Tema 2 Historia

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Tema 2: Las revoluciones industriales

Índice

1) ¿Qué revoluciones simultáneas estimularon la


industrialización?

2) ¿Qué sectores lideraron la Primera Revolución


Industrial?

3)¿ Cómo eran las primeras fábricas?

4) ¿ Cómo cambiaron los transportes y el comercio?

5) ¿Qué es el capitalismo industrial y cómo se


expandió?

6) ¿Qué cambió durante la Segunda Revolución


Industrial?

7) ¿Qué nueva sociedad trajo la industrialización?

8) ¿Cómo surgió y creció el movimiento obrero?


¿Qué revoluciones simultáneas estimularon la
industrialización?

El proceso de industrialización es el conjunto de transformaciones


tecnológicas, económicas y sociales que se produjeron desde mediados
del siglo XVIII. Tuvieron como elemento común la innovación y
significaron el paso de una economía agraria y autosuficiente a otra
dominada por la industria y el comercio.

REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

La población europea y, particularmente la británica, experimentó un


proceso de crecimiento sostenido conocido como revolución
demográfica, debido a la combinación de:

• Una significativa reducción de la mortalidad, gracias a los progresos en


medicina (vacunas) e higiene (agua potable, sistemas de alcantarillado,
uso del jabón…) y sobre todo, por una mejor alimentación que hizo a la
población más resistente a las enfermedades.

• El incremento de las tasas de natalidad, debido a la mejora económica y


al adelanto de la edad en los matrimonios.

El crecimiento de la población permitió abastecer de mano de obra a las


nuevas industrias y generó el aumento de la demanda de productos de
todo tipo, especialmente agrícolas.

REVOLUCIÓN AGRÍCOLA
La revolución agraria se produjo de forma simultánea a la demográfica y
se caracterizó por una serie de transformaciones que incrementaron la
productividad y ofrecieron una dieta más rica y variada:

El cambio de la estructura y la propiedad de la tierra por las Leyes de


Cercamiento aprobadas en Gran Bretaña, que permitió concentrar y
vallar las antiguas tierras comunales y hacerlas más productivas.
• La difusión de nuevos métodos y técnicas agrícolas de cultivo, entre los
que destacan la rotación cuatrienal (que permitía suprimir el barbecho).

• La progresiva mecanización de las tareas agrícolas (segadoras,


sembradoras, trilladoras, etc.) y la introducción de nuevos cultivos (maíz
y patata).

• La expansión de la ganadería gracias a la selección de especies y a la


mayor disponibilidad de forraje, que permitió aumentar la producción de
carne, leche y estiércol.

NUEVA MENTALIDAD

Por sí solos, los anteriores factores no habrían podido combinarse sin la


existencia de una nueva mentalidad:

*El espíritu de innovación se orientó hacia aspectos de ciencia aplicada. A


consecuencia de la experimentación constante, multitud de fabricantes e
ingenieros compitieron entre sí por ofrecer soluciones eficientes que
permitieran incrementar la productividad y los beneficios obtenidos.

* La aparición de la doctrina económica liberal aportó el sustento


ideológico y el contexto necesario para el desarrollo del capitalismo
moderno.

VENTAJAS DE GRAN BRETAÑA

Algunas de las características que facilitaron el desarrollo del proceso de


industrialización en Gran Bretaña fueron:

• Estabilidad política: la monarquía parlamentaria garantizaba la


estabilidad institucional, la propiedad privada y la libertad de comercio.

• Mercado interior bien comunicado: Gran Bretaña contaba con una


sólida red de canales, carreteras y puertos, que comunicaban los puntos
de extracción de materias primas con los lugares de transformación
industrial y distribución comercial.
• Existencia de importantes yacimientos de hierro (materia prima) y
carbón (energía).

• Gran imperio colonial: Gran Bretaña dispuso de materias primas a


precios asequibles, fundamentalmente algodón, de mano de obra barata,
a menudo esclava, y de mercados donde reinvertir sus beneficios y
vender sus productos.

¿Qué sectores lideraron la Primera Revolución


Industrial?

En el proceso de industrialización se suelen diferenciar cuatro fases: la


Primera Revolución Industrial (1770), la segunda (1870) la Tercera
(1945), y la actual Cuarta Revolución Industrial, desde 1990.

Hasta la Primera Revolución Industrial, la energía hidráulica, la eólica o


la animal eran las únicas formas de generar fuerza motriz. Desde finales
del siglo XVII, ya se utilizaban máquinas de vapor para extraer el agua de
las minas, pero su uso era poco eficiente.

En 1769 James Watt, un inventor escocés, introdujo varias innovaciones


técnicas y patentó un modelo de máquina de vapor mucho más eficaz,
que aprovechaba mejor la fuerza del vapor y producía un movimiento
giratorio que podía transmitirse a las máquinas.

Gracias a su asociación con el empresario Matthew Boulton, que


fabricaba productos de metal, Watt pudo comercializar con éxito su
invento. La nueva máquina, que utilizaba la energía del vapor, constituyó
uno de los motores de la industrialización y se aplicó a la maquinaria
agrícola, la industria textil y también al ferrocarril.

El sector textil inglés fue el primero en mecanizar sus procesos de hilado


y de tejido. Durante el siglo XVIII existía un intenso comercio de tejidos
de algodón procedentes de la India (indianas), pero el gobierno británico
prohibió su importación para estimular la producción de tejidos de
algodón en el interior del país.
Los campos de algodón de la India y las plantaciones esclavistas de
Estados Unidos permitieron abastecer a la industria textil británica a
bajos precios. Por otra parte, el algodón era un tejido más suave e
higiénico que la lana, por lo que tuvo una gran acogida.

Además, las fibras del algodón eran muy resistentes, lo que permitió su
tratamiento industrial y facilitó una serie de innovaciones técnicas en el
proceso de producción textil, que incrementaron su productividad y
permitieron reducir el precio de coste.

La siderurgia tradicional usaba carbón vegetal para la producción de


hierro, pero el proceso era costoso y el producto resultante tenía escasa
calidad.

La fabricación de útiles agrícolas, máquinas, ferrocarriles y barcos


aumentó considerablemente la demanda de hierro. Ello estimuló una
serie de innovaciones que permitieron la creación de la siderúrgica
moderna.

¿ Cómo eran las primeras fábricas?

Además de la mecanización del proceso productivo y del uso de nuevas


fuentes de energía, la industrialización se caracterizó por la aparición de
la fábrica como lugar de producción. La evolución de los distintos
sistemas de producción pasó por diversas fases:

Tradicionalmente la producción se había realizado de forma artesanal


bajo el control de los gremios.
A partir del siglo XVII, algunos comerciantes comenzaron a entregar la
materia prima a los productores rurales, quienes, en sus hogares, la
transformaban en productos manufacturados a cambio de un salario
(domestic system).
Finalmente, durante la Primera Revolución Industrial se produjo la
concentración de la mano de obra en un mismo edificio (fábrica),
caracterizado por la mecanización, el uso de las nuevas fuentes de
energía (vapor) y el mayor control sobre la mano de obra (horarios,
normativa laboral, etc.). A diferencia del sistema artesanal, cada obrero
tan solo realizaba una parte del proceso de producción (división del
trabajo).

Esta nueva manera de producir se conoce como sistema fabril e implicó la


producción en serie, que comportó un notable aumento de la
productividad y una reducción de los costes de producción.

¿ Cómo cambiaron los transportes y el


comercio?

Desde mediados del siglo XVIII se había producido una mejora de las vías
de comunicación en buena parte de Europa, fundamentalmente gracias a
la construcción de canales y caminos.

Sin embargo, aún a principios del siglo XIX, el transporte de mercancías y


personas seguía siendo lento y costoso.Por ello fue necesario introducir
numerosas innovaciones vinculadas a la máquina de vapor y a la
siderurgia.

El ingeniero George Stephenson logró optimizar los anteriores diseños


de locomotoras movidas por vapor utilizadas en el transporte de carbón
entre las minas.
Esta nueva locomotora, más ligera y segura, contribuyó a la creación de
la primera línea ferroviaria de pasajeros, entre Manchester y Liverpool.

El ferrocarril pronto permitió aumentar la seguridad en los viajes y


disminuir el precio y el tiempo de los trayectos, convirtiéndose en un
elemento dinamizador de la industrialización en numerosos países.

De forma paralela, los estadounidenses John Fitch y Robert Fulton


patentaron diferentes modelos de barco de vapor y establecieron las
primeras líneas regulares de transporte a través de ríos y canales.
Sin embargo, los grandes veleros continuaron dominando las rutas
transoceánicas algunas décadas hasta la invención de la hélice.

Las innovaciones en los sectores agrario e industrial, así como en los


transportes, permitieron consolidar una economía de mercado en la que
la producción ya no se orientaba únicamente al autoconsumo:

• La mejora de los sistemas de transportes articuló el comercio interior


entre los mercados locales, regionales y nacionales, estimulados gracias
al crecimiento demográfico y la demanda interna.

• Por otra parte, el comercio exterior fue el gran beneficiado,


particularmente entre los países occidentales y sus colonias, al
intensificar el intercambio entre materias primas y productos
manufacturados.

¿Qué es el capitalismo industrial y cómo se


expandió?

La Revolución Industrial consolidó el capitalismo, un sistema económico


iniciado durante los siglos anteriores con el comercio colonial. Su base
teórica es el liberalismo económico, basado en la iniciativa privada y la
libertad económica.

Adam Smith y otros autores británicos teorizaron sobre los principios en


que se basa el liberalismo económico:

1 Libre iniciativa: el beneficio personal es el motor de la economía y del


crecimiento. Los beneficios se reinvierten (son capital, no riqueza, de ahí
el nombre de capitalismo) y el sistema favorece así al interés general.

• Ley de la oferta y la demanda: un mercado libre equilibra los intereses


de compradores y vendedores y el precio varía según la oferta y la
demanda. Requiere que el Estado no intervenga en asuntos económicos y
garantice la libertad de comercio y de industria.
• Ley de la competencia: la competencia en el mercado estimula la
innovación en ciencia y tecnología y mejora y abarata la producción.

La industrialización se desarrolló bajo los principios del liberalismo


económico y consolidó el capitalismo, un sistema económico en el que el
capital, los medios de producción (instalaciones, maquinaria...) y los
stocks son propiedad privada de una minoría de la población, la
burguesía.

La mayoría de la población, los trabajadores o asalariados, trabajan en las


industrias y negocios a cambio de un salario, sin compartir la propiedad o
los beneficios.

Desde Gran Bretaña, el capitalismo industrial se extendió al resto de


Europa y también a Estados Unidos y Japón.

Si al inicio de la Revolución Industrial, las empresas solían ser familiares,


a medida que avanzó la industrialización muchas alcanzaron grandes
dimensiones (siderúrgica, naval...) o requerían de mucho capital para
financiar los nuevos sistemas de producción en cadena, como la del
automóvil.

Para reunir las grandes inversiones que exigía la gran industria se


emplearon dos principales vías: los bancos y las sociedades anónimas.
Los bancos reunían el ahorro de muchos clientes (depósitos) y lo
prestaban a crédito a las empresas, o lo podían invertir directamente en
ellas.

Las sociedades anónimas (S.A.) son empresas cuyo capital se divide en


acciones o participaciones, distribuidas entre los accionistas según la
cantidad de dinero que cada uno haya invertido. Si la empresa tiene
beneficios, se reparten proporcionalmente entre los accionistas.
¿Qué cambió durante la Segunda Revolución
Industrial?

En las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX varios inventos
científicos y tecnológicos impulsaron una nueva fase de industrialización
que se ha denominado Segunda Revolución Industrial.

Aunque la electricidad y el petróleo eran conocidos, nuevos inventos


aumentaron su uso como fuente de energía en la industria y los
transportes:

La electricidad fue impulsada por la dinamo y el transformador, que


facilitaron su producción y transporte masivos.
Así se abarató y llegó a todos los puntos, promoviendo la
industrialización de áreas interiores sin materias primas.

Otros inventos, como el teléfono, la bombilla, el motor eléctrico, el


cinematógrafo, etc., activaron su uso en telecomunicaciones,
iluminación, ocio, transporte…

El petróleo comenzó a extraerse en Estados Unidos a mediados del siglo


XIX. Al principio se usó para la iluminación, pero los inventos del motor
de explosión y diésel multiplicaron su uso como combustible de
maquinaria.

A finales del siglo XIX, la organización de la producción se basó en la


fabricación en serie, que acortó el tiempo, aumentó la productividad y
redujo costes.
Este nuevo método de trabajo se conoce como taylorismo (del ingeniero
estadounidense F. Taylor). Se basa en la división del proceso de
producción en pequeñas tareas, con tiempos y movimientos
cronometrados
. De este modo, cada obrero realiza solo una parte del proceso, se
eliminan movimientos inútiles y se incentiva la mayor productividad
individual.
La fábrica de automóviles Ford fue una de las primeras en implantarlo
con la cadena de montaje (fordismo): los coches avanzaban en una cinta
transportadora pasando de unos a otros obreros y tareas.

El resultado fue una producción estandarizada y masiva, con costes y


precios más reducidos. Esto permitió a Ford ganar clientes de empresas
competidoras y de la población con menos ingresos, entre otros, sus
propios obreros, que mejoraban sus salarios.

La fabricación en serie requería una gran inversión en innovación


tecnológica, grandes instalaciones y producción masiva. A su vez, el éxito
de estas empresas eliminó a otras muchas, incapaces de competir en
precios, y redujo la competencia.

Para restringir la competencia, las grandes empresas firmaban acuerdos


entre ellas para fijar precios y establecer áreas de influencia. Así nacieron
el cártel, el trust, el holding y el monopolio (derecho exclusivo de una
empresa a comercializar un producto).

La banca aumentó su importancia económica al vincularse


estrechamente a la industria y convertirse en grandes financiadores del
proceso industrial.

¿Qué nueva sociedad trajo la industrialización?

Las revoluciones burguesas o liberales pusieron fin a la sociedad


estamental y establecieron la igualdad ante la ley de todos los
ciudadanos. Al desaparecer la desigualdad jurídica, las diferencias
sociales se establecieron sobre todo en el ámbito económico.

En este nuevo marco jurídico, es la propiedad económica la que distingue


las dos principales clases sociales: la burguesía, propietaria del capital
productivo (fábricas, tierras, negocios, etc.) y los asalariados, que solo
disponen de su capacidad de trabajo.
El desarrollo del capitalismo industrial fue dando el poder económico a la
alta burguesía, compuesta por grandes industriales, comerciantes y
banqueros, dueños de capitales que crecían con rapidez

Con ellos también se vinculó, a menudo mediante matrimonios, la vieja


nobleza europea que, pese a haber perdido sus privilegios de nacimiento,
conservó sus propiedades (palacios, fincas urbanas, tierra) y, hasta bien
entrado el siglo XX, su poder e influencia política y social.

Próxima o integrada en esa clase dominante, se situó una clase


media-alta de acreditados profesionales liberales, técnicos y artistas
(abogados, médicos, ingenieros...), altos funcionarios, militares, etc. Les
caracterizaba su cualificación para las labores de dirección.

La alta burguesía se convirtió así en la clase dirigente y en el centro de la


vida social. Sus palacetes y lujosas viviendas, sede de prestigiosos
salones, su manera de vestir, sus actividades de ocio (ópera, casinos,
hípica...) y sus valores morales (trabajo y ahorro, esfuerzo individual,
puritanismo familiar, etc.) se impusieron como el modelo social a imitar.

Desde finales del siglo XIX, la llamada clase media tuvo un papel
creciente. Compartía los valores de la burguesía, y aspiraba a ascender
por el esfuerzo y el estudio.

La integraban grupos sociales como profesionales liberales, funcionarios


de nivel medio (abogados, médicos, profesores, etc.), y también la
pequeña burguesía de propietarios de talleres y comercios, artesanos,
agricultores, etc.

Su trabajo o negocio les permitían cubrir sus necesidades bási-cas,


aunque vivían sin los lujos de las clases altas (vivienda, estudios de los
hijos, atención médica, etc.). En un periodo de destacada conflictividad
(reivindicaciones obreras, conquistas democráticas, guerras...) la clase
media actuaba como moderadora y daba estabilidad a la sociedad.
Los trabajadores de las fábricas y otros asalariados (mozos y servicio
doméstico, personal del comercio, talleres, construcción, etc.), así como
los campesinos jornaleros formaban el proletariado o clase trabajadora.
Sin propiedades, vivían de un salario a cambio de su trabajo. Eran el
grupo más numeroso y desfavorecido de la sociedad.

El liberalismo había abolido las reglamentaciones gremiales y, en gran


parte del siglo XIX no existieron leyes que regularan las condiciones de
trabajo (salario, horario, protección de accidentes etc.) y los empresarios
podían fijarlas a su conveniencia.

Los obreros estaban sometidos a pésimas condiciones de trabajo; largas


jornadas sin apenas descanso semanal, despidos arbitrarios,
insalubridad de las fábricas, desprotección ante accidentes y escasos
salarios. Estas condiciones provocaban enfermedades, desnutrición y
una corta esperanza de vida entre los obreros.

Para sobrevivir, muchas familias se veían obligadas a mandar a sus hijos


a las fábricas, a cambio de salarios muy inferiores a los de los adultos, o a
realizar en casa trabajos industriales. Así, abandonaban pronto la
escuela. Las mujeres también percibían un salario aproximadamente un
40% inferior al de los hombres.

¿Cómo surgió y creció el movimiento obrero?

Desde las primeras décadas de la industrialización, las duras condiciones


de vida y trabajo de los obreros y la conciencia de la desigualdad que les
separaba de sus patronos, les impulsaron a buscar soluciones a sus
problemas. Sus actuaciones (peticiones, huelgas, revoluciones...), formas
de organización (asociaciones, sindicatos, partidos, etc.) e ideas y valores
forman el movimiento obrero.

Una de las primeras acciones de los trabajadores fue el ludismo, que


protagonizó motines y la destrucción violenta de máquinas, por
considerarlas culpables del desempleo.
Junto a estas reacciones, pronto surgieron, especialmente en Gran
Bretaña, sociedades de ayuda mutua entre trabajadores de un oficio
(hilado, tejido...), para apoyarse en caso de paro o enfermedad, crear
cooperativas de consumo y exigir mejores condiciones de trabajo.

En 1834 nacieron los primeros sindicatos (Trade Unions), que más


adelante se organizarían por sectores industriales y que reivindicaban el
derecho de asociación, mejoras sa-lariales, reducción de la jornada de
trabajo y regulación del trabajo infantil.

Entre 1838 y 1848, el movimiento obrero británico apoyó al cartismo


(Carta del Pueblo), un movimiento que exigía el sufragio universal
masculino para, de este modo, tener representantes en el Parlamento y
poder cambiar las leyes.

Desde mediados del siglo XIX hubo organizaciones obreras reformistas


que, sin cuestionar el capitalismo, buscaban obtener mejores condiciones
de trabajo. Así ocurrió en muchos sindicatos de Estados Unidos, del Reino
Unido, y en sindicatos y asociaciones católicas nacidas tras la encíclica
Rerum Novarum del papa León XIII (1890).

En paralelo surgieron también teorías y organizaciones con el objetivo


revolucionario de transformar la sociedad capitalista. Poco antes, hubo
varios socialistas utópicos como Fourier, Owen... que proponían crear
comunidades de propiedad colectiva y autogestionadas.

Pero las dos grandes ideologías revolucionarias fueron el marxismo y el


anarquismo. Ambas defendían que el capitalismo, basado en la propiedad
privada de los medios de producción, explotaba a la gran mayoría, los
trabajadores, en beneficio de una pequeña minoría, los propietarios.

Las dos coincidían también en que la solución era destruir la sociedad


capitalista para alcanzar una nueva sociedad, con los medios de
producción colectivos y en manos del proletariado, sin clases sociales y
sin Estado. Pero anarquistas y marxistas discrepaban sobre la forma de
hacer la revolución y llegar a esa sociedad igualitaria soñada.
A mediados del siglo XIX, K. Marx y F. Engels, crearon Las bases del
marxismo. La evolución de la humanidad ha pasado por etapas
(esclavista y feudal) y, tras la revolución de la burguesía, ha llegado a la
capitalista. Para ambos, la dinámica capitalista provocaría el propio fin
del sistema. El choque entre el interés global y el poder económico de
unos pocos propietarios llevaría al capitalismo al colapso.

Los marxistas crearon partidos y sindicatos socialistas que guiaban hacia


la revolución, pero también defendían la participación en la vida política
y sindical. Tras la revolución haría falta una dictadura para expropiar a la
burguesía y, luego, llegaría el comunismo, la sociedad sin clases.

Además, socialistas y anarquistas pretendían unir a los trabajadores del


mundo contra el capitalismo.

FIN DEL PUTO TRIMESTRE POR FAVOOOOR

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