Casa Mila

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Casa Milà

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Coordenadas: 41°23′43″N 2°09′42″E (mapa)
Casa Milà
bien de interés cultural
Parte de un Sitio Patrimonio de la Humanidad y Bien Cultural de Interés Nacional

Vista general
Localización
País Bandera de España España
Comunidad Cataluña
Ubicación Barcelona
Coordenadas 41°23′43″N 2°09′42″E
Información general
Usos Edificio de viviendas
Estilo Modernista
Parte de lista de edificios modernistas de Barcelona, Iconic Houses Network y
Obras de Antoni Gaudí
Construcción 1906-1912
Altura 30 m
Detalles técnicos
Material piedra
Plantas 8
Superficie 1835 m²
Diseño y construcción
Arquitecto Antoni Gaudí
Bien de interés cultural
Patrimonio histórico de España
Código RI-51-0003814
Declaración 24 de julio de 1969

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco


Tipo Cultural
Criterios i, ii, iv
Identificación 320bis
Región Europa y América del Norte
Inscripción 1984 (VIII sesión)
Extensión 2005
www.lapedrera.com/es
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La Casa Milà, llamada popularmente La Pedrera («cantera» en catalán), es un
edificio modernistanota 1 obra del arquitecto Antoni Gaudí, construido entre los
años 1906 y 1910 en el distrito del Ensanche de Barcelona, en el número 92 del
paseo de Gracia.1 La casa fue edificada por encargo del matrimonio Pedro Milá y
Camps y Roser Segimon, y Gaudí contó con la colaboración de sus ayudantes Josep
Maria Jujol, Domingo Sugrañes, Francesc Quintana, Jaume Bayó, Juan Rubió, Enrique
Nieto y José Canaleta, así como del constructor Josep Bayó i Font, que había
trabajado con Gaudí en la Casa Batlló.2 Desde su apertura al público en 1987 ha
recibido más de 20 millones de visitas (un millón cada año aproximadamente),
convirtiéndola en uno de los diez lugares más visitados de Barcelona.3 En 2016
recibió 1,2 millón de visitantes, siendo el octavo monumento más visitado de
España.4

La Casa Milà es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa


naturalista (primera década del siglo xx), periodo en que el arquitecto perfecciona
su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo
que puso en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas
en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada. A ello
añade el artista catalán una gran libertad creativa y una imaginativa creación
ornamental: partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza
estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de
cualquier premisa clásica.5

Desde el año 2013, la Casa Milà es propiedad de la Fundació Catalunya-La Pedrera,


que es la encargada de organizar exposiciones, actividades y visitas.

Historia

La Casa Milà en 1911, cuando aún no se habían colocado los balcones, excepto uno de
muestra en la fachada del chaflán
La Casa Milà se encuentra en un chaflán del paseo de Gracia con la calle de
Provenza, ocupado anteriormente por un chalet que hacía frontera entre los
municipios de Barcelona y Gracia, antes de la anexión de esta villa a la ciudad
condal en 1897.nota 2 El chalet pertenecía a José Ferrer-Vidal y Soler, hermano de
Luis Ferrer-Vidal y Soler, fundador de la Caja de Pensiones para la Vejez y de
Ahorros de Cataluña y Baleares, y se formalizó la compra ante notario el 9 de junio
de 1905.6 La zona se ubicaba en pleno Ensanche de Barcelona, proyectado por
Ildefonso Cerdá y aprobado en 1859, con un sistema reticular de manzanas de
viviendas con los ángulos recortados, con la previsión de edificar por dos lados y
dedicar el resto a jardines, punto este último que finalmente no se llevó a cabo.
Con el Ensanche, el paseo de Gracia se convirtió en una de las principales arterias
de la ciudad, por lo que fue elegido por la burguesía catalana para fijar sus
residencias, gracias a lo cual esta vía creció rápidamente y se convirtió en un
hervidero constructivo donde desarrollaron su labor los mejores arquitectos de
Barcelona. Cabe resaltar que en el mismo paseo de Gracia había construido Gaudí
poco antes la Casa Batlló (1904-1906), y anteriormente había efectuado otras dos
intervenciones hoy desaparecidas: la Farmacia Gibert (1879) y la decoración del bar
Torino (1902).7

Alzado de la Casa Milà (1906)


En ese contexto, Gaudí recibió el encargo de construir una casa señorial de parte
de Pedro Milá y Camps, un rico empresario cuyo padre, Pedro Milá y Pi, había
forjado su fortuna en la industria textil. Milà amplió el negocio familiar y
diversificó los sectores donde probó fortuna, siendo por ejemplo el promotor de la
plaza de toros La Monumental. También se dedicó a la política, y fue diputado por
parte de Solidaridad Catalana. El señor Milà estaba casado con Roser Segimon, viuda
de José Guardiola Grau, un indiano enriquecido en América con plantaciones de café,
cuya fortuna heredó su mujer. Así pues, la pareja gozaba de una privilegiada
posición, hecho que quisieron plasmar en una casa de diseño innovador y gran lujo
de detalles. Para ello compraron el solar del paseo de Gracia en 1905, y encargaron
el proyecto a Gaudí, entonces un arquitecto de gran renombre, que en aquella época
trabajaba en diversos proyectos a la vez: el Templo Expiatorio de la Sagrada
Familia (1883-1926), la Torre Bellesguard (1900-1909), el parque Güell (1900-1914),
la Casa Batlló (1904-1906) y la restauración de la Catedral de Mallorca (1903-
1914).8

El matrimonio Milà

Pedro Milá y Camps


Rosario Segimon y Artells
El proyecto de Milà era construir un edificio de grandes dimensiones, destinar el
piso principal para su propia residencia y el resto en régimen de alquiler, algo
habitual en la época. Asimismo, la planta baja, en su parte exterior, fue destinada
a tiendas, siendo la primera una sastrería abierta en 1928.9 El 2 de febrero de
1906 se presentaron los planos en el ayuntamiento y se solicitó el permiso de
obras. La construcción sufrió diversos retrasos, ya que el edificio superó en
altura y anchura a lo establecido en las ordenanzas municipales, por lo que se
impuso al señor Milà varias multas. Además, Gaudí abandonó la dirección de la obra
en 1909 por divergencias con los Milà respecto a la decoración interior. La
relación entre Gaudí y Milà se enfrió, y el arquitecto tuvo que llevar a juicio al
promotor para cobrar sus honorarios (105 000 pesetas), que donó a los jesuitas.10
Para hacer frente al pago, el señor Milà tuvo que hipotecar la casa.11

Desde el punto de vista administrativo también provocó alguna polémica cuando en


diciembre de 1907 el ayuntamiento detuvo las obras porque un pilar ocupaba una
parte de la acera sin respetar el alineamiento de las fachadas. Al serle comunicada
la noticia a Gaudí, este respondió con su estilo irónico habitual:

Diles que si quieren cortaremos el pilar como si fuera un queso y en la pulida


superficie restante esculpiremos una leyenda que diga: Cortado por orden del
Ayuntamiento según acuerdo de la sesión plenaria de tal fecha.12
Sin embargo, la suspensión de las obras no fue respetada y Gaudí continuó con su
labor. El 28 de septiembre de 1909 se le abrió un nuevo expediente porque superaba
la altura prevista y excedía el volumen construido en unos 4000 m³.13 El
ayuntamiento reclamaba una multa de 100 000 pesetas (aproximadamente el 25 % del
coste de la obra) o derribar el desván y la azotea. La polémica se solucionó un año
y medio más tarde, el 28 de diciembre de 1909, cuando la Comisión del Ensanche
certificó que se trataba de un edificio monumental y no se requería que se ajustara
estrictamente a las ordenanzas municipales.14

Salta a la vista que el edificio en cuestión, sea cual fuere su destino, tiene
carácter artístico que lo separa de los demás edificios particulares, dándole
fisonomía especial, a lo cual contribuye en parte principal la obra realizada
separándose de los planos aprobados.15
Tal solución satisfizo enormemente a Gaudí, que pidió una copia de la resolución
para conservarla. Por último, en 1910 los Milà pidieron permiso al ayuntamiento
para el alquiler de las viviendas del edificio, pero no fue concedido hasta octubre
de 1912, cuando Gaudí certificó la finalización de las obras.16

Certificado de finalización de las obras de puño y letra de Gaudí: «D. Antonio


Gaudí y Cornet, arquitecto, residente en esta ciudad. Certifico: que bajo mis
planos y dirección se ha construido la casa sita en el paseo de Gracia no 92 y
calle de Provenza nos 261, 263, 265 y 267 en esta ciudad (Gracia) y propiedad de
Dña. Rosario Segimon y Artells, y ha quedado en disposición de ser alquilada en el
día de la fecha. Para que conste donde convenga, firmo la presente en Barcelona a
veintiuno de octubre de mil novecientos doce. Antoni Gaudí y Cornet»
El proceso de construcción fue relatado años después al historiador Joan Bassegoda
por el constructor, Josep Bayó: primero se derribó parcialmente el anterior chalet,
dejando una parte de la estructura como barraca de obras, donde los ayudantes de
Gaudí pasaban a limpio los croquis que les iba dando el arquitecto; luego se rebajó
el terreno en 4 metros, hasta la profundidad necesaria para el sótano; al cubrirse
este, se pasó allí el taller de la obra, y se derribó el resto del chalet. Los
cimientos se hicieron con hormigón de grava de piedra de Montjuïc mezclada con
mortero de cal, sobre los que se levantaron los pilares, algunos de hierro colado y
otros de ladrillo —para lo que se aprovecharon los ladrillos del anterior chalet—.
Una vez terminado el sótano se procedió con la construcción del resto de pisos,
mientras que se fue proyectando la fachada —que es autosustentante e independiente
del resto del edificio—, a través de unas maquetas de yeso que modelaba el yesero
Joan Bertran bajo la supervisión directa de Gaudí; esta maqueta fue posteriormente
troceada y llevada como modelo a la obra, donde los picapedreros seguían fielmente
su estructura. En todos los pisos se utilizó un sistema de jácenas y vigas de
hierro dispuestas en forma de bóveda catalana, unidas mediante roblones y
tornillos, sin necesidad de soldaduras. La fachada fue cubierta de piedras formando
arcos de forma ondulada, que luego fueron retocadas por los picapedreros hasta
conseguir la forma deseada por Gaudí. Por último, se realizó el desván, diseñado de
forma independiente al resto del edificio, con un sistema de arcos catenarios de
ladrillo, y por encima se situó la azotea, de forma escalonada dado las diferentes
alturas de los arcos del desván.17

La Casa Milà en obras


Su propietario lo presentó al Concurso anual de edificios artísticos del
Ayuntamiento de Barcelona, donde aquel año optaban dos obras de Enric Sagnier
(calle de Mallorca, 264 y Córcega con Diagonal), la Casa Gustà, que era una
vivienda particular del arquitecto Jaume Gustà, y la Casa Pérez Samanillo, obra de
Joan Josep Hervàs. Aunque la más espectacular y claramente favorita era la Casa
Milà, el jurado la descartó manifestando que «a pesar de estar terminadas las
fachadas, falta mucho para que esté totalmente completada, ultimada y en perfecto
estado de apreciación». La ganadora de 1910 fue la de Pérez Samanillo, actual sede
del Círculo Ecuestre.18

Durante la guerra civil española la Pedrera fue ocupada por el PSUC, cuyo
secretario general, Joan Comorera, se instaló en el piso principal. Los Milà, que
estaban veraneando en Blanes al estallido de la contienda, se pasaron al bando
sublevado, y volvieron a su casa una vez terminada la guerra. En 1940 falleció
Pedro Milá, y pocos años después, en 1946, su mujer vendió el inmueble a la
Inmobiliaria CIPSA (Compañía Inmobiliaria Provenza, S. A.), si bien siguió viviendo
en su piso hasta su fallecimiento en 1964.19

La Pedrera ha sufrido diversas vicisitudes: en 1927 Roser Segimon ordenó al


constructor Josep Bayó la remodelación del interior del piso principal, y se perdió
la decoración efectuada por Gaudí; en 1932 se transformaron las carboneras en
tiendas, eliminando las rejas de hierro que separaban el semisótano y la calle;nota
3 en 1954 la Inmobiliaria CIPSA construyó trece apartamentos en el desván, a cargo
del arquitecto Francisco Juan Barba Corsini; en 1966 se transformó la planta noble
en oficinas, con la firma de Leopoldo Gil Nebot; entre 1971 y 1975 se efectuó una
primera restauración a cargo de José Antonio Comas de Mendoza. En 1986 lo adquirió
la Caixa de Catalunya, que ha efectuado continuadas obras de conservación y
restauración (1987-1996, a cargo de José Emilio Hernández Cros y Rafael Villa) y la
mantiene abierta al público para su visita, para lo que se puede entrar en las
viviendas de la planta cuarta, el desván y la terraza. Las demás plantas están
ocupadas por oficinas o todavía por algunas familias residentes.20

La Casa Milà fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Carácter Nacional en


1969, y en 1984 la Unesco la incluyó dentro del Lugar Patrimonio de la Humanidad
«Obras de Antoni Gaudí», junto con el Palacio Güell, el parque Güell y la cripta de
la Colonia Güell.21

Descripción

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