Hola, hola. Poco a poco voy decorando mi casa para estas fechas. Siempre ponemos algo en la puerta de entrada. Durante muchos años, ha sido una silueta de Papá Noel, que cubre casi la mitad de ella. Pero el año pasado lo sustituí por una corona hecha por mí. Eso sí, Papá Noel sigue estando, aunque hemos cambiado la ubicación. Mis hijos estuvieron a punto de amotinarse si no se colocaba, así que cedimos a la presión familiar. La tradición es la tradición.
He usado una base de corona de polispán que he forrado con lazo de tela de saco. Me gusta el aire rústico que le da, y tiene mucho cuerpo, lo que hace muy fácil trabajar con él.
El adorno de flores era en origen para colocar en portavelas. He unido dos y lo he completado con una seta y unas bayas rojas, todo restos de otros adornos navideños. Ya sabéis que no se tira nada, a no ser que ya no quepamos en casa, jaja. Y lo he sujetado todo a la corona con alambre.
El lazo está hecho con el mismo de tela de saco, al que he pegado con cinta adhesiva de doble cara un lazo de cuadros vichy rojo. Un cordón dorado que había también por casa y que tenía guardado mi marido, sirve para colgarla. Él también lo guarda todo.
La verdad es que estoy muy satisfecha con el resultado. Bromeaba diciendo que este año me quedo en Navidad a vivir en la escalera, para poder verla todo el tiempo. Pero es para que reciba a quienes llegan a casa.
Como siempre, espero que os guste. Sabéis que siempre sois bien recibidos por aquí. Hasta pronto.