ENVASES

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10/9/21

ENVASADO DE
PRODUCTOS
CÁRNICOS
Certificado de profesionalidad Carnicería y elaboración de productos cárnicos

Docente: Ángela Pérez García


Tec. Sup. Industrias Alimentarias
1. CONCEPTOS BÁSICOS DEL ENVASADO
Introducción.
Actualmente, la mayor parte de los alimentos se suministran
empaquetados. En la industria cárnica ha tomado gran importancia el
envasado, tanto desde el punto de vista de la seguridad alimentaria y
de la durabilidad del producto, como desde una perspectiva basada en
el publico objetivo, al que se dirigirá el producto.

Para mantener una optima calidad en textura, color, sabor y olor, y


que los productos posean una durabilidad adecuada a su uso, hay que
tener en cuenta las características que deben presentar los materiales
con los que se envasaran estos productos.
Definición de envasado

Según la Organización de las Naciones Unidad para la


agricultura y la alimentación (FAO), “ la función del envasado
es proteger los alimentos elaborados de la luz, la humedad y
otros contaminantes ambientales.

Aunque en realidad esta definición se queda corta, ya


que el envase cumple otras muchas funciones, de forma que
se puede definir como, “todo aquel producto elaborado para
contener, proteger, manipular, distribuir y presentar
productos alimenticios, con efectos directos e indirectos
sobre le propio producto o sobre el consumo”
2. FUNCIONES DEL ENVASADO
Las principales funciones del envasado son:

- Contención: contener el producto y ayudar a un mejor


llenado, cerrado y manejo del mismo en su almacenamiento,
haciendo de esta una operación eficiente con el menor coste.

- Protección: el envase protege el producto evitando que sufra


daños mecánicos (abrasión, aplastamiento, etc.) durante su
almacenamiento y distribución. Los envases han de evidenciar
su incorrecta o fraudulenta manipulación.
Funciones del envasado (II)
- Conservación: el envase inhibe, evita o retrasa los cambios
bioquímicos, microbiológicos o químicos de la luz, la
humedad, los gases , etc.

- Almacenamiento: ayuda a un almacenamiento mas adecuado


tanto para le comerciante como para el consumidor,
mejorando los beneficios económicos al incrementar la
eficiencia en la distribución, la producción y el
almacenamiento.
Funciones del envasado (III)
- Presentación y publicidad: informa al consumidor de las
particularidades , las composiciones y los beneficios de los
productos, siendo soporte del etiquetado, presentando la
publicidad de marca por anagramas, colores, símbolos o
formas, entre otros, que hacen el producto atractivo para el
consumo, a la vez que permite identificarlo, cuantificarlo y
localizarlo.
- Economía: los envases han de cumplir todas las funciones
descritas , pero con el menor coste de fabricación (materiales,
menor incidencia de fallos, etc.) y de distribución (reducción
de peso, optimización de espacios)
Funciones del envasado (IV)
- Responsabilidad ambiental: tanto en la fabricación, el uso, el
reciclaje y la eliminación de los envases de la mejor forma
posible, así como en la reducción de la perdida de alimentos
en mal estado

- Legislativa: cumplir con la legislación, las condiciones y los


requisitos tanto del lugar de origen como del destino del
envase y del producto alimentario.
Funciones del envasado (V)

La principal función del envasado es hacer


que los consumidores reciban el producto en
buenas condiciones, al menor precio posible,
adecuados a su usa, con facilidad de apertura y
de cierre, así como que pueda ser vertido desde
el recipiente y con un “bajo coste”
medioambiental.
Efectos (I)

El envasado, además, presentará una serie de efectos sobre el


propio producto, así como sobre el fabricante y el consumidor:
• Reducción de los costes de producción: se retirarán del
consumo menos productos al ser todo el proceso más
eficiente y tener que eliminar menos producto.
• Mejora de los beneficios económicos al incrementar la
eficiencia en la producción, la distribución y el
almacenamiento: los envases son de tamaños y formas que
permiten su fácil manipulación, almacenamiento y exposición
para la venta.
Efectos (II)

• Se incrementa la durabilidad del producto alimentario, con lo


que se puede trabajar con plazos más largos, de forma que el
productor puede optimizar sus ventas esperando el mejor
momento para realzarlas, transportarlas a mayor distancia,
etc.
• Se mantienen las características organolépticas de los
productos, evitando su degradación y logrando un valor
añadido, y siempre teniendo en cuenta las interacciones
envase-producto para evitar la posible contaminación ligada a
las características del envase.
Nota: las características organolépticas son aquellas que pueden
percibirse por los sentidos.
Efectos (III)

• El consumidor adquiere mayor confianza en aquellos


productos con envases más atractivos, con etiquetado que
indique de forma clara la composición e incluso que pueda
remarcar los beneficios que pueda tener para la salud o sus
cualidades palatales.
• Los envases con menor incidencia medioambiental presentan
una mejor imagen pública, presentando incluso un mercado
propio de productos y envases respetuosos con el medio
ambiente
Efectos (IV)

Los envases tienen un efecto directo sobre el medio ambiente,


sobre el consumidor y sobre el propio producto.
Por ello, es esencial considerar el envasado desde el primer
momento, al desarrollar el producto, por su importancia técnica y
las implicaciones en su coste al hacerlos seguros al consumo,
adecuados a su uso, de fácil apertura y cierre y con el contenido
fácil de verterse desde el recipiente.
Se tiene que considerar que el envasado puede estar en contacto
directo con el alimento o la bebida (primario), que ordene varios
envases (secundario) o que contenga decenas de productos
envasados, enfardados, etc. (terciario), y que serán transportados
en palés u otros sistemas similares.
3. CARACTERÍSTICAS Y PROPIEDADES
NECESARIAS DE LOS MATERIALES UTILIZADOS
PARA EL ENVASADO DE PRODUCTOS
ALIMENTARIOS

Para el desarrollo de un envase se han de tener en cuenta


distintos factores y considerar el envasado como un beneficio
que ha de ser optimizado y no como un coste que hay que
minimizar, por lo que se han de evitar al máximo los fallos.
Por ello, los factores a considerar son:
• Daño mecánico.
• Permeabilidad a gases, vapor de agua y compuestos
volátiles.
• Temperatura.
• Luz.
• Compatibilidad química entre envase y contenido.
• Resistencia a manipulación fraudulenta.
• Protección ante infestación de animales.
• Protección ante la contaminación microbiana.
• Olores.
• Otros factores.
Daño mecánico

Son fracturas, agujereados, vibraciones , abrasiones y resistencia al


aplastamiento.
Se eligen materiales rígidos y resistentes como metal, vidrio o
plástico en envases de consumo, y cartón, papel o madera para
embalajes exteriores.
Suelen acompañarse en los productos frescos, incorporándoles
materiales amortiguadores como plásticos expandidos, espuma, pulpa
de cartón, etc. o papeles o plásticos con las formas adecuadas para
piezas individuales que limiten o impidan el movimiento, como es el
caso de las bandejas de huevos o de frutas. Huevera de cartón para
limitar el movimiento de los huevos y evitar así su rotura o fractura
.
Permeabilidad a gases, vapor de agua y
compuestos volátiles.

Según el producto, se considerará su permeabilidad, pues para


algunos será conveniente que sea mayor y para otros nula o
impermeable a determinados compuestos o a todos en general.
Se consideran, sobre todo, en los envasados en películas,
láminas y papeles recubiertos
Ejemplo: Carnes y quesos no deben perder agua para evitar el
deterioro de su aspecto, mientras que galletas o productos
deshidratados tienen que evitar absorber agua. En cuanto a
frutas y hortalizas, que presentan respiración fisiológica, deben
permitir la salida de humedad, siendo el envase semipermeable.
Para conservar el aroma o evitar que capten olores extraños se
utilizarán envases que presenten una barrera para evitar las
pérdidas o las ganancias de estos compuestos volátiles (café,
cacao, etc.).
Productos cárnicos curados y cocidos, carnes secas, huevos y
café en polvo, entre otros, para alargar su vida útil utilizan el vacío
o la sustitución de la atmósfera que rodea al producto por gases
como dióxido de carbono o nitrógeno, por lo que han de tener
baja o nula permeabilidad y han de estar convenientemente
sellados.
Hay productos que pueden necesitar eliminar un determinado
gas y que permanezca otro, e incluso que sean capaces de
absorberlo; así, las frutas producen por su respiración fisiológica
etileno, el cual acelera la maduración, por lo que hay que permitir
su salida o que el envase sea capaz de captarlo.
Temperatura

Los envases en general deben aguantar bien las temperaturas a las


que van a ver sometidos en el procesado (como en la esterilización),
así como si van a ser congelados o calentados en su propio envase e
incluso, si una vez listo el producto, será consumido en el propio
envase o calentado en microondas. Entre los materiales del mercado
para envasar, el papel, el cartón, el poliestireno o el poliuretano aíslan
bien al calor por conducción (baja conductividad térmica) y el
aluminio del transmitido por radiación.
Se han de tener en cuenta todas las características propias del
material en cuestión, ya que, por ejemplo, algunas películas plásticas
se vuelven frágiles a bajas temperaturas.
Ejemplo: El vidrio debe ser calentado y enfriado lentamente para
evitar roturas.
Luz
La luz puede afectar a algunos componentes de los alimentos
(oxidación de lípidos -enranciamiento-, destrucción de vitaminas y
alteraciones de color , etc.). La cantidad de luz absorbida o
transmitida varía de acuerdo con el material que constituye el
envase, por lo que se pueden prevenir estas alteraciones.
Es muy importante en aquellos casos en los que conviene ver el
producto, por lo que se pueden utilizar materiales coloreados como
las botellas de cerveza color ámbar, las opacas de aceites de oliva
virgen extra o las de plástico pigmentadas de las bebidas saludables.
Algunos productos como el cloruro de polivinilideno transmiten la luz
visible, pero absorben la ultravioleta.
Nota: Una solución muy utilizada, y muy sencilla, es colocar los
envases en cajas de cartón fibra para su distribución y
almacenamiento.
Compatibilidad química entre envase y contenido

Como ya se ha dicho, es esencial que no existan riesgos sanitarios


para el consumidor como consecuencia de sustancias tóxicas que
puedan migrar del envase al producto.
En la Unión Europea existe una normativa exhaustiva para controlar
la seguridad de los materiales utilizados para el envasado de
alimentos, incluyendo límites sobre la cantidad y la lista de aditivos
permitidos, límites de migración total, etc.
También puede afectar a la calidad, a la integridad del envase y a la
vida útil del producto sin afectar a la salud del consumidor, como las
reacciones de frutas ácidas y envases de hojalata, que pueden
decolorar al aspecto de los jarabes, e incluso llegar a hinchar el envase.
Resistencia a manipulación fraudulenta

Los sistemas de anti manipulación son cada vez más


demandados, sobre todo, para evitar el denominado grazing. Los
más utilizados son las membranas termoselladas en la boca del
recipiente, por debajo de la tapa, cierres roll-on, fundas
poliméricas termorretraibles sobre cuellos y tapaderas,
tapaderas autorrompibles que se encuentran unidas a bandas
por medio de puentes con cintas, etc.

El uso de precintos es una practica habitual para comprobar la


integridad del envasado.
Protección ante infestación de animales

Para este factor son más importantes las condiciones que rodean
al envase. Un ambiente limpio, seco, frío y bien ventilado, una
adecuada renovación de existencias, unos controles físicos que eviten
el acceso y el control de fumigantes o insecticidas adecuados son los
que más ayudan a limitar estas posibles infestaciones.
El envasado metálico y de vidrio es eficaz. Papeles, cartones y
ciertas películas plásticas pueden ser atravesados o permitir acceder
por aberturas e incluso por perforaciones realizadas por ellos
mismos, por ello incluso el diseño gana en importancia para evitar al
máximo las posibilidades de acceso.
Envases de cartón y papel con poca resistencia a la contaminación
por animales y latas y vidrio, muy resistentes incluso a roedores o
pájaros.
Protección ante la contaminación microbiana

En el caso de alimentos esterilizados es especialmente


importante para impedir la contaminación tras el proceso
productivo. En alimentos pasteurizados o conservados por
secado, congelación o curado, el papel del envase es menos
importante, pero aún debe proporcionar un elevado nivel de
protección frente a contaminación microbiana.
Olores
Muchos materiales de envasado contienen compuestos
volátiles que pueden dar lugar a la aparición de ciertos olores que
“contaminen” el producto alimentario.
Papel, cartón y cartón fibra pueden desprender olores, sobre
todo cuando son reciclables; también las arcillas, las ceras y las
coberturas plásticas aplicadas a estos materiales pueden afectar
al contenido.
Incluso en los recipientes de metal y vidrio, los agentes de
sellado, las tintas y las sustancias adhesivas utilizados pueden
desprender compuestos volátiles que afecten al contenido.
Algunos envases son utilizados precisamente para que añadan
tonalidades de olor y sabor al producto, como por ejemplo los
toneles en los vinos.
Otros factores

Los envases deben tener un tamaño y una forma que


permitan su fácil manipulación, almacenamiento y exposición
para su venta, así como una fabricación, un llenado y un cerrado
a velocidad aceptable y pocos fallos.
Asimismo, deberán ser estéticamente compatibles con el
contenido, con decoraciones atractivas y etiquetados visibles
que permitan ofrecer toda la información que el consumidor
desea acorde con la normativa que le sea aplicable.
4. TIPOS Y MODALIDADES DE ENVASADO DE
PRODUCTOS ALIMENTARIOS

El éxito de la empresa alimentaria puede estar en que el


sistema de envasado y el tipo de envase elegidos satisfagan
las necesidades del producto (tipo de producto, exigencias
del mercado, vida útil, distribución , almacenamiento,
punto de venta y posibilidades de reciclado del envase), en
la importancia de la seguridad del alimento y en el
mantenimiento de las características organolépticas del
producto alimentario. A continuación se presentan los tipos
más comunes de envasado.
Envasado aséptico
Es un envasado en el que las condiciones ambientales están
controladas para evitar al máximo la contaminación microbiológica
tanto en la producción del alimento en la que se obtienen
productos estériles como en el envasado, donde el envase ha de
mantener también las condiciones asépticas, llevando en la
mayoría de los casos la esterilización de los recipientes vacíos o del
material con el que se fabriquen y sellándolos sin que exista
posibilidad de contaminación microbiana.
Son procesos complejos y precisos, con calidades organolépticas
superiores al envasado tradicional, con una pérdida de nutrientes
mínima que hacen que el producto presente una larga
conservación, con la posibilidad de añadir enzimas esterilizadas o
probióticos después del tratamiento y con un ahorro, como
mínimo, del 30% con respecto al envasado tradicional.
En envases metálicos rígidos se utiliza vapor sobrecalentado
para esterilizarlos y se mantiene una atmósfera estéril en el
llenado y el cierre.

En algunos envases plásticos y de vidrio se preesteriliza (en


una autoclave o similar) la instalación con vapor sobrecalentado
y se ajustan las temperaturas a los niveles apropiados antes del
comienzo de la operación de llenado.

En laminados de papel, hojas de aluminio o politetileno


(tetrabrik) se utiliza una combinación de calor y esterilización
química.
Envasado con aire
Es el envasado realizado sin condiciones especiales, en
contacto con la atmósfera normal, en el cual el producto se
coloca sobre el envase en el que será envuelto dependiendo del
producto (permeable o impermeable a la humedad), por lo que la
vida útil de los productos está limitada por el efecto del oxígeno
atmosférico y el crecimiento de microorganismos aerobios que
producen alteraciones.
Hay que tener siempre presentes las características de los
productos a envasar, lo que se quiere conservar, ya que una
importante cantidad microbiana reducirá considerablemente el
producto.
Se combina con almacenamiento refrigerado para retrasar los
cambios organolépticos, pero el incremento de vida útil es bajo.
Envasado al vacío

Es un sistema consistente en eliminar el aire que rodea al


producto envasado y, por tanto, el oxígeno, prolongando su
fecha de caducidad al evitar la oxidación de los alimentos. Se
retrasa el desarrollo de microorganismos, mantiene las
características organolépticas del producto alimentario, no hay
mermas por pérdidas de líquidos, etc.
Se realiza con materiales no permeables al oxígeno, en los
que se coloca el producto alimentario, se elimina el aire
cerrándose y sellándose el envase, con lo que el envase sin aire
se pliega alrededor del producto, ya que se crea una atmósfera
interior del envase con una presión muy inferior a la exterior.
La carne envasada al vacío adquiere un tono púrpura que
puede confundirse con que esté en mal estado; sin embargo,
al abrirse y estar en contacto con el aire adquiere
nuevamente su color rojo brillante. Es muy utilizado para el
envasado de productos frescos (pescado, fruta, verdura,
queso, chacinas, etc.). Algunos productos no pueden ser
envasados al vacío, como por ejemplo el brócoli, las coles,
etc., ya que producen gases que afectan al vacío y, por tanto,
solamente pueden ser envasados una vez cocidos.
Además, hay que tener en cuenta que este envasado ha de
ser complementado con refrigeración o congelación para
evitar la aparición de bacterias anaerobias que afectarán a la
calidad y a la durabilidad del producto, ya que al vacío tienen
sus condiciones idóneas de crecimiento.
Envasado con atmósfera modificada.

Es el envasado realizado al sustituir el aire que rodea al


producto por una atmósfera cuya composición es diferente
a la del aire para prolongar su vida útil y mejorar la
presentación del alimento en un envase atractivo.
La atmósfera se modifica por uno de estos dos métodos:
En el caso de bandejas: el aire se elimina por una bomba de
vacío y se introduce una mezcla de gases apropiada previa al
sellado.
En el caso de envases flexibles: el aire se desplaza del
envase por aplicación de un chorro con la mezcla del gas
antes del cierre.
Normalmente se modifica la atmósfera sustituyendo el aire por
gases, siendo los más empleados el oxígeno, el dióxido de carbono
y el nitrógeno, solos o combinados entre sí.
La elección del gas o la combinación de gases más adecuada
dependerá del producto a conservar.
Presenta una serie de ventajas como son el incremento de la
vida útil del producto entre un 50% y un 400%, con el consiguiente
beneficio económico por reducción de pérdidas y radios de
distribución mayores, la nula o pequeña necesidad de conservantes
químicos y una buena presentación de productos, entre otros.
Sus limitaciones principales son el coste añadido, el control de
temperatura requerido, el estudio de la composición de gas para
cada tipo de producto, el uso de equipos especiales, la formación
de trabajadores, un mayor volumen de paquetes y la pérdida de
beneficios una vez abierto el paquete.
Envasado activo.
Hace referencia a la incorporación de ciertos aditivos a la
película de envasado o en el interior de los recipientes con el
objetivo de mantener y prolongar la vida útil de un producto.
Se considera envasado activo cuando, además de desempeñar
algún papel deseable sobre la conservación de los alimentos,
provee una barrera inerte frente a las condiciones externas.
Este envasado incluye aditivos que son capaces de eliminar
oxígeno, adsorber dióxido de carbono, humedad, etileno o
sabores y olores extraños, liberando etanol, antioxidantes u
otros conservantes y manteniendo el control de temperatura.
Hay que tener en cuenta que todos los alimentos tienen un
mecanismo de deterioro que debe ser conocido antes de la
aplicación de esta tecnología.
Envasados activos más utilizados:

Eliminadores de oxígeno: son los más importantes desde el


punto de vista comercial. El más común de los eliminadores de
oxígeno tiene forma de una pequeña bolsa con polvos metálicos
y catalizadores que absorbe el oxígeno y lo convierte
irreversiblemente en un óxido estable. También hay
eliminadores no metálicos, como agentes orgánicos reductores,
a base enzimática; algunos de estos productos se incluyen
directamente en el propio envase.
Eliminadores de dióxido de carbono: similares a los de oxígeno,
son muy utilizados en cafés recién tostados o molidos que
producen volúmenes significativos de dióxido de carbono y que,
si se dejan sin envasar, captan rápidamente humedad y oxígeno,
perdiendo aroma y sabor. Nota:en este caso se puede utilizar
también una válvula regulable para la salida del exceso de
dióxido de carbono.

Envasado con control de temperatura: en este caso el envasado


activo incluye el uso de nuevos materiales autocalentables y
autoenfriables.
Eliminadores de etileno, humedad, olores y sabores: el
etileno es una hormona vegetal que acelera el proceso
madurativo y que, por tanto, precipita la senescencia de los
productos hortofrutícolas. Al igual que en los casos
anteriores, hay sustancias para la eliminación del etileno. El
exceso de humedad es una de las causas de alteración de
los alimentos y del descenso de calidad del producto por los
olores y los sabores desagradables producidos por
componentes propios de los alimentos (por ejemplo,
aminas o aldehídos), por lo que se utilizan almohadillas,
bolsitas, hojas o envueltas con productos específicos para la
eliminación de estas sustancias y de la humedad excesiva.

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