Onicoforos
Onicoforos
Onicoforos
Son dioicos (con sexos separados) y con dimorfismo sexual en cuanto al tamaño, siendo las
hembras notablemente más grandes, según es la regla en los animales. Se produce una
fecundación por impregnación hipodérmica, en la que los machos depositan los
espermatóforos sobre las hembras, y estos entran por orificios no naturales. Algunas especies
ponen huevos, pero es más común que paran crías vivas. En algunos casos es ovoviviparismo,
con huevos que eclosionan antes de salir, y en otros un verdadero viviparismo, con órganos
funcionalmente equivalentes a una placenta alimentando a los embriones dentro del cuerpo
materno
Los onicóforos se encuentran en climas tropicales húmedos, aunque hay algunas especies
australasiáticas y sudamericanas de clima templado.
Poseen hábitos nocturnos y viven en ambientes oscuros y normalmente húmedos. Se les
encuentra en la hojarasca, bajo piedras, entre las hojas de bromelias y también en troncos en
descomposición y grietas del suelo, cuevas, y vagando en el exterior sólo por la noche. Son
animales depredadores, que cazan activamente saltamontes, termitas, y otros pequeños
invertebrados, a menudo más grandes que ellos, pegándolos al sustrato con la secreción
adhesiva que expulsan desde sus papilas orales. Arrojan certeramente dicha secreción de
naturaleza proteica en estado líquido a distancias de hasta 30 o 40 cm, la cual en contacto con
el aire se coagula, inmovilizando a la presa. El onicóforo se acerca hasta ella y roe su pared
corporal, inyectando enzimas digestivas y sorbiendo la papilla semidigerida resultante, un
modo de alimentación como el que observamos frecuentemente en arácnidos
Los onicóforos son uno de los grupos actuales con fósiles conocidos de mayor antigüedad.
Están representados en la fauna del Cámbrico inferior de Burgess Shale (datada en 505
millones de años) por al menos dos especies, Aysheaia pedunculata y Hallucigenia sparsa,
y es posible que Xenusion, del Precámbrico terminal (datada en 540 millones de años),
también sea un onicóforo.
Los fósiles del Paleozoico inferior son todos marinos y dotados de escleritos (piezas
esqueléticas de cutícula endurecida) sobre los lobópodos. En Hallucigenia los escleritos
son largas espinas rígidas que dieron origen a una interpretación errónea, popularizada
luego por Stephen Jay Gould, que las veía como zancos, confundiendo también los
extremos anterior y posterior del cuerpo.