Valoración de La Asistencia de Urgencia

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Valoración de la asistencia de urgencia.

1.- Actuaciones básicas.


Urgencia: es una situación que en opinión del paciente, su familia o la persona que
demanda la ayuda, requiere una atención inmediata. Por tanto es una definición en
la que interviene un componente subjetivo que es la percepción de la necesidad de
ayuda. Las urgencias no siempre son situaciones graves.

Emergencia: es una situación de aparición brusca, que compromete la vida o


presenta riesgo de secuelas irreversibles. Es una situación de gravedad que
requiere la instauración rápida de medidas para estabilizar a la víctima.

1.1.- Los sistemas de emergencias.


En todas las situaciones de emergencias: Accidentes de tráfico, accidentes domésticos,
desastres naturales y en cualquier situación crítica, hay un aspecto común:

Si la actuación inicial durante la emergencia es adecuada, se reducen las


consecuencias del suceso

En los países desarrollados los problemas de salud más graves, tanto por la edad de los
pacientes como por su mortalidad, son:

 Los accidentes (fundamentalmente de tráfico en adultos).


 La enfermedad coronaria. Esta última puede aparecer como un infarto de
miocardio, una angina de pecho o una muerte súbita.

La activación rápida del sistema de emergencias es el paso fundamental para salvar


vidas.

El 112 es el número para activar el sistema de emergencias a nivel europeo. Mediante


este número telefónico gratuito se atienden las demandas de urgencias y emergencias en
materia sanitaria, extinción de incendios y salvamento, seguridad ciudadana y
protección civil.

 Acercar los servicios de emergencias a la población a través de un único


número de teléfono que permite acceder a cualquier tipo de ayuda. Este sistema
único, facilita que la población recuerde el número.
 Favorecer la coordinación entre los organismos y entidades que intervienen en
las emergencias.

El 112 activa el sistema de emergencias a nivel europeo. Atiende


las demandas de urgencias y emergencias en materia sanitaria, extinción de
incendios y salvamento, seguridad ciudadana y protección civil.
1.2.- Primeros auxilios.
Los primeros auxilios es la atención inicial que realiza el auxiliador, a una persona que
ha sufrido un accidente o enfermedad repentina, en el mismo lugar del suceso y con
material prácticamente improvisado, hasta la llegada de personal especializado.

Socorrista es cualquier persona que toma la decisión de intervenir y prestar los


primeros auxilios, teniendo los conocimientos básicos necesarios, y sin necesidad de
ser un especialista sanitario.

Por tanto los primeros auxilios son medidas de emergencia enfocadas hacía los
siguientes objetivos:

 Procurar el mantenimiento de la vida.


 Evitar que surjan más lesiones que las producidas en el accidente a causa de
actuaciones inadecuadas.
 Mejorar el estado general de la víctima y reducir las secuelas que pueden
aparecer.

La actuación en primeros auxilios está condicionada por nuestros conocimientos. Si no


estamos seguros de lo que debemos hacer, es preferible no intervenir directamente
sobre la víctima, pues podemos provocar lesiones irreversibles. Actuaciones como la
movilización de un herido que ha sufrido un accidente de motocicleta, puede aumentar
los daños que sufre de un modo innecesario.

.1.3.- Marco legal.


Todos tenemos la obligación ética de socorrer. El Código Penal castiga a aquellas
personas que no socorren a los demás. La omisión del deber de socorro está recogida en
el Código Penal en el artículo 195.

Artículo 195 del Código Penal.

1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro


manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros,
será castigado con la pena de multa de tres a doce meses.
2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no
demande con urgencia auxilio ajeno.

El consentimiento de la víctima.
Antes de iniciar nuestra actuación de primeros auxilios con una víctima,
debemos pedir el consentimiento de la persona. Los requisitos legales para
declinar la asistencia son dos:

o La persona lesionada debe ser mayor de edad.


o Estar en plena posesión de sus facultades mentales.
 La responsabilidad en primeros auxilios.
Puedes tener una responsabilidad legal en tu actuación en primeros auxilios
cuando, o bien causes un mal con intención de hacerlo o bien causes un mal sin
intención, pero tomando decisiones muy equivocadas de acuerdo con tus
capacidades.

2.- Activación del sistema de emergencias.


pautas generales de actuación:

 Tranquilidad.

Es frecuente que en un accidente "se pierdan los nervios" y que como


consecuencia, movidos por la prisa, se den actitudes bien intencionadas pero
incorrectas en muchas ocasiones.

Hay que actuar deprisa, pero con mucha serenidad, manteniendo la calma
y transmitiendo sensación de tranquilidad a los demás y a la propia víctima.

 Dominio de la situación.
o Estar convencido de tu capacidad para ayudar.
o Indicar que conoces los primeros auxilios.
o Transmitir confianza a la víctima.

Cuando actuamos muy tranquilos, serenos y confiando en nuestra actuación, es


fácil hacernos con el control de la situación, y hacer que otras personas nos
ayuden en nuestra labor, sin oponerse y sin entorpecer.

Como socorrista, debes:

 Hacer una composición del lugar.

Una vez ocurrido el accidente, hay que comprender la situación y sus posibles
consecuencias. Tenemos que darnos cuenta de los posibles peligros, no sólo
para nosotros, sino también para la persona accidentada y el resto de las
personas presentes. Antes de intervenir tenemos que conocer a qué tipo de
situación nos enfrentamos.

Al hacer una revisión de la situación tendremos en cuenta


que pueden encontrarse personas heridas fuera de la vista y que por estar
inconscientes son incapaces de pedir ayuda.

 Evitar actuaciones bruscas.

Una premisa básica es que no debemos hacer daño con nuestra intervención.
Evitar mover a la víctima salvo que esté en una situación de peligro para su vida.
Si la víctima no ha sufrido traumatismos se puede mover al herido cuando sea
necesario para su bienestar. Es el caso, por ejemplo, de una persona que sufre un
desmayo por el calor y se encuentra a pleno sol.
En caso de emergencia, la actuación correcta se inicia con la activación del
sistema de emergencias, que comúnmente se conoce como PAS. Siglas
de Proteger, Alertar y Socorrer.

2.1.- Conducta PAS.


adoptar la conducta P.A.S.

En caso de accidente o enfermedad repentina, la forma más correcta de actuar consiste


en seguir los siguientes pasos denominados PAS. Esta palabra está formada por
las iniciales de tres actuaciones secuenciales para la activación del sistema de
emergencias:

 P. Proteger a uno mismo, el lugar del accidente y a terceras personas.


 A. Alertar a los servicios de socorro.
 S. Socorrer a las víctimas.

2.2.- Proteger.
Para evitar que aumente el número de víctimas en un accidente debemos empezar por
hacer seguro el lugar del suceso. Tomaremos las precauciones necesarias para
cuidar nuestra propia seguridad, la de los accidentados y la de terceras personas. El
daño que ya se ha causado es inevitable, pero como socorristas podemos
actuar evitando nuevos accidentes. Esto supone:

 Autoprotección.
La premisa básica de protección empieza por uno mismo. Si vamos a intervenir,
no podemos ponernos en peligro grave a fin de ayudar a otras personas. Por eso
tenemos que asegurar nuestra protección personal, por ejemplo aparcando en
una zona segura nuestro vehículo y utilizando indumentaria de alta visibilidad, si
se trata de un accidente de tráfico.

 Proteger el lugar del accidente.


La actuación en este caso empieza por:

o Señalizar el lugar del accidente para prevenir del peligro.


o En caso de que existan máquinas implicadas, cortar las fuentes de
energía, electricidad y combustibles líquidos o gaseosos.
o Desviar el tráfico de vehículos de la zona del accidente.
 Proteger a las personas implicadas en el accidente.

Especialmente velando por la seguridad de los heridos que no pueden cuidarse


por sí mismos.
Como norma general no moveremos a la víctima de un accidente, salvo que
exista un peligro real para su vida (incendio, riesgo de explosión, etc.).

Antes de actuar, hemos de tener la seguridad de que tanto el accidentado


como nosotros mismos y terceros, estamos fuera de todo peligro.

2.3.- Alertar.
. Intencionadamente el uno, uno, dos (112) es un número fácil de recordar y fácil de
marcar incluso por un niño de corta edad.

La llamada es atendida por el personal especialista del sistema, que inicia el proceso de
toma de datos con el mensaje de acogida: "Emergencias 112, dígame..."

Es necesario Identificarse y si es posible darles un número de teléfono de contacto en


el lugar del accidente.

Después del mensaje de acogida, el protocolo de transmisión de la información se


realiza formulando las siguientes preguntas:

 ¿Qué está sucediendo? Accidente, dolor de pecho, asfixia, pérdida de


consciencia... Con este dato, el teleoperador identifica la situación de urgencia o
emergencia que está teniendo lugar, lo que le permite tipificar la llamada.
 ¿Dónde? Lugar exacto donde se encuentra la víctima o víctimas: provincia,
población o municipio, entorno, vía... Todo ello se realiza de una forma
dinámica ayudando en todo momento a la persona que llama en casos de
localizaciones imprecisas.
 Número de teléfono. Una vez localizada, se comprueba el número de teléfono.
 En caso de accidente: Especificar el tipo, circunstancias, nº de heridos y
posibles riesgos. Ejemplo: Vehículos invadiendo la calzada, riesgo de incendio,
heridos atrapados, derribo de postes eléctricos, etc.
 En caso de inconsciencia: Indicar si la pérdida de consciencia ha sido no
presenciada, el tiempo de evolución, así como si responde a órdenes o a
estímulos y si respira o no espontáneamente.
 Contesta a las preguntas de manera escueta.
 Cuelga siempre en último lugar.

2.4.- Socorrer.
De las tres actuaciones de la conducta PAS hasta ahora has realizado:

 Proteger: Adoptando medidas de autoprotección, protegiendo el lugar de los


hechos y sin poner en peligro la vida de terceras personas.
 Alertar: Has llamado al 112. ¡Todo esto lo has realizado en un tiempo record!

Ahora es el momento de socorrer. ¿En qué debe consistir tu actuación de socorrer?

Socorrer consiste en realizar una primera evaluación del accidentado o enfermo


repentino a fin de identificar y tratar aquellas lesiones que puedan suponer un
riesgo para su vida.
El procedimiento para identificar las lesiones se estudiará más adelante en el apartado
Protocolos de exploración (Valoración Primaria y Valoración Secundaria).

¿Qué debes tener en cuenta para socorrer a la víctima?

 Hacer un recuento de las víctimas, pensando en la posibilidad de víctimas


ocultas. Mirar en las inmediaciones del lugar, por ejemplo bajo el vehículo en
caso de un accidente de tráfico.
 No atender al primer accidentado o al que más grite, puede haber víctimas
inconscientes que requieran urgentemente nuestra ayuda. Se requiere un rápido
reconocimiento del estado de las víctimas.
 Efectuar "in situ" la valoración primaria de los heridos.
 Extremar las medidas de precaución en el manejo de los accidentados ya que
podríamos causar daños mayores.
 Cuando no tengamos claro cómo actuar consultaremos con los profesionales a
través del 112.
 Cuando la víctima esté consciente, puede ser de ayuda preguntarle sobre
enfermedades o alergias que puede sufrir. En el caso de que quede inconsciente
esta información será muy valiosa para los servicios médicos, al igual que
cualquier dato personal, como su nombre y apellidos o algún teléfono de
contacto con sus familiares.

2.5.- La cadena de supervivencia.

La cadena de supervivencia, también llamada cadena asistencial o cadena de la


vida, son un conjunto de acciones que conducen a optimizar la actuación del
socorrista en las situaciones de urgencia vital.

Estas acciones incluyen el reconocimiento precoz de la situación de urgencia y


activación de los servicios de emergencia, resucitación cardiopulmonar precoz,
desfibrilación precoz y soporte vital avanzado.

Un socorrista sin instrumental, puede actuar en los dos primeros eslabones de la cadena.

Los eslabones de la cadena de supervivencia son los siguientes:

 El primer eslabón de la cadena es la activación del sistema de emergencias que


se denomina comúnmente PAS.
 El segundo eslabón se activa si la víctima no respira, en este caso actuamos
iniciando una reanimación cardiopulmonar precoz.
 En el tercer eslabón se necesitan un medio especial, el desfibrilador
automático (DEA). En este paso se procede a una desfibrilación precoz, que
aumenta las posibilidades de supervivencia de la víctima. El uso de estos
equipos es sencillo y empiezan a instalarse en todos los emplazamientos en los
que puede encontrarse un elevado número de personas (estadios de fútbol,
grandes conciertos, etc.)
 El último eslabón es el soporte vital avanzado y sólo puede ser llevado a cabo
por equipos especializados como los de las UVIS móviles, que disponen de
medios adecuados para estas intervenciones o en los hospitales.
3.- El cuerpo humano.
En primeros auxilios tienes que tener unos conocimientos básicos en anatomía y
funcionamiento del cuerpo humano.

El cuerpo humano está organizado según una jerarquía piramidal,


en células, tejidos, órganos, sistemas y aparatos, entre los que encontramos:

 Sistema osteoarticular.
 Aparato digestivo.
 Sistema muscular.
 Sistema linfático.
 Sistema nervioso.
 Sistema endocrino.
 Aparato respiratorio.
 Aparato urinario.
 Aparato circulatorio.
 Aparato reproductor

3.1.- Sistema esquelético.


El cuerpo humano es una complicada estructura de más de doscientos huesos, un
centenar de articulaciones y más de 650 músculos actuando coordinadamente. Para
hacer más comprensible y universal su estudio, el cuerpo humano se divide en cabeza,
tronco y extremidades.

Coloquialmente el tronco se divide en tórax y abdomen.

 Huesos de la cabeza. Está formada por los huesos del cráneo y la cara.
 Huesos del tronco.
o La clavícula y el omóplato, que sirven para el apoyo de las
extremidades superiores.
o Las costillas que protegen a los pulmones, formando la caja torácica.
o El esternón, donde se unen las costillas por la parte anterior.
o Las vértebras, forman la columna vertebral y protegen la médula
espinal, también articulan las costillas.
o La pelvis, en donde se apoyan las extremidades inferiores.
 Huesos de las extremidades superiores.
o Clavícula, omóplato y húmero, formando la articulación del hombro.
o El húmero en el brazo.
o El cúbito y el radio en el antebrazo.
o El carpo, los metacarpos y las falanges formando la muñeca y la
mano.
 Huesos de las extremidades inferiores.
o La pelvis y el fémur formando la articulación de la cadera.
o El fémur en el muslo.
o La rótula en la rodilla.
o La tibia y el peroné, en la pierna
o El tarso, el metatarso y las falanges formando el pie.

3.2.- Aparato respiratorio.


El sistema respiratorio consta de dos partes:

 Las vías respiratorias superiores.


 Las vías respiratorias inferiores.

El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Luego, pasa a la faringe,
sigue por la laringe y penetra en la tráquea.

A la mitad de la altura del pecho, la tráquea se divide en dos bronquios, estos a su vez,
en el interior de los pulmones se dividen de nuevo, una y otra vez hasta convertirse en
bronquiolos. Al final de los bronquiolos se encuentran unos pequeños sacos de aire
llamados alveolos, aquí se realiza el intercambio de gases con la sangre.

Cuando el aire llega a los alveolos, parte del oxígeno que lleva atraviesa las finísimas
paredes y pasa a los glóbulos rojos de la sangre y el dióxido de carbono que
transportaba la sangre pasa al aire. Así la sangre se enriquece en oxígeno y se
empobrece en dióxido de carbono.

La respiración es un proceso involuntario y automático, que proporciona al cuerpo el


oxígeno que necesita con el aire inspirado y elimina el dióxido de carbono con el
aire espirado.
.

3.3.- Aparato circulatorio.


El aparato circulatorio es el encargado de llevar los alimentos y el oxígeno a las células,
y recoger los desechos que se han de eliminar después por los riñones, pulmones, etc.
Toda esta labor la realiza la sangre que está en circulación constante.

El aparato circulatorio está formado por:

 El corazón
 Los vasos sanguíneos
 La sangre

El Corazón es un músculo hueco que, como una bomba, impulsa la sangre por todo el
organismo.
Está alojado en el centro del pecho, entre los dos pulmones.
Los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares), son conductos que distribuyen y
recogen la sangre por todo el cuerpo.

 Las arterias: llevan la sangre desde el corazón a los tejidos. Tienen latido.
 Las venas: llevan la sangre desde los tejidos al corazón. No tienen latido
 Los capilares: son los vasos de intercambio (nutrientes, oxígeno...) entre la
sangre y los tejidos.

La sangre es un tejido fluido de color rojo debido al pigmento presente en los glóbulos
rojos.

4.- Las constantes vitales.

 Temperatura corporal
 Respiración
 Pulso
 Tensión arterial.

La tensión arterial no la vamos a desarrollar en primeros auxilios por precisar de


material especializado.

La consciencia aunque no se incluye como parámetro dentro de las constantes vitales, la


veremos en este apartado por ser el primer indicador del estado de salud de una persona.

4.1.- Consciencia.
Cuando creemos que una persona está inconsciente, nos sentimos preocupados porque
puede ser un signo de gravedad. El primer paso es comprobar si realmente está
inconsciente.

La valoración del estado de consciencia es el primer signo vital que exploramos. El


estado de consciencia de una persona nos proporciona información sobre las
condiciones del sistema nervioso central y por tanto, de la posible gravedad de las
lesiones.
Existen diversos grados de inconsciencia:

 Alerta (A). La persona está consciente y orientada. Responde a preguntas


sencillas sin dificultad.
 Reacción a estímulos verbales (V). En este grado de inconsciencia, la persona
responde a estímulos verbales, por ejemplo al preguntarle como se encuentra,
aunque se muestra confuso y desorientado.
 Reacción al dolor (D). La persona inconsciente no reacciona a estímulos
verbales, pero sí al dolor, por ejemplo al pellizcarlo en un brazo.
 No contesta (NC). Es el grado de inconsciencia más severo. En este caso no hay
reacción a ningún tipo de estímulo, ni siquiera al dolor.
¿Cómo podemos valorar el estado de consciencia?

El control del estado de consciencia se puede realizar siguiendo unos sencillos pasos:

1. Observar a la persona que parece encontrarse inconsciente. Mientras nos


dirigimos hacía ella observamos si realiza cualquier tipo de movimiento o gesto.
2. Nos arrodillamos a la altura de sus hombros y le preguntamos en voz alta "¿Se
encuentra bien?".
3. Poniendo las manos en sus hombros lo agitaremos sin brusquedad.
4. Si no obtenemos respuesta: La persona está inconsciente y gritaremos pidiendo
ayuda.

La comprobación del estado de consciencia nos lleva tan sólo unos segundos y
descartamos aquellos casos que pueden originar confusión, por ejemplo personas ebrias,
sordas, niños que fingen inconsciencia, etc.

Son signos y síntomas de urgencia: La confusión y desorientación, la ausencia de


respuesta a estímulos verbales y como signo más grave la ausencia de reacción a ningún
tipo de estímulo.

4.2.- Respiración.
Una persona inconsciente puede respirar o en otros casos puede encontrarse en parada
respiratoria. Esta segunda situación supone la muerte cerebral en pocos minutos. El
mantenimiento de un mínimo aporte de oxígeno al cerebro proporciona unos minutos de
vida extremadamente valiosos hasta la llegada de los servicios médicos especializados.

¿Cómo podemos saber si una persona respira?

Una vez comprobado el estado de inconsciencia, para confirmar si una persona respira
podemos seguir una serie de pasos:

1. Arrodillados a la altura de los hombros de la víctima.


2. Abrimos la vía respiratoria con la maniobra frente-mentón. Para realizar esta
maniobra colocamos las manos tal y como se ve en la imagen.
1. Ponemos una mano en la frente de la víctima
2. Inclinamos su cabeza hacía atrás sin brusquedad.
3. Al mismo tiempo, colocamos las puntas de los dedos bajo el mentón y lo
elevamos para abrir la vía aérea.
3. Buscaremos cuerpos extraños en la boca y los retiraremos si los hay. Se puede
limpiar con un pañuelo cualquier objeto o sustancia presente, por ejemplo
sangre, vómito, chicles.
4. Manteniendo la apertura de la vía aérea, se debe oír, ver y sentir si hay una
respiración normal. En la posición de la imagen acercamos nuestra mejilla a la
boca de la víctima, sin entrar en contacto con ella. Al mismo tiempo miramos el
pecho. En esta posición podemos:
1. Oír el sonido producido por el aire al ser espirado.
2. Ver. Los movimientos respiratorios del pecho.
3. Sentir el aire espirado en nuestra mejilla.
5. Mantener esta posición durante no más de 10 segundos, para averiguar si la
víctima respira normalmente. Si tenemos alguna duda de si su respiración es
normal, actuamos como si no lo fuera.

¿Qué debes observar en la respiración?

 Frecuencia respiratoria: es el número de respiraciones por minuto. En un


adulto se sitúa entre 12 y 16 respiraciones por minuto. En niños aumenta, siendo
normal hasta 40 respiraciones por minuto en bebés. Las alteraciones de la
frecuencia respiratoria son: taquipnea y bradipnea.
 Profundidad: es el volumen de aire movilizado en cada inspiración y
espiración. En situaciones normales un adulto moviliza alrededor de 500 cc de
aire. Hay situaciones en las que se moviliza muy poco volumen de aire, se trata
de una respiración superficial y si es al contrario es una respiración profunda.
Los dos casos son signos de problemas respiratorios.
 No debes confundir la respiración normal con boqueadas irregulares y
ruidosas. Las respiraciones agónicas se producen casi en un 40 % de las
víctimas de parada cardíaca.

Son signos y síntomas de emergencia: Las respiraciones casi inexistentes, pesadas o


trabajosas, o bien ruidosas y entrecortadas. Si la respiración es agónica tenemos una
señal para iniciar inmediatamente la Reanimación Cardiopulmonar (RCP).

- Pulso.
Habitualmente en una persona con buen estado de salud, el pulso se localiza fácilmente
en la arteria radial. Cuando una persona está herida y su pulso es débil puede ser más
fácil localizarlo en la arteria carótida.

¿En qué situaciones debes tomar el pulso?

El pulso de una persona es la pulsación de sus arterias como consecuencia de los latidos
del corazón. Puede sentirse en el cuello (arteria carótida), las muñecas (arteria radial) y
otras partes del cuerpo.

¿Qué debes observar cuando tomes el pulso:

 La frecuencia: es el número de pulsaciones por minuto. En un adulto la cifra


normal es de 60 a 80 latidos por minuto. En niños oscila entre 80 a 100 latidos
por minuto y en bebés hasta 2 años de 100 a 120 latidos. Las alteraciones de la
frecuencia cardiaca son: taquicardia y bradicardia.
 El ritmo: es el tiempo que transcurre entre un latido y otro. Si están separados
por intervalos iguales el pulso es rítmico en caso contrario es arrítmico.
 La intensidad: es la fuerza con la que es bombeada la sangre en cada latido. Un
pulso normal es lleno y palpitante. Si se aprecia con dificultad es un pulso débil.
Hasta que en el año 2005, el Consejo Europeo de Resucitación publicó sus nuevas
recomendaciones, la actuación para determinar la necesidad de realizar una
Resucitación Cardiopulmonar, incluía la búsqueda del pulso en víctimas que no
respiraban. A partir de estas recomendaciones se comprobó que la búsqueda del pulso
resulta difícil para los reanimadores no sanitarios y suponía un retraso en el inicio de la
resucitación.

A partir de ese momento, el protocolo de actuación en la valoración primaria, no


incluye la búsqueda del pulso en el caso de socorristas sin formación sanitaria.
Sin embargo, en algunos casos tomar el pulso a la víctima puede ayudar a valorar la
gravedad del problema.

En hemorragias un signo de urgencia es un pulso rápido y débil, ya que nos indica


peligro de choque hipovolémico.

Si la víctima respira pero sospechamos una hemorragia interna, puede ser positivo
valorar el pulso mediante la siguiente técnica de exploración.

 Localizar la arteria conveniente, habitualmente la arteria carótida, a ambos


lados del cuello.
 Presionar levemente la arteria con las yemas de dos o tres dedos, nunca uses el
pulgar porque tiene latido propio. La carótida debe palparse suavemente,
además, las dos arterias carótidas de una persona no deben palparse
simultáneamente, para evitar el riesgo de síncope.
 Para saber la frecuencia cardiaca necesitas un reloj con segundero, cuenta la
pulsaciones que notas durante 15 segundos y multiplica el resultado por cuatro.
Puedes valorar además el ritmo y la intensidad.

Los valores normales de número de respiraciones y pulsaciones por minuto varían


según la edad y las condiciones físicas del accidentado. Debes recordar que a menor
edad mayor número de respiraciones y pulsaciones.

4.4.- Temperatura corporal.


La temperatura corporal es el grado de calor interno del cuerpo humano. Los valores
normales oscilan entre los 36 y 37 º Centígrados.
Las alteraciones de la temperatura son:

 Febrícula: la temperatura se sitúa entre 37,1 y 37,9 ºC.


 Fiebre: la temperatura es igual o superior a 38 ºC. Se debe en la mayoría de los
casos a infecciones.
 Hipotermia: la temperatura es inferior a 35 ºC.

Las zonas más frecuentes donde podemos tomar la temperatura corporal son: Axila,
boca y recto.

¿Qué debes saber cuando tomes la temperatura corporal?

 La temperatura en la boca y en el recto tiene una variación al alza de 0,5 ºC.


 En los niños se recomienda tomar la temperatura axilar o rectal.
 Las personas mayores y los niños tienen un riesgo elevado con la fiebre y la
hipotermia.
 En niños menores de cuatro años una temperatura superior a 40 ºC. puede
provocar una convulsión febril.
 En actuaciones de primeros auxilios en el exterior, cuando no dispones de un
termómetro clínico. Un método, aunque impreciso, para valorar la temperatura
corporal, es poner el dorso de tu mano sobre la piel de la persona y observar la
temperatura en relación a la tuya.
 Son situaciones de emergencia las temperaturas corporales superiores 41 ºC. y
las inferiores de 32 ºC.

5.- Protocolos de exploración.


. Esto es lo que se llama esquema de actuación o algoritmo de actuación.

El soporte vital básico (SVB) hace referencia al mantenimiento de la permeabilidad de


la vía aérea y al soporte de la respiración y la circulación, sin equipamiento, y partiendo
de que se trata de personas adultas y el socorrista carece de conocimientos médicos
especializados.

El concepto de cadena de supervivencia resume los pasos vitales necesarios para llevar
a cabo una resucitación con éxito. La mayor parte de estos eslabones son importantes
para las víctimas tanto de fibrilación ventricular como de parada respiratoria.

¡Recuerda! El primer eslabón de la cadena era el reconocimiento precoz de la


urgencia médica y la llamada de auxilio. A fin de reconocer la situación de urgencia, se
hace necesario disponer de un esquema de actuación, sencillo de recordar, y basado en
la aplicación de conductas y gestos previamente automatizados mediante el aprendizaje.

De esta manera conseguimos que nuestra intervención sea correcta y eficaz.

El primer paso de este esquema de actuación es valorar globalmente el estado de la


víctima con el objetivo de:

 Determinar el alcance de las lesiones.


 Establecer las prioridades de actuación.
 Adoptar las medidas necesarias en cada caso.

Se ha hecho todo lo posible para simplificar estos algoritmos de actuación sin que
pierdan su efectividad. En la unidad dedicada a "Técnicas de soporte vital" lo estudiarás
en detalle.

5.1.- Valoración primaria.


La valoración primaria consiste en llevar a cabo un reconocimiento rápido de
las constantes vitales, determinando las situaciones que suponen un peligro
inmediato para la vida del accidentado.

Este tipo de situaciones se denominan urgencia de tipo vital. Simultáneamente se


iniciará la fase de resucitación y/o mantenimiento si es necesario. El esquema de
actuación es el siguiente:

1. Proteger. Asegurarnos de que tanto nosotros como la víctima y los que la


rodean, están a salvo.
2. Valorar el estado de consciencia. Buscar una respuesta en la víctima siguiendo
la actuación indicada para su estudio en el apartado de los signos vitales.
3. Si responde la dejamos en la posición en la que está, siempre que no se exponga
a mayores peligros. Intentamos averiguar qué le pasa y si es necesario buscamos
ayuda. En cualquier caso hay que mantener una observación regular de su
estado.
4. Si no responde hay que pedir ayuda, siempre que sea posible y no tengamos que
dejar sola a la víctima.
5. Comprobamos la respiración. Siguiendo el procedimiento estudiado para la
valoración de las constantes vitales.
6. Si respira con normalidad, controlaremos la existencia de hemorragias y
la colocamos en posición de recuperación o posición lateral de seguridad
(PLS), siempre que no haya sufrido traumatismos. Llamamos para pedir
asistencia médica, manteniendo una vigilancia regular del estado de respiración.
7. Si no respira con normalidad. Enviamos a alguien a pedir ayuda o, si estamos
solos, dejamos a la víctima un momento para llamar al servicio de emergencias
112. Volvemos con ella y comenzamos las maniobras de resucitación.

5.2.- Posición lateral de seguridad.

La posición lateral de seguridad: (P.L.S.) es la postura de espera estándar para una


víctima inconsciente pero con respiración normal y que no presenta otros
problemas como son hemorragias o traumatismos.

En algunos textos se la denomina posición de recuperación o posición de defensa.

Tiene las ventajas de evitar que los vómitos, si se producen, sean aspirados a las vías
respiratorias. Además evita que la lengua obstruya las vías aéreas y permite valorar la
respiración con facilidad.

¿Cómo ponemos a una persona en esta posición de recuperación?

1. Nos arrodillamos a un costado de la víctima, a la altura de sus hombros. Separar


el brazo de la víctima más próximo a nosotros de su cuerpo, estirándolo hacia
atrás.
2. Colocar el otro brazo, cruzado sobre su pecho y la mano aproximadamente bajo
su cara. Doblar la pierna opuesta por la rodilla y apoyar ese pie en el suelo.
3. Coger por debajo de esa rodilla y, con la otra mano, por el hombro del mismo
lado. Girarlo atrayéndolo hacía nosotros con suavidad.
4. Abrir la vía aérea y recolocar la mano bajo la cabeza
5. Apoyar en el suelo el codo y la rodilla del herido, de modo que quede en
posición estable.

5.3.- Valoración secundaria.


En esta ocasión has tenido suerte, la víctima respira y no hay signos de hemorragia
grave. Has descartado el riesgo vital para la persona accidentada y puedes realizar
la valoración secundaria con objeto de encontrar lesiones relativamente menores, pero
que bien tratadas, conseguirán mejor tratamiento y curación.

Una persona no especializada debe aplicar los primeros auxilios para la valoración
primaria y el mantenimiento de las constantes vitales. Sin embargo es conveniente
conocer la sistemática de actuación para la valoración secundaria. Especialmente para
los casos en los que la ayuda médica va a tardar en llegar o nos es imposible alertar. Así,
una vez que hemos asegurado el mantenimiento de las funciones vitales, podemos
ocuparnos de otras lesiones que presente la víctima (heridas, quemaduras, fracturas,
etc.).

La valoración secundaria consiste en una exploración detallada y ordenada de la


víctima, de la cabeza a los pies, buscando lesiones no vitales.

La sistemática de actuación es la siguiente:

Orden de valoración y aspectos a observar

Orden Valoración Aspectos a observar

Valoración del estado de consciencia: A (Alerta), V


1 Consciencia.
(estímulos Verbales), D (Dolor), N (No reacciona).

2 Cabeza. Buscar la presencia de heridas y(o contusiones


en cuero cabelludo y cara.

Observar si existe salida de sangre por la nariz y/o por


los oídos (signo de fractura craneal).

Buscar lesiones en ojos y alrededor.

Observar el aspecto de la cara (palidez, sudoración,


Orden de valoración y aspectos a observar

Orden Valoración Aspectos a observar

labios azulados, etc.).

Se explora con cuidado, buscando deformaciones y


puntos dolorosos. A la menor indicación de dolor por
parte de la víctima, inmovilizar.
3 Cuello.

Aflojar las prendas ajustadas a su alrededor.

Buscar la presencia de heridas o deformiadades.

4 Tórax.

Si existe dolor, localizar su origen.

Buscar la existencia de heridas o golpes.

5 Abdomen.
Si existe dolor, localizar su origen. Palpar para
comprobar si está duro o depresible. Pensar en la
posibilidad de lesiones internas.

Brazos y Examinar brazos y piernas en busca de heridas, puntos


6
piernas. sangrantes, deformidades, etc.

Tras la valoración secundaria se actuará en consecuencia a las lesiones halladas,


colocando al herido en la posición de espera más adecuada a sus lesiones, controlando
las hemorragias o inmovilizando la zona afectada si el herido se va a trasladar por sus
propios medios a un centro médico. Todos estos aspectos los vas a estudiar en unidades
próximas.

6.- Tipos de accidentes y clasificación de las


víctimas.
Una forma sencilla de clasificar los accidentes y algunas de sus consecuencias es la
siguiente:

 Accidentes de tráfico: Fracturas múltiples, hemorragias, traumatismo craneal,


torácico y abdominal...
 Accidentes domésticos: Quemaduras, heridas, caídas...
 Accidentes laborales: Caídas, intoxicaciones...
 Accidentes de ocio y tiempo libre: Ahogamientos, golpe de calor, picaduras...
 Accidentes deportivos: Fracturas, esguinces, deshidrataciones...
 Accidentes provocados por catástrofes naturales: Las consecuencias pueden
ser diversas dependiendo de la catástrofe. Algunas consecuencias son
traumatismos por aplastamiento, asfixia...
 Accidentes por la acción humana: Heridas, quemaduras, traumatismos...

¿Qué debes hacer en un accidente?

 Ver cuántas personas están afectadas y realizar una primera valoración de las
lesiones.
 Examinar al accidentado o accidentados para diferenciar los síntomas de mayor
gravedad.
 Tras esta valoración inicial, cuando hay varias víctimas implicadas, se
intervendrá atendiendo primero los casos más graves.
 Mantener al herido caliente (cubrirlo con una manta).
 Alejar o retirar al accidentado del peligro o agente causal del accidente (fuego,
gas, electricidad, etc.).
 En accidentes de tráfico, caídas de altura, aplastamiento o accidentes similares
valorar siempre la posibilidad de lesión de la columna vertebral. Ello será
fundamental a la hora de evacuar y transportar al accidentado con el fin de no
agravar lesiones existentes.
 En caso de sospecha de intoxicación por ingestión de productos cáusticos o
corrosivos bajo ningún concepto provocar el vómito.
 Tranquilizar al herido, hablarle y actuar con serenidad.

¿Qué no debes hacer en un accidente?

 Darle de beber o comer.


 Movilizarlo sin precauciones.
 Mantenerlo cerca de focos de calor o frío intenso.
 Manipularle las heridas o intentar extraer cuerpos extraños de las mismas.
 Realizar vendajes o torniquetes demasiado apretados.
 Tocar a una persona electrocutada mientras esté en contacto con la fuente
eléctrica.
 En las personas quemadas no debes romper las ampollas ni intentar desgarrar las
vestimentas.

6.1.- Prioridades de actuación en múltiples víctimas.


En aquellos casos en los que hay varias víctimas implicadas, se debe proceder a
establecer un orden de prioridades en la administración de los primeros auxilios,
atendiendo primero a los más graves.

Para ello se aplica un protocolo de clasificación de las víctimas conocido


como triaje que evalúa:

 El número de víctimas.
 Su estado de salud.
Sus posibilidades de supervivencia inmediata.

Esta evaluación persigue descartar a aquellas víctimas que no requieren atención


inmediata, bien porque no tienen heridas graves o porque no tienen cura posible
y centrarse en aquellas que más lo necesitan.

La persona a cargo de la clasificación debe estar capacitada para realizar un


reconocimiento rápido de las víctimas, tomar decisiones inmediatas y realizar un
etiquetado ágil y preciso.

Para el triaje se usa la a clasificación cromática internacional.

Para que la clasificación de las víctimas cumpla con sus objetivos, se identifica a los
heridos según una escala cromática establecida por la Organización Mundial de la
Salud (OMS).

En dicha escala cromática existen cuatro categorías.

Los servicios de emergencia cuentan con etiquetas con franjas de los cuatro colores.
Tras evaluar a una víctima, los sanitarios doblan o cortan dicha tarjeta por debajo del
color apropiado y la colocan en la muñeca o tobillo del herido (nunca en la ropa).

Escala cromática del triaje

Color de la
Descripción Ejemplos
Etiqueta

 Parada
cardiorrespiratoria no
presenciada.
Víctimas que han fallecido o van
Etiqueta  Traumatismo
a fallecer irremediablemente. No
negra craneocencefálico con
requieren atención.
salida de masa
encefálica.

 Parada
cardiorrespiratoria
presenciada.
Víctimas de extrema gravedad
 Asfixia / obstrucción
Etiqueta con lesiones potencialmente
mecánica de la vía
roja mortales. Requieren asistencia
aérea.
inmediata.
 Hemorragia severa.
 Grandes quemados.

Etiqueta Víctimas de extrema gravedad  Traumatismos


amarilla que requieren asistencia craneoencefálicos.
inmediata, aunque pueden ser  Hemorragias cortadas
transportados a un centro con un torniquete.
Escala cromática del triaje

Color de la
Descripción Ejemplos
Etiqueta

 Politraumatizados.
 Dificultad respiratoria.
sanitario.
 Quemados del 20 %

Víctimas de menor gravedad que


 Lesiones y fracturas.
no presentan riesgo de muerte ni
Etiqueta  Lesionados menores y
consecuencias considerables.
verde objetos extraños en ojos.
Se les puede transportar a
centros más distantes.

6.2.- Método del triaje simple.


Un método simple para la clasificación de las víctimas de acuerdo a su gravedad y
posibilidad de sobrevivir es el método SHORT. ¿En qué consiste el método Short? Se
trata de un triaje inicial para personal no sanitario (bomberos, policía, etc) ante
incidentes con múltiples víctimas.

Consta de cuatro fases, de las cuales, taponar hemorragias, debe aplicarse


simultáneamente con las demás.

Secuencia de actuación en el método SHORT:

1. Primer paso: ¿La víctima puede caminar? Los que puedan caminar se retirarán
de la zona del accidente. Se clasifican con el color verde.
2. Segundo paso: Habla sin dificultad y obedece órdenes sencillas. Por ejemplo,
responde a la pregunta de su nombre y apellidos. Se clasifican con el color
amarillo.
3. Tercer paso: Realizamos apertura de la vía aérea y comprobamos si respira.
1. Si respira y está inconsciente, lo colocaremos en posición lateral de
seguridad. Se clasifica con el color rojo.
2. Si tras abrir la vía aérea no respira ni realiza ningún movimiento. Se
clasifica de color negro.
4. Cuarto paso: Taponar hemorragias: Se taponarán todas la hemorragias que se
consideren importantes pudiendo encontrarse las víctimas clasificadas como
verdes, amarillas o rojas.

¿Cuál debe ser tu prioridad de actuación?

1. Primera prioridad. Víctimas con etiqueta roja.


2. Segunda prioridad. Víctimas con etiqueta amarilla.
3. Tercera prioridad. Víctimas con etiqueta verde.
4. Cuarta prioridad. Víctimas con etiqueta negra.
7.- Botiquín de primeros auxilios.

El botiquín de Primeros Auxilios es un recurso básico, para prestar asistencia en un


primer momento a una víctima de enfermedad o accidente, hasta la llegada de personal
médico o el traslado a un centro asistencial.

En la mayoría de los casos consiste en un pequeño armario metálico o de plástico donde


se guardan los utensilios y los medicamentos. Debe colocarse en un lugar inaccesible
para los niños.

7.1.- El botiquín doméstico y de viaje.


El botiquín debe estar colocado en un lugar fresco y seco, alejado del alcance de
los niños y niñas a fin de evitar que ingieran los medicamentos provocándoles
intoxicaciones muy peligrosas.

El contenido del botiquín debe estar revisado para garantizar que no contenga
medicamentos caducados. Los restos de medicamentos una vez finalizado un
tratamiento serán desechados. Cualquier medicamento debe mantenerse con su
prospecto y embalaje original.

El contenido del botiquín puede variar en función de las características familiares. Por
ejemplo, si en el ámbito familiar existe tendencia a sufrir convulsiones febriles podemos
encontrar en el botiquín algún tipo de anticonvulsivo.

Los componentes más habituales de un botiquín doméstico son:

 Instrumentos prácticos como el termómetro, las pinzas de punta fina para la


extracción de cuerpos extraños, tijeras exclusivas para el botiquín, una
jeringuilla desechable.
 Material para curas de heridas como suero fisiológico monodosis, gasas
estériles, esparadrapo, vendas y tiritas.
 Antisépticos como la povidona yodada, agua oxigenada, clorhexidina.
 Analgésicos tipo paracetamol o ácido acetilsalicílico. Para cualquier duda sobre
su uso es conveniente consultar a su médico o farmacéutico.
 Quemaduras. Una pomada específica para quemaduras soluciona muchos
problemas de pequeñas quemaduras domésticas.

Un buen complemento en el botiquín es un listado de los teléfonos de urgencias, por


ejemplo el teléfono del instituto nacional de toxicología.

El botiquín de viaje.

Ante un viaje es importante disponer de un pequeño botiquín con lo más necesario. Un


botiquín de viaje debe contener en esencia los materiales del botiquín básico y según el
destino del viaje puede ser necesario disponer de algún medicamento específico,
especialmente en viajes de aventura o a países con climas tropicales. En estos casos es
fundamental informarse debidamente en algún centro de vacunación internacional.

En viajes con destino a otros países es útil llevar un desinfectante y material de cura de
fácil aplicación. En ciertas zonas también son una necesidad básica las cremas solares,
los repelentes de mosquitos, los medicamentos contra el paludismo y las sales de
rehidratación oral. Los viajeros deben consultar al médico sobre si deben llevar
consigo antibióticos o preparados antidiarreicos.

Si se va a permanecer durante un largo período en zonas remotas deben consultar a


alguna persona experta que pueda aconsejarles sobre el contenido de su botiquín. Si se
prevé que deba administrarse un medicamento inyectable, deben llevar jeringuillas y
agujas desechables.

7.2.- El botiquín en el ámbito laboral.


Cualquier centro de trabajo cuenta con un botiquín de primeros auxilios, ya que es una
obligación de todas las empresas pero, ¿sabes qué material debe contener?

El contenido de un botiquín de primeros auxilios debe ser adecuado en sus


características, a los riesgos existentes en el lugar donde se encuentra y a los
conocimientos del personal que ha de utilizarlo.

Teniendo estos aspectos en cuenta, hay que destacar que en el ámbito laboral el botiquín
no debe contener medicamentos, salvo que la persona responsable del mismo esté
legalmente capacitada para administrarlos. Un socorrista sin formación sanitaria no
tiene esta capacidad legal. La siguiente tabla, indica de forma orientativa el material que
puede contener un botiquín de primeros auxilios.

Contenido de un botiquín de primeros auxilios

Contenido Relación de elementos

Material de  Algodón.
cura y vendas  Compresas y gasas estériles de distintos tamaños en
sobres individuales.
 Apósitos estériles adhesivos 5x7 cm 20 unidades en
bolsas individuales.
 Parches oculares 2 unidades.
 Tiritas convencionales.
 Tiritas de sutura tipo Steri-Strip.
 Apósitos de tul graso para quemaduras 10x10 cm.
Contenido de un botiquín de primeros auxilios

Contenido Relación de elementos

 Viales de 10 cc de suero fisiológico (unidosis).


 Viales de 100 cc de suero fisiológico (para lavado de
heridas).
 Vendas cohesivas. 4x6 cm.
 Esparadrapo.
 Triángulos de vendaje provisional 6 unidades.

 Alcohol 96º (limpieza instrumental)


Antisépticos  Povidona yodada (comercialmente Betadine).

 Tijeras de cura.
 Pinzas de punta redondeada.
Instrumental  Agujas Imperdibles grandes.
 Termómetro.

 Habitualmente el botiquín sólo cuenta con algún tipo


de analgésico, aunque no se administrará a pacientes
sin asegurarse de que no sufren alergia a alguno de
estos medicamentos. Suele contener paracetamol y/o
Medicación metamizol.
(Opcional)  También se puede incluir algún antihistamínico para
las personas alérgicas a las picaduras.
 Gel específico para quemaduras.
 Gel relajante muscular.

 Manual de primeros auxilios.


 Manta térmica.
 Bolsas de hielo sintético.
 Toallitas limpiadoras sin alcohol si no se dispone de
Otros (Según agua y jabón.
necesidad)  Vasos y cucharas desechables.
 Bolsas de plástico para desechar el material usado
durante las curas.
 Mascarillas para reanimación cardiopulmonar.

¿Sabes cuál es la aplicación de estos materiales?

 Algodón: se utiliza para forrar tablillas o inmovilizadores y desinfectar el


instrumental, nunca se debe poner directamente sobre una herida abierta.
 Gasas: se presentan en paquetes estériles (5 x 5 cm. ó 10 x 10 cm.). Se utilizan
para cubrir las heridas o detener hemorragias.
 Apósitos: almohadillas de gasas que vienen en distintos tamaños, sirven para
cubrir la lesión una vez que ha sido limpiada y desinfectada. Existen apósitos
para los ojos que tienen una forma especial.
 Suero fisiológico: se utiliza para lavar heridas y quemaduras. También se puede
usar como descongestionante nasal y para lavados oculares.
 Vendas: se usan para vendaje de las extremidades y también para mantener los
apósitos sobre las heridas.
 Esparadrapo: útil para fijar las vendas y los apósitos. Existen esparadrapos
hipoalérgicos para las personas sensibles.
 Antisépticos: son sustancias que se utilizan para prevenir la infección, evitan
que los gérmenes penetren por la herida:
 Alcohol: se usa para desinfectar el material de cura, termómetros...Se
desaconseja el uso sobre las heridas ya que irrita mucho los tejidos.
 Povidona Yodada: es el antiséptico más utilizado. Puede producir reacción
alérgica en aquellas personas con antecedentes de alergia al yodo.
 Clorhexidina: es la mejor opción como antiséptico para las personas
intolerantes al yodo y para los niños.

7.3.- Mantenimiento del botiquín.


Algunos consejos para el mantenimiento de los botiquines.

 Sólo contendrá material de primeros auxilios.


 El contenido estará ordenado, bien empaquetado y etiquetado.
 Periódicamente se revisará, reponiendo el material usado y verificando la
fecha de caducidad de los productos.
 Sustituir cualquier material sucio, caducado, en mal estado o con un etiquetado
poco visible.
 Después de cada uso, lavar y desinfectar o en su caso esterilizar todo el
instrumental que se haya utilizado.
 Debe almacenarse en un lugar adecuado. Lejos de los alimentos y productos de
limpieza. Se colocará en un lugar alejado de la humedad y del calor excesivo.
 Para facilitar la tarea del inventario, es buena idea confeccionar una lista de los
materiales que contiene y sus características de uso. Se puede pegar en un lugar
visible en el interior del botiquín.

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