La entrada de hoy va a estar dedicada a uno de los muchos lugares existentes en la
Jacetania, el lugar de
Alastuey, en el municipio de
Bailo.
Visité el lugar hará un par de años, para recoger fotografías del lugar para una de las primeras personas con quienes contacté en el mundo de la Genealogía, Karina Jara Alastuey, la webmaster de la página de
Los Alastuey, con quien posteriormente he llegado a la conclusión de que somos familia, precisamente por su apellido Alastuey. A ella está dedicada esta entrada, esperando que le guste.
Fue una visita un poco rápida, ya que detrás mío avanzaba una tormenta que me había echado de los valles del Pirineo, así que desgraciadamente pude destinar poco rato a la visita, aunque pude hacer un buen puñado de fotografías y espero volver en próximos viajes. Cuando visité el lugar ya sabía que uno de mis apellidos es el apellido Alastuey, por mi quinta abuela Bárbara Cuiral Alastuey, natural de
Luesia, que es nieta o bisnieta (me falta completar esa rama) de un Lamberto Alastuey natural de Longás y miembro de la Cofradía de Nobles de San Lamberto de Luesia, relacionado en el Padrón de Infanzones de Luesia de 1757. Pero del apellido Alastuey, de su historia y ramificaciones en las Cinco Villas y de los sucesos acontecidos a sus portadores hablaremos otro día con más detenimiento, que hay mucho que contar.
Como acabo de crear el artículo
Alastuei (pues ese es el topónimo en
aragonés) en la
Biquipedia aragonesa, tengo frescos los datos generales, aunque deberé en el futuro completar aún más los datos de la localidad y subir fotografías.
Para llegar, hay dos opciones: bien desde la carretera de
Puente la Reina a
Jaca, tomando un desvío a la derecha, pasando por la abandonada pardina de Lardiés, bien desde
Bailo, cerca el Puerto de Santa Bárbara, pasando por Arbués (conocido sobre todo por el inquisidor
Pedro de Arbués, aunque era de
Épila).
El lugar se encuentra sobre un pequeño altozano o
pueyo (un día habrá que explicar los motivos de la ubicación de los pueblos), formando un núcleo compacto de viviendas, con algunos edificios notables, entre los que destaca la iglesia de San Miguel Arcángel, en la parte baja del pueblo, con un pequeño cementerio adosado, como es frecuente en la Jacetania. La iglesia es de planta románica, de postrimerías del siglo XII o de principios del XIII, aunque como suele ser habitual fue ampliamente reformada en el siglo XVII, momento en que se añadió al templo una segunda nave y se sustituyó la antigua cubierta de madera por una de lascas de piedra, algo muy habitual al norte de la sierra de Santo Domingo.
De la historia del lugar conocemos pocos datos. Sí sabemos que ya existía en el año 987, momento en que el
monasterio de San Juan de la Peña manipuló documentos para intentar apropiarse del lugar, que era de realengo, y lo siguió siendo hasta 1428, momento e que el rey
Alfonso V de Aragón efectuó la cesión del lugar al cenobio pinatense, al que perteneció hasta la misma desamortización de Mendizábal, en 1835. Posteriormente fue la capital de un municipio conjunto con Arbué, hasta los años 60 del siglo XIX, en que Arbués se hizo con la capitalidad del término, para integrarse después en el término de Bailo. Puesto que una de mis adquisiciones en anteriores viajes fue un libro acerca de la Historia de Bailo, que aún no he podido leer, espero poder amplia convenientemente estos sucintos datos.
De momento, pues, nos conformaremos con este breve esbozo...
Las imágenes forman parte de mi colección privada. La primera muestra el interior del pueblo, con el arco cubierto que hay a la izquierda que nos lleva hacia la iglesia, y con la tormenta, mi perseguidora, al fondo (por cierto, me atrapó en
Bagüés, impidiéndome tomar fotos de sus iglesias románicas en ese viaje). La segunda es una vista de la fachada sur, con la puerta de acceso a la iglesia en forma de saledizo cubierto, y la tercera nos muestra el ábside de la primitiva iglesia románica, con su característico
ajedrezado jaqués recorriendo la parte superior.