Demanda de Precario-2

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DESTINO : SANTIAGO;

PROCEDIMIENTO : MONITORIO ESPECIAL;


MATERIA : PRECARIO;

DEMANDANTE : HÉCTOR GAJARDO ECHEVERRÍA BERRÍOS;


C.I. : Nº 13.260.316-2;
DOMICILIO : RÍO MAULE Nº 2814, VALLE GRANDE,
COMUNA DE LAMPA;

ABOGADO PATROCINANTE : ARIEL MONTOYA INOSTROZA;


R.U.T. : Nº 17.354.884-4;
DOMICILIO : AV. APOQUINDO Nº 6010 OF. 605,
COMUNA DE LAS CONDES.
CORREO ELECTRÓNICO : [email protected];

APODERADO : FRANCO IGNACIO OCAREZ MARTÍNEZ;


C.I. : Nº 19.548.310-8;
DOMICILIO : AV. APOQUINDO Nº 6010, OF. 605,
COMUNA DE LAS CONDES.
CORREO ELECTRÓNICO : [email protected];

DEMANDANDO : ROBERTO MARCHANT TORRES;


C.I. : Nº 15.836.838-2;
DOMICILIO : SALAR DEL CARMEN Nº 0321,
COMUNA DE QUILICURA.

DEMANDADO : CARLA ANDREA HIDALGO OLIVERA;


C.I. : Nº 17.072.434-0;
DOMICILIO : SALAR DEL CARMEN Nº 0321,
COMUNA DE QUILICURA.

EN LO PRINCIPAL: ACCIÓN DE PRECARIO; PRIMER OTROSÍ: ACOMPAÑA


DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER; TERCER
OTROSÍ: SEÑALA MEDIO DE NOTIFICACIÓN ELECTRÓNICA; CUARTO
OTROSÍ: SEÑALA DOMICILIO QUE INDICA.

SEÑOR JUEZ DE LETRAS EN LO CIVIL DE SANTIAGO


JUAN MANUEL TORRES OSORIO, casado, chileno, trabajador dependiente, cédula
nacional de identidad Nº 13.260.316-2, domiciliado, para estos efectos, en Juan González
Canales Nº 700, Villa Los Pehuenes, comuna de Quilicura, en la ciudad de Santiago, a
V.S., respetuosamente digo:

Que, por este acto, vengo en interponer demanda de precario en procedimiento


monitorio especial en contra del ocupante del inmueble, doña LIDIA AURELIA
TORRES PIZARRO, casada, chilena, ignoro profesión u oficio, cédula nacional de
identidad Nº 9.909.439-7, domiciliada en Paula Jaraquemada Nº 361, comuna de Quilicura,
en la ciudad de Santiago, en consideración de los fundamentos de hecho y de derecho que
se expondrán a continuación:

DE LOS HECHOS

Singularización del inmueble.

1. Que, don HÉCTOR GONZALO

Que, don JUAN MANUEL TORRES OSORIO es dueño único y exclusivo de la


propiedad sobre el inmueble ubicado en PASAJE PAULA JARAQUEMADA Nº361 DE
LA COMUNA DE QUILICURA, que rola a fojas 84676, número 123626 del Registro de
Propiedad del año 2022, inscripción efectuada en el Conservador de Bienes Raíces de
Santiago, que deslinda: NORTE, con sitio número treinta y cuatro; SUR, con sitio número
treinta y dos; ORIENTE, con calle Uno; PONIENTE, con sitio número cincuenta y dos. El
rol de avalúo fiscal está registrado a número 849-3.

Antecedentes.

2. Que, con fecha 13 de enero de 1972 , se inscribió una escritura pública de contrato
de donación entre don ALFONSO GALAZ G., y don JOSÉ MANUEL TORRES
PIZARRO —donador y donatario respectivamente—, en el cual se donó
gratuitamente, y en su totalidad, el inmueble ya individualizado en el punto anterior,
quedándose como dueño único y exclusivo de la propiedad a la fecha, cuya
inscripción rola a fojas 577, número 771 del Registro de Propiedad del año 1972,
custodiada por el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, cuyo certificado se
adjunta a esta demanda.

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3. Que, con fecha 13 de septiembre de 2022, se inscribió una escritura pública de
contrato de compraventa entre don JOSÉ MANUEL TORRES PIZARRO y don
JUAN MANUEL TORRES OSORIO —vendedor y comprador respectivamente
—, en cual se vendía el dominio del inmueble en su totalidad, en cuerpo cierto y en
el estado en que se encuentra, cuya singularización se describe el punto primero,
cuya contrapartida, el comprador, pagaría la suma de $30.000.000 (treinta millones
de pesos chilenos), pactándose ambos elementos de la esencia del contrato, cosa y
precio. Ambas obligaciones han sido cumplidas en su totalidad: el precio ha sido
pagado de forma íntegra y la entrega del inmueble se ha perfeccionado con la
correspondiente inscripción del instrumento público en el Conservador de Bienes
Raíces de Santiago, que se adjunta en autos.

4. Que, como se desprende del punto anterior, don JUAN MANUEL TORRES
OSORIO, es el actual dueño indiscutible, único y exclusivo del inmueble cuya
posesión se disputa en esta acción. En estos autos, se adjunta Certificado de
Dominio Vigente de la propiedad, emitido por el correspondiente Conservador de
Bienes Raíces de Santiago, cuya función de requisito, prueba y garantía se pretende
hacer valer en este juicio, para que se tenga a ciencia cierta de que no existe disputa
de ningún tipo acerca del dominio del inmueble, sino sólo su posesión.

Posesión del inmueble.

5. Que, don JOSÉ MANUEL TORRES PIZARRO, dueño primitivo del inmueble,
actuando como buen padre de familia, invita a vivir a doña LIDIA AMELIA
PIZARRO CASTRO, su anciana madre, para que viviera cómoda y en paz durante
todo el transcurso de su vida hasta su fallecimiento, cumpliendo el deber natural de
cada hijo de velar por sus padres en los momentos de mayor dificultad de la vida: la
vejez, cuya decisión se venía favorecida al ser dueño, también, de la propiedad
colindante a la disputada, lo que le permitía monitorear el estado de su madre en
todo momento.

6. Que, mientras doña Lidia Pizarro Castro vivía en el inmueble por voluntad de su
hijo, doña LIDIA AURELIA TORRES PIZARRO, decide habitar junto con su
esposo e hijos la casa de don José Torres, sin su autorización expresa.

7. Que, al fallecimiento de doña Lidia Pizarro Castro, su hija, doña Lidia Torres,
continúa haciendo uso del inmueble sin autorización de su legítimo dueño,
quedándose en evidencia la intención de la demandada de ocupar el inmueble.

8. Que, dicha situación se tornó perjudicial para don José Torres desde un punto de
vista patrimonial y de su integridad corporal y mental, puesto que padecía de

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diversas dolencias y enfermedades que no podían atenderse debido a que no contaba
con el dinero suficiente para tratárselas, cuya solución era la venta de la propiedad
ocupada por su hermana, cuyo precio pagaría los tratamientos y la recuperación de
don José. El estrés y la ansiedad de no poder recuperar su casa en manos de su
hermana y su cuñado, generó una angustia que hizo agravar su estado de salud.

9. Que, en el mes de octubre del año 2020, don José Torres a petición de su hermana,
doña Lidia Torres, realizan un acuerdo verbal en cual se otorgaba un plazo de
desalojo y restitución del inmueble dentro de 2 de años a contar de esa fecha, que
terminaría el mismo mes de octubre del año 2022. Sin embargo, don José Torres
debido a la gravedad de sus enfermedades, falleció el 20 de noviembre de 2022, en
las dependencias del Hospital San José de la comuna de Independencia. Bajo esta
circunstancia, la demandada decide no honrar el acuerdo efectuado con su hermano
y continúa con la ocupación del inmueble a pesar de las constantes súplicas de su
cuñada y sobrinos de restituir el inmueble para ser vendido en el menor tiempo
posible para el pago de tratamientos y la opción de conseguir una salud en una
clínica privada para aumentar las posibilidades de recuperación de su padre, esto fue
así durante todo el transcurso en que se encontraba a puertas de sufrir la crisis que
terminaría matándolo.

10. Que, con fecha 13 de septiembre de 2022, se celebró un contrato de compraventa


entre don José Torres Pizarro y don Juan Torres Osorio, padre e hijo, en el cual se
vendió la propiedad bajo las condiciones que menciona el punto primero, con la
premisa de que se agilicen las acciones pertinentes para la restitución y posterior
venta del inmueble a un tercero.

11. Que, luego de la adquisición de la propiedad, esta parte, decidiendo actuar de buena
fe y encarnar virtudes de fraternidad a la familia, se concede nuevamente un
prudente término o periodo para el desalojo del inmueble, con el objeto de honrar a
la familia y teniendo la máxima consideración de la dificultad que supone una
mudanza a un nuevo hogar, el cual, después de llegar a su fin, doña Lidia Torres
Pizarro se niega encarecidamente abandonarla aludiendo el no tener lugar donde
vivir.

12. Que, la parte demandada ha vivido hasta el día de hoy con su pareja y sus hijos,
cuya prole, actualmente, son personas adultas, realizadas y con familia, que
periódicamente, viven por larga data en la casa, a pesar de haber salido del seno de
la familia hace bastante tiempo, del cual es evidente el uso descarado de un bien que
no les corresponde usar y gozar, en el sentido en que no existe contrato o convenio,
escrito o verbal, o alguna situación fáctica legítima y causada que les faculte, ni aun
de forma mínima, el poseer dicho inmueble.

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13. Que, a pesar de las constantes solicitudes verbales y escritas de restituir
voluntariamente el inmueble, doña Lidia Torres Pizarro, se ha negado rotundamente
en desalojar y restituirlo a su legítimo dueño; sin perjuicio de lo anterior,
constantemente se efectúan intentos de diálogo y conciliación extrajudiciales para
una entrega pacífica de las cuales han sido ignoradas o evadidas en cada una de las
oportunidades. Por lo cual, se recurre a la única vía loable para obtener justicia y un
restablecimiento de los derechos que me corresponden, demandado e interponiendo
esta acción de precario en contra de la demandada.

14. Que, la situación de que el inmueble objeto del pleito se encuentre ocupado e,
incluso, usurpado —constituyendo un delito tipificado en los artículos 457 y 458 del
Código Penal—, pudiéndose perseguir punitivamente dicha situación para obtener
la debida sanción, se torna perjudicial desde el punto de vista civil al impedir el
ejercicio del dominio sobre el inmueble de manera libre y completa, evitando el uso,
goce y disposición del bien, que pudo o no haber generado frutos o rentas durante
todo el tiempo que la demandante ha vivido gratuitamente, el entorpecimiento de
una futura venta de él o cualquier acto jurídico de disposición del inmueble que
genere beneficios a quien es dueño legítimo.

15. Que, por último, cabe señalar que el demandado precarista se encuentra gozando
gratuitamente del bien en cuestión, del cual no tiene título alguno para poseer y
llamarse a sí mismo un mero tenedor, que en otras circunstancias, como cualquier
persona, para vivir, podría estar efectuando el pago de rentas periódicas en el
arrendamiento de un inmueble para su habitación, que evidentemente en especie no
se replica, habiendo un enriquecimiento sin causa por cada día que habita en la finca
objeto del pleito.

16. En definitiva, esta parte no puede dejar de señalar que la demandada se


encuentra detentando ilegal y arbitrariamente un inmueble que pertenece
legítimamente al demandante, situación que se torna insostenible desde el
punto de vista fáctico como desde un punto de vista jurídico, el cual debe ser
restablecido en el menor tiempo posible a fin de evitar lesionar o seguir
perjudicando derechos que se han visto perturbados y vulnerados en un largo
tiempo.

DEL DERECHO

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El precario en materia sustantiva. El Código Civil, en su artículo 2195, señala: “Se
entiende precario cuando no se presta la cosa para un servicio en particular ni se fija
tiempo para su restitución. Constituye también precario la tenencia de una cosa ajena, sin
previo contrato y por ignorancia o mera tolerancia del dueño”. Para que opere el artículo
2195 inciso 2, es necesario que se presenten los elementos de la norma: a) tenencia de cosa
ajena; b) inexistencia de contrato o convenio y; c) ignorancia o mera tolerancia del dueño;
sin perjuicio de lo anterior, también deben darse las circunstancias del precario de la
extensa jurisprudencia civil al respecto.

La jurisprudencia chilena sostiene que los requisitos del precario son cuatro —
considerando a la ignorancia o mera tolerancia como un elemento independiente—, o
incluso cinco, cuando se trata a la correcta individualización del bien como un problema
aparte. A saber:

1. El actor debe ser dueño de la cosa que reclama. Resulta lógico que para que
se aplique el artículo 2195 inc. 2, el actor debe ser dueño del bien objeto del
pleito, puesto que, según HALABÍ y SAFRÍO, el precario “persigue que se le
reintegre al ejercicio de sus facultades, para lo cual, naturalmente, se requiere
que el bien sea puesto materialmente en su disposición... al tener esta acción
por finalidad la entrega de una cosa a su dueño para que éste pueda usar y
gozar de ella, su causa de pedir es el derecho real de dominio, siendo por
consiguiente, necesario que aquel que demanda de precario tenga la calidad de
dueño del objeto reclamado”. Así lo confirma la Corte Suprema, por ejemplo,
en la causa de 25 de marzo de 2003, Rol Nº 3039-2002, CL/JUR/258/2012,
cons. 4º o en la causa 25 de enero de 2012, Rol Nº 7381-2009
CL/JUR/258/2012, cons. 11º.

2. La cosa debe ser detentada por el demandado y singularizada. Bajo la


premisa de que el precario es una acción real, la jurisprudencia chilena ha
confeccionado un requisito típico de la acción reivindicatoria: la
individualización de la cosa que se reclama. Resulta importante esta exigencia
en la práctica, puesto que es un presupuesto mínimo. El fundamento de esta
exigencia es que sea posible el cumplimiento del fallo judicial que ordene la
restitución del bien. La cosa debe singularizarse para no afectar ningún derecho
que terceros puedan tener al momento de la restitución.

3. El demandado debe tener la cosa sin previo contrato. La existencia de un


título que sirva para justificar la tenencia del bien es un elemento central del
precario. En algunos casos se habla de una pieza “de la esencia del precario”.
Es la demandada quien debe acreditar el título que la autorizaba o justifica esta
detentación, es decir, que el uso responde a un título que es oponible al

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demandante. La jurisprudencia ha sido bastante clara en orden a señalar que es
preferible hablar de un antecedente jurídico antes que de un contrato, puesto que
los fallos han reconocido como títulos oponibles al propietario, actos que han
excedido la definición civil de contrato del artículo 1438 del Código Civil. Así,
la Corte Suprema, señala: “Se hace necesario dilucidar el sentido y alcance de
las expresiones ‘sin previo contrato’ y al respecto es dable señalar que si bien
la ley define lo que es contrato en el artículo 1438 del Código Civil como el
‘acto por el cual una parte se obliga con otra a dar, hacer o no hacer alguna
cosa’, en la especie debe dársele un sentido más amplio, desde que si se trata de
un acto celebrado entre el propietario y quien ocupa la propiedad, no cabe
duda alguna que el acuerdo empecerá al dueño. Por eso, debe entenderse como
‘título’ un antecedente jurídico al que la ley le reconozca la virtud de justificar
la ocupación”, redacción de la Ministra MARÍA SANDOVAL, en causa de 4
de noviembre de 2011, Rol Nº 7902-09, cons. 14º.

4. El demandado debe tener la cosa por ignorancia o mera tolerancia del


dueño. El profesor René Ramos Pazos, observó que “la tendencia actual de la
jurisprudencia... es que la falta de título supone o hace presumir la mera
tolerancia o ignorancia”, y al día de hoy, la jurisprudencia no ha variado mucho
en este punto. Ahora bien, existe consenso de que los parámetros que permitan
entender qué se considera ignorancia o tolerancia en cada caso, podemos señalar
que, en cierto modo, la ignorancia apunta al desconocimiento del dueño, en
cuanto que se encuentre privado de uno de los atributos del dominio —uso—;
mientras que la mera tolerancia implicaría un conocimiento de esa circunstancia.
La distinción entre ignorancia y tolerancia puede ser importante, porque si la
ausencia de un título permite presumir la ignorancia del dueño, ¿qué ocurre con
la tolerancia del dueño? En este sentido, puede sostenerse que, en la práctica
judicial chilena, la cuestión de la tolerancia o intolerancia del dueño del bien,
depende fuertemente del contexto del precario, sobre todo, del tiempo que ha
durado la tenencia de la cosa en poder del demandado, y por supuesto, de la
existencia de un título que justifique su uso. Corte Suprema, causa de 15 de
noviembre de 2005, Rol Nº 1378-2006, cons. 4 º. En definitiva, se suele
presumir ignorancia o mera tolerancia del demandante cuando el demandado no
logra acompañar un título o antecedente jurídico válido, legítimo y suficiente
que sirva para enervar la acción de precario. Por lo cual, considerando esta
presunción judicial —la tenencia es precaria a falta de un antecedente que la
pueda justificar—, se aplica la existencia de un reparto diferenciado de la carga
de prueba.

En definitiva, se cumplen todos los presupuestos de hecho requeridos por la


jurisprudencia chilena y, también, se cumplen los requisitos que la ley exige para el

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tratamiento de la situación del precario: a) don JUAN MANUEL TORRES OSORIO
es dueño del inmueble en disputa; b) El inmueble se encuentra detentado por la demandada,
doña LIDIA AURELIA TORRES PIZARRO; c) El inmueble se encuentra singularizado
en esta demanda y respaldado con prueba material; d) La demandada no tiene contrato
alguno para poseer el inmueble, tampoco convenio o situación de hecho suficiente para
reemplazarla, haciéndose valer de la interpretación extensa de la palabra ‘contrato previo’
del artículo 2195 inc. 2 del Código Civil, al no existir en la realidad bajo ningún supuesto o
circunstancia; e) El demandado debe tener la cosa por ignorancia o mera tolerancia, y que
la jurisprudencia presume al no existir contrato previo alguno que faculte su uso.

Legitimación activa. La acción de precario debe ser interpuesta por el propietario de la


cosa que se reclama, y consecuencia elemental de esto, es que el precario sea entendido por
la jurisprudencia chilena como una acción real, que protege al dueño ante una situación de
hecho: la tenencia de un bien suyo en mano de otro sin un título que lo justifique . En
especie, se encuadra perfectamente la legitimación activa, al ser el propietario del inmueble
ocupado sin título alguno, por ignorancia o mera tolerancia del dueño, quien interpone esta
acción.

De este modo, resulta evidente que el fundamento directo y sustancial de la


legitimación activa es el derecho real de dominio que, si se sigue la teoría de la posesión
inscrita, la inscripción en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces es
prueba y garantía suficiente de dominio, por lo cual, quien intenta esta acción, don JUAN
MANUEL TORRES OSORIO, tiene la capacidad para actuar como parte demandante en
este proceso judicial, en cuanto a su base en la titularidad de su derecho de dominio sobre el
bien objeto del pleito que se ostenta frente a la parte demandada precarista.

Prescripción. La acción de precario no tiene plazo de prescripción y puede oponerse


durante el tiempo en que el dueño pueda pedir la restitución de la cosa mientras conserve su
condición de propietario y se den los requisitos legales que se exigen para configurar las
condiciones fácticas del precario.

Procedimiento monitorio especial. Antiguamente, para interponer acción de precario, el


Código de Procedimiento Civil disponía del antiguo artículo 680, que señalaba: “El
procedimiento de que trata este Título se aplicará en defecto de otra regla especial a los
casos en que la acción deducida requiera, por su naturaleza, tramitación rápida para que
sea eficaz. Deberá aplicarse, además, a los siguientes casos: 6°. A los juicios sobre
depósito necesario y comodato precario;”, por lo cual, en base a esta disposición,
correspondía tramitarlo en aras al procedimiento sumario, que en esencia es un
procedimiento breve y concentrado, pero suponía ciertas complicaciones en relación a la
extensión del juicio en el tiempo y la dificultad de obtener sentencia favorable por las
complicaciones que supone que una materia no esté regulada por la ley sustantiva.

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La entrada en vigencia de la Ley Nº 21.461: “Devuélveme mi casa”, suprimió la
aplicación del procedimiento sumario al comodato precario y al precario; en contrapartida,
agrega el Título III bis: “Del procedimiento monitorio para cobro de rentas de
arrendamiento” a la Ley Nº 18.101, la ley de arrendamiento de predios urbanos. En ella, el
nuevo artículo 18-K, dispone que: “Las normas de este Título serán aplicables, en lo
pertinente, a las acciones de comodato precario que persigan la restitución del inmueble y
a la acción de precario establecida en el artículo 2.195 del Código Civil”, de este modo, la
aplicación del procedimiento se encuentra superada y reemplazada por un procedimiento
monitorio especial, aún más breve y con una tramitación completamente distinta a la
anterior.

POR TANTO, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 686, 724, 728, 924, 2194
y 2.195 inc. 2 del Código Civil, el procedimiento regulado en el Título III bis de la Ley Nº
18.101, modificada por la Ley Nº 21.461, en los artículos 18-A y siguientes, las normas del
Código de Procedimiento Civil y las demás disposiciones legales que resulten aplicables.
SÍRVASE S.S., tener por interpuesta la acción de precario en procedimiento
monitorio especial, se le dé curso y en su mérito S.S. acoja la demanda, ordenando a la
demandada, doña LIDIA AURELIA TORRES PIZARRO, para que dentro del plazo de
diez días corridos contado desde la notificación de la demanda, comparezca al tribunal y se
oponga a la presente demanda a través de la acreditación de un vínculo contractual entre
ambas partes y de todos los ocupantes del inmueble, en un plazo no superior a diez días,
contados desde que la respectiva resolución se encuentre firme y ejecutoriada o cause
ejecutoria, con expresa condenación en costa.

PRIMER OTROSÍ. Que, por este acto, vengo en solicitar tener por acompañados los
siguientes documentos; sin perjuicio de reiterar la solicitud en el término probatorio
correspondiente, con citación:

1. Certificado de Propiedad sin Dominio Vigente del inmueble inscrito a fojas 577,
número 771 del Registro de Propiedad del año 1972, emitido por el Conservador de
Bienes Raíces de Santiago.
2. Certificado de Propiedad con Dominio Vigente del inmueble inscrito a fojas 84676,
número 123626 del Registro de Propiedad del año 2022, emitido por el Conservador
de Bienes Raíces de Santiago.
3. Certificado de Nacimiento de don Juan Manuel Torres Osorio, emitido por el
Registro Civil e Identificación;
4. Copia de Cédula de Identidad Nacional de don Juan Manuel Torres Osorio, emitida
por el Registro Civil e Identificación;

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5. Certificado de Matrimonio de don Juan Manuel Torres Osorio, emitido por el
Registro Civil e Identificación;
6. Certificado de Nacimiento de don José Manuel Torres Pizarro, emitido por el
Registro Civil e Identificación;
7. Certificado de Defunción de don José Manuel Torres Pizarro, emitido por el
Registro Civil e Identificación;
8. Copia de Cédula de Identidad Nacional de don Ariel Esteban Montoya Inostroza,
emitido por el Registro Civil e Identificación;
9. Certificado de Título de don Ariel Esteban Montoya Inostroza, emitido por el Poder
Judicial;
10. Copia de Cédula de Identidad Nacional de don Franco Ignacio Ocarez Martínez,
emitido por el Registro Civil e Identificación;
11. Certificado de Ius Postulandi de don Franco Ignacio Ocarez Martínez, emitido por
la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

POR TANTO,
SÍRVASE S.S., tener por acompañado los documentos antes señalados,
especialmente para el efecto de rendirlos en el término probatorio ordinario, extraordinario
o especial, según sea el caso, reservándose esta parte la posibilidad de reiterarlos
nuevamente en la etapa que corresponda para obtener certeza en juicio.

SEGUNDO OTROSÍ. Que, en este acto, vengo en conferir patrocinio y poder al abogado
don ARIEL ESTEBAN INOSTROZA MONTOYA, cédula nacional de identidad Nº
17.354.348-4, al cual le otorgo todas las facultades ambos incisos del artículo 7 del Código
de Procedimiento Civil, las que doy por íntegramente reproducidas, domiciliado para estos
efectos en Calle Siete Norte Nº 645, Oficina 605, comuna y ciudad de Viña del Mar, quien
firma en señal de aceptación, acreditando la calidad de abogado habilitado para el ejercicio
de la profesión.

Además, vengo en conferir poder al procurador don FRANCO IGNACIO


OCAREZ MARTÍNEZ, cédula nacional de identidad Nº 19.548.310-8, domiciliado en
Calle Siete Norte Nº 645, Oficina 605, comuna y ciudad de Viña del Mar, quien firma en
señal de aceptación, para que tramite, conjunta o separadamente, en cualquier diligencia
que esta causa requiera.

POR TANTO,
SÍRVASE S.S., tener presente el patrocinio y poder para todos los efectos legales
que esta causa requiera.

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TERCER OTROSÍ. Que, en este acto, vengo en señalar un medio de notificación
electrónica, según se exige en el artículo 254 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil, en
relación a lo dispuesto en la Ley Nº 21.394, dándose el medio para tal efecto, el correo:
[email protected].

CUARTO OTROSÍ. Que, en este acto, téngase presente que en cumplimiento de lo


dispuesto en el artículo 254 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil, vengo en señalar
domicilio dentro del territorio jurisdiccional del Tribunal, en Ingeniero Antonio Baeza Nº
464, Parque Central, comuna de Quilicura, ciudad de Santiago.

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