La Revolución Industrial
La Revolución Industrial
La Revolución Industrial
1. La revolución agrícola
Hasta el siglo XVIII, la actividad agrícola era muy similar a las prácticas de la Edad
Media. Se empleaba el trabajo manual y la tracción animal, existían tierras comunales
y el nivel de producción era modesto debido al sistema de “barbecho” (que consistía
en dejar descansar la tierra luego de la cosecha, para que se regeneraran los nutrientes
del suelo).
La revolución agrícola introdujo cambios que ampliaron la disponibilidad de recursos
alimenticios:
Comenzó a utilizarse maquinaria para el trabajo de la tierra (y, una vez iniciada la
industrialización, se incrementó esta mecanización).
Los campos se convirtieron en propiedad privada acumulada por grandes
terratenientes mediante cercamientos (lo que provocó que campesinos sin tierras se
convirtieran en obreros urbanos)
Se reemplazó el viejo sistema de cultivo por el “sistema de rotación Norfolk” (que
consistía en rotar las variedades de cultivos, de modo que no se saturaran siempre los
mismos nutrientes del suelo).
2. El crecimiento demográfico
3. La disponibilidad de recursos
Dos ventajas que explican que fuera en Inglaterra donde comenzó la industrialización
fueron: la disponibilidad en suelo inglés de recursos como el carbón mineral y el
hierro, indispensables para la transformación productiva; y la disponibilidad de
materias primas para la industria textil, especialmente el algodón de la India y el sur de
Estados Unidos, al que la burguesía inglesa accedió por sus vínculos coloniales y por la
posición dominante de Gran Bretaña en el comercio mundial.
La industria minera. A partir del siglo XIX, transición del carbón vegetal por el
carbón mineral. El carbón era especialmente importante porque era el
combustible empleado en las máquinas a vapor para el transporte (por
ejemplo, el ferrocarril y el barco a vapor) y para la producción en fábricas
(especialmente para alimentar los hornos de la industria siderúrgica). Esto
impulsó la industria de la minería, al mismo tiempo que incrementó los niveles
de explotación de mano de obra y promocionó el trabajo infantil (debido a los
estrechos caminos que conducían hacia el interior de las minas).