Hoy, al abrir los ojos, contemplo el reloj.
Tengo tiempo nuevo en los párpados
y una vieja Luna, desde anoche, para recordar.
La palma de mi mano confía en sus dedos;
hay tanto que tocar después de ahora,
hay tanto que creer, tantos abrazos
que la espera sería un crimen.
Ya estoy despierto una vez más…
¿cuántas veces más?
Silencio, respuesta sin aliento,
duda de dioses, certeza pospuesta.
Es extraño el bendito aire que llama a mi ventana,
silbido del alba que promete sus tonos…
¿Embustera?
Hay un puñado de hojas que ya no tienen árbol
y la vieja Luna, desde anoche, tiene miedo
de este tiempo nuevo, en mis ojos, que parece olvido.
A veces preferimos cerrar los ojos y así permanecer varados en el tiempo, como no queriendo aceptar lo que nos acontece...pero debemos abrirlos y pensar que nacera otra luna nueva que nos llenará de luz para seguir escribiendo nuestro libro, el de la vida...
Es mágico adentrarse en tus letras.
Muaks.