"Aurora de una nueva República” se denomina el “conjunto de hombres y mujeres preocupados por el presente y el futuro de la República y sus instituciones”, que hizo su presentación pública el miércoles 8. Estos son, por orden alfabético, algunos de sus miembros:
Marcos Aguinis. Funcionario del gobierno alfonsinista en el área de Cultura. Entre otros libros escribió la biografía del almirante Guillermo Brown, a pedido de la DAIA y como homenaje y donación al almirante Massera en 1977. En el diario La Nación alterna artículos en los que compara a Kirchner con Hitler y otros en los que considera antisemita cualquier cuestionamiento a las violaciones a los derechos humanos por el gobierno de Israel.
Atilio Alterini. Juez civil y comercial, en 1976 prestó juramento por los estatutos golpistas. El brigadier Osvaldo Cacciatore lo designó director de asuntos jurídicos de la Municipalidad porteña, donde dictaminó en favor del despido de mujeres embarazadas y se refirió a la cesantía con la significativa expresión “acto eliminatorio”. Además convalidó el despido de una maestra detenida-desaparecida, por no presentarse a trabajar. Como miembro del Consejo Directivo de la Facultad de Derecho, Alterini aprobó el contrato y los honorarios de Alterini como director del proyecto Digesto Jurídico Argentino. La auditoría del Ministerio de Justicia detectó “un gasto exagerado en contrataciones de personal temporario, con presunto criterio de favoritismo político”. Entre los beneficiarios figura su hermano, el juez Jorge Horacio Alterini, con una remuneración mensual de 3000 pesos.
Miguel Angel Espeche Gil. Asesor de Elisa Carrió y postulante al premio Nobel de la Paz por una doctrina sobre la ilegalidad de la deuda externa. Durante la dictadura que contrajo la masa fundacional de esa deuda era director de América del Norte en la Cancillería. Según los documentos desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos, en 1977 se quejó en tono emocional al secretario de asuntos interamericanos Terence Todman por la falta de reconocimiento a las presuntas mejoras en la situación de los derechos humanos. En cambio calló cuando le pidieron explicaciones por el secuestro de las monjas francesas y las Madres de Plaza de Mayo en la Iglesia de la Santa Cruz. En 1978 protestó porque el embajador Raúl Castro dijo que la Argentina tenía mala imagen por las violaciones a los derechos humanos y no reconoció “los progresos realizados”. En 1979 intentó negociar en vano la libertad de Jacobo Timerman por elogios del gobierno de Carter a Videla. También justificó la detención de dirigentes sindicales en la Argentina porque así se garantizaba el derecho a trabajar.
Pablo Luis Manili. Como constitucionalista postula la prioridad de los tratados internacionales de derechos humanos sobre el ordenamiento jurídico interno. Sin embargo objeta la nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida y de los indultos. Esto le ha valido el encomio del rancio académico Horacio García Belsunce y la Cámara Federal de San Martín lo citó para declarar válido el indulto al ex jefe de Campo de Mayo, Santiago Riveros.
Horacio Sanguinetti. Director de asuntos jurídicos del ministerio del Interior durante la dictadura de Lanusse y asesor de gabinete del ministro Horacio Liendo durante la de Viola, datos que constan en su legajo oficial pero no en su curriculum que arranca con cautela en 1983, como si hubiera nacido con la democracia. Macri lo designó interventor del teatro Colón, cargo que debió dejar por el escándalo del alquiler para un show comercial de una marca de calzado de las pocas instalaciones utilizables en la caótica obra sin final a la vista.
Jorge Reinaldo Vanossi. Alternó entre la UCR y PRO. Como informante por la mayoría radical en el debate de la ley de obediencia debida este constitucionalista dijo que no usaría “capítulos de erudición ni excesivas citas, porque éste no es momento de pergaminos ni de entelequias intelectuales sino de realidades patéticas”. Agregó que “las cosas fueron como fueron” y es “ocioso entrar en bizantinismos jurídicos”. Ministro de Justicia durante la presidencia interina del ex senador Eduardo Duhalde dictaminó que los caceroleros incurrían en el delito de sedición.
Agustín Zbar. Legislador porteño de la UCR, en 1999 fundamentó la primera reforma al Código de Convivencia Urbano que devolvió a la Policía Federal la facultad de detener a los ciudadanos que antes dependía de fiscales o jueces, elevó de 10 a 30 días el plazo máximo de arresto y hasta prohibió hablar de sexo en la calle. Con un discurso muy parecido al que convalidó la ley de obediencia debida, dijo que “muy lamentablemente”, la nueva norma “debe ajustarse a las fuerzas del poder, y no podemos cumplir la misión más importante de un cuerpo legislativo y de la política, que es tratar de encauzar, de orientar la realidad, y no meramente de someterse a ella, de claudicar ante ella. Aun cuando esto vaya a convertir a muchas personas que ejercen una actividad lícita en víctimas de una norma”, que calificó como “de dudosa constitucionalidad, la misión más sagrada de esta Legislatura en el día de hoy, la razón de Estado, es evitar ese conflicto” con el gobierno nacional de Menem, que había firmado un decreto de reposición de los derogados edictos policiales.
Si así la defiende este águila guerrera, la República está a salvo.
HOracio Versvisky Pagina 12
"Aurora de una nueva República”
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El voto de las almas bellas
* Profesor titular de Política Latinoamericana en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
Las vísperas de unas elecciones, en las que se juegan muchas cosas, son apropiadas para algunas reflexiones. Sabemos que hay muchos votos cantados y difíciles de conmover. Está el voto de quienes defienden sus intereses, desconfían de lo que se ha extendido en toda la región y obran en consecuencia. Son coherentes, ninguna objeción. Después está el voto pánfilo. Son bastantes. Tienen muy poco que ver con los de arriba, pero se creen a pie juntillas los dislates con los que abruman los medios de desinformación. Son una pena. Rescatables, pero con mucho trabajo y paciencia.
Y después están los votos de los que quiero ocuparme en esta ocasión: el voto de las almas bellas. Se trata de votantes bien intencionados con quienes imaginamos mundos parecidos. Quieren lo mejor para sí y para sus semejantes, pero padecen de una crónica aversión para repasar y comprender la historia y les cuesta entender la dimensión de la política. Tienen poca idea de porqué la mayoría del electorado no los acompaña. Tienden a suponer, aunque no lo dicen, que es por mera necedad. Al fin de cuentas, un país tan lindo como el que ellos imaginan, ¿por qué no se suman los más, los objetivamente interesados? Algunos suelen diagnosticar que “carecen de conciencia”. Allá ellos, se dicen, poco importa, pero mi voto de alma bella enfila a reunirme con todos los que quieren para ahora un mundo mejor. Las almas bellas no son demasiadas. Pero tampoco son un puñado insignificante. Y tienden a agruparse en dos variantes.
Están los perseverantes abonados a micro emprendimientos (aunque sus concurrencias suelen renovarse según pasan los años) de quienes me he ocupado en otras oportunidades. Y están los más románticos y menos doctrinarios, que sinceramente sufren con los más postergados de la tierra y por los daños que se le causan a diario al planeta. Son sensibles a los vuelos retóricos y, en general, aceptan que su postura conjuga la política con la poesía. Silvio Rodríguez escribió una hermosa canción en su juventud, dedicada al Che, que aún se esforzaba en Cuba por conmover la economía de la isla. “Si el poeta eres tú”, decía el estribillo. Claro, a Fidel no le hubiera cuadrado una canción de este tenor. Era quien había armado las alianzas con hasta el último liberal que se oponía a Batista. Y hasta les había otorgado en un primer momento la presidencia de la república y el cargo de primer ministro, ni más ni menos. A pesar de que el Ejército Rebelde era dueño y señor de la isla. Y los señores Urrutia y Miró Cardona recién dejaron sus cargos cuando las mayorías salieron a la calle para exigirlo. Los poetas son imprescindibles en todos los espacios, pero para que el amasijo sea consistente debe nutrirse con lo que existe, y para que fragüe, los que van al frente tienen que saber caminar largas marchas por el barro. La poesía, como el cine y la plástica, estimulan el espíritu, y sin ella ninguna misión noble podría llevarse a cabo. Pero las leyes de la política son diferentes.
Un excelente analista y politólogo, Ezequiel Meler, decía hace poco en su blog Pre-textos, polemizando con un alma bella, más de la estirpe de los doctrinarios: “Siempre hay conciencia de clase. El tema es reconocer cómo se compone, qué determinantes históricos y culturales la integran, cuál es su sentido y dirección, si sirve a los fines políticos que nos proponemos, etc. La conciencia de clase puede no ser revolucionaria, puede no ser socialista, pero siempre es algo. De ese ‘algo’ parte el trabajo político, el tuyo y el mío”.
Y ésta es la cuestión. Tanto para los doctrinarios como para los poéticos. Si las almas bellas se interesaran por esta trama, descubrirían que un genial observador de nuestro mundo, Antonio Gramsci, diseñó con maestría la índole de los escenarios en los que transcurre la política. ¿Cómo articular con los más un espacio que pueda efectivamente disputar el territorio a los de arriba? La manera no puede provenir de mis sueños y aspiraciones. Ni provenir de rígidos principios. Tendrá que nutrirse de los complejos y contradictorios entrelazamientos que las mayorías han conjugado para negociar condiciones de vida que suponen mínimamente aceptables en el marco de ciertas condiciones. Las mayorías son portadoras de una vasta sabiduría que recorre generaciones y continentes. Y no son poéticas ni aventuradas. Pero son los protagonistas. Los protagonistas de la política y de los cambios posibles. A veces pueden equivocarse en toda la línea. Pero sólo desde su experiencia puede buscarse un nuevo camino.
En nuestros días, uno de los reclamos más persistentes de las almas bellas se relaciona con la opción de Kirchner por disputar y obtener la jefatura del Partido Justicialista. Se “pejotizó”, dicen, en una antojadiza y burda simplificación. La realidad es otra. Consiguió convocar a lo mejor que convivía en esta contradictoria conjunción, mezclada con oportunistas diversos y personajes que, tarde o temprano, se marchan para otras tiendas sin que nadie los eche con un úkase burocrático. No estamos hablando de un armado de ocasión, como existe en otras latitudes. Aquí se trata de un conglomerado con mística y largos años de persecución. Se trata nada menos que de un movimiento del que se dice que, sin él, no se puede gobernar. Los K, viniendo de la nada, disputaron en el territorio más temido, la provincia de Buenos Aires. Y ganaron. Viniendo de ese movimiento pretenden que quienes se abroquelaron en sus filas, aunque más no sea por mera autodefensa, cimentada en el número y la unidad, se sumen ahora a este nuevo curso que ha despuntado en toda América latina. Con sus tiempos, que no son los de los jóvenes leídos. Y es por esto, como es notorio, que la derecha se desvive por recomponer un armado que cuente con la suficiente presencia del mismo tronco por que también saben que sin esta vertiente no pueden recuperar la iniciativa. Hay razones de la historia que nos lo explican. No puede dilucidarse el tema en pocas palabras. Pero baste señalar que el movimiento se gestó y perduró porque lo que obtuvieron sus protagonistas fue consistente. Aunque haya supuesto una delegación en mandos que querían asegurarse que no se pasaría de ciertos límites. Si pretendemos convocar y hacer confluir otras vertientes, lo que es indispensable, pongamos manos a la obra despojándonos de devaneos por figurar en la cartelera y valorando lo que ya se ha producido.
Hoy, como nunca, las opciones son claras. O se es protagonista con las mayorías consolidando el curso que se ha abierto o se persiste en los antiguos cenáculos que rondan el 1 por ciento en algunos distritos o, a lo sumo, en la variante nutrida en fantasías de celuloide que se conforma con contar con alguna presencia tan solo en la ciudad que siempre ha sido esquiva a las mayorías, con incesantes reclamos por todo lo que resta por hacer.
En las filas de la restauración conservadora algunas cosas están fuera de discusión. Ya lo han dicho muchos. Y las almas bellas deberían reparar en este señalamiento. Si la derecha clama en todos los tonos contra este Gobierno, es porque algo que no es superficial está ocurriendo. ¿Por qué insistir en solazar el espíritu tan lejos de los cursos de la historia? La belleza de las almas también puede nutrirse del temple que supone cerrarle el paso a la contraofensiva conservadora y buscar los rumbos que permitan profundizar en un camino que no es transitable si no se cuenta con el calor y la presencia de los que son más y menos tienen. No sólo está en juego nuestro destino. También el de los demás pueblos del continente. Y como decía el poeta uruguayo tan sensible a las mayorías que estamos recordando: en la calle, codo con codo, somos más.
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Los e-mails que oponen a De Narváez y Faggionatto
En un correo electrónico, el diputado-candidato de Unión-PRO anticipó que “al señor de Campana lo recusaremos”. El que lo recusó cuatro días después fue el Rey de la efedrina, a través de Cúneo Libarona, el abogado que comparte con una de las empresas de De Narváez
“La efedrina no llega a la gente, seguirán intentándolo, al señor de Campana lo recusaremos”. La frase forma parte de un e-mail que le escribió el diputado-candidato de Unión-PRO, Francisco de Narváez, a un periodista del diario La Nación el pasado 9 de mayo. Cuatro días después Mariano Cúneo Libarona, como defensor del detenido por narcotráfico y contrabando Mario Segovia, recusaba al juez Federico Faggionatto Márquez. Cúneo Libarona es a la sazón abogado corporativo del Canal América, una de las empresas de De Narváez. El intercambio de correos electrónicos llegó en forma anónima al juzgado federal de Zárate-Campana el pasado 22 de mayo. El magistrado remitió a la Cámara Federal de San Martín el material para que lo evaluara en el marco de su recusación. El 28 de mayo los camaristas rechazaron la separación del juez. El 1° de junio el columnista confirmó, en su declaración como testigo, la autenticidad de los e-mails. Este elemento, más los dichos de dos testigos de identidad reservada, se sumaron a los motivos acumulados por el juez para realizar la citación a indagatoria de De Narváez para mañana a las 10.
Ayer, De Narváez anunció públicamente que recusará al juez porque consideró “obsceno” que la Justicia lo cite. En este caso lo anticipó públicamente y se atiene a la ley puesto que fue citado como imputado. El oficio, firmado por Faggionatto Márquez, ingresó a las 9.20 a Cámara de Diputados y está fechado el viernes pasado. Lo llamativo de su estrategia judicial es que ya a principios de mayo cuando se lo había requerido como testigo planteaba la recusación, una figura que sólo está prevista para un acusado y coincidió con el recurso al que apeló el mediático Cúneo Libarona como defensor de Segovia.
Los e-mails que llegaron en un sobre sin remitente al juzgado de Zárate-Campana fueron enviados también a distintos medios de comunicación, funcionarios y dirigentes de la oposición y organismos defensores de los derechos humanos. El periodista Carlos Pagni dejó constancia en su testimonio del malestar que le provocó saber que esa correspondencia hubiera trascendido. Con la confirmación de la autenticidad, los e-mails quedaron incorporados a la causa. Las denuncias o la presentación de documentación en forma anónima son habituales en las causas por narcotráfico o corrupción. La investigación por coimas en el Senado que terminó con el procesamiento del ex presidente de la Alianza, Fernando de la Rúa, empezó con un anónimo que circuló por los despachos de la Cámara alta.
Los llamados
Desde que el registro de Nextel certificó que desde el teléfono 155-451-2227, a nombre de De Narváez, se habían hecho cuatro llamadas a Benítez-Segovia, el diputado emprendió un sinuoso camino de defensa. Primero se autodenunció y dijo que no apelaría a sus fueros. Mandó a filmar con cámara oculta y a retirarle el Nextel a Danilo Coronel, el parrillero que usaba el aparato sospechado. No cumplió con su palabra y optó por declarar por escrito cuando Faggionatto Márquez le pidió explicaciones como testigo. A renglón seguido apareció en escena Cúneo Libarona, como defensor de Segovia, para recusar al juez días después de que el propio De Narváez anticipara su estrategia en el e-mail que se revela en esta nota. Ahora, directamente consideró una afrenta que la Justicia lo investigue como a cualquier otro ciudadano. Dijo, además, que no se “despojará” de sus fueros. En rigor, la posibilidad del desafuero no es una atribución personal sino que es la Cámara baja la que debe resolverlo en caso de que se ordene la detención, por ejemplo, de uno de sus miembros. El diputado-candidato atribuye sus sinsabores judiciales sólo a los avatares de la campaña electoral y machaca contra los pedidos de juicio político que acumula Faggionatto Márquez (ver aparte).
Testigos
El 28 de mayo, la Cámara Federal de San Martín confirmó la continuidad de Faggionatto Márquez en la causa por tráfico de efedrina. Durante casi un mes la recusación paralizó la posibilidad de dictar medidas procesales pero no la continuidad en la recolección de prueba. Aparecieron dos testigos de identidad reservada que aportaron información sobre supuestos vínculos entre Segovia y el diputado-candidato. Uno de ellos, que estuvo preso por narcotráfico, aseguró que un grupo de colombianos que pretendían hacer pie en la Argentina para el tráfico de cocaína a Europa tenía relaciones con De Narváez. Aportó nombres y relaciones que la justicia investiga.
Otro de los testimonios surgió de un ex encargado de un depósito de una empresa contratada por el supermercado mayorista Makro. El declarante señaló que en una exportación de miles de toneladas de azúcar a México se ocultaron cientos de kilos de efedrina y señaló que el supermercado pertenecía en ese momento al empresario-candidato. El entramado de fechas y hechos es otra de las piezas del rompecabezas que se intenta rearmar en la Justicia. El principal detenido, Mario Segovia, tuvo un meteórico ascenso social que en diez años lo transformó de mozo en propietario de una mansión en Rosario y varios superautos como una Hummer y un Rolls Royce.
La posibilidad de confrontar los dichos de los testigos con el testimonio de De Narváez quedará demorada por la decisión del diputado de recusar al magistrado. Nuevamente la causa entrará en un compás de espera hasta que se decida si es viable el recurso que fue rechazado, por otros motivos, hace apenas diez días. El planteo de Cúneo Libarona se fundó en que el juez le había ofrecido a Segovia mejorar su situación procesal a cambio de que involucrara en forma directa al candidato en sus tropelías de contrabando y narcotráfico. Los camaristas Alberto Criscuolo, Daniel Mario Rudi y Hugo Daniel Gurruchaga no hicieron lugar al planteo. El candidato que pide “Me ayudás” en cada spot de campaña hará extensivo su slogan, ahora en forma personal, ante los mismos camaristas.
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