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AUTOS N.º 308/2015 “L. S. L. CONTRA P. M. H.

POR EJECUCIÓN DE
SENTENCIA”

Mendoza, 12 de junio de 2024.

AUTOS Y VISTOS:

Los autos precedentemente individualizados llamados a resolver,


habiéndose fijado el orden de votos y

CONSIDERANDO:

I- Llegan estos autos a la alzada en virtud del recurso de apelación


interpuesto por el Sr. M. H. P. en contra de la resolución del 20 de abril de 2023
que rechaza el incidente de nulidad interpuesto por el apelante; impone las costas al
incidentante vencido (arts. 35 y 36 CPCCyT) y difiere la regulación de honorarios hasta
tanto exista base regulatoria (art. 14 ley 9131).

1- La jueza de grado resuelve el incidente de nulidad impetrado por el


ejecutado “respecto de la AMPLIACIÓN DE EJECUCIÓN”: a) El incidentante
refiere que se ha notificado la ampliación a través del Dr. Palomo Dal Lago quien
no es más su abogado, habiendo renunciado al patrocinio el día 22 de noviembre
de 2019. Señala que esta renuncia nunca le fue notificada y que se ha anoticiado
de la ampliación recién en el mes de agosto de 2022, al compulsar otros
expedientes. Expresa que, habiendo transcurrido más de 2 años desde el último
movimiento que tuvo la causa en el mes de noviembre de 2019 hasta el mes de
mayo de 2022, se presenta a autos lo previsto por el art. 22 inc. IV del CPCCyT,
lo que torna procedente el pedido de nulidad. Aduce que, de haber tenido
conocimiento de la ampliación, habría interpuesto defensas y excepción de pago y
que ello implica que se ha violado su derecho de defensa. b) Corrido el traslado
correspondiente, se presenta la actora y solicita el rechazo del incidente. Afirma
que en la causa se ha desempeñado como patrocinante del accionado el Dr. Dal
Lago y que su patrocinio subsiste hasta tanto este último notifique la renuncia a su
patrocinado en el domicilio real.

Analiza los requisitos para declarar la nulidad de una actuación: a) que


exista un vicio formal que quite eficacia al acto impugnado; b) interés jurídico e
inculpabilidad y c) falta de convalidación.

Sostiene que la incidencia planteada no puede prosperar pues, si bien es


cierto que el Dr. Palomo Dal Lago ha renunciado al patrocinio del Sr. P. (ver
decreto de fecha 26 de agosto de 2022), dicha renuncia jamás fue notificada a este
último en su domicilio real.

Expresa que, en este contexto, rige lo normado por el art. 21 del CPCCyT
en cuanto a que los domicilios subsistirán a todos los efectos legales mientras no
sean expresamente cambiados, salvo lo previsto en el art. 31 última parte, para los
casos de renuncia a la representación o al patrocinio letrado. Cita el art. 31 que
dispone que “La representación cesa: ...2) Por renuncia, una vez notificado a
domicilio el representado” y en su último apartado: “En todos los casos se
suspenderán los trámites desde el momento en que conste en el expediente la
causa de la cesación, salvo el caso del inciso 2) en el cual la suspensión se
producirá una vez notificado a domicilio el representado.”

Manifiesta que, de acuerdo a estas normas, el domicilio legal constituído


por el ejecutado, conjuntamente con el letrado patrocinante (Dr. Dal Lago)
subsiste y las notificaciones cursadas al mismo resultan válidas, ya que el cese de
la representación se produce una vez notificado al domicilio del representado,
habiendo reconocido el propio incidentante que “esta renuncia nunca me fue
notificada”.

Agrega “en su defensa, el incidentante cita una norma que no existe -art.
22 inc IV del CPCCyT “Deber de Probidad y Lealtad”- ya que el referido
artículo cuenta únicamente con tres apartados o incisos.”

Concluye: “no se observa violación alguna a las normas procesales, sino


todo lo contrario (subsistiendo el domicilio legal por no haberse notificado la
renuncia) se impone el rechazo de la nulidad por el ejecutado planteada.”

2.- El apelante funda su recurso. Aduce que se ha efectuado una errónea


interpretación del derecho aplicable, se hace un análisis pormenorizado y se omite
pronunciarse sobre el derecho de defensa que ha resultado afectado, lo que le
ocasiona un perjuicio de imposible reparación ulterior

El recurrente, en síntesis, expresa que resulta arbitrario, contradictorio y


carente de fundamentación jurídica el fallo en tanto que no se ha analizado el art.
21 inc IV CPCCyT que expresa que cuando un expediente lleva más de dos años
paralizado - como es el caso de autos- las actuaciones realizadas inmediatamente
después de haberlo activado, deben notificarse al domicilio real del demandado,
en protección del derecho de defensa en juicio.

Recalca que se generaría un daño irreparable a su parte, si el error no es


enmendado, toda vez que el juez de grado fundó su rechazo en el análisis de los
incisos I, II y III del art 21, omitiendo por completo el inciso IV y su
correspondiente valoración, por lo que se trata de un análisis pormenorizado y
alejado de los principios procesales iura curia novit y congruencia.

Concluye: “No existe fundamento jurídico ni fáctico alguno para el


rechazo del incidente, ello reconoce un fundamento constitucional directo, pues la
falta de fundamentación suficiente, implica un avasallamiento a las garantías de
defensa en juicio y debido proceso. “

3- La apelada contesta y solicita rechazo del recurso, con costas al


recurrente.

Expresa, en síntesis: 1) no se ha ampliado la ejecución en estos autos


-como asevera el ejecutado-, sino lo que se efectuó fue practicar liquidación por
los intereses que se han devengado por el no pago de las cuotas de alimentos
retroactivos adeudados por el mismo y que no ha abonado voluntariamente, y que
por tanto generan intereses; 2) jamás este proceso ha estado paralizado, o sin
movimientos, todo lo contrario, de las constancias de los obrados se advierte
claramente y sin hesitación alguna que siempre ha estado de manera activa su
proceso a fin de lograr el pago de lo adeudado por el demandado para su hija
menor de edad Pilar, 3) el accionado, se encuentra en autos representado por el Dr.
Palomo Dal Lago el que si bien, en fecha 22/11/2019, presentó una declinación
de una notificación que le fuera cursada, la misma fue desestimada por el juzgado,
en virtud de lo establecido por la norma del art. 21 CPCCyT; dicho profesional
solicitó la renuncia al patrocinio letrado, empero debía para formalizarse la misma
y notificar al accionado en el domicilio real a fin de anoticiar su renuncia, al no
haberlo hecho subsiste el domicilio legal constituido.
II- La doctrina ha dicho que la nulidad procesal es procedente sólo
cuando existe desajuste entre el acto procesal y las normas establecidas en el
código para su cumplimiento, de manera tal que se ha incurrido en un error “in
procedendo”.

Queda limitado el campo de actuación de las nulidades procesales sólo al


caso de violación de reglas procesales, cuando ha existido una transgresión a las
formas y solemnidades prescriptas por la ley que garantizan el debido proceso.
(Guarino Arias, Aldo, Código Procesal Civil de Mendoza comentado, Tomo II,
pag.260).-

Los presupuestos necesarios para que se declare la nulidad procesal son: 1)


la existencia de un vicio formal que impida el ejercicio del derecho de defensa; 2)
que tal error de procedimiento no hay sido provocado ni consentido por la parte
nulidicente y 3) que exista interés jurídico concreto en obtener la nulidad. (Autos
N.º 328/13/8F-200/15 “COMPULSA N°140- EXPTE.N°P-18.384/13-OF. FISCAL
DE GODOY CRUZ N°4-R.O.V. POR MED. PROTEC DE DERECHOS”, 31/08/
2016).

Estos tres presupuestos son imprescindibles por lo que la ausencia de


cualquiera de ellos obstaculiza la eventual declaración de nulidad.

El vicio formal es el elemento material sobre el que reposa la nulidad y


consiste en la existencia de una alteración o defecto del procedimiento establecido
por las normas pertinentes, de tal gravedad que no se alcance el resultado
perseguido por dichas reglas, y que produzca como efecto el que la parte vea
menoscabada en alguna forma su derecho de defensa. Es decir que no cualquier
defecto formal puede provocar una nulidad, sino que, sólo aquéllos que por su
gravedad impidan el objeto perseguido por la norma violada, alterando alguna de
las manifestaciones del derecho de defensa, pueden alcanzar este remedio
(principio de la trascendencia).

El incidentante de nulidad debe acreditar cuál es el interés jurídico en


virtud del cual esgrime la nulidad en tanto las formas procesales no constituyen un
fin en sí mismas, sino que son tan sólo los instrumentos de que se vale el
legislador para asegurar la defensa en juicio de las personas y de los derechos. El
proceso no es una "misa jurídica" ajena a sus actuales necesidades; las nulidades
no tienen por finalidad satisfacer pruritos formales, sino enmendar perjuicios
efectivos.( Berizonce, Roberto, La nulidad en el proceso, p.82).
III- Atento a los agravios vertidos por el apelante, corresponde
efectuar las siguientes consideraciones:

En primer lugar, el incidentante interpuso incidente de nulidad “respecto de


la AMPLIACIÓN DE EJECUCIÓN”. En ninguna parte de su incidencia indica la
actuación precisa que resultaría inválida, siendo que, tal como lo indica la apelada, no
obra en autos ninguna ampliación de ejecución en los términos del art. 251 del
CPCCyT.

En efecto, después de la sentencia ejecutiva dictada en fecha 6 de julio de


2.016, que ordenó proseguir la ejecución adelante hasta tanto la actora se haga íntegro
pago por parte del demandado de la suma adeudada, obran numerosas actuaciones (entre
otras): movimientos bancarios en la cuenta abierta en el Banco Nación, a raíz del
embargo ordenado sobre los haberes del ejecutado (por la suma adeudada) y consiguiente
retención por parte de la empleadora y depósito en dicha cuenta; diversas liquidaciones
efectuadas por parte de la ejecutante (con su trámite legal respectivo) por los retiros de
dinero materializados y ampliaciones de embargo por los saldos insolutos de las
liquidaciones aprobadas. Pero en ninguna actuación se ha ampliado la ejecución en los
términos del art. 251 del CPCCyT.

De allí que el planteo inicial adolece de una imprecisión al no determinar el


incidentante la actuación que resultaba, a su entender, viciada y siendo que, insistimos, la
que indicó en su incidencia “ampliación de ejecución” no existe en estos obrados.

En segundo lugar, lo que alega el Sr. P. en cuanto a que el expediente estuvo


paralizado por más de dos años (desde el mes de noviembre de 2019 hasta el mes de
mayo de 2022) para que sea valorado en los términos del art. 21 inc. IV del CPCCyT, no
resulta cierto, pues el expediente estuvo en constante movimiento con numerosas
actuaciones impulsadas por la actora.

En ese tiempo que indica el ejecutado se advierte (entre otras actuaciones):


liquidación (12/11/2019); vista a la contraria de la liquidación (12/11/2019); resolución
que aprueba la liquidación (5/12/2019), diligenciamiento de oficio a la empleadora
(febrero 2020), pedido de reiteración de oficio (mayo 2020), solicitud de transferencia y
transferencia de fondos (junio 2020), acompañamiento de oficio diligenciado (agosto
2020), solicitud de apercibimiento a empleadora (setiembre 2020), constancia del banco y
solicitud de transferencia (octubre 2020), otro pedido de transferencia bancaria
(diciembre 2020), diligenciamiento de oficio a la empleadora y contestación de esta
última (marzo 2021), solicitud de transferencia y retiro de dinero (marzo, abril y mayo
2021); alta de las actuaciones en Iurix Flex (julio 2021), solicitud de transferencia
(octubre 2021), transferencia y libranza (noviembre y diciembre 2021), liquidación
(febrero 2022), vista a la contraria de la liquidación (marzo 2022), auto aprobatorio de
esta última (mayo 2022), pedido de ampliación de embargo (junio de 2022). El
demandado interpone el incidente de nulidad en trato el 26 de agosto de 2.022.

En tercer lugar, no media vicio procesal en las diversas notificaciones


efectuadas al ejecutado en su domicilio legal constituido en autos, sin haberlo
modificado, siendo que éste subsiste a todos los efectos legales conforme lo
dispone el art. 21 del CPCCyT.

Esta norma establece, en su inciso I: “Los litigantes y quienes los


represente y patrocinen tienen el deber de denunciar el domicilio real y la
dirección electrónica de los primeros y constituir domicilio procesal electrónico,
todos en su primera presentación.” En el inciso III dispone “Estos domicilios
subsistirán a todos los efectos legales, mientas no sean expresamente cambiados,
salvo lo previsto por el art. 31 última parte para los casos de renuncia a la
representación o patrocinio letrado.”

Si bien su letrado patrocinante presentó la renuncia al patrocinio, al ser la


misma proveída, se tuvo presente y se dispuso que debía notificarse a la parte
demandada dicha renuncia a su domicilio legal para que concurra con nuevo
patrocinio y constituya nuevo domicilio legal, bajo apercibimiento de subsistencia
del legal contituido (en los términos del art. 21 in III del CPCCyT).

Dicha notificación nunca se materializó, por lo que, como bien indica la


jueza de grado, conforme al art. 31 del CPCCyT (por la remisión a esa norma que
se efectúa en el art. 34 inc. 6, al regular la renuncia al patrocinio), la
representación -o en el caso, el patrocinio- cesa “por renuncia una vez notificado
a domicilio el representado” o, como en el supuesto de autos, el patrocinado.

No se vislumbra, en suma, la existencia de un vicio formal que haya


impedido el ejercicio del derecho de defensa del ejecutado.

Por lo expuesto, resultando inatendibles los agravios esgrimidos por el


apelante, corresponde rechazar el recurso de apelación impetrado y en
consecuencia, confirmar la resolución dictada el 20 de abril de 2023.

IV.- Las costas de alzada se imponen al apelante vencido (arts. 35 y 36 ap.


I del CPCCyT y art. 3 inc. i y 35 CPFyVF).

Por todo lo expuesto la Cámara,


RESUELVE:

I.- Rechazar el recurso de apelación impetrado por el Sr. M. H.P. y en


consecuencia, confirmar la resolución dictada el 20 de abril de 2023.

II.- Imponer las costas de alzada al apelante.

III.- Diferir la regulación de honorarios hasta tanto se practique la de


primera instancia.

NOTIFIQUESE Y BAJEN.

Dra. Estela Inés Politino Dra. María Delicia Ruggeri Dr. Germán Ferrer
Jueza de Cámara Jueza de Cámara Juez de Cámara

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