PREGUNTAS - sem 20 (Nm.16-20)

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PREGUNTAS NÚMEROS 16 al 20

CAPÍTULO 16

1. ¿Cuáles fueron las excusas por las cuales se rebeló una parte del pueblo (vv.
3,13,14)? ¿Cuál fue la verdadera razón (v. 10,11)?

Las excusas tenían que ver con que estaban cansados del liderazgo de Moisés
(v. 3), pensando que él buscaba enseñorearse del pueblo (v. 13). Ellos se
quejaban además de que Moisés les había prometido una tierra en donde fluía
leche y miel, promesa que consideraron no se había cumplido (y asumían que
no se cumpliría).
La verdadera razón de esta rebelión era la ambición y la codicia. Coré anhelaba
el sacerdocio dado por Dios a Aarón (vv. 10,11) buscando poder, autoridad y
preeminencia en medio del pueblo. Pensaba que una rebelión exitosa podría
sacar a Moisés y Aarón del liderazgo y él entrar en su lugar.

2. Observando el castigo de Dios ante la rebelión de Datán y Abiram (vv. 31 –


33), la rebelión de Coré (v. 35) y la murmuración del pueblo (v. 49), ¿cómo
reacciona Dios ante la murmuración y la rebelión?

La queja, la murmuración y la rebelión son pecados terribles, pues reflejan no


solamente falta de fe sino un rechazo contra la voluntad de Dios. Dios castigó
duramente estos pecados en el pueblo de Israel porque esa actitud negativa es
fácilmente contagiosa y conlleva a resentimiento y amargura, terminando en
desunión y destrucción del pueblo al alejarse de Dios.

CAPÍTULO 17

1. ¿Cómo refrendó Dios a Aarón como el escogido para ser el sumo sacerdote
(vv. 5,8)? ¿Qué muestra el que una vara inerte haya reverdecido, florecido y
fructificado?

Lo hizo al realizar el milagro de reverdecer, florecer y fructificar su vara inerte


frente a las varas de los príncipes de las demás tribus de Israel.
Una vara inerte que reverdece, florece y fructifica nos muestra a un Dios
Todopoderoso, que puede obrar a través de nosotros, limitados, inertes por
naturaleza, haciendo ÉL una obra que es imposible en nuestras fuerzas, dando
vida donde no la hay, reverdeciendo y floreciendo corazones áridos, y dando
fruto en abundancia.

2. ¿Qué enseñanza obtenemos del pueblo de Israel, que a pesar de haber


presenciado tantos milagros fue quejoso, murmurador y rebelde? (v. 5)

Podríamos preguntarnos: ¿cómo es posible que el pueblo de Israel fuera tan


incrédulo e ignorante, y estuvieran tan ciegos frente a tantos milagros que
ellos mismos habían presenciado de Dios a favor de ellos? Sin embargo, la
Escritura nos muestra aquí nuestra naturaleza caída, y nos enseña que
nosotros mismos hoy somos tan fáciles de caer como cayeron los del pueblo de
Israel. Tenemos la revelación completa de la Palabra de Dios a nuestro alcance,
hemos experimentado la guía y protección de Dios tantas veces, oraciones
contestadas, provisión económica, sanidades, etc., y aún así, podemos caer en
la incredulidad, en la queja, en la murmuración y en la rebeldía. ¡Dios nos libre!

CAPÍTULO 18

1. Según los vv. 12,29 – 32, ¿cómo debían ser las ofrendas y diezmos que se
entregaban consagrados a Dios?

Según los vv. 12,29-32, vemos que las ofrendas y diezmos que se entregaban
consagrados a Dios debían ser las primicias, lo más escogido (v. 12), la mejor
porción (vv. 29 – 32). Esto reflejaba una actitud de adoración a Dios,
consagrando a Él lo mejor que se podía entregar. Hoy en día, Dios no solo
espera que cumplamos con gozo con nuestros diezmos y ofrendas, sino que
busquemos consagrar a Él lo mejor de nuestras vidas, las primicias de nuestro
tiempo, de nuestros recursos, de nuestras fuerzas, de nuestra atención, lo
mejor de lo mejor para Él.

2. Según los vv. 21,24,26,28 ¿quiénes debían diezmar? Y según estos mismos
versículos, además del v. 31, ¿para quiénes eran estos diezmos y por qué
razón?

Vemos en los vv. 21 y 24 que todo el pueblo de Israel debía diezmar. Pero
vemos asimismo en los vv. 26 y 28, que aún los levitas, que recibían el diezmo
del pueblo, debían consagrar el diezmo de los diezmos a Dios, y entregarlo a
los sacerdotes. Los diezmos del pueblo de Israel eran para los levitas, como
heredad de Dios por su ministerio, por cuanto ellos servían en el ministerio del
tabernáculo de reunión y no poseían tierras ni heredad física (v. 21). Asimismo,
los diezmos de los diezmos eran entregados por los levitas a Aarón para los
sacerdotes como su remuneración por su ministerio en el tabernáculo de
reunión.

CAPÍTULO 19

1. Según los vv. 11, 14 y 16, ¿qué originaba que una persona estuviera impura
por el lapso de 7 días y por qué?

Según los vv. 11, 14 y 16, toda persona que tocara el cadáver de otra, que
estuviera en la misma tienda donde hubiera algún muerto, o tocare algún
sepulcro, estaría ceremonialmente inmunda (es decir, no se podría acercar a
Dios en adoración) durante el lapso de 7 días. Esto en razón de que la muerte
física representa el resultado final de nuestra naturaleza de pecado, inmundos
delante de Dios por causa de nuestro pecado.

2. ¿Cómo debía purificarse una persona que estaba ceremonialmente inmunda?

El texto nos muestra el proceso que debía seguir alguien que hubiera sido
declarado ceremonialmente impuro, para ser purificado y considerado
nuevamente como ritualmente limpio. Debía ser rociada con el agua mezclada
con las cenizas de la vaca descrita en el v. 2 (alazana de color rojizo similar a la
canela, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo)
en el tercer día de su inmundicia.

CAPÍTULO 20

1. Según los vv. 2 – 5, ¿a quién echa la culpa el pueblo por deambular 40 años
en el desierto? ¿quiénes eran los verdaderos culpables?

El capítulo 20 nos sitúa 40 años luego del éxodo egipcio. El pueblo de Israel
echaba la culpa a Moisés y Aarón por los 40 años deambulando en el desierto.
Sin embargo, los israelitas olvidaron que su estadía tan larga en el desierto era
por consecuencia de su propio pecado. No querían reconocer que ellos mismos
eran los causantes de sus problemas, así que culparon a Moisés y a Aarón por
su condición. Por lo general, nuestros problemas son el resultado de nuestra
desobediencia o falta de fe, pero tenemos la tendencia a echar la culpa a otros,
inclusive a Dios mismo por nuestra condición.
2. ¿Cuáles fueron los pecados de Moisés según los vv. 10 y 11? ¿por qué Dios
fue estricto con él al impedir que pase a la tierra prometida por causa de
estos pecados?

Vemos en los vv. 10 y 11 por lo menos 4 pecados en Moisés: (1) incredulidad


(no creyó que Dios proveería de agua de la peña), (2) desobediencia (Dios le
ordenó que hablara a la peña, no que la golpeara con su vara), (3) desborde de
paciencia y de irritación que conlleva a un exabrupto público (ellos no fueron
ejemplo de mansedumbre al gritarle al pueblo: “¡oíd ahora rebeldes!”), y, (4)
arrogancia (se adjudicó el milagro al decir al pueblo que él les iba a hacer salir
agua de la peña).
Dios fue estricto con Moisés porque él era el líder del pueblo, y debía ser
ejemplo de fe, obediencia, mansedumbre, humildad y dependencia de Dios. No
lo fue públicamente en esta ocasión y, por causa de su liderazgo, deshonró el
nombre de Dios.

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