Oh, sopa!
tú, que consigues hacernos olvidar por un rato de este frío;
tú, la comida sencilla del invierno
o la entrada que, humilde, nos da la bienvenida
anunciando la inminente llegada del plato principal.
A veces, como si parecieras humana,
has sucumbido a las ansias del poder y de la fama
vestida de consomé o sopa de mariscos.
Oh, sopa!
líquido humeante que llenas la sopera,
servida con cucharón en plato hondo;
siempre SOPA en todas sus variantes:
sopa crema, diet, instantánea o enlatada,
de arroz, de avena, de fideos, de verduras,
de pescado, de carne, de gallina,
o simplemente... caldo.
Oh, sopa!
Yo que, como Mafalda, te he odiado a muerte tantas veces
hoy quiero amigarme con vos, hacer las paces.
Por estos malditos kilos que me sobran
-según marca la balanza-
vos y la ensalada, en mi menú, serán obligatorias.
Acepto mi destino (a veces cruel)!
Empezaré la dieta!!
y te beberé de a litros (hasta en el desayuno!)
para que, al fin (o cuanto antes mejor!), me des lo que deseo:
el cuerpo perfecto conque lucir la malla nueva en el verano.
Ahora...
mientras te rindo este homenaje,
"camino al sacrificio"
y, resignada, sumerjo la cuchara en tu líquida sustancia.
-(Palabras propias)-