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Humanos
Nombre:Francisco Cinquemani
Año:5To
Materia:Politica
Profesora:Analia Nora Ugazio
Tema: Derechos humanos
¿Por qué deberían tener los mismos derechos todos los seres humanos?
Aun cuando acordemos que algunos derechos deben ser semejantes para cualquier
persona, no es fácil acordar los fundamentos de esa convicción. A lo largo de la
historia, la idea de los derechos humanos fue elaborada y defendida desde
diferentes corrientes de pensamiento, que plantearon sus propios criterios
entonces de los derechos humanos está en la historia de las sucesivas luchas a los
consensos relativos a través de los en aquellos derechos que algunos consideran
naturales se fueron adoptando progresivamente en la legislación de cada país y en
en el orden internacional.
En los siglos XII y XIII, diversos reyes europeos acosados por reclamos de sus
súbditos contra las arbitrariedades monárquicas, las presiones impositivas y los
privilegios otorgados a unas pocas personas. En respuesta a esos reclamos,
tuvieron que realizar concesiones La Carta Magna la más famosa de ellas,firmada
por el rey Juan I de Inglaterra Esta carta expresa una limitación del poder rea
En américa anglosajona
Sin embargo, las revoluciones políticas de esa época, que contaron con el apoyo de
muchos sectores empobrecidos, sólo establecieron derechos de carácter individual,
reclamados por la burguesía.
Los derechos sociales no surgieron para limitar los abusos gubernamentales, sino
para exigir a los Estados que frenaran las arbitrariedades de las empresas y los
terratenientes sobre los trabajadores, que garantizaran las condiciones básicas para
el desarrollo de la vida y que disminuyeran las desigualdades generadas por el
mercado. De cierto modo, entonces, se fue configurando un tipo de derechos que
creció en sentido opuesto al de las libertades exigidas en las revoluciones
burguesas
Deberes del Estado hacia todos los ciudadanos: La responsabilidad del Estado va
más allá de la simple enunciación de los derechos humanos; debe garantizar
activamente su cumplimiento y asegurar que cada rincón de su nación los respete y
los proteja. El Estado transgrede los derechos humanos de manera activa cuando
impone acciones que no están contempladas en la ley. Existen derechos que el
Estado infringe no solo mediante acciones, sino también al no actuar. Asimismo,
comete una violación por omisión al permitir que ciertos grupos de ciudadanos
hostiguen y menoscaben la dignidad de otros, sin alzar la voz ni actuar en defensa
de los perjudicados. De igual manera, existen derechos que los gobiernos otorgan
sin reservas a ciertos grupos de su población, mientras que a otros, por su estatus
social, su identidad sexual o sus creencias, se les niegan o limitan injustamente.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se revelaron los horrores del Holocausto y otros
crímenes cometidos por los nazis. Esto desató debates sobre la responsabilidad de
los gobiernos y la soberanía estatal frente a los derechos de sus ciudadanos. El
juicio a los responsables de estos crímenes mostró que muchos actuaron bajo las
leyes de sus países, que permitían la discriminación y otros abusos. Además, la
indiferencia de la población facilitó estos crímenes.
Durante la Guerra Fría, los derechos humanos corrían el riesgo de no ser más que
una declaración sin cumplimiento efectivo. Para evitar esto, se crearon pactos y
tratados obligatorios que aclaraban cómo debía interpretarse la Declaración
Universal de Derechos Humanos y establecían mecanismos de control
internacionales.
Desde los años 40, las Naciones Unidas ya habían planeado que la declaración
fuera el primer paso hacia una convención que obligara a los países miembros. Sin
embargo, las tensiones de la Guerra Fría entre los bloques capitalista, encabezado
por EE. UU. y Europa occidental, y el bloque socialista, liderado por la URSS,
dificultaron este avance. Cada bloque priorizaba diferentes aspectos de los
derechos humanos: los países occidentales se enfocaban en los derechos civiles y
políticos, mientras que los socialistas enfatizaban los derechos sociales. Esto
generaba una división, ya que en el bloque soviético existían derechos sociales más
garantizados, pero con restricciones a las libertades políticas.
Uno de los pactos incluía un protocolo facultativo que establecía las condiciones
bajo las cuales la ONU podría intervenir en los asuntos internos de los Estados para
proteger los derechos humanos reconocidos en el tratado.
Desde 1993, existe un Comisario para los Derechos Humanos que coordina el
programa de la ONU en esta área. En cuanto a la justicia penal internacional, desde
la década de 1940 se intentó crear un tribunal para juzgar crímenes graves, pero no
fue hasta los genocidios en la ex Yugoslavia y Ruanda en los años 90 que la idea
comenzó a prosperar. En 1998, se estableció la Corte Penal Internacional,
encargada de juzgar los crímenes más graves contra el derecho internacional,
aunque algunos países importantes, como Estados Unidos y Rusia, no se han
adherido a ella.
A nivel regional, existen cortes penales en Europa y América que abordan casos
específicos de violaciones a los derechos humanos. En América, el sistema de
protección de los derechos humanos comenzó en 1948 con la aprobación de la
Declaración de Derechos y Deberes del Hombre por la OEA, y en 1969 se adoptó la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida como el Pacto de San
José de Costa Rica. Esta convención estableció órganos como la Comisión y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, que velan por el cumplimiento de los
derechos y reciben denuncias de individuos o grupos que han agotado las
instancias nacionales.
Durante las décadas de 1960 y 1970, muchos países de América Latina vivieron
dictaduras militares que en algunos casos perduraron hasta la década de 1990.
Estas dictaduras compartían la idea de que los intereses del Estado justificaban la
violación de los derechos de los ciudadanos, considerándose como garantes de
esos intereses y luchando contra lo que percibían como enemigos internos,
relacionados con ideologías extranjeras o contrarias a las tradiciones nacionales.