“Tras subir por una carretera de hormigón y un pequeño trozo sin asfaltar pero con un firme decente llegamos a un pequeño aparcamiento, el frió ya se hacía notar al descender del vehículo, nos abrigamos y preparamos las cámaras.
Tras observar una pequeña maqueta de la fortaleza y leer el panel introductorio nos depusimos a subir el largo trecho hasta la entrada de la fortaleza. Tras llegar a ella y darnos cuenta que solo era el principio de una larga visita observamos el paisaje a nuestro alrededor, a la derecha la meseta castellana se extendía hasta donde alcanza la vista, a la izquierda las montañas que separan el País Vasco de Burgos y el camino natural hacia Francia. Debajo nuestro el pueblo de Pancorbo.”