Perfil Perverso

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P ER FIL

P ER V ER S O

PERVERSI N
la palabraperversinprocede de

latnperversoy hace referencia,


segn laReal Academia Espaola,

a la accin y las consecuencias

o los resultados de pervertir.

Dicho verbo, a su vez, se refiere a

alterar el buen gusto o las

costumbres que son


consideradas como sanas o
normales,
a partir de desviaciones y conductas

que resultan extraas.

Una de las principales acepciones que ha tenido a lo

largo de los siglos la palabra perversin ha estado


relacionada con el sexo.

As, por ejemplo, uno de los grandes pensadores del

siglo XX como ha sido Sigmund Freud ya habl de


aquella y lo hizo definindola como todo aquel
conjunto de conductas de tipo sexual que no tienen
ningn objetivo reproductivo sino que simplemente
se realizan con el claro objetivo de buscar el placer.

PARAFILIA
el griego es la lengua en la que tiene

su origen el origen etimolgico de la


palabra parafilia.
En concreto en l se encuentra

formada por la unin depara, que


significa junto a, yfilein, que
podra traducirse como sinnimo del
verbo amar.

De acuerdo a la definicin del

diccionario de la
Real Academia Espaola (RAE),
unaparafiliaes undesvo de
ndole sexual.
Se trata de una conducta ntima

donde el placer se obtiene mediante


unaactividad diferentea la
relacin sexual en s misma.

Las parafilias son consideradasinofensivas,

aunque hay excepciones.


Ciertas parafilias pueden generar daos

fsicos y/o psquicos en alguno de los


participantes del acto sexual, como ocurre
con lapedofilia.
En concreto, se establece que una persona

disfruta llevando a cabo una parafilia porque


eso le supone gozar con uno o con los dos
de los siguientes elementos:

El riesgo que trae consigo llevar a

cabo una prctica sexual clasificada


como parafilia
supone que la persona en cuestin

disfrute del mismo y cuente con una


excitacin mucho mayor.

A travs de una de estas prcticas,

quien la lleva a cabo disfruta de una


sensacin de poder sobre la persona
con quien la realiza,
se siente por encima de ella y con

capacidad para hacer lo que desea.

Cabe destacar que el parmetro para

considerar si una conducta sexual es


paraflica vara a lo largo de lahistoriay
segn la regin.
De este modo, prcticas que eran

consideradas como paraflicas hace


algunas dcadas, hoy son aceptadas como
normales y, por lo tanto, no se toman
como desviaciones.

Ese el caso de lamasturbacin,

lafelacino elcunnilingus, por ejemplo.

Es importante destacar que los expertos no

han hallado
trastornos psicolgicosocambios

orgnicos
que brinden una explicacin sobre el origen de

una prctica paraflica.


Estas desviaciones, de todos modos, pueden

tratarse mediante la terapia

subsisten en las neurosis rasgos de

perversin que se conjugan de modo


regular con formas variadas de
satisfaccin sexual, o se hacen
manifiestas en tendencias criminales
o delictivas, en las cuales, sin
embargo, es posible advertir la
existencia de limites.

El sadismo implica no solo la

destruccin del objeto sino tambin


acciones de humillacin, juzgamiento
y actos para infligir dolor.

En la infancia dicha pulsin agresiva no se

propone causar dolor, solo destruir o eliminar el


objeto; sin embargo,
cuando esta pulsin agresiva se conjuga con lo

sexual, las sensaciones de dolor, como otras


sensaciones de displacer, desbordan sobre la
excitacin sexual y
producen un estado placentero en aras del cual

puede consentirse aun el displacer del dolor.

Una vez que sufrir dolores se ha

convertido en una meta masoquista,


puede surgir la meta sdica de
infligirlos (Freud, 1915).

Produciendo dolor en el otro, uno mismo los

goza de manera masoquista en la


identificacin con el objeto que sufre.
en ambos casos no se goza del dolor mismo,

sino la excitacin sexual que lo acompaa.


El gozar del dolor seria, por tanto, una meta

originariamente masoquista (Freud, 1915).

El carcter patgeno de la perversin

residira no tanto en el contenido de la


meta sexual de la que se trate,
sino por su proporcin respecto de lo

normal y por hacerse extensivo a otros


campos diferentes del sexual hasta el
punto que en el mbito sexual la
satisfaccin pulsional parcial llega a
sustituir la meta sexual, a suplantarla.

Quiz justamente en las mas

horrorosas perversiones es preciso


admitir la mas vasta contribucin
psquica a la trasmudacin de la
pulsin sexual.
Entonces lo patolgico estara en la

exclusividad y en la fijacin de la
perversin (Freud, 1933).

Una practica sexual es perversa

cuando ha renunciado a la meta del


comercio sexual entre dos sexos
reconocidos como diferentes,
y persigue como nico propsito la

obtencin de satisfaccin con o sin el


consentimiento del objeto.

El acto perverso busca borrar la

diferencia entre los sexos, la cual


hace posible el encuentro entre dos
sujetos sexuados en sus diferencias
y en su falta de complementariedad.

Sadismo y masoquismo ocupan una

posicin particular entre las


perversiones,
pues la oposicin entre actividad y

pasividad que esta en su base


pertenece a los caracteres
universales de la vida sexual.

La historia de la cultura humana nos

ensena, fuera de toda duda, que


crueldad y pulsin sexual se copertenecen de la manera mas
estrecha.

Ahora bien, la propiedad mas

llamativa de esta perversin reside


en que su forma activa y su forma
pasiva habitualmente se encuentran
juntas en una misma persona.

El que siente placer en producir dolor

a otro en una relacin sexual es


capaz tambin de gozar como placer
del dolor que deriva de unas
relaciones sexuales.

Un sdico es siempre tambin al

mismo tiempo un masoquista,


aunque uno de los dos aspectos de
la perversin,
el pasivo o el activo, puede haberse

desarrollado en el con mas fuerza y


constituir su practica sexual
prevaleciente.

Los perversos pueden delinquir sin

experimentar culpa, puesto que aun


conociendo el cdigo normativo
logran hacerlo a un lado sin que la
angustia irrumpa en su interior.

Estos sujetos no sienten

remordimientos, ni reproches; as,


con preceptos particulares de vida,
logran hacer realidad sus mas
profundos anhelos, sin importar los
obstculos para la consecucin de
los mismos (Freud, 1932).

El dolor provocado al combatiente es

esencial, igual que la humillacin, la


denigracin;
al hacerlo objeto de todos los vejamenes

imaginables lo que se traduce en un


desprecio por toda consideracin de esa
criatura humana que es tomada como un
objeto, como un juguete en el cual se
sacian todas las tendencias crueles y
sexuales (Lacan, 1960).

Este goce del perverso envuelve un

caracter inaccesible, oscuro y de


opacidad en la medida en que no se
trata de la satisfaccion de una
necesidad sino de un impulso horroroso
(Brouse, 1989).
Estos actos pueden ser ejecutados de

modo sistematico, calculado o


metodico (Gallo, 2007).

El perverso se ubica como

instrumento de este goce y se


evidencia esta posicin en la figura
del atormentador que busca poner en
escena agresiones desbordadas con
el propsito que la victima traspase
sus propios cdigos morales, ticos,
religiosos y consienta a la voluntad de
goce que el perverso quiere imponer.

El torturador tiene la propiedad mortal de

articularse solamente con el dolor del otro y


de conducirlo hasta el extremo del terror; es
la misma condicion que quiere provocarse en
quienes son espectadores de las torturas:
que vivencien el terror al que los deja

reducidos su condicion de objetos.


Causan dolor para hacerle saber a su victima

quien es el amo. (Gallo, 1999).

En las personas entrevistadas se produca,

por efecto de las acciones de estos


torturadores,
una situacin de constante amenaza que

se traduca en estados angustiados y


presentimientos ante la posibilidad de verse
expuestos a estas torturas en las que se
sienten despojados de su condicin como
humanos y se ven reducidos a una extrema
pasividad.

La intencin del atormentador sobre

el espectador forzado de las torturas


ejercidas sobre otros no es la
muerte,
sino la mortificacin de la victima

puesto que en la tortura se trata de


un tormento que no cesa, de un
tiempo detenido en esa condicin de
objeto sometido a los caprichos y

G racias

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