Resumenes Lengua (1)
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En la segunda mitad del siglo XIX triunfó la burguesía al convertirse en la clase social dominante. Aparece el proletariado
como nueva clase social, y doctrinas como el socialismo, anarquismo y comunismo, también surge como nueva filosofía,
el positivismo. El evolucionismo también ganó mucho terreno.
De estos cambios surgen en Literatura dos movimientos denominados Realismo y Naturalismo: los artistas se volcaron
en la observación de la sociedad y en el análisis de los acontecimientos cotidianos. El género más importante fue la
novela; los autores recibieron la influencia de novelistas extranjeros como Balzac, Flaubert y Dickens.
Por otro lado, tomó ventaja la novela realista, que pinta la vida y las costumbres tomando las de la realidad y de la época
en que se escriben.
El término naturalismo designa a todo método que considera la naturaleza como único principio de lo real. El arte
naturalista es una representación externa y desagradable de la realidad. El naturalismo es una técnica literaria que
comprende el último tercio del siglo XIX, y coexiste con el realismo. Otras técnicas que sustentan el movimiento
evolucionista explican que el ser humano está condicionado por la herencia biológica y el entorno social, lo que
determina su comportamiento. Esta concepción de la vida humana está sumida en un gran pesimismo.
Las características del Realismo y del Naturalismo son: son verosímiles, se ambientan en la época contemporánea, la
acción avanza en orden cronológico, el narrador es omnisciente, consta de muchas descripciones y personajes, el
lenguaje suele ser culto y elaborado, aunque también hace uso de un registro coloquial, en la técnica narrativa además de
la narración tradicional y del estilo indirecto, destacan el estilo indirecto libre y el monólogo interior.
El autor naturalista recrea los aspectos más morbosos y repugnantes de la vida humana, y suelen hacer uso de
personajes marginales. Estos autores se denominan ‘Generación del 98’ y se dividieron en jóvenes y mayores. Sus
características son: sentido de pertenencia a una clase social, distinguiendo así librepensadores y católicos, también
creen en el progreso, la educación y son optimistas en sus inicios, pero evolucionan al pesimismo.
Los autores naturalistas y realistas fueron: la primera autora, Fernán Caballero, pseudónimo de Cecilia Bôhl de Faber, no
se la considera de la generación, pero fue la iniciadora de la técnica realista en España; era tradicional, conservadora y
católica; arremetió contra las ideas liberales y su obra principal fue “La Gaviota”. Pedro Antonio de Alarcón, se encuentra
entre el Romanticismo y el Realismo, fue un fiel transcriptor de su sociedad, conectó muy bien con el público y su obra
principal fue ‘El sombrero de tres picos’. Juan Valera fue un escéptico e irónico; rechazó el Naturalismo, ya que no
aceptaba ni la objetividad ni la imparcialidad del autor, ni que la novela fuera un fiel reflejo de la realidad, y su primera
obra es ‘Pepita Jiménez’, en la obra el cuerpo vence al alma, narra como el seminarista don Luis está empeñado en
hacerse sacerdote, pero el proyecto de don Luis se viene abajo cuando se topa con la realidad, el profundo amor que
siente por Pepita. José María Pereda sintió gran atracción por lo invariable, lo que le produjo una visión idílica del campo;
destaca su novela ‘Peñas arriba’. En cuanto a Benito Pérez Galdós estudió Derecho en Madrid, retrató principalmente a la
clase media, aunque en sus obras más naturalistas se centra en las clases más bajas; clasificó su obra en Novelas de la
primera época, Novelas españolas contemporáneas y Episodios Nacionales; las Novelas de la primera época suponen el
comienzo de la obra galdosiana, con ellas pretende analizar los orígenes de la revolución española, su primera obra fue
‘La Fontana de Oro’, pero también destacan ‘Doña Perfecta’, ‘Marianela’ y ‘La familia de León Roch’; en cuanto a las
Novelas contemporáneas son veinticuatro y todas pintan la vida madrileña del siglo XX, reflejan toda clase de ambientes,
el bajo pueblo madrileño aparece en ‘La desheredada’, en parte de ‘Fortunata y Jacinta’, ‘Misericordia’ y ‘Miau’, en esta
fase de la novela galdosiana el Realismo se enriquece; por otro lado, los Episodios Nacionales son 46 y trazan los
conflictos de la historia del siglo XIX desde 1808, en ellos Galdós interpretó el pasado para comprender mejor el presente
y mezcló los acontecimientos y personajes históricos con la existencia cotidiana de los personajes de ficción.
Otro autor fue Leopoldo Alas, conocido como ‘Clarín’ fue colaborador periodístico desde los 16 años; se mantuvo fiel a la
estética del Realismo, defendía que la novela debía reflejar objetivamente la realidad; su novela más importante ‘La
Regenta’, que se divide en dos partes de quince capítulos cada una. La primera parte es más descriptiva y Clarín se
detiene en la psicología de los personajes; la segunda parte es más ágil y los acontecimientos se suceden hasta el
trágico desenlace. Emilia Pardo Bazán era plenamente naturalista y tocó casi todos los géneros literarios: cuento, teatro,
poesía, crítica literaria y novela; destaca su ensayo ‘La cuestión palpitante’, en donde recoge sus escritos en torno al
Naturalismo; sus obras naturalistas más importantes fueron ‘La tribuna’, ‘Los pazos de Ulloa’ y ‘La madre naturaleza’; su
obra ‘La tribuna’ fue la iniciadora del Naturalismo español, en ella aborda temas como la vida en los suburbios, el
proletariado industrial y la efervescencia política de la revolución de 1868; en ‘Los pazos de Ulloa’ y ‘La madre naturaleza’
refleja el paisaje de la Galicia rural; Pardo Bazán aunque adoptó técnicas naturalistas huyó del determinismo francés.
Armando Palacio Valdés tiene como obra más importante ‘Los majos de Cádiz’ ‘Los cármenes de Granada’. En cuanto a
Vicente Blasco, en sus obras maestras ‘La barra y Cañas y barro’ describe con total objetividad las condiciones sociales
de la época; tiene un cierto afán revolucionario; fue un autor de gran éxito y muchas de sus novelas fueron llevadas al
cine en Hollywood.
En el caso del teatro persistieron y evolucionaron en la época realista los géneros dramáticos del Romanticismo como el
drama histórico y la alta comedia. El drama histórico estuvo acompañado de una enseñanza moralizadora y destacó la
comedia político-moral, mientras que la alta comedia se acercará al realismo con Enrique Gaspar, se cargará de
melodramatismo con Echegaray y terminará con la comedia benaventina. Se buscaba “fundir la mayor belleza ética con
la mayor belleza estética”. Es un teatro donde lo fundamental es expresar una ideología; sus temas son la más cumplida
expresión del nuevo estado moral traído por el cambio económico.
En la poesía intimista posromántica siguen teniendo éxito Bécquer y Rosalía de Castro. En esta época la poesía no es
tanto expresión del individuo como exaltación de los valores familiares y religiosos de estas clases. Las tendencias
típicas fueron: poesía realista antirretórica que se caracterizaba por un lenguaje prosaico alejado del Romanticismo;
destaca su representante Campoamor. La poesía realista grandilocuente que tiene poemas con un lenguaje cercano a la
oratoria política del momento.
TEMA 2 - LITERATURA DE FIN DE SIGLO LA GENERACIÓN DEL 98 Y EL MODERNISMO. LA NOVELA
Y EL TEATRO ANTERIOR A 1936.
Entre 1865 y 1914 surge una crisis de las letras y del espíritu frente al realismo de la etapa anterior, se criticó al
positivismo y a la razón por la influencia de Schopenhauer, Nietzsche y Freud, que con su psicoanálisis, propone una
teoría sobre el alma basada en los instintos reprimidos, la libido y el inconsciente. La sociedad se fue haciendo más laica,
por lo que tuvo lugar una crisis religiosa y el resurgimiento de fuerzas heterodoxas. Se perdió la confianza en el progreso
ya que, aunque la técnica había experimentado avances seguían habiendo malas condiciones de vida y problemas
sociales; grandes masas proletarias se habían arraicimado en las ciudades, en torno a las fábricas para constituir
potentes movimientos obreros. En cuanto a España la conocida como crisis de fin de siglo, en 1898, fue determinante ya
que en ese año España perdió sus últimas colonias: Cuba, Filipina y Puerto Rico. Estos acontecimientos derivaron en dos
movimientos literarios: de la huida y evasión conocido Modernismo y el de la regeneración del pais conocido como la
Generación del 98.
En España e Hispanoamérica encontramos el Modernismo, una corriente de jovenes escritores que se oponen a la
literatura del siglo XIX y que reaccionan ante la crisis utilizando la creación Literaria como forma de evasión; tienen en
común una actitud rebelde ante los valores burgueses, reivindican el sentimiento, la intuición y la voluntad para entender
el mundo, rechazan la mediocridad, se interesan por el culto a la belleza y no tienen ninguna responsabilidad social; esta
corriente recibe influencia de dos movimientos franceses: el Parnasianismo que busca la perfección formal, trata temas
como la mitología, entre otros y su lema es el ‘arte por el arte’ y ‘la estética como ética’, y el Simbolismo que defiende que
la realidad esconde significaciones profundas que los profetas deben descubrir y transmitir a través de sus poemas. En el
Modernismo valoran lo exótico y lo exquisito, utilizan la mitología como forma de evasión de un mundo que no les gusta,
este deseo de huir les llevó al gusto por los viajes y de conocer personas y lugares nuevos. Sus temas son: la idealización
del amor y el erotismo desenfrenado; su estética se basa en el empleo de sinestesias y la adjetivación. Su fin será
describir paisajes preciosos y exóticos orientándose sobre todo en Japón. El Modernismo comienza cuando Rubén Darío,
poeta nicaragûense, pública ‘Azul’, en 1888. En dicha obra exalta la Grecia clásica y la musicalidad del verso.
El Modernismo lo cultiva Salvador Rueda, Antonio Machado, destacando su obra ‘Soledades, galerías y otros poemas’;
Juan Ramón Jiménez, cuya poesía se divide en tres etapas: sensitiva en la que recibe influencia de Bécquer, intelectual en
la que se obsesiona con la poesía más pura y destaca su obra ‘Diario de un poeta recién casado’, y la verdadera
caracterizada por un anhelo de perfección, belleza y eternidad que le lleva a hacer una poesía llena de misticismo; Ramón
María del Valle - Inclán, aunque este iniciará en el Modernismo acabará adoptando una postura más comprometida con la
sociedad, de su etapa modernista son los relatos de las ‘Sonatas’ que tiene como personaje principal al marqués de
Bradomín ‘un don Juan feo, católico y sentimental’ con una visión nostalgica de un mundo refinado y decadente que se
desarrolla en las distintas etapas y amores de la vida del marqués.
Por otro lado, la Generación del 98 está formada por un grupo de escritores que a finales del siglo XIX y principios del XX
quieren cambiar la vida pública mostrando las miserias y lacras de la sociedad española. En sus obras predomina el tema
de España, en donde describen sus paisajes, sobre todo el castellano porque consideran que Castilla es el alma de
España, también tratan la historia de España pero contada desde vidas anónimas representando las costumbres y los
modos de vida de los españoles , algo que Unamuno denominó ‘intrahistorias’. Critican el caciquismo y los males
nacionales. Sin embargo, a pesar de las críticas tienen un gran patriotismo ya que su intención es regenerar el país.
Algunos autores de la Generación del 98 son: Miguel de Unamuno que cultivó todos los géneros y entre sus ensayos
reflexionó sobre el tema de España, también pregunta sobre por el sentido de la vida humana y la existencia de Dios en
su obra ‘Del sentimiento trágico de la vida’; a las novelas las denomina ‘nivolas’ que son una síntesis filosófica-literaria, y
es en su obra ‘Niebla’ en donde Unamuno plantea esta definición. Pío Baroja por otro lado, está sumido en una pesimismo
existencial ya que retrata la vida como sufrimiento; el tema más importante de sus novelas será la vida; sus obras más
destacadas fueron: ‘El árbol de la ciencia’ en donde narra la vida de Andrés Hurtado, el cual siente su vida como algo
miserable ante la que no puede hacer nada; en la trilogía de ‘La lucha por la vida’, la primera parte, ‘La lucha’, cuenta la
vida de Manuel, desde que de joven tienen que venir del pueblo a Madrid a ganarse la vida, hasta su edad adulta,
reflejando las carencias en la vida espiritual. José Martínez Ruiz conocido como ‘Azorín’, fue anarquista en su juventud
aunque más tarde se volverá más conservador; fue sobre todo un ensayista genial con un pensamiento marcado por la
obsesión de la fugacidad de la vida; entre sus mejores ensayos destaca: ‘La ruta de don Quijote’; en el caso de las novelas
carecen de trama trama argumental, ya que lo importante son los detalles que conforman a los personajes; entre sus
novelas más destacadas tenemos: ‘La voluntad’. En cuanto a Valle Inclán fue el creador de un género al que llamó
‘esperpento’ (definido en su obra teatral ‘Luces de bohemia’ ), que consiste en hacer una crítica social camuflada con un
tono de burla; lo grotesco y lo trágico configurarán la realidad, como un juego de espejos cóncavos; los personajes y el
mundo se nos presentan deformados, exagerando sus rasgos y comportamientos con el fin de mostrarnos la auténtica
realidad; en sus creaciones teatrales distinguimos diferentes etapas: la denominada ‘ciclo mítico’ en la que encontramos
la obra ‘Divinas palabra’, una tragicomedia de aldea cargada de personajes miserables y escenas trágicas y grotescas ; la
etapa del ‘esperpento’, desarrollada en ‘Luces de bohemia’, en ella el poeta Max Estrella y don Latino de Híspalis realizan
un recorrido por Madrid, este viaje entraña una amarga crítica de la realidad española, la mezquindad y la ruindad de las
personas, la crisis de valores, económica y del arte; y la etapa de las ‘farsas’ como en ‘Farsa y Licencia de la Reina
castiza’. En último lugar, Antonio Machado, su obra poética comienza en el Modernismo y más tarde se ven rasgos del 98
ya en su obra ‘Campos de Castilla’, en la que presenta la realidad de España criticando el atraso, la pobreza, las
desigualdades e injusticias; en sus poemas hay abundantes descripciones del paisaje castellano, en el que destaca la
contraposición entre las dos Españas; en ‘Poesías completas’ se aprecia el deseo de vivir su amor con libertad, ya que
estos poemas iban dirigidos a su amor que era una mujer casada; no obstante, cuando estalla la Guerra Civil, sus poemas
están comprometidos con la España republicana, que se ve en ‘Poesías de Guerra’.
TEMA 3: NOVECENTISMO Y LA GENERACIÓN DEL 14: EL ENSAYO, LA NOVELA NOVECENTISTA,
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.
El contexto historico y social en el que se desarrollan estas corrientes fue convulso aunque muy fructífero para el arte.
Tras la Primera Guerra Mundial, Europa se vio marcada por el fascimos italiano y el nazismo alemán, junto con la
radicalización ideológica de los años treinta que anunciaban ya la Segunda Guerra Mundial. España se vio marcada por la
inestabilidad política de la Restauración de 1875, las guerras coloniales y las reivindicaciones proletarias, también había
sido proveedora de las potencias beligerantes. En 1923 se instaura la Dictadura de Primo de Rivera hasta 1930. La II
República se constituye en 1931. En 1936 estalla la Guerra Civil que culminará en 1939 con la instauración de la dictadura
de Francisco Franco.
Hacia 1914 se intensifican el inconformismo y el deseo de renovación de finales del siglo XIX. De esto surge el
novecentismo también denominada Generación del 14, formada por un conjunto de intelectuales que buscan la
modernidad del país basándose en la cultura europea del momento.
Los novecentistas comparten algunas características de la generación del 98, como la falta de sentimentalismo, aunque
presentan una sólida formación universitaria y un fuerte espíritu científico. Analizan los problemas de forma objetiva y
racional. Buscan, como Juan Ramón Jiménez, el arte puro, les preocupa la forma. Su ideal está en la serenidad y
proporción de los modelos griegos. Los temas que tratan son filosóficos, y se crea; es una literatura para minorías,
dirigida a una élite intelectual. En cuanto a su estilo, se preocupan por el lenguaje. Su temática, al igual que los
noventayochistas encuentran en la novela y en el ensayo los géneros idóneos para la expresión de sus ideas.
En cuanto a novelas destacan dos autores: Ramón Pérez de Ayala, de él resalta su lirísmo sensorial; sus primeras obras
tienen un gran componente autobiográfico, remarcando su obra ‘AMDG’; más tarde evolucionaría a una prosa más lírica y
de crítica social como en ‘Luz de domingo’; se creó un movimiento político español a principios de 1931, la Agrupación de
Intelectuales al Servicio de la República, de la que Ayala formaba parte junto con Antonio Machado, José Ortega y Gasset
y Gregorio Marañón. Por otro lado Gabriel Miró, en sus obras se manifiesta la influencia del Modernismo y un estilo lírico,
pero también de la Generación del 98, por su actitud crítica y reflexiva; utiliza descripciones sensoriales y evocadoras; su
obra más destacada es ‘Las cerezas del cementerio’.
En el caso del ensayo destacan dos autores también. En primer lugar José Ortega y Gasset que fue un difusor de las
preocupaciones novecentistas, fundó la ‘Revista de Occidente’; en ‘La deshumanización del arte’ expone sus ideas
estéticas sobre la literatura, concibiéndose el arte como puro y prevaleciendo la pura emoción estética sobre las
emociones humanas; en cuanto al tema sociológicolo lo trata en obras como España invertebrada, en la que dice España
padece el mal del particularismo y en su ensayo la Rebelión de las masas, en el que acusa a la masa social de su
incapacidad de seguir a las minorías más inteligentes y capaces. En segundo lugar está Eugenio d’Ors que fue un
ideólogo del novecentismo e impulsor de este movimiento en Cataluña; defiende un arte racional, deshumanizador y falto
de sentimiento; su obra más característica es ‘ Glosari’.
En poesía destaca Juan Ramón Jiménez que ganó un premio nobel en 1956. La necesidad de ofrecer una muestra
general del estado de su obra llevó al poeta a realizar varias antologías: ‘Poesías escogidas’, ‘Segunda antolojía poética’, y
‘Tercera antolojía poética. Él estableció en sus últimos años tres etapas en su producción. Etapa sensitiva dividida en
etapa intimista y etapa modernista; la etapa intimista estaba influida por Bécquer y los simbolistas franceses, trataba
temas como la naturaleza, la soledad, el paso del tiempo, la muerte o el amor, envueltos por un sentimiento de tristeza y
melancolía; en la etapa modernista predominó lo sensorial y los adornos retóricos, el estilo se recarga de un colorido, son
frecuente las sinestesias y destaca el libro de prosa poética ‘Platero y yo’. La etapa intelectual se corresponde a la poesía
desnuda, no hacía uso de ropajes retóricos; estuvo marcada por ‘Diario de un poeta recién casado’, obra que rompe con
el Modernismo y abre la poesía española a las innovaciones vanguardistas; verso libre, poemas en prosa; de esta época
destaca ‘Eternidades’. Etapa Verdadera , concuerda con la etapa final: a partir de 1936 avanza hacia una poesía cada vez
más compleja y metafísica en torno a temas como la poesía, Dios y la eternidad, destaca la obra ‘Dios deseado y
deseante’.
TEMA 4: LAS VANGUARDIAS EN EUROPA, ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA
En los primeros años del siglo XX, bajo el nombre de ‘vanguardia’ surgen en Europa gran cantidad de movimientos
artistícos que se oponen a la tradición estética imperante y al orden social que la sustenta. Se reacciona contra el mundo
de ‘los mayores’, contra los presupuestos racionalistas y sus valores. En España, estos movimientos empiezan a
conocerse en los años veinte. Las diversas corrientes se caracterizan por la defensa de lo irracional y la total oposición al
Realismo, la proclamación de la autonomía del arte, liberado de compromiso ideológico, valor moral e incluso de
sentimiento, apuesta por el mundo moderno y nuevas formas de expresión artística.
Las características del vanguardismo son tres. El antierrealismo que elimina toda nominación directa de la realidad y se
desprende de cualquier concreción. El irracionalismo contiene imágenes incoherentes y oníricas, basadas en las
creaciones imaginativas del sueño y en una escritura automática; son imágenes que quedan fuera de toda lógica,
puramente intuitivas y emocionales, es decir, irracionales. Afán de originalidad y experimentación estética que dio como
resultado un arte minoritario, sólo accesible a una minoría.
Entre todas las vanguardias o ‘ismos’, las que gozaron de mayor fortuna e incidencias fueron el Expresionismo, el
Cubismo, el Futurismo, el Dudaísmos, el Creacionismo el Ultraísmo, y el Surrealismo.
El Expresionismo surgió en los países germánicos. Hace hincapié en la expresión de las emociones interiores, en los
sentimientos más íntimos del ser humano. Los temas se refieren a la angustia, el miedo, la opresión, el mundo moderno
masificado e inhumano.
El Futurismo lanzó una estética que ensalzaba la civilización urbana y las máquinas. Marinetti decía ‘un automóvil es más
bello que la Victoria de Samotracia’. Los aviones, las fábricas, las muchedumbres, las ciudades se convirtieron en temas
predilectos.
El Dadaísmo. El nombre de Dadá surgió abriendo un diccionario al azar ‘dada’ es una voz infantil, un balbuceo; su líder es
el rumano Tristán Tzara. Rechazaba no sólo los valores estéticos aceptados, sino el estado de cosas que había
conducido al desastre de la Guerra Mundial. Reivindicaron la negación total, la rebeldía pura, la destrucción del arte
tradicional. Llega un momento en el que muchos artistas se alejan de Dadá, porque comprenden que no solo hay que
destruir sino construir algo distinto, y de esa ruptura bacerá el Surrealismo.
El Surrealismo: se considera su creador al poeta francés André Breton. El Surrealismo estuvo influido por las teorías
psicoanalíticas de Freud y muy vinculado al moviemiento comunista internacional de Marx, pretende ser un movimiento
de liberación total del hombre: liberación de los impulsos y de las trabas impuestas por la sociedad burguesa. Pretenden
descubrir y reflejar la auténtica realidad, la ‘superrealidad’ que está reprimida. De ahí la escritura automática, la
transcripción de los sueños, la asociación libre de palabras; en definitiva, la libertad de la imaginación contra el reinado de
la lógica. El lenguaje surrealista no se dirige a nuestra razón, sino que quiere despertar en nosotros sentimientos y
reacciones subcionscientes. Las imágenes surrealistas están faltas de coherencia y de lógica, y es difícil explicarlas. El
poema hay que ‘sentirlo’ más que ‘entenderlo’, captarlo de forma intuitiva.
El libro de Juan Ramón Jiménez, ‘Diario de un poeta recién casado’, es un libro capital en la lírica española
contemporánea. El Diario rompe definitivamente con el modernismo finisecular y abre la poesía española a las
innovaciones vanguardistas más características.
"La deshumanización" de Ortega, es un ensayo que será un hito en el desarrollo del vanguardismo español. Es de carácter
minoritario del nuevo arte; solo para entendidos; ‘arte puro’ que valora las puras calidades formales; arte intelectual,
alejado de todo sentimentalismo; “el placer estético tiene que ser un placer inteligente”. Representante de esta poesía
pura, intelectual.
Futurismo. Ecos futuristas se observan en poemas dedicados a los deportes como los poemas al fútbol de Gerardo
Diego o los poemas al ciclismo de Alberti; o poemas dedicados a objetos técnicos como el de Pedro Salinas a la
máquina de escribir.
Ultraísmo y Creacionismo. En España, los movimientos vanguardistas más importantes fueron el Ultraísmo y el
Creacionismo y el Surrealismo.
El Ultraísmo fue “fundado” en 1918 por Rafael Cansinos Assens y Guillermo de la Torre. Se formó con elementos
futuristas y dadaístas y añadió ciertas.
TEMA 5: LA GENERACIÓN DEL 27: CARACTERÍSTICAS Y TRAYECTORIA POÉTICA DE LOS POETAS
DEL 27. EL TEATRO LORQUIANO.
Se trata de una época de agitación política en los años anteriores a la Guerra Civil Española: Dictadura de Primo de
Rivera; en 1929, revueltas estudiantiles; en 1931 la proclamación de la República, quema de conventos en Madrid en el
33, triunfo del Frente Popular en las elecciones del 36, y el inicio de la Guerra Cvil en 1939. Todo esto mientras en Europa
la ascensión del nazismo y el fascismo, junto a la radicalización nacionalista van a derivar en la Segunda Guerra Mundial.
En el año 1927 se celebró en el Ateneo de Sevilla una reunión para conmemorar el tricentenario de la muerte de Góngora,
dando lugar a laGeneración del veintisiete. admiraban de este poeta barroco la libertad de la imaginación y del ingenio
que se percibía en sus obras llenas de metáforas. se puede decir que se trata de una generación que fusionaban guardia
y tradición. lo que les caracteriza como grupo es su convivencia en la Residencia de Estudiantes, su profunda amistad y
su colaboración en revistas literarias de la época, además de haber comenzado su andadura creativa bajo el magisterio
de Ortega y Gasset en el pensamiento, Juan Ramón Jiménez en la poesía y Ramón Gómez de la Serna en las imágenes
vanguardistas que desarrollen sus greguerías. y sus temas principales son el amor, la modernidad, el compromiso social,
el exilio y el desarraigo. fue un grupo muy unido pero la situación política y el estallido de la guerra civil en 1936, hizo que
el grupo se distanciara: unos se exiliaron, otros se quedaron en España y otros fueron encarcelados o asesinados como
sucedió con Lorca. en esta generación se pueden distinguir tres etapas: en la primera ( hasta 1928) se aprecia una gran
influencia de Juan Ramón Jiménez y su poesía pura o “desnuda”. además tratan de conservar lo mejor de nuestra
tradición lírica, como pueden ser Góngora, Garcilaso, Fray Luis y Becker. en la segunda etapa, desde mil novecientos
veintiocho hasta la Guerra Civil, buscaron el surrealismo una forma de conocer y expresar los conflictos íntimos ; Esto
conlleva una reumanización poética, es Decir, se vuelven a tratar temas como el amor el odio el sexo o la muerte,
también se aprecia una influencia vanguardista en la recurrencia al mundo onírico. después de la guerra civil, las
circunstancias políticas de esta última etapa dan lugar a una poesía más comprometida con los problemas sociales, es
decir, impura, cargada de contenido.
los autores principales de esta generación son: Pedro Salinas inicialmente cultivó una poesía influida por el
vanguardismo, más tarde el tema central de su poesía pasó a ser el amor en la obra la voz a ti de vida Pero en su exilio su
poesía adquiere unos tintes más dramáticos. Jorge Guillén, con obras como cántico, donde hace una exaltación por la
vida, y clamor, donde trata las injusticias y miserias, el el dolor y el mal. Gerardo Diego cultiva una poesía vanguardista,
sobre todo en la línea del creacionismo con obras como imagen, donde priman el ingenio, la imaginación y el juego; ah
aunque también tiene poesía tradicional como versos humanos. Vicente Aleixandre ganó un premio de literatura en
1977 y distingue tres etapas: la anterior a la guerra civil con obras como espadas como labios, el tema principal es el
amor como fuerza destructora; la de posguerra con poesías como sombra del paraíso; y la poesía de senectud donde
destacan poemas de la consumación donde explica que la muerte no implica angustia si no la aceptación del tal destino.
Federico García Lorca cultivó principalmente dos géneros: en poesía empieza con libro de
TEMA 6: LA LÍRICA Y EL TEATRO POSTERIORES A1936.
Después de la dimisión de Primo de Rivera, en 1931, se proclama la República y la derecha triunfa en las elecciones de
1933. Pero la izquierda, agrupada en el Frente Popular, gana las elecciones de 1936. En julio de 1936, la sublevación de
una parte del ejército contra el Gobierno dio comienzo a la Guerra Civil Española (1936-1939), que acabaría con la
consolidación de un régimen totalitario que duraría hasta 1975, cuando muere Francisco Franco. Algunas de las
consecuencias de la Guerra Civil fueron: penuria económica, el racionamiento de alimentos básicos, la represión y el
orden policial, el asesinato de Federico García Lorca y el exilio de artistas, intelectuales y científicos, como: Manuel de
Falla, Picasso y María Zambrano. Se comenzó a hablar de “páramo intelectual” para referirse al panorama español. Tras
la muerte de Franco los años de transición en la política española fueron de diferentes corrientes literarias.
En los años 40, los poetas escriben poesía arraigada, tratan temas como el amor, la patria y la religión. Publican su
poesía en las revistas Escorial y Garcilaso. Destaca Luis Rosales con La casa encendida, Pablo García Baena que fundó
el grupo Cántico y El postismo de Carlos Edmundo de Ory con el que pretende recuperar el espíritu de surrealismo
irracional. Y poesía desarraigada, cargada de angustia y contenidos existenciales, aparecerá en la revista Espadaña. Esta
fue iniciada por Dámaso Alonso , con su obra Hijos de la ira.
En los años 50 se pasa del yo al nosotros y se denuncian las injusticias sociales. Destaca Pido la paz y la palabra de Blas
de Otero, en la que protesta contra la desigualdad, la opresión y ausencia de libertad; Cantos iberos de Gabriel Celaya, y
Cuanto sé de mí de José Hierro, el cual se inventa dos subgéneros poéticos: el reportaje narrativo, que contiene historias
cotidianas, es racional y realista; y la alucinación, irracional sonámbula y visionaria.
En los 60, Ángel González, autor de Tratado de urbanismo se inclina por el humor corrosivo y por la ironía, que manifiesta
el desencanto y la crítica ante el franquismo.
En los 70, nacen los Novísimos, Pere Gimferrrer, Ana María Moix o Leopoldo María Panero, los cuales buscan la
creatividad y la originalidad.
Después de los 80, la poesía se caracteriza por la variedad y la ausencia de conciencia de grupo. Unos buscan
personalizar la tradición clásica y otros la poesía del silencio. En el segundo grupo destaca Clara Janés. Los autores de la
poesía de la experiencia, como Luis García Montero, Luis Alberto de Cuenca y Ana Rosseti, buscan la esencia poética en
la vida cotidiana, en la anécdota personal y en la experiencia íntima. Por otro lado, Jorge Riechmmann escribe poesía de
la conciencia.
En los últimos años la poesía y la lírica cambian de forma radical ante la llegada de las redes sociales, los poetas jóvenes
encuentran en ellas la plataforma perfecta y el público deseado.
A finales de los 40, Antonio Buero Vallejo ganó el premio Lope de Vega, destaca su obra Historia de una escalera y
encabeza una denuncia social denominada posibilista. Alfonso Sastre, por otro lado, opta por un teatro más combativo
como en Muerte de el barrio.
A partir de los 60, algunos dramaturgos escriben obras experimentales. Francisco Nieva escribe teatro furioso y de farsa
y calamidad. Fernando Arrabal escribe un teatro alejado del realismo, caracterizado por el terror, el humor, animado por
un lenguaje infantil. También se desarrollan grupos de teatro independiente como Tábano o Los Goliardos.
Ya en democracia, José Luis Alonso de Santos, escribe La estanquera de Vallecas. José Sanchís Sinisterra, ¡Ay, Carmela!
En El chico de la última fila, Juan Mayorga mezcla distintos puntos de vista para mostrar un torrente de conflictos
humanos ocultos. Y Angélica Liddel escribe un teatro vanguardista, resaltando su obra Perro muerto en tintorería.
TEMA 7: LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A 1975.
Después de la dimisión de Primo de Rivera, en 1931, se proclamó la República. La derecha triunfa en las elecciones de
1933. Pero la izquierda, agrupada en el Frente Popular, gana las elecciones de 1936. En julio de 1936, la sublevación de
parte del ejército contra el Gobierno dará comienzo a la Guerra Civil española (1936-1939), que acabaría con la
consolidación de un régimen totalitario que duraría hasta 1975, cuando muere Francisco Franco. Algunas de las
consecuencias de la Guerra Civil fueron: penuria económica, el racionamiento de alimentos básicos, la represión y el
orden policial, el asesinato de Federico García Lorca y el exilio de artistas, intelectuales y científicos, como: Manuel de
Falla, Picasso y María Zambrano. Se comenzó a hablar de “páramo intelectual” para referirse al panorama español. Tras
la muerte de Franco los años de transición en la política española fueron de diferentes corrientes literarias.
LA NOVELA
El aislamiento de España, el exilio de algunos de los mejores novelistas y la censura se tradujeron en una narrativa que
abandonó el camino de la innovación Durango dos décadas y se alejó de las corrientes mundiales.
Entre los narradores en el exilio destaca Ramón J. Sender. Su obra es muy variada. Destaca Crónica del alba, que es un
conjunto de nueve novelas autobiográficas, en ellas se relata, a través de un personaje, las experiencias del autor desde
su infancia hasta la Guerra Civil. Max Aub escribió, bajo el título de El laberinto mágico, un ciclo de seis novelas sobre la
Guerra Civil. En ella mostró un compromiso con la libertad y cuidó al máximo la técnica narrativa y da gran importancia a
los personajes secundarios. Francisco Ayala reflexiona en sus cuentos y novelas sobre la maldad, como en Muertes de
perro, el abuso del poder, la violencia y la degradación de los valores, empleando la ironía, la burla y la parodia.
Durante los años 40 los escritores próximos a la ideología de los vencedores de la guerra escriben una novela
propagandística que exalta la heroicidad de los combatientes derechistas. También aparece una novela de mayor calidad
que es realista y aborda la angustia existencial. Se centra en las vivencias de un protagonista asfixiado por una existencia
sin sentido. Entre los autores destacan, Carmen Laforet, que muestra en Nada una dura metáfora de las consecuencias
de la Guerra Civil: la oscuridad y la cerrazón de la España del protagonista, la destrucción del país, el enfrentamiento entre
hermanos y unos personajes que se han anclado en el rencor. Camilo José Cela, quien ganó un premio Nobel en 1989,
abre el camino a la novela existencial y tremendista con La familia de Pascual Duarte. El tremendismo presenta la
vertiente más brutal de las personas, son violentas y capaces de los crímenes más atroces. La obra está influida por la
picaresca, el esperpento de Valle-Inclan, los romances de ciego y el naturalismo. Miguel Delibes destaca con su obra La
sombra del ciprés es alargada, en la que refleja inquietudes existenciales con un estilo lineal y sobrio.
La novela de los 50 se inclina hacia el realismo social, aunque no renuncia al existencialismo anterior. Algunos escritores
buscan la objetividad mientras otros intentan esquivar la censura para manifestar críticas al régimen y a la injusticia. El
protagonismo pasa a ser colectivo: los personajes representan la clase social a la que pertenecen. La acción refleja la
vida cotidiana, se centra en un espacio muy concreto y se suele desarrollar en un breve espacio de tiempo. Predomina el
diálogo. La colmena, de Cela, supone un giro clave en la literatura española. Se trata de una obra de personaje colectivo y
contenidos sociales. Se divide en secuencias breves. En las historias que se relatan se pretende reflejar el absurdo de la
vida. Se pasa de una escena a otra y de unos personajes a otros sin ninguna indicación, ya que es el lector el que debe
organizar los elementos para dar sentido a las historias. Delibes, en Las ratas, muestra la miseria de un pueblo de
Castilla. La existencia de los personajes no tiene más sentido que la mera supervivencia. En la vertiente más objetiva que
aspira a reflejar la realidad encontramos El Jarama de Sánchez Ferlosio. Por otro lado, Ignacio Aldecoa es más crítico, en
su obra El fulgor y la sangre pretende mostrarnos la asfixia moral y económica de la España de posguerra.
Durante los años 60, la novela se abre a las corrientes exteriores y opta por experimentar sin abandonar los problemas
existenciales ni sociales. Rompen con la estructura lineal del tiempo y vuelven al protagonismo individual. Emplean un
estilo indirecto libre, el monólogo interior y el flujo de conciencia para imitar el desorden con el que las ideas vienen a
nuestro cerebro. La obra cumbre de esta década es Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos. En ella se mezclan todo
los registros posibles del lenguaje: desde los tecnicismos científicos hasta el habla marginal; y muestra una agresiva
ironía. En cuanto a Juan Benet en su obra, Volverás a Región, crea un espacio imaginario, reflejo de España. Miguel
Delibes, en Cinco horas con Mario, presenta un largo soliloquio de Carmen, quien pasa cinco horas velando el cadáver de
su marido, Mario. También muestra el lado más abominable de la sociedad opresiva, un catolicismo impostado y la
hipocresía social.