cf-munoz_em

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 177

UNIVERSIDAD DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS FÍSICAS Y MATEMÁTICAS


DEPARTAMENTO DE GEOLOGÍA

SUSCEPTIBILIDAD DE REMOCIONES EN MASA Y DE RESPUESTA


SÍSMICA ASOCIADA A FALLAS MAYORES EN ZONAS URBANAS.
ESTUDIO DE CASO EN VIÑA DEL MAR, V REGIÓN

TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE


MAGÍSTER EN CIENCIAS MENCIÓN GEOLOGÍA

ELEONORA MUÑOZ MORALES

PROFESOR GUIA:
SERGIO ANDRÉS SEPULVEDA VALENZUELA

MIEMBROS DE LA COMISION:

MARISOL LARA CASTILLO


FELIPE LEYTON FLOREZ
SOFIA REBOLLEDO LEMUS

SANTIAGO DE CHILE
2013

I
RESUMEN

El último evento sísmico que afectó el centro-sur de Chile el 27 de febrero del 2010 dejó
al descubierto la necesidad de actualizar algunos planes reguladores en distintas
comunas, incorporando la variable de zonas de riesgo por amenazas naturales, tales
como sismos, remociones en masa, volcanismo, tsunamis y fallas geológicas
explicitadas en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (O.G.U.C.).

En este estudio, considerando la susceptibilidad como la posibilidad que una zona se


vea afectada por un determinado proceso -expresada en grados cualitativos y relativos-
se desarrollaron metodologías orientadas a determinar la susceptibilidad de sectores
urbanos ante remociones en masa y una posible respuesta sísmica diferencial por la
presencia de fallas mayores. Ambas metodologías se basan en la ponderación de
factores condicionantes definidos como relevantes para la ocurrencia del fenómeno. La
metodología propuesta para evaluar las remociones en masa en áreas urbanas
(considerando mecanismos de tipo deslizamientos, caídas y flujos) se definió a partir de
ajustes introducidos a la metodología propuesta por Lara (2007), que considera
ponderadores de las variables que condicionan la ocurrencia de remociones, como por
ejemplo características geológicas, geomorfológicas y geotécnicas de los materiales,
antecedentes de remociones anteriores, condiciones climáticas e influencia de las obras
antrópicas en la ocurrencia de eventos.

La metodología propuesta para evaluar la respuesta sísmica por fallas mayores


(entendida como la posibilidad que una zona presente deformaciones superficiales,
rupturas superficiales o una mayor intensidad y daño ante sismos), considera por un
lado la ponderación de antecedentes relacionados a la estructura (evidencias
geológicas y geomorfológicas de su existencia y posible actividad reciente), así como
antecedentes de daños registrados en sismos históricos en el entorno de la falla.

Ambas metodologías fueron validadas mediante su aplicación en la ciudad de Viña del


Mar. En esta ciudad la geomorfología define sectores urbanos con altas pendientes
donde ocurren eventos de remoción en masa de menor escala en forma recurrente (al
menos 3 eventos al año), y donde además se proyecta la falla Marga-Marga por debajo
de la ciudad. Los resultados muestran la existencia de algunas laderas urbanas
altamente susceptibles a verse afectadas por distintos tipos de remociones en masa,
principalmente deslizamientos y caídas de bloques en unidades de roca, deslizamientos
superficiales de suelo y flujos en zonas de quebradas. Por otra parte, la metodología
propuesta y utilizada en este estudio permitió definir una franja paralela a la falla a la
falla Marga-Marga con alta susceptibilidad de sufrir una respuesta sísmica
comparativamente peor que el resto del área ante sismos de gran magnitud, y
justificaría la profundización de estudios específicos de amenaza sísmica.

II
A mi Flora regalona,
por todo su apoyo, amor
y comprensión.

III
AGRADECIMIENTOS

En primer lugar se agradece el apoyo y confianza depositada en mí y en el trabajo por


parte del profesor guía, Sergio Sepúlveda.

A mis padres y hermanos, quienes me apoyaron permanentemente en el desarrollo de


la tesis.

Al Sr. Waldo Romero, Geógrafo de la Oficina de Catastro y proyecto de la Dirección de


Obras Municipales de Viña de Mar, quien facilitó información relevante para este
estudio. Al Dr. Robert Thorson, quien además de ser una fuente de motivación con su
estudio del año 1999, respondió vía email consultas y facilitó información adicional
relacionada a su estudio y estadía en Chile.

A Marisol Lara y Sofía Rebolledo, por atender mis consultas y entregar buenas
sugerencias.

Al Profesor Carlos Aguirre de la Universidad Técnica Federico Santa María, y a los


ingenieros civiles Rocío Castañeda, Carlos Nuñez, Alfonso González y Osvaldo
Carrasco, por su apoyo y aportes al presente estudio

A mis amigas y amigos, por darme ánimo en forma permanente y estar ahí (Paula, Dani
Muñoz, Marcelo, Marcela, María Jesús, Chino, Jojis y Francisco). A Karen, por su
preocupación y apoyo. A Ximena y Eduardo (UNAB) por facilitarme las visitas a
Santiago y apoyarme en este proceso. Finalmente se agradece a la empresa E-Mining
Technology S.A, quien facilitó sus oficinas para el desarrollo del modelo estratigráfico
de suelo.

IV
TABLA DE CONTENIDO

Capítulo 1 Introducción…………………………….…………………………………………………………………… 1

1.1 Introducción…………………………………………………………………………………………………. 1

1.2 Objetivos…………………………………………………………………………………………………….. 2

1.3 Metodología…………………………………………………………………………………………………. 2

Capítulo 2 Marco teórico del estudio………………………………………………………………………………… 4

2.1 Definiciones relevantes…………………………………………………………………………………… 4

2.2 Amenazas consideradas en este estudio.......………………………………………………………….. 5

2.2.1 Sismos…………………………………………………………………………………………….. 6

2.2.2 Remociones en masa……………………………………………………………………………. 10

2.2.2.1 Clasificación de remociones en masa………………………………………………... 11

2.2.2.2 Factores condicionantes y desencadenantes de remociones en masa………... 13

Metodología propuesta para la evaluación de susceptibilidad de remociones en masa en áreas


Capítulo 3
urbanas………………………………………………………………………………………………………. 18

3.1 Introducción…………………………………………………………………………………………………. 18

3.2 Metodología propuesta…………………………………………………………………………………...... 20

3.2.1 Definición de unidades de análisis y escala de trabajo……………………………………... 20

3.2.2 Factores condicionantes considerados……………………………………………………….. 20

3.2.3 Susceptibilidad para caídas de rocas…………………………………………………………. 23

3.2.4 Susceptibilidad para deslizamientos traslacionales de roca……………………………….. 26

3.2.5 Susceptibilidad para deslizamientos rotacionales…………………………………………… 28

3.2.6 Susceptibilidad para deslizamientos superficiales de suelo……………………………….. 30

3.2.7 Susceptibilidad para flujos……………………………………………………………………… 32

3.3 Alcances de la metodología……………………………………………………………………………….. 34

3.4 Etapas siguientes: análisis de estabilidad de unidades críticas y entrega de recomendaciones…. 35

Metodología propuesta para la evaluación de susceptibilidad de respuesta sísmica asociada a


Capítulo 4
fallas mayores en áreas urbanas…………………………………………………………………………. 37
4.1 Introducción…………………………………………………………………………………………………. 37

4.2 Metodología propuesta…………………………………………………………………………………….. 39

4.2.1 Unidades de análisis……………………………………………………………………………. 41

V
4.2.2 Factores condicionantes y ponderadores propuestos…………………………………….. 41

4.2.3 Alcances de la metodología…………………………………………………………………… 45

Capítulo 5 Área de estudio de caso Viña del Mar – V región Chile Central………………………………………. 46

5.1 Ubicación general y accesos……………………………………………………………………………… 46

5.2 Marco geomorfológico…………………………………………………………………………………….. 47

5.2.1 Antecedentes…………………………………………………………………………………… 47

5.2.2 Modelos de pendientes y elevación digital…………………………………………………. 54

5.3 Marco geológico……………………………………………………………………………………………. 58

5.3.1 Antecedentes…………………………………………………………………………………… 58

5.3.2 Marco geológico regional……………………………………………………………………… 62

5.3.3 Geología Comuna de Valparaíso……………………………………………………………. 72

5.3.4 Geología Comuna de Viña del Mar………………………………………………………….. 74

5.3.5 Geología del cuaternario del plan de la ciudad de Viña del Mar…………………………. 85

5.3.5.1 Antecedentes de evolución paleogeográfica del plan de Viña…………………. 85

5.3.5.2 Profundidad del basamento rocoso………………………………………………. 87

5.3.5.3 Geología de los primeros 30 metros bajo superficie en el plan………………… 88

5.3.6 Geología estructural…………………………………………………………………………… 93

Capítulo 6 Susceptibilidad de remociones en masa en áreas urbanas en Viña del Mar…………………….. 97

6.1 Tipos de procesos más comunes en la zona de estudio………………………………………….. 97

6.2 Catastro de remociones en masa……………………………………………………………………….. 101

6.3 Aplicación de la metodología de Lara (2007) en la zona de estudio…………………………….. 101

6.4 Definición de unidades de estudio………………………………………………………………………. 102

6.4.1 Caracterización geotécnica de las unidades……………………………………………… 108

6.4.2 Clima y vegetación…………………………………………………………………………….. 110

Aplicación de metodología que evalúa susceptibilidad de remociones en masa en áreas


6.5
urbanas……………………………………………………………………………………………………… 111
Capítulo 7 Susceptibilidad de respuesta sísmica por falla Marga-Marga, ciudad de Viña del Mar……………. 117

7.1 Antecedentes y estudios anteriores………………………………………………………………………. 117

7.1.1 Antecedentes geológicos y geomorfológicos………………………………………………. 117

7.1.2 Antecedentes sísmicos del área…………………………………………………………… 122

VI
7.1.3 Antecedentes de daños en el plan de Viña causados por sismos históricos…………… 123

7.1.3.1 El terremoto del 16 de agosto de 1906…………………………………………. 123

7.1.3.2 El terremoto de marzo de 1985………………………………………………….. 124

7.1.4 Antecedentes de potencial sísmico………………………………………………………….. 127

7.1.5 Otros antecedentes……………………………………………………………………………. 128

7.2 Antecedentes aportados por este trabajo……………………………………………………………….. 129

7.2.1 Antecedentes de daños en el plan de Viña del Mar por el terremoto de febrero 2010… 129

7.2.2 Traza de la falla Marga-Marga……………………………………………………………….. 130

7.2.3 Datos geodésicos plan de Viña……………………………………………………………… 139

7.2.4 Evidencias de actividad reciente……………………………………………………………... 140

7.3 Traza(s) de falla Marga-Marga definida por este trabajo………………………………………………. 143


Aplicación de la metodología para evaluar susceptibilidad de respuesta sísmica por fallas
7.4
mayores……………………………………………………………………………………………………… 145

Capítulo 8 Discusión……………………………………………………………………………………………………. 149

Capítulo 9 Conclusiones………………………………………………………………………………………………. 156

Referencias………………………………………………………………………………………………………………… 158

Anexo A Tablas Lara, M. 2007

Anexo B RMR Bieniawski

Anexo C Ejemplo de técnicas de análisis de unidades críticas y entrega de recomendaciones

Anexo D Mapa Geológico Simplificado

Anexo E Catastro de Remociones en Masa

Anexo F Fotos Unidades

Anexo G Caracterización de suelos Unidad 14 Recreo

Anexo H Valores de parámetros rocas y suelos

Anexo I Mapas Susceptibilidad Remociones en Masa

Anexo J Ponderadores por unidad Remociones en Masa

Anexo K Ejemplo de análisis de estabilidad para dos unidades con Susceptibilidad alta y muy alta

Anexo L Mapas Susceptibilidad Falla Marga-Marga

Anexo M Ponderadores Susceptibilidad de falla Marga-Marga


Aplicación de la metodología para evaluar susceptibilidad de respuesta sísmica por fallas
Anexo N
mayores en Valparaíso (sector Av. Argentina)

VII
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 2.1 Sismicidad histórica en la tierra entre 1900 y 2010………………………………………………… 6

Figura 2.2 Esquema de subducción en Chile mostrando fuentes sismogénicas……………………………. 7

Figura 2.3 Relación entre el material del sustrato y la amplificación de vibración durante un terremoto.… 9

Figura 2.4 Algunos tipos de remociones en masa…………………………………………………………….… 13

Figura 4.1 Esquema mostrando de forma gráfica como abordar la metodología propuesta………………. 40

Figura 5.1 Ubicación de la Comuna de Viña del Mar en la V región………………………………………….. 46

Figura 5.2 Unidades Geomorfológicas V región de Valparaíso……………………………………………….. 47

Perfil geomorfológico de la costa entre Aconcagua y Quintay mostrando dislocaciones


Figura 5.3
tectónicas generadas por fallas ……………………………………………………………………… 48

Figura 5.4 Imagen satelital Google Earth de la zona de estudio………………………………………………. 49

Figura 5.5 Perfil geomorfológico V Región………………………………………………………………………. 49

Figura 5.6 Mapa Hipsométrico de Viña del Mar…………………………………………………………………. 55

Figura 5.7 Mapa Hipsométrico de Valparaíso…………………………………………………………………… 56

Figura 5.8 Mapa de Pendientes de Viña del Mar……………………………………………………………….. 57

Figura 5.9 Mapa de Pendientes de Valparaíso………………………………………………………………….. 58

Imagen de Mapa Geológico Gana et al (1996) Sector Valparaíso y Viña del Mar. Escala
Figura 5.10
1:100000………………………………………………………………………………………………… 60

Imagen de Mapa Geológico Álvarez (1964) Sector Valparaíso y Viña del Mar. Escala
Figura 5.11
1:50000………………………………………………………………………………………………….. 61

Imagen de Mapa Geológico Quillota Portillo Rivano et al (1993). Escala 1:250.000 Sector
Figura 5.12
Reñaca…………………………………………………………………………………………............. 62

Figura 5.13 Mapa Geológico Simplificado sector Valparaíso, Viña del Mar y Reñaca. Escala 1:50.000…... 71

Figura 5.14 Mapa Geológico Simplificado sector Valparaíso……………………………………………………. 73

Figura 5.15 Sectores recorridos en Viña del Mar…………………………………………………………………. 75

Figura 5.16 Sectores recorridos entre Viña del Mar y Reñaca...…………..................................................... 75

Figura 5.17 Mapa Geológico Simplificado 1:50.000 Viña del Mar y Reñaca………………………………….. 76

Figura 5.18 Paleo ambientes desarrollado entre 8 mil y 5 mil años atrás en el Plan de Viña del Mar……… 86

Geometría del basamento rocoso bajo el Plan de Viña del Mar determinado a partir de
Figura 5.19
estudios gravimétricos (Verdugo, 1996)……………………………………………………………... 87

Figura 5.20 Ubicación de sondajes – Viña del Mar………………………………………………………………. 88

Figura 5.21 Proyección de unidades geológicas 3 metros bajo la superficie actual………………………… 89


VIII
Figura 5.22 Proyección de unidades geológicas 11 metros bajo la superficie actual………………………… 90

Figura 5.23 Proyección de unidades geológicas 18 metros bajo la superficie actual………………………… 90

Figura 5.24 Proyección de unidades geológicas 21 metros bajo la superficie actual………………………… 91

Figura 5.25 Interpretación de unidades de suelo 13 metros bajo la actual superficie………………………... 92

Figura 5.26 Interpretación de unidades de suelo 21 metros bajo la actual superficie……………………….. 92

Figura 5.27 Lineamientos y fallas reconocidas por Gana et al. (1996) y Álvarez (1964) en Viña del Mar…. 94

Figura 5.28 Lineamientos y fallas reconocidas por Gana et al. (1996) y Álvarez (1964) en Valparaíso…… 94

Figura 6.1 Caídas de rocas sector acantilado rocoso costero entre Reñaca y Concón…………………….. 97

Registros de eventos de tipo flujo de barro y detritos en sector Reñaca. Izquierda: aluvión de
Figura 6.2
Reñaca 1984. Derecha. Flujo de barro y detritos 2010……………………………………………. 98

Registros de eventos de tipo deslizamiento de cuñas en camino costero sector Reñaca – Las
Figura 6.3
Salinas…………………………………………………………………………………………………… 98

Registros de eventos de tipo deslizamiento rotacional sector Reñaca Cochoa en arenas de


Figura 6.4
dunas…………………………………………………………………………………………………… 99

Registros de eventos de tipo desprendimiento en acantilados costeros y la influencia del


Figura 6.5
control estructural en la morfología final……………………………………………………………. 100

Registros de eventos de tipo caídas de roca y material asociados a erosión costera (camino
Figura 6.6
Reñaca – Concón)……………………………………………………………………………………... 100

Figura 6.7 Unidades de análisis sector Canal Beagle………………………………………………………….. 103

Figura 6.8 Unidades de análisis sector Recreo………………………………………………………………….. 104

Figura 6.9 Unidades de análisis sector 5 Oriente……………………………………………………………….. 105

Figura 6.10 Unidades de análisis sector Coraceros……………………………………………………………… 106

Figura 6.11 Unidades de análisis sector Cerro Castillo………………………………………………………….. 107

Figura 6.12 Unidades de análisis sector Las Salinas – Reñaca………………………………………………… 108

Puntos de Clasificación de macizo rocoso. (a) Sector Coraceros – Unidades 0, 1, 2, 3; (b)


Figura 6.13
Sector Cerro Castillo Unidades 2 y 5; (c) Sector Recreo – Unidades 8 y 9……………………... 109

Mapa resultado mostrando Índice de Susceptibilidad ante Caídas de Rocas Sector Cerro
Figura 6.14
Castillo…………………………………………………………………………………………………… 112

Mapa resultado mostrando Índice de Susceptibilidad ante Deslizamientos Traslacionales


Figura 6.15
Sector 5 Oriente………………………………………………………………………………………… 113

Extracto de mapa Geología del Área de Valparaíso y Viña del Mar escala 1:50.000 (Álvarez,
Figura 7.1
1964) mostrando la traza de la falla Marga-Marga en la Población Vergara (Viña del Mar)…... 118

Figura 7.2 Extracto de Mapa Geológico Área Valparaíso – Curacaví. Gana et al. (1996) mostrando el
línea roja el sistema de fallas Marga-Marga………………………………………………………… 119

Extracto de Mapa Geológico Área Valparaíso – Curacaví (Gana et al., 1996) mostrando la
Figura 7.3
traza de la falla Marga-Marga en el entorno de la ciudad de Viña del Mar……………………… 119

IX
Mapa presentado evidencias de terreno reconocidas por Thorson (1999). Se destaca el
Figura 7.4
reconocimiento de una zona de brecha de falla con presencia de microestructuras…………... 121

Esquema presentado por Thorson (1999) indicando evidencias de actividad cuaternaria de la


Figura 7.5 actividad de la falla Marga-Marga en depósitos de Estratos de Potrero Alto (TQPa) y suelos
cuaternarios…………………………………………………………………………………………….. 122

Lineamientos reconocidos a partir de fotografías aéreas de 1954 y 1996, más daño de


Figura 7.6
edificios por terremoto 1985…………………………………………………………………………... 125

Figura 7.7 Ubicación de la falla Marga-Marga según estudio de Galdames y Saragoni, 2002……………. 126

Zona de falla Marga-Marga, identificando 5 segmentos de la traza de la falla (Sabaj, 2008).


Figura 7.8
El segmento 1.1 corresponde a la traza identificada por Gana et al., 1996..……………………. 127

Figura 7.9 Inventario de daños importantes producto del terremoto 2010…………………………………… 129

Figura 7.10 Sectores con mayor daño en terremotos de 1906, 1985 y 2010…………………………………. 130

Ubicación de trazas de falla Marga-Marga definida por Álvarez (1964) y Galdames y


Figura 7.11
Saragoni (2002)………………………………………………………………………………………… 131

Figura 7.12 Ubicación de sectores recorridos en terreno………………………………………………………... 132

Roseta mostrando orientaciones preferenciales obtenidos a partir de la toma de datos


Figura 7.13
puntuales en talud con orientación NW. Se reconoce S1: NE; S2: NW; S3: EW……………….. 133

Ubicación de sector 2 recorrido en terreno, mostrando la ubicación de las Fotografías 7.5,


Figura 7.14
7.6 y 7.7…………………………………………………………………………………………………. 136

Ubicación de estaciones catastradas pre y post terremoto mostrando las diferencias mayores
Figura 7.15
registradas en las mediciones………………………………………………………………………… 139

Ubicación de área recorrida en terreno Formación TQPa, entre Canal Beagle y Túnel del
Figura 7.16
Jardín Botánico…………………………………………………………………………………………. 140

Figura 7.17 Traza de falla Marga-Marga propuesta por este trabajo (línea segmentada color rojo)……….. 143

Ubicación de las trazas de falla de la falla Marga-Marga propuestas por este trabajo
Figura 7.18
(lineamientos norte y sur)……………………………………………………………………………… 144

Unidades de análisis para susceptibilidad de respuesta sísmica por falla Marga-Marga, Viña
Figura 7.19
del Mar…………………………………………………………………………………………………... 147

Figura 7.20 Susceptibilidad de respuesta sísmica por falla Marga-Marga – Viña del Mar…………………… 148

Figura 8.1 Mapa de respuesta sísmica con falla Av. Argentina – Valparaíso……………………………….. 155

X
ÍNDICE DE FOTOGRAFÍAS

Fotografía 3.1 Ejemplo de autoconstrucciones en zonas con fuertes pendientes………………………. 36

Vista general bahía de Valparaíso mostrando sector plano (antigua playa cubierta por
Fotografía 5.1
construcciones) y crecimiento de la ciudad hacia sectores altos (terrazas)…………….. 50

Vista laderas artificiales sector costero entre Valparaíso y Viña del Mar mostrando
Fotografía 5.2
fuertes pendientes……………………………………………………………………………... 51

Fotografía 5.3 Vista global morfología tipo terrazas sector norte estero Marga-Marga…………………. 52

Fotografía 5.4 Vista global morfología tipo terrazas sector sur estero Marga-Marga…………………… 53

Vista al sur de sector Reñaca indicando morfología de bahías y acantilados con


Fotografía 5.5
sectores altos planos en dunas, con fuerte desarrollo inmobiliario………………………. 53

Vista sector Reñaca – Concón evidenciando acantilado costero de fuertes


Fotografía 5.6 pendientes rocoso y sector dunario con zonas de remoción de vegetación con fines
inmobiliarios…………………………………………………………………………………….. 53

Vista norte de diques afaníticos (oscuros) cortando unidades de rocas intrusivas


Fotografía 5.7
paleozoicas……………………......................................................................................... 65

Evidencias de procesos erosivos y de meteorización (cárcavas) presentes en


Fotografía 5.8
paleodunas……………………………………………………………………………………... 69

Evidencias de procesos erosivos y meteorización (cárcavas) en paleodunas y rocas


Fotografía 5.9
intrusivas………………………………………………………………………………………... 70

Fotografía 5.10 Vista de depósitos estuariales en Av. Washington………………………………………... 74

Fotografía 5.11 Rocas intrusivas sector Recreo (Av. España, Sector Escuela Industrial)………………. 77

Fotografía 5.12 Rocas intrusivas sector Valparaíso Sporting Club………………………………………… 78

Rocas intrusivas jurásicas sector 5 Oriente (talud ex Maestranza). Se destaca vetas


Fotografía 5.13
de cuarzo-feldespato cortando afloramiento………………………………………………... 78

Fotografía 5.14 Unidad Tn (Terrazas Marinas) sector 5 Oriente con 12 norte……………………………. 79

Fotografía 5.15 Unidad Tn (Terrazas Marinas) sector Santa Inés (Av. Alessandri)……………………… 80

Fotografía 5.16 Terrazas Marinas (Tn) sector Cerro Castillo (Av. España)………………….................... 80

Unidad TQPa – Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental) en discordancia


Fotografía 5.17 sobre rocas intrusivas Jurásicas sector Sporting Club…………………………………….. 81

Unidad TQPa – Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental) aflorando en el


Fotografía 5.18
sector Valparaíso Sporting Club……………………………………………………………… 82

Fotografía 5.19 Unidad TQPa- Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental) sector Canal Beagle... 82

Fotografía 5.20 Unidad TQPa – Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental) sector Canal Beagle. 83

Fotografía 5.21 Paleodunas sector Reñaca…………………………………………………………………... 84

Dunas y Paleodunas sector Reñaca con muestras evidentes de intervención


Fotografía 5.22 Inmobiliaria……………………………………………………………………………………… 84

XI
Fotografía 5.23 Foliación en rocas del Complejo Metamórfico Valparaíso…………………..………… 95

Fotografía 5.24 Diaclasamiento del macizo rocoso intrusivo jurásico……………………………………... 96

Talud ruta Las Palmas en dirección a Viña del Mar donde se reconoció una falla
Fotografía 7.1 mayor que correspondería a la traza mapeada por Gana et al. (1996) y asociada a la
falla Marga-Marga……………………………………………………………………………… 120

Daños locales en techos de casas ubicadas sobre el trazado de la falla Marga-Marga


Fotografía 7.2
(1 Norte con 5 Oriente) producto del terremoto de 1985………………………………….. 125

Talud rumbo N40°W, mostrando zona de cizalle, con presencia de fallas y planos de
Fotografía 7.3.a debilidad. Baja resistencia de la roca (dureza estimada R1 a R2), que queda en
evidencia por las marcas de remoción del material sin necesidad de explosivos……… 134

Fotografía 7.3.b Muestra Detalle fotografía 7.3.a……………………………………………………………… 134

Talud NW, mostrando zona de cizalle, con presencia de fallas y planos de debilidad.
Fotografía 7.4.a.
Baja resistencia de la roca (dureza estimada R1 a R2)…………………………………… 135

Detalle de falla mostrando estrías con dirección 46°S y evidencias de movimiento de


Fotografía 7.4.b
tipo sinestral inverso…………………………………………………………………………… 135

Vista mirando al Noroeste tomada desde el inicio de la curva de Estero Marga-Marga


Fotografía 7.5
(Norte de puente ferroviario), mostrando la orientación natural de las laderas (NW)….. 137

Vista mirando al Sureste, tomada desde en el cambio de rumbo del estero (de NW a
Fotografía 7.6
NS) mostrando el control estructural que tienen las laderas de terrazas fluviales
(rumbo N40°W)………………………………………………………………………………… 138

Vista mirando al Suroeste, tomada hacia ladera sur de estero, frente a puente
Fotografía 7.7 ferrocarril. Se evidencia fuerte control estructural que tienen las laderas de terrazas
por planos N50°W (S1) y sistema perpendicular N30°E (S2)…………………………….. 138

Fotografía 7.8 Unidad Estratos de Potrero Alto (TQpa) mostrando evidencias de deformación………. 141

Fotografía 7.9 Unidad Estratos de Potrero Alto (TQpa) mostrando evidencias de deformación …….. 141

Fotografía 7.10 Unidad Estratos de Potrero Alto (TQpa) mostrando evidencias de deformación………. 142

Fotografía 8.1 Unidad 3 – Recreo (2012)…………………………………………………………………….. 152

Fotografía 8.2 Deslizamiento de suelo unidad 3 – Recreo (10/6/2013)…………………………………... 152

Fotografía 8.3 Deslizamiento de suelo unidad 3 – Recreo (10/6/2013)…………………………………... 153

XII
ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 2.1 Clasificación de Remociones en Masa según Varnes (1978)………………………………..... 11

Tabla 3.1 Factores condicionantes y ponderación propuesta por Lara (2007) para caídas de rocas…. 19

Tabla 3.2 Factores máximos considerados en caídas de rocas………………………………..………….. 24

Tabla 3.3 Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en caídas de rocas………………….… 25

Tabla 3.4 Factores máximos considerados en deslizamientos traslacionales de roca………………….. 26

Tabla 3.5 Desglose de factores y peso (en %) para cada rango de deslizamientos traslacionales……. 27

Tabla 3.6 Factores máximos considerados en deslizamientos rotacionales…………………………...…. 28

Tabla 3.7 Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en deslizamientos rotacionales……… 29

Tabla 3.8 Factores máximos considerados en deslizamientos en suelo………………………………..… 30

Tabla 3.9 Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en deslizamientos superficiales de
Suelo…………………………………………………………………………………………………... 31

Tabla 3.10 Factores máximos considerados en flujos……………………………………………………...…. 32

Tabla 3.11 Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en mecanismos tipo flujo…………..… 33

Tabla 4.1 Factores máximos considerados para evaluar susceptibilidad por fallas mayores……..…… 43

Tabla 4.2 Desglose de factores y peso (en %) para cada rango…………………………………………… 52

Tabla 5.1 Unidades utilizadas para la clasificación de estratos a partir de descripción de Sondajes en
Viña del Mar…………………………………………………………………………………………. 89

Tabla 6.1 Tipo de remociones en masa esperadas para cada unidad geotécnica…………………… 111

Tabla 6.2 Resultados sectores Canal Beagle y Reñaca – Las Salinas………………………………… 114

Tabla 6.3 Resultados sectores Coraceros, Cerro Castillo, 5 Oriente y Recreo……………………….. 115

Tabla 7.1 Índice de susceptibilidad de respuesta sísmica para unidades analizadas en Viña del Mar... 146

XIII
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN

1.1. INTRODUCCIÓN

La ocurrencia de eventos asociados a fenómenos naturales que se manifiestan


bruscamente en superficie ha estado siempre presente. Desde la aparición del hombre
hasta hoy en día el conocimiento sobre estos fenómenos ha evolucionado, dejando de
ser castigos divinos y pasando a ser fenómenos comprensibles, en algunos casos
predecibles y en ocasiones, hasta evitables.

Con la explosión demográfica a nivel mundial estos fenómenos han adquirido mayor
importancia, debido a la ocupación de terrenos escarpados y la construcción de
grandes ciudades con complejas obras de ingeniería. En el mismo sentido, la tendencia
ha sido que los fenómenos naturales sean considerados dentro de la planificación del
territorio o que sean incluidos como una variable más a analizar dentro de obras de
ingeniería. Según Ayala-Carcedo (2002), la actitud social y política adoptada ante los
desastres naturales ha ido cambiando con el tiempo. A partir de la década de los 80 se
genera un reconocimiento del deterioro ambiental causado por el hombre y por otro lado
se hace un llamado desde la racionalidad científica a la adopción de medidas de
reducción de desastres, mediante sistemas de alerta temprana, ordenamiento del
territorio y adopción de medidas curativas post desastre.

Si bien en Chile existen leyes que permiten la definición de áreas de construcción


condicionada producto de amenazas naturales (como la Ordenanza General de
Urbanismo y Construcción, artículo 2.1.17) y existen estudios a escala regional y
comunal que definen zonas sensibles a la ocurrencia de estos eventos naturales (como
por ejemplo estudios fundados de riesgos para planes reguladores comunales e
intercomunales), en algunas ocasiones la escala de dichos estudios impide abordar
aquellos eventos cuya ocurrencia es a menor escala, pero que en zonas urbanas
pueden resultar desastrosos para las personas y la dinámica de las ciudades.

Lo anterior ha motivado el presente estudio, en el cual se atenderán algunos casos de


amenazas naturales en áreas urbanas que por la escala en la que se manifiestan
quedan fuera de los estudios comunales o regionales existentes, o bien, en los que la
problemática a resolver no está del todo detallada bajo la actual legislación. El problema
se abordará mediante la generación de metodologías que permitan determinar la
sensibilidad que presentan algunos sectores urbanos a la ocurrencia de remociones en
masa y de respuesta sísmica por la presencia de fallas mayores, y así generar una
herramienta que permita orientar los estudios futuros orientados a minimizar las
posibles consecuencias.

1.2. OBJETIVOS

El objetivo general de la presente tesis es formular una metodología que permita


determinar índices de susceptibilidad en zonas urbanas ante la ocurrencia de
remociones en masa y de posible respuesta sísmica por presencia de fallas mayores,
con aplicación en la comuna de Viña del Mar, V Región, Chile Central.

1
Los objetivos específicos planteados, se dividen en dos grupos en función de la
problemática planteada.

Para el caso de remociones en masa son:

• Definir los tipos de remociones en masa más frecuentes en áreas urbanas y


aquéllas cuyo impacto puede ser minimizado mediante la introducción de obras
antrópicas.
• Determinar los factores que condicionan la ocurrencia de dichos eventos,
cuantificando su importancia.
• Diseñar una metodología para determinar un índice de susceptibilidad de
remociones en áreas urbanas a partir de la ponderación de factores
condicionantes.
• Actualizar el catastro de eventos de remociones en masa en las comunas de
Valparaíso y Viña del Mar.
• Aplicar la metodología desarrollada en algunas laderas urbanas de la ciudad de
Viña del Mar.
• Evaluar la estabilidad de algunas laderas representativas que presenten alta
susceptibilidad de remociones en masa a modo de ejemplificar estudios
posteriores.

Para el estudio de la respuesta símica en áreas urbanas por la presencia de fallas


mayores, se plantean los siguientes objetivos específicos definidos a partir de la
existencia de una falla mayor que atraviese una zona urbana:

• Identificar los antecedentes y condicionantes que permitan evaluar la posible


respuesta sísmica de áreas urbanas atravesadas por fallas mayores.
• Desarrollar una metodología que permita determinar un índice de susceptibilidad
de respuesta sísmica en áreas urbanas atravesadas por fallas mayores a partir
de la ponderación de los factores identificados y antecedentes recopilados.
• Aplicar la metodología a un estudio de caso en la comuna de Viña del Mar.

1.3. METODOLOGÍA

La metodología de trabajo utilizada para la elaboración del presente estudio se basa en


una primera etapa orientada a formular el problema a resolver y desarrollar las
metodologías para evaluar susceptibilidad, y una segunda etapa orientada a aplicar
ambas metodologías desarrolladas en un caso de estudio.

Para el estudio de remociones en masa, se desarrollan las siguientes actividades:

• Recopilación de información referida a eventos de remociones en masa ocurridos


en áreas urbanas e identificación de los factores controladores de dichos
eventos, evaluando la influencia de obras antrópicas en su ocurrencia.
• A partir de los datos recopilados, se definen los tipos de remociones en masa
más frecuentes en áreas urbanas.

2
• Mediante ajustes introducidos a la metodología propuesta por Lara (2007) se
generan tablas para evaluar susceptibilidad de remociones en masa a escala
urbana a partir de la ponderación de factores condicionantes.
• Recopilación de antecedentes de las comunas de Viña del Mar y Valparaíso, en
términos de geología, geomorfología, catastro histórico de eventos de
remociones en masa, estudios de riesgo y peligro de dichos eventos.
• A partir del análisis de la información existente y visitas a terreno orientadas a
validar la información recopilada, se realiza una descripción y caracterización
geológica y geomorfológica del área de estudio, con especial énfasis en la
comuna de Viña del Mar.
• Definición de sectores específicos a estudiar dentro de la comuna de Viña del
Mar a partir de criterios de geológicos, geomorfológicos, urbanos y de
accesibilidad.
• Aplicación de la metodología propuesta en el área de estudio y validación de
resultados a partir de visitas a terreno, registro y estudio de casos declarados.
• A modo de ejemplo, se realiza la evaluación de la estabilidad en algunos casos
con alta susceptibilidad, generando recomendaciones específicas para los casos
puntuales analizados.

Para evaluar la susceptibilidad de una posible respuesta símica asociada a la presencia


de fallas mayores en áreas urbanas, se desarrollan las siguientes actividades:

• Definición de una metodología para evaluar la susceptibilidad de respuesta


sísmica producto de la existencia y cercanía a una falla mayor en áreas urbanas
a partir de la ponderación de antecedentes: geológicos, geomorfológicos,
sísmicos y de daños en la zona por eventos sísmicos indiferenciados.
• Aplicación de la metodología a un caso de estudio en la ciudad de Viña del Mar
producto de la existencia de la falla Marga-Marga.
• Recopilación de antecedentes geológicos, geomorfológicos, evidencias de
terreno y posible actividad reciente de la falla Marga-Marga.
• Recopilación de antecedes de daño últimos de los últimos terremotos históricos y
posible deformación en superficie.
• Validación y discusión de resultados.

3
CAPITULO 2. MARCO TEÓRICO DEL ESTUDIO

2.1 DEFINICIONES RELEVANTES

El planeta tierra es un sistema dinámico en permanente cambio debido a una serie de


procesos de variado origen, los cuales se generan tanto en su interior como en
superficie. Algunos de estos cambios son repentinos y violentos (como un terremoto o
la erupción de un volcán) y recuerdan que la tierra está viva. Pero también el hombre es
testigo de cambios lentos que pocas veces se perciben y que paulatinamente van
modelando nuestro entorno, y que también pueden ser fuente de amenazas.

La ocurrencia de eventos asociados tanto a procesos endógenos como a procesos


exógenos en el planeta, en muchas ocasiones genera daño y devastación en
poblaciones. Dentro de este contexto, se fijarán algunos términos y definiciones que
permitirán entender el desarrollo de las distintas etapas del estudio.

A medida que el hombre ha desarrollado estudios de identificación de las distintas


amenazas, independiente de su origen, y de las posibles consecuencias que generan
en la población, se hace necesaria la unificación de términos. En este mismo contexto,
González de Vallejo et al. (2002) define como riesgo al conjunto de amenazas
potenciales que pueden generar daño a personas y sus bienes (en este caso asociados
a causas de origen geológico). Esta definición, por una parte hace referencia al
fenómeno propiamente tal (estudio de la amenaza potencial), y por otra, al nivel de
daño que puede generar.

En el estudio de la amenaza potencial, resulta fundamental determinar el peligro o


peligrosidad, y está directamente relacionado con determinar la probabilidad de
ocurrencia de un fenómeno en un área y tiempo determinado (González de Vallejo et
al., 2002). Específicamente, determinar el tipo de fenómeno, área que abarcará,
probabilidad de ocurrencia, período de retorno, magnitud, velocidad, capacidad de
control y predicción, entre otros aspectos resulta fundamental para cuantificar las
amenazas que pueden afectar un sector, y que en general es abordado por
profesionales ligados a las ciencias de la tierra (geólogos, geógrafos físicos, geofísicos
e ingenieros geólogos).

La otra arista en la definición de Riesgo, es la referida al daño que se generará ante la


ocurrencia de algún fenómeno. En este caso, se considera el grado de pérdidas y el
nivel de preparación que presentan los asentamientos (ubicación, número y tipo de
habitantes, calidad de las edificaciones, capacidad de respuesta de la población, entre
otros) y se conoce como vulnerabilidad (UNDRO 1979, en Guía Análisis de Riesgos
Naturales para el Ordenamiento Territorial, SUBDERE 2011). Según la Organización de
Naciones Unidas (ONU), la vulnerabilidad se estima como la capacidad de respuesta de
las construcciones humanas a la activación de una amenaza o bien, se puede estimar
el grado de pérdida de un elemento o grupo de elementos como consecuencia de un
fenómeno de intensidad determinada.

Sin embargo, determinar la vulnerabilidad resulta un tema muy complejo, dado que
abarca aspectos no sólo del medio construido, si no que aspectos sociales,
económicos, ideológicos, territoriales, políticos, entre otros, por lo que generalmente es
4
un tema estudiado por profesionales de áreas ligados a temas más humanos y
antrópicos, como geógrafos, arquitectos y sociólogos, quedando fuera del alcance la
presente Tesis de Magíster en un área específica de las ciencias de la tierra.

Para dirigir el estudio con un enfoque orientado a identificar zonas sensibles a la


ocurrencia de amenazas es necesario incluir el concepto de susceptibilidad, que dice
relación con la posibilidad que una zona se vea afectada por un determinado proceso
expresada en grados cualitativos y relativos (González de Vallejo et al., 2002), y que
dependerá de los factores que controlan o condicionan la ocurrencia de los procesos
(que pueden ser intrínsecos a los propios materiales geológicos o externos).

La susceptibilidad se puede estimar considerando el inventario de los fenómenos


registrados en una zona y la superposición de los factores que los condicionan, no
considerando la variable temporal ni el cálculo de la probabilidad de ocurrencia, sino
que mediante una sumatoria de factores favorables a la generación del fenómeno
(González de Vallejo et al., 2002).

Además, dentro de los procesos que generan peligros geológicos, sólo algunos son
controlables a escala humana mediante el desarrollo de obras a escala de ingeniería, y
se denominan “peligros geotécnicos o peligros a escala de obras de ingeniería”
(González de Vallejo et al., 2002). Para entender las diferencias fundamentales entre
los peligros geológicos y geotécnicos, se debe entender primero las diferencias entre el
medio geológico y el medio antrópico. El medio geológico estudia los fenómenos físicos
de la tierra, mientras que el medio antrópico está asociado a la construcción de obras,
infraestructura y ciudades. Las diferencias entre ambos se basan principalmente en la
escala de trabajo, la temporalidad y lenguaje utilizado (González de Vallejo et al., 2002).

Dentro de la planificación del territorio y diseño de cualquier obra de ingeniería existen


criterios de incorporación de los distintos tipos de peligros (geológicos y geotécnicos) en
función del uso de las infraestructuras. Los primeros son incorporados mediante la
estimación de un período de retorno (T) y que corresponde al tiempo (en años) que
transcurre entre un evento y otro de magnitudes y área similar, mientras que en los
peligros geotécnicos o peligros a escala de ingeniería, que suelen ser más frecuentes,
se utilizan criterios de seguridad y aceptabilidad que estarán regidos por normativas y
estándares definidos en función del proyecto (como por ejemplo factores de seguridad y
probabilidad de falla) y que están relacionado con el uso de la infraestructura (González
de Vallejo, et al., 2002).

El presente trabajo está orientado a determinar susceptibilidad de áreas urbanas, por lo


que las amenazas consideradas son aquéllas que se manifiesten a escala de obras de
ingeniería y en algunos casos en las cuales exista posibilidad de actuar sobre el
proceso.

2.2 AMENAZAS CONSIDERADAS EN ESTE ESTUDIO

Si bien existen variados procesos geológicos que representan una amenaza, tanto de
origen endógeno como exógeno (como por ejemplo volcanismo, sismos, tsunamis,
remociones en masa, entre otros) sólo algunos de ellos son considerados peligros a
5
escala de obras de ingeniería en los cuales es factible minimizar las consecuencias a
través de medidas introducidas por el hombre. Como ejemplo, por simple que parezca,
no se podría colocar un tapón en un volcán para impedir su proceso eruptivo. Sin
embargo, sí es posible desarrollar obras de contención que permitan evitar las caídas
de rocas a un camino. A continuación se describen los tipos de amenazas consideradas
en este estudio.

2.2.1 SISMOS

El movimiento de placas tectónicas es la responsable de la gran mayoría de sismos en


el planeta (Leyton et al., 2010), y corresponden a una ruptura violenta generada por la
acumulación y posterior liberación de energía acumulada por el movimiento de placas
tectónicas, superando la resistencia de las rocas. Como se muestra en la Figura 2.1, se
puede destacar la relación que existe entre algunos límites de placas tectónicas y la
sismicidad histórica en la tierra (entre 1900 y 2010. Fuente USGS). Particularmente de
la figura se puede observar que el borde occidental de Sudamérica se caracteriza por
una banda de sismicidad activa angosta, entre 100 y 150 kilómetros.

Placa de
Placa de Sudamericana
Nazca

Figura 2.1. Sismicidad histórica en la tierra entre 1900 y 2010.


Fuente: National Earthquake Information Center – NEIC from USGS.
http://www.usgs.gov/

La subducción de la Placa de Nazca bajo la placa Sudamericana ocurre según un plano


inclinado hacia el este con buzamientos que varían entre los 15° y 30° respecto a la
horizontal con un fuerte grado de acoplamiento (Madariaga, 1998) denominado zona o
plano de Wadati - Benioff. La velocidad relativa de subducción entre ambas placas está
entre 6 a 7 cm/año1 (según Khazaradze y Klotz, 2003) lo que es una la alta velocidad de
convergencia y permite una rápida acumulación de esfuerzos consecuencia del
contacto dinámico de estas placas dando lugar a la alta sismicidad que caracteriza a
Chile y Perú (Ruiz y Saragoni, 2005). El empuje de la placa de Nazca en dirección al
este se vería favorecida por su composición y edad (placa oceánica, de 35 millones de
1
Velocidad variable según distintos autores. 6.6 cm/año (Kendrick et al., 2003); 8.4 cm/año (DeMets et al., 1990); 8 cm/año (DeMets et al., 1994).

6
años en la zona central), siendo comparativamente más densa que la placa continental,
por lo que tendería a introducirse por debajo la corteza continental menos densa de la
placa Sudamericana.

Por otra parte, el ángulo de subducción de la placa de Nazca no sería único en el


margen Pacífico de Chile. Barazangi e Isacks, 1976 (en Madariaga, 1998) demostraron
que la zona de subducción de Nazca se divide en cinco segmentos de norte a sur, de
longitud variable, y que poseerían ángulos de subducción muy diferentes. Entre los 15°
y 27° de lat. Sur, el ángulo de subducción oscilaría entre los 25° y 30° de inclinación
(Norte Grande de Chile), mientras que los 27° y 33° lat. Sur, la Placa de Nazca
descendería con un ángulo de 12° a 18° aproximadamente. En la zona de los valles
transversales, entre los 26° y 33° lat. Sur, la placa de Nazca parece pegarse bajo el
continente sudamericano y descendería bajo la Cordillera de los Andes y Argentina con
un ángulo de solo unos 10°. Finalmente, en la región del Valle Central, a partir de 33°
lat. Sur, el ángulo nuevamente estaría cercano a los 30° de inclinación.

Perfiles transversales al margen de Chile (disponibles en el Centro Sismológico


Nacional, www.sismologia.cl), permiten observar que la sismicidad se concentra
principalmente entre los 5 y 200 kilómetros de profundidad (en la zona de Wadati -
Benioff), lo que además permite deducir el ángulo de subducción en las distintas zonas.
La liberación de tensiones y deformaciones a lo largo del plano de Benioff, generan lo
que se conocen como sismos interplaca (Madariaga, 1998) o sismos en la zona de
Wadati - Benioff (tipo B de Figura 2.2), y serían los más comunes en Chile. El
mecanismo de generación de este tipo de sismos, estaría asociado a las rugosidades
que existen en ambos materiales generan zonas “trabadas o enganchadas”, las cuales
se ven superadas por las resistencias de los materiales a deformaciones liberando
energía (destrabándose). Este tipo de sismos se reconocen desde la fosa hasta unos
50 a 60 kilómetros de profundidad (Tichelaar y Ruff, 1993, en Leyton et al., 2010;
Belmonte-Pool, 1997).

-W- -E-

FOSA
D PLACA CONTINENTAL
(SUDAMERICANA)
~ 10 Km. A
PLACA OCEÁNICA (NAZCA) B

FUSION PARCIAL

MOVIMIENTOS
CONVECTIVOS EN EL MANTO
C

Figura 2.2. Esquema de subducción de Chile mostrando fuentes sismogénicas


Fuente: Elaboración propia

7
Sin embargo, la sismicidad en el margen de Chile no sólo existe en el contacto entre
ambas placas tectónicas. Debido a los esfuerzos a que están sometidas la placas de
Nazca y Sudamericana producto del movimiento convergente, también existen sismos
en el interior mismo de las placas conocidos como sismos intraplaca (tipo A, C, D y E
de Figura 2.2).

Los mecanismos de liberación de energía en los distintos tipos de sismos son


complejos. En el caso de los sismos tipo A (sismos intraplaca oceánica), los materiales
de la placa de Nazca (más jóvenes) se flexionan y doblan previamente al proceso de
subducción, lo que genera campos extensionales (de estiramiento) los cuales
reaccionan producto del choque de las placas, generando reacciones de liberación de
energía de tipo “carga – descarga”. Esta fuente sismogénica también es conocida como
“outer rise” pues ocurren a distancias mayores a 150 kilómetros de la costa (Leyton et
al., 2010).

En el caso de los sismos intraplaca tipo C (también denominados sismos de


profundidades intermedias) el mecanismo tiende a ser de tipo fracturamiento (en
general tensional y en algunos casos compresional) debido a la flexión de la placa
subductante. En otras palabras, se dobla y quiebra por su propio peso (ver Figura 2.2).
Esta actividad sísmica se ha observado desde los 50 kilómetros hasta los 200
kilómetros de profundidad (Leyton et al., 2010), existiendo también registros de sismos
intraplaca profundos (tipo E) en la zona norte del Chile (alrededor de los 22° Lat. Sur),
entre 500 y 600 km de profundidad bajo la Argentina (Madariaga, 1998).

La sismicidad en la parte superior de la placa Sudamericana a baja profundidad (menos


de 30 kilómetros) se conoce como sismos corticales (tipo D de Figura 2.2). Estos
sismos serían producto del esfuerzo inducido por la subducción, que a la vez contribuye
a la generación de relieve (es decir, la placa continental, más antigua se deforma
producto de las presiones que ejerce la placa oceánica). Esta acumulación de energía
se libera en general asociada a fallas superficiales que pueden tener movimientos
normales, inversos y de rumbo, que responden a campos de esfuerzos compresivos o
extensivos.

Para el estudio de los sismos como un tipo de peligro de origen geológico, es necesario
considerar por un lado aspectos relacionados con el fenómeno propiamente tal así
como sus efectos secundarios. Dentro de los parámetros propios del sismo, se
considera su magnitud (relacionada con el tamaño del sismo), el largo de la zona de
ruptura (entendida como el área que abarca la zona en que la placa se rompe), el
período de retorno (años que transcurren entre dos eventos de similares características
en un área determinada), aceleraciones máximas alcanzadas y la intensidad de un
sismo, que corresponde a una escala cualitativa que describe la percepción subjetiva de
las personas ante un sismo en un lugar específico y dependerá de los tipos de suelos y
daños registrados.

Se sabe además, que la naturaleza de los materiales locales y la estructura geológica


influyen en gran medida en el movimiento del suelo durante un sismo (Keller et al.,
2004). Se ha observado que las condiciones locales, como tipo de suelos, topografía,
profundidad del nivel freático, entre otras, pueden suponer respuestas sísmicas
8
diferentes dentro de un entorno geográfico considerado (González de Vallejo et al.,
2002) y se denomina “efecto de sitio” o “efectos locales”. De esta forma, para un mismo
terremoto y dependiendo del tipo de terreno donde se encuentra ubicado el observador,
las ondas sísmicas pueden amplificarse durante el desarrollo del terremoto
generándose más daño en algunos sectores que en otros.

En términos constructivos y de respuesta de los suelos ante sismos, existen distintas


clasificaciones de la calidad del subsuelo de cimentación para la construcción de
edificaciones. Por ejemplo, la propuesta por las disposiciones de National Earthquake
Hazards Reduction Program NEHRP (en Roldán et al., 2002), que se basa en una
clasificación geológica estandarizada del lugar mediante la medición de la velocidad
media de las ondas de corte de los 30 metros superiores de la geología, o la indicada
en la Norma Chilena de diseño sísmico de edificios (NCh433 Of 96 y su modificación
D.S. 61) en la que categoriza los suelos según 5 tipos según parámetros que dependen
de sus características geotécnicas y propiedades dinámicas.

No obstante lo anterior, en términos geológicos es posible hacer una diferenciación


general de los suelos de fundación basada en su nivel de compactación y nivel de
consolidación (Keller et al., 2004), pudiendo hacerse una relación general con algunos
materiales geológicos (Figura 2.3).

Amplificación del temblor (ondas de superficie)


Baja Alta

Roca ígnea dura Roca Sedimentaria Aluvión Limo, lodo

Figura 2.3. Relación general entre el material del sustrato y la amplificación de la vibración
durante un terremoto
Fuente: Keller and Blodgett 2004.

Dentro de los efectos que pueden generar los sismos, está la rotura de la superficie del
terreno por desplazamientos de fallas activas (González de Vallejo et al., 2002) o
deformaciones superficiales inducidas por fallas inactivas que generarán un
comportamiento distinto en la zona por la cual atraviesan (Galdames y Saragoni, 2002).

9
Estos potenciales efectos no deben confundirse con el estudio de la peligrosidad
sísmica que puede presentar una falla activa (asociada a sismicidad cortical), y que se
estudia siguiendo las etapas típicas de un estudio de peligro sísmico (evaluando la
sismicidad histórica, determinando la productividad sísmica de la falla, y estimando
magnitudes máximas).

Según las actuales leyes en Chile, un estudio de amenazas naturales debe incluir a las
fallas geológicas. Según lo indicado en la Ordenanza General de Urbanismo y
Construcción (OGUC), en su apartado 2.1.17 “Disposiciones complementarias”
(modificación publicada en D.O. 13.04.11) se define como áreas de riesgo aquellos
territorios en los cuales, previo estudio fundado, se limite determinado tipo de
construcciones por razones de seguridad contra desastres naturales u otros
semejantes, dentro de los cuales se incluyen zonas con peligro de ser afectadas por
“fallas geológicas”, no especificándose de qué forma deben ser consideradas. En Chile
existen estudios que abordan casos de fallas geológicas que atraviesan ciudades, como
por ejemplo la ciudad de Concepción (Galli, 1967; Quezada, 1996), falla San Ramón en
el sector oriente de Santiago (Vargas et al., 2012), en Antofagasta (Delouis et al., 1997)
o la falla Marga-Marga en Viña del Mar (Thorson, 1999; Ruiz y Saragoni, 2002; Muñoz
et al., 2012), con distintos enfoques.
2.2.2 REMOCIONES EN MASA

En la superficie del planeta, existen procesos controlados por agentes externos y que
generan desagregación y desintegración de los materiales, junto a una disminución de
su resistencia, lo que en muchas ocasiones favorece la ocurrencia de fenómenos en la
que se ve involucrada la movilización de materiales. En la actualidad, el hombre
favorece y acelera muchos de estos procesos, mediante deforestación, incorporación
de agentes contaminantes al medio ambiente (CO2, cambio en condiciones química de
las aguas, etc.) y modificación de paisajes para sus edificaciones y proyectos (cortes,
terraplenes, otros).

A partir de los distintos procesos geológicos y climáticos que modelan la superficie de la


tierra, las laderas tienden, por lo general, a adoptar geometrías naturales cercanas al
equilibrio dado por el ángulo de reposo natural de los materiales que los componen y
estructuras geológicas que los atraviesan. El cambio en estas condiciones naturales, ya
sea por causas antrópicas o en forma natural, generará áreas sensibles a sufrir
desestabilización. Para que se den nuevas condiciones de equilibrio, es posible que
ocurran movimientos de laderas que permitan alcanzar condiciones de equilibrio o bien,
se requirieran medidas de estabilización introducidas por el hombre.

Los procesos que involucran la movilización de materiales (suelo, rocas o ambos) por
efectos de la gravedad se denominan genéricamente remociones en masa (Cruden,
1991) y constituyen un conjunto de amenazas tanto a escala geológica como a escala
de obras de ingeniería, que resultan ser frecuentes en la naturaleza y que en algunas
ocasiones generan gran daño a la población. El término remoción en masa, por lo
general se refiere a movimientos de laderas que ocurren pendiente abajo de un
determinado volumen de material, en los cuales el factor gravedad está siempre
presente, por lo que también se conocen como procesos gravitacionales.

10
2.2.2.1 CLASIFICACIÓN DE REMOCIONES EN MASA

La clasificación de los distintos fenómenos de remoción en masa se basa por un lado


en el tipo de movimiento que presentan, y por otro lado, en la naturaleza de los
materiales involucrados (Varnes, 1978 en Tabla 2.1). Los movimientos más frecuentes
son de tipo deslizamientos (superficiales y profundos), desprendimientos, volcamientos,
mecanismos tipo flujo y extensiones laterales. Mientras que la naturaleza de los
materiales afectados puede ser muy variable entre rocas y suelo o combinación de
ambos, incluyendo en ocasiones fragmentos material orgánico, troncos de árboles e
incluso escombros y basura.

Dentro de la características de cada tipo de remoción en masa, es importante


considerar si presentan o no control de estructuras geológicas, el mecanismo de falla
que predomina y las velocidades a las que ocurren. Existen remociones en masa
extremadamente rápidas (5 m/s según la clasificación de Cruden y Varnes, 1996), como
por ejemplo caídas de rocas, hasta movimientos extremadamente lentos (velocidad
típica de 16 mm/año según la clasificación de Cruden y Varnes, 1996), como por
ejemplo fenómenos de reptación.

Tabla 2.1
Clasificación de Remociones en Masa según Varnes (1978)

Tipo de movimiento Tipo de material


Caída
Toppling (volcamiento) Suelo
Rotacional
Deslizamiento
Traslacional Roca Grano Grueso Grano fino
Extensiones laterales
(detritos, <80% (barro, >80%
Flujos patículas <2mm) patículas <2mm)
Complejos

La velocidad de una remoción en masa junto al volumen del material movilizado,


condicionan en gran medida la capacidad de control que existe sobre el proceso
mediante obras de contención o medidas de mitigación.

Dentro de las remociones en masa más comunes, se considerarán para este trabajo los
desprendimientos de material (como caídas de rocas, suelos o mezclas incluyendo en
algunos casos vegetación), los deslizamientos (ya sea de roca o material disgregado) y
los de tipo flujo (barro, detritos u otro). Ver Figura 2.4.

Las caídas o desprendimientos de bloques de roca o masas de roca son eventos muy
rápidos (González de Vallejo et al., 2002) en los cuales el material movilizado se separa
del macizo rocoso que lo contiene, viéndose favorecidos por la existencia de planos de
debilidad y por laderas con geometrías irregulares. El material desprendido podrá
alcanzar el pie del talud mediante caída libre (tipo (a1) y (a3) de Figura 2.4), ruedo y
rebote (tipo (a2) de Figura 2.4) o una combinación de ellas.

11
La trayectoria del material, dependerá principalmente de la forma del bloque y del
ángulo de pendiente del talud (Lara, 2007). Según Hoek & Bray (1981) el
comportamiento de la trayectoria en caídas de roca puede ser explicado mediante
principios físicos básicos que incluyen el rebote y el rodamiento de masas rocosas,
siendo el ángulo de la ladera y el ángulo de fricción los factores principales. Los
modelos matemáticos que se utilizan para analizar estos fenómenos, consideran los
mecanismos más comunes (que son rodamientos y rebote de los bloques) y en ambos
casos se incluye el principio de caída libre. Para mayor detalle de las ecuaciones que
gobiernan ambos movimientos, se sugiere revisar Lara (2007).

Los deslizamientos corresponden a movimientos de masas ladera abajo que ocurren a


través de una o más superficies de cizalle predefinidas, ya sean discontinuidades del
macizo rocoso o a partir de las condiciones de resistencia de los suelos que definirán su
fallamiento, como por ejemplo mediante el criterio de falla de Mohr-Coulomb (Lara,
2007). Los movimientos más comunes que presentan los deslizamientos, son de tipo
traslacionales y rotacionales (Varnes, 1978). Los primeros, tienen lugar en superficies
preexistentes más o menos planas, generadas por discontinuidades presentes en el
macizo rocoso (por ejemplo diaclasas, fallas o planos de estratificación), y donde la
masa a deslizar supera la resistencia que le ocasiona la discontinuidad mediante
características propias de la estructura, como propiedades mecánicas resistentes de la
superficie y del relleno (González de Vallejo et al., 2002). Dentro de los mecanismos
más comunes asociados a deslizamientos traslacionales de bloques rígidos (roca o
suelo duro) se reconocen deslizamientos tipo cuña y falla plana (ver Figura 2.4 – casos
b1 y b2). En el caso de los deslizamientos de tipo rotacionales (b3 de Figura 2.4), la
superficie de rotura (que puede ser superficial, profunda, única o múltiples) queda
definida por superficies curvas y cóncavas (González de Vallejo et al., 2002) y son
frecuentes en materiales homogéneos y de baja calidad geotécnica (como arenas o
suelos) o rellenos artificiales (botaderos de material estéril y lastre en minería, ripios de
lixiviación).

Otro tipo de mecanismo frecuente son los flujos (tipo c de Figura 2.4), y que
corresponden a movimientos continuos en el espacio, donde las superficies de ruptura
no son preservadas y las masas desplazadas son fuertemente deformadas
internamente, comportándose de manera similar a un líquido viscoso de material
saturado en agua (Varnes, 1978). Existen distintas clasificaciones para los flujos,
basadas por un lado en el tipo de material movilizado (barro, detritos o fragmentos
rocosos) y en la proporción de líquido y sólido que presenten. Su ocurrencia dependerá
de la disponibilidad de material (generalmente disgregado) que pueda ser arrastrado
ladera abajo por la acción de agua, lo que hace que se mecánicamente como un fluido
no newtoniano. La movilización de esta masa requiere inicialmente de la pérdida de la
resistencia del material y aumento de los esfuerzos de corte actuantes sobre ésta,
mientras que la condición de flujo está dada por la reducción de la viscosidad (Lara,
2007). En general estos mecanismos son poco profundos en comparación con el área
que pueden abarcar, y pueden tener lugar en laderas con pendientes incluso menores a
10° (González de Vallejo et al., 2002). Varnes (1978) clasifica los flujos de acuerdo a
características de tasa de movimiento y tipo de material involucrado, mientras que
Hungr et al. (2001), en Lara (2007) presenta una clasificación más completa de flujos,
donde considera el material según su granulometría, las velocidades de desplazamiento
y su contenido de agua. Su transporte tiende en un principio a ser dominado por las
12
altas pendientes y luego a canalizarse por cauces preexistentes, mediante el cual el
fluido va perdiendo velocidad a medida que avanza por sobre la topografía, hasta que el
ángulo de fricción interna del material es mayor o igual al de la pendiente (Selby, 1993).

Vale la pena señalar que pueden existir otras sub clasificaciones de remociones en
masa que dependerán tanto del tipo de material afectado, tipo de movimiento, velocidad
que alcanzan y geometría del depósito.

(a1) (a2) (a3)

Caída libre Caída con rodamiento y rebote Caída de suelo

Fallas Planas Cuñas Rotacional múltiple

(b2) (b3)
(b1)

Bloques rocosos Detritos o derrubios

Suelos

(c1) (c2) (c3)

Figura 2.4. Algunos tipos de remociones en masa


Fuente: Modificado de González de Vallejo et al. (2002)

2.2.2.2 FACTORES CONDICIONANTES Y DESENCADENANTES DE REMOCIONES EN MASA

De los procesos mencionados, cada uno presenta características propias en términos


de material afectado y mecanismos de movilización. Sin embargo, existen factores
relacionados con la naturaleza, estructura y composición del terreno que favorecen
condiciones para que se generen procesos de remociones en masa (González de
Vallejo et al., 2002). En otras palabras, condicionan la existencia de áreas sensibles o
susceptibles a la ocurrencia de un proceso. Estos factores, conocidos como factores
condicionantes están relacionados a las características del medio físico, como por
ejemplo pendientes y topografía abrupta de un terreno, tipo y calidad de los materiales,
presencia o ausencia de vegetación, presencia de agua, existencia de intervención
antrópica, entre otros (González de Vallejo et al., 2002). De la misma forma, existen
factores que modifican la estabilidad preexistente del terreno, como construcciones,
13
caminos, cortes, sismos y lluvias intensas, que desencadenan o gatillan la ocurrencia
de un evento (González de Vallejo et al., 2002) y son conocidos como factores
desencadenantes.

Dentro de los factores condicionantes más comunes para distintos tipos de remociones
en masa (Hauser, 1993; González de Vallejo et al., 2002; Lara, 2007), se consideran
para este trabajo los siguientes:

• Geología y geotecnia. Las características geológicas de un sector, son usualmente


descritas a partir de los distintos tipos de materiales presentes (distintas litologías,
sedimentos y coberturas de suelo), como por la disposición que presentan
(estratificación, contactos, presencia de fallas y sistemas de diaclasas). Sin
embargo, para estudiar las remociones en masa no sólo es importante conocer la
composición y tipo de masa sensible a ser movilizada, sino que también como se
espera que se comporte en términos mecánicos y resistentes. Es importante
considerar el grado de alteración y meteorización de los macizos rocosos, así como
caracterizar su fábrica estructural (tipo, disposición y condición de las
discontinuidades), además de obtener valores de su resistencia, tanto de la roca
intacta, del macizo como de sus discontinuidades, además de parámetros como la
permeabilidad, humedad, densidad de los materiales que lo componen.

• Geomorfología. Las condiciones geomorfológicas de un área estarán gobernadas


por los distintos procesos que modelan la superficie, y pueden ser descritas en
términos de rangos de pendientes, topografía presente, a altura de las laderas y la
forma que presentan (laderas regulares o irregulares, con pendiente positiva o
negativa). De esta forma, topografías escarpadas, con altas pendientes, propiciarán
la generación de varios tipos de remociones en masa (como flujos, deslizamientos y
caídas), favoreciendo la acción gravitatoria. Los rangos críticos de pendientes para
cada tipo de remoción en masa son variables. Hauser (1993) señala que pendientes
mayores a 25° en las cabeceras de las hoyas hidrográficas serían favorables para el
desarrollo de flujos o aluviones, mientras que Sauret (1987) en Sepúlveda (1998)
señala que aluviones podrían generarse en pendientes menores (que no
sobrepasan los 15°). Laderas en roca con pendientes mayores a 35° serían
susceptibles a que se generen deslizamientos, y en un caso sísmico, está pendiente
podría ser sólo mayor que 15° (Keefer, 1984). En el caso de caídas de rocas,
podrían generarse ante un sismo a partir de un macizo rocoso fracturado,
meteorizado, y poco resistentes, en zonas donde los taludes son mayores o iguales
a 40° (Keefer, 1984). En algunos tipos de remoción en masa, donde es relevante el
espesor de suelo y cobertura vegetal, se consideran además aspectos geográficos
del área, como por ejemplo orientación con respecto al norte lo que puede
finalmente influir por ejemplo en el grado de humedad de la ladera y exposición al
sol.

• Clima y vegetación. Las condiciones climáticas influyen directamente en el grado


de meteorización y erosión que tendrá un área, especialmente al verse expuesta a
precipitaciones, viento, cambios de temperatura y radiación solar. Por ejemplo, la
meteorización física y química de los materiales (que es más intensa en climas
húmedos), genera mayores espesores de suelo y horizontes orgánicos, y traerá
como consecuencia la pérdida de resistencia de los materiales. No obstante, un
14
clima húmedo propiciará la presencia de cobertura vegetal, que además de reducir
la erosión, puede en algunos casos ser una barrera natural de contención de
material movilizado por remociones en masa. Otro ejemplo es el caso de las
precipitaciones, que pueden ser incluidas como condicionantes dentro de la variable
climática, pero que también actúan como desencadenante de algunos procesos.
Para evaluar cómo el clima y la vegetación condicionan la ocurrencia de remociones
en masa, se hace necesario además conocer las características particulares del
área a evaluar y los fenómenos asociados.

• Condiciones hidrológicas e hidrogeológicas. El agua, tanto en superficie como


por debajo de ella, condiciona en forma directa e indirecta la generación de
remociones. La forma y distribución de sistemas de drenaje en superficie, así
características de caudales, escorrentías, infiltración y posición del nivel freático,
además de propiedades de permeabilidad y porosidad de las unidades, influyen en
la incorporación de agua en suelos y macizos rocosos (Lara, 2007). El agua juega
un papel negativo en la resistencia de los materiales, ya que por un lado, genera
presiones intersticiales lo que reduce la resistencia, aumenta los esfuerzos de corte
por el incremento del peso del terreno y genera fuerzas desestabilizadoras en
grietas y discontinuidades (González de Vallejo et al., 2002) y reduce la resistencia
al corte de discontinuidades al lavar los rellenos de estas.

• Intervención antrópica. El hombre genera de forma planificada o no,


modificaciones en el medio. La generación de obras constructivas, cortes,
terraplenes, plataformas, obras de minería, etc., en muchas ocasiones deja las
laderas más susceptibles a la ocurrencia de eventos producto de diseños mal
concebidos, con ángulos mayores a los que es capaz de resistir en forma natural los
materiales, o que no consideran el control estructural que tendrá un talud de forma
natural. En algunas ocasiones, el resultado son geometrías de laderas irregulares o
con pendientes negativas que finalmente causarán desestabilización. Sin embargo,
también existen obras antrópicas robustas, que disminuirán la susceptibilidad ante
remociones en masa, y esa consideración será incluida y abordada en el presente
trabajo. Cabe señalar, que al igual que las precipitaciones, la intervención antrópica
en algunos casos resulta el agente desencadenante de un evento.

A diferencia de los factores condicionantes, los factores desencadenantes


corresponden a agentes activos y pueden ser considerados como factores externos que
provocan o gatillan inestabilidades (González de Vallejo et al., 2002). En la mayoría de
los casos, son varias causas las que finalmente contribuyen al movimiento de una
ladera, aunque con frecuencia se atribuyen a sismos o precipitaciones intensas, sin
embargo, deben existir las condiciones predeterminadas para su ocurrencia.

Dentro de los factores desencadenantes, los más comunes se mencionan:

• Condiciones hidrológicas e hidrogeológicas. Las precipitaciones y aportes de


agua, así como el cambio en las condiciones hidrológicas en los terrenos, produce
variación en las presiones intersticiales y en el peso del terreno, y cambios en los
niveles de saturación de suelos, lo que favorece la pérdida de resistencia de los
materiales, además de un aumento en la erosión de las laderas o en algunos casos,
15
socavamiento de terrenos. Según González de Vallejo et al. (2002), el
desencadenamiento de remociones en masa por causas meteorológicas y climáticas
está relacionado fundamentalmente con el volumen, intensidad y distribución de las
precipitaciones, lo que implica considerar la respuesta del terreno ante lluvias
intensas durante horas o días, su respuesta estacional y en ciclos de sequía. Las
precipitaciones cortas e intensas serían más proclives a generar eventos
superficiales, mientras que remociones más profundas serían provocadas por
eventos distribuidos en largo periodo de tiempo (Aleotti, 2004 y Kim et al., 2004, en
Lara, 2007).

La cantidad de lluvias necesarias para que se desencadenen remociones en masa,


dependerá del tipo y condición de los terrenos y su ubicación geográfica. En general,
distintas zonas necesitarán lluvias de intensidad y/o duración distinta para que se
generen remociones, existiendo así un umbral de precipitaciones característico de
cada lugar (Lara, 2007). Para determinar los umbrales característicos de cada zona,
se quiere contar con bases de datos idealmente continuas de precipitaciones o con
alta frecuencia que permitan la realización de análisis estadísticos para la zona de
estudio (situación que no siempre ocurre) e incluir dentro del análisis la ocurrencia
de fenómenos climáticos como por ejemplo el fenómeno de El Niño en el cual existe
una tendencia al exceso de precipitaciones (inviernos con mayor días con lluvia y
con precipitaciones de intensidades mayores) y de los niveles de caudales líquidos
de escorrentía (García, 2000 en Lara, 2007).

Los cambios en el nivel del nivel freático como consecuencia de lluvias intensas, así
como cambios en los niveles de permeabilidad en los terrenos (por ejemplo, por
pavimentos y asfaltos) o intervenciones en laderas (por ejemplo rajos mineros)
genera modificaciones en las presiones intersticiales (aumento o descenso) lo que
se traduce en cambios en las propiedades geotécnicas de los materiales.

• Sismos. Los terremotos pueden provocar movimientos de todo tipo en las laderas
(González de Vallejo et al., 2002), dependiendo de las características y de
parámetros sísmicos (magnitud y distancia a la fuente). Las aceleraciones sísmicas
generan un cambio temporal en el régimen de esfuerzos al que está sometido la
ladera, tanto normales como de corte, pudiendo producir su inestabilidad (Lara
2007). Según González de Vallejo et al. (2002), los desprendimientos de bloques,
deslizamientos, flujos y avalanchas de roca son las remociones en masa más
frecuentes producto de un fenómeno sísmico, mientras Keefer (1984) señala que
corresponderían a caídas de rocas, deslizamientos desagregados de suelos en
laderas con pendientes mayores a 15° y deslizamientos de roca en laderas con
pendientes mayores a 40°, y en forma secundaria, derrumbes en suelo,
deslizamientos en bloques de suelo y avalanchas de tierra, estableciendo
magnitudes mínimas aproximadas para la generación de cierto tipo de fenómenos
de remociones en masa, en base a observaciones de eventos generados.

Por ejemplo, para sismos con magnitud menor o igual a 5,3 se establece en 50
kilómetros la máxima distancia desde el foco y zonas con ocurrencia de caídas de
rocas y deslizamientos disgregados (Keefer, 1984). De la misma forma, se establece
en 10 kilómetros la máxima distancia entre el foco de un sismo con magnitud
cercana a 5,5 y zonas con flujos de detritos y deslizamientos masivos. Cabe señalar
16
que estas condiciones no contemplan amplificaciones locales o efectos de sitio que
pudiese desencadenar remociones en masa.

• Intervención antrópica. El hombre, como ente modificador del medio, genera una
serie de cambios que en algunos casos son el principal desencadenante de
remociones en masa. Se mencionó anteriormente, que los cambios en las
condiciones hidrológicas e hidrogeológicas producto de la impermeabilización
artificial de los suelos o el desvío de cauces sin las correctas medidas paliativas,
pueden generar cambios en las propiedades de los materiales y variaciones en el
nivel freático. Por otro lado, la obstrucción de cauces con basura y escombros puede
aumentar el material a movilizar durante un aluvión, o bien, la mala mantención de
redes de alcantarillado y agua potable, pueden desencadenar aluviones. Se
mencionan en este último como ejemplo el aluvión en el Cerro el Litre (Valparaíso) el
año 2009 y el aluvión en el Cerro Ramaditas en Valparaíso en Julio del 2013, ambos
desencadenados por la rotura de matrices de agua (fuente: información de prensa:
El Mercurio de Valparaíso).

La generación de obras constructivas, cortes, terraplenes, plataformas, entre otros,


sin un análisis geotécnico adecuado, puede ocasionar desestabilización, así como el
poco mantenimiento de sistemas de contención, o bien la limpieza de laderas sin la
guía de un especialista.

• Actividad volcánica. Las erupciones volcánicas pueden desencadenas remociones


en masa, tales como deslizamiento, avalanchas y flujos de gran magnitud
(denominados lahares), a causa del derretimiento de nieves en el entorno volcánico,
y/o por la movilización de materiales depositados recientemente.

17
CAPÍTULO 3. METODOLOGÍA PROPUESTA PARA LA EVALUACIÓN DE
SUSCEPTIBILIDAD DE REMOCIONES EN MASA EN ÁREAS URBANAS.

3.1 INTRODUCCIÓN

Para evaluar la susceptibilidad de remociones en masa en áreas urbanas, se propone


introducir ajustes a la metodología propuesta por Lara (2007), que permite determinar
un índice de susceptibilidad basado en la suma de puntajes ponderados para distintos
factores condicionantes de algunos tipos de fenómenos.

El trabajo propuesto por Lara (2007) considera la evaluación del peligro de remociones
en masa y a grandes rasgos se puede dividir en dos partes: la evaluación de
susceptibilidad y la evaluación del peligro para cada unidad. La primera etapa propone
el cálculo de un índice de susceptibilidad mediante la ponderación de factores
condicionantes (basado en Sepúlveda, 1998) para cuatro tipos de remociones en masa:
deslizamientos en suelo y rocas, flujos y caídas de roca. Para cada tipo de fenómeno se
definen los factores condicionantes importantes en función de su influencia en la
ocurrencia de la remoción y se ponderan a partir de rangos propuestos en el estudio,
obteniéndose un índice de susceptibilidad (IS) entre 0% y 100% para cada unidad de
análisis. Las zonas críticas de generación de remociones en masa serán aquellas
unidades con IS mayor a 50.

La metodología propuesta por Lara (2007) es de tipo mixta (cualitativa y cuantitativa), ya


que por un lado define los factores condicionantes a partir de observaciones de terreno,
pero se asigna un valor como ponderador para cada condicionante basado en casos
anteriores, literatura y experiencia del profesional. Las etapas de estudio propuestas por
Lara (2007) consideran una fase inicial de gabinete orientada a recopilar la información
de la zona de análisis y definir la escala de trabajo, seguida de una etapa de terreno
inicial orientada a caracterizar las unidades (de roca y suelo) presentes en la zona de
estudio a partir de mapeo, observación y caracterización de los condicionantes del área,
tales como geología, geomorfología, estructuras geológicas, condiciones hidrológicas e
hidrogeológicas, características de la vegetación y clasificación geotécnica in-situ de
suelos y rocas.

Lara (2007) propone que la determinación de susceptibilidad para los fenómenos


definidos sea mediante la aplicación de tablas con factores condicionantes ponderados
para distintas unidades de análisis, definidas en base a criterios geológicos –
geomorfológicos, y presentadas en el Anexo A. La Tabla 3.1 muestra a modo de
ejemplo la ponderación propuesta por Lara (2007) para caídas de rocas.

En la segunda parte del análisis propuesto por Lara (2007) se evalúa el peligro de
aquellas unidades definidas como críticas ante la posible generación de remociones en
masa (IS>50). Para ello, se plantea el desarrollo de una nueva etapa de terreno
orientada caracterizar geotécnicamente con mayor detalle las unidades críticas,
mediante toma de muestras para ensayos de laboratorio o mapeo estructural en detalle
cuando corresponda. Esta etapa tiene por objetivo final reunir la información que
permita hacer los análisis de estabilidad de laderas mediante métodos específicos
según el tipo de remoción utilizando software específicos (disponibles en el mercado) y
análisis cinemáticos que permitan estimar peligro en la zona de estudio, basado en la
18
obtención de la probabilidad de ocurrencia del fenómeno y su alcance, incluyendo en
algunos casos la probabilidad del agente gatillante del evento.

Tabla 3.1
Factores condicionantes y ponderación propuesta por Lara (2007) para caídas de rocas

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Pendiente Promedio de la unidad 15

GEOMORFOLOGIA Altura máxima de la unidad


35 10
(F1)

Forma 10

Características Geológicas - Geotécnicas de la


15
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA unidad
20
(F2)
5
Cercanía a una falla mayor y/o zona de cizalle

Presencia de Desestabilización/ Estabilización


INTERVENCIÓN ANTRÓPICA
25 artificial. Se evalúa la condición de la unidad 25
(F3)
respecto al mecanismo analizado

ANTECEDENTES Caídas de rocas reconocidas en la ladera


10 10
(F4)
Condición de Humedad en la ladera
5
CLIMA Y VEGETACIÓN
10
(F5) Presencia Vegetación
5

En términos de la escala de trabajo y dimensiones de área de análisis, Lara (2007)


sugiere que la metodología sea aplicada en áreas no mayores a la de una hoya
hidrográfica de decenas de km2, ajustándose a escalas entre 1:20.000 y 1:50.000.

A partir de un análisis de la metodología propuesta por Lara (2007) para evaluar


susceptibilidad, y la validez de su aplicación en áreas urbanas, se observa por ejemplo,
que dentro de los factores condicionantes considerados es necesario aumentar el
desglose y la ponderación del factor intervención antrópico así como introducir ajustes
en la escala de trabajo, a partir de lo cual se desarrollan las metodologías descritas a
continuación.

19
3.2 METODOLOGÍA PROPUESTA

En el presente trabajo, se realizan ajustes e introducen modificaciones a la metodología


propuesta por Lara (2007) para determinar índices de susceptibilidad de remociones en
masa en áreas urbanas. El ajuste metodológico se realiza en paralelo a la aplicación en
un caso piloto, lo que permite la calibración y análisis retrospectivo de los ajustes
realizados. Finalmente, se proponen nuevas tablas que permitan determinar
susceptibilidad de generación de remociones en masa a escala urbana a través de la
ponderación de factores condicionantes.

Los tipos de remociones consideradas difieren en parte de la metodología original, la


cual analiza deslizamientos de roca y suelos, caídas de roca y flujos. El presente
estudio además de analizar caídas de roca, flujos y deslizamientos de suelo, diferencia
deslizamientos traslacionales de rotacionales.

3.2.1 DEFINICIÓN DE UNIDADES DE ANÁLISIS Y ESCALA DE TRABAJO

Como la metodología está orientada a evaluar la generación de remociones en masa en


laderas urbanas, se considera la división de los sectores de estudio en unidades de
análisis basándose por un lado en rasgos geomorfológicos y geológicos – geotécnicos,
y por otro lado, en criterios urbanos.

Con los primeros aspectos, se divide el sector en unidades con valores similares de
pendiente, altura, orientación con respecto al sol u otra característica geomorfológica
particular, considerando además parámetros geológicos – geotécnicos que agrupen
unidades con un comportamiento geotécnico similar.

Como el área de trabajo estará dentro de zonas urbanas, es importante incluir en la


definición de unidades criterios urbanos, como lo son límites entre sectores, ejes viales
y calles, además de zonas intervenidas antrópicamente. Se debe considerar además la
accesibilidad al menos a una parte de la zona de estudio, a fin de poder contar con
datos de terreno y eventualmente realizar mediciones. Es frecuente que en zonas
urbanas, existan zonas de acceso restringido, por tratarse de zonas militares o recintos
privados.

El número de unidades a definir dependerá del tamaño de la o las zonas de estudio.


Lara (2007) propone no definir más de 150 unidades, número que parece ser muy
razonable, considerando además el mayor detalle que requiere un análisis en zonas
urbanas. En este mismo sentido, para poder identificar aquellas áreas sensibles a la
ocurrencia de remociones en masa que no están del todo identificadas en estudios
comunales (Estudios Fundados de Riesgos para Planes Reguladores Comunales) y
cuya ocurrencia puede ser a menor escala, pero con alto impacto en la dinámica de las
ciudades, se sugiere una escala de trabajo entre 1:5.000 y 1:10.000.

3.2.2 FACTORES CONDICIONANTES CONSIDERADOS

La definición de los factores condicionantes dependerá en parte del tipo de remoción


analizada y de la influencia que tendrá en su ocurrencia. En esta parte, se ajustaron
algunos de los ponderadores generales propuestos por Lara (2007), en otros casos se
20
desglosaron con mayor detalle los condicionantes considerados, y también se
incorporaron nuevos aspectos a evaluar. A continuación se presentan los Factores
Condicionantes considerados en el presente trabajo y sus respectivos desgloses.

• Geomorfología. Las condiciones geomorfológicas de cada unidad, de definen en


función de:
o Pendiente promedio de la unidad, obtenida a partir de la generación en SIG
de un modelo de elevación digital (DEM) con el uso de herramientas
computacionales (por ejemplo el software ArcMap), sugiriéndose validar la
información obtenida con algunos datos de terreno.
o Altura máxima de la unidad, obtenida a partir de modelos de elevación digital
y/o información topográfica de la zona (diferencia entre curvas de nivel), en
algunos casos ajustada a datos de terreno.
o Geometría de la ladera, considerando si presenta una geometría regular,
irregular, recta, cóncava o convexa y ver la influencia que tiene esta condición
en el tipo de mecanismo analizado. Para evaluar este condicionante se
considera la revisión de fotografías aéreas, imágenes satelitales y en algunos
casos evidencias de terreno, ya que no siempre la forma de la ladera o
presencia de alguna geometría irregular puntual se refleja en la pendiente
promedio.
o Orientación de la ladera con respecto al Norte geográfico, lo que define las
horas que estará expuesta la ladera a los rayos solares, y que influye
directamente en la vegetación, espesores de suelo y humedad de la ladera.

• Geología y geotecnia. Los aspectos a considerar son:


o Características geológicas y geotécnicas de la unidad. En este aspecto, se
propone una diferenciación entre los mecanismos que afectan a rocas, de
aquellos que ocurren en suelo. Para el caso las unidades en roca,
considerando la escala de trabajo y utilidad de la metodología, se propone
evaluar la calidad geotécnica a través de la estimación del parámetro RMR
básico (Rock Mass Rating) propuesto por Bieniawski (1989), sin ajustes de
diseño. Este representa la condición geotécnica in situ del macizo rocoso (de
1 a 100) a través de la evaluación de parámetros resistentes de la roca in situ,
condición de agua, grado de fracturamiento y condición de las
discontinuidades (Bieniawski, 1989). Un macizo de muy mala calidad
geotécnica tendrá puntajes de RMR entre 0 y 20, mientras que un macizo de
muy buena calidad geotécnica tendrá un puntaje RMR entre 80 y 100. Para
mayor detalle de la metodología ver Anexo B. Para el caso de las unidades
que tengan como material dominante suelo, regolito o roca muy meteorizada,
se sugiere evaluar el grado de meteorización, alteración y espesor de suelo o
cubierta de regolito, estimando sus propiedades geotécnicas como
plasticidad, densidad, compacidad, permeabilidad y humedad.
o Cercanía a una falla mayor. La presencia de una falla o zona de falla, sugiere
que la calidad geotécnica de los macizos aledaños disminuirá, ya sea por un
aumento en el grado de fracturamiento, disminución de la resistencia,
presencia de salbanda, roca molida o rellenos arcillosos. En el caso de los
flujos, las fallas actúan en superficie como canales naturales de conducción
de agua o pueden generar un aumento en el material disgregado sensible a
21
ser movilizado por agua. La metodología propuesta, incorpora la presencia de
fallas mayores o zonas de fallas que atraviesen áreas urbanas, mediante la
determinación de ponderadores en función de la distancia de la o las trazas
de una falla. El criterio utilizado se basa en la distancia estándar que limita la
separación de cuadras (alrededor de 100 metros), considerando a zonas
atravesadas por fallas mayores como más susceptibles, zonas a una
distancia de menos de 100 metros de la traza como moderadamente
susceptibles y unidades a más de 100 metros de la traza como menos
susceptibles (Mardones et al., 2001). No obstante lo propuesto, las distancias
pueden ser ajustadas a condiciones particulares de cada sector y de la
disposición de la traza con respecto a la zona urbana. Este factor
condicionante pretende además incorporar lo señalado por el apartado 2.1.17
de la O.G.U.C., que indica como una de las zonas de riesgo aquellas
afectadas por fallas mayores.
o Para aquellos fenómenos analizados de tipo flujo, se incluye además dentro
de las condiciones geológicas y geotécnicas del material, las condiciones de
humedad y saturación en la ladera, evaluando la capacidad de saturación del
material, profundidad del nivel freático, capacidad de almacenaje de agua en
el suelo y variaciones estacionales de humedad, idealmente determinados
mediante ensayos de terreno y laboratorio.

• Intervención antrópica. Como se mencionó anteriormente, una diferencia


fundamental entre la metodología para evaluar susceptibilidad original propuesta por
Lara (2007) y el presente trabajo, es la incorporación de la acción antrópica como un
importante condicionante positivo o negativo en la susceptibilidad, evaluando
específicamente la intervención humana y cómo esta puede reducir o favorecer la
ocurrencia del fenómeno. Específicamente se sugiere evaluar:
o Presencia de obra de estabilización mayor (por ejemplo, muros hormigón).
Reduce susceptibilidad.
o Sistema de bancos y/o Soporte robusto. Reduce susceptibilidad.
o Unidad no intervenida (ladera natural). No aumenta ni reduce susceptibilidad
(ponderado 0%).
o Presencia de soporte insuficiente o intervención menor de la ladera. Aumenta
susceptibilidad.
o Regular desestabilización o intervención. Aumenta susceptibilidad.
o Desestabilización evidente. Caso más crítico de aumento en la
susceptibilidad, ponderando el mayor factor de las alternativas mencionadas.

• Antecedentes de remociones en masa anteriores. Para cada tipo de fenómeno


analizado, se consideran la existencia de remociones en masa anteriores como un
antecedente geomorfológico y de análisis retrospectivo importante. Los depósitos de
remociones en masa, por lo general son sensibles a movilizarse nuevamente ya que
en algunos casos son depositados con geometrías irregulares, o bien para definir
alcance que pueden tener a partir de datos anteriores.

• Clima y vegetación. En los fenómenos de tipo deslizamientos y caídas, la


evaluación del clima como un condicionante está asociado a la humedad en la
ladera, y por consecuencia espesores de suelo y vegetación. Dependiendo del tipo
22
de evento analizado, la vegetación puede actuar como un condicionante positivo o
negativo. En algunos casos de flujos, la vegetación puede favorecer la retención de
bloques de mayor tamaño y dejar pasar material de menos tamaño y agua
(decantador natural), o bien en algunos deslizamientos y caídas de roca, la
vegetación también puede ser utilizada como una barrera de contención natural. En
deslizamiento rotacionales superficiales, dependiendo del tipo de material, la
vegetación puede evitar erosión y favorecer la estabilidad, pero en otros casos,
especialmente en deslizamientos de suelos que provienen de rocas meteorizadas in
situ, la vegetación es un condicionante que favorece la ocurrencia del mecanismo
(aumento del espesor de suelo, aumento del grado de meteorización y reducción en
la resistencia del material). En el presente trabajo, la vegetación se evalúa si es
favorable o no a la ocurrencia del mecanismo.

• Tipo de material. Para los fenómenos de deslizamientos (roca o suelos) y caídas de


rocas, se evalúa si el material existente en la unidad es compatible con el
mecanismo. Si el material de la unidad es compatible con el mecanismo, el valor del
factor será 1, de lo contrario, tendrá un valor de 0. Como ejemplo, para caídas o
deslizamientos en roca, se debe considerar si el material de la ladera es roca, de lo
contrario no aplica la evaluación.
En el caso de unidades que tengan una materialidad notoriamente mixta (por
ejemplo, rocas en la mitad inferior y suelo en la mitad superior), se deben analizar
todos los posibles mecanismos.

En el caso de los flujos, para este factor se consideran tres casos: si el material de la
unidad es compatible con el mecanismo (presencia suelo, detrito o material suelto
en la unidad posible de ser arrastrado) o bien, si las laderas inmediatamente por
sobre la unidad son susceptibles a presentar deslizamientos de suelo (IS
deslizamientos de suelos mayores a 50), o en el caso contrario en que el material no
es compatible con el mecanismo.

3.2.3 SUSCEPTIBILIDAD PARA CAÍDAS DE ROCA

Para caídas de rocas, se definieron distintos ponderadores (entendidos como pesos en


porcentaje) de los condicionantes descritos en función de la importancia en la
generación del mecanismo, los cuales fueron valorizados a partir de la metodología
propuesta por Lara (2007) y ajustados a áreas urbanas utilizando como base el caso de
estudio y experiencia de estudios anteriores. La Tabla 3.2 muestra los ponderadores
considerados para caídas de roca, y la Tabla 3.3 muestra las especificaciones para
cada factor con el peso asignado a cada rango.

23
Tabla 3.2.
Factores máximos considerados en caídas de rocas

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Pendiente Promedio de la unidad 15

GEOMORFOLOGIA Altura máxima de la unidad


35 10
(F1)

Forma 10

Características Geológicas - Geotécnicas de la


15
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA unidad
20
(F2)
5
Cercanía a una falla mayor y/o zona de cizalle

Presencia de Desestabilización/ Estabilización


INTERVENCIÓN ANTRÓPICA
25 artificial. Se evalúa la condición de la unidad 25
(F3)
respecto al mecanismo analizado

ANTECEDENTES Caídas de rocas reconocidas en la ladera


10 10
(F4)
Condición de Humedad en la ladera
5
CLIMA Y VEGETACIÓN
10
(F5) Presencia Vegetación
5

De Tabla 3.3, se puede calcular el índice de susceptibilidad para caídas de rocas de la


siguiente forma:

IS_caídas_rocas= (F1 + F2 + F3 + F4 + F5) x F6

El factor F6 (0 o 1) está asociado a la compatibilidad del material de la unidad con el


mecanismo analizado. De esta forma, si el material de la unidad no es compatible con el
mecanismo, la susceptibilidad será nula.

24
Tabla 3.3.
Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en caídas de rocas

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx. ESPECIFICACIONES RANGOS %


10° - 20° 1
20° - 25° 2
Pendiente Promedio de la unidad Considerar la pendiente promedio de la ladera (obtenida del rastrer 25° - 30° 3
15
de pendientes) o su valor en caso de tener el dato de terreno 30° - 40° 8
40° - 60° 10
> 60° 15
0m - 5m 0
5m - 10m 1
10m - 15m 3
GEOMORFOLOGIA 15m - 20m 4
35 10 Considerar la altura máxima de la unidad
(F1) Altura máxima de la unidad 20m - 30m 5
30m - 50m 7
50m - 100m 8
> 100m 10
muy favorable 0
Considerar si la ladera presenta una geometría regular, irregular,
recta, concava o convexa y ver la influencia que tiene en el tipo de favorable 1
Forma 10 mecanismo analizado. Se evalúa la condición: si es una condición media 4
favorable, reduce la susceptibilidad; si es una geometría muy poco poco favorable 7
favorable, aumenta la susceptibilidad
muy poco favorable 10
80-100 3
Considerar la calidad del macizo rocoso, mediante estimación o 60-80 6
Características Geológicas - Geotécnicas de la 15 determinación de Rock Mass Rating (RMR). Rangos utilizan valores 40-60 9
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA unidad de RMR 20-40 12
20
(F2) 0-20 15
Unidad a más de 100 metros de falla mayor 0
Cercanía a una falla mayor y/o zona de cizalle 5 Definir si la zona analizada está cerca de la falla mayor Unidad a menos de 100 metros de falla mayor 3
Unidad es atravesada por una falla mayor 5
Obra de estabilización mayor (por ejemplo, muros hormigón) condición muy favorable -10
Sistema de bancos y/o Soporte robusto condición favorable -2
INTERVENCIÓN ANTRÓPICA Presencia de Desestabilización/ Estabilización Unidad no intervenida (ladera natural) inexistente ambas (no intervenida) 0
25 25
(F3) artificial. Se evalúa la condición de la unidad soporte insuficiente o intervención menor condición medianamente favorable 15
respecto al mecanismo analizado Regular desestabilización o intervención condición desfavorable 19
Desestabilización evidente condición muy desfavorable 25
ANTECEDENTES Caídas de rocas reconocidas en la ladera Presente 10
10 10 Ver si existen registros o evidencias de caídas de roca en la ladera
(F4) no observado 0
Presente 5
Condición de Humedad en la ladera 5 Ver si hay humedad en la ladera y/o vegetación intensa
CLIMA Y VEGETACIÓN no observado 0
10 No Favorable a la ocurrencia del mecanismo 0
(F5) Ver si existe vegetación y si es favorable o no a la ocurrencia del
Presencia Vegetación 5
mecanismo Favorable a la ocurrencia del mecanismo 5
TIPO MATERIAL Si el tipo de material dominante en la ladera es compatible con el tipo de No compatible (suelos) 0
(F6) mecanismo Si compatible (rocas) 1

25
3.2.4 SUSCEPTIBILIDAD PARA DESLIZAMIENTOS TRASLACIONALES DE ROCA

En este caso, se analiza la susceptibilidad de las laderas a sufrir deslizamientos


traslacionales de rocas (tipo fallas planas, cuñas o una combinación de ambos),
diferenciándolos de deslizamientos traslacionales de suelo que serán abordados más
adelante. De los distintos condicionantes identificados, se definieron ponderadores
(peso en porcentaje) en función de la importancia de cada uno en la generación del
mecanismo, a través de ajustes en la metodología original propuesta por Lara (2007),
más ajustes realizados en un área piloto y experiencia de estudios anteriores. Los
detalles se muestran en Tablas 3.4 y 3.5.
Tabla 3.4.
Factores máximos considerados en deslizamientos traslacionales de roca

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Pendiente Promedio de la Unidad 20

GEOMORFOLOGIA
35 Altura máxima de la unidad 10
(F1)

Forma 5

Características Geológicas - Geotécnicas de la 10


unidad
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA
35 Fracturamiento y/o presencia
(F2) 20
de bloques preformados

Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 5

Presencia de Desestabilización/ Estabilización


INTERVENCIÓN ANTRÓPICA artificial. Se evalúa la condición de la unidad
15 15
(F3) respecto al mecanismo analizado

ANTECEDENTES
10 10
(F4) Deslizamientos de bloques declarados en la ladera
CLIMA Y VEGETACIÓN Condición de Humedad en la ladera 3
5
(F5) Presencia Vegetación 2

De Tabla 3.5, se puede calcular el índice de susceptibilidad para deslizamientos


traslacionales de la siguiente forma:

IS_desliz_tras = (F1 + F2 + F3 + F4 + F5) x F6

El factor F6 (0 o 1) está asociado a la compatibilidad del material de la unidad con el


mecanismo analizado. De esta forma, si el material de la unidad no es compatible con el
mecanismo, la susceptibilidad será nula.

26
Tabla 3.5.
Desglose de factores y peso (en %) para cada rango de deslizamientos traslacionales de rocas

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx. ESPECIFICACIONES RANGOS %


10° - 20° 1
20° - 25° 2
Pendiente Promedio de la Unidad Considerar la pendiente promedio de la ladera (obtenida del rastrer 25° - 30° 3
20
de pendientes) o su valor en caso de tener el dato de terreno 30° - 40° 10
40° - 60° 13
> 60° 20
0m - 5m 1
5m - 10m 2
10m - 15m 3
Altura máxima de la unidad 15m - 20m 4
GEOMORFOLOGIA 10 Considerar la altura máxima de la unidad
35 20m - 30m 5
(F1)
30m - 50m 7
50m - 100m 8
> 100m 10
muy favorable -2
Considerar si la ladera presenta una geometría regular, irregular,
favorable 0
recta, concava o convexa y ver la influencia que tiene en el tipo de
Forma 5 mecanismo analizado. Se evalúa la condición: si es una condición media 2
favorable, reduce la susceptibilidad; si es una geometría muy poco poco favorable 4
favorable, aumenta la susceptibilidad
muy poco favorable 5
80-100 4
Características Geológicas - Geotécnicas de la Considerar la calidad del macizo rocoso, mediante estimación o 60-80 8
unidad 10 determinación de Rock Mass Rating (RMR). Rangos utilizan valores 40-60 12
de RMR 20-40 16
0-20 20
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA no observado 1
35
(F2) Fracturamiento y/o presencia Evaluar si existen en la unidad bloques preformados limitados por presentes puntualmente 6
20
de bloques preformados estructuras que sean susceptibles a deslizar medianamente presentes 8
muy presentes 10
Unidad a más de 100 metros de falla mayor 0
Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 5 Definir si la zona analizada está cerca de la falla mayor Unidad a menos de 100 metros de falla mayor 3
Unidad es atravesada por una falla mayor 5
Obra de estabilización mayor (por ejemplo, muros hormigón) muy favorable -12
Presencia de Desestabilización/ Estabilización Sistema de bancos y/o Soporte robusto favorable -6
INTERVENCIÓN ANTRÓPICA artificial. Se evalúa la condición de la unidad Unidad no intervenida (ladera natural) nulo 0
15 15
(F3) respecto al mecanismo analizado soporte insuficiente o intervención menor medianamente favorable 6
Regular desestabilización o intervención desfavorable 9
Desestabilización evidente muy desfavorable 15
ANTECEDENTES Presente 10
10 10 Ver si existen registros o evidencias dedeslizamientos en la ladera
(F4) Deslizamientos de bloques declarados en la ladera no observado 0
Presente 3
Condición de Humedad en la ladera 3 Ver si hay humedad en la ladera y/o vegetación intensa
CLIMA Y VEGETACIÓN no observado 0
5 No Favorable a la ocurrencia del mecanismo 0
(F5) Ver si existe vegetación y si es favorable o no a la ocurrencia del
Presencia Vegetación 2
mecanismo Favorable a la ocurrencia del mecanismo 2
TIPO DE MATERIAL No compatible 0
Considerar si el material es compatible con el mecanismo. En este caso roca
(F6) Si compatible 1

27
3.2.5 SUSCEPTIBILIDAD PARA DESLIZAMIENTOS ROTACIONALES

En este caso, se analiza la susceptibilidad de las laderas a sufrir deslizamientos de tipo


rotacionales tanto de suelos, sedimentos poco consolidados o macizos rocosos de baja
calidad geotécnica, considerando para ello valores de RMR menores a 20, o rocas con
baja resistencia a la compresión uniaxial (menor a 27.5 MPa) equivalente a una dureza
menor o igual a R2 estimada a partir de golpes de martillo geológico según la
clasificación de la International Society for Rock Mechanics (ISRM, 1981).

Al igual que en los casos anteriores, para deslizamientos rotacionales se definieron


ponderadores (peso en porcentaje) en función de la importancia de cada uno en la
generación del mecanismo a partir de la misma información que en casos anteriores y
detalladas en Tablas 3.6 y 3.7.
Tabla 3.6.
Factores máximos considerados en deslizamientos rotacionales
FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Pendiente Promedio de la Ladera 15

Altura máxima de la unidad


GEOMORFOLOGIA 10
35
(F1)

Exposición al Sol 5

Forma 5

Características Geológicas - Geotécnicas de la


25
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA unidad
35
(F2)
Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 10

Presencia de Desestabilización/ Estabilización


INTERVENCIÓN ANTRÓPICA
10 artificial. Se evalúa la condición de la unidad 10
(F3)
respecto al mecanismo analizado

ANTECEDENTES Deslizamientos rotacionales declarados


10 10
(F4)
CLIMA Y VEGETACIÓN Condición de Humedad en la ladera 5
10 Presencia Vegetación
(F5) 5

De Tabla 3.7, se puede calcular el índice de susceptibilidad para deslizamientos


rotacionales de la siguiente forma:

IS_desliz_rot = (F1 + F2 + F3 + F4 + F5) x F6

El factor F6 (valores 0 o 1) está relacionado con la compatibilidad del material de la


unidad con mecanismos de tipo rotacionales. De esta forma, si el material de la unidad
no es compatible con el mecanismo, la susceptibilidad será nula.

28
Tabla 3.7.
Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en deslizamientos rotacionales

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx. ESPECIFICACIONES RANGOS %


15° - 20° 1
20° - 25° 2
Pendiente Promedio de la Ladera Considerar la pendiente promedio de la ladera (obtenida del rastrer 25° - 30° 3
15
de pendientes) o su valor en caso de tener el dato de terreno 30° - 35° 8
35° - 40° 10
> 40° 15
0m - 5m 1
5m - 10m 2
10m - 15m 3
Altura máxima de la unidad 15m - 20m 4
10 Considerar la altura máxima de la unidad
GEOMORFOLOGIA 20m - 30m 5
35 30m - 50m 7
(F1)
50m - 100m 8
> 100m 10
Considerar la orientación de la ladera con respecto al Norte (en la baja 1
Exposición al Sol 5 zona central de Chile, considerar Alta (NW, W y SW ); Parcial (N, NE) parcial 3
y Baja (S, NE) alta 5
muy favorable -2
Considerar si la ladera presenta una geometría regular, irregular, favorable 0
Forma 5 recta, concava o convexa y ver la influencia que tiene en el media 2
mecanismo de inestabilidad analizado poco favorable 4
muy poco favorable 5
muy poco favorable 4
Características Geológicas - Geotécnicas de la Considerar la calidad del macizo rocoso y grado de meteorización. poco favorable 8
unidad 25 Considerar espesor de suelo o cubierta de regolito. Se evalúa medianamente favorable 12
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA condición ante posible ocurrencia del mecanismo favorable 16
35 muy favorable 20
(F2)
Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle Unidad a más de 100 metros de falla mayor 0
10 Definir si la zona analizada está cerca de la falla mayor Unidad a menos de 100 metros de falla mayor 3
Unidad es atravesada por una falla mayor 5
Obra de estabilización mayor (por ejemplo, muros hormigón) muy favorable -7
Presencia de Desestabilización/ Estabilización Sistema de bancos y/o Soporte robusto favorable -4
INTERVENCIÓN ANTRÓPICA artificial. Se evalúa la condición de la unidad Unidad no intervenida (ladera natural) nulo 0
10 10
(F3) respecto al mecanismo analizado soporte insuficiente o intervención menor medianamente favorable 4
Regular desestabilización o intervención desfavorable 7
Desestabilización evidente muy desfavorable 10
ANTECEDENTES Deslizamientos rotacionales declarados Presente 10
10 10 Ver si existen registros o evidencias de deslizamientos rotacionales
(F4) no observado 0
Condición de Humedad en la ladera Presente 5
5 Ver si hay humedad en la ladera y/o vegetación intensa
CLIMA Y VEGETACIÓN no observado 0
10 Presencia Vegetación Ver si existe vegetación y si es favorable o no a la ocurrencia del No favorable 0
(F5) 5
mecanismo Favorable al mecanismo 5
Compatible: Suelos, sedimentos poco consolidados, macizos
de muy mala calidad geotécnica o rocas blandas (dureza < 1
TIPO DE MATERIAL
Ver si el material de la ladera es compatible con el mecanismo R2)
(F6)
No compatible: Macizos de regular a muy buena calidad
0
geotécnica; rocas con dureza R3 o mayor

29
3.2.6 SUSCEPTIBILIDAD PARA DESLIZAMIENTOS SUPERFICIALES DE SUELO

Para deslizamientos superficiales de suelo, se definieron ponderadores (peso en


porcentaje en función de la importancia en la generación del mecanismo) a partir de la
misma información que en casos anteriores y detalladas en Tablas 3.8 y 3.9.
Tabla 3.8.
Factores máximos considerados en deslizamientos superficiales de suelo
FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Pendiente Promedio de la Ladera 15

Altura máxima de la unidad 5


GEOMORFOLOGIA
35
(F1)
Exposición al Sol 10

Forma 5

Características Geologicas - Geotécnicas 15


GEOLOGÍA Y GEOTECNIA
25
(F2)
Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 10

Presencia de Desestabilización/ Estabilización


INTERVENCIÓN ANTRÓPICA artificial. Se evalúa la condición de la unidad
10 10
(F3) respecto al mecanismo analizado

ANTECEDENTES Deslizamientos de suelos declarados


10 10
(F4)

Condición de Humedad en la ladera 10


CLIMA Y VEGETACIÓN
20
(F5) Presencia Vegetación
10

De Tabla 3.9, se puede calcular el índice de susceptibilidad para deslizamientos en


suelo de la siguiente forma:

IS_desliz_sue= (F1 + F2 + F3 + F4 + F5) x F6

Al igual que los casos anteriores, el factor F6 (0 o 1) está relacionado con la existencia
de cubierta de suelos o regolito en la unidad. De esta forma, si el material de la unidad
no es compatible con el mecanismo (o no existe), la susceptibilidad será nula.

30
Tabla 3.9.
Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en deslizamientos superficiales de suelo

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx. ESPECIFICACIONES RANGOS %


15° - 20° 1
20° - 25° 2
Pendiente Promedio de la Ladera Considerar la pendiente promedio de la ladera (obtenida del rastrer 25° - 30° 3
15
de pendientes) o su valor en caso de tener el dato de terreno 30° - 35° 8
35° - 40° 10
> 40° 15
0m - 10m 1
10m - 20m 2
Altura máxima de la unidad 5 Considerar la altura completa de la ladera 20m - 30m 3
GEOMORFOLOGIA 30m - 40m 4
35
(F1) > 40m 5
Considerar la orientación de la ladera con respecto al Norte (en la baja 3
Exposición al Sol 10 zona central de Chile, considerar Alta (NW, W y SW ); Parcial (N, NE) parcial 5
y Baja (S, NE) alta 10
muy favorable -2
Considerar si la ladera presenta una geometría regular, irregular, favorable 0
Forma 5 recta, concava o convexa y ver la influencia que tiene en el media 2
mecanismo de inestabilidad analizado poco favorable 4
muy poco favorable 5
muy poco favorable 3
Considerar la calidad del macizo rocoso y grado de meteorización. poco favorable 6
Características Geologicas - Geotécnicas 15 Considerar espesor de suelo o cubierta de regolito. Se evalúa medianamente favorable 9
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA condición ante posible ocurrencia del mecanismo favorable 12
25
(F2) muy favorable 15
Unidad a más de 100 metros de falla mayor 0
Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 10 Definir si la zona analizada está cerca de la falla mayor Unidad a menos de 100 metros de falla mayor 5
Unidad es atravesada por una falla mayor 10
Obra de estabilización mayor (por ejemplo, muros hormigón) muy favorable -4
Sistema de bancos y/o Soporte robusto favorable -2
INTERVENCIÓN ANTRÓPICA Presencia de Desestabilización/ Estabilización Unidad no intervenida (ladera natural) nulo 0
10 10
(F3) artificial. Se evalúa la condición de la unidad soporte insuficiente o intervención menor medianamente importante 2
respecto al mecanismo analizado Regular desestabilización o intervención importante 4
Desestabilización evidente muy importante 10
ANTECEDENTES Deslizamientos de suelos declarados Ver si existen registros o evidencias de caídas de deslizamientos de Presente 10
10 10
(F4) suelos no observado 0
Evidente 10
Condición de Humedad en la ladera Considerar humedad de la ladera, profundidad del nivel freático, presente 7
10
CLIMA Y VEGETACIÓN niveles impermeables, saturación posible 3
20 sin antecedentes 0
(F5)
Presencia Vegetación Ver si existe vegetación y si es favorable o no a la ocurrencia del No favorable 4
10
mecanismo Favorable al mecanismo 10
TIPO DE MATERIAL compatible con el mecanismo 1
Ver si el material de la ladera es compatible con el mecanismo
(F6) no compatible con el mecanismo 0

31
3.2.7 SUSCEPTIBILIDAD PARA FLUJOS

En el caso de flujos, se definieron ponderadores (peso en porcentaje en función de la


importancia en la generación del mecanismo) ajustados de Lara (2007). La evaluación
de este mecanismo está orientada a la generación de flujos en unidades de tipo canal
de drenaje, considerando que la generación de un posible flujo será a partir de arrastre
de material contenido en la unidad, o bien, en caso que la susceptibilidad a
deslizamientos de suelos de las unidades inmediatamente superiores sea mayor a 50.
Con esto, se pretende cubrir en todos los casos la generación del flujo, sin considerar el
alcance que puede tener (ver detalles en Tablas 3.10 y 3.11). Para este caso, se
requiere seguir un orden en el análisis, partiendo por los deslizamientos de suelo y
siguiendo posteriormente por los flujos.

Tabla 3.10.
Factores máximos considerados en flujos
FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Pendiente del canal de drenaje 20


GEOMORFOLOGÍA
35
(F1)
Encajamiento del canal de drenaje 15

Condición de Humedad y saturación en la ladera 10

GEOLOGÍA Y GEOTECNIA
30 Carácter. Geológicas - Geotécnicas 15
(F2)

Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 5

INTERVENCIÓN ANTRÓPICA
Presencia de escombros o obstrucción del canal en forma
(F3) 10 10
artificial

ANTECEDENTES Aluviones declarados en la cuenca hidrográfica


15 15
(F4)

VEGETACIÓN
10 Características y rol de la vegetación 10
(F5)

De Tabla 3.11, se puede calcular el índice de susceptibilidad para deslizamientos en


suelo de la siguiente forma:

IS_desliz_sue= (F1 + F2 + F3 + F4 + F5) x F6

El factor F6 (0 o 1) actúa en forma análoga a los casos anteriores, es decir si el material


de la unidad no es compatible con el mecanismo, la susceptibilidad será nula.

Particularmente en el caso de los flujos, tomará valores de 1 cuando el material de la


unidad es compatible con mecanismos tipo flujo, o bien, cuando el material no es
compatible pero las unidades inmediatamente aledañas pudiesen aportar material
mediante deslizamientos de suelo.

32
Tabla 3.11.
Desglose de factores y peso (en %) para cada rango en mecanismos tipo flujo

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx. ESPECIFICACIONES RANGOS %


<5° 5
Pendiente del canal de drenaje 20 Se usa pendiente promedio de canal de drenaje 5°-10° 15
GEOMORFOLOGÍA >10° 20
35
(F1) alto 15
Geomorfología y relación profundidad / ancho del canal. Alto
Encajamiento del canal de drenaje 15 medio 8
encajonamiento, alta razón (>0.7)
bajo 4
muy favorable 10
Asociado a: (1) Capacidad de saturación Nv. Freático < 2m poco
favorable 7
favorable; >2m poco favorable; 2m favorable (2) capacidad de
Condición de Humedad y saturación en la ladera 10 medianamente favorable 5
almacenaje de agua en el suelo (3) variaciones estacionales de
poco favorable 3
humedad
sin antecedentes 0
muy poco favorable 2
GEOLOGÍA Y GEOTECNIA
30 Considerar la calidad del macizo rocoso y grado de meteorización. poco favorable 6
(F2)
Carácter. Geológicas - Geotécnicas 15 Considerar espesor de suelo o cubierta de regolito. Se evalúa medianamente favorable 10
condición ante posible ocurrencia del mecanismo favorable 12
muy favorable 15
Unidad a más de 100 metros de falla mayor 1
Cercanía a falla mayor y/o zona de cizalle 5 Definir si la zona analizada está cerca de la falla mayor Unidad a menos de 100 metros de falla mayor 3
Unidad es atravesada por una falla mayor 5
Sistema de contención de flujos -5
Considerar si existen obras de contención de flujo (como piscinas no observado 1
INTERVENCIÓN ANTRÓPICA Presencia de escombros o obstrucción del canal en
10 10 decantadoras) o obstrucción del cauce por escombros, basura, baja obstrucción 5
(f3) forma artificial
troncos, otros moderada obstrucción 7
importante obstrucción 10
sin antecedentes 5
ANTECEDENTES Información escrita y/u observación de depósitos de flujos en la
15 Aluviones declarados en la cuenca hidrográfica 15 prehistóricos 10
(F4) unidad
históricos 15
Evaluar si la vegetación en la unidad es favorable o no para detener
desfavorable 10
VEGETACIÓN el mecanismo. Considerar favorable, árboles y arbustos con raíces
10 Características y rol de la vegetación 10
(F5) robustas (que actuen como decantadores naturales). Considerar
favorable 5
desfavorable vegetación fácilmente desgarrable y que aumenten el
flujo
1 compatible 1

Se evalúa si el material de la unidad es compatible con el No compatible y Unidades inmediátamente


Evaluar si en la unidad hay material compatible con 1 mecanismo. Si compatible (cauces activos o secos, trazas de encima tienen IS deslizamiento superficial suelo 1
TIPO DE MATERIAL el mecanismo y evaluar si las unidades quebradas) se multiplica suma de factores ponderados por 1. Si no > 50
(F6) inmediátamente aledañas pueden aportar dicho es compatible, se evalúa si las unidades inmediátamente por sobre
material la unidad tienen IS de Deslizamientos superficiales de suelo > 50 No compatible y unidades aledañas sobre la
(multiplicar por 1) o menor que 50 (multiplicar por 0) unidad tienen IS deslizamiento superficial suelo
0 0
< 50 o existen unidades aledañas que aporten
material

33
3.3 ALCANCES DE LA METODOLOGÍA

Para la evaluar la susceptibilidad de remociones en masa en áreas urbanas utilizando


las tablas propuestas, se sugiere una escala de trabajo entre 1:5.000 y 1:10.000 o
incluso menor, con áreas de trabajo no se superen las 150 unidades de análisis. Esto
permite identificar de mejor forma aquellas áreas sensibles a la ocurrencia de
remociones en masa a menor escala y que no logran muchas veces ser identificadas en
estudios a escala comunal.

Con esta premisa, la metodología podría ser utilizada en distintas áreas pertenecientes
a zonas urbanas, entregando así una primera aproximación antes de un análisis de
estabilidad típico, el cual podría estar orientado sólo en aquellas laderas que presenten
un índice de susceptibilidad crítico (IS > 50, alta a muy alta susceptibilidad),
optimizando así los tiempos de trabajo.

De las tablas presentadas se puede observar que, en algunos casos, el condicionante


“intervención antrópica” pondera de forma positiva o negativa, es decir, suma o resta
puntaje a la susceptibilidad total del fenómeno analizado. Esta propuesta se basa en
observaciones de terreno, aplicación y validación de la metodología en un área piloto de
análisis. En el caso del condicionante “clima”, considera que la evaluación se hará bajo
las condiciones climáticas más desfavorables en caso de cambios estacionales notorios
entre verano e invierno. De la misma forma, las condiciones de humedad de la ladera, e
incluso presencia de vegetación estará evaluada a partir de las condiciones
estacionales más favorables para la ocurrencia de cada tipo de remoción. De la misma
forma, en el caso de unidades que presenten una materialidad mixta a lo largo de la
ladera, se deben analizar todos los posibles tipos de remociones que se puedan
generar en su condición más desfavorable (altura, forma, pendiente) a no ser que se
cuenten con datos directos.

Se destaca de la metodología la incorporación de fallas geológicas como un


condicionante de generación de remociones en masa, lo que podría establecer una
forma de abordar estudios de riesgo, peligro y susceptibilidad que den cumplimiento con
la ley actualmente (O.G.U.C., apartado 2.1.17, DS N°47 de 1992 y su modificación D.O.
13.04.11), que señala como áreas de riesgo zonas con posibilidad de ser afectadas por
fallas geológicas.

Es importante señalar que las tablas propuestas están orientadas a evaluar


susceptibilidad de generación de remociones en masa, sin considerar el alcance que
estas puedan tener, en términos de distancias recorridas por la masa movilizada o
distancias de deposición respecto a la ladera. Este parámetro debiera ser evaluado en
una etapa posterior de análisis de estabilidad o cálculo de peligro de las unidades
críticas, incluyendo la cartografía de la zona urbana como variable, ya que en algunas
ocasiones puede condicionar con mayor peso el alcance de una remoción,
especialmente en el caso de los flujos (descendiendo por avenidas o frenando su
caudal con construcciones urbanas).

34
3.4 ETAPAS SIGUIENTES: ANÁLISIS DE UNIDADES CRÍTICAS Y ENTREGA DE
RECOMENDACIONES

En general, los métodos de análisis de estabilidad se basan en un planteamiento físico-


matemático en el que intervienen fuerzas estabilizadoras y desestabilizadoras que
actúan sobre el talud, determinando su nivel de estabilidad y comportamiento (González
de Vallejo et al., 2002). En el último tiempo diversos autores han desarrollado en el
mundo una serie de metodologías, utilizando diferentes herramientas que buscan
evaluar los procesos de generación de remociones en masa de forma cualitativa,
cuantitativa o mixta (Lara, 2007). En las primeras, la calificación de áreas sensibles se
basa en observaciones, consideración de condicionantes (ponderados por importancia
o no), superposición de variables o utilizando principios de lógica. En este tipo de
análisis, las variables consideradas no necesariamente son evaluadas en forma
numérica, pudiendo establecerse rangos basados en categorías como alta, media, baja,
u otras, teniendo un enfoque más subjetivo.

Por el contrario, las metodologías cuantitativas permiten evaluar los elementos que la
componen de forma numérica (a partir de modelos determinísticos, estadísticos o
probabilísticos), entregando resultados o rangos numéricos. En el caso de remociones
en masa, las metodologías cuantitativas están orientadas a determinar la estabilidad de
la ladera o definir la probabilidad de falla de la misma. La forma de abordar el problema
mediante el uso de metodologías mixtas mezcla las dos anteriores, incluyendo algunos
aspectos de manera cualitativa (como por ejemplo, los factores condicionantes
ponderados por importancia) y analizan numéricamente la estabilidad o probabilidad de
ocurrencia de un fenómeno.

Si bien existen variadas técnicas de análisis de estabilidad (geométrica, numérica,


empírica, conceptual o simplemente basadas en la experiencia), y los pasos para
abordarlos están por lo general bien establecidos tanto en la literatura y como en la
legislación, a la hora de construir no siempre se llevan a cabo, ya sea por
desconocimiento del tema o por falta de presupuesto.

Un caso típico de esto último, lo representan autoconstrucciones en áreas urbanas sin


la adecuada autorización o planificación (por lo general asociadas al segmento de
menor ingreso en el país), y que en muchas ocasiones ocupan terrenos con fuertes
pendientes sin un adecuado estudio (ver Fotografía 3.1), y en las cuales el costo de
realizar los estudios y las medidas paliativas supera con creces el valor de la vivienda,
transformándose no sólo en un problema de seguridad para sus habitantes, sino que en
un problema social.

35
Fotografía 3.1. Ejemplo de autoconstrucciones en zonas con fuertes pendientes.
Fuente: Obtención propia. Fotografía del sector Forestal (Las Palmas, Viña del Mar)

Independiente de la metodología de análisis escogida, además de considerar las


características y propiedades de las variables (geológicas, geotécnicas, hidrológicas,
etc.), la cantidad y calidad de los datos disponibles, se deben definir los alcances del
estudio y resultados que se espera tener (González de Vallejo et al., 2002), sin dejar de
lado los montos disponibles para su realización, implementación de medidas y la
urgencia que estas puedan tener.

En el Anexo C se presentan en forma general algunas de las técnicas de análisis para


distintos mecanismos de remociones en masa que usualmente se utilizan en el
mercado, no siendo parte de los objetivos del presente estudio profundizar en ellas.

36
CAPÍTULO 4. METODOLOGÍA PROPUESTA PARA LA EVALUACIÓN DE
SUSCEPTIBILIDAD DE RESPUESTA SÍSMICA ASOCIADA A FALLAS MAYORES
EN ÁREAS URBANAS

4.1 INTRODUCCIÓN

La presencia de fallas geológicas a lo largo del territorio nacional es frecuente, por lo


tanto algunas zonas urbanas se encuentran emplazadas sobre o en el entorno a estas
estructuras. La presencia de una falla geológica permite suponer una serie de posibles
consecuencias, como por ejemplo un cambio en las unidades geológicas, presencia de
zonas de cizalle o macizos rocosos con menor calidad geotécnica, en algunos casos
posible actividad sísmica asociada a fallas activas, o reactivación de fallas producto de
grandes sismos (Farías et al., 2011).

Los límites para definir si una falla es activa pueden ser variables, por ejemplo en
función de las condiciones tectónicas, o a partir de las leyes específicas de cada país, o
en función de la vida útil y niveles de seguridad de un proyecto específico. En términos
geológicos una falla activa es aquella falla que ha presentado movimiento durante el
régimen tectónico actual (Sabaj, 2008), mientras que en ingeniería geológica, una falla
activa es la que ha presentado movimiento en los últimos 10.000 años (Holoceno).
Según Kerr et al. (2003), una falla activa es aquella que ha presentado movimiento
repetidamente en el pasado y su historia indica que podría presentarlo nuevamente. En
términos de vida útil y niveles de seguridad de un proyecto, se cita como ejemplo el
diseño de presas en España, que considera evaluar sismicidad asociadas a fallas entre
1.000 y 10.000 años, mientras que para instalaciones radiactivas este periodo se
extiende por 500.000 años (González de Vallejo et al., 2002). Sabaj (2008) considera
además como fallas potencialmente activas a aquellas estructuras que coincidan con
rasgos morfológicos y/o presenten evidencias de posibles movimientos en los últimos
5,3 Ma.

Según González de Vallejo et al. (2002) las fallas sísmicas o generadoras de terremotos
tendrían un comportamiento mecánico muy diferente a una falla asísmica, donde
además de diferenciar los mecanismos de deformación que presentan y el régimen de
desplazamiento, resulta interesante saber respecto a si existe movimiento de fallas
inactivas durante grandes terremotos. Esta última interrogante se plantea por ejemplo
con el sismo de Antofagasta de 1995 (Delouis et al., 1997) o con la falla Marga-Marga
(Galdames y Saragoni, 2002; Muñoz et al., 2010), o con el sismo Mw 8.8 del 27 de
Febrero de 2010, donde se reconocieron desplazamientos co-sísmicos y deformación
en superficie (Arriagada et al., 2011), así como reactivación de fallas geológicas al
interior del continente manifestada de manera sísmica (con el terremoto de Pichilemu
del 11 de marzo de 2010, Farías et al., 2011).

En Chile existe escasa información de la génesis y actividad sísmica de cortical


(Barrientos et al., 2004). Sin embargo, existen antecedentes históricos de terremotos
asociados a este tipo de fuentes en la parte chilena de la Cordillera de los Andes, como
por ejemplo el sismo de 1958 (Las Melosas) con una magnitud de 6,9 y una profundidad
focal observada de 10 kilómetros (Lomnitz, 1961) y recalculado en 6,3 por Alvarado et
al., 2008, o el sismo de Aysén del año 2007, con una Magnitud Mw 6,2 (Sepúlveda y
Serey, 2009).
37
No obstante la carencia de información acerca de sismos superficiales en Chile, existen
zonas de reconocida actividad sísmica de tipo superficial como la zona cordillerana de
Chile Central y el Altiplano (Barrientos y Kausel, 1993). Los antecedentes de
magnitudes máximas de terremotos superficiales en Chile indicarían que en general son
menores a 7,0, aunque en la zona central de Chile existen fallas activas que podrían
generar eventos de magnitud mayor, 7,5 por el lado seguro de las observaciones
(Leyton et al., 2010), mencionando como ejemplo, la Zona de Falla San Ramón (al
oriente de la ciudad de Santiago) donde se esperarían magnitudes para sismos
importantes en del orden de Mw 6,9-7,4, dada su geometría en superficie y estructura
en profundidad (Armijo et al., 2010).

Sabaj (2008) estudia las fallas potencialmente activas de la Cordillera de la Costa en


Chile Central mediante la aplicación de relaciones empíricas, estimando el potencial
sismogénico determinístico de cada estructura a partir de su traza y mecanismo. Estas
características incluyen la magnitud máxima posible, los desplazamientos máximos y
promedio que cada falla puede ocasionar, y las aceleraciones que sufrirían las rocas
cercanas a estas fallas, determinando magnitudes (Mw) máximas posibles preliminares
en el rango entre 5,8 y 7,1.

A partir de lo descrito anteriormente, independiente de si una falla se considera activa o


inactiva, en su evaluación se debiesen incluir todos sus posibles efectos, especialmente
en áreas urbanas, y de esta forma dar cumplimiento con la ley vigente en Chile que
exige la consideración de áreas de riesgo por presencia de fallas geológicas (en el
artículo 2.1.17 de la O.G.U.C.). Dentro de los posibles efectos, se deben considerar
potenciales desplazamientos y deformación durante un sismo, ya sea mediante la rotura
de la superficie del terreno por desplazamientos de fallas activas (González de Vallejo
et al., 2002) o mediante deformaciones inducidas por fallas inactivas que generarán un
comportamiento distinto en la zona por la cual atraviesan (Galdames y Saragoni, 2002),
además de su influencia en fenómenos de remociones en masa (abordados en el
capítulo anterior).

A continuación se propone una metodología que permita determinar la susceptibilidad


de respuesta sísmica de zonas aledañas a fallas mayores en áreas urbanas, entendida
como zonas sensibles a presentar posibles deformaciones superficiales, rupturas
superficiales o una mayor intensidad ante sismos. Esta metodología es una forma
preliminar de abordar las fallas mayores que atraviesan zonas urbanas, pudiendo
profundizarse con estudios sísmológicos y geológicos-estructurales en función de los
resultados.

38
4.2 METODOLOGÍA PROPUESTA

La metodología propuesta se desarrolla básicamente en tres etapas que permiten


contar y ponderar los antecedentes para evaluar la sensibilidad de respuesta sísmica,
los que sumados resultaran en un cierto valor de susceptibilidad, aclarando que no
todos los antecedentes pueden estar disponibles o dentro de los alcances del estudio.

Etapa 1. Gabinete.
Esta etapa está orientada a recopilar todos los antecedentes disponibles de la o las
falla, tales como:
- Antecedentes geológicos. Revisión de mapas geológicos y publicaciones que
hagan referencia a la ubicación de trazas, tipo de falla, movimientos en tiempo
geológico, desplazamiento de unidades.
- Antecedentes geomorfológicos. Revisión de fotografías aéreas, imágenes
satelitales, publicaciones, mapas topográficos y modelos de elevación digital que
permitan identificar potenciales saltos acumulados, movimientos cosísmicos,
desniveles y escarpes, desviación de cauces y escalones morfológicos, entre
otros.
- Antecedentes sísmicos y paleosísmicos. Revisión de publicaciones y estudios
que den cuenta del marco tectónico y posibles movimientos recientes, además
de análisis paleosismicidad de la falla, donde se estimen magnitud de
paleoterremotos o que establezcan dataciones de eventos sísmicos.
- Antecedentes de daños por sismos históricos. A partir de registros históricos,
prensa y estudios anteriores, considerar la ocurrencia de daños a construcciones
e infraestructuras posteriores a un evento sísmico, como por ejemplo
construcciones con daño estructural, orden de desalojo u orden de demolición.

Se sugiere que los antecedentes sean geo referenciados y trabajados mediante el uso
de sistemas de información geográfica (SIG).

Etapa 2. Terreno.
Esta etapa está orientada a recopilar evidencias de terreno que permitan identificar o
validar información recopilada en la etapa anterior, como por ejemplo antecedentes
geológicos y geomorfológicos de la existencia de la falla. Específicamente se
recomienda realizar:

- Mapeo geológico y estructural orientado a validar la existencia, ubicación,


disposición, ancho de la traza de la falla y posibles rellenos de las estructura.
- Caracterización del macizo en el entorno a la fallas
- Recoger evidencias de posible actividad reciente (observando por ejemplo,
desplazamientos en depósitos más jóvenes que 5,3 Ma (Sabaj, 2008) o
movimientos en los últimos 10.000 años.

Etapa 3. Gabinete.
La última etapa está orientada a realizar la superposición de antecedentes recopilados
en las dos etapas anteriores, lo que permitirá la definición de unidades de análisis en el
área de estudio y evaluación de los condicionantes. Se sugiere el uso de Sistemas de
Información Geográfica (SIG) para facilitar la superposición de antecedentes, la

39
definición zona de análisis y su división en unidades (por ejemplo, ArcMap de ArcGis)
como se muestra en la Figura 4.1

Figura 4.1. Esquema mostrando de forma gráfica cómo abordar la metodología


propuesta.
Fuente: Elaboración propia

40
4.2.1 UNIDADES DE ANÁLISIS

Se propone la división del área de estudio en unidades de análisis basándose en


criterios geométricos a partir de la traza de la falla principal a evaluar, tomando en
consideración la disposición de esta respecto a la zona urbana. Esta subdivisión
permitirá definir una o varias franjas en el entorno a la estructura que pudiesen
presentar una respuesta sísmica particular (como deformaciones, rupturas o una mayor
intensidad sísmica).

El ancho de las unidades puede variar en cada caso particular de estudio, sin embargo
como antecedente se citan estudios de planificación territorial sobre fallas activas en
Nueva Zelanda, donde se sugiere considerar franjas de 20 metros a cada lado de la
traza de una falla activa (Kerr et al., 2003), siempre y cuando la información sobre la
ubicación de la falla sea confiable, o en California (USA), donde la distancia a
considerar ha variado a lo largo del tiempo y en función de la certeza geológica de la
traza, considerándose en los primeros mapas (antes de 1977) una distancia de 200
metros alrededor de una falla activa, variando a 150 metros en el caso de las fallas
medianamente definidas y entre 60 a 90 metros en la caso de fallas bien definidas. En
el caso de Chile, Mardones et al (2001), considera como factor para la evaluación del
riesgo sísmico en áreas urbanas de Concepción la cercanía a una falla a más de 200
metros, entre 100 y 200 y menos de 100 metros.

Particularmente en este estudio se sugiere la división en franjas paralelas a la falla de


ancho 100 metros, considerando la distancia estándar que existe entre cuadras
(manzanas) y el área cubierta en el caso de aplicación (capítulo 7), pudiendo ser
ajustada a otros requerimientos. Los límites de las unidades de análisis en el sentido del
rumbo de la falla, quedarán definidos por los límites urbanos de la zona de interés en el
caso que la traza se extienda por fuera del área de estudio, o bien ser incluidas como
una unidad adicional en aquellos casos en que la traza de la falla quede completamente
acotada dentro del área de análisis.

4.2.2 FACTORES CONDICIONANTES Y PONDERADORES PROPUESTOS

A continuación se describen los factores condicionantes a evaluar para determinar la


susceptibilidad de posible respuesta sísmica de terrenos urbanos ante la presencia de
fallas mayores, y los aspectos considerados en cada uno.

• Daño (F1). La medición y catastro de daños causados por un sismo resulta una
información fundamental para estudios de riesgo y microzonificación sísmica,
existiendo más de una escala que permite evaluarlos y compararlos. Se cita como
ejemplo, la escala de Mercalli Modificada (IMM) y la escala M.S.K. (Medvedev et al.,
1964 en Monge y Astroza, 1989), ambas graduadas en 12 niveles, y que se obtienen
a partir de los daños que se producen en las viviendas de la ciudad luego de
producido un sismo de gran magnitud. La diferencia entre ambas, radica en que la
escala M.S.K. incorpora en la estimación del daño de distintas viviendas según el
tipo de construcción, separándolas por vulnerabilidad.

41
En el caso particular del presente estudio, y considerando que el objetivo final es
definir susceptibilidad de respuesta sísmica asociadas a fallas y no una
microzonificación sísmica, la recopilación de información de daños se refiere al
registro a edificaciones de cualquier tipo que hayan presentado un deterioro mayor
por sismos importantes registrados en el área de estudio (independiente del tipo de
sismo), y puede obtenerse mediante estudios anteriores (de riesgo sísmico,
microzonificación sísmica, catastros municipales, entre otros), información de
prensa, registros históricos o bien a partir de observaciones en terreno. La
ponderación se basa en la presencia de edificaciones con daño estructural, colapso
evidente, peligro de derrumbe o desalojo por parte de las autoridades.

• Evidencias geológicas y geomorfológicas de terreno (F2). El segundo


condicionante ponderado toma en cuenta los datos obtenidos en terreno (Etapa 2)
que pretenden validar la información referida a la existencia de la falla (o fallas) en el
área de estudio y su posible actividad reciente. Particularmente se evalúa evidencias
de su existencia (como reconocimiento de traza en afloramientos, presencia de
brecha de falla o zona cizallada, planos estriados, entre otras) y evidencias de
posible actividad reciente (como deformación asociada a la falla en depósitos post-
miocenos, deformación en suelos cuaternarios, entre otros). Se debe resaltar que la
sola observación de posibles desplazamientos en depósitos recientes no es
suficiente para definir si una falla es activa o no.

• Distancia de la unidad respecto a la traza (F3). A partir de las unidades de


análisis definidas (para este trabajo de ancho 100 metros) en forma paralela y
longitudinal a la traza, se evalúa la distancia que existe entre las distintas unidades y
la traza de la falla, considerando como base si la estructura atraviesa la unidad o se
encuentra en las unidades inmediatamente aledañas. Para ello, los rangos
considerados son de menos de 50 metros entre la traza y la unidad (falla atraviesa
unidad), entre 50 y 150 metros (falla atraviesa unidades inmediatamente aledañas),
entre 150 y 250 metros (falla atraviesa la zona en menos de dos unidades de
distancia) y más de 250 metros (fallas a más de 2 unidades de distancia).

• Antecedentes (F4). Este factor evalúa los aspectos recopilados en la Etapa 1 de


trabajo (recopilación de antecedentes y publicaciones anteriores), evaluando por un
lado la existencia de información geológica y geomorfológica oficial y publicaciones
anteriores que indiquen la existencia de la falla, y por otro lado, la existencia de
antecedentes sísmicos en los cuales se sugiera actividad actual, evaluando la
existencia de publicaciones o antecedentes de actividad sísmica difusa en el área de
estudio (información obtenida a partir de catálogos sísmicos públicos, como el del
Servicio Sismológico de la U. de Chile) y el National Earthquake International Center
(NEIC). Como el problema planteado es estimar la susceptibilidad, los ponderadores
se basan en la existencia y número de publicaciones o la existencia de antecedentes
no publicados.

• Deformación en superficie (F5). Este condicionante evalúa la existencia de


antecedentes o evidencias de deformación en superficie en las distintas unidades de
análisis después de un sismo de importancia (como por ejemplo ruptura de terrenos,
presencia de grietas, deformación de pavimentos, desplazamiento de superficie o en

42
infraestructuras) y cuya ponderación se basa en la existencia de antecedentes o
evidencias claras, antecedentes no publicados, la ausencia de antecedentes o
antecedentes publicados que descarten la deformación. Este último escenario
disminuye la susceptibilidad (ponderador negativo).

Los ponderadores considerados para cada condicionante y su desglose se presentan


en la Tabla 4.1.
Tabla 4.1.
Factores máximos considerados para evaluar susceptibilidad por fallas mayores

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx.

Daños por último sismo importante 15


DAÑO
30
(F1)
Daño registrado por sismos
15
históricos
EVIDENCIAS GEOLÓGICAS Y Evidencias de terreno de la
20
GEOMORFOLÓGICAS DE existencia de la falla en la unidad
30
TERRENO Evidencias de terreno de posible
10
(F2) actividad reciente
DISTANCIA DE LA UNIDAD Ubicación y distancia de la traza(s)
RESPECTO A LA TRAZA(S) 20 de la falla(s) con respecto a la 20
(F3) unidad

Antecedentes Geológicos 3
ANTECEDENTES
10
(F4) Antecedentes Geomorfológicos 3

Antecedentes Sísmicos 4

DEFORMACIÓN EN
Antecedentes de deformación en
SUPERFICIE 10 10
superficie con sismos importantes
(F5)

En la Tabla 4.2 se presenta el desglose de los distintos factores con sus respectivas
especificaciones y rangos considerados en cada caso. El índice de susceptibilidad de
respuesta sísmica por presencia de fallas en áreas urbanas quedará finalmente
calculado como:

IS_fallas = F1 + F2 + F3 + F4 + F5

43
Tabla 4.2.
Desglose de factores y peso (en %) para cada rango

FACTOR % máx. DESGLOSE DE FACTORES % máx. ESPECIFICACIONES RANGOS %


Más de una edificación con daño estructural, colapso, peligro de derrumbe y/o desalojo 15
Considerar a partir del último sismo de importancia registrado la presencia
Al menos una edificación con daño estructural, colapso, peligro de derrumbe y/o desalojo 10
Daños por último sismo importante 15 de edificaciones en la unidad que presenten: daño estructural y/o colapso o
Sin antecedentes 4
DAÑO peligro de derrumbe y/o orden de desalojo Ninguna edificación en la unidad con daño estructural, colapso, derrumbe y/o desalojo 0
30
(F1) Registro de daño en la unidad en base a información escrita y datos registrados 15
Considerar a partir de los grandes sismos históricos registrados si se cuenta
Daño registrado por sismos Registro de daño en el área en función información escrita (no específica a la unidad) 10
15 con datos de daño intenso o colapso de estructuras en la unidad o en el
históricos Registro de daño en el área a partir de fuentes de información informal (oral u otra) 4
área Sin antecedentes 2
Evaluar si existen antecedentes de terreno que permitan validar la
Existencia de evidencias de terreno
Evidencias de terreno de la existencia de la falla, como por ejemplo presencia de planos de falla, 20
20
existencia de la falla en la unidad brecha de falla, salbanda, zonas de cizalle y planos estriados, mala calidad
EVIDENCIAS GEOLÓGICAS Y Sin evidencias de terreno
del macizo rocoso, u otro en la Unidad 2
GEOMORFOLÓGICAS DE TERRENO 30
(F2) Evaluar si existen antecedentes que permitan sugerir o validar actividad Existencia de evidencias de terreno
Evidencias de terreno de posible 10
10 reciente en la falla, como escarpes recientes, grietas en superficie,
actividad reciente
deformación del suelo, otros en la Unidad Sin evidencias de terreno
1
Traza(s) de falla(s) a menos de 50 metros de la unidad de análisis 20
DISTANCIA DE LA UNIDAD RESPECTO
Ubicación y distancia de la traza(s) Considerar si la unidad es atravesada por una o varias trazas de la falla o la Traza(s) de falla(s) entre 50 y 150 metros de la unidad de análisis 10
A LA TRAZA(S) 20 20
de la falla(s) con respecto a la unidad distancia que existe entra la traza(s) y la unidad Traza(s) de falla(s) entre 150 y 250 metros de la unidad de análisis 5
(F3) Traza(s) de falla(s) a más de 250 metros dela unidad de análisis 1
Más de una publicación y/o más de una traza definida 3
Evaluar si existen antecedentes de publicaciones y mapas geológicos que
Antecedentes Geológicos 3 Sólo una publicación incluyendo traza(s) 2
indiquen la presencia de la falla y/o trazas en la unidad
Sin antecedentes 1
ANTECEDENTES
10 Existencia de más de una publicación o mapas geomorfológicos que indiquen o sugieran la existencia de la falla
(F4) 3
Evaluar su existen antecedentes geomorfológicos publicados que indiquen
Antecedentes Geomorfológicos 3 Sólo una publicación qie sugiera antecedentes geomorfológicos de la traza(s)
la presencia de la falla (y/o trazas) en la unidad. 2
Sin antecedentes 1

Antecedentes de sismicidad difusa en el área de estudio en el entorno a la falla (catálogos sísmiscos)


4
Evaluar si existen antecedentes sísmicos publicados o no que sugieran
Antecedentes Sismicos 4 Antecedentes sísmicos publicados que sugieran actividad reciente de la falla
actividad actual 2
Sin antecedentes 1

Evidencias claras y/o antecedentes publicados de deformación en superficie de la unidad a causa de sismo
10
Evaluar si existen antecedentes (publicados u observados en terreno) de
DEFORMACIÓN EN SUPERFICIE Antecedentes de deformación en Antecedentes informales o no publicados de deformación superficial en la unidad por sismo en la unidad
10 10 deformación en superficie producto de un sismo (como grietas de tensión, 5
(F5) superficie con sismos importantes
hundimientos, deformación del pavimento, etc.) Sin antecedentes 1
Antecedentes publicados de la inexistencia de deformación en superficie producto de sismo -5

44
4.2.3 ALCANCES DE LA METODOLOGÍA

Como se ha mencionado anteriormente, la metodología propuesta está orientada


solamente a evaluar susceptibilidad de respuesta sísmica por fallas mayores en áreas
urbanas, lo que permite en una primera etapa definir si resulta interesante profundizar
en estudios sísmicos y estructurales de la falla, así como dar respuesta a los
requerimientos legales en Chile (específicamente la O.G.U.C., artículo 2.1.17) de
manera fácil, ya que en esta etapa no se requieren ensayos o mediciones de suelo,
debido a que los factores condicionantes ponderados se basan básicamente en
antecedentes y observaciones geológicas.

La metodología propuesta no diferencia entre fallas activas o inactivas. Su aplicación y


resultados pueden alertar sobre zonas más sensibles a sufrir una respuesta sísmica
mayor por la presencia de fallas, lo que se traduce en una necesidad de estudios
sísmicos y estructurales más profundos.

Dentro de los factores evaluados, no se incorporan las diferencias geológicas-


geotécnicas de los terrenos, propiedades mecánicas y sísmicas de los suelos, ni
tampoco la geología superficial donde se hacen las construcciones (primeros 30 metros
bajo superficie), dado que no está en los objetivos evaluar la respuesta sísmica en
función de las propiedades de los suelos (o efecto de sitio) ni tampoco hacer una
microzonificación sísmica.

45
CAPITULO 5. AREA DE ESTUDIO DE CASO VIÑA DEL MAR – V REGIÓN CHILE
CENTRAL
5.1 UBICACIÓN GENERAL Y ACCESOS

La comuna y ciudad de Viña del Mar, se ubica en la provincia de Valparaíso, V región


costa, en las coordenadas 33°01' latitud Sur y 71°33' longitud Oeste (a 120 km al
noroeste de Santiago y 8 km al norte de la comuna de Valparaíso) siendo conocida por
ser una de las ciudades balnearios más importantes de la zona central de Chile (Ver
Figura 5.1). Su demografía según el Censo del año 2012, indica que tiene 286.931 en
una superficie de 122 Km2, y una densidad poblacional de 2.402,99 Habitantes/Km2.

Figura 5.1. Ubicación de la Comuna de Viña del Mar en la V Región.


Fuente: http://www.wikipedia.org/

La conectividad entre la ciudad de Viña del Mar y la Región Metropolitana, es por la ruta
Ruta 68, accesando a la ciudad por la vía Agua Santa o Ruta 60 (Camino Las Palmas).
Internamente, la ciudad de Viña del Mar conecta a través de rutas concesionadas y
calles principales con Valparaíso (al sur) por Av. España, Concón (norte) por camino
costero (Av. Borgoño) y ruta interior (camino Concón – Reñaca) y Quilpué (este) con
Camino Troncal interior o ruta concesionada (Autopista Troncal Sur).

46
5.2 MARCO GEOMORFOLÓGICO

5.2.1 ANTECEDENTES

Geomorfológicamente, la V región se caracteriza por presentar tres zonas en sentido


longitudinal (ver Figura 5.2). De este a oeste se reconocen la franja oriental, con
pendientes abruptas generadas por la presencia de macizo cordillerano andino
(Cordillera de los Andes), mientras que el tercio central de la región se caracteriza por
una mezcla proporcional de pendientes fuertes y pendientes suaves. Las primeras
asociadas a la Cordillera de la Costa (de lomas bajas y onduladas) y cordones
transversales, y las segundas se generan en fondos de valles rellenos con depósitos
aluviales provenientes de sectores altos.

El sector occidental de la región, donde se ubica la zona de estudio, se caracteriza por


presentar un relieve maduro y suave de formas llanas, caracterizado por pendientes
más bajas que escasamente superan los 400 metros sobre el nivel del mar (Álvarez,
1964).

SECTOR
CORDILLERANO
SECTOR ANDINO:
CORDILLERA Alta montaña glacial
DE LA y media montaña
COSTA: periglacial
Sistema Andino
Costero,
Cordillera de la
costa volcánica
SECTOR COSTERO: e Intrusiva y
Planicies Litorales, Batolito costero y llanos fluviales
alternancia costa rocosa y arenosa

Figura 5.2. Unidades Geomorfológicas V Región de Valparaíso.


Fuente: MINVU V Región - PRDUT

47
El tipo de relieve que se presenta en la franja occidental tiene formas llanas y ha sido
interpretado como terrazas de abrasión marina (Álvarez, 1964), la cuales se intercalan a
sectores con pendientes más o menos abruptas correspondientes a acantilados
erosionados y zonas de quebradas. Esta morfología daría cuenta de una costa típica de
transgresión y regresión marina, evidenciando cambios en el nivel del mar con formas
características como terrazas de abrasión y ambientes de depositación (tipo delta y
estuariales), junto evidencia de procesos de solevantamiento y alzamiento tectónico
(Álvarez, 1964).

Según Castro y Brignardello (1997) entre Concón y Quintay se reconocen tres niveles
de terrazas de abrasión marina. Uno superior, entre 360 y 320 m s.n.m., uno intermedio
entre los 280 y 230 m s.n.m. y uno bajo entre los 90 y 20 m s.n.m., mientras que en
algunos sectores se podrían encontrar niveles intermedios que presentarían depósitos
marinos y en ocasiones con alto contenido fosilífero. Es importante resaltar la dificultad
que representa la correlación entre las terrazas en sentido longitudinal (N a S) a cada
lado de las quebradas principales (ver Figura 5.3), y que han sido interpretadas como
dislocaciones tectónicas que han sufrido en el cuaternario (Castro y Brignardello, 1997,
y Álvarez, 1964), asociado a lineamientos estructurales noroeste que siguen el curso de
las quebradas principales, las cuales siguen líneas rectas evidenciando un posible
control estructural (ver Figura 5.4).

-N- -S-
450m
Cerro Curauma

250m Valparaíso

Aconcagua Reñaca Marga-Marga El Sauce


Quintay
50m
0m 5000m 10000m 15000m 20000m 25000m 30000m 35000m

Figura 5.3. Perfil morfológico de la costa entre Aconcagua y Quintay mostrando dislocaciones tectónicas
generadas por fallas asociadas a quebradas
Fuente: Geomorfología aplicada al Ordenamiento Territorial de la franja costera entre Concón y Quintay
(Castro y Brignardello, 1997)

Por otro lado, la línea de costa en la región no es recta. De norte a sur, el tramo entre
Reñaca y Viña del Mar se presenta más bien recta con dirección norte sur a noreste,
adoptando una geometría cóncava hacia el norte, con algunas puntas y bahías menores
(sector Portales). Hacia Valparaíso la costa adopta la configuración de Bahía limitada al
sureste por la punta del sector caleta Torpederas (Figura 5.4)

48
N

REÑACA

TORPEDERAS
VIÑA DEL MAR

VALPARAÍSO

Figura 5.4. Imagen satelital Google Earth de la zona de estudio.


Fuente: Imagen Google earth modificada

Siguiendo hacia el oeste, en la zona marina se reconocen la plataforma continental y los


cañones submarinos (Figura 5.5). La primera presenta en la región escaso desarrollo
(unos pocos kilómetros), mientras que de los cañones submarinos (que corresponden a
grandes incisiones debido al ingreso de aguas continentales a través de las
desembocaduras de ríos), el principal corresponde al cañón de San Antonio, al sur de la
zona de estudio.

FRANJA
ORIENTAL
FRANJA
CENTRAL
FRANJA
OCCIDENTAL

Figura 5.5. Perfil geomorfológico V Región.


Fuente: Modificado de Vergara 1996 (Informe en informe Diagnóstico Microzonificación borde
costero. GORE Valparaíso, División de Planificación y Desarrollo. 2009)

49
Específicamente, las comunas de Valparaíso y Viña del Mar forman parte de un sistema
de depresiones costeras adosadas al borde occidental de la Cordillera de la Costa
(Álvarez, 1964), con presencia de sectores planos actualmente ocupados por zonas
urbanas (Lépez, 2005).

En el caso de la comuna de Valparaíso, su área urbana se encuentra emplazada


alrededor de la bahía del mismo nombre, ocupando la parte inferior del territorio de la
cuenca hidrográfica conformada por el conjunto de quebradas que drenan hacia la
bahía. La franja costera objeto de la ocupación urbana parece corresponder a un
remanente de una desgastada terraza de abrasión – depositación de tipo marina (de
alturas promedio 7 m s.n.m.), que aumenta en altura a medida que se avanza hacia el
oriente (Hauser, 2003). El plan de la ciudad de Valparaíso estaría construido sobre una
antigua playa cubierta por relleno artificial y escombros (Grimme y Álvarez, 1964;
Hauser, 2003). A partir del plan, la ciudad se ha extendido internándose por las
quebradas y ocupando también los faldeos de los cerros que tienen características de
acantilado, por lo que es posible encontrar terrazas o quiebres de pendiente
significativos (ver Fotografía 5.1)

TERRAZAS SUPERIORES
400 msnm

BAHÍA DE VALPARAÍSO
SECTOR PLANO
7msnm

Fotografía 5.1. Vista general bahía de Valparaíso mostrando sector plano (antigua playa cubierta por
construcciones) y crecimiento de la ciudad hacia sectores altos (terrazas)
Fuente: Obtención propia.

La ciudad vieja de Valparaíso o casco urbano primitivo habría sido fundado hacia 1544,
en una franja plana a una altura media de entre 10 y 15 m s.n.m. (Hauser, 2003).
Cuando los terrenos planos fueron ocupados, fue necesario el relleno de los sectores
llanos para emparejamiento con materiales artificiales, entre los cuales se cita variados
tipos de suelos provenientes de cortes, escombros de demoliciones, trozos de madera,
hormigón, ladrillo, entre otros. Una vez ocupados los sectores planos, el crecimiento de
la ciudad fue hacia los sectores altos dispuestos hacia el sur, donde el terreno se
presenta con pendientes moderadas a altas (15° a 35°), conformando un plano regular,
inclinado e interrumpido por una serie de cursos de aguas (quebradas, quebradillas)
rectas, con mayor desarrollo por acción pluvial y que drenan las aguas hacia el mar.

Según Álvarez (1964), en el sector occidental de Valparaíso se reconocen nueve


niveles de terrazas marinas, cuyos niveles bajos oscilan entre los 20 y 60 m s.n.m. y los
niveles superiores estarían por sobre los 320 m s.n.m. Los niveles aterrazados no
estarían cubiertos por depósitos sedimentarios (Álvarez, 1964) y la roca intrusiva
jurásica sobre la cual están labrados los sistemas de terrazas está meteorizada y forma
distintos horizontes amaicillados (Hauser, 2003). La inclinación en las laderas,

50
especialmente aquellas en cortes de roca, tienen ángulos que incluso llegan a los 60°-
65° (Hauser 2003), mostrados a modo de ejemplo en la Fotografía 5.2.

FUERTES PENDIENTES EN
LADERAS ARTIFICIALES EN
ROCA (VALPARAÍSO)

Fotografía 5.2: Vista laderas artificiales sector costero entre Valparaíso y Viña del Mar
mostrando fuertes pendientes
Fuente: Obtención propia.

Hidrográficamente entre Valparaíso y Viña del Mar se reconocen múltiples cuencas de


tipo local, que encausadas llegan a los sectores llanos costeros y que drenan los cursos
(en su mayoría esporádicos) hacia las zonas planas (Figueroa et al., 1997).

Las numerosas quebradas que desembocan en la parte llana de Valparaíso se


disponen en forma aproximadamente radial, provenientes de 6 cuencas hidrográficas
importantes que drenan hacia los sectores centricos: Cajilla – Clave; Tomás Ramos;
Cumming – Almirante Montt; Ferrari, Av. Francia y Las Zorras. En general estas
quebradas se presentan profundas, escarpadas y rectas (Lépez, 2005). Esta forma
plana de la ciudad de Valparaíso en forma semicircular y cóncava hacia el norte, entre
cerro Barón por el este y punta ángeles por el noroeste (Hauser, 2003) sumado a los
cerros que hidrográficamente drenan hacia la ciudad, le da un aspecto de antiteatro
(Lépez, 2005). Hacia el norte, las quebradas que separan los cerros Recreo,
Esperanza, Placeres y Barón presentan dirección noroeste y mayores profundidades en
las proximidades de su desembocadura (Lépez, 2005) que directamente hacia borde
costero.

En tanto la comuna de Viña del Mar, presenta tres unidades geomorfológicas


principales dadas por su relieve: el fondo de valle, los niveles aterrazados y los cerros
de la Cordillera de la Costa hacia el este. El fondo de valle corresponde a la llanura que
ocupa el centro de la ciudad y se encuentra atravesada por el estero Marga-Marga, y
que correspondería en una terraza aluvial entorno al estero con alturas medias de 6,5 a
9 m s.n.m. (Thorson, 1999) Los límites de esta unidad al norte y al sur son cerros con
altitudes variables correspondientes a terrazas litorales o terrazas de abrasión marina.
51
En cuanto a los niveles aterrazados, corresponden a superficies relativamente planas
disectadas por profundas quebradas y zonas de erosión. Los niveles aterrazados a
ambos lados del estero Marga-Marga son discordantes entre sí, exhibiendo distintas
alturas a ambos lados (Álvarez 1964). Al noreste del estero predomina una terraza de
gran extensión ubicada entre los 200 y 240 m s.n.m. identificándose además algunos
remanentes de otros niveles de terrazas (uno a los 380 m s.n.m. y otro a los 450 m
s.n.m.) que emergen como cerros aislados (ver Fotografía 5.3). La terraza principal se
muestra como una superficie más o menos llana (siendo de tipo abrasión marina)
encontrándose sólo escasos depósitos sedimentarios sobre ella restringidos al margen
noreste del estero (Álvarez 1964).

GÓMEZ CARREÑO
350msnm
200msnm 200msnm

70msnm 100msnm

REÑACA

HOTEL
MIRAMAR

Fotografía 5.3. Vista global morfología tipo terrazas sector norte estero Marga-Marga
Fuente: Obtención propia

Al sur del estero Marga-Marga, los niveles aterrazados son más altos (ver Fotografía
5.4), ubicándose la terraza principal a cotas superiores a 250 m s.n.m. alcanzando más
de 450 m s.n.m. al sur de Valparaíso.

Al norte de la comuna, específicamente en el balneario de Reñaca, el sector céntrico se


emplaza en un valle con orientación EW atravesado por el Estero del mismo nombre y
los cerros que rodean el Estero tienen altitudes variables entre 100 y 200 m s.n.m. y los
niveles de erosión son menores debido a los menores niveles de urbanización
(Fotografía 5.3).

52
400 msnm

VALPARAÍSO
AGUA SANTA
200msnm
RECREO
100msnm

VIÑA DEL MAR


9 msnm

SPORTING CLUB
10msnm

Fotografía 5.4. Vista global morfología tipo terrazas sector sur estero Marga-Marga
Fuente: Modificada de Google earth

Hacia el norte, en el tramo entre Reñaca y la comuna de Concón se desarrolla una zona
de lomaje con pendientes más suaves en zonas de dunas y un acantilado costero
rocoso de fuertes pendientes. Si bien en los antecedentes recopilados se indican
menores niveles de erosión hacia el sector de Reñaca, en los últimos años el
crecimiento inmobiliario ha generado una fuerte intervención de los sectores de dunas,
generando la deforestación y reactivación de las dunas (ver Fotografías 5.5 y 5.6).

Fotografías 5.5 y 5.6. Izquierda (5.5): Vista al sur de sector Reñaca indicando morfología de bahías y
acantilados con sectores altos planos en dunas, con fuerte desarrollo inmobiliario. Derecha (5.6): Vista
sector Reñaca – Concón evidenciando acantilado costero de fuertes pendientes rocoso y sector dunario
con zonas de remoción de vegetación con fines inmobiliarios
Fuente: Obtención propia

53
Como se mencionó anteriormente, los cursos de agua de la comuna siguen líneas
rectas, especialmente los esteros Reñaca y Marga-Marga. En términos hidrográficos, la
mayor cuenca de la comuna de Viña del Mar es la alimentadora del estero Marga-
Marga, que se extiende hacia el sureste de la zona de estudio, incluyendo las
localidades de Viña de Mar, Quilpué y Villa Alemana (Figueroa y Portal, 1997). La
cuenca del estero Marga-Marga forma parte de las cuencas adosadas a la parte
occidental de la Cordillera de la Costa, cuya parte central está disectada en sentido
longitudinal por un angosto valle que da paso a una llanura aluvial de Viña del Mar, por
donde escurre el estero. El límite de la cuenca del Marga-Marga se diluye hacia el
sector de la población Vergara (desde 6 oriente con 7 Norte hasta el Casino de Viña)
donde la superficie del terreno es plana y se han producido modificaciones por
urbanización (Figueroa et al., 1997).

La prolongación del estero Marga-Marga desde el SW hacia el NW por donde atraviesa


la ciudad de Viña del Mar, se conoce como estero Viña del Mar, y en su parte más
proximal a la desembocadura (últimos 5 kilómetros) habría sido encausado en forma
artificial mediante muros de hormigón (Figueroa et al., 1997) lo que genera además una
rotación en su desembocadura en los últimos 2 kilómetros con orientación aproximada
EW.

5.2.2 MODELOS DE PENDIENTES Y ELEVACIÓN DIGITAL

La información topográfica del área de estudio fue recopilada en distintas entidades


gubernamentales y municipales, e incluye:

• Cartografía SAF Viña del Mar (plano DWG con curvas cada 5 metros a escala
comunal). Ilustre Municipalidad de Viña del Mar.
• Información topográfica segmentada (por tramos) empresa Chilquinta (curvas
cada 5 metros).
• Base de datos topográfica de las comunas Valparaíso y Viña del Mar (Seremi
Minvu).
• Archivos Zonal Valparaíso (1:10.000) Valparaíso – Viña del Mar. Concesión
ESVAL.
• Base de datos topográficas “Gran Valparaíso” – Seremi Minvu.
• Plano de Roles PRC Viña del Mar.
• Base de datos topográfica comuna de Valparaíso cada 1 metro.
• Base Topográfica Viña del Mar (curvas cada 5 metros), oficina de Catastro y
Proyecto URB-AL, Dirección de Obras, Ilustre Municipalidad de Viña del Mar.

A partir de toda la información disponible, se generó una base de datos topográfica


única con curvas cada 5 metros, con lo que se generaron modelos digitales de
pendientes y elevaciones utilizando herramientas de Sistemas de Información
Geográfica (SIG), específicamente el software ArcMap 10.0. Los modelos se generaron
a partir de la topografía de la comuna utilizando las metodologías en base a la
generación de imágenes de alta resolución (raster) y mapas hipsométricos. Ver Figuras
5.6 y 5.7. Los rangos de elevación escogidos para mostrar los resultados, se basan
principalmente en las alturas de los distintos niveles aterrazados reconocidas en el
área.

54
Reñaca
Leyenda
0 – 54 m s.n.m.
54 - 108 m s.n.m.
108 – 162m s.n.m.
162 – 217 m s.n.m.
Gómez
217 – 271 m s.n.m. Carreño
271 – 325 m s.n.m.
325 – 375 m s.n.m.

> 375 m s.n.m.

Vialidad
Población
Miraflores
Vergara

Recreo

Forestal

Figura 5.6. Mapa hipsométrico de Viña del Mar


Fuente: Elaboración propia

55
Leyenda
0 – 54 m s.n.m.
54 - 108 m s.n.m.
108 – 162m s.n.m.
162 – 217 m s.n.m.

217 – 271 m s.n.m.


271 – 325 m s.n.m.
325 – 375 m s.n.m.

> 375 m s.n.m.


Playa Ancha Vialidad Esperanza

Barón
Almendral

Figura 5.7. Mapa hipsométrico de Valparaíso


Fuente: Elaboración propia

En las Figuras 5.6 y 5.7 es posible visualizar los sectores llanos y de baja altura del
Plan de Viña del mar y Valparaíso, rodeado de pendientes mayores dispuestas en
forma aterrazadas.
Las Figuras 5.8 y 5.9 muestran Modelos de Pendientes de ambos sectores, utilizando la
clasificación basada en March (1978), en Aguiló et al (1993), y lo propuesto por Monett
(1996): Pendiente muy fuerte (> 45º); Pendiente fuerte: entre 30º y 45º; Pendiente
moderada a fuerte: entre 20º y 30º; Pendiente moderada: entre 15° y 20° y Pendiente
suave: < 5º. A partir de los modelos de pendientes mostrados en la Figuras 5.8 y 5.9, se
valida la existencia de sectores planos y con pendientes suaves (colore verde)
correspondiente a los niveles aterrazados, los cuales estarían intercalados por
pendientes moderadas a fuertes (color amarillo, anaranjado y rojo) correspondientes a
quebradas y acantilados costeros.

56
Reñaca

Leyenda
0° – 5°
5° - 15° Gómez
15° - 20° Carreño
20° - 30°
30° - 45°
45° - 90°
Vialidad
Población
Vergara Miraflores

Recreo

Forestal

Figura 5.8. Mapa de Pendientes de Viña del Mar


Fuente: Elaboración propia

57
Leyenda
0° – 5°
5° - 15°
Playa Ancha
15° - 20°
20° - 30°
Esperanza
30° - 45°
45° - 90°
Vialidad

Barón
Almendral

Figura 5.9. Mapa de Pendientes de Valparaíso


Fuente: Elaboración propia

5.3 MARCO GEOLÓGICO

5.3.1 ANTECEDENTES

El presente capítulo se basa en los trabajos de:

Álvarez, 1964. Geología del área Valparaíso – Viña del Mar. Instituto de
Investigaciones Geológicas (IIG) Chile, Boletín N.° 16
Corvalán y Munizaga, 1972. Edades radiométricas de rocas intrusivas y
metamórficas de la Hoja Valparaíso – San Antonio. Instituto de Investigaciones
Geológicas, Chile. Boletín N.° 28.
Gana et al., 1996. Mapa Geológico del Área de Valparaíso – Curacaví 1:100.000.
SERNAGEOMIN
Rivano et al., 1993. Carta Geológica de Chile Hojas Quillota Portillo escala
1:250.000. SERNAGEOMIN
Sabaj, 2008. Identificación y caracterización de estructuras potencialmente
activas en la cordillera de la costa, entre los 33° y 33°45’ Sur. Memoria para
optar al título de Geólogo. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas. Departamento de Geología.
Thorson, 1999. La falla “Marga-Marga” Viña del Mar – Chile. Departamento de
Obras Civiles UTFSM.
58
Toro, 2007. Influencia de las características geológicas en las propiedades
geotécnicas de granitoides jurásicos y suelos asociados en la Ruta 68. Memoria
para optar al título de Geólogo. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas. Departamento de Geología.

A escala regional, geológicamente la Cordillera de la Costa y sectores costeros están


constituidos por un basamento de rocas metamórficas e intrusivas del paleozoico y
mesozoico, cubiertas en los sectores costeros por varios niveles de terrazas de
abrasión subhorizontales, compuestas por sedimentos poco consolidados de origen
marino y continental cenozoicos y sedimentos cuaternarios de origen fluvial, aluvial,
eólico y marino.

Lo anterior, implica en términos geotécnicos la existencia de una diversa gama de


materiales y rocas en la zona, que involucra rocas rígidas intrusivas y metamórficas,
unidades de rocas meteorizadas y amaicilladas, arenas y depósitos semi consolidados
a no consolidados, y unidades afectadas presencia de fallas geológicas.

Si bien existen diferencias entre los trabajos recopilados y analizados en términos de


distribución de algunas unidades, nomenclatura y asignación de edades, lo cierto es
que la disposición de los depósitos a escala comunal coincide en términos generales.
Las Figuras 5.10 y 5.11 muestran la Geología propuesta por Álvarez (1964) y el Mapa
Geológico Valparaíso-Curacaví (Gana et al., 1996).

A medida que se presente una descripción geológica de las distintas unidades, se irá
asociando las diferentes fuentes de información. Cabe señalar que el Mapa Geológico
de Valparaíso-Curacaví limita por el norte con el sector de Las Salinas en Viña del Mar,
por lo que la información fue complementada hasta Reñaca con el Mapa Geológico del
área Quillota Portillo (Rivano et al., 1996) escala 1:250.000 mostrado en la Figura 5.12.

59
Figura 5.10. Imagen de Mapa Geológico Gana et al., (1996), sector Valparaíso y Viña del Mar. Escala
1:100.000
Fuente: Modificado de Gana et al., 1996.SERNAGEOMIN

60
LEYENDA Tth Tth
CUATERNARIO
Qr: Relleno artificial
Qf
RECIENTE
Qc: Coluvio Qc
Qf: Relleno Fluvial
Qc
PLEISTOCENO
Qp_ Arena y grava de playa RECIENTE
Qd
Qd: Arena eólica (dunas)

Qe: Terrazas Estuariales


PLEISTOCENO Gn
Qm: Terraza Marina
Qm
TERCIARIO

Reñaca
PLIOCENO
Tth: Fm. Horcón
Pz
PALEOZOICO

Diques apliticos PC Qm
Pz: Paleozoico Intrusivo
Qp
PRECAMBRICO
Qm
Qe
PC / Gn: Esquistos Anfibolitas gneis
de transición Viña del Mar
Gn

Qp
Qc

Valparaíso Qc Qe

Qr Qe
PC Qe Pz
Gn

Figura 5.11. Imagen de Mapa Geológico Álvarez (1964), sector Valparaíso y Viña del Mar. Escala
1:50.000
Fuente: Modificado de Álvarez (1964). IGG Boletín N° 16

61
Figura 5.12. Imagen de Mapa Geológico Quillota Portillo, sector Reñaca. Rivano et al., 1993.
SERNAGEOMIN. Escala 1:250.000
Fuente: Modificado de Rivano et al., 1993. SERNAGEOMIN

5.3.2 MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

A continuación se presenta una descripción general de las unidades presentes en el


área de estudio de más vieja a más joven, basándose en la información oficial más
reciente (Gana et al., 1996, 1:100.000 de SERNAGEOMIN), sugiriendo posibles
correlaciones entre distintas unidades definidas por las distintas fuentes de información
consultadas:

Complejo Metamórfico Valparaíso (Pzmv). Achurado color café - en Figura 5.10,


sector este de Valparaíso (Caleta Membrillo – Torpederas).

Esta unidad del paleozoico superior, corresponde a rocas metamórficas foliadas de


protolito principalmente plutónico y sedimentario en menor proporción. Como se ve en
la Figura 5.10, aflora como enclaves de longitud inferior a 2 km dentro de los complejos
intrusivos de la zona costera. Se encuentra instruida por granitoides paleozoicos, entre
los cuales se observan contactos graduales (en Quintay y Las Cruces), y gabros
jurásicos al este de Valparaíso (Caleta Las Docas). Esta unidad no se encuentra
registrada en los trabajos de Álvarez (1964), mientras que el Mapa Geológico de Rivano
et al (1993) no se extiende a esta latitud sur.

62
A nivel regional, las rocas metamórficas presentan foliación principal noroeste-oeste con
manteos hacia el sur; junto con pliegues similares de longitud de onda métrica a
decamétrica con pequeñas zonas de cizalle dúctil que transponen la foliación principal
(identificado en Las Cruces). Los enclaves metasedimentarios están inyectados por
numerosas vetillas graníticas, de desarrollo ptigmático (Martin, comunicación escrita
(1994) en Gana et al., 1996). Existen rocas de tipo ortogneises de similares
características en la zona comprendida entre Cartagena y San Antonio (Wall et al.,
1996), originalmente descritas bajo el nombre de Formación Quintay por Corvalán y
Dávila (1963-1964, in Corvalán y Munizaga, 1972).

Rocas intrusivas del Paleozoico (Pzmg). Color rojo en Figura 5.10. Esta unidad
corresponde a tonalitas, granodioritas y monzogranitos de anfíbola-biotita, sienogranitos
y granitos de microclina. En general estas rocas se presentan con textura de grano
grueso a medio y colores variables de gris medio verdoso, con inclusiones dioríticas a
diorítica cuarcíferas, dispuestas paralelamente a la foliación magmática de la roca
albergante. Es frecuente encontrar texturas alotromórfica granular con variedades
gnéisicas y porfídicas. Poseen foliación magmática afectada por foliación tectónica no
homogénea, que en algunos sectores en la región (Mirasol, Punta de Tralca) se
evidencia por zonas miloníticas que contienen una lineación mineral de extensión.

A las rocas intrusivas paleozoicas se les sobre impone eventos de alteración magmática
tardía en forma de parches y vetillas, lo cual en parte, contribuye al aspecto porfídico de
estas rocas. Presentan además alteración regular a intensa de clorita, sericita, epidota y
caolinita. En general son rocas de tipo calcoalcalinas, con 65-80% SiO2. Además están
intruidas por diques básicos foliados y por plutones del Jurásico, con formación de
zonas de enclaves magmáticos.

En el área de estudio, se reconoce esta unidad en el área sur de Viña del Mar, y hacia
el norte hasta Reñaca (Figura 5.10). Esta unidad podría estar asociada con la unidad
Pzc definida por Rivano et al., 1993, y mostrada de color gris de Figura 5.12. Además,
se propone en este trabajo que esta unidad sería correlacionable con la unidad GN
definida por Álvarez (1964), mostrada de color verdoso en Figura 5.11, sin embargo,
Álvarez (1964) le asigna una edad precámbrica, lo que con datos actuales se concluye
que es una datación incorrecta.

El contacto entre los intrusivos paleozoicos y los intrusivos jurásicos tendría orientación
preferencial norte-sur, especialmente al sur del estero Marga-Marga donde este
contacto sería coincidente con una quebrada rectilínea que desemboca frente a la plaza
de Viña de Viña del Mar, atravesando la Quinta Vergara.

Rocas intrusivas jurásicas. La mayor parte de la V región central y norte está


constituida por extensos afloramientos de rocas plutónicas de edad cercana a los 160
Ma. Estos incluyen una serie cuerpos de litología variable entre gabros y leucogranitos
que muestran una distribución zonada en sentido oeste-este. La mayor parte lo
constituye plutones heterogéneos o compuestos, que si bien pueden repetir litologías, el
predominio de unas u otras definen una asociación cartográficamente identificable.
Estas corresponden a las unidades Lliu-Lliu (Jll, Jlg), Limache (Jlg, Jlt), Peñuelas (Jpgb,
Jpg, Jp), Sauce (Js) y Laguna Verde (Jlv) citadas en anteriores trabajos (Gana et al.,
1996).
63
Se hará referencia a continuación específicamente a las unidades reconocidas en la
zona de estudio entre Valparaíso y Viña del Mar (Gana, et al., 1996).

Js. Rocas expuestas al suroeste de Viña del Mar y sur de Valparaíso, y


mostradas de color rosado oscuro en Figura 5.10, correspondiente a un
plutón complejo de composición básica a intermedia, predominantemente por
rocas dioritas cuarcíferas de piroxeno-hornblenda-biotita, con tonalitas de
hornblenda-biotita y gabros subordinados, que en ciertos afloramientos se
presentan en forma de bandas alternadas de 1-3 m de espesor. Estas rocas
son de color gris oscuro a medio, grano medio a fino, con texturas
inequigranular seriada e intergranular en parte foliada de origen magmático y
también tectónico. Contienen 45-60% SiO2, son de composición calcoalcalina,
metaluminosa. Esta unidad presenta contactos graduales con intrusivos
jurásicos Jlv y granitoides Jp.
Jlt. Rocas expuestas al sureste de Viña del mar, color rosado claro en Figura
5.10. Se reconocen predominantemente tonalitas y granodioritas de anfíbola-
biotita, apareciendo como rocas de color gris claro, grano medio a grueso,
con escasas inclusiones microdioríticas subredondeadas (<1%) y textura
hipidiomórfica granular. Son rocas de composición calcoalcalinas de K
intermedio, 58-75% SiO2. Presentan contactos graduales con rocas de la
unidad Jp. Intruyen a las formaciones Ajial y Horqueta, generando en ellas,
zonas de alteración hidrotermal.
Jlv. Se muestran de color rosado intermedio de Figura 5.10, y afloran en el
entorno de Valparaíso y sector norte de Viña. Corresponden a anfibolitas,
ortoanfibolitas, gneises anfibólicos, dioritas y monzodioritas foliadas y gabros,
apareciendo como rocas de color gris oscuro a medio, grano medio a fino,
con frecuente foliación magmática y en parte dinámica (gnéisica y milonítica).
Sus texturas varían desde granoblástica poligonal hasta inequigranular
seriada, formada principalmente por hornblenda y plagioclasa suborientada
paralelamente. Estas rocas constituyen plutones compuestos, de tamaño
inferior a 16 km de largo, restringidos a la costa entre Laguna Verde y Punta
Gallo. Esta unidad intruye a ortogneises y granitoides paleozoicos, originando
zonas bandeadas y de enclaves magmáticos observables en Quintay (Gana
et al., 1996). Además, presentan un contacto de tipo gradual con los
granitoides Js en el sector de Laguna Verde, y se presentan intruídas por
abundantes filones lamprofídicos y cuarcíferos.
Jlg. Se muestran de color rosado claro de Figura 5.10, aflorando al sureste de
Viña del Mar y en el entorno oeste y noroeste de Quilpué. Corresponden a
monzogranitos de anfíbola-biotita, con variaciones granodioríticas. Son rocas
leucocráticas, de color gris claro amarillento, grano grueso, textura
hipidiomórfica granular, conteniendo plagioclasa zonada, anfíbola y ortoclasa
poikilítica con cuarzo. Poseen un 70-75% de SiO2. Constituyen plutones
circulares de 2-6 km de diámetro, intruyendo a tonalitas Jlt (Gana et al.,
1996).

Las unidades intrusivas jurásicas definidas por Gana et al. (1996) podrían corresponder
en parte a la unidad paleozoica Pz definida por Álvarez (1964), mostrada de color gris
oscuro en Figura 5.11. Álvarez (1964) describió esta unidad como un plutón
64
granodiorítico y algunos cuerpos hipabisales (poco profundos) que cortan las rocas
metamórficas y plutónicas, concordando en ambos casos que las variedades de rocas
plutónicas varían de diorita y granito, siendo la más abundante la granodiorita gris clara,
de textura granular y grano grueso.

Las rocas metamórficas e intrusivas descritas se encuentran atravesadas por diques,


vetas y vetillas, los cuales se reconocen a los largo de la costas y en afloramientos
expuestos (especialmente en el sector entre Concón y Reñaca – Fotografía 5.7). Los
diques de textura afanítica son oscuros, y presenta un fuerte control estructural
noroeste de manteo al sur, mientras que las vetas y vetillas son claras (minerales de
cuarzo y fesdelpato).

Fotografía 5.7. Vista Norte de Diques afaníticos (oscuros) cortando unidades de rocas
Intrusivas Paleozoicas
Fuente: Obtención propia sector Reñaca- Cochoa. Se destaca disposición preferente
noroeste y manteos al suroeste

Rocas sedimentarias marinas semi consolidadas Terciarias. Formación Navidad


(Tn). Esta unidad asignada al Mioceno-Plioceno, entre 23 y 2,5 Ma (Darwin, 1846 en
Gana et al., 1996) corresponde una secuencia sedimentaria marina fosilífera,
medianamente consolidada, constituida por limolitas, areniscas arcillosas, areniscas de
grano muy fino a muy grueso, bancos de conglomerados, areniscas muy finas grises,
bancos de coquinas y calizas. Presenta fuertes variaciones verticales y laterales de
facies y se dispone en contacto depositacional sobre granitoides paleozoicos (Pzmg) y
cubierta por sedimentos eólicos, aluviales y suelos cuaternarios.

Presenta disposición general subhorizontal y posee una potencia máxima estimada en


el área, de 170 m. Los estratos superiores engranan con depósitos continentales de la
65
unidad TQpa. En Gana et al. (1996) se describen en detalle las asociaciones faunísticas
de los afloramientos atribuibles a la formación Navidad. En el área de estudio se
reconocen afloramientos puntuales en Viña del Mar, en el entorno a calle 5 oriente con
calle Quillota (detallados más adelante) y mostrados de color amarillo en Figura 5.10.

En términos de distribución y características, esta unidad podría ser homologable con la


definida por Álvarez (1964) llamada Qm (Terrazas marinas), mostrada en color verde
oscuro en la Figura 5.11, y cuya edad fue asignada a Cuaternario. Ella es descrita como
depósitos sedimentarios de color pardo-amarillento constituidos por materiales finos
(arena fina y limo) con intercalaciones de gravas en algunos sectores. Esta unidad fue
reconocida al este y suroeste de Reñaca, y algunos sectores céntricos de Viña
(detallados más adelante) y que tendrían contenido fosilífero marino.

Hacia Reñaca, Rivano (1993) define la Formación Caleta Horcón – Neógeno (Th),
Plioceno superior (mostrada en la Figura 5.12 de color amarillo) y que correspondería a
areniscas, arcillolitas y limolitas poco consolidadas con fósiles de ambiente marino –
transicional.

Ambas unidades descritas (Tn y Th) tienen similar comportamiento geotécnico,


descritas genéricamente como intercalaciones de areniscas, arcillolitas, limolitas con
fósiles marinos poco consolidadas.

La evolución paleogeográfica durante el pleistoceno del borde continental desde la fosa


hasta la Cordillera de la Costa Occidental, indica que sufrió un alzamiento lo que
emerge depósitos batiales miocenos (Formación Navidad) hasta por sobre el nivel del
mar (Farías, 2007 en Sabaj 2008). Este proceso parece estar activo aún, tal como lo
muestra una de serie terrazas marinas emergidas de probable edad pleistocena
ubicadas a lo largo de la costa (Farías, 2007 en Sabaj, 2008). Estos movimientos
verticales se han estimado como independientes del vector de convergencia y
fuertemente dependientes de la morfología de la placa subducida (dorsal asísmica de
Juan Fernández) y de la estructura de la placa cabalgante (Lavenu, 2006 en Sabaj
2008).

Rocas sedimentarias semi consolidadas Terciarias. Estratos de Potrero Alto


(TQpa). Mostrada en color amarillo de la Figura 5.10. Esta unidad del Mioceno?
Plioceno-Pleistoceno? (Wall et al., 1996), corresponde a depósitos sedimentarios
medianamente a poco consolidados de conglomerados, areniscas y limolitas con restos
vegetales mal preservados. Predominan facies de tipo continental aluvial (cono aluvial,
río, llanura de inundación), en parte transicionales, que engranan hacia el oeste con los
estratos marinos superiores de la Formación Navidad. Estos estratos continentales, de
disposición subhorizontal y potencias variables, desde escasos metros hasta
aproximadamente 50 m, presentando contactos depositacionales sobre las unidades
intrusivas paleozoicas y jurásicas. A su vez, se encuentran cubiertos por sedimentos
aluviales y suelos cuaternarios.

Estos depósitos podrían relacionarse con la unidad Qe (Terrazas Estuariales) definida


por Álvarez (1964), y que según su estudio serían sincrónicos con los sedimentos
marinos descritos anteriormente (color naranjo en Figura 5.11, inmediatamente el norte
de estero Marga-Marga) y que se asocian a la parte más ancha y profunda de la
66
desembocadura de un río. En ambas fuentes de información, se verifica que esta
unidad abarcaría una extensa área desde el Valparaíso Sporting Club hasta Villa
Alemana por el este. Los materiales involucrados son arcillas, conglomerados de
bolones y sedimentos tamaño arena. En las muestras recolectadas y descritas por
Álvarez (1964), se observan granos angulares (cuarzo), con presencia de bolones y
rodados de rocas graníticas. Sólo en algunos sectores se evidencia estratificación, en
partes de aspecto torrencial. También existirían evidencias de deformación
contemporánea a la sedimentación (manifestada por sobre corrimientos, deslizamientos
y pequeñas fallas). La existencia de material de derrumbe coluvial sobre sedimentos
fluviales, y engranajes entre sedimentos marinos y fluviales, indicarían un ambiente de
tipo estuarial alternando condiciones marinas y fluviales.

En el caso de la zona norte, esta unidad podría estar asociada con la Formación
Confluencia (Tc) defina por Rivano et al. (1993), de carácter continental y compuesta
por conglomerados, areniscas, brechas y limolitas poco consolidadas de Mioceno –
Plioceno (color naranjo en Figura 5.12, entorno río Aconcagua), lo que debiese
corroborarse con estudios geológicos más profundos.

En términos geotécnicos, la unidad TQPa (y sus posibles equivalencias con Qe y Th)


presentan un similar comportamiento geotécnico, presentando algunas diferencias
respecto Tn y Th especialmente por las diferencias granulométricas que existen.

Terrazas de abrasión cuaternarias (QTt). Esta unidad mostrada en color amarillo


claro en Figura 5.10 fue definida por Gana et al. (1996) y corresponde a unidades
morfológicas de erosión marina asignadas al Plioceno (¿) – Pleistoceno (entre 5 y 0,02
Ma), labradas sobre intrusivos paleozoicos y jurásicos y las formaciones sedimentarias
(Tn y TQpa). Esta unidad está preservada en la zona costera, a cotas variables entre 40
y 550 m s.n.m. Dentro de esta unidad se incluyen terrazas de abrasión sin cubierta
sedimentaria, terrazas cubiertas por arenas cuarzosas (posiblemente marinas) y
terrazas con cubierta aluvial. Esta unidad se reconocería al sureste y suroeste de
Valparaíso, no siendo singularizada por Álvarez (1964)

Depósitos Marinos Cuaternarios (Qm). Esta unidad representada en amarillo claro en


Figura 5.10, con edades entre el Pleistoceno – Holoceno, corresponde a sedimentos no
consolidados marinos a transicionales, constituidos por limos, arenas y gravas con
niveles coquinoídeos. Su morfología aterrazada se reconoce hasta 5 km al este de la
costa actual, sin superar la cota de los 25 metros, y con contenido fosilífero (Gana et al.,
1996). Esta unidad es similar en términos de composición y distribución con a la
definida por Álvarez (1964) denominada Qp (Cuaternario Playa) consistente en Arenas
y Gravas de Playa, la cual también es asociada a la Unidad Qe descrita por Gana et al.,
1996.

Depósitos litorales y eólicos actuales (Qe). Esta unidad representada de color blanco
en la Figura 5.10 corresponde a sedimentos recientes no consolidados (Holoceno,
<10.000 años) de arenas y gravas de bolones bien redondeados, en los cuales
predomina la estratificación plana horizontal y cruzada de bajo ángulo. Incluyen además
láminas arenosas conformadas por concentración de minerales pesados, dunas activas
compuestas por arenas amarillas de buena selección con estratificación cruzada y
ondulitas superficiales. La morfología de dunas transversales que indican dirección del
67
viento predominante en sentido NNE. Según Gana et al. (1996), esta unidad sería parte
de los sedimentos que rellenan la Bahía de Valparaíso. Como se mencionó
anteriormente, esta unidad correlacionable en términos de composición y distribución
con a la definida por Álvarez (1964) denominada Qp (Cuaternario Playa).

Depósitos eólicos subactuales (Qd). Esta unidad representada de color blanco en la


Figura 5.10, de edad Holoceno, corresponde a sedimentos no consolidados de
paleodunas inactivas compuestas por arenas amarillas bien seleccionadas con
estratificación cruzada, cubiertas por vegetación y desarrollo urbano. Si bien en el Mapa
de Gana et al. (1996) aparecen expuestas en menor nivel en la zona norte (Las
Salinas), en el mapa de Álvarez, 1964 (Figura 5.11) aparece expuesta como una gran
unidad (Qd) en sector Reñaca – Concón (color naranjo) y también se reconoce en el
Mapa de Rivano et al. (1993) como la unidad PQd (sedimentos eólicos antiguos,
Paleodunas), color amarillo punteado en Figura 5.12. Cuando se describa en términos
locales la geología de la comuna de Viña del Mar, se hará mayor referencia a la
disposición, distribución y reactivación de estas unidades.

Depósitos Aluviales (Qa). Mostrada de color blanco en la Figura 5.10 corresponde a


sedimentos no consolidados de origen aluvial ubicados en zonas de llanuras,
compuestos por gravas, arenas y limos. Estos depósitos son reconocidos en la zona de
Santa Inés, en Viña del Mar, y se asocian a la unidad definida por Álvarez (1964)
denominada Qc (coluvio).

Depósitos de remoción en masa (Qrm). En los antecedentes bibliográficos se


reconocen estos depósitos de movilización gravitacional (Holoceno), y cuya mayor
exposición de estos materiales está ubicada en la vertiente occidental del Cerro
Curauma, no aflorando en la zona de estudio.

Depósitos coluviales Holoceno (Qc). Sedimentos no consolidados, ubicados en las


cabeceras de las quebradas, y comprenden principalmente depósitos gravitacionales
correspondientes a flujos en masa, matriz-soportados, de muy mala selección
granulométrica, que pueden incluir desde bloques hasta arcillas, interdigitados con
lentes de arenas y gravas generados por pequeños cursos de agua, permanentes o
esporádicos. Si bien no se ven explícitamente en el Mapa de Gana et al. (1996),
corresponderían a la unidad de Coluvio (Qc) registrados y mapeados por Álvarez, 1964
(color anaranjado claro de Figura 5.11).

Depósitos Fluviales actuales Holoceno (Qf). Sedimentos no consolidados de cursos


fluviales activos. Predominan facies de relleno de canal con base erosiva, constituidas
por gravas clastosoportadas, compuestas por bolones redondeados a bien
redondeados de baja esfericidad, en parte imbricados; lentes de arenas con
estratificación plana-horizontal y cruzada y escasos limos finamente laminados. Álvarez
(1964) también reconoce y describe estos depósitos (Relleno Fluvial Qf), y por la
escala del estudio aparecen identificados en el área y descritos como relleno de valles
compuestos por arenas, gravas y limos que engranan con materiales coluviales
heterogéneos. Hacia el río Aconcagua, estos sedimentos tendrían mayor exposición,
llegando a formar terrazas fluviales (Rivano et al., 1993) denominándolos como Qac
(sedimentos aluviales y coluviales de relleno de valles), reconocidos en el entorno del
estero Reñaca.
68
Depósitos fluviales subactuales (Qfs) del Holoceno, reconocidos y diferenciados por
Gana et al. (1996) compuestos por sedimentos no consolidados de cursos fluviales
abandonados, compuestos por gravas, arenas y limos, con desarrollo de cubierta
vegetal y reconocidos a un mismo nivel topográfico con respecto al curso fluvial activo.
Junto con los anteriores, se reconocen depósitos fluviales antiguos Holoceno (Qfa)
compuestos por sedimentos no consolidados que conforman terrazas, compuestos por
gravas, arenas y limos, ubicadas a alturas de 3-30 m con respecto al curso fluvial
actual. Hospedan placeres auríferos.

Es importante destacar a nivel regional los procesos erosivos y de meteorización que


afectan las rocas intrusivas jurásicas y paleozoicas. La descomposición de rocas
intrusivas, específicamente los minerales de arcilla dan como producto materiales
residuales de tipo maicillo con colores rojizos, son frecuentes en el área de estudio.
Según Álvarez (1964) las rocas meteorizadas cubren la mayor parte del área de
estudio, con espesores desde 7 a 30 metros variando en forma gradual de mayor nivel
de descomposición hasta llegar a la roca fresca. Los factores de mayor influencia en
estos procesos superficiales son la cobertura vegetal, grado de fracturamiento de las
rocas (que permite que material orgánico y agua penetre en los afloramientos),
humedad e influencia de la composición química de las aguas meteóricas. Además, es
frecuente identificar procesos de erosión pluvial en distintas etapas, escorrentía, surcos
y en el caso extremo de tipo cárcavas (Ver Fotografías 5.8 y 5.9). Estos procesos
generan geometrías irregulares en laderas naturales y cortes artificiales, sumado a una
pérdida en la resistencia de los materiales, favorece las condiciones para la generación
de procesos de tipo remoción en masa.

Fotografía 5.8. Evidencia de procesos erosivos y de meteorización (cárcavas)


presentes en paleodunas
Fuente: Obtención propia, en subida Alessandri, Viña del Mar

69
Paleodunas

Rocas intrusivas

Fotografía 5.9. Evidencias de procesos erosivos y meteorización (cárcavas) en


paleodunas y rocas intrusivas
Fuente: Obtención propia. Sector Las Salinas – Reñaca.

Junto con la recopilación y revisión de estudios anteriores, se realizaron 15 jornadas de


trabajo en terreno orientadas a chequear unidades, validar contactos, la distribución y
características geológicas y geotécnicas generales de cada unidad.

Cabe señalar que la escala de la información base varía entre los 1:250.000 y 1:50.000,
lo que genera ciertos niveles de incerteza o menor detalle en los contactos, que en
algunos casos fueron ajustados con la información de terreno. Además actualmente
algunos sectores presentan mayor exposición de algunas unidades producto de la
construcción de cortes y remoción de vegetación, lo que han permitido ver las unidades
sobreyaciendo bajo los niveles superficiales.

El resultado del presente trabajo se resume en un Mapa Geológico simplificado


1:50.000 del área Reñaca, Viña del Mar y Valparaíso y presentado en Anexo D y
mostrado en la Figura 5.13.

70
Figura 5.13. Mapa Geológico Simplificado Sector Valparaíso, Viña del Mar y Reñaca, escala 1:50.000
Fuente: Elaboración propia a partir de Gana et al. (1996); Álvarez (1964) y Rivano et al. (1993).

Cabe señalar los criterios utilizados para la generación del Mapa Geológico Simplificado
de este trabajo:

• Se mantiene en general la nomenclatura de las unidades definidas por los mapas


del Servicio Nacional de Geología y Minería (Gana et al., 1996 y Rivano et al.,
1993), sugiriendo en algunos casos posibles correlaciones entre unidades descritas
en ambos mapas, especialmente del punto de vista geotécnico.
• Los contactos y límites de unidades quedan mejor representados por Álvarez, 1964
(escala 1:50.000), por lo que se ajustó la información a los contactos y validaciones
de terreno, especialmente en unidades terciarias y cuaternarias.
• En forma adicional, se definieron nuevos contactos a partir de la información de
terreno y cartografía del área.
• En términos de unidades de roca (paleozoicas y jurásicas), la información
considerada como válida es la propuesta por los mapas del Sernageomin.
• El objetivo final que tiene el Mapa Geológico Simplificado se basa en su uso en
proyectos de Ingeniería, estudios geotécnicos y de geología aplicada.

A continuación se presenta con mayor detalle las unidades reconocidas en las comunas
de Valparaíso y Viña del Mar, con énfasis en afloramientos en áreas urbanas.

71
5.3.3 GEOLOGÍA COMUNA DE VALPARAÍSO

En el caso de Valparaíso, la información geológica a escala comunal se basa en los


trabajos de Gana et al. (1996) y Álvarez (1964), la cual fue complementada con visitas a
terreno orientadas a chequear algunos aspectos de discrepancias entre las fuentes de
información.

Se destaca que en términos de las unidades paleo-jurasicas, la información de Gana et


al. (1996) es la más acertada en términos de contactos y edades asignadas. Mientras
que Álvarez (1964) aporta mayor detalle en la definición de unidades terciarias y
cuaternarias, especialmente unidades de coluvios en los cambios de pendientes entre
el Plan de Valparaíso y los Cerros más algunas unidades de rocas sedimentarias poco
consolidadas de origen continental (estuarial) y que son identificados por Gana et al.
(1996).

La Figura 5.14 muestra un detalle del Mapa Geológico simplificado propuesto por este
trabajo en la comuna de Valparaíso, donde en términos generales se puede apreciar
que el área estaría casi en su totalidad formada por rocas intrusivas jurásicas, con
distintos grados de meteorización, con sectores de depósitos coluviales y de remoción
en masa en zonas de quebradas y cortes con fuertes pendientes.

Dentro de los puntos chequeados en terreno, se menciona el contacto entre rocas


jurásicas (Jlv) y paleozoicas (Pzmg) en sector Caleta Membrillo (Las Torpederas) y el
sector de subida Jorge Washington, donde Álvarez (1964) reconoce un afloramiento de
Qe (estuarial) mostrado en la Fotografía 5.10.

72
1:50.000

Leyenda
Cuaternario Terciario Paleozoico
(Mioceno – Plioceno . Pleistoceno)
Qr (Relleno Artificial) Pzmv (Complejo
QTt (Terrazas de Abrasión)
Metam órfico Valparaíso)
Qa (Depósitos Aluviales)
Tn (Terrazas Marinas). Fm. Pzmg (Rocas Intrusvias)
Navidad
Qm (Depósitos Marinos)
TQPa (Depósitos Estuariales Fallas y lineamientos
Qc (Depósitos Coluviales) Estratos de Potrero Alto) reconocidos por Álvarez
1964
Qf (Depósitos Fluviales) Jurásico
Fallas y lineamientos
Js (Rocas Intrusivas) reconocidos por
Gana1996
Jlt / Jlv (Rocas Intrusivas)

Figura 5.14. Mapa Geológico Simplificado – sector Valparaíso


Fuente: Elaboración propia a partir de Gana et al. (1996); Álvarez (1964) y Rivano et al.
(1993).

73
Fotografía 5.10. Vista de Depósitos Estuariales en Av.
Washington
Fuente: Obtención propia

5.3.4 GEOLOGÍA COMUNA DE VIÑA DEL MAR

A continuación se presentan las unidades geológicas reconocidas a escala comunal en


Viña del Mar, las cuales fueron definidas a partir del análisis de la información base
resumida en la Figura 5.13 (Mapa Geológico Simplificado Sector Valparaíso, Viña del
Mar y Reñaca, escala 1:50.000). Este trabajo fue complementado con al menos 15
jornadas en terreno en sectores señalados a continuación y mostrados en las Figuras
5.15 y 5.16).

o Sector Valparaíso Sporting Club


o Sector 5 Oriente (antigua Maestranza)
o Sector Santa Inés y subida Alessandri (entorno Torre Coraceros)
o Afloramientos entorno supermercado Líder, subida Av. Alessandri
o Reñaca y alrededores
o Sector Las Salinas
o Sector Canal Beagle
74
o Jardín Botánico
o Cerro Castillo
o El Salto
o Sector Recreo

Figura 5.15. Sectores recorridos (Viña del Mar)


Fuente: Imagen Google earth modificada

Figura 5.16. Sectores


recorridos. Viña del Mar y
Reñaca

Fuente: Imagen Google


earth modificada

75
La Figura 5.17 muestra un detalle del Mapa Geológico Simplificado escala 1:50.000
(propuesto por este trabajo) en el área de Viña del Mar y Reñaca, incorporando el
análisis y validación de la información base disponible, agrupada y homogenizada en
función de los criterios mencionados al inicio.

1:50.000

Leyenda
Cuaternario Terciario Paleozoico
(Mioceno – Plioceno . Pleistoceno)

Qa (Depósitos Aluviales) Tn (Terrazas Marinas). Fm. Pzmv (Com plejo


Navidad Metamórfico Valparaíso)
Qm (Depósitos Marinos) Th (Terrazas Marinas). Fm.
Pzmg (Rocas Intrusvias)
Caleta Horcón
TQPa (Depósitos Estuariales
Estratos de Potrero Alto)
Qc (Depósitos Coluviales)
Qe (Depósitos Eólicos) Jurásico
Fallas y lineamientos
Js (Rocas Intrusivas) reconocidos por Álvarez
Qf (Depósitos Fluviales) 1964
Jlg (Rocas Intrusivas)
Qd (Depósitos Dunarios) Fallas y lineam ientos
reconocidos por
Jlt / Jlv (Rocas Intrusivas) Gana1996

Figura 5.17. Mapa Geológico Simplificado 1:50.000 Viña del Mar - Reñaca
Fuente: Elaboración propia a partir de Gana et al. (1996); Álvarez (1964) y Rivano et
al. (1993).

76
Dentro de la validación de la información, de más antiguo a más nuevo se reconocieron:

• Rocas intrusivas paleozoicas. Las unidades de granitoides paleozoicos (Pzmg)


fueron identificadas al sur de calle Álvarez (entre Agua Santa y Quinta Vergara) y al
norte de la laguna Sausalito, con posible continuidad hacia el sector norte (Reñaca)
con la unidad Pzc definida por Rivano et al. (1993) y mostrada de color gris en la
Figura 5.16.

• Rocas intrusivas jurásicas. En el área urbana de Viña del Mar, esta unidad se
reconoce en el sector Cerro Castillo, en el acantilado costero en (Av. España), como
se muestra en la Fotografía 5.11 (Sector Recreo), en el entorno de la laguna
Sausalito y el Valparaíso Sporting Club (Fotografía 5.12) y en 5 oriente, detrás de la
antigua maestranza (Fotografía 5.13).

ROCAS INTRUSIVAS JURÁSICAS SECTOR RECREO - ESPERANZA

Fotografía 5.11. Rocas intrusivas sector Recreo (Av. España, Sector Escuela Industrial)
Fuente: Obtención propia

77
INTRUSIVOS JURÁSICOS
SECTOR SPORTING CLUB

Fotografía 5.12. Rocas intrusivas sector Valparaíso Sporting Club


Fuente: Obtención propia

INTRUSIVOS
JURASICO

Fotografía 5.13. Rocas Intrusivas Jurásicas sector 5 Oriente (Talud Ex Maestranza). Se


destaca vetas de cuarzo-feldespato cortando afloramiento.
Fuente: Obtención propia

78
• Terrazas marinas terciarias. En el área urbana de Viña del Mar, se identificaron
afloramientos de terrazas marinas (unidad Tn) en los taludes de las calles 5 oriente
con 12 Norte (Fotografía 5.14) y detrás del Supermercado Líder en Av. Alessandri
(Fotografía 5.15). También se reconoce esta unidad en el vértice sureste de Cerro
Castillo (Fotografía 5.16). Cabe señalar que los contactos y límites de estos
afloramientos en Viña del Mar quedan mejor representados por la información de
Álvarez (1964), y que en la mayoría de los afloramientos los ángulos de talud
superan los 70°.

Unidad Sedimentaria
Marina Tn

Fotografía 5.14. Unidad Tn (Terrazas Marinas) sector 5 Oriente con 12 norte


Fuente: Obtención propia

79
Unidad
Sedimentaria
Marina Tn

Fotografía 5.15. Unidad Tn (Terrazas Marinas) sector Santa Inés (Av. Alessandri)
Fuente: Obtención propia

Unidad
Sedimentaria
Marina Tn

Fotografía 5.16. Terrazas Marinas (Tn) sector Cerro Castillo (Av. España)
Fuente: Obtención propia

80
• Rocas sedimentarias semi consolidadas de origen continental. En el entrono
urbano de la ciudad de Viña del Mar, se identificaron depósitos pertenecientes a la
unidad definida por Gana et al. (1996) como Estratos de Potrero Alto (TQPa)
consistentes en intercalaciones depósitos sedimentarios medianamente a poco
consolidados de conglomerados, areniscas y limolitas con restos vegetales mal
preservados, de origen predominantemente continentales aluviales. Esta unidad se
reconoció en el sector del Valparaíso Sporting Club (Fotografías 5.17 y 5.18) y en
sector de Canal Beagle (Fotografías 5.19 y 5.20). En el sector del Valparaíso
Sporting Club, esta unidad está en contacto por discordancia angular sobre
intrusivos Jurásicos.

TQPa
discordancia

Intrusivos Jurásicos
sector Sporting Club

Fotografía 5.17. Unidad TQPa – Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental) en discordancia
sobre rocas intrusivas jurásicas sector Sporting Club
Fuente: Obtención propia

81
TQPa

Fotografía 5.18. Unidad TQPa – Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental)


aflorando en el sector Valparaíso Sporting Club
Fuente: Osvaldo Carrasco (UTFSM)

Rocas sedimentarias
semiconsolidadas
(depósitos estuariales)

Fotografía 5.19. Unidad TQPa- Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental)


sector Canal Beagle
Fuente: Obtención propia

82
Rocas sedimentarias
semiconsolidadas
(depósitos estuariales)
Fotografía 5.20. Unidad TQPa – Estratos de Potrero Alto (estuarial – continental) sector
Canal Beagle
Fuente: Obtención propia

En el sector de Santa Inés, Gana et al. (1996) aporta la presencia de unidades Qa


(aluviales). Esta información no se pudo validar en terreno (por la ausencia de
afloramientos) ni con información de sondajes del área, pero morfológicamente
corresponde a una zona de cambio de pendiente entre que podría estar cubierta por
depósitos aluviales, por lo que a partir de topografía y fotografías aéreas ajusta el
contorno para dichos depósitos.

Dentro de las validaciones realizadas en terreno, se identificaron los depósitos de


arenas de dunas antiguas (dunas cubiertas por vegetación y sin movilidad de las
arenas), llamadas Paleodunas según Rivano et al. (1993) o Depósitos Eólicos Sub
actuales según Gana et al (1996). Estos depósitos se observan en sectores costeros de
Viña del Mar, cubriendo rocas paleozoicas en el tramo entre Viña del Mar y Reñaca, y
en el margen norte del estero Reñaca (Fotografía 5.21). En el caso de estas últimas, la
actividad constructiva ha generado la remoción de la cobertura vegetal que mantenía
estabilizadas a las dunas, generando su reactivación y migración de arenas y cambios
en las tasas de erosión (Fotografía 5.22).

83
Dunas borde norte estero
Reñaca
Fotografía 5.21. Paleodunas sector Reñaca
Fuente: Obtención propia. Fotografía tomada en taludes de Universidad del Mar

Dunas activas sin


cobertura vegetal

Paleodunas
(dunas estabilizadas)

Fotografía 5.22. Dunas y Paleodunas sector Reñaca con muestras evidentes de


intervención Inmobiliaria
Fuente: Obtención propia

84
5.3.5 GEOLOGÍA DEL CUATERNARIO DEL PLAN DE LA CIUDAD DE VIÑA DEL MAR

A continuación se presenta con mayor detalle la geología del cuaternario del Plan de
Viña del Mar, dado que esta comuna ha sido escogida para aplicar y presentar el caso
de estudio. Gana et al. (1996) señala como relleno del Plan de la comuna de Viña del
Mar (o Población Vergara) la unidad denominada Qm (sedimentos marinos – Figura
5.10), mientras que Álvarez (1964) la denomina Qp (arena y gravas de playa – Figura
5.11). Sin embargo, para la escala y objetivos que tiene el presente estudio, esta
información resulta insuficiente. Para entender el tipo y distribución de los depósitos en
el Plan de Viña del Mar, se requiere entender el ambiente en el cual se depositaron los
sedimentos y resultará fundamental para entender algunos parámetros del estudio.

5.3.5.1 ANTECEDENTES DE EVOLUCIÓN PALEOGEOGRÁFICA DEL PLAN DE VIÑA

Thorson (1999) realiza una reconstrucción paleográfica de la evolución de las distintas


facies de depositación sedimentaria en los últimos 18 mil años (Pleistoceno superior y
Holoceno) en el Plan de Viña del Mar.

A partir de antecedentes climáticos, eustáticos, morfológicos y geológicos, Thorson


(1999) reconoce al menos 5 estados de evolución paleogeográfica desde la última
desglaciación hace 18.000 años hasta la actualidad. Los cambios estarían asociados
principalmente a periodos glacial / post glacial, cambios en las tasas de erosión
sedimentación tanto del estero Marga-Marga como del mar y alzamientos tectónicos
asociados a la sismicidad. A continuación se resumen los 5 estados identificados por
Thorson (1999).

• En el Estado 1, más de 18.000 años atrás, Thorson (1999) interpreta que el nivel
del mar habría estado bajo por el dominio de un período glacial. Este retroceso del mar
respecto al continente, suele generar grandes erosiones en la plataforma continental
(como cañores submarinos) dado se habría visto expuesta. Sin embargo, frente a Viña
del Mar, no se observa un cañón submarino (a diferencia del cañón submarino frente a
la ciudad de San Antonio), por lo que Thorson (1999) plantea que el estero Marga-
Marga habría sido un estrecho canal con profundidades de hasta 80 m en el Plan de
Viña por el oeste, lo que habría generado erosión y corte en el basamento rocoso.
• En un segundo estado (Estado 2), entre 18 y 13 mil años atrás, se habría
generado un ensanche del valle, y el mar habría empezado a subir gradualmente, por lo
que las arenas del mar habrían comenzado a dominar por sobre depósitos aluviales,
especialmente en el fondo y en las laderas del estero.
• En el Estado 3, entre los 13 mil y 7 mil años atrás, se habría dado inicio a la
desglaciación, por lo que el mar habría ascendido con mayor rapidez y habría inundado
las zonas de estuarios costeros. En esta etapa, la transgresión marina habría inundado
el Plan de Viña (hasta aproximadamente el sector del Sporting Club). La parte ancha
del estero generada en las etapas anteriores se habría visto cubierta por arenas de
depósitos tipo deltas y arenas de playa, lo que alza en nivel del fondo del mar. Según
Thorson (1999), esto queda en evidencia por la existencia de estratos compuestos por
arcillas plásticas y sedimentos marinos.
• En el Estado 4 (entre 8 y 5 mil años atrás) se genera una desaceleración de la
transgresión marina y un alzamiento del fondo del mar por acumulación de sedimentos.
Esto habría provocado la formación de una barra de sedimentos a lo largo de la línea de

85
la costa, que habría impedido la evacuación de las aguas del estero Marga-Marga en el
mar. Como consecuencia de esto, se habría generado la acumulación de los
sedimentos provenientes del NW del estero, intercalados con entradas del mar
asociados a periodos de tormenta y ruptura de esta barra, desarrollando un ambiente
marino al NW, uno deltaico al SE, incluyendo depósitos lagunares (ver Figura 5.18).
Más adelante se presentan antecedentes adicionales respecto a la existencia de estos
depósitos lagunares en el Plan de Viña del Mar.

33°00’
Leyenda

Facies de Playa
Facies de Delta

Facies de Laguna

Plaeoambiente
desarrollado durante
Estado 4 (Transición)
entre los 8mil y 5 mil
años atrás

1 Kilómetro

Figura 5.18. Paleo ambientes desarrollado entre 8 mil y 5 mil años atrás en el Plan
de Viña del Mar
Fuente: Modificado de Thorson (1999)

El Estado 5 o estado moderno (entre 4 mil años atrás y la fecha) el Plan de


Viña habría emergido por sobre el mar por causas de alzamiento tectónico y
sedimentación, sumado a un retroceso paulatino en el nivel del mar. Esta
condición se habría visto favorecida por la presencia del macizo de Cerro
Castillo, que actuaría como un bloqueo natural de las arenas provenientes del
sur, favorecido el aumento en la tasa de depositación de sedimentos sobre el
Plan.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, el Plan de Viña del Mar incluiría en sus


depósitos facies de playa, facies aluviales en el entorno del estero, facies de tipo llanura
de inundación y facies mixtas, difiriendo de lo definido por Gana et al. (1996) y Álvarez
(1964).

En el presente estudio, se desarrolla un Modelo Geológico de los primeros 30 metros


bajo la actual superficie del Plan de Viña del Mar, que permitirá validar el modelo
conceptual propuesto por Thorson (1999) y definir cómo habría sido la desembocadura
del estero Marga-Marga por debajo del actual Plan de la ciudad.
86
5.3.5.2 PROFUNDIDAD DEL BASAMENTO ROCOSO

Un antecedente importante para el presente trabajo, es la morfología del basamento


rocoso bajo el Plan de la ciudad de Viña del Mar proyectada por Verdugo (1996), quien
estima su profundidad y geometría mediante un estudio geofísico (gravimétrico). Las
curvas obtenidas por Verdugo (1996) se muestran en la Figura 5.19, e indican que el
basamento exhibiría una geometría con dos micro cuencas bien diferenciadas de
orientación dominante es NW (siguiendo una orientación similar a la proyección del
estero bajo el Plan), alcanzando profundidades máximas de 175 metros bajo superficie.

175

100
100

Figura 5.19. Geometría del basamento rocoso bajo el Plan de Viña del Mar (Verdugo, 1996)
Fuente: Elaboración propia a partir de curvas del basamento (Verdugo, 1996) sobre imagen
Google Earth

87
5.3.5.3 GEOLOGÍA DE LOS PRIMEROS 30 METROS BAJO SUPERFICIE EN EL PLAN DE VIÑA DEL MAR

A partir de la base de datos de sondajes de obras bajo la ciudad de Viña del Mar
(provista por el LEMCO de la Universidad Técnica Federico Santa María en el trabajo
de Carrasco y Nuñez, 2012), y mostrados en la Figura 5.20, se construyó un modelo
geológico de los primeros 30 metros bajo superficie.

La información de cada sondaje fue clasificada a partir del tipo de material descrito y su
origen geológico, utilizando las categorías descritas en Tabla 5.1. Posteriormente, cada
sondaje y su respectiva descripción geológica por tramo fueron ubicados en forma
espacial y en profundidad (mediante el uso del software MineSight).

Leyenda

Ubicación de
sondajes en Viña del
Mar. Registro 1962 -
2011

Viña del Mar

Figura 5.20. Ubicación de sondajes – Viña del Mar


Fuente: Elaboración propia a partir de información provista por LEMCO UTFSM

88
Tabla 5.1.
Unidades utilizadas para la clasificación de estratos a partir de descripción de Sondajes en Viña del Mar

UNIDAD SIMBOLOGÍA
Relleno Artificial RA
Sedimento Fluvial SF
Sedimento Marino SM
Sedimento Estuarial SE
Sedimento Lacustre SL
Roca Sana RS
Roca Meteorizada RM
No determinado X

La visualización de la información de sondajes con el software MineSight permitió su


manejo en tres dimensiones, especialmente en cortes horizontales cada un metro. En
las Figuras 5.21, 5.22, 5.23 y 5.24 se ven algunos resultados representativos que
muestran la distribución espacial de los distintos tipos de depósitos en el Plan de Viña.
Cabe señalar que los sondajes más profundos alcanzan 32 metros bajo la superficie,
por lo que la interpretación sólo se pude realizar hasta esa cota.

Plan de Viña del Mar (proyección de la desembocadura del Estero Marga-


Simbología
Marga - localmente Estero Viña del Mar)

Sedimento Fluvial
(SF)

Sedimento Marino
(SM)

Sedimento Lacustre
(SL)

Roca Sana (RS)

Roca Meteorizada
(RM)

Relleno Artificial (RA)

Información 3 metros bajo la superficie actual (cota 5 m s.n.m.)

Figura 5.21. Proyección de unidades geológicas 3 metros bajo la superficie actual


Fuente: Elaboración propia con apoyo del software de diseño minero MineSigth

89
Plan de Viña del Mar (proyección de la desembocadura del Estero Marga-
Marga - localmente Estero Viña del Mar)
Simbología

Sedimento Fluvial
(SF)

Sedimento Marino
(SM)

Sedimento Lacustre
(SL)

Roca Sana (RS)

Roca Meteorizada
(RM)

Relleno Artificial (RA)

Información 11 metros bajo la actual superficie (3 metros bajo el nivel del


Mar)

Figura 5.22. Proyección de unidades geológicas 11 metros bajo la actual superficie


Fuente: Elaboración propia con apoyo del software de diseño minero MineSigth

Plan de Viña del Mar (proyección de la desembocadura del Estero Marga-


Marga - localmente Estero Viña del Mar)
Simbología

Sedimento Fluvial
(SF)

Sedimento Marino
(SM)

Sedimento Lacustre
(SL)

Roca Sana (RS)

Roca Meteorizada
(RM)

Relleno Artificial (RA)

Información 18 metros bajo la actual superficie (10 metros bajo el nivel del mar)

Figura 5.23. Proyección de unidades geológicas 18 metros bajo la actual superficie


Fuente: Elaboración propia con apoyo del software de diseño minero MineSigth

90
Plan de Viña del Mar (proyección de la desembocadura del Estero Marga-
Marga - localmente Estero Viña del Mar)

Simbología

Sedimento Fluvial
(SF)

Sedimento Marino
(SM)

Sedimento Lacustre
(SL)

Roca Sana (RS)

Roca Meteorizada
(RM)

Relleno Artificial (RA)

Información 21 metros bajo la actual superficie (13 metros bajo el nivel del mar)

Figura 5.24. Proyección de unidades geológicas 21 metros bajo la actual superficie


Fuente: Elaboración propia con apoyo del software de diseño minero MineSigth

Los resultados obtenidos permiten sugerir que efectivamente el estero generó una
desembocadura tipo delta bajo el Plan de Viña, reconociéndose principalmente
sedimentos fluviales en toda la superficie, alternados con depósitos marinos y algunos
lacustres, y no como un único brazo del estero por debajo de la ciudad.

Otro aspecto importante, es que si bien se reconocen algunos horizontes con


sedimentos lacustres (limos orgánicos y restos vegetales), que podrían ser
interpretados como depósitos lagunares producto del entrampamiento de agua dulce
por sedimentos marinos (barras de sedimentos), no son relevantes en área ni en
espesor (menos de 2 metros), y más bien responden a situaciones puntuales. Esta
interpretación difiere de la planteada por Thorson (1999) que señala la existencia de
una paleolaguna bajo el Plan de Viña del Mar, específicamente en el sector entre las
calles: Libertad, 6 Norte, Quillota y 2 Norte.

Las Figuras 5.25 y 5.26 muestran los resultados a modo de interpretación a 13 y 21


metros bajo superficie respectivamente, superpuestos con la geometría de basamento
estimada por Verdugo (1996). Aparentemente los depósitos siguen un patrón
geométrico en dirección de las cuencas NW, a pesar que las profundidades no son las
mismas.

91
Leyenda
Áreas con sedimento
marino

Áreas con sedimento


Edificios con daño
fluvial
considerable 2010

Geometría del
basamento rocoso
(Verdugo, 1996)
Viña del Mar

Figura 5.25. Interpretación de unidades de suelo 13 metros bajo la actual superficie


Fuente: Elaboración propia

Leyenda
Áreas con sedimento
marino

Áreas con sedim


Edificios ento
con daño
fluvial
considerable 2010

Geometría del
Viña del Mar basam ento rocoso
(Verdugo, 1996)

Figura 5.26. Interpretación de unidades de suelo 21 metros bajo la actual superficie


Fuente: Elaboración propia

92
5.3.6 GEOLOGÍA ESTRUCTURAL

El presente capítulo se basa en los aspectos regionales aportados por los trabajos de:

Álvarez, 1964. Geología del área Valparaíso – Viña del Mar. Instituto de
Investigaciones Geológicas (IIG) Chile, Boletín N.° 16.
Gana et al. (1996), Mapa Geológico del Área de Valparaíso – Curacaví
1:100.000. SERNAGEOMIN
Hauser, 2003. Diagnóstico geológico geotécnico de seis sectores de laderas y
taludes inestables, en casco urbano
Lépez et al. 2005. Peligro de remociones en masa e inundaciones de las
ciudades de Valparaíso, Viña del Mar y Concón. Región de Valparaíso.
SERNAGEOMIN. Informe Registrado. IR-05-29, 24p, 1 anexo, 2 mapas en 6
hojas escala 1:10.000.
Thorson, 1999. La falla “Marga-Marga” Viña del Mar – Chile. Departamento de
Obras Civiles UTFSM.
Sabaj, 2008. Identificación y caracterización de estructuras potencialmente
activas en la cordillera de la costa, entre los 33° y 33°45’ Sur. Memoria para
optar al título de Geólogo. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas. Departamento de Geología.

A escala regional, la zona de estudio se encuentra afectada por fallas y lineamientos


principalmente de orientación NW (Álvarez, 1964; Gana et al., 1996; Sabaj, 2008) y
algunos con orientación NE (Gana et al., 2000 en Sabaj, 2008). Los lineamientos NW
además de controlar la mayoría de las grandes quebradas en la región (Álvarez, 1964),
han sido interpretados como fallas que han sufrido dislocaciones tectónicas en el
cuaternario (Álvarez, 1964; Castro y Brignardello, 1997) dada la dificultad que se
presenta correlacionar los niveles aterrazados a un lado y al otro de cada quebrada.

El principal rasgo estructural de la zona corresponde al sistema de fallas del Marga-


Marga (Figueroa et al., 1997) que sigue el trazado general del valle en dirección
sureste-noroeste, con rumbo N 40° W y N 60° W y una longitud de 50 Km. Para el
presente estudio, el interés en esta falla radica en las implicancias que representa en el
peligro sísmico (en la ciudad de Viña del Mar), cuyos antecedentes y resultados se
presentan en extenso en el capítulo 7.

En el caso de la comuna de Valparaíso, la existencia de lineamientos en las quebradas


da cuenta de posibles estructuras mayores. Se señalan como de importancia el límite
este del plan (paralelo a Avenida Argentina), junto con la quebrada asociada a Portales.

Las Figuras 5.27 y 5.28 muestran los lineamientos y fallas reconocidas por autores en
estudios anteriores.

93
Leyenda

Fallas y lineamientos
reconocidos por
Álvarez 1964

Viña del Mar


Fallas y lineamientos
reconocidos por
Gana1996

Figura 5.27. Lineamientos y fallas reconocidas por Gana et al. (1996) y Álvarez (1964) en
Viña del Mar
Fuente: Elaboración propia

Leyenda

Fallas y lineamientos
reconocidos por
Álvarez 1964

Fallas y lineamientos
reconocidos por
Gana1996

Figura 5.28. Lineamientos y fallas reconocidas por Gana et al. (1996) y Álvarez (1964) en
Valparaíso
Fuente: Elaboración propia

94
En términos de discontinuidades menores en el área de estudio, es importante destacar
la presencia de diaclasamiento tanto en rocas intrusivas jurásicas como paleozoicas,
así como lineamientos asociados a foliación en rocas metamórficas.

En términos de discontinuidades menores, los macizos rocosos que afloran en el área


de estudio se encuentran fuertemente diaclasados y fracturados en bloques. Según
Lépez (2005) predominan las orientaciones N45°W, N45°E y NS (es decir, siguiendo los
patrones de los lineamientos mayores).

La presencia de este tipo de discontinuidades por un lado favorece la meteorización de


los macizos rocosos, al permitir la incorporación de aguas meteóricas y disgregar en
forma mecánicas las rocas, y por otro lado, genera bloques preformados susceptibles a
caer por gravedad o por sismicidad. Las Fotografías 5.23 y 5.24 muestran la condición
descrita en distintos puntos de las comunas.

Lineamientos dados por foliación en


rocas metamórficas (Complejo
Metamórfico Valparaíso.

Pzmv
Fotografía 5.23. Foliación en rocas del Complejo Metamórfico Valparaíso
Fuente: Obtención propia. Fotografía tomada en sector Torpederas – Valparaíso.

95
Fotografía 5.24. Diaclasamiento del macizo rocoso intrusivo jurásico
Fuente: Obtención propia. Fotografía sector Av. España (Cerro Barón, Valparaíso)

96
CAPÍTULO 6. SUSCEPTIBILIDAD DE REMOCIONES EN MASA EN ÁREAS
URBANAS EN VIÑA DEL MAR

6.1 TIPOS DE PROCESOS MÁS COMUNES EN LA ZONA DE ESTUDIO

La ciudad de Viña del Mar, y en particular su área urbana presenta sectores favorables
a la ocurrencia de procesos de remoción en masa debido principalmente a las
condiciones geomorfológicas y geológicas de la comuna, como por ejemplo altas
pendientes en las laderas de las terrazas marinas y acantilado costero, o presencia de
bloques preformados (especialmente en rocas intrusivas) limitados por sistemas de
diaclasas.

De acuerdo a los antecedentes bibliográficos, estudios anteriores y observaciones


realizadas en terreno, históricamente en la zona de estudio se han generado eventos de
remociones en masa a distintas escalas, especialmente de tipo caídas de rocas,
deslizamientos de roca, deslizamientos de suelos y arenas de dunas, socavamiento de
plataformas y eventos de tipo flujo. Las Figuras 6.1 a 6.4 muestran esquemáticamente
algunos de los eventos identificados en la comuna.

Figura 6.1. Caídas de rocas sector acantilado rocoso costero entre Reñaca y Concón.
Fuente: Obtención y elaboración propia

97
Figura 6.2. Registros de eventos de tipo flujo de barro y detritos en sector Reñaca. Izquierda:
aluvión de Reñaca 1984. Derecha. Flujo de barro y detritos 2010.
Fuente: Izquierda http://4.bp.blogspot.com. Derecha. Obtención propia

Figura 6.3. Registros de eventos de tipo deslizamiento de cuñas en camino costero


sector Reñaca. – Las Salinas.
Fuente: Obtención y elaboración propia

98
Figura 6.4. Registros de eventos de tipo deslizamiento rotacional sector Reñaca
Cochoa en arenas de dunas
Fuente: Obtención y elaboración propia

Otro tipo de proceso evidenciados en la zona de estudio están relacionados con los
procesos de erosión costera de acantilados y socavamiento de plataformas (ver Figuras
6.5 y 6.6) que se muestran a modo de ejemplo ya que no serán abordados por el
presente estudio.

También se reconocieron eventos de tipo inundaciones, ya sea por invasión del terreno
por un volumen de agua o por el afloramiento de aguas subterráneas, las cuales son
abordadas por Lépez et al. (2005) donde se identifican las zonas más sensibles a sufrir
inundaciones, sin embargo tampoco forman parte de los objetivos del presente estudio.

99
Figura 6.5. Registros de eventos de tipo desprendimientos en acantilados costeros
y la influencia del control estructural en la morfología final
Fuente: Obtención y elaboración propia

Figura 6.6. Registros de eventos de tipo caídas de roca y material asociados a erosión
costera (camino Reñaca – Concón)
Fuente: Obtención y elaboración propia

100
6.2 CATASTRO DE REMOCIONES EN MASA

Con el evento sísmico del 27 Febrero de 2010 se gatillaron algunos procesos de tipo
caídas de rocas (intrusivas y unidades de areniscas marinas), deslizamientos de suelos
y deslizamientos rotacionales en sectores de dunas. Para definir los tipos de
remociones en masa más comunes en la comuna, posterior a este evento se realiza un
levantamiento preliminar de fenómenos a partir de observaciones en terreno.

En una etapa siguiente, se realiza una recopilación de antecedentes y estudios de


remociones en masa en el área de estudio. Erikson et al. (2004) entrega un catastro de
remociones en masa entre el 8 de agosto del año 1944 y el 16 de noviembre del año
2003. Este catastro fue realizado a partir de información de prensa (El Mercurio de
Valparaíso y La Estrella de Valparaíso). Lépez et al. (2005) presenta un catastro a partir
de información de prensa de inundaciones entre los años 1864 a 2002 (235 registros),
remociones en masa entre los años 1864 a 2002 remoción en masa (334 registros) y
socavamiento entre los años 1851 y 2002 (60 registros).

A partir de lo anterior, se pudo extraer un registro histórico de remociones en masa en


las ciudades de Valparaíso, Viña del Mar y Concón actualizado al año 2004, por lo que
como parte del presente estudio se actualiza el catastro entre los años 2005 y 2011,
utilizando con fuente de información datos de terreno y prensa (El Mercurio de
Valparaíso y La Estrella de Valparaíso) y cuyos resultados se presentan en el Anexo E.
Cabe señalar que el catastro incluye en la mayoría de los casos, la fecha de ocurrencia
y/o publicación de los eventos, una descripción realizada por el medio de prensa
(extraída en forma textual) y el tipo de remoción extraído a partir de la información
periodística (posible de determinar sólo en algunos casos).

Del catastro realizado, se puede validar que los fenómenos más comunes están
asociados a deslizamientos de roca y suelos, caídas de rocas, aluviones o flujos y
socavamientos, los cuales ocurren principalmente en sectores escarpados o de mayor
pendiente en los cerros de las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar o en contorno de
las terrazas marinas, y en muchos de los cuales el factor antrópico juega un rol
fundamental. Los flujos, se han generado los últimos años a raíz de rebalse o rotura de
matrices de agua (desencadenante antrópico) descendiendo por calles empinadas
afectando a la población.

6.3 APLICACIÓN DE METODOLOGÍA DE LARA (2007) EN LA ZONA DE ESTUDIO

En una primera etapa, se procede a la aplicación directa de la metodología propuesta


por Lara (2007) dentro del área urbana de la comuna de Viña del Mar. Lara (2007)
propone trabajar a una escala entre 1:20.000 y 1:50.000, en un área de análisis de tipo
hoya hidrográfica que no sobrepase las decenas de km2. Si bien el área de estudio
morfológicamente no corresponde a una hoya hidrográfica, se procede a la división de
la zona en unidades de análisis (escala 1:25.000) a partir de características
geomorfológicas y geológicas-geotécnicas comunes, y utilizando además como límite
pendientes mayores a 10° (Lara, 2007), definido a partir de una profunda revisión
bibliográfica de rangos de pendientes generadoras de remociones.

101
El primer inconveniente radica en la escala de trabajo. La subdivisión del área en
unidades de análisis supera lo recomendado por Lara (2007) en términos de cantidad
(no sobrepasar las 150 unidades). La morfología aterrazada de Viña del Mar intercalada
con quebradas y microcuencas, genera por un lado la definición de más de 300
unidades, y por otro lado, un área de análisis discontinua producto de la mezcla de
fuertes pendientes con sectores planos (bajo el criterio de dejar fuera aquellas unidades
con pendientes menores a 10°).

Es importante señalar que esta mezcla de pendientes fuertes con pendientes suaves es
una característica común de muchos terrenos urbanos en Chile (no sólo de Viña del
Mar), generada por la geografía del territorio Chileno, la ocupación inicial de terrenos
planos y la expansiones demográficas hacia los cerros (frecuente en franjas
geomorfológicas de planicies litorales y en los faldeos de las cordilleras de la Costa y de
los Andes).

La escala 1:25.000 utilizada para la aplicación de la metodología de Lara (2007) en


algunos sectores dentro de la zona de estudio no permite obtener el nivel de detalle
esperado del presente trabajo. Como prueba de ello, se aplican directamente las tablas
propuestas por Lara (2007) en áreas pilotos dentro de la comuna (laderas rodeadas de
urbanización y con evidencias de remociones recientes). Los resultados obtenidos no
permiten diferenciar, por ejemplo, zonas que tengan una obra de estabilización mayor
(con reducida a nula susceptibilidad) de zonas que tenga alta susceptibilidad, incluso
dentro de una misma unidad. En base a lo anterior, se aplica la metodología propuesta
por el presente trabajo a una escala 1:5000.

6.4 DEFINICIÓN DE UNIDADES DE ESTUDIO

La escala de trabajo definida (1:5.000) y el nivel de detalle que se esperan de los


resultados, obliga a definir sectores puntuales de estudio dentro de la comuna de Viña
del Mar.

Los sectores escogidos para la aplicación y validación de la metodología, se basan por


un lado en criterios geológicos geotécnicos, considerando que los sectores que sean lo
más representativos en términos de tipo de remociones y materialidad. Además se
incluyen en su definición criterios urbanos, como por ejemplo, áreas sin acceso
restringido (para poder observar el terreno), zonas con alto tránsito o en el entorno de
ejes viales importantes, (donde cualquier evento que implique la interrupción del tránsito
tiene un alto impacto en la dinámica de la ciudad.

También se consideran algunas zonas con antecedentes de remociones en masa


declaradas anteriormente, que permitan hacer un análisis retrospectivo y validar los
resultados.

Finalmente a partir de varias iteraciones, se definieron 96 unidades de análisis


distribuidas en 6 sectores dentro del área urbana de la comuna de Viña del Mar
utilizando los criterios descritos anteriormente y dejando fuera aquellas unidades que
tengan pendientes promedio menores a 10°, definido por Lara (2007) como el límite
inferior para evaluar susceptibilidad de generación de remociones.

102
Los 6 sectores de análisis se denominaron en función del nombre que reciben dentro de
la división comunal o por alguna infraestructura característica, y se presentan a
continuación:

Sector 1. Canal Beagle. Estas 44 unidades están ubicadas en la ladera norte del
estero Marga-Marga a la altura de El Salto, rodeando el sector de Canal Beagle ubicado
en la cima de un sector aterrazado al este de la Ciudad (ver Figura 6.7).
Geológicamente el área está compuesta por Intrusivos Jurásicos (Jlg) y la unidad
Estratos de Potrero Alto (estuarial – TQPa), en el entorno de la falla Marga-Marga que
pasaría por debajo del cauce del estero (Álvarez 1964). El sector incluye las laderas de
acceso al sector de Canal Beagle por el oeste (subida Troncal) que conecta Viña del
Mar con Quilpué, y las laderas de la ruta 60CH, que conectan vía Las Palmas con
Reñaca Alto.

Leyenda
Cuaternario Terciario
Jurásico
(Mioceno – Plioceno – Pleistoceno)
Qc (Depósitos Coluviales) Js (Rocas Intrusivas)
TQPa (Depósitos Estuariales
Qf (Depósitos Fluviales) Estratos de Potrero Alto)
Jlg (Rocas Intrusivas)

N Jlt / Jlv (Rocas Intrusivas)


Unidades de análisis (N de 0 a 43)

Figura 6.7. Unidades de análisis sector Canal Beagle


Fuente: Elaboración Propia

103
Sector 2. Recreo. En este sector se incorpora parte de los taludes del sector Recreo
que se orientan hacia Avenida España, eje conector principal entre Viña del Mar y
Valparaíso. Específicamente se definió un área de análisis bordeando el acantilado
costero (entre Caleta Abarca y la Escuela Industrial), incluyendo una zona de quebrada
que desemboca en Av. España, con 26 unidades de análisis (ver Figura 6.8), ubicadas
geológicamente en rocas intrusivas jurásicas (Jlv).

Leyenda
Cuaternario Jurásico Paleozoico
Qe (Depósitos Eólicos) Jlt / Jlv (Rocas Intrusivas) Pzmg (Rocas Intrusvias)

N
Unidades de análisis (N de 0 a 24)

Figura 6.8. Unidades de análisis sector Recreo


Fuente: Elaboración Propia

Sector 3. 5 Oriente. Este sector, incluye las laderas naturales que rodean el sector
aterrazado de Sausalito - Santa Inés, en el límite NE de la Población Vergara o Plan de
Viña de Mar. Este sector, se destaca por que el momento de dar inicio al estudio no
estaba intervenido, sin embargo, al finalizar la presente Tesis, se encontraba
intervenido producto de la construcción de una sede universitaria, quedando en
evidencia el dinamismo de las zonas urbanas. Particularmente se definieron 8 unidades,
dispuestas en rocas sedimentarias marinas (areniscas y limolitas de la unidad Tn) y
taludes en rocas Jurásicas (unidad Js). Ver Figura 6.9.

104
71°32’30”W

33°00’50”S

Leyenda
Cuaternario Terciario Paleozoico
(Mioceno – Plioceno – Pleistoceno)
Qa (Depósitos Aluviales) Pzmg (Rocas Intrusivas)
Tn (Terrazas Marinas)
Qf (Depósitos Fluviales) Jurásico
Js (Rocas Intrusivas)

N
Unidades de análisis (N de 0 a 7)

Figura 6.9. Unidades de análisis sector 5 Oriente


Fuente: Elaboración Propia

Sector 4. Coraceros. Esta pequeña unidad de análisis (con sólo 5 unidades) se


encuentra en un cerro isla al norte del Plan de Viña del Mar, incluyendo laderas de una
terraza de abrasión marina donde antiguamente se ubicaban las petroleras. Todas
estas unidades se encuentran en rocas intrusivas y metamórficas paleozoicas (en lo
que Rivano et al., 1993, definió como Pzmg). Ver Figura 6.10.

105
Figura 6.10. Unidades
de análisis sector
ANTIGUAS Coraceros
PETROLERAS
Fuente: Elaboración
Propia

SUPERMERCADO
LÍDER
TORRE
CORACEROS

Leyenda
Cuaternario Terciario Paleozoico
Qa (Depósitos Aluviales) (Mioceno – Plioceno – Pleistoceno)

Tn (Terrazas Marinas) Pzmg (Rocas Intrusivas)


Qm (Depósitos Marinos)
N
Qf (Depósitos Fluviales) Unidades de análisis (N de 0 a 4)

Sector 5. Cerro Castillo. Las 9 unidades definidas en este sector rodean las laderas de
Cerro Castillo, que en su mayoría se encuentran en rocas intrusivas jurásicas (Jlv)
exceptuando la unidad 2, que se encuentra en rocas sedimentarias (areniscas y
limolitas de origen marino - Tn). Ver Figura 6.11. Al igual que en los casos anteriores,
este alto topográfico corresponde a un sector tipo terraza, con pendientes menores a
10° en su parte superior plana.

106
CERRO
CASTILLO

Leyenda
Cuaternario Terciario Jurásico
(Mioceno – Plioceno – Pleistoceno)
Qm (Depósitos Marinos)
Tn (Terrazas Marinas) Jlt / Jlv (Rocas Intrusivas)
Qe (Depósitos Eólicos)
N
Qf (Depósitos Fluviales) Unidades de análisis (N de 0 a 8)

Figura 6.11. Unidades de análisis sector Cerro Castillo


Fuente: Elaboración Propia

Sector 6. Las Salinas - Reñaca. Estas 4 unidades forman parte de los taludes
costeros, naturales y antrópicos del camino que une la Playa Las Salinas con Reñaca
(ver Figura 6.12) y están compuestos por rocas intrusivas y metamórficas paleozoicas
cubiertas por paleodunas (Qd).

107
PLAYA LAS
SALINAS

Leyenda
Cuaternario
Paleozoico
Qm (Depósitos Marinos) Pzmg (Rocas Intrusivas)

Qd (Depósitos Dunarios) N
Unidades de análisis (N de 0 a 3)

Figura 6.12. Unidades de análisis sector Las Salinas – Reñaca


Fuente: Elaboración Propia

Como se puede apreciar en los 6 sectores escogidos para la aplicación de la


metodología, las unidades corresponden geomorfológicamente a acantilados costeros o
laderas que bordean niveles aterrazados de la ciudad, por lo que presentan en su cima
pendientes menores a 10°.
6.4.1 CARACTERIZACIÓN GEOTÉCNICA DE LAS UNIDADES

A partir de la recopilación de información bibliográfica, visitas a terreno orientadas a


caracterizar geotécnicamente las distintas unidades, toma de datos estructurales en
forma puntual, caracterización del macizo rocoso mediante el RMR básico de
Bieniawski (1989) y toma de muestras de suelo para ensayos in situ y en laboratorio se
pueden identificar las siguientes unidades geotécnicas:

Roca fresca. Las unidades de roca intrusivas y metamórficas frescas (jurásicas y


paleozoicas) se presentan en general como macizos de buena calidad geotécnica
(RMRB entre 60 y 80), con alta dureza (R5 según golpes de martillo geológico,
equivalente a una resistencia a la compresión simple mayor a 100 MPa, según
clasificación Brown (ISRM, 1981)). Los macizos se encuentran fracturados en bloques
definidos por diaclasas con orientación dominantes de N45°W y N45°E, además de un
sistema de rumbo NS (según información de terreno y estudio de Lépez, 2004), que en

108
algunos casos generan bloques preformados sensibles a desprenderse o deslizar (tipo
cuñas y fallas planas).

En el Anexo F se presentan fotografías representativas de algunas unidades de análisis


definidas para cada sector y que resumen la condición descrita. En la Figura 6.13 se
muestra la ubicación de mapeos de RMRB.

(a) (b)

CORACEROS CERRO CASTILLO

(c)
TOMA DE DATOS DE ROCK
MASS RATING DE
BIENIAWSKI (1989)

RECREO

Figura 6.13. Ubicación de clasificación de macizo rocoso. (a) Sector Coraceros –


Unidades 0, 1, 2, 3; (b) Sector Cerro Castillo Unidades 2 y 5; (c) Sector Recreo –
Unidades 8 y 9
Fuente: Elaboración Propia

Roca Meteorizada. Esta unidad es frecuente en zonas con mayor humedad y


vegetación, en laderas entorno a quebradas y/o con orientación sur y sureste. La roca
(intrusiva o metamórfica) se encuentra altamente meteorizada por acción mecánica de
raíces y humedad, con espesores de suelo residual que pueden alcanzar hasta los 5
metros y en los cuales se evidenciaron deslizamientos de suelo (ver Fotografías de
Anexo F). En las zonas donde el porcentaje de suelo es menor, la roca meteorizada
presenta regular a mala calidad geotécnica (en Figura 6.14), con RMRB entre 20 y 50.

109
Para caracterizar el horizonte de suelos residuales in situ y roca meteorizada, se
tomaron muestras en la unidad 14 de Recreo donde se hicieron 2 mediciones de
densidad in situ a partir del uso de cono de arena. Las muestras tomadas se ensayaron
en los Laboratorios de Docencia de Sólidos de la Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas de la Universidad de Chile (ensayos de corte directo en laboratorio). Los
resultados indican que se trataría de suelos de tipo arena mal graduada muy poco
cohesiva, obteniéndose densidades cercanas a 0,013 ton/m3, valores de cohesión de
0.3 Kp/cm2 y ángulos de fricción (Ø) de alrededor de 38°. Los detalles se presentan en
el Anexo G. Estos valores fueron comparados con valores de literatura (Anexo H –
valores de propiedades de rocas y suelos a partir de literatura), siendo consistentes con
lo obtenido.

Dunas y sedimentos eólicos. Los sedimentos eólicos recientes (también llamados


dunas activas) y aquellos estabilizados (paleodunas) presentan propiedades en función
de su nivel de consolidación y profundidad. A partir de informes de mecánica de suelos
del área de estudio e información bibliográfica (valores presentados en Anexo H), se
puede estimar el peso específico húmedo (γ= 1,80 Ton/m3), así como el ángulo de
fricción interna Ø= 37° y la cohesión efectiva mínima c= 0 Kp/cm2.

Rocas Sedimentarias. Tanto la secuencia de areniscas, limolitas, arcillolitas


pertenecientes a la formación Navidad (Tn), como las intercalaciones de areniscas y
conglomerados en la Formación Estratos de Potrero Alto (TQPa) fueron caracterizadas
a partir de observaciones de terreno, donde se pudo estimar una calidad del macizo
rocoso de regular calidad, dado principalmente por la estimación de la dureza a partir de
golpes de martillo geológico (dureza R3 a R2 blanda ISRM 1981 en González de Vallejo
et al., 2002), cohesión entre 80 y 350 Kp/cm2 y ángulo de fricción interna de 30° a 50°
(Anexo H).

Depósitos recientes. Los depósitos recientes de origen variable (aluvial, fluvial,


marino, eólico, de remociones en masa) están por lo general en zonas planas, y no
fueron caracterizados en terreno ya que no existían unidades de análisis en ellos.

La Tabla 6.1 muestra en términos generales los tipos de remociones en masa que se
han identificado para cada geotécnica descrita (a partir del catastro de remociones en
masa y observaciones de terreno), lo que será validado con la aplicación de la
metodología propuesta por este trabajo.

6.4.2 CLIMA Y VEGETACIÓN

La Región de Valparaíso presenta un clima templado mediterráneo, pero con algunas


variaciones entre la costa, sectores centrales y sectores cordilleranos. Tanto el Océano
Pacífico en general, como la corriente de Humboldt en particular, condicionan en gran
medida la conducta de los elementos climáticos de la región. Las direcciones
predominantes de los vientos, todas de componente oceánico y portadoras de
humedad, explican la constante presencia de este factor en el clima regional y el
carácter frío de la corriente de Humboldt determina la existencia permanente de una
banda de bajas temperaturas vecinas a la costa, contribuyendo al descenso de las
temperaturas continentales.

110
Tabla 6.1
Tipo de remociones en masa esperadas para cada unidad geotécnica

UNIDAD GEOLÓGICA - GEOTÉCNICA TIPO DE REMOCIÓN EN MASA


DESLIZAMIENTO DESLIZAMIENTO
UNIDAD DESLIZAMIENTO CAÍDAS DE
UNIDAD GEOTÉCNICA TRASLACIONALES DE FLUJOS SUPERFICIAL DE
GEOLÓGICA ROTACIONAL ROCAS
ROCA SUELOS

Pzmg, Pzmv, Jl,


Jlv, Jlt
Roca Sana x x

Pzmg, Pzmv, Jl, Roca Meteorizada / Suelo


Jlv, Jlt Residual
x x

PQd, Qd Dunas x x x
Rocas sedimentarias
Tn, Th, TQPa (areniscas – x
conglomerados)

Depósitos recientes -
Qf, Qm, Qrm,
suelos - cobertura vegetal
x x

Específicamente en la zona costera, se presenta un clima templado de tipo


mediterráneo costero, presente en toda la costa y cuya influencia llega hasta el interior
por medio de los valles. Las variaciones de temperaturas son menores por el influjo del
océano, siendo más parejas durante el año con un promedio anual de 14°. La humedad
relativa es alta con un 75% y las precipitaciones son más abundantes alcanzando unos
450 mm (fuente: Biblioteca del Congreso Nacional, http://siit2.bcn.cl).

La vegetación en la zona costera de la V Región de Valparaíso es de tipo matorral


arbustivo costero formado por especies como el peumo, boldos y maitenes, junto a
hierbas y gramíneas. En las áreas más húmedas como fondos de quebradas se pueden
encontrar litres, quilas, pataguas (fuente: Biblioteca del Congreso Nacional,
http://siit2.bcn.cl).

6.5 APLICACIÓN DE METODOLOGÍA QUE EVALÚA SUSCEPTIBILIDAD DE REMOCIONES


EN MASA EN ÁREAS URBANAS

La aplicación de la metodología en las 96 unidades de análisis permitió zonificar las


áreas definidas como caso de estudio en función de la susceptibilidad ante remociones
en masa tipo caídas de rocas, deslizamientos traslacionales de roca, deslizamientos
rotacionales, deslizamientos superficiales de suelo y flujos. Los valores de
susceptibilidad obtenidos para cada unidad y tipo de remoción de presentan en las
Tablas 6.2 y 6.3, mientras que las Figuras 6.14 y 6.15 muestran ejemplos de los
resultados obtenidos. El detalle de los mapas de susceptibilidad obtenidos en cada caso
se muestran para cada sector se muestran en el Anexo I y en el Anexo J se muestra el
detalle de los ponderadores por unidad para cada sector y tipo de remoción en masa
estudiada.

111
Figura 6.14. Mapa resultado mostrando Índice de Susceptibilidad ante Caídas de Rocas Sector Cerro Castillo
Fuente: Elaboración Propia

112
Figura 6.15. Mapa resultado mostrando Índice de Susceptibilidad ante Deslizamientos Traslacionales de roca Sector 5 Oriente
Fuente: Elaboración Propia

113
Tabla 6.2
Resultados sectores Canal Beagle y Reñaca- Las Salinas

DESLIZAMIENTOS DESLIZAMIENTOS
CAÍDAS DE DESLIZAMIENTOS
SECTOR UNIDAD PENDIENTE TRASLACIONALES DE SUPERFICIALES DE FLUJOS
ROCAS ROTACIONALES
ROCA SUELO
CANAL BEAGLE 0 50 0 42 47 0
CANAL BEAGLE 1 0 0 39 41 0
CANAL BEAGLE 2 62 0 43 54 0
CANAL BEAGLE 3 0 0 0 36 71
CANAL BEAGLE 4 51 0 41 54 0
CANAL BEAGLE 5 61 0 43 54 0
CANAL BEAGLE 6 0 0 38 41 0
CANAL BEAGLE 7 0 0 38 41 0
CANAL BEAGLE 8 0 0 49 56 0
CANAL BEAGLE 9 43 0 47 58 0
CANAL BEAGLE 10 77 70 0 67 0
CANAL BEAGLE 11 77 65 0 63 0
CANAL BEAGLE 12 63 44 0 63 53
CANAL BEAGLE 13 71 56 0 68 0
CANAL BEAGLE 14 81 69 0 70 0
CANAL BEAGLE 15 77 69 0 70 0
CANAL BEAGLE 16 0 31 0 43 55
CANAL BEAGLE 17 62 42 0 63 0
CANAL BEAGLE 18 55 47 0 60 57
CANAL BEAGLE 19 55 47 0 65 61
CANAL BEAGLE 20 58 49 0 58 0
CANAL BEAGLE 21 0 0 0 34 0
CANAL BEAGLE 22 0 0 43 51 57
CANAL BEAGLE 23 60 0 48 62 60
CANAL BEAGLE 24 58 65 0 53 0
CANAL BEAGLE 25 0 0 49 53 55
CANAL BEAGLE 26 0 0 0 56 57
CANAL BEAGLE 27 0 0 0 48 0
CANAL BEAGLE 42 59 38 0 60 0
CANAL BEAGLE 28 54 69 0 40 0
CANAL BEAGLE 29 0 0 0 48 0
CANAL BEAGLE 30 0 0 0 55 0
CANAL BEAGLE 31 0 0 0 63 0
CANAL BEAGLE 32 0 0 0 54 0
CANAL BEAGLE 33 0 0 0 49 0
CANAL BEAGLE 34 0 0 39 53 53
CANAL BEAGLE 35 0 41 0 55 0
CANAL BEAGLE 36 0 0 0 41 0
CANAL BEAGLE 37 0 0 36 39 0
CANAL BEAGLE 38 62 32 42 43 0
CANAL BEAGLE 39 58 29 41 43 0
CANAL BEAGLE 40 0 0 38 41 0
CANAL BEAGLE 41 58 32 44 44 0
CANAL BEAGLE 43 0 27 42 47 55
REÑACA SALINAS 0 0 0 31 28 0
REÑACA SALINAS 1 64 61 44 41 0
REÑACA SALINAS 2 65 62 45 42 0
REÑACA SALINAS 3 49 0 46 41 0

114
Tabla 6.3
Resultados sectores Coraceros, Cerro Castillo, 5 Oriente y Recreo
DESLIZAMIENTOS DESLIZAMIENTOS
CAÍDAS DE DESLIZAMIENTOS
SECTOR UNIDAD PENDIENTE TRASLACIONALES DE SUPERFICIALES DE FLUJOS
ROCAS ROTACIONALES
ROCA SUELO
CORACEROS 0 41 24 0 41 0
CORACEROS 1 30 42 0 0 0
CORACEROS 2 29 26 0 34 0
CORACEROS 3 58 56 0 49 0
CORACEROS 4 62 59 0 55 0
CERRO CASTILLO 0 26 0 0 35 0
CERRO CASTILLO 1 0 0 0 0 0
CERRO CASTILLO 2 76 0 0 0 0
CERRO CASTILLO 3 69 66 0 52 0
CERRO CASTILLO 4 0 0 0 38 0
CERRO CASTILLO 5 58 54 0 43 0
CERRO CASTILLO 6 57 55 0 40 0
CERRO CASTILLO 7 54 55 0 42 0
CERRO CASTILLO 8 61 56 0 62 0
5 ORIENTE 0 27 36 0 0 0
5 ORIENTE 1 49 33 0 0 0
5 ORIENTE 2 17 15 0 0 0
5 ORIENTE 3 51 35 0 0 0
5 ORIENTE 4 60 53 0 51 0
5 ORIENTE 5 58 52 0 52 0
5 ORIENTE 6 56 50 0 49 0
5 ORIENTE 7 58 52 0 52 0
RECREO 0 68 69 0 63 0
RECREO 1 18 29 0 37 0
RECREO 2 25 24 0 32 0
RECREO 3 65 60 0 62 0
RECREO 4 33 0 0 61 0
RECREO 5 11 40 0 0 0
RECREO 6 11 34 0 0 0
RECREO 7 0 0 0 0 70
RECREO 8 70 70 0 62 0
RECREO 9 71 70 0 63 0
RECREO 10 53 47 0 41 0
RECREO 11 41 0 0 55 0
RECREO 12 42 0 0 57 0
RECREO 13 44 0 0 57 0
RECREO 14 58 0 0 66 0
RECREO 15 42 0 0 54 0
RECREO 16 0 0 0 53 0
RECREO 17 0 0 0 36 0
RECREO 18 0 0 0 24 73
RECREO 19 0 0 0 44 0
RECREO 20 0 0 0 41 0
RECREO 21 0 0 0 36 0
RECREO 22 0 0 0 42 0
RECREO 23 0 0 0 43 0
RECREO 24 0 0 0 43 0
RECREO 25 0 0 0 43 0

115
Los resultados obtenidos fueron validados con datos de terreno, pudiéndose comprobar
que en la zona de estudio (en las distintas áreas de análisis escogidas) los principales
tipos de remociones en masa son de tipo caídas de rocas, deslizamientos traslacionales
de roca y deslizamientos de suelo, sólo existiendo IS mayores de 50 para flujos en
unidades puntuales. De los sectores escogidos, ninguno presentó IS mayor a 50 para
deslizamientos rotacionales.

Además, como era esperable, la presencia de obras antrópicas robustas en algunos


casos juegan un rol fundamental en la reducción de susceptibilidad.

A modo de ejemplo se realiza el análisis de estabilidad de laderas en dos casos


representativos (uno de caídas de rocas y el otro de deslizamientos superficiales de
suelo) según las técnicas descritas en el Anexo C, mostrando una forma de abordar la
problemática a partir de los planos de susceptibilidad.

En este caso, se entregara la probabilidad de falla o factor de seguridad de estas


laderas representativas. Los casos escogidos son:

• Caso 1. Unidad 14 sector Recreo por remoción en masa de tipo deslizamiento


superficial de suelo. IS = 66
• Caso 2. Unidad 2 sector Cerro Castillo por caídas de rocas (IS = 76)

El detalle y resultados específicos se presentan en Anexo K (Ejemplo de análisis de


estabilidad).

116
CAPÍTULO 7. SUSCEPTIBILIDAD DE RESPUESTA SÍSMICA POR FALLA MARGA-
MARGA, CIUDAD DE VIÑA DEL MAR

La falla Marga-Marga ha sido estudiada o mencionada por diversos autores, tanto en


trabajos de interés geológico, sismológico, geográfico, obras civiles, entre otros, y tanto
su traza definitiva, así como posibles movimientos recientes o amplificación ante
eventos sísmicos, son temas de permanente interés.

En el presente capítulo se presenta la aplicación de la metodología definida para


estimar susceptibilidad de respuesta sísmica por fallas mayores en áreas urbanas en el
estudio de caso de la falla Marga-Marga en Viña del Mar.

En una primera etapa se realiza una profunda recopilación de antecedentes de la falla


(presentados a continuación) y luego se aplica la metodología propuesta por este
trabajo.

7.1 ANTECEDENTES Y ESTUDIOS ANTERIORES

7.1.1 ANTECEDENTES GEOLÓGICOS Y GEOMORFOLÓGICOS

Como se presentó en el Capítulo 5.2, la rectitud que presentan las quebradas


principales de la región (en su mayoría de orientación noroeste) ha sido interpretada
como parte de lineamientos con fuerte control estructural (Álvarez, 1964), debido a que
fallas y diaclasas debilitarían el macizo permitiendo zonas de escurrimiento de agua.
Además, la dificultad que presenta la correlación entre los distintos niveles de terrazas
en ambos lados de estas quebradas, ha sido interpretada como dislocaciones
tectónicas producto del desplazamiento de los bloques a través de fallas verticales
durante el cuaternario (Álvarez, 1964; Castro y Brignardello, 1997). En el caso particular
de Viña del Mar, al norte del estero Marga-Marga (conocido también como estero Viña
del Mar en el sector urbano) se identifica una terraza de abrasión de 220 m s.n.m., y
cuya correlación al sur del estero no es posible, donde los niveles aterrazados alcanzan
cotas superiores.

Álvarez (1964) define una traza de la falla Marga-Marga a partir de estudios anteriores y
datos recopilados en terreno (Ver Figura 7.1), la cual atraviesa por debajo del Plan de la
ciudad (línea segmentada) alineándose con el valle del estero homónimo, con rumbo
N40°W a N60°W y manteo subvertical.

Según Álvarez (1964) el movimiento que ha presentado la falla incluye un


desplazamiento de tipo rumbo dextral, con movimiento del bloque norte de la falla hacia
el sureste. Esta hipótesis se sustenta en el desplazamiento de la unidad Gn (Gneiss de
transición definida por el autor) en cerca de 3 kilómetros respecto a la traza de la falla.
El autor también describe un movimiento con componente vertical evidenciado por la
dislocación entre las terrazas (salto de 90 a 100 metros) desde el Plioceno. El autor
señala que estos movimientos cuaternarios de la falla quedan en evidencia por la
perturbación de sedimentos estuariales reconocidos en la zona (Qe según Álvarez,
1964) ubicados al norte del estero, fracturándolos e inclinándolos levemente hacia el
noreste, señalando además que la expresión topográfica de la falla es excelente,
alcanzando un sector recto mucho más al este que la cobertura de su mapa 1:50.000.

117
N

Gn

Gn

Figura 7.1. Extracto de mapa Geología del Área de Valparaíso y Viña del Mar escala 1:50.000
(Álvarez, 1964) mostrando traza de falla Marga-Marga en la Población Vergara (Viña del Mar).
Fuente: Álvarez, 1964. IIG, Boletín N° 16.

En el Mapa Geológico del área Valparaíso – Curacaví (Gana et al., 1996) se reconoce
un conjunto de fallas y lineamientos con orientación N50ºW, un ancho aproximado de 5
km y más de 30 km de largo que definen la falla Marga-Marga (Gana et al., 1996) y
Figura 7.2. Específicamente en la comuna de Viña del Mar (ver Figura 7.3), los autores
reconocen una estructura a unos 500 metros al sur del actual cauce del estero
homónimo, que habría generado hundimiento del bloque suroeste (al revés de lo
indicado por Álvarez, 1964).

En el presente trabajo se valida la ubicación de la traza definida por Gana et al. (1996)
mediante observación de fotografías con técnicas estereoscópicas y visitas a terreno.
Como se muestra en la Figura 7.3, la falla atravesaría un talud artificial de la ruta Las
Palmas. En dicho corte se reconoce la presencia de una falla de aproximadamente 30
centímetros de espesor (rumbo N60°W y manteo subvertical), más algunas fracturas de
gran longitud y diques altamente fracturados que cortan la roca intrusiva, sin embargo,
no se reconoce el movimiento de bloque sur hundido (Fotografía 7.1).

118
Viña del Mar

5km

Figura 7.2. Extracto de Mapa Geológico Área Valparaíso – Curacaví (Gana et al., 1996) mostrando
con línea roja el sistema de fallas Marga-Marga
Fuente: Modificado de Gana et al., 1996.
Ubicación de traza, taludes acceso Viña del Mar
por vía Las Palmas

Figura 7.3. Extracto de Mapa Geológico Área Valparaíso – Curacaví (Gana et al., 1996)
mostrando la traza de la falla Marga-Marga en el entorno de la ciudad de Viña del Mar.
Fuente: Modificado de Gana et al., 1996.

119
Traza de falla (30 a 40 cm. espesor)

Fotografía 7.1. Talud ruta Las Palmas en dirección a Viña del Mar donde se reconoce falla que
correspondería a la traza mapeada por Gana et al. (1996) asociada a la falla Marga-Marga.
Fuente: Obtención propia

Otro estudio que aporta una gran cantidad de antecedentes y evidencias de la geología
del cuaternario y de la falla Marga-Marga en Viña del Mar, es el realizado por Thorson
(1999).

Como parte de los antecedentes presentados en dicho estudio, se mencionan


evidencias que dan cuenta de una rápida profundización del cauce del estero
controlado por la presencia de la falla. Mediante la correlación de los depósitos de
Estratos de Potrero Alto (TQPa) a ambos lados del estero, Thorson (1999) plantea la
gran amplitud que cauce en el pasado (Plioceno-Pleistoceno), pero que sin embargo ha
presentado una rápida profundización producto de la presencia de la falla y su potencial
actividad, generando un cañón recto y estrecho con pequeñas quebradas tributarias
bajo la cota 200 y pendientes de las laderas por sobre 25°. Según Keller and Pinter
(1999) en Thorson (1999) estas características se consideran diagnósticas de una
rápida profundización. En términos geológicos, en el presente trabajo también fue
posible validar la presencia y correlación de depósitos estuariales de Estratos de
Potrero Alto a ambos lados del actual cauce.

Dentro de las evidencias de terreno presentadas por Thorson (1999) que le permiten
confirman la existencia de la falla geológica por debajo del estero homónimo entre El
Salto y el Plan de Viña del Mar, se menciona el reconocimiento de una zona de fractura
brechizada en zonas de roca intrusiva, cuyo espesor varía entre 0.1 a 1.2 metros. Esta
120
zona de brecha habría sido reconocida entre Chorrillos y El Salto, específicamente en la
cara suroeste del valle, revelando con rumbo exacto paralelo al valle y manteando 85°
al suroeste (ver Figura 7.4).

A su vez, dentro de la zona brechizada Thorson (1999) reconoce fragmentos


individuales con incrustaciones ricas en arcillas no meteorizada, salbanda de falla gris
verdosa con estructuras en echelon (escalón) pero sin claras marcas de movimiento. El
relleno de salbanda presentaba un brillo indicando el alineamiento de partículas
microscópicas. Según el autor, estas características son diagnósticas de una zona de
cizalle en ambientes de alto estrés. En el mismo sitio, la zona de falla se extendería en
forma continua hacia a una elevación de 60 metros, hasta el contacto entre roca no
alterada y la cobertura de arenas. El abultamiento reconocido en los lentes de arenas
(entre 1 y 3 metros) serían indicadores que éste escarpe ya estaba presente durante la
depositación.

Sedimentos con
inclinación al NW
(adquirido junto con la
depositación)

Fallas inversas
(manteando al SW)
edad Terciaria

Cañón interior con Brecha de Falla


paredes más (Rumbo N54°W
verticales que
Manteo 85°SW)
antiguo cauce)

Fallas Inversas ciegas


bajo anticlinal volcado
(Az. 147° / 80 –
43°SW)

Figura 7.4. Mapa presentando evidencias de terreno reconocidas por Thorson (1999). Se
destaca el reconocimiento de una zona de brecha de falla con presencia de microestructuras.
Fuente: Thorson, 1999.

121
Según Thorson (1999) las evidencias de deformación secundaria y que indicarían que
la falla ha presentado actividad reciente (en el cuaternario) serían producto del
reconocimiento de fallas inversas ciegas, interpretadas como una consecuencia de la
actividad de la falla Marga-Marga, lo que indicaría un movimiento inverso sinestral
(strike slip) en el pasado geológico reciente, generado por la transferencia de
desplazamiento de una falla a otra. Esta condición se reconoce dentro de los depósitos
más viejos de la unidad Estratos de Potrero Alto (TQPa), expuesta en los cortes entre el
túnel del Jardín Botánico y la parte alta de Canal Beagle (Ver Figura 7.5). Durante el
desarrollo del presente trabajo se obtuvieron antecedentes adicionales de los puntos
exactos visitados por Thorson (1999) en los cuales observó deformación en suelos
recientes (Thorson comunicación personal). Sin embargo, en la actualidad la vegetación
actual impide visualizar dicha deformación en suelos recientes.

Figura 7.5. Esquema presentado por Thorson (1999) indicando evidencias de actividad
cuaternaria de la falla Marga-Marga en depósitos de Estratos de Potrero Alto (TQPa) y suelos
cuaternarios.
Ambos depósitos serían cortados por fallas inversas continuas en el afloramiento que se
propagan hacia arriba de la pila de sedimentos, terminando justo bajo superficie, aparentemente
deformada.
Fuente: Thorson (1999).

7.1.2 ANTECEDENTES SÍSMICOS DEL AREA

En la zona de Chile Central, específicamente en la zona de los valles transversales


entre los 27° y 33° de Latitud Sur, la placa de Nazca parece pegarse bajo el continente
sudamericano y desciende bajo la Cordillera de los Andes y Argentina con un ángulo
muy pequeño de solo unos 10° de inclinación (Madariaga, 1998), en lo que se conoce
como zona de subducción plana o “flat-slab”. Si bien esta condición podría afectar la
ausencia de volcanismo activo en el área (el ángulo de subducción bajo impediría la
fusión de la cuña astenosférica), se reconoce sismicidad en las mismas fuentes
descritas anteriormente en el Capítulo 2.2.

122
La V Región de Valparaíso se ha visto afectada históricamente por sismos generados
en el contacto de ambas placas tectónicas (zona de Wadati-Bennioff) como a los
ocurridos en los años 1575, 1647, 1730, 1822, 1906, 1985 y 2010 (Ruiz y Saragoni,
2005). Según Comte et al. (1986), todos esos sismos obedecerían a un mecanismo de
tipo subducción, estimando un período de recurrencia de 82 + 6 años. Sin embargo, el
terremoto del Maule del 2010 dejó evidencias que sismos gatillados más al sur de la
zona de estudio (zona centro – sur entre los 35° y 40° latitud sur: terremotos 1570,
1657, 1751, 1835, 1928 y Maule 2010) también pueden afectar el área de análisis,
generándose un acoplamiento entre dos zonas de ruptura de las placas (Belmonte,
comunicación oral).

Según información obtenida a partir de catálogos sísmicos públicos, como el del


Servicio Sismológico del Dpto. de Geofísica de la U. de Chile (GUC) y el National
Earthquake International Center (NEIC), no existirían registros de sismicidad difusa
cercana a superficie en el área de estudio (menor a 30 kilómetros de profundidad).

7.1.3 ANTECEDENTES DE DAÑOS EN EL PLAN DE VIÑA CAUSADOS POR SISMOS HISTÓRICOS

7.1.3.1 EL TERREMOTO DEL 16 DE AGOSTO DE 1906.

El terremoto de 1906 se enmarca dentro de la secuencia de grandes sismos históricos


en Chile Central, quedando bastantes registros y evidencias históricas del daño
ocasionado. Este evento se habría extendido entre Los Vilos y la localidad de Llico-
Vichuquén (a la altura de Curicó), con magnitud estimada de 8.2 (fuente: Historic World
Earthquakes NEIC - USGS).

Las fuentes históricas consultadas (El Mercurio de Valparaíso y la recopilación hecha


por Rodríguez Rozas et al., 1906), más los antecedentes recopilados por Thorson
(1999) que cita a Ballore (1915) y Larraín (1946) describen los daños en la ciudad de
Viña del Mar por este sismo y sugieren la posibilidad que la falla Marga-Marga haya
tenido un rol en los daños registrados.

Dentro de las localidades en Viña del Mar que fueron fuertemente dañadas con el
terremoto, se mencionan la Población Vergara (Plan de Viña del Mar) y cercanías de
calles Valparaíso con Limache. En este último sector, Rozas y Cruzat (1906) describen
la presencia de una grieta que se abrió al momento de la fuerte sacudida y por donde
fue expulsada agua turbulenta (licuefacción). El Mercurio de Valparaíso también reporta
que ese sector es la parte de Viña que más se vio afectada por el sismo. Otro sector
reportado como de gran intensidad es El Salto, donde se entrega como antecedente
adicional el daño sufrido en la vía de ferrocarril, la cual fue completamente destruida
entre El Salto y Quilpué. En este punto Ballore (1915) describe que la pista sufrió daño
con un patrón en zig-zag, cortando los pernos de anclaje y existiendo agrietamiento,
sugiriendo que el terreno habría sido cizallado por superficies horizontales de ruptura.

123
7.1.3.2 EL TERREMOTO DE MARZO DE 1985:

Existen diversos registros de los daños provocados por el sismo del 3 de marzo de
1985, fuertemente sentido entre Valparaíso y Pichilemu, con magnitud Richter de Ms =
7.8. Según los antecedentes recopilados, el daño se concentró en los departamentos
altos construidos a lo largo de Avenida San Martín (Thorson, 1999; Pérez, 1988;
Saragoni, 2003, más información de prensa).

Según el inventario de daños del terremoto de 1985 (varios autores: Calcagni 1988;
Monge, 1986; Pérez, 1986; Galdames y Saragoni, 2002, más información de prensa),
los edificios que concentraron daño estaban ubicados entre 8 y 10 Norte, por Av. San
Martín. Los más emblemáticos son los Edificios Hanga-Roa y Acapulco. Este último
además ha registrado daño en los últimos 4 terremotos (1965, 1971, 1985 y 2010). La
Figura 7.6 muestra los edificios con mayor nivel de daño del terremoto de 1985 según
Thorson (1999), junto con el registro de lineamientos de origen desconocido obtenidos a
partir del análisis de fotografías aéreas, y que en algunos casos estarían alineados en el
sentido de orientación de la falla Marga-Marga (NW).

Galdames y Saragoni (2002) proponen que las edificaciones que sufrieron mayor daño
en el terremoto de 1985 en Viña del Mar, estarían sobre la traza de la falla Marga-
Marga, a partir de los cual sugieren una posible activación de la falla ante eventos
sísmicos. Según los autores, la presencia de la falla por debajo del Plan de Viña
representa una condición de borde local y que producto de un sismo, se generarían
movimientos en la falla afectando a las estructuras que estén sobre ella. La Figura 7.7
muestra la traza de la falla inferida en el trabajo de Galdames y Saragoni (2002)
sustentada en el daño sufrido en los edificios y el daño reportado en el sector de Canal
Beagle. Además, los autores señalan que la falla aparentemente habría sufrido un
pequeño desplazamiento centimétrico producto del sismo, generando el levantamiento
de tejas en el techo de casas (algunos centímetros) en el sector de 1 Norte y 5 Oriente,
y que respondería a un fuerte movimiento vertical (Fotografía 7.2).

124
Figura 7.6. Lineamientos reconocidos a partir de fotografías aéreas de 1954 y 1996, más
daño de edificios por terremoto 1985.
Fuente: Thorson, 1999

Fotografía 7.2. Daños locales en techos de casas ubicadas sobre el trazado de la falla Marga-
Marga (1 Norte con 5 Oriente, destacado en rojo) producto del terremoto de 1985
Fuente: Galdanes y Saragoni, 2002.

125
Estación Acelerográfica

Figura 7.7. Ubicación de la falla Marga-Marga según estudio de Galdames y Saragoni (2002).
Fuente: Galdanes y Saragoni 2002.

126
Respecto al severo daño reconocido en el sector de Canal Beagle producto del
terremoto de 1985, por una parte Galdames y Saragoni (2002) asocian la cercanía del
sector con la traza de la falla, sumado a una importante amplificación topográfica y
geológica (Celebi, 1986) medida a partir de réplicas del evento de 1985.

7.1.4 ANTECEDENTES DE POTENCIAL SÍSMICO

En el trabajo de Sabaj (2008), se estudia las fallas potencialmente activas de la


Cordillera de la Costa en Chile Central, identificando dentro de los sistemas NW la
“Zona de Falla Marga-Marga”. Mediante la aplicación de relaciones empíricas, se estima
el potencial sismogénico determinístico de cada estructura a partir de su traza y
mecanismo. Estas características incluyen la magnitud máxima posible, los
desplazamientos máximos y promedio que cada falla puede ocasionar, y las
aceleraciones que sufrirían las rocas cercanas a estas fallas. Según la autora, algunos
mapas de peligro sísmico consideran como fallas potencialmente dañinas a aquellas
con traza mayor a 10 km (debido a que serían capaces de generar un terremoto de
magnitud 6 con efectos importantes hasta una distancia de 10 km de la falla según el
Departamento de Transportes de California).

En Sabaj (2008), se consideran como fallas potencialmente dañinas a aquellas con


traza mayor a 5 km debido a que corresponde a una zona muy poblada y de gran
interés económico para el país. Particularmente se reconocen 5 fragmentos de la falla
Marga-Marga mostrados en la Figura 7.8 (recuadro rojo). Si bien en su estudio no se
observaron escarpes ni otros indicios de posible actividad reciente, se considera como
potencialmente activa. En la Figura 7.8, los círculos verdes indican los sectores de
terreno recorridos por Sabaj (2008).

Figura 7.8. Zona de falla Marga-Marga, identificando 5 segmentos de la traza de la falla (Sabaj, 2008).
El segmento 1.1 corresponde a la traza identificada por Gana et al., 1996.
Fuente: Sabaj, 2008.

127
Según Sabaj (2008) la falla Marga-Marga es una de las 15 estructuras reconocidas en
la Cordillera de la Costa (entre los 33° y 33°45´S) consideradas de mayor potencial
sismogénico. Su mecanismo no estaría determinado, sin embargo generaría zonas con
alto peligro (> a 40%g) en sectores interiores (Quilpué, Villa Alemana y El Pangue). Se
calculó que un sismo en esta falla podría alcanzar una magnitud de 6,8 y aceleraciones
horizontales en roca de hasta 49,5%g.

7.1.5 OTROS ANTECEDENTES

Según algunos autores (Calcagni, 1988 y Aguirre et al. 1986, en Thorson 1999) la
concentración de daños en el Plan de Viña del Mar podría ser causada por la presencia
de una antigua desembocadura del Estero Marga-Marga. Según Thorson (1999) la
interpretación de este antiguo curso del estero entra en conflicto con las evidencias
geológicas del entorno, donde casi toda la parte superior del Plan de Viña tiene
sedimentos del antiguo estero (canales, barras, diques y flechas). Al respecto y tal
como se presentó en el capítulo 5.3.5.3, en el presente estudio se realiza un modelo
geológico de los primeros 30 metros bajo superficie en el Plan de Viña del Mar,
modelando las distintas unidades de suelo desde el punto de vista de su origen
geológico. Los resultados permiten sugerir que la desembocadura del estero Marga-
Marga bajo el Plan de la Ciudad de Viña del Mar fue de tipo delta, y descartaría la
existencia de un único brazo bajo la ciudad que concentraría daños.

Si bien, ninguno de los estudios recopilados explica los mecanismos que originarían
una activación de la falla o amplificación sísmica ante eventos sísmicos, en Thorson
(1999) se menciona la existencia de 4 posibles causas:

(1) Guía de ondas: La zona de falla en el basamento rocoso (de baja velocidad)
podría capturar, refractar y concentrar la energía sísmica de movimiento hacia el
exterior (desde la zona de subducción hacia arriba), aumentando localmente la
intensidad y conduciendo efectos secundarios asociados con la consolidación y
deshidratación de los suelos, responsable de la formación de fisuras y lagunas.
(2) La ruptura de la falla y un posible movimiento en profundidad podría haber
contribuido a la señal sísmica, afectando la superficie a través de la ruptura de la
cobertura de sedimentos.
(3) Una tercera posibilidad de estos patrones lineales es que estén indirectamente
relacionados con la profundidad de los sedimentos en la zona del valle (situación que
concuerda con lo presentado por Verdugo, 1996), generándose una amplificación
sísmica de movimiento.
(4) Una cuarta posibilidad es la existencia de una o más rupturas prehistóricas y los
sedimentos afectados por estas rupturas constituyan una zona reactivada en 1906 y
1985.

128
7.2 ANTECEDENTES APORTADOS POR ESTE TRABAJO

Se presentan un conjunto de antecedentes y nueva información que permiten por un


lado confirmar la existencia de la falla Marga-Marga, sugerir una nueva traza en la zona
del Plan de Viña del Mar y una zona de potencial influencia sísmica.
7.2.1 ANTECEDENTES DE DAÑOS EN EL PLAN DE VIÑA DEL MAR POR EL TERREMOTO DE
FEBRERO 2010

El 27 de febrero de 2010, la región de Valparaíso se vio afectada por un sismo de gran


magnitud (8.8 Mw) el cual generó daños a edificaciones, viviendas, red vial, servicios
básicos y sistemas de comunicaciones, dejando un número importante de muertos,
lesionados y damnificados, afectando el normal desarrollo de la región en su escenario
actual y futuro. Según el inventario recopilado a partir de inspecciones de terreno,
información de prensa, datos de la Dirección de Obras Municipales e información
entregada por la UTFSM (Carrasco y Nuñez, 2012), parte de los daños de la ciudad de
Viña del Mar, en particular las edificaciones de gran altura se concentraron en la
población Vergara (Plan de Viña) y presentados en la Figura 7.9, en la que se incluyen
edificios de 4 o más pisos que presentaron daño estructural, desalojo y/o orden de
demolición (cuadrados grandes color rojo) y edificios con daño severo y desalojo parcial
(cuadrados pequeños color damasco).

Resulta interesante la superposición del daño de los tres eventos mencionados en el


estudio: 1906, 1985 y 2010 (Figura 7.10), a partir de la cual se puede interpretar la
recurrencia que tienen algunos sectores: Av. San Martín, entre 7 y 9 Norte (Sector 1);
Av. Los Castaños y 5 Oriente, entre 1 y 4 Norte (Sector 2); alrededores de calle
Valparaíso con Limache (Sector 3); más sectores como Canal Beagle, Limonares, El
Salto y 3 Norte entre 2 y 3 Poniente.

Leyenda

Edificios con daño


Viña del Mar estructural
(desalojados u orden
de demolición)

Edificios con daño


considerable
(desalojados
parcialmente - reparados)

Figura 7.9. Inventario de daños importantes producto del terremoto 2010


Fuente: Elaboración propia

129
Leyenda
Edificios con daño
Sector 1 estructural sismo
2010

Edificios con daño


considerable 2010
Viña del Mar Sector 2
Edificios con daño
considerable terremoto
3 Norte / 3 1985
poniente
Sectores con daño
considerable terremoto
1906

Sector 3

Limonares

Canal Beagle

El Salto

Figura 7.10. Sectores con mayor daño en terremotos de 1906, 1985 y 2010.
Fuente: Elaboración propia

7.2.2 TRAZA DE LA FALLA MARGA-MARGA

A la información recientemente presentada, se incluye las trazas propuestas por autores


mencionados en el presente trabajo, específicamente Álvarez (1964) y Galdames y
Saragoni (2002). Ver Figura 7.11. La traza propuesta por Thorson (1999) coincide con
las anteriores en términos generales. Dada la calidad gráfica de las figuras del estudio
de Thorson (1999), así como el poco detalle presentado en términos de infraestructura
vial del plan de Viña, no fue posible georeferenciarla.

130
Leyenda
Edificios con daño
estructural sismo
2010

Viña del Mar Edificios con daño


considerable 2010

Edificios con daño


considerable terrem oto
1985
Sectores con daño
considerable terrem oto
1906
Traza de falla Marga-
Marga propuesta por
Álvarez (1964)

Traza de falla Marga-


Marga propuesta por
Galdames y Saragoni
(2002)
Trazas de fallas en Álvarez
(1964) y Gana et al. (1996)

Figura 7.11. Ubicación de trazas de falla Marga-Marga definida por Álvarez (1964) y Galdames
y Saragoni (2002).
Fuente: Elaboración propia

En el contexto señalado, en el presente estudio se realizaron al menos 7 visitas a


terreno específicamente orientadas a validar la información propuesta por autores
anteriores y a su vez redefinir la traza de la falla Marga-Marga en sectores donde existe
exposición de afloramientos rocosos por el cauce del actual estero. Esta información se
complementó con recorridos en la zona urbana orientados a validar el inventario de
daños y buscar indicios de deformación o movimientos en la ciudad. La Figura 7.12
muestra con triángulos verdes los puntos visitados, donde se presentaron las siguientes
evidencias de la presencia de zonas de debilidad, lineamientos y fallas.

131
Leyenda

Puntos de
referencia
de terreno
levantados
con GPS

Sector 1
Canal Beagle Sector 4

Jardín
Botánico

Sector 2

Sector 3

Figura 7.12. Ubicación de sectores recorridos en terreno


Fuente: Elaboración propia

Sector 1: Pasaje 1 Norte, costado norte de Estero Marga-Marga, bajo Canal Beagle.

En el sector recorrido es posible reconocer una zona de intenso cizalle, con evidencias
claras de presencia de fallas y estrías. Las Fotografías 7.3.a, 7.3.b, 7.4.a y 7.5.b
muestran evidencias de la condición descrita. A partir de mediciones puntuales
realizadas en terreno y la roseta generada a partir de los datos (Figura 7.13) es posible
determinar las orientaciones preferentes reconocidas (S1: NE; S2: NW y S3: EW). Si
bien la roseta muestra una orientación preferencial NE, esta condición es fácilmente
explicable producto que las laderas utilizadas para la toma de datos tiene orientación
NW, por lo que los planos con esta orientación son difíciles de reconocer (paralelas al
talud), sin embargo, en algunos cortes con orientación NE, se reconocieron los sistemas
NW (paralelos a la falla Marga-Marga)

132
Figura 7.13. Roseta mostrando orientaciones preferenciales obtenidos a partir de la toma de
datos puntuales en talud con orientación NW. Se reconoce S1: NE; S2: NW; S3: EW.
Fuente: Obtención propia

Además, el macizo rocoso es de tipo roca intrusiva jurásica (según Gana et al., 1996),
que en general se presenta con alta dureza en la región (R5 según golpes de martillo
geológico, equivalente a una resistencia a la compresión simple mayor a 100 MPa,
según clasificación Brown (ISRM, 1981)). Sin embargo, en este sector, además del
fuerte cizallamiento reconocido, el macizo rocoso se presenta con una dureza de R1 a
R2 (débil a muy débil, asociado a resistencia a la compresión simple menor a 25 MPa),
poco usual en este tipo de roca, lo que permite concluir que se está en presencia de
una zona de falla e intenso cizalle, descartando meteorización a partir del
reconocimiento de estrías y excavación artificial del talud sobrepasando el límite de
influencia atmosférica y orgánica.

133
Zona cizallada con presencia
de fallas y planos de Evidencias de material con baja
resistencia excavado sin necesidad de
debilidad. Roca con baja explosivos
resistencia (Dureza R1 – R2)

Fotografía 3.b

Pala de excavadora
(referencia escala)

Rumbo Talud: N40°W

Detalle de contacto (dique), en zona de


cizalle y baja resistencia general de las
rocas presentes Fotografía 7.3.a y 7.3.b. Talud
rumbo N40°W, mostrando zona
de cizalle, con presencia de
fallas y planos de debilidad.
Baja resistencia de la roca
(dureza estimada R1 a R2), que
queda en evidencia por las
marcas de remoción del
material sin necesidad de
explosivos. Foto 7.3.b muestra
detalle fotografía 7.3.a

Fuente: Obtención propia

134
Fotografía 7.4.a. Talud NW, mostrando zona de cizalle, con presencia de fallas y
planos de debilidad. Baja resistencia de la roca (dureza estimada R1 a R2).
Fuente: Obtención propia

Fotografía 7.4.b. Detalle de falla mostrando estrías con dirección 46°S y evidencias de
movimiento de tipo sinestral inverso.
Fuente: Obtención propia

135
Sector 2 y 3: Estero Marga-Marga sector El Salto y Cantera.

El sector 2 corresponde al costado norte del estero Marga-Marga, entre el puente de


acceso al Jardín Botánico y el puente ferroviario (Puente Marga-Marga) que atraviesa el
Estero desde El Salto en dirección a Quilpué (Ver Figura 7.14).

Si bien ladera norte que bordea el estero presenta una intensa cubierta vegetacional,
fue posible reconocer en términos morfológicos una dirección preferente natural de las
laderas paralela a la traza reconocida e interpretada de la falla Marga-Marga (Ver
Fotografía 7.5).

Como complemento a la información presentada, en la punta sur del sector 2,


específicamente en las laderas naturales que actualmente encauzan el estero producto
de terrazas fluviales, se reconocen planos que controlan el talud en afloramientos
rocosos justo donde el estero cambia de dirección de NW a NS (Ver Fotografía 7.6).

Finalmente, el sector 3 corresponde a una vista frontal de “La Cantera”, ubicada en la


ladera sur del estero inmediatamente al sur del puente ferroviario. Mediante
observación a distancia y visamiento de las estructuras que controlan la ladera (Ver
Fotografía 7.7).

El sector 4 indicado en Figura 7.12, se visita para validar la información presentada por
Thorson (1999) en términos de la posible actividad reciente de la falla, y cuyos
resultados se presentan más adelante.

Figura 7.14. Ubicación de sector 2 recorrido en terreno, mostrando la ubicación de las


Fotografías 7.5, 7.6 y 7.7
Fuente: Elaboración propia

136
Vista al Noroeste

Laderas naturales orientadas NW


(N40° - 60° W)

Fotografía 7.5. Vista mirando al Noroeste tomada desde el inicio de la curva de estero Marga-
Marga (Norte de puente ferroviario), mostrando la orientación natural de las laderas (NW)
Fuente: Obtención propia

137
Vista al Sureste
Fotografía 7.6. Vista mirando al
Sureste, tomada desde en el cambio
de rumbo del estero (de NW a NS)
mostrando el control estructural que
tienen las laderas de terrazas
fluviales (rumbo N40°W)

Fuente: Obtención propia


Planos con orientación N40°W
que controlan estructuralmente
ladera rocosa de terraza fluvial

Vista al Suroeste

S2: Planos con orientación


perpendicular a la ladera (N30°E)
S1: Planos con orientación paralela
a la ladera (N50°W) muy
persistentes y que generan control
de talud por falla plana

S2 S2
S1 S1
S1

Fotografía 7.7. Vista mirando al Suroeste, tomada hacia ladera sur de estero, frente a
puente ferrocarril. Se evidencia fuerte control estructural que tienen las laderas de
terrazas por planos N50°W (S1) y sistema perpendicular N30°E (S2).
Fuente: Obtención propia

138
7.2.3 DATOS GEODÉSICOS PLAN DE VIÑA DEL MAR

La oficina de catastro de la Dirección de Obras Municipales (DOM) de la Municipalidad


de Viña del Mar, encargada de realizar un catastro digital de la faja de bienes de uso
público, posee una cartografía de alta calidad de la ciudad (en el sector de Viña del Mar
se estima con errores de 20 centímetros). Con la información recopilada pre y post
terremoto 2010, la oficina de catastro preparó un documento facilitado para el presente
estudio donde se visualizaron las modificaciones que puede haber sufrido la topografía
comunal (Romero et al., 2010)

Los datos presentados en la Figura 7.15 muestran la ubicación de los puntos de control
en el Plan de Viña y una tabla que compara mediciones realizadas durante el año 2007
y mediciones post terremoto. El criterio de selección de los puntos de medición se
definieron donde los efectos del terremoto se manifestaron de manera más destructiva
para las edificaciones. Para esto se incluye información de edificaciones con daños
ingresadas en Inspección de la Dirección de Obras.

La Figura 7.15 muestra en verde los puntos con una menor diferencia (3cm), en marrón
aparecen puntos con diferencias menores que 3,5 cm y en color rojo aparecen los
puntos que tienen diferencias entre 4,3 y 4,7cm. En términos generales, se puede
observar que las deformaciones se concentran en el entorno a la traza de la falla
definida por autores anteriores y daños observados en el 2010. Además, se observan
diferencias mayores en el entorno directo de la actual desembocadura del estero (rivera
artificial) donde además se presentan con frecuencia socavones y en ocasiones
desprendimiento del material menos compactado.

Diferencias mayores a 4 cm: 3 (13%)

Diferencias entre 3 y 4 cm: 6 (25%)

Diferencias menores a 3 cm: 15 (62%)

Figura 7.15. Ubicación de estaciones catastradas pre y post terremoto mostrando las diferencias
mayores registradas en las mediciones.
Fuente: Modificada de Romero et al., 2010 (Informe inédito)

139
7.2.4. EVIDENCIAS DE ACTIVIDAD RECIENTE

Como se mencionó anteriormente, las evidencias de posible actividad cuaternaria de la


falla Marga-Marga fueron descritas por Álvarez (1964) en términos de perturbación y
deformación de sedimentos estuariales reconocidos en la zona (Qe según Álvarez
(1964) y Estratos de Potrero Alto (TQPa) según Gana et al. (1996)). Así mismo,
Thorson (1999) en su estudio reconoce evidencias de deformación y movimiento de
fallas inversas ciegas por la transferencia de desplazamiento de una falla a otra.

En el presente estudio se realiza una visita a terreno orientada a validar y reconocer la


deformación descrita por Thorson (1999) en los sectores indicados en la Figura 7.16. En
las Fotografías 7.8 y 7.9 se muestran algunos indicios de movimiento y desplazamiento
en la base de la formación Estratos de Potrero Alto que concuerdan con las
observaciones de los autores mencionados (fallas inversas). La Fotografía 7.10 muestra
una comparación entre las observaciones realizadas por Thorson (1999) y las
evidencias en terreno. Sin embargo, en la actualidad no se visualiza que la deformación
haya afectado la cubierta de suelos cuaternarios.

Distribución de Estratos de
Potrero Alto (TQPa)
Sector Canal Beagle

Sectores de
recorrido en
terreno

Acceso Túnel Jardín


Botánico

Figura 7.16. Ubicación de área recorrida en terreno Formación TQPa, entre Canal Beagle
y Túnel del Jardín Botánico
Fuente: Elaboración propia

140
Evidencias de
deformación en TQPa

Fotografías 7.8 y 7.9. Unidad Estratos de Potrero Alto (TQpa) mostrando evidencias de
deformación
Fuente: Obtención propia

141
Fotografía 7.10. Unidad Estratos de Potrero Alto (TQpa) mostrando evidencias de
deformación
Fuente: Modificada de fotografías tomadas por Thorson (1999) facilitadas para este
estudio

142
7.3 TRAZA(S) DE FALLA MARGA-MARGA DEFINIDA POR ESTE TRABAJO

A partir de la información presentada, se define una nueva traza principal de la falla


Marga-Marga bajo el plan de la ciudad de Viña del Mar (Figura 7.17) basándose en
antecedentes de daños ocasionados por el terremoto del 27 febrero 2010, antecedentes
de terreno e información de deformación en la Población Vergara (Muñoz et al., 2012)

Leyenda
Edificios con daño
estructural sismo
2010
Edificios con daño
Viña del Mar considerable 2010
Edificios con daño
considerable terremoto
1985
Sectores con daño
considerable terremoto
1906
Traza de falla Marga-
Marga propuesta por
Álvarez (1964)
Traza de falla Marga-
Marga propuesta por
Galdames y Saragoni
(2002)
Traza de falla Marga-
Marga por este trabajo

Puntos de referencia de terreno


levantados con GPS

Figura 7.17. Traza de falla Marga-Marga propuesta por este trabajo (línea segmentada color rojo)
Fuente: Elaboración propia

A partir de daños al norte y al sur de la traza definida y las estructuras identificadas en


terreno, se proyectan además 3 lineamientos de la falla Marga-Marga (uno al norte y
dos al sur) paralelos a la traza principal definida (mostrados en la Figura 7.18), uniendo
los daños con los datos de terreno. Lo anterior permite sugerir la presencia de una
“zona de falla” acotada al norte y al sur por los lineamientos reconocidos.

143
Viña del Mar

Simbología
Edificios con daño
estructural sismo
2010
Edificios con daño
considerable 2010
Edificios con daño
considerable terremoto Traza falla Marga-Marga Traza de falla Marga-Marga Puntos de referencia de terreno
1985 propuesta por Álvarez (1964) propuesta por Galdames et al (2002) levantados con GPS
Sectores con daño Traza falla Marga-Marga
considerable terremoto 1906 Traza principal de falla Lineamientos paralelos falla
propuesta por Gana et al (1996) Marga-Marga este trabajo Marga-Marga este trabajo

Figura 7.18. Ubicación de las trazas de la falla Marga-Marga propuesta por este trabajo (lineamientos norte y sur)
Fuente: Muñoz et al. (2012)

144
7.4 APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA PARA EVALUAR SUSCEPTIBILIDAD DE
RESPUESTA SÍSMICA POR FALLAS MAYORES

Utilizando como base los antecedentes resumidos anteriormente, se aplica la


metodología generada en el presente trabajo (descrita en el Capítulo 4) orientada a
evaluar susceptibilidad de respuesta sísmica en el área urbana de la Ciudad de Viña del
Mar por la presencia de la falla Marga-Marga.

En una primera etapa, la zona de estudio se subdivide en 21 unidades de análisis (de


100 metros de ancho cada una) subparalelas a la traza principal de la falla Marga-
Marga definida por este trabajo, abarcando la zona plana de la ciudad y el entorno al
estero. El límite en el sentido longitudinal de las unidades está dado en el oeste por el
océano, y hacia el sureste con el límite de la comuna. La Figura 7.19 muestra las
unidades definidas en el área de estudio.

En una segunda etapa, se aplica la Tabla 4.2 del presente estudio, evaluando los
distintos ponderadores incluidos en la metodología para cada unidad a partir de la
información recopilada para la zona de estudio: evidencias y registro de daño por
sismos; evidencias geológicas y geomorfológicas de terreno de la existencia y actividad
reciente de la falla; distancia de cada unidad a la traza principal de la falla (definida por
este trabajo), considerando además a los lineamientos paralelos definidos como trazas
adicionales de la falla; antecedentes sísmicos y publicaciones anteriores y antecedentes
de deformación en superficie. El detalle mostrando los ponderadores para cada unidad
de análisis se presenta en el Anexo L.

La Tabla 7.1 resume los valores de susceptibilidad de respuesta sísmica por la falla
Marga-Marga para cada unidad, a partir de los cuales se realiza una clasificación de los
valores en 4 rangos: muy alta susceptibilidad (valores de 75 a 100), alta susceptibilidad
(valores entre 50 y 74), susceptibilidad media (entre 25 y 49) y baja susceptibilidad
(valores menores a 25).

La Figura 7.20 muestra de manera gráfica los resultados obtenidos, a partir de los
cuales se puede concluir la existencia de 7 unidades que tienen susceptibilidad mayor a
75 (muy alta), definiendo una franja central mostrada en la Figura 7.20 (color rojo) y
donde se concentraría por un lado las trazas definidas y el mayor daño registrado por
eventos sísmicos. Se reconocen además 2 unidades con susceptibilidad entre 50 y 75
(alta), una a cada lado de la franja de muy alta susceptibilidad y que se muestran de
color anaranjado en Figura 7.20. A continuación, se reconocen 3 unidades con
susceptibilidad entre 25 y 49 (considerada como media, representada de color amarillo
en Figura 7.20) y siguiendo hacia zonas más distales del área definida, se reconocen 9
unidades con índices de susceptibilidad menor a 25 (baja) mostrados de color verde en
Figura 7.20.

A partir de lo anterior, se podría sugerir que existe una zona con muy alta
susceptibilidad de sufrir una respuesta sísmica distinta por la existencia de la falla
Marga-Marga en Viña del Mar, entendida como zonas sensibles a presentar
deformaciones, rupturas superficiales o una mayor intensidad ante sismos.

145
Esta evaluación preliminar permite por un lado dar cumplimiento a la Ley vigente en
Chile (O.G.U.C, artículo 2.1.17) y reafirma la importancia de realizar estudios más
profundos de la falla (peligro sísmico, estudios estructurales, entre otros). En el Anexo
M se presenta en mapa de susceptibilidad de respuesta sísmica por la presenta de la
falla Marga-Marga en Viña del Mar.

Tabla 7.1.
Índice de Susceptibilidad de respuesta sísmica para unidades analizadas en Viña del Mar

IS DE RESPUESTA SÍSMICA - VIÑA DEL


UNIDAD
MAR
0 14
1 18
2 30
3 65
4 77
5 77
6 83
7 78
8 83
9 79
10 83
11 69
12 30
13 33
14 14
15 14
16 14
17 14
18 14
19 14
20 14

146
Leyenda
Traza Falla MM
tipo
Falla Marga-Marga Principal (este trabajo)
Falla Marga-Marga sur 2 (este trabajo)
Falla Marga-Marga norte (este trabajo)
Falla Marga-Marga sur 1 (este trabajo)

Unidades Analisis Falla MM


Unidades Analisis Falla MM

Escala gráfica

2 kilómetros

Figura 7.19. Unidades de análisis para susceptibilidad de respuesta sísmica por falla Marga-Marga en Viña del Mar
Fuente: Elaboración propia

147
Leyenda
Traza Falla MM
tipo
Falla Marga-Marga Principal (este trabajo)
Falla Marga-Marga sur 2 (este trabajo)
Falla Marga-Marga norte (este trabajo)
Falla Marga-Marga sur 1 (este trabajo)

Unidades Fallas
IS_Falla
11 - 24
25 - 49
50 - 74
75 - 100

Escala gráfica

2 kilómetros

Figura 7.20. Susceptibilidad de respuesta sísmica por falla Marga-Marga – Viña del Mar
Fuente: Elaboración propia

148
CAPÍTULO 8. DISCUSIÓN

Las metodologías propuestas en el presente estudio fueron concebidas para estimar


“susceptibilidad”, entendida como la posibilidad de ocurrencia de eventos tanto de
remociones en masa en áreas urbanas, o como una posible respuesta sísmica por
fallas mayores. Por lo tanto, su uso, aplicación y resultados no deben reemplazar
estudios en los que se requieran valores numéricos de probabilidad de ocurrencia,
estudios de ingeniería de detalle de una obra, microzonificación sísmica o estudios de
peligro sísmico asociados a una falla.

No obstante lo anterior, ambas metodologías permiten dar cumplimiento a las actuales


leyes vigentes en Chile en términos de la definición de áreas que pueden verse
afectadas por amenazas naturales (Ordenanza General de Urbanismo y Construcción,
artículo 2.1.17), especialmente en lo referido a zonas con posibilidad de verse afectadas
por “fallas geológicas”. Al no estar especificado en la legislación la forma en que las
fallas deben ser incluidas como posibles zonas de amenaza, ni tampoco existiendo
metodologías claras que indiquen cómo incorporarlas, generalmente no se consideran
en los estudios de planificación territorial.

A partir de los resultados de este trabajo, el uso y la aplicación de la metodología, junto


con dar respuesta a la ley, permite definir la susceptibilidad de respuesta sísmica que
tendrá una zona urbana por la presencia de una falla, y por otro lado, visualizar el
requerimiento de estudios más profundos de la estructura.

En la metodología propuesta para evaluar susceptibilidad de remociones en masa,


también se incorporan las fallas geológicas como un factor condicionante de cada tipo
de remoción, lo que hace una diferencia con metodologías existentes a la fecha.

Si bien las metodologías propuestas se diseñaron para ser usadas en cualquier sector
perteneciente a un área urbana, es importante ajustar los ponderadores en aquellos
casos que presenten condiciones geológicas, geomorfológicas, climáticas y urbanas
particulares, pudiendo incluso ser necesario generar nuevas tablas que permitan
ampliar el número de amenazas consideradas.

Particularmente en el caso de las remociones en masa, la aplicación directa de la


metodología propuesta por Lara (2007) en áreas urbanas (caso de aplicación), presenta
una serie de falencias que finalmente llevan a la generación de una nueva metodología
ajustada. Las diferencias fundamentales entre ambas se basan por un lado en la escala
de trabajo, la definición de unidades y el uso que tiene cada una. En términos de la
escala de trabajo, la metodología original (Lara, 2007) propone trabajar a una escala
entre 1:20.000 y 1:50.000, en sectores morfológicamente de tipo cuenca hidrográficas
de decenas de kilómetros, condición que no siempre es representativa de áreas
urbanas en Chile. Por otro lado, los resultados esperados requieren de un mayor nivel
de detalle, incluyendo zonas sensibles a la ocurrencia de remociones a menor escala
con un alto impacto en la dinámica urbana. Se puede observar que pese a la existencia
de estudios de riesgo y planificación territorial en distintas comunas de Chile, en
algunas ocasiones la escala de trabajo resulta insuficiente para identificar estos eventos
a menor escala que finalmente ocurren, en algunos casos con un alto costo social.

149
Lo anterior se traduce como una escala de trabajo entre 1:5.000 y 1:10.000 propuesta
en el presente trabajo, no sobrepasando las 150 unidades de análisis en el caso de las
remociones en masa, pudiendo aplicarse en comunas pequeñas, entornos urbanos o
sectores puntuales de grandes ciudades.

La aplicación de la metodología propuesta para remociones en masa, puede ser


considerada como una etapa preliminar a un estudio de estabilidad típico, o bien,
utilizarse como un complemento a la metodología propuesta por Lara (2007). En el
primer caso, generalmente un estudio de estabilidad típico va asociado a una
zonificación geológica-geotécnica preliminar, que permite al experto visualizar los
mecanismos de inestabilidad y nivel de sensibilidad que presenta la ladera. La
aplicación de la metodología propuesta permite justificar y orientar el análisis numérico
en aquellas laderas de mayor sensibilidad, optimizando así los tiempos de análisis y
respuesta. En el segundo aspecto, en zonas urbanas que mezclan terrenos en
pendientes, zonas de quebradas, con terrenos planos (como por ejemplo, las ciudades
de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Talcahuano, entre otras) resultaría útil e
interesante combinar el uso de ambas metodologías.

Como etapas posteriores a la obtención de la susceptibilidad de remociones en masa,


se sugiere en este estudio (al igual que la metodología propuesta por Lara, 2007)
analizar las unidades con IS > 50 (alta a muy alta), mediante la estimación del peligro
de remociones en masa, determinación de la probabilidad de falla o entregando factores
de seguridad según sea el caso.

Es importante destacar la importancia que se le da en el presente trabajo a las obras


antrópicas. En el caso de áreas urbanas, las construcciones en laderas en algunos
casos están asociadas a robustas obras de ingeniería que reducen o anulan la
susceptibilidad de remociones en masa, mientras que en otros casos la intervención no
planificada juega un rol clave en la ocurrencia de eventos, especialmente en aquellos
sectores urbanos de menores recursos o donde las regulaciones de construcción no
están presentes. En este aspecto, el uso de la metodología propuesta sería útil en
aquellos sectores urbanos donde no se cuentan con los recursos para realizar un
estudio de estabilidad sistemático de toda el área.

De la metodología propuesta, se debe tener en cuenta que algunos condicionantes


pueden presentar variaciones estacionales (por ejemplo el clima, humedad y
vegetación). En estos casos, se sugiere que la evaluación sea en el escenario más
desfavorable en cada tipo de remoción. De la misma forma, en el caso de unidades que
presenten una materialidad mixta a lo largo de la ladera, se sugiere analizar todos los
posibles tipos de remociones que se puedan generar en su condición más desfavorable
(altura, forma, pendiente).

Es importante recordar que las tablas propuestas están orientadas a evaluar


susceptibilidad de generación de remociones en masa, no incluyendo el alcance que
estas puedan tener. Se recomienda que este parámetro sea evaluado en una etapa
posterior de análisis.

150
La dinámica que presentan las laderas en zonas urbanas, con fuertes variaciones en
pocos metros y en poco tiempo, validan su aplicación en sectores discretos dentro de
áreas urbanas. Las unidades de cada sector deben ser definidas a partir de criterios
geomorfológicos, geológicos-geotécnicos y urbanos, incluyendo como límites obras
antrópicas, ejes viales importantes, y excluyendo zonas de acceso restringido.

En el caso particular de Viña del Mar, los sectores de análisis escogidos para aplicar y
validar la metodología se basan por un lado en criterios urbanos, incluyendo zonas de
alto tránsito y de conectividad importante dentro de la región, donde cualquier evento
que impida su normal funcionamiento genera un alto impacto económico y social (por
ejemplo, Avenida España en el sector Recreo, Avenida La Marina en el sector Cerro
Castillo, Avenida Jorge Montt entre Viña del Mar y Reñaca, y Camino Troncal en Canal
Beagle). Por otro lado se intenta incluir en el caso de estudio, unidades que tengan la
mayor representatividad de las unidades geológicas – geotécnicas identificadas en el
área, y que idealmente tengan antecedentes de remociones en masa anteriores que
permitan validar los resultados obtenidos.

La aplicación de la metodología en 6 sectores de Viña del Mar, resulta una correcta


aproximación de lo que ocurre en la realidad en las laderas, intervenidas o no, que
presentan en algunos casos diseños poco sustentables o con soporte suficiente. Si bien
no se realizaron análisis de estabilidad para todos los casos críticos (IS alto o muy alto,
mayor a 50), el ejemplo presentado en el Anexo K muestran que los resultados de
susceptibilidad podrían ser una buena guía para que el municipio atienda algunos
sectores puntuales con mayor urgencia, especialmente en los cuales pueden verse
afectadas personas.

El dinamismo propio de las zonas urbanas se refleja en el caso de estudio en el sector


de 5 Oriente, siendo una ladera no intervenida al inicio del presente estudio (mayo
2011), pero que sin embargo a su término se encontraba intervenida y modificada.
Además, durante el período de redacción del presente trabajo (2013) ocurrieron dos
eventos de tipo remociones en masa en las unidades de análisis escogidas.

El primero correspondió a un deslizamiento superficial de suelo ocurrido el 10 de junio


del 2013 en la unidad 3 del sector Recreo (IS = 62) gatillada por un agente antrópico
(vertimiento de aguas desde una vivienda hacia el talud). Si bien el material movilizado
fue de poco volumen, el impacto en el tránsito y normal funcionamiento de la ciudad fue
alto (ver Fotografías 8.1, 8.2 y 8.3).

151
Fotografía 8.1. Unidad 3 – Recreo (2012)
Fuente: Obtención propia

Fotografía 8.2. Deslizamiento de suelo unidad 3 Recreo (10/6/2013)


Fuente: Fotografía Pablo Ovalle. Agencia Uno. www.terra.cl

152
Fotografía 8.2. Deslizamiento de suelo unidad 3 Recreo (10/6/2013)
Fuente: Fotografía Pablo Ovalle. Agencia Uno (www.terra.cl)

Como se mencionó anteriormente, en la otra arista del estudio (metodología propuesta


para evaluar respuesta sísmica por fallas mayores en áreas urbanas) permite incluirlas
dentro de la definición de “áreas de riesgo” según la O.G.U.C, artículo 2.1.17 sin
profundizar en un estudio de peligro sísmico, lo que sin duda impone una limitación en
el alcance de la metodología, pero permite realizar una primera aproximación al
comportamiento de la falla y cumplir con las exigencias legales. Como la metodología
propuesta está orientada tanto a fallas activas como inactivas, su aplicación y
resultados pueden alertar sobre zonas más sensibles a sufrir una respuesta sísmica
mayor por la presencia de fallas, lo que se traduce en una necesidad de estudios
sísmicos y estructurales más profundos.

Dado que la propuesta metodológica en este caso está orientada a una evaluación
preliminar, los factores ponderados se basan en antecedentes que se puedan obtener
sin un estudio de peligro sísmico de la estructura, como por ejemplo en daño acontecido
en terremotos históricos (independiente de la fuente sismogénica, el tipo de
construcción o causas civiles estructurales). La idea es que sea obtenido a partir de
publicaciones en el área de prensa, registros históricos y publicaciones. Las evidencias
de terreno juegan un rol importante dentro de los factores ponderados, sabiendo que en
ocasiones este parámetro no podrá ser evaluado producto de obras antrópicas que
cubran los posibles afloramientos. Esta información puede ser complementada a partir
de mapas, imágenes satelitales, fotos aéreas y publicaciones anteriores.
153
Dado que se postula como hipótesis que puede haber una influencia en la respuesta
sísmica de los terrenos por la sola presencia de la falla (independiente del tipo de
terremoto) es fundamental la evaluación de la distancia a la traza a cada unidad de
análisis. Respecto a las unidades de análisis, en el estudio se proponen unidades
subparalelas a la traza de la falla de ancho 100 metros, basándose en criterios urbanos
y de estudios anteriores. Sin embargo, su aplicación en otros sectores puede hacer
variar esta condición en función de la geometría de la zona urbana y la disposición de la
falla. De la misma forma, los límites de las unidades en el caso particular de estudio en
el sentido del rumbo de la falla están dados por el océano en un extremo, y en el otro
por criterios urbanos.

Dentro de los antecedentes a evaluar se incluyen datos de sismicidad en del área,


sabiendo que no es el objetivo de la metodología entender cuáles son las fuentes
sísmicas más importantes y sus respectivas recurrencias. Los factores evaluados no
incorporan las diferencias geológicas-geotécnicas de los terrenos, ni propiedades
mecánicas y sísmicas de los suelos, ni tampoco la geología superficial donde se hacen
las construcciones (primeros 30 metros bajo superficie), dado que no está en los
objetivos evaluar la respuesta sísmica en función de las propiedades de los suelos (o
efecto de sitio) ni tampoco hacer una microzonificación sísmica. En el caso particular
del área analizada, Baquedano (2012) realiza un estudio de la dinámica de los suelos y
microzonificación sísmica preliminar de las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso,
basada en la medición de microvibraciones y estimación de la frecuencia fundamental
del suelo propuesta por Nakamura (1989). Los resultados de su estudio indican que las
frecuencias registradas en toda la zona plana y entorno de estero en Viña de Mar
fluctúan entre los 0,3 hasta los 2,4 Hz (consideradas como bajas), por lo que se
generarían condiciones locales del suelo favorables para sufrir efecto de sitio en todo el
sector Plano de Viña del Mar (indiferenciado).

En el caso particular de estudio (falla Marga-Marga en el área urbana de Viña del Mar),
los resultados indican la existencia de una franja que presenta alta a muy
susceptibilidad de respuesta sísmica, que abarca parte del plan de Viña del Mar (o
Población Vergara) y la proyección de las trazas de la falla hacia el sureste de la ciudad
(especialmente en el entorno del estero). En base a los resultados, se plantea la
necesidad de profundizar en estudios de peligro sísmicos asociados a la falla y su
incorporación en estudios de microzonificación sísmica de áreas urbanas.

A modo de verificación, se aplicó en forma adicional la metodología en la falla


reconocida por Gana et al. (1996) que atraviesa Av. Argentina en Valparaíso. Los
detalles de la aplicación y factores ponderados se presentan en el Anexo N, sin
embargo, se destaca que en el entorno a la Av. Argentina los valores arrojados por la
metodología fluctúan entre 28 y 48 (susceptibilidad media) y no se reconoce una franja
con mayor susceptibilidad de respuesta sísmica que otra (ver Figura 8.1). Esta
información parece consecuente con información histórica del comportamiento sísmico
del barrio El Almendral en Valparaíso producto de efecto de sitio dado por los tipos de
suelos (Grimme y Álvarez, 1964), y con antecedentes de microzonificación sísmica de
Valparaíso (Castañeda y González, 2011; Baquedano, 2012), quienes reconocen zonas
con mayor intensidad en ciertos sectores sector plano de Valparaíso producto de
depósitos de suelos blandos (Baquedano, 2012).
154
Leyenda
Fallas y lineamientos
definidos por Gana et
al. (1996)

Fallas y lineamientos
definidos por
Álvarez(1996)

IS respuesta sísmica
entre 24 y 49

Escala gráfica

500 metros

Figura 8.1. Mapa de respuesta sísmica por falla Av. Argentina – Valparaíso
Fuente: Elaboración propia.

Finalmente se destaca como aporte del presente trabajo la posibilidad de utilizar las
metodologías propuestas en estudios fundados de riesgos para planes reguladores
comunales, o como parte de estudios de pre factibilidad de proyectos de intervención
urbana, o como una etapa preliminar a un estudio de estabilidad típico. En el caso de
remociones en masa, en muchas ocasiones el análisis de susceptibilidad de
remociones en masa se realiza solamente evaluando pendientes y geología. En este
trabajo se profundiza en los factores considerados a fin de tener resultados más
ajustados a las condiciones reales. En el caso de la metodología para evaluar
susceptibilidad de respuesta sísmica por fallas mayores, la propuesta de este trabajo
resulta una innovación que permite una primera aproximación.

Sería interesante su aplicación en algunos sectores urbanos de las comunas de


Valparaíso, Quilpué y Concón, especialmente en aquellos sectores se alto transito y
conectividad en el área, o donde se hayan presentado eventos con anterioridad, como
por ejemplo, camino Troncal que conecta Viña del Mar con Quilpué, donde el 24 de
agosto del 2002 ocurrió un deslizamiento del orden de 50.000 m2 (Fernández, 2002)
con un alto impacto en la dinámica de ambas ciudades, o bien, Av. España que conecta
Valparaíso con Viña del Mar y donde se generó el último evento del 10 de junio del
2013.

En el caso de la metodología propuesta para evaluar susceptibilidad por fallas mayores,


también se sugiere su uso para estudios fundados de riesgos para planes reguladores,
siendo interesante su aplicación en áreas urbanas que hayan sido cuestionadas por la
presencia de fallas mayores, como por ejemplo en Concepción (Galli, 1967; Quezada,
1996), falla San Ramón en el sector oriente de Santiago (Vargas et al., 2012), en
Antofagasta (Delouis et al., 1997).

155
CAPÍTULO 9. CONCLUSIONES

A continuación se presenta un resumen de las principales conclusiones obtenidas en el


presente estudio.

• A partir de la identificación de peligros o amenazas de origen geológico que afectan


áreas urbanas y la legislación vigente en Chile en término del estudio de dichas
amenazas, la elaboración de metodologías que permitan evaluar susceptibilidad de
remociones en masa, y posible respuesta sísmica por fallas mayores en áreas
urbanas resulta útil y permite abordar aquellos fenómenos que no están del todo
cubiertos por las actuales metodologías.

• A partir de lo anterior, se propone una metodología que permita evaluar


susceptibilidad de remociones en masa de tipo deslizamiento traslacionales de roca,
deslizamientos rotacionales de suelos o rocas blandas, caídas de rocas,
deslizamientos superficiales de suelo y flujos en áreas urbanas, utilizando como
base la ponderación de factores condicionantes. Su aplicación y validación se
realiza mediante un caso de estudio en la ciudad de Viña del Mar, donde se logra
definir laderas con mayor o menor susceptibilidad dentro de sectores 6 definidos
como zonas piloto.

• La metodología propuesta requiere evaluar y ponderar el factor antrópico como un


agente que aumenta o reduce susceptibilidad a partir de obras robustas o
desestabilización causada por el hombre.

• La metodología final propuesta, puede complementarse con la metodología


propuesta por Lara (2007), pudiendo aplicarse ambas en función de la morfología
del sector de análisis (por ejemplo en cuencas y quebradas habitadas).

• En el área de aplicación, de las 96 unidades analizadas para los 5 tipos de


remociones definidas (480 casos), sólo 122 de los casos presentan IS>50,
concentrándose los valores críticos en caídas de rocas, deslizamientos
traslacionales de roca y deslizamientos superficiales de suelo. De las unidades que
resultan con menor susceptibilidad, el factor antrópico juega un rol fundamental, ya
sea por obras robustas o medidas ya implementadas.

• Las unidades que resultan con mayor susceptibilidad de remociones en masa en


áreas urbanas debiesen ser analizadas desde el punto de vista de estabilidad, y
desarrollar en ellas trabajos orientados a minimizar la ocurrencia de eventos.

• La metodología para evaluar susceptibilidad de respuesta sísmica por presencia de


fallas mayores en áreas urbanas, permite abordar los requerimientos legales en
Chile (O.G.U.C, Artículo 2.1.17) y realizar una evaluación preliminar que oriente un
estudio de peligro sísmico más detallado de la falla.

• Particularmente en el caso de estudio, la recopilación de información y


caracterización geológica y geomorfológica del área, permiten proponer un Mapa
Geológico Simplificado de la zona de estudio (Comunas de Valparaíso y Viña del
Mar) escala 1:50.000.
156
• El modelo geológico de los primeros 30 metros bajo la superficie de la comuna,
permiten sugerir la existencia de una desembocadura tipo delta del estero Marga-
Marga bajo el Plan de la Ciudad, existiendo una interdigitación de sedimentos
fluviales y marinos, con el desarrollo de algunas facies lagunares.

• Los antecedentes recopilados y evidencias de terreno, permiten sugerir la existencia


de más de una traza de la falla Marga-Marga bajo el Plan de Viña del Mar, lo que
además explicaría por qué las trazas definidas por autores anteriores no son
coincidentes.

• La aplicación de la metodología para evaluar susceptibilidad de respuesta sísmica


en la ciudad de Viña del Mar por la falla Marga-Marga permiten sugerir la existencia
de una franja de 900 metros de ancho en el entorno a la traza principal y donde
podría existir una respuesta sísmica distinta ante eventos sísmicos de gran
magnitud. Se concluye además la existencia de lineamientos paralelos a la traza
principal (interpretados como trazas secundarias) que aportarían a la definición de la
franja de influencia.

• Lo anterior sugiere la realización de estudios sísmicos y estructurales más profundos


de la falla Marga-Marga.

• A modo de validación, la aplicación de la metodología en la falla que atraviesa Av.


Argentina (en Valparaíso) presentada en el Anexo N arroja una franja de mediana
susceptibilidad de respuesta sísmica por la presencia de esta falla, lo que parece
razonable considerando que los daños registrados en el barrio El Almendral en
Valparaíso estarían asociados en gran medida a la calidad y tipo de suelos,
existiendo además escasos antecedentes y evidencias de terreno de la existencia
de dicha estructura.

• Se concluye finalmente que el uso y aplicación de la metodología en otras ciudades


mencionadas anteriormente, puede ser una herramienta que permita definir las fallas
que requieren estudios más profundos, y a la vez dar cumplimiento a la ley en
estudios fundados de riesgos.

157
REFERENCIAS

• Aguiló, A. 1993. Guía para la Elaboración de Estudios del Medio Físico, Cap. XI.
Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). Madrid, España, 841 pp.
• Alvarado, P, Barrientos. S, Saez. M, Beck. S. 2008. Source study and tectonic
implications of the historic 1958 Las Melosas crustal earthquake, Chile, compared to
earthquake damage. Physics of the Earth and Planetary Interiors, 175 pp.
• Álvarez, L. 1964. Geología del área Valparaíso – Curacaví. Instituto de
Investigaciones Geológicas (IIG) Chile, Boletín N.° 16, p. 28 – 60.
• Araya-Carcedo, F.; Olcina J. 2002. Riesgos Naturales. Editorial Ariel S.A., 1512 pp.
• Armijo, R.; R. Rauld; R. Thiele; G. Vargas; J. Campos; R. Lacassin, and E.
Kausel. 2010. The West Andean Thrust, the San Ramón Fault, and the seismic
hazard for Santiago, Chile. Tectonics 29, TC2007, doi:10.1029/2008TC002427, 34
pp.
• Arriagada, C., Arancibia, G., Cembrano, G., Martínez, F., Carrizo, D., Van Sint
Jan, M., Sáez, E., González, G., Rebolledo, S., Sepúlveda, S.A., Contreras-
Reyes, E., Jensen, E., Yañez, G. 2011. Nature and tectonic significance of co-
seismic structures associated with the Mw 8.8 Maule earthquake, central-southern
Chile forearc. Journal of Structural Geology 33 (2011), p. 891 – 897.
• Astroza, M.; Cabezas, F.; Moroni, M.; Massone, L.; Ruiz, S.; Parra, E.; Cordero,
F.; Morradelli, A. 2010. Intensidades Sísmicas en el área de daños del Terremoto
del 27 de febrero de 2010. Publicación interna Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Chile, 23 pp.
• Barrientos, S.; Kausel, E. 1993. Características de la Sismicidad Superficial en la
Zona Central de Chile; Proceedings 6as Jornadas Chilenas de Sismología e
Ingeniería Antisísmica, Universidad de Chile, Santiago 9-13 Agosto, 1993, v.1, p. 3-
9.
• Barrientos, S., Vera, E., Alvarado, P., Monfret, T. 2004. Crustal seismicity in
central Chile. Journal of South American Earth Sciences 16 (2004), p. 759 – 768.
• Baquedano, F.J. 2012. Estudio de dinámica de suelos mediante micro vibraciones y
zonificación sísmica preliminar de las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar.
Memoria para optar al título de Ingeniero Civil en Obras Civiles. Facultad de
Ingeniería, Escuela de Ingeniería en Obras Civiles, Universidad Diego Portales, 86
pp.
• Belmonte-Pool, J. 1997. Análisis del Contacto Sismogénico Interplaca a lo Largo de
Chile. Santiago: Tesis de Magíster, Depto. de Geofísica. Universidad de Chile, 148
pp.
• Bieniawski, Z.T., 1989. Engineering rock mass clasifications. New York: Wiley, 272
pp.
• Bryant, W.; Hart, E. W. 2007. Fault-Rupture Hazard Zones In California. Alquist-
Priolo Earthquake Fault Zoning Act with Index to Earthquake Fault Zones Maps.
Special Publication, 42. California Department of Conservation, California Geological
Survey, 48 pp.
• Carrasco, O., Nuñez, C. 2012. Microzonificación Sísmica de Viña del Mar. Memoria
para optar al título de Ingeniero Civil. Universidad Técnica Federico Santa María,
Departamento de Obras Civiles.

158
• Castro, C.; Brignardello, L. 1997. Geomorfología aplicada a la ordenación territorial
de la franja costera entre Concón y Quintay (32º55’S y 33º15’S). Revista de
Geografía Norte Grande, p. 113 – 125.
• Castañeda, R., González, A. 2011. Actualización de la microzonificación sísmica de
la ciudad de Valparaíso. Memoria para optar al título de Ingeniero Civil. Universidad
Técnica Federica Santa María. 124 pp.
• Celebi, M. 1986. Topographical and Geologycal Amplifications determined from
strong-motion and afthershock records of the 3 march 1985 Chile Earthquake.
Bulletin of Seismological Society of America, Vol.77, N°4, p. 1147 – 1167.
• Charrier, R., Bustamante, M., Comte, D., Elgueta, E., Flynn, J., Iturra, I., Muñoz,
N., Pardo, M., Thiele, R., Wyss, A., 2005. The Abanico extensional basin: Regional
extension, chronology of tectonic inversion, and relation to shallow seismic activity
and Andean uplift. Neues Jahrbuch für Geologie und Paläontologie, Abh. 236 (1-2),
p. 43-77.
• Comte, D., A. Eisenberg, E. Lorca, M. Pardo, L. Ponce, R. Saragoni, S. K. Singh,
Suaréz, G. 1986. “The 1985 central Chile earthquake: A repeat of previous great
earthquakes in the region?”, Science, 233, p. 393-500
• Corvalán, J.; Munizaga, F. 1972. Edades radiométricas de rocas intrusitas y
metamórficas de la Hoja Valparaíso – San Antonio. Instituto de Investigaciones
Geológicas, Chile. Boletín N.° 28, 40 pp.
• Cruden, D.M, and Varnes, D.J., 1996. Landslide types and processes, in Turner, A.
Keith, and Schuster, Robert L. eds. Landslides—Investigation and mitigation:
Transportation Research Board, Special report no. 247, National Research Council,
National Academy Press, Washington, D.C., p. 36–75.
• Delouis, B., Monfret, T., Dorbath, L., Pardo, M., Rivera, L., Compte, D., Haessler,
H., Caminade. L., Ponce, L., Kausel, E., Cisternas, A. 1997. The Mw=8.0
Antofagasta Earthqueke of July 30, 1995: A precursor of the end of the large 1887
Gap. Bull. Seismic Society of America, Vol. 87, N°2, p.1 – 19.
• DeMets, C., R. G.Gordon, D. F. Argus, and S. Stein, 1990. “Current plate motions”.
Geophys. J. Int., 101, p. 425-478.
• Erikson, I.; Högstedt, J. 2004. Landslide Hazard Assessment and Landslide
Precipitation Relationship in Valparaiso, Central Chile. Department of Physical
Geography Göteborg, 91 pp.
• Farías, M., Vargas, G., Tassara, A., Carretier, S., Baize, S., Melnick, D., Bataille,
K. 2010. Land-level changes produced by the Mx 8.8 2010 Chilean earthquake.
Science 329 (5994), 916.
• Fernández, J.C. 2002. Deslizamiento del 24 de Agosto de 2002 en el camino
Troncal, Comuna de Viña del Mar. Sernageomin, 6 pp.
• Figueroa, H.; Portal, M. 1997. Geomorfología de los riesgos naturales en la cuenca
del estero Marga-Marga Viña del Mar. Revista Geográfica de Valparaíso, N° 28.
ISSN 0716 – 1905, p. 77 - 108.
• Fock, A., 2005. Cronología y tectónica de la exhumación en el neógeno de Los
Andes de Chile Central entre los 33° y los 34°S. Tesis de Magíster, Departamento
de Geología, Universidad de Chile, Santiago.
• Gajardo, A., Carrasco, R., Espinoza, F., Sepúlveda, F. 2010. Efectos geológicos
del sismo del 27 de febrero de 2010: observaciones en Viña del Mar, Región de
Valparaíso. Sernageomin, 5 pp.

159
• Gajardo, A., Carrasco, R., Espinoza, F., Sepúlveda, F. 2010. Efectos geológicos
del sismo del 27 de febrero de 2010: observaciones en el sector Reñaca-Cochoa,
Comuna de Viña del Mar, Región de Valparaíso. Sernageomin, 6 pp.
• Galdames, G; Saragoni, R. 2002. Influencia del posible movimiento de la falla
Marga-Marga en el daño de edificios altos de Viña del Mar en el terremoto de Chile
de 1985. VIII Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Antisísmica, Abril 2002.
UTFSM. Valparaíso, 6pp.
• Galli, C. 1967. Geología Urbana y suelo de fundación de Concepción y
Talcahuano", Concepción. Universidad de Concepción.
• Gana, P.; Wall, R.; Gutiérrez, A. 1996. Mapa Geológico del Área Valparaíso –
Curacaví. Regiones de Valparaíso y Metropolitana. Mapa Geológico Sernageomin
N° 1. Mapa Escala 1:100.000, Leyenda Ampliada y Listado de Yacimientos, 21 pp.
• González de Vallejo, L.; Ferrer, M.; Ortuño, L.; Oteo, C. 2002. Ingeniería
Geológica. Editorial Pearson. 744pp
• Goodman, R.E., 1989. Introduction to Rock Mechanics. New York: Wiley & Sons,
2nd Edition, 562 pp.
• Grimme, K.; Álvarez, L. 1964. El Suelo de fundación de Valparaíso y Viña del Mar.
Provincia de Valparaíso y Geología del Área de Viña del Mar. Instituto de
Investigaciones Geológicas Chile. Boletín N° 16, p. 1- 27.
• Hauser, A. 2002. Informe de opinión en relación con visita a terreno removido en
flanco poniente del Cerro Barón, Quinta Región. Minuta Sernageomin, 12081-2, 4
pp.
• Hauser, A. 2003. Diagnóstico Geológico Geotécnico de seis sectores de laderas y
taludes inestables, en casco urbano de la Ciudad de Valparaíso, Quinta Región:
Alternativas de Tratamiento. Sernageomin, 44 pp.
• Hoek, E.; Kaiser, P. K.; Bawden, W. F.1995. Support of Underground Excavations
in Hard Rock. A.A. Balkema / Rotterdam / Brookfield. 215 pp.
• Hoek, E., Bray, J.W., 1981. Rock Slope Engineering. London: Institution of Mining
and Metallurgy, 3rd Edition. 358 pp.
• Jibson, R.W., Harp, E.L. & Michael, J.A., 1998. A Method for Producing Digital
Probabilistic Seismic Landslide Hazard Maps: An Example from the Los Angeles,
California Area. Denver: U.S. Geological Survey Open-File Report, p. 98-113
• Keefer, D.K., 1984. Landslides caused by earthquakes. Geological Society of
America Bulletin, vol. 95, p. 406-421
• Keller, E.; Blodget, R. 2004. Riesgos naturales. Procesos de la Tierra como
riesgos, desastres y catástrofes. Editorial Pearson, S.A., Madrid 2004. 448 pp.
• Kendrick, E., Bevis, M., Smalley Jr., R., Brooks, B., Barriga Vargas, R., Lauría,
E., Souto Fortes, L.P. (2003). The Nazca–South America Euler vector and its rate of
change. Journal of South American Earth Sciences, 16, 2, p. 125-131.
• Kerr, J.; Nathan, S.; Van Dissen, R.; Webb, P.; Brunsdon, D.; King, A. 2003.
Planning for development of land on close to active faults. A guideline to assist
resource management planners in New Zealand. Ministry for the Enviroment, New
Zealand – Institute of Geological & Nuclear Sciences. 71pp.
• Laubscher, D. H. 1990. A geomechanics classification system for the rating of rock
mass in mine design. Journal of the South African Institute of Mining and Metallurgy,
vol 90, nº 10, p. 257 – 273.

160
• Lomnitz, C. 1961. Los terremotos del 4 de Septiembre de en el Cajón del Maipo.
Anales de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Publicación 3, Depto. de
Geofísica, 18. pp. 279–306.
• Lomnitz, C. 1971. Grandes terremotos y tsunamis en Chile durante el período 1535-
1955. Geofis. Panamericana, 1, p. 151-178.
• Lara, M. 2007. Metodología para la evaluación y zonificación de Peligro de
Remociones en Masa con Aplicación en la Quebrada San Ramón, Santiago Oriente,
Región Metropolitana. Tesis para optar el Grado de Magíster en Ciencias Mención
Geología y Memoria para optar al título de Geólogo. Universidad de Chile, Facultad
de Ciencias Físicas y Matemáticas. Departamento de Geología, 212 p.
• Lépez, M.; Wall, R.; Prat, M. 2005. Peligro de Remociones en Masa e Inundaciones
de las ciudades de Valparaíso, Viña del Mar y Concón. Región de Valparaíso.
Servicio Nacional de Geología y Minería. Informe Registrado. IR-05-29, 24p, 1
anexo, 2 mapas en 6 hojas escala 1:10.000, 24 pp.
• Leyton, F.; Ruiz, S.; Sepúlveda, S. 2010. Reevaluación del peligro sísmico
probabilística en Chile Central. Andean Geology. Versión on-line. ISSN 0718-7106.
V. 37, n° 2. Julio 2010, 21 pp.
• Madariaga, R. 1998. Física de la Tierra TS5N: 0214-4557. 1998, n.10, p. 221-255
Sismicidad de Chile.
• Mardones, M.; Vidal, C. 2001. La zonificación y evaluación de los riesgos naturales
de tipo geomorfológico: un instrumento para la planificación urbana en la ciudad de
Concepción. EURE (Santiago) ISSN 0250-716.
• Marín, M.; Espinoza, C.; Ortiz, M. 2010. Efectos geológicos del sismo del 27 de
febrero de 2010: observaciones y daños en la ciudad de Valparaíso, Región de
Valparaíso. SERNAGEOMIN, Marzo 2010. 5 pp.
• Monett, A. 1996. Procesos Ambientales en las comunas de Valparaíso y Viña del
Mar: los movimientos en masa y su impacto en las áreas urbanas. Memoria para
optar al título de Geógrafo, PUC.
• Monge J.; M. Astroza. 1989. Metodología para determinar el grado de intensidad a
partir de los daños, 5as Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Antisísmica,
Vol. 1, Santiago, Chile, pp. 483-492.
• Muñoz, E., Sepúlveda, S.A., Rebolledo, S. 2012. Nuevos antecedentes sobre la
falla Marga-Marga y sus implicancias en el peligro sísmico, T9, p. 854 – 856.
• Pérez, L.E. 1988. Microzonificación Sísmica de la Cuidad de Viña del Mar. Memoria
para optar al Título de Ingeniero Civil. Universidad Técnica Federico Santa María,
Departamento de Obras Civiles.
• Pérez, P. 2000. Amplificación Sísmica en Suelos y Microzonificación de los sectores
Planos de Viña del Mar y Valparaíso. Memoria para optar al título de Ingeniero Civil.
Universidad Técnica Federico Santa María, Departamento de Obras Civiles.
• Prada, F., Ramos, A., Solaque, D., Caicedo, B. 2011. Confiabilidad aplicada al
diseño geotécnico de un muro de contención Obras y proyectos. Obras y Proyectos
no.9 Concepción, versión ISSN 0718-2813
• Priest, S. 1993. Discontinuity Analysis for Rock Engineering. Capman & Hall,
London 473 p.
• Quezada Flory, J. 1996. Geología urbana y ambiental de la ciudad de Concepción.
Memoria de Título Universidad de Concepción, carrera de Geología.
• Ramírez, P.; Vivallo, J. 2009. Microzonificación sísmica de la ciudad de Concepción
– Chile. XII Chilean Geological Conference, Congreso Geológico Chileno, Santiago.
161
• Rauld, R.; Fernández, J.C. 2002. Deslizamientos en Viña del Mar y Valparaíso.
Casos y Causas. Simposio Internacional de Geología Ambiental para Planificación
del Uso del Territorio. Puerto Varas, p. 169 – 172.
• Rauld, R.A., 2002. Análisis morfoestructural del frente cordillerano de Santiago
Oriente, entre el río Mapocho y la Quebrada Macul. Memoria, Departamento de
Geología, Universidad de Chile, Santiago, 57 p.
• Rauld, R.A. 2011. Deformación Cortical y Peligro Sísmico Asociado a la Falla San
Ramón en el Frente Cordillerano de Santiago, Chile Central (33° S). Tesis de grado
para optar al grado de doctor en ciencias mención geología. Universidad de Chile,
Departamento de Geología: 311 pp.
• Rauld, R., Leyton, F., Urresty, C. 2011. Estudio Fundado De Riesgos. Diagnóstico
de Peligros Naturales en la Comuna de Coronel, VIII Región del Bío-Bío. Plan
Regulador Comunal De Coronel. Etapa II Entrega Final - 11 de abril de 2011. 83 pp.
• Rivano, S.; Sepúlveda, P., et. al. 1993. Carta Geológica de Chile. Hojas Quillota
Portillo V Región Escala 1:250.000. Sernageomin.
• Rodríguez Rozas, A.; Gajardo Cruzat, C. 1906. La gran catástrofe de 16 de agosto
de 1906 en la República de Chile. Imprenta Barcelona, 356 pp.
• Roldan, W., Tapia, P., Villacis, C. 2002. Evaluación de la Vulnerabilidad Sísmica en
zonas urbanas. Una herramienta de integración. 25 pp.
• Romero, W. et al., 2010. Preinforme del impacto sufrido por los GPS debido al
terremoto del 27 de febrero de 2010. Ilustre Municipalidad de Viña Del Mar,
Dirección de Obras Municipales. Oficina De Catastro. Informe Inédito.
• Ruiz, S. 2002. Fórmulas de atenuación para la subducción de Chile considerando
los dos mecanismos principales de sismogénesis y los efectos del suelo y
asperezas”. Memoria para optar al Título de Ingeniero Civil, Depto. de Ingeniería
Civil, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, U. de Chile.
• Ruiz, S. y G.R. Saragoni. 2005. “Fórmulas de atenuación para la subducción de
Chile considerando los dos mecanismos de sismogénesis y los efectos del suelo”. IX
Jornadas Chilenas de Sismología e Ingeniería Antisísmica, Concepción, p. 16-19.
• Sabaj, R. 2008. Identificación y caracterización de estructuras potencialmente
activas en la cordillera de la costa, entre los 33° y 33°45’ Sur. Memoria para optar al
título de Geólogo. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas. Departamento de Geología.
• Selby, M.J., 1993. Hill slope materials and processes. Second Edition, Oxford
University Press, 451 pp.
• Sepúlveda, S.A., 1998. Metodología para Evaluar el Peligro de Flujos de Detritos en
Ambientes Montañosos: Aplicación en la Quebrada Lo Cañas, Región Metropolitana.
Memoria para optar al Título de Geólogo, Departamento de Geología, Universidad
de Chile.
• Sepúlveda, S.A. y Serey, A. 2009. Tsunamigenic, earthquake-triggered rock slope
failures during the 21st of April 2007 Aysén earthquake, southern Chile (45.5ºS).
Geological Note. Andean Geology 36 (1), pp. 131-136.
• Thorson, R. 1999. La Falla de “Marga – Marga”, Viña del Mar, Chile. Departamento
de Obras Civiles, Universidad Técnica Federico Santa María.
• Toro, K. 2007. Influencia de las características geológicas en las propiedades
geotécnicas de granitoides jurásicos y suelos asociados en la Ruta 68. Memoria
para optar al título de Geólogo. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y
Matemáticas. Departamento de Geología.
162
• Vargas, G.; Rebolledo, S. 2012. Paleosismología de la Falla San Ramón e
implicancias para el peligro sísmico de Santiago. XIII Congreso Geológico Chileno,
Antofagasta. Pag 851 – 853.
• Verdugo, A. 1996. Estudio Geofísico de los suelos de fundación para una
zonificación sísmica de Valparaíso y Viña del Mar. Memoria para optar al título de
Ingeniero Civil. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas,
Departamento de Ingeniería Estructural.
• Wall, R.; Gana, P.; Gutiérrez, A. 1996. Mapa Geológico del área de San Antonio-
Melipilla, regiones de Valparaíso, Metropolitana y del Libertador General Bernardo
O’Higgins. Servicio Nacional de Geología y Minería, Mapas Geológicos, No. 2, 1
mapa (1:100.000)
• Verdugo, R.; Camus, C.; Campos, J. 2005. Fenómeno de amplificación sísmica de
depósitos de suelos. IX Jornadas Congreso Chileno de Sismología e Ingeniería
Antisísmica. Universidad de Concepción. N° A07-05
• Youngs, R.R.; Chou, S.; Silva, W.; Humphrey, J. 1997. Strong Ground Motion
Attenuation Relationships for Subduction Zone Earthquakes. Seismological
Research Letters. Volume 68, Number 1, p. 58 - 73

163
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

• Centro de Investigación y Gestión de Recursos Naturales. Universidad de


Valparaíso. Octubre 2004. Estudio Situación y de caracterización del sector agrícola
de la V Región.
• Cees van Westen; Tshehai Woldai; Siefko Slob; Ruben Vargas. International
Institute for Geo-Information Science and Earth Observation (ITC), Enschede, The
Netherlands. UNESCO RAPCA. http://www.itc.nl/external/unesco-rapca/start.html
• Guía Análisis de Riesgos Naturales para el Ordenamiento Territorial, Subsecretaría
de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), Gobierno de Chile, Junio 2011.
Registro de Propiedad Intelectual Nº: 205-409. I.S.B.N.: 978-956-8468-34-7
• Informe en informe Diagnóstico Microzonificación borde costero. GORE Valparaíso,
División de Planificación y Desarrollo. 2009.
• Ledezma, C. 2010. Ingeniería Geotécnica y Riesgo Sísmico. Apuntes Pontificia
Universidad Católica de Chile.
• Norma Chilena Oficial. Diseño Sísmico de Edificios. NCh433.Of.1996. Instituto
Chileno de Normalización y modificaciones 2010 y 2011.
• Seremi MINVU V Región. 2011. Resultados Estudio de Riesgos Comuna de Santo
Domingo. Consultora Marcela Rivas y Asociados. Varios autores.
• SERNAGEOMIN, 2004. Geología para el Ordenamiento Territorial de la Región de
Valparaíso. Informe Registrado IR-04-23, 49p, 2 mapas escala 1:250.000.

164

También podría gustarte