Lesiones Del Plexo Braquial
Lesiones Del Plexo Braquial
Lesiones Del Plexo Braquial
Estas lesiones pueden producirse por distintos motivos, incluidos los siguientes:
- Partos complicados. Los recién nacidos pueden tener lesiones del plexo braquial. Estas
pueden estar asociadas con un alto peso al nacer, la presentación de nalgas o un trabajo de
parto prolongado. Si los hombros del bebé se atoran en el canal de parto, aumenta el riesgo de
parálisis del plexo braquial. Lo más frecuente es que se lesionen los nervios superiores; esta
afección se conoce como parálisis de Erb.
- Traumatismo. Varios tipos de traumatismos, como los accidentes automovilísticos, los accidentes de
motocicleta, las caídas o las heridas de bala.
- Tumores y tratamientos oncológicos. La radioterapia que se hace en el pecho o el cuello puede hacer
que se formen tumores en el plexo braquial o a lo largo de este, o que los tumores presionen el plexo
braquial o se diseminen hacia los nervios.
Complicaciones
Con tiempo suficiente, muchas lesiones del plexo braquial tanto en niños como en adultos se curan con daños
persistentes mínimos o sin daño alguno. Sin embargo, algunas lesiones pueden causar problemas temporales o
permanentes, como los siguientes:
- Articulaciones rígidas. Si se te paraliza una mano o un brazo, las articulaciones pueden volverse rígidas. Esto
dificulta el movimiento.
- Dolor. Ocurre como consecuencia del daño nervioso y puede volverse crónico.
- Entumecimiento. Si pierdes la sensación en un brazo o una mano, corres riesgo de quemarte o lastimarte sin
darte cuenta.
- Atrofia muscular. Los nervios crecen lentamente y pueden tardar varios años en sanar después de una lesión.
Durante ese tiempo, la falta de uso puede hacer que los músculos afectados se debiliten.
- Discapacidad permanente. El grado de recuperación que logres luego de una lesión grave del plexo braquial
depende de diversos factores, incluidos tu edad y el tipo, la ubicación y la gravedad de la lesión. Aun con un
procedimiento quirúrgico, algunas personas presentan debilidad o parálisis muscular permanentes.
Diagnóstico
- Radiografía. Una radiografía del hombro y del cuello puede indicar si tienes fracturas u
otras lesiones asociadas.
- Mielografía por tomografía computarizada. En esta se emplea una serie de rayos X para
obtener imágenes transversales del cuerpo. La mielografía por tomografía computarizada agrega
un medio de contraste (que se inyecta durante una punción lumbar) para producir una imagen
detallada de la médula espinal y las raíces nerviosas durante una tomografía computarizada.
Esta prueba a veces se lleva a cabo cuando las imágenes por resonancia magnética no
proporcionan la información adecuada.
Tratamiento
El tratamiento depende de varios factores, incluidos la gravedad, el tipo y la duración de la herida, y
otras afecciones existentes.
Los nervios que solo están estirados se pueden recuperar sin mayor tratamiento.
Se puede recomendar fisioterapia para que las articulaciones y los músculos sigan funcionando
adecuadamente y mantengan la amplitud de movimiento, y para prevenir la rigidez de las
articulaciones.
La cirugía para reparar los nervios del plexo braquial debe realizarse generalmente dentro de los seis
meses posteriores a la lesión. Las cirugías que se realizan después de ese plazo tienen índices de éxito
inferiores.
El tejido de los nervios crece lentamente, por lo que puede llevar varios años notar los beneficios
completos de la cirugía. Durante el período de recuperación, se debe mantener flexibles las
articulaciones con un programa de ejercicios. Se pueden usar férulas para evitar que la mano se curve
hacia dentro.
Tipos de cirugía
- Neurólisis. Este procedimiento consiste en liberar el nervio del tejido cicatricial.