DBSE-C
DBSE-C
DBSE-C
Seguridad estructural
Cimientos
Índice
1 Generalidades
1.1 Ámbito de aplicación
1.2 Condiciones particulares para el cumplimiento del DB-SE-C
2 Bases de cálculo
2.1 Generalidades
2.2 Método de los estados límite
2.3 Variables básicas
2.4 Verificaciones basadas en el formato de los coeficientes parciales
3 Estudio geotécnico
3.1 Generalidades
3.2 Reconocimiento del terreno
3.3 Contenido del estudio geotécnico
4 Cimentaciones directas
4.1 Definiciones y tipologías
4.2 Análisis y dimensionado
4.3 Presión admisible y de hundimiento
4.4 Asiento de las cimentaciones directas
4.5 Condiciones constructivas
4.6 Control
5 Cimentaciones profundas
5.1 Definiciones y tipologías
5.2 Acciones a considerar
5.3 Análisis y dimensionado
5.4 Condiciones constructivas y de control
6 Elementos de contención
6.1 Definiciones y tipologías
6.2 Acciones a considerar y datos geométricos
6.3 Análisis y dimensionado
6.4 Condiciones constructivas y de control
7 Acondicionamiento del terreno
7.1 Criterios básicos
7.2 Excavaciones
7.3 Rellenos
7.4 Gestión del agua
8 Mejora o refuerzo del terreno
8.1 Generalidades
8.2 Condiciones iniciales del terreno
8.3 Elección del procedimiento de mejora o refuerzo del terreno
SE-C-i
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-ii
Documento Básico SE-C Cimientos
1 Generalidades
SE-C-1
Documento Básico SE-C Cimientos
2 Bases de cálculo
2.1 Generalidades
1 Este apartado se refiere a los aspectos propios de la cimentación, como complemento a los princi-
pios y reglas establecidos con carácter general en DB-SE.
2 El comportamiento de la cimentación debe comprobarse frente a la capacidad portante (Resistencia
y estabilidad) y la aptitud al servicio. A estos efectos se distinguirá, respectivamente, entre estados
límite últimos y estados límite de servicio.
3 Las comprobaciones de la capacidad portante y de la aptitud al servicio de la cimentación se efec-
tuarán para las situaciones de dimensionado que sean pertinentes.
4 Se tendrán en cuenta los efectos que, dependiendo del tiempo, pueden afectar a la capacidad por-
tante o aptitud de servicio la cimentación comprobando su comportamiento frente a:
a) acciones físicas o químicas que pueden conducir a procesos de deterioro;
b) cargas variables repetidas que puedan conducir a mecanismos de fatiga del terreno;
c) las verificaciones de los estados límites de la cimentación relacionados con los efectos que
dependen del tiempo deben estar en concordancia con el periodo de servicio de la construc-
ción.
5 Las situaciones de dimensionado de la cimentación se seleccionarán para todas las circunstancias
igualmente probables en las que la cimentación tengan que cumplir su función, teniendo en cuenta
las características de la obra y las medidas adoptadas para atenuar riesgos o asegurar un adecua-
do comportamiento tales como las actuaciones sobre el nivel freático.
6 Las situaciones de dimensionado se clasifican en:
a) situaciones persistentes, que se refieren a las condiciones normales de uso;
b) situaciones transitorias, que se refieren a unas condiciones aplicables durante un tiempo limi-
tado, tales como situaciones sin drenaje o de corto plazo durante la construcción;
c) situaciones extraordinarias, que se refieren a unas condiciones excepcionales en las que se
puede encontrar, o a las que puede estar expuesto el edificio, incluido el sismo.
7 Las condiciones que aseguren el buen comportamiento de los cimientos se deben mantener duran-
te la vida útil del edificio, teniendo en cuenta la evolución de las condiciones iniciales y su interac-
ción con la estructura
8 Lo indicado en este capítulo para las cimentaciones de los edificios es análogamente de aplicación
a los elementos de contención, con las particularidades que se indican en el capítulo 6.
SE-C-1
Documento Básico SE-C Cimientos
d) fallos originados por efectos que dependen del tiempo (durabilidad del material de la cimenta-
ción, fatiga del terreno sometido a cargas variables repetidas).
2.2.2 Verificaciones
1 Las verificaciones de los estados límite se basarán en el uso de modelos adecuados para la cimen-
tación y el terreno de apoyo, así como para evaluar los efectos de las acciones del edificio y del te-
rreno sobre el mismo.
2 Se verificará que no se supere ningún estado límite si se utilizan, en los modelos mencionados en el
párrafo anterior, valores adecuados para:
a) las solicitaciones del edificio sobre la cimentación;
b) las acciones (cargas y empujes) que se puedan transmitir o generar a través del terreno sobre
la cimentación;
c) los parámetros del comportamiento mecánico del terreno;
d) los parámetros del comportamiento mecánico de los materiales utilizados en la construcción
de la cimentación;
e) los datos geométricos del terreno y la cimentación.
3 Las verificaciones se llevarán a cabo para todas las situaciones de dimensionado.
4 En el marco del método de los estados límite los requisitos relativos a la cimentación se verificarán
normalmente mediante cálculos, utilizando el formato de los coeficientes parciales descrito en 2.4.
5 En determinadas circunstancias podrán verificarse los estados límite utilizando alguno de los si-
guientes procedimientos:
a) medidas prescriptivas;
b) experimentación en modelo;
c) pruebas de carga;
d) método observacional.
2.3.1 Generalidades
1 La verificación de los estados límite se realiza mediante modelos en los que intervienen las deno-
minadas variables básicas, que representan cantidades físicas que caracterizan las acciones sobre
el edificio, acciones sobre el terreno, acciones generadas por el terreno sobre la cimentación, in-
fluencias ambientales, características del terreno y de los materiales de la cimentación, y los datos
geométricos tanto del terreno como de la cimentación.
2 En el marco de las verificaciones basadas en el formato de los coeficientes parciales descrito en
2.4, la magnitud de las acciones se describe por valores representativos, y los parámetros del terre-
no a través de valores característicos afectados ambos por los correspondientes coeficientes par-
SE-C-2
Documento Básico SE-C Cimientos
ciales. La información contenida en los apartados 2.3.2. a 2.3.5 se refiere a los valores representati-
vos y característicos de las distintas variables.
2.3.2 Acciones
1 Para cada situación de dimensionado de la cimentación se distinguirá entre acciones que actúan
sobre el edificio y acciones geotécnicas que se transmiten o generan a través del terreno en que se
apoya.
2.3.2.3 Acciones geotécnicas sobre la cimentación que se transmiten o generan a través del te-
rreno.
1 Para cada situación de dimensionado habrá que tener en cuenta los valores representativos de los
tipos siguientes de acciones:
a) acciones que actúan directamente sobre el terreno y que por razones de proximidad pueden
afectar al comportamiento de la cimentación. Las acciones de este tipo que procedan de la es-
tructura se determinarán de acuerdo con los criterios definidos en 2.3.2.2;
b) cargas y empujes debidos al peso propio del terreno;
c) acciones del agua existente en el interior del terreno.
SE-C-3
Documento Básico SE-C Cimientos
2.4.1 Generalidades
1 La utilización del formato de los coeficientes parciales implica la verificación de que, para las situa-
ciones de dimensionado de la cimentación, no se supere ninguno de los estados límite pertinentes,
al introducir en los modelos correspondientes, los valores de cálculo para las distintas variables que
describen los efectos de las acciones sobre la cimentación y la resistencia del terreno.
2 Los valores de cálculo de las variables descritas en el párrafo anterior se obtienen a partir de sus
valores representativos y característicos respectivamente, multiplicándolos o dividiéndolos por los
correspondientes coeficientes parciales.
3 El dimensionado de la cimentación como elemento que ejerce presiones sobre el terreno se realiza-
rá exclusivamente con el formato de acciones y coeficientes de seguridad indicados, a tal efecto, en
este DB.
4 La comprobación de la capacidad estructural de la cimentación, como elemento estructural a di-
mensionar, puede realizarse con el formato general de acciones y coeficientes de seguridad inclui-
dos en el DB-SE, y en el resto de Documentos Básicos relativos a la seguridad estructural de los di-
ferentes materiales o la instrucción EHE, o utilizando el formato de acciones y coeficientes de segu-
ridad incluidos a tal efecto en este DB.
SE-C-4
Documento Básico SE-C Cimientos
X
E d = γ E E γ F ⋅ Frepr ; K ; a d (2.3)
γM
siendo
Frepr el valor representativo de las acciones que intervienen en la situación de dimensionado
considerada;
XK el valor característico de los materiales;
ad el valor de cálculo de los datos geométricos;
γE el coeficiente parcial para el efecto de las acciones;
γF el coeficiente parcial para las acciones;
γM el coeficiente parcial para las propiedades de los materiales.
3 Los coeficientes γE, γF y γM se definen para cada tipo de cimentación en la tabla 2.1.
SE-C-5
Documento Básico SE-C Cimientos
1 X
Rd = R γ F ⋅ Frep ; K ; a d (2.4)
γR γM
siendo
γR el coeficiente parcial de resistencia
2 Los coeficientes γR se definen en la tabla 2.1.
3 La utilización conjunta de los valores γF = 1, γM = 1 y γR = 1 en la expresión (2.4) proporciona, para
cada tipo de cimentación y estado límite último el valor característico, RK, de la resistencia del terre-
no. En los capítulos 4 y 5 se identifican distintos procedimientos que pueden utilizarse para deter-
minar dicho valor en cimentaciones directas y profundas.
SE-C-6
Documento Básico SE-C Cimientos
Persistente Pilotes
o Arrancamiento 3,5 1,0 1,0 1,0
transitoria Rotura horizontal 3,5 1,0 1,0 1,0
Pantallas
Estabilidad fondo excavación 1,0 2,5(6) 1,0 1,0
Sifonamiento 1,0 2,0 1,0 1,0
Rotación o traslación
Equilibrio límite 1 1,0 0,6(7) 1,0
(7)
Modelo de Winkler 1 1,0 0,6 1,0
Elementos finitos 1,0 1,5 1,0 1,0
(8)
Hundimiento 2,0 1,0 1,0 1,0
(2)
Deslizamiento 1,1 1,0 1,0 1,0
(2)
Vuelco
Acciones estabilizadoras 1,0 1,0 0,9 1,0
Acciones desestabilizadoras 1,0 1,0 1,2 1,0
Estabilidad global 1,0 1,2 1,0 1,0
(4) (4)
Capacidad estructural - - 1,0 1,0
Extraordinaria Pilotes
Arrancamiento 2,3 1,0 1,0 1,0
Rotura horizontal 2,3 1,0 1,0 1,0
Pantallas
Rotación o traslación
Equilibrio límite - - - -
Modelo de Winkler 1,0 1,0 0,8 1,0
Elementos finitos 1,0 1,2 1,0 1,0
(1)
En pilotes se refiere a métodos basados en ensayos de campo o fórmulas analíticas (largo plazo), para métodos
basados en fórmulas analíticas (corto plazo), métodos basados en pruebas de carga hasta rotura y métodos basa-
dos en pruebas dinámicas de hinca con control electrónico de la hinca y contraste con pruebas de carga, se podrá
tomar 2,0.
(2)
De aplicación en cimentaciones directas y muros.
(3)
En cimentaciones directas, salvo justificación en contrario, no se considerará el empuje pasivo.
SE-C-7
Documento Básico SE-C Cimientos
(4)
Los correspondientes de los Documentos Básicos relativos a la seguridad estructural de los diferentes materiales
o la instrucción EHE.
(5)
Aplicable a elementos de hormigón estructural cuyo nivel de ejecución es intenso o normal, según la Instrucción
EHE. En los casos en los que el nivel de control de ejecución sea reducido, el coeficiente γE debe tomarse, para
situaciones persistentes o transitorias, igual a 1,8.
(6)
El coeficiente γM será igual a 2,0 si no existen edificios o servicios sensibles a los movimientos en las proximida-
des de la pantalla.
(7)
Afecta al empuje pasivo
(8)
En pilotes, se refiere a métodos basados en ensayos de campo o fórmulas analíticas; para métodos basados en
pruebas de carga hasta rotura y métodos basados en pruebas dinámicas de hinca con control electrónico de la hinca
y contraste con pruebas de carga, se podrá tomar 1,5
SE-C-8
Documento Básico SE-C Cimientos
c) distorsión angular, β, definida como el asiento diferencial entre dos puntos dividido por la dis-
tancia que les separa.
δ s AB sB − s A
β AB = = (2.7)
L AB L AB
Se denomina giro relativo o rotación relativa cuando el asiento diferencial está referido a la
distancia medida según la línea que define la inclinación media de la cimentación (línea A’ D’
en la Figura 2.1);
d) inclinación, ω, definida como el ángulo girado con respecto a la vertical según la línea media
que define la posición deformada de la cimentación;
e) desplazamiento horizontal, x, definido como el movimiento horizontal de cualquier punto de la
cimentación (Ej: xA);
f) desplazamiento horizontal diferencial, δx, definido como la diferencia de movimiento horizontal
entre dos puntos cualesquiera de la cimentación;
δx AB = x B − x A (2.8)
g) distorsión horizontal ε definida como el desplazamiento horizontal diferencial entre dos puntos
dividido por la distancia que los separa.
δ x AB x B − x A (2.9)
ε AB = =
L AB L AB
9 En el caso de que no se especifiquen en el proyecto los valores límites de servicio de los movimien-
tos de la cimentación del edificio podrán adoptarse los indicados en las tablas 2.2 y 2.3.
10 En los capítulos relativos a los diferentes tipos de cimentación se encuentran otros criterios de veri-
ficación de la aptitud al servicio de éstas relacionados más específicamente con los materiales y
procedimientos de construcción empleados.
11 Para las vibraciones previstas de corta duración se comprobará que los valores máximos de los
componentes del vector velocidad del terreno y cimentación quedan por debajo de los valores esta-
blecidos en las tablas 2.4 y 2.5.
SE-C-9
Documento Básico SE-C Cimientos
12 Para vibraciones estacionarias se comprobará que las vibraciones horizontales medidas en el piso
más alto sean inferiores a 5 mm/s, y las verticales medidas en el centro de los forjados o techos
permanezcan por debajo de 10 mm/s.
Tabla 2.4. Valores de referencia para el valor pico de la vibración del terreno en su mayor componente
frente a vibraciones de corta duración (UNE 22-381-93)
Frecuencia principal (Hz)
Clase de edificio 2-15 15-75 >75
(1)
Velocidad Desplazamiento Velocidad
[mm/s] [mm] [mm/s]
Edificios y naves industriales ligeras con estructuras de
20 0,212 100
hormigón armado o metálicas.
Edificios de viviendas y otros similares en su construcción
9 0,095 45
y/o en su utilización.
Edificios especialmente sensibles a las vibraciones. 4 0,042 20
(1)
En los tramos de frecuencias comprendidas entre 15 y 75 Hz se podrá calcular la velocidad equivalente conociendo la
frecuencia principal a través de la ecuación:
v = 2·π ·f · d
siendo
v la velocidad de vibración equivalente en mm/s
f la frecuencia principal en Hz
d el desplazamiento admisible en mm indicado en la tabla
Tabla 2.5. Valores de referencia para la velocidad de vibración (mm/s) de las cimentaciones frente a
vibraciones de corta duración
Nivel del techo Forjados o
Cimientos del piso mas alto Techos
habitable
Valor máximo de las 3 componentes del Vibraciones Vibración ver-
Clase de edificio vector velocidad horizontales en tical en el cen-
dos direcciones tro
Frecuencias Todas las fre- Todas las
(1)
cuencias frecuencias
< 10 Hz 10 a 15 Hz 50 a 100 Hz
SE-C-10
Documento Básico SE-C Cimientos
3 Estudio geotécnico
3.1 Generalidades
1 El estudio geotécnico es el compendio de información cuantificada en cuanto a las características
del terreno en relación con el tipo de edificio previsto y el entorno donde se ubica, que es necesaria
para proceder al análisis y dimensionado de los cimientos de éste u otras obras.
2 Las características del terreno de apoyo se determinarán mediante una serie de actividades que en
su conjunto se denomina reconocimiento del terreno y cuyos resultados quedarán reflejados en el
estudio geotécnico.
3 El reconocimiento del terreno, que se fijará en el estudio geotécnico en cuanto a su intensidad y
alcance, dependerá de la información previa del plan de actuación urbanística, de la extensión del
área a reconocer, de la complejidad del terreno y de la importancia de la edificación prevista. Salvo
justificación el reconocimiento no podrá ser inferior al establecido en este DB.
4 Para la realización del estudio deben recabarse todos los datos en relación con las peculiaridades y
problemas del emplazamiento, inestabilidad, deslizamientos, uso conflictivo previo tales como hor-
nos, huertas o vertederos, obstáculos enterrados, configuración constructiva y de cimentación de
las construcciones limítrofes, la información disponible sobre el agua freática y pluviometría, ante-
cedentes planimétricos del desarrollo urbano y, en su caso, sismicidad del municipio, de acuerdo
con la Norma de Construcción Sismorresistente NCSE vigente.
5 Dado que las conclusiones del estudio geotécnico pueden afectar al proyecto en cuanto a la con-
cepción estructural del edificio, tipo y cota de los cimientos, se debe acometer en la fase inicial de
proyecto y en cualquier caso antes de que la estructura esté totalmente dimensionada.
6 La autoría del estudio geotécnico corresponderá al proyectista, a otro técnico competente o, en su
caso, al Director de Obra y contará con el preceptivo visado colegial.
3.2.1 Programación
1 Para la programación del reconocimiento del terreno se deben tener en cuenta todos los datos rele-
vantes de la parcela, tanto los topográficos o urbanísticos y generales del edificio, como los datos
previos de reconocimientos y estudios de la misma parcela o parcelas limítrofes si existen, y los ge-
nerales de la zona realizados en la fase de planeamiento o urbanización.
2 A efectos del reconocimiento del terreno, la unidad a considerar es el edificio o el conjunto de edifi-
cios de una misma promoción, clasificando la construcción y el terreno según las tablas 3.1 y 3.2
respectivamente.
Tabla 3.1. Tipo de construcción
(1)
Tipo Descripción
C-0 Construcciones de menos de 4 plantas y superficie construida inferior a 300 m2
C-1 Otras construcciones de menos de 4 plantas
C-2 Construcciones entre 4 y 10 plantas
C-3 Construcciones entre 11 a 20 plantas
C-4 Conjuntos monumentales o singulares, o de más de 20 plantas.
(1)
En el cómputo de plantas se incluyen los sótanos.
SE-C-11
Documento Básico SE-C Cimientos
T-3 Terrenos desfavorables: los que no pueden clasificarse en ninguno de los tipos anterio-
res. De forma especial se considerarán en este grupo los siguientes terrenos:
a) Suelos expansivos
b) Suelos colapsables
c) Suelos blandos o sueltos
d) Terrenos kársticos en yesos o calizas
e) Terrenos variables en cuanto a composición y estado
f) Rellenos antrópicos con espesores superiores a 3 m
g) Terrenos en zonas susceptibles de sufrir deslizamientos
h) Rocas volcánicas en coladas delgadas o con cavidades
i) Terrenos con desnivel superior a 15º
j) Suelos residuales
k) Terrenos de marismas
SE-C-12
Documento Básico SE-C Cimientos
Tabla 3.4. Número mínimo de sondeos mecánicos y porcentaje de sustitución por pruebas continuas de
penetración
Número mínimo % de sustitución
T-1 T-2 T-1 T-2
C-0 - 1 - 66
C-1 1 2 70 50
C-2 2 3 70 50
C-3 3 3 50 40
C-4 3 3 40 30
10 Debe comprobarse que la profundidad planificada de los reconocimientos ha sido suficiente para
alcanzar una cota en el terreno por debajo de la cual no se desarrollarán asientos significativos bajo
las cargas que pueda transmitir el edificio, tal y como se indica en los distintos capítulos de este DB.
11 Dicha cota podrá definirse como la correspondiente a una profundidad tal que en ella el aumento
neto de tensión en el terreno bajo el peso del edificio sea igual o inferior al 10% de la tensión efecti-
va vertical existente en el terreno en esa cota antes de construir el edificio, a menos que se haya al-
canzado una unidad geotécnica resistente tal que las presiones aplicadas sobre ella por la cimenta-
ción del edificio no produzcan deformaciones apreciables.
12 La unidad geotécnica resistente a la que se hace referencia en el párrafo anterior debe comprobar-
se en una profundidad de al menos 2 m, más 0,3 m adicionales por cada planta que tenga la cons-
trucción.
13 El aumento neto de tensión en el terreno, al que se hace referencia en el párrafo 11 de este aparta-
do, podrá determinarse utilizando los ábacos y tablas existentes en la literatura geotécnica de uso
habitual ó también, de forma aproximada, suponiendo que la carga del edificio se distribuye unifor-
memente en cada profundidad sobre una superficie definida por planos que, buzando hacia el exte-
rior del área cargada en la superficie del terreno, alcanzan dicha profundidad con líneas de máxima
pendiente 1H:2V.
14 En el caso de que se prevean cimentaciones profundas se llevarán a cabo las comprobaciones
indicadas en los párrafos 10 y 11 suponiendo que la cota de aplicación de la carga del edificio sobre
el terreno es la correspondiente a una profundidad igual a las dos terceras partes de la longitud de
los pilotes. Salvo justificación, en el caso de pilotes columna se comprobará que la profundidad in-
vestigada alcanza aproximadamente cinco diámetros (5D) por debajo de la punta del pilote previsi-
ble a utilizar.
15 En caso de terrenos del grupo T-3 o cuando el reconocimiento se derive de otro que haya resultado
insuficiente, se intercalarán puntos de reconocimiento en las zonas problemáticas hasta definirlas
adecuadamente.
3.2.2 Prospección
1 La prospección del terreno podrá llevarse a cabo mediante calicatas, sondeos mecánicos, pruebas
continuas de penetración o métodos geofísicos. En el anejo C se describen las principales técnicas
de prospección así como su aplicabilidad, que se llevarán a cabo de acuerdo con el Real Decreto
1627/1997, de 24 de octubre, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud
en las obras de construcción.
2 En los reconocimientos de los tipos de construcción C-0 y grupo de terreno T-1, las pruebas de
penetración deben complementarse siempre con otras técnicas de reconocimiento como podrían
ser calicatas. En otros casos, en el reconocimiento se podrán utilizar las pruebas de penetración
para la identificación de unidades geotécnicas, que deben contrastarse mediante sondeos mecáni-
cos.
3 En el marco del presente DB no se pueden utilizar exclusivamente métodos geofísicos para carac-
terizar el terreno, debiendo siempre contrastarse sus resultados con los sondeos mecánicos.
4 En general, se podrán aplicar las técnicas geofísicas para la caracterización geotécnica y geológica,
con el objeto de complementar datos, mejorar su correlación, acometer el estudio de grandes su-
perficies y determinar los cambios laterales de facies, no siendo aconsejable en cascos urbanos
consolidados.
SE-C-13
Documento Básico SE-C Cimientos
Tabla 3.5. Categoría de las muestras de suelos y rocas para ensayos de laboratorio
Propiedades a determinar Categoría mínima de la muestra
- Identificación organoléptica C
- Granulometría C
- Humedad B
- Límites de Atterberg C
- Peso específico de las partículas B
- Contenido en materia orgánica y en CaCO3 C
- Deformabilidad A
- Expansividad A
- Contenido en sulfatos solubles C
4 En la categoría A, los tomamuestras que se empleen en los sondeos se recomienda se ajusten a
las especificaciones de la tabla 3.6 en función del tipo de suelo en que se ejecute la toma y el diá-
metro interior Di de la zapata utilizada.
SE-C-14
Documento Básico SE-C Cimientos
D 2e − D i2
Ra = ⋅ 100 (3.2)
D i2
D e − Di
E= (3.3)
2
siendo
De el diámetro exterior de la zapata del tomamuestras
Di el diámetro interior de la zapata del tomamuestras
5 En la tabla D.8 se especifican los diferentes tipos de tomamuestras, el método de hinca y la catego-
ría adjudicada.
6 Además de las muestras de suelo o roca señaladas, el reconocimiento geotécnico debe incluir la
toma de muestras de agua de los distintos acuíferos encontrados, en el fin de prever posibles pro-
blemas de agresividad o contaminación. En algunos casos estas muestras servirán para una mejor
definición de la hidrogeología de la zona de estudio.
7 Una vez extraídas las muestras se procederá a su parafinado o protección adecuada y se traslada-
rán al laboratorio de ensayo en las mejores condiciones posibles.
SE-C-15
Documento Básico SE-C Cimientos
4 Para superficies mayores se multiplicarán los números de la tabla 3.7 por (s/2000)1/2, siendo s la
superficie de estudio en m2.
Tabla 3.7. Número orientativo de determinaciones in situ o ensayos de laboratorio para superficies de estu-
2
dio de hasta 2000 m
Propiedad Terreno
T-1 T-2
Identificación
Granulometría 3 6
Plasticidad 3 5
Deformabilidad
Arcillas y limos 4 6
Arenas 3 5
Resistencia a compresión simple
Suelos muy blandos 4 6
Suelos blandos a duros 4 5
Suelos fisurados 5 7
Resistencia al corte
Arcillas y Limos 3 4
Arenas 3 5
Contenido de sales agresivas 3 4
5 Los ensayos indicados en la tabla 3.7 corresponden a cada unidad geotécnica que pueda ser afec-
tada por las cimentaciones. El número de determinaciones in situ o ensayos indicados corresponde
a edificios C-1 ó C-2. Para edificios C-3 o C-4 los valores del cuadro se recomienda incrementarlos
en un 50%.
6 Para terrenos tipo T-3 se decidirá el tipo y número de determinaciones, que nunca serán inferiores a
las indicadas para el T-2.
7 En la tabla D.18 se indican ensayos considerados adecuados para la determinación de las propie-
dades más usuales de un suelo o de una roca matriz.
8 Los resultados de los ensayos granulométricos de suelos permitirán matizar los criterios de clasifi-
cación denominándolos con una palabra según su componente principal que podrá acompañarse
de calificativos y sufijos según los componentes secundarios teniendo en cuenta el baremo de pro-
porción en % de peso de cada fracción de suelo según se indica en las tablas D.20 y D.21.
9 Para la comprobación de los estados límite considerados en los distintos capítulos de este DB se
distinguirá entre aquellos suelos cuya proporción en finos (limo + arcilla) sea inferior al 35% y los
que superen dicha proporción, pudiéndose denominar unos y otros tal y como se indica en las ta-
blas D.20 y D.21.
10 La acidez Baumann-Gully y el contenido en sulfatos, detectados en muestras de suelo y rocas, así
como determinados componentes químicos, presentes en el agua freática, permiten clasificar la
agresividad química del terreno frente al hormigón. En la tabla D.22 figura la clasificación de la
agresividad química recogida en la Instrucción de Hormigón Estructural EHE.
11 Para caracterizar la agresividad del agua freática se tomará como mínimo una muestra en el 50%
de los sondeos.
12 La Instrucción EHE establece el empleo de cementos que posean resistencia adicional a los sulfa-
tos, según la norma UNE 80303:96, para una exposición tipo Q, es decir, siempre que el contenido
en sulfatos del terreno sea igual o mayor a 3000 mg/kg (SO42- en suelos ≥ 3000 mg/kg) y de 600
mg/kg en el agua freática (SO42- en aguas ≥ 600 mg/l).
SE-C-16
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-17
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-18
Documento Básico SE-C Cimientos
4 Cimentaciones directas
SE-C-19
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-20
Documento Básico SE-C Cimientos
Figura 4.4. Ejemplo del empleo de vigas centradoras para redistribución de presiones sobre el terreno
SE-C-21
Documento Básico SE-C Cimientos
4.1.4 Emparrillados
1 Cuando el terreno presente baja capacidad de carga y elevada deformabilidad, o bien muestre hete-
rogeneidades que hagan prever asientos totales elevados y, consiguientemente, importantes asien-
tos diferenciales, se podrá cimentar por el sistema de emparrillados.
2 En este caso todos los pilares de la estructura quedarán recogidos en una única cimentación, con-
sistente en zapatas corridas entrecruzadas en malla habitualmente ortogonal. Al quedar así reuni-
dos todos los apoyos de la estructura en una sola cimentación se podrá conseguir una con-
siderable rigidización con el fin de disminuir el problema de la heterogeneidad del terreno impidien-
do grandes asientos diferenciales.
4.1.5 Losas
1 Se podrán emplear en los casos indicados en el apartado anterior o cuando el área cubierta por
posibles cimentaciones aisladas o por emparrillados cubra un porcentaje elevado de la superficie de
ocupación en planta del edificio.
2 Las losas de cimentación pueden ser de los siguientes tipos: continua y uniforme, con refuerzos
bajo pilares, con pedestales, con sección en cajón, nervada, aligerada. Figura 4.6
3 La losa recogerá los elementos estructurales del edificio y cubrirá el área disponible, dando así lu-
gar a la mínima presión unitaria, pero a la máxima anchura de cimentación. Especialmente en el
caso de suelos compresibles de gran espesor, estas consideraciones pueden dar lugar a asientos
considerables a no ser que se planteen compensaciones de cargas (véase el párrafo 6 de este
apartado).
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4.2.2 Verificaciones
1 Las comprobaciones para verificar que una cimentación superficial cumple los requisitos necesarios
se basarán en el método de los estados límite tal y como se indica en el apartado 2.2.
4.2.2.1.1 Hundimiento
1 El hundimiento se alcanzará cuando la presión actuante (total bruta) sobre el terreno bajo la cimen-
tación supere la resistencia característica del terreno frente a este modo de rotura, también llamada
presión de hundimiento. En el apartado 4.3 se establece el método para su determinación.
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2 El valor de cálculo de la resistencia del terreno o presión admisible se obtendrá aplicando la expre-
sión (2.4) de este DB y los coeficientes parciales de la tabla 2.1. Teniendo en cuenta el valor de los
coeficientes de la tabla 2.1 y las consideraciones hechas en el apartado 2.4.2.6 su valor puede ex-
presarse para cada situación de dimensionado mediante la siguiente ecuación:
RK (4.1)
Rd =
γR
siendo
RK el valor característico de la presión de hundimiento, (qh)
γR el coeficiente parcial de resistencia de la tabla 2.1.
4.2.2.1.2 Deslizamiento
1 Se podrá producir este modo de rotura cuando, en elementos que hayan de soportar cargas hori-
zontales, las tensiones de corte en el contacto de la cimentación con el terreno superen la resisten-
cia de ese contacto.
2 En el caso de zapatas estructuralmente ligadas entre sí en la comprobación al deslizamiento debe
considerarse la redistribución de las acciones horizontales entre ellas.
4.2.2.1.3 Vuelco
1 Se podrá producir este modo de rotura en cimentaciones que hayan de soportar cargas horizontales
y momentos importantes cuando, siendo pequeño el ancho equivalente de la cimentación (véase
apartado 4.3.1.3), el movimiento predominante sea el giro de la cimentación.
2 La verificación frente al vuelco debe realizarse en todos los elementos de cimentación que se ajus-
ten a las consideraciones anteriores, tanto en forma aislada como conjunta, del edificio completo o
de todo elemento estructuralmente independiente, cuando en el equilibrio intervengan acciones o
reacciones procedentes del terreno.
3 En general en el equilibrio no se considerará la colaboración del empuje pasivo, a menos que pue-
da garantizarse que el terreno que lo produce estará siempre presente.
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g) oscilaciones del nivel del agua que puedan dar lugar a cambios en los niveles de tensiones
efectivas o a alteraciones en la resistencia o deformabilidad del suelo.
2 Debe tomarse en consideración que la seguridad de la cimentación puede verse comprometida por
los problemas siguientes:
a) estabilidad de excavaciones durante la ejecución de la cimentación;
b) asientos por mala calidad en la construcción (falta de limpieza del fondo de las excavaciones,
por ejemplo);
c) problemas de impermeabilización en sótanos y soleras;
d) posibles excavaciones futuras junto a la cimentación a realizar;
e) efectos sísmicos sobre el propio terreno de cimentación (licuefacción).
3 En el caso de cimentaciones en roca pueden concurrir problemas diversos debidos a la estructura,
orientación de diaclasas, anisotropía, etc. del macizo. De forma orientativa, en la Figura 4.10 se
muestran algunas de las situaciones que requerirán un análisis específico desde el punto de vista
de la estabilidad o de la deformabilidad.
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tir de métodos indirectos tales como el golpeo del ensayo SPT o la resistencia por la punta del
penetrómetro estático, qc según la tabla 4.1 (Figura D.1).
Tabla 4.1 Correlación entre golpeo NSPT, y CPT con el ángulo de rozamiento
Muy Medio- Muy
Suelto Denso
suelto denso denso
Ángulo de rozamiento interno del terreno 30º 32º 34º 36º 38º 40º 42º
Golpeo NSPT (número) 10 15 22 30 36 45 55
Resistencia por punta del penetrómetro estático (MPa) - 2 4 7 15 21 30
Para la verificación directa del estado límite último de hundimiento se podrá recurrir asimismo
a los métodos simplificados descritos en el apartado 4.3.3, basados en ensayos de penetra-
ción. Si se dispone de resultados de ensayos de penetración estática, la resistencia por la pun-
ta medida, qc, se podrá correlacionar con el golpeo del ensayo SPT de acuerdo con la tabla
4.2 (Figura D.2) en función de la granulometría del terreno.
Tabla 4.2 Correlación entre CPT y NSPT
Arena limosa Limo arcilloso o
Arena Arena limosa Arcilla
o limo arcilla limosa
qc / N (MPa / nº30 ) 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1
D50 (mm) 0,3 0,1 0,04 0,01 0,001
Para el caso de construcciones del tipo C-3 y C-4 se puede recurrir a la comprobación de los
parámetros de resistencia obtenidos indirectamente por los procedimientos anteriores median-
te la ejecución de ensayos de laboratorio con muestras recompactadas.
b) En suelos granulares limpios sin cohesión cuyo contenido en partículas de tamaño mayor que
20 mm supere el 30% en peso, los ensayos SPT, de penetración dinámica o estática pueden
proporcionar resultados en exceso elevados a consecuencia del gran tamaño de las partículas
más gruesas del suelo. Para estas situaciones se recomienda recurrir al empleo de ensayos
tipo cross-hole o down-hole para la estimación de los parámetros de deformabilidad.
c) En suelos finos sin cohesión (limos no cohesivos) podrán ser de aplicación los criterios apun-
tados en el párrafo a) anterior.
d) En suelos finos (limos y arcillas), saturados y de baja permeabilidad, habrá que comprobar las
situaciones de dimensionado transitorias de carga sin drenaje. Bajo esta hipótesis se supone
que los incrementos de presión intersticial generados por las cargas del edificio no se disipan
tras su aplicación. En términos generales y salvo justificación expresa en contra, se supondrá
que puede darse esta situación de dimensionado si el coeficiente de permeabilidad del terreno
saturado resulta inferior a k=0,001 mm/s. En este caso la resistencia al corte del terreno podrá
expresarse en términos de tensiones totales, representada mediante un ángulo de rozamiento
interno φ=0 y una cohesión c=cu, ésta última denominada resistencia al corte sin drenaje. El
valor de dicha resistencia provendrá de ensayos triaxiales UU o CU, o en su caso, de compre-
sión simple. Asimismo podrá haber sido obtenida de forma indirecta a partir de ensayos in situ
(molinete, penetrómetro estático, presiómetro). Salvo que se cuente con una dilatada expe-
riencia local, para la selección final de la resistencia al corte sin drenaje a emplear en cálculo
será recomendable que el estudio geotécnico cuente, para casos importantes, con diferentes
tipos de ensayo, tanto de campo como de laboratorio, con el fin de comparar resultados y se-
leccionar su valor característico.
e) En formaciones rocosas se podrán aplicar los métodos simplificados recogidos en 4.3.4. Para
ello será necesario que el estudio geotécnico contenga información descriptiva suficiente en
cuanto al tipo de roca, su estructura y grado de meteorización. Asimismo debe contener una
valoración cuantitativa de la resistencia a la compresión simple y de los índices RQD y RMR.
2 Si bien la verificación del estado límite de hundimiento depende de numerosos factores que han de
ser analizados en cada situación particular, a efectos de predimensionado la tabla D.25 recoge al-
gunas cifras orientativas del valor de cálculo de la resistencia del terreno (Rd), tradicionalmente de-
nominada presión admisible (qadm), en función del tipo de terreno.
3 Para la verificación del estado límite último frente a la estabilidad global será necesario contar con
los parámetros de resistencia al corte de las unidades geotécnicas implicadas (ángulo de ro-
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zamiento interno y cohesión), en términos de tensiones efectivas (c’, φ’) para situaciones drenadas
o en tensiones totales (c=cu, φ=0) para situaciones transitorias sin drenaje.
4 Para la verificación del estado límite último de deslizamiento a lo largo de superficies de contacto
terreno-cimiento, será necesario establecer la resistencia al corte de dicho contacto. Si, el modelo
empleado para el terreno es un modelo de rotura del tipo Mohr-Coulomb (τ = a’ + σ· tg δ’), como va-
lores para cimentaciones convencionales de hormigón armado ejecutadas sobre suelo se pueden
adoptar para la adherencia (a’) (componente cohesiva) y el ángulo de rozamiento terreno-cimiento
(δ’) (componente friccional), los siguientes valores:
a) en términos de tensiones efectivas y para un terreno de resistencia al corte definida por pará-
metros efectivos (c’, φ’): a’ = 0; δ’ = 3/4φ';
b) en términos de tensiones totales para situaciones transitorias en las que el proyectista consi-
dere necesario emplear cálculos en condiciones sin drenaje: δ’ = 0; a' = cu.
5 En cimientos sobre terrenos expansivos en la zona susceptible de alteración de humedad, se reco-
mienda que las presiones transmitidas al terreno no sean significativamente inferiores a la de hin-
chamiento.
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4.3.1 Generalidades
4.3.1.1 Definiciones
1 En este DB se emplean los siguientes términos en cuanto a la identificación de las presiones en
relación con los principios clásicos de la mecánica del suelo: (véase Figura 4.11):
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3 En el caso de cimentaciones en roca se podrá aplicar el contenido del apartado 4.3.4 para obtener
directamente la carga admisible, considerándose comprobado de esta forma el estado límite último
de hundimiento.
Figura 4.12. Definición de zapata equivalente para la comprobación de estados límite últimos.
7 También habrá de determinarse, para cada situación de dimensionado, el ángulo “δ” que mide la
desviación de la resultante de las acciones con respecto a la vertical, así como sus componentes
según dos direcciones ortogonales:
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H
tan δ = (4.5)
V
HB
tan δ B = (4.6)
V
HL
tan δ L = (4.7)
V
siendo
H la componente horizontal de la resultante de las acciones
HB, HL las componentes de H en dos direcciones ortogonales (habitualmente paralelas a los
ejes o direcciones principales de la cimentación)
8 Normalmente, el plano de cimentación será horizontal. Si ese plano tuviese una ligera inclinación, el
concepto vertical y horizontal podrán cambiarse por normal y tangencial al plano de cimentación y
seguir aplicando las reglas indicadas. Las inclinaciones superiores al 3(H): 1(V) requerirán técnicas
de análisis específicas que exceden el alcance de este DB.
SE-C-32
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podrán tomar los valores de la presión de hundimiento (qh) que figuran en la tabla 4.3, válidos para
zapatas rectangulares de ancho equivalente comprendido entre 1 y 3 m.
Tabla 4.3. Presiones de hundimiento para zapatas 1≤ B* ≤3, (kN/m2)
* *
B /L =1 B* / L* = 0,5 B* / L* = 0,25 B* / L* = 0
D (m) D (m) D (m) D (m)
φ ck
0 1 2 0 1 2 0 1 2 0 1 2
(º) (kN/m2)
50 310 385 450 280 355 420 270 340 400 255 325 385
0º 100 615 750 860 565 690 790 540 660 755 515 630 720
150 925 1120 1265 850 1025 1160 810 980 1110 770 935 1060
10 145 255 375 140 245 360 135 240 355 130 235 350
15º
20 280 410 545 260 390 520 250 375 510 240 365 495
10 215 385 570 210 375 560 205 370 555 200 365 550
20º
20 395 595 805 370 570 775 360 555 760 350 540 745
10 335 605 915 330 600 905 330 595 900 330 595 895
25º
20 580 900 1240 560 870 1205 550 855 1185 535 840 1165
0 190 580 1055 230 620 1095 250 640 1115 270 660 1135
30º
10 550 1010 1530 560 1015 1530 565 1015 1530 570 1020 1530
35º 0 425 1135 1990 520 1225 2085 565 1270 2130 610 1320 2175
siendo
D la profundidad definida en el Anejo F
D S t
q adm = 12N SPT 1 + · kN/m 2 (4.9)
3B * 25
b) Para B* ≥ 1,2 m:
D S t B * + 0,3 2
q d = 8 N SPT 1+ · kN/m 2 (4.10)
25 B *
3B *
siendo
St El asiento total admisible, en mm.
NSPT el valor medio de los resultados, obtenidos en una zona de influencia de la cimentación
comprendida entre un plano situado a una distancia 0,5B* por encima de su base y otro
situado a una distancia mínima 2B* por debajo de la misma;
D la profundidad definida en el Anejo F
D
El valor de 1+ *
a introducir en las ecuaciones será menor o igual a 1,3.
3B
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3 Si existe nivel freático a la altura de apoyo de la cimentación o por encima, para poder aplicar las
formulas anteriores debe garantizarse mediante un adecuado proceso constructivo que las caracte-
rísticas mecánicas del terreno de cimentación no se alteran respecto a los valores determinados en
el reconocimiento geotécnico.
4 Las formulas anteriores se considerarán aplicables para cimentaciones superficiales de hasta 5 m
de ancho real (B). Para anchuras superiores a 5 m deben siempre comprobarse los asientos de
acuerdo con el apartado F.1.2.2.
5 Cuando el asiento admisible de cualquier elemento de cimentación sea inferior a 25 mm, el análisis
de asientos debe llevarse a cabo de acuerdo con el apartado F.1.2.2.
6 Será necesaria en todo caso la comprobación de que no se producen asientos excesivos debidos a
la presencia de cargas próximas y suelos menos firmes situados a mayor profundidad que 2B* des-
de la base de la cimentación.
7 Si existiera flujo de agua en el entorno de la cimentación superficial se requerirá un estudio especí-
fico de la solución a adoptar.
8 Cuando se realicen ensayos de penetración estáticos o dinámicos continuos se podrá aplicar el
método descrito anteriormente siempre y cuando se utilicen correlaciones bien establecidas con el
resultado NSPT del ensayo SPT.
9 Las correlaciones suelen mostrar un marcado carácter local y deben justificarse convenientemente,
como puede ser mediante la realización de penetrómetros continuos situados a corta distancia de
sondeos en los que se cuente con pruebas SPT.
10 Excepto para aquellos casos en los que sea preceptiva la realización de sondeos mecánicos, se
podrá llevar a cabo la estimación de las presiones verticales admisibles de cimentación a partir de
la ejecución exclusiva de penetrómetros continuos siempre que concurran las siguientes circuns-
tancias:
a) cuando exista una correlación de suficiente nivel de confianza entre la resistencia a la penetra-
ción del ensayo realizado y las propiedades mecánicas del terreno, establecidas por el re-
conocimiento específico o preliminar efectuado para el edificio en estudio o los reconocimien-
tos efectuados en las edificaciones próximas;
b) cuando la correlación entre la resistencia a la penetración y las propiedades mecánicas del te-
rreno provenga de estudios e investigaciones efectuadas en la zona en terrenos análogos a
los encontrados en el área de edificación;
c) cuando exista en la localidad del emplazamiento de la edificación una tradición firmemente es-
tablecida entre el ensayo de penetración continua empleado y la presión vertical admisible, y
siempre que la nueva edificación tenga un número de plantas similar, su nivel de cimentación
no profundice respecto a los contiguos más de 1,50 m, y la modulación de la superestructura y
las cargas por apoyo sean similares.
11 A efectos prácticos se podrán tomar los valores de la presión vertical admisible (qadm) que figuran en
la tabla 4.4, calculadas para valores de NSPT = 10. Para valores de NSPT > 10, la presión admisible varía
proporcionalmente.
Tabla 4.4 Presiones admisibles en suelos granulares para N=10, (kN/m2)
B (m)
0,8 m 1,0 m 1,2 m 1,5 m 2,0 m 3,0 m 5,0 m
St D (m) D (m) D (m) D (m) D (m) D (m) D (m)
(mm) 0,5 2 0,5 2 0,5 2 0,5 2 0,5 2 0,5 2 0,5 2
10 58 62 56 62 57 65 51 60 46 55 41 47 37 41
15 87 94 84 94 85 98 77 90 69 83 61 71 56 61
20 116 125 112 125 114 130 102 120 92 110 82 95 74 81
25 145 156 140 156 142 163 128 150 115 138 102 118 93 102
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siendo
qu la resistencia a la compresión simple de la roca sana
s (4.12)
3+
K sp = B
a
10 1 + 300
s
s espaciamiento de las discontinuidades; s > 300 mm
B anchura del cimiento en m; 0,05 < s/B < 2
a apertura de las discontinuidades; a< 5 mm en junta limpia, a< 25 mm en junta rellena con
suelo o con fragmentos de roca alterada; siendo 0 < a/s < 0,02
3 A efectos de verificación del estado límite último de hundimiento el valor de qd determinado a través
de la expresión (4.11) puede considerarse que lleva incorporado un coeficiente de seguridad γR =3.
Para la comprobación del asiento se podrá recurrir al empleo de formulaciones elásticas. Los módu-
los de deformación a emplear habrán de ser representativos del macizo.
4 De forma orientativa, para rocas con índice RMR < 50 se podrá emplear la siguiente expresión:
RMR−10
40 (4.13)
E macizo = α . 10 (GPa)
siendo
α = 0,1 para qu = 1 MPa;
α = 0,2 para qu = 4 MPa;
α = 0,3 para qu = 10 MPa;
α = 0,7 para qu = 50 MPa;
α = 1,0 para qu > 100 MPa.
SE-C-35
Documento Básico SE-C Cimientos
que podrá llevarse a cabo mediante el empleo de formulaciones elásticas. (véase tablas D.23 y
D.24)
2 En la estimación de los asientos se podrá utilizar la presión neta, de utilidad para las cimentaciones
compensadas.
3 En general se podrá suponer que la zona de interés a efectos de cálculo de asientos se circunscribe
a una profundidad tal que el incremento de presión vertical originado en el terreno sea el menor de
los siguientes valores:
a) el 10% de la presión vertical neta transmitida por la cimentación;
b) el 5% de la presión efectiva vertical existente a esa profundidad antes de construir el edificio.
4 El criterio apuntado en el párrafo anterior suele dar lugar a que, el citado límite de interés en el te-
rreno tenga una profundidad aproximada de 2B, siendo B el ancho o dimensión menor en planta de
la cimentación correspondiente.
5 Si se trata de un edificio cimentado por zapatas relativamente próximas los bulbos de tensiones de
las zapatas individuales se podrán solapar en profundidad (véase apartado E.4). Los criterios ex-
puestos en los párrafos anteriores deben aplicarse teniendo en cuenta el potencial efecto de solape
citado.
6 La estimación de asientos se podrá realizar conforme a lo indicado en el anejo F.1.2.
4.5.1 Zapatas
4.5.1.1 Precauciones contra defectos del terreno
1 Todas las cimentaciones directas sobre zapatas se conciben en la hipótesis de que el suelo situado
debajo de las mismas se halle aproximadamente en el mismo estado en que fue encontrado duran-
te las investigaciones realizadas para estudiarlos. Si el suelo contiene bolsadas blandas no detec-
tadas por dichos reconocimientos, o si se altera la estructura del suelo durante su excavación, el
asiento será mayor y más irregular de lo que se ha supuesto. Si dentro de la zona que pudiera que-
dar afectada por la zapata se encuentran puntos excepcionalmente blandos, debe proyectarse de
nuevo la zapata.
2 Todos los elementos encontrados en el fondo de las excavaciones, tales como rocas, restos de
cimentaciones antiguas y, de una manera general, todos los lentejones resistentes susceptibles de
formar puntos duros locales, serán retirados y se rebajará lo suficiente el nivel del fondo de la exca-
vación para que las zapatas apoyen en condiciones homogéneas.
3 De la misma manera, todos los lentejones o bolsadas más compresibles que el terreno en conjunto
serán excavados y sustituidos por un suelo de compresibilidad sensiblemente equivalente a la del
suelo general, o por hormigón en masa. El suelo de relleno debe compactarse convenientemente,
pues una simple colocación por vertido no puede asegurar el grado de compresibilidad requerido.
4.5.1.3 Excavaciones
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5 Si la arcilla situada debajo del fondo de una excavación contiene un gran número de capas conti-
nuas de limo grueso o de arena, el contenido de humedad de la arcilla puede llegar a aumentar lo
suficiente como para que la mayor parte del levantamiento se produzca por hinchamiento.
6 Si la profundidad de la excavación a cielo abierto para sótanos es importante, el fondo de la exca-
vación puede resultar inestable y romper por levantamiento, cualesquiera que sean la resistencia y
el tipo de entibación utilizado para las paredes laterales. En este caso debe comprobarse la estabi-
lidad del fondo de la excavación tal y como se indica en 6.3.2.2.2.
4.6 Control
4.6.1 Generalidades
1 Durante el período de ejecución se tomarán las precauciones oportunas para asegurar la conserva-
ción en buen estado de las cimentaciones.
2 En el caso de presencia de aguas ácidas, salinas, o de agresividad potencial se tomarán las opor-
tunas medidas. No se permitirá la presencia de sobrecargas cercanas a las cimentaciones, si no se
han tenido en cuenta en el proyecto. En todo momento se debe vigilar la presencia de vías de agua,
por el posible descarnamiento que puedan dar lugar bajo las cimentaciones. En el caso en que se
construyan edificaciones próximas, deben tomarse las oportunas medidas que permitan garantizar
el mantenimiento intacto del terreno y de sus propiedades tenso-deformacionales.
3 La observación de asientos excesivos puede ser una advertencia del mal estado de las zapatas
(ataques de aguas selenitosas, desmoronamiento por socavación, etc.); de la parte enterrada de pi-
lares y muros o de las redes de agua potable y de saneamiento. En tales casos debe procederse a
la observación de la cimentación y del terreno circundante, de la parte enterrada de los elementos
resistentes verticales y de las redes de agua potable y saneamiento, de forma que se pueda cono-
cer la causa del fenómeno.
4 En edificación cimentada de forma directa no se harán obras nuevas sobre la cimentación que pue-
da poner en peligro su seguridad, tales como:
a) perforaciones que reduzcan su capacidad resistente;
b) pilares u otro tipo de cargaderos que trasmitan cargas importantes;
c) excavaciones importantes en sus proximidades u otras obras que pongan en peligro su estabi-
lidad.
5 Las cargas a las que se sometan las cimentaciones, en especial las dispuestas sobre los sótanos,
no serán superiores a las especificadas en el proyecto. Para ello los sótanos no deben dedicarse a
SE-C-39
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otro uso que para el que fueran proyectados. No se almacenarán materiales que puedan ser dañi-
nos para los hormigones.
6 Cualquier modificación de las prescripciones descritas de los dos párrafos anteriores debe ser auto-
rizada por el Director de Obra e incluida en el proyecto.
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5 Cimentaciones profundas
5.1.1 Definiciones
1 A efectos de este DB se considerará que una cimentación es profunda si su extremo inferior, en el
terreno, está a una profundidad superior a 8 veces su diámetro o ancho.
2 Cuando la ejecución de una cimentación superficial no sea técnicamente viable, se debe contem-
plar la posibilidad de realizar una cimentación profunda.
3 Las cimentaciones profundas se pueden clasificar en los siguientes tipos:
a) pilote aislado: aquél que está a una distancia lo suficientemente alejada de otros pilotes como
para que no tenga interacción geotécnica con ellos;
b) grupo de pilotes: son aquellos que por su proximidad interaccionan entre sí o están unidos
mediante elementos estructurales lo suficientemente rígidos, como para que trabajen conjun-
tamente;
c) zonas pilotadas: son aquellas en las que los pilotes están dispuestos con el fin de reducir
asientos o mejorar la seguridad frente a hundimiento de las cimentaciones. Suelen ser pilotes
de escasa capacidad portante individual y estar regularmente espaciados o situados en puntos
estratégicos;
d) micropilotes: son aquellos compuestos por una armadura metálica formada por tubos, barras o
perfiles introducidos dentro de un taladro de pequeño diámetro, pudiendo estar o no inyecta-
dos con lechada de mortero a presión más o menos elevada. El cálculo de micropilotes inyec-
tados no se contempla en el presente Documento Básico.
5.1.2 Tipologías
5.1.2.1 Por la forma de trabajo
1 En cuanto a la forma de trabajo, los pilotes se clasifican en (véase Figura 5.1):
a) pilotes por fuste: en aquellos terrenos en los que al no existir un nivel claramente más resisten-
te, al que transmitir la carga del pilotaje, éste transmitirá su carga al terreno fundamentalmente
a través del fuste. Se suelen denominar pilotes “flotantes”;
b) pilotes por punta: en aquellos terrenos en los que al existir, a cierta profundidad, un estrato cla-
ramente más resistente, las cargas del pilotaje se transmitirán fundamentalmente por punta.
Se suelen denominar pilotes “columna”.
SE-C-42
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4
D eq = A (5.1)
π
siendo
A la sección transversal del área de apoyo.
b) En los casos en los que se quiera evaluar la resistencia por fuste, debe hacerse la equivalen-
cia en la longitud del contorno de la sección, L, esto es:
1
D eq = L (5.2)
π
c) En pilotes metálicos en H, la longitud de contorno que se recomienda tomar es igual al doble
de la suma del ancho del ala más el canto.
3 Como caso excepcional deben considerarse los pilotes-pantalla. Los pilotes-pantalla, o elementos
portantes de pantalla, suelen ser de hormigón armado y con una sección recta rectangular con una
proporción longitud-anchura tal, que la asimilación a la forma circular es difícil. En el presente DB se
admitirá que, a efectos de estimar la resistencia por punta, se utilice el factor reductor siguiente:
B
f = 0,7 + 0,3 (5.3)
L
Siendo B el ancho y L la longitud de la sección recta rectangular equivalente. La resistencia por fus-
te se calculará del mismo modo que en los pilotes excavados, contando, como longitud del períme-
tro de la sección transversal, la longitud real del mismo.
SE-C-43
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b) pilotes hormigonados “in situ”: son aquellos que se ejecutan en excavaciones previas realiza-
das en el terreno.
2 También podrán ejecutarse pilotes de carácter intermedio entre los dos anteriores, tales como los
hincados en preexcavaciones parciales de menor longitud y mayor diámetro que el pilote.
SE-C-44
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2 Debe considerarse la forma y dimensiones del encepado a fin de incluir su peso, así como el de las
tierras o aquello que pueda gravitar sobre éste, en el cómputo de las acciones.
3 En su caso, se especificará el nivel del terreno alrededor del pilotaje. En aquellos casos en los que
pueda existir socavación habrá que considerar al menos, con carácter accidental, la situación co-
rrespondiente a la máxima prevista
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V= H z
Z
Mz Y My
My
Hx
X
Mx Y
xi
Hy Ai
Mz yi Mx
X
2
Ai Ai yi
Cortantes H xi = ⋅ Hx ± ⋅ Mz
ΣA i 2 2 2
ΣA i ( x i + y i )
2
Ai Ai xi
H yi = ⋅ Hy ± ⋅ Mz
ΣA i 2 2 2
ΣA i ( x i + y i )
Figura 5.3. Distribución de esfuerzos en la hipótesis de encepado rígido y pilotes articulados en cabeza
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siendo
i cada una de las unidades geotécnicas consideradas a lo largo del pilote;
β 0,25 en arcillas y limos blandos; 0,1 en arenas flojas y 0,8 en arenas densas;
σ’vi la tensión efectiva en el punto del fuste considerado.
6 Cuando el rozamiento negativo no se desarrolle en su totalidad a lo largo del fuste, podrán em-
plearse métodos de cálculo que consideren deformaciones relativas entre el suelo y el pilote para
cuantificar la profundidad hasta la que se produce.
7 Los pilotes exteriores de los grupos de pilotes deben considerarse sometidos al mismo rozamiento
negativo que si estuviesen aislados, especialmente los situados en las esquinas.
Pp' Ppn−1
que se aplicará de forma sucesiva p h'' = p h' − ;......., p nh = p nh−1 −
S S
4 Una vez calculado el valor de Pp se obtendrán los valores de los momentos flectores en los pilotes
como una viga, suponiendo, según los casos, las condiciones en los apoyos que se reflejan en la
Figura 5.4 y que se concretan en:
a) empotramiento en cabeza;
b) empotramiento a 0,5 m en la capa resistente inferior;
c) empotramiento a 1 m en capas resistentes situadas por encima de la capa blanda si su espe-
sor es superior a 8 diámetros, en caso contrario se considerará como una articulación (apoyo).
SE-C-47
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Figura 5.4. Condiciones de apoyo para el cálculo de esfuerzos horizontales en los pilotes
5.3.1.2 Hundimiento
1 Se podrá producir este modo de rotura cuando la carga vertical sobre la cabeza del pilote supere la
resistencia del terreno causando asientos desproporcionados. En el apartado 5.3.4, se establece un
método para la determinación de la carga de hundimiento, Rck.
2 Teniendo en cuenta el valor de los coeficientes de la tabla 2.1 y las consideraciones hechas en el
apartado 2.4.2.6 el valor de Rcd puede expresarse para cada situación de dimensionado mediante la
siguiente ecuación:
R ck
R cd = (5.7)
γR
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m) posibles efectos sísmicos y en particular la posible licuefacción del entorno y que pudiera in-
cluir al propio pilotaje;
n) posible pérdida de capacidad portante por socavación de pilotajes.
siendo
Rck la resistencia frente a la carga vertical que produce el hundimiento;
Rpk la parte de la resistencia que se supone soportada por la punta;
Rfk la parte de la resistencia que se supone soportada por el contacto pilote-terreno en el
fuste.
siendo
qp la resistencia unitaria por la punta según F.2.1
Ap el área de la punta
τf la resistencia unitaria por el fuste, obtenida de F.2.1
L la longitud del pilote dentro del terreno
pf el perímetro de la sección transversal del pilote, considerada según 5.1.2.2.2
z la profundidad contada desde la parte superior del pilote en contacto con el terreno
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Documento Básico SE-C Cimientos
2 El área de la punta que ha de considerarse para el cálculo de los pilotes metálicos en H será, salvo
que se justifique otro valor, o se disponga un azuche especial, el menor de los dos valores siguien-
tes:
a) el área del rectángulo circunscrito;
b) vez y media el cuadrado del ala.
3 En los pilotes huecos hincados, se tomará como área de la punta el total de la superficie encerrada
por el contorno externo.
4 En casos de terreno heterogéneo, se supondrá que la carga de hundimiento por la punta está con-
trolada por un terreno con las características medias de la zona comprendida entre tres diámetros
bajo la punta (zona activa inferior) y seis diámetros sobre la punta (zona pasiva superior), aproxi-
madamente.
5 En las situaciones en las que bajo la punta existan zonas arcillosas de menor resistencia, que re-
duzcan la resistencia unitaria por punta "qp", dicho valor vendrá limitado por la expresión:
2
H
q p ≤ 6 1 + cu (5.11)
D
siendo
H la distancia de la punta del pilote al estrato del suelo cohesivo blando inferior;
D el diámetro real o equivalente (igual área) del pilote;
cu la resistencia al corte sin drenaje del suelo cohesivo blando.
6 Si la separación entre pilotes es inferior a la distancia de la punta del pilote al nivel del suelo cohesi-
vo blando inferior debe considerarse el efecto combinado del grupo de pilotes para estimar la carga
de hundimiento y el posible asiento de la cimentación.
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Documento Básico SE-C Cimientos
3 El coeficiente de eficiencia será de 1, para separaciones entre ejes iguales o superiores a 3 D. Para
separaciones de 1 D el coeficiente de eficiencia será 0,7. Para separaciones entre 1 D y 3 D se in-
terpolará linealmente entre 0,7 y 1.
4 En pilotes hincados en arenas densas o muy densas se podrá adoptar un coeficiente de eficiencia
igual a 1. Podrá aumentarse este valor, previa justificación, por la posible compactación que se
pueda producir, sin que en ningún caso pueda ser superior a 1,3.
5 Para determinar el valor de cálculo de la resistencia al hundimiento del grupo, analizado como una
única cimentación que engloba los pilotes, debe utilizarse un coeficiente, γR, que como mínimo será
el indicado en la tabla 2.1.
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3 En los casos en los que este aspecto no resulte crítico, los asientos se calcularán tanto para el pilo-
te aislado como teniendo en cuenta el efecto grupo, debiéndose cumplir que los valores así estima-
dos deben ser menores que los límites admisibles para los estados límite de servicio. En el anejo
F2.6. se indica un método para la estimación de asientos en pilotes.
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c) existan capas de terreno inestable con un espesor mayor que 3 veces el diámetro del pilote,
salvo que pueda demostrarse mediante pilotes de prueba que la ejecución es satisfactoria o se
ejecuten pilotes con registro continuo de parámetros y tubo telescópico de hormigonado, que
asegure la continuidad estructural del pilote.
10 En relación con el apartado anterior, se considerarán terrenos inestables los siguientes:
a) terrenos uniformes no cohesivos con coeficiente de uniformidad (relación de diámetros corres-
pondientes al 60 y al 10% en peso) inferior a 2 (D60/D10< 2) por debajo del nivel freático;
b) terrenos flojos no cohesivos con N<7;
c) terrenos muy blandos cohesivos con resistencia al corte no drenada, cu, inferior a 15 kPa.
11 No se considera recomendable ejecutar pilotes con barrena continua en zonas de riesgo sísmico o
que trabajen a tracción salvo que se pueda garantizar el armado en toda su longitud y el recubri-
miento de la armadura.
12 Para la ejecución de pilotes hormigonados “in situ” se consideran adecuadas las especificaciones
constructivas con relación a este tipo de pilotes, recogidas en la norma UNE-EN 1536:2000.
SE-C-55
Documento Básico SE-C Cimientos
3 En la tabla 5.3 se recogen los valores de consistencia del hormigón, según diferentes condiciones
de colocación.
Tabla 5.3. Consistencia del hormigón
Asientos de cono de Abrams mm Condiciones típicas de uso (ejemplos)
130 ≤ H ≤ 180 Hormigón vertido en seco
4 En el caso de que las dosificaciones de amasado y los valores de consistencia establecidos en las
tablas 5.2 y 5.3 no den una mezcla de alta densidad, se puede ajustar el contenido de cemento y la
consistencia.
5 Se ha de asegurar que la docilidad y fluidez se mantiene durante todo el proceso de hormigonado,
para garantizar que no se produzcan fenómenos de atascos en el tubo Tremie, discontinuidades en
el hormigón o bolsas de hormigón segregado o mezclado con el lodo de perforación. Durante 4
horas y, al menos durante todo el periodo de hormigonado de cada pilote, la consistencia del hor-
migón dispuesto deberá mantenerse en un cono de Abrams no inferior a 100mm.
6 Se debe proporcionar una adecuada protección a través del diseño de la mezcla o de camisas per-
didas, contra la agresividad del suelo o de los acuíferos.
5.4.2 Control
5.4.2.1 Control de ejecución de pilotes hormigonados in situ
1 La correcta ejecución del pilote, incluyendo la limpieza y en su caso el tratamiento de la punta son
factores fundamentales que afectan a su comportamiento, y que deben tomarse en consideración
para asegurar la validez de los métodos de cálculo contemplados en este DB.
2 Los pilotes ejecutados “in situ” se controlarán durante la ejecución, confeccionando un parte que
contenga, al menos, los siguientes datos:
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a) datos del pilote (Identificación, tipo, diámetro, punto de replanteo, profundidad, etc.);
b) longitud de entubación (caso de ser entubado);
c) valores de las cotas: del terreno, de la cabeza del pilote, de la armadura, de la entubación, de
los tubos sónicos, etc;
d) tipos de terreno atravesados (comprobación con el terreno considerado originalmente);
e) niveles de agua;
f) armaduras (tipos, longitudes, dimensiones, etc.);
g) hormigones (tipo, características, etc.);
h) tiempos (de perforación, de colocación de armaduras, de hormigonado);
i) observaciones (cualquier incidencia durante las operaciones de perforación y hormigonado).
3 Durante la ejecución se consideran adecuados los controles siguientes, según la norma UNE-EN
1536:2000 (tablas 6 a 11):
a) control del replanteo;
b) control de la excavación;
c) control del lodo;
d) control de las armaduras;
e) control del hormigón.
4 En el control de vertido de hormigón, al comienzo del hormigonado, el tubo Tremie no podrá des-
cansar sobre el fondo, sino que se debe elevar unos 20 cm para permitir la salida del hormigón.
5 En los pilotes de barrena continua se consideran adecuados los controles indicados en la tabla 12
de la norma UNE-EN 1536:2000. Cuando estos pilotes se ejecuten con instrumentación, se contro-
larán en tiempo real los parámetros de perforación y de hormigonado, permitiendo conocer y corre-
gir instantáneamente las posibles anomalías detectadas.
6 Se pueden diferenciar dos tipos de ensayos de control:
a) ensayos de integridad a lo largo del pilote;
b) ensayos de carga (estáticos o dinámicos).
7 Los ensayos de integridad tienen por objeto verificar la continuidad del fuste del pilote y la resisten-
cia mecánica del hormigón.
8 Pueden ser, según los casos, de los siguientes tres tipos:
a) transparencia sónica;
b) impedancia mecánica;
c) sondeos mecánicos a lo largo del pilote.
Además, se podrá realizar un registro continuo de parámetros en pilotes de barrena continua.
9 El número y la naturaleza de los ensayos se fijarán en el Pliego de condiciones del proyecto y se
establecerán antes del comienzo de los trabajos. El número de ensayos no debe ser inferior a 1 por
cada 20 pilotes, salvo en el caso de pilotes aislados con diámetros entre 45 y 100 cm que no debe
ser inferior a 2 por cada 20 pilotes. En pilotes aislados de diámetro superior a 100 cm no debe ser
inferior a 5 por cada 20 pilotes.
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6 Elementos de contención
6.1.1 Pantallas
1 Se denomina pantallas a los elementos de contención de tierras que se emplean para realizar ex-
cavaciones verticales en aquellos casos en los que el terreno, los edificios u otras estructuras ci-
mentadas en las inmediaciones de la excavación, no serían estables sin sujeción, o bien, se trata
de eliminar posibles filtraciones de agua a través de los taludes de la excavación y eliminar o redu-
cir a límites admisibles las posibles filtraciones a través del fondo de la misma, o de asegurar la es-
tabilidad de éste frente a fenómenos de sifonamiento. Se construyen desde la superficie del terreno
previamente a la ejecución de la excavación y trabajan fundamentalmente a flexión. Quedan exclui-
das las pantallas que tienen únicamente por objeto la impermeabilización o estanqueidad.
2 Si la excavación se produce por debajo del nivel freático, habrá que prever una impermeabilización
suplementaria al propio hormigón conforme a lo indicado en el DB-HS Sección 1.
3 La pantalla cumple una labor estructural de contención de tierras, y de impermeabilización del vaso,
pero no puede considerarse un elemento totalmente terminado ni absolutamente impermeable, da-
das las características intrínsecas del material y del proceso de ejecución. En cualquier caso será
necesario prever un acabado final de su superficie, ya que se hormigona contra el propio terreno.
En general, la fase crítica en la vida de la pantalla es la de la ejecución.
4 Las condiciones esenciales de las pantallas que las diferencian de los muros y las entibaciones,
son:
a) se ejecutan previamente a la excavación;
b) en general alcanzan una profundidad bajo el fondo de excavación que no es pequeña en rela-
ción con la altura libre de la pantalla;
SE-C-59
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c) el empotramiento de la pantalla en el terreno por debajo del fondo de la excavación es, en ge-
neral, indispensable para su estabilidad, constituyendo en ocasiones el único elemento que la
proporciona y siendo el peso propio de la pantalla un factor de influencia muy escasa o nula;
d) son estructuras flexibles y resisten los empujes del suelo deformándose.
5 En la tabla 6.1 se recogen los diversos tipos de pantallas que se consideran en este DB:
Tabla 6.1. Tipos de pantallas
Pantallas ejecutadas Pantallas continuas de hormigón
enteramente in situ Pantallas de pilotes
Tablestacas de hormigón armado o pretensado
Pantallas de Hincadas Tablestacas de acero
elementos Tablestacas de madera
prefabricados De paneles de hormigón armado o pretensado que se colocan en una zanja pre-
viamente excavada
6 Las pantallas pueden requerir en muchos casos sujeción en uno o varios puntos de su altura libre,
además del empotramiento en el terreno por debajo del nivel de excavación, bien sea por estabili-
dad, resistencia o para impedir excesivas deformaciones horizontales o verticales del terreno en el
trasdós. En el apartado 6.3.2.1 se describen los procedimientos más habituales.
SE-C-60
Documento Básico SE-C Cimientos
6.1.2 Muros
1 Los muros se definen como elementos de contención destinados a establecer y mantener una dife-
rencia de niveles en el terreno con una pendiente de transición superior a lo que permitiría la resis-
tencia del mismo, transmitiendo a su base y resistiendo con deformaciones admisibles los corres-
pondientes empujes laterales. En el caso de muros de sótano, éstos se utilizan para independizar
una construcción enterrada del terreno circundante.
2 En edificación, los muros de contención suelen ser construcciones quebradas o cerradas en planta,
a las que acometen otros elementos tanto de la edificación como de la urbanización.
3 No están cubiertos por este DB los muros de simple protección o revestimiento, los muros de ce-
rramiento exentos por ambas caras, los muros de contención de agua o fluidos en depósitos no en-
terrados, etc. Tampoco es aplicable este DB a los paramentos creados por aumento artificial de la
resistencia del terreno, los muros-criba, los muros de suelo reforzado y todos aquellos que, aún
siendo soluciones adecuadas para diversos casos, por su carácter especial requieran métodos par-
ticulares de diseño, cálculo y ejecución.
4 Por los materiales empleados, los muros generalmente son de hormigón en masa o armado, mam-
postería o fábrica.
5 Por su concepto estructural se distinguen, entre otros, los muros de gravedad, de gravedad aligera-
dos, de contrafuertes, en L o en ménsula, de sótano y los realizados por bataches a medida que se
ejecuta la excavación. (véase Figura 6.1).
SE-C-61
Documento Básico SE-C Cimientos
tación más favorable de los empujes. Las placas frontales pueden ser planas o abovedadas, de di-
rectriz circular preferentemente. Si es necesario, pueden llevar zarpas en el talón de la placa de ba-
se.
11 Los muros realizados por bataches, a medida que se ejecuta la excavación generalmente estan
constituidos por placas, de hormigón armado, de unos 3 x 3 m, y espesor, entre 40 y 80 mm, hormi-
gonadas contra el terreno, cada una de las cuales se ancla al terreno una vez endurecido el hormi-
gón. Los bataches se ejecutan a medida que se efectúa la excavación, sin iniciar la apertura de un
batache en tanto que la placa superior no se encuentre anclada y se solaparán para dar continuidad
a las armaduras, tanto en sentido horizontal como en sentido vertical, formando módulos en general
con al menos 3 anclajes. Salvo justificación en contra, este procedimiento se utilizará únicamente
en excavaciones sobre el nivel freático. Estos muros no se empotran en el terreno por debajo del
nivel de excavación por lo que su estabilidad se logrará exclusivamente por medio de los anclajes.
12 Los muros de sótano generalmente tienen forma de cajones cerrados y están sometidos al empuje
del terreno y, en su situación definitiva, a las cargas procedentes de forjados, y en ocasiones a las
de soportes o muros de carga que nacen de su cúspide. Los forjados actúan como elementos de
arriostramiento transversal. A los efectos de su dimensionado o comprobación como elementos es-
tructurales, las reglas de este DB deben complementarse con las de las demás funciones que po-
seen. En este tipo de muros los efectos derivados de la contención pueden ser secundarios, sobre
todo en edificios de varias plantas.
6.2.1 Generalidades
1 En la definición de las acciones deben considerarse las sobrecargas debidas a la presencia de edi-
ficaciones próximas, posibles acopios de materiales, vehículos, etc. Las fuerzas de los puntales y
anclajes se considerarán como acciones.
2 El valor de cálculo de la densidad del material de relleno debe definirse a partir de las característi-
cas del material previsto en el estudio de materiales, o su caso en el estudio geotécnico (véase ta-
blas D.26 y D.27). Deberán especificarse los controles a realizar en fase de obra para comprobar
que los valores reales cumplen las hipótesis del proyecto.
3 La presencia de cargas repetitivas o dinámicas significativas requerirá un estudio especial para
evaluar su influencia sobre la estructura de contención.
4 La densidad del agua freática se evaluará considerando la posible presencia de sales o elementos
contaminantes.
SE-C-62
Documento Básico SE-C Cimientos
5 En el cálculo de elementos de contención, sobre todo en los provisionales, se tendrán en cuenta las
posibles variaciones espaciales y temporales de la temperatura. Esto puede ser de especial impor-
tancia por su repercusión en la tensión de los codales.
6 El cálculo de un elemento de contención constituye un proceso iterativo en el que, partiendo de su
dimensionado previo, se comprueba si la seguridad para resistir las diversas acciones es suficiente,
modificando el diseño en caso contrario.
7 Las acciones principales a considerar son:
a) el peso propio del elemento de contención, de acuerdo con el material previsto para su ejecu-
ción;
b) el empuje y peso del terreno circundante, teniendo en cuenta la posición del nivel freático;
c) los empujes debidos al agua, bien en forma de presión intersticial, subpresión o presión de fil-
tración;
d) las sobrecargas sobre la estructura de contención o sobre el terreno de trasdós;
e) los efectos sísmicos, cuando sea necesaria su previsión por la zona de emplazamiento de la
estructura de contención;
f) excepcionalmente, los empujes de terrenos expansivos, los debidos a la congelación del agua
en el suelo, los inducidos por la compactación del relleno o las incidencias constructivas previ-
sibles.
8 El cálculo de empujes para el análisis de estados límite últimos se basa generalmente en la hipó-
tesis de que existe suficiente rotación o traslación del elemento de contención para llegar a un esta-
do de rotura. Esto se debe tener en cuenta en los casos en los que existan construcciones o servi-
cios en su entorno.
9 Los estados de empuje dependen del desplazamiento del terreno y son los siguientes:
a) empuje activo: cuando el elemento de contención gira o se desplaza hacia el exterior bajo las
presiones del relleno o la deformación de su cimentación hasta alcanzar unas condiciones de
empuje mínimo;
b) empuje pasivo: cuando el elemento de contención es comprimido contra el terreno por las car-
gas transmitidas por una estructura u otro efecto similar hasta alcanzar unas condiciones de
máximo empuje;
c) empuje en reposo: cuando se produce un estado intermedio que es el correspondiente al es-
tado tensional inicial en el terreno.
SE-C-63
Documento Básico SE-C Cimientos
siendo
σ’v la tensión efectiva vertical, de valor γ’·z, siendo γ’ el peso específico efectivo del terreno y
z la altura del punto considerado respecto a la rasante del terreno en su acometida al
muro;
σ’ah La componente horizontal del empuje unitario
φ’ y c’ el ángulo de rozamiento interno y la cohesión del terreno o relleno del trasdós;
β, i los ángulos indicados en la Figura 6.3;
δ El ángulo de rozamiento entre el muro y el terreno o relleno.
2 En un terreno granular, homogéneo, el empuje activo, Pa, debido exclusivamente al terreno, será
igual a:
Pa = KA · γ’·H2 / 2 (6.4)
siendo
γ’ el peso específico efectivo (aparente o sumergido) del terreno
3 En el caso de muro vertical, y terreno horizontal si δ=0, el valor de KA=tg2(π/4-φ’/2); siendo φ’en ra-
dianes.
4 El empuje pasivo Pp se define como la resultante de los empujes unitarios σ’p, pueden determinarse
mediante las siguientes fórmulas:
SE-C-64
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2
(6.7)
cosec β ·sen (β + φ' )
KP =
sen( δ + φ' )·sen( φ'+i)
sen(β − δ ) −
sen(β − i)
siendo
σ’v la tensión efectiva vertical, de valor γ’·z, siendo γ’ el peso específico efectivo del terreno y
z la altura del punto considerado respecto a la rasante del terreno en su acometida al
muro;
σ’ph La componente horizontal del empuje unitario pasivo
φ’ y c’ el ángulo de rozamiento interno y la cohesión del terreno
β, i y δ los ángulos indicados en la Figura 6.4.
5 En un terreno granular homogéneo, el empuje pasivo, Pp, debido exclusivamente al terreno, será
igual a:
Pp = KP · γ’·H2 / 2 (6.8)
2
6 En el caso de muro vertical, y terreno horizontal si δ=0, el valor de KP=tg (π/4+φ’/2); siendo φ’en
radianes.
7 El rozamiento entre el terreno y el muro influye sobre la magnitud del movimiento necesario para la
movilización total de los empujes por lo que, salvo una justificación especial, se tendrán en cuenta
las estimaciones siguientes del ángulo de rozamiento δ entre el terreno y el muro:
2
a) para empuje activo y muro rugoso; δ ≤ φ' , como es la situación de muro encofrado contra el
3
terreno
1
b) para empuje activo y muro poco rugoso; δ ≤ φ' , como es la situación de muro encofrado a
3
doble cara
c) para empuje activo y muro liso: δ = 0, si se emplea la hipótesis de Rankine o el empleo de lo-
dos tixotrópicos
1
d) para empuje pasivo: δ ≤ φ'
3
8 El valor de φ’ empleado en la evaluación de δ no debe superar el ángulo de rozamiento interno críti-
co del suelo.
SE-C-65
Documento Básico SE-C Cimientos
9 El ángulo δ puede ser positivo o negativo según el movimiento relativo del relleno respecto del ele-
mento de contención. Usualmente δ ≥ 0 (componente de rozamiento hacia abajo); pero pueden
existir combinaciones de fuerzas que alteren el signo de δ, por lo que en estos casos especiales
deben comprobarse las hipótesis adoptadas sobre la dirección de la fuerza de rozamiento.
10 En pantallas de pilotes se calculará el empuje activo sobre la superficie total de la pantalla.
11 En pantallas de pilotes con separación entre ejes inferior a 3 veces su diámetro, se considerará el
empuje pasivo sobre la superficie total de la pantalla de pilotes como si se tratara de una pantalla
continua.
12 Para separaciones entre ejes de pilotes superiores a 3 veces el diámetro del pilote, el empuje pa-
sivo se calculará sobre la superficie proyectada de cada pilote. Para profundidades superiores a 1,5
veces el diámetro del pilote se considerarán valores del empuje pasivo sobre dicha superficie, tri-
ples a los definidos anteriormente.
SE-C-66
Documento Básico SE-C Cimientos
4 Si el terreno de trasdós está estratificado, cada estrato puede transformarse en una sobrecarga
para el subyacente, deduciéndose la ley de empujes en forma acumulativa.
5 Si el trasdós del elemento de contención es quebrado, la ley de empujes se obtendrá aplicando
para cada tramo el coeficiente (K) correspondiente a su inclinación.
6 Cuando la superficie del terreno sea irregular, el empuje resultante sobre el elemento de contención
se determinará tanteando diversas superficies de rotura.
7 En el planteamiento de un elemento de contención deben tenerse en cuenta, tanto los condicionan-
tes geotécnicos como los relacionados con su funcionalidad, que entre otros serían:
a) geometría y deformabilidad del elemento de contención;
b) características geotécnicas e historia tensional de suelo retenido;
c) compactación requerida, en su caso, para el relleno;
d) terreno de cimentación;
e) movimientos admisibles en la cabeza y el pie del elemento, así como en el terreno situado en
el entorno;
f) situación del nivel freático y afección del elemento de contención y del sistema de drenaje al
nivel freático del entorno;
g) espacio disponible para la construcción;
h) uso y durabilidad.
8 En la valoración de los parámetros de cálculo y la evaluación de los empujes sobre los elementos
de contención deben considerarse los siguientes puntos:
a) al valorar los empujes debe tenerse en cuenta la estabilidad en el tiempo de los materiales
existentes en el trasdós. En este sentido, los materiales deficientemente compactados o los ci-
clos de humedad – sequedad debidos a un sistema de drenaje inadecuado, pueden provocar
una evolución en el tiempo del estado tensional y unas deformaciones diferidas que probable-
mente no puedan ser seguidas por el elemento de contención, lo que daría lugar a empujes
superiores a los correspondientes al estado activo;
b) en la Figura 6.5 se recoge un esquema de relación entre empuje del terreno y los movimientos
necesarios para su desarrollo. Es importante resaltar los importantes movimientos necesarios
para que se desarrolle el empuje pasivo.
H 2
2.00
1.00
Ko
0.80 ESTADO EN
0.60 REPOSO
0.50
0.40
0.30
0.20 Ka
0.10
x
-3 -3 -3 -2 -2
5.10 3.10 10 0 10 3.10 H
1 Terreno granular denso
Figura 6.5. Relación entre empuje del terreno y los movimientos necesarios para su desarrollo
c) en la tabla 6.2 se recoge una estimación de los valores de rotación de la pantalla necesarios
para desarrollar las condiciones de rotura para distintos tipos de terreno:
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Documento Básico SE-C Cimientos
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nación del elemento de contención, no se puedan producir los movimientos mínimos necesa-
rios para movilizarlo;
b) si existen cimentaciones de edificios o servicios sensibles a los movimientos, situados a poca
profundidad, a una distancia de la coronación del elemento de contención inferior a la mitad de
su altura, se considerará el empuje en reposo, K0 en el dimensionado del elemento de conten-
ción por procedimientos de equilibrio límite. Si la distancia está comprendida entre la mitad de
la altura y la altura del elemento de contención, debe considerarse al menos un coeficiente K =
(K0 + KA)/2.
Estos valores podrán modificarse si se efectúa un estudio de detalle para el cálculo de los mo-
vimientos;
c) en cualquier caso, la presión de tierras considerada sobre el elemento de contención no será
inferior a 0,25 veces la tensión efectiva vertical;
d) el empuje pasivo estará afectado por un coeficiente de seguridad γE no superior a 0,6;
e) para el cálculo de elementos de contención apuntalados en arena por métodos de equilibrio
límite, se utilizará el diagrama rectangular semiempírico de la Figura 6.6a. A estos empujes
deben añadirse los debidos a las presiones intersticiales. Para profundidades superiores a 12
m debe comprobarse que dicho diagrama es aplicable.
Figura 6.6. Diagramas de envolventes de empujes aparentes para elementos de contención apuntalados
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Figura 6.7. Empujes con agua en el trasdós y superficie del terreno horizontal
4 En caso de existir agua en circulación, debe determinarse la red de corriente o filtración correspon-
diente a las condiciones de contorno, en el elemento de contención y en el terreno. Para ello se
pueden utilizar métodos analíticos, gráficos o analógicos.
5 En estos casos las presiones sobre el elemento de contención se deducirán de la red de corriente,
al igual que las presiones de agua que actúen sobre las cuñas deslizantes a tantear para obtener la
superficie de deslizamiento crítica.
6 Para la determinación de la red de corriente se hará una estimación cuidadosa de la permeabilidad,
introduciendo las correcciones oportunas por anisotropía, estratificación, etc. (véase tabla D.28)
7 De acuerdo con las condiciones del emplazamiento del elemento de contención, se estudiarán los
siguientes casos:
a) filtración hacia el sistema de drenaje de la capa freática existente en el terreno;
b) infiltración vertical del agua de lluvia.
8 Cuando al nivel de la base del elemento de contención no exista un estrato impermeable y sea po-
sible la filtración bajo el elemento de contención, debe calcularse la fuerza de subpresión corres-
pondiente a partir de la red de filtración.
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3 Para sobrecargas elevadas deben emplearse métodos de análisis basados en la definición de su-
perficies de rotura o métodos numéricos que consideren el comportamiento no lineal del problema.
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9 Debe analizarse si las acciones variables, tales como las vibraciones provocadas por el proceso de
ejecución o las cargas de tráfico, pueden afectar a los movimientos del elemento de contención o a
estructuras o servicios próximos.
10 Deberá efectuarse un estudio más detallado, incluyendo cálculos de movimientos, en los siguientes
casos:
a) cuando existan obras o servicios próximos especialmente sensibles a los movimientos;
b) cuando no exista experiencia en obras similares.
11 Estos cálculos deben tomar en consideración el proceso de ejecución de la obra.
12 La caracterización de los materiales en los cálculos tensodeformacionales debe ajustarse a partir de
experiencias comparables con el mismo modelo de cálculo. La deformabilidad adoptada para los
materiales debe evaluarse tomando en consideración su nivel de deformación.
6.3.2 Pantallas
6.3.2.1 Criterios básicos
1 En el caso de existir obras o edificaciones en las proximidades de los límites de la excavación que
pudieran verse afectadas por la apertura de ésta, o que pudiesen implicar cargas sobre las panta-
llas o muros, se obtendrán los datos sobre el tipo de estructura, naturaleza de la cimentación, nive-
les de cimentación, cargas transmitidas al terreno, distancias a los bordes de la excavación, estado
de la edificación, etc., suficientes para poder analizar los posibles efectos que la ejecución de la
pantalla o la apertura de la excavación puedan producir sobre dichas edificaciones o viceversa. Se
prestará una atención especial a las medianerías.
2 En este caso la flexibilidad de la pantalla puede ser un factor de la mayor importancia. Las estructu-
ras de edificación son, por lo general, tan sensibles, o más a los movimientos diferenciales en sen-
tido horizontal de los cimientos, que a los asientos diferenciales. Se tratará de impedir o minimizar
ambos, para lo cual se deben elegir tipos de pantallas relativamente rígidas y, sobre todo, no dejar
grandes alturas en voladizo, que salvo justificación en contra, deben ser inferiores a 5m. Se debe
disponer elementos de sujeción en cabeza de la pantalla que sean muy poco susceptibles de alar-
gamiento o deformación.
3 La necesidad de disponer elementos de sujeción vendrá determinada por la estabilidad general de
la excavación, la estabilidad propia de la pantalla, la magnitud de sus esfuerzos, y la presencia de
otras edificaciones en sus proximidades.
4 En general, será conveniente disponer elementos de sujeción cuando la profundidad de la excava-
ción sea superior a los 3 ó 4 m (caso de más de un sótano), y en ocasiones por razón de la estabili-
dad de las estructuras vecinas.
5 La elección del tipo de sujeción, si se precisa, depende, fundamentalmente, de consideraciones
económicas, de las posibilidades de emplear uno u otro y su influencia en la ejecución de la exca-
vación o de la edificación. Los procedimientos de sujeción más usuales son:
a) apuntalamiento al fondo de la excavación;
b) apuntalamiento recíproco contra otras pantallas que limitan la misma excavación;
c) apuntalamiento contra los forjados del propio edificio;
d) anclajes al terreno;
e) anclajes a otras estructuras de contención paralelas, como pantallas, muros, etc.
6 Si existiera la posibilidad de inestabilidad general de la pantalla o de la excavación, por desliza-
miento a lo largo de una superficie profunda, la investigación sobre los tipos de terrenos y su dispo-
sición estratigráfica debe ser tan amplia como sea necesario, para caracterizar el problema.
7 Si la excavación ha de realizarse por debajo del nivel freático, el conocimiento del terreno en pro-
fundidad habrá de ser tal que permita el estudio de la red de filtración, con el grado de precisión su-
ficiente para determinar la seguridad frente al sifonamiento y la estimación de caudales.
8 En el caso de que parte de la excavación haya de realizarse en terrenos saturados, se determinará
la situación exacta del nivel freático o de los niveles piezométricos en los distintos estratos atrave-
sados y su evolución en el tiempo, bien sea por variaciones naturales o por el efecto que pueda pro-
ducir la propia excavación u otras obras que se ejecuten en las proximidades.
9 Para poder establecer la posibilidad de ejecución de una pantalla será preciso asegurarse previa-
mente de que no existen en el terreno obstáculos que hayan de ser atravesados por ella, tales co-
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6.3.2.2 Estabilidad
1 La comprobación de la estabilidad de una pantalla de contención debe hacerse, según los criterios
definidos en el apartado 6.3.1, en la situación pésima para todas y cada una de las fases de la ex-
cavación o de la construcción del edificio, a menos que la estabilidad en una determinada fase im-
plique necesariamente la estabilidad en otras con un mayor grado de seguridad, en cuyo caso po-
drá prescindirse de las comprobaciones correspondientes a éstas.
2 Los cálculos de estabilidad en cada fase deben verificarse al menos los siguientes estados límite:
a) estabilidad global;
b) estabilidad del fondo de la excavación;
c) estabilidad propia de la pantalla;
d) estabilidad de los elementos de sujeción;
e) estabilidad en las edificaciones próximas;
f) estabilidad de las zanjas, en el caso de pantallas de hormigón armado.
3 La estabilidad debe verificarse bien para cada pantalla por separado o bien para el conjunto de
pantallas del edificio.
6.3.2.2.1 Estabilidad global y fallo combinado del terreno y del elemento estructural
1 El conjunto de la estructura y la pantalla pueden fallar mediante un mecanismo de rotura aún más
profundo que la pantalla, o que no siendo tan profundo pudiera cortar a ésta.
2 Debe comprobarse que la seguridad al deslizamiento a lo largo de la superficie pésima posible, que
incluya en la masa deslizante a la pantalla completa y a sus elementos de sujeción, no es inferior al
establecido.
3 Las acciones de los elementos de sujeción de la pantalla que queden incluidos por completo en las
superficies de rotura no deben ser consideradas.
4 En la Figura 6.9 se esquematizan algunas de las posibles formas de rotura, por deslizamiento pro-
fundo.
Grieta
Anclaje al terreno
Apuntalamiento
Pantalla Superficies de Pantalla
deslizamiento
Superficie de deslizamiento
Estrato de pequeña
resistencia a esfuerzo cortante
Figura 6.9. Formas de rotura por deslizamiento profundo
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Anclaje
Puntal
Pantalla
Muro o pantalla Pantalla
de anclaje
Superficie de Superficie de
deslizamiento deslizamiento
Figura 6.10. Ejemplos de deslizamientos profundos que interceptan elementos de sujeción
Pantalla
σ
Superficie de rotura
Figura 6.11. Estabilidad del fondo de la excavación
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10
9
(B/L=1) (B/L=0.5)
8
N cb 7
(B/L=0)
6
4
0 1 2 3 4 5
H/B
Figura 6.12. Factor de capacidad de carga para análisis de estabilidad del fondo de la excavación
6 Cuando se trate de excavaciones, superiores a 6m, debe tenerse en cuenta el levantamiento del
fondo por efecto de la descarga del terreno excavado. Para ello se podrán emplear métodos elásti-
cos o plásticos a través de los parámetros deducidos de ensayos de consolidación o placa de car-
ga, en ciclos de carga y descarga.
7 Si la excavación se hace en un terreno saturado y por debajo del nivel freático, se establecerá una
corriente de filtración de agua a través del terreno que aflorará en el fondo de la excavación o irá a
parar a los elementos de drenaje y agotamiento que se dispongan para dejar en seco la excava-
ción. En este caso, es necesario comprobar que no se va a producir sifonamiento ni arrastre del
material.
8 La seguridad frente al sifonamiento se estudiará minorando el gradiente crítico del terreno, icr, por
un factor, γM = 2.
ir ≤ icr / γM (6.15)
siendo
ir el gradiente real en sentido vertical, en un determinado punto;
icr el gradiente que anula la tensión efectiva vertical en dicho punto.
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6.3.2.3.1 De la pantalla
1 Los esfuerzos sobre una pantalla son los que resultan de los empujes del terreno y las reacciones
en los elementos de sujeción a que está sometida en cada una de sus fases. A su vez, los empujes
unitarios del terreno y las fuerzas de sujeción son función de la deformación de la pantalla, de la
propia naturaleza del terreno y de las características fuerza deformación de los elementos de suje-
ción. En su determinación se tomarán en consideración el proceso de excavación, el tipo de suje-
ción, el instante de su introducción, etc.
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2 El cálculo de esfuerzos podrá efectuarse a partir de las leyes de empujes unitarios definidas en el
apartado 6.2, empleadas en las comprobaciones de estabilidad por métodos de equilibrio límite y de
las reacciones de los elementos de sujeción deducidas en tales comprobaciones. Con este proce-
dimiento no se tiene en cuenta más que de forma cualitativa la rigidez de la pantalla con relación a
su empotramiento en el terreno y a las condiciones de sujeción y, de ningún modo, las propiedades
de deformación del terreno.
3 La determinación de los esfuerzos sobre la pantalla debe llevarse a cabo para todas las fases de
ejecución de la excavación o del edificio, que impliquen una variación de los empujes del terreno o
de las fuerzas de sujeción. Podrán omitirse aquellas fases en que pueda demostrarse "a priori" que
los esfuerzos son inferiores a los que se producirán en otras.
4 Deberá efectuarse un estudio más detallado empleando modelos basados en el coeficiente de ba-
lasto o modelos de elementos finitos o diferencias finitas en los siguientes casos:
a) cuando existan edificios o servicios próximos especialmente sensibles a los movimientos;
b) cuando no exista experiencia en obras similares.
5 Estos métodos se describen en el apartado 6.3.2.2.3 y se desarrollan en el anejo F.
6.3.2.4 Dimensionado
1 En la fase de diseño se decide el tipo de pantalla que se va a emplear, si se van a disponer elemen-
tos de sujeción, su número, tipo y situación y las fases de la excavación y ejecución del edificio que
puedan afectar a la pantalla.
2 El dimensionado debe referirse a los siguientes aspectos:
a) profundidad de la pantalla;
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transversal que proporciona una economía de armaduras. La forma de trabajo será la de flexión
simple o compuesta en planos verticales perpendiculares a la pantalla.
2 En pantallas continuas y de pilotes”in situ” se recomienda utilizar, a efectos de cálculo a flexión, una
resistencia característica del hormigón de 18 MPa para tomar en consideración las condiciones de
puesta en obra.
3 Las paredes de la zanja, que constituyen el encofrado de la pantalla, son planas con bastantes irre-
gularidades. El recubrimiento mínimo de las armaduras cumplirá las condiciones definidas en este
DB y en la Instrucción EHE para piezas hormigonadas contra el terreno.
4 Si el terreno es cohesivo y muy estable y si no existen edificaciones en las proximidades, pueden
excavarse módulos de un ancho que oscila generalmente entre un valor mínimo correspondiente a
la apertura de la cuchara, generalmente de 2,5 a 4,5m, y un valor máximo función de la estabilidad
del terreno.
5 En las circunstancias opuestas, terrenos muy sueltos o en proximidad de medianerías en mal esta-
do o edificaciones muy susceptibles a los asentamientos o movimientos horizontales, la longitud de
los módulos o zanjas se reducirá todo lo posible.
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b) su longitud ha de ser tal que la zona de transmisión de los esfuerzos al terreno quede fuera de
la masa deslizante limitada por superficie pésima de deslizamiento, que se haya deducido en
las comprobaciones de estabilidad general y de estabilidad propia de la pantalla;
c) la capacidad de transmisión de esfuerzos al terreno, en la longitud de anclaje prevista para
ello, será consecuencia del estado tensional del suelo en contacto con el anclaje;
d) si los anclajes son definitivos, o si son provisionales y han de permanecer durante mucho
tiempo, y existe peligro de corrosión de los cables o redondos, se adoptarán las medidas opor-
tunas para evitar la corrosión. A estos efectos se consideran válidas las condiciones de pro-
tección frente a la corrosión definidas en la norma UNE-EN 1537:2001;
e) la comprobación de la resistencia de cada anclaje se hará a partir de los máximos esfuerzos
deducidos en las comprobaciones de estabilidad de la pantalla, multiplicados por los coeficien-
tes de seguridad correspondientes.
4 En los anclajes a pantallas o muros paralelos se tendrán en cuenta los siguientes aspectos:
a) la longitud de anclajes ha de ser tal que se garantice la estabilidad de las estructuras de ancla-
je. Si hay peligro de corrosión del acero de los anclajes, se adoptarán barreras de protección
contrastadas;
b) el dimensionado de los anclajes se hará a partir de los máximos esfuerzos deducidos en las
comprobaciones de estabilidad de la pantalla, mayorados con los coeficientes de seguridad
que se definen en la tabla 2.1.
6.3.3 Muros
6.3.3.1 Criterios básicos
6.3.3.1.1 Generalidades
1 Para el correcto análisis y dimensionado de un muro se considerarán los siguientes aspectos:
a) la determinación de los parámetros geotécnicos del terreno se efectuará teniendo en cuenta
los valores más críticos a corto y largo plazo previsibles, que puedan presentarse en la vida
del muro;
b) es necesario especificar las características del material a emplear para el relleno del trasdós.
Si no se hace así, el cálculo debe basarse en el material más desfavorable de los eventual-
mente utilizables;
c) deben determinarse los movimientos tolerables del muro, de los edificios y servicios próximos,
ya que de ellos dependen en gran parte los empujes a considerar e incluso el tipo de muro y
elementos de sujeción a emplear.
d) debe comprobarse que los anclajes proyectados no afectan a los edificios y servicios próxi-
mos;
e) el muro y cada uno de los paños debe ser estable en todas las fases de la construcción. Esta
condición puede exigir el apuntalamiento de los muros de trasdós recortado mientras no se co-
loque el relleno;
f) la estabilidad del muro puede verse afectada por procesos de socavación, erosión o por elimi-
nación del terreno al pie del mismo, por lo cual deben adoptarse las medidas protectoras opor-
tunas cuando haya lugar.
2 En muros de contención se debe tener en cuenta que un correcto dimensionado del drenaje a largo
plazo del trasdós del muro, siempre es más ventajoso que el cálculo del muro, tomando en conside-
ración la totalidad de las presiones hidrostáticas y de filtración a las que previsiblemente pueda es-
tar sometido. En muros de sótano deben tenerse en cuenta las consideraciones sobre la imper-
meabilidad.
3 Salvo en muros de muy escasa altura, la profundidad de apoyo de la cimentación respecto a la su-
perficie no debe ser inferior a 0,80 m.
4 Al prever las características del material de relleno de trasdós se tendrá en cuenta que:
a) si el muro ha de servir para soportar un pavimento, solera o cualquier tipo de tráfico, los asien-
tos deben ser admisibles;
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b) las propiedades de los suelos existentes en el emplazamiento del muro pueden variar nota-
blemente, si se trata de suelos cohesivos, con las operaciones de excavación y nueva coloca-
ción en el trasdós;
c) la permeabilidad de los materiales de relleno es de una importancia decisiva para los posibles
empujes tanto por agua freática como infiltrada;
d) se evitará el empleo de suelos arcillosos o limosos en el relleno de trasdós de muros, espe-
cialmente en terrenos expansivos.
6.3.3.1.2 Juntas
1 Los muros deben disponer de juntas de dilatación para absorber las deformaciones debidas a la
temperatura y, en su caso, las de retracción.
2 Deben existir juntas en los cambios de sección, o cuando existan singularidades del propio muro
tales como escaleras, rampas de carga, etc.
3 Análogamente se dispondrán juntas cuando se han de diferenciar entre tramos contiguos del muro.
4 La distancia entre juntas de dilatación, salvo justificación, no será superior a 30 m, recomendándose
una separación no superior a 3 veces la altura del muro.
5 Cuando los efectos de la retracción puedan ser importantes se intercalarán falsas juntas, debilitan-
do la sección del muro para predeterminar el plano de rotura. La separación entre estas juntas será
de 8 a 12 m.
6 Las juntas y los productos para el relleno de éstas cumplirán a efectos de la impermeabilidad, las
especificaciones indicadas en el DB-HS Sección 1.
7 La abertura de las juntas de dilatación será de 2 a 4 cm, según las variaciones de temperatura pre-
visibles.
8 Se evitará el paso de armaduras a través de las juntas. Cuando esto sea necesario para mantener
alineaciones o por circunstancias especiales, salvo justificación en contra, todas las armaduras que
penetren en una cara de la junta deben proyectarse como pasadores lubricados y sin dobleces ni
anclajes para permitir los movimientos longitudinales y convenientemente protegidos de acuerdo
con la durabilidad especificada.
6.3.3.1.3 Drenaje
1 Además de las consideraciones que figuran sobre la impermeabilidad de los muros en el DB-HS
Sección 1, a los efectos de este DB el control de las presiones originadas por el agua en el relleno
de trasdós se podrá considerar si se disponen sistemas adecuados de drenaje.
2 Se considerarán preferentemente los siguientes sistemas de drenaje:
a) drenes verticales de material granular, hormigón poroso, u otros que puedan ocupar toda la al-
tura del muro o parte de ella;
b) láminas drenantes;
c) drenes inclinados;
d) tapices drenantes horizontales a uno o varios niveles;
e) drenes horizontales a través del relleno;
f) drenes longitudinales en la base o talud del relleno;
g) mechinales en contacto directo con el relleno.
3 En el caso de suelos expansivos, rellenos susceptibles a la helada, aguas agresivas o condiciones
especiales se hará un estudio específico detallado del sistema más conveniente. En general se ten-
drán en cuenta las siguientes consideraciones:
a) los filtros verticales son más difíciles de construir que los inclinados y producen una menor re-
ducción de presiones del agua infiltrada o freática.
b) funcionalmente el mejor sistema consiste en una cuña de relleno granular filtrante. Este siste-
ma es el más sencillo de ejecución y debe preferirse a los demás cuando existen materiales
adecuados en la zona y su coste no sea excesivo.
c) todos los sistemas deben tener fácil evacuación del agua drenada, evitando su acumulación
en el trasdós.
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6.3.3.2 Estabilidad
1 La comprobación de la estabilidad de un muro debe hacerse, según los criterios definidos en el
apartado 6.3.1, en la situación pésima para todas y cada una de las fases de su construcción, de-
biendo verificarse al menos los siguientes estados límite:
a) estabilidad global;
b) hundimiento;
c) deslizamiento;
d) vuelco;
e) capacidad estructural del muro.
2 En el caso de muros excavados por bataches a medida que se ejecuta la excavación, deben verifi-
carse además los estados límites de estabilidad indicados en el apartado 6.3.2.2 para pantallas, por
analogía con éstas.
3 La estabilidad debe verificarse bien para cada muro por separado o bien para el conjunto de muros
del edificio.
6.3.3.2.1 Estabilidad global y fallo combinado del terreno y del elemento estructural
1 El conjunto del muro incluida su cimentación, puede fallar mediante un mecanismo de rotura aún
más profundo que éstos, o que no siendo tan profundo pudiera cortarlos.
2 Debe comprobarse que la seguridad al deslizamiento a lo largo de la superficie pésima posible, que
incluya en la masa deslizante al muro completo y a sus elementos de sujeción, no es inferior al lími-
te establecido.
3 En la Figura 6.13 se recogen algunos casos típicos de inestabilidad frente a un deslizamiento gene-
ral de muros de contención.
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A
Estrato blando
Suelo firme
Suelo blando
Suelo blando
4 Cuando la superficie deslizante atraviese la cimentación del edificio o la cimentación por pilotes del
propio muro, se tendrá en cuenta lo expuesto en los capítulos correspondientes a éstos.
6.3.3.2.2 Hundimiento
1 La cimentación o base del muro debe tener la misma seguridad frente al hundimiento que una zapa-
ta de cimentación de una estructura, según los criterios que se definen en los capítulos 2, 4 y 5,
considerando la inclinación y excentricidad de la resultante y los coeficientes de seguridad parciales
definidos en la tabla 2.1.
2 En la Figura 6.14 se esquematizan los tipos de muros más habituales y se representan el peso pro-
pio del muro y en su caso de las tierras que lo acompañan, W, o de las cargas transmitidas al mis-
mo, V, la resultante de los elementos de arriostramiento transversal (forjado, apuntalamiento, ancla-
je), F, los empujes de tierras horizontal, Eh y vertical, Ev, y las resultantes de estas solicitaciones a
nivel de cimentación, N y T. En el cálculo de N y T no debe considerarse el empuje pasivo.
3 En el caso de que existan otras acciones sobre el muro habrá que considerarlas igualmente.
4 La distribución de presiones del muro debe definirse de forma que los asientos sean admisibles.
5 Cuando el terreno sea muy compresible, deben evitarse los asientos diferenciales de los bordes de
la cimentación imponiendo que la resultante de fuerzas esté lo más centrada posible.
6 Si la capacidad de carga del terreno fuera insuficiente o los asientos excesivos, se podrá recurrir a
una cimentación profunda, una mejora o refuerzo del terreno u otra solución que asegure la estabi-
lidad frente al hundimiento.
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6.3.3.2.3 Deslizamiento
1 Este estado límite debe comprobarse tan sólo en aquellos casos en los que la máxima componente
de los empujes horizontales sobre el muro sea mayor del 10% de la carga vertical total.
2 En suelos granulares, la seguridad frente al deslizamiento por la base puede determinarse median-
te la fórmula:
N
T≤ tgφ * (6.16)
γR
siendo
NyT las componentes normal y tangencial de la resultante de las fuerzas de empuje, elemen-
tos de arriostramiento y peso propio sobre el plano de la base (Figura 6.15).
2 '
φ* = φ
3
siendo (6.17)
φ’ el ángulo de rozamiento interno efectivo del terreno
3 Cuando el suelo posea cohesión y rozamiento:
T ≤ (N·tg φ∗ + c*·B) / γR (6.18)
2 '
φ* = φ (6.19)
3
siendo
c* la cohesión reducida del suelo (c* = 0,5 c'K ≤ 0,05 MPa)
B el ancho de la base del muro
c’K la cohesión efectiva del terreno
4 Los coeficientes de seguridad γR se definen en la tabla 2.1.
5 No se tendrá en cuenta el efecto estabilizador del empuje pasivo, salvo justificación especial.
6 Si el muro está provisto de zarpa se considerará el deslizamiento según las superficies más proba-
bles (véase Figura 6.15).
6.3.3.2.4 Vuelco
1 En general puede prescindirse de esta comprobación cuando la resultante de las fuerzas que actú-
an sobre el muro, incluido el peso propio y la resultante de posibles elementos de sostenimiento
(anclajes, forjados o arriostramientos intermedios), tenga su punto de aplicación dentro del núcleo
central de la base. En el caso de bases rectangulares indefinidas, el núcleo central es una faja de
ancho: B/3.
2 Si V es la componente vertical de la resultante sobre la base del muro y e su excentricidad, puede
suponerse que las presiones del terreno siguen una ley lineal, con valores extremos (véase Figura
6.16):
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V 6e
σ max = 1 ± (6.20)
B B
V
Si e = 0, σ= (6.21)
B
B V
Si e = , σ máx 2· y σ mín = 0 (6.22)
6 B
B
Si e > se produciría el despegue de uno de los bordes, aumentando notablemente la tensión en
6
otro borde.
3 La estabilidad al vuelco se verificará con los criterios definidos en el capítulo 2, comparando los
momentos de cálculo desestabilizantes y estabilizantes respecto de la arista exterior de la base de
la zapata.
4 No se tendrá en cuenta el efecto estabilizador del empuje pasivo, salvo justificación especial.
6.3.3.3 Dimensionado
1 El material constitutivo del muro debe poder resistir las tensiones derivadas de los empujes y solici-
taciones exteriores. El cálculo de secciones se hará análogamente a lo especificado para la verifi-
cación de la capacidad estructural de la cimentación en el capítulo 2.
2 Los esfuerzos y deformaciones del muro, el terreno y de los elementos de sujeción se calcularán
considerando los valores representativos de las acciones y los valores característicos de los pará-
metros del terreno.
3 En muros de urbanización, se deben incluir las acciones o reacciones que pueden darse debidas a
los elementos conectados a los mismos.
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4 Los esfuerzos que se deben tomar para el dimensionado son los que se deduzcan en las compro-
baciones de estabilidad en las diferentes fases de la ejecución y las comprobaciones de estados lí-
mite de servicio, con los que se obtendrá la envolvente de los máximos momentos flectores y es-
fuerzos cortantes en el muro. Los esfuerzos obtenidos sobre los elementos estructurales se mayo-
rarán considerando los coeficientes γE definidos en la tabla 2.1.
5 Los estados límite de servicio se analizarán con los criterios definidos en el apartado 6.3.1.2.
2 Para muros altos o de forma especial debe hacerse un cálculo detallado de los esfuerzos de tor-
sión, pandeo de los contrafuertes, fisuración, etc.
3 Cuando los contrafuertes estén situados en el trasdós, se dimensionarán para resistir las tracciones
correspondientes a las reacciones de apoyo o empotramiento de las placas frontales.
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3 La resultante F, correspondiente a la reacción de los forjados sobre el muro, es una variable más en
los cálculos recogidos en el apartado 6.3.3.2 (véase Figura 6.18a). Para su determinación puede
ser necesario incluir en el cálculo la deformabilidad del cimiento mediante un coeficiente de balasto,
con los criterios definidos en el capítulo 4. En determinados casos puede hacerse la hipótesis sim-
plificada de considerar un reparto uniforme de presiones bajo el cimiento.
4 En el caso de muros de sótano con dos o más niveles de forjado, el cálculo puede efectuarse asimi-
lando el muro a una viga continua, incluyendo la compatibilidad de deformaciones con la zapata
(véase Figura 6.18b).
5 El muro de sótano debe analizarse en sentido longitudinal como una zapata continua, con los crite-
rios definidos en el capítulo 4.
6 Si el muro tiene desarrollo lineal en planta, con una configuración geométrica y de empuje unifor-
mes, bastará una verificación en sección, por metro de desarrollo, en dos dimensiones. Si tiene tra-
za quebrada o cerrada en planta, o posee configuración variable de altura a lo largo de su desarro-
llo, el análisis deberá tener en cuenta el conjunto total, aunque deberá verificarse localmente, intro-
duciendo en el equilibrio de cada parte los términos mecánicos de su interrelación con el conjunto.
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6.4.1.2 Pantallas
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12 Las condiciones especiales de puesta en obra del hormigón en cimentaciones especiales, general-
mente en perforaciones profundas, bajo agua o fluido estabilizador, y con cuantías de armadura im-
portantes, hacen necesario exigir al material una serie de características específicas que permitan
garantizar la calidad del proceso y del producto terminado.
13 El hormigón a utilizar cumplirá lo establecido en la vigente Instrucción de Hormigón Estructural
EHE.
14 El hormigón utilizado debe poseer las siguientes cualidades:
a) alta capacidad de resistencia a la segregación;
b) alta plasticidad y buena compacidad;
c) buena fluidez;
d) capacidad de autocompactación;
e) suficiente trabajabilidad durante todo el proceso de puesta en obra.
5 El contenido de partículas de tamaño inferior a ciento veinticinco micras (0,125 mm), incluido el
cemento, debe ser igual o inferior a cuatrocientos cincuenta kilogramos por metro cúbico (450
kg/m3) para tamaños máximos de árido inferiores o iguales a 16 milímetros, y cuatrocientos kilo-
gramos por metro cúbico (400 kg/m3) para el resto de los casos.
6 La relación agua/cemento será la adecuada para las condiciones de puesta en obra, y debe ser
aprobada explícitamente por el Director de Obra. El valor de la relación agua cemento debe estar
comprendido entre cero con cuarenta y cinco (0,45) y cero con seis (0,6).
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4 La docilidad será suficiente para garantizar una continuidad en el hormigonado, y para lograr una
adecuada compactación por gravedad.
5 Se ha de asegurar que la docilidad y fluidez se mantiene durante todo el proceso de hormigonado,
para garantizar que no se produzcan fenómenos de atascos en el tubo Tremie, discontinuidades en
el hormigón o bolsas de hormigón segregado o mezclado con el lodo de perforación. Durante 4
horas y, al menos, durante todo el periodo de hormigonado de cada panel, la consistencia del hor-
migón dispuesto debe mantenerse en un cono de Abrams no inferior a 100 mm.
3 Durante la hormigonado se pondrá el mayor cuidado en conseguir que el hormigón rellene la sec-
ción completa en toda su longitud, sin vacíos, bolsas de aire o agua, coqueras, etc. Se debe evitar
también el lavado y la segregación del hormigón fresco.
4 Para una correcta colocación del hormigón y para una perfecta adherencia del mismo a las arma-
duras es conveniente tener una separación mínima entre barras no inferior a cinco veces el diáme-
tro del árido.
5 El tubo Tremie es el elemento indispensable para el hormigonado de pantallas con procedimiento
de hormigón vertido, especialmente en presencia de aguas o lodos de perforación. Dicho tubo es
colocado por tramos de varias longitudes para su mejor acoplamiento a la profundidad del elemento
a hormigonar, y está provisto de un embudo en su parte superior, y de elementos de sujeción y
suspensión.
6 El tubo Tremie será estanco, de diámetro constante, y cumplirá las siguientes condiciones:
a) el diámetro interior será mayor de seis veces (6) el tamaño máximo del árido y en cualquier
caso, mayor de ciento cincuenta milímetros (150 mm);
b) el diámetro exterior no podrá exceder del mínimo de 0,50 veces la anchura de la pantalla y
0,80 veces la anchura interior de la jaula de armaduras de pantallas;
c) se mantendrá en la parte interior liso y libre de incrustaciones de mortero, hormigón o lechada.
7 El número de tubos Tremie a utilizar a lo largo de un panel de pantalla debe ser determinado de tal
manera que se limite el recorrido horizontal a dos metros y cincuenta centímetros (2,50 m).
SE-C-91
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8 Cuando se utilicen varios tubos de hormigonado, será preciso alimentarlos de forma que el hormi-
gón se distribuya de manera uniforme.
9 Para empezar el hormigonado, el tubo Tremie debe colocarse sobre el fondo de la perforación, y
después se levantará de diez a veinte centímetros (10 a 20 cm). Siempre se colocará al inicio del
homigonado un tapón o “pelota” en el tubo Tremie, que evite el lavado del hormigón en la primera
colocación.
10 Durante el hormigonado, el tubo Tremie debe estar siempre inmerso en el hormigón por lo menos
tres metros (3 m). En caso de conocerse con precisión el nivel de hormigón, la profundidad mínima
de inmersión podrá reducirse a dos metros (2 m). En caso necesario, y sólo cuando el hormigón lle-
gue cerca de la superficie del suelo, se podrá reducir la profundidad mencionada para facilitar el
vertido.
11 Es conveniente que el hormigonado se lleve a cabo a un ritmo superior a veinticinco metros cúbicos
por hora (25 m3/h).
12 El hormigonado debe realizarse sin interrupción, debiendo el hormigón que circula hacerlo dentro
de un período de tiempo equivalente al setenta y cinco por ciento (75%) del comienzo de fraguado.
Cuando se prevea un período mayor, deben utilizarse retardadores de fraguado.
13 El hormigonado se prolongará hasta que supere la cota superior prevista en proyecto en una magni-
tud suficiente para que al demolerse el exceso, constituido por un hormigón de mala calidad, el
hormigón al nivel de la viga de coronación o de la cara inferior del encepado sea de la calidad ade-
cuada.
14 Después del hormigonado se rellenarán de hormigón pobre, u otro material adecuado, las excava-
ciones que hubieran quedado en vacío por encima de la cota superior de hormigonado y hasta el
murete guía.
6.4.1.3 Muros
1 La cimentación de los muros se efectuará tomando en consideración las recomendaciones cons-
tructivas definidas en los capítulos 4 y 5.
2 La excavación debe efectuarse con sumo cuidado para que la alteración de las características geo-
técnicas del suelo sea la mínima posible.
3 Las excavaciones provisionales o definitivas deben hacerse de modo que se evite todo deslizamien-
to de las tierras. Esto es especialmente importante en el caso de muros ejecutados por bataches.
4 En el caso de suelos permeables que requieran agotamiento del agua para realizar las excavacio-
nes, el agotamiento se mantendrá durante toda la duración de los trabajos.
5 El agotamiento debe realizarse de tal forma que no comprometa la estabilidad de los taludes o de
las obras vecinas.
6 Las juntas de hormigonado y los procesos de hormigonado, vibrado y curado se efectuarán con los
criterios definidos en la Instrucción EHE.
SE-C-92
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6.4.2.2 Pantallas
1 Se debe controlar que la docilidad y fluidez del hormigón se mantienen durante todo el proceso de
hormigonado efectuando ensayos de consistencia sobre muestras de hormigón fresco para definir
su evolución en función del tiempo. Este control tiene especial importancia en caso de emplear adi-
tivos superplatificantes.
6.4.2.3 Muros
1 Es especialmente importante controlar las características de los elementos de impermeabilización y
del material de relleno del trasdós.
7.2 Excavaciones
7.2.1 Generalidades
1 A efectos de este capítulo, se entenderá por excavación todo vaciado o desmonte del terreno limi-
tado lateralmente por un talud, provisional o permanente, sin que en el periodo, transitorio o indefi-
nido de servicio, se contemple ningún tipo de contención mecánica añadida.
2 En el proyecto, en relación con la excavación, se considerarán los siguientes aspectos:
a) problemas de estabilidad o reptación superficial de suelos dotados de cohesión cuya superficie
natural está inclinada respecto de la horizontal;
b) problemas de inestabilidad global en suelos sin cohesión y en rocas fracturadas cuando el ta-
lud que los limita se aproxima al ángulo de rozamiento interno equivalente de los mismos;
c) problemas derivados de procesos de erosión superficial por acción de lluvia y viento y posibles
ciclos de hielo y deshielo. Se tendrá en cuenta que la helada puede impedir el drenaje a través
de las fisuras de un macizo rocoso limitado por un talud exterior;
d) cualquier proceso que incremente el contenido de humedad natural del terreno pues contribui-
rá a reducir su resistencia e incrementar su deformabilidad;
e) problemas de desecación en terrenos expansivos.
3 En aquellos casos en que el marco donde se inscribe la excavación dificulte los análisis de estabili-
dad global, deben preverse investigaciones adicionales.
4 La realización de una excavación debe asegurar que las actividades constructivas previstas en el
entorno de la misma puedan llevarse a cabo sin llegar a las condiciones de los estados límite último
ni de servicio. Si el talud proyectado es permanente, estas mismas garantías se extenderán al pe-
riodo de vida útil de la obra que se realice.
5 Los taludes expuestos a erosión potencial deben protegerse debidamente para garantizar la per-
manencia de su adecuado nivel de seguridad.
6 Será preceptivo disponer un adecuado sistema de protección de escorrentías superficiales que
pudieran alcanzar al talud y de drenaje interno que evite la acumulación de agua en trasdós del ta-
lud.
7 Deben tomarse en consideración los efectos de los procesos constructivos previstos en cuanto a
que pueden afectar a la estabilidad global y a la magnitud de los movimientos en el entorno de la
excavación.
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3 En el cálculo de los estados límite últimos se harán intervenir, según proceda para la situación de
dimensionado pertinente, los siguientes elementos:
a) estratificación del terreno;
b) presencia y orientación de las posibles discontinuidades mecánicas;
c) fuerzas de filtración y distribución de presiones intersticiales en el entorno del talud;
d) forma de inestabilidad (superficie circular o compuesta de deslizamiento, posible basculamien-
to de estratos, flujo) a corto y largo plazo;
e) parámetros mecánicos de resistencia asociados al problema;
f) método de análisis adoptado (especialmente, el método numérico en que se base el programa
de ordenador empleado);
g) geometría global del problema, en el caso en que se separe de las hipótesis bidimensionales y
requiera un análisis tridimensional.
4 En general las soluciones de estabilización de taludes en suelos combinarán geometría y drenaje
de trasdós del talud.
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7.3 Rellenos
7.3.1 Generalidades
1 A efectos de este DB se entenderán así los rellenos controlados utilizados en la edificación.
2 Para su ejecución se requerirá disponer de un material de características adecuadas al proceso de
colocación y compactación y que permita obtener, después del mismo, las necesarias propiedades
geotécnicas.
3 En el proyecto se debe incluir la definición del préstamo y las condiciones de explotación, transporte
y colocación del material.
4 Si el relleno está limitado por un talud serán de aplicación a éste los análisis de estados límite últi-
mo y de servicio definidos en el apartado 7.2.
SE-C-95
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2 Los materiales que, según los casos, pueden ser utilizados para rellenos de edificación incluyen la
mayor parte de los suelos predominantemente granulares e incluso algunos productos resultantes
de la actividad industrial tales como ciertas escorias y cenizas pulverizadas. Algunos productos ma-
nufacturados, tales como agregados ligeros, podrán utilizarse en determinados casos. Los suelos
cohesivos podrán ser tolerables pero requieren una especial selección y las condiciones de coloca-
ción y compactación precisas.
3 Se tomarán en consideración los siguientes aspectos en la selección de un material para relleno:
a) granulometría;
b) resistencia a la trituración y desgaste;
c) compactabilidad;
d) permeabilidad;
e) plasticidad;
f) resistencia del subsuelo;
g) contenido en materia orgánica;
h) agresividad química;
i) efectos contaminantes;
j) solubilidad;
k) inestabilidad de volumen;
l) susceptibilidad a las bajas temperaturas y a la helada;
m) resistencia a la intemperie;
n) posibles cambios de propiedades debidos a la excavación, transporte y colocación;
o) posible cementación tras su colocación.
4 Si los materiales no son apropiados en su estado natural, podrán mejorarse por:
a) ajuste de su humedad;
b) estabilización con cal o cemento;
c) corrección de granulometría;
d) protección con un material apropiado;
e) utilización de capas drenantes intercaladas.
5 Normalmente no se utilizarán los suelos expansivos o solubles. Tampoco los susceptibles a la hela-
da o que contengan, en alguna proporción, hielo, nieve o turba si van a emplearse como relleno es-
tructural.
6 En caso de duda, debe ensayarse el material en préstamo, definiéndose en proyecto el tipo, núme-
ro y frecuencia de losensayos en función del tipo y heterogeneidad del material y de la naturaleza
de la construcción en que vaya a utilizarse el relleno.
SE-C-96
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4 El relleno que se coloque adyacente a estructuras debe disponerse en tongadas de espesor limita-
do y compactarse con medios de energía pequeña para evitar daño a estas construcciones.
5 Previamente a la colocación de rellenos bajo el agua debe dragarse cualquier suelo blando existen-
te.
7.4.1 Generalidades
1 A efectos de este DB se entenderá por gestión del agua el control del agua freática (agotamientos o
rebajamientos) y el análisis de las posibles inestabilidades de las estructuras enterradas en el terre-
no por roturas hidráulicas (subpresión, sifonamiento, erosión interna o tubificación).
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8.1 Generalidades
1 A efectos de este DB se entenderá por mejora o refuerzo del terreno el incremento de sus propie-
dades resistentes o de rigidez para poder apoyar sobre él adecuadamente cimentaciones, viales o
servicios.
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9 Anclajes al terreno
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b) ensayo de adecuación: prueba de carga in situ destinada a confirmar que el tipo de anclaje co-
rrespondiente se adecua a las condiciones particulares del terreno existente;
c) ensayo de investigación: prueba de carga in situ destinada a establecer el estado límite último
de un anclaje instalado por un procedimiento determinado en el terreno en estudio, así como el
comportamiento del anclaje en el intervalo de cargas previsto en servicio.
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9.3.2 Estabilidad
1 El análisis de la estabilidad del anclaje comprenderá, al menos, los siguientes aspectos:
a) comprobación de la tensión admisible;
b) comprobación al deslizamiento del tirante dentro del bulbo de anclaje;
c) comprobación de la seguridad frente al arrancamiento del bulbo.
2 La verificación de estos estados límite para cada situación de dimensionado se hará utilizando la
expresión (2.2), estando Ed definida en la expresión (9.1) y viniendo Rd dada en los apartados si-
guientes:
3 Para la comprobación de la tensión admisible del tirante:
Rd = min (AT · fPK/γM1; AT · fYK/γM2) (9.2)
siendo
AT la sección del tirante;
fPK el límite de rotura del acero del tirante;
fYK el límite elástico del acero del tirante;
γM1 en anclajes provisionales 1,25 y anclajes permanentes 1,30;
γM2 en anclajes provisionales 1,10 y en anclajes permanentes 1,15.
4 Para la comprobación del deslizamiento del tirante dentro del bulbo de anclaje:
Rd= Lb · PT · τlim/γR (9.3)
siendo
Lb longitud de cálculo del bulbo;
PT perímetro nominal del tirante;
τlim adherencia límite entre el tirante y la lechada expresada en MPa;
γR igual a 1,2.
donde
τlim= 6,9 (fCK /22,5) (9.4)
fCK resistencia característica de la lechada expresada en MPa;
Para esta comprobación, el exceso de longitud del bulbo por encima de 14 m se minorará por un
coeficiente de 0,70 a fin de tener en cuenta su posible rotura progresiva.
5 Para la comprobación de la seguridad frente al arrancamiento del bulbo:
Rd = π ·DN · Lb · aadm (9.5)
siendo
DN el diámetro nominal del bulbo
aadm la adherencia admisible frente al deslizamiento o arrancamiento del terreno
a adm =
1 '
γR
(
c m + σ ' ·tgφ ' ) (9.6)
donde
γR = 1,35
cm ´ la cohesión efectiva del terreno en el contacto terreno-bulbo minorada por un coeficiente
de 1,2.
SE-C-101
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SE-C-102
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Anejo A. Terminología
1 A continuación se define el sentido que debe darse a los términos específicos que aparecen, de
forma general, en el uso de este DB-C.
Acción o carga: Toda causa o agente actuante capaz de generar estados tensionales o deforma-
ciones tanto en las estructuras como en el terreno.
Altura piezométrica: Altura que alcanza el nivel del agua al colocar un tubo piezométrico en un
punto.
Ángulo de rozamiento interno. Ángulo cuya tangente es la derivada de la resistencia al corte res-
pecto a la presión normal efectiva.
Arcillas: Fracción de suelo con las partículas de tamaño inferior a 0,002 mm y en las que se las
puede determinar un límite plástico y un límite líquido.
Arena: Fracción de suelo cuyas partículas tienen un tamaño comprendido entre 0,06 mm y 2 mm.
Fina hasta 0,2 mm; media hasta 0,6 mm; gruesa por encima de 0,6 mm.
Coeficiente de seguridad parcial de la resistencia del terreno: Factor por el que se divide la re-
sistencia característica del terreno para obtener la resistencia de cálculo.
Coeficiente de seguridad parcial para los efectos de las acciones sobre el terreno: Factor por
el que se multiplican los efectos de las acciones sobre la cimentación, para obtener los valores de
cálculo de los efectos de las acciones.
Cohesión: Resistencia al corte del terreno cuando la presión normal efectiva es nula.
Diaclasa: Superficie de discontinuidad del macizo rocoso originada por las tensiones experimenta-
das.
Empotramiento: Zona de cimentación que queda por debajo de la superficie del terreno.
Empuje activo: Empuje sobre una estructura de contención cuando ésta experimenta un despla-
zamiento suficientemente amplio en la dirección del movimiento del terreno.
Empuje al reposo: Empuje que corresponde a la situación ideal de desplazamiento nulo de una es-
tructura de contención.
Empuje pasivo: Empuje sobre una estructura de contención cuando ésta experimenta un despla-
zamiento suficientemente amplio en dirección contraria al movimiento del terreno.
ER: Energía relativa en el ensayo SPT expresada en tanto por ciento. Cociente entre la energía re-
al del golpe en el dispositivo utilizado y la nominal.
SE-C-103
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Estados límite de servicio: Situaciones que suponen que una obra, estructura o elemento, deja de
cumplir los requisitos de calidad (por razones funcionales, estéticas, de durabilidad, etc.) estableci-
dos en el proyecto, aunque ello no implique la ruina o puesta fuera de servicio de modo inmediato.
Estados límite último: Situaciones que suponen la puesta fuera de servicio, de una determinada
obra, estructura o elemento, como consecuencia de rotura, hundimiento, pérdida de estabilidad o
cualquier otra forma de fallo.
Gradiente hidráulico: Derivada de la altura total de energía respecto a la distancia recorrida por el
agua a lo largo de una línea de corriente.
Grava: Fracción de suelos cuyas partículas tienen un tamaño comprendido entre 2 mm y 60 mm.
Fina hasta 6 mm; media hasta 20 mm; gruesa por encima de 20 mm.
Hinchamiento libre: Cambio porcentual de volumen que experimenta un suelo al saturarlo con
presiones efectivas bajas.
Humedad: Cociente entre el peso de agua contenido en una determinada muestra y el peso del te-
rreno seco.
Índice de poros: Relación entre el volumen ocupado por los poros y el volumen ocupado por las
partículas sólidas.
Limo: Fracción de suelo cuyas partículas pasan por el tamiz 0,06 UNE y son de tamaño superior a
0,002 mm. Si se pueden determinar unos límites plástico y líquido su comportamiento es similar al
de las arcillas. Si no se puede determinar su plasticidad su comportamiento es similar al de las are-
nas.
Módulo de balasto: Razón entre la tensión aplicada sobre una superficie y el desplazamiento pro-
ducido. Designado asimismo como módulo de reacción o módulo de Winkler.
NSPT: Número de golpes en el ensayo SPT, corregido para una energía relativa del 60%, es decir
aplicando el factor ER/60.
Peso específico aparente: Peso real de una muestra (partículas sólidas más agua) dividido entre
volumen total de la misma.
Peso específico saturado: Peso específico correspondiente a una muestra saturada, con todos
sus poros llenos de agua.
Peso específico seco: Peso de las partículas sólidas, dividido por el volumen total de la muestra.
Peso específico sumergido: Peso específico del material saturado al estar sumergido en agua en
condiciones hidrostáticas.
SE-C-104
Documento Básico SE-C Cimientos
Porosidad: Relación entre el volumen ocupado por los poros y el volumen total de la muestra (par-
tículas sólidas + poros).
Presión de hinchamiento: Presión efectiva que evita la expansión de un suelo durante su satura-
ción.
Presión intersticial: Presión (en exceso sobre la presión atmosférica) del agua en los vacíos de un
suelo o roca saturados.
Presión normal total: Presión (en exceso sobre la presión atmosférica) que actúa perpendicular-
mente a un plano dado.
Reacción: Las acciones provocan en el terreno ciertas variaciones tensionales cuya integración en
el contorno estructura-terreno conduce a unas fuerzas, reacciones, de sentido contrario a las accio-
nes.
Resistencia al corte: tensión tangencial máxima que un suelo puede soportar sin alcanzar la rotu-
ra, expresada según la relación: τRk = ck + σn tg φk Se distinguen dos situaciones:
a) “Con drenaje”. Corresponde a aquellas situaciones en las que, bien por unas buenas condicio-
nes de permeabilidad, bien por el largo tiempo transcurrido desde la aplicación de la carga, el
terreno ha disipado los excesos de presión intersticial que hubieran podido generarse durante
el proceso de carga. En estas situaciones se adoptarán las siguientes igualdades:
ck = c’, cohesión efectiva
φk = φ’, ángulo de rozamiento efectivo
σn = σ’n, presión normal efectiva
b) “Sin drenaje”. Corresponden a aquellas situaciones que, bien por falta de drenaje, bien por el
escaso tiempo transcurrido desde la aplicación de la carga, existen en el terreno las mismas
presiones intersticiales que se han generado durante el proceso de carga. En estas situacio-
nes se adoptarán las siguientes igualdades:
ck= cu, cohesión sin drenaje
φk = 0
σn = σn, presión normal total
Resistencia de pico: Valor máximo de la resistencia alcanzada en un proceso de rotura con ten-
siones tangenciales monótonamente crecientes en el plano de rotura.
Resistencia residual: resistencia al corte de un determinado suelo para deformaciones muy supe-
riores a la correspondiente a la resistencia de pico.
Roca: Agregado natural de uno o más minerales que para sufrir modificaciones sensibles en su es-
tructura en presencia del agua, necesita periodos de tiempo superiores a la vida útil de un edificio.
Rozamiento negativo: Incremento de carga en un pilote producido como consecuencia del asen-
tamiento del terreno que le rodea.
Sifonamiento: Inestabilidad producida cuando la presión ejercida por un flujo ascendente de agua
iguala a la debida a la presión de tierras (anulándose, por tanto, la presión efectiva).
SE-C-105
Documento Básico SE-C Cimientos
Situación de dimensionado: Esquema simplificado de un problema real, que incluye una defini-
ción de la geometría, las características de los materiales y las acciones, todo lo cual sirve de base
para la realización de los cálculos correspondientes.
Subpresión: Fuerza ascendente producida por el agua sobre una estructura, elemento de conten-
ción o de cimentación sumergido.
Suelo: Parte de la corteza terrestre formada por materiales que pueden ser disgregados en partícu-
las individuales, mediante la acción del agua.
Suelo cohesivo: Cuando la proporción en el peso del contenido de finos que tengan plasticidad es
igual o superior al 35%.
Suelo granular: Cuando la proporción en peso del contenido de arenas y gravas es mayor del
65%.
Suelo normalmente consolidado: Suelo cuya presión efectiva es igual a su presión de sobrecon-
solidación.
Suelo sobreconsolidado: Suelo cuya presión efectiva actual es inferior a su presión de sobrecon-
solidación.
Unidad geotécnica: Cada una de las capas superpuestas del terreno que presenta características
físicas y mecánicas comunes, relativas a su origen, identificación de los materiales que la compo-
nen, estado, resistencia y deformabilidad.
SE-C-106
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Documento Básico SE-C Cimientos
C.1 Calicatas
1 Se agrupan bajo este nombre genérico las excavaciones de formas diversas (pozos, zanjas, rozas,
etc.) que permiten una observación directa del terreno, así como la toma de muestras y, eventual-
mente, la realización de ensayos in situ. Este tipo de reconocimiento podrá emplearse con:
a) profundidad de reconocimiento moderada (< 4m);
b) terrenos excavables con pala mecánica o manualmente;
c) ausencia de nivel freático, en la profundidad reconocida o cuando existan aportaciones de
agua moderadas en terrenos de baja permeabilidad;
d) terrenos preferentemente cohesivos;
e) terrenos granulares en los que las perforaciones de pequeño diámetro no serían representati-
vas.
2 El reconocimiento del terreno mediante calicatas es adecuado cuando:
a) se puede alcanzar en todos los puntos el estrato firme o resistente con garantía suficiente;
b) no sea necesario realizar pruebas in situ asociadas a sondeos (p.e. ensayos de penetración
estándar).
3 Se excluirá este método cuando pueda deteriorarse el terreno de apoyo de las futuras cimentacio-
nes o se creen problemas de inestabilidad para estructuras próximas.
4 En las paredes del terreno excavado, podrán realizarse ensayos in situ como el penetrómetro de
bolsillo, con el fin de obtener una indicación orientativa del comportamiento del terreno. De esta in-
dicación orientativa no se deducirán, en ningún caso, valores cuantitativos de la resistencia del te-
rreno.
5 En calicatas de una profundidad mayor a 1,5 m ninguna persona podrá acceder a su inspección o
revisión si no se encuentran debidamente entibadas o adecuadamente retaluzadas.
SE-C-109
Documento Básico SE-C Cimientos
5 Los sondeos a percusión pueden realizarse cuando el terreno pueda atravesarse con la energía
disponible y el ruido asociado al golpeo no rebase los límites establecidos en cada caso. En su utili-
zación se tendrán en cuenta los siguientes aspectos:
a) este método está especialmente indicado para reconocer suelos granulares gruesos, adaptan-
do el diámetro del sondeo al tamaño de las gravas o bolos a atravesar. Normalmente se em-
plearán tuberías de hinca o tomamuestras a percusión;
b) en el caso de suelos granulares finos se utilizarán cucharas con cierre inferior de clapeta.
6 Los sondeos con barrena helicoidal hueca o maciza podrán utilizarse cuando:
a) no sea necesario obtener testigo continuo de material no remoldeado;
b) el terreno sea relativamente blando y cohesivo;
c) no existan capas cementadas o de gravas, ni capas arenosas fluyentes, bajo el nivel freático;
d) no sea necesario atravesar o penetrar en rocas;
e) no se requiera una precisión superior a ±0,5 m en la localización en profundidad de las diferen-
tes capas;
f) se pueda justificar la calidad de las muestras inalteradas extraídas por el eje hueco de la ba-
rrena o en el sondeo sin entibar en el caso de barrenas macizas, en función de lo establecido
en la tabla D.8;
g) se subsanen los aspectos negativos anteriores con otro tipo de prospecciones.
7 En la investigación del nivel o niveles freáticos se recomienda adoptar las siguientes medidas:
a) si los sondeos mecánicos son realizados con ayuda de cualquier tipo de fluidos incluida el
agua, éstos deben ser eliminados y purgados antes de la colocación de los tubos piezométri-
cos, de forma que las medidas de control de profundidad del agua no se vean alteradas y con-
taminadas por agentes externos;
b) debe protegerse la boca de las perforaciones en las que se disponga de tuberías piezométri-
cas, disponiendo una arqueta o tapón de sellado que impida la entrada de agua a la perfora-
ción;
c) deben efectuarse medidas del nivel del agua en la perforación al comenzar y terminar cada día
los trabajos de ejecución del sondeo mecánico y posteriormente hasta que se estabilicen di-
chos niveles. En el informe del reconocimiento del terreno se recogerán estas medidas, junto
con las recomendaciones necesarias para el seguimiento futuro de las mismas si se prevén
oscilaciones estacionales.
C.4 Geofísica
1 Cuando se trate de grandes superficies a construir, y con el fin de obtener información complemen-
taria que ayude a distribuir los puntos de reconocimiento así como la profundidad a alcanzar en ca-
da uno de ellos, se podrán utilizar las siguientes técnicas:
a) sísmica de refracción: para obtener información sobre la profundidad a la que se encuentran el
nivel freático y la unidad geotécnica resistente, siempre y cuando se trate de formaciones rela-
tivamente horizontales (buzamiento inferior a 15º) y la velocidad, vp, de las ondas P aumente
con la profundidad. El valor vp que se obtenga en cada una de las capas analizadas podrá uti-
lizarse para estimar su grado de ripabilidad;
b) resistividad eléctrica: técnica SEV “sondeo eléctrico vertical” para obtener información sobre la
profundidad del nivel freático y los espesores de las distintas capas horizontales del terreno
(ASTM: G 57-78). Técnica tomografía eléctrica para identificar los diferentes niveles del sub-
SE-C-110
Documento Básico SE-C Cimientos
suelo y sus cambios laterales, identificación del nivel freático (detección de cavidades o desa-
rrollos cársticos);
c) otras técnicas geofísicas tales como Geo-radar (para obtener información sobre servicios ente-
rrados, conducciones, depósitos, fluidos, nivel freático, unidades geológicas y cambios latera-
les de las litologías), magnetometría, VLF, calicateo electromagnético, gravimetría, etc.; que
puedan aportar una información adicional.
2 En zonas cársticas o cuando se sospeche la existencia de cavidades relativamente superficiales se
podrán utilizar, además de las antes mencionadas, técnicas microgravimétricas siempre y cuando
se den las condiciones ambientales adecuadas y se utilicen equipos que permitan expresar los per-
files finales de las anomalías de Bouguer en unidades de 10-7 m/s2.
3 La realización, procesado e interpretación de los trabajos recogidos en los tres apartados anteriores
se llevarán a cabo teniendo en cuenta las ventajas y limitaciones que entraña el uso de técnicas
geofísicas e integrando los resultados en el marco geológico, geotécnico y morfológico del área es-
tudiada.
4 En zonas sísmicas y para edificios de los tipos C-1 y C-2 se recomienda la utilización de ensayos
“down-hole” o “cross-hole” (norma ASTM: D 4428) con el fin de identificar la velocidad de propaga-
ción vs de las ondas S que permite clasificar las distintas unidades geotécnicas de acuerdo con la
Norma de Construcción Sismorresistente NCSE vigente. Para edificios de los tipos C-2 y C-3 será
obligatoria la realización de dicho tipo de ensayos cuando la aceleración sísmica básica sea supe-
rior a 0,08 g.
5 Los ensayos “cross-hole” y “down-hole” podrán también utilizarse para caracterizar la deformabili-
dad de arcillas preconsolidadas y suelos con un porcentaje apreciable de grava gruesa, cantos y
bolos, tal y como se indica en el capítulo 4.
6 Con el fin de contribuir a una mejor definición de los perfiles geotécnicos del terreno mejorando las
correlaciones que se puedan establecer entre sus distintas unidades geotécnicas, para la realiza-
ción del estudio geotécnico se podrá exigir la testificación geofísica de los sondeos que se realicen,
debiendo para ello elegir la combinación más adecuada de las siguientes diagrafías:
a) gamma-natural;
b) gamma-gamma;
c) neutrón-neutrón;
d) resistividad y potencial espontáneo;
e) sónica;
f) térmica.
SE-C-111
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-113
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SE-C-114
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ENV-199-3 placa rígida cuadrada o circular al los granulares, para la placa utili-
ir aplicando cargas crecientes, zada(1)
llegando o no a la rotura del te-
rreno Coeficiente de balasto de cual-
quier terreno
Capacidad portante sin drenaje
de suelos cohesivos
SE-C-115
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-116
Documento Básico SE-C Cimientos
(1)
Alternativamente, para obtener una indicación rápida de la resistencia a la compresión simple, se recomienda la utilización del
Martillo Schmidt (Esclerómetro de mano).
SE-C-117
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SE-C-118
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-119
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-120
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SE-C-121
Documento Básico SE-C Cimientos
(3)
Estos casos deben ser investigados “in situ”
(4)
Estas rocas son susceptibles de hinchar por efecto de la relajación de tensiones asociada a las excavaciones.
También son susceptibles de reblandecerse por efecto de su exposición al agua.
Figura D.1. Correlación entre los ensayos SPT y CPT con el ángulo de rozamiento interno efectivo en
suelos granulares
SE-C-122
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-123
Documento Básico SE-C Cimientos
SE-C-125
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nuarán las presiones de borde y las redistribuirá hacia el centro de la zapata. En el caso de arenas,
dado que la falta de confinamiento en el borde de la zapata, supuesta ésta en superficie, no permiti-
ría el desarrollo de presiones elevadas, la distribución tomará en general la forma parabólica que se
indica en la Figura E.2.b.
π 4E c Ic (E.2)
v≤ 4
4 B k sB
siendo
v el vuelo de la zapata en una dirección cualquiera;
Ec el módulo de deformación del material de la zapata (usualmente hormigón armado) re-
presentativo del tipo de carga y su duración;
Ic el momento de inercia de la sección de la zapata perpendicular a la dirección del vuelo
considerado respecto a la horizontal que pasa por su centro de gravedad;
B el ancho de la zapata en dirección perpendicular al vuelo considerado.
SE-C-126
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ksB el módulo de balasto de cálculo, representativo de las dimensiones del cimiento (véase
apartado E.5).
π 4E c Ic (E.3)
l≤ 4
2 B k sB
π 4E c Ic (E.4)
v≤ 4
4 B k sB
siendo
l la luz del vano que separa, bien los dos pilares de una zapata combinada, bien dos pila-
res cualesquiera de una zapata corrida;
v la luz de cualquier voladizo en la dirección en la dirección longitudinal;
B el ancho de la zapata (dirección transversal);
Ec el módulo de deformación del material de la zapata (usualmente hormigón armado) re-
presentativo del tipo de carga y su duración.
SE-C-127
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SE-C-128
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SE-C-129
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SE-C-130
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B
k sBL = k sB 1 + (E.8)
2·L
7 La conversión del módulo para placa de 60 cm (ks60) al coeficiente de referencia ksB se puede obte-
ner mediante las siguientes expresiones:
8 Para zapata cuadrada de ancho B:
a) Para terrenos cohesivos:
0,6
k sB = k sp60 (E.9)
B
b) Para terrenos granulares:
2
k sp 60 B + 0,3
k sB = 2
0,6 + 0,3 2·B (E.10)
2 ⋅ 0,6
9 Para la cimentación de losas y emparrillados la fiabilidad de los módulos de balasto obtenidos a
partir de ensayos de carga puede resultar insuficiente, dados los efectos de escala implicados (véa-
se el apartado E.4.2). En estas circunstancias, se recomienda recurrir a la comprobación de dichos
módulos siguiendo los criterios del párrafo 3.b) anterior o, alternativamente, recurrir al empleo de
métodos y modelos del terreno más avanzados.
10 La observación anterior puede cobrar especial importancia en el caso de existir terrenos heterogé-
neos en la vertical (terrenos estratificados), cuando bajo un estrato rígido surge otro más deforma-
ble. En estas circunstancias (véase la Figura E.8) el reducido bulbo de tensiones de la placa de en-
sayo puede quedar limitado a las zonas más competentes del terreno, y no reflejar la deformabili-
dad del conjunto terreno-cimentación.
Figura E.8. Limitaciones del ensayo de carga con placa en terrenos estratificados
SE-C-131
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F.1.1.1.1 Influencia de la resistencia al corte del terreno situado sobre la base de la cimentación
(coeficientes d)
1 Cuando la base de la cimentación se sitúa a cierta profundidad D bajo la superficie del terreno (véa-
se Figura F.1), la superficie de rotura teórica, asociada al estado límite último de hundimiento, ha de
movilizar la resistencia al corte del terreno situado por encima y alrededor de la cimentación. Para
tener en cuenta este efecto, que obviamente aumenta la presión de hundimiento disponible, se em-
plearán los coeficientes de corrección dc, dq, dg.
SE-C-133
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i q ·Nq − 1 H
ic = ; para φ k = 0 : i c = 0,5·1 + 1 − (F.6)
Nq − 1 B *·L *·c k
b) coeficiente corrector del factor Nq:
SE-C-134
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donde δ, δB, δL son los ángulos de desviación de la resultante de las acciones respecto a la vertical
definidos en el párrafo 7 del apartado 4.3.1.3.
2 Cuando se pueda asegurar una cierta cohesión “c” en el contacto de la cimentación con el terreno
se podrá emplear un ángulo δ* menor, dado por la expresión;
tgδ
tgδ* =
B *·L *·c k (F.9)
1+
V·tgφ k
3 Cuando la componente horizontal de la resultante sea menor del 10% de la vertical, se podrá tomar
ic = iq = iγ=1.
SE-C-135
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5 El valor de qok a considerar en cálculo será la presión vertical efectiva debida a la sobrecarga al
nivel de la base de la cimentación y alrededor de ésta.
6 El valor del peso específico del terreno γk a introducir en la formulación analítica será el que re-
presente el estado de presiones efectivas por debajo del cimiento, siendo:
a) el peso específico aparente, γap, si el nivel freático se encuentra a una profundidad mayor que
el ancho B* bajo la base de la cimentación;
b) el peso específico sumergido, γ', si el nivel freático está situado en o por encima de la base de
la cimentación;
c) un peso específico intermedio, interpolado linealmente según la expresión (F.16) si el nivel
freático está comprendido entre los indicados anteriormente
γ k = γ' +
z
B
(
γ ap − γ' ) (F.16)
siendo
z la distancia a la que se encuentra el nivel freático por debajo de la base de la cimenta-
ción.
d) Si existiera un flujo de agua ascendente, de gradiente iv, el valor característico del peso espe-
cífico de cálculo será:
γk =γ’ – iv·γw (F.17)
siendo
γ' el peso específico sumergido del terreno;
γw el peso específico del agua;
iv el gradiente vertical medio en la zona de espesor 1,5B* bajo la base de la cimentación.
SE-C-136
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F.1.2.2 Suelos granulares con una proporción en peso de partículas de más de 20 mm inferior al
30%
1 Si bien para estimar el asiento de una cimentación directa en un terreno de estas características
podrán utilizarse correlaciones que permiten determinar el módulo de deformación del terreno en
función de los resultados obtenidos en ensayos de penetración estática o dinámica realizados “in si-
tu”, se puede utilizar la expresión (F.19) de Burland y Burbidge, basada directamente en los resulta-
dos obtenidos en el ensayo SPT o deducidos de ensayos de penetración a través de correlaciones
debidamente contrastadas.
SE-C-137
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siendo
Si el asiento medio al final de la construcción, en mm.
q’b la presión efectiva bruta aplicada en la base de cimentación (en kN/m2).
B el ancho de la zapata o losa (en m).
Ic el índice de compresibilidad, definido en el párrafo 3 de este apartado en función del va-
lor medio de golpeo NSPT del ensayo SPT en una zona de influencia (ZI) bajo la zapata o
losa, cuya profundidad viene determinada en función del ancho de la cimentación, tal y
como se indica en la Figura F.4.
fs un coeficiente dependiente de las dimensiones de la cimentación directa, supuesta ésta
rectangular. Su valor viene dado por:
2
L
1,25·
fs = B (F.20)
L
+ 0,25
B
donde
L es el largo de la zapata o losa (en m)
H Hs
fI = s 2 − (F.21)
ZI ZI
' − 2 '
qb σ' cuando σ' v0 < qb (F.22)
3 v0
qb'
cuando σ' v 0 ≥ qb' (F.23)
3
3 El índice de compresibilidad se podrá obtener de la expresión:
SE-C-138
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1,71
Ic = (F.24)
N1,4
med
siendo
Nmed la media aritmética de los golpeos NSPT a lo largo de la zona de influencia ZI.
El índice Ic determinado según la expresión (F.24) representa la media obtenida del estudio es-
tadístico de más de 200 casos reales. Los índices aproximados correspondientes a la media ± una
desviación standard son:
3,0
Ic+ = (F.25)
N ,4
1
med
0,94
Ic− = (F.26)
N1,4
med
4 Como reglas complementarias se deben observar las siguientes:
a) el método no se considera aplicable para valores NSPT < 7 debiéndose en dicho caso realizar
un estudio especializado no contemplado en este DB;
b) el golpeo NSPT no se corrige por el efecto de la profundidad;
c) en el caso de que el terreno esté compuesto por arenas finas y arenas limosas bajo el nivel
freático, se puede emplear la corrección de Terzaghi para NSPT > 15:
N SPT (corregido) = 15 + 0,5(N SPT (medido) − 15) (F.27)
F.1.2.3 Suelos granulares con una proporción en peso de partículas de más de 20 mm superior al
30%
1 En este tipo de suelos los resultados de los ensayos de penetración pueden estar sujetos a in-
certidumbres (véase párrafo b del apartado 4.2.3.1), por lo que a los efectos de este DB se reco-
mienda que la estimación de asientos en estos casos se realice siguiendo formulaciones elásticas.
2 El módulo de deformación a considerar podrá estimarse mediante ensayos de carga con placas de
diámetro superior a 6 veces el diámetro máximo de las partículas del suelo o alternativamente me-
diante la expresión:
G max
E= (F.28)
2
siendo
Gmax el módulo de rigidez tangencial máximo del terreno deducido a partir de ensayos cross-
hole o down-hole.
3 En aquellos casos en los que la importancia del edificio no justifique la realización de estos ensa-
yos, los cálculos se podrán basar exclusivamente en correlaciones que sean suficientemente con-
servadoras, véase tabla D.23.
SE-C-139
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Tabla F.2. Estimación del módulo de elasticidad sin drenaje de arcillas sobreconsolidadas.
Rango de sobreconsolidación Eu/cu
IP < 30 30 < IP < 50 IP > 50
<3 800 350 150
3–5 600 250 100
>5 300 130 50
SE-C-140
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3 La resistencia unitaria por fuste en suelos granulares se podrá estimar con la expresión siguiente:
siendo
σ'v la presión vertical efectiva al nivel considerado;
Kf el coeficiente de empuje horizontal;
f el factor de reducción del rozamiento del fuste;
φ el ángulo de rozamiento interno del suelo granular.
4 Para pilotes hincados se tomará Kf = 1 y para pilotes perforados se tomará Kf = 0,75. Para pilotes
híbridos, ejecutados con ayudas que reducen el desplazamiento del terreno, se tomará un valor in-
termedio en función de la magnitud de esa ayuda.
5 Para pilotes de hormigón "in situ" o de madera se tomará f=1. Para pilotes prefabricados de hormi-
gón se tomará f = 0,9 y para pilotes de acero en el fuste se tomará f = 0,8.
4 En pilotes con fuste de acero en suelos finos, el valor de τf a corto plazo se afectará por un coefi-
ciente reductor de 0,8.
5 Para determinar la resistencia de hundimiento a largo plazo, se utilizará el ángulo de rozamiento
efectivo deducido de los ensayos de laboratorio, despreciando el valor de la cohesión. Para ello se
utilizarán las expresiones (F.30) y (F.31) correspondientes a suelos granulares.
6 La resistencia unitaria por fuste a largo plazo τf no superará, salvo justificación, al valor límite de 0,1
MPa.
siendo
fN = 0,4 para pilotes hincados
SE-C-141
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SE-C-142
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4 Cuando, para el dimensionado de pilotes, se determine la resistencia global del pilote mediante
pruebas dinámicas de hinca, debidamente contrastadas con pruebas estáticas hasta rotura sobre
pilotes del mismo tipo y características geométricas en terrenos con las mismas propiedades geo-
técnicas, podrá adoptarse como valor característico Rk el proporcionado por la siguiente expresión:
Rk = Min {Rmedia/ξ3 ; Rmínima/ξ4} (F.40)
siendo
ξ3 el coeficiente aplicable al valor medio de los resultados obtenidos en los ensayos
ξ4 el coeficiente aplicable al valor mínimo de los resultados obtenidos en los ensayos.
5 Los valores numéricos de los coeficientes ξ3 y ξ4 depende del número de ensayos, n. La tabla F.4.
contiene dichos valores.
Tabla F.4. Valores de los coeficientes ξ3 y ξ4 para ensayos dinámicos de hinca de pilotes
N ≥2 ≥5 ≥ 10 ≥ 15 ≥ 20
ξ3 1,60 1,50 1,45 1,42 1,40
ξ4 1,50 1,35 1,30 1,25 1,25
6 En función de cómo se realice y controle la prueba de carga, los valores de los coeficientes ξ3 y ξ4
de la tabla F.4 deben multiplicarse por los siguientes factores:
a) 0,85, cuando el ensayo dinámico de hinca se haga con control de deformación y aceleración;
SE-C-143
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b) 1,10, cuando se utilice una fórmula de hinca basada en la medida de las compresiones casi-
elásticas de la cabeza del pilote durante el proceso de la hinca;
c) 1,20, cuando se utilice una fórmula de hinca sin medir el desplazamiento de la cabeza del pilo-
te durante el proceso de la hinca.
7 Cuando se realicen pruebas de carga estáticas o dinámicas, para ayudar en la determinación de la
resistencia de hundimiento, se podrán reducir los coeficientes de seguridad, de acuerdo con los cri-
terios establecidos, para cada situación de dimensionado, en la tabla 2.1.
siendo
Ksp el coeficiente dado por la expresión (4.12)
qu la resistencia a compresión simple de la roca
Lr
d f = 1 + 0,4 ≤3 (F.42)
d
siendo
Lr profundidad de empotramiento en roca de la misma o mejor calidad que la existente en
la base del apoyo
d diámetro real o equivalente (igual área) del pilote
2 La longitud del empotramiento debe medirse a partir de la profundidad en que se obtiene contacto
con la roca en toda la sección del pilote. Esta profundidad dependerá de la inclinación local del te-
cho rocoso.
3 Debe garantizarse la continuidad de la roca con características no inferiores a las consideradas en
el cálculo del pilote, al menos, en una profundidad de tres diámetros por debajo del apoyo de la
punta.
4 Dentro de esta zona de roca se debe considerar, para la evaluación de la resistencia de los pilotes
perforados, un valor de cálculo de la resistencia unitaria por fuste τf,d (MPa) igual a:
qu, vendrá especificado en MPa, debiéndose verificar siempre que la roca es estable en agua.
SE-C-144
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Figura F.5. Fallo del terreno causado por una fuerza horizontal sobre un pilote
SE-C-145
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200
1
2
e
=0
L
160 H
γ 3
Kp D
e
H
L 0.2
RESISTENCIA HORIZONTAL,
D
120
0.4
0.8
80
1.5
3.0
40
0
0 4 8 12 16 20
LONGITUD ENTERRADA, L/D
SE-C-146
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60
1 H e
=0
e D
2
2
50
cuD
1
H
L
2
4
RESISTENCIA HORIZONTAL,
40 D
8
30
10
20
10
0
0 4 8 12 16 20
LONGITUD ENTERRADA, L/D
1 ____________ Carga que actúa al nivel indicado
2 -------------------- Hipótesis de traslación rígida del pilote (“e” negativo)
siendo
cu Resistencia al corte sin drenaje
Figura F.7. Carga de rotura horizontal del terreno (φ = 0)
SE-C-147
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α un parámetro variable según el tipo de transmisión de cargas al terreno, α=1 para pilotes
que trabajan principalmente por punta y α=0.5 para pilotes flotantes. Para situaciones in-
termedias, se adoptará el siguiente valor de α:
1
α= (0,5 Rfk + Rpk) (F.45)
R ck
donde
Rpk es la carga de hundimiento por punta;
Rfk es la carga de hundimiento por fuste.
SE-C-148
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l EI EI
K h = 0,68 + 0,20 ln 2 ⋅ 3 ≤ (F.50)
T T T3
l EI EI
K θ = 0,3 + 0,20 ln 2 ⋅ ≤ 0,6 (F.51)
T T T
1
Kv = (1)
D l1 + α l 2 (F.52)
40R + AE
ck
siendo
L la longitud del empotramiento equivalente
l1 la longitud del pilote fuera del terreno
SE-C-149
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11 Podrá adoptarse como longitud elástica del pilote, T, el valor adimensional definido por la expresión:
1/5
EI
T = (F.56)
nh
siendo
E, I los definidos anteriormente;
nh el valor definido en la tabla F.5
12 En arcillas se podrá suponer que el módulo de balasto es proporcional a su resistencia al corte sin
drenaje, cu, e inversamente proporcional al diámetro del pilote, D, según indica la expresión (F.57):
Cu
K s = 67 (F.57)
D
13 En estos casos podrá adoptarse como “longitud elástica” del pilote T, el valor adimensional definido
por la expresión:
1/4
EI
T =
(F.58)
DK s
siendo
E, I, D, Ks los definidos anteriormente;
SE-C-150
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2
D
m = 1 + 0,5 ≤ 1,10 Primera fila (F.60)
S1
D
2 D
2
m = 1 + 0,5 ·1 + ≤ 1,30 Filas siguientes (F.61)
S 1 S
2
siendo
D el diámetro del pilote
S la separación entre ejes
FILA 1ª
S1
DIRECCION DEL
ESFUERZO HORIZONTAL
PRINCIPAL
D
S2
Figura F.9. Consideración del efecto grupo en la rigidez transversal para el cálculo de movimientos
horizontales
SE-C-151
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SE-C-152
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4 Los cálculos se podrán efectuar, en las fases intermedias de la excavación o de la construcción del
edificio, considerando los valores representativos de las acciones y los valores característicos de
los parámetros del terreno. En el intradós se considerará únicamente una fracción del empuje pasi-
vo (ya que los corrimientos que serian necesarios para su movilización completa son demasiado
grandes). En la elección de dicha fracción del empuje pasivo va implícito el coeficiente de seguridad
de la estabilidad de la pantalla. Se tomarán los empujes activos sin afectar por ningún coeficiente
de seguridad y los pasivos disminuidos, con relación a los de cálculo, por el coeficiente, γE, definido
en la tabla 2.1.
5 Se plantean las siguientes alternativas para el estudio de la pantalla:
a) pantalla en voladizo;
b) pantalla con un punto de sujeción;
c) pantalla con más de un punto de sujeción;
2 En la Figura F.11b se representan las leyes de empujes simplificadas por encima del punto P de
momento nulo, y la resultante R de los empujes por debajo de dicho punto que se supone actuando
en P.
3 El planteamiento del equilibrio de fuerzas y momentos con el diagrama de la Figura F.11b, permite
determinar las dos incógnitas R y to. En general, será suficiente establecer la nulidad de los momen-
tos en P, con lo que se obtendrá to.
4 Para determinar el empotramiento total de la pantalla, to + t, para que sea estable, se podrá aplicar
la regla empírica:
t = 0,2 to (F.62)
5 Este exceso de profundidad por debajo del punto de momento nulo es suficiente para que pueda
desarrollarse la fuerza R necesaria para mantener el equilibrio.
6 La magnitud de los empujes del terreno y del agua puede determinarse por medio de los criterios
definidos en el apartado 6.2, no debiendo ser inferior el empuje unitario obtenido, a 0,25·σ´v.
7 Si la pantalla es de tablestacas metálicas, el ángulo de rozamiento del terreno con la pantalla se
considerará nulo. En cualquier otro caso no debe tomarse mayor de los dos tercios del ángulo de
rozamiento interno del terreno.
8 El rozamiento de la pantalla con el terreno en el intradós (lado de los empujes pasivos) se conside-
rará nulo.
9 En el cálculo de los empujes se tendrán en cuenta las sobrecargas de cualquier tipo que puedan
existir sobre el terreno en el trasdós de la pantalla.
10 El coeficiente γE de minoración del empuje pasivo se define en la tabla 2.1.
11 Si la excavación se hace por debajo del nivel freático se considerará, a cada lado de la pantalla, la
correspondiente ley de presiones intersticiales y de empujes del terreno, en términos de tensiones
efectivas.
SE-C-153
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4 La magnitud de los empujes puede determinarse por medio de los criterios definidos para pantallas
en voladizo y en el apartado 6.2, no debiendo ser inferior, el empuje unitario obtenido, a 0,25·σ´v
5 El coeficiente γE de minoración del empuje pasivo se define en la tabla 2.1.
6 El planteamiento del equilibrio de fuerzas y momentos permite determinar las dos únicas incógnitas,
la fuerza de sujeción F y la profundidad de empotramiento to, estrictamente necesaria para la estabi-
lidad. Como profundidad real de empotramiento debe tomarse:
to + 0,2 to (F.63)
7 Otra posible alternativa de cálculo consiste en el método de la "base empotrada". Este método toma
en consideración el hecho de que, cuando la profundidad de empotramiento aumenta, aparece un
cierto empotramiento en la base. Utiliza la hipótesis de Blum (el punto de momento nulo coincide
aproximadamente con el punto de empuje nulo). En la Figura F.13a se representan la deformada y
las leyes de empujes, en el caso de suelo homogéneo, sin cohesión y sin agua. En la Figura F.13b
se representan las leyes de empujes unitarios simplificadas, y en la Figura F.13c, las que se consi-
deran para el planteamiento del equilibrio, junto con las fuerzas F, de sujeción y R, resultante de
empujes por debajo del punto P, que se requieren para establecerlo. Se ha representado la ley de
empujes resultante y puede apreciarse que tiene valor nulo en un cierto punto O (en el cual, el em-
puje activo en el trasdós iguala al pasivo afectado por el coeficiente de seguridad en el intradós),
por debajo del nivel de excavación.
SE-C-154
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8 En este caso el número de incógnitas es de tres (to, F y R), mientras que el de ecuaciones estáticas
es de dos (equilibrio de resultante y de momentos). Para resolver el problema se hace uso de una
hipótesis auxiliar, muy aproximada a la realidad, consistente en suponer que el momento de la fuer-
za de sujeción en el punto O es igual y contrario al de los empujes unitarios por encima de dicho
punto, con relación al mismo. O lo que es lo mismo, que el momento flector de la pantalla en el pun-
to O es nulo. Esta hipótesis proporciona la tercera ecuación necesaria.
9 Para determinar el empotramiento total de la pantalla, to + t, para que sea estable, se aplica la regla
empírica:
t = 0,2 to (F.64)
10 Este exceso de profundidad por debajo del punto de corrimiento nulo es suficiente para que pueda
desarrollarse la fuerza R necesaria para mantener el equilibrio.
SE-C-155
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Estado pasivo
TENSION
Estado en reposo
Estado activo
DESPLAZAMIENTO
(a) (b)
3 El estudio geotécnico debe proporcionar la información necesaria para definir la ley tensión - des-
plazamiento de cada uno de los muelles, mediante:
a) coeficientes de balasto;
b) coeficientes de empuje activo y pasivo;
c) empuje al reposo (incluyendo los empujes debidos al terreno y al agua).
4 El coeficiente de balasto kh se define como el cociente entre la presión horizontal (q) aplicada sobre
un determinado punto del terreno en el paramento de la pantalla y el desplazamiento horizontal (δ)
experimentado por dicho punto:
q
kh = (F.65)
δ
5 El coeficiente de balasto, así definido, tiene unidades de densidad.
6 El coeficiente de balasto no es un parámetro intrínseco del material y en su definición debe tomarse
en consideración la geometría y características de la pantalla y el nivel de excavación.
7 La estimación del coeficiente de balasto podrá realizarse:
a) a partir de correlaciones suficientemente contrastadas con parámetros geotécnicos del terreno;
b) a partir de la determinación de parámetros de deformabilidad representativos del terreno en la
zona de influencia de la pantalla, ya sea mediante ensayos in situ o de laboratorio, y el poste-
rior cálculo geotécnico para estimar movimientos en función del nivel de tensiones en la panta-
lla.
8 Podrán considerarse valores del coeficiente de balasto diferentes en las ramas de carga y descar-
ga.
9 Los elementos de apoyo se modelarán mediante muelles caracterizados con sus leyes tensión -
desplazamiento.
10 Los cálculos se efectuarán considerando los valores representativos de las acciones y los valores
característicos de los parámetros del terreno.
11 Este método de análisis permite estudiar pantallas con varios niveles de apuntalamiento o anclaje y
considerar en el cálculo el proceso de ejecución. Asimismo, permite estimar el movimiento horizon-
tal de la pantalla.
12 Deberá comprobarse que el cociente entre el empuje pasivo total y el movilizado, γE, es superior a
0,6 (pasivo movilizado inferior al 60%) en situaciones permanentes o transitorias y a 0,8 (pasivo
movilizado inferior al 80%) en situaciones extraordinarias (tabla 2.1).
F.3.1.5 Métodos basados en modelos de elementos finitos o diferencias finitas para el estudio de
la estabilidad de la pantalla
1 El cálculo de la pantalla podrá efectuarse empleando modelos de elementos finitos o diferencias
finitas, considerando el comportamiento del terreno según un modelo elastoplástico.
SE-C-156
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SE-C-157
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Normativa UNE
UNE 22 381:1993 Control de vibraciones producidas por voladuras.
UNE 103 102:1995 Análisis granulométrico de suelos finos por sedimentación. Método del
densímetro.
UNE 103 103:1994 Determinación del límite líquido de un suelo por el método del aparato de
casagrande.
UNE 103 202:1995 Determinación cualitativa del contenido en sulfatos solubles de un suelo.
UNE 103 204:1993 Determinación del contenido de materia orgánica oxidable de un suelo
por el método del permanganato potásico.
UNE 103 402:1998 Determinación de los parámetros resistentes de una muestra de suelo en
el equipo triaxial.
SE-C-159
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UNE 103 602:1996 Ensayo para calcular la presión de hinchamiento de un suelo en edóme-
tro.
UNE 103 800:1992 Geotecnia. Ensayos in situ. Ensayo de penetración estándar (SPT).
Normativa ASTM
ASTM : G57-78 (G57-95a) Standard Test Method for field measurement of soil resistivity using the
Wenner Four-Electrode Method.
Normativa NLT
NLT 225:1999 Estabilidad de los áridos y fragmentos de roca frente a la acción de des-
moronamiento en agua.
SE-C-160