Portada
Y, entonces, llega la portada de tu novela y te vuelves a emocionar. Y lo primero que piensas es que te gustaría poder decirle a tu padre: "Mira, Papá, sales en un libro de Anagrama. Sí, eres tú, pasándome el brazo por detrás de la espalda. No te preocupes por las alpargatas; quedan bien en cámara".