Tema 1 (Diapositivas)
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Bibliografía
- Eggers Lan, C. (1978). Los filósofos presocráticos (3 volúmenes). Gredos.
- Bernabé, A. (2008). Fragmentos presocráticos. De Tales a Demócrito. Alianza Editorial.
- Bueno, G. (1974). La metafísica presocrática. Pentalfa.
LA EDAD DEL MITO
Dioses griegos
Los amoríos de Zeus
La guerra de Troya
El minotauro de Creta
La Teogonía (resumen)
LA EDAD DEL LOGOS
Biblioteca del palacio real de San Lorenzo del Escorial (s. XVI).
El Partenón. Atenas, s. V a.C.
LOS PRESOCRÁTICOS
“El principio de todas las cosas es lo indeterminado. Ahora bien, a partir de donde hay
generación para las cosas también se produce su destrucción, según la necesidad. En efecto,
Cosmología de Anaximandro de Mileto. pagan la culpa unas a otras y la reparación de la injusticia, según el ordenamiento del tiempo”.
La metafísica de Anaximandro puede considerarse la primera réplica de la historia de la Filosofía, una réplica a la
Anaximandro con su reloj de Sol en un mosaico romano (s. III). metafísica de su maestro, Tales de Mileto. Anaximandro considera que el arkhé, principio de todas las cosas y
sustrato de la physis, no es ni el agua ni ninguna otra sustancia concreta, sino un principio sistemático que
denomina ÁPEIRON, y que quiere decir literalmente “lo ilimitado”. También se puede traducir como “lo infinito”,
“lo indefinido” o “lo indeterminado”.
Anaximandro pensaba que ninguna sustancia determinada y finita era capaz de agotar toda la realidad,
precisamente por ser determinada y finita. Por eso, el ápeiron es la negación de toda determinación, de toda
especificidad. Lo único que puede dar lugar a las distintas determinaciones presentes en el mundo es algo que
sea indeterminado, infinito, inagotable y carente de límites.
Seguimos en una concepción monista de la realidad, ya que el principio explicativo de la physis sigue siendo uno.
Pero, con respecto a Tales de Mileto, Anaximandro habría pasado de un principio de tipo concreto y sustancial (el
agua) a uno de tipo abstracto y estructural. Abstracto, porque es intangible y no pertenece al mundo de las
formas visibles, y estructural porque no es tanto una sustancia originaria de la que todo lo demás habría surgido
Probable aspecto del mapamundi de
Anaximandro.
por transformación, como un principio sistemático que siempre está presente y hace posible la existencia de
todos los seres, que están siempre viniendo del ápeiron cuando se crean y volviendo al ápeiron cuando se
destruyen.
Reloj de Sol en Pompeya.
La cosmología de Anaximandro representa un avance significativo respecto a Tales. Por primera vez, se concibe la Tierra como un volumen rodeado
Anaximandro en La escuela de
Atenas (s. XVI). de vacío, con forma cilíndrica y equidistante de todo, en el centro del universo, alrededor del cual giran todos los astros.
ANAXÍMENES DE MILETO
o Nació y vivió en Mileto (Jonia), en el siglo VI a.C. (590 - 528 a.C., aprox.).
o No se disponen de muchos datos biográficos sobre él. Sa sabe que fue discípulo de Anaximandro, miembro participante de la
Escuela de Mileto, fundada por Tales, y probablemente autor de al menos un libro titulado también Periphyseos (“Sobre la
naturaleza”).
o La metafísica de Anaxímenes también es de tipo monista, y sostenía que el arkhé, principio de todas las formas de la naturaleza, es
el AIRE.
o Esta concepción abandona la idea de ápeiron formulada por Anaximandro y nos devuelve a un principio determinado, concreto,
como era el agua de Tales. Pero no hemos de interpretarlo como un retroceso a concepciones del mundo más primitivas: más bien
se trata de un intento de conjugar las propiedades de un arkhé sustancial con las de uno sistemático o estructural (ver cita).
o Como principio sustancial determinado, el aire era un elemento presente en la naturaleza que podía dar lugar a los otros elementos
por medio de procesos de transformación inversos: condensación (generando el agua y, después, la tierra) y rarefacción (generando
el fuego). Anaxímenes podía explicar así la generación de todas las formas de la naturaleza mediante un principio sustancial y
genético (que es lo que quiere decir, literalmente, arkhé). Porque no resultaba nada sencillo, sin recurrir a causas de orden
mitológico, explicar la generación de los contenidos de la physis a partir de un principio tan abstracto e indefinido como el ápeiron.
o Ahora bien, por otro lado, el aire era un elemento que también presentaba las virtualidades propias del ápeiron, a pesar de ser una
sustancia concreta, porque era, según Anaxímenes, invisible, infinito e inagotable, y puede ejercer las funciones de combustible
perpetuo y omnipresente del universo, características propias de un arkhé sistemático o estructural.
o Al igual que el agua, pero dotado además de infinitud e invisibilidad, el aire era principio de vida. El concepto de aire está
emparentado filosóficamente con la idea de ALMA (entendida como forma propia del ser viviente), y también etimológicamente,
pues la palabra griega que designa el aire, PNEUMA, fue traducida al latín como ESPÍRITU. El aire estaba presente como principio en
el aliento vital de los seres anímicos, que al morir perdían el soplo de la vida.
o El aire también le servía a Anaxímenes para explicar el movimiento de los seres inertes. Recordemos que para los griegos las cosas
inertes también están vivas, no solamente los organismos biológicos, porque todo en la physis se mueve y está sujeto a diferentes
modos de cambio. Y si todo tiene vida o está animado, para Anaxímenes eso quiere decir que todo respira, aunque no en sentido
Cosmología de Anaxímenes.
fisiológico, pero sí en cuanto que es movido por el aire, está envuelto por el aire y está formado por aire (condensado o enrarecido).
o El Universo sería así un gigantesco organismo que respira al ritmo de los ciclos de transformación del aire.
o En lo que respecta a su cosmología, concibió a la Tierra como plana flotando en el aire, y a los astros como bolas de fuego (aire
enrarecido) girando alrededor de ella.
“El aire reunía muy buenas condiciones para desempeñar funciones de ápeiron y arkhé. Porque la determinación del aire es mucho más abstracta a los sentidos que la del agua: es invisible como el ápeiron. Y,
en cuanto a sus cualidades perceptibles, se confunde prácticamente con el vacío, con lo indeterminado o infinito, hasta el punto de que su existencia como cuerpo tendrá incluso que ser demostrada (experiencia
de la clepsidra de Empédocles). A pesar de esto, el aire es un principio activo, de energía inmensa -él encrespa las olas del mar, empuja a los barcos, arrasa a los poblados y a los árboles o simplemente mantiene
flotando a sus hojas-. La Tierra se mantendría también en su puesto, no porque flota en el agua (mecanismo «demasiado concreto», el de Tales) ni tampoco por estar en el centro (mecanismo «demasiado
abstracto», el de Anaximandro) sino porque permanece como los astros en el vacío, es decir, flotando en el aire, en un medio invisible como el ápeiron e infinito en sus límites como él”.
Gustavo Bueno. La metafísica presocrática.
EL PITAGORISMO
El matemático y filósofo Pitágoras (570-490 a.C.) nació en la isla de Samos y se
trasladó a Crotona, en la Magna Grecia, donde fundó la Escuela pitagórica en torno
al 530 a.C.
Pitágoras no produjo ninguna obra escrita, que se sepa, pero su Escuela contó con
cientos de miembros a lo largo de los siglos, y se le atribuyen numerosos
descubrimientos en el campo de la Geometría, la Astronomía y la Música, además
de las principales doctrinas metafísicas del pitagorismo.
La Escuela pitagórica funcionaba como una comunidad religiosa, con ritos iniciáticos,
Tetraktys
pautas estrictas de comportamiento y un fuerte hermetismo.
La doctrina antropológica más importante del pitagorismo, tomada de la religión
órfica, es la que establece la inmortalidad y la transmigración (reencarnación) de las
almas humanas.
La metafísica del pitagorismo, resumiéndola en una frase, consiste en la afirmación
de que la realidad es MATEMÁTICA y que los NÚMEROS son el principio explicativo
de todas las cosas.
Pitágoras en La Escuela de Atenas (s. XVI). Estamos, por tanto, hablando de un arkhé de tipo estructural-sistemático y
Pitágoras. Copia romana de un original completamente abstracto, si bien, para los pitagóricos, los números eran entidades
griego (s. II a.C.). Museos capitolinos reales y no meras abstracciones.
(Roma).
Es en el pitagorismo donde la idea de COSMOS formulada por Anaximandro adquiere su significado
metafísico profundo. Ya que, al predicar el carácter matemático de la realidad, ya se puede hablar
propiamente de un universo ordenado: único, armónico y, en consecuencia, cognoscible.
Que la realidad es matemática era una tesis sin duda derivada de la constatación de que todo en el
mundo físico parece ser medible, cuantificable. Y que, por tanto, las relaciones numéricas no eran
algo superpuesto o inventado, sino ontológicamente estructurales, constitutivas del mundo.
Dodecaedro
No en vano los pitagóricos hicieron grandes avances en el campo de la Geometría, de la Astronomía Lista de los pares de opuestos pitagóricos, según
y de la Música (entendida como teoría musical). Y pudieron observar cómo tanto los movimientos Aristóteles.
de los astros como los intervalos musicales (divisiones en la longitud de una cuerda por números
enteros) obedecían a relaciones numéricas.
Los pitagóricos también creyeron advertir que con los cuatro primeros números enteros se podía obtener una descripción completa del
mundo físico tridimensional: el número 1 da lugar al punto (adimensional), el 2 al segmento (la longitud), el 3 al triángulo (la superficie)
y el 4 al dodecaedro (el volumen). Estos cuatro primeros números suman el número 10; ordenados y superpuestos como puntos
geométricos, forman la Tetraktys, figura que los pitagóricos consideraban sagrada.
La metafísica pitagórica sostenía que, puesto que la realidad es matemática, las propiedades cualitativas de los objetos del mundo se
Demostración del Teorema de Pitágoras
derivaban directamente de los números. La unidad y la dualidad generaban una serie de parejas de cualidades contrarias, enfrentadas,
que les permitían explicar los fenómenos desde un punto de vista cualitativo (e incluso, valorativo).
Teorema de Pitágoras
PARMÉNIDES (I)
• Vivió entre los siglos VI y V a.C. en Elea, en la Magna Grecia, actual Italia.
• Su ontología es un MONISMO SUSTANCIALISTA. Es decir, la realidad es estática y consta de una única sustancia.
• Su solución al problema del cambio consiste en negarlo: lo real es la substancia, no el accidente.
• La idea de sustancia designa lo que hay de permanente en la existencia de las cosas. La idea de accidente, lo que hay
de cambiante en ellas. Parménides lleva más lejos esta dicotomía y hace la siguiente identificación:
Sustancia = SER / Accidente = NO SER.
• Por tanto, todo cambio, movimiento y multiplicidad de las cosas está en el plano de las apariencias, es ilusorio,
engañoso. Es decir, no existe.
• Hay dos caminos excluyentes que se pueden tomar: la vía de la doxa (opinión) y la vía de la aletheia (verdad,
literalmente “desvelamiento”):
Vía de la aletheia Vía de la doxa
Verdad Falsedad PD: La vía de la doxa, aunque no sea
Realidad
“verdadera” en sentido estricto (pues no
Apariencia
nos habla del Ser), tampoco es
Conocimiento (episteme) Opinión infructífera: nos permite describir el
Pensamiento Sentidos cosmos o mundo aparente.
Ser No Ser
• Los sentidos nos engañan con frecuencia, así que no son fiables. En cambio, el pensamiento lógico y racional no nos
puede engañar. O no sería lógico ni racional.
• Para Parménides, “LO MISMO ES PENSAR Y SER”. Esto quiere decir que la captación de lo real sólo es accesible
mediante el pensamiento, y no mediante los sentidos.
PARMÉNIDES (II)
Parménides establece el siguiente PRINCIPIO ONTOLÓGICO:
Este principio ontológico se deriva de un PRINCIPIO LÓGICO sin el que no sería posible el lenguaje ni el pensamiento
racional:
Para Parménides, todo cambio y movimiento es irreal porque viola el principio de identidad y de no contradicción:
El cambio es dejar de ser A (por ejemplo, un niño) para empezar a ser B (un adulto). No se cumple el principio
de identidad a=a y b=b, sino que a=b. Pero entre a y b media un vacío que Parménides identifica con el NO
SER, que por definición es imposible.
El movimiento es dejar de estar en un sitio para empezar a estar en otro. No se cumple el principio de no
contradicción, porque, mientras algo se está moviendo, está en un sitio pero a la vez no está en ese sitio.
PARMÉNIDES (III) De todo lo anterior se sigue una concepción del
Ser como una única sustancia homogénea con
las siguientes características:
INMÓVIL (puesto que el movimiento es admitir el No Ser).
ETERNO (no tiene origen ni fin, lo cual sería admitir el No Ser. Tampoco tiene
pasado ni futuro, sólo presente)
INDIVISIBLE (no tiene partes, ya que la multiplicidad y divisiones entre las partes
sería admitir el No Ser).
COMPACTO (ya que, al no tener partes, todo está unido con todo, e un único ser
sin discontinuidades: “LO ENTE TOCA CON LO ENTE”).
ESFÉRICO (al ser la esfera la forma geométrica más perfecta). Ahora bien, su
esfericidad es ideal, no física.
40m
5m 10 m 20 m
2,5m
1,25m
∞
“Si un lanzador se propone disparar a una diana situada a 40 metros, por ejemplo, la flecha nunca
llegará a su destino. Antes de recorrer la distancia completa, deberá recorrer la mitad; y antes, la mitad
de la mitad; y antes, la mitad de la mitad de la mitad… infinitas veces. Como toda distancia, por
pequeña que sea, es divisible por dos, la flecha deberá recorrer infinitas mitades. Infinitas mitades son
infinitas distancias. Para recorrer infinitas distancias se necesita un tiempo infinito. Por lo tanto, la
flecha nunca llega. En realidad, nunca sale. Porque todo movimiento es imposible”.
Estas paradojas ponen de manifiesto los problemas de una visión monista / reduccionista de la realidad como la de
los pitagóricos, que entendían que toda la realidad es de carácter abstracto-matemático y que tanto influyeron a
Parménides y los eléatas. La lección de estas paradojas es que, si intentamos hacer una reconstrucción matemática
de una realidad no matemática como el movimiento (un concepto físico), no podremos explicarla.
HERÁCLITO (I)
Algo anterior a Parménides (mediados del s. VI a.C.). Era de Éfeso, cuidad
de Jonia (Asia Menor), costera, próspera y monumental. De familia
acomodada y carácter misántropo.
Apodado “el oscuro” y “el llorón”, se le considera el más genial y
enigmático de los presocráticos.
No se le asocia con ninguna escuela de pensamiento. Conocía las teorías
eleáticas y pitagóricas, a las que era contrario, así como al pensamiento
mítico. Se le atribuye una sola obra, de título incierto.
EMPÉDOCLES de Agrigento (495-435 a.C.), original de Sicilia, escribió al menos dos obras en forma de poemas: Sobre la naturaleza y las
Purificaciones. Cree que el mundo está constituido a partir de cuatro RAÍCES (posteriormente llamadas ELEMENTOS): agua, tierra, aire y fuego,
elementos de cuya unión y separación surgen las demás cosas. Los principios que mueven estas cuatro raíces a configurarse de una u otra
manera son el AMOR, cuando se unen, y el ODIO, cuando se separan.
ANAXÁGORAS de Clazómenas (499-428 a.C.) nació en Jonia y desarrolló su actividad en Atenas. Escribió un libro titulado Periphyseos (“Sobre la
naturaleza”). Sostuvo que las partes más simples del mundo físico eran las SEMILLAS (spermata), que Aristóteles llamaría HOMEOMERÍAS
(“partes semejantes”). Las semillas son partículas infinitamente pequeñas que encontramos en todas las cosas. Hay semillas de todas las cosas y
están presentes en todas las cosas (Anaxágoras decía, textualmente, “todo está en todo”), sólo que en desigual proporción. Si un objeto es de
Anaxágoras (s. XV).
hierro, es porque en él predominan las semillas del hierro, pero mezcladas con las semillas de todas las demás cosas, presentes en menor
cantidad. Anaxágoras introduce también una idea nueva, el NOUS, que es una especie de inteligencia ordenadora (y por tanto, divina, aunque
impersonal), la cual, a partir de la mezcla absoluta, primigenia de todas las semillas, dirigió -y continúa dirigiendo- la separación entre ellas para
dar lugar a la diversidad de las cosas.
DEMÓCRITO de Abdera (460-370 a.C., aprox.) fue contemporáneo de Sócrates, pero se le considera presocrático por sus influencias y por el tipo
de filosofía que desarrolló. Discípulo de Leucipo, es junto a éste el mayor representante del llamado ATOMISMO antiguo. Según esta doctrina
metafísica, el mundo está compuesto por un número infinito de ÁTOMOS (en griego, “indivisible” o “carente de partes”). A diferencia de las
semillas de Anaxágoras, los átomos son iguales en su composición interna, pero difieren en forma, textura y tamaño. Son también eternos,
inmutables e infinitamente pequeños, y sus distintas configuraciones dan lugar a las diferentes cosas. Los átomos se mueven de forma azarosa en
un espacio VACÍO, que Demócrito identifica con el no-ser, a pesar de admitir su existencia. Estamos hablando de una concepción ateísta y
mecanicista del universo, puesto que funciona solo, como una máquina, y los átomos se mueven en el vacío aleatoriamente, sin ninguna
finalidad ni inteligencia que los dirija.
Demócrito, el filósofo que ríe (s. XVII),
de Rubens. Museo del prado (Madrid).