirador de Angonés
Poco antes de llegar a Revilla, en una curva de la carrete-
ra, sale el camino a los miradores de la Garganta y del
barranco de Angonés, lugares perfectos para admirar los
más evocadores paisajes del río aga y el curioso fenóme-
no de la inversión térmica que se produce en estos caño-
nes angostos del Alto Aragón, donde las encinas y las
hayas han cambiado los “papeles”, puesto que las primeras
se hallan en las zonas altas –más soleadas– y las segundas
–ocupan las zonas bajas– al resguardo de la humedad y el
sombreado microclima que producen las altas paredes.

Garganta del aga

161
Cuello Viceto
Collado que, a 2.010 metros, separa los valles de
Añisclo y de Escuaín. ona de pastizales subalpinos
aprovechados por los rebaños de ganadería extensiva,
con abundantes especies de gramíneas.

SECTOR DE PINETA
El valle que ve nacer al río Cinca, el curso fluvial por
excelencia de cuantos surcan la provincia de Huesca, dis-
pone de una hermosa cabecera que se halla dentro del
Parque Nacional. El circo de Pineta aparece como un
compendio entre la hierba verde, las aguas de deshielo, la
piedras desnudas y las nieves eternas.

Llanos de La Larri PUNTOS DE INTER S

Pista de La Larri
Pista de acceso restringido que, desde las inmediacio-
nes del Parador Nacional de Pineta circunrodea la
parte inferior del circo de Pineta. Atraviesa hayedos,
prados y bosques de pino silvestre. Vista de las cascadas
Cascada de Pineta del Cinca y de La Larri. El camino finaliza en los lla-
nos de La Larri, un lugar donde prosperan flores y her-
báceas propias de montaña.

Cascada de Pineta
Longitudinal salto de agua del río Cinca que, desde el
Balcón de Pineta, se descuelga por las paredes y laderas
del circo de Pineta.

Balcón de Pineta y Lago de Marboré


Parte superior del circo de Pineta, situada bajo la cara
norte y gélida del Monte Perdido, sobre la que descan-
san las aguas del lago de Marboré o de Tucarroya. ona

Guía de visita 162 parque nacional de ordesa y monte perdido


de morrenas glaciares de alta montaña. De difícil y Circo de Pineta
peligroso acceso durante la época invernal.

C ollado de Añisclo
Collado que desde el valle de Pineta da paso al Cañón
de Añisclo, atravesando el macizo de Monte Perdido
por el sector occidental de la sierra de las ucas (ver en
sector Añisclo). Ladera de orientación norte donde los
sauces enanos forman un tapiz rastrero y donde son
abundantes los aludes de nieve.

E L MACIZO DE MONTE PERDIDO


Compuesto por las zonas altas del Parque, se trata de Brecha de Tucarroya y
lago de Marboré
un inhóspito mundo de nieve y roca donde se refugian
especies biológicas que quedaron arrinconadas en estas
islas alpinas tras el retroceso del clima y los hielos de
los periodos fríos de la era Cuaternaria. Bajo las cum-
bres que atraen a montañeros y escaladores de diversa
procedencia, existen numerosas simas, galerías y sumi-

163
Refugio de Goriz deros de agua, que actúan de verdadero drenaje de la
montaña.

PUNTOS DE INTER S

R efugio de Góriz
Refugio de montaña guardado, construido en 1963,
propiedad de la Federación Aragonesa de Montañismo,
constituye un tradicional punto de pernocta y seguri-
dad para la realización de numerosas ascensiones y tra-
vesías por el macizo de Monte Perdido. Capacidad para
80 personas. ona de pastizal pastoreada con flora de
tipo fisurícola.

Llanos de Millaris
Legendarios llanos pétreos emplazados a mitad de
camino entre el refugio de Góriz y la Brecha de
Rolando. Vegetación de zonas encharcadas a princi-
pios de verano como consecuencia del deshielo de los
neveros.

Guía de visita 164 parque nacional de ordesa y monte perdido


Las tres Sorores

Monte Perdido
Máxima cota del Parque Nacional y tercera cima en
altura de los Pirineos, con 3.355 metros de altitud
sobre el nivel del mar. Forma parte junto con el Soum
de Ramond y el Cilindro del macizo de Las Tres
Sorores o Treserols. Su ascensión clásica se efectúa
desde el refugio de Góriz, llegando al Pequeño Lago
Helado y remontando el peligroso tramo de La
Escupidera. Su ascensión requiere cierto entrenamien-
to, prudencia y empleo de material de montaña para
nieve y hielo. En su cara norte mantiene, como vesti-
gios de un clima pasado, un glaciare suspendido sobre Brecha de Rolando
el valle de Pineta. Fauna y flora de tipo alpino.

B recha de Rolando
Lugar de leyenda que, a 2.807 metros de altitud, abre
el paso fronterizo entre España y Francia, antaño fre-
cuentado por contrabandistas y hoy día por excursio-
nistas. Situada entre el pico Bazillac y el Casco.
Impresionante en sus dimensiones, este tajo tiene 100
metros de alto por 40 de ancho. Una inscripción talla-
da en la roca recuerda el paso en el año 1828 de la
Duquesa de Berry.

165
Cascada de Pineta

Guía de visita 166 parque nacional de ordesa y monte perdido


X
atos de interés
CONSEJOS
DE SEGURIDAD
EN LA MONTAÑA

El tránsito por el Parque Nacional implica un alto ries-


go de accidentes.

En verano, las tormentas eléctricas son frecuentes.


Evite las crestas o prominencias sobresalientes
expuestas a los rayos, así como las crecidas de ríos y
arroyos.

El terreno del Parque es extraordinariamente abrup-


to. Salvo por motivos justificados no abandone los
senderos, ni tome atajos.

Prepare con detalle sus excursiones. Lleve el equipo


de montaña personal adecuado para cada itinerario.

Extreme su precaución al cruzar neveros o zonas


heladas. Mucha precaución en el paso de “La
Escupidera de Monte Perdido”, en el descenso de la
“Senda de Cazadores” en Ordesa y en los pasos equi-
pados con clavijas o cables.

Durante los días de viento fuerte o lluvia intensa,


pueden caer piedras, ramas o árboles.

Infórmese de las previsiones meteorológicas y del


nivel de riesgo de aludes. Atención a los cambios
bruscos de tiempo. Aprenda a renunciar.

No sobrevalore sus propias fuerzas. Vaya acompañado.


No olvide el tiempo necesario para el regreso.

Guía de visita 168 parque nacional de ordesa y monte perdido


Las superficies mojadas, especialmente las rocas, son
muy resbaladizas.

Si se pierde por la niebla u otra causa, mantenga la


calma y pida socorro. Nunca intente avanzar de
noche y por terreno desconocido.

Procure madrugar y aprovechar las horas frescas de la


mañana. Tenga presente que la capacidad de los apar-
camientos es limitada.

Dada la altitud, el tránsito por determinadas zonas


del Parque supone un especial riesgo para las personas
que sufren enfermedades cardiovasculares.

La morfología árstica propicia que en las zonas y


mesetas superiores predominen áreas extremadamen-
te secas. Es conveniente aprovisionarse de agua en las
fuentes.

Es aconsejable contratar los servicios de un guía de


montaña profesional.

Montañeros

169
RECOMENDACIONES

Recuerde que es muy peligroso:

Caminar fuera de las sendas y caminos del Parque.

Atravesar glaciares, neveros y otras zonas con hielo o


nieve dura.

Internarse en cuevas, simas u otras oquedades, tanto


de naturaleza rocosa como nival.

Introducirse en el cauce de ríos, arroyos y barrancos,


así como practicar el “vivac” en las proximidades de
estos cauces.

Transitar cerca de la base de paredes naturales o cor-


tados.

Caminar cerca de precipicios y mirar con prismáticos


o filmar con vídeo o fotografiar desde el borde de los
mismos.
Clavijas de
Carriata
Realizar travesías o ascensiones de alta montaña sin el
equipo adecuado para cada época o itinerario.

Su seguridad es nuestra preocupación, pero


es su responsabilidad

Guía de visita 170 parque nacional de ordesa y monte perdido


DIRECCIONES DE LA RED
DE PARQUES NACIONALES

Organismo Autónomo Parques Nacionales


José Abascal, 41
28003 Madrid. Tlfno. 915 468 100
.marm.es
Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
Paseo del Carmen, s n.
13250 Daimiel (Ciudad Real)
Tlfnos. 926 851 097 851 176
e-mail: tdaimiel oapn.es
Parque Nacional de Aigüestortes i
Estany de Sant Maurici
C De Les Graieres, 2
25528 Boí (Lleida). Tlfno. 973 696 189
e-mail: aiguestortes oapn.es pnaiguestortes.dmah gencat.cat
Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de
Cabrera
Plaza de España. 8, 1.
07002 Palma de Mallorca (Baleares). Tlfno. 971 725 010
e-mail: cabrera mma.es
Parque Nacional de Cabañeros
13194 Pueblo Nuevo del Bullaque (Ciudad Real)
Tlfnos. 926 783 297 783 456
e-mail: icabaneros oapn.es
Parque Nacional de la Caldera de Taburiente
Carretera de Padrón, 47
38750 El Paso (Isla de La Palma; Tenerife)
Tlfnos. 922 497 277 497 081
e-mail: caldera.cmayot gobiernodecanarias.org
Parque Nacional de Doñana
21760 Matalascañas-El Acebuche-Almonte (Huelva)
Tlfno. 959 439 627
e-mail: en.donana.cma juntadeandalucia.es

171
Parque Nacional de Garajonay
Carretera General del Sur, 6 (Apartado de Correos 92)
38800 San Sebastián de la Gomera (Isla de La Gomera;
Tenerife). Tlfno. 922 870 105
e-mail: garajonay oapn.es
Parque Nacional de las Islas Atlánticas
C Eduardo Cabello, s n. 362008 Bouzas-Vigo.
Tlfno. 986 146 517 246 550
e-mail: iatlanticas xunta.es
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Paseo de las Autonomías; Pasaje Baleares, 3
22004 Huesca. Tlfno. 974 243 361
e-mail: ordesa aragon.es
Parque Nacional de los Picos de Europa
C Arquitecto Reguera, 13
33004 Oviedo (Asturias)
Tlfnos. 985 241 412 255 376
e-mail: picos oapn.es
Parque Nacional de Sierra Nevada
Carretera Antigua de Sierra Nevada, m. 7
18071 Pinos Genil (Granada)
Tlfno. 958 026 300
e-mail: pn.snevada.cma juntadeandalucia.es
Parque Nacional del Teide
C Emilio Calzadilla, 5, 4. piso
38002 Santa Cruz de Tenerife (Tenerife)
Tlfno. 922 290 129
e-mail: teide.maot gobiernodecanarias.org
Parque Nacional de Timanfaya
C La Mareta, 9
35560 Tinajo (Isla de Lanzarote; Las Palmas)
Tlfnos. 928 840 238 840 240
e-mail: timanfaya.cmayot gobiernodecanarias.org
Parque Nacional de Monfragüe
Apdo. correos, 435
C Arroyo de Valhondo, 2
10080 Cáceres
Tel.: 927 006 000
e-mail: parquenacionaldemonfrague juntaextremadura.net

Guía de visita 172 parque nacional de ordesa y monte perdido


Teléfonos de interés y página w eb del
Gobierno de Aragón y de los
Ayuntamientos
Responsabilidad de Gestión del P. Nacional:
Comunidad Autón om a de Aragón
Consejería de Medio Ambiente.
Espacios Protegidos de Aragón.
C Pasaje Baleares, 3 (Paseo de las Autonomías)
22071 Huesca.
Tel.: 974 243 361 - Fax: 974 242 725
e-mail: ordesa aragon.es

Ayuntamiento de Bielsa
Plaza Mayor, s n - 22350 Bielsa
Tlfno.: 974 501 000
.bielsa.com

Ayuntamiento Broto
Avda. Ordesa, 1 - 22370 Broto
Tlfno.: 974 486 306
.broto.es

Ayuntamiento de Fanlo
Plaza Ayuntamiento, 5 - 22375 Fanlo
Tlfno.: 974 486 184
ayuntamiento fanlo.es

Ayuntamiento de Puértolas
Avda. de Pineta, s n - 22363 Escalona
Tlfno.: 974 505 189
secretaria vallepuertolas.es

Ayuntamiento de Tella-Sin
Avda. de Ainsa, 22 - 22364 Tella-Sin
Tlfno.: 974 505 093
aytotellasin aragob.es
.tella-sin.es

173
Ayuntamiento Torla
Plaza, s n - 22376 Torla
Tlfno.: 974 486 152
.torla.es

Otras direcciones y
teléfonos de interés
Actualizado en el añ o 2011

Oficinas de Información y Turismo

Oficina de Turismo en Bielsa


Plaza Mayor, s n
Tel.: 974 501 000
secretaria bielsa.com

Oficina de Turismo en Broto


Avda. de Ordesa, 1
Tel.: 974 486 413
.staragon.com

Oficina de Turismo en Fanlo


Avda. de Ordesa, 1
Tel.: 974 486 152
.staragon.com

Oficina de Turismo en Torla


C Nueva, s n
Tel.: 974 486 378

Guía de visita 174 parque nacional de ordesa y monte perdido


Alojamientos

Paradores
Parador Nacional Monte Perdido
Ctra. A-2611, m 14 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 011
.parador.es
bielsa parador.es

Hoteles
Hotel Bielsa
C Pineta, 2 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 008
.hotelbielsa.com
hotelbielsa hotelbielsa.com

Hotel Valle de Pineta


C Pineta, 2 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 010
.hotelvalledepineta.com
reservas hotelvalledepineta.com

Hotel Camping Bielsa


Ctra. A-138, m 79,5 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 220
.campingbielsa.com
info campingbielsa.com

Hotel La Posada
C Los Arcos, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 336
.valledebroto.com

Hotel Latre
Avda. Ordesa, 23 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 053
.hotellatre.net

Hotel Pradas
Avda. Ordesa, 7 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 004
.hotelpradas.com

175
Hoteles
Hotel Sorrosal
Avda. Ordesa, 10 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 010
.hotelsorrosal.com

Hotel “Aparthotel Gabarre”


Avda. Ordesa, 6 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 052
.pirineos.com

Hotel “Aparthotel Viña Olivan”


Ctra Fanlo, s n - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 358
.vinaolivan.com

Hotel Mirador
C Carretera, s n - 22370 Oto (Broto)
Tel.: 974 486 236
hotelmirador ordesa.com

Hotel Casa Frauca


C Ordesa, s n - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 353
.casafrauca.com

Hotel Cinca
C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 119
.hotelcinca.com

Hotel Revestido
Avda. Pineta, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 042
.hotelrevestido.com
info hotelrevestido.com

Hotel Arnal
Avda. Pineta, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 197
.hotelarnal.com

Guía de visita 176 parque nacional de ordesa y monte perdido


Hoteles
Hotel Palazio
C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 489 002
.hotepalazio.com

Hotel Badaín
Avda. Ainsa, 9 - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 504 000
.hotelbadain.com
hotelbadain staragon.com
Hotel Badaín
Avda. Ainsa, 9 - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 504 000
.hotelbadain.com
hotelbadain staragon.com
Hotel Lamiana
C Ctra. de Revilla, s n - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 341 066
.hotelrestaurantelamiana.com

Hotel Badaín
Avda. Aínsa, 9 - 22364 Lafortunada (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 006
.hotelbadain.com
Hotel Lamiana
C nica, s n - 22364 Lamiana (Tella-Sin)
Tel.: 974 341 066
.hotelrestaurantelamiana.com

Hotel Mesón de Salinas


Ctra. Aínsa-Francia - 22365 Mesón de Salinas (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 001
.mesondesalinas.com
Hotel Abetos
Avda. Ordesa, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 448
.hotelabetos.com
info hotelabetos.com

177
Hoteles
Hotel Villa Russell
C Principal, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 770
.hotelvillarussell.com
hotelvillarussell ordesa.com

Hotel Bujaruelo
Ctra. de Ordesa s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 174
.torla.com
hotelbujaruelo torla.com
Hotel Edelw eiss
Avda. Ordesa, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 173
.hoteledel eiss.es
hoteledel eiss ordesa.com
Hotel Ordesa
Ctra. de Ordesa, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 125
.hotelordesa.com

Hotel Villa de Torla


Plaza Aragón, 1 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 156
.ordesa.net
hotelvilladetorla ordesa.com

Hotel Ballarín
C Capuvita, 1 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 155
.staragon.com
info hotelballarin.com

Hotel Bella Vista


Avda. Ordea, 10 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 153
.bellavistaordesa.com
info bellavistaordesa.com

Hotel Las Nieves


Avda. Ordesa, s n - 22378 Linás de Broto (Torla)
Tel.: 974 486 109
.hotellasnieves.es

Guía de visita 178 parque nacional de ordesa y monte perdido


Hostales
Hostal Los Valles
C Parzán, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 105
.hostallosvalles.com
info hostallosvalles.com

Hostal Marboré
Avda. Pineta, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 111
.hostalmarbore.com

Hostal Pirineos
C Francisco Méliz, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 015
.hostalpirineos.com

Hostal Pañart
C Francia, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 116
.hostalpanart.pirineo.com

Hostal Vidaller
C Calvario, 4 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 004
.vidaller.com

Hostal Matazueras
Plaza Mayor, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 006
.matazueras.com
Hostal La Fuen
Ctra. de Francia, m. 83 - 22365 Parzán (Bielsa)
Tel.: 974 501 047
.hostallafuen.com es

Hostal Casa Raspa


Avda. Pineta, 13 - 22365 (Bielsa)
Tel.: 974 501 026
.casaraspa.com

Hostal Borda Lizonero


Avda. Ordesa, 14 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 017

179
Hostales
Hostal Casa Gallán
C La Iglesia, s n - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 056
.casagallan.com

Hostal El Chate
Ctra. Sarvisé-Fanlo, m 3,2- 22374 Sarvisé (Broto)
.elchate.com

Hostal Casa Patricio


Plaza de San Sebastián, 5 - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 104

Hostal Revestido
Avda. Pineta, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 042

Hostal Cinca
C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 119

Pensión Naval
C Carretera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 035

Pensión Vispe
C Mayor, 9 - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 049

Pensión El Turista
C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 486 138

Hostal Los Pinarillos


Ctra. de Boltaña, s n - 22374 Sarvisé (Broto)

Hostal Pirineos
C La Iglesia, 6 - 22374 Sarvisé (Broto)

Hostal Alto Aragón


C de la Capuvita, 11 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 172

Guía de visita 180 parque nacional de ordesa y monte perdido


Hostales
Hostal Cazcarro
Ctra. Biescas, s n - 22378 Linás de Broto (Torla)
Tel.: 974 486 109

Casas Rurales
Casa Rural “Enrique Casanovas”
C Francia, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 164

Casa Rural “Casa Noguero”


Avda. Pineta, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 001

Casa Rural “Casa Loli Franco”


C Calvario, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 094

Casa Rural “San Martín”


C Calvario, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 107

Casa Rural “Zapatierno”


Ctra. Bielsa al Parador, m. 5,6 - 22351 Espierba
(Bielsa)
Tel.: 974 501 186 974 504 000

Casa Rural “Mairal”


C Espierba Alto - 22351 Espierba (Bielsa)
Tel.: 974 341 185

Casa Rural “Casa Marión”


C Cantón, s n - 22365 Parzán (Bielsa)
Tel.: 974 341 185

Casa Rural “Casa San Martín”


C Calvario, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 601 107 616 159 525

Casa Rural “Tiempos de Antaño”


C nica, s n - 22365 Chisag és (Bielsa)
Tel.: 620 779 714

181
Casas Rurales
Casa Rural “Casa Batán”
C El Paseo, s n - 22370 Broto
Tel.: 650 250 412

Casa Rural “Buisán”


C Santa Cruz, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 053

Casa Rural “Español”


Avda, Ordesa, 18 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 048

Casa Rural “Felices”


Avda. Ordesa, 5 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 222

Casa Rural “O’Puente”


C Santa Cruz, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 072

Casa Rural “San Pietro”


C La Parra, 5 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 094

Casa Rural “Casa Ordesa”


C nica, s n - 22363 Belsierre (Escalona)
Tel.: 974 505 156

Casa Rural “Casa Ordesa Lavanda”


C nica, s n - 22363 Belsierre (Escalona)
Tel.: 974 505 156

Casa Rural “Casa Ordesa Tulipanes”


C nica, s n - 22363 Belsierre (Escalona)
Tel.: 974 505 156

Casa Rural “Casa Pirinea”


C nica, 12 - 22363 Belsierre (Escalona)
Tel.: 616 203 897

Casa Rural “Casa Capella”


C La Iglesia, 4 - 22362 Bestué (Escalona)
Tel.: 974 341 365

Guía de visita 182 parque nacional de ordesa y monte perdido


Casas Rurales
Casa Rural “Casa Carpintera”
Avda. Pineta, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 169

Casa Rural “Casa Doro”


Plaza San Sebastián, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 083

Casa Rural “Casa La Ribera”


C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 040

Casa Rural “Casa La Ribera II”


C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 040

Casa Rural “Casa Marco”


C Mayor, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 040

Casa Rural “Casa Sastre”


Avda. Pineta, 5 - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 038

Casa Rural “Casa Sofía”


C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 119

Casa Rural “Casa Ángela”


C nica, s n - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 974 505 013

Casa Rural “Casa Campacruz”


C nica, s n - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 659 033 613

Casa Rural “Casa Castillo”


C Mayor, 16 - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 669 947 913

Casa Rural “Casa La Era Lacay”


C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 974 486 494

183
Casas Rurales
Casa Rural “La Era de Satue”
C nica, s n - 22375 Fanlo
Tel.: 974 505 060

Casa Rural “Casa Lisa”


C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 974 337 215

Casa Rural “Casa Marina”


C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 608 714 450

Casa Rural “Casa Maruja”


C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 974 337201

Casa Rural “Casa Molins”


C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 608 819 181

Casa Rural “Casa Francisco”


C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 606 604 106

Casa Rural “Casa Ortíz”


C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 489 010

Casa Rural “Casa Quino”


Ctra. Aínsa-Ftancia - 22364 Hospital de Tella (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 055

Casa Rural “Casa Arnal”


C Real, 18 - 22377 Fragén (Torla)
Tel.: 974 486 162

Casa Rural “Casa Felipe”


C Real, s n - 22377 Fragén (Torla)
Tel.: 974 486 262

Casa Rural “Casa López”


C Real, 7 - 22377 Fragén (Torla)
Tel.: 974 486 169

Guía de visita 184 parque nacional de ordesa y monte perdido


Casas Rurales
Casa Rural “Casa Muro”
C Real, s n - 22377 Fragén (Torla)
Tel.: 974 486 151

Casa Rural “Bandrés”


C Real, 16 - 22377 Fragén (Torla)
Tel.: 974 486 471

Casa Rural “Lacoma”


C Real, s n - 22377 Fragén (Torla)
Tel.: 974 486 262

Casa Rural “Casa Pilupín”


C Llano, 3 - 22378 Linás de Broto (Torla)
Tel.: 617 438 724

Casa Rural “Casa Palacio”


C nica, s n - 22378 Viu de Linás (Torla)
Tel.: 620 877 974

Casa Rural “Casa La Bordeta de Antón”


C Baja, 14 - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 502 025

Casa Rural “Casa Ramón”


C Baja, s n - 22364 Tella-Sin
Tel.: 619 322 474

Casa Rural “Casa Borda de Casa Moreno”


C nica, s n - 22364 Hospital de Tella (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 053

Casa Rural “Casa Moreno”


C nica, s n - 22364 Hospital de Tella (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 053

Casa Rural “Casa Tomás”


Avda. Ainsa, 29 - 22364 Lafortunada (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 019

Casa Rural “Casa Borja”


C Carrtera, s n - 22365 Salinas de Sin (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 072

185
Casas Rurales
Casa Rural “Casa San Marcial”
Ctra. A-138, m. 71,5 - 22365 Salinas de Sin (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 010

Casa Rural “Casa Joaquín”


C San Miguel, s n - 22366 Sin (Tella-Sin)
Tel.: 974 506 231

Casa Rural “Casa Ramón”


C Baja, s n - 22366 Sin (Tella-Sin)
Tel.: 649 409 435

Casa Rural “Casa Laly”


C de las Fatas, 5 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 168

Casa Rural “Casa Matietas”


Plaza Aragón, 3 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 454

Casa Rural “Casa Pintado”


C Capuvita, 3 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 164

Casa Rural “Casa Silverio”


C Capuvita, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 047

Casa Rural “Maribel”


C Fatas, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 054

Casa Rural “Casa A Ruata”


C Ruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 452 619 358 837

Casa Rural “Casa Borruel”


C de las Fatas, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 067

Casa Rural “Buhardilla”


C de las Fatas, 7 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 171

Guía de visita 186 parque nacional de ordesa y monte perdido


Casas Rurales
Casa Rural “Casa Cajal”
C La Travecinal, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 221 699 078 421

Casa Rural “Casa Julio”


C A Ruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 272 670 645 770

Casa Rural “Casa La Fueva”


C Nueva, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 063

Casa Rural “Montse”


C Fatas, 42 - 22376 Torla
Tel.: 629 324 632

Casa Rural “Casa Carpintero”


C A Ruata, 14 - 22376 Torla
Tel.: 666 603 467

Casa Rural “Casa Paco”


Avda. Ordesa, s n - 22376 Torla
Tel.: 620 422 819

Casa Rural “Casa Lordán”


C A Ruata, 17 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 423

Casa Rural “Casa Cotelón”


C Nueva, s n - 22376 Torla
Tel.: 606 168 120

Casa Rural “Casa Arnal”


C Real, 18 - 22376 Torla
Tel.: 606 168 120

Casa Rural “Casa Cotelón”


C Nueva, s n - 22376 Torla
Tel.: 606 168 120

187
Apartamentos Rurales
Apartamentos Solans
Ctra. Francia, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 071

Apartamentos Mazcaray
Plaza Mayor, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 002

Apartamentos Sorripas
C Barrosa, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 167

Apartamentos Matazueras
Plaza Mayor, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 902 616 006

Apartamentos Casa Pochetas


C del medio, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 194

Apartamentos Caserón Baruca


Ctra. Bielsa-Pineta, m 2,5 - 22350 Bielsa
Tel.: 639 492 800

Apartamentos Casa Quilez


C Cantón, s n - 22365 Parzán (Bielsa)
Tel.: 974 501 124

Apartamentos Casa Sebero


C nica, s n - 22351 Javierre (Bielsa)
Tel.: 974 501 056

Apartamentos La Plana
Ctra de Francia, s n - 22365 Parzán (Bielsa)
Tel.: 974 501 233 660 348 564
Apartamentos Casa La Feliciana
C Bielsa, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 649 237 209

Apartamentos Casa Gallano


C Porches, 38 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 059

Guía de visita 188 parque nacional de ordesa y monte perdido


Apartamentos Rurales
Apartamentos Bergua
C Santa Cruz, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 229

Apartamentos Borra
C Los Arcos, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 507 083

Apartamentos Santa Cruz


C Santa Cruz, 29 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 703

Apartamentos Casa Constancio


Avda. Ordesa, 25 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 084

Apartamentos Balcón del Pirineo


C Vita, s n - 22375 Buesa (Broto)
Tel.: 974 486 175

Apartamentos Casa L’Albada


C Vita, s n - 22375 Buesa (Broto)
Tel.: 676 746 680

Apartamentos Casa Migalico


C Vita, s n - 22375 Buesa (Broto)
Tel.: 974 486 407

Apartamentos Casa Chulián


C La Peña, 26 - 22370 Oto (Broto)
Tel.: 974 486 039

Apartamentos Casa Mura


C La Iglesia, s n - 22370 Oto (Broto)
Tel.: 974 486 093
Apartamentos Los Acebos
C La Iglesia, s n - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 055

Apartamentos Casa Modesto


Avda. Pineta, 6 - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 016

189
Apartamentos Rurales
Apartamentos Cinca
C La Rivera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 119

Apartamentos Casas Ordesa


C nica, s n - 22363 Belsierre (Escalona)
Tel.: 974 505 156

Apartamentos Casas La Ribera II


C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 040

Apartamentos Casas La Ribera III


C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 652 809 760

Apartamentos Casas La Ribera IV


C La Ribera, s n - 22363 Escalona
Tel.: 652 809 760

Apartamentos Casa Lardíes


C nica, s n - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 636 551 545

Apartamentos Casa Tricallo


C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 6974 337 215

Apartamentos Casa Rubén


Ctra. Bielsa, s n - 22364 Hospital de Tella (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 055

Apartamentos Torre Iglesia de Badaín


22364 Badaín (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 006

Apartamentos Agraz
C Aldea de Mirabal, 2 - 22364 Mirabal (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 030

Apartamentos Casa Borja


C nica, s n - 22365 Salinas de Sin (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 012

Guía de visita 190 parque nacional de ordesa y monte perdido


Apartamentos Rurales
Apartamentos Salinas
Ctra. Ainsa-Francia, m. 26 - 22365 Salinas de Sin (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 001

Albergues
Albergue “Jordi Trull Pineta”
Ctra. de Pineta, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 636 348 636

Albergue “El Último Bucardo”


Ctra. Ordesa, s n - 22378 Broto
Tel.: 974 486 323

Albergue “Casa Notario”


C Partida Moreras, s n - 22372 Asín de Broto (Broto)
Tel.: 974 337 209

Albergue “ A Borda Felices”


Avda. Ordesa, 5 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 222

Albergue “El Turista”


C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 489 016

Albergue “Guardafuentes”
C nica, s n - 22375 Buerba (Fanlo)
Tel.: 974 337 979

Albergue “Añisclo”
C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 489 010

Albergue “Sin”
C nica, s n - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 506 212

191
Campings
Camping “Bielsa”
C Albuferas, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 220

Camping “Pineta”
Ctra. Parador Nacional, m 8 - 22350 Espierba (Bielsa)
Tel.: 974 501 089

Camping “Oto”
C Albufera, s n - 22370 Oto (Broto)
Tel.: 974 486 075

Camping “Valle de Añisclo”


Carretera Añisclo, m. 2 - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 974 486 412

Camping “Aneto”
Ctra. Francia, m 3,6 - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 552 121

Acampada en “Casa Rural Lamiana”


Ctra. de Revilla, s n - 22364 Lamiana (Tella-Sin)
Tel.: 974 341 066

Acampada en “Casa Rural San Marcial”


Ctra. A-138, m. 71,5 - 22365 Salinas de Sin (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 010

Camping “Aurín”
Ctra. N-330, m 245,2 - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 483 445

Camping “Alto Esera”


Ctra. N-260, m 26,3 - 22364 Tella-Sin
Tel.: 974 553 456

Camping “Ordesa”
Ctra. Ordesa, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 125

Camping “Río Ara”


Acceso Por la ctra. N-260 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 248

Guía de visita 192 parque nacional de ordesa y monte perdido


Campings
Camping “San Antón”
Avda. Ordesa, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 063 974 486 450

Camping “Valle de Bujaruelo”


Valle de Bujaruelo - 22376 Torla
Tel.: 974 486 348

Camping “San Nicolás de Bujaruelo”


Valle de Bujaruelo - 22376 Torla
Tel.: 974 486 412

Camping “Bielsa”
C Albuferas, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 220

Refugios de montaña
Refugio de Pineta
A 1,5 m antes del Parador de Turismo - 22350
Bielsa
Tel.: 974 501 203

Refugio de Goriz
Situado en el centro del Parque Nacional (Fanlo)
Acceso a pie
Tel.: 974 341 201
.fam.es

Refugio San Nicolás de Bujaruelo


Valle de Bujaruelo - 22376 Torla
Tel.: 974 486 412

Refugios
Refugio L’Atalaya
C Francia, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 022

Refugio Lucien Briet


C A Rruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 221

193
Refugios
Refugio Valle de Bujaruelo
Valle de Bujaruelo - 22376 Torla
Tel.: 974 486 348

Turismo Activo
Casteret Guías de Montaña
C Santa Cruz, 18 B - 22370 Broto
Tel.: 974 486 432

Caballos Casa Blás


La Iglesia, 1 - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 041

Caballos Sarvisé
Avda. Ordesa, 1 - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 479

Excursiones 4x4 Broto-Ordesa


Avda. Ordesa, 10 - 22370 Broto
Tel.: 654 197 717

Guías de Torla
C A Ruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 422

Agua y Nieve
22376 Torla
Tel.: 620 973 091

Guías Ordesa Amador


C Valle de Añisclo, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 417

Excursiones en 4x4
22376 Torla
Tel.: 630 418 918

Sendas de Agua
Avda. Ordesa, 32 - 22376 Torla
Tel.: 974 502 161

Guía de visita 194 parque nacional de ordesa y monte perdido


Restaurantes
Hotel Bielsa
C Pineta, 2 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 008
.hotelbielsa.com
hotelbielsa hotelbielsa.com

Hotel Valle de Pineta


C Pineta, 2 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 010
.hotelvalledepineta.com
reservas hotelvalledepineta.com

Hotel Camping Bielsa


Ctra. A-138, m 79,5 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 220
.campingbielsa.com
info campingbielsa.com

Parador Nacional Monte Perdido


Ctra. A-2611, m 14 - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 011
.parador.es
bielsa parador.es

La Terrazeta
C Baja, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 158

Los Valles
Ctra Parzán, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 105

Hostal Pañart
C Francia, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 116
.hostalpanart.pirineo.com

Pineta
Pla. Mayor, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 006

195
Restaurantes
Camping “Pineta”
Ctra. Parador Nacional, m 8 - 22350 Espierba (Bielsa)
Tel.: 974 501 089

La Fuen
Ctra. de Francia, m. 83 - 22365 Parzán (Bielsa)
Tel.: 974 501 047

Asador Adolfo
Avda. Ordesa, s n - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 337 760

Casa Redondo
C Barrio Nuevo, 17 - 22372 Asín de Broto (Broto)
Tel.: 974 337 102

Arazas
C Arazas, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 297

El Paseo
C El Paseo, 5 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 494

La Bóveda
Avda. Ordesa, 4 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 079

Sorrosal
Avda. Ordesa, 10 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 038

Sorrosal –Hotel–
Avda. Ordesa, 10 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 010

Balcón del Pirineo


C Vita, s n - 22375 Buesa (Broto)
Tel.: 974 486 175

Bendayuelo
C Afueras, s n - 22370 Oto (Broto)
Tel.: 974 486 075

Guía de visita 196 parque nacional de ordesa y monte perdido


Restaurantes
Castiella
C La Peña, s n - 22370 Oto (Broto)

Casa Frauca
C Carrtera, s n - 22374 Sarvisé (Broto)
Tel.: 974 486 353

Arnal
Avda. Pineta, s n - 22363 Escalona
Tel.: 974 505 206

Camping Valle de Añisclo


Ctra. Añisclo, m. 2 - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 974 505 096

O’Cado
C nica, s n - 22363 Puyarruego (Escalona)
Tel.: 974 505 013

Albergue Añisclo
C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 489 010

El Turista
C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)

Pañazio
C nica, s n - 22375 Nerín (Fanlo)
Tel.: 974 489 002

Lamiana
C nica, s n - 22364 Lamiana (Tella-Sin)
Tel.: 974 341 066

Tetería Nur
C A Ruata, s n - 22364 Hospital de Tella (Tella-Sin)
Tel.: 692 069 426

197
7
Restaurantes
El Capricho
Ctra. Francia, - 22364 Hospital de Tella (Tella-Sin)
Tel.: 974 504 055

A Borda Samper
C Travecinal, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 231

El Duende
C Iglesia, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 032

El Rebeco
C Las Fatas, 55 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 066

El Taillón
C Ruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 304

La Brecha
C Ruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 221

Las Gradas
C Ruata, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 320

La Cocinilla
C Fatas, 48 - 22376 Torla
Tel.: 629 324 632

Centros de Salud
Consultorio Médico de Bielsa
C Medio, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 013

Centro de Salud de Broto


Ribera Río Ara, s n - 22370 Broto
Tel.: 974 486 409

Guía de visita 198 parque nacional de ordesa y monte perdido


Centros de Salud
Consultorio Médico Lafortunada
Avda. Ainsa s n- 22364 Lafortunada (Tella-Sin)
Tel.: 974 502 208

Centro Médico de Torla


C Trasarrio, s n - 22376 Torla
Tel.: 974 486 495

Cruz Roja
Cruz Roja Ainsa Sobrarbe
Avenida Sobrarbe, s n - 22330 Ainsa-Sobrarbe
Tel.: 974 510 026

Farmacias
Farmacia María Victoria Linares
C Clavelería, s n - 22350 Bielsa
Tel.: 974 501 088

Farmacia Farmabroto
Avda, Oresa, 24 - 22370 Broto
Tel.: 974 486 101

Farmacia Ana Isabel Sánchez


C A Ruata, 30 - 22376 Torla
Tel.: 974 486 206

Emergencias
SOS Aragón
Para emergencias. Tel.: 112
Grupo de Rescate y Montaña de la Guardia Civil
Boltaña. Tel.: 974 502 083
Información de carreteras
Tel.: 915 352 222

199
Recuerde que...

El tránsito por el Parque Nacional implica un alto ries-


go de accidentes.

En verano, las tormentas eléctricas son frecuentes.


Evite las crestas o prominencias sobresalientes
expuestas a los rayos, así como las crecidas de ríos y
arroyos.

El terreno del Parque es extraordinariamente abrup-


to. Salvo por motivos justificados no abandone los
senderos, ni tome atajos.

Prepare con detalle sus excursiones. Lleve el equipo


de montaña personal adecuado para cada itinerario.

Extreme su precaución al cruzar neveros o zonas


heladas. Mucha precaución en el paso de “La
Escupidera de Monte Perdido”, en el descenso de la
“Senda de Cazadores” en Ordesa y en los pasos equi-
pados con clavijas o cables.

Durante los días de viento fuerte o lluvia intensa,


pueden caer piedras, ramas o árboles.

Infórmese de las previsiones meteorológicas y del


nivel de riesgo de aludes. Atención a los cambios
bruscos de tiempo. Aprenda a renunciar.

No sobrevalore sus propias fuerzas. Vaya acompañado.


No olvide el tiempo necesario para el regreso.

Las superficies mojadas, especialmente las rocas, son


muy resbaladizas.

Si se pierde por la niebla u otra causa, mantenga la


calma y pida socorro. Nunca intente avanzar de
noche o por terreno desconocido.

201
Procure madrugar y aprovechar las horas frescas de la
mañana. Tenga presente que la capacidad de los apar-
camientos es limitada.

Dada la altitud, el tránsito por determinadas zonas


del Parque supone un especial riesgo para las personas
que sufren enfermedades cardiovasculares.

La morfología árstica propicia que en las zonas y


mesetas superiores predominen áreas extremadamen-
te secas. Es conveniente aprovisionarse de agua en las
fuentes.

Es aconsejable contratar los servicios de un guía de


montaña profesional.

Guía de visita 202 parque nacional de ordesa y monte perdido


i bliografía y
créditos fotográficos
ACÍN FANLO, J.L.- 2000.- Tras las huellas de Lucien Briet. Ed.
PRAMES. aragoza.
ALMELA, A., RIOS, J.M., y ALASTRUE, E., 1957.- Explicación
al mapa geológico de la provincia de Huesca (1 200.000). IGME,
Madrid.
ANTOR CASTELLARNAU, R.- 1984. Los Pirineos. Ed.Pentha-
lon. Madrid.
BALCELLS, E., 1985.- Ordesa-Viñamala. Monografía n 37
ICONA-MAPA, Madrid.
BALCELLS, E., 1994.- La vida y sus manifestaciones en el Parque
Nacional de Ordesa y Monte Perdido. E. Lun erg, Barcelona.
BENITO ALONSO, J.L., 2006.- Vegetación del Parque Nacional
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Créditos fotográficos

Las fotografías utilizadas en esta publicación pertenecen a los


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©Vicente García Canseco


Pág. 12, 14, 16, 17, 20, 22, 23 sup, 30, 32, 36 inf, 38, 39,
41, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 54, 58 inf, 59, 60, 61, 62
inf, 63, 64, 68, 73, 77, 83 sup, 84 central, 85 central-inf,
86 inf, 87 sup-inf, 88 sup, 89 sup-inf, 90, 91 sup-central,
92, 93, 96, 97 inf, 98 sup-central, 99, 100 sup, 101 inf,
102, 103 sup, 104, 105, 108, 109, 110, 111, 112, 113,
114, 115, 116, 119 sup, 123 , 129, 139, 142, 143, 146,
147, 148, 149, 150, 151, 152, 153, 154, 155, 156, 157,
158, 159 sup-inf, 160 sup, 162 sup, 163 sup, 165 sup, 166.

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Alberto Ruiz del Portal
Basilio Rada Martínez
Carlos Tejado Pérez
E. Saïler
Eduardo Viñuales Cobos
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